en las celebraciones del calendario festivo de su comunidad,
especialmente en la Festividad de la Virgen de la Candelaria
con la representación del Carnaval de Huerta Huaraya.
Igualmente, sus conocimientos musicales le permitieron integrar
diversas agrupaciones como el conjunto Melodías del Altiplano,
el Conjunto de Zampoñas de Huaraya, Sicuris de Mañazo y
Juventud Obrera, siendo estos dos últimos de los conjuntos de
sicuris más antiguos de Puno.
A nivel local, otros maestros constructores reconocen la maestría
de don Teófilo en la elaboración de balsas, destreza que se
atribuye a su capacidad para seleccionar buenas fibras de totora
y a la paciencia y precisión que pone en cada proyecto, lo que
resulta en balsas con mayor estabilidad y durabilidad que otras.
En la producción que don Teófilo desarrolla destacan también las
icalinas, esteras de totora que se utilizan a modo de cobertor
para defenderse de la lluvia al entrar en el lago y que son muy
difíciles de elaborar ya que se requiere el uso de una fibra muy
fina de cabuya. Así, don Teófilo se ha convertido en un agente
comprometido con la transmisión y revaloración de las técnicas
y conocimientos tradicionales ligados a la construcción de balsas
de totora.
Para construir una balsa, don Teófilo utiliza un conjunto de
herramientas muy básicas y de uso manual, tales como una
sierra o cuchilla para cortar la totora, cuñas de madera y fibra
de cabuya. El primer paso es seleccionar las fibras de acuerdo
a su longitud, forma y grado de madurez, para luego dejarlas
secar por un promedio de 15 días. El armado de la balsa toma
de tres a cinco días, siendo esta la acción que requiere de mayor
cuidado en cuanto a las medidas y el volumen de totora a ser
usado en cada lado de la balsa, lo que incidirá directamente en su
estabilidad y manejo. En el proceso de elaboración el señor Jallo
emplea como única unidad de medida la palma.
Por todo ello, el Ministerio de Cultura rinde homenaje a don Teófilo
Jallo Aruquipa por su invaluable aporte y saberes ancestrales a la
preservación del Patrimonio Cultural de la Nación.
Dirección
Desconcentrada de Cultura
de Puno
Jr. Deustua 630, Puno
Complejo Cultural “Casa Conde de Lemos”
Teléfono: 051-368278
www.cultura.gob.pe Teófilo Jallo Aruquipa
Personalidad Meritoria de la Cultura

Personalidad Meritoria de la Cultura
Mediante Resolución Ministerial Nº 168-2016-MC del 22
de abril de 2016, el Ministerio de Cultura ha reconocido
como Personalidad Meritoria de la Cultura a don Teófilo
Jallo Aruquipa por su trayectoria de vida en la preservación,
conservación y transmisión a las nuevas generaciones del arte
de hacer balsas de totora.
El aporte de don Teófilo a la cultura puneña reside princi-
palmente en sus amplios conocimientos en la fabricación de
balsas y de otros objetos de totora que adquirió de joven,
cuando iba a recoger totora para alimentar a los animales de
la familia y de su padre, quien le enseñó el oficio de usar la
totora para distintos fines.
Hoy, a sus 88 años, don Teófilo Jallo continúa activo y trabaja,
junto a las autoridades locales, en diversas actividades orientadas
a la recuperación y revaloración de los conocimientos ligados
a la construcción y uso de balsas de totora, en tanto práctica
cultural significativa en el ámbito del lago Titicaca.
Se ha involucrado en campañas de difusión de este arte, entre
las que destaca la carrera de balsas de totora organizada
por la Reserva Nacional del Titicaca y sus diferentes comités
conservacionistas, certamen que en el año 2015 celebró su
novena edición.
La totora
En el año 2013, mediante la Resolución Viceministerial
N° 005-2013-VMPCIC-MC, se declaró como Patrimonio Cultural
de la Nación a los Conocimientos y prácticas ancestrales de
manejo de la totora desarrollados por el grupo originario
Uro, ubicado en el lago Titicaca de la región Puno, destacando
dos usos principales de este recurso natural. Por un lado, la
construcción de balsas habitables denominadas islas flotantes
ubicadas cerca de la ciudad de Puno. Y por otro, la construcción
de embarcaciones para la pesca, caza, recolección de huevos de
aves y como medio de transporte en el lago. Como se menciona
en la citada Resolución Viceministerial, la técnica ancestral
utilizada para elaborar estas balsas de totora es un arte que se
ha transmitido de generación en generación, sosteniéndose en
el tiempo debido al carácter renovable de la materia prima, así
como la versatilidad y propiedades ecológicas no contaminantes
de estas embarcaciones en comparación con las modernas
impulsadas a motor.
El uso de este tipo de embarcación para la navegación, la pesca
y la recolección en el lago Titicaca, es una de las prácticas
culturales más profundamente arraigadas en el imaginario
colectivo del altiplano, al punto que la figura del balsero ha sido
eternizada como símbolo de identidad regional por grandes
representantes del arte y la cultura del sur-andino y altiplano
peruano. Resalta, por ejemplo, una fotografía de Martín Chambi
en la que se observa una gran balsa de totora con dos ocupantes
y de fondo las aguas del Titicaca. Del mismo modo, el historiador,
narrador y ensayista puneño Emilio Romero en 1934 publicó su
colección de relatos titulada Balseros del Titicaca, incluyendo
una vívida descripción del estilo de vida de este personaje, su
contacto con la naturaleza y su posición dentro de un complejo
esquema social marcado por la marginación y el abuso. Resalta
también la obra del legendario Rosendo Huirse, quien compuso
el huayño Balsero del Titicaca, evocando a este personaje
cotidiano del altiplano puneño.
La imagen de los balseros del Titicaca ha trascendido el imaginario
regional, convirtiéndose en un rasgo indesligable y central del
paisaje cultural del altiplano y siendo representado en variedad
de registros visuales a lo largo del siglo XX. Un ejemplo de esto
es el cortometraje producido por la Metro Goldwin Meyer en
1937 titulado Glimpses of Peru, The Land of the Incas1, dentro
de su serie Traveltalks, que finaliza con tomas en detalle de las
balsas de totora y sus navegantes; asimismo, el filme animado
Saludos amigos2 (1942) de Walt Disney, en el que se muestran
balseros desembarcando en una playa del lago Titicaca; o, en
fechas más recientes, el documental Balsa y balsita de los
realizadores alemanes Christine y Kurt Rosenthal realizado entre
los años 70 y 80. Así, la figura de los balseros se ha convertido
en uno de los mayores íconos del universo cultural que gira en
torno a la existencia del lago. En ese sentido, resulta de suma
relevancia revalorar el conjunto de saberes y conocimientos que
los constructores de balsas conservan y transmiten.
Don Teófilo
Don Teófilo Jallo Aruquipa es uno de los más reconocidos y
respetados maestros constructores de balsas de totora en la
región Puno. Nacido el 28 de febrero de 1928 en la Comunidad
Campesina de Huerta Huaraya, del distrito y provincia de
Puno recibió instrucción formal en el programa de casas de
aprendizaje o escuelas de artes y oficios que se promovieron
durante el gobierno de Manuel Prado Ugarteche entre 1939 y
1941. Su adolescencia estuvo marcada por una intensa sequía
que comenzó en 1942 y que se extendió por 8 años, etapa en
la que se dedicó a ayudar a su padre a recorrer largos trayectos
para hacer trueque, debiendo desplazarse hacia el actual distrito
de Ilave, en donde obtenían chuño y otros insumos.
Dentro de su comunidad, don Teófilo ganó prestigio y
reconocimiento por su habilidad con la música, aprendiendo a
tocar una variedad de instrumentos musicales, tanto de cuerda
como de viento, tales como pito, flauta, quena, pinquillo, tarka,
mandolina, guitarra y charango. Más aún, aprendió a construir
varios instrumentos de viento, los que confeccionó para sí
mismo como para otras personas. De este modo se involucró
1 Ver: https://www.youtube.com/watch?v=mgoAd9CYm9o
2 Ver: http://kisscartoon.me/Cartoon/Saludos-Amigos/Movie?id=20832