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HIPOTESIS INDIVIDUAL

“Una de las peores indigencias de las personas en situación de calle es la


soledad en que viven por falta de oportunidades laborales”

TEMAS:

1- Definición de “Personas en situación de calle”.

2- Censo realizado por Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

3- Causas y problemas que provocan los sentimientos de soledad.

4- Consecuencias provocadas por el sentimiento de soledad.

5- Medios de Comunicación como fenómeno de agravamiento de la situación


de soledad.

6- Informes acerca de “la soledad en la persona en situación de calle” por


Alfredo Moffat (Psicólogo Social) y Norma Vilches (Presidenta S.I.P.A.M.).

7- Opinión personal. Cierre.

8- Conclusión

Las personas en situación de calle son individuos que se hallan pernoctando en


lugares públicos o privados, sin contar con una infraestructura que permita ser
caracterizada como vivienda precaria. Esta última supone al menos contar con
paredes y techo que otorguen privacidad, albergar pertenencias y generar una
situación relativamente estable. También es considerada una persona que vive
en situación de calle, quien se resguarda con cartones o maderas en un bajo
puente o autopista.

En este sentido, no se considera en situación de calle una persona que habita


en una villa de emergencia u ocupa una casa tomada. Tampoco quien
construye una habitación precaria, aislada, en un baldío.
(“www.redcalle.com.ar)
En la actualidad, 1103 personas están en situación de calle, según el último
censo que realizó el gobierno porteño. Estas cifras no incluyen, la población de
cartoneros, que alcanzaría a los 20.000. Como se los considera itinerantes, no
forman parte de estas estadísticas. Predominan en el Centro y Recoleta. El
80% son varones.

Algunos se instalan con colchones en la vía pública, mientras que otros


recorren la ciudad e improvisan algún refugio distinto para pernoctar. Los
homeless se agrupan en plazas, paseos públicos, bajo las autopistas y frente a
las puertas de las iglesias. Quienes llevan más tiempo en situación de
indigencia tienden a permanecer solos en zaguanes, estaciones de tren y en
las escaleras de subte.

El número de personas que están en situación de calle se ha mantenido


estable en el último tiempo, lo que no implica que no haya crecido. Aunque la
ciudad de Buenos Aires, dispone pautas activas para palear esta situación, es
difícil pensar que no haya gente que viva en esas condiciones en una urbe con
3 millones de habitantes y en un país que, aún en recuperación respecto de la
crisis de 2001/2002, no logra erradicar la pobreza, el desempleo y la
marginalidad.(“www.buenos aires.gov.ar).

De ahí la formulación de la hipótesis:”Una de las peores indigencias de las


personas en situación de calle es la soledad en que viven por falta de
oportunidades”.

Entre las causas de los sentimientos de soledad, se pueden mencionar


aspectos relativos a la injusticia social, la discriminación, el rechazo, la
humillación y la poca solidaridad.

Este sentimiento de soledad, es también atribuible a problemas familiares, los


que se expresan en el abandono o la falta de familia (estar solo y sin apoyo),
en la ocurrencia de eventos estresores al interior del grupo familiar (la muerte
de un ser querido, la separación, la ida de los hijos o la enfermedad de un
familiar), en la mala calidad de las relaciones familiares (falta de apoyo, afecto
y cohesión familiar) y en el conflicto y la violencia, situaciones que afectan
particularmente a las mujeres.
También se puede especificar situaciones como falta de trabajo, malos sueldos,
bajas jubilaciones y pensiones, carencia de dinero para satisfacer las
necesidades básicas (en especial la falta de alimentos).
(“www.lanacion.com.ar)

En la soledad se carece de compañía, esto lleva a pensar en que no se


mantiene comunicación con otras personas por la falta de vínculo. Se observa
esto como una experiencia indeseada en el individuo que la padece, al no
poder mantener una relación con otra persona que nos produzca satisfacción a
las necesidades que tenemos y seguridad por la protección que nos pueda dar
al servirnos de compañía.

En nuestra cultura el hombre sufre la fragmentación y dispersión del objeto de


su tarea, creándosele entonces una situación de privación y anomia que le
hace imposible mantener un vínculo con dicho objeto con el que guarda una
relación fragmentada, transitoria y alienada. El sujeto s ve impotente en el
manejo de su rol, y esto crea un umbral bajo de tolerancia hacia las
frustaciones, en relación con su nivel de aspiración. La vivencia de fracaso
inicia el proceso de enfermedad, configurando una estructura depresiva. La
alienación del vínculo con su tarea se desplaza a vínculos con objetos internos.
El conflicto en su totalidad se ha internalizado, pasando del mundo externo al
mundo interno con su modelo primario de la situación triangular (Complejo de
Edipo). Esta depresión, que aparece con los caracteres estructurales de una
depresión neurótica o neurosis de fracaso, sume al sujeto en un proceso
regresivo hacia posiciones infantiles. (“El Proceso Grupal” Del psicoanálisis
a la psicología social, Enrique Pichón Riviere, Edit. Nueva Visión, 1985,
Cap. Una nueva problemática para la psiquiatría, pág. 17).

Al no pertenecer a un grupo, no se puede compartir experiencias y


preocupaciones, se carece de amistades, de vínculos 1

En el hombre en situación de calle, la soledad está muy relacionada con la


pérdida de relaciones de personas significativas en la vida de este individuo,
con las que en alguna oportunidad interactuó de forma regular.
1
Vínculo “atadura, estructura compleja en donde hay un sujeto y un objeto que a su vez ese
objeto se transforma en sujeto en una relación dialéctica, estructura sensible, afectiva, ideativa
y de acción que nos une, nos ata a otro ser y con la cual el sujeto se identifica.
La tristeza, el desamor, la negatividad, el sentimiento de frustación, el “no poder
salir de eso”, la angustia, la depresión, son estados que los llevan al no poder
relacionarse, provocando esto una escisión, un corte abrupto con los lazos
sociales, sumado a esto la falta de oportunidades laborales, en donde en un
sistema capitalista, las demandas del perfil deseado, el “apto para” son muy
altas, quedando a merced de la Providencia.

El Dr. Pichón Riviere, nos habla de un sujeto de naturaleza social, concebido


desde su verticalidad, pero descentrado en el vínculo, es el portavoz 2.

Esta actitud solitaria, lleva a tener en algunos casos, una adaptación pasiva a
la realidad porque no mantiene un interjuego dialéctico en el medio, tiene una
relación pasiva, rígida y estereotipada, no pudiendo de esta forma aprehender
la realidad a través del enfrentamiento, manejo y solución integradora de los
conflictos. En otros un quiebre con el principio de la realidad y sólo en un
porcentaje menor, hay individuos que a través de talleres, como ser de pintura,
revista, manualidades, cocina, carpintería, etc., pueden adaptarse activamente
a dicha realidad. Esta mayoría conformada por los adaptados pasivamente, son
los que presentan gravísimas dificultades para poder acceder a una vida digna
conllevada por un ingreso laboral, disminuyendo significativamente sus
posibilidades de reinserción en la sociedad.

En muchos casos, en donde la conflictiva surgió a partir del grupo familiar o del
mundo externo, el individuo es segregado por ese mismo grupo, motivo por el
cual decide abandonarse y se libra a la suerte de la calle, trayendo aparejada
esta situación, la ruptura vincular y en consecuencia la imposibilidad de
realización individual, social y laboral.

Aparece un nuevo ámbito, el de la calle, en donde la frustación, la


incertidumbre por los peligros constantes, la falta de alimento, las condiciones
climáticas, el no tener donde vivir, el aprender nuevos códigos de
supervivencia, hacen que su “YO” se vaya debilitando, aparezca la baja
autoestima, la sensación constante de culpa y pueda traer aparejada esta
situación de crisis, pérdida de la identidad y el no sentirse ciudadanos,
pertenecientes a algún sistema.
2
Portavoz: miembro de un grupo que en un momento denuncia el acontecer grupal.
Esta dimensión de sentimientos de soledad, direcciona directamente a todas
estas faltas de oportunidades previamente descriptas. De ahí que este
sentimiento de soledad vinculado a las enfermedades traiga aparejado el
alcoholismo y la drogadicción.

Si hablamos del imaginario colectivo, comprobamos que al crearnos una


imagen mental de la persona sin hogar, se nos aparece con una característica
muy marcada: está sola. Así cuando hablamos del colectivo de las personas sin
hogar, se les supone de antemano una fuerte soledad motivada precisamente
por el proceso de ruptura social debido a la falta de vínculos.

Al no tener proyectos de vida, las oportunidades laborales disminuyen


considerablemente, trayendo esto aparejado rupturas en los lazos familiares
(vínculos).

Así su tejido social va desorganizándose hasta el punto de desembocar en una


situación en la que el individuo ya no tiene a quien acudir. En estas
circunstancias es lo que la falta de recursos económicos y relacionales han
fallado, a medida que transcurre el tiempo es cada vez más difícil “la vuelta
atrás”, es decir, la situación se va cronificando y se produce una rápida y
progresiva pauperización.

Se producen varios tipos de violencia, una de ellas es cuando el Estado no


garantiza su acceso a los derechos sociales básicos, como son vivienda,
educación, empleo y protección social y cuando los obstáculos para acceder a
esos derechos suponen, en la práctica, la pérdida de ciudadanía y de la
posibilidad de desarrollarse con dignidad.

Los medios de comunicación, tampoco son ajenos a esta exclusión social, hay
“determinadas estrategias informativas que agravan el fenómeno de los sin
techo, cuando se refieren a estas personas con términos como “mendigos” o
“indigentes”, expresiones con una fuerte connotación negativa que pueden
leerse casi a diario en noticias que, en la mayoría de los casos, recrean
contenidos violentos o morbosos.

“Nuestros homeless son los cartoneros. En Buenos Aires, los


marginados sociales ya no son los mendigos, ni los crotos, ni los
linyeras.

Aparecieron nuevos marginados, como consecuencia de la grave


desocupación. Todas las noches, la ciudad es invadida por un ejército de
recicladores de basura. Los primeros eran hombres solitarios,
alcohólicos en su mayoría (para aguantar el frío, el hambre y la tristeza).
Ahora son familias enteras con el oficio humillante de revolver y vivir de
la basura. Configuran la escena temida de "quedarse en la calle". No nos
dejan olvidar la crisis. En Europa, los marginados callejeros son
adolescentes en la droga. Y en Latinoamérica, los históricos
abandonados urbanos son los chicos de la calle. En Calcuta y Nueva
Delhi, no pude ver marginados en la calle, porque toda la población vive
en la calle, en esta cultura comunitaria, a diferencia de las ciudades
occidentales donde la marginación lleva a la fragmentación social y la
soledad” (Alfredo Moffatt)3. www.clarín.com.ar

Norma Vilches4, presidenta de la red interparroquial Sipam, dice que “ las


situaciones sociales como quedarse sin trabajo, pasar a carecer de una
cobertura y contención social, pueden ejercer de detonante que vienen de
la niñez, de la relación de esa persona con sus padres o de la situación
familiar. No cualquiera se queda en situación de calle”.

Cuando una familia a duras penas vive en una pensión y el jefe de hogar
pierde su empleo, a los pocos días de no pagar quedan todos en la calle.
La mujer y los niños se ubican fácilmente en la casa de algún familiar.
Pero para el hombre es más difícil. Por otra parte el padre de familia
piensa en que es una situación transitoria, y se queda en la calle... y la
calle se lo devora. Porque como no está preparado para esa emergencia,
entonces pierde todavía más la posibilidad de reinsertarse y reunirse con
su familia.... Muchos dicen que no quieren trabajar... Pero al poco tiempo
de estar en la calle ya no puede asearse, no tiene ropa limpia, por lo tanto

3
Moffat, Alfredo – Psicólogo Social
4
Presidenta de la red interparroquial - SIPAM
no está presentable para ninguna entrevista laboral... ¿Quién lo va a
emplear con ese aspecto? A poco de deambular le roban sus pocas
pertenencias. Y ni que decir si cae en el alcoholismo que lo termina
destruyendo por completo.” www.sipam.com.ar”

El sujeto se comporta en y hacia un contexto. Ese contexto es el horizonte de


su experiencia, y sólo en ese contexto esa conducta, aún lo que parece más
incomprensible, adquiere coherencia y significación.

El Dr. Pichón Riviere nos habla en su libro “El Proceso Grupal” 5, acerca de que
tras los signos de una conducta anormal, desviada, enferma, subyace una
situación de conflicto de la que la enfermedad emerge como intento fallido de
resolución.

El conflicto es inherente al ser humano, la realidad nos lleva a enfrentarnos con


situaciones problemáticas que tratamos de manejar y de solucionar, pasar del
dilema al problema. Muchas veces, estas personas en situación de calle, no
tienen a quien recurrir a partir del sentimiento de soledad que los condena.

Haciendo un cierre, todo lo expuesto hasta aquí es un reflejo de la


vulnerabilidad a la que están expuestas estas personas, desde la falta de
vínculos hasta la imposibilidad de tener condiciones laborales adecuadas para
subsistir, pasando por los matices de la pérdida de dignidad, del no sentirse
ciudadanos, de pertenecer a la “nueva clase” de los linyeras, cirujas, etc, del
maltrato como sujetos no excluyentes, sino INCLUIDOS EN NUESTRA
SOCIEDAD, para lo cual debemos proteger y dar la contención adecuada.

Concluyendo, la soledad puede ser una experiencia bastante particular e


individual en cada ser humano, a través de ella se evocan situaciones que
están relacionadas con el abandono, aislamiento, tristeza, pérdida, falta de
lazos sociales, falta de oportunidades laborales, todas éstas nefastas para la
integridad y valoración emocional de cualquier individuo.

5
“El Proceso Grupal” Del Psicoanálisis a la psicología Social (1), Nueva Visión, 1985, Cap.Una
Teoría de la Enfermedad, pag.173
Esta idea de soledad en los” Hombres en Situación de Calle”, que lleva a no
formar parte de un proyecto de vida, de entender que a la mayoría no les
importan lo suficiente como para pertenecer a su mundo, de no establecer
vínculos; estos desórdenes afectivos que provoca y de falta de oportunidades
me hacen ratificar mi hipótesis.

Esto es un llamado a la reflexión para que la sociedad entienda que TODOS


somos responsables de lo que les sucede a nuestros pares, que todos somos
CIUDADANOS que tenemos una IDENTIDAD, que depende de nuestra
conducta y de nuestro accionar el poder incluir a los HOMBRES EN
SITUACION DE CALLE y adaptarlos activamente a una realidad, dentro de
todas nuestras posibilidades y las de nuestro prójimo.

GONZALEZ, Laura

BIBLIOGRAFIA
-Diario La Nación, www.lanacion.com.ar

-Diario Clarín, www.clarin.com.ar

-Red Calle, www.redcalle.com.ar

-S.I.P.A.M., www.sipam.com.ar

-Página 12, www.pagina12.com.ar

- Ministerio de Desarrollo Social- Gobierno de C.A.B.A.,


www.buenosaires.gov.ar

- El Proceso grupal, Del Psicoanálisis a la Psicología Social, Dr. Enrique Pichón


Riviere, Edit.Nueva Visión, 1985, Cap. Una Teoría de la Enfermedad pág. 173,
Una Nueva Problemática para la Psiquiatría, pág. 17.

- Revista El Faro de Rincón, Obra de San José. Rincón 675, C.A.B.A.

Hipótesis individual: “Una de las causas que llevan a las personas a la


situación de calle y a la exclusión, es la perdida de sus vínculos familiares.”

Temas que voy a abordar :


Concepto de sociedad .Concepto de vinculo .Tramas vinculares.

La persona sin techo, el pobre, el deambulante. La persona en situación de


calle.

Breve descripción. Su perfil. Características.

Motivos que lo llevan a esa situación .Ruptura de lazos y vínculos familiares.

Consecuencias de la exclusión. Perdida de la dignidad.

Necesidades básicas .Sentido Social. Reinserción

Desarrollo

Se parte del concepto de Pichón Riviere de lo que es la sociedad. Para él toda


sociedad contiene estructuras objetivas externas. (Modo de producción y sus
relaciones de producción) que corresponden a como se establece la creación y
la distribución de los recursos materiales y los modos de apropiación de estos
bienes y valores sociales y estructuras objetivas externas, que corresponden a
su cultura, ideología, religión etc.

Toda sociedad tiene una determinada organización económica que


corresponde a su modo de producción.

Desde la Psicología Social de E. Pichón Riviere la sociedad no es solo un


conjunto de significaciones sino que estas significaciones están articuladas en
determinados modos de relaciones y corresponden a estructuras vinculares
interrelacionadas de manera precisa según sea el ámbito de que se trate.

Para Pichón la sociedad no esta constituida solo por estructuras lingüísticas


sino básicamente por relaciones vinculares.

El sujeto es definido por Enrique Pichón Riviere como sujeto social “no hay
nada en el que no sea la resultante de la interacción entre individuos, grupos y
clases” .Este sujeto se constituye a partir de estructuras, tramas vinculares, que
trascienden su subjetividad de las cuales el será un emisario o portavoz. Esta
concepción de sujeto tiene consecuencias metodológicas, ya que interviniendo
en estas estructuras que trascienden la subjetividad (grupos, organizaciones y
comunidades) se esta operando sobre dicha subjetividad.

El mundo moderno se caracteriza por la situación de cambio.

Es en esta sociedad que el ser humano debe construir su marco referencial, un


aparato para pensar la realidad que le permita posicionarse y pertenecer a un
campo simbólico propio de la cultura y la subcultura en las que esta inserto.

Pichón visualiza al sujeto en una permanente interrelación dialéctica con el


mundo, única condición para que este sujeto pueda construir una lectura
ordenada de su realidad.

La perdida de esta interrelación dialéctica hace que el marco referencial, la


manera de percibir, discriminar y operar con el mundo se vuelva anacrónica y
con ello se pierda la posibilidad de una interrelación mutuamente transformante
con el medio. Los sin techo, los homeless , los deambulantes , los transeúntes ,
los de la calle o ” personas en situación de calle “ , constituyen sin lugar a
dudas un problema social. También sabemos que el “problema “de los sin
techo” excede ampliamente una cuestión habitacional., de alojamiento.

Coincidimos con varios autores cuando afirman que el adulto en la calle no


despierta simpatías.

Sin embargo por otra parte el adulto en la calle tiene el triste privilegio de ser el
paradigma de la desprotección del sistema social.

El adulto de la calle , con niveles de instrucción aceptables , con un oficio , con


cierta trayectoria laboral anterior , esto es , con ciertos recursos personales
,queda ,bajo determinadas circunstancias ,absolutamente indefenso ,”queda
en la calle “. Aquel que a todas luces pudo hacer uso de sus recursos y
potencialidades personales, aquel que no estaba dentro de lo que se llama
población de riesgo ingresa abruptamente en una nueva forma de pobreza
.Esta nueva forma de pobreza comienza a ser reconocida en nuestro país a
partir de los años 80, pero en la actualidad cobra una magnitud
verdaderamente significativa.
El nuevo ordenamiento global trajo aparejadas dramáticas consecuencias para
la Nación Argentina, donde los sectores excluidos se han ido ampliando.

Este contexto nacional constituye la causa determinante de la concurrencia


interrumpida a servicios asistenciales al no brindar facilidades de inclusión
laboral y social de todas las personas que han sido excluidas del sistema. La
sociedad se ocupa del marginado de manera ambigua: Con políticas
asistenciales los reconoce y atiende y por otro lado los relega y margina para
luego transformarlo en excluido.

El denominador común de todas aquellas personas que están sin techo, es sin
lugar a dudas, alguna forma de pobreza, que a su vez tiene múltiples
causalidades.

La pobreza no definida solo en su dimensión económica sino como un


conjunto de condiciones de existencia.

El Deambulante

Podemos tomar varias definiciones del deambulante de acuerdo a distintos


países.

En nuestro país el deambulante representa a un adulto solo, sin vivienda, sin


familia, con trabajos eventuales y salud deteriorada, que deambula por las
calles en busca de satisfacer sus necesidades mínimas.

Suelen estar indocumentados y algunos presentan trastornos físicos, psíquicos


o enfermedades mentales.

La persona que llega a esta situación es una persona quebrada


emocionalmente, su autoestima esta muy baja, no tiene contención de ningún
tipo, ya que se han roto sus lazos y vínculos tanto familiares, sociales y
laborales.

Dice Pichón que vinculo es una estructura sensible, afectiva, ideativa y de


acción, que nos une, que nos ata a otro ser y con la cual el sujeto se identifica.

El vínculo es el que intermedia y permite la inserción del sujeto al campo


simbólico de la sociedad.
Toda estructura vincular esta direccionada hacia un proyecto, de no ser así
pierde el rumbo y se estereotipa dando lugar a diversos síntomas de deterioro.

La persona en esta situación,es una persona que ha perdido su dignidad ya


que no llega a cubrir las necesidades básicas de cualquier ser humano. No
tiene acceso a una vivienda digna, a la educación, a un trabajo y a una
contención sanitaria elemental. Es una persona quebrada, agobiada y es
ganada por la apatía..

No existe en el ningún proyecto, siente que no tiene nada para dar por lo que
su vida carece de sentido.

Va perdiendo la confianza en si mismo y en los demás .No se valora ni es


conciente de su altísima dignidad.

Está enojado consigo mismo porque, en el fondo, se siente responsable de lo


que le pasa y esto le genera frustración.

La persona en situación de calle tiene miedo a vivir nuevamente situaciones


traumáticas lo que le provoca rechazo a volver a intentar llevar una vida laboral
y a rehacer relaciones familiares y sociales.

En general no cuenta con grupos de pertenencia ni con amigos.

Es fácil entender que las condiciones de vida en cuanto a soledad, aislamiento


y exclusión social son factores que pueden facilitar la aparición o precipitar una
depresión.

La depresión constituye el desorden que posee mayor prevalencia.

Las personas en situación de calle son la parte más vulnerable de la población.

Ver anexo 1. De dónde venimos…

También hay diversos factores personales que llevan al hombre o mujer adulto
a una situación de calle.

Entre ellos están: Enfermedades, bajo nivel educacional, carencia de hábitos


laborales, ruptura de vínculos.
Dentro de la ruptura que los lleva a esta situación podemos ver ruptura de
lazos de tres tipos.

RUPTURA DE LAZOS FAMILIARES Y PERSONALES: Los vínculos


familiares son la fuente nutriente de los más profundos sentimientos
humanos sean tanto positivos como negativos. A lo largo de toda nuestra
existencia, pero sobre todo en los primeros años de vida , las estructuras
vinculares de la familia, escuela, amigos son el sostén material más
importante de las personas .

La manera en que se desarrollen estas relaciones van a ser un factor


determinante en la constitución de la subjetividad, pero también es la
sociedad la que se caracteriza por el continuo cambio, por lo que nuestra
adaptación activa a la realidad tampoco nunca se agota.

La familia es una organización grupal producto de múltiples relaciones y


donde existe un vínculo afectivo perdurable que permite diseñar un
proyecto en conjunto.

Es un espacio donde cada sujeto tiene su propia representación interna


de lo que constituye el escenario familiar y donde la tarea del grupo es la
reproducción social de la vida según funciones y roles.

Las posibilidades de ubicación de los sujetos y las posiciones de las


familias, no depende exclusivamente de la voluntad individual de las
personas.

Visto desde este ángulo podemos decir que la familia es el sostén de la


organización social. Esta aparece como el instrumento socializador, en
cuyo ámbito el sujeto adquiere su identidad, su posición individual dentro
de la red interaccional.

Algunas personas que están en la calle ya no mantienen contacto con su


familia directa o indirectamente .Esto puede deberse a una pelea, a la
muerte de algún miembro, a la distancia que los separa, a una adicción, a
un trastorno físico o alguna enfermedad.
RUPTURA DE LAZOS LABORALES: No tienen empleo o no tienen un empleo
fijo que les proporcione ingresos estables. Muchas veces lo tuvieron. Incluso
han tenido estudios universitarios.

RUPTURA DE LAZOS SOCIALES: Puede perder a sus amigos o puede tener


problemas institucionales (con la policía o judiciales).Esto puede ser un
proceso gradual o puede darse en forma brusca porque sus amigos le den la
espalda al no aceptar su situación de indigente.

Estas rupturas generalmente se caracterizan por estar encadenadas, es decir


que una ruptura puede llevar a otra.

Por otra parte también son bruscas, es decir, que vivir en la calle no es algo
meditado, sino una solución precipitada para alejarse del dolor o por ser la
única opción tras haber sido desalojado de su residencia habitual.

La perdida de los derechos al trabajo, la salud y la educación son atentados al


tejido social provocando exclusión y marginación.

A las personas en situación de calle se las suele clasificar de diferentes


maneras.

El incipiente: Son las personas que llevan menos de 6 meses en la calle .Son
los nuevos pobres. Aquellos que han perdido su trabajo, se han quedado sin
vivienda, se han alejado de su red familiar o de amigos; pero no han bajado los
brazos, interiormente todavía tienen fuerzas y no están abrumados por la
situación.

En general este grupo tiene formación profesional o historia laboral reciente


pero corren el riesgo de que su situación se agudice.

El habitual: Llevan más de 6 meses en la calle .Utiliza habitualmente servicios


sociales y tiene dificultades para afrontar su situación.

Se va produciendo un acostumbramiento, una resignación y una falta de interés


por salir de ella.

El crónico: Es el que ya lleva muchos años. Tiene un gran deterioro.


No utiliza servicios sociales Acepta pasivamente la circunstancia que vive y no
intenta revertirla.

Existe acuerdo en que el deambulante sufre el problema del desempleo. Su


salud es más vulnerable que el de la población en general, las condiciones en
las que viven pueden llevarles a padecer graves enfermedades. Por ejemplo,
muchos sufren graves problemas de malnutrición, hipotermia, no acuden al
médico o no tienen dinero para pagar los medicamentos, ni tampoco pueden
cuidar su higiene. Ver anexo Médicos del mundo Argentina

De igual modo que el tema del alcohol y las adicciones, los problemas de salud
mental pueden ser causa o consecuencia de la situación en las que viven las
personas de la calle y las drogas y el alcohol muchas veces ocupan un lugar
muy importante en sus vidas siendo el alcohol la adicción más extendida.

Al no tener familias, relaciones sociales fuertes y al tener un quiebre muy


profundo,la situación de desamparo es extrema. Esto los lleva a sufrir toda
clase de agresiones.

Lo importante a tener en cuenta son las representaciones que las personas


tienen de aquello que llaman familia.

También se puede decir que todas estas cuestiones son también


consecuencias de su modo de vida.

Se podría hablar acá del concepto de series complementarias, donde por un


lado estarían los factores intrínsecos del sujeto (falta de apoyo familiar,
problemas de personalidad que dificultan su desempeño laboral, etc.) y por otro
lado la desprotección social, la falta de un sistema político y social inclusivo y
no excluyente) .

El psicólogo Rene Kaes afirma que el sujeto humano “es sujeto de las
crisis y de sus elaboraciones”, y por lo general es la familia quien puede
ofrecer el marco como estructura estable de sostén y vínculos con otros.
La relación vincular es un concepto importante dentro de la temática de las
personas de la calle. En nuestra vida internalizamos un sistema de relaciones,
una compleja estructura de afectos que están interactuando, poniendo en
escena nuestra fantasía inconsciente.

Este sistema de relaciones nos marca la manera de actuar con el otro.

También entre los factores desencadenantes pueden estar una separación


conyugal, la pérdida de un trabajo, una pelea u otros motivos que lo llevan a un
quiebre emocional.

La exclusión social: Es un fenómeno estructural económico- social y político


que impide el acceso al bienestar de amplios sectores de la población, los que
se ven privados del ejercicio efectivo de sus derechos humanos más
elementales.

Es el mayor camino hacia la desigualdad. La pobreza, el desempleo, la falta de


acceso a servicios básicos para la vida, la educación, la salud.

La pérdida de los derechos al trabajo,la salud y la educación son verdaderos


atentados al tejido social provocando exclusión y marginación.

La desesperación de la exclusión genera mucha violencia .Los indicadores de


nivel de desarrollo de un país son :La tasa de desempleo, tasa de mortalidad
infantil, pero no existe en ningún lado algo que mida la tasa de sufrimiento de
una persona excluida. La persona excluida es descartable, y el sistema no la
requiere para existir .El desamparo es absoluto.

El sentido de lo social

.El sentido social es aquella cualidad que nos mueve a interesarnos por los
demás,a ayudarlos en sus necesidades, a cuidar de los intereses comunes.
Podemos decir que es aquella aptitud para percibir y ejecutar prontamente,
como por instinto, en las situaciones concretas en que nos encontramos,
aquello que sirve mejor al bien común. El hombre con sentido social no espera
que se le presenten ocasiones extraordinarias para actuar. Todas las
situaciones son importantes para él. Ver anexo 3.
Conclusión

La ruptura de vínculos afectivos y más aun familiares es traumática, pues


provocan en la persona un alto sufrimiento psicológico; el individuo, no
encuentra motivación para volver a rehacer sus lazos afectivos y llevar una vida
digna y la calle acrecienta aun mas esta apatía, produciendo un sentimiento de
desamparo y de orfandad.

Viven una tristeza que a veces disimulan pero que la sufren por dentro.

Las principales demandas que busca la persona que se encuentra en ésta


situación es la necesidad de consideración, de dignidad, de autoestima y
fortaleza, que esto a su vez le permite encontrar un sentido a su vida individual,
familiar y al mundo que lo rodea. Sabemos que el hombre, dispone
naturalmente de defensas que le permiten adaptarse a los cambios que la
sociedad produce. Así se cumple, el concepto de Pichon, de sujeto productor y
producido, pudiendo tener éste una adaptación activa a la realidad. Si además
se cuenta con el compromiso de la sociedad, de organizaciones no
Gubernamentales, de los ciudadanos y del estado mismo, donde se acepte al
otro viendo en él a una persona , posiblemente estaríamos ayudándolos a
revertir la situación para que puedan reinsertarse nuevamente, así como
restablecer sus vínculos familiares.

Para finalizar diría, que si bien lo expresado en el desarrollo lleva a algunos


individuos a la situación de calle, es el sujeto el que posee las herramientas
necesarias para revertir tal situación. De esta manera ya dejaríamos de verlos
como un pobre o indigente, sino como una persona que tiene que reconocer
sus posibilidades ocultas que por no haber sido ejercidas ni él mismo puede
reconocer que las tiene.

BIBLIOGRAFÍA

1) El deambulante y su realidad .Un acercamiento a su perfil desde la


promoción del servicio social .Silvia Villarroel. 1991
2) SIPAM .El deambulante. Acercándonos a su realidad .Bs As 1999.

3) Denis Merklen (UBA). Pobreza urbana. Marginalidad, exclusión e


integración social.

4) La Psicología Social frente al tercer milenio. Gladys Adamson. Bs As


.Nobuko, 2008

5) Monografía, El Deambulante ,Universidad Católica Argentina ,Programa de


la deuda social Argentina. Concurso” Las Caras de la Pobreza”

6) Barg, Liliana. Los vínculos Familiares. Editorial Espacio. Bs As 2003.

7) Oscar Brichetto. Apunte de vínculo, clase dictada en Escuela de Psicología


Social del Sur.

8) Un Sentido que hace falta .Extracto del capítulo Siete de” Humanismo
Social”.

9) La promoción social.¿alternativa real o utopía inaccesible?.Susana García


de Lamberte .Buenos Aires, 2006

ANEXOS

1) ¿DE DÓNDE VENIMOS Y A DÓNDE VAMOS?


Por Luis Felipe Sánchez, que asiste al taller del diario y desayuna en la Obra
de San José

A quién le importa la muerte de un indigente? En cambio podemos tratar de


hacer algo .En la Obra nos brindan ayuda y tenemos la oportunidad de
capacitarnos en los diferentes talleres: Dibujo, Plástica, Panadería, Escuela
Primaria.

La situación de calle nos lleva a un deterioro físico y psicológico progresivo .No


podemos perder nuestra condición de seres humanos y no podemos permitir
ser tratados como objetos, cosas que molestan, ensucian, dan mal olor.

Hemos perdido nuestras familias, nuestras pertenencias ,nuestros hogares,


nuestros vínculos .Nosotros los indigentes recorremos las calles en busca de
alimentos ,de abrigo en invierno y de refugio para el sol en verano; dormimos
poco y entrecortado ,pues la hora del sueño parece significar grandes
peligros .Desde perder nuestra pocas pertenencias hasta la vida misma
.Vagamos sin rumbo aparentemente, lento por el peso de las cosas que
debemos cargar siempre, si es que deseamos conservarlas, lentos por el peso
de la realidad que vivimos ,lentos sin apuro pues nadie nos espera ni tampoco
hay lugar al cual llegar.

Estas condiciones de existencia si se prolongan en el tiempo terminan


alienándonos, es decir, una parte de nosotros deja de funcionar, de conectarse
con el mundo, con la realidad, y nos deprimimos, nos enfermamos físicamente
y hasta enloquecemos.

Esperamos que para bien de la comunidad se generen más empleos, poder


terminar el colegio ,que se pueda aportar nuestro conocimiento y aprender de
los demás…Porque queremos un lugar donde poder dejar nuestras cosas
,donde poder seguir desarrollando nuestras capacidades, donde sentirnos
seguros, un lugar donde desarrollar el sentido de pertenencia, encontrar la llave
para seguir expresándonos, bienestar para el grupo y así poder recuperar la
dignidad que perdimos.

2) ACTITUDES ANTE LA VIDA

Por Dardo una persona que asiste al taller del diario de la Obra de San José
Cada persona es una individualidad y todos, quién más, quién menos, son
azotados por los huracanes de la vida. Lo que realmente importa es la actitud
que se puede tomar ante los golpes de la adversidad. O nos dejamos arrastrar
por la corriente de los hechos hacia destinos inciertos, poniendo en la
casualidad la brújula de nuestro destino o asumimos los desafíos con entereza
e inteligencia haciendo de los obstáculos que se presentan, palancas para
impulsarnos hacia delante, hacia horizontes mejores.

Este modo de enfocar los hechos es capital en el desarrollo de nuestro


destino .No debemos confiar en ningún momento en la causalidad, sino en ser
arquitectos de la causalidad, utilizando para esto todas las herramientas que
tengamos a mano, como ser la entrega, la persistencia, el coraje y la decisión
de no bajar los brazos pese a todas las desventuras que puedan azotarnos.

Marco Teórico:
Plantearé en líneas generales cómo se desarrolla el comportamiento y la
conducta de un individuo para relacionarlo con la teoría de Enrique Pichón
Riviére sobre la enfermedad única como posible eje de para demostrar que las
personas en situación de calle presentan conductas emocionales
descontextualizadas incapaces de resolver la antinomia individuo – sociedad.

Luego, tomando parte de la teoría de Melanie Klein por un lado y las


significaciones sociales (1) y la sociedad como realidad subjetiva (2) por el otro,
determinar si dichas conductas se presentan mayormente en personas en
situación de calle. Veremos así si la incapacidad de resolver la antinomia crea a
su vez alguna barrera para generar y sostener vínculos sociales.

Para ello comenzaré con los motivos que dan, o pueden dar origen a los
comportamientos específicos de los individuos en situación de calle. Si
tomamos el factor direccional (3) del por qué una persona está en situación de
calle, podemos converger y resumir formulando dos situaciones:

1- Por decisión
2- Por falta de recursos

En cualquiera de esas dos situaciones, pasamos a ver por qué el individuo


persiste – factor de persistencia - en esa acción. En el caso de mi hipótesis,
entiendo que el factor faltante (el de decisión) es el que responde a la primera
división; por lo que tomaremos como base que, dado que “ la conducta es
siempre motivada y motivante ” (3), el sujeto en situación de calle es consistente
con la decisión de su situación.

Los motivos de dicho comportamiento, no se pueden generalizar, sin embargo


algo en el entorno del individuo se ve amenazado y esto genera la conducta
reactiva (4) y que denominaremos como conducta emocional
descontextualizada ya que presenta un alto grado de emocionalidad frente a
situaciones cotidianas de muy diferentes grados de importancia para la
sociedad. Es decir, y tomando un ejemplo de la observación realizada, para el
sujeto Gustavo fue tan emocionalmente relevante su problema con la policía en
la cual sufrió inclusive algún abuso físico como el que el termo de la reunión de
la revista en la Obra fuera llevado a recargar agua caliente. La respuesta
emocional, postura física y brillo en sus ojos denotaba un alto grado de
angustia en ambos episodios. Este tipo de reacción fue común a muchos de los
sujetos ante distintos temas que se tocaron en las reuniones, e inclusive se los
ve desde distintas apreciaciones en informes realizados presentados en
internet (anexos).

Habiendo dejado en claro el tipo de conducta a la que nos referimos y que


denominamos conducta emocional descontextualizada, seguiremos viendo si
dichos comportamientos responden a otras situaciones históricas anteriores.
Tomando del texto de Enrique Pichón Riviere (3) “ Las tensiones que surgen de
la ira, el odio y el miedo conducen al individuo a protagonizar conductas que le
producirán alivio” , entiendo entonces que el comportamiento elegido -la
situación de calle- puede resultar de alivio al sujeto en su relación con la
sociedad ( en general) y con los demás individuos ( vínculos) en particular.
Llegando así a persistir en él.

Si tomamos a “ las conductas como estructura, como sistema dialéctico y


significativo en permanente interrelación intentando resolver desde esa
perspectiva las antinomias: mente-cuerpo, individuo-sociedad, organismo-
medio” (6), y además como concepto la interrelación dialéctica en la conducta,
Pichón Riviére (6) dice que “ en ésta se presenta una interrelación intrasistémica
que es aquella que los vínculos internalizados configuran el mundo interno de
cada sujeto y de una interrelación intersistémica que es la relación del mundo
interno del sujeto con el mundo exterior” (mecanismos de proyección e
introyección).

Desde la Psicología social, se busca encontrar una estructura básica que de


cuenta de las conductas saludables y de las enfermas (5), teniendo como sujeto
sano aquel que se adapta activamente a la realidad y tomando la definición de
que sano y enfermo son conceptos sociales ya que la sociedad y la cultura son
quienes determinan el umbral de conducta normal o patológica.

Desde esta perspectiva la conducta emocional descontextualizada que


presentan los individuos en situación de calle, debería adaptarse activamente
para no ser considerada “enferma” y así poder resolver la antinomia individuo-
sociedad.

Para ello, continuando con la teoría sobre la enfermedad única (6), vamos al
principio de la “pluralidad fenoménica”. Este sostiene que la mente posee tres
dimensiones fenoménicas o proyectivas que al proyectarse en el mundo
exterior (entorno - sociedad) produce tres áreas de expresión; mente, cuerpo y
mundo exterior. Es decir que la conducta tiene unidad en las manifestaciones
del sujeto con su entorno ( desde las tres áreas), es lo que da contexto a la
comunicación. En el caso de la conducta emocional descontextualizada,
observo que el contexto de lo que se comunica es parecido aunque los
contenidos sean completamente distintos. Veo como estereotipada la respuesta
desde lo emocional. No se puede asociar la emoción con el significado de lo
que se quiso comunicar.

Con el principio de la policausalidad es más complicado de trabajar ya que en


la mayoría de los casos desconocemos los factores que la determinan. Como
la observación se basó en individuos en situación de calle a la que arribaron
siendo mayores, no podemos concluir respecto a los factores disposicional y
constitucional por falta de datos y por no poder presuponer falencias
alimenticias, educativas y otras que pudieran darse en niños nacidos en la
situación de calle. Respecto al factor actual, es tema de otra investigación (del
subgrupo) cuales pudieron ser dichos factores desencadenantes de la situación
de calle, conflicto que no pudo ser resuelto dialécticamente. Si podemos decir
por esto, que la situación de calle es una forma de eludir un conflicto no
resuelto.

Esta es una forma de presentar que no hubo adaptación al medio y


consecuentemente a la realidad social.

Del principio de continuidad genética y funcional tomamos y relacionamos


desde la situación esquizoparanoide a la depresiva con la que el sujeto puede
lograr una integración y así un “proyecto”, como dice Pichón Riviere esto
significa “elaborar un futuro adecuado de una manera dinámica, por medio de
la adaptación activa a la realidad, con un estilo propio, ideologías propias de
vida y una concepción de la muerte propia” (depresión diatrógena positiva).
Vemos aquí que si hubiera en el caso de los sujetos en situación de calle una
elaboración del futuro adecuado al que se refiere Pichón Riviere, estaríamos
desestimando la idea de proyección al futuro. Por eso concluimos desde esta
lógica que la conducta emocional descontextualizada no presenta montos de
ansiedad que despierten la posibilidad de cambio en las estructuras. La
ansiedad depresiva por el abandono de vínculos anteriores y la ansiedad
paranoide creada por nuevos vínculos y la inseguridad consiguiente podrían
trabajarse en este caso dentro de un grupo operativo para operar el cambio.

En función de lo expuesto puedo concluir parcialmente en que no hay


resolución de la antinomia individuo-sociedad dado hasta aquí el análisis del
campo teórico elegido.

Ahora continuaré adentrándome en la evolución psíquica del individuo en


situación de calle desde la perspectiva teórica de Melanie Klein. Si visualizo al
individuo en situación de calle, donde como hemos marcado anteriormente no
hay un proyecto de futuro sino una persistencia en su situación, puedo analizar
los instintos de vida y de muerte percibiendo una escisión no integrada – sino
estereotipada -, dado que las reacciones hacia el medio son diametrales: algo
es muy bueno porque me ayuda o muy malo porque me lastima o destruye.
Podría decir que no se visualizan los grises. Hay un temor latente, un
desequilibrio generado por sentimientos de peligro. No parece introyectar lo
bueno del mundo externo sino escindir con él.

Las experiencias a partir de la cuales se produce en el sujeto la incorporación


de los valores sociales, parecen haber quedado carentes de significación y por
ello no es posible integrar dichos valores y principios a fin de convivir en la
sociedad. La familia como estructura primaria, “ puede transmitir tanto valores
que tienen a la estabilidad, conservación de las estructuras previas, como
valores que tiendan a un progreso, a la búsqueda de un cambio, a la
transformación de sí misma y de las relaciones sociales” (1). Al no tener vínculos
familiares estables, dichos sujetos quedan expuestos a la marginación social.
No estudiaremos en este análisis si dicha marginación es externa o interna en
el individuo en situación de calle. Parece presentarse entonces, una falencia
de vínculos en general en las personas que viven en la calle. Por definición,
decimos que no tienen donde dormir bajo techo (familia, sostén), ni un sueldo
( relaciones laborales), ni obligaciones comunitarias (pago de impuestos, voto).
La sociedad se entiende en términos de un continuo proceso dialéctico:
externalización, objetivación e internalización (2). Esa internalización es cuando
se interpreta un acontecimiento objetivo, como expresión subjetiva de otro y
que se vuelve significativo para mi. Aquí el individuo asume el mundo en que ya
viven otros ( sociedad), y cuando esta internalización es completa se
considerar al sujeto como miembro de la sociedad.

Decimos entonces para finalizar, que si el sujeto de hecho no se considera


miembro de la sociedad, haciendo el camino inverso podemos suponer que la
internalización no se ha completado o se ha roto. “El individuo llega a ser lo que
otro significantes lo consideran” (2), se hace referencia en la teoría a que el
sujeto no solo acepta los roles que le otorgan los otros (sociedad) sino que en
el mismo proceso acepta el mundo de ellos. Si no hay aceptación del mundo de
ellos, queda excluido. No hay una relación simétrica entre la realidad objetiva y
subjetiva. “ El individuo establece una distancia entre su yo total y su realidad
por una parte y el yo parcial y especifico del rol por la otra” (2). En nuestro caso
de personas en situación de calle, la imposibilidad de reconstruir la sociedad
como realidad subjetiva internalizada y aceptada genera dificultad en la
generación de vínculos, ya que los “otros” están inmersos en esa sociedad que
se desestima.

Conclusión:

La idea inicial del mi hipótesis estaba dirigida a la compresión del por qué una
persona llega y se mantiene en la situación de calle. Tomé como eje la
conducta emocional descontextualizada ya que en las observaciones me llamó
la atención como punto disidente con las personas que hasta el momento
conocía y que no vivían en la calle. No puedo concluir en cuanto a cómo y por
qué se desarrolla dicha conducta en algunos individuos pero si, a través de la
investigación creo que generan la imposibilidad de resolver la antinomia
individuo-sociedad dialécticamente y son parte de la marginación. Ahí surgió
una vuelta más y percibí que los vínculos no podían generarse ni sostenerse
ante dicha conducta desde la percepción subjetiva de la sociedad que quienes
no estamos en situación de calle compartimos. Esta vuelta me llevó hacia la
hipótesis general.

En el trabajo de investigación, tuve acceso a mucho material sobre personas


en situación de calle y quiero concluir con una anécdota de Plutarco sobre el
emperador Alejandro Magno: “ Cuando Alejandro siendo ya el emperador más
grande del mundo conocido se topó en las escalinatas de un templo con
Diógenes, tuvo con él una charla de largo rato. Al volver junto a la tropa, su
primer oficial le preguntó por qué había perdido tanto tiempo con un linyera. La
reacción de Alejandro fue violenta y sulfurado le dijo que no se dirigiera así
respecto de Diógenes, que si él no fuera Alejandro, querría ser Diógenes”.

Con este claro punto, con dos personas tan diametralmente opuestas en
cuanto a su situación social, observamos que la conducta y la identificación
entre ellas es harto similar y por un pequeño instante, los caminos convergen.

BIBLIOGRAFÍA
(1)Ana Quiroga – APROXIMACION A UN MODELO DE ANALISIS – Enfoque y
perspectivas en Psicología Social

(2) Peter Berger – Thomas Luckmann: LA SOCIEDAD COMO REALIDAD


SUBJETIVA. Capítulo 3 La construcción social de la realidad

(3) Enrique Pichón Riviere – PSICOLOGÍA DE LA VIDA COTIDIANA – Los


motivos del comportamiento

(4) ídem anterior “ Deseamos el poder, tememos el ostracismo social y todo


aquello que amenaza nuestra autoestima”. EPR

(5) Gladys Adamson – TEORIA DE LA ENFERMEDAD UNICA – Clases


dictadas 19 y 27 Octubre 2003

(6) Enrique Pichón Riviere – EL PROCESO GRUPAL – Grupos operativos y


enfermedad única. +Lagache

(7) Lucía D’Agostino – APROXIMACION AL PENSAMIENTO KLEINIANO


DESDE LA P. SOCIAL

(8) Plutarco – VIDAS PARALELAS – Volúmen VI Alejandro & César

ANEXOS
Capital: 1.412 personas viven en la calle
Conjuntamente con el censo, la Comuna lanzó el 108, una línea telefónica
gratuita de atención social.

Elena Peralta.
eperalta@clarin.com

En Buenos Aires viven más de 1.400 personas en la calle. La cifra surge de un


relevamiento del Gobierno porteño, que se realizó en la noche del lunes y la
madrugada del martes y que se difundió ayer. La Ciudad además lanzó el 108,
una línea gratuita de atención social.

Durante unas cinco horas, operadores de la Secretaría de Desarrollo Social


salieron a contar una por una a las personas que duermen en la calle.
Dividieron a la ciudad en 22 zonas de acuerdo a los puntos de mayor
conflictividad social.

En el relevamiento, que va por su sexta edición, detectaron un total de 1.412


personas en situación de calle, 554 chicos y 858 adultos. Comparando los
números del último censo, la cantidad de mayores de 18 años que pasan la
noche en la calle disminuyó un 20%. En 2004, contaron 1.103 personas.

La mayoría de los que duermen en la calle son hombres. Los operadores


contaron 687, contra 113 mujeres y 58 personas a las que no se pudo
identificar. Este año relevaron por primera vez a los chicos de la calle. Los 554
que censaron, la mayor parte son adolescentes (297) le siguen los niños de 7 a
12 años (177) y los chicos de hasta seis (77). El 75% de los chicos de la calle
son de sexo masculino.

"La gente en situación de calle ocupa el escalón más bajo de la pobreza de la


Ciudad. Y conforman un grupo muy difícil de institucionalizar. Por eso, estamos
unificando todos los planes de asistencia en un sólo acceso telefónico,
gratuito y fácil de memorizar", aseguró a Clarín el vicejefe de Gobierno a
cargo del Ejecutivo, Jorge Telerman.

La nueva línea empezó a funcionar ayer y lo hará las 24 horas, los 365 días del
año. Podrán llamar vecinos que se den cuenta de una situación en la que
adultos o mayores estén en peligro. También podrán recurrir a ella los propios
damnificados.

La línea tendrá un contestador automático con opciones que derivarán a la


gente a cada programa de atención en marcha. "Servirá para acceder a todos
los planes sociales, desde atención a los chicos de la calle hasta redes de
refugio", agregó Telerman.
CIUDAD DE MÉXICO, México, dic. 30, 2004.-Ante el intenso frío que se ha
sentido en la ciudad a causa del temporal, organizaciones civiles reparten
ayuda a personas que se encuentran en situación de calle.

Se les puede encontrar en los cruceros de la ciudad en donde además de


vender algunos productos entre los vehículos, piden a estos organismos
ciudadanos ayuda para poder salir adelante.

Clemencia, mujer en situación de calle.

-“Quiero una ayuda, para así ganar dinero... tengo tres hijos y no tengo esposo,
ya se murió... Ahora estoy jodida y no tengo dinero, es por eso que estoy aquí.
Dios sabe bien que usted llegó aquí y aunque sea una cobija me regala para
tapar el frío”, dijo la afligida mujer.

La mayoría de los niños que se encuentran en esta situación no conocen una


escuela.

Hay quienes quisieran tener esa oportunidad.

Según las organizaciones ciudadanas que trabajan con las personas que viven
en la calle, los niños son los más vulnerables, además de que son presa fácil
de organizaciones criminales.

Verónica Serrano de Ministerios de Amor, AC señaló que los niños de la calle


no son malos se ven obligados a muchas cosas, son personas a las que
fácilmente puedes tomar para un contrabando, para un transplante de
órganos... hay más de 163 mil niños en las calles del DF, en trabajo de calle,
que huyeron de sus casas... México ocupa el segundo lugar a nivel
Latinoamérica en producción de niños de la calle.

Aumentó el número de personas que viven en la calle


Hay 1029 adultos sin techo, casi 250 más que el año último; los principales
barrios en los que duermen son Monserrat, San Cristóbal, Once y Congreso
(La Nación)

España

‘‘CRÓNICAS’’, espacio que dirige Reyes Ramos, emite ‘‘Vivir o morir en la


calle’’, un reportaje que narra, durante cuarenta y cinco minutos, la vida de
cuatro personas que han vivido más de la mitad de su vida en la calle.

Mari Mar, Javi y Águeda apenas tuvieron infancia. A los trece, catorce y
diecisiete años, se ‘‘echaron a la calle’’. Para soportar las jornadas
interminables sin un techo donde cobijarse, recurrían a la droga. Dormían entre
cartones y, a veces, en cajeros. Pero el peligro seguía ahí, especialmente para
las chicas: para evitar ser violada, Mari Mar siempre se situaba entre dos
amigos.
Antonio tiene, en la actualidad, 71 años. A los cuarenta, su vida se convirtió en
una tragedia, cuando su mujer le acusó de abusar de sus dos hijas. Estuvo en
la cárcel y, al salir, comenzó a beber, situación en la que estuvo durante más de
veinte años. Sin embargo, siempre durmió en un colchón, pedía en las casas y,
de lo que recogía, se guardaba una cantidad para la pensión.

Ahora los cuatro tratan de rehacer su vida. Antonio y Javi en el centro de


acogida Padre Damián de Salamanca; Águeda en el albergue Mafasca de las
Palmas de Gran Canaria; y Mari Mar trabaja de interna en una casa de las
Palmas de Gran Canaria.

Ellos han conseguido volver a la ‘‘vida normal’’, pero en el Estado hay 30.000
personas que subsisten en la calle. El 80% son hombres, con una media de
edad de 38 años, y el 40% ha sufrido alguna agresión. Sólo en el centro de
Madrid duermen 500 personas a diario. Grupos de voluntarios de Amauta y
Solidarios salen, cada noche, y reparten café y magdalenas y, sobre todo, les
ofrecen conversación, algo de lo que están necesitados.

Historia de Vida – Toma por un estudiante de antropología de la Universidad de


Academia – Santiago de Chile.
http://www.antropologiaurbana.cl/pdfs/hist_vida/gaspar_miranda-nelly.pdf

Niños de la Calle

La definición más comúnmente usada proviene de UNICEF y distingue dos


grupos:
-Niños en la calle: son aquellos que pasan la mayor parte del tiempoen la
calle, pero que tienen algún tipo de soporto familiar y vuelven a su casa por la
noche.
-Niños de la calle: pasan el día y la noche en la calle y están funcionalmente
sin soporte familiar.
Contexto actual de la infancia pobre
Las estadísticas de las Naciones Unidas dicen que América Latina los niños de
la calle sus edades oscilan entre 8 y los 17 años. Las niñas constituyen
aproximadamente un 10 y 15%, ya que tienen más posibilidades de elaborar
estrategias alternativas(cuidados de hermanos menores, trabajo doméstico,
prostitución.)
La pobreza en América Latina produce muerte, enfermedades evitables,
causadas por las falencias, ausencia de sistemas sanitarios y educativos, el
abandono y la falta de hogar.
Es sabido que la pobreza y el desempleode los adultos es fuente de
desesperanza, complicando las relaciones entre padres e hijos y creando
situaciones límite en la configuración familiar. Se intenta responsabilizar a los
padres sin conciencia, pero si existe esa calidad de padres, por lo general
soportan la misma marginación que sus hijos. Dice acerca de esto el padre
Cajade: "La realidad de los chicos en riesgo es consecuencias de
problemáticas que empiezan en sus familias. Cuando decís que a los chicos de
Argentina les faltan sus derechos, estas diciendo que le están faltando los
derechos a los padres de los chicos. En la medida que aumenta la franja de
exclusión de los padres esto se reproduce sobre la niñez."(Diario Hoy, 25/4/99)
Aún cuando la problemática de los niños de la calle aparece ante la
sociedadcomo un hecho crítico en aumento, su cuantificación resulta
dificultosa. Ello se debe a que los mismos niños en general deambulan de un
lado al otro de la ciudad y al hecho de que gran cantidad de niños van al centro
de las ciudades en calidad de trabajadores, solos o con sus progenitores,
distorsionando la evaluación de su situación.
A partir de datos obtenidos por UNICEF, tomados de informantes clave, en el
año 1991, se puede estimar en todo el país que habría alrededor 24.000 niños
que trabajan en las calles y 6.000 niños que viven en la calle, es decir sin
vínculos familiares o con vínculos débiles. La gran mayoría (80%) son varones
y su distribución etárea es la siguiente: 15% son menores de 8 años de edad,
50% tienen entre 8 a 14 años y 35% entre 15 y 18.
Un elevado número de estos niños y adolescentes ya ha pasado por algún
nivel de judicialización, presentando algunos un ciclo policía-juzgado-instituto-
calle, proceso que los va deteriorando aún más.
En la opinión del Director de Minoridad del Arzobispado, Jorge Herrera Gallo, el
chico de la calle es alguien que más que vivir sobrevive. "En la calle el chico
aprende a sobrevivir cada día que pasa, por lo cual tendrá que aprender el
lenguaje, las conductas y las reglas de las "ranchadas" que son los lugares
donde se juntan los chicos."(Clarín, 2/8/98)
Según estimaciones realizadas por INDEC/CELADE, la tasa de actividad de los
niños entre 10 y 14 años pasó de 8% en 1960 a 6,6% en 1980. En este último
año, las tasas de los varones (8,3%) y del área rural (11,8%) fueron las más
altas.
En cuanto a la situación de las niñas, su inserción laboral tiende a ser
subestimada ya que las que están a cargo de las tareas domésticas, no son
consideradas como trabajadoras ni están remuneradas, lo que dificulta su
relevamiento.
Una investigación realizada en 1987, utilizó un cuestionario con preguntas
adicionales a las habituales con el objetivo de mejorar la captación de la
extensión del trabajo infantil (6 a 14 años). Al mismo tiempo, permitió conocer
algunas relaciones del trabajo infantil. Aquí también se confirmó que la tasa de
actividad de los pobres (3,6%) es superior a la de los no-pobres (1,5%).
Asimismo, la actividad laboral aumenta con la edad y la pobreza: mientras
6,8% de los niños pobres de 11-14 años trabajan, ese porcentaje desciende a
1,2% entre los niños pobres de 6 a 10 años. Por otro lado, los resultados
indicaron que los niños trabajadores pobres realizan sus actividades laborales
fundamentalmente como cuenta propia o empleado doméstico, y a medida que
disminuye el nivel de pobreza, predominan las actividades de "ayuda familiar" o
asalariadas. O sea, los niños de familias más pobres realizan los trabajos más
marginales.
El lugar marginal y la poca solución que les da la sociedad les permite(o les
obliga) a elaborar estrategias de urgencia que les proporcionan algún recurso
económico(limpieza de parabrisas, venta de estampitas, robo) A las cuales el
imaginario social1 llama trabajo infantil, pero que en realidad no pueden
llamarse trabajo, ya que son solo actividades destinadas a la supervivencia.
Hoy podemos pensar a estos niños de la calle como un excluido más del
mercado.
La autora Cristina Corea plantea, que los niños pobres, la marginalidad en que
están subsumidos, los chicos de la calle, y las situaciones violentas que ellos
mismos protagonizan son un síntoma del agotamiento de las instituciones que
forjaron la infancia, la escuela, la familia, el juzgado de menores, las
instituciones de asistencia a la familia, por lo cual estas ya no producen su
objeto: la infancia.
Los chicos en y de la calle son un síntoma social principalmente de la falta de
trabajo que ha pasado a ser en la sociedad actual un bien escaso y precario.
Históricamente, los chicos que trabajaban cuando el trabajo requería tomar a
todos los adultos era mal visto(ya que está condición de trabajador estaba
reservada al mundo adulto, el cual tenía acceso al trabajo); hoy, podría
pensarse que el trabajo de los niños es un mal menor dentro de todos los
problemas que enfrentan los chicos de la calle.
El trabajo hoy a pesar de todo sigue estructurando la vida cotidiana, ya sea
económicamente, simbólicamente y como estructurador de subjetividades.

http://www.monografias.com/trabajos10/calle/calle.shtml#conformacion

CONCLUSIÓN HIPÓTESIS GENERAL


Basaremos nuestra conclusión en los trabajos realizados sobre las hipótesis
individuales. En referencia a los vínculos familiares, observamos que el
individuo en situación de calle, al romper con dichos vínculos, pierde la
contención y la significación de ese vínculo primario, generador y sostén de los
demás que relacionan al sujeto con la sociedad y le dan significado.

Luego trabajamos y demostramos que la soledad y la falta de oportunidades


laborales provocan situaciones relacionadas con el abandono, aislamiento,
tristeza y falta de lazos sociales con las consecuencias que ello acarrea en la
integridad y valoración emocional de cada individuo.

Además, vimos que al no resolver la antinomia individuo-sociedad, al no poder


ubicar y diferenciarse recreando a la sociedad como una realidad subjetiva
para el sujeto en situación de calle, podemos relacionar y concluir que esto
más las rupturas vinculares familiares, aislamientos y la falta de ubicación
como proveedor no se dan aisladamente sino en una serie concatenada de
hechos, creando frecuentemente sujetos estereotipados – sin adaptación activa
- que no generan ni sostienen otros vínculos. Ratificando de esta forma nuestra
hipótesis que las personas en situación de calle presenta la imposibilidad de
generar y sostener vínculos.

Si tomamos a la sociedad como una red vincular a la que los individuos


acceden al nacer, decimos que las personas en situación de calle son
emergentes y/o portavoces de sus conflictos. Queda planteada y abierta la
inquietud para una futura investigación.
Hipótesis general:

Algunas personas llegan a la situación de calle por ruptura de vínculos


sociales, familiares, laborales y/o individuales.

Hipótesis Araceli: “Una de las causas que llevan a las personas a la situación
de calle y a la exclusión, es la perdida de sus vínculos familiares.”

Hipótesis de Geni: Las personas en situación de calle presentan conductas


emocionales descontextualizadas incapaces de resolver la antinomia individuo
– sociedad.

Hipótesis de Laura: Una de las peores indigencias de las personas en


situación de calle es la soledad en que viven por falta de oportunidades
laborales.

Hipótesis de Lucía: El mandato social de proveedor puede llevar a algunos


hombres a situación de calle.
HIPOTESIS GENERAL

“Algunas personas llegan a la situación de calle por ruptura de vínculos


sociales, familiares, laborales y/o individuales”

ESCUELA DE PSICOLOGIA SOCIAL DEL SUR

MATERIA: “Teoría de la Conducta”

COORDINADORA: Diana Paéz

INTEGRANTES: Ciordia, Geni

Barraza, Araceli

Urtubey, Lucía

González, Laura

1er. Año- Turno Mañana

2008
HIPOTESIS INDIVIDUAL

Hipótesis Araceli: “Una de las causas que llevan a las personas a la situación
de calle y a la exclusión, es la perdida de sus vínculos familiares.”

BARRAZA, Araceli
HIPOTESIS INDIVIDUAL

“Las personas en situación de calle presentan conductas emocionales


descontextualizadas incapaces de resolver la antinomia individuo – sociedad”.

CIORDIA, Geni
HIPOTESIS INDIVIDUAL

“Una de las peores indigencias de las personas en situación de calle es la


soledad en que viven por falta de oportunidades laborales”.

GONZALEZ, Laura
HIPOTESIS INDIVIDUAL

“El mandato social de proveedor puede llevar a algunos hombres a situación de


calle”.

URTUBEY, Lucía

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