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1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
A pesar de que a lo largo de la Historia ha habido reivindicaciones del dominio de los mares y
océanos por algunos grupos políticos, debido a principios de profundo y largo arraigo en el
Derecho Internacional Consuetudinario, Alta Mar está regido por el principio de LIBERTAD.
Como antecedente importante de la defensa de dicho principio tenemos el conocido libro del
holandés HUGO GROCIO titulado “De mare liberum”. El principio se codificó en la
Convención sobre Alta Mar (29 de Abril de 1958) de la ICOM. La Convención de 1982 recoge
la regulación de 1958 desarrollándola y actualizándola. El impacto más significativo del nuevo
régimen es que la extensión de Alta Mar ha quedado reducida.
En la actualidad, el Régimen Jurídico de Alta Mar está regulado en el Convenio de 1958 sobre
Alta Mar y en la Convención de 1982
2. CONCEPTO
(Art. 86) La Convención de 1982 ha tenido que reducir su ámbito espacial; en ella Alta Mar
comprende “todas las partes del mar no incluídas en la Zona Económica Exclusiva, Mar
Territorial o Aguas Interiores de un Estado, ni en las aguas archipelágicas de un Estado
archipelágico. Luego Alta Mar empieza donde acaba la Zona Económica Exclusiva de 200
millas.
3. PRINCIPIOS
Los principios en que está basado el régimen jurídico de Alta Mar son los siguientes:
Debe estar sometido a una reglamentación jurídica internacional su uso y disfrute común.
Estos cuatro principios quedan articulados en las CUATRO LIBERTADES DEL ALTA MAR:
1) -Libertad de navegación
2) -Libertad de pesca
1. Navegación
Esta libertad aparece recogida en el art. 90 de la Convención de 1982, que establece que “todos
los Estados con litoral o sin él tienen el derecho a que naveguen en Alta Mar los buques que
enarbolen su bandera”.
La importancia del derecho al uso de una bandera es extraordinaria, ya que supone que en Alta
Mar los buques quedan sometidos a la jurisdicción exclusiva del Estado del pabellón y es éste
el que determina la nacionalidad del buque, para lo cual se establece que ha de existir una
relación auténtica entre el Estado y el buque. Si un buque navega bajo el pabellón de dos o más
Estados, utilizándolos a su conveniencia, no podrá ampararse en ninguna de esas
nacionalidades frente a un tercer Estado, será considerado, por tanto, como buque apátrida, o
sin nacionalidad.
La sumisión de un buque en Alta Mar a la jurisdicción exclusiva del Estado del pabellón es la
regla de principio, derivada de la libre navegación, que no se aplicará a los casos excepcionales
previstos de modo expreso en los Tratados internacionales o en la Convención, casos que nunca
afectan a los buques de guerra ni a los pertenecientes a un Estado o explotados por él y
utilizados únicamente para un servicio oficial no comercial, ya que tanto unos como otros
gozan de completa inmunidad de jurisdicción respecto a cualquier Estado que no sea el de su
pabellón, cuando estén en Alta Mar.
Los casos de excepción a la jurisdicción exclusiva del Estado del pabellón suponen una serie
de limitaciones a la libertad de navegación y, por tanto, al principio de no interferencia y son :
la piratería, el abordaje, la trata de esclavos, el tr´çafico de estupefacientes, y la infracción de
leyes y reglamentos del Estado ribereño.
(1) PIRATERÍA
Por razón de dedicarse a la piratería se puede apresar el buque o aeronave pirata o que esté en
manos de piratas en Alta Mar o en cualquier otro lugar no sometido a la jurisdicción del Estado.
Para que exista piratería es necesario que concurran, según el Convenio, tres elementos: (1) -
acción ilegítima de violencia, detención o depreciación. (2) -cometida con fines personales por
la tripulación o pasajeros de un navío o aeronave privada y (3) -realizada en Alta Mar o en un
lugar no sometido a la jurisdicción de ningún Estado contra un buque o las personas o bienes
que se encuentren a bordo bien del mismo o de otro buque. También se asimilan a la piratería
los actos cometidos por la tripulación amotinada de un barco de guerra o de una aeronave o
navío de un Estado.
El apresamiento puede llevarse a cabo sólo por buques y aeronaves de guerra o afectos a un
servicio público y autorizados a tal fin, no por buques mercantes.
(2) ABORDAJE
Implica también cualquier otro incidente de la navegación que implique responsabilidad penal
o disciplinaria para el capitán o para cualquier otra persona al servicio del buque; y en tales
supuestos se podrán incoar procedimientos penales o disciplinarios, no sólo por las autoridades
judiciales o administrativas del Estado del pabellón, sino también por las del Estado de
nacionalidad de aquellas personas.
En la Convención de 1982 sólo se prevé la cooperación entre todos los Estados para reprimir
dicho tráfico en Alta Mar y que un Estado pueda solicitar ayuda para poner fin al tráfico
perpetrado por buques de su propio pabellón, pero la Convención de las Naciones Unidas
contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias sicotrópicas de 1988 añade que el Estado
del pabellón podrá autorizar al Estado que lo requiera (cuando tenga motivos razonables para
tal sospecha), a abordar la nave, a inspeccionarla o visitarla no sólo por buques o aeronaves de
guerra sino por cualesquiera buques o aeronaves al servicio del Estado, y si se descubren
pruebas de implicación en el tráfico ilícito, adoptar las medidas adecuadas con respecto a la
nave, a las personas y a la carga que se encuentren a bordo.
1.- que se inicie la persecución cuando el buque o sus lanchas se encuentren en sus Aguas
Interiores, Mar Territorial, Zona Económica Exclusiva o Plataforma Continental, es decir, por
infracciones cometidas en esas zonas (incluídas las zonas de seguridad en torno a las
instalaciones de la Plataforma Continental) respecto de las leyes y reglamentos que sean
aplicables en esos espacios conforme a la Convención de 1982.
2.- que se realice por buques de guerra o barcos afectos o destinados a un servicio público y
especialmente autorizados para ella.
5.- debe cesar cuando el buque haya entrado en el Mar Territorial del Estado de su pabellón o
en el de un tercer Estado.
3 -Estado de su nacionalidad
Y cualquiera de estos Estados podrá apresarlo, ejercer el derecho de visita y confiscar el equipo.
2. Pesca
Respecto a esta libertad, se establecen medidas de cooperación entre todos los países mediante
la constitución de organizaciones pesqueras en un marco regional o subregional y cuyo objetivo
sea la mejor conservación y administración de los recursos mediante la determinación de las
cuotas permisibles de captura y otros medios de conservación, adoptados siempre de acuerdo
con criterios científicos y sin discriminación
Éste es un tema que fue muy discutido en la III Conferencia sobre Derecho Marítimo, si bien
en la Convención de 1982 no se prohibe expresamente, estableciéndose además que ninguna
actividad se prohibe en Alta Mar por sus cualidades inherentes, hay que tener en cuenta al
respecto el Tratado de prohibición de pruebas con armas nucleares en la atmósfera, espacio
ultraterrestre y bajo el agua firmado en Moscú en 1963 por Estados Unidos, Reino Unido y la
URSS.
Por otro lado, el art. 88 de la Convenció establece que Alta Mar será utilizada exclusivamente
con fines pacíficos.
- tener en cuenta debidamente los intereses de otros Estados en el ejercicio de sus libertades en
Alta Mar.
Según P. Ridruejo, podemos inclinarnos por pensar que es una res communis, ya que el
ejercicio de las libertades en Alta Mar ha de tener en cuenta los intereses de otros Estados. Se
trata de garantizar el ejercicio de esas libertades en interés de la Comunidad Internacional, es
decir, en sentido comunitario.
ISLAS
Concepto : “extensión natural de tierra rodeada de agua, que se encuentre siempre a nivel del
mar”.
EJERCICIO DE LA JURISDICCIÓN
ZONA CONTIGUA
- Medidas para
prevenir inspecciones (aduana, inmigración ....)
sancionar esas infracciones
ALTA MAR
- Jurisdicción exclusiva del Estado del pabellón
- Excepciones
La alta mar, constituye todas las partes del mar no incluidas en la zona económica
exclusiva, aguas interiores de un Estado, ni en las aguas archipelágicas de un Estado
archipelágico.
Naturaleza jurídica[editar]
En su art. 87 la Convención proclama el principio de que: “La alta mar está abierta a todos los
Estados, sean ribereños o sin litoral. La libertad de la alta mar se ejercerá en las condiciones
fijadas por esta Convención y por las otras normas de derecho internacional. Comprenderá, entre
otras, para los Estados ribereños y los Estados sin litoral:
La libertad de navegación;
La libertad de sobrevuelo;
La libertad de tender cables y tuberías submarinos;
La libertad de construir islas artificiales y otras instalaciones permitidas por el derecho
internacional;
La libertad de pesca;
La libertad de investigación científica...”.
Por otra parte se establece que la alta mar será utilizada exclusivamente con fines pacíficos (art.
88) y que ningún Estado podrá pretender legítimamente someter cualquier parte de la alta mar a
su soberanía.
Por estas y otras razones podemos colegir que la naturaleza jurídica del alta mar es la de
"patrimonio común de la humanidad".
Al amparo de lo antes mencionado se han dado casos muy particulares de evasión de leyes de
los gobiernos establecidos, ya que estos no poseen jurisdicción alguna en esta zona, por ejemplo
el barco-clínica de abortos Aurora, o los casinos flotantes.
Navegación y control[editar]
Todos los Estados, sean ribereños o sin litoral, tienen el derecho de que los buques que enarbolan
su pabellón naveguen en alta mar (art. 90).
Los buques poseerán la nacionalidad del Estado cuyo pabellón estén autorizados a enarbolar (art.
91). La posesión de una nacionalidad es una garantía para los demás Estados de que los delitos
o infracciones cometidas en alta mar por los tripulantes o pasajeros de un buque serán reprimidos.
La importancia que tiene la nacionalidad del navío explica que se tomen medidas especiales para
prevenir y sancionar a los buques carentes de nacionalidad, que usan más de una bandera, o la
cambian durante un viaje. “El buque que navegue bajo los pabellones de dos o más Estados,
utilizándolos a su conveniencia, no podrá ampararse en ninguna de esas nacionalidades frente a
un tercer Estado y podrá ser considerado buque sin nacionalidad (art. 92).
No obstante, es delito el cambio de bandera o nacionalidad y ocurrirá lo mismo frente a un buque
sin nacionalidad (Art. 92)
Deber de cooperación[editar]
Todo Estado tomará medidas eficaces para impedir y castigar el transporte de esclavos en buques
autorizados.
Pesca[editar]
El artículo 63 dispone: “cuando tanto en la zona económica exclusiva como en un área más allá
de ésta y adyacente a ella se encuentren la misma población o poblaciones de especies
asociadas, el Estado ribereño y los Estados que pesquen esas poblaciones en el área adyacente
procurarán, directamente o por conducto de las organizaciones subregionales o regionales
apropiadas, acordar las medidas necesarias para la conservación de esas poblaciones en el área
adyacente”. El mismo deber de conservación y cooperación se impone a terceras banderas
respecto de las especies altamente migratorias y los mamíferos marinos.
Todos los Estados tienen derecho a que sus nacionales se dediquen a la pesca en la alta mar con
sujeción a:
• lugares naturales o las zonas naturales estrictamente delimitadas, que tengan un Valor
Universal Excepcional desde el punto de vista de la ciencia, de la conservación o de la
belleza natural,
El Valor Universal Excepcional del “bien o sitio” significa que este tiene una
importancia cultural y/o natural tan extraordinaria que trasciende las fronteras
nacionales y cobra importancia para las generaciones presentes y venideras de toda la
humanidad. Por lo tanto, la Convención reconoce que la protección permanente de este
“sitio” es de capital importancia para el conjunto de la comunidad internacional.
El Comité de Patrimonio, asesorado por los órganos consultivos de la Convención
(ICCROM, ICOMOS, IUCN) define los criterios de inscripción de los bienes en la Lista
del Patrimonio Mundial.
La Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural1 fue adoptada
por la conferencia general de la Unesco en su XVII reunión realizada en París el 16 de
noviembre de 1972. Desde entonces, 191 países han ratificado la convención.2
Plataforma continental
Este concepto, a efectos de derecho internacional, fue modificado por la Convención sobre el
Derecho del Mar de 1982, que estableció:
La plataforma continental de un Estado ribereño comprende el lecho y el subsuelo de las áreas submarinas
que se extienden más allá de su mar territorial y a todo lo largo de la prolongación natural de su territorio
hasta el borde exterior del margen continental, o bien hasta una distancia de 200 millas marinas contadas
desde las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura del mar territorial, en los casos en que el
borde exterior del margen continental no llegue a esa distancia.
Artículo 76.1 f de la Convención sobre el Derecho del Mar (1982)
Artículo 1
Para los efectos de estos artículos, la expresión «plataforma continental» designa: a)el lecho
del mar y el subsuelo de las zonas submarinas adyacentes a las costas pero situadas fuera de
la zona del mar territorial, hasta una profundidad de 200 metros o, más allá de este límite,
hasta donde la profundidad de las aguas suprayacentes, permita la explotación de los
recursos naturales de dichas zonas: b)el lecho del mar y el subsuelo de las regiones
submarinas análogas, adyacentes a las costas de islas.
Artículo 2
1. El Estado ribereño ejerce derechos de soberana sobre la plataforma continental a los
efectos de su exploración y de la explotación de sus recursos naturales.
2. Los derechos a que se refiere el párr. 1 de este artículo son exclusivos en el sentido de que,
si el Estado ribereño no explora la plataforma continental o no explota los recursos naturales
de éste, nadie podrá emprender estas actividades o reivindicar la plataforma continental sin
expreso consentimiento de dicho Estado.
3. Los derechos del Estado ribereño sobre la plataforma continental son independientes de
su ocupación real o ficticia, así como de toda declaración expresa.
4. A los efectos de estos artículos, se entiende por «recursos naturales» los recursos minerales
y otros recursos no vivos del lecho del mar y del subsuelo. Dicha expresión comprende,
asimismo, los organismos vivos, pertenecientes a especies sedentarias, es decir, aquellos que
en el período de explotación están inmóviles en el lecho del mar o en su subsuelo, o sólo
pueden moverse en constante contacto físico con dichos lecho y subsuelo.
Artículo 3
Los derechos del Estado ribereño sobre la plataforma continental no afectan al régimen de las
aguas suprayacentes como alta mar, ni al del espacio aéreo situado sobre dichas aguas.
Artículo 4
Artículo 5
3. Las zonas de seguridad mencionadas en el párr. 2 del presente artículo podrán extenderse
hasta una distancia de 500 metros alrededor de las instalaciones y otros dispositivos que se
hayan construido, medida desde cada uno de los puntos de su limite exterior. Los buques de
todas las nacionalidades respetarán estas zonas de seguridad.
7. El Estado ribereño está obligado a adoptar, en las zonas de seguridad, todas las medidas
adecuadas para proteger los recursos vivos del mar contra agentes nocivos.
8. Para toda investigación que se relacione con la plataforma continental y que se realice allí,
deberá obtenerse el consentimiento del Estado ribereño. Sin embargo, el Estado ribereño no
negará normalmente su consentimiento cuando la petición sea presentada por una institución
competente, en orden a efectuar investigaciones de naturaleza puramente científica
referentes a las características físicas o biológicas de la plataforma continental, siempre que
el Estado ribereño pueda, si lo desea, tomar parte en esas investigaciones o hacerse
representar en ellas y que, de todos modos, se publiquen los resultados.
Artículo 6
1. Cuando una misma plataforma continental sea adyacente al territorio de dos o más Estados
cuyas costas estén situadas una frente a otra, su delimitación se efectuará por acuerdo entre
ellos. A falta de acuerdo, y salvo que circunstancias especiales justifiquen otra delimitación,
ésta se determinará por la línea media cuyos puntos sean todos equidistantes de los puntos
más próximos de las líneas de base desde donde se mide la extensión del mar territorial de
cada Estado.
2. Cuando una misma plataforma continental sea adyácente al territorio de dos Estados
limítrofes, su delimitación se efectuará por acuerdo entre ellos. A falta de acuerdo, y salvo
que circunstancias especiales justifiquen otra delimitación, ésta se efectuará aplicando el
principio de equidistancia de los puntos más próximos de las líneas de base desde donde se
mide la extensión del mar territorial de cada Estado.
Artículo 8
Esta Convención quedará abierta hasta el 31 de octubre de 1958 a la firma de todos los
Estados Miembros de las Naciones Unidas o de cualquiera de los organismos especializados
y de cualquier otro Estado invitado por la Asamblea General de las Naciones Unidas a suscribir
la Convención.
Artículo 9
Artículo 10
Esta Convención estará abierta a la adhesión de los Estados incluidos en cualquier categoría
mencionada en el artículo 8. Los instrumentos de adhesión se depositarán en poder del
Secretario general de las Naciones Unidas.
Artículo 11
1. Esta Convención entrará en vigor el trigésimo día que siga a la fecha en que se haya
depositado en poder del Secretario general de las Naciones Unidas el vigésimo segundo
instrumento de ratificación o de adhesión.
2. Para cada uno de los Estados que ratifiquen la Convención o se adhieran a ella después de
haberse depositado el vigésimo segundo instrumento de ratificación o de adhesión, la
Convención entrará en vigor el trigésimo día después de que dicho Estado haya depositado
su instrumento de ratificación o de adhesión.
Artículo 12
1. Una vez expirado el plazo de 5 años a partir de la fecha de entrada en vigor de esta
Convención, las Partes Contratantes podrán pedir en todo momento, mediante una
comunicación escrita dirigida al Secretario general de las Naciones Unidas, que se revise esta
Convención.
2. La Asamblea General de las Naciones Unidas decidirá las medidas que corresponde tomar
acerca de esta petición.
Artículo 14
El Secretario general de las Naciones Unidas comunicará a todos los Estados Miembros de las
Naciones Unidas y a todos los demás Estados mencionados en el artículo 8:
a) Cuáles son los países que han firmado esta Convención y los que han depositado
los instrumentos de ratificación o de adhesión, de conformidad con lo dispuesto en
los artículos 8, 9 y 10;
b) En qué fecha entrará en vigor esta Convención, de conformidad con lo dispuesto en
el artículo 11;
c) Las peticiones de revisión hechas, de conformidad con el artículo 13;
d) Las reservas formuladas respecto de esta Convención, de conformidad con el
artículo 12.
Artículo 15
El original de esta Convención, cuyos textos chino, español, francés, inglés y ruso son
igualmente auténticos, será depositado en poder del Secretario general de las Naciones
Unidas, quien remitirá copias certificadas a todos los Estados mencionados en el artículo 8.
Hecho en Ginebra,
«Sin embargo, su adhesión no puede ser interpretada como reconocimiento de
cualesquiera derechos o situaciones relativos a los espacios marítimos de Gibraltar,
que no estén comprendidos en el artículo 10 del Tratado de Utrecht, de 13 de julio de
1713, entre las Coronas de España y Gran Bretaña.
Asimismo, declara, en relación con el artículo 1.º de la Convención, que la existencia
de un accidente del terreno, tal como una depresión o un canal en una zona
sumergida, no ha de ser considerado como constitutiva de una interrupción de la
prolongación natural del territorio costero en el mar o bajo él.
o
o 1.º Que reserva su posición sobre la declaración hecha por el Gobierno de la
República francesa en relación con el artículo 1.º.
o
o 2.º Que no estima aceptable la reserva hecha por el Gobierno de la República
francesa al apartado 2 del artículo 6 y especialmente en lo que se refiere al
Golfo de Vizcaya. »
Lo que se hace público para conocimiento general.
Se ha definido el "vertimiento" como toda evacuación deliberada en el mar de desechos u otras materias
efectuada desde buques, aeronaves, plataformas u otras construcciones, así como toda evacuación
deliberada de esos propios buques o plataformas. En los anexos se enumeran los desechos que no
pueden verterse y otros para los cuales se necesita un permiso de vertimiento especial.
Por medio de las enmiendas que se adoptaron en 1993, y que entraron en vigor en 1994, se prohibió
el vertimiento en el mar de desechos radiactivos de baja actividad. Por otra parte, en las enmiendas se
establece la supresión gradual de la evacuación de desechos industriales en el mar, la cual cesó el 31
de diciembre de 1995, al tiempo que se prohíbe la incineración de desechos industriales en el mar.
En 1996, las Partes adoptaron el Protocolo de 1996 relativo al Convenio sobre la prevención de la
contaminación del mar por vertimiento de desechos y otras materias, 1972 (que se conoce como el
"Convenio de Londres"), y que entró en vigor en 2006.
El Protocolo, que se supone que reemplazará el Convenio de 1972, representa un cambio de criterio
importante sobre la forma de reglamentar la utilización del mar como depósito de materiales de
desecho. En lugar de establecer cuáles son los materiales que no podrán verterse, se prohíbe todo
vertimiento, excepto los de los desechos aceptables que figuran en la llamada "lista de vertidos
permitidos", contenida en un anexo del Protocolo.
En el Protocolo de Londres se hace hincapié en un "planteamiento preventivo", según el cual "se
adoptarán las medidas preventivas procedentes cuando haya motivos para creer que los desechos u
otras materias introducidos en el medio marino pueden ocasionar daños aun cuando no haya pruebas
definitivas que demuestren una relación causal entre los aportes y sus efectos".
En dicho Protocolo también se establece que "quien contamina debería, en principio, sufragar los costos
de la contaminación" y se subraya que las Partes Contratantes deben cuidarse de que la aplicación del
Protocolo no signifique simplemente que la contaminación se traslade de un lugar geográfico a otro.
Las Partes Contratantes en el Convenio y Protocolo de Londres han adoptado recientemente medidas
encaminadas a mitigar el impacto de las cada vez más elevadas concentraciones de CO2 en la atmósfera
(y por consiguiente en el medio marino) y a garantizar el control y la reglamentación eficaces de las
nuevas tecnologías concebidas para tratar de afectar masivamente al clima, y que eventualmente
podrían afectar adversamente al medio marino. Hasta el presente, estos instrumentos han sido las
normativas internacionales más avanzadas para abordar las cuestiones relacionadas con la captura y
secuestro de carbono en las formaciones geológicas del subfondo marino y en la ingeniería del clima
marino, como por ejemplo, la fertilización de los océanos.
Mediante el Protocolo de 1996 se limita todo vertimiento excepto el de las sustancias que figuran en la
lista (respecto de las cuales aún se necesita un permiso).
1. Materiales de dragado
2. Fangos cloacales
3. Desechos de pescado o materiales resultantes de las operaciones de elaboración del pescado
4. Buques y plataformas u otras construcciones en el mar
5. Materiales geológicos inorgánicos inertes
6. Materiales orgánicos de origen natural
7. Objetos voluminosos constituidos principalmente por hierro, acero, hormigón y materiales
igualmente no perjudiciales en relación con los cuales el impacto físico sea el motivo de
preocupación, y solamente en aquellas circunstancias en que esos desechos se viertan en
lugares como islas pequeñas con comunidades aisladas, en que no haya acceso práctico a otras
opciones de evacuación que no sea el vertimiento.
8. Flujos de CO2 procedentes del proceso de captura de CO2.
El Convenio de Londres tiene como finalidad promover el control efectivo de todas las fuentes de contaminación
del medio marino y la adopción de todas las medidas posibles para impedir la contaminación del mar por
vertimiento de desechos y otras materias. En la actualidad son 87 los Estados Parte en el Convenio, entre ellos
España, y la Secretaría del Convenio es albergada por la Organización Marítima Internacional, con sede en
Londres.
A diferencia de los Convenios OSPAR y de Barcelona, el Convenio de Londres se ocupa, únicamente, de los
vertidos realizados desde buques y no de aquellos que llegan al mar desde tierra.
En 1996 se aprobó el “Protocolo relativo al Convenio de Londres”, con el objetivo de modernizar el Convenio,
cuya entrada en vigor se produjo en marzo de 2006. El Convenio del 72 establece una lista de sustancias y
productos que no pueden ser vertidos al mar pero, de conformidad con el nuevo Protocolo, se establece el
procedimiento denominado como “lista inversa”, es decir, se prohíbe el vertimiento al mar de todos los desechos
con la única excepción de los que se incluyen en la lista que constituye el anejo I del Protocolo. Por lo tanto,
únicamente son susceptibles de vertido los siguientes materiales:
1. Material de dragado
2. Lodos de depuradoras
3. Vertido de descartes de pesca o materiales resultantes de las operaciones de manipulación de
pescado
4. Buques y plataformas, u otras construcciones en el mar
5. Materiales geológicos inorgánicos inertes
6. Materia orgánica de origen natural
7. Objetos voluminosos inocuos generados en instalaciones aisladas (como pequeñas islas) sin
posibilidad de otras opciones de eliminación
Con posterioridad, en 2007, se aprobaron las enmiendas para incluir una nueva categoría de material
susceptible para su vertido al mar, los flujos de CO2 para su secuestro en estructuras geológicas submarinas.
Este protocolo de enmienda, recoge además los avances y prescripciones que tienen su origen en la
Conferencia de Río de Janeiro (1992) y los principios de cautela y de quien contamina paga, además de prohibir
la incineración en el mar y la exportación de residuos.
Dentro del ámbito del Protocolo, se han redactado unas “Directrices generales” y “Directrices específicas” para
algunos de los desechos cuyo vertimiento está permitido. En ellas se detallan pormenorizadamente los
procedimientos para la evaluación de los desechos, la selección de la zona de vertido, los procedimientos de
vigilancia, de caracterización, etc.
El Convenio de Londres y su Protocolo de 1996, también se van adaptando al progreso científico mediante el
denominado “Grupo Científico” que es el que, en reuniones anuales, prepara desde el punto de vista técnico los
diferentes documentos que se adoptan en las reuniones de Partes Contratantes. España, a través del
MAGRAMA participa en las reuniones del grupo científico
Bibliografía
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