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¿Qué es el hombre?
¿Qué es el ser humano?
¿Por qué lo recuerdas y te preocupas por él?
Maimónides escribe que el libre albedrío le fue dado por Dios a todos los
seres humanos. Si el hombre quiere inclinarse por el camino recto y ser justo,
o si quiere inclinarse por la senda mala y ser malo, es su decisión. Sin embargo,
debe saber que él mismo es responsable de su elección, pues es el único entre
todas las criaturas, que sabe lo que es bueno y lo que es malo. Nadie lo obliga
a seguir lo bueno, y nadie le impide preferir lo malo. El hombre es soberano de
sus actos. La omnisciencia de Dios no priva al hombre de su libre albedrío. La
idea de la predestinación divina no es parte de los conceptos filosóficos del
judaísmo.
Los maestros judíos de todas las épocas, han estado llenos de admiración
y asombro ante el misterio de la existencia del hombre y ante los maravillosos
mecanismos de su vida física y espiritual. Al observar e investigar su vida
diaria, llegaron a una conclusión única: por ser el hombre la cima de la creación,
creado a imagen y semejanza de Dios, se debe acercar a cada hombre con amor,
justicia y respeto, evitar causarle cualquier daño, por eso enseñan los maestros
del Talmud: «Aquel que salva a un hombre, es como si hubiera salvado el
universo entero».
Una de las muchas paradojas de nuestra era moderna pareciera ser, que
el hombre ha perdido su identidad. Al mismo tiempo, cuando el hombre
moderno está buscando su «ego», para identificarse y relacionar su
personalidad con el cosmos y con sus semejantes de una manera significativa,
parece que tropieza contra una pared. Hay muchas evidencias de eso en la
literatura científica y también en las novelas modernas. El antropólogo, ya
fallecido, Ralph Linton, escribió que los hombres «...son, realmente, simios
antropoides. Tratando de vivir como hormigas y, como cualquier observador
filosófico puede atestiguar, que no lo hacen muy bien». Un perceptivo crítico
literario contemporáneo comprobó esta preocupación por la presentación del
«pánico y del vacío», con la «desesperanza» del hombre de nuestra época, en
la novela moderna.
Lo que la Biblia quiere decirnos es, que el punto de vista bíblico siempre
apoya la noción de que el hombre es la imagen de Dios en la tierra. De esta
manera, la reverencia hacia Dios se demuestra en nuestra reverencia también
hacia el hombre. Si se lo trata con arrogancia, es un acto de blasfemia hacia
Dios, como si lo asaltara físicamente en un acto de violación. Con las palabras
de los Proverbios: «Ofende a su Creador quien oprime al pobre, pero lo honra
quien le tiene compasión». (Proverbios 14:31.).
De modo que la vida está concebida como una asociación entre Dios y el
hombre, por eso la vida humana puede y debe adquirir un carácter sagrado. Dios
y el hombre son partícipes en una lucha sacra por la justicia, por la paz y la
moral, lo que es el desarrollo espiritual del hombre, que Dios se reveló a través
de una Alianza, cuya manifestación es la Biblia. La Biblia no es el libro de Dios,
sino el del hombre. Si él quiere, puede ser colaborador de Dios, y su acción es
la respuesta a la llamada, y la historia es la búsqueda mutua entre Dios y el
hombre.
Los cuentos bíblicos relacionados con la así llamada «caída del hombre»
han sido interpretados varias veces por la tradición judía, y por la cristiana, y
son demasiado conocidos para repetirlos. Será más interesante ver la
interpretación rabínica de la dinámica del desliz del ser humano en su relación
con Dios, y su autodestrucción. Al comentar el versículo tantas veces citado del
libro del Deuteronomio (Deut.6.5.): «Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón,
con toda tu alma y con todas las fuerzas». Los rabinos del Talmud enfocan su
atención en la forma gramatical e insólita del término hebreo de «levavja - tu
corazón», que aparece así en este versículo, en lugar de la palabra «libeja -
corazón», que es el modo de escribir normal de la palabra, cuando la letra «bet
- es decir la letra b» figura dos veces. Dicen que ponerla dos veces fue
intencional, y significaría que el hombre debe amar a Dios con ambas partes de
su corazón, es decir, con su buena inclinación, pero también con la mala. Este
concepto, que el corazón humano contiene ambas inclinaciones, se encuentra
explícitamente en el Targum (interpretación aramea) del Salmo 103.14. El texto
dice así: «Pues El conoce nuestros instintos - está explicado: Pues El conoce
nuestro instinto malo lo que causa el pecado...»
Enseñan los sabios: «Considerando que el Santo, bendito sea El, colocó
delante de nosotros dos caminos, el de la vida y el de la muerte, podemos
caminar por aquel que nos guste. Pero no es así y por eso nos dice la Tora más
adelante» «Elige la vida, para que tú y tu descendencia puedan vivir.» (Sifre
86a.).
A pesar de todas las dificultades que tenga que afrontar, en el hombre siempre
permanecerá «la revelación especial de Dios», escribe Leo Baeck en su obra
«La esencia del judaísmo». Dice que «durante su vida, el hombre tiene la
capacidad de desarrollar lo divino que ha sido implantado en él. Eso se refiere
a todo ser humano, pues aunque haya mucha diferencia entre ellos - rico o
pobre, bueno o malo, blanco o negro, judío o gentil - su semejanza con Dios es
igual para todos, y esta semejanza los hace 'seres humanos' a todos». Y continúa
así: «Lo que es más importante para el ser humano, y que lo hará humano, está
dentro de todo hombre. La tarea y el campo de batalla están asignados a todos
y la nobleza humana existe en todos. Negarlo para uno significaría, negarlo para
todos».
Son éstas algunas observaciones acerca del concepto clásico judío sobre
la naturaleza del hombre, traduciéndolas a un idioma moderno, y ofrecen un
acercamiento al problema del hombre solitario de nuestra época. Se afirma que
la vida de uno está entrelazada con la del prójimo. Que ni él ni su prójimo
pueden encontrar una paz duradera únicamente al satisfacer su naturaleza
animal. Se recuerda que el bienestar de la persona depende del cumplimiento
de lo profetice: «El Señor ya te ha dicho, oh hombre, en qué consiste lo bueno
y qué es lo que El espera de ti; que hagas justicia, practiques el amor y
obedezcas humildemente a tu Dios» (Miqueas 6.8.).
Resumen.
El hecho de que el hombre haya sido creado a la imagen del Eterno, nos
da una tarea obligatoria, válida eternamente. Es una osadía en su objetivo, pero
esta osadía es un orgullo santo, una altivez humilde de nuestra vida, el valor
más grande en nuestra existencia. La vida humana es una tarea eterna, una tarea
eterna de adaptación al Eterno. Así recibió el hombre el más alto nivel en la
creación. Nada hace esperar que tenga una vida fácil en la tierra; por el
contrario, lo hace consciente de que debe trabajar con el sudor de su rostro y
así puede tener la esperanza en un futuro feliz, para que se prepare a si mismo,
para merecerlo. El hombre tiene posibilidades para perfeccionarse y casi ser el
lugarteniente terrestre del Eterno, y tiene las posibilidades de ser inferior a los
animales. La naturaleza espiritual y moral hace al hombre similar a Dios. Pero
nunca debe olvidar que su lugar está en la tierra. Al hablar de la vida humana,
el judaísmo nunca distingue entre vida corporal y espiritual, pues el hombre
puede elevarse a una altura moral, sólo junto con su cuerpo y con su espíritu.
El hombre completo lleva la imagen divina; el hombre debe conseguir su lugar
en la creación y por eso, su obligación religiosa es, desarrollar las ciencias, la
cultura, las ideas éticas, las virtudes, la moral y también su cuerpo, porque sólo
así puede ocupar un lugar importante en el progreso entre los inmutables. Así
se creó en el judaísmo el concepto del hombre justo, progresivo y colaborador
de Dios.
Es verdad que según las palabras del Salmista, el hombre es tan sólo
polvo si lo compara con el Universo, pero ha sido creado sólo un poco menor
que Dios y al practicar la justicia y el amor, puede transformarse en el
concesionario de la naturaleza. Debe sentir la responsabilidad, no sólo consigo
mismo, sino para con todo el mundo, con todo el Universo.
Esta conciencia de que el hombre fue creado a la imagen del Eterno, esta
posibilidad con la cual se aproxima a las calidades del Eterno en la conducta
moral, significa la posibilidad de la evolución del hombre para aumentar sus
buenas calidades y para aminorar las malas. Este hombre siente, que él puede y
debe ayudar al Eterno en la renovación el mundo, para crear un nuevo orden,
nuevas formas de vida, en la que todos los seres humanos, y no sólo los judíos,
podrán vivir en confraternidad, tranquilidad y en paz.
—Es el Emmanuel-Dios con nosotros. Mt 1, 23: "...darás a luz un hijo, a quien llamarán
Emmanuel, que significa Dios con nosotros".
—Jesús tiene el poder divino de perdonar los pecados. Mt 9, 6: "Pues para que sepáis que el Hijo
del Hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados...".
—Es reconocido como Hijo de Dios por los discípulos. Cfr Mt 16, 16:"Tú eres el Cristo, el Hijo de
Dios vivo". Mc 1, 1-24: "Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios...".
—Jesús afirma no sólo que es hijo de David, sino que es Señor y Dios: Lc 20, 41:"¿Cómo dicen
que el Cristo es Hijo de David", dice citando palabras del Salmo 110.
—En el Prólogo se afirma que el Verbo es Dios y Unigénito de Dios, y que preexiste a la
encarnación. Cfr Jn 1, 1-18.
—Dios es Padre suyo de manera diferente a como es en los demás hombres: Jn 20, 17: "...pero
ve a mis hermanos y diles: subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios".
—En la Humanidad del Señor se manifiesta la gloria del Padre: Jn 1, 14: "...y hemos visto su
gloria, gloria como de Unigénito del Padre".
—El que le ve a El ve también al Padre. Jn 14, 8-11: "El que me ha visto a mí ha visto al Padre".
EL TESTIMONIO DE LA RESURRECCIÓN.
—Mt 12, 39: "De la misma manera que Jonás estuvo tres días en el vientre de la ballena, así
también el Hijo del Hombre estará tres dias y tres noches en el seno de la tierra".
—Jn 2, 19-22: "Cuando resucitó de entre los muertos, recordaron sus discípulos que él había
dicho esto, y creyeron en la Escritura y en las palabras que había pronunciado Jesús".
—Teoría de la desaparición del cadáver (Le Roy, Holtzmann). Los relatos de la resurrección no
son resultado de un fraude consciente de los discípulos, sino que alguien robó o trasladó de
lugar el cadáver, y los discípulos se sorprendieron de su desaparición.
—Teoría de la visión (D. F. Strauss). Los relatos de las apariciones se fundan en "visiones" de los
Apóstoles, que podrían calificarse como alucinaciones.
—San Mateo habla de dos apariciones: a María Magdalena y a la otra María (Mt 28, 1-6) y a sus
discípulos (Mt 28, 16-20).
— San Marcos habla de tres apariciones: a María Magdalena (Mc 16, 9), a dos discípulos (Mc 16,
12) y a los Once discípulos (Mc 16, 14).
—San Lucas relata tres apariciones: a los discípulos de Emaús (Lc 24, 13), a Simón (Lc 24, 34),
a los Apóstoles (Lc 24, 36).
—San Juan habla de cuatro apariciones: a María Magdalena (Jn 20, 14), a los discípulos, sin
incluir Tomás (Jn 20, 19), a los discípulos incluido Tomás (Jn 20, 27), a todos los discípulos (Jn
21, 1).
—1 Cor 15 habla de 6 apariciones: a Pedro, a los Doce, a más de 500 hermanos, a Santiago, a
todos los Apóstoles, a San Pablo.
En los relatos del Nuevo Testamento, referidos a la Resurrección del Señor, hay divergencias en
algunos detalles que son difíciles de coordinar. Así, por ejemplo, sobre el número de mujeres;
sobre el número de ángeles; sobre el lugar donde estaban sentados los ángeles; sobre la
conducta posterior de las mujeres; sobre la reacción de los Apóstoles. En cambio, hay una
notable unidad en cuanto al hecho sustancial. Los evangelistas ofrecen un resumen brevísimo de
lo que ocurrió aquella mañana; lo único que pretenden resaltar es que Jesús ha resucitado.
La resurrección del Señor constituye el centro de la predicación apostólica. Así se ve, por
ejemplo, en:
—La Resurrección del Señor es también el núcleo central de la predicación de San Pablo. Cfr 1
Cor 15, 3-8; 2 Tm 2, 8; Ef 1, 20; Col 2, 12.
Los primeros cristianos consideraban la resurrección corporal de Nuestro Señor como un hecho
histórico, acaecido en un ambiente geográfico concreto, en un tiempo datable, y no como
expresión simbólica de su fe.
Todos los testigos de la Resurrección admiten que el cuerpo de Jesús, después de resucitado,
tiene un modo de ser distinto al que poseía antes de la Resurrección. Cfr p. e., Jn 20, 19-26, Lc
24, 31. No es un cuerpo incorpóreo, pero su cuerpo no está sometido a las leyes conocidas de
la materia.
1.-Señor: Act 2,36:"Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien vosotros
crucificasteis"; es el discurso de S. Pedro en Jerusalén al pueblo.
2.-Salvador: Act 5,31:"A éste lo exaltó Dios a su derecha, como Príncipe y Salvador, para
otorgar a Israel la conversión de los pecados"; discurso de los Apóstoles ante el Sanedrín.
3.-Siervo de Yahwéh: Act 3,13-16:"El Dios de Abrahán, Isaac,...ha glorificado a su Hijo Jesús a
quien vosotros crucificasteis..."; es el discurso de S. Pedro en el templo. El Apóstol identifica a
Jesús con el siervo de Yahwéh citando implícitamente a Is 52,13-15.
4.-Justo: Act 7,52:"¿A qué profeta no persiguieron vuestros padres? Asesinaron a los que de
antemano anunciaban la venida del Justo, del que ahora vosotros habéis sido traidores y
asesinos..."; es el discurso de Esteban ante el Sanedrín.
6.-Cristo: Act 2,31:"Y habló de la Resurrección de Cristo"; Act 2,36:"Sepa por tanto con
seguridad la casa de Israel que Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien vosotros
crucificasteis"; son dos discursos de S. Pedro.
7.-Hijo de Dios: Act 9,20:"...y enseguida empezó a predicar a Jesús en las sinagogas diciendo:
Este es el Hijo de Dios"; inicio de la actividad apostólica de Pablo.
Los evangelios proclaman que Dios Padre ha enviado al mundo a su Hijo Unigénito para
salvarnos:
1.-En Jesucristo, Hijo de Dios, vemos al Padre: Mt 11,27:"Nadie conoce al Hijo sino el Padre, ni
nadie conoce al Padre sino el Hijo"; esta identidad de conocimiento implica la unidad de
naturaleza.
2.-La doctrina de Jesús no es sólo suya, sino del Padre que le ha enviado: Mt 10,19:"...porque
en aquel momento os será dado lo que habéis de decir".
4.-Jesús es el Salvador, el Cristo, el Señor, el Hijo de Dios: Mt 1,16; 3,3; 3,17:"Este es el Hijo
mío, el amado, en quien me he complacido"; "amado" precedido por el artículo y unido a la
expresión "el Hijo" normalmente se refiere a un hijo único (Gen 22,2, Ier 6,26, Am 8,10). El
doble uso del artículo y la solemnidad del pasaje hacen que este testimonio divino declare sobre
Jesús que es el Unigénito. Aquí se cumplen las profecías mesiánicas: Is 42,1.
Es el evangelio más antiguo de todos. El es el creador del género literario que denominamos
"evangelio de Jesucristo": Mc 1,1 ; en el doble sentido de "lo que predicó Jesucristo" y de "que
tiene por objeto al mismo Jesucristo".
Marcos muestra más interés por la persona y acción de Jesús que por su doctrina.
Subraya:
1.-El estupor y temor de quienes le ven realizar milagros, como expresión de que hay en El un
poder divino: Mc 4,41:"Y se llenaron de un gran temor, y se decían unos a otros: ¿Quién es
éste, que hasta el mar y viento le obedecen?".
3.-Slubraya el uso por Jesús del título de Hijo de Hombre y con ello quiere designar: a) Cristo
glorioso y Juez escatológico: Mc 8,38; 13,26; 14,62:"Yo Soy, y veréis al Hijo del Hombre
sentado a la diestra del Poder..."; b) Jesús que tiene poder y autoridad: Mc 2,10-18; c)
trayectoria de la pasión, muerte y resurrección: Mc 14.
Características:
3.-Jesús es Dios. Se afirma en Mt 1,20 -concepción de que Jesús obra por el Espíritu Santo- Mt
28,29 -fórmula trinitaria de bautismo-. A la luz de esta verdad todos los demás títulos
mesiánicos con los que el Antiguo Testamento preanuncia a Jesús aparecen en una más plena
inteligencia: Hijo de David, Hijo del Hombre, Mesías, Señor.
a) Jesucristo por ser Dios y Hombre verdadero es el Profeta por excelencia: nadie como El puede
hablar en nombre de Dios: Lc 4,18-23; 9,44:"...el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos
de los hombres". Cristo anuncia su pasión y muerte; y a semejanza de los profetas del Antiguo
Testamento es perseguido y muerto (Act 7,52).
b) Se subraya la unión profunda y misteriosa del Espíritu Santo con el ministerio profético de
Nuestro Señor: Lc 3,22: Bautismo de Jesús en el Jordán; Lc 4,14: vuelve a Galilea después de
las tentaciones por impulso del Espíritu Santo.
c) Jesús afirma de Sí mismo que en El se han cumplido las Escrituras: Lc 4,16-30: episodio de la
Sinagoga de Nazareth en que cita a Is 61,2:"Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de
oir."
Lucas considera la salvación como una realidad presente eternamente en el día de "hoy" y esto
se manifiesta en:
Necesitados de esta salvación están antes que nada los pobres y pecadores. Pero esta salvación
exige fe en el poder de Jesucristo, y esta salvación se realizará de modo definitivo en la otra
vida. Salvarse es entrar en el Reino de Dios, liberados por Cristo de la esclavitud del pecado, del
demonio y de la muerte.
San Juan escribe en su evangelio: Jn 20,31:"...para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de
Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre"
1.-El Verbo de Dios, el Unigénito del Padre: Jn 1,1; 1,14; 1,18:"El Dios Unigénito, el que está en
el seno del Padre, El mismo lo dio a conocer".
2.-El Enviado del Padre: Jn 6,29; 7,28; 8,16; 11,42:"...para que crean que Tú me enviaste...".
Para cumplir la misión que le asignó el Padre vino Jesús al mundo; saliendo del Padre y una vez
cumplida, volverá de nuevo al Padre: Jn 16,28:"Salí del Padre y vine al mundo; de nuevo dejo el
mundo y vuelvo al Padre".
a) Ante la muchedumbre: Jn 6,27:"...El que os dará el Hijo del Hombre, pues a éste lo confirmó
Dios con su sello divino"; es el discurso del Pan de Vida;
b) ante los judíos: Jn 5,27:"...ya que es el Hijo del Hombre"; es la defensa de Cristo, en la cual
Jesús proclama su divinidad ante los judíos;
c) en conversación privada con Nicodemo: Jn 3,13:"Pues nadie ha subido al Cielo, sino el que
bajó del Cielo, el Hijo del Hombre";
e) en conversación con los discípulos: Jn 1,51:"...a los ángeles de Dios subir y bajar en torno al
Hijo del Hombre".
f) se identifica con el título de Mesías: Jn 12,34:"¿Quién es este Hijo del Hombre?"; la cuestión
que plantean a Jesús apunta al misterio del Mesías. Jesús no da una explicación directa, se limita
a insinuar que su presencia entre ellos es luz suficiente para ir entreviendo el misterio del
Mesías, que se entenderá plenamente con la venida del Espíritu.
c) es denominado por Juan, su discípulo: Jn 1,18; 20,31:"...para que creáis que Jesús es el
Cristo, el Hijo de Dios";
d) es denominado por Marta: Jn 11,27:"...yo he creído que Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios";
e) Jesús se denomina a Sí mismo Hijo de Dios, y de esto le acusan los judíos: Jn 5,18:
"...llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios".
4. El Apocalipsis.
La idea fundamental es el dominio absoluto de Dios y por eso Dios aparece siempre rodeado de
majestad y excelsitud.
Al comienzo del libro se evoca la figura de Cristo doliente aludiendo a aquellos que le
traspasaron (Apoc 1,7), y posteriormente se hablará de la Gran Ciudad donde el Señor fue
crucificado (Apoc 11,8).
Que tiene su origen en Dan 7,13 donde alude a alguien que se presenta como Juez escatológico:
Apoc 1,13:"...y en medio de los candelabros como Hijo de Hombre, vestido de túnica talar..."; la
túnica talar simboliza su sacerdocio, el ceñidor de oro su realeza, los cabellos blancos su
eternidad. En el evangelio de S. Juan el título de "Hijo de Hombre" lo había usado el Señor para
referirse a Sí mismo y viene a significar la condición divina trascendente de Cristo (Jn 1,51;
3,14).
2.-Mesías:
Apoc 12,5:"Y dió a luz a un hijo varón, el que ha de regir a todas las naciones con cetro de
hierro". Es el Mesías considerado a la vez como persona individual y como cabeza o jefe del
Nuevo Israel.
3.-Redentor:
El que nos ama y nos ha lavado de nuestros pecados por medio de su sangre: Ap 1,5b:"Al que
nos ama y nos libró de nuestros pecados con su sangre..."; nos recuerda a Jn 15,13:"Nadie
tiene amor más grande que el de dar la vida por sus amigos".
4.-Primogénito:
Ap 1,5a:"...y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, primogénito de entre los muertos y príncipe
de los reyes de la tierra".
Se aplican a Jesucristo tres títulos mesiánicos tomados del Ps 89,28-38, pero con un sentido
nuevo a la luz de la fe cristiana:
5.-Testigo fiel del cumplimiento de las promesas hechas por Dios, en el Antiguo Testamento, de
un Salvador, Hijo de David.
6.-Primogénito de entre los muertos en cuanto que su resurrección ha sido la victoria de la que
participarán cuantos estén unidos a El;
9.-El Amén: Ap 3,14: destaca la condición estable y firme, leal e inmutable del Señor.
10.-El Cordero:
Ap 1,17: significa la presencia gloriosa de Cristo; Ap 2,8: aquel que siempre ha existido y que
nunca dejará de existir.
Ap 19-12:"...lleva escrito un nombre que nadie conoce sino El"; significa su condición divina y
trascendente, siempre misteriosa e inalcanzable para el hombre.
1.-Cristo es la imagen del Padre, Primogénito de las criaturas, Autor, Conservador y Fin de todas
las cosas.
Como Imagen del Padre es el Hijo quien lo revela a los hombres: Jn 1,18; 14,6.
El Hijo de Dios es la imagen del Padre porque es su Verbo, el verbo por naturaleza es la
expresión de la inteligencia que lo produce.
2.-Cristo está muy por encima de todos los seres celestiales, ya sea como Creador de ellos, ya
sea como su Jefe. Todo ha sido creado por y para el Hijo (Jn 1,3).
Se subraya:
1.-v.5: Cristo es nuestro modelo porque El nos da ejemplo: para la unidad fraterna, para la
humildad, para la abnegación generosa que nos hace poner por encima de nuestros propios
intereses el interés de los demás.
b) vv.7b-8: en su condición de hombre acepta por obediencia morir en la cruz: proclama hasta
qué punto llego su humildad;
Enseñanzas principales:
5.-el comportamiento diverso de los hombres ante la venida del Salvador: vv.11-12-13.
2. El "Corpus Paulinum".
Es la teoría que afirma que los atributos de ambas naturalezas, la divina y la humana,
le son conferidos a la persona única, singular, de Jesús. Esto significa que Jesús, el
hombre, podia reclamar como suya la Gloria que El tenía con el Padre antes de la
creación del mundo (Juan 17:5), podía afirmar, por derecho propio, cómo El había
descendido del cielo (Juan 3:13) y, también, afirmar que era omnipresente (Mateo
28:20). Esta doctrina, pues, enseña que Jesús tenía derecho a reclamar como suyas
todas éstas cualidades divinas y que, por lo tanto, estas propiedades también se
encontraban en la persona humana de Jesús.
Uno de los errores más comunes que cometen las sectas es el de no entender las
dos naturalezas de Jesucristo. Por ejemplo, los Testigos de Jehová se concentran en la
humanidad de Jesús e ignoran su divinidad. Constantemente están citando versículos
de la Escritura que tienen que ver con la naturaleza humana de Jesús, con Jesús como
hombre, y tratan de presentarlos como antagónicos a versículos que muestran que
Jesús es también Divino. Por otro lado, los miembros de la Ciencia Cristiana hacen
todo lo contrario : Se concentran en versículos de la Escritura que demuestran la
divinidad de Jesucristo , hasta negar su verdadera Humanidad.
Para poder entender a Jesús correctamente y, por tanto, todas las otras doctrinas
que a El se refieren, sus dos naturalezas deben ser entendidas y definidas
perfectamente. Jesús es una persona con dos naturalezas. Es por ésto que pudo
crecer en sabiduría y estatura (Lucas 2:52) y, a la vez, conocer, saber, todas las cosas
(Juan 21:17). Jesús es la Palabra Divina que se hizo carne (Juan 1:1, 14).
1 Tim 2:5 dice: “porque hay un solo Dios y también un solo mediador entre
Dios y los hombres, Jesucristo el hombre” En este mismo momento hay un
hombre en el cielo, sentado sobre el Trono de Dios. El es nuestro Abogado ante
el Padre (1 Juan 2:1). Es nuestro Salvador (Tito 2:13). Es nuestro Señor (Rom
10:9-10). El es Jesús.