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FILOSOFÍA Y CULTURA EN COLOMBIA

Y AMÉRICA LATINA
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Fecha de entrega: 30 noviembre de 2010


Fecha de aprobación: 15 de diciembre de 2010

PENSAMIENTO PREHISPÁNICO Y
FILOSOFÍA:
UN ACERCAMIENTO DESDE LA
HERMENÉUTICA
PREHISPANIC THOUGHT AND PHILOSOPHY:
AN APPROACH FROM HERMENEUTICS

Rafael Gómez Pardo*

Resumen
La cosmovisión mítica de las sociedades prehispánicas no dio paso a una visión filosófica,
como sí sucedió en la sociedad griega. ¿Es viable filosofar hoy desde algún mito precolom-
bino?, la aparente ingenuidad de esta pregunta esconde un conjunto de problemas que es
necesario deslindar. En la acepción peyorativa del mito como cuento o historia. ¿Qué es lo
que hoy merece convertirse en asunto de una consideración filosófica? Desde Heidegger
algunos filósofos entienden que el gran “mito” de la ciencia y la técnica se erige hoy con
una pretensión de verdad unilateral que hay que desenmascarar. Sin embargo, el mito en
otra acepción tiene como función desocultar lo sagrado, lo originario. Esto es patente en
los mitos prehispánicos, el mito da sentido al mundo de la vida. Según Gadamer la razón
ilustrada no es la definitiva superación del mito; es acaso “nuestro mito” secular, con sus
bondades y sus patologías. Quizá más que superar el mito, sea posible pensarlo como una
experiencia que nunca puede dejar de incluir un tipo de racionalidad.

Palabras clave
Mito, razón, cultura precolombina, filosofía, origen, ilustración.

* Director del proyecto de experimentación pedagógica con lectura y escritura (2010), Universidad Central,
Bogotá, Magíster en Filosofía Latinoamericana, Universidad Santo Tomás. Correo electrónico: r_filosofía@
hotmail.com.

Cuadernos de Filosofía Latinoamericana / ISSN 0120-8462 / Vol. 32 / No. 104 / 2011 / pp. 15-38
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Abstract
The mystic worldview of prehispanic societies did not lead to a philosophical vision, as
was the case in Greek society. Is it currently feasible to philosophize from a Pre-Colombian
myth? The aparent naivety of this query hides a set of questions that are necessary to
distinguish. In the pejorative sense, a myth is a tale or story. What deserves to become
matter of a philosophical consideration today? Since Heidegger, some philosophers think
that the big “myth” of science and technology, understood as unilateral truth, is one that
should be unmasked. However, the myth in another sense intends to reveal the sacred, the
origin. This is evident in prehispanic myths, where they provide meaning to the realm of
life. According to Gadamer, the reasoning of the Age of Enlightenment does not surpass
myth; it is merely our secular “myth”, with its own benefits and problems. Maybe, more
than overcoming the myth it may be possible to think of it as an experience that will never
exclude a type of rationality.

Keywords
Myth, reason, pre-colombian myth, philosophy, origin, illustration.

Filosofía y mito ser un saber racional1, y sólo en tal sentido


aspira a ser universal. Considerar filosofía a
Comencemos con una pregunta recurrente un mito, a un poema, al Génesis bíblico, no
que nos muestre el camino: ¿hay una filosofía es sino una manera de introducir equívocos
en las sociedades prehispánicas?, común- que no ayudan a la claridad del análisis.
mente se dice que la filosofía es un saber Atribuirle filosofía a culturas no occidentales
universal. De esta premisa se infiere que es desconocer sus modos de pensar peculia-
todo saber universal es un saber filosófico. res; estos, en lugar de evidenciar modos de
Pero esto no es del todo cierto. Aclaremos, pensamiento defectuosos, entrañan, por el
en primer lugar hay saberes como el mito contrario, riquezas indudables. Quizá algu-
y la religión, quizá más universales que la nos consideren que los mitos prehispánicos
filosofía, y que sin embargo no son filosofía.
Estos saberes responden de manera general a 1 El término “pretensión”, aquí utilizado, no debe
los problemas más universales del hombre: de ser subestimado. Lo más probable es que la filo-
dónde venimos, hacia dónde vamos, cuál es sofía no haya sido nunca, ni siquiera en los más
el sentido de la vida, el origen del universo, grandes exponentes del racionalismo, realmente
etc. Ninguna cultura, excepto la cultura oc- racionalista, y esto porque, entre otras razones,
el mismo término razón se presta a toda suerte
cidental, ha intentado pasárselas sin esto. En de equívocos. En los comienzos de la filosofía,
este sentido, hay algunos saberes universales por ejemplo, el logos en Heráclito y Parménides
–incluso en cierto modo la poesía– que no son no era racional. De ahí que algunos estudiosos
filosofía. La filosofía es un saber universal, de Parménides consideren que en el Proemio
pero su diferencia específica en relación con del poema se “justifique la necesidad de una
visión irracional para hacer valer la razón”. v. El
los demás es la de tener la “pretensión” de Poema de Parménides en la mira de una lente
spinociana (Fallas, 1995: 147).
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son filosofía, con la loable y poco cuidadosa la distinción entre filosofía y mito. Tales
intensión de enaltecer a tales culturas y a filosofías intentaron buscar la solución a un
tales pensamientos. Pero, ¿qué es esa extraña problema no al acudir a la opinión difundida
manera de enaltecer algo cuando comienza (doxa) sino haciendo uso de medios secula-
por desconocer lo que le es propio, su derecho res, los medios de la razón pública2. Esto no
a la diferencia, su riqueza, y lo acepta como implica que la filosofía se haya independi-
valioso desde un canon que le es ajeno? Ese zado completamente del lenguaje simbólico
es sin duda un gesto que caracteriza a cierto propio del mito. Pero tampoco es razón para
paternalismo sospechoso. Si otros pueblos considerar que la filosofía sea un mito o halla
no han filosofado, peor para la filosofía, pero pretendido serlo.
ellos no han perdido nada como pueblos
y como pensadores. Las posibilidades del No es correcto afirmar que en las sociedades
pensamiento son mucho más ricas que la prehispánicas exista una filosofía. Estas, en
filosofía, y si no fuera así, una cultura para sentido estricto, no filosofaron. Acaso podría-
existir como cultura debería necesariamente mos convertir los mitos que dieron sentido a
filosofar, y como sabemos, esto raramente sus problemas en objeto de una reflexión fi-
ocurre. De ahí que todas las historias de la
filosofía comiencen en Grecia. 2 Kant hace una distinción importante entre el
uso privado de la razón y el uso público. El
El pensamiento filosófico, esto es, con pre- uso privado es el que hacemos en la condi-
tensión racional, sólo es propio de la cultura ción de funcionarios o representantes de una
institución; el uso público es el que hacemos
occidental, y como todos sabemos, nace en ante la comunidad, en calidad de ciudadanos
Grecia y se extiende por Europa hasta llegar o como escritores que tienen el derecho y el
a América con el descubrimiento bajo la deber ético de lanzar sus opiniones sobre las
figura del tomismo. Esta afirmación no le cosas públicas. El uso público, a diferencia de
quita validez ni importancia a todos los otros las sociedades prehispánicas, en la que está
restringido al chamán o al sacerdote, que hace
pensamientos, como es el mítico, el religioso, de manera simultánea las veces de político, en
el poético y el estético. Por el contrario, sólo las sociedades democráticas, está hasta cierto
al dilucidar su verdadero estatuto descubren punto permitido. Se podría escribir una histo-
su auténtica riqueza –que no es únicamente ria de la filosofía entendida como el progreso
filosófica–, y que no puede ser reducida del uso público de la razón en Occidente, por
ejemplo en Sócrates, y que se convirtió en
a simples esquematismos racionales. Lo paradigma de la filosofía; progreso del uso
anterior no evita, sin embargo, que el mito público en cada individuo al que corresponde
no pueda recibir o ser objeto de una consi- un permanente cuestionamiento del uso público
deración filosófica. Si la filosofía nace en la del poder político del Estado. Por el contrario,
medida en que se independiza el saber del se ha afirmado que en las sociedades arcaicas,
el poder del Estado, investido de un carisma
mito, también es preciso señalar que nace religioso o mítico que tiende a cohesionar a
como una reflexión sobre el mito. El poema todos los individuos, impide el uso público
de Parménides, la alegoría de la caverna, el de la razón, y convierte a cada individuo en
mito del carro alado, entre otros, son cuentos una suerte de “funcionario” que representa los
o mitos con un lenguaje simbólico, similares intereses y la comprensión del mundo que el
chamán hereda y legitima. Esta comprensión
en su forma narrativa secuencial a los mitos del chamán se manifiesta como algo ineludible
de Hesíodo y a los cuentos de Homero. Pero en tanto que allí se presenta la voluntad de los
todos ellos son objeto de una “consideración dioses o de quienes controlan la vida humana.
filosófica” por parte de los filósofos, y en Quizá sea ésta la más importante razón por la
esto estriba el contexto de su filosofía, en que podemos afirmar que la filosofía no nace
en otra cultura, sino en Grecia (1941: 28).

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losófica. Sin embargo, en estas cuestiones tan teórico válido y eficaz para responder a los
edificantes no hay que precipitarse a lo que problemas universales del hombre. A juzgar
probablemente sea un paso en falso. Previa- por las tradiciones milenarias de esa cultura,
mente a esta pretensión hay que preguntarse tienen pocas razones para someter a crítica
algo más sustancial: ¿en qué circunstancia sus propios mitos y dar lugar a una explica-
histórica un pueblo de manera ineludible ción racional de los problemas. Algo similar
toma sus mitos (en el caso de que tales mitos ocurre con comunidades como los tukanos en
sean “nuestros”, cosa que no se ha probado) el Amazonas, los emberá, los uitotos, si bien
como el asunto de una consideración filosó- algunas de estas ya han sufrido la influencia,
fica? Si tenemos en cuenta la opinión de los no siempre benéfica, de la cultura racional,
historiadores que han estudiado este asunto, mal o bien llamada occidental.
sucede cuando su comprensión del mundo
se encuentra atravesada por estos de manera Con esta aclaración deseo agregar que el mito
tal que su crisis o vigencia compromete de es la raíz de toda cultura y de ésta crecen to-
modo serio el sentido de la existencia. Es das las demás expresiones. El fruto siempre
decir, cuando se ha rasgado el velo de una guarda alguna correspondencia con la tierra
opinión que se daba por cierta, y entonces, y la raíz. En este sentido, cada mito revestía
sólo entonces, esa opinión que antes operaba un carácter específico en relación con la geo-
silenciosa en las tareas de los días se pone en grafía donde se asentaba la sociedad y con la
evidencia como algo problemático y es un manera como en tal contexto –espacio tem-
asunto sobre el cual hay que interrogarse. En poral– se les desocultaba lo sagrado, es decir,
otras palabras, se pierde la fe en el conjunto las maneras específicas como renovaban sus
de creencias que otorgaban sentido a la vida mitos en rituales y ceremonias especiales. No
de un pueblo, a sus prácticas sociales, y esa obstante, toda esa variedad de mitos, en los
pérdida se vuelve un asunto inédito que exige cuales se pone en evidencia la idiosincrasia
el esfuerzo del pensamiento por otros medios de una sociedad, es fácil encontrar algunos
a los acostumbrados. puntos en común, los cuales pueden ser ob-
jeto de una “epistemología del pensamiento
La cosmovisión mítica de las sociedades pre- mágico”. Pero si se sigue una perspectiva con
hispánicas no dio paso a una visión filosófica, prioridad filosófica, deberíamos preguntar:
como fue el caso de la sociedad griega una ¿es viable filosofar hoy desde algún mito
vez que consuma el “ocaso de los dioses”, precolombino? La aparente ingenuidad de
esto es, el fin de la creencia en los dioses esta pregunta esconde un conjunto de pro-
como poderes capaces de dar sentido al con- blemas que es necesario deslindar. Señalemos
junto de la sociedad. El juicio y la muerte de algunos de ellos en forma de objeciones: 1)
Sócrates expresa cabalmente este momento la filosofía no piensa hoy el mito –es en una
de incredulidad hacia los mitos, y el comienzo época dominada por una comprensión cien-
de una actitud radicalmente distinta, que se tífica del mundo–, se imponen otras tareas
llamará filosófica, y que dominará de manera no sólo prioritarias sino fundamentales al
patente la cultura occidental. El daimon de pensamiento y a la cultura; 2) nuestros mitos
Sócrates es el demonio de la filosofía: pagó no son “nuestros”, como sí pertenecieron a
por su irreverencia bebiendo la cicuta. Hoy en los griegos los mitos que se convirtieron en
día, en cambio, en la Sierra Nevada de Santa tema de reflexión filosófica. Sólo si refutamos
Marta, los koguis aún continúan aferrados estas dos objeciones podríamos legitimar una
a sus mitos ancestrales como único marco reflexión filosófica sobre los mitos hoy.
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La primera tesis se relativiza mucho si nos posibilidad de la ciencia y la técnica– hay en


delimitamos al significado original de la la obra de filósofos como Habermas, Karl O.
palabra mito. Mito es cuento, historia, y no Apel, entre otros, un intento por rescatar el
se opone en los comienzos de la filosofía sentido de una racionalidad práctica que im-
griega al término logos de Heráclito. Si el plica repensar la ética y la política en el con-
mito es lo que se cuenta, podemos preguntar- texto de una sociedad secular. Estos son unos
nos: ¿qué es lo que se cuenta hoy por todas pocos ejemplos de filosofías que establecen
partes, y que merece convertirse en asunto ahora un diagnóstico de la problemática de
de una reflexión filosófica?, ¿cuál es el mito su tiempo y desarrollan sus supuestos hasta
de nuestro tiempo?, ¿cuál es el cuento en el las últimas consecuencias. No quiero en este
que todos creemos sin haber reflexionado a punto avanzar definiendo el problema que
fondo en él? La acepción del término mito nos compete en la actualidad, o unirme a los
como “cuanto falso” se pone en evidencia planteamientos de estos filósofos, sin antes
en estas preguntas. Proviene no del mito en detenerme en la segunda objeción.
sí mismo, sino de ese giro reflexivo desde
el cual pasa a ser cuestión o problema. Si Nuestros mitos no son “nuestros”, como sí
equiparamos la opinión al mito, podremos pertenecieron a los griegos los mitos que
dar un paso adelante y preguntarnos, de ma- se convirtieron en tema de su reflexión filo-
nera radical: ¿qué es aquel saber que encubre sófica. Pero los griegos, más que un pueblo
la verdadera comprensión de las cosas?, unificado, con identidad propia, fueron un
¿contra qué discurso debemos hoy dirigir la conjunto de ciudades estado con idiosincra-
reflexión? Si la filosofía es la continuación sia y constituciones propias. Lo griego en
de la guerra por otros medios, ¿cuál es el el siglo VI y V a. C. desde la perspectiva de
enemigo y en qué campo de batalla habremos una identidad homogénea es algo de muy
de conducir la lucha conceptual? No quiero dudosa existencia. En el supuesto de que
responder a esta pregunta sino sólo justificar, para reflexionar se necesitara conocer o tener
aún más, la premisa tácita que la contiene. una identidad, la no-identidad de los griegos
En efecto, la filosofía no tiene otro sentido plantearía toda una serie de problemas. La
que el de pensar de modo filosófico el tema filosofía griega no comenzó con una reflexión
de su tiempo entendido éste como problema. sobre la identidad cultural griega, quizá
Desde Heidegger algunos filósofos entienden inexistente. Los sitios en los que la filosofía
que el gran “mito” de la ciencia y la técnica floreció fueron muy pocos: Mileto, alguna
se erige hoy con una pretensión de verdad otra provincia jónica, y Atenas. Digamos que
unilateral e injustificable, pretensión que hay los griegos lograron hacer propio lo que no
que desenmascarar por su carácter totalitario era de ellos, y la filosofía ayudó en parte a ese
e ideológico. Gadamer da un paso adelante al proceso. Su capacidad de abrirse a influencias
señalar las deficiencias que el método científi- culturales de pueblos de Oriente, de Egipto,
co originado en las ciencias naturales tiene al hizo posible que acumularan en su mitología
ser aplicado de manera acrítica en las ciencias todos esos legados que dieron forma original
del espíritu. La hermenéutica es una proble- y única, para convertirlos, luego, en asuntos
matización radical del método científico en de reflexión racional.
tanto que no alcanza a dar cuenta de la verdad
fundamental de la experiencia humana –his- Si la filosofía nace en Grecia como una re-
tórica, estética, lingüística–. Por el contrario, flexión sobre sus mitos, en América Latina,
frente a la racionalidad teórica –condición de por el contrario, no podemos reflexionar

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sobre los mitos que no son “nuestros”. En atados a una tradición de manera irrevocable
efecto, la mayoría de los mestizos que habi- que nos impida movilizarnos en una dirección
tamos en estos territorios somos eso: mesti- hacia cierto punto aleatoria, o si se quiere,
zos. Ni indígenas, ni españoles, ni criollos. barroca (Morandé, 1984: 91).
Los mitos de la creación del mundo de los
koguis, de los tukano, de los uitotos, o el Sin embargo, en muchas ciudades de
mismo mito muisca están lejos de otorgar Latinoamérica lo indígena –su presencia
un sentido práctico a la comprensión del silenciosa– convive junto con expresiones
mundo en el que vivimos y de articular pro- modernas como el consumismo, cuando no
cesos sociales. Esto no refuta a tales mitos, con manifestaciones de religiosidad popular
pero, tampoco los valida. La misma lengua heredadas de la Colonia. Néstor García Can-
que les daba expresión no la conocemos clini (1990, cap. II) ha señalado muy bien
ni la hablamos. No nos conciernen tales esa condición híbrida de nuestra cultura,
mitos como horizonte de comprensión en el sus paradojas y contradicciones entre un
“mundo de la vida”. Infortunadamente o no, pasado que aún es vigente, un futuro que no
la cultura del rock se encuentra más cerca a se decide a arrancar y un presente lleno de
nosotros que todo aquel mundo prehispánico. ecos y resonancias de tiempos encontrados
En la mayoría de los casos, aún más en las simultáneamente. Entre una modernidad re-
ciudades, sabemos de esos mitos una vez petidas veces postergada y una posmoderni-
que vamos a la escuela o a través de libros dad precoz y equívoca, Latinoamérica es un
y de los museos. La oralidad que suponía su camino donde convergen todos los tiempos
efectiva inserción y transmisión en el mundo y espacios sin ton ni son; la misma palabra
que le era propio se ha roto en definitiva, “tradición” en Latinoamérica es anómala,
hoy en día son objeto de estudio por parte tradición de algo que heredamos, de un con-
de antropólogos y etnólogos. Estos estudios, junto de ideas que no gestamos pero que se
con toda su erudición nada desdeñable, pone insertaron en nuestros procesos: escolástica,
en evidencia lo lejos que están de nosotros, ilustración, liberalismo, marxismo, son sólo
“nosotros” que estamos cada vez más inser- algunos ejemplos. Latinoamérica, como lo
tos en el devenir de la cultura occidental. La señala muy bien Alejo Carpentier en su gran
expresión: “cuando nosotros estábamos aquí reflexión literaria sobre la identidad, se nos
tranquilos, y llegaron los españoles”, como presenta como Los pasos perdidos (1981).
muchas otras expresiones de ese talante en
el habla popular, que circulan con frecuencia Esa condición aleatoria nos vuelve no sólo
incluso en la obra de historiadores, pone en contemporáneos del presente sino de toda
evidencia, en la mayoría de los casos, un gran posibilidad cultural. No hay nada defectivo
equívoco: ¿cuál, “nosotros”? “Nosotros” los en el hecho de “no-ser” en tanto que tradi-
otros. Los que no somos ya. Los que nunca ción con una “identidad ya establecida”. La
fuimos. Somos mestizos, y aún no sabemos juventud de nuestras tradiciones no debe
lo que esto significa en nuestro caso. Toda- ser exigida más allá de lo que ellas mismas
vía estamos descubriendo las implicaciones deparan. Latinoamérica tiene el proyecto de
de lo que significa no ser indígena, no ser llenar de significado el término “nosotros”
español, ni europeo, en una época donde se que implica el mestizaje. Entre tanto, somos
es a partir de la conformación de un Estado la distancia que nos separa de los otros; la
nacional. ¿Qué somos entonces? Somos lo nostalgia por un pasado que hemos perdido
que no somos. Más que un juego de palabras, y que posiblemente nunca fue nuestro, la
esta expresión quiere señalar que no estamos expectativa en un futuro que intenta emular
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el presente problemático de otras naciones. mente indígenas, ni por intentar legitimar esas
Las miradas que lanzamos sobre nosotros tradiciones que suponemos nuestras, sino
comenzaron siendo las miradas de los otros3. porque nada nos evita que logremos estar
Así, como nos hemos mirado desde Europa abiertos a lo otro, en tanto que ésta ha sido
–y no dejamos de hacerlo– podemos mirarnos nuestra condición, nuestro a priori histórico.
desde lo indígena –indigenismo–, desde el Es el concepto de diferencia y distancia el
legado colonial, desde distintos puntos foca- que mejor nos define. Hemos vivido con
les en los cuales nos separamos de nosotros el indígena, el zambo, el negro, el mulato,
mismos para tratar de inventarnos. Somos el criollo, el español y el extranjero. En el
esa distancia, esa diferencia. Nuestro ser no intersticio de esas diferencias el mestizo no
se encuentra sepultado en un pasado indíge- es sino la diferencia misma que se busca en
na ni espera ser rescatado por una toma de ellas, el constante experimento de sí. ¿Por qué
conciencia o por una nostalgia revanchista. no podría el mestizo hacer la experiencia de
Nuestro ser no tiene que depender de lo que un pensamiento ajeno –el mito–, así como
nunca fuimos, y por ende no es una sustancia hemos hecho tantas veces la experiencia de
que deberíamos conservar inmaculada frente la filosofía?, ¿no es la filosofía la tradición de
a toda penetración cultural. El proceso de la un pensamiento que tampoco inventamos? El
Conquista y de la Colonia no sólo se debe en- mestizo es aquel que por no estar constituido
tender como un proceso de dominio político aún como identidad ni poseer una tradición
y militar de la metrópoli española sobre las poderosa puede darse la oportunidad de hacer
culturas aborígenes, sino, sobre todo, como la experiencia del otro, y de ponerse a prueba
un proceso de dominio cultural. No sólo se en esa experiencia, de perderse y de encon-
combatió con las armas, sino con la lengua trarse en ella. La ilustración, el liberalismo,
y la religión. Las palabras fueron también el marxismo, han sido de igual manera en
armas de combate4. Mal podríamos como nuestra historia experiencias a través de las
mestizos reivindicar una lengua, y unos mitos cuales nos hemos buscado, si bien, en oca-
considerándolos “nuestro pasado”. Con la siones, de manera equívoca o desafortunada.
lengua “perdimos” el espíritu.
¿Así como en las facultades de filosofía se
Mestizaje y mito intenta hacer la experiencia del pensamiento
de Parménides, de Platón, de Nietzsche, etc.,
Una filosofía que tome en consideración el por qué, en nuestro contexto, no hacer la ex-
mito indígena se justifica, no por ser propia- periencia filosófica de un mito indígena? Al
respecto afirma Gerardo Reichel Dolmatoff:
3 Por ejemplo el desprecio por las tradiciones
aborígenes patente en el español y en los ingle- ¿Cómo podríamos menospreciar
ses que colonizaron a Norteamérica es heredado
por nuestros positivistas. La obra de Sarmiento la milenarias tradiciones de los
y Alberdi en Argentina, Núñez en Colombia y koguis, los uitotos, los tukano? Un
Javier Prado en el Perú lo muestran (Zea, 1980: texto mítico recogido en las orillas
IX - LII). del Amazonas o en las faldas de la
4 Un estudio reciente que ilustra muy bien este Sierra Nevada de Santa Marta nos
tema es el de William Ospina en Las auroras debe infundir el mismo respeto, la
de la sangre, en la que narra la conquista de misma admiración por el vuelo del
América por el lenguaje, esto con el análisis
espíritu humano, que un texto en
de Las elegías de varones ilustres de Juan de
Castellanos (1999). sánscrito o un texto en latín o griego
(Reichel, 1985: 16).

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No menospreciar estas tradiciones, sin em- La verdad del mito y el mito de la


bargo, no significa entenderlas de manera verdad
adecuada y, menos aún, estar en la posibilidad
de tener una experiencia directa con estas. Llamo pensamiento mágico a aquel que se
Podemos afirmar que lo más seguro es que deriva de una cosmovisión mítica. Es la forma
esté lejos de nuestras posibilidades. Pues, de pensar por quienes se encuentran sumidos
¿qué significa tener una experiencia, además en tal cosmovisión. No he señalado sus carac-
de filosófica, de un mito? teres generales, su riqueza peculiar, y aquello
que para nosotros –en un mundo en cierto
Pero si aceptamos que explicar a Parménides modo secular– puede tener algún interés.
no es necesariamente filosofar, explicar un Comprender el sentido de ese pensamiento,
mito tampoco es necesariamente pensar el hasta donde nos es posible, puede abrir nue-
mundo desde él y aprehender la compren- vos horizontes de problemas, incluso para
sión que abre. La posibilidad de hacer la la filosofía misma. Por ahora sólo podemos
experiencia que un mito depara a nuestro afirmar que tal tipo de pensamiento parece
pensamiento es un desafío que se puede diferenciarse del pensamiento filosófico. Sus
interpretar de muchas maneras, incluso equí- presupuestos son muy diferentes a aquellos
vocas. No se pretende convertir la filosofía con los cuales opera nuestro pensamiento.
en mitología ni llenar a la filosofía de mitos. No podemos afirmar, sin embargo, que tales
Sin embargo, tenemos que reconocer que toda presupuestos son falsos y que los nuestros
filosofía, en tanto que reclama para sí unas son verdaderos, sin legitimar falsos prejui-
pretensiones de verdad o de validez, transita cios. Nuestra compresión del mundo, por
permanentemente en esta frontera peligrosa ser nuestra comprensión, no tiene razón de
y vaga del mito. Ninguno de los diálogos ser la única válida, aunque en efecto ella no
de Platón tratan de manera fundamental el nos permita comprender lo “otro” de manera
mito, pero se valen muchas veces de él. En generosa, clara y rigurosa.
esto el mito y la ficción se pueden entender
como una ocasional provocación del pensar. ¿Desde dónde podemos hoy interrogarnos de
Asimismo, en las distintas objeciones que modo estratégico acerca de tal pensamiento?,
se planteaban con anterioridad, se resuelven la pregunta supone que podemos o intentamos
en nuevos obstáculos, difíciles de plantear y, hacer una experiencia de un pensamiento que
más aún, de solucionar. Acaso sólo desde un no es el nuestro. Pero, ¿hasta qué punto el
problema rigurosamente planteado podemos hombre actual realmente se ha liberado de la
dejar que el mito nos diga algo de su fuerza visión mítica del mundo?, ¿hasta qué punto
primigenia, allende de la pretensión dudosa la filosofía sigue anclada en la estructura
de experimentar el mito como tal. ¿En qué del pensamiento mágico?, ¿la sociedad de
medida, algunos de los mitos precolombinos consumo, las prácticas actuales del deporte,
se constituyen hoy en día como una provo- no instauran otros mitos, más o menos perni-
cación?, ¿tiene algo que decirnos, frente a la ciosos?, ¿en qué sentido podemos decir que
problemática de nuestro tiempo? Responder estos “mitos” son mitos, y en qué sentido no?,
esta pregunta supone abrirnos a su escucha. ¿debemos estudiar el mito como si se tratara
Tal vez la lejanía del mito sea, como tantas de algo que no nos concierne? Suponiendo
otras cosas, una cercanía mal interpretada por que el pensamiento mágico no es un tipo de
los prejuicios de nuestra comprensión. pensamiento particular, sino que es como se
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expresa la estructura general del pensamiento El hombre acaso debe aprender a vivir en el
humano, el mito y el pensamiento mágico velo, contingencia, si éste es hasta tal punto
no es algo ajeno, que les sucedió a otros en constitutivo de su modo de ser, y del ser mis-
la prehistoria de la humanidad. Quizá los mo. Cualquier intento de rasgarlo confirma el
contenidos de ese pensamiento difieran de destino ineludible de la verdad del mito, que
una cultura a otra, de una época a otra, pero no es subjetiva, y que intentaremos poner al
la forma o la estructura general es la misma. descubierto, y que se consuma como olvido.

En este sentido, no podemos abandonarnos En las culturas antiguas, en las que las prác-
a un mito, pues estamos de cierto modo ticas sociales vinculaban el mito, la ficción
inmersos en él. Entonces, nos encontramos detentaba cierto tipo de verdad. El saber y
en una especie de callejón sin salida. Sólo la ficción no se oponían como en nuestro
porque la estructura del logos del mito es tiempo, donde las fronteras de la ciencia están
inherente al ser del hombre en el mundo, cuidadosamente demarcadas de la literatura.
incluso en el modo de existencia más profano La epistemología, al demarcar o pretender de-
y desencantado –el desencanto preside, desde marcar linderos entre disciplinas y ciencias,
un gran mito silencioso, las prácticas sociales se erige a sí misma como un mecanismo de
consumistas, etc.–, sólo porque no es posible control sobre el saber actual. Muestra qué es
salir del mito es posible generar nuevos mitos, ficción y qué es conocimiento, no ficción.
esto es, nuevos sistemas de creencias con sus Pero en las sociedades antiguas, o si se quiere,
respectivos rituales y ciclos de renovación5. ágrafas6, no había saber sin ficción, ni ficción
sin saber. El saber de los dioses, necesitaban
Esta afirmación no corresponde a nuestra ficcionar, ser contado, sin que por ello fuera
concepción inicial de filosofía. Decíamos considerado como no-verdadero. Occidente
que la filosofía es una búsqueda secular, en la está dominado por el gran “mito” de que la
que se fortalece el “uso público de la razón” verdad nunca pertenece a la ficción. Al mismo
frente a la doxa, frente a las creencias popu- tiempo, en Occidente, el saber no ubica a la
lares o frente a la cosmovisión pública. La vida desde la dimensión de su sentido, sino
filosofía se caracteriza por hacer una crítica que se aparta de manera violenta de ésta. La
a la doxa de su tiempo. Pero esto no evita filosofía es, por lo demás, una actitud que
que ella misma devenga en mito; al rasgar el trasciende la espontaneidad de la vida: es un
velo del mito (Parménides) no alcanza pro- poner la vida en cuestión, y en tal sentido,
piamente la verdad, sino pone al descubierto supone levantar una distancia con la cual
una verdad que se constituye a su vez como se abre el mundo como tema para la consi-
velo. En términos de Heidegger, el ser es deración pensante. Una cosa es vivir y otra
visto a través de un aspecto, esto es, a través detenerse a pensar lo vivido. Sin embargo,
del ente. Y esto constituye el olvido del ser. una experiencia vivida no se encuentra en-
vilecida por la comprensión de su sentido,
5 Para Adorno no hay una real oposición entre y la comprensión de su sentido tampoco
mito e ilustración: “El mito es ya ilustración”, y nos vuelve inmunes a tal experiencia. Puede
por su parte, “la ilustración recae en mitología”. suceder que la comprensión obre de modo
Así como el mito, al narrar, nombrar y contar
el origen, y por tanto, explicar, establece una
edificante sobre la experiencia. No nos es
forma de dominación y de control, la ilustra- clara aún la relación entre la verdad del mito
ción, hoy en día, por la vía de la razón, se ha
convertido en una forma sofisticada de domi-
nación sobre la naturaleza y el hombre (Adorno 6 Sigo la distinción establecida por Levi-Strauss
y Horkheimer, 1994: 56, 63). (1987: 35, 36).

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y cómo esta verdad es la verdad de la vida; dota de significado normativo y simbólico al


además, cómo la verdad de las ciencia, de la mundo, incluyendo a todos los individuos.
filosofía, dejaron de ser hace ya mucho tiem- Nada hay en la vida cotidiana de un kogui,
po la verdad de la vida, por su incapacidad de por ejemplo, cuyo significado no establezca
ficcionar, de involucrarnos en un origen y de un vínculo sagrado con una vieja enseñanza,
contarnos un cuento a tal origen. La distancia que proviene del mito del origen del mundo y
entre la ciencia y el mundo de la vida es un que incluye a cada individuo que forma parte
asunto que ocupa la filosofía de Husserl sin de una comunidad. De esto se desprende la
que podamos decir que se haya solucionado. necesidad de retorno a ese origen, o la exi-
gencia de reactualizarlo cíclicamente, lo cual
…el mito se considera como una his- supone el empleo de unas técnicas específicas
toria sagrada y, por ende, una historia o de unos procedimientos. Todo lo que separa
verdadera, puesto que se refiere siem- a los hombres del origen es considerado una
pre a realidades. ¿La ciencia también caída, como algo pernicioso o como la causa
se refiere a realidades? Creo que no en de muchos males. La repetición del origen nos
el mismo sentido. El mito cosmogóni- reconcilia con lo sagrado y libera en el hombre
co es verdadero porque la existencia los poderes más esenciales, apartándolo del
del mundo está ahí para probarlo; mal o de sus muchas posibilidades. La cura-
el mito del origen de la muerte es ción de una enfermedad, por ejemplo, como
igualmente verdadero, puesto que la nos cuenta Mircea Eliade, supone el canto del
mortalidad del hombre lo prueba, y origen de las enfermedades que se vincula con
así sucesivamente (Eliade, 1991: 13). el mito del origen del mundo entre los navaho,
asunto que se encuentra de manera análoga
La razón, que no se ha independizado del en otras culturas (1991: 32). Esta repetición
mito, tiene la función de confirmarlo, de no se concibe como algo monótono: por el
adecuarse a él. Su verdad radica, por un lado, contrario, una vez reactualizado el origen, el
en lograr desocultar, al explicarlo, el misterio mundo es nuevo y como si acabara de nacer.
del origen del mundo, y por el otro, en ser Su significado resplandece en todas las cosas.
capaz de ejemplarizar las conductas, al erigir El hindú, hoy como ayer, se purifica en las
modelos paradigmáticos de las acciones; en aguas sagradas del Ganges, así como los chi-
este sentido tiene una función cognoscitiva y bchas concibieron las lagunas y arroyos como
otra normativa. En efecto, los modos de con- algo sagrado en las cuales se bañaban. El acto
ducta encuentran sus modelos en las gestas de de bañarse involucra el significado dado por
los seres sobrenaturales, de donde derivan su el mito o la leyenda; en cierto sentido, ellos
significado, que se renueva de modo cíclico. se bañan en el significado del agua, mientras
Esta repetición garantiza, únicamente, que nosotros, pertenecientes a una sociedad se-
esas conductas y actividades tengan un signi- cular, nos bañamos con agua. También los
ficado, cuyo modelo o arquetipo se encuentra griegos, que habitaron tierras bañadas por
en el relato del mismo mito. El significado no el mar, concibieron el mar Mediterráneo y
se construye, no se inventa ni se descubre: se el Egeo como cuna de sus leyendas y mitos.
recupera, se conserva, se guarda, se recuerda.
La preocupación por el origen también carac-
El pensamiento mágico se caracteriza por terizó el inicio de la filosofía occidental. Por
desplegarse desde los siguientes dispositi- una serie de condiciones históricas peculiares
vos: 1) concibe el origen del mundo y de los en las diversas ciudades estado griegas alrede-
dioses –cosmología– como el aspecto que dor del siglo VI a. C., los dioses que registra la
PENSAMIENTO PREHISPÁNICO Y FILOSOFÍA: UN ACERCAMIENTO... 25

Teodisea de Hesíodo ya no logran dar cuenta acerca más a una experiencia de iniciación
de manera satisfactoria del origen del mundo, en los misterios –la morada de la noche hacia
y por tanto de la significación de las cosas del la luz, puertas cerradas, llaves, umbrales de
mundo. La filosofía toma este tema para darle piedra– cuando la diosa le revela el camino
una resignificación. Es claro que el agua, el de la verdad: el ser es, el no-ser no es. Se ha
aire, la tierra, el fuego, el nous de los preso- querido ver en ello el origen del principio de
cráticos, no son ya dioses como en los mitos identidad o el antecedente más remoto del ra-
pero conservan de estos un carácter divino. cionalismo, al emparentar el ser con el pensar
La presencia de lo religioso en los primeros y el no-ser con el devenir y los sentidos. Pero
filósofos es aún más evidente en Empédocles, aunque ello sea válido, se descuida el sentido
cuando invoca de la siguiente manera: religioso que envuelve todo el poema y que
se hace explícito en el Proemio. Heidegger
Alejad, pues, dioses, de mi lengua mostró que no se trata tanto del ser como una
el extravío de esa gente y encauzad categoría lógica; no se trata de una alusión
por mi boca piadosa un límpido hon- a la fuente del conocimiento –preocupación
tanar. Y a ti, virgen de la memoria propia de la modernidad–, sino de algo mucho
fértil, Musa de los albos brazos, te más originario, más existencial y universal.
suplico; lo que es lícito que oigan los Se trata de una apelación a la verdad de las
seres un día, envíamelo, conducien- cosas desde una estructura de pensamiento
do desde las moradas de la Piedad el que se recoge en lo sagrado, en lo originario,
carro dócil a la rienda (1996: 213). para que desde allí se le revele lo esencial.
Por este motivo la diosa le dice:
Por su parte, Parménides desarrolló un
discurso donde la presencia del orfismo es Joven acompañante de aurigas in-
patente7, el simbolismo de su lenguaje lo mortales, llegado con las yeguas que
te traen a nuestra casa, salud; que no
fue un hado malo quien te impulsó
7 Algunos autores consideran que más que la a tomar este camino (pues de cierto
presencia del orfismo en el Poema de Par- que está afuera de lo hollado por
ménides, se debe constatar la presencia del
hombres), sino ley y justicia (Par-
chamanismo, pues éste tuvo una influencia
importante en la cultura griega a partir del siglo ménides, 1996: 1608).
VII (v. Los griegos y lo irracional. En: Lorite,
J. (1965). A partir de los griegos (I-III). París). ¿En qué consiste la novedad de ese camino
Dice Lorite Mena, citando a E. R. Dodds: “Un
“no hollado” por los hombres? No en que
Chamán es una persona que ha recibido una
vocación religiosa y que como consecuencia los hombres no logren filosofar racional-
de este llamado es sometido a un período de mente, sino en que los hombres no se dejan
formación rigurosa que conlleva el ayuno y arrebatar en la existencia, entendida como
la soledad. El Chamán saldrá de este retiro camino (odos), por el decir originario de la
religioso dotado de un poder de concentración
diosa. Lo sorprendente del poema no está en
mental que se manifiesta en un desarrollo
extraordinario de sus facultades interiores” proclamar a todos los vientos el racionalismo,
(1983: 164). Si aceptamos la influencia del sino en algo más inquietante: en la demanda
chamanismo –la mayoría de lo que sabemos
de los presocráticos es pura conjetura a partir
que poseemos de los koguis resultaría no sólo
de fuentes segundarias– se constata una gran
más rica y abundante, sino más fértil para una
similitud entre el entrenamiento que recibe
iniciación filosófica.
el mama entre los koguis y el chamanismo
atribuido a Parménides. Incluso la información 8 Proemio (25).

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de mantenernos sumidos en las indicaciones fuerza en nosotros de convocar experiencias


de la diosa –que se corresponden con la ley extraordinarias, que están más allá del estado
y la necesidad–. El camino del pensamiento de conciencia ordinario? No se trata después
es el camino de la verdad; el camino de la de todo, para el hombre que vive el mito, de
verdad no es el de Parménides –como un satisfacer una necesidad de explicación como
punto de vista subjetivo–, sino el que indica la que tiene un erudito. Se trata de vivir un
la diosa, una vez que se ha podido penetrar en viaje, de ser iniciado, de ser transportado de
lo sagrado, esto es, una vez que se abren las un estado de conciencia “normal” a otro que
puertas del misterio. Puertas que no se abren no podemos explicar con una teoría. Sólo
para todos (alternativas). Sólo así se llega a podemos experimentarlo o callar. Se trata de
ser el que se es. Sólo así llegan las cosas a ser ser afectados en lo más personal, en nuestro
lo que son, porque siguen las indicaciones de cuerpo, sensaciones, experiencias de percep-
la diosa y se adaptan a la ley y a la necesidad. ción. No se trataría de algo tan superficial
Tal verdad se proclama como verdad eterna y como explicar el origen. Se trata de entregarse
originaria. “El ser es ingénito e imperecedero, a un ritual donde todo puede suceder: los
eterno, uno e inmutable” (1996: 162). Estas rituales de renovación donde el cuerpo es
indicaciones se deben reactualizar, es decir, un aspecto central, y donde podemos morir,
el hombre no debe seguir la senda del no-ser, renacer, ser transformados en nuestra forma
donde la diosa nada revela. Y el pensamiento de percibir la vida, el mundo. De algo tan
además está supeditado a esa demanda. El intenso, apasionado, vital, desconocido, pa-
no-ser es aquel camino en el cual el hombre voroso, pasamos a algo tan superficial como
pierde la referencia de lo originario. esforzarnos, mediante la inteligencia, en la
tarea de explicar un asunto teórico que tiene
Desde el punto de vista de Parménides, la que ver con responder a la pregunta; ¿cuándo
filosofía occidental es en gran medida el comenzó todo y qué lo comenzó?, por la vía
camino del no-ser. También para los koguis, de la representación el mito se convierte en
los occidentales, es decir, nosotros, somos los un discurso que responde sólo preguntas, pero
hermanos menores que seguimos el camino no afecta ni religa a nadie con la comunidad.
errado de la violación y la explotación de la
naturaleza. Posiblemente una diferencia entre Aunque afirmamos que la filosofía en gran
la filosofía y el mito no está en sus temas, ni medida es la experiencia de pensar desde
en la estructura de su pensamiento, sino, hasta el camino del no-ser, sin embargo, hay que
cierto punto, en sus herramientas. El concepto mencionar algunas de aquellas filosofías que
empieza a desplazar la imagen, la cual tiene intentaron seguir el camino indicado por la
un valor diferente en el interior del discurso. diosa a Parménides, el camino del ser, de ma-
También en el hecho sorprendente de ale- nera equívoca interpretado como el camino
jarse –romper el velo, alejarse del camino de la razón. Aunque se considere a Platón
transitado por los hombres– de los mitos de racionalista, hay un Platón que se resiste
Hesíodo y de fundar de nuevo “otro” mito: a ser entendido desde semejante prejuicio
el mito filosófico reconstruye el origen, pero, moderno. Platón entendió que existen otros
¿es otro origen? ¿Es acaso el origen, un tema estados de conciencia: el delirio, la manía o
fundamental, ante el cual debe la inteligencia locura divina, permiten entender algo que la
nuestra interrogarse con curiosidad acerca razón no puede alcanzar por sí misma. El mito
de él (el comienzo del tiempo, por ejemplo), es el lenguaje simbólico, no racional, para
o el origen implica, necesariamente, la ex- hablar de lo que no puede entender la razón,
periencia personal de un poder que tiene la de lo que no se puede conocer. La verdad hace
PENSAMIENTO PREHISPÁNICO Y FILOSOFÍA: UN ACERCAMIENTO... 27

parte de aquello que no se puede conocer, por de la belleza en sí. La realidad de esa belleza,
ende, puede ser revelada mediante experien- de lo aparente, proviene de la idea de belleza
cias inefables, y luego expresada mediante en sí, que es lo originario. No hay engaño,
símbolos o alegorías. Las palabras de Platón excepto el de creer originario lo que no lo es.
no se deben entender como conceptos que El alma debe, a partir de la belleza de lo ama-
responden a preguntas, sino expresiones de do, poder evocar esa belleza originaria para
experiencias de transformación que implican remontarse a ella y recordar mejor la dignidad
al hombre individualmente. Detengámonos de su origen. Es en el grado de “poder de evo-
en esto. Para Platón la vida del hombre común cación” en el que encontramos la diferencia
es algo como un sueño. En ese sueño algo se entre un alma y otra. El alma insaciable (la
le oculta. ¿Qué es lo que se nos oculta en la que recuerda la mayor voluptuosidad) difí-
vida?, lo originario, el eidos. La verdad no es cilmente se sacia con una belleza efímera.
una adecuación entre lo que se dice y lo que El mundo de los sentidos en el pensamiento
es, a no ser que “lo que es” se entienda como de Platón no tiene la fuerza primigenia de lo
lo originario. La adecuación en tal sentido originario, desde la cual encontramos incluso
desoculta lo originario en el decir. Sólo en la significación de lo real (ontología), de lo
esta acepción se debe entender la palabra ale- que aparece. Aunque, como afirma Mircea
theia. Aquí la mitología de la memoria y del Eliade: “La anamnesis filosófica no recupera
olvido de Hesíodo se enriquece y transforma el recuerdo de los acontecimientos que forma
(Hesíodo: 32, 38). El olvido borra el recuerdo parte de existencias precedentes, sino de las
del mundo en el alma que retorna a la tierra verdades, de la estructura de lo real” (1991:
para reencarnar en un cuerpo. El olvido coin- 133-134), es preciso señalar que las ideas
cide con el retorno a la vida. El alma que se platónicas representan, como en el mito, mo-
encuentra ahíta de olvido y maldad (Fedro, delos paradigmáticos que explican, no sólo el
248c) reencarna y queda arrojada de nuevo origen del cosmos, sino el deber ser o el ideal
en el ciclo del devenir. Este ciclo lo entiende de todo posible comportamiento. El bien y la
Platón al igual que Empédocles, como un belleza, así como el ideal político de justicia,
“vagar por tiempos tres veces incontables, extraen su significación de ese pasado primor-
lejos de los Felices” (Purificaciones, 107). dial en el que el mundo fue ordenado por un
Por este motivo, aprender equivale en Platón, demiurgo y el alma sin encarnar en el cuerpo
a recordar (Menón, 81c, d) lo que al reencar- podía gozar de la contemplación de las ideas.
nar se ha olvidado: la trasmigración del alma
por la cual ya no accede a la contemplación Hoy en día la filosofía no se sustrae de la
directa de las ideas. Se requiere, mediante la demanda de volver a lo originario. No sólo
actividad filosófica (dialéctica), un retorno Nietzsche, con su concepción del “eterno
hacia atrás hasta reencontrar el conocimiento retorno” de lo mismo, sino el mismo Hei-
originario que poseía; ha de comenzar por lo degger apela a lo originario como fuente
sensible, después por la contemplación de de significación. Heidegger entendió que la
las ideas inmutables, para luego distinguir, filosofía y el tema de la metafísica, desde que
en una operación continua de disociación, fueron formuladas por los primeros filósofos,
aquello que es mero reflejo de lo que no lo cayeron en el olvido. Reparar ese olvido es la
es: lo originario. Un excelente ejemplo de tarea a la que está abocado el pensamiento,
esto se encuentra en el Fedro: no es que la en una “época de penuria” donde la presencia
belleza del cuerpo nos engañe, y que no sea de los dioses ha huido, y no hay ya nada que
tal. Sencillamente, esa belleza, que despierta santifique la vida y la muerte en la tierra.
la locura del amor en el amante, es un reflejo

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No sólo los dioses y Dios han huido, Es claro que el término “ser” aquí expresado
sino que el brillo de la divinidad se tiene el sentido de lo originario, de lo que
ha extinguido en la historia del mun- nunca se agota y siempre requiere ser evo-
do. La época de la noche del mundo cado. El ser no es un mero concepto sino una
es el tiempo de penuria porque en realidad sacramental, algo poderoso, desde lo
ella es cada vez mayor la penuria. La cual las cosas, el habla y el hombre alcanzan
penuria ha llegado ya a tal extremo plena significatividad, realizan plenamente
que ni siquiera es capaz esa época su esencia. El ser otorga a cada cosa su
de sentir que la falta de Dios es una esencia, con la condición de que ésta se deje
falta (Heidegger, 1960: 224). interpelar y se logre abrir a lo singular de esa
interpelación. Para que se perciba el sentido
No en vano Heidegger se entrega, como mítico y religioso de esta apelación radical,
lo hizo el mismo Nietzsche, al estudio de escuchemos los siguientes enunciados:
la filología y la etimología, con la premisa
tácita de que el lenguaje originario posee un Preguntar: ¿qué pasa con el ser?,
saber oculto y poderoso, mucho mayor que significa nada menos que re-petir
el saber explícito del que podemos dar cuen- el origen de nuestra existencia
ta. De esta manera descubre que la palabra histórico-espiritual, con el fin de
logos tenía, en el origen remoto de la cultura transformarlo en otro comienzo. Eso
griega, el significado de cosechar, reunir, es posible. Inclusive constituye la
sembrar, y que sólo después, en un proceso forma decisiva del acontecer histó-
de degeneración (olvido), llegó a significar rico, porque se sitúa en el comienzo
el pensamiento mismo y, finalmente, la lógi- fundamental (Grundgeschehnis).
ca. Una lógica que se ha convertido en una Pero un comienzo no se repite cuan-
normativa del pensamiento pero que se halla do se platica sobre él, como si fuese
muy lejos de seguir, al decir de Parménides, algo de otros tiempos, algo ya sabido
las indicaciones de la diosa9. y que meramente se deba imitar, sino
al recomenzarlo originariamente,
Heidegger, además de hacer énfasis en el con todo lo que un verdadero co-
volver al origen griego, agrega que el destino mienzo tiene de extraño, oscuro e
del ser es el mismo para todas las épocas y inseguro. La repetición, tal y como
para todos los hombres en Occidente. nosotros la entendemos, es por com-
pleto diferente de una prolongación
La palabra –el habla– es la casa del progresiva de lo anterior, y realizada
ser. En su morada habita el hombre. con los medios de éste (Heidegger,
Los pensantes y poetas son los vi- s. f.: 76).
gilantes de esta morada. Su vigilar
es el consumar la apariencia (ma- No es el mero crecimiento o desarrollo de
nifestación) del ser [...]. El pensar un asunto. Se trata de una repetición que
es el l´engagement por y gracias a intenta abolir el tiempo profano y rescatar,
la verdad del ser. Su historia no es develar el tiempo sagrado, concebido como
nunca pasada sino siempre venidera tiempo paradigmático de significación. Esta
(Sartre, 1963: 65-67). repetición, este eterno retorno, tiene el poder
de resignificar lo inefable, “lo mismo”. No
9 cf. La interpretación que hace Heidegger del tiene que ver con la insulsa repetición de
poema de Parménides (1958: 223). sucesos históricos, que se despliegan sin
PENSAMIENTO PREHISPÁNICO Y FILOSOFÍA: UN ACERCAMIENTO... 29

la referencia a ese “destino”, propias de un precariedad, de su precipitarse en el olvido.


tiempo profano10. Éste no se debe entender como un juicio de
valor que descalifique a la técnica, sino como
El olvido, que es el fin de la metafísica, im- una situación histórico-espiritual que requiera
pone así la necesidad de una rememoración, ser considerada más allá de cualquier juicio
entendida como una vía para salir de éste. de valor. La esencia del olvido de la técnica
Es el pasado repetido, rememorado, el que pone en evidencia lo más positivo de la técni-
se muestra como posibilidad todavía abierta, ca; es el poner de manifiesto su más efectivo
esto es, como destino, frente a un presente y poder. Éste no es algo meramente técnico,
un futuro profanos, sumidos en la precariedad sino que entraña la posibilidad de abrirnos
del olvido, del ente: la técnica es la expresión mediante la tecnología, considerada como
cabal de ese olvido que tiene en sí mismo metafísica de la era actual, a la esencia de la
un aspecto positivo: requiere ser pensado metafísica, es decir, a la referencia al ser que
como lo aún no pensado: “al misterio del ella en su seno oculta. No podemos esperar
poder planetario de la esencia de la técnica de la técnica considerada como mera técnica
corresponde la provisionalidad y la modestia una capacidad para darnos esta referencia, ni
del pensamiento que intenta meditar sobre para otorgar los poderes esenciales a la exis-
eso que permanece impensado” (Heidegger, tencia humana. Sólo considerada como me-
1976: 76). Eso que permanece impensado tafísica –esto es lo que permite hoy por hoy
es su propia precariedad en tanto que pre- todo tipo de trascendencia cultural, dominio
cariedad, y por otro lado, su más positiva que se manifiesta en todos los campos de la
posibilidad de abrirse a la referencia que vida– podemos dar un paso en la “descripción
ésta esconde, o que en ésta aguarda, a ser e interpretación tecnológica de la época, a esa
tematizada, no desde un pensar calculador, esencia de la técnica moderna que todavía
planificado, sino desde una indicación, desde está por pensar” (Heidegger, 1988: 115,117).
una actitud de meditación. La posibilidad más
auténtica de la técnica actual sólo se dilucida Como vemos, la posición de Heidegger está
sobre la puesta en claro de su lugar, de su muy lejos de un triunfalismo ingenuo del
pensamiento calculador sobre el pensamien-
to meditativo, pensamiento calculador que
10 Me refiero a la interpretación de Milan Kun- ahora se vuelve planetario. La referencia al
dera (1993: 7-8), cuando aplica el concepto
de “eterno retorno” de Nietzsche a la historia,
pensamiento meditativo sobre el calculador,
mostrando lo ridículo que resultaría el admitir equivale a la referencia, al ser sobre el no-
que Robespierre, que apareció sólo una vez en ser, hecha en el Poema de Parménides. De
la historia, volvería eternamente a cortarle la tal referencia al ser –único pensamiento en
cabeza a los franceses. Sólo si se aplica esta la obra de Heidegger– proviene la insistencia
idea a la historia, que de por sí se despliega en
un tiempo no mítico, progresivo, profano, se
a rememorar eso que la metafísica tradicio-
puede considerarla como una perversión moral. nal ha olvidado, y la invitación a superar
No sucede lo mismo si nos referimos a su sig- la metafísica, esto es, superar la situación
nificado propiamente mítico que de suyo tiene histórica cultural actual en que ha caído la
en el contexto y en el lenguaje de Nietzsche. metafísica occidental con el olvido –el mero
Volver a lo mismo quiere decir volver a hacer el
esfuerzo más que humano por resignificar aque-
apasionado y loco disponer científico técnico,
llo que ha perdido significación, precisamente el entretenimiento con el ente–, al pensar
por la “muerte de Dios”, o porque hemos sido la esencia de la técnica como un preguntar
llevados por la historia, y no encontramos ya más originario. Para Heidegger pensar,
un referente originario de nuestros actos capaz como muy bien señala Vattimo, es repetir,
de convertirse en voluntad de poder: nihilismo.

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repensar la tradición metafísica11. No es mi sino a algo más profundo. Es desde la refe-


propósito exponer de manera exhaustiva el rencia a “lo mismo” que el hombre encuentra
pensamiento de Heidegger sino hacer ver su verdadera esencia. Desde el punto de vista
los compromisos que como pensador ha ad- espiritual, y no desde el de la inteligencia
quirido con la verdad más profunda de una –y sus producciones: ciencia y tecnología–,
estructura de pensamiento arcaico o mágico. el hombre no necesita pretender alcanzar
Compromisos que revelan la verdad profunda nuevos conocimientos. Se trata, por el con-
del mito, una verdad sacramental, y no por trario, y siguiendo a Heidegger, de remitirse
ello menos humana; compromisos con el a aquella forma histórico-cultural, como
“mito de la verdad” que ha hecho historia a el pueblo en las tradiciones más auténticas
lo largo de la filosofía, y del que al parecer designa lo originario, y saberse demorar lo
no se ha podido liberar Occidente. Liberación suficiente en la siempre fértil cantera de esa
que de poder llevarse a cabo, no es seguro que referencia. Allí encontrará la fuente origina-
libere al hombre. Basten por ahora estas pocas ria del sentido, aquello que es digno de ser
alusiones –podríamos mencionar otras– en las pensado, aquello que, por sobrentendido, ha
que el pensamiento filosófico se esfuerza por sido ocultado, y requiere de nuevo el esfuerzo
encontrar la significación del mundo actual monumental de un pensamiento capaz de
en lo originario, y volvamos al tema que nos resignificarlo de manera auténtica. Aquello
ocupa de manera más perentoria: el mito en desde lo cual alcanza el decir plenamente su
las culturas precolombinas. esencia. El tratamiento conceptual y simbó-
lico difiere como la expresión misma de sus
Es fácil de corroborar que los temas y la contenidos básicos. Pero en la forma llevan a
estructura formal del pensamiento que se cabo plenamente el cometido que los impulsa
encuentra en los mitos de las culturas preco- de desocultar lo sagrado. Vamos a tratar de
lombinas, como de los mitos de otras cultu- corroborar esta tesis abordando de manera
ras, es el mismo. Pero su contenido material general la estructura de dos mitos precolom-
varía según la revelación particular, y según binos: el de los koguis y el de los uitotos.
los requerimientos espacio-temporales y las
necesidades de una cultura. Sin embargo, tal Retomemos algunos enunciados de Heide-
contenido no es una respuesta a una pregunta, gger, formulados ahora como preguntas:
¿cómo se consuma la apariencia (manifes-
11 De este repensar es que extrae Vattimo el con-
tación) del ser entre los koguis, o entre los
cepto de una verdad como monumento, tanto uitotos?, ¿cómo se realiza la repetición del
en Heidegger como en Gadamer. A diferencia origen histórico-espiritual de esos pueblos,
del concepto de “verdad” como futuro, propio con el fin de transformarlo en otro comienzo,
del liberalismo y del pensamiento calculador ¿quiénes son los guardianes del ser y qué es
(que subyace en la metafísica moderna), estos
dos pensadores (dice Vattimo) desarrollan un
y cómo conciben aquello que protegen? Si
concepto de verdad como restablecimiento para Heidegger los guardianes del ser eran
de la continuidad. No obstante, la relación los poetas y los pensadores, protectores de lo
polémica de Heidegger con la tradición, la an- sagrado en un tiempo de olvido (tiempo pro-
títesis a la tradición es definida por Heidegger fano), en este nuevo territorio de lo sagrado,
como rememoración. Asimismo, en Gadamer
la hermenéutica, el vínculo con la tradición
el guardián, en la cultura uitoto, es el abuelo,
puede comportar “rupturas revolucionarias también llamado abuelo sabedor.
como tomas de distancia, pasando por el
restablecimiento de una auténtica imagen del Siendo un agudo observador del
pasado contra sus tergiversaciones presentes”
(Vattimo, 1991: 180).
entorno, el abuelo sabedor tiene
PENSAMIENTO PREHISPÁNICO Y FILOSOFÍA: UN ACERCAMIENTO... 31

conocimientos de las plantas, de es fácil notar, el ritual no es un juego, ni una


sus propiedades medicinales, ali- distracción ocasional ni una explicación teó-
menticias y de poder. Posee el don rica acerca del origen –que algún maestro se
de comunicarse con los dioses y encargará de evaluar en un examen escrito,
ancestros a través de los rituales [...]. por ejemplo–. Aportan elementos esenciales
Las plantas de poder y sabiduría, para el significado de la vida y la relación
son utilizadas por el abuelo como intersubjetiva en la comunidad. Es importante
medio de acceso al conocimiento, notar el gran influjo que la referencia de lo
a la sabiduría y a la comunicación originario, como poder disponible, tiene para
directa con los dioses y ancestros. todas las actividades en la vida del uitoto.
Gracias a ellas protagonizan los Un ejemplo de esto es el sentido sagrado
mitos que relatan su creación y apa- que tienen casi todas las fiestas que celebran.
rición, entendiendo la manera como
el espíritu creador se quedó en ellas Nosotros no bailamos sin un obje-
y la forma correcta de tratarlas para tivo, aunque ustedes afirmen que
su utilización que es en sí misma un nuestros bailes no tienen sentido.
ritual (Corredor y Torres, 1989: 28). En nuestras fiestas contamos las
historias. Jugar a la pelota significa
El ritual recrea el tiempo de los orígenes me- respetar los preceptos, porque la
diante la repetición de los actos arquetípicos, bella tradición es algo sagrado [...].
ejemplares, llevados a cabo en el tiempo Si nuestra tradición careciera de sen-
primordial. Gracias a ellos se vive de nuevo tido, el juego de pelota nos causaría
el ser mítico, identificándose con él y liberan- tristeza. Seguimos las tradiciones
do su poder. Al revivir el origen, o mejor, lo aunque no bailemos; trabajamos
originario, éste se experimenta como poder, exclusivamente para poder bailar
como algo que en su esencia no responde a (Preuss y Konrad, 1994: 177).
una pregunta aunque responda a un llamado.
El profundo respeto que sienten los uitotos
El yagé es para los uitotos una planta sagrada, hacia las tradiciones que tienen su origen en
como la coca, el ukué y el tabaco. Estas abren el Padre Creador es según ellos causa de su
espacios de conciencia y de realidad que va bienestar.
más allá del mundo ordinario12. Logran vin-
cular el mundo de los humanos con el mundo
De esta manera, el efecto mágico,
de los padres o ancestros. Durante el ritual de
que en nuestra opinión es inherente
la bebida del yagé el abuelo inicia el tránsito
a las ceremonias, el indígena no
hacia el mundo de los padres, pasando por
puede atribuírselo a sí mismo, sino
varias malocas mundos intermedios, hasta la
que, a lo sumo, él mismo se puede
maloca mundo del Padre Creador. El Padre
considerar como portador apropiado
habla entregándole el conjuro y los secretos
del tal efecto mágico (1994: 215).
con los cuales podrá defenderse de las enfer-
medades y dominar a sus enemigos. Algunas
de estas enseñanzas, recibidas durante el En otras palabras, se trata de seguir las in-
ritual, serán luego transmitidas de manera dicaciones que a través de las ceremonias
oral a los miembros de la comunidad. Como y rituales sigue dando el Padre Creador al
mundo de la vida. Estas indicaciones ejercen
una influencia en todas las situaciones de la
12 p. ej. Vergara, 1995: 151.

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vida y son un fuerte apoyo moral, aumentan- distinto al de los demás niños. Al respecto
do, así, el potencial de seguridad y fuerza, dice Reichel Dolmatoff:
especialmente, ante el peligro.
En primer lugar, no podía dormir
Condiciones análogas pueden observarse en- de noche sino de día; y toda la vida
tre los koguis de la Sierra Nevada en torno al consciente del niño se debía desa-
impacto que lo originario tiene en el mundo rrollar de noche, en la obscuridad de
de la vida. Para los koguis lo originario se la casa, siéndole absolutamente pro-
concibe como la Madre. La Madre enseñó a hibido ver el sol [...]. Durante todo
los mamas –jefes espirituales y políticos– lo el período de reclusión no debe ver
esencial sobre el bien y el mal. Hoy en día, nunca a un ser femenino (1985: 119).
según nos cuentan ellos mismos (Reicheld,
1985: 123, t. 2), todavía recuerdan sus
Además de la comida que es diferente a la de
enseñanzas y viven de acuerdo con ellas.
los demás niños, el entrenamiento del mama
Todo lo que el mama, concebido como el
se realiza al principio con danzas y cantos
representante de los dioses y antepasados,
rituales, durante las horas de la noche. Sólo
enseña, debe ser escuchado con respeto
se le permite dormir de día. Poco a poco el
y obedecido. Este cuida a la gente y nada
niño se encariña con el mama al que llega a
malo le puede suceder mientras que él esté
considerar como su padre (háite) y al pasar
presente. Esta defensa se refiere a su posición
los años aprende a recitar largos cantos de
como intermediario entre el individuo, la
memoria. Aprende el ritual de las ceremonias
sociedad y el mundo sobrenatural. “Sin él
del ciclo vital, desde las simples ofrendas
la existencia sería imposible ya que sólo él
hasta los ritos más complejos.
sabe interpretar la Ley de la Madre” (1985:
123). Se supone que recibió la mayor parte de
su saber directamente de la Madre, en aluna. Pero el niño no sólo aprende de sus
Este término hace referencia a lo originario maestros, los mamas, sino aprende
de todas las cosas y suele ser empleado para también en alluna. Los koguis dicen:
hablar de la Madre como espíritu y pensa- De un rincón oscuro le habla una
miento formador de lo existente, muy similar voz y nadie sabe quién es ni nadie
al concepto de indefinido o indeterminado, ve nada. Le hablan y le cantan y le
atribuido a Anaximandro (Simplicio, Física, enseñan. Son los Hijos de la Madre
24.13 (A 9)). En efecto, dice el mito kogui de (1985: 121).
la creación: “La Madre no era gente, ni nada,
ni cosa alguna. Ella era alluna. Ella era espí- Por tradición el segundo ciclo de nueve años
ritu de lo que iba a venir y era pensamiento y comienza con la iniciación del joven. “Recibe
memoria” (Reicheld, 1985: 17). Todo lo que su poporo y en adelante el mama le habla de
no existía primero fue espíritu y pensamien- temas de sexualidad, matrimonio y los ritos
to, es decir, alluna. De ese principio-madre con ello relacionados” (1985: 121). Pasan
se formaron todas las cosas. dieciocho años, entre cantos, aprendizajes,
largas memorizaciones, sin ver el sol ni a
El mama es preparado desde que nace para otras personas que no fueran aprendices o
interpretar la ley de la Madre, mediante un mamas. Cuando sale por primera vez de día
riguroso entrenamiento. Al principio se aparta ve gente, luz, y todos los saludan con reve-
al niño de su familia y es alojado en la casa del rencia. Desde entonces se lo concibe como
mama donde va a recibir un tratamiento muy un mama y como el “guardián de la Ley de
PENSAMIENTO PREHISPÁNICO Y FILOSOFÍA: UN ACERCAMIENTO... 33

la Madre”13. Así como Heidegger señaló que Pero el mama no sólo advierte sobre los po-
el pensador y el poeta son los guardianes del sibles peligros sino que renueva el sentido de
ser, entre los koguis el mama no se concibe las viejas tradiciones cotidianas, por ejemplo,
como un ser castigador ni como el creador de de iniciación en la vida adulta. A este respecto
la ley ni su ejecutor. Guardián en este caso la coca desempaña un papel esencial, no sólo
significa que conoce las llaves del misterio en las ceremonias privadas de los mamas,
y que sabe de la ley que gobierna la vida de sino en la vida pública. Todo joven adquiere
los hombres. No se emplean castigos físi- su poporo, especie de calabacito de cal que
cos, y el papel político del mama se basa en simboliza la mujer. Durante la ceremonia
recomendaciones y advertencias sobre las el joven se casa con esta mujer y perfora el
consecuencias que una acción indebida puede calabacito en imitación de la desfloración
acarrear. Por ejemplo: “Un individuo negli- ritual. El palillo en cambio representa el órga-
gente en la religión se apresurará a ponerse no masculino. La introducción del palillo en
de acuerdo en el momento que sienta sínto- la abertura del poporo se interpreta como el
mas de enfermedad o cuando, por cualquier coito y con esto se prepara a cada joven para
razón, su situación económica le parezca la continencia sexual, la dedicación al trabajo
empeorarse” (1985: 124). El pensamiento y las noches de ceremonia donde se baila y
mágico que sustenta estas prácticas considera se recita. Este pequeño instrumento concentra
que todo está en el universo emparentado todas las necesidades y las frustraciones de
por vínculos sagrados que no se deben pro- la vida, y representa la comida, la mujer y la
fanar. La ley, en tanto que castigo y justicia, memoria. Sobre el efecto de la coca Reichel
tiene ese carácter de necesidad que entrevió dice lo siguiente:
Parménides y Anaximandro al comienzo de
la filosofía: “Las cosas perecen en lo mismo Los koguis dicen que apacigua el
que les dio el ser, según la necesidad. Y es hambre. Según ellos, sin embargo,
que se dan mutuamente retribución por su eso nunca es el objetivo del consumo
injusticia, según la disposición del tiempo” de la coca [...]. En muy raros casos se
(Los filósofos presocráticos, 1996: 54). admitió francamente que la coca se
masticaba con el sólo fin de suprimir
La muerte de un mama causa consternación el hambre ya que la alimentación era
entre los koguis y se considera un mal presa- muy deficiente, pero generalmente
gio. Es como si se acabara un ciclo o como si un kogui declara enfáticamente que
el mundo se acercara a su fin. Este fin hace la comida es plenamente satisfacto-
referencia dentro del pensamiento mágico al ria y que la coca sólo se consume
fin, no sólo del mundo, literalmente hablando, para poder mejor hablar de los anti-
sino, sobre todo, al fin de lo que conserva el guos (1985: 88-89).
sentido de las cosas en el mundo de la vida,
el orden moral que lo sostiene y protege de Consideraciones finales
todo peligro. En otras palabras: si no existe
ya la referencia que liga a los hombres con Con frecuencia las tradiciones míticas de las
los ancestros, con la Madre, la vida no tiene culturas aborígenes no se abren a una com-
ningún sentido. prensión del mundo distinta, profana, a la de
su propio horizonte. Con el mismo dogmatis-
mo la cultura occidental pretende cerrarse a
13 Reichel Dolmatoff también utiliza el término la comprensión mágica del mundo, e intenta
“guardián” para referirse al mama (1985: 124). progresar en la dirección de una visión del

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mundo desencantada –Heidegger demostró constantemente erosionada por la dimensión


lo infundado de esta pretensión, pues ella teórica, y ésta progresa en una dirección que
misma descansa en una metafísica–, en la que no apunta a dar sentido al mundo de la vida.
el positivismo y el individualismo –el sujeto La creciente especialización se convierte
arrojado a la contingencia y sin referentes en un creciente exilio del saber respecto al
sagrados– dirija las prácticas y la compren- mundo de la vida. Las dimensiones: práctica
sión del mundo. Sin embargo, para Gadamer, y teoría no participan en un proyecto único de
comprensión y apropiación del mundo e in-
…la historia espiritual de la humani- tentan escindirse mutuamente. El impacto de
dad no es un proceso de desacraliza- la ciencia y la técnica en el mundo de la vida
ción del mundo, ni la disolución del actúa como una constante colonización que se
mito por el logos, por la razón. Este aparta de la necesidad de dar sentido práctico
esquema descansa en el prejuicio de y normativo inherente a la existencia, y en
la ilustración histórica, en la hipóte- ocasiones, de satisfacer las necesidades más
sis ingenua de que la razón del ser inmediatas, e impone, en contraprestación, el
racional es el fundamento suficiente imperativo de una transformación constante
para triunfar y dominar. En realidad y de un “no lugar originario”: nihilismo, esto
la razón no funciona por sí misma. es, posmodernidad. El futuro llega cada vez
Sólo es una posibilidad –y oportuni- más rápido y necesitamos aprender a devenir
dad– histórica. No se comprende a sí en él. El hombre se encuentra ajeno en su
misma y mucho menos comprende propio mundo y debe aprender a adaptarse
la realidad mítica que más bien la a los últimos avances tecnológicos, que la
envuelve y sustenta (1992: 41). mayoría de las veces él mismo no ha solici-
tado. Nos parecemos “al hombre que ya ha
De ahí que todo criterio para la interpretación perdido su sombra y que, privado de su lastre
del mito resulte siendo sospechoso. ¿Cómo ontológico, se encuentra condenado a errar
interpretar aquello que nos alecciona, que sin domicilio fijo, en un mundo donde jamás
está en el comienzo de las cosas y que por puede arraigarse por completo” (Gusdorf,
esto siempre nos habla –no meramente tem- s. f.: 181). La economía, y la misma socie-
poral–?, ¿no es el mito el que nos interpreta, dad, abandonada al imperativo del progreso
el que revela la verdad más profunda del tecnológico están en manos de tecnócratas,
hombre? “El espíritu iniciado en su secreto, que lejos de pensar la esencia de la técnica,
dice Gadamer, no es el espíritu de nuestra son movilizados por ésta.
razón histórica. Por eso estamos tan inermes,
como seres históricos, ante algo que los niños La disociación creciente entre la dimensión
sienten como suyo” (1992: 41). Estamos iner- teórico-técnica y la práctica –siguiendo el
mes ante la lejanía que aún nos habla, incluso planteamiento de Heidegger– sólo logra ser
sobre asuntos que son hoy problemáticos. superada en el sentido en el que el pensamien-
Mientras que en las tradiciones aborígenes to meditador establece la esencia de la técnica
el saber mítico se mantiene unificado y casi y con esto libera, en la práctica, una dimen-
intacta la dimensión práctica y normativa de sión normativa peculiar. No es la pregunta
la vida, que restringe en un riguroso simbolis- del cómo la que preocupa tanto al hombre
mo la posibilidad de las innovaciones técnicas actual, sino la del sentido, la de las grandes
y del saber; las tradiciones occidentales dan finalidades, que siempre involucran valores.
una doble escisión, a medida que se producen ¿Una recuperación del sentido normativo de
tales innovaciones, la dimensión práctica es la existencia supone una “reinterpelación”
PENSAMIENTO PREHISPÁNICO Y FILOSOFÍA: UN ACERCAMIENTO... 35

del ser de la existencia que incluya y redi- mito, desocultar el sentido originario que nos
mensione el saber acumulado por la ciencia?, une al todo, no es sólo la verdad del hombre
¿debe el hombre desafiar esta invocación más sino de la filosofía. Esta se constituye como
sofisticada a lo originario que aún alienta en una actualización del origen desasiéndose
la filosofía de Heidegger, o desde una neoilus- del ritual, de la ceremonia, del cuerpo, y de
tración posmoderna, abrirse camino con las la ofrenda; sólo queda la inteligencia tra-
solas armas del disponer científico-técnico?, tando de retornar hacia atrás, operando por
¿hasta qué punto este esfuerzo no es infruc- un esfuerzo de abstracción, esto es, por un
tuoso, y la apelación a lo originario, propia esfuerzo de la razón privada. Tal retorno no
del mito, nos seguirá siempre como una me religa de modo existencial, afectivamen-
sombra, incluso allí donde creemos que nos te, en un ritual específico a la comunidad a
hemos liberado de ella?, ¿no es esta apelación la que le pertenece, ni me enfrenta al hecho
a lo originario un a priori de la estructura del simbólico y participativo de la creación del
mundo presente en toda cultura?, ¿no es esta cosmos, ni me ofrece una experiencia de
apelación lo único realmente universal, y lo totalidad y de poder; por el contrario, me
que mantiene viva la impostergable y siempre escinde de los otros y del universo desde el
perentoria inquietud ante lo sagrado, bajo punto de vista corporal y ritual. La ciencia
cualquier forma de nominación? Lo origi- occidental continúa esa aspiración del mito
nario es el anhelo a la unidad con todas las a lo omnicomprensivo del mundo por una
cosas que el hombre quiere restaurar en sí, al vía intelectual, si bien, no se representa el
menos por un momento; lo opuesto a esta ex- pasado, el comienzo del mundo, como aquella
periencia es la separación como el intento de condición de la cual todas las cosas extraen su
restaurar el sentido de la identidad ante todas significación y su verdad. Entonces, el origen
las cosas, que también, todo hombre quiere o el comienzo es una mera noción medible,
experimentar algunas veces. Privilegiar un calculable, temporal, propia de eruditos (los
de los dos polos de esta experiencia que nos chamanes de Occidente) y despojada de un
constituye como totalidad es enfermizo y sentido simbólico. Un comienzo que inicia el
peligroso –la necesidad de unirse al todo o a mundo, pero no tiene nada que ver conmigo,
la necesidad de separarse de él–. El peligro es un objeto de la investigación científica. El
de algunos mitos es que nos destruye como origen deja de ser lo originario, lo que tiene
sujetos pero el peligro de la ilustración es que el poder de unir. Ahora sólo puede unir en
nos destruye como comunidad, y a la postre, la medida en que puede ser explicado, com-
también como sujetos. prendido de manera racional en un sistema.
Es un mito “ilustrado” por la razón hegeliana.
El ser, la Madre, el eidos, lo indefinido,
todo nos habla de lo mismo: lo originario, Por el contrario, en la estructura del pen-
la referencia del hombre a aquello desde lo samiento mágico como en el religioso
cual las cosas adquieren plena significación encontramos que el sentido de la existencia
porque no están separadas unas de otras. No supone la pregunta por lo originario, como
es una significación que dependa del hombre, algo fundamental, sin la cual toda otra expe-
de su esfuerzo, lo une a los demás sin negarlo riencia y explicación, individual o colectiva,
como individuo. Incluso nos encontramos no es sólo insuficiente sino inconcebible. La
como especie en la posibilidad de hacer este significación de todas las cosas supone el
experimento, cada filosofía es en alguna me- rescate de esa significación en el principio
dida el intento siempre limitado, afortunado o gracias a la mediación de un guardián. Hoy
no, de hacer este experimento. La verdad del en día los hombres tienden a encontrar sen-

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tido a la existencia, sin involucrar para ello dualidad, de ser uno mismo. Es encontrar
lo originario. El sentido de la existencia se una armonía intrínseca, una sabiduría que
degrada con frecuencia en el consumismo, el no es un conocimiento, sino una actitud
sexo desaforado y el deseo de poder –estatus o disposición abierta ante la vida. No hay
social y reconocimiento–. El hombre actual auténtica religación sin una auténtica indivi-
construye un muro alrededor de su “iden- dualización creciente. Por el contrario, todo
tidad”, para que lo originario no lo toque, mito contemporáneo acontece al interior de
pues teme perderse en esto. La contingencia una mónada incomunicada, sin horizonte
es el único horizonte de significación. Lo que se adentre en sí mismo, encontrando en
originario ya no nos habla y las tradiciones su propio encierro la solución fragmentada
cada día se vuelven caducas, desechables. a los problemas, sedimentos de la metafísica
Aunque la ciencia física contemporánea de la subjetividad. Cada cual se las arregla
elabore complejas hipótesis sobre el origen como puede, es decir, constituyendo ante
del universo, esto se aborda como un mero sí mismo el mundo como objeto, solucio-
asunto de curiosidad intelectual. El sentido de nando sus problemas, en procesos sociales
la vida al no remitirse a la significación que de masificación: multitud de soledades. La
emana de lo originario, tampoco encuentra dimensión del sentido que corresponde al
eco en los otros. Tenía razón Albert Camus pensamiento mágico (no-objetivo) y que la
cuando afirmó, refiriéndose al proceso instau- filosofía con frecuencia supo hacer explíci-
rado contra Galileo en los comienzos de la to, se ha perdido. No solemos encontrar en
modernidad, sobre si vale la pena o no morir los demás ni en el mundo una oportunidad
por una verdad científica. “Es profundamente para reconocernos en la dimensión que el
indiferente quien gira alrededor del otro, si mito y sus rituales posibilitan, y por ende,
la Tierra o el Sol. Para decirlo todo, es una tampoco nos realizamos como individuos.
cuestión baladí. En cambio, veo que muchas La no-referencia a lo originario tiene como
personas mueren porque estiman que la vida consecuencias el desasimiento del otro y del
no vale la pena de que se viva” (Camus, 1963: mundo; estos son las raíces epistemológicas
13). Esta referencia a Galileo registra con de todos los problemas éticos y medio am-
claridad uno de los momentos en los cuales bientales de hoy. Las revelaciones efectivas
el mundo se constituyó en el horizonte de y cotidianas del otro y de la naturaleza no
nuestra comprensión moderna como objeto, superan el nivel del útil y de la mercancía. La
y no como posible experiencia de sentido. Es ciencia y la técnica, cuyo sentido era hacer del
trivial saber cuál fue el origen del universo mundo algo habitable, en su inserción social
como algo separado de mí, explicado por una nos ha extrañado del mundo y de los demás.
teoría; eso no otorga sentido a mi vida ni me El mundo ya no deviene como un existente-
une a todas las cosas. valor, sino como un existente a la disposición,
al control del mercado. Este extrañamiento
El sentido de la vida no implica, necesa- no se repara con la creciente divulgación de
riamente, nuestra comprensión del mundo discursos éticos, los cuales, aunque bien in-
(cosmología), de su comienzo, ni a los otros tencionados, apelan al consenso normativo o
(dimensión normativa) como un todo integra- a la conciencia de cada uno, pero actúan sobre
do en una teoría. Comprende una profunda y una existencia, ya de ante mano, erosionada
personal experiencia de unión, de religación, por la positivización. Tal consideración de las
de transformación, y, al mismo tiempo, una cosas es tan sólo un efecto más del problema
profunda y personal experiencia de indivi- que en vano se intenta reparar. ¿Requerimos
PENSAMIENTO PREHISPÁNICO Y FILOSOFÍA: UN ACERCAMIENTO... 37

de una situación tal, aun inédita, en la que de o imposibilidades de un comienzo. Quizás no


manera inapelable estemos abocados de nue- se trata de superar el mito, sino de permitirnos
vo a escuchar la voz de lo originario –como devenir en él desde otras posibilidades de
si fuera la primera vez–, capaz de disponer narrar, de desocultar otras verdades, aquellas
para los individuos y las comunidades nuevas que necesitamos aprender. ¿Cómo se nos pue-
posibilidades de libertad? Ni siquiera la con- de entregar la verdad del mito si posiblemente
ciencia de esta necesidad nos hace aptos para no hemos aprendido a vivir en su verdad?
estar alertas a su escucha, mientras no ocurra
algo esencial. De todo esto no se infiere que Referencias
debamos adoptar como propios los mitos ya
mencionados; pero podemos inferir que la Adorno, T. W. y Horkheimer, M. (1994).
antigüedad del mito es plenamente actual, Dialéctica de la Ilustración. Valladolid:
y de su verdad dependen quizá asuntos fun- Editorial Trotta.
damentales. La razón ha reprobado al mito,
Camus, A. (1963). El mito de Sísifo. Buenos
pero, como dice Georges Gusdorf, “no puede
Aires: Editorial Losada.
impedir el retorno del réprobo, que vuelve a
problematizar todo” (s. f.: 181). El réprobo Carpentier, A. (1981). Los pasos perdidos.
puede poner en evidencia las mentiras de Barcelona: Editorial Bruguera.
nuestras verdades modernas, o la verdad de
nuestros mitos actuales, pretendidamente Corredor, B. y Torres, W. (1989). Chamanis-
racionales. Como señala Gadamer, la razón mo: un arte del saber. Bogotá: Editorial
ilustrada no es la definitiva superación del Anaconda.
mito (1992: 41), es acaso nuestro mito, con
sus bondades –ciencia y tecnología– y sus De Castellanos, J. (1999). Las elegías de va-
patologías propias. rones ilustres. Bogotá: Editorial Norma.

Eliade, M. (1991). Mito y realidad. Barcelo-


¿Cómo interpretar los mitos que nos cons- na: Editorial Labor.
tituyen? Gadamer sabe que esta pregunta es
atrevida porque ignora precisamente aquello Filósofos presocráticos (1996). Barcelona:
por lo que pregunta. “Somos incapaces de Altaya.
interpretar los mitos porque son estos los que
nos interpretan a nosotros […]. Estos son, en Gadamer, H. (1992). Verdad y método. Sala-
efecto, los que nos dominan, los que saben manca: Ediciones Sígueme.
todo aquello que nos habla y alecciona en
García Canclini, N. (1990). Culturas híbri-
medio de la oscuridad” (1992: 41). El mito es
das. Estrategias para entrar y salir de la
aquel “cuento”, ejercicio narrativo, sagrado
modernidad. México: Editorial Grijalbo.
o profano, ilustrado o religioso en el cual
operamos, aquello que nos decimos –¿cómo Gusdorf, G. (s. f.). Mito y metafísica. Buenos
establecer la diferencia cuando todos los Aires: Editorial Nova.
relatos que nos contamos quieren o exigen
sus rituales particulares de renovación cícli- Heidegger, M. (1958). ¿Qué significa pen-
ca?–, y en su decir, nos hace ser, nos expone sar? Buenos Aires: Nova.
nuestras luces y sombras, nuestras verdades
más claras y oscuras, los límites sobre lo que Heidegger, M. (1960). ¿Para qué ser poeta?
podemos decir, significar, y las posibilidades En Sendas perdidas. Buenos Aires: Edi-
torial Losada.

Cuadernos de Filosofía Latinoamericana / ISSN 0120-8462 / Vol. 32 / No. 104 / 2011 / pp. 15-38
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Ediciones.
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Heidegger, M. (23 de septiembre de 1966 y drid: Alianza Editorial.
publicada el 26 de mayo de 1976). Der
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