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Teología de la Misión

¿INCULTURAR EL EVANGELIO?

La naturaleza insaciable del ser humano siempre en busca de algo más de lo que ya
cree tener en posesión, trae como consecuencia posturas y maneras de vivir que, muchas
veces no le son claras, pero que las adoptan como lo mejor, como el ideal al que siempre
soñaron. Esta manera de vivir y de ser en el mundo actual nos lleva a erróneas
comprensiones, pero sobre todo a preocupaciones que desvirtúan, no solo las instituciones
religiosas, sino también de la manera en que nos relacionamos con aquello que se
llamamos Dios. Por tal motivo y desde mi perspectiva es importante replantear la manera
de evangelizar, que ya se viene dando desde algunas décadas atrás.

Dicho problema lo plantea Sergio Silva, por lo que a la luz de su ensayo, lo que se
pretende es describir de manera sucinta cómo es que la inculturación del Evangelio que
presenta Sergio Silva, toca muy de lleno la realidad en la cual estamos viviendo. Para lograr
el cometido retomaré algunas de las ideas de Paul Tillich que me parece dan luz y
concuerdan con lo que presenta Silva, puesto que la Iglesia se presenta como testimonio
de la preocupación última.

Parto de una postura que Silva plantea y esta es que “la tarea de la teología es hacer
ver, en cada generación, en cada cultura y en cada lugar, que los interrogantes que ahí se
formulan pueden encontrar en la vida, el mensaje y la persona de Jesús una luz nueva, que
permite abordarlos de mejor manera. Para ello, la teología tiene que estar en diálogo atento
con las preguntas que surgen en las diversas culturas y con las capacidades y posibilidades
humanas que se abren en ellas. Porque sólo puede comunicar aquel que está dispuesto a
escuchar honestamente a su interlocutor”1. En nuestra cultura actual “postmoderna” o
“líquida” como muchos suelen llamarla, las orientaciones religiosas y sociales han tomado
rumbos completamente diferentes a las de hace algunos años. Por tal motivo la misión, no
debe ser algo ajeno a nuestra realidad.

Tengo muy presente una anécdota de hace algunas semanas, el la semana Santa,
cuando una mujer muy allegada al convento me abordó y me dijo: y tú a dónde te vas a ir
de misiones (sabiendo que otros hermanos salían fuera de la ciudad). Mi respuesta en ese
momento fue sencilla, me quedo aquí, porque en esta ocasión mi misión está en esta
comunidad. Pongo esta experiencia de relieve porque la cultura en la que vivimos como
retomando a Pablo VI es como un barniz superficial, es decir una capa exterior que suele
aparentar lo que no se es. Sobre todo me cuestioné mucho sobre cuál es la concepción de
misión que tenemos en nuestra cultura. Porque es verdad que el hombre en su afán de
conocer siempre está en busca de respuestas a sus dudas, maneras de ser y de
relacionarse los unos con los otros. Está en busca de resolver sus más profundas y muchas
veces escondidas preocupaciones y si según Tillich que retomó a san Agustín, Rahner y
Bultman, propone que “el objeto de la teología es aquello que nos preocupa últimamente.

1SILVA, Sergio, La inculturación del evangelio, un desafío crucial de la Iglesia católica. Estudios Públicos
101, 2006, p. 68.
Sólo son teológicas las proposiciones que tratan de un objeto en cuanto puede convertirse
para nosotros en objeto de preocupación última”2. Nuestra misión como Iglesia no la
podemos descuidar, y tenemos que dar respuestas a ella desde nuestra forma de vida
actual, inculturarnos junto con el Evangelio en esta nueva forma de vida.

Para silva es necesario y claro que la inculturación del Evangelio se hace necesaria
no sólo cuando se trata de llevar la Buena Nueva de la fe a un pueblo que hasta ahora no
la ha conocido, sino también cuando, en un pueblo que ya ha recibido y acogido en alguna
medida el Evangelio, se produce un período de cambio cultural intenso y rápido 3. Por lo
anterior, si nos decimos verdaderos cristianos, es mandato que el Evangelio no se puede
vivir ni alejado ni separado de su cultura.

Nuestra preocupación última debería de ser Cristo, y pesar de los continuos


equívocos que el hombre tiene sobre su estar aquí, en este mundo, pero también en relativo
a Dios, su última preocupación se desvanece en medio de otras tantas preocupaciones del
día a día, y deja de voltear a ver a lo verdaderamente fundamental; la misión no ha
terminado, con las comunidades primitivas, y los problemas tampoco. Es necesario y
urgente hacer llegar a todos nuestra última preocupación.

Si hay temor, olvido, preocupación pero también soluciones parciales a problemas


parciales, y nos concentramos en preocupaciones parciales olvidando la pregunta por Dios;
esa preocupación se convierte en dios o en su ídolo, y su procupación última (Dios)
desaparece, lo finito lo diviniza. Desde esta perspectiva es claro por qué muchas veces el
hombre deja de lado a Dios, lo cambia por ídolos que satisfacen sus necesidades
primordiales como seres finitos. Pero también es una realidad que la correlación ontológica
Dios-Hombre, que se debería de dar desde o en la religión, muchas veces no concuerda
con lo verdaderamente importante, es decir no se manifiesta, de manera tal que es fácil
caer en la desviación o desvirtualización de la última preocupación, decantándose por los
ídolos.

La importancia de la misión, sobre todo para nosotros como religiosos recaería en


este punto: inculturar el evangelio en nuestra realidad, nuestra única realidad. Es verdad
que las críticas a la Iglesia son muchas, y que pueden ser aceptadas, corregidas y hasta
muchas veces ignoradas, pero creo importante que siendo la religión una dimensión de la
cultura, es necesario esclarecer cuál es su preocupación última, para poder de alguna
manera esclarecer nuestra misión. Nuestra prioridad seria no la Iglesia misma, sino Aquél
de quien la Iglesia da testimonio, mismo que nos da el coraje para existir en todas partes y
en todo tiempo, la misión está en todas partes y en todo momento de la Iglesia.

Fuentes:

MOLTMANN, Jürgen, La teología de la cultura: Paul Tillich y la interpretación religiosa del mundo secular en Jürgen
Moltmann, ¿Qué es la Teología hoy? SIGUEME, Salamanca, 1992.

SILVA, Sergio, La inculturación del evangelio, un desafío crucial de la Iglesia católica. Estudios Públicos 101, 2006, pp.
45-70.

2 MOLTMANN, Jürgen, La teología de la cultura: Paul Tillich y la interpretación religiosa del mundo secular
en Jürgen Moltmann, ¿Qué es la Teología hoy? SIGUEME, Salamanca, 1992, p. 120.
3 Cfr., SILVA, Sergio, op.cit., p. 53.

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