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TEXTO CLAVE: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo
con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo. Efesios 1:3
PAUTAS PARA LA LECTURA: Será de suma importancia que la lectura de este capitulo
sea guiada por el líder o pastor de la clase, porque en ella encontramos algunos asuntos
doctrinales, como la predestinación y las bendiciones que de Dios vienen, que deben ser
clarificados al alumno.
INTRODUCCIÓN: La palabra de Dios, en repetidas ocasiones refiere que todo lo que
recibimos viene de parte de Dios. Santiago en su epístola así lo afirma: “Toda buena dádiva
y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay
cambio ni sombra de variación” por lo tanto nada de lo que recibimos es producto de la
fuerza humana, ni de la astucia o como falsamente algunos consideran de la suerte. Como
hijos de Dios reconocemos que contamos con las bendiciones porque en nosotros opera el
favor de Dios.
I SALUTACIÓN
a) Como en cada epístola del apóstol Pablo presenta un saludo a la iglesia que va
dirigida, en este caso EFESO, en el saludo del apóstol se refieren dos palabras de
suma importancia Gracia y Paz, mismas que eran utilizadas de manera muy constante
en el saludo tradicional del pueblo.
b) Podríamos recordar que Éfeso era la ciudad más grande de la provincia de Asia. Era
un centro comercial y religioso (donde se encontraba el gran templo de la diosa
Diana). Su ambiente estaba lleno de materialismo, porque era una ciudad muy rica, y
era muy inmoral (en el templo de la diosa Diana había prostitutas sagradas). A pesar
de todo este ambiente contrario, allí se levantó una iglesia cristiana.
2:1-10. El propósito de Dios de levantar a los hombres de la muerte ocasionada por el pecado
a la nueva vida en Cristo.
2:11-22. El propósito de reconciliar a los hombres no solo consigo mismos, sino entre sí y,
en particular de reunir a judíos y gentiles en un solo pueblo de Dios.
DESARROLLO EN PUNTOS CLAVE:
El plan provee una resurrección espiritual lejos del pecado y la exaltación del creyente a
lugares celestiales. Vv. 1-6.
RESCATADO DE LA MUERTE ESPIRITUAL. Ezequiel 37:10; Lucas 15:24; Romanos
8:11; Efesios 2:1; Efesios 2:6; Colosenses 3:1.
La muerte espiritual: Esta muerte es un castigo divino. Ya hemos observado que Ro. 6.23
describe a la muerte como “la paga” del pecado, es decir la recompensa que merece el pecado.
Pablo puede hablar de ciertos pecadores que conocen “el juicio de Dios, que los que practican
tales cosas son dignos de muerte” (Ro. 1.32). Es el pensamiento del juicio de Dios lo que está
a la base de la referencia que hace Juan al “pecado de muerte” (1 Jn. 5.16). Esta constituye
una verdad muy importante, pues nos permite apreciar cuán grande es el horror de la muerte.
A la vez, paradójicamente, nos proporciona esperanza. El hombre no ha quedado atrapado
en una red tejida por la ciega fatalidad, de tal suerte que, habiendo una vez cometido pecado,
no hay nada que se pueda hacer para remediarlo. Dios está por encima de todas las cosas, y
si bien ha decretado que la muerte es la paga del pecado, también ha resuelto dar vida eterna
a los pecadores redimidos.
El NT a veces destaca las serias consecuencias del pecado haciendo referencia a la “segunda
muerte” (Jud. 12; Ap. 2.11). Esta es una expresión rabínica que significa perdición eterna.
Debe entenderse en el mismo sentido que los pasajes en los que el Señor habla del “fuego
eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (Mt. 25.41), “el castigo eterno” (en
contraposición a la “vida eterna”, Mt. 25.46), y otros pasajes similares. El estado final del
hombre impenitente se describe de varias maneras, tales como muerte, castigo, perdición,
etc. Según describe la Biblia, se trata de un estado que debe mirarse con horror.
A veces se objeta que esto no condice con la descripción de Dios como un Dios de amor. En
este sentido, hay aquí un profundo misterio, pero al menos se puede decir que la objeción, en
la forma en que se la presenta habitualmente, pierde de vista el hecho de que la muerte es un
estado a la vez que un hecho. “El ocuparse de la carne es muerte”, escribe Pablo (Ro. 8.6).
No dice que el ocuparse de la carne ha de producir la muerte; dice que es muerte, y agrega
que “la mente carnal es enemistad contra Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, ni
tampoco puede”. La misma verdad se expresa de una manera distinta cuando Juan dice: “El
que no ama permanece en muerte” (1 Jn. 3.14). Cuando entendemos la verdad de que la
muerte es un estado, nos damos cuenta de la imposibilidad de que el impenitente se salve,
pues para esa persona la salvación sería una contradicción. Para ser salvo, el hombre debe
pasar de muerte a vida (Jn. 5.24).
AVIVAMIENTO ESPIRITUAL. Sal. 80:18; 119:25, 40, 50, 88, 149; 143:11; Hab. 3:2; Juan
5:21; 6:63.
Una vez que hemos pasado de muerte a vida. Esta parte del avivamiento espiritual es muy
importante, para que nosotros podamos palpar y otros también sean testigos de nuestra Nueva
Vida en Cristo, que es el propósito de la salvación por Gracia a través de Jesucristo, es que
vean el cambio de Dios en nuestras vidas, pasar del no querer saber nada de Dios y/o no
reconocer nuestra necesidad de Dios, ahora es todo lo contrario. En las citas bíblicas que se
han utilizado como referencia son para hacer más claro lo que implica un avivamie nto
espiritual en la vida del creyente es que anhelemos ardientemente que Dios restaure nuestra
vida a través de esa comunión espiritual que tenemos con la Trinidad, el pueblo de Dios desde
el A.T. clamaba por salvación, hoy el creyente que ha nacido en Cristo anhela una comunió n
con Dios. Estar en Cristo no solo es que yo mentalmente he reconocido que Cristo es Dios,
sino que, al haber rendido mi voluntad a Dios, Dios me ha unido con Jesús. El despertar del
cristiano no solo debe afectar su vida de manera positiva sino debe manifestarse en el entorno
que nos rodea. Recordar que no haya santidad sin santidad social.
REGENERACION. (Ezequiel 11:19; 2 Corintios 5:17; gálatas 6:15; efesios 2:15; Efesios
4:24).
La Regeneración o Nuevo Nacimiento. La obra del Espíritu Santo comienza en su intento de
convencer a la persona de pecado y continúa su obra en la regeneración - nuevo nacimiento-
que experimenta la persona en la justificación por la sola fe. Pero su oficio principal es la
obra que realiza en los ya creyentes. Así pues, de la obra del Espíritu Santo se desprende otra
doctrina que enfatiza nuestra denominación: el Testimonio del Espíritu. Esta doctrina nos
dice que nadie puede creer en Cristo si no es por la intervención del Espíritu Santo y que
nadie puede estar seguro de ser hijo o hija de Dios si no es porque el Espíritu le da testimonio
de que esto es así. El Espíritu Santo nos da la certidumbre de que nuestros pecados han sido
perdonados, hemos nacido de nuevo y bajo su dirección vamos en camino a la santidad tanto
interna como externa (Romanos 5:5; 8:16; Gálatas 4:5-7;1Juan5:9-10).
Ante la posibilidad de que alguien se engañe a sí mismo suponiendo que el Espíritu Santo le
convence de algo que no tiene, el Reverendo Wesley explicó la interdependencia de los dos
aspectos del mismo testimonio del Espíritu: el testimonio directo a nuestro espíritu, y el
testimonio indirecto, o sea, la paz que da a nuestra conciencia el Espíritu cuando nos muestra
su propio fruto producido en nosotros.
Así las citas de referencia enfatizan el resultado de la Regeneración o Nuevo Nacimiento en
la vida del creyente.
Esta depende enteramente de la gracia y no de las obras. Vv. 7-10.
RIQUEZAS DE LA GRACIA: El creyente debe reconocer que la mayor bendición que Dios
nos ha dado no es nuestra casa, nuestro coche, nuestro trabajo, inclusive ni nuestra familia,
sino que la Salvación en Cristo es la mayor bendición y al tener a Cristo podemos disfrutar
de las riquezas de la Gracia expresadas en los siguientes versículos: Romanos 2:4; Efesios
1:7; Efesios 2:7; Filipenses 4:19; 1 Timoteo 1:14
Haremos mención de la doctrina de La Justificación por la Sola Fe, es la doctrina que declara
que el perdón de Dios se obtiene por la fe en la obra expiatoria de Cristo en la cruz. Pero
incluso esta fe en Cristo es un don de Dios. De nosotros no merecemos nada sino la
condenación eterna. No existen méritos en el hombre o la mujer que propicien o nos ganen
ni el amor ni el perdón de Dios.
La justificación por la fe, el perdón del pecador es la liberación de la culpa y la condenación
por la expiación de Cristo aplicada al alma del pecador que ahora cree en él, y una liberació n
del poder del pecado a través de que Cristo ha sido "formado en su corazón". La apropiación
personal de los méritos de Cristo en la cruz es esencial para ser perdonado y esto se expresa
en la "confianza y seguridad de que Cristo murió por mis pecados, de que me amó y se dio a
sí mismo por mí".
La fe es "lo único sin lo cual nadie puede ser justificado, lo único que es inmediato,
indispensable y absolutamente un requisito para el perdón" (en el Sermón Justificación por
la Fe). La justificación es lo que Dios hace por nosotros, y esta justificación es la única base
real para el comienzo de la vida cristiana (Hechos 13:38-39; 16:30-31, Romanos 3:28,30;
4:5; 5:1-2; 10:4).
BUENAS OBRAS, NO PARA SALVACIÓN. PERO ¿Por qué son importantes? Glorifica n
a Dios: Mt 5:16; Col. 1:10; Enriquecen la vida: 1 Timoteo 6:18; Dan un ejemplo que imitar :
Tito 2:7; Tiende a estimular a otros a sus tareas: Hebreos 10:24; Demuestra la realidad de la
Fe: Santiago 2:17-18; 1 Pedro 2:12. Aquella persona que es salva en Cristo deberá manife star
el amor en actos concretos.
Incluye a los gentiles, quienes estaban apartados de Dios, pero fueron acercados por la
sangre de Cristo. Vv. 11-13.
De Abraham viene el pueblo judío. Dios llama a Abraham ir a una tierra que no conoce, en
su llamado en Genesis 12 al hablar de todas las familias de la tierra estaba incluyendo a los
gentiles Los judíos se gloriaban de ser el pueblo de Dios y la señal dada por Dios de que eran
su pueblo era la circuncisión la señal del pacto. Es algo físico, pero simboliza algo más
profundo en Efesios, a través del tiempo la ci se convirtió solamente alfo que se viva en la
carne, ya que el pueblo judío se había alejado de Dios pero si tenían la señal en su cuerpo,
no tenían este significado más profundo en la fe, sino solamente en la carne y no en el
corazón, tenía que ser algo interno y profundo en levítico 26:40-41 cuando el pueblo
comienza a revelarse en contra de Dios, muestra como la desobediencia del pueblo era una
muestra de que no había una verdadera circuncisión en ellos, su pueblo se puso en su contra,
tenían solo la señal externa y no tenían una realidad interna en Deut. 10:16 hace una
invitación al pueblo, ya que cortar la carne externa es más fácil que la obediencia a Dios
verdadera. Cristo es el único que nos puede ayudar a hacer esto, Deut. 30:1-6, Dios es el
único que puede hacer esta obra en nosotros, no es algo que nosotros podamos hacer. Lo
externo cualquiera lo puede hacer, (podemos dejar de hacer algunas cosas que no agradan a
Dios, me podría vestir de diferente manera) lo interno solo Dios lo puede hacer el Nuevo
Nacimiento (vivir en sus estatutos, vivir en Él), cuantos tratamos de componer nuestra vida
en nuestras fuerzas y nunca lo logramos porque eso es algo que solo Dios lo puede hacer.
Comiencen a vivir lo que dicen ser. El que no nace de nuevo no pueda entrar en el reino de
Dios. Y vemos como el hombre que no ha circuncidado su corazón está lejos de Dios:
ALEJAMIENTO. Jer. 2:5; Ezequiel 14:5; Mt 15:8; Ef. 2:12; 4:18. Por ello es importante
meditar en que es importante para el creyente manifestar el nuevo corazón que Cristo nos ha
dado en Él. La verdadera circuncisión en la interna la del corazón donde la alabanza es para
Dios no para los hombres, porque es el único que puede cambiar, transformar el corazón. Los
judíos Vivian una religión y querían meter a los gentiles a su religión, y es muy fácil y
cómodo estar en una religión porque solo es lo exterior y mientras te vean de cierta manera
entonces pasas como parte de esa religión, pero Dios quiere hacer una obra en lo interior en
lo profundo por dentro en colosenses 2:11-13 vemos una vez más este punto no con una
circuncisión hecha a mano sino una circuncisión profunda el nuevo nacimiento. nos dio un
corazón de carne, quito el corazón de piedra. En Fil 3:2-3 lo vuelve a mencionar era algo
muy común vivir un cristianismo religioso solo en lo externo. Gálatas es escrita con ese tenor
es por el Espíritu no por la carne el cambio, la transformación del creyente.
CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN: Efesios junto con Gálatas y Romanos, forma una gran
trilogía sobre teología en el Nuevo Testamento. En gálatas Pablo define la verdad sobre la
salvación por fe, y no por obras. Luego si Romanos es ejemplo de la clase de enseñanza que
Pablo podría haber presentado a las iglesias al hacerles su primera visita, Efesios es una
muestra de lo que sería, técnicamente hablando una “conferencia Bíblica” dada por el mismo
apóstol. El amplia el panorama en Romanos cuando explica el concepto cristiano de la
justificación. Luego, Pablo lo une en Efesios, proporcionando una declaración concisa, pero
exhaustiva de los propósitos de Dios en Cristo para la iglesia. El conjunto total se combina
para darnos un nuevo cuadro de la iglesia como un cuerpo singular que funciona, formado
de judíos y gentiles, equipado con normas especialmente suyas, y comprometido en una lucha
espiritual, su meta es “la unidad de la fe…el conocimiento del Hijo de Dios…la estatura de
la plenitud de Cristo. Así que efesios es una carta de aliento en la que Pablo describe la
naturaleza y la apariencia de la iglesia y desafía a los creyentes a funcionar como un cuerpo
vivo sobre la tierra, a encontrar mejores maneras de hacer que nuestras iglesias locales sean
verdaderas comunidades de personas cuyas vidas y adoración unida, como iglesia sean un
testimonio de la unidad empezada en Cristo.
Que todo lo que soy manifieste a los demás que soy “miembro de la familia de Dios”
Que ante tan alto precio que Jesús pago en la cruz, los hermanos vivan en paz para con todos,
creciendo y edificándose juntos como “templo santo en el Señor”
Dios es digno de ser glorificado y de que su Nombre sea magnificado, después podemos ver
que al reconocer quien es Dios, viene la confesión de nuestros pecados al recibir la Gracia de
Dios y esto hará que derribemos todos los ídolos en nuestras vidas (cosas, personas que
ocupan el lugar de Dios en nuestra vida).
ESTUDIO DE EFESIOS CAPITULO 3
TÍTULO DE LA LECCIÓN: “LO QUE LOS GENTILES TENÍAN QUE SABER”
TEXTO CLAVE: “Declara a todos cual sea la dispensación del ministerio escondido desde
los siglos en Dios, que creo todas las cosas”. Ef. 3. 9.
CONTEXTO HISTÓRICO: Como hemos visto en los capítulos anteriores los efesios
estaban situados de paso por caminos que conducían a Pablo a cumplir su propósito, Primero:
predicarles a los gentiles. Segundo el propósito de llegar a Roma.
Los estudiosos de la biblia dicen que quizás nunca llego a estar con ellos, pero sin embargo
les escribe de manera que los colosenses, los gálatas y los efesios entendieran el evangelio
que los conduciría a la vida eterna. Como dice Mundo Hispano: Pablo (Traza el desarrollo
de este plan por medio de Cristo Jesús para presentar la iglesia como una nueva humanidad
y la agencia escogida para comunicar a los gentiles el mensaje de salvación por fe en Cristo,
y a su vez, también describe a la iglesia como el pueblo de Dios y la morada del Espíritu
Santo) Sobre este contexto hemos de estudiar este capítulo.
I. PABLO EXPLICA EL MINISTERIO QUE DIOS LE HABIA DADO.
a) V. 1. Como ya hemos visto Pablo está preso (no por una trasgresión civil sino de carácter
religioso) lo cual lo lleva, aun en estas condiciones, a seguir publicando el evangelio como
lo dice en el versículo uno “Prisionero de Cristo a favor de ustedes los gentiles”.
Noten ustedes como al considerarse prisionero (de Roma) él se siente esclavo de Cristo. Su
amor por publicar el evangelio lo lleva más allá de sentirse prisionero del hombre. Él se siente
prisionero, servidor y esclavo, pero de Cristo por amor a su ministerio.
A esto se refiere cuando se considera prisionero, no culpando a los gentiles ni acusándolos.
Sino explicándoles que – no importa los sacrificios que se vivan con tal de dar a conocer el
evangelio de Cristo- cuando uno ha aceptado a Jesús como su Salvador nos convertimos en
sus discípulos servidores, esclavos, prisioneros de Él.
b). V. 2 al 13. En estos versículos notaran ustedes que, Pablo acentúa el ministerio que había
encontrado en Cristo Jesús.
Noten ustedes como Pablo va informándoles casi detalle a detalle por qué en él surge el deseo
de servir al Señor, desde aquel encuentro que tuvo con Él camino a damasco (Cp. 9) y que
como obsequio del señor (no obligación ni, imposición) por amor siente un compromiso
consigo mismo para realizar lo que él llama ministerio (v.3) en favor de quien se lo dio.
(recibid de gracia, dad de gracia)
A Pablo le quedo bastante claro, que el conocimiento en Jesús va más allá de aceptación, lo
refiere ahora como servidor, el considera que tiene que corresponder -no como obligació n-
por amor a tanto amor que recibió sin merecerlo.
No le importo cuanto tenía que sufrir, la historia de Pablo no nos dice que se sentó a meditar
para decidir qué haría en caso de perder la vida por Cristo, pues en su claridad dijo (para mí
el vivir es Cristo, y el morir es ganancia) en esta postura informa a los gentiles de Éfeso de
manera que dada la explicación comprendieran que, por amor, aunque se vea difícil servirle
al Señor Jesucristo, no es ningún sacrificio.
Cuantos de nosotros al ser arrastrados por la emoción recibimos a Cristo con todo nuestro
corazón, pero cuando nos sentamos a analizar que hemos hecho, sin medir las consecuencias
que hemos de vivir por ello. Cuando empezamos a clarificar el compromiso empezamos a
poner peros, justificaciones y a veces hasta hacernos sabios en nuestras propias opiniones.
Tomemos en cuenta que Jesús nos pide que seamos adoradores en espíritu y en verdad.
APRENDER QUE: Totas las aflicciones que estemos pasando son para bien, y que sufrir
todas nuestras penalidades, nos conducen a la vida eterna.
II. LA ORACIÓN DE PABLO A LOS SANTOS DE ÉFESO.
a). v. 14 al 19. Ya hemos visto como Pablo pone en claro el ministerio que hemos de ejercer
después de nuestro encuentro con Jesús. Ahora como respuesta a ello, Pablo ora por ellos. Y
notaran ustedes que lo hace de una manera tal que, cuando tu analizas esta oración te darás
cuenta de que pide fortaleza con poder espiritual interior en el hombre, conociendo así la
plenitud del amor de Cristo, como dice el v. 19 “que excede a todo conocimiento, para que
seamos llenos de toda plenitud de Dios”.
Noten ustedes como el apóstol Pablo hace énfasis en la gloria de Dios al pedir con en esta
oración “fortaleza con poder” para los santos de la iglesia. Un segundo punto está marcado
con las palabras “arraigados y fundamentados en amor”, y como tercer punto “que sean llenos
de toda plenitud de Dios”
Cuantas veces hemos hecho nuestras oraciones a Dios, siempre impulsados por nuestras
necesidades, sin tomar en cuenta la magnitud que puede haber en una oración. Pues, cuando
oramos por nuestras peticiones lo hacemos tan necesitados que, muchas veces por desconocer
estos elementos que podemos usar en nuestras oraciones, sirven más para esa comunión con
Dios. Hemos de reflexionar que Pablo tiene tanto amor paro la iglesia de Efeso que la oración
tan natural que escribe comparte emoción hacia nosotros que ahora, verlo o estudiarlo de esta
manera, nos hace pensar cómo podemos acercarnos a Dios en oración de una manera nueva
o diferente.
b). v. 20 y 21. En estos versículos vemos una bendición. Pablo no quiso despedirse de los
santos de la iglesia sin antes impartir algo tan significativo como lo es la bendición de Dios.
APRENDER QUE: La oración puede ser solida en nuestras peticiones si agregamos
elementos fundamentales.
CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN: Veamos cómo podemos utilizar nuestro ministerio que
encontramos en Cristo, Pablo siente esa necesidad de administrar lo mejor posible su
ministerio, no tan solo con los efesios, quienes hemos leído otras cartas o epístolas de Pablo
notaremos que: a partir del encuentro con el Señor, viene ejerciendo su ministerio de manera
en apoyo a los inconversos para que puedan encontrarse con Jesús. Dando a conocer como
Cristo obro en él. Así, quienes le escuchan puedan también tener su propia experiencia con
Cristo Jesús. De allí que puedan orar con tanta confianza de manera que encuentren una
relación sólida con Dios.
“Si como predicadores y maestros de la Palabra recuperamos el sentido del evangelio como
misterio, los púlpitos y las cátedras abundarán en emoción, en inteligencia espiritual y en
sabiduría práctica. ¡Grande es el evangelio del misterio de Cristo!” (Comentario mundo
hispano)
ESTUDIO DE EFESIOS CAPITULO 4
TÍTULO DE LA LECCIÓN: “UNIDAD EN CRISTO”
TEXTO BASE: Ahora bien, Cristo dio los siguientes dones a la iglesia: los apóstoles, los
profetas, los evangelistas, y los pastores y maestros. Ellos tienen la responsabilidad de
preparar al pueblo de Dios para que lleve a cabo la obra de Dios y edifique la iglesia, es decir,
el cuerpo de Cristo. Efesios 4: 11-12 NTV
META DE LA LECCIÓN: Afirmar en el creyente la unidad como una sola familia, que en
todos ha sido dados dones y talentos que deben ser puestos al servicio de la iglesia.
TEXTO CLAVE: Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre
de todos, quien está sobre todos, en todos y vive por medio de todos. Efesios 4:5-6
PAUTAS PARA LA LECTURA:
Bases de la unidad: En ocasiones no es fácil obtener esta unidad porque no tenemos bases
sólidas. El cuerpo se divide porque no hay algo que los mantenga unidos. Existen diferentes
pensamientos y formas de realizar las cosas, pero esto puede ser para enriquecer a la iglesia
o para dividirla sino existe el sentir de ser parte de la unidad en Cristo Jesús. Para esto Pablo
nos recuerda las bases de nuestro quehacer para mantener esta unidad.
Siguiendo el estudio del capítulo 4, el apóstol señala: (1) Los dones dados por Cristo a la
iglesia (v.7-11). (2) Los principales dones ministeriales (v.11). (3) La estrategia de Dios para
la edificación de la iglesia (v.12). (4) Metas y objetivos de Dios en la edificación de la iglesia
(v.13-15) (5) El funcionamiento de la iglesia como un solo cuerpo (v.15-16)
No podríamos terminar el estudio del capítulo 4 sino recordáramos que toda la Escritura y en
esta ocasión el apóstol Pablo exhorta a los efesios a vivir conforme al ejemplo de Cristo. Por
ello revisemos los siguientes aspectos:
TEXTO BASE: “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como
también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en
olor fragante. Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre
vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías,
que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. Porque sabéis esto, que ningún
fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de
Dios. Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre
los hijos de desobediencia. No seáis, pues, partícipes con ellos. Porque en otro tiempo erais
tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del
Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor.
Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas;
porque vergonzoso es aún hablar de lo que ellos hacen en secreto. Mas todas las cosas,
cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que
manifiesta todo. Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y
te alumbrará Cristo. Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como
sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis
insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino,
en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con
salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros
corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor
Jesucristo.” Efesios 5:1-20 RV
META DE LA LECCIÓN: Que el alumno conozca, analice y encarne (viva) los consejos
prácticos que el Apóstol Pablo da a la iglesia de Jesucristo, para alcanzar una vida cristiana
madura, manifestada en la imitación de Dios en el amor y el perdón; apartándose del pecado,
permitiendo, que el Espíritu guíe su vida y le lleve a una entera consagración a Dios,
glorificándolo en toda su manera vivir y en todos los ámbitos de su vida: en la iglesia, en la
familia, el matrimonio, y su relación entre padre e hijos.
TEXTO CLAVE: “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor,
como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a
Dios en olor fragante.” Efesios 5:1-2
PAUTAS PARA LA LECTURA: Pedir al alumno que tenga una lectura profunda del
capítulo 5 de Efesios, para que pueda analizar cuáles y cuántos son los consejos que el
Apóstol Pablo da para el cristiano y para la Iglesia, como líneas que deben seguir para reflejar
su nueva vida en Cristo. Haciendo un auto examen sobre lo que ya ha alcanzado, y sobre
aquello en lo que debe seguir esforzándose.
INTRODUCCIÓN: El Apóstol Pablo escribe la Carta a los Efesios para animar a sus
lectores a crecer hacia la madurez espiritual, utilizando lo recursos que tiene en Cristo, y de
esta manera edificarse unos a otros, por medio de los dones espirituales y del servicio mutuo,
nacido del amor de Cristo.
Así, entonces, este capítulo cinco, está lleno de grandes consejos tanto para el cristiano
de manera personal; como para la Iglesia del Señor, como cuerpo de Cristo. Aquí, se nos
enseña sobre cuál es nuestra responsabilidad hacia Dios, aprendiendo a vivir en su voluntad,
y alejándonos del pecado. Nos enseña sobre cómo los creyentes podemos honrar a Cristo en
toda nuestra manera de vivir. Además de que se nos da enseñanza sobre la responsabilidad
de los esposos y esposas.
Indudablemente, que este capítulo nos llena de sabiduría al estudiarlo y sobre todo al
practicarlo en nuestra vida diaria. Porque Dios desea lo mejor de nosotros y por esto nos da
estos consejos prácticos para ser aplicados en la vida personal y de la Iglesia.
CONTEXTO HISTÓRICO
El Apóstol Pablo escribió la epístola a los Efesios en tiempos y circunstancias que
prepararon un ambiente especial para su mensaje. El sanguinario Nerón era emperador; y en
aquel tiempo abundaban el libertinaje, la vida fastuosa, los asesinatos y toda una gama de
situaciones inmorales, con los que la iglesia de Cristo tenía que lidiar todos los días.
Por lo tanto, esta carta, se escribe a una iglesia formada por judíos y gentiles, esclavos y
libres, representantes todos de un mundo resquebrajado que debía ser restaurado a la unidad
en Cristo. Esto implicaba la unidad de personas, familias, iglesias y aun de razas. La
restauración de la unidad individual en la vida de cada creyente asegura la unidad del
universo de Dios. Por lo tanto, el tema de la unidad se presenta explícita e implícitamente a
través de toda la epístola. El apóstol anuncia su tema en un tono de exaltación espiritual, y
exhorta a todos a alcanzar la más alta norma de carácter y conducta para lograr la unidad no
sólo en doctrina y organización, sino en Cristo, la Cabeza, y en la iglesia, su cuerpo místico.
Aunque quizás para muchos, el termino imitar pareciera decirles que deben fingir,
aparentar ser como alguien, y en este caso, fingir ser como Dios, o fingir que somo cristianos,
no tiene nada que ver con eso. El termino imitar, imitador, del griego “mímétes” (μιμητής,
G3402); sugiere seguir el ejemplo de alguien o de alguno. Por ello, William Barclay dice:
«Pablo les pone a sus amigos cristianos el listón más alto del mundo: les dice que deben
seguir el ejemplo de Dios.».
Es bastante común que un hijo siempre quiera hacer lo que su padre hace; y es bien
sabido que la mejor manera en la que aprendemos es imitando lo que los demás están
haciendo. Por eso, «Cuando el Apóstol Pablo hablaba de seguir el ejemplo estaba usando un
lenguaje que debían entender muy bien los sabios de Grecia. Mímésis, imitación, era lo más
importante del aprendizaje de un orador. Los maestros de retórica enseñaban que el
aprendizaje de la oratoria dependía de tres cosas: teoría, imitación y práctica. La parte
principal de su entrenamiento era el estudio y la imitación de los maestros que los hubieran
precedido.»
De esta manera, se nos invita a hacer lo mismo que hace nuestro Padre celestial, quien
como Padre por excelencia nos ama de forma sin igual, y nos ha dado el más grande ejemplo
de perdón, al adoptarnos en Cristo como sus hijos amados. De manera que, así como en lo
natural el niño trata de repetir o copiar (imitar) lo que ve hacer al padre, así debemos nosotros
copiar de nuestro Padre toda su manera de conducirse y tratarnos, lo cual manifestará al
mundo nuestra semejanza con Él.
Nos manda también a “conducirnos en amor, así como lo hizo nuestro Señor Jesucristo,
quien nos amó de tal forma que se entregó por nosotros,” (v.2). El conducirnos en amor
implica, que como hijos que imitamos a nuestro Padre, la naturaleza de nuestra conducta
debe ser aquel amor que no conoce límites y que procura sobre todas las cosas el bien de los
demás (1Co.13:1-13), aquel que llaga al punto del sacrificio. El amor genuino es dar y
entregar lo mejor de sí, incluso hasta su propia vida por los demás.
El más grande ejemplo de amor es la entrega de nuestro Señor Jesucristo por el Padre
para redimir al género humano de la miserable condición en la que se hallaba, su condición
de pecado que le aparta de Dios. Cristo mostró entonces una vida de perfecta obediencia a
Dios y de perfecto amor a los seres humanos. En total obediencia fue a la cruz, a consumar
el acto de entrega y amor más sublime y extraordinario que jamás se haya visto, siendo
recibido y aceptado por el Padre.
Si queremos imitar a nuestro Padre celestial entonces, debemos andar en luz y no tener
nada que ver con la obscuridad del pecado. Pablo nos da ciertas descripciones de creyentes
que viven en Luz. Porque aquel que ha alcanzado una nueva vida en cristo, ya no vive bajo
las sobras del pecado de este mundo, sino bajo la Luz de Cristo. Y, por lo tanto, se ve reflejado
el fruto de esta luz, que es bondad, justicia y verdad. (v. 9).
La luz nos permite distinguir entre lo que es del agrado de Dios y lo que no. Y es
precisamente, a la luz de Cristo como se han de poner a prueba todos los motivos y todas las
acciones de cada ser humano. Por lo tanto:
3. Acepta el llamado a la santidad, que no quiere decir alejarse de todo y de todos, sino
más bien, es un llamado a ser diferentes. Llevar una vida, donde las impurezas en
todas sus manifestaciones no deben ni siquiera ser nombradas, ya que es imposib le
ser Luz y ser tinieblas al mismo tiempo. Debe haber una conjugación real en la vida
del verdadero creyente nacido de nuevo. Sin tener necesariamente dejar de ser amigos
de pecadores (con la ayuda de Dios, podemos llevarlos a Él). Pues Pablo no se refiere
a no tener contacto con quien sea considerado pecador, sino más bien, se refiere a
pasar por alto o adoptar la forma de vida de quienes se amparan en excusas para
conductas negativas y trasmitirlas a otros mientras están en la iglesia o fuera de ella.
Muchos hoy en día están muertos en delitos y pecados (Ef. 2:1). El cristiano que no hace
la voluntad de Dios es como si estuviera muerto, Porque no está haciendo nada, nada para
Dios. No está en acción. Estas personas necesitan venir a Cristo, el cual es el camino, la
verdad y la vida, porque solamente Él tiene la capacidad de alumbrar a estas personas y de
ayudarles para que puedan recibir la luz.
Los que han salido de las tinieblas a la luz no deben volver atrás. En este sentido, Pablo
afirma que los creyentes son luz en el Señor y tienen la responsabilidad de andar en luz. Así,
que, exhorta enfáticamente: ¡Andad como hijos de luz! y no como hijos de desobediencia (v.
6). La conducta del cristiano debe ser un reflejo de la luz del evangelio y no de la oscuridad
del pecado.
Por lo tanto, los hijos de luz no sólo deben ser vigilantes y evitar las obras de las tinieblas ;
además tienen la responsabilidad de denunciarlas y exponerlas a la luz limpiadora y salvadora
del evangelio. Y así, el cristiano puede caminar por la vida, sabia y correctamente, cuando
sabe lo que Dios quiere que él haga.
Suena desalentador, cuando algunos hombre y mujeres, al leer Efesios 5:22-33, se desvían
del propósito principal en las indicaciones del Apóstol acerca de las responsabilidades de la
esposa en cuanto a someterse a su esposo. Pues cometen el terrible error de pasar por alto el
versículo 21 “Someteos unos a otros en el temor del Señor”. El matrimonio exige la sumisió n
mutua.
En este contexto, es que el Apóstol Pablo le dice al hombre, que, debe ejercer su liderazgo
dentro del matrimonio, con respecto a su esposa. Pero no se trata del tipo de liderazgo
despiadado y dominante, de “aquí mando yo”. Sino del tipo de liderazgo que ejerce Cristo
sobre la iglesia: un liderazgo que sirve. Y ya que, desde el principio del capítulo, la
exhortación ha sido, “sed imitadores de Dios”. v.1. y en el versículo 24 se nos exhorta a que
“amemos a nuestra esposa, como Cristo ama a la iglesia y se entregó así mismo por ella”.
Esta imagen de Cristo entregándose por la iglesia, presenta el grado de consagración que
exige Dios de parte del esposo y de la esposa, en su rol dentro del matrimonio. Así como
Cristo dio su vida por la iglesia, el esposo debe dar la vida por su cónyuge, y poner las
necesidades de ella por encima de las suyas.
«El liderazgo desde Dios, comienza teniendo un corazón de siervo. Esta actitud de siervo
recorre toda la gama se situaciones, acciones y circunstancias que giran en torno del
matrimonio. Desde las cuestiones diarias del trabajo básico en la casa, el cuidado de los
hijos; hasta las cuestiones mayores, como buscar la opinión del cónyuge antes de tomar
decisiones sobre nuevas oportunidades de trabajo, o comprar esto o aquello. Y, sobre todo,
decidir, que, con la gracia de Dios, el amor por el cónyuge emula el amor sacrificial y total
de Cristo por la iglesia.»
CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN
El Apóstol Pablo nos hace un llamado a ser imitadores de Dios 11:1, SED IMITADORES
DE MI COMO YO DE CRISTO-; quien indudablemente es digno de ser imitado, porque
nuestro buen Dios tiene grandes características que cada uno de nosotros deberíamos tener y
practicar de manera cotidiana.
Hay mucho que podemos imitar de nuestro Padre Celestial, por lo tanto, Pablo nos anima,
y nos dice que lo hagamos, dado a que somos sus hijos amados. Pues cuando recibimos a
Jesús y aceptamos su voluntad y la obedecemos, entonces recibimos una bendición “El ser
llamados hijos suyos” (Juan. 1:12). Somos sus “Hijos Amados”, ya que Dios nos ha amado
tanto, y nos lo ha mostrado de diferentes maneras: Enviando a Su Hijo a morir por nosotros
(Juan. 3:16; Ro. 5:8). Dándonos perdón de pecados por medio de Jesucristo (Efesios 1:7).
Dios nos ha dado la oportunidad de ser reconciliados con Él por medio de Jesucristo, tener
una nueva vida guiada por el Espíritu Santo; y nos ha dado así, la bendición de ser parte de
su familia (Efesios 2:19). Ahora, por tanto, es necesario que sigamos entregando nuestra vida
a Dios como una ofrenda de olor fragante, andando en amor como Cristo no ha amado y se
entregó por nosotros.
Amemos como hemos sido amados. Amemos a Dios con todo nuestro ser, amemos a
nuestro prójimo como a nosotros mismos; apartémonos de toda iniquidad, por lo tanto, no
mintamos a nuestro hermano o a nuestro prójimo, y hablemos sólo verdad (Efesios 5:25). En
este amor, estemos siempre dispuestos a perdonar a los que nos ofenden (Efesios 4:32), aun
orando por aquellos que se llamen nuestros enemigos. Y sometiendo nuestra vida a Dios,
hagamos que nuestras relaciones: como esposos y como padre e hijos, sean un reflejo del
amor de Dios que ha sido derramado en nuestro corazón, por el Espíritu que nos ha sido dado.
¡Amemos, pueblo de Dios! ¡Amemos! Y estemos siempre dispuestos a dar más de lo que
recibimos o vamos a recibir; ayudemos en vez de dañar; consideremos a otros más que a
nosotros mismos; tengamos compasión por los perdidos (Mateo 9:36-38). Porque el ejemplo
nos ha sido dado, por nuestro Dios enviando a su Hijo para mostrarnos su amor; y por Cristo
Jesús muriendo en la cruz del calvario para perdonarnos de nuestros pecados.
ESTUDIO EFESIOS CAPÍTULO 6
TÍTULO DE LA LECCIÓN: “SED OBEDIENTES”
TEXTO BASE: Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.
Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa;
para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis
a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro
corazón, como a Cristo. Efesios 6:1-5
META DE LA LECCIÓN: Que el alumno pueda ver que la obediencia a Dios es de suma
importancia, ya que como cristiano debe vivir una vida responsable y en total obediencia a
Dios ya que la obediencia tiene como consecuencia la bendición.
TEXTO CLAVE: Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.
Efesios 6:1
PAUTAS PARA LA LECTURA: Toda obediencia tiene acciones de bendición, en los
diferentes ámbitos que la apliquemos-, además de honrar a Dios aplicando lo que el mismo
enseñó sobre la obediencia, Pablo nos habla de una ética cristiana, tanto como padres, hijos,
amos y esclavos.
Podemos observar que el apóstol hace referencia sobre esta ética cristiana, no solamente en
Efesios sino también en Colosenses 3:18-25 y 4:1
Para una mayor compresión sobre la temática que Pablo maneja reforcemos esta enseñanza
con los siguientes textos que tiene relación al tema que Pablo esta mencionando.
Éxodo 20:12
Éxodo 21:15-17
Deuteronomio 5:6
Deuteronomio 10: 17
Proverbios 1:8
Proverbios 6:20
Malaquías 1:6
Mateo 15:4-6
Mateo 19:19
Marcos 7:10-13
Marcos 10:19
CONTEXTO HISTÓRICO:
PADRES E HIJOS
La civilización romana contemporánea de Pablo el gobierno romano no favorecía en nada a
los hijos, pues existía la patria potestad romana, el poder del padre que tenía sobre los hijos,
él tenía un poder absoluto sobre su familia. Podía venderlos como esclavos, hacerlos trabajar
en sus tierras como un esclavo, él podía castigarlos como quisiera, e incluso condenarlos a
muerte si así lo deseaba, además, el poder del padre romano se extendía durante toda la vida
mientras el padre viviera. Con ese poder el padre podía quedarse con los hijos o no. Existía
una costumbre romana que cuando nacía un niño, se colocaba a los pies de su padre y, si el
padre se inclinaba y le recogía, eso quería decir que le reconocía y quería quedárselo. Si se
daba la vuelta y se marchaba, quería decir que se negaba a reconocerle, y el niño se podía
tirar. En los tiempos de Pablo un bebé romano siempre corría peligro de ser repudiado y
abandonado, más aún si era niña. Los niños no deseados podían dejarlos en el foro romano,
allí podían recogerlos quien quisiera, para más tarde hacer con ellos lo que bien les pareciera.
Los consejos de Pablo a los padres y a los hijos se situaban en ese contexto cultural.
AMOS Y ESCLAVOS
De igual forma en los tiempos de Pablo Roma era el ama del mundo, quien dominaba y
mandaba y por tanto estaba por debajo de la dignidad de un romano el trabajar. Casi todos
los trabajos los hacían los esclavos. La vida del esclavo era hosca y terrible. Ante la ley
romana no era una persona, sino una cosa. Un objeto sin ningún valor como persona, porque
estaba sujeto a lo que su amo mandara, el esclavo no era dueño de su vida ni de sus decisiones.
Por lo tanto, el amo tenía poder de vida y muerte sobre el esclavo. Si el esclavo intentaba
escaparse, en el mejor de los casos se le marcaba en la frente con un hierro candente una F
de fugitivos, y en el peor se le mataba. Lo terrible de la condición del esclavo era que estaba
totalmente a merced de los caprichos de su amo. Existía la ley sobre los esclavos que, si eran
viejos, o estaban enfermos, los amos podían matarles sin ninguna consideración, puesto que
ellos eran dueños de sus vidas y les daba el derecho de hacer con ellos los que ellos quisieran.
Ese era el terrible trasfondo y en esa línea se ha de leer el consejo de Pablo a los amos y a los
esclavos.