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UNIDAD I.

FEIXAS, MIRO. APROXIMACION EN PSICOTERAPIA.

 El problema de la definición de la psicoterapia:

El psicoterapeuta trabaja con el cliente para crear una alianza segura, estable y cariñosa en la
cual y desde la cual el cliente puede explorar (a menudo por medio de rituales estandarizados)
formas pasadas, presentes y posibles de experimentarse en sí mismo, al mundo y sus
relaciones dinámicas. (Mahoney, 1991).

Se entenderá por Psicoterapia, todo tratamiento de naturaleza psicológica que, a partir de


manifestaciones psíquicas o físicas de sufrimiento humano, promueve el logro de cambios o
modificaciones en el comportamiento, la adaptación al entorno, la salud física y psíquica, la
integridad de la identidad psicológica y el bienestar bio-psico-social de las personas y grupos
tales como la pareja o la familia. Comprende las actuaciones en todos los niveles de edad de
las personas, desde los niños/as más pequeños hasta personas de avanzada edad. El termino
Psicoterapia, NO presupone una orientación o enfoque científico definido, siendo considerado
denominativo de un amplio dominio científico- profesional especializado, que es especifica en
diversas y peculiares orientaciones teóricas, prácticas y aplicadas. (Federación Española de
Asociación de psicoterapeutas, 1992).

 El CLIENTE:

O paciente (se utiliza más frecuentemente en el contexto asistencial refiere a posición pasiva,
contraria a la deseable en psicoterapia), ES la persona que acude a servicios psicoterapéuticas.
De modo ilustrativo, se puede decir que lo que tienen en común las personas que acuden a
psicoterapia, es que experimentan algún tipo de dificulta, malestar o trastorno, que es lo
suficientemente importante en sus vidas como para provocar un deseo cc. de cambio.

Por lo gral., antes de acudir a psicoterapia, han intentado solucionar sus dificultades
recurriendo a otras fuentes, tales como amigos, médicos, sacerdotes, etc.

Habitualmente, expresan conflictos con otras personas y síntomas. Resulta común que estos
sentimientos se expresen como algo “extraño a su mismos”, desconocido y que no pueden
controlar; es frecuente que los clientes acudan a terapia con expectativas poco realistas,
buscando que el terapeuta les dé la “solución” a sus problemas, el mismo modo que el médico
receta una pastilla. Por esto, es importante tener en cuenta que “el proceso de la terapia se
diseña no para cambiar a los pacientes, sino para ayudarles a que se cambien a sí mismos”.

EL CLIENTE ES: cualquier persona que siente la necesidad de realizar cambios en su forma de
relacionarse consigo mismo y con el mundo; cambios que no puede realizar por sí mismo,
recurriendo a las fuentes naturales de ayuda existentes en la comunidad, y que requieren la
ayuda de una persona preparada,

Tiene que poder admitir que no puede resolver la situación por sí solo, lo cual supone el
reconocimiento de cierto fracaso personal(o por lo menos, un sentimiento de cierta
incapacidad). Pero por otro lado, va a ingresar en un proceso, el psicoterapéutico, en el que lo
que interesa es incrementar el sentimiento de competencia personal.

Así, en el momento en que el cliente pide ayuda se coloca en la posición opuesta que se quiere
conseguir con la psicoterapia. Esta situación, aunque puede no afectar a algunos que ven el
hecho de pedir ayuda como una forma aceptable de resolver su problema, para otros puede
resultarle muy invalidante, hasta el punto de no acudir a psicoterapia en un intento de
preservar su autoimagen.

Otro elemento del rol del cliente es la ansiedad que puede despertar el hecho de iniciar una
psicoterapia. Ésta puede relacionarse con: falta de referentes que existen en nuestra cultura
sobre lo que es psicoterapia; los indicadores culturales disponibles a través de la literatura, o
cine, o la experiencia de un amigo, son anecdóticos y con frecuencia despiertan expectativas
poco realistas.

Demanda: incluye tanto el proceso de decidirse a pedir ayuda como las expectativas iniciales y
los procedimientos para adecuar estas expectativas a la construcción de una relación
terapéutica eficaz. Existen muchos casos en que el cliente no es la persona que sufre un
problema o dificultad y que acude en demanda de ayuda; otros en los que no se acude a
psicoterapia por decisión propia sino por indicación o mandato de otros, entre ellos se puede
distinguir un amplio espectro: desde niños, menores de edad o incapacitados hasta contextos
judiciales.

Por esto, hay que distinguir entre:

- DEMANDANTE: aquel que determina que es necesaria la intervención de un


profesional de la psicoterapia.
- PACIENTE IDENTIFICADO (PI): el portador del síntoma o problema.

Cuando estos no coinciden, la psicoterapia resulta mucho más compleja, se hace casi
inevitable un análisis más complejo del sistema o triangulo que se crea entre demandante, PI y
terapeuta. En muchos casos el demandante es un miembro de la flia. del PI. La figura del
cliente no se refiere únicamente a un individuo concreto, sino que puede incluir también a una
pareja, flia., grupo o una institución.

 El PSICOTERAPUETA:

¿Quiénes son los que practican la psicoterapia? Puede plantearse de dos formas:

1) Desde el punto de vista de los REQUISITOS FORMALES que se requieren para ser
socialmente autorizado como psicoterapeuta, área que abarca la formación
profesional de los psicoterapeutas.
2) Desde el punto de vista de las CARACTERISTICAS PERSONALES, asociadas con la
elección de la profesión.

1) Aunque el rol social del psicoterapeuta es muy antiguo, la profesión del psicoterapeuta es
muy reciente. Hasta mediados de este siglo no se inició el proceso de institucionalización de la
profesión. A la psicoterapia se la ha llamado la Quinta profesión (Henry, Sims, Spray, en 1971):
por un lado el papel de psicoterapia se ha ejercido tradicionalmente en el marco de la
medicina, pedagogía, asistente social y religión; por el otro, que en la práctica cada una de
estas profesiones necesita recurrir actualmente a conocimientos y técnicas psicoterapéuticas.
Como quinta profesión, significa reconocer tanto que la psicoterapia comparte aspectos
importantes con las profesiones antes mencionadas, pero que no puede identificarse
correctamente con ninguna de ellas.

En la actualidad, la psicoterapia tiende a consolidarse como una profesión autónoma. Lleva


consigo el problema de la formación del psicoterapeuta: en al actualidad, esta formación
tiende a consolidarse en el marco de la Psicología Científica. Para poder desempeñar su labor,
los psicoterapeutas necesitan poseer conocimientos específicos sobre los procesos de
aprendizaje, la dinámica de la personalidad, los procedimientos y técnicas de evaluación,
psicopatología, etc. Frente a los aspectos básicos, existe un consenso razonable. Otros
aspectos son específicos de cada modelo psicoterapéutico y el consenso no es tan claro, por
ejemplo: psicoanálisis, se considera imprescindible la realización de un psicoanálisis personal y
didáctico antes de ejercer.

3) Con relación a las características personales, Guy ha realizado una sistematización de


la investigación sobre las características asociadas con la elección de la profesión en
psicoterapia. Los datos fueron extraídos de encuentras a psicoterapeutas:

MOTIVACIONES FUNCIONALES: (las que resultan beneficiosas para el ejercicio de la


profesión).

 Interés natural por la gente y curiosidad sobre sí mismos y los demás: asociado con
los aspectos creativos, expresivos y artísticos de la vida como deseo de descubrir los
aspectos más profundos de la vida y experiencia humana.
 Capacidad de escuchar: principales instrumentos curativos del psicoterapeuta.
Parecen tener una tendencia natural a disfrutar oyendo a los demás hablar de sí
mismos, esta habilidad mejora con preparación adecuada.
 Capacidad de conversar: suelen tener habilidades verbales y conversar les resulta
reforzante y reconfortante.
 Empatía y comprensión: estas personas son capaces de reflejar el significado y la
motivación de la conducta, los pensamientos y sentimientos de sí mismo y los demás.
 Capacidad de discernimiento emocional: el conocimiento y aceptación de las propias
emociones promueve una actitud natural y genuina que facilita la curación
psicoterapeuta de los demás. Su trabajo además requiere tolerar un amplio rango de
emociones, tristeza, ira, etc.
 Cap. introspectiva: puede ayudarles a facilitar la auto exploración del cliente.
 Cap. de autonegación: la capacidad de abnegación de negación de las gratificaciones
personales resulta beneficiosa para la práctica de la psicoterapia, en el sentido de que
la tarea requiere que el terapeuta deje a un lado sus propias necesidades personales y
se centre exclusivamente en las necesidades del paciente.
 Tolerancia a la ambigüedad: capacidad para soportar lo desconocido, las respuestas
parciales y las explicaciones incompletas. Es importante en la práctica, a que muchas
situaciones vitales y existenciales no tienen a menudo respuesta clara. Capacidad de
resistir a un cierre prematuro, dar respuestas rápidas, etc.
 Capacidad de cariño: actitud de paciencia y cariño hacia los demás, a menudo
acompañada con una actitud no crítica que les permite aceptar a las personas como
son.
 Tolerancia a la intimidad: deseo de intimidad, contacto y cercanía con otras personas
parece ser otra motivación importante de los que eligen la profesión, el terapeuta
eficaz debe ser capaz de tolerar una intimidad profunda durante largos periodos.
 Confortable con el poder: disfrutan sintiéndose en una posición de poder e influencia
pueden sentirse atraídos por la profesión de psicoterapia, dado que pueden llegar a
tener gran influencia sobre las vidas de sus clientes. Sin embargo. Evitar la trampa de
sentirse omnipotente.
 Capacidad de reír: bue sentido del humor disfrutar riendo con otros. Inherente
cualidad tragicómica de muchas situaciones de la vida, sino también porque el humor,
cuando se expresa en el momento oportuno, tiene ciertas propiedades curativas.
MOTIVACIONES DISFUNCIONALES (pueden minar la eficacia y reducir la satisfacción
profesional):
 Aflicción emocional: muchos eligen la profesión movidos por un deseo de alcanzar
mayor comprensión de sí mismos, mayor dominio sobre sus problemas personales y
autocuración de propios trastornos emocionales. Esta motivación puede ser perjudicial
o beneficiosa en función de si el futuro psicoterapeuta consigue a través de su
formación, superar sus trastornos personales cuando no, puede desarrollar un deseo
mesiánico de compartir vicariamente la curación de otros cuando la propia parece
inalcanzable (puede distorsionar seriamente la distancia terapéutica).
 Manejo vicario: muchos se deciden de la profesión como forma de tratar vicariamente
con las contingencias y realidades de la vida. El psicoterapeuta puede ponerse en
posición de ayudar a otros a superar cuestiones no superadas en su propia vida; puede
conducirle a adoptar una posición voyeurista en la relación terapéutica, que
difícilmente puede beneficiar al paciente.
 Soledad y aislamiento: varios la eligieron para superar una profunda sensación de
soledad y aislamiento, provocada por circunstancias diversas; debido a una
unidireccionalidad de la profesión, permite satisfacer la necesidad de contacto e
intimidad en un contexto estructurado y seguro. Esto resulta perjudicial tanto para el
ejercicio de la profesión como para la vida personal.
 Deseo de poder: cuando el psicoterapeuta no consigue distancia apropiada de ese
poder, la idealización del mismo que realiza el cliente puede producir en el terapeuta
una tendencia gral. hacia la agresividad, el dominio y la explotación de los demás en
sus relaciones personales. Aquellos terapeutas que sienten necesidad de influir,
controlar o “convertir” a los demás, puede tener dificultades a la hora de respetar el
derecho y responsabilidad del cliente de tener su propia opinión y autonomía y puede
convertir la relación terapéutica en una plataforma de debate, confrontación e
influencia.
 Necesidad de amor: la necesidad de expresar cariño y amor puede ser funcional para
el ejercicio de la psicoterapia, sin embargo, puede ser perjudicial cuando por sí mismo
son agentes curativos. La grandiosidad de esta actitud puede ser contraria a los
intereses del paciente.
 Rebelión vicaria: algunos se sienten atraídos porque ofrece una oportunidad segura
para expresar sus necesidades de rebelarse atacar a la autoridad. Resulta perjudicial
para la práctica porque puede conducir a recomendar a los clientes actitudes
contrarias a la tradición que pueden funcionar en contra de los intereses de estos.

También se ha estudiado la relación de la elección con CONDICIONES FAMILIARES: muchos


terapeutas admiten que entraron en la profesión buscando satisfacer una necesidad de
intimidad. En el origen de la necesidad suele haber experiencias de marginación social,
económica o religiosa durante la infancia, muchos futuros psicoterapeutas han crecido con
sensación recurrente de “ser diferentes” a los demás. Aunque no existen estudios suficientes e
perfil característico de las familias de origen, Guy menciona: la madre normalmente se
describe como la figura central de la casa, mientras que el padre es presentado como pasivo y
sin una interacción emocional intensa con el hijo. Frecuentemente se describe a la madre con
tendencia a comunicar al futuro profesional sus propios problemas forzando de este modo, en
el niño, el proceso de maduración emocional y cognitiva, también resulta frecuente las
situaciones en las que se vio implicado en los problemas de los padres.

Aunque esto tiene carácter tentativo, estos datos parecen indicar que los futuros
psicoterapeutas provienen de flias. en las que la situación de reciprocidad emocional ha estado
alterada por diversas circunstancias, facilitando una forma de relacionarse con los demás en la
que se es muy sensible a las necesidades de los otros, mientas que a la vez se aprende a
silenciar la expresión de las propias. La carrera de psicoterapeuta puede aparecer como la
elección de algo lógico, confortable y familiar.

-Sistema Terapéutico: entidad que puede incluir más elementos que el terapeuta. Ej. Muchas
psicoterapias, especialmente de grupos o familiares, contemplan el rol de Co- terapeuta: figura
que trabaja de forma coordinada con el terapeuta, de relación variada (desde un trabajo
paritario en que los dos están en el mismo nivel, o el co-terapeuta toma papel secundario).

Esto plantea el concepto de EQUIPO TERAPEUTICO, que incluye mayor gama de posibilidades.
Se caracteriza por compartir aparte de la responsabilidad terapéutica. Principalmente los
sistémicos han desarrollado estas modalidades.

Aparece la figura del SUPERVISOR: la supervisión del trabajo terapéutico es un ingrediente


necesario no solo para los terapeutas principiantes sino que resulta un recurso importante a lo
largo de la trayectoria de un psicoterapeuta. Consiste en la consulta de un caso a un terapeuta
considerado más experto. Existe la supervisión directa (el supervisor observa desde un monitor
o espejo unidireccional el trabajo del terapeuta), e indirecta (mas frecuente, se realiza con
posterioridad y parte del relato del terapeuta).

 RELACION TERAPEUTICA:

La relación entre terapeuta y cliente es uno de los elementos distintivos esenciales de toda
psicoterapia. Para que la relación sea verdaderamente terapéutica, debe ser distinta de otras
relaciones en la vida del cliente (con un amigo, familiar, etc.). La diferencia esencial reside en
que se trata de una relación profesional: el terapeuta se interesa genuinamente por el cliente,
pero no forma parte de sus relaciones interpersonales cotidianas.

Esta relación es asimétrica, con carácter retributivo y con encuadre. Asimétrica porque se inicia
a partir de la demanda del cliente y se centra en sus necesidades. Retributiva, porque el
centramiento no debe suponer una actitud abnegada, sacrificada y altruista por parte del
terapeuta. Ésta podría generar un sentimiento de deuda, contrario a la salud mental que
espera obtener con la psicoterapia. Es necesario y saludable que el cliente compense al
terapeuta por su dedicación, sea mediante honorario o a través de servicios públicos. El
encuadre, es el conjunto de reglas fijadas por el terapeuta para hacer viable la psicoterapia.
Incluye: honorarios, duración, frecuencia de las sesiones, lugar donde se realizan, las
vacaciones, así como cualquier otro detalle que afecte el desarrollo de la psicoterapia.

La relación terapéutica resulta útil cuando se establece un encuadre preciso, alejando la


confusión de roles. Existe un consenso en que terapeuta y cliente no mantengan ningún otro
tipo de relación, sea comercial, profesional o personal fuera de las sesiones terapéuticas.
También es desaconsejable que acepte como cliente a familiar, conocido, amigo, con quien
mantuvo relación previa.

El encuadre varía según el modelo teórico, pero en todos, la relación terapéutica es un tema
crucial. Bordin, sugiere la noción de alianza terapéutica: el desarrollo de una adecuada alianza
es un factor de cambio esencial en todas las formas de psicoterapia y diferencia componentes
de la alianza:

- 1°Componente: es el vínculo establecido entre cliente y terapeuta. La calidad del


vínculo determina el tono emocional de la vivencia que el cliente tiene del terapeuta,
que influye en su colaboración en el proceso terapéutico.
- 2° Componente: el grado de acuerdo en los objetivos de la terapia. Se trata de si
cliente y terapeuta orientan sus esfuerzos en la misma dirección. A veces el cliente
presenta un síntoma y está más interesado en resolverlo que en entender sus casusas
y orígenes.
- 3° Componente: propuesto por Bordin, es el acuerdo en las tareas de la terapia, es
decir, en el acuerdo acerca de los medios que son adecuados para conseguir los
objetivos propuestos.

Estos componentes no son independientes, sino que se influyen mutuamente.

 El PROCESO TERAPEUTICO:

Conj. de procesos psicosociales que tiene lugar desde el inicio al fin de la psicoterapia. La
concepción del proceso terapéutico, depende en gran medida del modelo psicoterapéutico
que se adopte.

Rogers había propuesto un modelo gral. del proceso terapéutico que constaba de tres etapas
básicas: catarsis, insight y acción. Carkhuff, toma esto enfatizando la tercera, y propone que el
cliente sigue fases:

1) exploración de la situación.
2) comprensión de la situación en relación con los objetivos.
3) actuación para conseguir los objetivos.

La terapia centrada en el cliente tiene su foco de aplicación en la primera fase, el psicoanálisis


en la segunda y la modificación de conducta en la tercera. Esta propuesta puede tomarse
como antecedente de la problemática, pero resulta difícil pensar que un mismo terapeuta
pueda pasar de un enfoque centrado en la persona a uno psicoanalítico y de ahí a la terapia de
conducta.

En la actualidad, existen varios modelos secuenciales del proceso terapéutico, entre ellos el
modelo de Egan, que se encuentra dentro de los manuales sistematizados más utilizados en
EE.UU para formar profesionales de la asistencia psicológica. Este concibe la ayuda psicológica
como un proceso secuencial de tres etapas, cada una con tres pasos:

Fase 1: identificación y clarificación de las situaciones problemáticas y de las oportunidades


no utilizadas:

Paso I-A: ayudar a los clientes a constar su historia.

Paso I-B: centramiento: búsqueda de nivelación.

Paso I-C: puntos ciegos y nuevas perspectivas.

Fase 2: establecimiento de metas desarrollo y elección de escenarios preferidos.

Paso II-A: construcción de un nuevo escenario.

Paso II-B: evaluación de las metas de un nuevo escenario.


Paso II-C: elección y compromiso.

Fase 3: Accion, avance hacia el escenario preferido.

Paso III-A: descubrir estrategias de acción.

Paso III-B: elección de estrategias y desarrollo de un plan de acción.

Paso III-C: implantación de planes y logro de metas.

Egan describe las habilidades que el terapeuta debe utilizar en cada fase así como las
habilidades que deben ser entrenadas en los clientes, ejemplo: en la primer fase, el terapeuta
tiene que responder al cliente de modo que facilite la exploración de su problema. Una vez
explorado el problema, el cliente debe comprender sus implicancias hasta conseguir una
valoración adecuada de su situación. Cuando no se consigue, se pasa a planificar la acción. Este
esquema simple está pensado para compaginar dos estilos terapéuticos: el directivo y el no
directivo. Según Egan resulta adecuado adoptar una estrategia que comience por una
actuación poco directiva encaminada a transmitir actitudes profundas de respeto
comprensión y una vez establecidas las bases de una relación terapéutica implicada, proceder
a una acción cada vez más directica.

La especificación del contrato terapéutico es un aspecto esencial del proceso terapéutico, que
si situaría en la fase de atención, pero a la vez supone ya una respuesta, un plan de la terapia
para poder construir el proceso posterior.

Según los autores, este modelo de Egan subestima el papel de los procesos previos a la llegada
del cliente a la consulta.

La idea básica del modelo es fomentar una buena relación terapéutica en las fases iniciales
adoptando una actitud no directiva y expresando respeto y comprensión, para proceder a
partir de ahí, a una acción más directiva que conduzca a un cambio de conducta que es el
objetivo final del modelo de Egan.

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