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Nezahualcóyotl

(México,siglo XV)

Lo Comprende mi Corazón

Por fin lo comprende mi corazón:


Escucho un canto,
Contemplo una flor:
¡Ojalá no se marchiten!

Yo lo Pregunto

Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:
¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?
Nada es para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.
Aunque sea de jade se quiebra,
Aunque sea de oro se rompe,
Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.

Percibo lo Secreto…

Percibo lo secreto, lo oculto:


¡Oh vosotros señores!
Así somos, somos mortales,
De cuatro en cuatro nosotros los hombres,
Todos habremos de irnos,
Todos habremos de morir en la tierra…

Nadie en jade,
Nadie en oro se convertirá:
En la tierra quedará guardado
Todos nos iremos
Allá, de igual modo.
Nadie quedará,
Conjuntamente habrá que perecer,
Nosotros iremos así a su casa.

Como una pintura


Nos iremos borrando.
Como una flor,
Nos iremos secando
Aquí sobre la tierra.
Como vestidura de plumaje de ave zacuán,
De la preciosa ave de cuello de hule,
Nos iremos acabando
Nos vamos a su casa.
Se acercó aquí
Hace giros la tristeza
De los que en su interior viven…
Meditadlo, señores,
Águilas y tigres,
Aunque fuerais de jade,
Aunque allá iréis,
Al lugar de los descarnados…
Tendremos que desaparecer
Nadie habrá de quedar.

Alegraos

Alegraos con las flores que embriagan,


las que están en nuestras manos.
Que sean puestos ya
los collares de flores.
Nuestras flores del tiempo de lluvia,
fragantes flores,
abren ya sus corolas.
Por allí anda el ave,
parlotea y canta,
viene a conocer la casa del dios.
Sólo con nuestras flores
nos alegramos.
Sólo con nuestros cantos
perece vuestra tristeza.
Oh señores, con esto,
vuestro disgusto de disipa.
Las inventa el dador de la vida,
las ha hecho descender
el inventor de sí mismo,
flores placenteras,
con ellas vuestro disgusto se disipa.

No acabarán mis flores

No acabarán mis flores,


No cesarán mis cantos.
Yo cantor los elevo,
Se reparten, se esparcen.
Aun cuando las flores
Se marchitan y amarillecen,
Serán llevadas allá,
Al interior de la casa
Del ave de plumas de oro.
Tochihuitzin Coyolchiuqui
(fines del siglo XV - s. XVI)
Vivir es soñar

Así lo dejó dicho Tochihuitzin,


Así lo dejó dicho Coyolchiuhqui:
De pronto salimos del sueño,
sólo vinimos a soñar,
no es cierto, no es cierto,
que vinimos a vivir sobre la tierra.
Como yerba en primavera
es nuestro ser.
Nuestro corazón hace nacer, germinan
flores de nuestra carne.
Algunas abren sus corolas,
luego se secan.
Así lo dejó dicho Tochihuitzin.

Nezahualpilli
(1464-1515)

Cacamatzin o Cacama
(1483 – 1520)
Amigos nuestros, escuchadlo:
que nadie viva con presunción de realizar.
El furor, las disputas sean olvidadas,
Desaparezcan en buena hora sobre la tierra.
También a mí solo, hace poco me decían,
los que están en juego de pelota,
decían, murmuraban:
¿Es posible obrar humanamente?
¿Es posible actuar con discreción?

Yo sólo me conozco a mí mismo.


Todos decían eso,
pero nadie dice la verdad en la tierra.
Se extiende la niebla, resuenan las caracoles,
por encima de mí y de la tierra entera.
Llueven las flores, se entrelazan, hacen giros,
vienen a dar alegría sobre la tierra.

Es en verdad, tal vez como en su casa,


obra nuestro padre,
tal vez como plumajes de quetzal en tiempo de verdor,
con flores se matiza,
aquí sobre la tierra está el Dador de vida.

En el lugar donde suenan los tambores preciosos,


donde se hacen oír las bellas flautas,
del dios precioso, del dueño del cielo
collares de plumas rojas
sobre la tierra se estremecen

Envuelve la niebla los cantos del escudo,


sobre la tierra cae lluvia de dardos,
con ellos se obscurece el color de todas las flores,
hay truenos en el cielo.
Con escudos de oro allá se hace la danza.
Yo sólo digo, Yo, Cacamatzin,
Ahora sólo me acuerdo del señor Nezahualpilli.

¿Acaso allá se ven, acaso allá dialogan


él y Nezahualcóyotl en el lugar de los atabales?
Yo de ellos me acuerdo.
¿Quién en verdad no tendrá que ir allá?
¿Si es jade, si es oro, acaso no tendrá que ir allá?
¿Soy yo acaso escudo de turquesas,
una vez más cual mosaico volverá a ser incrustado?
¿Volveré a salir sobre la tierra?
¿Con mantas finas seré amortajado?
Todavía sobre la tierra,
cerca del lugar de los atabales,
de ellos yo me acuerdo.

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