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Otros métodos de extracción donde se puede obtener la pectina con diferentes grados de pureza
son los siguientes:
Las sales más comúnmente usadas son: sulfato de cobre y alumbre. Este procedimiento de
buen resultado, pero tiene el inconveniente de la remoción posterior del metal.
Sin embargo, sólo los ácidos clorhídrico y sulfúrico han sido empleados a escala
industrial. Los procesos industriales de hidrólisis ácida pueden agruparse en dos
tipos: los que emplean ácidos concentrados y los que utilizan ácidos diluidos. Los
procesos que implican ácidos concentrados operan a baja temperatura, pudiendo
obtenerse altos rendimientos de hidrólisis (superiores al 90% de la glucosa
potencial). A pesar de esto, la gran cantidad de ácido empleado en la impregnación
del material a tratar y lo costoso de su recuperación, unido a los efectos corrosivos
de los ácidos concentrados que obliga a altas inversiones en los equipamientos,
hacen que el proceso no sea rentable. Además, tiene el problema asociado de que
es necesario una costosa etapa de neutralización antes de la fermentación (Keller,
1996).
Sin embargo, los procesos que utilizan ácidos concentrados han adquirido un
renovado interés debido a nuevos métodos que mejoran la economía de
recuperación de los ácidos desarrollados por varias compañías como Masada
Resource Group (Birmingham, Ala), Arkenol (Mission Viejo, California) y APACE
(Australia) (Katzen, 1997).
Las temperaturas que se emplean en estos procesos originan, por un lado, una
mayor corrosión de los equipos empleados y, por otro lado, aumenta la tasa de
degradación de los azúcares hemicelulósicos los cuales pueden afectar a la
posterior etapa de fermentación. Con objeto de disminuir la degradación de los
azúcares originados en la hidrólisis, se puede utilizar un proceso en dos etapas. En
la primera etapa y bajo condiciones más suaves, se produce la hidrólisis de la
hemicelulosa, que por su estructura resulta más fácilmente hidrolizable. Esto
permite que, durante la segunda etapa, y bajo unas condiciones más severas, se
produzca la hidrólisis de la celulosa, evitándose la degradación de los azúcares
hemicelulósicos producidos en la primera etapa. Mediante los procesos en dos
etapas es posible conseguir hasta un 98% de recuperación de los azúcares
hemicelulósicos a partir de maderas blandas. Sin embargo, los rendimientos en
glucosa no superan el 50% (Nguyen y col., 1999). En Estados Unidos, BCI
comercializa la tecnología de hidrólisis en dos etapas con ácido diluido. En la
primera etapa se produce la hidrólisis de la hemicelulosa en unas condiciones
suaves (170-190 ºC) y, en la segunda etapa, se hidroliza la celulosa en unas
condiciones más severas (200-230 ºC) (Wyman, 1999). Las altas temperaturas que
se requieren para la hidrólisis de la celulosa hacen que se originen productos de
degradación de los azucares, que además de disminuir el rendimiento del proceso,
pueden afectar a la posterior etapa de fermentación. En Suecia, la Bioalcohol Fuel
Fundation junto con St. Lawrence de Canada y Tennessee Valley Authority de
Estados Unidos, desarrollaron un proceso en dos etapas con ácido diluido, conocido
como el proceso CASH (O´Boyle y col., 1991). Se basa en una primera hidrólisis a
temperatura moderada impregnando la madera con dióxido de azufre, seguido de
una segunda hidrólisis utilizando ácido hidroclorhídrico diluido (Galbe y Zachi,
2002).