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Grau
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Todos los derechos relativos a las mejoras técnicas incorporadas en ésta obra respecto del
original quedan reservadas para la Editorial La Casa del Ajedrez. Queda prohibida su
reproducción parcial o total.
¿Clásicos o modernos?
Con este tomo damos por terminada la última etapa de Tratado General de Ajedrez.
Creemos haber lanzado a la biograjia de habla hispana el curso práctico más completo entre los
asistentes, obra en la que hemos puesto la experiencia de treinta años de ajedrecistas y de veinte
de periodista y de escritor. El volumen que ahora sale a la venta reúne los temas más complejos
de la técnica del ajedrez en el medio juego, y se vincula íntimamente al tomo segundo, sobre
Temas de combinación, y al tercero, sobre Conformación de peones, ya que de ambos surge el
problema de la Estrategia Superior que ahora nos ocupa. Y los tres en realidad nacen del primer
libro que publicamos sobre Rudimentos del juego, pues en todos ha dominado el sistema de
razonamiento seguido en el trabajo inicial, que es la base de toda la obra.
El presente volumen contiene temas de singular importancia y algunos nuevos en la
bibliografía ajedrecística. Se inicia con un estudio de las tran.�'formaciones de las amenazas,
para demostrar cómo la partida maestra es la que se desliza de tema en tema, como una
consecuencia lógica e hilvanada. Veremos como la ventaja en espacio en el planteo produce
puntos fuertes, y éstos, peones pasados; que las columnas abiertas se diluyen en torres en
séptima y de esta parte .final nace la victoria impecable. Luego observaremos la lucha de caballo
contra a(fil, con algunas incursiones en el final teórico, pero al solo o�jeto de comprender el
problema en la partida viva, que es lo que nos interesa, ya que es éste un libro sobre medio
juego y pre.final.
Estudiaremos después la fuerza poderosa de ambos a(files, secreto de la técnica de los
grandes maestros, para observar cómo no es posible generalizar sobre los empates cuando hay
alfiles de distinto color, e introducirnos más tarde en un tema cuya paternidad nos atribuimos:
se trata nada menos que de probar que el alfil "malo" no es tan malo como la rutina y los viejos
tratadistas a.firman, y que, por el contrario, es una necesidad estratégica de gran número de
planteos. Analizaremos más adelante la lucha típica de las casillas "d4" o "e4" ("d5" o "e5"
en el caso de las negra:,) contra las columnas abiertas laterales, y .finalmente observaremos la
i
f terza de las piezas centralizadas y poderosamente apoyadas, para estudiar la lucha táctica y
estratégica de dos torres cambiadas por la dama, tema valioso y no debidamente analizado
hasta el presente.
Al terminar el libro veremos la extraordinaria importancia que nace de los cambios de
las damas, tema que tampoco ha merecido hasta ahora la debida atención, para dar remate a
nuestra obra con un estudio de .finales de torres y peones, que consideramos como un capítulo
estratégico vinculado al medio juego, ya que en más del 70% de las partidas el problema
estratégico de la simplificación está en considerar si el final de torres y peones a que se llega
basta para ganar, es .favorable, o por lo menos igual, para el bando que lo proyecta.
Este trabajo abarca desde la lucha típica de .finales hasta la acción de las torres en la
etapa intermedia del final, cuando hay muchos peones en el tablero, terreno sobre el cual la
teoría no marcha, por cuanto es d(fícil encontrar las verdaderas matemáticas que son en
realidad la esencia y base del estudio de los.finales.
El libro comprende, pues, una incursión sobre aquellos finales típicamente estratégicos, o sea,
los que acechan constantemente al ajedrecista en la partida viva. Con esto ponemos al alcance
del ajedrecista estudioso la base de conocimientos necesarios para comprender el ajedrez de
manera cabal, y, sobre todo, intentamos enseñarle a proceder en todos los casos por
razonamientos, evitando la acumulación de variantes magramente explicadas, que hacen tan
pesado y árido el aprendizaje deljuego.
Conjio aún en poder lanzar en el f. i1turo a la venta dos nuevos libros razonados. Uno
sobre ideas medulares de las aperturas, con una nueva y racional c/as(/icación por temas
7
estratégicos, y no por nombres raros, y otro sobre finales, que será más que un acopio de
novedades, ya que nada hay nuevo en esta etapa de la partida, una nueva forma de explicarlos
para facilitar por medio de reglas el razonamiento del jugador, evitando los confusos análisis,
tan difíciles de realizar como improductivos para la gran masa de aficionados.
Entretanto, aun cuando con algún retraso, he cumplido la promesa tantas veces
reclamada por la afición de poner término al estudio sobre Estrategia, que la Editorial Sopena
Argentina ha querido agregar a su ya magnífica Biblioteca de Ajedrez, que tuve el honor de
inaugurar.
Roberto G. Grau
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CAPÍTULO 1
La verdadera dificultad del ajedrez está en conocer el grado de trascendencia que para la
gravitación completa de las partidas tienen las posiciones a crearse. Esto h ace que las j ugadas
más i ntrascendentes en apariencia puedan tener importancia decisiva en el curso de las luchas, y
brinda al j uego acentuado interés, el cual surge de la dificultad que estas sutilezas técnicas pre
sentan, aun para el j ugador más experimentado.
Hemos dicho en varias oportunidades que el aj edrez no era ese monumento de complej i
dad que algunos j ugadores vanidosos hacen suponer, e insistimos en lo mismo. J ugar al ajedrez
es relativamente fácil, y j ugar discretamente tampoco es una tarea de gigantes. Sólo hace falta
cierta dedicación y bastante práctica. Ahora que esto no quiere decir, ni mucho menos, que las
dificultades se vayan agotando cuando el aj edrecista avanza. Por el contrario, éstas se acentúan a
medida que se sutiliza, y resulta así el hecho paradój ico de que quien tiene más dificultad para
jugar, como él aspira a hacerlo, es el jugador de primera fuerza, pues pretende a menudo imposi
bles: quiere agotar los análisis y trata de llegar a conclusiones definitivas por medio del examen
minucioso de las posibil idades futuras y por el estudio de las j ugadas y respuestas posibles, sin,
de vez en cuando, hacer un examen de conciencia y considerar si su cerebro está en condiciones
de realizar tarea tan extensa, sin riesgos de incurrir en errores de análisis muy graves.
Es por esto que siempre hemos sostenido que Por eso seguiremos navegando en el agradable
el jugador debe, dentro de lo posible, desechar mar de la lógica, para entrar en zonas un poco
el sistema analítico para adoptar el sistema más complej as. Veremos ahora cómo se ava
deductivo. loran c iertas posiciones y cómo se transfor
Debe, sobre todo durante el medio j uego y en man las amenazas. Observaremos cómo defi
la apertura, creer menos en la verdad mate ciencias aparentemente insignificantes van
mática -porque en realidad es ésta muy dificil acentuándose en el transcurso de la lucha, y, a
desnudar- y conformarse con la verdad lógica, la manera de una bola de mercurio, van agi
que siempre resulta más accesible y posee la gantando su importancia, derivando en males
virtud de fomentar la deducción. muy graves.
Es claro que este sistema deductivo resulta Pero esto es fáci l de reducir, en la mayoría de
más peligroso, pero lo cierto es que de esta las ocasiones, a principios de lógica clara y
suerte la intuición j uega un papel mucho más bon ita, y trataremos de hacerlo para faci l itar la
importante, y la imaginación halla menos tarea del j ugador bisofio, y aun de muchos que
trabas. . c reen no serlo porque actúan en categorías
Si el aj edrez fuera un j uego matemático, sería pomposamente l lamadas superiores. B ien
por c ierto mucho más aburrido que en lo pre sabemos que h ay muchos aj edrecistas que
sente. La posibilidad de que quien razone con saben muy poco de ajedrez. J uegan "de o ído'',
más lógica pueda superar a quien analice y por c ierto que lo hacen bien.
mejor, o que aun quien esté mej or inspirado
supere al de más lógica en muchas oportuni MAGN Í FICO EJ EMPLO
dades, hace de este j uego un tan delicioso
como i ntrascendente arte, y le asegura perpe Muchos son los ejemplos que se podrían
tua j uventud. mostrar, pero pocas partidas tan expresivas en
dujo J osé Raúl Capablanca en el torneo de razón es clara, ya que se especula con el he
Nueva York de 1 927, cuando venció a Aarón cho de que el cabal lo, desde ese sector, no
Nimzowich, en la primera rueda del impor vulnera el cuadro "d5" y la debil idad del peón
tante certamen. "d" negro, apoyado sólo por un peón, no pue
En ella, el entonces campeón del mundo des de ser aprovechada.
cubre el hilo sutil de la desventaj a del adver
sario, lo atrapa, y poco a poco va apoderándo 7.dxc5 lll a 61
se por medio de él de toda la partida. Y una
vez más veremos cómo aquello de "a peque Como derivado del planteo defectuoso de las
ñas causas grandes defectos" tiene un gran blancas, las negras han logrado dominar el
significado, cuando el encargado de explotar centro. Ahora el caballo dama entrará a co
los errores j uega con maestría. operar en la fiscal ización del cuadro "e4" en
colaboración con el caballo de "f6 " .
Gambito de Dama (030)
N ueva York, 1927 8.0-0 lll x c5 9.ie2
B lancas: A. N imzowich
Negras: J . R. Capablanca Obsérvese cómo, también en esta partida, se
ha hecho sentir la desventaj a que significa
1 .c4 ll:lf6 2. lll f3 e6 3.d4 d 5 tener una pieza carente de apoyo. Las blancas
han debido perder un tiempo con el alfil y las
Luego d e haber iniciado la partida con l a negras siguen acumu lando pequeñas ventaj as.
Apertura Inglesa, y haber segu ido con l a
Zukertort, N imzowich vuelve a las "aguas 9 ... b6 1 O.cxd5 lll x d5 1 1 . lll b3 ib7
mansas" del Gambito de Dama. Su propósito 1 2 .lll xc5 ixc5 1 3 .§'a4
de compl icar mucho la partida frente a Capa
blanca no ha prosperado, como fruto, sin du
da, del gran respeto que tenía por el maestro
cubano.
4.e3
4 ... ie7 5. lll bd2 0-0 6.id 3 c51 COMI ENZA A ELABORARSE LA VICTORIA
10 ROBERTO G. GRAU
tiempos de ventaj a, pues han movilizado todas EL CONCEPTO MAGISTRAL DE CAPABLANCA
PARA SIMPLIFICAR
sus p iezas y les toca jugar, y que, en cambio,
el blanco tiene aún el alfil dama sin desarro
Alekhine sostiene en el l ibro sobre el torneo
llar. Y habremos puesto el dedo en la llaga.
de Nueva York que 1 5 . . . füd8 es más fuerte.
La verdadera desproporción estratégica y la
Pero se olvidó que Capablanca tenía concep
única razón que puede permitir la victoria al
tos diferentes sobre la simplificación. El
negro, sin necesidad de que algún error provi
maestro cubano, que hizo su secreto en aj e
dencial del rival le ayude, es la situación de
drez de la habil idad para simplificar las posi
ese alfil que desvincula a las torres. Hecho
ciones con toda oportunidad, sostuvo en su
tanto más importante cuando existen dos co
libro " Fundamentos del Aj edrez" que cuando
lumnas abiertas : la "c" y la "d", por las cuales,
se posee una ventaj a hay que cambiar todas
si las blancas no se apresuran, se filtrarán las
las piezas accesorias de la lucha. En la posi
piezas negras. Tenemos atrapado, pues, el
ción del texto, la verdadera desproporción
plan, y el problema se nos presenta más fáci l :
estratégica está entre la fuerte acción del alfil
¿que j ugada puede impedir que el a l fi l dama
negro y la paupérrima del alfil dama blanco.
se coloque en "d2"? Pues simplemente:
Se agrega a esto, pero como derivado de lo
m ismo, que esa situac ión da a las torres negras
1 3 . . . §'f6 !
una movi lidad mucho más grande. Pues en
tonces nada interesa si el caballo que se situa
Que tiene la virtud de atacar el peón "b que el
rá en "d3 " puede ser cambiado, pues, por el
alfil de "c l" apoya, y a la vez dar j uego a las
contrario, eso está de acuerdo con el concepto
torres, sacar la dama de la columna "d" -donde
"capablanquino" -como diría Tartakower- del
podría ser atacada por la torre rey enem iga- y
aj edrez.
asimismo tomar el cuadro "e5 " para evitar que
eventualmente el caballo blanco se l legue a
1 6.§'e2 �fd8 1 7 .a3 lll d 3 1 8 .lll e 1
ese sector, para seguir con .if3 o lll d7, el imi
nando el valioso alfil de "c5 ". E s necesario eliminar a toda costa el caballo
de "d3 " . Y esto es precisamente lo que desea
1 4 . .ia6 Capablanca, que, como experto cirujano, lo
que quiere es local izar claramente el cáncer
ALF I L B U ENO CONTRA ALF I L MALO del j uego enemigo. Hay que limpiar de hoja
rasca las posiciones; éste vendría a ser en
Nimzowich j uega con gran lógica. Elim inará buen romance el secreto de la simplificación
ahora el poderoso alfil dama negro, sin duda que tantos triunfos le brindó a Capablanca.
el más fuerte de los dos que posee Capablan
ca, por la presión que ej erce sobre el enroque;
pero, para lograr esto, a su vez cambia su
mejor alfil, que es siempre el que corre por Y LA LUCHA S E CONCRETA
cuadros de distinto color que los que ocupan
los peones del propio bando. Ahora nuevos Las negras han logrado todo su plan. Obsérve
temas entrarán en la sinfonía de amenazas que se cómo la lucha ha quedado reducida a las
gesta Capablanca. Al dominio del punto "b2", piezas en que hay desequi l ibrio estratégico, y
y la consiguiente anulación transitoria del alfil que, entretanto, el alfil dama blanco está in
rival, se unirá la debil idad del cuadro "d3 ", movil izado, con la consiguiente dificultad
que se conj ugará con la anterior si en ese para las blancas, que ven divorc iada la acción
punto se pone un caballo que también ataque de sus torres. Ambas torres negras dominan
el punto "b2". las columnas abiertas, la dama sigue con su
acción a la distancia, inmovil izando el j uego
14 . . . .ixa6 1 5.§'xa6 lll b4! enem igo, y el alfil negro fij a el peón "e3 ",
LA M AN IOBRA TÁCTICA
2 1 . ..Wfd S I
22.b4
12 ROBERTO G. GRAU
Esta partida está ya, estratégicamente, defini La partida muestra también que es mej or asu
da. mir la ofensiva que mantenerse a la defensiva
Faltan sólo detalles tácticos, pero esto es acce en ajedrez. El ataque se reduce generalmente
sorio para el tema que estamos tratando. Las en mayor agilidad con las piezas, y es habi
piezas negras han invadido el j uego adversario tualmente un derivado de la ventaj a en espa
y las torres en séptima ganan siempre, cuando cio. Como es natural, las piezas del bando
no hay algún contraataque, lo que es poco atacante tienen un radio de acc ión mayor y
frecuente si el rey está bien resguardado. pueden colocarse en situaciones más cómodas
que las del bando atacado, y esto necesaria
27 . .txeS gdd2 28 .Wfb7 mente debe perm itir l legar a situaciones ven
tajosas en el final.
Si 28.fü1 Wxe3!, y si 29.fxe3 �g2+ y mate Por otra parte, cuando un j ugador que ataca se
en dos j ugadas. equivoca, generalmente sólo pierde la iniciati
va, pero cuando un j ugador que se defiende
28 .. ,gxf2 29.g4 Wfe6 30 . .ig3 gxh21 incurre en u n error, entonces el mal suele no
3 1 .Wff3 tener remedio.
Pero mejor es que este tema lo dej emos para
El cubano Capablanca sigue j ugando con la ser considerado en toda su ampl itud en alguna
máxima energía. Las blancas podrían ya otra oportunidad, y comentemos ahora la
abandonar, pues si j uegan 3 1 . .ixh2 seguiría partida de Capablanca y Blanco, j ugada por
31 . . . Wxg4+ 32 .cj¡h 1 Wh3, con mate inevita aquél en los albores de su vida ajedrecista. La
ble. disputó en el torneo de La Habana de 1 9 1 3 ,
más o menos en la fecha de su primera visita a
31 . .,ghg2+ 32 .Wfxg2 gxg2+ 33 .c;f¡xg2 la Argentina.
Wfxg4 34.gad 1 h5 35,gd4 Wfg 5 36.cj¡h2 En el comentario que sobre esta partida hace
as 37.ge2 axb4 38.axb4 .te7 39.ge4 .if6 Cheron, la divide en tres fases distintas, que
40.fü2 Wd 5 41 .ges+ ©h7 reproducimos por j uzgarlas de interés.
Dice así el notable teórico francés :
Las blancas abandonaron después de suspen
der la partida, ante la desproporción de mate Primera etapa.- Las blancas inician un ataque
rial y de posición. que las negras no logran neutralizar sin dej ar
Es éste un magnífico modelo del j uego de de crear una debi lidad en su frente de peones.
Capablanca en la época en que realmente era
el mejor aj edrecista del mundo. Segunda etapa. - E l ataque es rechazado, pero
En él se ve cómo un pequeño detalle basta las blancas reagrupan sus piezas y las concen
para que, progresivamente, las amenazas au tran sobre la debilidad que ellas han creado en
menten y se transformen en temas típicos de el j uego negro. Las p iezas del segundo j uga
victoria. dor son reducidas poco a poco a la defensa y
comienzan a verse atacadas de parálisis pro
1.- C Ó MO SE EMPALMAN LAS gresiva.
AMENAZAS
Tercera etapa.- Las p iezas negras están por
Un solo ejemplo es poco para mostrar hasta competo inmovilizadas. Las blancas preparan
qué punto están vinculadas las maniobras en entonces la ruptura definitiva del frente adver
aj edrez y cómo la más insignificante deficien sario, merced a la superior movilidad de sus
cia táctica que ofrezca una posición suele piezas, y realizan la maniobra antes que las
producir verdaderos planes estratégicos que negras dispongan del tiempo necesario para
van acentuando su eficiencia, progresivamen coordinar las fuerza de que disponen para
te. resistirse.
14 ROBERTO G. GRAU
1 0 . . . 1Mla5+, amenaza que es fácil de neutrali Terminó la primera etapa de la lucha. Capa
zar. Lo más enérgico era 8 . . . c5, vulnerando la blanca no ha buscado otra cosa que provocar
base de apoyo del caballo de "e5 " . En cambio, esta j ugada, que si bien neutral iza la ofensiva
sería malo 8 . . . �xe5, porque si bien se elim ina blanca, crea ya un mal endémico en la posi
al poderoso caballo, se cede el alfil más valio ción negra, que se propagará más tarde a toda
so y queda una casilla muy débil en "d6", así la partida: el peón "e6" y la casilla que está
como una diagonal muy promisoria para el delante, actualmente ocupada por un caballo.
blanco ("a3-f8"), que puede ser ocupada Ahora, una vez logrado, por medio de la ame
eventualmente por el alfil. naza de mate, crear la verdadera debil idad del
j uego negro, Capablanca simplifica la lucha,
9.c3 0-0 1 0 . .igS ie7 cambia el alfil adversario, encargado de cuidar
los cuadros negros que tanto necesitarán su
La necesidad de hacer este movimiento, que acción, y comienza la segunda etapa que men
entraña una grave pérdida de tiempo y signifi cionó Cheron, y nosotros reproducimos: con
ca además la consolidación automática del centración de fuerzas sobre el punto "e6" .
caballo blanco de la casilla "e5 ", muestra
hasta qué punto ha sido falsa la defensa pasiva 1 3 . .ixe7 Y!Jxe7 1 4.0-0 fü6 1 5.lafe 1 c!l:i d6
de las negras. 1 6 .lae2 .id7 1 7.laae1 lae8 1 8 .c4 c!l:if7
1 9 .dS!
22 ... cs
23.V!ic3 b6
27 ... V!id6 28 .Vfie3 ge7
Las negras se deciden a entregar el peón: dado
lo penoso que resulta sostenerlo, tratan de S i 28 . . . f4 29.Vfih3 hS 30.V!ih4 'lie7 3 1 .VfigS
simplificar la posición y buscar por esta vía un ©g7 32 . h4 V!id 7 33.g3 fxg3 34 .f4, y las
mayor equi l ibrio. Además, quieren que sean negras no tendrían ninguna j ugada para neu
las blancas las que se preocupen en sostener el tralizar la amenaza fS y, finalmente, en e l
peón aislado. momento oportuno, 'lixe6, que desmorona de
una vez la resistencia adversaria.
24.dxe6 .tea 2 5 ..te2 1
29.Vfih6 ©g8
La maniobra maestra. Todas las piezas mayo
res blancas coinciden en la acción sobre la Para evitar que lo ataquen por la retaguardia.
columna "e", pues hasta la dama, por su pre
sión sobre el rey, que se halla en la gran dia 30.h4 a6 3 1 .hS f4 32 . h xg6 hxg6 33 .gxe6
gonal, es muy eficaz. Falta colocar el alfil en
el punto más fuerte que le brinda el tablero.
¿Cuál es? Fác i l le será al aficionado observar
que la casilla "d5" ha de ser un bastión magní
fico para esa pieza. Y para lograrlo no dudan
las blancas en devolver a su vez el peón.
EL F IN DEL DRAMA
16 ROBERTO G. GRAU
calidad, para explotar más tarde la situación verdadero tej ido estratégico hasta lograr una
de la torre de "f6", que pasará a "e6", y queda victoria merecida e impecable. La partida fue
rá inutilizada para apoyar el peón de "g6" por así:
la acción del alfil blanco. Por ejemplo:
33 . . . l:!exe6 34.l:!xe6 l:!xe6 35.W/xg6+, ga Gambito de Dama (D06)
nando la torre y la partida. Buenos Aires, 1939
Es esta producción de Capablanca un ejemplo Blancas: V. Petrov
acabado de cómo una pequeña debil idad, Negras: R. G. Grau
aparentemente sin importancia, resiente toda
la construcción estratégica de una partida. Hay 1 .d4 d S 2 .c!ilf3
un principio mecánico, que dice: "toda arma
zón es tan sólida como el más débil de sus E l viejo problema sobre la mayor o menor
tomillos", y esto es un símil perfecto para el bondad de la j ugada del texto en comparación
tema que hemos esbozado. con 2 . c4 está en vías de quedar disipado. La
técnica moderna reconoce que este último
OBRA DE A RTE T É CNICA movimiento tiene mayor caudal de iniciativa y
restringe en alto grado las posibles réplicas del
No son habitualmente los torneos por equipos negro. Contra la j ugada adoptada por Petrov,
los más a propósito para producir un aj edrez el negro puede ensayar diversas variantes, que
de muy alta calidad. Se j uega a razón de 20 no son posibles si se j uega i nmediatamente
movimientos por hora en lugar de 1 6, como c4 . Es verdad que esas variantes, como son,
sucede en los concursos individuales, y la por ej emplo, la Defensa Chigorin y el desa
necesidad de esforzarse para sumar puntos del rrollo del alfil dama a "f5 " , como sucede en la
equipo hace que a menudo se deba buscar la partida del texto, están lej os de haber demos
victoria por el peligroso camino del "bluff' trado su bondad indiscutible, pero también es
táctico. Pero es también natural que en la cierto que hay que conocerlas en todos sus
enorme sutna de partidas efectuadas abunden detalles.
las de gran valor técnico. Muchas, en materia La agresión lateral por medio de peones es, en
de planteos, dej aron un saldo apreciable para realidad, la base de la estrategia moderna en
la bibliografia y renovaron el concepto sobre ajedrez, y aun en los planteos tiene una lógica
determinadas l íneas de j uego. Otras han enri indudable. Pero el movimiento del texto es, a
quecido la teoría de los finales y dieron tema pesar de todo esto, tan efectivo como el más
al comentario abundante en adjetivos. agresivo basado en el avance del peón "c".
Pero no son éstas precisamente las partidas de Esta j ugada sólo es posible realizarla en se
valor medular y las que significan una clase gunda movida, cuando el adversario no puede
acabada de estrategia. Hay otras menos apa repl icar en seguida Wlb3. Ahora el blanco,
ratosas, pero de más delicada estructura, y sin para atacar al peón "b" negro, debe primero
duda entre ellas pocas han sido más categóri avanzar el peón "c", lo que da el tiempo nece
cas en materia de técnica que la que me ganó sario al negro para contrarrestar ese plan.
el campeón de Letonia, Petrov.
La partida comenzó con el peón dama y las 3.c4 e6 4.Wlb3 c!Llc6 5.id2 �b8
negras lograron un buen planteo. Omitieron
más tarde una j ugada para mantener el equili Las negras construirán una posición de piezas
brio central, y esto permitió a Petrov asegurar en el ala dama que ha de asegurarlas contra
se una neta ventaja en espacio en el ala dama, toda tentativa de explotar la debilidad creada
para presionar en este sector y realizar un por el antinatural desarrollo del alfil a "f5 " .
La maniobra más natural 1 S . . .f6, para seguir Las negras se han hecho el sigu iente razona
con . . . es, no era buena por la répl ica 1 6 .e4. miento: mi adversario puede atacar el peón de
"b7" sólo con dos piezas y puedo defenderlo
1 6.a4 Wc7 1 7 J:Uc 1 también con dos. Por lo tanto no hay aparen
temente ningún pel igro. Pero se han olvidado
Muy sutil. Las negras quieren j ugar . . . �a8 de algo muy importante y es que el citado
para luego avanzar . . . b6 y quebrar un poco la peón que las blancas pueden atacar con la
presión en ese sector. Pero la torre en "c l ", al torre en "a7" y un caballo en "a5 " , sólo puede
vulnerar la columna "c", anula ese plan, ya ser sostenido con la torre y la dama. Queda
que la debil idad del peón "c6" sería en ese entonces al blanco libre su dama para actuar y
18 ROBERTO G. GRAU
a las negras sólo el cabal lo. Y como éste no La combinación que ha estado latente durante
podrá parar todas las entradas de la dama sin toda la partida se efectúa ahora, cuando el
grandes debilidades, en determ inado momento negro no tiene ya defensa.
será factible un sacrificio en "b7", que desmo
ronará la resistencia negra. "Debo ganar -dijo 35 .. J�xb7 36.gxb7
Petrov en esta posición a un aj edrecista ar
gentino que miraba la partida y creía que ésta Las negras abandonaron .
debía ser tablas- porque tengo una dama muy Fue un caso interesante de transformación de
activa contra un caballo de Grau, que tropieza amenazas. Primero dominio del ala dama con
con la angustia de falta de espacio para mo 1 2 .cS. Luego, bloqueo central con 1 9 . lll f3 .
verse" . Y este concepto magistral de la posi Posteriormente, la columna "a" abierta se
ción tuvo pronto clara evidencia. transforma en peón débil en "b7" después de
2 1 . b6, y luego piezas activas contra piezas
24.Wle2 g 6 25.�d2 �f6 26.�b3 ©ea trabadas (comentario de la j ugada 23ª). Final
27.�as W!ca 2a .WJa2 �d7 mente, bloqueo en el ala rey para evitar "con
trachances", para terminar con el típico sacri
Ú nica para evitar la combinación 29.� xb?, ficio en el punto "b7", basado en la ventaj a de
seguido, si 29 . . . gxb?, de 30.gxb? Wlxb7 espacio.
3 1 .Wla?, ganando. Ahora el blanco l levará sus
baterías al ala del rey para obligar a que el 11.- LOS PUNTOS DE COINCIDENCIA DE
caballo, que desde "d7" aún puede sostener la LAS PIEZAS
posición, deba radiarse de esa situación para
sostener otros sectores. Veamos un tema de vital importancia en el
tratamiento de la estrategia del ajedrez: hasta
29.Wlf2 �f6 qué punto la armonización de los esfuerzos de
las piezas da lugar a partidas maestras, y cómo
Ú nica ante la formidable amenaza de Wlh4, ya el tratar que la acción de las fuerzas se conju
que si 29 . . . @f? 30 .Wh4 h5 3 1 .WgS lll f6 gue en un determ inado sector del tablero,
32.Wh6, y las negras están en la típica posi resu lta de notable resu ltado para quien lo
ción de "zugzwang" . A cualquier jugada que efectúa.
hagan, pierden, al menos, un peón y la partida. El aj edrez es una de las maneras que ha hal la
do el hombre para divertirse honestamente
30.Wlh4 � g a mediante ese magnífico compresor que es la
intel igencia, para que en real idad quien juegue
Ahora las blancas han logrado poner a l caba logre en toda su ampl itud gustar de las satis
llo en una situación precaria y realizan una facc iones artísticas que el j uego debe propor
finísima man iobra para dej arlo definitiva cionar, debe tratar, no ya simplemente de
mente en esa situación. mover las piezas e inflarse de dicha cada vez
que med iante un lance más o menos feliz
31 .g4 ©f7 32.gS h5 logra dar mate o ganar una pieza a su rival,
sino de desarrollar una idea en toda la partida
Y ahora, una vez resuelto el problema del y llevarla al triunfo.
caballo e inuti lizado en la fiscal ización del Es ésta, por cierto, la médula m isma del aj e
cuadro "bS", Petrov lleva su dama nueva drez, ya que en esto y en la vida lo que real
mente al ala dama para finiquitar la combina mente tiene valor no es el accidente feliz de
ción ganadora. ser agraciado por la lotería, sino el triunfo por
medio de un plan de trabajo pac iente y bien
33.Wlf2 ©ea 34.Wla2 �e7 35.�xb7! elaborado.
34.ixe4
20 ROBERTO G. GRAU
en séptima o en "fl" une su acción a la de un 8.liJxd4 liJxd4 9.\Wxd4 ixb5 1 0 .liJxbS 0-0
alfil s ituado en la diagonal a2-g8, en la casilla 1 1 .\Wcl
"f7", y éste es, por esta causa, un lugar donde
pueden hacerse fuertes los que poseen esos Capablanca tiende sus redes. Colocará la torre
elementos. en "di" para desde ese sector vulnerar el
punto "d5" y de manera indirecta, pero efecti
ALARDE T É CNICO DE CAPABLANCA va, el peón "d6".
Además comienza a concebir una magnífica
Veamos una magnífica partida de Capablanca, ubicación para su caballo, porque conoce
en la que se explota este tema y en la que ya profundamente la armonía de las casi llas vin
se vislumbra el de las casillas vinculadas, que culadas. En este caso, al haber desaparecido el
trataremos ampliamente después. alfil dama negro, los cuadros blancos son
débiles y esto hace que el campeón cubano
Apertura Española (C66) maniobre con el caballo por casillas relacio
Nueva York, 19 1 8 nadas entre sí estratégicamente, como es la
Blancas: J. R. Capablanca red de liJd4-f5-d6 o liJd4-h6-f7 .
Negras: Fonaroff Este tipo de maniobras orientadas por el norte
de presionar todo ese complej o de cuadros es
1 .e4 es 2.liJf3 liJ c6 3.ib5 liJf6 4.0-0 d6 característico en muchas partidas de aj edrez y
5.d4 id7 6 . liJ c3 ie7 1.ge1 ha dado ocasión a multitud de j uegos bril lan
tes. Es, sin duda, la maniobra de caballo más
En este momento de la partida se pueden típica o por lo menos tanto como la que nace
observar casillas fuertes que poseen las blan de lll f3-g5-e6 o lll f3-g5-f7 . Esta segunda
cas, casualmente porque sobre ellas actúan trayectoria de los cabal los y la que nace en las
varias piezas enemigas, cuyas acciones coin aperturas del peón dama: liJ bd2-c4-e5, y la
ciden. Por ej emplo, e peón de "e5 ", atacado de lll c3-e4-c5 son casi, podríamos afirmar,
por el caballo y el peón, y sobre el que ejerce la base medular de la estrategia agresiva del
la torre de "e 1 " una acción indirecta, y mucho caballo, en ajedrez.
más acentuadamente el cuadro "d5", en el que A estos puntos engarzados entre sí, es a lo que
actúan, por distintas vías, el peón "e", el caba nosotros l lamamos casillas vinculadas, que en
llo dama, y presionará la dama una vez que el real idad vendrían a ser, en estrategia m i litar,
negro cambie . . . exd4. las vías corrientes de comunicación entre cada
uno de los puntos fuertes del ataque.
7 ... exd4
1 1 ... c6
En este momento, de intentar el segundo j u
gador resistirse a la presión blanca que hace Triste necesidad de esta apertura y este tipo de
imperioso este cambio y jugar 7 . . . 0-0, se posiciones. La presión sobre el punto "d5"
produciría la famosa "trampa de Tarrasch", obliga a fiscal izarlo con el peón "c" para dar,
que el notable maestro alemán creó en su además, movilidad a la dama y que las torres
partida contra Marco, j ugada en el torneo de puedan maniobrar en cooperación, pero esto
Dresde, en 1 892. debi lita el peón "d6". Capablanca, que quiere
Esta es así: 7 . . . 0-0 8.ixc6 ixc6 9.dxe5 llevar su caballo a "f5 " , necesita que el peón
dxe5 1 O .\Wxd8 !!axd8 (lo mejor) 1 1 .liJxeS esté débil para poder maniobrar con l ibertad
�xe4 1 2 . lll xe4! lll xe4 1 3.lll d3 f5 1 4 .f3 con su caballo por toda la red de casillas vin
�c5+ 1 5. liJ xcS lll xc5 1 6 .igS, y las blancas culadas.
ganan por lo menos calidad gracias a la ame
naza ie 7. Estas j ugadas son casi forzadas. 1 2.lll d 4 liJd7 1 3 .liJfS !
22 ROBERTO G. GRAU
El ajedrec ista, por medio de una serie de deta sector. Las partidas no tienen un solo plan
l les que hemos esbozado al correr de estos como las antiguas, sino que cada bando traza
volúmenes, debe saber deducir sobre las posi su propia línea de juego, y esto hace que sean
ciones que ante su vista se presenten. más dinámicas, más pel igrosas, más difici les
Ahora veremos con cuánta sencil lez un j uga de conducir, que por esta misma causa haya
dor puede saber cuál es el punto más déb i l de más errores, y que la armonía del iciosa pero
la posición enemiga en aquel las comunes simple del ajedrez clásico, que aún imperó
situac iones en que el rival no ha incurrido en hasta aproximadamente 1 925, haya debido
ninguna debil idad. Hemos visto ya que, a ceder plaza a un j uego más luj urioso de ideas,
través del j ugoso tema del punto de coinci donde la habil idad táctica se eleva a la máxi
dencia de la acción de las piezas, se pueden ma potencia.
elaborar muchas victorias. Sabemos que este
famoso punto de coincidencia es aquel la cas i C Ó MO VEN C I Ó PILLSBURY A
lla, dentro del j uego adversario, en la que se TARRASCH
cruza la acc ión de las piezas de un mi smo
bando. Por ej emplo, el cuadro "d6", cuando se Estud iaremos ahora una partida monumental
posee la torre en la columna "d", un alfil en desde el punto de vista del plan, j ugada por
"f4", o cualquier otro cuadro de esa diagonal, Harry Nelson Pillsbury, el genial maestro de
la dama en "a3 ", o "b4", o "c5", un caballo en la Un ión, frente al Dr. S iegbert Tarrasch, el
"f5" y otro en "c4". teorizador mayor que ha tenido el aj edrez.
Si se colocan todas estas piezas sobre un ta Veremos, a través de el la, cómo el tema del
blero vac ío, se verá que todas el las dom inan la punto de coinc idencia de las piezas se eleva a
casilla "d6", y que si se trazara una serie de la categoría de una sinfonía, por la riqueza de
l íneas geométricas en el tablero, en ese punto su orquestac ión.
se formaría un nudo de unión entre las posi
bles j ugadas de todas las piezas blancas . Gambito de Dama (D55)
La casilla "d6" adquiere así una jerarquía Hastings, I 895
especial, pues es, no sólo el punto central de la Blancas : H. N . Pil lsbury
presión de las fuerzas blancas, sino que ella es Negras : S . Tarrasch
la que vincula todas las fuerzas de ese bando.
En este tipo de posiciones generalmente el 1 .d4 d5 2 . c4 e6 3 . lll c3 lll f6 4 . .ig S .ie7
adversario, para evitar que se apoderen de 5 .lll f3 lll bd7 6 . i'! c 1
punto tan val ioso y de manera tan sól ida, ya
que la fuerza que en él se sitúa estará muy Hasta la jugada quinta de las negras la partida
apoyada, coloca sus fuerzas de modo que es igual al 80% de las modernas . Se observa
domine a su vez ese punto, y esto deja trazado que en este terreno poco de nuevo ha surgido.
el plan de j uego. Ganará la partida quien triun La única di ferenc ia es que ahora se juega
fe en el propósito de sostener o rechazar ese 6.e3, antes de l:!c 1 , sin que, por cierto, pueda
cuadro, y alrededor del mismo girarán los afirmarse que sea mucho mejor.
acontecim ientos posteriores de la lucha.
6 . 0-0 7 .e3 b6
EL AJEDREZ CL Á SICO
..
Ej emplo vivo de esto nos lo daban las partidas Las blancas, por transpos ición de j ugadas,
clásicas de fines del siglo XIX y princ ip ios del l legaron a la posición más usual de la Ortodo
XX. En la época moderna, generalmente los xa, que aun ahora se considera lo más satis
jugadores, antes de inic iar la defensa de un factorio para el primer j ugador. La j ugada de
punto, consideran si es posible hacerlo, y las negras fue durante muchos años conside
habitualmente buscan "contrachances" en otro rada la verdadera forma de poner en juego el
24 ROBERTO G. GRAU
vulnerar el ala rey del adversario, el negro trazándose una línea imaginaria que haga el
poco puede hacer en este sector y debe resig recorrido de la dama, deJ caballo y las dos
narse a una esporádica maniobra en el ala torres, una la acción de estas piezas. ¿Qué
dama, que no debe bastar. Complica esta si impide que este dominio se concrete? Pues la
tuación del negro, para quien estudie un rato existencia del peón en "f5 " , que, por otra
la posición, la pasiva acción de su caballo y la parte, en caso de desaparecer el peón de "f6",
de su alfil, reducido a desempei'lar el papel de puede avanzar pujantemente.
un peón en "d5 " . La única "contrachance" de Hemos, pues, atrapado el plan, como lo hizo
las negras está en la situación elástica de los mucho mejor Pillsbury, y lo llevó a cabo. ¿Se
peones de "b5" y "c4", y la cooperación que la imagina el aficionado la fuerza que tendría
dama pueda prestarles. esta posición si hubiera un peón blanco en
"g5", atacando al de "f6", especulando con el
hecho de que las negras no podrían jugar
. . .fxg5 por la fuerza del eventual avance f6?
Todas las piezas convergirían en ese cuadro,
que sería un perfecto ejemplo del tema que
estamos tratando.
33.h3
El punto crítico de la lucha es aquel en el que Se ha llegado de esta forma a la misma posi
actúan o pueden actuar mayor número de ción anterior en el flanco rey, pero con el peón
piezas de un bando. La casilla "f6" es la que, en "g5 " .
26 ROBERTO G. GRAU
LA G RAVEDAD DE LAS DEBILIDADES Defensa Caro-Kann (B 1 5)
CENTRALES Buenos Aires, 1 924
B lancas: R. Reti
Queremos hacer notar con esto la gravedad Negras: L. Belgrano Rawson
que entraña en debi litar un punto central del
tablero, ya que quien sepa sacar provecho de
ello, necesariamente debe crear nuevas debili 1 .d4 c6 2.e4 dS 3 . c!Li c3
dades en e l j uego adversario y transformar
paulatinamente la ventaja estratégica en supe En la actualidad está de moda la maniobra que
rioridad de material. nace de 3.exdS, segu ido de c4, pero está lejos
Al correr de las páginas precedentes vimos de haberse probado sus ventaj as sobre esta
algunas partidas en las que este tema era ex continuación que es, por cierto, mucho más
plotado notablemente. En la de Capablanca lógica, pues no crea, como en el caso de la
con un aficionado se mostraba cuál es la ínti famosa maniobra original de Panov, un peón
ma relación de este tema que ahora estudia débil en "d4".
mos con el de saber intensificar la acción en el
punto de coincidencia de las piezas. 3 ...dxe4 4.c!Lixe4 c!LifG
LA PART I DA DE RETI CON B ELG RANO Es más practicada la j ugada 4 . . �fS, atacando
.
28 ROBERTO G. GRAU
LA ESTRATEGIA Y SU RELACIÓN CON LA Las negras podrán mover, aun cuando con
CONFORMACIÓN DE LOS PEONES
ciertas limitaciones, sus fuerzas, mas, en cam
bio, han debido dej ar que tres de las cuatro
Se ha simplificado la partida y, para una vista
p iezas adversarias presionen una cas i l la vital
poco afinada, la posición es igual. Pero, en
del tablero. Es sólo una casilla y en ella nin
realidad, es muy i nferior para las negras por la
gún peón o pieza pueden ser capturados, pero
deb i l idad del cuadro "d6". Si el peón negro
por obra de ese dominio veremos cómo se
estuviera en "c7", la superioridad de desarro reduce de tal manera la situación adversaria
llo blanco no habría tenido mayor u lterioridad.
que, paulatinamente, van apareciendo n uevas
Esto basta para probar una vez más que la
rutas de acción para las piezas, y cómo, deri
estrategia del ajedrez está en los planteas,
vada de ese dominio del espacio, surge la
fundada en la conformación que tengan los
ventaj a de material.
peones.
1 5 . . . �aG
1 2 . . . bG
Triste necesidad.
Buscando desahogo para e l alfil dama.
1 6. � ed6
1 3 . � e4 0-0
É ste y no el otro cabal lo, pues el de "e4" po
En estos casos es mej or no enrocarse, pero
dría ser desaloj ado por un peón mediante .f5.
. .
Anticipándose a &i:J df5+, seguido de gxd8. Siguen los cabal los girando sobre el punto
"d6" y comienza la odisea del peón "f" negro.
27.&i:Jc6! .!'!a8 Reti, primero, ha alej ado al rey de la zona en
que podía apoyarlo y ahora, al obl igar el
avance, hal lará el método para capturarlo.
Y la torre, por obra y gracia de la acción de
los caballos, debe volver a la casilla de origen. 3 1 . . .f6 32.&i:Je4+ ©h6 33.&i:Jxf6
Obsérvese cómo el alfil, a pesar de hallarse en
una diagonal abierta, está prácticamente inuti Y la ventaj a estratégica derivada de la pose
l izado por la poderosa acción del caballo de sión de "d6" y sus "zonas de explotac ión" se
"d6" y por la necesidad de apoyar el cuadro traduce en ventaja material y pronto acabará
"fl", actual punto de mira del ataque blanco. con la tesonera resistenc ia de las negras.
Todavía no ha l legado el momento de &i:Je5. Ante gh2, seguido de gh5 o gh7 mate.
Se hará cuando el rey adversario no esté en
"g7", y hacia ese obj etivo marcha Reti, que en 34.gS &i:Jd5
definitiva volverá a "d6" con este cabal lo. COMENZÓ L A AGON ÍA DEL N EGRO
30 ROBERTO G. GRAU
CAPÍTULO 11
Uno de los problemas estratégicos más que se le presentan al afic ionado en aj edrez es
saber cuando le conviene l legar a un final con un alfil o con un caballo. Tanto se ha hablado de la
bondad de una pieza sobre otra y tan poco se ha precisado sobre la verdad estratégica que debe
orientar el razonamiento del j ugador, que, a pesar de lo mucho que se ha escrito, a los ajedrec is
tas de habla hispana que no tienen la fortuna de comprender otros id iomas les resu lta difícil saber
cuáles son los principios que orientan esta fundamental parte de la lucha.
Algunos libros alemanes e ingleses han tratado de resolver en parte ese problema. Capa
blanca, en "Chess Fundamentals", se ocupa del mismo, pero dando más ej emplos que conceptos.
Trataremos de establecer algunos principios generales que pueden ser de mucha util idad, ya que
este tipo de finales de peones y una pieza menor por bando es muy frecuente en aj edrez. Además,
de la buena interpretación de nuestras palabras puede llegar el aficionado, por razonam iento, a
desentrañar el misterio de la simplificación en aj edrez. Como que sabrá distingu ir, si no todas,
por lo menos algunas posiciones en las que la posesión de un caballo basta para asegurar el triun
fo, y otras en las que es necesario mantener a toda costa el único alfil de que se disponga.
Podría anticiparse que en realidad el valor de ambas piezas es igual y que sólo la situa
ción que en tablero ocupen los peones de que los j ugadores dispongan es lo que les da mayor o
menos importancia. Entra, pues, a gravitar en estos finales, también, el fundamental problema del
ajedrez, que es la buena o mala conformación de peones.
Ya hemos dicho, a través del curso que estamos desarrol lando, que el ajedrez es sim
plemente un problema de ubicación de los peones, y que alrededor de esto, que es la armazón
estratégica del j uego, giran sus dificu ltades y casi todos sus problemas tácticos.
1.-A LGUNAS REG LAS de peones en uno de los flancos, el alfil ad
FUN DAMENTALES quiere una influencia decis iva. Por ej emplo:
colóquese en un tablero ambos reyes en sus
En los finales en que hay peones móviles, el casil las de origen, lo mismo que los peones
alfil es generalmente superior al caballo. "h", "g" y "f' de ambos bandos. Agréguese un
alfil blanco en "c 1 " y un caballo negro en
"d7". Este final es tablas, sin dificu ltad para
ninguno de los dos j ugadores, por cuanto los
peones no ofrecen desniveles estratégicos.
Agréguense ahora en el mismo tablero otros
tres peones por bando ("a", "b" y "c") en sus
casil las de origen. El final con alfil y seis
peones contra caballo y seis peones, situados
todos en su cas i l la de origen y frente a frente
también, debe ser tablas, pero con más difi
cultad para el caballo que para el alfil, según
la autorizada opin ión de Capab lanca, quien
agrega que el j ugador que posea un caballo
debe actuar con más caute la, ya que el alfil,
Si éstos se hallan equitativamente distribuidos por su mayor agi l idad, puede ir rápidamente
(todos en la misma columna y frente a frente) de un sector al otro y debil itar la ahora flexi
es difícil ganar, pero apenas haya superioridad ble cadena de peones del negro.
, ��
-
�� -
� �
-
�
desde la gran diagonal. Y si ahora sacáramos
un nuevo peón por bando, por ejemplo, el �
negro de "g7" y el blanco de "b2", quedaría la
siguiente posición:
• • • •
• • • •
• • • •
• ••• • • • •� •
� � · ·�· · · • • •
0
• • • •
• En una posición simi lar el alfil siempre gana
porque con esa pieza se pueden ganar o perder
� tiempos. El alfil puede moverse dominando
• • • • siempre un mismo punto, y el caballo cada vez
-�· º��� que se mueve deja de fiscalizarlo, y éste es su
-
�
� - m �
� �
�
mayor defecto para este tipo de posiciones.
En la posición del ejemplo, el caballo necesita
llegar a "b6", "d6" o "e7", sin dar jaque al rey
Se llegaría a una situación estratégicamente adversario, para que éste, al moverse, no pue
perdida para el negro, por la enorme presión da ir a "c8" y deba permitir que el rey adversa
que ejercerá el peón "h", que será apoyado rio vaya a "b8" o "b7".
desde distancia, sin esfuerzo, por el alfil. Éste En síntesis, si a quien tiene el caballo en casi
es el grave defecto del caballo en estos fina lla del mismo color del rey le corresponde
les, ya que no puede sostener a los peones que jugar, nunca podrá desaloj ar del punto que
avanzan, sino tras muchas jugadas, y, ade ocupa, con su solo esfuerzo, al rey enemigo.
más, porque tiene el defecto fundamental de Para hacerlo debe iniciar su marcha cuando el
ser una pieza con la cual no se puede ganar rey está en casilla de distinto color a la que
tiempos. ocupa, en ese preciso momento, el caballo.
El caballo necesita siempre un número par de En cambio veamos un final muy parecido de
jugadas para retomar a una misma posición ; alfil contra rey, en el que el alfil logra liberar a
en cambio con el alfil se puede ir en número su monarca de una situación de ahogado,
par o impar de movimientos, y esto se verá a como la anterior, por medio de una hábil pér
través de los siguientes dos finales: dida de tiempo.
En el final que muestra el siguiente diagrama, En la posición del diagrama de la página si
si juegan las blancas, es tablas, y si juegan las guiente el alfil se halla esclavizado en el do
negras, éstas pierden. ¿A qué se debe esa minio de la casilla "bI ", para evitar que el
diferencia fundamental, a pesar de tener un peón adversario se corone.
32 ROBERTO G. GRAU
90% de las posiciones, ya que ambas piezas se
complementan perfectamente. Se podría de
mostrar, matemáticamente, que si un alfil vale
3 �. dos alfiles j untos valen casi ocho, y que
si un caballo vale tres, dos caballos j untos
valen simplemente seis. Pero esto será tema
próximo. Ahora sólo nos interesa el duelo
singular de un alfil contra un caballo, que en
teoría son equivalentes, pues la s ituación es
favorable para el alfil en las posiciones abier
tas y generalmente mejor para el caballo en
las posiciones de bloqueo de peones.
EJEMPLO CL Á SICO
No puede, pues, j ugar 1 . .ib 1 , porque luego de
1 . . . ©f7 2 .ia2 + © f8 , el alfil no puede des Empecemos por ver una posición a la que
plazar al rey enemigo por medio de la natural arribaron Schlechter y Walbrodt, en el torneo
jugada 3 . .ib3, o ic4, o .id5, o ie 6 , por la de V iena de 1 898.
entrada del peón adversario a dama. Debe,
pues, obrarse con sutileza. Un caballo no
podría desarrol lar la misma acción ofensiva y
defensiva a la vez. Colóquese, por ej emplo, un
caballo blanco en "c3 " y se verá cómo el final
"
es tablas, porque como pieza de tiro corto que
es, no puede tomar el cuadro "b 1 " y actuar en
la zona de combate, en la que están ambos
reyes.
El final se gana así:
3.©e2! .ig4+
34 ROBERTO G. GRAU
Si 26 . . . @cs seguiría 2 7 . lll e5 �e6 28.lll d3+ Para ganar los finales de caballo contra alfil es
@d6 29. @d4. necesario mantener peones en ambos flancos.
Por eso esta j ugada, que a la vez reduce el alfil
27.©d4 ibS 28. lll d 2 b6 adversario a un papel muy pasivo, es mejor
que 40.bxa5.
Es necesario tomar los saltos del cabal lo,
especialmente los negros, ya que los blancos 40 . . . ieS 41 .fS+!
están fiscalizados por el alfil. Asim ismo hay
que quitar la casilla "c5 " al rey, pero todo esto Y ahora se ha vinculado a la partida el tema
será inútil, a pesar de la notable defensa de las de la entrega del peón lateral, para desunir los
negras. peones enemigos. Como se recordará, a partir
de la posición del texto, este final lo dimos
29.h4 h5 30.b3 ic6 3 1 .lll f 1 ©e6 32. lll g 3 como ejemplo, en su oportunidad, de aquel
g6 33 .f4! tema, en el tercer tomo. Por eso no haremos
más comentarios. Se gana matemáticamente
Esta j ugada tiende a fij ar al rey negro en "e6", por agotamiento de j ugadas de las negras.
para impedir f5 . Asimismo la j ugada del texto
obl iga a j ugar . . . �e8, para apoyar el peón "h". 41 . . . ©d6 42.e4! if7
Poco a poco se va trabando el j uego negro.
Si 42 . . . dxe4 43. lll xe4+ @e7 44.@d5 gxf5
33 . . . ieS 34.a3 if7 35.b4 ieS 36.©d 3 ! 45. lll d6 �d 7 46.g3! �e6+ 47. 'tti c 6 �b3
48.lll cB+, ganando.
DETALLE TÁCTICO FUNDAMENTAL
43.exdS ©e7 44.fxg6 ixg6 45.lll e 4 ifS
Notable movim iento que encierra una suti leza. 46.d6+ ©e6 47 .d7 ©xd7 48.lll xf6+ ©c7
Femández Coria quiere j ugar a4, pero para 49 .lll d S+ ©b7 50.©c3 ig4 5 1 . ©d4 id 1
que ello sea posible necesita que el alfil salga 52.lll c3 ig4 53.©es ©c7 54. lll d S+ ©b7
de esa diagonal y esta retirada tiende a eso. 55.lll e3 ie2 56.©d4! ©c7 57. ©c3 ©d6
Como las negras no pueden j ugar .f5 por lo
..
58.©d2, y ganan .
grave que sería que las blancas colocaran el
caballo en "e5 " por vía "e2" y "f3", y tampoco Más ade lante segu iremos estudiando este
mover el rey a "d6" por la grave amenaza f5 tema, con nuevos ej emplos para poder deducir
seguido, si . . . g5, de hxg5 y e4, el tiempo se y sacar principios generales.
gana matemáticamente.
EL ALFIL ES SU PERIOR EN LAS
11. -
36 . . . ibS+ 37.©c3 ieS 38.©d41 POS ICIONES DE PEONES M Ó V I LES
Y con esto term ina una importante escena del El tema que estamos considerando tiene vital
final . Ahora deben j ugar las negras y no pue importancia para la práctica del ajedrez. La
den mover el rey, por la variante antes men lucha de caballo contra alfil, o viceversa, en
cionada. los finales de partidas, es muy común, ya que
después de los finales de torres y peones, que
38 . . .if7 39.a4 as en realidad son los más frecuentes en el j uego
y responden a una estrategia especial, de la
Ú nica. No puede perm itirse a5, que quitaría el que ya nos ocuparemos, es el tipo de lucha
peón de "b6" y daría al blanco el fuerte acceso más fam i l iar para el aficionado.
hac ia los peones rivales por vía "c5 " . Es evidente que estos temas deben interesar
más al j ugador de alguna experiencia y habili
40.bS dad. Generalmente el aj edrecista bisoño no
36 ROBERTO G. GRAU
ballería en la guerra, necesita campo abierto pre estarían mej or. Ahora se produce una
para ser eficaz, de lo que se desprende la es simplificación que las blancas, a pesar de
trategia a seguir para quien posee alfiles: evi tener ventaj a en espacio y de necesitar ganar
tar la consolidación de las cadenas de peones, la partida para los fines del torneo en que se
que son, en realidad, el atrincheramiento de disputó, aceptan gustosas. ¿Y a qué razones se
ambos bandos. debe que el blanco cambie tantas piezas y
llegue, aparentemente, a una posición de final
Gambito de Dama (D30) con pocos recursos para vencer? Pues, sim
Buenos Aires, 1 932 plemente, a que cambiará todas las piezas de
B lancas: R. G. Grau valor estratégico simi lar y sólo dejará en el
Negras: Ojeda tablero la peor pieza menor negra, que es, en
este caso, el alfil dama, que verá entorpecida
1 .d4 .!Df6 2 . .!Df3 d5 3.c4 e6 4.igS ie7 su acción por la ubicación de su peones en
5.e3 .!D bd7 6 .id3 0-0 7.0-0 dxc4 8.ixc4 cuadros blancos, y especialmente por el peón
a6 9.a4 c5 1 0 . .!D c3 cxd4 1 1 .exd4 que ahora se colocará en "d5 " .
No nos cansaremos d e repetir que a l fi l malo
El blanco ha logrado ventaj a en espacio, pero no es sólo e l que está encerrado, sino el que
esto le ha sign ificado la obl igación de quedar marcha por diagonales del m ismo color que la
con un peón aislado. Pero la existencia de un casilla que ocupa el propio peón central más
peón aislado no es un defecto muy grave avanzado.
cuando se tiene ventaj a en desarrollo o el rival
no puede inmovilizarlo hasta el final de la 1 5.ixdS exd5 1 6.V!! b 3 ie6 1 7 .V!! b 6!
partida. E l b lanco puede liberarse de esta
preocupación mediante el oportuno avance del
mismo a "d5 " . Hace más segura la posición
del peón aislado el hecho de que el rival no
disponga de un caballo en "c6" que lo ataque.
El negro trata de paralizarlo, pero para lograr
esto incurre en una pel igrosa simpl ificación.
Esto gana un tiempo. Véase cómo el blanco 25.ltJd2 ©f7 26.lüb3 ©e7 27 .ltJcs �ca
hace de los cuadros negros su punto fuerte
para el ataque. Si ahora el negro siguiera con
20 . . . !!xcS 2 1 .\WxcS \Wxc5 22.dxcS 'i!?f8
23.ltJd4, con final igualmente ganador para el
blanco, por la poderosa acción del cabal lo
indesaloj able que será sostenido por f4 para
evitar que el rey adversario entre por vía "e5 "
para echarlo, y se avance luego el peón "d".
También ganaría en esta variante 2 1 .dxcS.
20 .. .fG
Evita ltJeS.
Jugada intermedia necesaria. E s prudente salir Se ha planteado la posición que buscaban las
de la posición de mate en octava (primera) blancas. Ahora el alfil está en "zugzwang" (no
l ínea, para tener agi l idad con el cabal lo. puede moverse sin perder algo), pero dificil
resulta aún saber cómo ha de hacerse para
ganar. Navegar a tientas hacia la victoria es
tarea ingrata, y justo es que digamos qué
También era bueno \Wa7, pero las blancas suerte de deducción debe hacer un aj edrecista
tienen un plan c laro, que es l legar al final de para saber si puede ganar o no. Debemos
caballo contra alfil, en la seguridad de que el afirmar antes que hay gran cantidad de j uga
dominio del cuadro "c5" ha de reportarles la dores, aun de primera categoría, que reempla
victoria, porque deben luchar contra el alfil zan este tipo de reflexiones con el anál isis de
malo. Mucha ha de ser la seguridad en el tema jugadas. Porque el instinto los guía en el mar
cuando aceptan la simplificación total de las de la compl icación ; pero también debemos
piezas, sin necesidad. Se verá ahora la impor decir que lo inteligente es navegar con rumbo
tancia de la j ugada h3, ya que, de no haberse claro y no dejarse l levar a la deriva de los
tomado esa elemental precaución, las negras accidentes de la lucha.
podrían haber seguido con 22 . . . !!xc5, conti La zona donde hay desproporción estratégica
nuando con . . . �g 4 y . . \Wxa4, con la amenaza
. es el ala dama. En ella hay razón para preten
de mate en "a l " y "d l " . der ganar. Nada de esto sucede en el flanco
38 ROBERTO G. GRAU
rey, ya que los tres peones de ambos bandos caballo desde "f3". Esta presión debe obligar a
están bien colocados. No hay, pues, razón simplificar, y esto faci l itará la marcha del rey.
para sacar mayor ventaj a en ese sector. Ahora, Tácticamente está, pues, resuelto el segundo
si los peones no existieran, ¿se ganaría el problema.
final? Rápidamente se observa que sí. Por Veamos cómo:
ejemplo: sacamos mentalmente del tablero
esos peones y ponemos al rey blanco en "f4" y 34 . . . @d6 35.h4 @e7 36.�d3 .id7 37.�e1
al negro en " f6 " ; se l lega a la conclusión de gxf4+
que las negras no tienen ninguna j ugada buena
y están en una posición absoluta de Y las blancas ganaron la pequeña batalla enta
"zugzwang". Si mueven el alfil, pierden el blada en el ala de rey, que en realidad es una
peón "a, y si mueven el rey, entra el rey ad escaramuza de gran importancia para definir
versario y se gana por el simple procedim iento la lucha en el ala de dama. Si 37 . . . ©f?
de la oposición, facil itado en este caso porque 38. lt:lf3 ©g6 39.hxg5, seguido, después de la
el caballo, desde "c5", le quita al rey enem igo simplificación, de lt:l e5+, con j aque doble.
las casil las "e6" y "d7".
Sabemos, pues, cual es la posición ganadora y 38. @xf4 .ie8 39 . � d 3 .id7
ahora marcharemos rumbo a la misma. Lo que
sabemos es el plan estratégico; ahora tratare Necesario para poder ir a "c8" y apoyar el
mos que, tácticamente, éste no sufra tropiezos. peón "a" . Se observa así la pobre acción del
alfil, que está a merced del caballo blanco.
28 .©f1 ©d6 29.©e2 ©c7 30.aS!
40. ©f3
Necesario para evitar . . . 'i!?b6, seguido de
. . . a5. Este avance hace perder a las blancas el CÓMO SE GANA UN TIEMPO
44. hxg5 ©g6 45.gxf6 @xf6 46.lll e51 Hemos afirmado que el alfil es más valioso en
las posiciones abiertas. Por esta causa algún
aficionado se preguntará a qué se debe que
luego de esa afirmación nos complazcamos en
• • • • mostrar posiciones favorables a la acción de
los cabal los, y daremos la razón. Dij imos que
comentaríamos oportunamente el tipo de posi
. ciones en que el alfil es más eficaz; también
6
?: ,,v ••�
" • expresamos que dos alfiles son muy superio
res a dos cabal los, casi siempre, pues hay
= . posiciones de bloqueo absoluto que los anu
lan. Lo que no hemos dicho es que las posi
• • • • ciones de bloqueo o semibloqueo, por la ac
ción restrictiva que en la movilidad de las
propias piezas ej ercen los peones, son más
decididamente favorables a los caballos que
No a "c5 " , porque hace falta que el alfil no las posiciones abiertas a los alfi les.
tome la casilla "g4", que será el tiempo de que
el rey blanco dispone para ganar el final. ALGUNOS DETALLES V ALI OSOS DE LA
LUCHA DE CABA LLO CONTRA ALFIL
46 ... ieS 47.i>g4 ©e7
En las posiciones abiertas los alfi les y los
Se inicia el repl iegue del rey negro, en derro caballos luchan de igual a igual en el máximo
ta, que permite el avance demoledor del rey de su acción, y como la ventaj a del alfil sobre
blanco. Cambiados los tres peones del ala rey, el caballo está cons iderada en medio peón,
se ha llegado a la posición imaginada en el que no es por cierto mucho, sucede que no es
comentario de la j ugada 27ª. Ahora el camino tan claro determ inar las situaciones decidida
del triunfo es matemático. mente favorables, pues la acción es más lenta
y menos típica. En cambio, en las posiciones
48 .©g5 i>e6? de bloqueo, el caballo lucha manteniendo su
acción y si, por ej emplo, se coloca entre dos
Esto faci l ita el desenlace. Pero igualmente se peones adversarios, ataca a los peones que
ganaba, si 48 . . . id7, mediante 49.i>g6! (no sostienen a éstos. Por ejemplo, un caballo en
49.llixd7, por 49 . . . i>xd7 50. i>f6 ©d6 y "e5", entre un peón rival en "d5" y otro en
tablas, porque las negras ganarían la oposi "f5", que generalmente están sostenidos por
ción) 49 . . . .ieB+ 50. i>g7 ©e6 (no 50 . . . .id ?, otros peones en "g6" y "c6", ataca sus bases
porque ahora sí vale 5 1 . lll xd7 i>xd 7 52 .@f?, de apoyo. Y aun cuando no existiera esto, si
ganando la oposición y la partida) 5 1 .llid3, y lucha contra el alfil dama adversario, éste será
se llega a la misma posición del texto. Tam trabado por los peones de "d5" y "f5".
bién ganaría 5 1 . @f8 . Ofrecen así un desnivel favorable mayor
aquellas posiciones en las que el caballo do
49.lll d 3 id7 50.lll c5+ ©d6 5 1 .lll xa6 .ic8 mina. La lucha del alfil en las posiciones
52.lll c5 ©c7 53.i>f6 ih3 54.©e7 if1 abiertas es más sutil y mucho menos simple
55.lll e6+ ©b7 56.©d6 de atrapar, para darle unidad al tema; pero, a
pesar de esto, lo intentaremos, para tratar de
Y las negras abandonaron. agotar este problema de vital importancia para
40 ROBERTO G. GRAU
los aj edrecistas, ya que alrededor de él gira sino que amenaza cambiar rápidamente de
gran parte de la estrategia del ajedrez y del posición mediante llJc5+ o llJd4+, según el
secreto de la buena o mala simplificación. sitio a que vaya el alfil rival. La primera j uga
da es, pues, 1 .llJe6. El negro, para poder de
I MPORTANCIA DE UN DETALLE tener al peón adversario, debe j ugar su alfil a
T Á CTICO "e l " , "h4" o "g3 " . S i va a "e l " o "h4", obser
vamos que es necesario evitar que luego se
Antes de seguir adelante mostraremos una coloque en "c3" o "f6" respectivamente, y
posición de final compuesto en la que se ob advertimos también que un cabal lo desde "e4"
serva cómo el caballo puede competir también toma todos esos saltos. Entonces hay que
en algunas posiciones de juego abierto contra seguir con 2 . llJ c5! i> mueve 3.llJe4!, y no es
el alfil, y cómo es de dificil el buen manejo de posible evitar la entrada del peón, pues el alfil
estas piezas. está semicopado y necesita, por lo menos, tres
jugadas para meterse en la gran diagonal. Si,
en cambio, 1 . . .ig3, se hace necesario evitar
. . . .ie5; para lograr esto se hace uso del otro
jaque, o sea 2 . llJ d4+ i> se mueve 3.llJf3, y
también se logra tomar todas las vías de rápi
do acceso a la gran diagonal del alfil adversa-
rio.
Pero, como hemos dicho, este final es una
excepción, pues de no haber mediado el acci
dente favorable de la posición del rey negro,
que permite hal lar esos jaques intermedios y
salvadores, no se habría logrado coronar el
peón "h". Volvamos ahora a las verdaderas
posiciones en que el caballo es favorable, sin
Es ésta una posición muy simple en aparien mediar accideAtes tácticos, pues éstos son
cia. Es dificil construir un final bonito como detal les, y lo que a nosotros nos preocupa es
éste, con tan pocas piezas. Veremos cómo el mostrar situaciones estratégicas donde no
caballo logra apoyar al peón de "h6" para radique el resultado en azares difici les de
permitir que se corone, copándole los saltos al precisar en un curso racional. Hemos mostra
alfil rival. Pero como el alfil es muy ági l, para do el ej emplo, más por lo bonito que por lo
lograr dominar a esta pieza debe el caballo práctico.
hacer uso del recurso que nace de un oportuno
jaque al rey enem igo, que en cierto momento C Ó MO LE GAN Ó BOGOLJUBOW A GILG
permitirá ganar un tiempo con el caballo.
¿Cómo se resuelve el final? De paso haremos Veremos ahora una pos ición a la que llegaron
el tipo de razonamiento que debe segu ir el Bogolj ubow y Gilg, en el torneo de Carlsbad
jugador principiante. Es evidente que se debe de 1 929:
evitar que el alfil negro vaya a "d4", pues el A la posición que muestra el diagrama de la
caballo no podría desalojarlo nunca de la gran página siguiente se arribó después de la juga
diagonal. da 26ª de las blancas. Evidentemente las ne
Agreguemos ahora otra reflexión para no gras están perd idas, de acuerdo con nuestra
navegar a ciegas. ¿En qué punto podría estar experiencia. El alfil que poseen hace las veces
el caballo para que dispusiera de más posibili de un peón y no puede competir con el caba
dades de ganar un tiempo mediante jaques al llo, por tratarse de una posición de bloqueo,
rey enem igo, una vez que el alfil se mueva? donde la acción de estas piezas tanto se desni
Pues, en "e6", donde no sólo impide . . id4,
. vela.
26 ... ©g7 27.cxdS exd5 28J�c5 \We8 Veremos ahora, para poner fin al tema de la
29.a4 lucha del caballo contra el alfil en posiciones
estratégicamente favorables para el primero,
EL P UNTO DE COINCIDENCIA DE LAS PI EZAS
un ej emplo extraordinario, que merece califi
cativos especiales del doctor Emanuel Lasker.
Aprovecharemos la oportunidad para recordar Se trata de la valiosa partida que ganó Bogol
un tema muy importante que hemos estudiado,
jubow contra Romanovsky, en el torneo de
y que ahora se vincula. De la buena compren
Moscú de 1 92 5 .
sión del mismo surge la teoría del plan. ¿Cuál
Fue así:
es el sitio en que coincide la acción de todas
las piezas blancas? Es fácil verlo: la casilla
Apertura Inglesa (A 1 5)
"c6", que está atacada por el cabal lo, las dos
Moscú, 1 925
torres y la dama. Está vulnerada por cuatro
B lancas: E. Bogolj ubow
piezas y puede ser presionada por otra más: el
Negras: Romanovsky
peón desde "b5 " . Sabemos, pues, que el punto
crítico de la partida es el "c6", y hacia él con
vergerán todas las fuerzas blancas. Como las 1 .tll f3 lll f6 2.c4 d5 3.cxd5 tll xd5 4.d4 g6
negras tienen desventaj a en espacio (menor 5.e4 lll f6 6. tll c3 .ig7 7 . h 3
terreno donde accionar con sus fuerzas), han
de hal lar dificultades para defenderse. Tene A esta j ugada, el doctor Lasker hace el s i
mos, pues, la idea estratégica de la partida, por guiente comentario: "Los alfi les son, cuando
cuanto conocemos la teoría del punto de coin las l íneas se abren, más fuertes que los caba
cidencia de las piezas, y hacia él va Bogolju llos y deben estar asegurados contra los cam
bow. bios. Por eso, las blancas j uegan h3, que tien-
42 ROBERTO G. GRAU
de a seguir con .te3 , apoyando el centro, sin Las blancas cambiaron su peor alfil, que ac
el riesgo de . . . 'Llg4 seguido de . . . 'Llxe3". tuaba en casillas del m ismo color que las que
Además -agregamos nosotros-, esta j ugada ocupa el peón más avanzado, y eliminaron a
impide . . . .tg4, en su oportunidad, y anula la cambio el mej or alfil rival . Ahora comenzará
posible acción ofensiva de ese alfil, que al la lucha estratégica que nos i nteresa.
clavar el caballo de "f3" accionará sobre el
peón de "d4" que éste defiende. 1 6.dxeS
7 . . . 0-0 8 . .ie3 c6 9.'!Wd2 ges 1 0 . .id3 EL DUELO ESTRATÉG ICO DE DOS CABALLOS
'Llbd7
La lucha entra en su faz crítica. Las blancas
Las blancas dominan el centro -agrega están mejor por la acción que ej erce el peón
Lasker- pero las negras amenazan simplificar de "e5 ", que fiscal iza las cas i l las negras. El
el j uego mediante . . . es. La fuerza del centro caballo blanco amenaza entrar en "d4" y cola
blanco consiste en la influencia que tiene en la borar en su acción, y si se lograra cambiar
acción de las piezas enemigas. La j ugada . . . dS todas las piezas y reducir la lucha al caballo
lo l ibraría y las blancas deben apelar a un contra el alfil negro, se ganaría por la prepon
recurso estratégico heroico para evitar no sólo derancia que en la lucha adquiere el dominio
que entre a actuar la torre adversaria, sino que de los cuadros negros, que los alfiles, en este
su peón de "e4" sea luego un tema de ataque caso, no pueden fiscalizar.
para el negro.
1 1 .eS!
Ahora las negras hacen del peón de "e5" Romanovsky trata de cambiar los cabal los,
avanzado un tema de ataque. Tres piezas gra pues en un final de alfi les, si bien las blancas
vitan sobre él, y si las blancas j ugaran exf6 seguirían algo mejor, porque su alfil está me
seguiría . . . exf6, con equil ibrio casi absoluto. jor colocado, probablemente no podrían ganar,
Pero Bogolj ubow ha previsto esto y a la vez especialmente por la fuerza que podría tener el
que parece ceder al plan adversario, se crea peón libre que las negras poseen en "d4".
una casilla fuerte en "d4".
1 8 .'Lle2 !
14 ..ih6 fxe5
Como e s natural, las blancas conservan e l
No 1 4 . . . .ih8, por 1 5 . e6 , seguido de .ib5. caballo, pues l o que desean e s cambiar su alfil
por el caballo adversario, que es la única pieza
1 5 . .ixg 7 ©xg7 que les impedirá dominar el punto "d4".
29 ... Wfb8 30.Wfb4 gg8 3 1 .Wfd6 Wfe8 Las negras, ante la doble amenaza de \Wxf3 y
\Wh7+, seguido de \Wxf7 y lüxh5, han preferi
Si 31 . . . \Wxd6 32.exd6 �d8 33.�c? �ea do llegar al final con dos peones menos, pero
34 .füc3 �xd6 35.�xf? �xf7 36.�c?, segui con damas, que siempre ofrecen probabi lida
do de �xb 7, etcétera. des de un jaque perpetuo.
44 ROBERTO G. GRAU
De nada servma 48 . . . WfS+, por 49.@g3, C Ó MO SE GANA UN TIEMPO
amenazando WgS+ o Wf6+, seguido de
Wxe6, según a donde fuera la dama negra. Además el alfil puede moverse y seguir domi
nando el m ismo punto. Es decir, que con el
49.Wf6 Wg 8+ 50 .Wg5 Wc8 5 1 . h 5 Wc6 alfil se pueden ganar tiempos y esto no se
52.Wtgs+ © h a 53.©g5 consigue j amás con un cabal lo, porque esta
pieza no puede volver nunca a una misma
Y las negras abandonaron. posición sino realizando un número par de
Una partida instructiva que cierra de excelente j ugadas. Por ejemplo, el caballo dama de las
manera la serie de ejemplos que hemos dado blancas y el caballo rey de las negras, coloca
para mostrar hasta qué punto es val ioso el dos ambos en cuadros blancos antes de ini
caballo como elemento estratégico en las ciarse la lucha, necesitan siempre un número
posiciones cerradas. En el próximo parágrafo par de j ugadas para ir a cualquier casilla blan
estudiaremos aquellas posiciones típicas en las ca del tablero. No es posible hacerlo en núme
que es mucho más fuerte el alfil. ro impar, y lo mismo sucede con el otro caba
Para terminar con esto repetiremos lo que llo de ambos, con respecto a los cuadros ne
expresa Tarrasch en "Die Modeme Schach gros del tablero.
partie": "De una manera general, el caballo es Todo esto parecería indicar que el caballo es
superior al alfil cuando está colocado en el muy inferior, pero no es así, por otra causa
centro, sobre las columnas "f', "e", "d" o "c"; también val iosa, y es que el alfil sólo dispone
cuando, además, está sostenido por un peón y de 32 casillas de las 64 del tablero, y por esta
no puede ser atacado por ningún peón enem i razón adquiere su máxima eficacia cuando
go. Un cabal lo así situado llega, en ciertas actúan ambos a la vez. En cambio, el caballo,
posiciones, a ser más fuerte que una torre (en aun en forma lenta, puede ir de un cuadro
aque l los casos en que no puede ser cambiado blanco a otro negro y por todos los sectores
por una pieza menor enemiga). En todos los del tablero.
otros casos, según mi experiencia -sigue Ta
rrasch-, es inferior al alfil".
IM PORTANCIA DE LOS PEONES
IV. CU ÁN DO ES SUPERIOR EL ALFIL
Pero apenas hay peones en el tablero, todo
Corresponde que iniciemos la considerac ión esto cambia. Ya hemos visto de qué manera
de las posiciones en que se hace notar la gran los peones situados en cuadros del mismo
fuerza del alfil y se muestra la relativa verdad color del alfil hacen que el caballo adquiera de
de que un alfil es ligeramente superior a un súbito una fuerza extraordinaria. En esos ca
caballo. Hemos dicho las causas. Nada cuesta sos, casi siempre resulta ganadora su acción.
repetirlas, para faci l itar la tarea del aficionado. Ahora lo veremos a través de posiciones
El alfil vale más que el caballo por la simple abiertas, en las que el caballo carece de un
razón de que domina mayor número de casi sólido punto de apoyo, y en otras cerradas,
l las del tablero. Un alfil en el centro ("e4", pero en las que la disposición de los peones
"e5", "d4" o "d5") domina trece casillas. Un favorece la movilidad del alfil, o mej or dicho,
caballo, también en su mejor ubicación, o sea no la reduce.
cualquiera de los cuadros centrales compren
didos en la zona "f6"-"f3 "-"c3 "-"c6", sólo Primero observemos (diagrama en página
actúa sobre ocho casil las. Un alfil en su peor siguiente) una posición de final compuesto, de
posición actúa sobre siete casil las del tablero. A. Rinck, en la que las negras, con tres peones
Un caballo sobre sólo dos. Por ej emplo, un de ventaj a, no logran hal lar para su caballo, en
alfil en "h l ", o en "h2'', o "g8", y un caballo el medio del tablero, un punto de apoyo, y
en "a l ". sólo consiguen por esta causa empatar.
39.f4 ga1 + 40.@h2 §'c7 41 . .if3 §'d6 19 ..ixeS §'xeS 20 .§'b3 gab8 2 1 .§'bS fS
42 . .ixd S §'e7 43 . .if3 g6 22.gae1
Tras un largo final, pero no muy dificil, Nim
Si 22. exfS seguiría 22 . . . '<MrxfS y luego . . ..id4,
zowich se adj udicó la victoria.
con posición ganadora, porque el punto de
LA INOLV I DABLE LECCI ÓN DE Y ATES coincidencia de las fuerzas negras, "f2", sería
A ALEKH INE muy dificil de defender. Eso, sin contar que se
ganaría un peón en seguida.
Finalmente estudiaremos una partida famosa,
la que Yates le ganó a Alekhine en el torneo 22 .. .f4 23 .Wi'd7 gbd8 24.gxf4 §'xf4
de Carlsbad de 1 923 . En ella, el maestro bri 2S.§'e6+ @h8 26.f3
tánico conmovió al mundo aj edrecista con una
victoria notable, lograda, casualmente, por la Malo habría sido 26 .§'xe? a causa de
formidable acción que desplegó un alfil suyo, 26 . . . §'g4+ 27.@h 1 1M!f3+ 2 8 . �g 1 l:!de8,
en lucha contra un caballo, dominando la gran seguido de . . fü4 o . . . l:!eS, según los casos,
.
48 ROBERTO G. GRAU
caballo la pieza que más hace sentir los efec
tos desagradables que se desprenden de la
existencia de un alfil malo, o sea de un alfil
que corre por cuadros del mismo color que los
que ocupan sus propios peones.
En el transcurso de lo que hemos publicad9 se
habrá aprendido que el caballo tiene una
enorme superioridad en las posiciones antes
mencionadas; que esa superioridad es decisi
va, aun en los finales reducidos exclusiva
mente a la acción de esas dos piezas, finales
en que hay una larga cadena de peones traba
dos por ambos lados. Se habrá compenetrado,
además, el aficionado, de que el alfil nunca
logra posiciones tan decididamente ventajo E l bloqueo de peones es absoluto. ¿Dónde
sas, tan típicamente ventaj osas, y sabe, por debe estar colocado el alfil para que tenga el
último, lo que parece un contrasentido: que el máximo de eficiencia defensiva? Pues en
alfil es superior, por lo general, al caballo. "d2 " , desde donde toma las cas i l las centrales
que los peones han descuidado. Es decir,
LA FUERZA DE DOS ALFILES UN IDOS cuando los peones toman la forma de una "V",
el alfil debe estar atrás del peón más retrasado.
Hemos anticipado ya que la verdadera fuerza Una de las razones matemáticas para que el
de los dos alfi les está cuando ambos existen j uego con Jos alfiles sea mucho menos agra
en el tablero. Dij imos que si un alfil vale 3 Yz dable cuando hay peones rígidos, o sea peones
y un caballo 3 , dos alfi les j untos valen 8, y frente a frente que impiden la movilidad de
dos caballos seis. Es decir, que nunca mejor los mismos, y tanto cambian el curso de la
aquello de que "la unión hace la fuerza", en lucha, ya que la convierten en una especie de
ajedrez, como en el caso de la existencia de guerra de trincheras, es que sólo un alfil tiene,
dos alfiles que tanto colaboran entre sí. en cada línea, cuatro vías para entrar sobre el
Desaparecido uno de ellos, la situación es j uego enemigo. Una vez que los propios peo
distinta. Hay casil las del tablero inaccesibles nes le quitan las únicas cuatro casillas de su
para el alfil, ya que éste sólo actúa por 32 de color, ya que las otras cuatro sólo pertenecen
las 64, y en esta forma, si esa pieza no cuenta al otro alfil, no hay forma de entrar sobre el
con la colaboración de peones situados en j uego adversario. Por ej emplo, colóquense los
cuadros de distinto color, para complementar peones como muestra el diagrama siguiente:
su acción, resulta que el caballo se convierte
en una fortaleza inaccesible. De ah í la necesi
dad de las formaciones móviles de peones,
pues esto permite disponerlos de acuerdo con
las exigencias de Ja lucha.
minoría en el otro, el alfil es mucho más efi atacarán lateralmente al peón "d" enem igo,
caz. que no puede ser apoyado por otro peón, lo
que lo convierte en débil. De esta manera debe
SIN QUERER, CAPABLANCA avanzar o cambiarse, y el famoso dominio del
COMPROB Ó SU TEORÍ A centro de las blancas queda convertido en una
pompa de jabón. Por eso, puede afirmarse que
Veremos ahora dos nuevos ej emplos de dis la posición es igual.
tinta factura, pero en los que se revela cuáles
son las posiciones en las que es más valiosa la 1 5.dS
acc ión ági l y a larga distancia del alfil. Empe
zaremos con la partida entre Marshall y Capa Anticipándose a las amenazas, pero . . .
blanca, jugada en el torneo de Nueva York del
año 1 9 1 8 . 1 5 . . . c!DcS!
Gambito de Dama (D64) Esto amenaza . . . tll xe4 segu ido de . . . cxd 5,
Nueva Y ork, 1 9 1 8 recobrando la pieza y quedando con un peón
B lancas: F . J. Marshall de ventaja. Obl iga, en consecuencia, a simpli
Negras: J. R. Capablanca ficar, y las blancas tienen la desventaj a de tres
peones contra dos en el ala de dama y la debi
1 .d4 d5 2.c!Df3 .!Df6 3 .c4 e6 4.c!Dc3 c!D bd7 lidad del punto "f4", a cambio de su ventaj a en
5.ig 5 ie7 6.e3 0-0 1.gc1 c6 8 .W/c2 dxc4 espacio y la presión sobre la columna "c".
9.ixc4 c!D d 5 1 0 .ixe7 W/xe7 1 1 .o-o· c!D xc3
1 2 .W/xc3 b6 1 6.dxe6 c!Dxe6 1 7 .ixe6
Como se ve, nada se ha progresado técnica Este cambio es necesario por la debil idad del
mente en materia de Ortodoxa en los últimos punto "f4". Si no fuera cambiado este caballo,
20 años. Marshall y Capablanca j uegan de éste habría entrado más tarde en "f4", y desde
acuerdo con los más puros cánones modernos. allí extendería su acción a " las casillas conj u
Esta variante de Capablanca es, sin duda, uno gadas" de "d3 ", "g2", "e2" y "h3 ", lo que crea
de los más sól idos y eficaces sistemas para ría graves dificu ltades a las blancas, ya que la
poner en acción el alfil malo, y aun para sacar única forma de desplazarlo sería g3 , y esto
debil itaría, no sólo los cuadros "h3 " y "f3 " ,
' Es interesante jugar aquí 1 1 .li:'le4 li:'l5f6 1 2.li:'lg3 e5 s i n o que daría gran fuerza al a l fi l negro de
1 3 .0-0, con ventaj a, según el Maestro húngaro Barcza. "b7". B ien sabemos que cuando hay un alfil
50 ROBERTO G. GRAU
rival poderoso, lo que debe hacerse es ca incidentalmente, el mayor valor del alfi l " .
sualmente poner los peones en cuadros del Esto es lo q u e d ice Capablanca, quien agrega
mismo color que aquél, para anular la acción. que las blancas debieron buscar, por esa cau
En el caso que examinamos, el ideal sería el sa, rápidamente el empate mediante 2 1 . ltJ e?+
peón en "f3", y no precisamente en "g3 " . 'ít>f8 22.l"!c? l"!e8 (no 22 . . . �xe4 por 23 .f3)
23.l"!xb? l"!xe7 24.l"!b8+ l"!e8, con posición
1 7 . . .WfxeG 1 8 . .!Lld4 WfeSI de tablas.
Toda esta audaz maniobra de Capablanca, y
aun el temerario sacrificio de peón, se deben
al profundo conocimiento que tenía de la
mayor fuerza del alfil en esta posición, en que
los peones no han entrado a entorpecer la
marcha de las piezas y el alfil posee así el
máximo de eficiencia.
22 ... g S !
Capablanca califica esta j ugada de grave error La importancia del sostén es decisiva para el
de concepto. " Las blancas -sigue diciendo-, caballo en estos finales, y Capablanca impide
creen que están mejor porque tienen un peón a toda costa que esto se produzca. El punto
de ventaj a, sin reparar en la gran fuerza de la crítico de la lucha es la casilla "c6", donde
torre en séptima (segunda), y, lo que es más está el caballo. Apenas esa pieza desaparezca,
valioso, en que el alfil es superior al caballo el flanco rey blanco padecerá por la acción del
en este tipo de posiciones, especialmente por alfil, que surgirá puj ante, y la de la torre, y
su más larga acción. Este final mostrará así, aun del peón de "h4 " . Son muy débiles el
Tampoco puede mover el blanco ahora el Se trata de una lucha típica de alfil contra
caballo, por la formidable acción del alfil, que caballo, en la que existe la colaboración de
52 ROBERTO G. GRAU
una torre por bando. El alfil está en su mejor Spielmann busca una maniobra para dominar
posición, ya que no tropieza con el obstáculo la séptima (segunda) l ínea con su torre. Si
de ningún peón propio y toma los saltos posi 50.fxg4 gh 1 + s 1 .gd 1 gxd 1 + 52 . tt:l xd 1
bles y fuertes del caballo rival, que no puede i.xg4 53 . .!Dc3 i.d7 54 . g 3 i.c6 55.g4 i.e8
colocarse ni en "d5" ni en "f5", sin riesgos de 56 . tt:l d 1 i.b5 57 .tt:lf2 i.a6 y se llega a una
ser elimi nado. Acentúan la ventaj a negra la posición perfecta de "zugzwang", en la que el
situación restringida del peón "d3" blanco y la alfil gana precisamente por esa virtud que
escasa movi l idad del caballo. Pero en esta tiene de perder tiempos y en cambio el caballo
misma posición, si el alfil negro, en lugar de no. Se trata de una variante muy instructiva
estar en "e6" estuviera en "d6", tendría Spiel para el tema que estamos tratando.
mann muchas dificultades para empatar. Se ve
cómo está de coordinada la fuerza de los alfi so.gd 1 gxf3 51 .gxf3 gh2
les con la situación de los propios peones. La
partida siguió así : Y como los temas estratégicos siempre se
vinculan, las amenazas se transforman. Ahora
37.gc2 © c 6 3 8 . a 3 b5 39.gc3 ©d6 entra a gravitar la poderosa acción de la torre
40 . .!D c2 gb7 4 1 . .!De3 b4 en séptima (segunda) y el acto fi nal del drama
se avecina.
LA V ENTAJA DE PODER PASAR UN PE ÓN
CUANDO HAY ALFI LES s2 .gc1 gb2+ 53.©a1 ge2 54. tt:l d 1 gd2!
En este final se apl ica un principio que desta Si 54 . . . b2+ 55. tt:lxb2 füb2 56.gc6, y la
camos al iniciar el anál isis de este tema. Dij i victoria sería dific i l .
rnos que los alfi les agrandaban su eficiencia
cuando había algún peón libre, o superioridad 5 5 . © b 1 g x d 3 56 . .!D c3 b2 57.gc2 gd 1 + !
en algún flanco. Ahora se verá de qué manera
cooperará al avance victorioso del peón "b". Y las blancas abandonaron. Gracioso fin de
¿Qué diferente sería la posición si el caballo partida. Contra 58.tt:lxd 1 sigue 58 . . . i.h2++.
blanco pudiera situarse en los "holes" de "d5"
o "f5 " , sin riesgo de ser eliminado por el vigi V I .- LA VENTAJA DEL ALFIL EN LAS
lante alfi l ! Se observa claramente la enorme POS IC IONES ABI ERTAS
fuerza de una configuración de peones favo
rable a la acción del alfil. Como que los peo Sutilizaremos ahora un poco más el tema de la
nes en negro reemplazan al ausente alfil rey. lucha estratégica del caballo contra el alfil,
tema difíci l por la compl icación que surge
42.axb4 cxb4 43.gc2 b3 44.gb2 ©es para establecer princ ipios generales, debido a
la gran mutación del valor de estas piezas en
Y el segundo acto se inic ia. El monarca negro, cada posición. Hemos visto al caballo impo
amparado en la falta de acción de las piezas nerse pujantemente en todas aque l las posicio
blancas, decide la lucha. Una vez más se nes donde hay peones trabados, y especial
prueba la eficacia de saber movilizar rápida mente en las que existe un alfil entorpecido
mente al rey en los finales de partida. por sus propios peones, que neces ita esclavi
zarse en la defensa de los mismos, en lugar de
45.©e2 ©b4 46.@d2 ©a3 47.©c1 gc7+ recurrir al expediente de dominar las vías de
48 . © b 1 gh7 49_gd2 g4! acceso del caballo.
Esta es, en real idad, la ventaj a del alfil bueno.
Magnífico. Amparado en que el caballo no Cuando el alfil actúa eficazmente es cuando
puede actuar sobre el punto "g4" y además puede evitar que el caballo vulnere los peones
apoyar a la torre contra la amenaza . . . gh 1 +, mediante la poses ión de los cuadros donde
54 ROBERTO G. GRAU
44 . . . <i>c41 45.fxe4 ©c3 ! 46.ilüf5 ©b3 por lo tanto completamente rígidas, y el alfil
47.ilüd6 i.d3 48.e5 i.g6 es mej or que el caballo a pesar de correr por
casil las del mismo color que sus peones. ¿A
Ú nica forma de tomar la casilla de acceso a qué se debe esto? Pues, simplemente, a que el
dama del peón blanco. Obsérvese la excelente caballo no tiene forma de entrar en los im
colocación del caballo, que, sin embargo, no portantes puntos débi les de "d5" y "f5 " , por
basta para quitar al alfil, pieza tan ági l, sus que las vías de acceso a esos puntos, o sea las
recursos defensivos. casil las "g3 ", "e3 " , "c3 " y "b4", están domina
das por los peones negros.
49.©f3 <i>xa3 50.h4 ©xb4 5 1 .©g4 a3 Los puntos débi les son realmente débi les si
52 .h5 ixh5+ pueden ser explotados, y éste es un caso en
que no sucede así. Además, el alfil negro está
Las blancas abandonan . Si 53. ©xh5 a2 delante de su cadena de peones y puede entrar
54.e6 a 1 \W 55.e? \We5+, capturando el peón. en el juego enem igo para conjugar más tarde
Este final ha sido ganado exclusivamente su acc ión con la dama, sobre el monarca blan
porque la mayor agi l idad del alfil permitió al co, y, por otra parte, le quitará al caballo la
rey negro alej arse de la zona central, confiado casilla "c 1 ", desde donde esta pieza podría dar
en que aquella pieza se bastaría por sí sola un punto de apoyo a la dama, para proponer
para contener al peón enemigo. un cambio favorable.
UNA EXCEPCI ÓN EN LAS POSICIONES 60 ... id2 ! 6 1 .gxb7 gxb7 62 .\Wa2 ie3
DE B LOQUEO 63.©f1 'IWbB
Antes de estudiar finales con desventajas de Maniobra típica cuando se desea apoderarse
peones, mostraremos una posición curiosa, en de una columna abierta. Quien primero logra
la que, a pesar de haber peones trabados y forzar el cambio se queda dueño de ella.
rígidos, el alfil vale más que el caballo. Se
trata de un final j ugado entre el Dr. Tarrasch, 64.gxb7+ \Wxb7 65.\Wc2 \Wb4 ! 66.'!Wa2
con las blancas, y Janovsky, en la segunda ©d6 67.©g2 ©c7! 68.<i>f1 ©es 69.©g2
rueda del torneo de San Petersburgo, el 22 de \We 1 ! 70.'!Wb2 §'f2+ 7 1 .©h 1 if4
abril de 1 9 1 4 . Después de la j ugada 60ª de las
blancas se l legó a la siguiente posición: Las blancas abandonan. Esto no habría sido
posible con el rey en "d6" por . . . \Wb6+, con
jaque perpetuo.
CONCLUSIONES T É CN ICAS
56 ROBERTO G. GRAU
CAPÍTULO III
Ahora veremos un final con peón de ventaja. En él se advertirá cuánta importancia tiene
la situación de los peones, pues de estar éstos l ibres, sin trabarse entre sí, los recursos de tablas
son muy grandes para el alfil. Es de hacer notar que el caballo tiene un defecto en la lucha contra
un peón, y es que hay varias posiciones en las que necesita muchos saltos para detenerlo, o no
l lega a tiempo, y en otras ocasiones, el rey adversario se basta y sobra para apoyar victoriosa
mente a su peón.
Además el caballo no puede defender un peón con las misma elasticidad del alfi l . Para
defenderlo debe estar cerca y el rey enemigo puede atacar simu ltáneamente al peón y al cabal lo
que lo apoya, y de no contar el caballo con el auxilio de otra pieza que lo sostenga, debe entre
garse o abandonar el peón. En cambio, el alfil puede replegarse cuidando siempre el punto de
fendido. El final que sigue lo pondrá en evidencia de incuestionable manera.
Las negras han provocado este avance para S i 72 . . . tlixa3+ 73.©b3 c2 74 .©b2, y nue
poder atacar al peón con más faci l idad. vamente, por imperio de la superioridad del
alfil sobre e l caballo, que puede coparle todos
58 ... i>e6 59 .©d1 tlic5 60.ifS+ ©f6 los saltos y a la vez apoyar el peón lejano que
58 ROBERTO G. GRAU
El primer problema táctico de esta variante de la virtud de vulnerar al rey enem igo, ya que
la Defensa Caro-Kann es saber si conviene un alfil desde "c5 " será un enem igo demasia
más perder un tiempo que abrirle la columna do pel igroso.
"h" al adversario y ponerle el peón "h" en
"g6", desde donde elimina toda maniobra 1 4.b4!
posible basada en una acción del caballo blan
co sobre el cuadro "f5 " , que es uno de los Lo mejor. Esto defiende directamente la situa
sistemas característicos para atacar a las ne ción por la amenaza, si las negras toman peón,
gras, luego de fij ar el peón de "e6" por medio de es, pero, en cambio, deb i l ita aún más la
de ge 1 o We2 . configuración estratégica de los peones blan
Si no se efectúa este cambio, luego de la nece cos. Si las blancas no logran ganar por ataque,
saria j ugada We2 , que tarde o temprano debe tendrán un final erizado de dificultades.
rá hacerse, las negras contestarán con . . . ixd 3,
eliminando e l valioso alfil y obligando a re 14 . . . b6 1 5.dxcS bxcS 1 6 .bS tfJfS 1 7 .tfJxfS
tomar con la dama, y ganando así el tiempo de gxfS
que hablamos. Y por cierto que no es fáci l
saber qué vale más e n esta posición. Y esto Y obsérvese la acc ión valiosa que en el centro
hace que lleguemos a la conclusión de que del tablero está ej erciendo el antiguo peón de
esta variante está lejos de ser una solución "h7". Las negras están mucho mejor.
estratégica para el blanco en la Defensa Caro
Kann. Que, quizá, sea lo exacto. 1 8.g3
9 . . . hxg6 1 O.Wfe2 .id6 1 1 .c4 tfJe7 Para poder j ugar el alfil dama.
Para transformar el caballo dama en caballo Esto tiene por objeto poder avanzar el peón de
rey, después de . . tU df6, maniobra típica en
. "c5" y explotar la debil idad de las diagonales
todas aquellas posiciones en que se ha j ugado que apuntan hac ia el rey blanco .
. . . c6. También prepara la colocación del ca
ballo rey en "f5 " , plan excelente por la acción 1 9 .a4 axb5 20.cxbS
que esa pieza ej ercerá sobre el agresivo pero
inconsistente peón blanco de "d4". El blanco ha logrado dos peones unidos y
pasados en el ala dama, pero, en cambio, ha
1 2 .tfJgS debido ceder la casilla "d5" y ha expuesto a su
rey a graves ataques. La lucha adquiere gran
Impide el enroque largo negro y además tien interés.
de a faci l itar f4 , para acabar con la posibil idad
eventual de . . . es. Pero, a cambio, entorpecerá 20 . . . c4 2 1 . h 3
la acción del alfil " e l" , y significa la pérdida
de algunos tiempos valiosos. Era probable Necesario. Las negras amenazaban, si 2 1 .ie3
mente más consecuente 1 2 .id2 , para seguir tUg4, seguido de . . . tU xe3 y . . . icS .
con ic3 y gad 1 , a pesar de la debilidad,
poco explotable por ahora, del cuadro "f4". 21 . . . tfJdS 22.©h2 ie7 23.aS
60 ROBERTO G. GRAU
50 . .ic5 tll a4 5 1 . .ib4 ©c6 52 . .ie7 tll c3+
53.©d3 tll d 5 !
así cómo limita la acción agresiva del rey la No era bueno primero 63. me2, por 63 . . . ©e4
falta de apoyo natural del peón "g4". Si seguido de . . . mc4 , ganando.
59 . .if8, para impedir igualmente ... tll h6,
entonces 59 ... mea 60 . .ig? ©e?! 6 1 .©e4 63 ... ©d4 64 . .ie? ©d3
tt:ld6+ 62. ©d5 tt:l e8 63 . .ih8 ©f7 , seguido
de . . . mg8, ganando el alfil. Es fácil que algún aficionado se pregunte qué
razonamiento, que no sea el azar de una ma
59 . . . tll h6 60.©f3 ©c6 61 ..ifS tll f7 niobra táctica fe liz, puede haber llevado a
62 ROBERTO G. GRAU
SUTI LEZA IMPORTANTE
Este final está ganado, pero por c ierto no sin 9 ... ©e2
alguna dificultad. Tanta, que su autor dio una
solución falsa, que l levaba al empate, la que Tampoco bastaría aquí 9 . . . ia7 , debido a la
fue rectificada por Cheron, quien salvó así un répl ica 1 0.©b7.
error que reprodujeron muchos textos. La
maniobra exacta es la siguiente: 1 0. � c41 ig 1 1 1 .©d7 ih2 1 2.�d6
64 ROBERTO G. GRAU
En estos finales, como veremos a través de un Y tablas.
ejemplo, suele producirse alguna variante de En cambio, 4. ©f1 ? , que parece igual, perde
entrega del alfil para ahogar al rey enemigo y ría por lo expuesto al comentar el tercer dia
después empatar mediante la maniobra que grama del capítulo 11 (La lucha del alfil contra
especula con el hecho de que el caballo no el caballo).
sirve para ganar tiempos, y no puede desalojar
al rey enemigo por su sola acción. EL PRINCIPIO GENERAL
RECURSOS DE LOS PEONES "a" O "h" Y aquí, para ahorrarse análisis agotadores, el
jugador debe apelar a la aplicación del si
El más antiguo final de este tipo que se cono guiente principio general: para evitar que el
ce es éste de Sam Loyd: caballo desaloje al rey de una posición por su
solo esfuerzo, debe colocarse al rey en casilla
del mismo color en que se halla el caballo
% -
. � . . enemigo. Es decir, si el caballo está en cuadro
negro, el rey en cuadro negro; si en blanco, en
blanco .
• Si en el final que estamos viendo las negras
juegan 4... llif5, seguirá 5. ©f1 lü g3+ 6 . ©f2 ,
y ahora el caballo debe moverse y no existe
ninguna posibilidad de que esta pieza gane o
pierda un tiempo, ya que para ir a casil las de
••• un mismo color siempre necesitará un número
par de saltos, y para ganar tiempos hace falta
• llegar a una misma posición en número impar
de movimientos.
Este final parece absolutamente perdido para
el blanco. Su rey no puede acudir en apoyo PARA EMPATAR EL ALFIL NECESITA
del alfil para contener al peón, y parece ine DOS DI AGONALES
vitable una maniobra basada en . . . ©g 1 y
. . . llig2, para después avanzar el peón y coro Y ahora nos resta por ver cómo se gana en los
narlo. Sin embargo, se hace tablas de ingenio finales en los cuales el peón que intenta coro
sa manera. Veamos: nase está en la columna "b" o "g" . Veamos
una posición de la que también es autor Ko
1 . .id7 h2 2 . .ic6+ @g 1 sek.
3 . .ih 1 1
3 . . . @xh 1 4.©f2 1 1
• 3.tDg4 ©h8
Este final de Kl ing y Horwitz muestra que la 111.- EL ALFI L GANA CASI SI EMPRE CON
regla del empate del peón central no es infali PEÓN DE VENTAJA
ble en aquel las posiciones en que el peón está
en sexta o séptima, y el alfil que intenta parar Para agotar este tema nos ocuparemos del
al peón, apoyado por el cabal lo, actúa en la final de alfil y peón contra caballo. Ahora
diagonal corta. En este tipo de posiciones, si veremos cuánto más fáci l es la tarea cuando se
el rey del bando en desventaja está contenido posee un alfil y un peón contra un caballo.
66 ROBERTO G. GRAU
Esto servirá para acentuar nuestra afirmación que esta posición sería igual corriendo las
de que el alfil es superior en todas las posicio piezas una columna hacia cualquier costado
nes muy abiertas, es decir, que su poder au del tablero. No pasa en estos finales como en
menta a medida que el j uego se simplifica. el caso de la lucha de alfil contra caballo y
Sabemos las excepciones a esa regla, pues peón, en el que hay dos columnas ("d" y "e")
vimos una serie de finales donde el caballo en que la victoria es imposible.
triunfaba por la existencia de peones trabados,
y de un alfil empobrecido en su acción por los
propios peones. Ahora veremos algunas posi
ciones de final de alfil y peón contra caballo,
en las que se gana fáci lmente, y algunas ex
cepciones en las que el empate se produce.
• • • • •
• • • • • • •
Muestra clara de las posibilidades del alfil la
da este final de Calvi, en que se ve la única
posición del rey que permite empatar, y en Este final parece difícil de ganar, por lo lejos
qué forma puede coparse al caballo. que se halla el peón de su coronación, pero oo
Si en esta posición jugaran las negras, sería ofrece dificultad. Se triunfa mediante:
68 ROBERTO G. GRAU
1 .©g5 .lüf2 2.h4 .lü e4+ 3.©g6 .!üxd6 4.h5 3.©e1 .ic3+ 4 . @e2 .id2 !, entregando el alfil
a las dos piezas y creando un perfecto
Y el caballo no puede detener nunca al peón "zugzwang" .
en esta posición. Como ya establecimos, sólo
hay dos posiciones en que el caballo consigue 2 . . ..ib4 3 . .lü h4+ ©g3 4 . .lüf3 .ic3 5.©f1
evitar la coronación de un peón "h" o "a" ©xf3 6.©g 1
rival, cuando éste se encuentra en sexta, apo
yado por el rey en "e6" o "g6" (para el peón Y tablas. El solo hecho de que haya que apelar
"h"). Para poder hacerlo, el caballo debe estar a este tipo de ejemplos para mostrar algunas
en "f8" o " h7 " . Pierde en las otras si el rey no posiciones en que el caballo logra empatarle al
puede sostenerlo. alfil y peón, muestra hasta qué punto es dificil
hacer tablas esas posiciones cuando el rey que
UNA DE LAS POCAS EXCEPCIONES colabora con el caballo no está delante del
peón que pretende coronarse, en una casilla de
Y ahora veremos una de las raras posiciones distinto color de las que domina el alfil. En
en que el caballo logra empatar. Se trata de esos únicos casos el final es s iempre tablas.
cuando la lucha con un peón "h" (o "a") que se
corone en casilla de distinto color del alfil LA LUCHA CON V ARIOS PEONES POR
enem igo. En este caso existe el recurso de BANDO
entregar el cabal lo, para arribar al típico final
de rey contra alfil y peón "h" ("a"), tablas Veamos un excelente final en el que las ne
teóricamente. gras j ugaron con un peón de ventaja y alfil
contra caballo y ganaron, a pesar de que el
peón estaba doblado y el caballo ocupaba una
• • • • situación preponderante en el centro del table
ro. Fue en una partida de Winawer contra
B lackbume, del torneo de Nuremberg de
• • • • 1 883 .
•
·�···
BrtJB
A primera vista el final está ganado, porque
no se ve la forma de evitar que el peón se
corone y salvar a la vez el caballo. Pero quien
sepa que el peón "h" ("a") no gana, ni aun con
el alfil de ventaja, cuando entra en casilla de
color distinto a las diagonales que domina el
alfil, hallará fáci lmente el camino del empate. Juegan las negras:
Veamos:
1 . . . iid7 2.©e2 fS 3 .©f3 gS 4 . .lü b4 .ig7
1 . .lü h2 .icS 2 . .lüf3 1 5 . .lüd3 iid6 6.b3 .id4 7 .iie2 .ie3 8 .©f3
Ingeniosamente j ugado. En cambio, perdería Las blancas han constru ido la posición que les
2 . .lüf1 , por el siguiente recurso: 2 . . . .id4 da el máximo de resistencia, ya que el caballo
70 ROBERTO G. GRAU
quien esto escribe, que conocía todos los pro LAS PRIMERAS DIFICULTADES
yectos del ganador del "match", y que lo ayu
daba en los análisis de partidas suspendidas. Las blancas han logrado el peón hace rato,
Pero no tuvo en cuenta el maestro ruso la pero el final es dificil de ganar. La única posi
aparentemente intrascendente modificación bilidad de hacerlo es mantener el caballo y
que introduj o en esta partida Capablanca en la tratar de cambiar las damas. Veremos cómo se
jugada 1 2ª. En la undécima partida del las ingenia Capablanca para lograrlo.
"match" j ugó 1 2 . .ie2 , y con esta base se
realizaron los análisis. El movimiento 1 2.g3
parece mucho m á s fuerte.
Una vez más Capablanca es guiado por su
maravi l loso instinto de ajedrecista para des
truir un paciente estudio.
1 6.c!lieS!
1 9.c!lixd7 %Yxd7 20.c!lia41 %Yda l 2 1 .%Yb31 Malo sería 47 . . . \1Md6 por la fuerte répl ica
48.\1Mc4, seguida de Wc6 y d6. Como la da
La posición de Capablanca es más cómoda. ma apoya al peón l ibre, hay que cambiarla.
Ha evitado . . c5 y hará desaparecer la debi li
.
dad de su peón "b", para luego intensificar sus 4a.Wxc3 .ixc3 49 .@f1 ©f6 50.@e2 .ib41
esfuerzos sobre el que quedará aislado del
rival y obtener superioridad material. Sólo la superioridad del alfil sobre el caballo
en las posiciones abiertas puede facil itar la
21 ... c!lidS defensa de Alekhine, quien debió hacer tablas,
a pesar del peón menos.
No era posible 2 1 ... cS por 22. bxcS bxc5
23.dxcS! .ixc5 24.ib? ! l:!c7 25.c!lixc5 l:!xc5 5 1 .c!lid4 .icS 52 .c!lic6 @fS 53.@f3 @f6
26.l:!a8, ganando la dama. Se observa ahora 54.g41 hxg4+ 55.hxg4 @gS?
la diferencia fundamental que para los propó
EL ERROR DE ALEKHINE
sitos de A lekhine tuvo la j ugada 12 de Capa
blanca, pues si el alfil estuviera en "e2" existi
Se verá que el caballo toma las vías de acceso
ría la amenaza de . . . l:!c 1 +.
al rey hacia el peón l ibre de "d5 " . Pero a pesar
22.bS cxbS 23.%Yxb5 iaaa 24.lac 1 1 laaS de esto, de que el caballo está en su mejor
25.%Yc6 ia3 26.lab 1 1 .ita 27 . .ixdS laxdS posición, de haber j ugado Alekhine . . . .ib6, el
2a.c!lixb6 lad6 29.%Yb7 hS 30.c!lic4 lad7 final habría sido tablas, pues tras d6 seguiría
31 .\1Me4 lac7 32.c!lies %Vea 33.@92 .id6 . . @e6, y si 56.c;!.ig3, entonces 56 . . . .ic?+. A
.
34.laa1 lab7 35.c!lid3 g6 36.laa6 .ita cualquier otra j ugada del rey seguiría . . @gS
.
37.lac6 lac7 3a.iaxc7 %Yxc7 39.c!lieS .ig7 y tablas por la posibilidad de entregar el alfil
40.%Yaa+ @h7 4 1 .c!lif3 por el peón "d" y cambiar los otros.
72 ROBERTO G. GRAU
CAPÍTULO IV
Quizá de todos los temas que hemos considerado hasta el presente en este curso técnico
ninguno se adentre de manera tan vital en la técnica del ajedrez moderno como el que ahora nos
ocupará. El pleito de la superioridad del alfil sobre el caballo, o viceversa, no es nuevo. Se ha
considerado durante muchos años y desde hace muchos años también surgieron los que, mediante
el argumento categórico de la victoria, probaron que no era posible hacer afirmaciones definiti
vas. Chigorin, batiendo a Lasker, a Pillsbury y a multitud de técnicos, en Hastings, en 1 895, con
su famosa defensa, que tiene por primera base cambiar los propios alfiles por los caballos rivales,
abrió una interrogante y mostró lo divorciada que se encuentra a menudo la verdad técnica de la
verdad del resultado. Pero, a pesar de esto, no alcanzó a debilitar de manera seria el postulado
sobre la ventaj a de dos alfi les contra alfil y caballo. Sólo puede asignársele el mérito de haber
mostrado cómo debe maniobrarse, cuando se poseen dos cabal los, para compl icar la tarea adver
saria, y que hay algunas posiciones típicas donde la desproporción técnica casi no ex iste. Pero la
verdad es que los alfi les son un arma form idable, no ya en las posiciones abiertas de ataque di
recto, que para nosotros poco interesan ahora, sino en el juego posicional moderno, donde todo
está supeditado a la suti leza técnica.
74 ROBERTO G. GRAU
1 8 . . . gacS 1 9.gxc6 gxc6 20.�e3 Uc8 25.g3
21 .b4
Desembarazándose del incómodo caballo,
Las blancas buscan brechas para meter en el pero . . .
juego sus cabal los, pero les faltan puntos de
apoyo para obstruir la eventual acción de los 2 5 . . . �e2+ 26.d;>g2 .ih6!
alfiles rivales desde diagonales que no presu
men serán explotadas eficazmente. Y el otro alfil entra a herir la posición de las
blancas. Obsérvese ahora cómo actúan efi
21 . . . gc1 22.f3 cazmente ambas piezas y la gravedad de la
presión sobre el cuadro "c2", que está defen
Este movimiento es necesario para poder dido malamente, por estar el cabal lo de "e3 "
sacar el caballo de "d2 " sin riesgos para el clavado. Y ni siqu iera queda el recurso de
peón de "e4", pero engendrando otras debili jugar f4, obstruyendo la acción del alfil rey, a
dades serias en el bloque de peones blancos causa de . . . We6 , especulando con la debil idad
del ala dama. del peón "e4" blanco.
22 . . . � h 5 27. � a 1 � c3
Especulando con que g3 debilitaría mucho el Las negras siguen provocando el cambio de
enroque blanco. un caballo por un alfil para quitarles a las
l íneas defensivas blancas "c 1 " y "c3 " el apoyo
23.�b3 �f4 24.Ud2 .la& ! indispensable del alfil de "b7".
Empieza la presión de los alfiles negros. Aho Ahora ha quedado sentenciado a muerte el
ra el de dama domina una diagonal importante otro alfil y las cas i l las de acceso sobre el mo
y dificilmente puede ser contenido en su ac narca blanco están sin la fiscalización val iosa
ción, a pesar de tratarse de una posición de de esa pieza. La partida está prácticamente
bloqueo. La j ugada tiende, además, a evitar la definida, pues ambos alfiles negros cruzan con
répl ica �c 1 , que simplificaría bastante el sus fuegos la posición rival.
juego. La amenaza de . . . llJe2+ o de . . . llJ d 3 ,
e s ahora m u y desagradable para el primer 29Jlxc7 Wxc7 30.Wc 1
jugador.
Ú nica. Malo sería 30 . .ic 1 a causa de
30 . . . .ixe3 3 1 .Wxe3 Wc4 , con la doble ame
naza de . . . Wf1 mate y . . . Wa2+ , ganando el
caballo.
30 . . . Wd7 3 1 .� ac2
76 ROBERTO G. GRAU
Pero Chigorin era, además de un gran maes cia de uniformidad del grupo de peones blan
tro, el más caprichoso y testarudo de los eje cos luego de estos cambios. Se verá que los
cutantes que nunca tuvo el j uego. Por eso mismos quedan divididos en tres sectores, y el
cambia el alfil por el caballo para doblar los "h" y el "a" completamente aislados, lo que
peones del adversario y dej arle aislado, y sin creará cuadros fuertes para los caballos.
posibil idades del apoyo de los demás, el peón
"h". 7.cxd5 Wxd 5 ! 8 .i.d2 ixc3 9 . bxc3
4.gxf3
4 ... tiJ c6
Para evitar quedar con el peón "a" aislado, las
Por transposición de j ugadas se ha l legado a blancas pudieron j ugar 9 .ixc3, pero esto
una variante conocida de la l lamada Defensa habría ten ido otras fal las, ya que la dama
Chigorin, que si teóricamente ofrece reparos, podría haberse consolidado en "d5" mediante
en la práctica resulta un generoso venero de .. .f5, tiJf6 y luego . . . 0-0-0.
victorias. Como que hay que confiar siempre Ahora la partida se ha decidido estratégica
en que existe un desequ i librio entre los alardes mente. Se tratará de una lucha pura de dos
técnicos de las personas y la posibil idad prác alfi les contra dos cabal los, en la que las negras
tica para demostrar la verdad de sus asevera ofrecen, para balancear la desventaj a natural
ciones. En aj edrez como en todo. de los dos cabal los, una conformac ión de
peones mucho más rac ional, sin avances pre
5.tiJc3 e6 6.e3 i.b4 maturos ni peones aislados, y las blancas sus
peones divididos en tres grupos, con dos ais
CONTRA TODOS LOS DOGMAS lados y uno doblado. Y veremos en este caso
cómo este hecho, un ido a que no se ha abierto
¡ Eso sí que no ! , debía exclamar Tarrasch cada la posición central y de que el blanco tendrá
vez que se le mostraban partidas de este tipo. dificu ltad para enrocarse, faci l ita la labor de
Puede aceptarse que se cambie el primer alfil, los cabal los y hasta les da posibil idades.
porque los peones centrales de las negras en
cuadros blancos compensan la desaparición 9 . . . tiJge7 1 0 .!'!g 1 Wh 5 ! 1 1 .Wb3
del alfil m ientras no haya necesidad de avan
zarlos, especialmente del de "e6", que cuida el Es claro que si 1 1 .!!xg7 seguiría 1 1 . . . tiJg6,
importante cuadro "f5 " ; pero querer ahora encerrando la torre.
cambiar el alfil rey, que tiene la misión de
vigi lar las debilidades en germen de las casi 1 1 . . . tiJdS 1 2 .WbS+
llas "e5" y "c5", es ya un desafío a la técnica y
a los postulados. Pero los caprichos de Chigo El cambio de damas era poco menos que in
rin tenían su base, y era en este caso la caren- dispensable para quitarle fuerza a la dama
ese caso serían los peones de la columna "f" 22.ic5 g a 6 23.a4 .!ü c6 24.gb1 gd7
los que, al par de estar doblados, quedarían 25.gg g 1
aislados. Se apreciará de qué manera el apa
rentemente formidable bastión blanco central Confesando s u impotencia para atacar el ala
de peones carece de consistencia y está ataca rey, Lasker retrotrae sus torres a la primera
do de parál isis, ya que cualquier avance o l ínea para proteger el desmantelado flanco
cambio engendra males muy graves. El desti dama y sus peones aislados y débiles.
no de toda mala configuración de peones.
78 ROBERTO G. GRAU
26 . . . .!Li d S 27.©d2 gas 28.gg b 1 b6 rin ganará por su dominio del ala rey. No sería
29.ia3 bueno 36.fxgS a causa de 36 . . . liJxgS, segui
do de . . . liJ h 3 y . . . !!g7.
Si 29 .ib4 E:a6, y nunca 29 . . . .!Lixb4.
36.©e2 g xf4 37.e4 liJf6 1 38.ixf4
29 ... 96 30.!�bs gas!
31 .ic 1
35 ... gS! Los cabal los negros siguen tej iendo un engra
naj e de debilidades y defienden la posición
Y AHORA SOBRE EL ALA REY simultáneamente.
A costa de un peón el blanco ha logrado en Que la superioridad de dos alfiles unidos so
parte abrir el j uego, pero es tarde. Las negras bre dos caballos es algo positivo lo demuestra
conservan, a pesar de todo, la mej or situación, el hecho de que el 90% de las partidas en que
y el caballo de "e5 ", sól idamente apoyado, es se plantea un duelo de este tipo en manos de
muy poderoso para que pueda ser val iosa la maestros se definen con la victoria de ambos
acción desarticulada de las fuerzas blancas, alfiles. Sólo las malas configuraciones de
esclavizadas durante toda la lucha en sostener peones de uno u otro bando pueden hacer
puntos débi les desunidos en ambos flancos. trastabil lar la rigidez del principio, como lo
probó la anterior partida entre Lasker y Chigo
so ... gg7 s 1 . ©t2 gg6! s2 .gddS ga1
rin. Pero la magnitud de aque lla excepc ión
sólo sirvió para poner en evidenc ia lo raro de
La torre, que hasta el momento nada hacía, se esos desenlaces y la serie de factores que
convierte ahora en la fuerza agresiva más deben concurrir para que esto se produzca.
poderosa de las negras. Pero así como es re lativamente fáci l para un
ajedrecista de garra hal lar la vía del éxito en
S3 . .id8 lll d 3+1 S4 ..ixd3 una lucha de dos alfiles contra dos cabal los, lo
es menos cuando se trata de un final de dos
Por fuerza las blancas han debido cambiar uno alfi les contra alfil y caballo. La existencia de
de sus dos alfi les, teóricamente superiores a un alfil en el bando rival hace más comp lej a la
los cabal los, y, desdichadamente, para dar lucha y suele acontecer que la acción de esa
acción a ambas torres negras, que ahora coor pieza obl iga a un cambio de alfi les que l leva
dinarán su acción sobre el desventurado mo al final de alfil contra caballo, que ya hemos
narca blanco. estudiado. Sabemos que el alfil supera al ca
ballo en las conformaciones unidas de peones,
S4 ... cxd3 ss.gxd3 gag 1 S6.gfs+ ©es y, en cambio, el caballo es más fuerte cuando
S7 . .tgs gsxg s hay peones en ambos sectores.
gando una pieza: el alfil en "g5 " . Comenzaremos nuestros ej emplos con la par
tida entre Tarrasch y Rubinstein, j ugada en el
TODO U N DOCU MENTO TÉCN ICO torneo de San Sebastián de 1 9 1 2, que Ricardo
Reti publica como modelo del sutil j uego del
Esta partida es un magnífico documento con segundo, y para mostrar la técn ica de la lucha
tra todas las afirmaciones en ajedrez. No bas de dos alfi les un idos y las ventaj as que esto
ta, por cierto, ni mucho menos para destruir la significa en manos como las de Rubinstein.
teoría de la fuerza excepcional de los dos
alfiles unidos contra ambos cabal los, pero sí Apertura de los Cuatro Caballos (C48)
para probar que esto es verdad cuando hay San Sebastián, 1 9 1 2
equilibrio en los otros elementos estratégicos Blancas: S . Tarrasch
y sólo muy relativa cuando uno de los bandos Negras: A. Rubinstein
tiene conformaciones de peones defectuosas.
Y se prueba una vez más que la única verdad 1 .e4 eS 2.lll f3 lll c6 3.lll c3 lll f6 4 ..ibS
estratégica es la que surge de la buena o mala .tes S.lll x eS lll d 4 6 . .ia4
armazón que se construya mediante los prime
ros y aparentemente intrascendentes movi Las negras han efectuado un sacrificio posi
mientos de peones. cional de peón. Al hacerlo han buscado ganar
80 ROBERTO G. GRAU
tiempos importantes en el desarrollo y desarti por el las han de filtrarse la iniciativa y la su
cular la necesaria armonía de las fuerzas riva perioridad posicional de Rubinstein.
les. Sin embargo, la experiencia ha probado
que este sacrificio de peón no es bueno, ya
que la compensación estratégica que se busca
a cambio del peón entregado no es lo sufi
cientemente clara luego de la retirada 6 .ie2 ,
que parece mejor que la jugada adoptada por
el Dr. Tarrasch.
12 ... lli xe4 1 3 . .ixdS tLixd2 1 4.©xd2 l:!xd8 1 6.©xe2 l:! e 8 1 7.©f1 ib7 1 8 .c3 f6
1 9.tLlg4 h S
EL PRIMER DESNIVEL
COMIENZA E L CONFLICTO
La partida se ha simplificado y las negras han
recobrado su peón. Pero no es eso sólo. Ade Y el duelo se inicia. Las negras repelen al
más, han logrado eliminar uno de los alfiles caballo de "e5 " hacia casil las más inocuas,
rivales y ya se han asegurado ventaj a posicio especulando con el dominio de cuadros que
nal para el final que se avecina. Las casillas les proporcionan sus alfi les, conj ugados con la
negras del tablero cojearán para Tarrasch, y acción de los peones. Se verá desde este mo-
82 ROBERTO G. GRAU
42.©f3 ©d4 43 . .tb3 .tb7 44.©e2 .tas Gambito de Dama (D37)
45 . .te2 1 930
Blancas: Lilienthal
Esta repetición de j ugadas fue hecha con vis Negras: J. Bolbochán
tas al reloj que controla el tiempo que medita
cada j ugador.
1 .d4 lüf6 2 .e4 e6 3. lüf3 d5 4.lüe3 lü bd7
5.e3 .te7 6 . .td3 es 7.0-0 0-0 S.exd5 exd 5
45 . . . .tbS 46.a4 .td7 47. @f3
9.lüe5 V!Je7 1 0.f4 a6 1 1 .V!Jf3 V!Jd6
Evita . . . 96, pero no logra impedir que las
negras ganen ahora, en mérito a la acción El peón débil de "d5" obl iga a Bolbochán a
preponderante del rey, lograda por obra y una maniobra forzada con la dama para apo
gracia de la labor de zapa de ambos alfi les yarlo. Pero, en compensación, puede intentar
unidos. sacar provecho de la carencia de programa
ofensivo del alfil dama blanco, que está traba
47 ... i>e3 4S.i>xe3 do por sus propios peones.
¡ POR FIN ... PERO TARDE! 1 2 . .te2 exd4 1 3.exd4 b5 1 4 . .te3 .tb7
1 5.V!Jh3 gadS 1 6.gae1 lüe4 1 7.lüd3 f5
Se ha logrado eliminar uno de los alfiles, pero 1 S . .tb3 lüb6 1 9 .lües .tes 20.lü 3xe4 fxe4
a costa de otro y de la pérdida del peón "a", lo 2 1 .lü xe4
que permitirá a las negras imponer rápida
mente el que poseen en "a5 " . Las negras han permitido a las blancas realizar
esta combinación, que aparentemente no da
4S ... d4+ 49.i>e2
nada, ya que se simplifica la lucha, queda
Si 49.'itie4 �c6+ . igualdad de material y aun parece que las
negras estuvieran mejor, porque al fin y a la
postre quedarán en posesión de la columna
49 ... ©xe2 50.lüf4 .txa4 5 1 .lüe6
abierta. Pero lo que Bolbochán no creyó es
que la simple circunstancia de quedarse con
El caballo ha ido a "e6", pero cuando las ne
dos alfiles contra alfil y cabal lo, a pesar de
gras lo permitieron : en momentos en que la
que los alfiles actúan aún poco, bastará a Li
lucha está decidida.
lienthal para decidirse por esta man iobra, y
que pretendiera ganar con tan magra despro
51 ... .tb3 52.lüxd4+ ©b2 53.lübS a4
porción técnica. Sólo un gran maestro es ca
54.@e3 a3 55.lüxa3 @xa3 56.©d4 ©b4
paz de hacer esto.
Las blancas, con una pieza menos, demostra
21 .. . .txh3 22.lüxd6 .txg2 23.@xg2 .txd6
ron estar de acuerdo con aquel lo de que el
24 . .te1 gdeS 25.gxeS laxes
tiempo es oro, al abandonar.
EL MOMENTO CRÍTICO
UN MODELO DE LILIENTHAL
Veremos el ingenio de Lil ienthal para hacer
La partida que insertamos a continuación es la patente la recóndita superioridad de los dos
que Lil ienthal le ganó a Bolbochán después de alfiles unidos, sólo perceptible en este mo
una difícil lucha en la que el ajedrecista ar mento para vistas muy afinadas. El cómodo
gentino se defendió tenazmente, pero en defi dominio de las diagonales blancas ha de ser el
nitiva en vano, contra la acción combinada de eje del triunfo, aparentemente difícil, por la
los dos alfiles. excelente situación que ocupa la torre negra.
Veamos:
Bolbochán sabe perfectamente lo que signifi 36 ... .ic7 37.@f3 g5 38.fxg5+ mxg5
can dos alfiles en manos de un hombre como 39 ..if1 c!ll a 8
Lil ienthal, y trata de cambiar uno de el los. Por
eso j uega . . . .ib4, para amenazar . . .id2 , pero
. Bolbochán sigue buscando la simpl ificación,
el maestro húngaro evita esto, aun a cambio pero Lil ienthal la elude siempre, convencido
de colocar en situación precaria su torre. de la superioridad estratégica de ambos alfiles
unidos. Y que tenía razón plena lo demuestran
28.lad 1 lae1 el desarrollo y el desenlace de esta partida, de
notable valor técn ico.
¿UN ERROR? PERO . . .
40 ..id2+ @f6 4 1 .h4 .ib6 42 . .ig5+ @f7
Quizá sea éste e l primer error de Bolbochán, 43.©e3 .ic7 44 . .id3
pero se inspira precisamente en el deseo de
eliminar la torre para seguir después con
. . . .id2 y cambiar uno de los dos poderosos
alfiles. Pero, sin duda, a la larga la torre se
habría cambiado, ya que existe la posibilidad
de seguir con b3, y eventualmente las blancas
podrían continuar con .ie3 y .id3 , para apo
derarse a su vez de la columna "c" o, en su
defecto, entrar por la "e" o la "g" sobre el
juego rival. La fuerza de ambos alfiles así
unidos es que toman cómodamente las vías de
acceso a la torre negra, sin descu idar su fun
ción ofensiva.
84 ROBERTO G. GRAU
44 ... h S 45.J.e2 <it>g6 46.J.f3 � b6 47 .©d2 Las últimas jugadas tienen poca importancia,
ya que sólo fueron cuestión de técnica que
LA TRAGEDIA DEL "ZUGZW ANG "
cualquier j ugador experimentado habría hal la
do. Pero lo que resulta notable es la habil idad
La rigidez va atacando la posición de las ne
gras. La rigidez del "zugzwang", que es casi la con que Lil ienthal captó en el medio j uego,
rigidez cadavérica. No pueden mover el rey, cuando simplificó la partida, la enorme gama
de posibil idades que le brindaban los dos
ni el cabal lo, ni el alfil, ya que seguiría o
alfiles un idos, a pesar de que en apariencia
ixh5, o ixd5, o id8, según los casos. Sólo
tenían poca eficiencia.
les queda el movimiento de los peones del ala
dama, y esto también ha de term inar. Obsér
vese de qué manera los alfi les ejercen una LA RAZÓN DE LA IN SI STENCIA
acción defensiva y ofensiva y la ventaj a que
signi fica el poder moverse sin descuidar nun Hace ya algún tiempo que estamos girando
ca el punto apoyado o atacado, recurso del que sobre un mismo tema y quizá para muchos
está privado siempre el cabal lo. aficionados sea bastante lo dicho. Pero como
se trata de una parte vital de la técn ica del
47 ... b4 48 .J.e2 as 49.J.d 3+ ©f7 50 .J.e2 aj edrez y ofrece una serie de sutilezas muy
©g6 grandes, insistimos en el mismo, abundando
en ejemplos de distinta fam il ia, para compe
Estas últimas j ugadas, hechas para llegar a los netrar perfectamente a los lectores de este
50 movimientos antes de cumplirse las dos importante problema de aj edrez de todas las
horas y media, vuelven a restablecer la posi épocas, que últi mamente ha cobrado excep
ción de dos jugadas antes y perm iten a Li cional interés.
lienthal buscar cómodamente el plan ganador, Ya no estamos en el momento de las expl ica
que finca su fuerza en el anqui losam iento de ciones, que ya lo hemos pasado, sino en el de
la situac ión enem iga. los ejemplos, para luego sacar conclus iones de
los mismos y tratar de atrapar los principios
51 .J.f3 a4 52. ©c2 axb3+ generales que la experiencia nos sugiera. Pero
antes de mostrar una importante partida de
Tampoco servía 52 . . . a3, pues tras 53.©d3 Flohr, que será seguida de otras de gran im
habría que j ugar algo. También gana 53 .J.e 7. portancia que han tenido por protagon istas a
maestros, nos perm itiremos comentar el plan
5 3 .<it> x b 3 J.d6 teo de una partida que j ugaron Alekhine y
Euwe en el match por el campeonato mundial.
Y TODO S E DERRUMBA En ella se ofrece una variante de la Defensa
Nimzoind ia, que la técnica acepta por las
Resignándose ya a perder un peón. Una vez compensaciones que el cambio prematuro de
más la agonía del "zugzwang", lo que en buen alfil brinda, pero que no se ha probado, ni
romance quiere decir "la desagradable obl iga mucho menos, que sea totalmente satisfactoria
ción de j ugar", es la que ha gestado la victoria para hal lar la ansiada igualdad, como lo prue
de ambos alfi les en este final notable. ba Alekhine. Y nos interesa la variante en
cuestión, por cuanto en ella se viola un princ i
54.idS �d7 55.ixd S �f6 56 .ic6 ig3
pio vital de la técnica del ajedrez, como es el
57.<it>xb4 J.xh4 58.<it>c4 ig3 59.a4 h4
de cambiar el alfil que marcha por las casillas
60.aS h 3 6 1 .a6 J.b8 62 .J.b6 h2 63 .a7
del mismo color que el peón más avanzado, lo
ixa7 64.J.xa7 <it>fS 65.ibS �g4 66.if3
que estratégicamente es casi siempre un error
©gs 67.ig3
técnico serio. Y no ha tardado en probarse que
Y las negras abandonaron. la excepción de la Nimzoindia no es tal.
86 ROBERTO G. GRAU
Gambito d e Dama (03 7)
Varsovia, 1 93 5
Blancas: S . Flohr
Negras: R. G. Grau
88 ROBERTO G . GRAU
EL PRIMER T É CN ICO DE AJEDREZ EL PRESTIGIO DE LA INCU LTURA EN
AJEDREZ
Pero también hay gen ios de otro tipo. Lo fue
sin duda Phil idor, el gran músico francés, Pero en la época actual el desprecio por los
cuando sin ninguna base ni antecedentes, a dogmas y el prestigio de la incultura, que
fuerza pura de personal deducción, llegó a la tanto triunfa aparentemente en gran número
conclusión de que todo el secreto de la estra de especulaciones científicas y artísticas, han
tegia del j uego del aj edrez estaba en la con hecho estragos en ajedrez y que se desprecia
formación de peones. Y nadie ha podido des ran demasiado las reglas inconmovibles del
truir nunca esa afirmación, ya que en realidad juego, de la misma manera que se pretende en
la armazón de peones es la que señala el ritmo vano despreciar otras de mayor j erarquía.
de la lucha y tiene mucho más influencia que Contra esta supuesta ventaj a de la incultura,
la misma situac ión de las piezas menores. Y "para impedir que la imaginación tenga va
de manera más neta se perfi la en el aj edrez llas", pretende luchar esta labor que encara
mundial, con relieve inconfundible, la dimi problemas estratégicos de corte fundamental,
nuta figura de Guil lermo Stein itz, campeón y si bien es cierto que no pretende que volva
mundial por derecho propio durante 27 años, mos a la época del dogma, un poco cárcel del
que un d ía se declaró poseedor del título y pensam iento, aspira, sí, a hacer respetar la
logró defenderlo contra los mú ltiples ataques experiencia de los grandes maestros para
de muchos aspirantes al mismo. Así se red i apuntalar el propio conocimiento y sacar de
mió, en parte, según una expresión de Tarta ducciones personales.
kower, "del acto de piratería deportiva con
que se lo adjudicó" . STEIN ITZ EN ACC I ÓN EN EL SIGLO XIX
Pero Steinitz fue un talento estupendo. Creó
reglas magn íficas y sobre sus afirmaciones Y nada mej or en el terreno de los ej emplos
descansa toda la técnica del juego. Siegbert que retrotraernos un poco y ver cómo explota
Tarrasch fue el didac-ta que dio forma a los ba Steinitz esa ventaja técn ica, y de qué mane
pensam ientos del desorbitado maestro bohe ra triunfaba con sus famosos alfi les.
mio, pero éste ya en el siglo XIX sabía con
claridad cuál era la importancia de muchos Apertura de los Tres Caballos (C46)
factores estratégicos, y ya conocia de profun V iena, 1 873
da manera la jerarquía del tema que estamos B lancas: S. Rosenthal
considerando. Negras: W. Steinitz
Deseábamos mostrar ahora partidas de aj edre
cistas modernos, pero una razón de justicia al 1 .e4 es 2.tüc3 tü c6 3 .tüf3 g6 4.d4 exd4
creador de estas reglas, que tanto se olvidan y 5.tüxd4 .ig7 6 ..ie3 tüge7 7 . .ic4 d6 8 .0-0
que tan valiosas son, nos impone el deber de 0-0 9.f4 tüa5! 1 O ..id 3 d5 1 1 .exdS tüxd5
mostrar de qué manera explotaba este detalle 1 2 .tüxdS '1Wxd5 1 3 .c3 gds 1 4.'1Wc2 tü c4
el maestro bohem io y, si nos es posible, expo 1 5 ..ixc4
ner también cómo sucumbía algunas veces,
víctima de su tozudez, ya que, como todos los La partida está en un momento técnicamente
hombres dogmáticos, no tenía en determ ina interesante. Los avances de los peones "t" y
dos momentos la claridad de juicio necesaria "c" blancos han dej ado a los alfi les de "d3 " y
para percatarse de cuándo los detalles tácticos "e3 " sin el natural punto de apoyo, y esto ha
de la posición imped ían y quebraban manio obligado a las blancas a cambiar uno de sus
bras estratégicas de corte tan fundamental poderosos alfi les por un caballo. Como se
como puedan ser la posesión de la parej a de trata de una posición de j uego abierto, este
alfiles contra dos caballos o contra alfil y cambio es grave, como lo prueba el curso de
cabal lo. la lucha.
90 ROBERTO G. GRAU
Apertura Espailola (C60) que el alfil de "e3 " no puede fiscalizar. Pero,
Londres, 1 883 desgraciadamente, este avance era casi forza
Blancas: B . Englisch do, pues si 1 6.i!a b 1 seguiría 1 6 . . . ifS.
Negras: W. Steinitz
1 6 . . . gfe8 1 7.�b3 b6 1 8. h 3 ie6 1 9 .gfd 1
1 .e4 e5 2.�f3 � c6 3.ib5 g6 4.d4 exd4 c5
5.�xd4 ig7 6.ie3 �f6 7.�c3 0-0 8.0-0
�e7! Dominando el cuadro "d4", donde podría
hacerse fuerte el caballo.
Preparando la j ugada clave . . . d5.
20.igS f6 2 1 .if4 ©f7
9.'ªd2 d 5 1 O.exd5 �exd5 1 1 .�xd5
%Yxd 5 1 2 .ie2 �g4! Preparando el rey para el final.
32 .ixg S hxgS 33.©e3 ©f6 34.h4 Jugada típica y exce lente en casi todas las
posiciones simi lares. Es generalmente lo
Si 34 .gh 1 segu iría 34 . . . �e5, .. .f4 y luego exacto dej arse cambiar el alfil en "c4" y no
. . . gd2 , que ganaría rápidamente. replegarse a "b3 ", por cuanto luego de
. ltJxc4 y dxc4 , las blancas dominan el cen
. .
34 . . . gxh4 3S.gxh4 ges+ 36.©f2 gxe 1 tro (cuadro "d5 ") e impiden as í la j ugada libe
37. ©xe 1 @es 38.lll e2 ixe2 39.©xe2 radora . . . d5. Esto vale mucho más que las
©f4 40.c4 ©g4 41 .©e3 f4+ 42.©e4 f3 dificu ltades que puedan surgir del peón do
43.©e3 ©g3 blado. Por otra parte, al desaparecer el alfil
rey, o sea el alfil que actúa por cuadros blan
Y las blancas abandonaron. Esta es una parti cos, es prudente ubicar los peones en casil las
da que podría suscribir orgu lloso el más atil blancas, porque reemplazan al alfil eliminado.
dado de los técnicos modernos, y que muestra
el enorme talento de Steinitz, que había crea S . . . lll xc4 6.dxc4 d6 7.0-0 ie6 8.b3 c6
do teorías tan fundamentales a fuerza exclusi
vamente de su propia experienc ia. La fiscal ización central de las blancas y la
fuerza de la amenaza de poner un caballo en
V Í CTIMA DE SUS PRINC IPIOS "d5 " obl igan al negro a avanzar este peón, y
com ienzan a surgir debil idades en la configu
Veremos ahora cómo Schlechter lo bate, por ración de los peones, que han de compensar
que, por quedarse con dos alfi les, Ste in itz sobradamente la pérd ida de un alfil. Por otra
desprec ia detalles tácticos decisivos y no ve parte, las blancas tienen ventaj a en espacio
una combinación de su adversario. amplio (mayor dominio de terreno en el table
ro) y esto en aj edrez, como en la guerra, es de
Apertura Vienesa (C28) vital importancia.
Koeln, I 898
Blancas: K. Schlechter 9.%Yd 3 ie7 1 0 .igS
Negras: W. Steinitz
En el deseo de acabar de una vez con la preo
1 .e4 eS 2.lll c3 lll c6 3 .ic4 lll f6 4.d3 lll a S cupación de un avance . . . d5 negro que elimi
ne el peón retrasado y vu lnerable de "d6", las
Con tal de elim inar un alfil adversario, Stei blancas no vac ilan en cambiar su segundo
nitz no vacila en perder dos tiempos en el alfil, burlándose así de clara manera de los
planteo. É l sostenía que la desventaj a transito postu lados de Stein itz y provocando la irrita
ria que esto produce se compensa sobrada ción del viejo teórico. Sch lechter qu iere eli
mente con la superioridad estratégica perma minar el caballo que apoya el avance y desviar
nente de la posesión de ambos alfiles, pero se el alfil de la defensa del peón de "d6".
verá cómo de exagerado es esto. Nosotros
sostenemos que dos alfi les valen más en las 1 0 . . . hG
posic iones normales, pero también hemos
mostrado cómo detalles de otro orden, como S I G U E STEINITZ PERDIENDO TIEMPOS
ser: inferior d<!sarrollo o mala configurac ión
de peones, compensan ampl iamente en mul Era, sin duda, más consecuente con el espíritu
titud de casos la desaparición de uno o de de la partida 1 O . . . %Yc7 y . . �ad 8, para segu ir
.
92 ROBERTO G. GRAU
presionando el centro y preparar el avance 1 6.lll f4! !
liberador. Si el blanco qu iere cambiar, que lo
haga espontáneamente sin perder el tiempo en
provocar el cambio de alfil por cabal lo. Pero
Steinitz, fiel a sus principios rígidos, quiere
decidir de una vez la cuestión y quedarse
rápidamente con dos alfi les contra dos caba
llos sin percatarse de la debi lidad del peón
"d6" y la ex istencia de todos los peones en el
tablero, que entorpecen a los alfi les, unido a
los tiempos de menos y a su desventaja en
espacio, no han de perm itirle sacar provecho
de la superioridad de ambos alfi les, que sólo
se materializa en posiciones que no ofrezcan
desn iveles estratégicos de otro orden, como
sucede en la actual. EL DETALLE TÁCTICO OMITIDO
Y ahora la lucha pura de dos alfiles contra dos 3.tll f3 tll f6 4.§'a4+ §'d7
cabal los.
Una novedad de Fine que resu lta muy inge
23 ... axb4 24.gas+ @e7 2s .gaxd8 gxdB niosa, aun cuando repugna a la rutina. Lo
26.gxdB lU xdB "natural" sería en este momento 4 . . id7 pero
.
Siempre el alfil a dos casil las del caballo y en S.§'xe4 §'e6 6. tll a 3 §'xe4 7.tll xe4 e6 8.a3
línea recta, lo que le quita cuatro saltos im eS 9.if4 tll e6 1 0 .dxeS .ixeS
portantes, en este caso "g2 " , "h3 ", "e2" y "d3 " .
En realidad, nada autoriza a suponer que las
2 9 . . . h6 3 0 . h 4 h x g S 3 1 . h xgS tll d S 3 2 . .ifB blancas estén mejor. Hay tres piezas en j uego
g6 33.ie4 tll g e7 34.@d2 ©d7 3S.ixe7 por cada parte, y objetivamente las posibil ida
tll x e7 des son equivalentes. Pero si se profundiza un
94 ROBERTO G. GRAU
poco se observarán detal les que bastan a una EL DESN IVEL S E PRODUCE
vista afinada para hallar un plan de acción
cómodo para el blanco: las negras no pueden Y por medio de la serie de j ugadas efectuadas,
jugar . . . e5, por la presión que sobre ese cua que han simplificado aun más la lucha,
dro ejercen tres piezas blancas. A esta contra Alekhine ha logrado elim inar uno de los alfi
riedad técnica se agrega el hecho de que el les rivales, precisamente el más importante,
avance del peón "b", para sacar el alfil por pues es el que actúa en cuadros de distinto
"b7", no es muy cómodo porque las blancas color que los peones avanzados del negro.
pueden seguir con b4 y después el cabal lo de Pero ha reducido la lucha a un final de dos
"c6" queda sin buen sostén, y ya sabemos que alfi les contra alfil y caballo y, de esta suerte,
un caballo que no esté sostenido por un peón como la superioridad es sutil, las blancas
carece de fuerza real y generalmente debe deben j ugar con gran precisión para que no se
sal ir de esa ubicación. Y si el caballo sale, una les escurra de las manos.
torre blanca podría meterse en séptima l ínea.
Pero lo más desagradable es el dominio del 1 4 . . . �e4 1 5 ..tc71
cuadro "d6" que ejercen las blancas. É se es el
punto crítico de la lucha en este momento. El común de los jugadores habría efectuado
Hay allí un cuadro débil, pues no está defen aquí 1 5 . .ib4, para evitar el enroque negro y
dido por ningún peón, y se encuentra dentro además mantener la presión sobre la diagonal
mismo de la posición enem iga. Coinciden en a3 -f8. Pero contra esto seguiría 1 5 . . . aS! , y si
él dos piezas blancas y sólo está defendido por 1 6. bxa6 �xa6, desaloj ando al alfil de la
el alfil rey. Ahora es fácil atrapar el plan que diagonal y, lo que es más grave, cambiándolo
Alekhine real iza con magistral habil idad . por un cabal lo, cualquiera que sea el lugar
donde se ubique.
1 1 .b41 .te7 1 2 .b51
1 5 . . . �d7 1 6.�d41
Y ahora el caballo no tiene ninguna ubicación
cómoda. Ha sido desaloj ado de la columna La verdadera fuerza de Alej andro Alekhine
"c", que queda a merced de la torre blanca y radica precisamente en la habil idad que tiene
asi m ismo perm ite al Dr. Alekhine dar fuerza a para comprender cuándo deben efectuarse
su plan de dom inio del cuadro "d6", con el movimientos de desarrollo o de iniciativa. La
cual, en real idad, sólo aspira a eliminar el más jugada de desarrollo era, en este momento,
importante de los alfi les negros. 1 6 .e3, pero contra esto Fine lograrla cambiar
un alfil mediante 1 6 . . . � b 6 1 7 .llid4 llid5
1 2 . . . � b8 1 3 . � d6+ .txd6 1 4 ..txd6 18 ..iaS b6. Para evitar esa amenaza perma
nente, que para la conservac ión de ambos
alfiles existe, Alekhine necesita desaloj ar el
caballo de "e4", que le toma varias casil las
donde el alfil, ahora en "c7", puede ubicarse.
Ya tendrá tiempo de poner en juego su alfil
rey.
1 9 . . ..id7 20.e4
diada debidamente y se acentúan las dificu lta Esto se anticipa a la amenaza . . . lDcS y obl iga
des de Fine. a cambiar el único alfil de las negras por el
caballo blanco, lo que dejará al Dr. A lekhine
22 . . . 0-0 23.a41 con dos alfiles decis ivos contra dos caballos.
Esto facil ita mucho la tarea en todas las posi
Aparentemente una defensa inútil y una pér ciones abiertas, sin peones débiles y con peo
dida de tiempo, ya que parece necesario nes movibles por ambas partes.
23 . .ld3, pero contra esto continuaría
23 . . . lD a4 , segu ido de . . . lDcS. 29 ... .ixdS
96 ROBERTO G. GRAU
Se amenazaba liJe7+. de sutil man iobra para conservar ambas piezas
a través de todas las tentativas de las negras
30.exd5 liJ c5 3 1 .ifS gda 32.q;,c3 para evitar que estas piezas subsistieran. Es un
modelo de alta estrategia que tiene dos mo
Es evidente que no era bueno 32 .ixcS , por mentos culminantes: uno, la j ugada 1 9. liJ c2 ! ,
32 . . . E:xdS+, seguido de . . E:xc5. Pero lo que
. man iobra d e consolidación fundamental, y e l
buscaba A lekhine era en realidad quitarle el otro, 29.liJdS!, maniobra táctica decisiva.
normal punto de apoyo al caballo de "c5 ",
para que no pudiera consol idarse en ese punto IV.- SECRETO DE LA SIMPLI FICACI ÓN
y trabar la acción de los alfiles adversarios.
Un caballo sól idamente ubicado en el centro Largo es el viaj e que hemos realizado a través
compensa cualquier alfil, y esto es lo que debe de los problemas técn icos de los dos alfiles.
evitarse a toda costa. Parecerá quizá que nos hemos extendido de
masiado, pero a nosotros nos parece, en cam
32 ... b6 bio, que estamos sintetizando excesivamente
el número de ej emplos. Y nos parece que
No 32 . . . E:xdS, a causa de 33.©c4 . hemos sido breves, porque no hay en la técni
ca del ajedrez tema más fundamental que el
33.axb6 axb6 que nos ocupa. Se trata del grave problema de
la simpli ficación y del secreto estratégico
Y ahora, ya lograda una ventaja neta y entre máximo de la mayoría de los maestros.
visto el plan ganador provocado por la fuerza Hemos visto en los ej emplos dados anterior
de ambos alfiles y la desesperada tentativa mente de qué manera los grandes maestros
para contrarrestarlos, Alekhine cree llegado el superaron a los mej ores jugadores argentinos
momento de cambiar uno de sus alfi les. Y lo en partidas aparentemente iguales. Sólo la
hace cuando la victoria es clara; pero lo valio hábil percepción de las posic iones técnicas
so de esta maniobra es que Alekh ine debe que brotan de la posesión de ambos alfi les
haber previsto todo cuando j ugó 29.liJdS. contra dos cabal los, o alfil y caballo, desni
veló partidas en apariencia perfectamente
34.ixc5! bxc5 35.b6 liJd6 equilibradas.
Tan importante es el tema, que nos hemos
Si 35 ... E:xdS 36.E:a8, seguido de 37 . b?, etc. atrevido a sostener que en la habilidad para
saber cuándo debe simplificarse una posición
LA Ú LTIMA HUMORADA está el verdadero secreto del éxito de los
grandes maestros y radica el único peldaño
36.id7! que nos separa del aj edrez magistral. Nuestros
buenos j ugadores se diplomaron como capa
Graciosa j ugada que acaba con la resistencia ces de verdad en Varsovia y ratificaron bri
negra. Amenaza ic6 , seguido de b7 y E:a8 , llantemente el examen en Estocolmo. Pero
que gana matemáticamente. Para evitarlo, para llegar a la meta, para poder aspirar a que
Fine no encuentra otro expediente que dejarse superen aquellas actuaciones, fuerza es que
dar mate, para no verse en la necesidad de aprendan a darle a este secreto técnico la im
abandonar. Lo que resulta más absurdo. portancia merecida.
La partida que acabamos de ver es magnífica No faltará quien argumente que, en aquel los
como demostración, no de final de alfi les, ya casos, los grandes maestros derrotaron a los
que no se l legó a esta etapa de la lucha, sino nuestros simplemente porque j uegan mejor, y
98 ROBERTO G. GRAU
UNA J UGADA DIFÍCIL Ita y tampoco hay desnivel entre los m ismos.
La única causa del triunfo es la existencia de
Este es, en nuestra opinión, el momento más dos alfiles, pero por tratarse de una posición
difícil de la partida, como que es el de la sim de bloqueo se hace difíc i l percatarse de si
plificación. Difíc i l es resignarse a perder la bastan para ganar. Veremos cómo salva Flohr
fuente de posibi lidades que nace de la colum las dificultades técnicas y de qué manera atra
na "d" abierta. Pero Flohr aprovecha, para pa la victoria en una posición en la que el
efectuar esa j ugada, ahora, cuando es necesa común de los maestros de segundo orden sólo
ria la répl ica 1 7 . . .ixd 5 para no perder mate
.
hallaría un empate.
rial o quedar con seria desventaja estratégica.
Flohr perderá así la columna "d" abierta y el 24 . . . ©fs 25.©f2 ©e7 26 . .ie3 ©da
peón débil negro de "d6" dej ará de serlo, pues 27.�e1 ©c7 28.�d2 li.) c5 29.b4 li.)cd7
habrá un peón blanco delante, pero, en cam 30.g3 li.) b6 3 1 .©c2 li.) bd7 32.a4 li.)b6
bio, las blancas quedarán con dos alfi les con 33.aS li.) bd7 34 ..ic1 �d8 35 . .ib2 li.)e8
tra dos cabal los, y esto nos penn itirá, además, 36.©d2 li.) c7 37.©e3 ©e7 38 ..if1 li.) bS
asistir a un duelo de inapreciable valor técnico 39.h4
en el que se impondrán los dos alfi les de ma
gistral manera. Fácil es observar la pobreza de acción de
ambos cabal los, que obliga al negro a efectuar
17 ... .ixdS 1 8.cxdS gxc 1 + 1 9.'l'Nxc1 'l'Nd8 jugadas inocuas a la espera de los aconteci
20.0-0 ges 2 1 .'l'Nd2 'l'Nc7 22.gc1 'l'Nxc 1 + mientos.
23.'l'Nxc1 gxc1 + 24 . .ixc1 Este solo hecho basta para probar la mayor
fuerza de ambos alfi les, ya que quien los po
COMIENZA LA OBRA MAESTRA see dispone de la iniciativa y así de la ventaj a
d e imprimir normas a la lucha. Y esto s e pro
Se ha l legado al final que nos interesa y afor duce simplemente porque los cabal los no
tunadamente, para darle jerarquía al ejemplo, tienen un punto fuerte donde ubicarse entre
en una posición excelente de peones de ambas los peones rivales. La única cas i l la donde
partes. La debil idad del peón de "d6" negro es técnicamente podría ser valioso uno de el los
casi inexistente, por la facil idad con que el rey es la de "d4", pero no puede meterse en ese
negro puede apoyarlo y la dificultad que tiene sector por vía "b5" a causa de que hay dos
el alfil dama blanco para agredirlo. piezas blancas que fiscalizan el punto "d4" (el
alfil de "b2" y el rey) y sólo un peón de sos
tén.
L A BATALLA TÁCTICA
1 00 ROBERTO G. GRAU
Ahora se amenaza, si 69... lllg? 70.�f4+ ©c6 última pieza tiene el privilegio de poder actuar
(70 ... 'it>e? 71.�c8) 71.�xe4+ lllxe4 (única a su tiempo en cada una de las 64 casillas del
para evitar �b7) 72.©xe4, seguido de �es y tablero, y el alfil sólo en 32, ya que, o actúa en
©f5, ganando fácilmente con el peón "h". las diagonales blancas o en las diagonales
negras. Y precisamente, al exponerlo, hemos
Es éste un modelo perfecto de estrategia y un dado con el secreto de la fuerza de ambos
ejemplo definitivo sobre las ventajas de am alfiles unidos: que se complementan decisi
bos alfiles. vamente y no dejan ninguna zona inexpugna
Raro ha de ser que se produzca un final de ble a su rápida acción. Por ejemplo, un alfil
tanta dificultad y tan pacientemente minado. puede actuar en cualquiera de las 32 casillas
Bastaría este solo ejemplo para ilustrar todo el de su zona de influencia en sólo dos jugadas.
tema, pero daremos otro y después extracta Puede dominar 13 casillas a la vez, y en su
remos las conclusiones a que este trabajo peor posición actúa sobre siete cuadros del
técnico nos permite arribar. tablero.
Pondremos punto final al tema más dificil El caballo, a lo sumo, puede dominar desde su
sobre la técnica del ajedrez, que hemos consi mejor ubicación ocho casillas y hay cuadros
derado hasta ahora. A través de la serie de del tablero que sólo puede alcanzarlos de seis
partidas que hemos estudiado, la experiencia saltos. Por ejemplo, desde "h 1" para ir a "a8".
de los maestros nos ha permitido observar la Todo esto, claro está, sin piezas en el tablero.
abundancia de recursos que nace de la exis De lo que se deduce que sólo puede nivelar la
tencia de dos alfiles unidos en la mayoría de acción dispar de estas piezas la situación en
las posiciones. Hay, en realidad, situaciones que se halle el resto de los efectivos de cada
en que ambos caballos son más fuertes. Esto bando.
sucede en algunas posiciones de bloqueo Otro detalle interesante es que un alfil puede
absoluto, en las que los alfiles están trabados copar por su sola acción a un caballo. En
en su acción por los propios peones y no cualquier posición en que el caballo se en
existe el recurso de avanzar éstos, o en aque cuentre sobre una banda del tablero, se ubica
llas conformaciones de peones defectuosas del un alfil dos cuadros delante de él y el caballo
bando que posee los alfiles. no puede moverse. Por ejemplo: un caballo en
Pero en situaciones normales, comunes, sin "e 1" y un alfil en "e4"; un caballo en "h5" y
desniveles en la situación de los peones, los un alfil en "e5"; un caballo en "c8" y un alfil
alfiles suelen ser más eficaces. También he en "c5", un caballo en "a6" y un alfil en "d6",
mos sacado una conclusión valiosa, y es que etcétera.
los caballos, para ser relativamente buenos, En cambio, en ninguna posición el caballo
necesitan tener puntos de apoyo; que un caba puede devolverle al alfil tan celosa atención.
llo tiene fuerza cuando se ubica en un cuadro Otro detalle importante es que dos alfiles
central y puede ser sólidamente apoyado. El pueden dar mate y dos caballos no. Éstos
caballo necesita así casi siempre el auxilio de pueden hacerlo si existe, además del rey, co
un peón, y estar en un lugar del que no pueda mo es natural, alguna otra pieza en el tablero,
ser desalojado por los peones enemigos. Un y los alfiles con su propio esfuerzo. Esto su
caballo, cuando se mueve, varía de zona de cede por otro hecho técnicamente valioso, y es
influencia y, en cambio, el alfil conserva el que un alfil puede ganar y perder tiempos, ya
privilegio de poder moverse sin dejar de ejer que en un número impar de movimientos
cer la presión. De acción más consecuente, puede ubicarse en el mismo sitio en que ac
más tenaz, ataca de cerca o de lejos, y en esto tuaba antes. Un caballo, en cambio, nunca
supera también al caballo. En cambio, esta gana tiempos. Necesita números pares de
1 02 ROBERTO G. GRAU
El alfil de "d5" es muy fuerte y su acción ha .txf2 , seguido de . . . .te3 y . . . .ic2 . También
de obligar a que las debilidades menudeen. ganaría a 32 .exf4 .ixf2, pues si 33.�eS
Ahora ataca al peón "a" y esclaviza la torre .te3 34.c!Df3 .ic2 35 . .ic? .ixb3 36 . .ixaS
dama. Si se j uega a3, queda el cuadro "b3 " a .txf4+ 37.g3 .id6, seguido de . . . .txa4, etcé
merced del alfil, que desde ese punto vulnera tera. De lo que se deduce que de cualquier
la casilla "d 1 ", donde debe ubicarse una torre, manera se gana por la poderosa acción de los
y si se j uega b3 quedará sin punto de apoyo el alfiles.
alfil de "c3 ", y esto también es importante.
CONCLUSIONES GENERALES
1 5 . . . lahdS 1 6. c!D e 1 e5 1 7.lad2 .ib6 1 8 .b3
De todo lo que hemos analizado se desprende
Comienzan las debilidades, h ij as de la presión lo siguiente:
negra. Y a pesar de esto las piezas blancas se
siguen enredando. 1 º Que dos alfiles son más fuertes que el alfil
y el caballo, y mucho más fuertes que dos
18 ... .te4! 1 9.c!Df3 laac8 20.laxdS .ixd8 caballos.
21 .lac1 .ie7 2º Que en las posiciones con estructuras de
peones débiles los cabal los suelen ser tan
Obsérvese con qué habilidad Maroczy saca eficaces y hasta más fuertes que los alfiles.
provecho de las debilidades que el avance b3 3° Que también en las posiciones de bloqueo
ha creado en el j uego blanco. Ahora amenaza absoluto los caballos son más úti les que los
. . . .ta3 y obl iga a cambiar las torres. Esto alfiles.
dej ará el final librado a una lucha pura de dos 4° Que ambos alfi les son fuerza decisiva en
alfiles contra alfil y caballo, que es lo que a las posiciones abiertas y aun en aquel las posi
nosotros nos interesa. ciones cerradas en las que los peones tienen
movil idad, es decir, que no están trabados por
22 . .ib2 laxc 1 + 23 . .txc1 .id3 1 otros peones.
5º Que cambiar un alfil por un caballo en el
Para evitar que el rey acuda e n auxilio d e su planteo, sólo debe efectuarse cuando se posee
flanco dama, donde ya está fij ada una debili la seguridad de que se han logrado compensa
dad . ciones muy serias o que hay manera de obli
gar al rival a que a su turno cambie uno de
24.c!Dd2 .tes 25.c!Dc4 ©e6 26.c!Dd2 ambos alfi les.
6° Quien posee dos alfiles debe tratar de cam
Tampoco era bueno 26 .ii.d2 o 26.ii.b2 , por biar las otras piezas para l legar al final puro de
26 . . . ©dS, segu ido de . . . b5 y b4, fij ando
. . . alfiles. Quien lucha contra el los debe, en cam
los peones del ala dama para luego capturar bio, evitar el final antes de cambiar a su vez
los. uno de los alfi les rivales.
7º Que si un alfil solo vale por tres peones y
26 ... ©ds 27.h3 a5! 28.©h2 b5! 29.a3 medio, dos alfiles un idos valen por ocho peo
nes. De lo que se desprende que la lucha de un
Se amenazaba . . . ii.b4, seguido de . . . .txd 2 , caballo contra un alfil no es tan despareja.
. . . b 4 y . . . .tb 1 , ganando fácilmente. 8° Los caballos necesitan para ser fuertes de
puntos de apoyo. Por eso son eficaces cuando
29 ... b4 30.a4 f5 31 . .ib2 f4 se ubican entremedias de dos peones avanza
dos. Por ej emplo: en "e4" contra los peones
Y las blancas abandonaron. A primera vista rivales en "f4" y "d4". Pero, en cambio, care
parece que aún hubiera resistencia, pero sólo cen de eficacia cuando los peones del adversa
es una lenta agonía. S i 32 .exf4 exf4 33 . .txg? rio pueden desaloj arlos.
1 04 ROBERTO G. GRAU
CAPÍTULO V
Mucho se ha hablado sobre el alfil malo, o alfil ominoso, según la expresión de Tarta
kower. Los j ugadores de ajedrez han hecho de esto un estribillo y muchos fundan sentenc ias
absurdas, basándose en la bondad o desventaj a de tal o cual alfil. Pero la experiencia enseña que
es peligroso establecer prem isas tan graves como la del alfil malo en infinidad de posiciones, e
indica, en cambio, que el alfil que la mayoría de los afic ionados cal ifica de malo por el mero
hecho de estar encerrado, es necesario, y hasta impresc indible para poder l levar adelante planes
vitales de lucha.
Y así llegamos a la paradoj a de las ventaj as del alfil om inoso y de la imperiosa necesi
dad de que éste exista, así, encerrado en su casilla de origen, pues significa la fuerza de reserva
que actúa briosamente cuando la tensión central desaparece y elim ina una serie de riesgos graves
para el flanco de dama. Esto no quiere decir que no haya mu ltitud de partidas que se desn ivelan
estratégicamente por el desequ il ibrio de posibil idades entre un alfil bueno y un alfil malo, pero lo
que deseamos mostrar es que sólo es malo el alfil en posic iones muy concretas, con situac iones
de peones rígidas que le impiden modificar su porvenir, y que, en cambio, en todas aque llas posi
ciones donde haya peones móvi les, y por lo tanto propensos a cambiar de estructura, es necesaria
la existenc ia del alfil tan injustamente despreciado por la crítica simple.
Pero mejor será que nos remontemos a los orígenes del alfil malo. Sabemos que así se
cal ifica al alfil que está lim itado en su acción por los propios peones. El alfil bueno es, en cam
bio, aquel que actúa por casil las de distinto color a las ocupadas por los peones del propio bando.
LA FUERZA OCU LTA DEL A L F I L MALO ralmente permiten man iobrar de modo que el
alfil j uegue, y de impetuosa manera, pues ello
Pero bien sabemos que las posiciones de peo significa una pieza de refuerzo que actúa en
nes camb ian con frecuencia y en esos casos se zonas menos guarnec idas, por la falsa idea del
hace prematura toda designación de alfil malo adversario de que esa pieza nunca podrá entrar
o bueno. Esta es una de las causas por las en juego.
cuales conviene evitar siempre el cambio de
un alfil por un cabal lo rival, aun cuando el EL ALFIL SUELE ACTUAR MENOS
alfil no tenga aparentemente ningún porvenir EFICAZMENTE FUERA DE LA CADENA
como pieza agresora, ya que sin duda tiene DE PEONES
reservada una función muy importante apenas
los peones cambien de estructura. El cambio Esto es lo que mostraremos en el tema que
de un alfil, aun el supuesto malo, posee una inic iaremos ahora. Sobre todo, trataremos de
gravedad mani fiesta, y es que automática probar que, a pesar del riesgo de quedar ence
mente reduce las posibil idades estratégicas rrado, hay multitud de planteos donde es más
que surgen del movim iento del esqueleto de halagüeña la situación del alfil encerrado que
peones, pues la desaparición de aquél puede fuera de la cadena de peones, donde suele ser
dejar puntos débiles, que se forman con el menos eficaz que en su casil la de origen .
simple cambio de casilla de un peón . Hablemos, por ej emplo, del Gamb ito de Da
Esto es claro en muchas posiciones, pero no ma. Todos sabemos que la idea madre de las
tanto en otras. Hay situaciones donde los negras en esta apertura es j ugar ya . . . e5 o
peones se traban y parece definida la suerte . . . c5, pero preferentemente . e5. Pues podría
. .
del alfil encerrado. Pero en su mayoría estas afirmarse que ese plan fundamental de las
posiciones son falsas y aparentes, pues gene- negras sólo es aceptab le y realmente bueno
. . . .ib4 , cuya eficacia técnica está lej os de necesario encerrarse el propio alfil y "equili
haberse probado. brar los defectos" de la posición.
1 06 ROBERTO G. GRAU
Tomando la casilla "e5 " . 1 9 . . . �f6
Las blancas han efectuado un planteo defi 20. � b 1 y luego Wg2 , salvando todos los
ciente, i lusionadas por la mala situación de las obstácu los.
piezas del ala dama negra. Debieron, en reali
dad, tratar de romper la situación central hace 20.fle2 Wxg 3 2 1 . � b 1 � h 5
ya varias j ugadas, por medio de una maniobra
típica basada en f3 y e4 , dej ando que el rival Malo habría sido 2 1 . . . Wh4+ por l a répl ica
libere su alfil, pero dándole al suyo también 22.gh2, que sacri ficaría cal idad pero conjura
un porvenir más halagüeño que el actual. De ría los peligros mayores.
resultas de esto com ienzan a debil itar su enro
que, confiadas quizá en la falta de coopera 22.Wd2
ción que para el ataque, aparentemente, brinda
el alfil dama negro, y como derivado la torre Hay que apoyar el peón "e" para mover la
de "a8 " . Pero todo esto es falso. torre de "e2 " .
1 08 ROBERTO G. GRAU
antes que esto, probar que no se resuelven las ver más de tres peones en las primeras j ugadas
dificultades aparentes que surgen del encierro era perder tiempos. ¿Cuál es la razón, pues,
del alfil, sacándolo prematuramente fuera de para que en este caso las blancas logran
la cadena de peones. pronto la iniciativa? Pues simplemente las
Veamos una partida j ugada hace algunos años debilidades creadas en el ala dama por la
en el país, que en este aspecto ofrece detal les ausencia del alfil dama en su casilla de origen.
instructivos, puesto que las negras trataron de
poner en j uego rápidamente el alfil dama
explotando un planteo pasivo de las blancas, y
sólo lograron debil itar su ala dama por la
ausencia del mencionado alfil, que, por otra
parte, quedó relegado a un papel poco airoso.
En real idad, es ésta una j ugada que todo invita 7.cxd5 .ib4+ 8 .id2 . .ixd2+ 9.�xd2
a real izar. Se gana un tiempo, pues se ataca la llixd5 1 0 . lli c3 lt:i 5f6
dama. S i se cubre con el caballo, el alfil que
dará muy firme en esta situación, y si se juega No era posible 1 0 . . . c6 , j ugada lógica en casi
f3, como sucedió en esta oportun idad, se de todas las posiciones de este tipo, precisamente
bil ita un tanto la configuración de peones porque se haría sentir la ausencia del alfil
blancos. Además, ese avance quita su casi lla dama en su diagonal típica. Veamos :
natural al caballo rey, y esto ha de perm itir 1 1 .llixdS cxd5 1 2 . dxeS lll xe5 1 3 . .ibS+
que las negras j ueguen rápidamente . . . es. lll c 6 1 4 . lll f4 , atacando al alfil y al peón de
Pero todo esto presenta una desarmonía es "d5", ganando material.
tratégica seria. Claro que . .ig4 , o . ifS en
. . . .
Prepara el avance del peón "c", pero esta ma Amenaza defender el peón "b" y . . .f5 , pero . . .
niobra no es muy feliz. Lo exacto era enrocar.
20.g4
1 2.0-0 Be7 1 3 J1fc 1
Creando la armazón típica de peones para
Y ahora la lucha adquiere otro matiz. Las anular un alfil en este tipo de posiciones al
blancas tratarán de evitar el avance del peón impedir el avance del peón "t''.
"c" para mantener la fiscal ización central.
20 . . . itJd& 2 U�c2 Bb6 22J�ac1 f6
1 3 ... a&
Buscándole acción al desventurado alfil que
No era posible 1 3 . . . c6 , por 1 4 .dxc6 , y si quiso, i legalmente, en el principio de la parti
14 . . . �xc6 1 5.ibS y itJdS, creando compli da, actuar en otras zonas que las trazadas por
caciones a las negras por la debilidad de su la estrategia en este tipo de planteos.
estructura posicional en el ala dama, derivada
de la ausencia del alfil, que ahora está en "h5" 23.©g2 ie8
y por cierto nada de promisorio realiza.
Corte sigue fiel a su plan de j ugar . . . c6 . Lleva
1 4.e4 0-0 su alfil para que coopere en la acción y más
tarde otra pieza menor lo secundará, pero las
Tampoco servia 1 4 . . . c6, por la répl ica cosas hay que hacerlas a su tiempo o no ha
1 5 .itJd 1 , seguido de dxc6 , aislando los peo cerlas, y éste es un ejemplo típico de la verdad
nes, y luego ltJe3, con gran fuerza. de ese proverbio.
1 6.itJel ig 6
1 10 ROBERTO G. GRAU
blancas quedarían mucho mejor, ya que si No es fáci l demostrar la supuesta bondad o
26 . . . lilb5 seguiría 27.lilec4 , seguido de d6, desventaj a de ciertos sistemas de defensa que
etcétera. tienden a desarrol lar el alfil rápidamente.
Quien más se empeñó en lograrlo entre los
26.J.xbS lilxbS maestros antiguos fue el ruso M ijail Chigorin,
que contra el peón dama empleaba la siguiente
Obsérvese que las negras han efectuado cinco defensa: 1 . d4 d5 2 . lil f3 lilc6 3 . c4 J.g4.
jugadas con su alfil para cambiarlo por otro Sacaba en esta forma el alfil dama antes de
que sólo efectuó dos movimientos en total.
efectuar el movimiento . . . e6, pero para lograr
cuánto mejor habría sido dej arlo en su casilla
esto torcía la estrategia de las negras y reali
de origen para tan magra finalidad !
zaba la i lógica j ugada . . . lilc6, trabando el
27.lilfS g 6 peón "c" . Esto no es que sea un disparate ni
mucho menos, pero sí que sólo es aceptable
Las negras pierden calidad. L a ausencia del como sorpresa, y que entre dos j ugadores de
famoso alfil dama en su diagonal de origen se idéntica fuerza y de calidad, las negras deben
hace sentir siempre cuando se avanza el peón atravesar por dificultades permanentes.
a "e5 ", y esta posición es un ejemplo típico. Si Y si a eso agregamos que de plantear las blan
27 ... gceB 28.a4 lild4 29.gxc7 , y no sería cas directamente el Gambito de Dama (mucho
posible 29 . . . lilxf5 por 30.füb7, ni tampoco más dinámico que 2 . lil f3), el sistema Chigo
29 . . . lil bc6 por 30.füg7+ ci>h8 3 1 .gxh7+ rin es poco menos que imposible de realizar,
©xh7 32 .Wfh6+ y Wfg7 mate. por la posibilidad de poner en j uego rápida
mente la dama, se observará lo endeble del
28.lil e7+ ci>g7 29.lLJxcS gxc8 30.lLJc4 éxito de este sistema. Más tarde, el m ismo
Wd4 3 1 .Wfxd4 lLJxd4 32.lLJd6 Chigorin ensayó el otro sistema en la Defensa
India Antigua: seguir con 1 .d4 lilf6 2 . c4 d6,
Y las negras abandonaron. para luego j ugar . . . .if5 o ... ig4 . Pero la expe
Es evidente que no hay resistencia posible. Si riencia probó que después de una maniobra de
32 ... lilxc2 seguiría 33.lilxc8, y después las blancas para j ugar e4 , ya por medio de f3
gxc7+ , etc. Si la torre negra se mueve, enton o de g3 y ig2, el alfil negro quedaba radiado
ces gxc7+ , etcétera. La partida es instructiva en "g6 " .
en varios de sus detal les estratégicos, pero lo
más fundamental es, en nuestra opinión, la LA DEFEN SA ESLAVA
maniobra del alfil dama negro, buena en apa
riencia pero inocua, como casi todas las de Como no era posible j ugar 1 .d4 d 5 2.c4 if5,
este tipo, en las aperturas de peón dama, y por la fuerza de la réplica blanca Wfb3 , se
luego el sistema de anulación de esa pieza y la ensayó eso en la Defensa Eslava, con mucha
maniobra debilitadora del ala dama negra, que más fuerza, pues luego de 1 .d4 d5 2 . c4 c6
carecía del necesario concurso del llamado 3.lilf3 lilf6 4.e3 se j ugó durante mucho tiem
"alfil malo", que es precisamente bueno en po 4 . . . .if5.
esas circunstancias y no fuera de la cadena de Pero también decayó el prestigio de este mo
peones. vimiento, pues la experiencia terminó por
probar su insuficiencia. Se continuó con
1 1 .- EL ALFIL DAMA Y LA TEORÍ A DE 5.cxd5! cxd5! (en caso de 5 . . . lilxd5 sigue
LAS APERTURA S 6 . lil bd2 Wfa5 7 .ic4 lil b4 8.e4 ixe4
9.lilxe4 lilc2+ 1 0 . ci>f1 lilxa 1 1 1 .id2 Wff5
¿Por q u é causa debe encerrarse el a l fi l dama 1 2 .id3, y las blancas quedan mej or) 6 .lilc3
en las aperturas modernas, cuando hay tantos e6 7 .Wfb3 Wfc8 8 . .id2 , seguido de gc 1 , y las
sistemas para ponerlo en j uego rápidamente? blancas continúan presionando, mientras el
riesgo de tener que cambiar un alfil rápida pero que contra ... �e7 no es tan eficaz, por
mente. que las negras al sostener el caballo con el
También se ha intentado como recurso táctico, alfil se reservan el derecho de j ugar en su
mas que como maniobra estratégica de real oportunidad . . . tll bd7 o . . . tll c6 , luego de una
valía, sacar el alfil en el gambito aceptado, serie de escaramuzas centrales. Es probable
explotando la circunstancia de que el peón que esto sea más teoría que otra cosa, pero la
desde "c4" impide la réplica \Wb3. Se ha j uga verdad es que las partidas que se han j ugado
do 1 .d4 d5 2 . c4 dxc4 3.lll f3 �g4 , pero con el alfil blanco encerrado en "c 1 " no han
también fracasó la tentativa luego de 4. tll e 5, arroj ado saldo desfavorable para las blancas,
para seguir con tll x c4 , en su oportunidad, ya ni mucho menos.
que el alfil fue a parar a "g6", desde donde no
amenazaba nada importante, como sucede EL VERDADERO SENTIDO DEL TEMA
habitualmente en el Gambito de Dama cuando
se desarrolla inocuamente. El alfil encerrado es un germen de alfil malo,
pero ya hemos visto cómo el alfil fuera de la
EL ALFIL DEBE JUGAR ENCERRADO cadena de peones suele ser muy poco eficaz
cuando los peones rivales lo anulan y mantie
Muchos más ensayos se han realizado, pero la nen rad iado en un sector del tab lero.
tendencia moderna, lógica y técnicamente El di lema del alfil es a menudo éste: o quedar
desvinculado de un sector del tablero, pero en
' Actualmente se considera perfectamente jugable esta contacto con sus piezas, o próximo a actuar
l ínea pero con la jugada 7 . . . 1i*'c7 ! y a 8.id2 t0c6 9 .ib5 apenas se avance el propio peón que lo traba;
id6! 1 0Jlc1 l!b8! , idea de Anand para continuar con o jugar fuera de la cadena de peones, pero
1 1 . . . a6 y si el blanco cambia en "c6" retomar con el igualmente separado del sector defensivo del
peón . En cambio la rutinaria 1 0 . . . 0-0 pierde cal idad tras
1 1 ..bc6 seguido de lüb5, t0xd6 y ib4. tablero (por ejemplo . . . �f6 y . . . e6), ya que un
1 12 ROBERTO G. GRAU
propio peón le impide replegarse. Sucede que aparente luego de S . . . � xe4, pues si 6.dS
en estos casos el alfil es expulsado más tarde a seguiría 6 ... � cS 7 .�bS a6, manteniendo el
"g6", o debe cambiarse. Si se cambia, el avan peón de ventaja. Pero las blancas habrían
ce de . . . es es muy delicado, pues ha desapa seguido a S . . . �xe4 con 6 . .id3 fS 7 .�c2 , con
recido el alfil que sostiene esa casilla natural posición agresiva, que en la mayoría de las
mente, y si se repliega, ha de costarle mucho variantes debe bastar para recobrar el peón.
poder acudir en auxilio del ala dama, si ésta lo
requiere. 6.�c2 exd4 7.cxd4 ie7 8 . � c3 0-0 9 .ie2
En nuestra opinión, es mucho mej or encerrar ig4
se el alfil, especialmente con las negras, que
necesitan más recursos defensivos. Hay que He aqu í el error técnico. El alfil estaba muy
permitir que el virus de la parálisis lo ataque, bien en "d7", donde ejercía su acción de fis
pero hay que evitar que ésta lo invada total cal ización poderosa sobre una diagonal im
mente. Y aun en casos en qu� parece estar portante. Al ir a "g4" se crea la obl igación de
definitivamente radiado, lo hemos visto y lo cambiarlo por el cabal lo, lo que significa dejar
veremos actuar puj antemente en los finales de al blanco con la indiscutible ventaj a de dos
combinación. alfiles en las posiciones abiertas, o replegarse
El problema del alfil dama se resuelve ence a "h5" y "g6", desde donde queda envuelto
rrándolo al principio de la lucha y no hay que por la maraña de peones blancos. El plan de
tener excesiva preocupación por l iberarlo de las negras no es claro, pero sin duda 9 . . . �e8,
forma prematura. Es un cuerpo de ejército que para seguir con . . . iih8 y . . .fS, debe ser más
obra como factor de reserva en los ataques y punzante que el del texto. En real idad, la posi
resulta imprescindible para poder proyectar ción negra tiene un defecto y es el punto débil
cualquier modificación en el esqueleto de "b7", que impide j ugar . .fS sin perder un
.
Con un criterio simple de Ja posición, las Esto gana un peón y prácticamente Ja partida.
blancas pudieron haber j ugado primero
1 5 . .ixg4 para cambiar su alfil, teóricamente 24 . . ,l[¡ea 25,l[¡xe5 .ig3 26,t[¡d3
malo, porque Jos propios peones Jo anulan,
por el también teóricamente buen alfil negro: Sin duda, 26.ltJxg6 habría dado una ventaja
el que actúa por Ja diagonal de distinto color neta, pero es mucho mej or conservar el caba
que el cuadro que ocupa el peón central más llo, que es una pieza activa, y dejar reducido
avanzado. Pero mucho más hábil es dejarle el el alfil de "g6" a su escaso papel.
"alfil bueno" radiado en "g6" o "h5", y mante
ner el "alfil malo", que puede actuar por el ala 26 . . . hxg4 27 . hxg4 f6 28 . .if4
dama, donde hay debilidades manifiestas por
la ausencia de las p iezas naturalmente defen Esto elimina el único alfil eficaz de las negras
soras: la torre dama y el alfil dama, que esta y el caballo pasa a ocupar una casilla muy
rían mucho mej or en "c8", aun ahora. importante.
1 14 ROBERTO G. GRAU
acción es bien c lara. Lo observamos en las no quede sino aparentemente encerrado.
defensas indias manteniéndose en "c l ", sin Si se observa la posición de ese alfil, no debe
preocuparse mayormente no salir a "g5" por extrañar que el común de los j ugadores califi
que sí. En la misma Apertura del Peón Dama: que de ominoso a dicho alfil, y no es así, ya
1 .d4 dS 2 . lt:\ f3, los maestros no se precipitan que el plan de la lucha de las negras es j ugar
en j ugar.2 . . . .if4 , que es un movimiento plau . . . es y, cuando esto hagan, su alfil ha de co
sible, como lo han probado muchos análisis, brar una puj anza magnífica. Conviene tener
ya que las blancas quedan algo mejor con el presente que el cambio de alfiles ha dado a las
plan c4, Wb3, cS y e3 encerrándose el alfil negras, como compensación por la pérdida de
dama, y lo observamos en el "Stonewall", su alfil en el planteo más eficaz, una casilla
que, defectuoso en muchos aspectos, es gene muy fuerte para un caballo en "g4 " .
ralmente más fuerte cuando el alfil está ence
rrado que en aquel las otras posiciones en que 8 . .ti'f6 9 . lt:\ bd2 � h 6 1 0 .c4 �f7
.
1 16 ROBERTO G. GRAU
cativo de malo, que generalmente se endi lga
al alfil que el ajedrecista objetivamente ve
trabado en su acción. Sin considerar que las
piezas valen, no sólo por lo que hacen, sino
por lo que pueden hacer.
En nuestra opinión, esta jugada es mejor que É ste es un grueso error estratégico. Era nece
todas las maniobras para sacar provecho de la sario evitar a toda costa e4, que si bien no
salida del alfil por medio de 4.�b3. Pues tiene fuerza decisiva en las posic iones nor
entonces, luego de 4 . . . llic6, se llega a la mé males en que el alfil dama negro está encerra
dula de la variante Balogh, que tiene un sinfín do en "c8", es grave ahora que el alfil actúa en
de suti lezas tácticas que el blanco debe saber el centro y corre el riesgo de quedar copado.
sortear. La j ugada justa era 9 . . . 4Je4, entorpeciendo el
avance del peón "e". Si para efectuarlo a toda
4 ... c6 5.e3 costa siguiera 1 0 . 4Jxe4 �xe4 1 1 .4Jd2 �d5
1 18 ROBERTO G. GRAU
Preparando una maniobra en el flanco de
dama, que obliga al negro a j ugar con suma
cautela.
1 5 . . . �6d7 1 6.�a4
1 9 . . . '!Wc7 20 .a4 J.d7 2 1 .bS axb5 22.axbS 29.gba4 g17 30.�es Wf6 3 1 .f4 gS
g6 32.J.e2 gfe7 33.gc1 h 5 34.@h2 @ h 7
Ahora son las negras las que comienzan a Necesario para poder j ugar . . � e 6 s i n los
.
23 .'!Wc3 f5 24.b6 '!Wb8 25.gb4 �e6 26.g3 Observemos la posición. ¿En qué razón pue
den fundar las negras esperanzas de mover su
UNA COMBINACIÓN TÍPICA alfil? Pues, en el dominio de la columna "e" y
en la posibilidad de j ugar eventualmente . . . d4,
Y en este momento las negras, que habían
ya que si las blancas tuvieran, por ejemplo, el
efectuado . . . �e6 para realizar, si g3, una peón de "e3 " en "d4", el alfil sería típicamente
combinación ganadora o de muy dificil defen el alfil malo de Reti, y nadie pretendería salir
sa, sufren uno de los tantos fenómenos de en defensa de él. Pero hay una posibilidad de
amnesia comunes en ajedrez, y dej an de ganar ruptura y hacia ella se encaminan las negras,
la partida, de acuerdo con el famoso tema del especulando, además, con que las blancas en
sacrificio en "e3 " (o "e6", para el blanco). La este momento jugaban apremiadas por el
partida se debió continuar con 26 . . . �xcS tiempo.
27.'!Wxc5 gxe3! 28.fxe3 '!Wxg3+ 29.@h 1
Wxf3+ , que sin duda es ganador, o a lo sumo 36 ... �e6 37_gc1 �f8 38.ga3 �g6
puede proporcionar tablas a las blancas, y las 39.�xg6 mxg6
negras, en realidad, no podían pretender mu
cho más. En cambio j ugaron: No parece mej or 39 . . .'!Wxc3 o.gcxc3, y si
40 . . . @xg6 4 1 .�f1 , con buena resistencia, si
26 ... �g7 27.@g2 '!Wd8 2s.ga1 J.cs bien siempre estarían mejor las negras.
1 20 ROBERTO G. GRAU
que se prefería en el siglo pasado. La razón es 1 5 . . . d 5 1 6 . .id3 mes 1 7.gae 1 1
clara: actualmente se les da una preferencia
incuestionable a los alfiles sobre los caballos, M ientras las negras tratan de explotar el do
y en 1 88 3 , y aun mucho más tarde, los caba minio de la columna "c", muy dificil de vulne
llos eran el arma preferida de multitud de rar por la defensa que en ella ej ercen ambos
maestros. Aun de grandes maestros como el alfiles al tomar los cuadros de acceso "c2" y
ruso Chigorin. "c3 ", las blancas preparan su ofensiva en el
ala rey para explotar la mayor elasticidad de
1 0 .�b5! sus peones.
U N A J UGADA PERFECTA
17 ... gc7 1 S .e4 gacs 1 9.e5 �es 20.f4 g6
Quizá más que por el simple propósito de
cambiar el alfil, las blancas hayan efectuado
esta maniobra para anticiparse a la amenaza
. eS, que perm itiría a éstas adquirir una có
. .
1 3 . . . �xd2 1 4.Wfxd2 dxc4 1 5 ..ixc4 EL PRINC IPIO DE UNA GRAN COMB INACIÓN
En la actual idad, la mayoría de los maestros Con esto comienza una de las combinaciones
capturarían este peón con el peón, para seguir más profundas que nunca se hayan real izado.
con un plan basado en a4 y aS, creando un Aparentemente su amenaza es j ugar gh3, fS y
peón aislado en la columna "b". '&h6 , pero en real idad el blanco desea obl igar
Bloqueando, pero . . .
22.exf6
1 22 ROBERTO G. GRAU
dama, que no podía capturarse, y ahora sacri ga que argumentamos sin solidez vamos a dar
fican una torre. una reseí'la de planteos excelentes en los que
se encierra el alfil dama y aun el de rey, sin
29J::!f8+ 1 ©xh7 que por eso se pueda argumentar que el alfil
encerrado es una debil idad.
Es evidente que sería muy malo igualmente
29 . . . �xf8, a causa de 30 . .ixeS+ �xh7 EL GAMB ITO DE DAMA
3 1 .�xe4+ y mate i nevitable con l'!h3 o �96 .
En primer término la defensa Ortodoxa:
30 .�xe4+ © g 7 3 1 .J.xeS+ ©xf8 32.J.g7+!
1 .d4 d5 2 .c4 e6 3 . lil c3 lilf6 4.lilf3 lil bd7
Todavía un chiste final. Tras esta j ugada se 5.J.g 5 J.e7 6.e3 0-0 7.l::! c 1 c6
pierde la dama y el mate es asimismo inevita
ble, con dama y torre. Las negras abandonan . En esta defensa tan usual y que fue la que
El crítico de la revista británica "The Field" animó el "match" por el campeonato del mun
era entonces el maestro Hoffer, quien, al co do entre Capablanca y Alekhine, las negras
mentar esta partida, dijo lo siguiente: "Nunca tienen dificultad para poner en j uego su alfil
olvidaremos la sorpresa de los espectadores dama. Pero la única razón que la anima es
cuando vieron que entregando la dama, las preparar conven ientemente las j ugadas ... eS o
blancas transform&ban una partida aparente . . . cS, y esas j ugadas no serían buenas como
mente perdida en bri llante victoria. Fue nece plan general de la lucha de no existir el alfil
sario todo el tacto que caracteriza a los caba dama, que inmediatamente actúa sobre las
lleros ingleses para que no testimoniaran sus casillas blancas del tablero, que tanto el avan
sentimientos y aprobación de lo bello por ce como la desaparición de los peones "e" o
medio de ruidosos aplausos. No ha sido j uga "c" dej an sin eficaz custodia en caso de no
da j amás una partida más hermosa, y pocas existir ese alfil. Quiere decir que el plan me
pueden igualársele. Contestada por un maestro dular del Gambito de Dama, desde el punto de
de la talla de B lackbume, se eleva aún más el vista negro, funda sus esperanzas de éxito en
mérito del triunfo de Zukertort". la acción del alfil dama.
No faltará, sin duda, quien quiera volver la
1 1 1 .- LA EXPERI ENCIA DE LOS oración y afirme que ese plan se hace, preci
PLANTEOS MODERNOS samente, para liberar al alfil dama, pero invi
tamos a que un ajedrecista j uegue sin su alfil
Desde diversos ángulos hemos considerado el dama y plantee un Gambito de Dama y nunca
problema del alfil malo, de acuerdo con la avance el peón "c" o el "e", o lo avance, que
precipitada definición que asignan los aficio es igual, y en ambos casos verá lo precario de
nados a los alfi les que se encuentran trabados la situac ión. Cuando deje sus peones estáticos
por los propios peones. Hemos visto que en en "c6" y "e6", irá sucumbiendo por falta de
real idad es una pieza necesaria, ya que nunca espacio y por la elemental razón de que el
debe considerarse la posición como un ele centro adversario permanecerá invulnerable y,
mento estático, sino que debe tenerse en si avanza uno de esos peones, sus casil las
cuenta cuál es el plan a seguir y la transforma blancas no tendrán fiscal ización adecuada.
ción que sufrirá en el curso de las operaciones.
Sólo así se explica que haya tan numerosos LA VARIANTE BUENOS AIRES
núcleos de planteos, y de planteos perfecta
mente j ugables y aun dignos de ser recomen Así ha bautizado Luis Palau en su libro sobre
dados por sus reservas ofensivas y defensivas, el "Gambito de la Dama" a la variante que,
en los que voluntariamente se encierra el alfil. partiendo de la Ortodoxa, o sea de la posición
Para ser más claros, para evitar que se supon- antes esbozada, sigue así:
1 24 ROBERTO G. GRAU
Defensa India de Dama (E 1 7) mente rígida cadena de peones, que se ha
Varsovia, 1 93 5 estirado de poderosa manera.
B l ancas: E. Grünfeld
Negras : R. G. Grau 2S ... ixf4 26.gxf4 fxe6 27.dxe6 ie6
28.�dSI ixdS
1 .d4 �f6 2.e4 e6 3 .�f3 b6 4.g3 ib7
Hay que evitar �f6+.
S.ig2 ie7 6.0-0 0-0 7.We2 We8 8.�e3
d6 9.e4 �bd7 1 0.b3 es 1 1 .ib2 ges 29.ixdS We7 30.We3 �d4 3 1 .fS gxfS
1 2 .gae1 e6 1 3 .md 1 ifS 1 4.Wb 1 We7 32.gxfS �fxe6 33.gxe6 Wxe6 34.Wg3+
1 s.ds es '.th8 3S.ixd4+ exd4 36 .ixe6 gxe6
37.ti'f2
En esta posición las blancas tienen ventaj a de
espacio, pero las negras, aparentemente, equi
Y las negras abandonaron. Sin preocuparse
libran la lucha por la falta de acción agresiva
por la ganancia de cal idad, las blancas han
del a l fil rey blanco, que está anulado por sus
decidido la partida, precisamente por medio
propios peones rígidos, contenidos por una
del alfil encerrado, en cuya falta de acción
barrera de peones aparentemente inexpugna
confiaban las negras. Es necesario reconocer,
ble. Pero veremos las combinaciones que
sin embargo, que las negras facilitaron la tarea
surgen, precisamente por la acción latente del
alfil encerrado. al adversario al no j ugar 2 1 . . . gS o 22 . . .f6 .
1 26 ROBERTO G. GRAU
sólo cuando la estrategia medular de la partida y de la estrategia del j uego, ya que sin esta
está bien definida. pieza, transitoriamente encerrada entre sus
6ª Como los alfiles son superiores a los caba propios peones, no podría realizarse las usua
llos, especialmente cuando actúan en parej a, les maniobras del medio j uego de todos las
la conservación del alfil tras los peones evita aperturas.
cambios que pueden ser desfavorables. 1 Oª E l alfil dama y su movi l idad es el proble
7ª Quien mantiene el alfil tras sus peones debe ma más suti l de l ajedrez y no debe preocupar
evitar que los peones rivales bloqueen total otra cosa que la posibil idad de un bloqueo
mente a los propios peones, pues al no poder absoluto que lo inmovil ice. Las negras, si
simplificarse la posición, los alfi les carecerán juegan con cordura, siempre disponen de
de valor agresivo. man iobras para hacerlo entrar puj antemente
8ª También con las blancas la retención del en juego.
alfi l tras la cadena de peones en el planteo
para ponerlo en acción más tarde, como pasa Con esto queda rehabil itado el vilipend iado
en el Sistema Col le, y en muchas variantes del alfil om inoso, pues es una fuerza latente nece
Gambito de Dama, es un plan estratégico muy saria y de suma eficacia en el medio juego y
eficaz. en el final. Además, en muchos planteos no
9ª El alfil dama debe conservarse, puesto que hay nada mejor que convertirlo transitoria
así lo exige el norte de los planteos modernos mente en om inoso.
"Es tablas. Tenemos el alfil de distinto color". Esto se oye permanentemente en los tor
neos. Cada vez que la suerte quiere que se arribe a un final de este tipo, los jugadores se apresu
ran a dec larar tablas la partida sin reparar en que, si bien la existencia de alfiles de distinto color
acentúa las perspectivas de hacer tablas y dificu lta la tarea de quien puede ganar, no "obliga" a
declarar empatado un cotejo, mientras haya posibil idades de acción.
Hay varias razones que j ustifican esa actitud de los aficionados, aun de primera catego
ría. Una es la propia supervalorización de la capacidad, ya que generalmente propone tablas
quien está un poco inferior, y no concibe cómo es posible que "él" pierda un final de alfi les de
distinto color con peones iguales. Cansado de saber que en los finales donde quedan muy pocos
efectivos no bastan a menudo dos, y en algunas situaciones espec iales hasta tres peones para
ganar, esgrime ese argumento en el subconsciente, para convencerse de que el empate que pro
pone es justo, ya que el sabrá, sin dificu ltad, llegar a ese resultado.
La otra razón, y sin duda muy poderosa, es que, en realidad, en la mayoría de los finales
de alfi les de distinto color se llega a posiciones de tablas. El hecho de que los alfiles no puedan
encontrarse nunca y que en consecuencia sean difíci les de neutralizar, hace que determ inados
sectores del tablero sean inaccesibles para cada uno de los competidores.
Esto es evidentemente cierto cuando se tiene un peón de ventaja y se l lega al final de al
fil y peón contra alfil. Es menos cierto cuando se trata de un final de alfil y dos peones contra
alfil, si bien hay multitud de posiciones típicas de empate. Es probable cuando hay muchos peo
nes en el tablero, y simplemente posible cuando hay, además de los alfi les, torres o damas y
abundantes peones por ambos lados.
Es evidente que para poder hablar de tablas por la existenc ia de alfi les de distinto color,
hay que haber cambiado las demás piezas menores. Estas posibil idades existen apenas queda sólo
un alfil por ambas partes, aun habiendo torres y damas en j uego, pues es difícil y peligroso apelar
al expediente de entregar cal idad para evitar la nul idad, recurso que por cierto da buenos resu lta
dos en muchas posiciones, cuando se logra pasar algún peón y cambiar la torre por alfil y peón.
Esto quiere decir que quien esté mejor o tenga algún peón más debe tratar de evitar arri
bar a ese final de alfi les de distinto color, pero esto no debe interpretarse que se j ustifiquen los
empates con mu ltitud de peones apenas se arriba a un final de este tipo. Muchas victorias se han
dejado de obtener por esta sugestión colectiva, y muchos triunfos espléndidos se han logrado a
pesar de la existencia de alfi les de distinto color, por haber buscado la victoria en situaciones que
para la mayoría de los aficionados son tablas.
Pero antes de mostrar las excepciones, ya que prácticamente son esto las posiciones ga
nadoras, pasaremos rápida reseña a situac iones teóricas de tablas y ganadas en los finales de alfil
y dos peones contra alfil, para que el princ ipiante, y aun quien no lo es, trate de evitarlas cuando
vaya en pos del triunfo, en un final de este tipo.
1 28 ROBERTO G. GRAU
teoría del alfil ominoso, y el extraordinario hay que maniobrar para evitar el sacrificio. Y
ajedrecista francés lo habla ampliado para la éste muestra que el rey blanco debe marchar
estrategia de los finales de alfiles de distinto de suerte que, al apoyar desde adelante de los
color. peones el avance del que está en "e6", haga
Como primer ejemplo, mostraremos dos peo inocuo el sacrificio. Surge entonces con meri
nes en sexta, unidos. Se trata de una posición diana claridad el plan ganador, a base de
ganadora en todas las oportunidades, menos 1 . .ia4+ (o 1 . .ih5+) y ahora 1 . . . �d8 o
en los casos de estar los peones en "a6" y "b6" 1 . . . @f8 . S i 1 . . . �d8, entonces 2 . @f5, 3.�g6
("a3 " y "b3 " para las negras) o en "g6" y "h6" y 4 . �f7 . seguido de e?+. S i 1 . . . �f8 , el rey
("g3 " y "h3 "), y cuando el alfil que apoya los hace la misma maniobra por el otro costado
peones domina la casilla "b8" o "g8" respecti mediante 2 . �d5, 3. @c6 y 4.�d7, ganando
vamente ("b l " o "g l "). En estos casos, este de la misma manera.
final, bien j ugado, es siempre tablas, porque Este final se gana cualquiera que sea la posi
se arriba en casi todas las oportunidades al ción del alfil negro.
famoso final de alfil y peón "a" o "h" que se
corona en cuadro de distinto color al alfil que En cambio, si la posición fuera ésta:
lo protege, si el rey adversario está delante del
peón.
Pero antes m iremos la posición típica de Ta ••
rrasch.
•
• • •
.
• • •
• •
El final sería tablas. Es ésta la ún ica posición
de empate con dos peones unidos en sexta. El
. i. . • principio que lo rige es que para ganar cuan
do uno de los peones libres y unidos es el de
Este final se gana siempre. Hay que tener un extremo ("a " o h ') el alfil debe ser del
" ' ,
especial cuidado de que el adversario no en mismo color del ángulo del tablero donde se
tregue el alfil a camb io de los dos peones, lo desarrolla el combate.
que parece probable, y menos de ubicar los Esto quiere decir que, si el alfil blanco actuara
peones en casilla blanca, ya que si, por ej em por las diagonales negras y el negro por las
plo, 1 .f7+, seguiría 1 . . . �f8 y nunca podría diagonales blancas, el final estaría ganado por
avanzarse el peón "e" porque la casilla "e7" el primer j ugador.
está dominada por dos piezas negras y única Pero para hacerlo tablas hay que j ugar con
mente podrá se vulnerada por el rey blanco. cierta fineza, y en las partidas rápidas también
Se ve aquí un caso típico de la debil idad que pierden este final la mayoría de los j ugadores
entraña el violar el magn ífico principio de inexpertos. Contra 1 . .ic4+ las negras deben
Ph il idor. jugar 1 . . . @f8 ! y no 1 . . . �h8, que perdería
Hay que j ugar, pues, con cautela. Es necesario luego de 2 . @g4 ! (si 2 . @g5 seguma
avanzar en el momento en que les corresponda 2 . . . .id2+}, y luego de @f5-e6-f7 , se ganaría
moverse a los peones, el de "e6", pero antes inevitablemente.
1 30 ROBERTO G. GRAU
• • • • • • • •
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Este final se gana, si j uegan las blancas, me Veamos:
diante 1 .igS+ (no 1 .ib4+?, porque para
ganar hace falta que la casilla "f6" esté custo 1 ... .ic4 2 . .ig3+ ©c6 ! !
diada por el alfil. Seguiría 1 . . . @f7 ! 2. ©d4
ic2 3.e6+ @f6 4 .e7 @f7, y tablas). En Malo sería, sin embargo, 2 . . . @e6, porque al
cambio, con 1 .igS+ se gana de la siguiente obstruir la retirada del alfil de "c4", le impedi
manera: 1 . . . @d7! 2 .@f4 ic4 3.ih4! ( las ría arribar a la posición típica de empate con
blancas siguen inmovil izando el alfil negro en el alfil delante de los peones agresores. Segui
la actual diagonal, pues de retirarse de ella ría 3.©d2! .ib3 4. @c3 .ia2 S.ih2 ! , y las
seguiría e6+ y luego @eS) 3 . . . if7 ! 4 . @gS negras se encuentran en "zugzwang" y deben
©e7 s . @h6+ ©d7 (para impedir e6) 6 . @g7 permitir la j ugada d5, seguida de @d4. Tam
ib3 7 . @f6 .ic4 a . .ig3 ! , seguido de e6, poco sería bueno 2 . . . @d7, debido a 3.dS,
ganando. seguido de @d4 y es, ganando del modo
visto antes.
LOS PEONES EN CUARTA NO GANAN
3.@f4 .tgB I 4.@es @d7 5.dS .tf7 6.@f6
En cambio, casi siempre es tablas el final con @eB ! I
dos peones libres y unidos en cuarta línea,
porque el alfil negro tiene facilidad para Tampoco empataría 6 . . . iga , por 7 . @g7, y
ubicarse delante de los peones de acuerdo con menos aún 6 . . . .ih S, pues sigue 7.eS, seguido
la posición del caso 1 . de e6.
Pero s e trata d e u n final muy dificil d e j ugar,
para quien actúa con el alfil, y en la partida 7 ..tf4
práctica, quien tiene dos peones de más suele
ganar en la mayoría de las oportunidades. Si 7.d6 ib3 a.es @d7, etcétera. Si 7 . @g7
.ihS a.es if3 9.d6 @d7 y 1 0 . . . .ig4 , ha
Veamos, por lo tanto (diagrama siguiente), el ciendo tablas.
famoso ejemplo del Dr. Tarrasch.
Este final se hace tablas, solamente, si les toca 7 ... .tgB ! !
jugar a las negras y mueven 1 . . . ic4! En cam
bio, pierden si juegan cualquier otra cosa. A Ú nica, pero suficiente para empatar.
pesar de esto, deben seguir con gran maestría, Perderían en cambio con 7 . . . @ta por a .d6
y dudamos que los mismos j ugadores de pri iea 9.eS, seguido de e6. También sería
mera categoría, sobre el tablero, logren em malo 7 . . . .ihS por a.es .if3 9.d6, seguido de
patar este final, de no haberlo estudiado antes. e6.
1 32 ROBERTO G. GRAU
I I .- LA COORDINACI ÓN DE LAS PIEZAS torneo sudamericano de Mar del Plata en
ES V ITAL EN AJEDREZ 1 928.
En la posición del diagrama anterior las ne
Cuando se colocan los peones en cuadros de gras entregan un peón. ¿Para qué lo hacen, ya
distinto color al alfil se logra una colabora que el enroque está bien defendido? Pues
ción perfecta entre ambas piezas. M ientras los simplemente para lograr que el alfil adversario
primeros quitan, por ejemplo, al rey adversa quede autobloqueado por sus propios peones y
rio las casil las blancas, y reducen de esta ma la existencia de alfiles de distinto color no
nera la movil idad del alfil rival, el rey y el gravite decididamente en la partida. Las ne
alfil operan sobre cuadros negros, lo que per gras quieren imponer su mejor alfil, que no es
mite tomar con las piezas una amplia red de por cierto extraord inario, ya que también está
casil las. Se establece de esta suerte una per en parte bloqueado por sus propios peones.
fecta coordinación en la marcha de las piezas. Pero, en cambio, domina la diagonal más
En cambio, cuando los alfiles y los peones importante del tablero, y esto sólo hace que
están en la m isma diagonal, especialmente en exista un desequi l ibrio tan hondo entre ambos
los finales de alfi les de diferente color, no sólo alfi les, que se atenúa de grave manera la posi
se establece una inútil doble vigi lancia sobre bil idad de empate que surge de la existencia
un mismo sector del tablero, sino que los de esas piezas, que siempre se desencuentran.
peones le qu itan movil idad al propio alfil, y el La lucha siguió así:
rival logra, en cambio, un radio de acción tan
amplio que dificilmente puede ser compensa 20.axbS axb5 2 1 ..ixbS gfb8 22.c4
do. La única razón de que nuestros peones no
puedan ser atacados por el alfil adversario no La necesidad de hacer esta j ugada, para evi
justifica este permanente error de los aficio tar. l'!a 1 +, seguido de . �xb2+ , es lo que
. . . .
1 34 ROBERTO O. ORAU
OBRA DE ARTE DE TARTAKOWER Yates entrega el peón, que, por otra parte, es
incómodo de apoyar, para darle j uego a su
Este final, por cierto instructivo, muestra hasta alfi l y consolidar la situación de su caballo en
qué punto existen posibilidades en estas parti el punto fuerte "e5 ", en la esperanza de que
das. El secreto de la victoria ha estado en éste, para ser eliminado, provocará un "sim
impedir que el alfil blanco actuara por detrás ple" final de alfi les de distinto color.
de sus propios peones para cooperar en la
lucha. Prácticamente, las negras lograron 1 6.gxa2 J.xa2 1 7.if4 J.g7 1 8.©e2 gfa
jugar con una pieza de ventaja. 1 9 ..i.g3 cxd4 20.cxd4 e6 2 1 .ga1 idS
22.ga3 ©e7 23.gc3 J.xe5 24.J.xeS ic4+
Defensa Siciliana (B29)
Kecskemet, 1 927
B lancas: Yates
Negras: X. Tartakower
•
Tartakower está j ugando este dific i l final de
magistral manera. Ahora abre la séptima (se
gunda) l ínea para apoderarse de ella con la
torre y valorizar luego el peón "b". Hay que
actuar con gran suti leza, pues el empate ace
cha al negro permanentemente.
• • •
•
37.h3+ @fS 38 .cxb3 ga61 39 .i.eS b4
40.gg 3 ga2+ Y ahora, con material igual, ya que para entrar
con sus piezas sobre el rey Tartakower entre
CÓMO UNA VENTAJA TRAE OTRA gó el peón de ventaja, las negras se imponen,
siempre en mérito de su mejor alfil y de la
Y la torre entró en séptima, que es como decir acción negativa del peón blanco de "d4", que
que definió la partida. Vemos cómo nueva inutil iza al alfil como pieza defensiva. Proba
mente, por imperio de la acción de un alfil blemente, de no tener Yates en ese momento
más eficaz que otro, esto se ha transformado ese peón, el final sería tablas.
en torre en séptima, lo que, al reducir al rey Nos encontramos ante un claro ej emplo del
adversario, hace dificil la resistencia. Ahora se inconven iente de tener el rey desconectado del
llegará a una posición de "semi-zugzwang", alfil por la existencia de propios peones
por imperio de la unilateral acción del alfil de barreras.
"e5 ", que apoya los dos peones, pero no pro
tege a quien más necesita sus servicios : el rey.
1 36 ROBERTO G. GRAU
I I I .- VENTAJA DE TENER EN JUEGO Apertura Espafl.ola (C68)
TAMB I ÉN UNA TORRE Goteborg, 1 920
Blancas: E . Bogolj ubow
Proseguiremos estudiando el tema de los fi Negras : B. Kostic
nales de partidas en que existen finales de
distinto color con un ej emplo que muestra 1 .e4 es 2 .llif3 llic6 3 .ibS a6 4.ixc6
cuán importante es la acción de una torre que
coopere con el alfil, y la fuerza que hace esa Esta j ugada, llamada variante del cambio, es
pieza en la séptima l ínea, también en este teóricamente criticable, ya que elim ina sin
caso. necesidad un propio alfil por un caballo y da
Además, sabemos que para intentar ganar es económicamente juego a los dos alfiles ne
necesario que el alfil del bando en desventaj a gros. En cambio, deja al segundo jugador con
esté restringido en su acción por los propios un peón doblado y un final prácticamente con
peones, que se convierten así en auxi l iares peón de menos, pues el peón doblado del
poderosos para el atacante. centro al flanco -luego de . . . dxc6- no actúa
Aquello de que más vale un peón menos que sobre la columna "e" , y en el sector rey el
un mal peón se hace muy claro en este tipo de blanco queda con cuatro peones contra tres,
finales, y por una razón seria que no gravita luego de las variantes normales de planteo. Se
en los finales de cabal lo. Estas piezas se ubi ve, de esta suerte, que se compensan relativa
can en un punto central, apoyadas por dos mente las ventajas y desventaj as de cada juga
peones, y en cualquier momento pueden re dor.
plegarse. El alfil, en cambio, es muy fuerte en
esa posición como pieza de ataque, pero 4 ... dxc6
cuando las piezas que vulnera se han retirado
de la diagonal que él domina, se convierte en No sería bueno en esta posición retomar con
una pieza inocua y no posee el magn ífico 4 . . . bxc6 a causa, no de la captura 5. ti::l xe5, a
recurso de replegarse inmediatamente, porque la que segu iría 5 . . . Wie7 6.d4 d6 7 . ti::l xc6
sus propios peones lo mantienen rígido en su Wixe4+ 8.Wie2 Wixe2+ 9 . ©xe2 ib7 1 0 .d5
otrora fuerte posición. ixc6 1 1 .dxc6 ti::l e7, recobrando fácilmente
Esta es la causa fundamental de por qué es el peón, sino por la más estratégica maniobra
más débil todo punto débil que pueda ser de 5.d4! exd4 6.Wixd4, con posición muy
dominado por un caballo. Esa debi l idad es
dominante en el centro del tablero y la dama
sólo teórica, en la mayoría de los casos, cuan
sól idamente desarrol lada por la falta del caba
do no existe esa pieza y ratifica una vez más
llo dama negro, de acuerdo con los principios
la fuerza del postulado que afirma la m ayor
que dimos al estud iar los prematuros desarro
eficacia del caballo en las posiciones de b lo
l los de la dama.
queo, pero exclusivamente en las posiciones
de bloqueo o de peones inmovi lizados entre
5. tll c3
sí, ya que en todas las demás el alfil lo supera
ampl iamente.
El enroque sería ahora comprometido por la
PARTIDA EXTRAORDINARIA répl ica 5.0-0 ig4 6 . h 3 h5 7 . d3 (no 7. hxg4 ,
a causa de 7 . . . hxg4 , segu ido de . Wih4). .
En e l torneo de Goteborg, el viej o amigo de la 7 . . . Wif6, seguido de 0-0-0 , con mejor posi
Argentina Boris Kostic le ganó a Bogoljubow ción para las negras.
este cotej o instructivo, no sólo en la parte que La jugada del texto y 5 . d4 son las ún icas
a nosotros nos interesa, sino también como consecuentes con la posición. En cambio -y
ejemplo de la famosa variante del cambio en esto es muy elemental- sería malo 5. ti::l xe5 ,
la Apertura Ruy López. Fue así: por la réplica 5 . . . Wid4.
Mejor que 8 . . . .ic5 , porque es necesario fisca 11 ... ges 1 8.llig2 ic41 1 9.ghe1
lizar el punto "e5 " para impedir que el blanco
pase un peón, y porque si fuera a "c5", segui Anticipándose a la amenaza ... llie2+, para
ría la répl ica natural 9 . lli b 3 , desaloj ando al seguir, luego de llixe2 , con . . . ixe2 y . . .if3 ,
.
alfil de una de las dos diagonales que desde el explotando la debil idad del peón blanco de
estratégico punto "c5" domina. Sin duda debe "e4".
ría volverse a "d6", ya que su función es más
necesaria en el sector donde posee un peón de 1 9 . . . llibSI 20 .id2
menos.
Ú nica para no perder el peón "e".
' Aunque este sistema es válido en otras l íneas similares
de la Apertura Espanola, en este caso falla por 1 1 .i.gS. 20 ... llixc3 2 1 ..ixc3 gde7 22.eSI fxeS
No obstante, el sacri ficio es en efecto incorrecto, por
23.�e3
7 . . . lt>d7.
A primera vista las blancas han salvado bien OTRA VEZ LA TORRE EN SÉPTIMA
los obstáculos, y ahora amenazan el alfil de
"c4" y lll f5 , con notable fuerza. Este alfil no Y ahora, a la acción del buen alfil negro se
puede replegarse a "e6" por fxe5, pero hay sumará la cooperación de la torre en séptima,
una respuesta ingeniosa que muestra hasta qué que reduce la movilidad del rey enemigo.
punto hay recursos sutiles en ajedrez.
34. h6 gxh6!
23 . . . .ie2 1 24J3xd6!
Mucho más hábil que 34 . . . g6.
Si 24 .!3xe2 , seguiría 24 ... exf4, con posición
ganadora para el negro. 35 ..ixh6 gg2 36.gS .ib3
24 ... cxd6 25.fxeS! .if3 26.lll fS d5! Luego de la sutil maniobra negra, el alfil blan
27.tli xe7+ gxe7 28 . .id2 .ie4 co, que intentó cambiar de suerte, term inó por
inutilizarse delante de sus peones, lo que es
mucho más grave que hallarse detrás de los
mismos en este tipo de finales. Las blancas
j uegan prácticamente con un alfil de menos.
29.c4 ©d7 30.cxdS .ixd 5 3 1 .a3 l3f7 Ya sería tarde para e6, porque dos peones de
32.h4 ventaja separados por más de una columna
ganan siempre en estos finales.
El momento exacto para apelar a los grandes
recursos. Las blancas tienen la h ipoteca estra 44 ... aS!
tégica de defender ese peón de "e5 ", que sólo
sirve para inutilizar sus piezas y restarle ac Amenaza . . . !3g2 y mate en "c7".
ción al alfi l . La única maniobra para poder
empatar era seguir con 32 . e6+, entregando de 45.gh2 gg3 46.gd2 i>cs 47 .e6 .if5+
una vez ese peón, cuyo sostén es tan ingrato. 48.©b2 gb3+ 49 .©a2 .ixe6 50 ..id4+
No hay que empeñarse en defender malas ©c6 51 .©a1 gxa3+ 52.©b2 gb3+
posiciones. Más vale estar libre en la acción 53.©a1 c3 54.gc2 g33+ 55.©b1 .if5
que trabado por tan paupérrimo horizonte,
como es, en este caso, el sostén del peón "e5". Y las blancas abandonaron.
Capablanca le ganó a Nimzowich tras un final Esto fuerza prácticamente el cambio, por la
de este tipo, teóricamente muy difícil. amenaza . . . c5, y gana un peón .
1 7 .id4
17 ... @f7 1 8 .llid2 ghe8 1 9.fl lli xd2 El final es dificilisimo: hay un peón de venta
20.gxd2 gad8 j a, pero la lucha se ha reducido a los alfi les, y
la posición es muy abierta. Este final lo harían
Y se ha llegado al final clásico, en el que las tablas el 90% de los j ugadores de primera
negras están mejor gracias a su buena configu fuerza, j ugando entre sí, pero Capablanca
ración de peones y la más fácil acción de su muestra cómo se pueden arrancar posibil ida
alfil. des a estas posiciones, y hasta qué punto es
sólo una perspectiva teórica el empate con
21 .g4 ibS 22.g b 1 .ia6 alfiles de distinto color si existe alguna des
proporción de material y algún defecto en la
Obsérvese en qué forma Capablanca se ha configuración adversaria de peones.
asegurado la fiscal ización del cuadro "e2",
para poder entrar con sus torres. 30.a4 ©e6 3 1 .ibS aS!
1 40 ROBERTO G. GRAU
Jugada maestra. Si ahora 32 .J.c7 seguiría 46 . . . b5 47.cl ©d5 48.Af2 J.e2 49.©bl
32 . . . bS, pasando un peón y ganando. Ad 1 + 50.©b2 ©c4 5 1 .©c1 if3 52.©d2
b4 53.cxb4 cxb4 54.Ah4 Ae4 55.Af6
32.©e1 ©d5 33.©d2 J.d7 34 . .lc7 ©c61 Ag& 56.Ah4 b3 57.Af& h4
35.J.d S
EL ALF I L NO PUEDE ACTUAR EN DOS ÁNGU LOS
A LA VEZ
No 35 . .lxaS, por 35 . . . b6.
Y el alfil no puede detener dos peones a la
35 ... b6
vez, cuando éstos le obl igan a desarrol lar su
acción en ángulos tan distantes. Ya hemos
Capablanca ubica todos sus peones en negra, a
dicho que el alfil de distinto color hace tablas
pesar de la faci l idad que tiene el rival para
contra dos peones de ventaj a en algunas posi
atacarlos.
ciones en que éstos se hal lan separados por
una columna, pero casi nunca cuando están
36.c4 ©b7 37.©c3 J.xa4
más distantes entre sí.
Ahora son dos peones de ventaja.
58.©e3 g 3 59 .hxgl h3
38.©b2 Ad7 39.©bl J.e6 40.©cl a4
S i 59 . . . hxg3 sería tablas, porque caería uno
41 .©d3 ©c6 42.©c3 g4 43.ih4 h5
de los peones y se sacrificaría el alfil por el
44.J.gl a31 45.©b3
otro.
1 42 ROBERTO G. GRAU
CAPÍTULO VII
Desde que la escuela clásica de Steinitz transformó el ambiente magistral, desde que Ta
rrasch convirtió la técnica en el secreto básico del j uego, hay un problema que, no obstante los
años, no ha sido definitivamente resuelto. No se trata ya del valor de las piezas, sino de algo
menos tangible y tanto o más poderoso. Debemos encarar la lucha entre sí de dos de los más
preciados factores estratégicos de toda la partida. De un lado, posesión de columna abierta, ven
taj a incuestionable en muchas posiciones; de otro, posesión de un punto fuerte en el centro del
tablero, j usto en la casilla desde la cual un caballo sostiene el peón base atacado por el rival .
Hemos enunciado así el combate entre la columna "f' abierta, horizonte de un sinnúme
ro de partidas, y la cesión del cuadro "e4" (o "e5") al adversario, para que en él ubique un caballo
que desde ese punto fiscal izará el cuadro "f2" (o "f7") propio, donde habitualmente se encuentra
un peón agredido por las torres.
Pero no es esta, en real idad, la única compensación por la columna abierta, ya que no se
ría muy ampl ia. La verdadera compensac ión radica en la extraord inaria acción de un caballo
centralizado que actúa como un aban ico sobre ocho cuadros vitales del tablero y, por extensión,
indirectamente sobre cada uno de los cuadros que desde su futura ubicac ión puede dominar.
Así, por ej emplo, y de acuerdo con la teoría de las casil las conjugadas que en oportuni
dad estudiamos, sabemos que un caballo en "e4" no sólo es una amenaza directa sobre el punto
"c5", sino que es un pel igro en ciernes para todas las casillas que están vinculadas a ese sector:
"b7", "e6", "d7", "a4", "b3", "d3 " y "a6" . De la misma manera, un caballo en "f5" es una ame
naza indirecta sobre el punto "f7", porque puede ir a ese lugar en sólo dos saltos. Así también, y
este caso es muy frecuente, el caballo de "f3" es uno de los pel igros más serios que se ciernen
sobre el peón de "h7", ya que en un solo y habitual salto se coloca en situac ión de agredirlo.
Pero prudente resulta segu ir con el tema cen En la posición del texto lo mejor sería tomar
tral para no divertimos en detalles que pueden el peón con el cabal lo, pero como el caballo es
alej amos del problema que en este momento la pieza ideal para dominar un puesto fuerte
nos interesa. centralizado, no conviene j ugar tü xe4 por
Veremos una de las muchas partidas que du cuanto después de . . . tüf6 el caballo debería
rante el año 1 896 j ugaron los maestros Ema cambiarse o ser retirado y nada de esto es
nuel Lasker (éste con las blancas) y Guillermo ideal . "Es más fuerte la amenaza que la ej ecu
Steinitz, los dos rivales típicos del ajedrez de ción de la amenaza", dij o N imzowich al esta
esa época. blecer los fundamentos de su sistema estraté
gico, y en este caso ese principio es de meri
diana claridad. Conviene, pues, tomar con el
alfil, por cuanto el caballo es la pieza de re
serva para actuar en ese sector.
1 44 ROBERTO G. GRAU
otro cabal lo y llegar a un final de torres y 29 . .!Li xd7 .!Li xg 5 30J;e7
damas, mucho más dificil para quien desea
explotar el dominio de un cuadro central Y ahora, con calidad de ventaj a y la torre en
fuerte. Es decir, que las negras no debieron séptima, e l resto es fáci l .
permitir la consolidación del adversario en el
puesto central. 30 . . . @ g a 3 1 . .!Lif6+ @ta 32.i;xc7
1 46 ROBERTO G. GRAU
No temen por entrar en esa variante ceder la
columna "f' al adversario, por que saben
cuánta es la fuerza del caballo centralizado,
máxime en una posición como la del texto, en
la que el caballo desde "e4" actuará sobre una
serie de cuadros con muy deficiente protec
ción.
locales, ya que por su menor complej idad son rísticas típicas: el peón podrá ser cambiado
más fáci les de captar para los aficionados. por el de "e4" y puede producirse una lucha
entre los temas que ahora nos ocupan.
Defensa India del Rey (E60)
Argentina, 1 936 7 . . . c!i) bd7 a.o-o as
Blancas: C. Guimard
Negras: J. Iliesco Jugada simple y típica que tiende a preparar la
ubicación del caballo dama negro en "c5 " sin
1 .d4 c!i)f6 2.c4 g6 3.g3 ig7 4.ig2 d6 los riesgos de un desaloj o por medio de b4.
Es ésta una típica Defensa India de Rey. Las 9.c!i) bc3 c!i)cS 1 O.h3
negras han desenmascarado su plan, que con-
sistirá en j ugar eventualmente . . . e5 para se- Prepara �e3 sin el peligro de . . llig4.
.
1 48 ROBERTO G. GRAU
1 3.a3 cación al excelente caballo, que será indesa
lojable en "e4", contra el mal alfil negro de
Las blancas tratan de expulsar al caballo para "g7", trabado por los propios peones. Era, por
poder ubicar más tarde una pieza en "e4", otra parte, necesario hacer eso antes que las
punto que en este momento las negras domi negras, mediante . . . g4, debil itaran el sostén
nan. Para evitarlo, I liesco entregará un peón del punto "e4".
del flanco, pero ya veremos cómo eso no es
bastante ni prudente. 23 . . .ixe4 24.� xe4 hxg4 25. hxg4 fU4
1 50 ROBERTO G. GRAU
de "e4", ya que si el adversario intenta hacerlo previa . . \Wa4, pues las negras ganan un tiem
.
con un cabal lo, quedará el otro para ocupar el po valioso al obligar a las torres a moverse.
sector. Estos problemas se resuelven así por
este razonamiento: sólo una pieza menor ne 33.!!c3 h6 34.!!cd 3
gra puede actuar sobre "e4" contra dos de las
blancas en el mismo sector. Quiere esto decir El plan típico de !!a 1 segu ido de a4 no servi
que en este combate por la posesión de ese ría aquí: 34 . !!a 1 tt:J d4, y si 35 . tt:J xd4 exd4
punto, triunfarán siempre las blancas. En 36.!!d3 !!xf2+, especulando con que el caba
cambio, las negras presionan "f4" y la colum llo de "e4" está clavado por la situación de la
na "f'. Pueden ser desaloj adas de ese sector, dama en "e2 " .
pero a cambio de la debi lidad de los peones
del enroque, o sea, j ugando g3 , ya que han 3 4 ... tt:Je7
debido cambiar el alfil al que, por razones de
"nacim iento", le corresponde actuar en las Las negras se aferran a la columna abierta y
diagonales negras. ¿Quién sacará más prove no buscan las debidas compensac iones en el
cho de sus respectivas posibilidades? La mis ala rey. Era mejor dilatar el campo de agresión
ma partida se encargará de responder. mediante la j ugada 34 . . . gS, seguido de . . . !!g7
y . h5.
. .
El caballo perderá su sostén. Pero el bloqueo Y precisamente en este momento, en que por
del ala dama ha hecho perder al caballo de obra de la poderosa acción del cabal lo de "e4"
"e4" su más vital uti lidad. se ha ganado la calidad, es cuando la ventaj a
d e las blancas e s menos clara. H a n ganado
44 ... .ifS 45.Y;!ih3 Y;!ig6 46 . .!De3 .!Dd4 47 .fS cal idad, pero tienen peones débi les en " f5 " y
Y;!ih6 en "d5 " " . Asimismo el caballo negro de "d4"
es sumamente poderoso y sólo podrá ser eli
Muy bien por Lasker. Ha dej ado un peón minado mediante la entrega de la calidad,
pasado, pero no ha permitido que las negras pues su base de apoyo ("e5") no puede ser
materializaran su ataque en el ala de rey. Aho minada por ningún peón.
ra es un duelo a muerte.
No servía 47 . . . \Wh? por la répl ica 48.g4. 5 1 .fü1 Y;!ff7
Invitamos a los lectores a que analicen la
siguiente posición. No 5 1 . . . .!Dxf5 , a causa de 52 .!!df3.
1 52 ROBERTO G. GRAU
UN REY QUE SE DEFIENDE SOLO También ganaba esta bonita maniobra:
71 . . . dxe5 72.d6 b2 73.dxc7 b 1 \W 74.c8\W
El rey tiene que bastarse a sí mismo. Es un \Wh 1 + 75.i>g4 .!be3+ 7 6 . i>g3 \Wg2+
arquero sin "backs". Sale adelante para evitar 77. ©h4 Wf2+ 78 . i> h 3 Wf3+, y mate a la
la entrada de la dama en "g6", que ganaría la siguiente.
partida.
12.ge1+ @f8 73.gxc7 b 1 §' 74.gcs+ ©e7
59.i>xh4 'ff c 1 60.a3 75.gc7+ ©d8 76.gd7+ ©es 77J.,�xd6
.!bd4
Las blancas se han quedado sin plan. Sus
piezas ocupan el mej or sector del tablero y Y las blancas abandonaron.
nada pueden hacer, pues el caballo de "d4" La partida est¿ perd ida. Una lucha tan intere
paraliza toda la acción de la torre en la colum sante que muestra de qué manera tiene im
na abierta. portancia el caballo centralizado y cómo a
menudo una pieza en un sector tan importante
60 . . . as 6 1 .©g3 'ffg 1 + 62.©h3 'fff2 63.gS del tablero vale más que una calidad. Y prue
b4 64.axb4 axb4 65.i>g4 ba, por otra parte, la influencia de la falta de
sostén del caballo en "e4".
Las blancas procuran desesperadamente llevar
la torre sobre el monarca adversario para que I I I .- LO RELATIVO DE LAS
conj ugue la acción con la dama. Pero el peón AFI RMACIONES
negro pasado del ala dama es muy peligroso.
Veremos ahora un caso distinto en la lucha
65 . . . 'ffg 1 + 66.©hS entre columna "f' abierta y posesión del punto
"e5". Sabemos, por la experiencia de varias
Tampoco serviría 66.!:�g3 por 66 . . . 'ffd 1 +, partidas que hemos analizado, de qué manera
obligando a 67. i>h4 para que obstruya la actúa un caballo en el dominio del punto cen
columna "h" a la eventual acción de la torre. tral y cómo logra anular la acción de las torres
enem igas en la columna "f' abierta. Hemos
66 . . . 'ff h 2+ 67.©g4 b3 68.ge1 visto que el caballo centralizado bien sosteni
do irrad ia una acción intensa y eficaz. Vere
Amenaza gh 1 Pero Janovsky halla una ma
.
mos ahora la diferencia apreciable cuando se
niobra muy fina y sutil para ganar con la sola tiene la seguridad de que el rival no podrá
acción del cabal lo y el peón de "b3 " . ubicar un cabal lo en "e5". En esos casos no
interesa ceder esa situación, ya que la colum
6 8 . . . 'ff c 2 ! 69 .©hS 'ffx e4 70.gxe4 .!b c2 ! ! na "f' suele ser decisiva.
1 54 ROBERTO G. GRAU
de desarrol larse eficazmente si consideramos las fuerzas blancas convergma sobre el no
que hay piezas negras en el flanco dama que muy defendido rey negro.
tardarán mucho en colaborar en la defensa.
Considerando el pro y el contra de cada va 1 6 . . . c!Li c7 1 7.ga3 V!fe7 1 8.g4
riante, decidirse por 1 2 .fxe5 no parece difícil,
pero surge un inconveniente que hay que Y la torre ve ensancharse sus horizontes. La
valorar de manera precisa antes de adoptar la amenaza es ;gh3 seguido de c!Li xgS, decidien
variante que nos ocupa. do inmediatamente la contienda.
Cumpl iendo doble final idad : paral izar el flan Se aprec ia ahora la importanc ia de la jugada
co dama, haciendo impracticable una ruptura 20 .ie3! ! ; al estar obstruida la acción de su
y, lo que es más importante, abriendo paso a dama, las negras deben resignarse a una acti
la torre, que de manera tan eficaz colaborará tud puramente pas iva.
en el ataque. Es interesante advertir el caso de
que, al admitir esta variante como la mejor, se 23 ... g6 24.gh7 ig7 25.id2 !'fad8 26.ic3
tuvo en cuenta que todo el poder ofensivo de fü7 27 .V!fc1
1 56 ROBERTO G. GRAU
una posición que le val ió la victoria. Sin em El maestro Reti sostuvo tamb ién que la posi
bargo, cuando las cosas no se repiten ... ción del negro es inferior, pero que Lasker,
como de costumbre, encontró recursos de
5.d4 defensa suficientes en la suti leza de su proce
dimiento psicológico.
Esto parece ser, sin duda, lo más agresivo. Pese a la autoridad indiscutible de quienes
pronunciaban estas frases, se nos ocurre pre
5 ... id7 6 .tll c3 ie7 7J!e1 exd4 guntar: ¿y por qué no han procurado provocar
en sus numerosos encuentros con Lasker esta
Necesario. Es conocida la bonita variante variante tan natural y frecuente de la defensa
contra el enroque de las negras en este mo Steinitz? ¿Por qué causas el propio Lasker ha
mento, pero no resistimos el deseo de publ i rechazado siempre el procedimiento de Ta
carla: 7 . . . 0-0 8 .ixc6 ixc6 9.dxe5 dxe5 rrasch cuando conducía las blancas? ¿Por qué
1 0 .Wfxd8 l:!axd8 1 1 . tll xeS ixe4 1 2 . tll xe4 no lo adoptó Capablanca en sus partidas por el
llixe4 1 3. tll d 3 f5 1 4 .f3 ic5+ 1 5 . tll xc5 campeonato del mundo?
llixc5 1 6 .ig5, ganando calidad.
1 4.ib2 tll g 4!
8.tll x d4 0-0 9 .tll xc6
De este movim iento dijo Janovsky: "No es
Esto pertenece a Schlechter, que continuaba bueno, pero es indispensable", y Teichmann :
después con id3. La idea parece !ier imped ir "Un error, sin duda, pero de todos modos, el
. . . d5. Janovsky condenaba este plan y prefería j uego negro no es bueno". Por nuestra parte,
9.llide2 , segu ido de llig3. sin embargo, hemos puesto adm irac ión a este
movimiento, que responde a un plan hábil
9 . . . ixc6 mente calculado.
La idea del segundo j ugador es anular el alfil
Esta j ugada es probablemente inferior a blanco, por medio de . . . if6 , lo cual no puede
9 . . bxc6 , por cuanto abandona la casi lla "f5",
.
ser evitado por el rival, y entonces . . . 96 re
donde puede instalarse más tarde el caballo chaza definitivamente el ataque con exce lente
blanco. partida.
Una espléndida j ugada que pasó, sin duda, He aquí la "psicología" a la que alude el
inadvertida al ex campeón. maestro Reti. Y el profesor Janovsky, que
debe volver sobre sus pasos, exclama ahora:
1 1 . . . Wi'd7 "Recupera el peón, pero queda en posición
inferior" .
Resulta claro que si 1 1 . . . llixe4 1 2 . lli d4,
seguido de . . . lli xc6 , ganando una pieza. 1 6. @xf2
1 58 ROBERTO G. GRAU
gran frecuencia en el Gambito de Dama y ataque al rey, que surgirían si 1 1 .Ab7 1 2 .f4 ,
. . .
ofrece abundante tema al comentario y a la etc. Pero a cambio d e esta tarea cómoda ceden
discusión. Durante años se ha planteado la una permanente ventaj a estratégica, según
cuestión de qué tiene más uti l idad en la lucha veremos más adelante.
práctica, y por mucho tiempo se atribuyó a la
columna abierta el máximo valor, pero la 1 2.dxe5 �d7 1 3 . .Axe7 �xe7 1 4.f4 .ib7
experiencia prueba que un caballo centraliza 1 5.�e2 1 l
do, al tomar el cuadro "c2" ("c7") y evitar la
entrada de la torre en séptima, y al incidir
sobre la red de casillas "f5", "e6", "c6" y "b5"
(o "f4'', "e3", "c3" y "b4"), dispone de un
vasto campo de operaciones y real iza una
acción de abanico dificil de contrarrestar si
está sostenido y no puede ser desaloj ado.
Al parecer, las negras el igen el cam ino más El cambio de torres está lejos de favorecer la
simple para neutralizar las amenazas de un causa del negro. Es posible que 1 6 . . . �cS
1 7 . . J'!cS Abandonan .
Tal vez fuera mejor 1 7 . . . lll cS, con la idea OTRA EXPERI ENCIA DE VALOR
defensiva antes expuesta.
Observemos ahora una posición típica e ins
1 8 .�d2 fS tructiva, en Ja que se advierte la enorme fuerza
del caballo en "d4".
Se advierte impaciencia por term inar Ja lucha
en el flanco rey, tratando de evitar, de una vez
por todas, la j ugada fS .
1 9 . .ixfS !
1 60 ROBERTO G. GRAU
Y a todo esto, las negras no pueden poner en los finales o cuando no puede ser desaloj a
remedio. Una rápida victoria obtuvieron las da de "e4" ("e5"). Que en cambio el alfil tiene
blancas en esta ocasión . El caso es parecido en menos importancia y que las posibil idades que
su delineamiento estratégico con la partida brinda la columna "f' abierta no son muy
que acabamos de ver y como consecuencia grandes y valiosas si el caballo centralizado en
podemos establecer que el dominio de una la columna "e" empalma su fuerza con un
casilla central bloqueando un peón con el peón en "f2" ("f7"), que anula la acción de las
caballo, habiendo columna o columnas late torres enemigas en la columna "f'.
rales abiertas, es de capital importancia sólo El problema técnico que nace de todo esto es
cuando el desarrol lo de ambos bandos es saber cuándo es bueno o no avanzar los peo
equivalente y existe, por lo tanto, la posibili nes "f' o "c" para agredir el "block" de peones
dad de desnivelar la lucha haciendo valer esa rival, lo que es tema de Gambito de Dama, la
ventaj a estratégica. defensa Francesa, la Apertura Española, y de
la total idad de los sistemas indios de defensa.
V I . - CASILLA F UERTE: PIEZA Podría establecerse que ese avance, habitual
CENTRALIZADA mente l iberador, es del icado cuando tenemos
un propio peón en la columna que puede ocu
Pondremos punto final al tema que sobre la par el caballo, y no podemos desaloj arlo de su
lucha de piezas centralizadas con columnas ubicación central.
abiertas hemos desarrol lado. La médula del Quiere esto decir que el caballo se reduce
mismo fue mostrar de qué manera un caballo mucho en su eficiencia en las columnas
en "e4" ("e5") logra anular la acción de las abiertas y cuando no puede perpetuarse en una
torres adversarias en la columna "f' y hemos posición central.
probado que debe meditarse mucho antes de
jugar f4 ( .. .f5) si esto provoca el cambio del LA PARTIDA PILLSBURY-LASKER
peón "e" por el "f' y si la casilla que el peón
"e" dej a l ibre puede ser ocupada por un caba En una partida j ugada allá por el año 1 896, en
llo. Por ejemplo, en la configuración que el torneo de Nuremberg, entre el norteameri
muestra el diagrama: cano Harry Nelson Pillsbury y el Dr. Emanuel
Lasker, se arribó después de la j ugada 20ª de
las negras, a esta situación:
� � � .
. .
�
-
� -
�"'� � -
�""� �
�
.
1 62 ROBERTO G. GRAU
CAPÍTULO VIII
LA CENTRALIZACIÓN DE LA DAMA
Uno de los temas estratégicos menos considerados en toda su importancia, pero val ioso
por lo que incide en la estrategia de las luchas abiertas, es la centralizac ión de las piezas. Nos
iremos ocupando del mismo y especialmente de la centralizac ión de la dama, pieza tan del icada
para j ugar en las aperturas y cuya prematura acción ha merecido tantas críticas. Hemos visto ya
en el tercer tomo de qué manera se castiga la osadía de poner rápidamente en actividad una pieza
de tanto valor.
No quiere decir esto ni mucho menos que la dama deba permanecer oc iosa, sino que es
prec iso ubicarla en zonas desde las que ej erza una acción tenaz, sól ida, pero que no pueda facili
tar el desarrollo de las piezas enem igas. Por esto resulta difícil a menudo poder centralizar la
dama, o sea situarla en los cuadros centrales del tab lero. De el los es general mente la casilla "d4"
("d5" para las negras) la que brinda una acc ión más poderosa, pues la dama vulnera la gran dia
gonal sobre el enroque corto rival, y, además, toma la otra importante diagonal que tiene su últi
ma estribac ión en el peón "a7" enem igo ("a2"). Esto se puede hacer siempre que se camb ie el
caballo dama rival y el caballo rey del mi smo bando no pueda acud ir rápidamente en reemplazo
del ya desaparecido.
Es precisamente este detalle fundamental el que da fuerza dec isiva a los planteos que
tienen por base la oportuna realización de la j ugada d4, sosten ida por el caballo de " f3 " , o sea
casi toda la gama de aperturas del peón rey. Por ej emplo, después de 1 . e4 e5 2 . ltJf3 ltJ c6 3.d4
es una magn ífica j ugada, no sólo porque desarro lla las piezas y significa la fiscalización del cen
tro del tab lero, sino porque luego de 3 . . . exd4 4 . ltJ xd4, no puede rep licarse con 4 . . . ltJxd4, a
causa de que luego de 5.Wxd4 la dama blanca estaría sólidamente ubicada en el centro del table
ro, dispondría de un buen rad io de acc ión y no podría ser desalojada por medio de . c5 sin dejar
. .
una gruesa debil idad en el punto "d5 " . En la Apertura Española sucede lo m ismo en la variante
Ste in itz, y casi no hay aperturas del peón rey donde no se produzcan situaciones de este tipo. Aun
en las defensas, como por ej emplo la Sicil iana, luego de 1 .e4 c5 2 . ltJf3 ltJ c6 3.d4 exd4
4.ltJxd4, no se debe nunca segu ir con 4 . . . lll xd4 , a causa de que luego de 5.Wxd4 las blancas
centralizarían poderosamente su dama y no es fác il desaloj arla con una pieza de menor valor.
A esta causa se debe el consej o permanente de mantener el caballo en "c3 " ("c6") cuan
do está la columna "d" abierta, pues esta pieza ej erce la acción sobre el cuadro "d5" ("d4") ene
m igo. Se dirá que en los ej emplos anteriores pueden las blancas segu ir, si el negro no cambia los
cabal los, con ltJxc6 y luego Wd4 , pero para hacer esto deberían perder un tiempo val ioso y en
todos los casos el peón que va a "c6", luego de retomar el caballo, puede avanzar oportunamente
con fuerza a "c5", desaloj ando a la dama sin dejar tan débi l el peón de "d6".
NIMZOW ICH DI CTA C Á TEDRA que resu lta que la dama, la pieza de más im
portancia en el tablero de madera, como en el
El valor de las piezas cambia en aj edrez de de la vida, logra su mayos trascendenc ia en las
acuerdo con la estructura de peones, verdad partidas donde su acc ión no se ve trabada por
añej a que no por muchas veces repetida debe los prop ios peones.
cal larse, pues de su cabal conoc im iento surge Por esto importa mucho aclarar el problema
gran parte de la capac idad aj edrec ística de los de ponerla en acc ión, máxime cuando se ha
jugadores. En las posic iones abiertas las pie dicho hasta la sac iedad que es pel igroso desa
zas tienen mucho mayor valor, pues su rad io rrol larla prematuramente. Esto es verdad, pero
de acc ión aumenta considerablemente. De lo no absoluta. La dama no debe ser puesta en
1 64 ROBERTO G. GRAU
Era mej or, tal vez, 1 8 . 0-0 , sin debil itar el Si 30.Wxd6 gxd6 3 1 .ixg? gg6 32 .ic3
flanco de rey, pues, como hemos repetido en gd3 33.ged 1 (o alfil mueve) 33 . . . füf3 ! , y
diversas ocasiones, los peones de este flanco gana.
-cuando ya se ha enrocado o se desea hacerlo
deben avanzarse sólo en los casos imprescin 30 . . .fG 3 1 .We3 es 32 . .ib4 Wd4 33 .\Wb3
dibles. Wd S
1a ... lüf6 1 9 . .ib4+ @ea 20.0-0 gda A pesar de la ventaj a que poseen, las negras
21 ..id3 lüdS 22 . .iaS gd7 23.ge1 Wd4+ deben j ugar con gran precaución para anular
24. @ h 1 todas las probabil idades del blanco, para lo
cual tropiezan con la dificultad de tener alfiles
DOM INIO D E L CENTRO de distinto color.
La posición com ienza a tomarse interesante. 34.\Wc2 \Wd3 3S.\Wcs @f7 36.gc2
Las blancas, si bien tienen un peón menos,
han alcanzado c ierta superioridad en la movi Las negras amenazaban . . ixf3 , seguido de
.
58.Wf4 fle4
�• !? �
- .
- .
d
Aclarando la situación. Las blancas, después
de esta j ugada, se verán obl igadas a permitir el
cambio de damas, lo que vigorizará notable
• • • •
mente la posición del peón negro en el punto
"a2".
1 66 ROBERTO G . GRAU
da se encuentra cómoda aún cuando pueda ser Las blancas, amparadas en su ventaj a de espa
atacada por peones rivales, ya que a cambio cio, que se apoya exc lusivamente en el domi
de la retirada forzada logra establecer debili nio del centro y en la sólida acción de la dama
dades definitivas en el frente enemigo. De lo centralizada, inician una combinación típica,
que se desprende que el viej o principio estra pero bonita y meritoria.
tégico de Phil idor sobre la fundamental im
portancia de la ubicación de los peones es una 1 1 ... hxgS
verdad técnica indestructible.
Un error.
FINO MODELO DEL DOCTOR
ALEKHINE 1 2 . .!Lixe7+1 §'xe7 1 3 .hxg5 .!Li xe4 1 4J:!h5
1 7.g6
Se ha llegado a una típica pos1c1on de la Gu iado por el insti nto el j ugador novicio trata
Apertura Española, que en realidad se aj usta de ubicar sus piezas menores en las cas il las
íntegramente al esqueleto de peones que di centrales fuertes. En cambio, cuando la expe
mos anteriormente : la dama en "d4", en la rienc ia le castiga por sus prematuras incursio
columna abierta, sin poder ser por el momento nes con la dama, exagera la nota y deja a la
desalojada. dama siempre guarecida por los propios peo
nes. Por eso resulta más importante el tema de
7 . .!Lic3 .!Lif6 8 ..ig S .ie7 9.0-0-0 0-0 1 0.h4 la centralización de la dama, pues esta pieza
h6 1 1 . .!Li d S necesita ciertas pecul iaridades para actuar en
PARTIDA EXTRAORDINARIA
1 68 ROBERTO G. GRAU
EL CABALLO CENTRALIZADO seguir triunfar con e l plan únicamente cuando
se esté seguro de su sólida real ización.
Pasaremos rápida revista en esta serie de te En síntesis: e l viej o y clásico principio del
mas a la centralización de otras piezas que no maestro danés N i mzowich, de "que es más
sean la dama, pues e l tema tiene característi fuerte la amenaza que la realización de la
cas estratégicas muy distintas. En el caso de la amenaza".
dama centralizada, esa posición requiere la Es claro que en algún momento de la lucha
seguridad de que la pieza no pueda ser desa hay que realizar las amenazas, pero de ser
loj ada sin crearse debilidades serias en la posible debe dilatarse la crisis hasta que se
conformación de peones. En e l caso de caba tenga la certeza del éxito. Por ej emplo si el
llo o alfil centralizado, quien esto hace, espe blanco ubica un cabal lo en "e5 " en la sigu iente
cialmente en el segundo caso, debe estar dis posición:
puesto a que la pieza centralizada sea elimina
da por el rival para lograr, en cambio, alguna
ventaj a posicional permanente: un peón pasa • • • •
do en quinta, que suele ser la consecuencia
lógica de esos cambios, y aun un peón fuerte
•
en quinta, sin estar pasado, pero con el com •
plemento val ioso de una columna abierta a
disposición.
El tema del peón pasado debe estudiarse en el �� .
tercer tomo, ya que para ubicar en quinta y
sacar provecho de esa situación hay que saber
cómo explotar más tarde la ventaja relativa del
�/,
peón pasado. Nos extenderemos brevemente
sobre la central ización de las piezas menores,
pero advertiremos que este tema está vincula El adversario j ugará . . . llixe5 y en lugar de
do al otro. En real idad los temas estratégicos tener un punto fuerte en la casilla "e5" y dis
del ajedrez están vinculados todos entre sí, poner de una columna abierta ún icamente se
pero una subdivisión prolij a de los mismos, habrá conseguido ubicar un propio peón en
como la que estamos trazando en estas pági ese sector, que si bien es relativamente fuerte,
nas, ha de permitir al aficionado estudioso resulta al fin menos elástico que en la posición
conocer en todos los casos la fami l ia estraté anterior.
gica hacia la que se orienta la partida que Si a esa misma posición básica señalada antes
juega y las consecuencias de la posición que le agregamos un alfil blanco en el punto "c3"
está elaborando. y uno negro en "c8" y el rey negro en "e8", lo
Para centralizar una pieza hacen falta algunos justo sería antes de j ugar llie5, ubicar el alfil
detalles tácticos fundamentales. En primer de "d3" en "b5" para clavar el caballo, el imi
lugar, que la cas i l la en la que la pieza se ubi narlo si es necesario, y poner más tarde el
que esté en nuestro poder. Es decir, que la caballo en "e5" sin el riesgo de que sea cam
dominemos con mayor número de fuerzas biado.
efectivas que las del adversario. Además, para
que esta centralización sea valiosa debe tener UN MODELO DEL AÑ O 1 886
se la seguridad de que el adversario no está en
condiciones de desaloj ar la pieza sin crearse a La antigua partida entre Zukertort y Steinitz,
cambio alguna debilidad que compense la disputada en Norteamérica en el "match" por
pérdida de tiempo. En caso de que no se tenga el campeonato mundial de 1 8 86, es un ejem
esa certeza, conviene acumular elementos en plo característico del tema que ahora nos ocu
la amenaza de centralizar la pieza, hasta con- pa:
1 6.ti'c2 !
1 70 ROBERTO G. GRAU
poco serviría en esta última variante, en lugar
de 1 8 . . . We7 , segu ir con 1 8 . . . i::! x f1 + , por
1 9 .füf1 We7 20.Wg6 lDf6 2 1 .lDd6 lDxh7
22.fü7 Wg5 23.fü8+ lD xf8 24 .Wxg 5, ga
nando.
VIEJAS NOVEDADES
Para cambiar el alfil más poderoso de las 26.lüf4 lüc8 27.gxf5 gxf5
blancas. El de "c3" no es tan bueno, por
cuanto la situac ión rígida central de peones Ahora el caballo de "f4" es prácticamente
traba su acción y hay pocas posibil idades de inexpugnable y decidirá la lucha de bonita
que se libere. En cambio, el de "d3 " será muy manera.
poderoso después de la ruptura típica por
medio de g4! 2s.gg2 @h8 29.©h2 §'c6 30 .geg 1 lüe7
3 1 .Wf2 §'es 32.gxg7
22.i.b 1 §'a6 23.g4!
Y las negras abandonaron.
L A RUPTURA T Í PICA Si 32 . . . füg7 seguma 33.füg7 @xg7
34 .llixe6+ , decid iendo la lucha por medio de
Las negras están estratégicamente perdidas. la acción del poderoso caballo sobre el punto
No es fáci l luchar contra la presión en la co "e6", debil itado por la man iobra central del
lumna "f', combinada con la acción del alfil planteo.
de "b 1 " . Las piezas negras se enredarán en su
acción por la falta de espacio para moverse y EJ EMPLO DE NIMZOWICH
ni siquiera es bueno el recurso de simplifica
ción, habitualmente ventajoso para quien Hemos visto la acc ión de una pieza oportuna
dispone de menos espacio, porque luego de mente centralizada.
23 . . . .ixe2 24.Wxe2 Wxe2 25.füe2 fxg4 En cambio, ahora vamos a mostrar una típica
seguiría 26 . .ixh 7 + , y si 26 . . . @f8 27.i::! ef2, centralización que ofrece defectos serios por
ganando fáci lmente. el hecho de que el peón que reemplazará al
caballo puede ser agredido lateralmente por
23 . . . g 6 24. h 3 gc1 2sJ;e1 lüg7 un peón enemigo :
1 72 ROBERTO G. GRAU
¿LOS CABALLOS SON SUPERIORES A Gambito de Dama ( D 5 I )
LOS ALFILES EN POSICI ÓN ABIERTA? Buenos A i res , 1 934
B lancas: R. G. Grau
Como ej emplo notable de la fuerza de piezas Negras: l. P leci
centralizadas, quizás uno de los más signifi
cativos es e l de otra partida disputada por 1 .lll f3 lll f6 2.c4 e6 3 .lll c3 d 5 4.d4 c6
Nimzowich, esta vez contra el maestro Loven 5.ig 5 lll bd7 6.a3 ie7 7.e3 lt:\e4
fisch. En este cotejó quedo en una posición
abierta con dos caballos contra dos alfiles y, É ste es un ej emplo típico de prematura cen
sin embargo, su j uego era preferible, por el tral ización de una pieza. Nada impide hacer
hecho de que ambos cabal los estaban bien esta j ugada, pero la verdad es que no resulta
centralizados y anulaban, por este solo hecho, agradable j ugar dos veces una pieza para ubi
en una posición central carente de peones, la car un peón en "e4" doblado, que deberá ser
acción de los alfiles rivales. La posición era la sostenido con .. .f5, lo que debil itará toda la
que sigue: armazón de peones del negro.
En esta posición las blancas están mejor debi 1 1 . . . 0-0 1 2 .lll c4 lt:\f6 1 3 .W/c2 @ h 8 1 4.ie2
do a la fuerte acción de los cabal los centrali id7 1 5 .0-0 ie8 1 6 .f4 lt:\ d 5
zados. La ventaj a de los dos alfiles queda en
este caso anulada porque las diagonales cen Las negras han logrado, a cambio d e l peón
trales están obstruidas. Nimzowich, con las doblado, un punto fuerte en "d5" y las blancas
blancas, j ugó 1 .Wa6, y ganó en excelente podrán centralizar otro en "e5 " . ¿Qué es prefe
forma la partida. rible? Sin duda, la ubicación del caballo blan
co, pues no podrá ser eliminado y, en cambio,
PEÓN PASADO COMO SALDO el de "d5" puede ser cambiado por el alfil rey
blanco si las circunstanc ias lo requieren .
Pero no siempre las piezas centralizadas son
buenas, y especialmente es grave el pretender 1 7.W/d2 g 5 1
apoderarse prematuramente de ese sector del
tablero. Suele acontecer que se doble un peón Muy bien. Las negras siguen el plan típico y
sin compensaciones claras, que se pierda al tratan de abrir una columna fuerte o transfor
gún tiempo y que al final, aun cuando se logre mar el peón doblado de "e4" en peón pasado
pasar el peón fuerte de la quinta l ínea, esto no por medio del cambio . . . gxf4 .
baste para ganar. La siguiente partida del
Torneo Mayor de 1 934 es expresiva en ese
1 8 .g3 b5
sentido.
35.©e1 ti'xb5
22 ... bxa4 23.gxa4 gbs 24.ic4 Vimos ya diversos aspectos de la lucha por la
central ización de una pieza. Sabemos que ésta
Ahora es posible eliminar el fuerte cabal lo suele transformarse, ya en columna abierta (la
centralizado y la partida re resolverá con un columna que dej a libre el peón que toma el
final de caballo central izado contra alfil malo. lugar de la pieza central cambiada), ya un
El peón pasado, magro saldo estratégico de la punto fuerte (la casilla que ocupaba anterior
prematura maniobra negra del planteo, debe mente el peón que pasa al sitio de la pieza
asistir inerme a la derrota de su bando. central cambiada), ya un peón pasado, pues un
peón en quinta (cuarta, si es negro) suele que
24 . . .i.hS 25.i.xd S exd5 26.gfa 1 gas dar libre, o solamente un peón en quinta fuerte
27.ga6 ggc8 2s.g1 a4 gc7 29.©f2 g97 pues controla las casillas sextas laterales, lo
30.ti'a2 i.d 1 que es muy valioso si el rival no dispone de
un alfil para controlar esos cuadros. Por ejem
El alfil ha entrado en j uego y el peón pasado plo, la formación de un peón blanco en "e5"
está ahora sólidamente sostenido. La cadena contra uno negro en "e6" es buena habitual-
1 74 ROBERTO G . GRAU
mente cuando el segundo jugador no tiene el
alfil rey, y la de un peón en "d5" contra otro
en "d6" es excelente cuando el negro no dis
pone de su alfil dama. En estos casos la fisca
lización de las columnas "e" o "d", respecti
vamente, suele ser muy importante y desagra
dable para quien ve dominada por el adversa
rio una casilla vital dentro de su propio bando.
Pero es necesario segu ir adelante en el estud io
del tema y considerar otro aspecto del mismo.
Hemos dicho que cuando se central iza una
pieza menor debe tenerse en cuenta la posibi
lidad del adversario de rechazar la agresión.
En los casos en que se haga necesario reple
garse, es generalmente imprudente la centrali Es éste un esqueleto de posición muy usual y
zación, salvo que se obtenga otro tipo de ven muy parec ido al anterior. La ún ica diferencia
taja de orden posicional. El principio podría es que un peón blanco está en "e3 " en lugar de
ser este : cuando se coloca una pieza en quinta en "c3 " . En este caso debe meditarse mucho
(cuarta para las negras) debe temerse mayor antes de j ugar lll e 5, pues si esto se efectúa,
mente el desaloj o de la misma por med io de la luego de . . .f6, las negras amenazan seguir con
agresión de un peón, si la columna en que se .. . e5 l iberando totalmente el j uego. Por estar
halla la pieza está abierta. Por ejemplo: cerrada la columna "e", el blanco no podrá
evitar ese plan.
Tenemos, pues, los princ ipios a los cuales es
fác il sujetarse y que, si bien no son infalibles,
se encuentran siempre muy cerca de la verdad.
Por eso resu lta interesante observar que en
estas posic iones hay un sistema para mantener
la central ización, aun cuando mucho más
pel igroso y sujeto a factores suti les de la posi
ción adversaria. El medio es el de sacrificar la
pieza centralizada para hacer del cuadro "e5"
un nudo de la posición que impida el desaho
go del rival . Esto sólo puede considerarse
cuando el adversario está enrocado corto y se
dispone de elementos para atacar el debil itado
Si el esqueleto posicional es éste, puede j ugar enroque del rival.
se 1 . lll e 5 sin temer 1 . . .f6 , pues en ese caso, No lo damos como regla general, sino como
luego ya de 2 . lll x d7 o de replegarse nueva excepción, solamente como una idea estraté
mente con el caballo, se dispone de un peón gica o tener en cuenta en determ inadas posi
débil para "trabaj ar" al de "e6" rival, que a la ciones.
vez ha debil itado el ala rey al j ugar ... f6 .
En cambio, la central ización de la pieza no es EL DESA LOJO DE LA PIEZA DEJA
tan aconsej able cuando la columna en la que PEON ES D É B I LES
se encuentra la casilla donde ubicaremos la
pieza está cerrada. En ese caso debe temerse Hemos estudiado posic iones en las que el rival
el desalojo, porque permite al adversario a su lucha por expulsar la pieza central, logra ata
vez romper el centro y librarse de la presión; carla y prepara a su vez la ruptura central por
por ej emplo: medio de la ubicación de un peón en el cuadro
minemos cuál es la posición típica que per amenaza mate y se logra una posición domi
mite a menudo recurrir a este género de com nante. Esta es la armazón estratégica burda de
binaciones. Se trata solamente de la lucha por la posición que da lugar a este típico tema de
el punto "e5" ("e4"), la que se presta a la sacrificio de la pieza centralizada, con mayor
fam ilia de maniobras que estamos ahora con o menor orquestación o sutilezas tácticas. La
siderando, cuando existen estos detalles: que partida que ahora veremos, magn ífica en todo
el agresor de la pieza centralizada esté enro sentido, l leva el tema quizá a su máxima suti
cado corto y que el enroque carezca de buena leza. Pero en realidad la idea central es la que
defensa. Por otra parte, casi siempre sucede nos ocupa y entra en uno de los capítulos
esto, pues para atacar la pieza de "e5" ("e4") conocidos de la central ización de una pieza en
debe recurrirse al avance del peón "f' a "f6" "e5" ("e4" en este caso, pues son las negras las
("t3"), y en esa forma cualquier agresión que centralizan), que, siendo parecido, tiene
sobre el punto "h7" ("h2") es poderosa, por sus diferencias con la posición del cuadro
que naturalmente el enroque carece del sostén "d4".
natural y fuerte del caballo de "f6" ("f3"), que
es la l lave maestra de su defensa. EL MODELO DE AHUES
1 76 ROBERTO G. GRAU
adversario. Este tipo de posiciones lo j uega en
excelente forma el campeón alemán.
1 8.llJ ce2
1 8 . . . f4! !
1 9 .g4
Esta j ugada la meditó Bogolj ubow cerca de
cuarenta m inutos. Es un tanto doloroso tener Evitando . . . ixh 3+.
que avanzar de esta forma los peones del ala
rey, pero el ataque de las negras amenazaba 19 . . . .!LJxg4 ! !
ser muy fuerte, y tarde o temprano habría que
haber realizado este golpe, y probablemente,
más tarde, en situaciones menos ventajosas.
1 3 . . .g S !
22.�d2 es 23.We31
1 80 ROBERTO G. GRAU
M AN IOBRA ATREVIDA Sería débi l 68 . . . gh4 por 69 .©dS g4 70. ©e4
g3+ 7 1 . @f3 g2 72.ga 1 + <.!lb3 73.©f2 , con
Con esta jugada las negras debieron conside resultado dudoso.
rar el final después de cambiados los cabal los
y las torres. 69.<.!ld4 g4 70.©e4 l:!g2 7 1 . ©f4 h2
El final es todavía muy difíci l. Veremos ahora algunas posiciones para resu
mir varios de los temas que hemos considera
49 . ©c4 l:!a4+ 50.©b3 l:!d4 5 1 .l:!e5 ©d6 do al tratar este aspecto de la estrategia gene
52.l:!e8 l:!d3+ 53.©c4 l:!xh3 ral del aj edrez. Comenzaremos con la si
guiente posición, de la partida entre Mattison
Ver la nota a la j ugada 32 de las negras. y Rubinstein del torneo de Carlsbad de 1 929.
60.l:!e2 l:!g4
1 82 ROBERTO G. GRAU
En una partida que, con las negras, disputé de la espina dorsal de toda la técn ica del aje
con Nogués Acuña, se l legó a una posición drez.
final ganadora, por la acción del rey centrali
zado que complementa la del alfil bueno. Este 1 ª El dominio del centro, que es la base del
tipo de posiciones es muy habitual en muchos ajedrez en los planteos, es asim ismo el secreto
finales. La ventaj a estriba en que el rey cen de su técnica durante la mayor parte de la
tralizado en cuarta o quinta mantiene retrasa partida.
do al rey enemigo. Está, en consecuencia, más 2ª Dominar el centro con los peones es la base
cerca de los peones y le es más fáci l agredir fundamental de las aperturas, pero el comple
los. mento de esa man iobra preparatoria está en la
posesión del centro con las piezas menores.
3ª No debe intentarse la ocupación de las
casil las centrales si no se tiene la seguridad de
permanecer en el las, o de provocar, si el ad
versario lo desaloja, debil idades en la configu
ración de peones.
4ª La central ización de las piezas es en reali
dad valiosa cuando se las ubica en el cuadro
central de una columna abierta dominada.
(Ejemplo: tll e5 y �d4 contra �e6 y fü7). En
este caso el caballo es fuerte, pues si se lo
desaloj a con .. .f6, quedará un problema serio a
resolver en el punto "e6", donde estará un
peón debil itado.
El final es claro. El rey blanco no puede mo 5ª Sólo debe provocarse la debil idad anterior
verse, porque el rey central izado de las negras cuando se tiene la seguridad de que el adver
amenaza entrar sobre los peones. Esta diferen sario, tras desaloj ar la pieza central izada con
cia en movil idad permite a las negras ganar el el peón, no puede inmediatamente avanzar el
juego. Deben cambiar los peones del ala rey peón central debil itado (en el ejemplo ante
para j ugar . . . .ig5 u obl igar a que estos peones rior, j ugar . . . e5), pues esto significaría la
se ubiquen en casil las negras, lo que da tema desaparición del punto fuerte y el retorno al
de agresión sobre los mismos. Éste es un equil ibrio central.
ejemplo complejo, pero en casi todos los fi 6ª Doblarse un peón en el centro puede ser
nales de reyes y peones gana el rey más cen una ventaj a cuando esto perm ita centralizar
tral izado. una pieza, espec ialmente un caballo, en la
Con esto ponemos punto final a este impor casilla que poseía antes el peón doblado (por
tante tema, que es en real idad el complemento ejemplo: peones e3-f4-e5 contra e6-d5-f5 ; en
de muchos otros que ya estudiamos y de nu este caso la casilla "d4" es muy fuerte para un
merosos que iremos desarrol lando. cabal lo).
7ª Las casil las fuertes para la centralización
CONCLUSIONES son tanto más fuertes cuando el adversario no
pueda vulnerarlas mediante la agresión de un
Hemos visto la trascendencia del tema y cómo peón lateral. El desalojo de una pieza centrali
se maniobra para lograr ese obj etivo funda zada en la quinta línea mediante un peón con
mental : la centralización. Ahora trataremos de trario suele no ser desagradable si hay un peón
resumir las conclusiones, sintetizarlas, y dar adversario delante de la pieza, pues esto en
algunos ejemplos de posiciones típicas en las traña habitualmente la debil idad del citado
que se notará con claridad la importancia de peón. En cambio, casi siempre es peligroso
aj ustarse a este tema, que es en realidad parte ubicar una pieza centralizada en la cuarta línea
1 84 ROBERTO G. GRAU
CAPÍTULO IX
La lucha de p iezas menores de parecido valor ha sido ya considerada por nosotros. Sa
bemos que dos alfiles valen en las posiciones abiertas y de semibloqueo más que dos caballos.
No ignoramos cuáles son los secretos del combate de caballo contra alfil, pero en cambio desco
nocemos otros aspectos del combate entre fuerzas distintas, aun cuando puedan equipararse en
eficiencia. Comenzaremos a disipar estas dudas mediante el estudio de la lucha de la dama contra
dos torres, que suele producirse muy a menudo, y sobre lo que existe un concepto un tanto equi
vocado entre la mayoría de los j ugadores.
20 .WxaS
20 . . . i.b?
Abandonan las negras, pues no se puede evitar Para reafirmar nuestra opinión insertaremos
que las blancas ganen mediante 38 .l'!xhS+ o una partida magistral que j ugaron el Dr. Max
38.l'!gS+ ! , seguido si 38 . . . o;tih? de 39 .�e4+ Euwe y el gran maestro polaco Akiba Ru
y mate a la siguiente, y si 38 . . . @f8 , con binstein, una de las figuras más completas que
39 .fü6+ @e? 40.fü?+ @ea 4 1 .l'!g8+, etcé haya tenido la historia del aj edrez. Los co
tera. mentarios que en ella se leerán pertenecen a
Carlos Guimard y encaran con exactitud la
11. - ES M Á S DIF Í C I L CONDUCI R LAS idea central de nuestro actual tema. La partida
DOS TORRES QUE LA DAMA fue así:
1 88 ROBERTO G. GRAU
Las l íneas están tendidas. El negro, para neu este caso para el negro. Las torres no están
tralizar la potente acción blanca del sector rey, l igadas, y por lo tanto su acción no es temible;
deberá j ugar con cuidado, y preparar una por eso debemos considerar que la presente
contrademostración en el otro sector. posición favorece más bien a las negras, o en
el peor de los casos es equilibrada.
1 1 .. J'Ud8 1 2.fü3
1 2 . . . .lüe41 1 3 J�h3
Una defensa bien calculada. Las negras tienen 20 . .lüf1 Y:Yd7 2 1 .gd 1 !
en vista la ganancia de la dama por las dos
torres, y juzgan que la posición resu ltante El Dr. Euwe ve su causa en pel igro, y para
después de esos cambios previstos les será poner un dique a las pretensiones de Rubins
más bien favorable por encontrarse la arti l lería tein encuentra un procedim iento, mediante el
blanca desconectada, y por lo tanto débil. sacrificio de un peón, para l igar las torres.
15 ... g6 no era posible por 1 6. lll xg6, ganan
do. 2 1 ... .lüxeS 22.dS lll g 4 23.dxeG+ Y:Yxe6
24.ghdSI
1 6.Y:Yxh7+ @f7 1 7.fxeS
El combate ha sufrido una transformación
Es interesante hacer notar que si el cambio de total. Las piezas blancas, colaborando entre sí,
la j ugada 1 5 . . . �xeS, las negras lo efectúan crean una situación de apremio por la posición
con el cabal lo, no sería posible la ganancia de expuesta del monarca negro. Se amenaza
la dama porque entonces el alfil quedaría ganar con !! 1 d7+.
atacado después de la última captura del blan
co. 24 . . . i.bS 25.c4 i.eS 26.g 1 d 5
Y tenemos ya el clásico final de dos torres S i en lugar de esta j ugada sigue 27 . . . lll x e3,
contra la dama, pero con ventaja manifiesta en después de 28.!!eS no hay defensa.
1 90 ROBERTO G . GRAU
Sirvan de ej emplo los finales de Centurin i que ej emplos, veamos la partida que Gui mard le
damos a conti nuac ión, que son los más anti ganó al is landés Mol ler, en la ol impiada de
guos en esta materia. Estocolmo, que se remata con un exacto cam
En la posición que muestra el diagrama de la bio de dama por dos torres.
página anterior juegan las negras. No pueden
dar mate porque la torre está clavada y parece Gambito de Dama (055)
dificil que puedan evitar que esa situac ión Estocolmo, 1 93 7
continúe porque a su vez el rey negro también Blancas: B. Mol ler
está mal ubicado. Esto permite empatar ma Negras: C. Guimard
temát icamente por med io de 1 . . . ©h7, para
segu ir, si 2 .\Wb 1 + con 2 . . . �g6 3.\Wf5 (lo 1 .d4 tll f6 2.c4 e6 3. tll c3 d 5 4.ig5 ie7
mejor) 3 . . . �h8 4 .\Wf7+ �g7 5.\We6 �g6 5.e3 0-0 6. tll f3 tll e4
6.\Wf7+ ©h6 7.\We7 �h7 8.\Wf8+ �hg7
9.\Wf4+ ©h7 1 0 .\Wf5 ©h8 1 1 .\Wc8+ �g8 Con este golpe queda planteada la vieja va
1 2 .\Wc3+ ©h7 1 3.\Wc?+ �6g7 1 4 .\Wc2 + riante de Lasker, que tiene por objeto simpli
©h8 1 5. \Wc3 , y tablas. ficar la posición y preparar la liberac ión cen
tral mediante el avance del peón rey.
Como se ve, un magn ífico ej emplo de los
recursos de la dama. Pero es ésta una situac ión 7.ixe7 \Wxe7 8 .id 3
un tanto prov idenc ial. Si la situación fuera,
por ej emplo, la siguiente : Aquí no siguen las blancas con lo que se con
sidera lo más fuerte para el primer jugador. De
acuerdo con la teoría, lo justo es continuar con
8.cxd5 tll xc3 9 . bxc3 exd 5 1 0 .'1Wb3.
O sea un simple cambio en la situac ión del rey 1 O .\Wc2 h6 1 1 .tll e 5 tll d 7 1 2 .tll xd7
negro, se ganaría fác i lmente mediante
1 . . .�h8, ya que si 2.\Wa2 ©g6+ 3 . ©g2 (o Este cambio resulta desfavorable para las
3 . ©g 1 ) 3 . . . ©f5+ 4 . ©f3 (si 4. ©f2 � h 2 + , blancas. Hubiera sido preferible segu ir con
ganando l a dama, o si 4 . ©f1 �h 1 + y 1 2 .f4 y tratar de jugar una partida re lativa
5 . . . �h2+) 4 . . . �h3+, segu ido de . . . Eí:h2 + , mente cerrada, que en las presentes circuns
ganando l a dama. tancias era mejor para el primer jugador.
LA PARTIDA DE GU IMARD CON
M Ó LLER 1 2 ... ixd7 1 3 .cxd5 exd5 1 4.0-0 c4
Segu iremos considerando algunos otros fina Con esta j ugada preparan las negras una de
les de estud io más ade lante. Serán éstos más mostrac ión en el flanco de la dama, basada en
dificiles. Pero entretanto, para matizar los el avance de los peones.
Las negras han adquirido una superioridad Si se j uega 30.a3 sigue 30 .. J''M2 y luego
evidente en el flanco de la dama y ahora co . . . fü6 y . . . l:'!b6, para entrar decisivamente con
mienza a j ugar Guimard en excelente forma. la torre en "b6".
1 9 .gae1 b4 20.cxb4 '§'xb4 2 1 .h3 30 .. ,gxa2 3 1 .dS !!a6 32 .'§'b4 !!b6 33 .'§'e7
c3 34.d6 gxd6
Fatal habría resu ltado para las blancas e l
avance d e l peón "e" en este momento a causa Y las blancas abandonaron, pues no hay de
de la siguiente variante: 2 1 .e4 dxe4 fensa contra la continuación . . . c2 .
22 .ixe4 ixe4 23.füe4 '§'xe 1 + , y mate a la Como se observará, es un notable ej emplo de
siguiente. oportuno cambio de dama por dos torres. Es
digna de estudio la forma en que fue posible
21 ... ge1 ! avanzar el peón "c" por medio de la aplicación
de este sistema de simplificación y lo poco
La ventaj a negra en el flanco de dama se fil que pudo hacer la dama, por estar el rey ad
trará por la columna "b" para entrar decidida versario en seguridad.
mente en el campo enemigo. La situación de
las blancas es bastante comprometida y no les C Ó MO DI TABLAS EN UNA POSI C I ÓN
queda más remedio que seguir como lo hacen, GANADA
tratando de abrir el j uego y buscar la simplifi
cación. En el torneo de San Remo de 1 93 0 se produjo
una interesante posición final en la partida que
22.e4 dxe4 23 .ixe4 .ixe4 24.!!xe4 jugué con el ital iano Rom i. Acepté una pro
'§'xe 1 + puesta de tablas precisamente en una posición
en la que ganaba matemáticamente. Exageré
la importancia de la dama y supuse que había
j aque perpetuo en momentos en que amenaza
ba un mate inevitable. La posición que nos
ocupa era la que sigue :
1 92 ROBERTO G . GRAU
con la dama, sin reparar que hay una magnífi
ca vía de acceso hacia la cas i l la "a l " , donde el
rey estará a cubierto de cualquier j aque y el ... . . .
mate en "h 1 " será inevitable.
Se observa la amenazante situación de las
� �
� � � k. � EL FINAL COMPUESTO
�/
• • • •
En esta posición j uegan las blancas y obser
vamos que las negras son las que están lim ita
das en la banda del tablero por la puj ante
acción de ambas torres. Como las dos torres
son algo más fuertes que la dama, no necesi
tan la cooperación del monarca blanco para
ganar. Sólo deben maniobrar con justeza para
sacar provecho de la precaria situación del
No es éste un final muy difícil, pero sí inge
• El negro se ahorraría sufrimientos jugando 1 O ... !:lc8+. nioso e instructivo. Suponemos que gran nú-
1 94 ROBERTO G. GRAU
mero de lectores hallarán la solución, ya que Evidentemente, este final tiene reminiscencias
la precaria situación del monarca negro lo con el anterior y debe ser fruto de un mismo
coloca en situación propensa al mate. Es ver esfuerzo de su creador. También se gana por
dad que las negras tienen, además de la dama, medio de la hábil explotación de la mala si
dos peones, pero que precisamente sólo pue tuación del monarca, y las torres agresoras
den evitar que el negro halle el recurso de pueden estar dislocadas en su acc ión, a causa
hacer tablas por j aque perpetuo. de que la dama no puede dar j aques con li
El final se gana mediante: bertad. La primera j ugada es simple, pero el
resto ofrece dificultades tácticas. El secreto
1 .gda Wh6+ ! está en evitar que por medio de una red de
j aques la dama negra mej ore su posición.
No 1 . . .'ªxd8 , a causa de 2.!!a3 mate.
1 .@c1 Wa8 !
2.gd2 Wh 1 + 3.gd 1 Wa8 4.@d2+ @b2
s.gc2+ Ú nica para evitar l a doble amenaza de mate de
las dos torres.
Y luego se gana la dama mediante 6.!!b 1 + y
7.!!a 1 + .
Como s e ha observado, e n este final s e ha
explotado la posición de mate del rey para No se puede j ugar 5.!!xf3 a causa de
obligar a la dama a colocarse en mala posi 5 . . . Wb2+, y luego de 6.!!xb2 sería tablas por
ción . Podrá objetarse que en la j ugada 3, en ahogado * .
lugar de j ugar . . . Wa8 , pudo hacerse nueva
mente 3 .. .'ªh6+, pero entonces sería mate
mediante el simple expediente de 4 . @c2+
©a2 5.!!a 1 + @xa 1 6.!!a3 mate. Y gana.
La posición ofrece realmente pocas alternati
En el segundo final vemos luchar nuevamente vas para las negras. Si en lugar de 2 . . . Wa2 ,
a dos torres agresivas contra un monarca ra que parece mala porque encierra a l propio rey,
diado en un extremo del tablero, mala posi las negras quisieran alej arse con éste mediante
ción que la ventaj a de dos peones no basta a 2 . . . ©a2 , se ganaría con un procedimiento
compensar y que por el contrario agrava, parecido al anterior, o sea: 3.!!b2+ @a 1
porque, al obstruir la acción agresiva de la 4.!!b 1 + @a2 5.!!h2+ c;!;>a3 6.!!a1 + , ganando
propia dama, le restan la posibilidad de alcan la dama.
zar un empate por j aque perpetuo.
UN EJEMPLO FAVORABLE A LA DAMA
�
-
� -
�
� -
�
� �
%�
ubicados, el sistema para ganar es muy com
plejo .
Veremos en primer término la posición si
• • • • guiente:
1 96 ROBERTO G. GRAU
1 J�a3+ @g2 2J�d2+ 'it>f1 3.ga1 El ejemplo tercero no es muy dificil, pero sí
muy ingenioso. Muestra otro tipo de recurso
Con la amenaza de 4. \t>b2 o 4 . \t>c2 , que para encerrar al rey enemigo. La posición es
daría mate al desventurado rey negro, que ha así:
debido colocarse en tan precaria situación.
Ganando la dama.
1 J:�f7
Con esta maniobra se prepara el cambio de la 38 ... ©h8 39.lüe4 gh6 40.We7 ©g8
dama por dos torres. 41 .\Wd7 gb6 42.lüd6 as 43.lüxf7 lü xf7
1 98 ROBERTO G . GRAU
44 . .ixf7+ gxf7 45.WdB+ ©h7 46.Wxb6 los esfuerzos de los j ugadores de imaginación.
gxf5 Con él triunfó la escue la moderna y el aj edrez
dio su definitivo paso hacia el imperio de la
La lucha de la dama contra las dos torres ha técnica.
terminado. El blanco ha logrado ganar calidad Y si valioso puede resultar todo un ejemplo, lo
y ahora compite la dama contra torre, alfil y es en especial caso el que ahora insertamos, ya
peón . La gran ventaj a de la dama bien ubicada que se refiere a una partida entre los dos re
no ha dado frutos claros, ya que ahora el final presentantes de las dos escuelas que dividían
es muy dificil de ganar. Hemos visto cómo al aj edrez en esa época.
aun con las torres desvinculadas y luego de Se trata de un cotej o realizado en Baden
soportar una presión muy intensa, las negras Baden, el 22 de julio de 1 870, entre Adolfo
lograron sostener la posición. La partida ya no Anderssen, anterior campeón del mundo, y
nos interesa para la finalidad nuestra, pero Guil lermo Stein itz, que lo despoj ó de la mag
mostraremos el final sin notas, para no dej arla nífica situación que aquél ocupaba, luego de
truncada. afirmar su derecho al título máximo con una
serie de producciones que nunca se olvidarán .
47 .<tt> e 4 g6 48 .Wd 6 a4 49.Wd7+ ©h6 La partida fue así:
50.Wxa4 .id2 5 1 .@d3 .ic3 52.WeB g35
53.a4 gd5+ 54.<tt> c 4 gf5 55.<tt> b 3 gxf4 Gambito Evans (C5 I )
56.We3 g 5 57.a5 gxh4 58.a6 .id4 Baden-Baden 1 870
59 .We6+ @g7 60.We7+ ©g6 61 .We6+ Blancas: A. Anderssen
©g7 62. @xb4 gf4 63.Wd7+ @g6 64.@b5 Negras: W. Steinitz
h4 65.a7 .ixa7 66.Wxa7
1 .e4 e5 2 . .!Lif3 .!Lic6 3 ..ic4 .ic5 4.b4
Y tablas teóricas. Ha sido éste un ejemplo de
lucha dificil, en el que la superioridad de la El Gambito Evans fue el caballo de batalla de
dama fue manifiesta, por tratarse de una posi muchos grandes maestros del siglo pasado.
ción abierta con las torres y piezas negras Stein itz no fue quien en menos oportunidades
débi lmente ubicadas. No obstante, la lucha lo practicó, pero en esta ocasión debe prob.ar
terminó empatada, si bien no es fácil saber si su ingenio para sortear los peligros que la
no pudieron jugar mejor las blancas. Pero el aceptación del mismo significa a cambio del
ej emplo nos ha servido para demostrar de qué peón conquistado.
manera aumenta la fuerza de la dama en este Y no logra hacerlo.
tipo de combates si hay muchas l íneas abier
tas. Ya veremos cómo esto se lim ita bien en 4 ... .ixb4 5.c3 .ic5
las torres, a medida que la posición se blo
quea. La técnica moderna da como mej or la j ugada
5 . . . �a5 que demora el avance del peón "d",
,
Para matizar el tema publicaremos una partida 6.d4 exd4 7.0-0 d6 8 .cxd4 .ib6 9.dS
jugada por el ex campeón mundial Guil lermo .!Li ce7 1 0 .e5
Steinitz, que durante 27 años paseó su señorío
y concepto superior del ajedrez, en una época Anderssen buscaba por sobre todas las cosas
en que los jugadores se debatían en un angus evitar las luchas cerradas y llevarlas al terreno
tioso deseo de crear obras imperecederas por donde el "tiempo" tiene una importancia ca
medio de partidas de combinación. El maestro p ital.
bohemio, gestor verdadero de la escuela posi Es decir, el ataque directo por medio de piezas
cional, hizo que se estrellaran contra él todos menores.
Excelente. Da acción poderosa al alfil, brinda No sería bueno tomar el a l fi l , porque las ne
al caballo el cuadro "d5" y crea el grave pro gras más tarde ganarían la torre blanca de "ffi"
blema de la amenaza eventual de �e 7 + . Se 27. 'it>xh2 Wxd7 28.�xf8 se gana la torre con
trata de una j ugada típica en este tipo de posi la j ugada 28 . . . Wd6+.
ciones y buena, a costa de la entrega de un
peón, aun cuando no existiera una amenaza 27 . . . Wxd7 28.gxfS ie5
tan directa como la que gravita en esta partida.
La j ugada aparente de 28 . . . Wd4 sería contes
21 ... gaeS 22.dxc7 .ic6 1 tada con 29.�e 1 , con la amenaza de �e7 + .
IV.- S Ó LO LOS ERRORES ALECC IONAN Entre las muchas partidas j ugadas en nuestro
DE VERDAD medio en las que se libró un combate de dos
torres contra la dama, favorable a esta última,
No son siempre muy típicos los ejemplos de pero no prec isamente por la mayor acción de
partidas en los cuales la lucha de la dama la dama, sino por algún desac ierto de quien
contra dos torres ofrezca características de conducía las torres, se encuentra el cotejo del
valor instructivo. A menudo errores de uno u torneo internacional del C írcu lo de Aj edrez,
otro j ugador alteran el resultado del combate y de 1 94 1 , entre el maestro Czerniak y
se hace difícil ofrecerlos como ej emplo. Pero Puiggros, lucha más interesante que técnica
como el aj edrez es lucha, experiencia viva, mente irreprochable. La partida fue así:
donde el error acecha a cada instante y es así
la fuerza emocionante de la partida, no es Gambito de Dama (D60)
prudente tampoco eludir la muestra de cotejos Buenos Aires, 1 94 1
complicados, donde gazapos de uno u otro B lancas: M.Czerniak
adversario hayan alterado el curso normal del Negras: Puiggros
juego.
Generalmente nada alecciona tanto en la vida 1 . c4 e6 2.d4 dS 3 . llif3 llif6 4.llic3 ie7
como los errores, cuando son advertidos. De 5.ig S llibd7 6.e3 0-0 7.id3 dxc4 8 .ixc4
el los sale la med itac ión y se recogen expe es 9.0-0 a6 1 O.a4 b6 1 1 .Wfe2 ib7
riencias saludables. Los j ugadores cal ificados 1 2 .füd 1 llidS
suelen afirmar que una derrota es más alec
cionadora que diez victorias. Cuando se triun Hasta ahora la partida se desarrolla dentro de
fa, el resultado satisface y encandila. El hom- algunas corrientes típicas de la Ortodoxa. El
28 . .!Li ed4 Wfc4 29 . .!Lld6 Wfc1 + 30.©g2 §'c7 39 ... Wfc 1 + 40. ©f2 Wfd2+1
31 J�xc8 Wfxd6
No 40 ... Wxb2+ a causa de 4 1 .lll e2, que
Las negras han salvado otro escollo y desde brindaría al monarca blanco buena defensa.
este momento se hace difícil para el blanco
afirmar que la partida está ganada. Se ha cam 41 .©g 1 Wfe 1 + 42.©g2 §'g3+ 43.'tt>f 1
biado el mal alfil, base de sus últimas contra Wfxd6
riedades, por un buen caballo, y la posición
del monarca blanco abunda en recursos de Y las blancas abandonaron ante la desventaj a
j aques continuos. material. Como era previsible, las torres no
podían sostenerse sin apoyarse entre sí, situa
32.hS Wfd7 33J�b8 .!Li xg4 34,gxb6 .!Lif6 ción fundamental para luchar contra la dama.
La partida, con algunas fallas técnicas, es
Esta parte de la partida fue j ugada casi al instructiva quizá por esa misma causa.
"ping-pong", por falta de tiempo de ambos
adversarios, y es probable que no sean los UN MODELO REC I ENTE
movim ientos efectuados los más fuertes. Pero
puede afirmarse que las torres, así dislocadas, Pondremos punto final al estudio de las posi
no ofrecen ventaj a sobre la dama y que, por bilidades tácticas que brinda la acción de las
otra parte, la situación del rey blanco, excesi dos torres contra la dama. Sabemos ya, a tra
vamente "ventilado", como derivado de la vés de finales compuestos y de partidas vivas,
atrevida pero innecesaria maniobra basada en cosas importantes, pues hemos visto ganar
1 3 . g 4 es generosa en posibil idades para la
,
alternativamente a la dama o a las torres, si
dama, que en las posiciones abiertas y con bien hemos apreciado que estas últimas son
peones débi les es habitualmente más fuerte habitualmente más penetrantes en su acción.
que las dos torres. Veremos ahora una partida j ugada en el torneo
internac ional del Círculo de Aj edrez, entre el
35.gxa6 §'d S+ 36.f3 §'g S+ 37.©f1 maestro lituano Luckis y el holandés De Ron
de. En ella se observa un duelo técnico entre
EXCESO DE AMBICIÓN esas dos piezas. Quizá no pueda mostrarse en
todos sus momentos como un duelo de preci
Las blancas no se resignan a buscar el empate sión, pero sí de la fuerza de dos torres y del
y tratan de rehuirlo, porque no se conforman dominio estratégico que las m ismas tienen en
con empatar una partida que les fue favorable. todas aquellas posiciones en que la abundan
Estado psicológico que es la base de gran cia de peones dificulta la acción de la dama.
cas.
21.g93+ ©h7 2a.gfs g6
Sigue Luckis jugando sin plan, a la espera de Por fin las blancas se lanzan a la ofensiva.
llegar a la j ugada 40ª para suspender la partida Ahora con el rey en relativa seguridad, es
y encontrar más tarde, en análisis caseros, la decir, sin los riesgos de que la dama entre con
man iobra exacta para triunfar. j aque, se apoderan de la octava l ínea, como
Pero el final es ya fáci l y sin esperanzas para camino indispensable para entrar más tarde en
el negro. la séptima l ínea.
56.!!dg8+ ganando la dama con j aque en parición del peón "e6", por la debil idad que se
"h7" (después de 56 . . . iif7), o dando mate en produce en la casilla "f5 " . Por eso que una vez
pocas j ugadas (después de 56 . . . ©f6). efectuado el movimiento . . . dS, que nos parece
inferior al sistema . . . d6, seguido de . . . lli bd7 y
. . . e5, debió considerarse, una vez realizado el
exacto cambio de peones que ensayó Sultan
Las negras abandonaron. Khan, seguir con 6 . . . llixd5, para mantener el
Ha quedado construida la posición ganadora peón en "e6" y evitar que la diagonal h3-c8
que se logra doblando las torres en la columna quede debil itada.
rey en momentos en que el adversario no
pueda ubicar su rey en " f7 " para tomar con el 7 . .igS .ie7 8.e3 0-0 9 . .id3 tD e4 1 0 . .if4
rey y la dama los cuadros "e7" y "d7". El final tDd7 1 1 .'Wc2
es muy instructivo, porque encuadra típica
mente en el tema que estamos considerando. Ante el problema básico que afecta su posi
Las mismas indecisiones que se observan en ción, la debilidad del cuadro "f5 " , Capablanca
la ejecución del plan son aleccionadoras, ya opta por mantener el caballo en "e4" para
que se pone en evidencia de qué manera la oponer una sólida barrera a la eventual acción
situación agresiva de las torres limita el radio del alfi l. Por otra parte, resuelve el mal orgá
de acción de la dama, y con cuánto cuidado nico de su posición ocupando la casilla afec
debe actuarse para evitar eventuales filtracio tada con un peón, de manera que la torre cola
nes de esta ú ltima pieza. bore en la acción sobre ese punto.
24 . . . �c7+ 25.©d2 �c4 26.ie2 Hace 50 j ugadas que el alfil estaba inmóvil en
"b7". Ahora necesita evitar ig4 , pero debe
Con esta j ugada, más que atacar la dama, lo ceder la casilla "c6". Luego de una serie de
que se busca es quitarle al alfil negro la posi man iobras un tanto confusas, por fin Sultan
bilidad de ir a "a6". Asimismo se fiscaliza el Khan halla el cam ino de la victoria. La dama,
cuadro "d3 ", punto de coincidencia de una entretanto, ha debido ser mera espectadora de
eventual acción negra. los planes infructuosos de las torres.
L a dama ha logrado ganar u n o de los peones En el caso que hasta ahora nos ocupó, la lucha
tan tenazmente perseguidos, pero nada puede de dos torres contra la dama, o viceversa, el
hacerse contra las torres una vez que penetren problema es más difícil, ya que se trata de
en la octava o séptima l ínea. fuerzas casi equ ivalentes. Pero a través de los
Por otra parte, el peón "b" ha de decidir la ej emplos que hemos estudiado y de muchos
lucha. Se observa claramente la escasa acción otros que nos resistimos a publ icar para dar
de la dama en las posiciones donde la abun cabida a nuevos temas técnicos, hemos logra
danc ia de peones propios y adversarios le do llegar a conclus iones interesantes. Veamos:
traba la movil idad.
1 ª Las dos torres pueden cambiarse sin temor
60.©d2 WfS 6 1 .l3xb6 ©e7 62.l3b7+ ©e6 por la dama en la mayoría de las posiciones,
63.b6 llif6 64 . .ibS Wf3 65.l3b8 pues no son en ningún caso inferiores en efi
ciencia.
Las negras abandonaron ante la fuerte amena 2ª En la mayoría de las posiciones las dos
za que significa el peón "b" tan avanzado. torres son más pe ligrosas en su acción agresi
va.
V.- A MANERA DE ADVERTENCIA 3ª Las dos torres superan amp liamente a la
dama en las posiciones con cadenas de peones
La experiencia nos ha enseñado, a través de la sól idas en las que hay una o dos columnas
serie de casos que ven imos considerando en abiertas.
estas páginas, que es preciso marchar con 4ª Si las torres logran apoderarse de la séptima
desconfianza en el terreno de los postulados; l ínea, la ventaja suele ser dec isiva.
que la famosa relatividad de los principios 5" Cuando ambos reyes están en seguridad
impera en aj edrez, y que las verdades más absoluta, las dos torres son igualmente más
recónd itas ofrecen tal número de excepc iones, fuertes, ya que pueden atacar un punto y apo
que no es prudente hacer afirmaciones categó derarse de él, por cuanto se apoyan mutua
ricas. mente.
Múltiples son los problemas que el aj edrez ofrece. Los hemos puntualizado a través de
permanente hurgar en el laberinto real y supuesto de la técnica del juego. Pero estamos muy lejos
de haber acaparado todos los problemas importantes. A menudo, una pregunta, una consulta,
pone sobre el tapete un nuevo tema importante.
Uno de esos casos se produjo con motivo de la polémica suscitada en un torneo mayor
alrededor de una partida en la que un cambio de damas significó el desequil ibrio de la lucha,
hasta ese momento perfecta.
El cambio de las piezas no es siempre el canje de valores exactamente iguales, ya que
las piezas cambian de valor de acuerdo con la posición que todas en general ocupan en el tablero.
Y si esto sucede con las piezas menores, en el caso de las damas en problema suele magnificarse,
como lo ha probado el doctor Alekhine en los comentarios con que da jerarquía a una de las par
tidas (la novena) por él j ugadas en el "match" que por el título máximo disputó con Bogolj ubow.
Establece el Dr. Alekhine, en la versión castellana de su último libro, de qué manera los maestros
más fuertes suelen engañarse cuando se ven frente a la posibilidad de un cambio de damas en el
medio j uego, lo que suele ser el comienzo de sus dificultades futuras.
La partida que damos a continuación, con notas del campeón mundial, es clara al res
pecto y destaca, con la admirable precisión de sus comentarios, la importancia de este detalle
estratégico.
Esta respuesta, decididamente prematura, sólo Era esencial j ugar 7 . llif3!, para impedir la
puede explicarse por la circunstancia de que próxima j ugada de las negras. La continuación
Bogolj ubow, habiendo desperdiciado otra 7 . . .Wfxe4+ 8 . �f2, etc., sería demasiado peli
oportun idad para ganar la partida anterior, grosa, y el negro habría preferido 7 . . . i.g4
estaba ansioso por hacer una demostración 8 . 4J c3 a6, seguido de . . . 4J bd7, etc., con
que le rehabi litara. Una l ínea natural y buena probabilidades más o menos parej as.
1 7 . . . 0-0-0 1 8 .ig4
20 . . . g4!
Las negras aprovechan el tipo de planteo Y ahora puede afirmarse que las negras tienen
adoptado por Alekhine para buscarle solución ventaj a posicional por la debi l idad que ofre
al siempre dificil problema de poner en juego cen los cuadros blancos por la ausencia del
el alfil dama. Pero la variante no parece total alfil rey blanco.
mente satisfactoria porque el sostén del peón
"b" negro ofrece algunas dificu ltades. Lo 9 ... .lll gf6 1 0 ..id2 a6
correcto parece ser 3 . . . .lll f6 , fiel al principio
de que, entre llevar una pieza a su casilla Anticipándose a la amenaza de l::!: c 1 , segu ido
natural y obl igatoria prácticamente (el caballo de lll b5.
rey a "f6"), o a una de las posibles buenas
posiciones (el alfil a "f5 " , que puede estar 1 1 .0-0 .id6 1 2 .füc 1 '!Wb6 1 3 .Wc2 ges
mejor en "g4" y aun en "c8 "), lo justo es hacer 1 4.a4 0-0
siempre lo primero, reservando al alfil la op
ción de j ugar. No sería buena la jugada aparente 1 4 . . . lll e4,
que fij a el caballo de "c3 " , a causa de la ma
4.cxd5 cxd 5 niobra 1 5.aS '!Wd8 1 6 .lll xe4 füc2
1 7 . lll xd6+ @e? 1 8 . füc2 �xd6 1 9 .�b4+,
Las blancas han cambiado los peones en el ganando.
momento exacto, es decir, antes que el negro
jugara . . . e6 y pudiera retomar con el peón "e". 1 5.aS Wc7 1 6.Wb 1 '!Wb8 1 7 . h 3
Ahora tendrán que jugar . . . e6 para sostener
oportunamente el peón de "d5 ", y aun para Con suma habil idad el Dr. Alekhine h a logra
completar el desarrollo del alfil rey, lo que do ventaj a en espac io en el ala dama y espe
automáticamente separará la acción del alfil cialmente ha evitado que el negro pueda apo
dama negro del flanco dama, y lo convertirá derarse rápidamente con el caballo dama de la
en un alfil malo, fuera de la cadena de peones, casilla "c4", ya que está controlada la vía
donde también suele ser de un valor agresivo natural "b6". Asim ismo domina el punto "e4"
relativo, porque los propios peones lo traban y de esta suerte compensa, mediante una hábil
en su agi l idad. distribución táctica de sus piezas, la carencia
de su alfil bueno en esta conformac ión de
5.'!Wb3 Wc7 6 . .ib5+ peones.
Según el Dr. Alekhine, es ésta una jugada 17 ... gcs 1 8 .b4 gc4 19 . .lll a4 gxc 1 +
débil. Afirmó el campeón mundial, al comen 2 0 . .ixc1 .lll e4 2 1 . .lll cS .txc5 22.dxcS
tar esta partida, que lo j usto era 6. lll c3, para
seguir si 6 . . . e6 con 7.�b5+, y luego Wa4, Mejor que 22. bxcS , que era la jugada natural,
con ventaj a posicional neta, por la presión por la aparente fuerza de la columna "b"
desagradable que sobre el punto "c6" ej erce abierta. Pero las negras, luego de 22 . . . .lll c3,
rían todas las piezas blancas en acción. segu ido de . . . lll b5, obstruyéndola, quedarían
con ventaj a, porque el alfil blanco no tendría
6 . . ..id7 ! ninguna perspectiva por la obstrucción de los
Ahora Alekhine amenaza c6. Para evitarlo Con este sacrificio de peón las blancas se
deberá Euwe colocar su dama en un punto aseguran una ventaj a posicional decisiva.
menos agradable.
31 . . . Etd8
26 ... Wc6 27 .f3 �gS 28.Etd 1 �f7 29.f4
Si 31 . . . dxe4 32 .!!d7, seguido, si 32 . . . tlid8,
Con esta maniobra las blancas evitan . . . tlie5 y de 33. 'i!.>f2, y las negras quedarían en posición
amenazan la fuerte maniobra tendiente a rom de "zugzwang" .
per los peones centrales negros: f5.
32.exdS exdS 33.Ete1 1
29 . . . WbS?
Y ahora viene una serie de interesantes ma
niobras tácticas por la posesión de la séptima
línea, que Euwe evita, pero a cambio de males
mucho mayores aún.
33 . . . mfS
34 . .td4 Etas
21 ... lll as
Error grave es cambiar la dama por el mero En la partida que estos dos mismos maestros
hecho de evitar complicaciones, ya que quien j ugaron en Baden-Baden se arribó a una situa
ofrece el cambio, o lo propone, sabe por qué c ión idéntica y Tartakower adoptó la variante
lo hace y lo pri mero que ha calculado es que 8 . . . �e7 .
el adversario no rehuya el cambio. En la parti
da siguiente sucede lo contrario. En una posi 9.llixd4
ción relativamente inferior, Tartakower com
prende, y con razón (j ugada 25ª), que debe La j ugada 9 . exd4 daría lugar a que las negras
cambiar las damas para anular la enorme agre obtuvieran ciertas posibil idades teóricas, a
sividad de la dama rival. Tiene dos opciones y causa del peón ais lado y débi l de "d4". Ru
se decide por la que aparentemente gana un binstein aconsej a en el "Collij n Larobook" la
tiempo, pero que, en cambio, lo l leva a un man iobra por él practicada en la presente
final que su rival gana magistralmente. En partida, afirmando que proporc iona a las blan
cambio, de haber buscado otro lugar para cas una situac ión preferible * .
cambiar la valiosa pieza rival habría salvado
la partida. Detal les sutiles, que son afortuna 9 . . . lli xd4
damente la esencia misma del j uego y los que
le asignan su renovada atracción. Era de considerarse 9 . . . �d 7 . La j ugada del
Pero es bueno estar advertido que en cada texto favorece el desarrollo del j uego blanco,
cambio de damas está habitualmente el ger sin alcanzar el propósito aparente de fij ar un
men del desnivel de posic iones aparentemente peón débil en el centro del tablero.
equi l ibradas . Y como otra regla, y muy pode
rosa, podríamos establecer aque llo de que no 1 O .exd4 ie7 1 1 .dS!
deben cambiarse las damas cuando se tiene la
más sutil desventaj a en la configuración de La j ugada exacta. Esta correcta man iobra no
peones. sólo hace desaparecer el peón débil de "d4",
sino que marca el comienzo de una seria pre
UN A PARTIDA MAGN Í FICA sión sobre el flanco dama enemigo. Si en
cambio las blancas hubieran j ugado 1 1 .�e 3,
Veamos entretanto el ej emplo de la partida seguiría 1 1 . . .0-0 1 2 .\We2 lli d 5 , y las negras
menc ionada, exce lente desde cualquier ángulo se l ibrarían de todas las dificu ltades de la
que se la observe. apertura.
Con esta man iobra, las blancas imp iden que • Casi con exclusividad se juega 9.exd4 hoy en día, y la
las negras logren constru ir una sól ida y agre siguiente partida de Najdorf es un buen ejemplo: 9 . . . .111. e ?
siva posición de peones en el flanco dama y 1 O.!i:e1 O·O 1 1 .ii.g5 ii.d7 1 2.�e2 !i:c8 1 3.!i:ad 1 li:id5
1 4 .ii.xd5! ii.xg5 1 5 .ie4 ii.h6 1 6.d5! exd5 1 7 .!i:xd5
que adquieran superioridad en espacio en E:c7 1 8 .!i:d6 f5 1 9 .ii.c2 <i>h8 20.li:id5 !i:c8 2 1 .�d 1 g6
dicho sector. Para el lo, empero, ha de crearse 22.li:ie?!, y las negras abandonaron M . Najdorf-F.
una casilla débil en "b4". Gheorghiu, Mar del Plata 1 965.
1 6. h 3 1 9 . .ixe6 !
Otra vez lo correcto. Si 1 6.g3 segu ma Sin efecto sería la jugada 1 9 . .ia 3, por
1 6 . . . Wb4 , y las blancas no podrían responder 1 9 . . . Wib6 20 . .ixe6 .ixa3!
ni 1 7 ."8d 1 ni 1 7."8e2, a causa de 1 7 . . . .ig4.
Deberían, en consecuencia, j ugar 1 7."8e4 1 9 .. .fxe6 20 .We2 .i c 5 2 1 .Wxe6+ © h a
WicS (si 1 7 . . . WaS 1 8 .Wh S ! .ie6 1 9 .füe6 , 22.ia3 Was 23.gd s !
etc . Si en lugar de 1 8 . . . .ie6 las negras opta
ran en esta subvariante por 1 8 . . . b6 segu iría L a circunstancia d e q u e Rubinstein, el notable
1 9 .b4. Y finalmente, si j ugaran 1 8 . . . Wic7 j ugador de finales, evite la variante simpl ifi
vendría 1 9 ."8h4 h6 20 . .ixh6, etc.) 1 8 . "8c4 (si cadora que se inicia con 23 . .ixcS Wixc5
1 8 .WhS g6) 1 8 . . . WiaS 1 9 .WihS .ie6 20."8h4 24.We3 (lo mejor) 24 . . . Wixe3 25.fxe3 füe8
h6, etcétera. 26."8d3 "8e7 , etc . , demuestra que el peón de
ventaj a de las blancas no es sufic iente como
1 6 ... Wb4 para aspirar a un seguro triunfo. Con notable
claridad, el polaco Rubinstein ha entrevisto un
Si ahora 1 6 . . . "8b8 1 7 ."8e4 Wid8 1 8 .WihS, con plan basado en la devolución del peón ganado,
ataque irresistible. que le ha de perm itir alcanzar una bri llante
victoria.
1 1 .gd 1
23 ... ixf2+ 24. © h 1 Wc3 2s.gc1
La torre elude la amenaza negra y se ubica en
la mejor l ínea. Ataca indirectamente el alfil Malo sería 25 ."fiad 1 , pues las negras seguirían
dama negro. 1 7 . "8e2 sería la j ugada natural, con 25 . . . füe8.
pero no la más eficaz. Malo habría sido, en
cambio, 1 7 ."8e8, por 1 7 . . . .ie6, y tampoco 25 ... Wf6
Esta es la j ugada que j ustifica el ejemplo que El error decisivo. Las negras debieron j ugar
hemos escogido para mostrar una vez más lo 27 . . . b6 28 .ib2 gg6 29.gcc7 gga, seguido
dificil que es saber cuando y dónde debe cam de . . . h6, . . . iih7 y . . . a5, etc . , y las negras
biarse la dama. podrían defenderse.
Tartakower se sabe inferior y busca eliminar
la poderosa dama enemiga. Lo hace en "f6"
para ganar el tiempo al retomar con la torre
atacada y queda con una debi lidad que Ru Amenazando 3 1 .id 6 , y bloquear con esa
binstein transforma admirablemente en una j ugada la movil idad de las piezas negras. El
victoria. final que sigue es de una encantadora correc
En cambio, pudo hacerlo en otro sector del ción.
tablero y probablemente habría tenido más
posibil idades de salvar la partida. 30 ... hS 3 1 .i.d6 gb7 32.b41
Es por eso que se puede afirmar que en los
cambios de damas estriba quizá la máxima Con esta jugada, las blancas rompen las hosti
dificu ltad táctica que brinda e l aj edrez, aun lidades en forma defin itiva en el ala de la
para los maestros de gran relieve. dama y logran pasar un peón, comenzando a
Más interesante, aunque las blancas segu irían imponer su superioridad material.
estando mej or, sería 25 . . . We3; por ej emplo:
26 .Wxe3 (si las blancas jugaran 26.ges 32 ... as 33.bS ©h7 34.g4
seguiría 26 . . . Wf4 y no 26 . . . Wd2, por 27.ge2
Wf4 28.gc4 ; o 27.ge2 Wg5 28.gcc2 , etc. A Es interesante estudiar cómo Rubinstein ela
26 . . . Wf4 se continuaría con 27.gc4 Wf7, etc., bora el triunfo. Primero, ha asegurado en el
y si en vez de 27.gc4, las blancas continuaran flanco dama la situac ión predominante de su
con 27.ge4 Wg5 2 8 . h4 ! ? ixh4 29.Wg4 peón de más y, simultáneamente con el ataque
fü6 . O si 29.gg4 Wh5, salvando la cal idad) decisivo que en ese sector está gestando, trata
26 . . . ixe3 27.gcd 1 (si 27.gc??? fü1 +, de eliminar aún más la movil idad del j uego
ganando. Esto no sucedería si las blancas negro, mediante una sutil maniobra en el ala
jugaran 27.ge1 füe8 28 .gd7 b5 29 .ib2 de rey. Las negras, para evitar que el peón "g"
ih6, etcétera) 2 7 . . _gga 28.gd7 b5, y aun quede indefenso cuando los acontecimientos
que el primer j ugador sigue estando algo me fuercen al rey a acud ir en apoyo del flanco
jor, las negras tendrían chances en el flanco de dama, deben avanzar el peón a "g5 " y en esa
dama. forma el peón autobloqueará al alfil negro,
lim itando su acción. La j ugada del texto tien
de a fijar la posición de ese peón cuando esto
se produzca.
El avance decisivo. La forma de rematar la 1 .c!LJf3 dS 2.d4 c!LJf6 3.e4 e6 4.g3 dxe4
lucha es realmente impresionante. 5.W/a4+
1 0 . . . b4
1 4 ... c!LJdS
41 . . . id7 1
Entraremos en la etapa final de nuestro ambu lar por el accidentado terreno de la técnica
del aj edrez. Luego de analizar problemas estratégicos medulares del medio j uego, nos dedicare
mos a estudiar un aspecto de vital interés de los finales de partida.
Los finales de torres y peones comprenden más del sesenta por ciento de los que se
plantean en la partida práctica a los ej ecutantes. La mayoría de las partidas que logran atravesar
la etapa del medio j uego se resuelven en finales de torres y peones, y la razón para que esto ocu
rra es también clara. Las torres son las piezas que más tarde entran en el combate. Una vez ago
tada la acción de caballos y alfi les, y aun de la dama, que en el medio j uego, por su mayor agi li
dad, es elemento valioso para realizar ataques fulminantes, comienzan las torres a hacerse valer.
Y sucede que éstas entran en acción ya en finales equil ibrados con peones bien ubicados
de ambas partes, lo que origina casi siempre empates, o con peones iguales pero de deficiente
colocación en uno de los bandos, lo que significa una apreciable ventaj a para quien lucha contra
el los con torres; o con desnivel de material -algún peón perdido en las escaramuzas del medio
j uego- y entonces es cuando más se necesita el estudio de finales de torres y peones. Hay infini
dad de finales teóricamente tablas. El conocim iento de los mismos ahorrará al aficionado bisoño
y aun a mu ltitud de los que no creen serlo, pero que desconocen reglas técnicas elementales,
muchos disgustos; les permitirá ganar cuando deben ganar y, además, les mostrará detal les fun
damentales en materia de finales de estudio.
NADIE EN EL MUNDO JUEGA B I EN LOS niendo en cuenta a los campeones del mun
FINALES DE TORRES do."
La gama de recursos del que ataca y del que
Hay, asimismo, muchas reglas que, conocidas, defiende es muy dilatada y existen infin idad
facil itan el anál isis, y luego daremos finales de posiciones en las que no basta un peón de
maestros, en los que se ve de qué manera se ventaj a para vencer, y hasta en algunos casos
deben explotar las pequeñas ventaj as estraté dos no logran triunfar. Pero como general
gicas en este tipo de finales, cuyo conoci mente no sucede esto, pasaremos a expl icar,
m iento profundo escapa a la capac idad de mediante ej emplos simples, reglas fundamen
todos los j ugadores del mundo. tales.
No vaya a suponerse que es ésta una afirma
ción temeraria e irrespetuosa para los grandes 1 .- LA VENTAJA DE LA IN IC I ATIVA
jugadores. En la revista "Mundial", que se
editaba en 1 927 en Montevideo, el Dr. Ale Antes de penetrar de lleno en la técnica de
jandro Alekhine, próximo entonces a poseer el estos finales expl iquemos un factor que tiene
título que luego recobró, decía lo siguiente al decisiva importancia: la acción de la torre en
referirse a los finales de torres: el mismo momento en que se inicia el final.
"La opinión general conceptúa los finales de La torre agresiva posee una ventaj a vital con
torres como pertenecientes a la técnica del tra la torre defensiva. La ventaj a de la iniciati
j uego. Esta creencia puede aceptarse siempre va, la posibil idad de asumir primero el ataque
que se agregue que el dominio aproximado de a los peones rivales, es casi siempre dec isiva.
esta técnica, especialmente dificil, aún no está Para evitarlo, es habitualmente mejor contra
al alcance de todos y que en nuestros tiempos atacar que resignarse al papel pasivo de una
no existe ningún j ugador de finales de torres defensa.
que pueda considerarse perfecto, ni aun te- Veamos:
EJEMPL0 2
:• . . .
• I�
• • • •
·�· • • • •
• • • •
En esta posición, prácticamente la misma a
.
que l legamos en el ejemplo anterior, la única • • •
posibil idad de victoria de las blancas estriba
en poder sacar la torre de "a8", dando j aque, Pues porque apenas salga el rey de la segunda
para coronar el peón rápidamente y ganar la l ínea, el blanco puede dar j aque y luego coro
torre, o atacar un peón adversario para cam nar el peón. Y si para evitar estos j aques en la
biarlo por el de "a7", recobrar la autonomía primera l ínea, el rey negro j uega a "g7" y
con su torre ahogada en "a8" y hacer rápida luego a "fl", entonces viene el chiste táctico
mente tablas en l ugar de tener que soportar un ganador de !!h8, para seguir, si . !!xa7, con
. .
• .a • •
como indica Cheron (volvamos a la posición
del ej emplo 5):
Si en esta posición j uegan las negras, hacen 2.©e6 ©f8 3.gas+ ©g7 4.©d6!
tablas fácilmente con 1 . . . !'!b6, para evitar
©f6 antes del avance del peón. Las blancas Si 4.!'!e8 se haría tablas mediante 4 . . . !'!a 1 ! ,
deberían j ugar, tarde o temprano, e6, pues la poniendo l a torre e n situación que dej e tres
torre negra se mantiene en tercera l ínea y, columnas l ibres entre ella y el peón que avan
cuando así Jo hicieran, se empataría con el za, secreto táctico fundamental.
procedimiento anterior.
El gran teórico Berger había afirmado que en 4 ... ©f7 !
esta posición las blancas ganaban si les co
rrespondía j ugar, y en la partida práctica suce- Y tablas.
3.'í!ld6+
. . �,,,�
�� . Por lo pronto, ya sabemos que para tener po
• • • • sibil idades de triunfo debemos poder colocar
nuestro rey delante del peón que poseamos
cuando se trate de finales de rey, peón y torre
• • • • contra rey y torre. En estas posiciones se gana
casi siempre, salvo cuando el rey adversario
• está en la misma línea del peón que avanza, lo
que sólo permite ganar, como hemos visto, en
. •:• determinadas posiciones, o cuando la torre
apoya al peón que avanza desde la casilla
EJEMPL0 9 8. c,f,JfS !
1 ... gas
de empate que emanan de la buena ubicación avanzar para apoyar al peón; pero todo esto
del rey cuando éste lucha de costado contra el tiene remedio, como lo mostrará la solución
peón y el rey que apoya a éste se encuentra que damos:
delante del mismo. En esos casos debe colo
carse el rey separado por una casilla del peón 1 .es ga41 2.e6 ! !
que avanza y, de ser posible, mantenerlo en
línea horizontal con el rey rival o con el peón. Este e s e l secreto d e l a victoria. Significa el
Por ej emplo: contra un rey blanco en séptima sacrificio del peón, pero especula con la ame
y un peón blanco en sexta, la buena ubicación naza de mate, simi lar a la de los ejemplos que
del rey negro es "g7" o "g6". dimos en nuestro parágrafo anterior.
EJ EMPLO 1 2
.. . . :?� •
El secreto del final estriba en explotar con las El rey negro sigue avanzando, pues explota el
blancas una amenaza de mate con el rey blan hecho de que no es posible aún el avance del
co que permita ganar un tiempo y avanzar un peón por la amenaza de . . . !!a2+ y cambiar las
paso el peón de "e3 ". Las negras, para salvar torres si el rey blanco avanza.
se, deben tratar de atacar rápidamente con el
rey la torre de "g3 " para dej ar al peón "e3 " sin 3.©d4 ©h41 4.gg7
defensa de la torre y dar j aques o atacar al
peón cuando el rey blanco se aleje, lo que Si 4.!!g 1 seguiría 4 . . . !!d8+, y apenas el rey
obl igará a éste a replegarse en apoyo del peón se acerque a la torre, entonces . . . !!e8. S i
indefenso. Ya sabemos la idea madre que 4 .!!g6 s e empata con 4 . . . ©h5, volviendo a
anima a cada uno. Veamos cómo hacen· las atacar la torre. Como detalle interesante con
blancas para ganar: viene hacer notar que este final se hace tablas,
j ugando con negras, sólo si la torre negra está
1 .©d3! en "a8" o en "d8". En cualquier otra cas i l la se
perdería.
Dij imos que el blanco ganaba aun cuando la
torre negra estuviera en otra posición y que 4 . . . gds+ s.©es ges+ 6.©ts ! gfs+
aun se triunfaba más fácilmente. De estar la
torre en "d8" se ganaría con 1 .Wf3 fü8+ No 6 . . . !!xe3, a causa de 7 .Wf4 , que amenaza
2 . ©e4 Wh6 3 . We5, y luego igual que como a la torre y mate.
se produce en la variante que daremos.
1 . ..Wh6!
Y tablas, pues se ganaría el peón.
Si 1 . . .!!d8+ 2 . Wc4 !!ea 3. Wd4 !!d8+
4. We5 !!e8+ 5 . @f6 fü8+ (si 5 . . . !!e4 6 . ©f5, ALGUNAS CONCLUS IONES
seguido de e4) 6 . We6 !!e8+ 7 . ©f7 , ganando. FUN DAMENTALES
Las blancas abandonan, ya que ni siqu iera les 36.h5 g x h 5 37.gxh5 gc1 ?
queda el recurso de dar muchos j aques, pues si
64 . h 8� seguiría 64 . . . E:g 1 + 65. @f7 (para Y en este momento Spielmann le devuelve la
evitar . . . E:h 1 +) 65 . . .f1 �+. ganando fácil atención al ex campeón del mundo. Mediante
mente. una suti leza táctica notable, por cierto d ificil
de percibir aun para un jugador de primera
ERROR DE LASKER CON categoría, la partida pudo haber sido tablas.
ACOMPAÑ AMIENTO DE SPI ELMANN Era necesario, en este caso, perder un tiempo
para capturar el peón "h" blanco cuando se
Nuevamente ese torneo de Moscú ofrece un halle en "h6", para simu ltáneamente apoyar
ej emplo gráfico de la dificu ltad que encierran los peones de la tercera l ínea. Por ejemplo:
los finales prácticos de torres y peones: 37 . . . E:b4! 38.h6 E:b3 39.E:xa4 E:h3 40.©d6
E:xh6 4 1 .E:b4+ @ca 42.©xc6 e5+, y la
partida habría sido tablas.
En cambio, ahora las negras están completa
mente perdidas. Veamos:
NUEVO E RROR DE CAPABLANCA El recurso táctico que escapó sin duda a Ca
pablanca al iniciar la maniobra.
En el torneo de Nueva York de 1 927, Capa
blanca, con las blancas, empató el siguiente
final, frente al Dr. M i lan Vidmar:
En la j ugada 56ª el final fue tablas, pero ya ese
resultado es evidente en la posición del texto.
DE LA B REVE ACTUACI ÓN DE
ALEKHINE EN RUSIA SOVI ÉTICA
37.g61
El Dr. Souza Mendes j ugó de la mejor mane Y el bloqueo de peones se produjo. Ahora
ra. Trata de inmovi lizar los peones blancos del com ienza el problema técn ico de las negras.
ala dama y primero necesita provocar a3 , para
quitarle un punto de apoyo al avance del peón
"b", muro sobre el que debe sostenerse la
man iobra de toda la configuración de peones É ste es el momento crítico de la lucha. Las
de esa zona, ya que b3 apoya a c4. blancas, para ganar, necesitan que el rey pue
da entrar en la brega. Si, por ejemplo, j ugaran
34.i>e 1 las negras en esta posición, no se ganaría n i
aun con la torre en séptima, porque el rey no
El rey acude en apoyo del peón "b" para darle coopera. Es necesario explotar la situación de
a la torre de "t2 " mayor poder agresivo y para la torre que se encuentra atada en "b6", en el
decidir la partida. sostén del peón de "e6", y crearle, si es posi
ble, otro problema. Y este razonamiento per
34 . . . as mitió a las blancas hal lar la j ugada aparente
mente absurda de:
¡ M uy bien ! Para j ugar . . . a4 y quitarle, apa
rentemente, toda acción al peón "b", "pivot" 40.b3 ! !
de toda la maniobra de peones del ala dama,
por ser "b3 " el punto de apoyo del avance del Que entrega u n peón, pero perm itirá la entrada
peón "c". del rey en el ala dama por la inmovil idad
absoluta a que estará sometida la torre negra
35.i>d 1 a4 36.@c2 h6 en "b6", única posición desde la cual puede
apoyar su peón de "e6", eje de la defensa, y el
El Dr. Souza Mendes cede aparentemente por de "b3 " , que trabaj a el rey blanco en su inevi
obligación la séptima l ínea, pero lo que en table avance.
realidad busca es darle a su monarca un pro
grama de acción. Así, después de 37. gxh6+ 40 . . . axb3+ 4 1 .i>b2
i>xh6 38.fü7, seguiría 38 . . . i>hS y el rey
negro tendría un buen programa sobre el peón En este momento la partida se suspendió y el
"g2" blanco y además la torre en séptima haría campeón brasileño abandonó, porque los
poco de bueno, porque no atacaría puntos sin análisis mostraron que no había defensa posi
sostén. ble. Se trata de un "zugzwang" perfecto. Las
negras pierden porque deben j ugar y permitir
LA PARÁLISIS DEL "ZUGZWANG" la entrada de la torre en séptima, que decidirá
la lucha mediante una simple suti leza táctica.
37.fü1 ! Por ejemplo: 4 1 . i>b2 'i!.ih7 42.fü7+ @98
43.!1.c7 i>f8 44 .!1.d?!, y ahora nuevamente
Una suti leza táctica. Se entrega un peón, pero hay que j ugar, debiendo alej arse con el rey de
se infi ltra el virus de la parálisis a todo el la columna "g", lo que permitirá !1.g?, o irse a
j uego negro. En real idad, las blancas gestan "g8", lo que dejará j ugar !1.d6 , cambiando las
una posición de "zugzwang" muy instructiva, torres y ganando con el rey; así: 44 . . . @g8
cuya fuerza radica precisamente en la posibi- 45.!1.d6 füd6 46.exd6 i>f7 4 7 . 'i!.ixb3 i>e8
45J'!xa7 gxf2 46.gh7 h5 47 .as gxg2 Las negras ganan con mayor facil idad a causa
48.a6 ga2 49.a7 ©gs so.ge7 ©h4 de la maniobra inferior escogida por el blanco
para defenderse.
El final está definido. Las negras quedarán
con dos peones libres y unidos en el ala rey. N U EVA DERROTA DE BOGOLJUBOW
V I I I . - OTROS TIPOS DE FINALES CON pues si la torre se va, el rey vuelve a "g6 " .
TORRES Y PEONES
Antiguamente s e decía q u e sólo habla cuatro o
Entraremos en otra etapa de los finales de cinco posiciones de tablas con dos peones de
torres para tratar de mostrar hasta qué punto ventaj a, pero Cheron encontró como 50 y aún
ofrece dificultad su técnica. omitió este tratadista francés algunas. Por
Mucho más de lo que hemos hablado sobre ej emplo, son de él las siguientes posic iones de
estos finales podría escribirse. Hay libros tablas:
íntegros dedicados a desentrañar sus sutilezas
y hay infinidad de eruditos que se han empe
ñado en agotar el tema. Pero para nosotros,
que más que detal les tácticos nos preocupan
principios estratégicos fundamentales y tratar
de atrapar la idea de todas las posiciones, nos
basta con lo que hemos visto a través de fina
les puramente teóricos y otros prácticos de no
menor fundamento teórico.
72.©g2 a2 73 .ga3
Gambito de Dama (05 1 ) Ahora se inicia una lucha intensa y difícil por
Buenos A ires, 1 927 la ganancia de material, en la que sale triun
B l ancas: A. Alekhine fante el doctor Alekhine, pues ganará un peón.
Negras: J . R. Capablanca
2SJ�xeS gxeS 26.Y!!x b7 tll e4 27.Y!!b 4 gas
1 .d4 dS 2.e4 e6 3 .tll e3 tll f6 4.igS tll bd7 2s.ga1
S.e3 e6 6.a3 ie7 7. tll f3 0-0 S.id3 dxe4
9 .ixe4 tll d S 1 O .ixe7 Y!!x e7 1 1 .tll e 4 tl:\ Sf6 LA LUCHA POR U N PEÓN
da que el peón avance, Ja torre enemiga. Será perpetuo de las negras, porque el rey iría a
una lucha de torre agresiva contra torre defen "h3 " .
siva, pero por ahora es muy difícil lograr esa
transformación. 46 . . . YMhS
La torre blanca está detrás del peón, pero, en 47 ... \Wa 1 48.©g2 m6
cambio, éste está muy retrasado. La posición
actual sería fuerte si el peón estuviera en Ja S i 48 . . . l:!a3, entonces 49.aS, y el peón sería
quinta l ínea. ya muy peligroso.
Amenaza l:!d8 y l:!d7 según Jos casos. Esta es una pérdida de tiempo que Alekhine
enmienda rápidamente.
40 ... YMb6 41 .gd7 \Wb 1 + 42 .©h2 \Wb8+
43.g3 gf5 44.\Wd4 YMes 45.gd5
S7.©d3 ©dS S8. ©e3 ©es S9.ga2 11.ges ga1 78.©xhS gg 1 79.ggs g h 1
ao .ms @b6 a 1 .gxf7 © e 6 a2.ge1
LA TORRE DETRÁS DEL PEÓN
La partida se suspendió en este momento para
Ahora se ve la ventaj a de la torre detrás del abandonar Capablanca al día siguiente. Es
peón, sosteniéndolo. Puede perder tiempo, claro que nada resta que hacer, porque los dos
mientras la torre negra está inmovil izada, pues peones, aun siendo de torre y alfil, se imponen
cualquier j ugada que haga avanzará el peón de cuando el rey adversario no está delante de los
"a5 " , que, por otra parte, no puede ser captu mismos.
rado con la colaboración del rey, porque las Es éste un final magistral que muestra las
blancas ganarían el final de reyes por la mayor dificu ltades que deben vencerse, aun con
proximidad de su rey al sector donde los peo superioridad de material, para imponerse
nes actúan . cuando de torres y peones se trata.
Prólogo 7
CAPÍTULO 1
LA TRANSFORMACIÓN DE LAS A M E N AZAS 9
CAPÍTU LO 1 1
LA LUCHA DEL ALFIL CONTRA E L CABALLO 31
CAPÍTU LO I I I
L A LUC H A DE CABA LLO C O N A L F I L CON PEÓN DE VENTAJA 57
CAPÍTULO IV
LA VENTAJA DE DOS A LFILES CONTRA DOS C A BA LLO O C A B A L LO Y ALFIL 73
CAPÍTU LO V
POR Q U É D E B E ENC ERRARSE CON EL N EG RO E L A L F I L D A M A 1 05
CAPÍTU LO VII
LA LUCHA D E LA COLU M N A 11r1 CONTRA E L PUNTO FUERTE "e4" (O "e5") 1 43
CAPÍTU LO V I I I
L A CENTRALIZACIÓN D E L A DAMA 1 63
CAPÍTULO IX
DOS TORRES CONTRA DA M A 1 85
CAPÍTU LO X.
LOS CAM BIOS DE DAMAS 210