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TRABAJO DE METAMORFISMO

COMPLEJO CAJAMARCA

BRAYAN FABIAN SUAREZ DUARTE

BERYINETH SAMARA

PROF. DEBEDUT…

UNIVERSIDAD DE PAMPLONA

FACULTAD DE CIENCIAS BASICAS

PROGRAMA DE GEOLOGIA

CUCUTA-NORTE DE SANTANDER

MARZO DE 2018
TABLA DE CONTENIDO

Pag.

1. INTRODUCCIÓN............................................................................................3

2. OBJETIVOS...................................................................................................4

2.1 OBJETIVO GENERAL.........................................................................4

2.2 OBJETIVOS ESPECIFICOS................................................................4

3. LOCALIZACIÓN…………………………………………………………..............5

4. MARCO TEÓRICO………………………………………………………………..._

4.1 MARCO TECTÓNICO REGIONAL……………………………………...._

4.2 MARCO TECTÓNICO LOCAL…………………………………………..._

4.3 MARCO ESTRATIGRAFICO REGIONAL………………………………_

4.4 MARCO ESTRATIGRAFICO LOCAL…………………………………...._

4.5 EVOLUCIÓN GEOLÓGICA………………………………….……………_

4.6 YACIMIENTOS MINERALES……………………………………………._


1. INTRODUCCION

La cordillera central está limitada al oeste por el sistema de fallas Romeral, al


este por fallas de rumbo transcurrentes, y fallas inversas de alto ángulo. Las
estructuras, en general, tienen dirección norte-sur y en el sector norte, existen
algunas fracturas transversales de rumbo noroeste-sureste relacionadas con
las fallas transcurrentes del flanco oriental.

(Tomado de : (http://geologiia.blogspot.com.co/2013/04/geologia-de-los-andes-
colombianos.html)

Estratigráficamente la Cordillera Central está compuesta por diferentes


unidades litológicas que en secuencia hacia la cuenca corresponde a: El
Complejo Cajamarca, el cual es el objetivo de este estudio, constituida por
rocas metamórficas de bajo grado de edad Paleozoica, que constituyen el
basamento de la Cordillera Central, en la que litológicamente está conformada
por esquistos verdes, esquistos negros, esquistos cuarzo micáceos y cuarcitas.
También se observan filitas carbonosas y calcáreas, metalimolitas, metachert y
esquistos sericíticos en el río Ullucos y en los alrededores de Inzá.

tomado de:
http://www.osso.org.co/docu/tesis/2006/piedemontes/Geotectonica.pdf )
2. OBJETIVOS

2.1 OBJETIVO GENERAL

Reconocer y estudiar el Complejo Cajamarca

2.2 OBJETIVOS ESPECIFICOS


 Entender estratigráficamente y estructuralmente el Complejo
Cajamarca
 Determinar el grado de metamorfismo del Complejo.
 Entender la evolución geológica del Complejo.
 Determinar los diferentes yacimientos
3. LOCALIZACIÓN

El Complejo Cajamarca está ubicado en la parte SW de Colombia, o al


haciendo parte de la Cordillera Central, el cual hace parte de un sector de la
Plancha 323 Silvia, (Ruiz, Marquinez. INGEOMINAS. 2003) (Página 34)
http://aplicaciones1.sgc.gov.co/Bodega/i_vector/130/10/0100/24397/documento
/pdf/0101243971101000.pdf

COMPLEJO
CAJAMARCA

Imagen 1. Imagen Satelital Dónde se Ubica el Complejo Cajamarca.


Imagen 2. Mapa Geológico de Colombia a Escala 1:1000000
MARCO TECTONICO REGIONAL

El sistema orogénico de los Andes del Norte es el resultado de la compleja


interacción entre las placas tectónicas Nazca/Farallones, Caribe y Suramérica y
elementos litosféricos discretos como el Bloque Panamá-Choco (BPC, sensu
Duque-Caro, 1990; Suter, 2008) y el Bloque Norandino 7 (Taboada et al., 2000;
Cediel, et al., 2003). Los eventos de colisión y reacomodamiento entre
fragmentos de litosfera de diversas escalas y orígenes determinan la
cronología de la deformación y orogénesis Andina, y constituyen un laboratorio
natural idóneo para evaluar las relaciones entre procesos tectónicos y
climáticos, documentables mediante aproximaciones paleoecológicas,
paleoclimáticas, geocronológicas y termocronológicas, etc. (p.e. van der
Hammen, 1960; Hooghiemstra y van der Hammen; 2004; Hooghiemstra, 2006;
Parra, 2008; Parra et al., 2009; Mora et al., 2008; Sáenz, 2003; Restrepo-
Moreno et al., 2009; Villagómez, 2010; Shephard et al., 2010; Luebert y Muller;
2015, Duque-Caro, 1990; entre otros). A pesar de que la delimitación
litotectónica de estos bloques litosféricos dista de ser estándar en la comunidad
geológica (Etayo, 1986; Restrepo y Toussaint, 1988; Cediel, et al., 2003;
Gómez, et al., 2007; Montes et al., 2005; Taboada et al., 2000; Coates et al.,
2004), hay consenso respecto a que dentro de este mosaico litotectónico hay
estructuras mayores, e.g.., sistema de Fallas de Cauca-Romeral (SFCR), que
incluso definen la separación entre unidades de roca de afinidad continental y
oceánica, al este y oeste respectivamente (Gómez-Tapias et al., 2015). El
dominio continental en la Cordillera Central de Colombia, está compuesto por
un basamento con al menos tres eventos de metamorfismo regional pre-
Mesozoicos, representados por el Neis de La Miel, el Neis del Alto de Minas y
la Anfibolita de Caldas (presunto terreno Anacona) de edad Devónica
(Restrepo, et al. 2009, Martens et al., 2014), por rocas Pérmicas (?) del
complejo Puquí (presunto terreno Panenzú) (Ordoñez y Pimentel, 2001) y por
rocas Permo-Triásicas del complejo Cajamarca (o Terreno Tahamí) (Etayo,
1986; Cediel, et al., 2003, Vinasco et al., 2006). Estos eventos han sido
relacionados con las fases de amalgamación entre Laurentia y Gondwana
previas a la formación del supercontinente Pangea (Pindell y Dewey, 1982;
Pindell, 1985; Vinasco et al., 2006).

Tomado de : http://www.bdigital.unal.edu.co/52383/1/1020423871.2016.pdf

La orogenia Andino-Alpino se dio en el Cretácico medio y superior, y durante la


era Cenozoica se levantaron de nuevo las cordilleras andinas, con dos grandes
accidentes orogénicos, uno al comienzo y al final de esta era; dando así paso a
las tres cordilleras que hoy conocemos en Colombia.

Por lo que la primera que tuvo lugar en el territorio Colombiano, fue la cordillera
Central dada entre los periodos Triásico-Jurásico (225-145 Ma), a la cual en
este tiempo empieza a consolidarse apropiadamente, además ocurren
procesos que dan lugar a la Formación Luisa del Tolima y Huila, pues esta
cordillera sufre intensas erosiones subaéreas y se depositan abanicos aluviales
en las llanuras de su borde oriental (lo que hoy es la Formación antes
mencionada). Los departamentos de Tolima, Huila, Caquetá y Putumayo,
surgen en el momento que se divide el macrocontinente en Laurasia al norte y
Gondwana al sur (durante el Triásico Medio), a partir de una transgresión
marina que llegaba al sur de aquellos departamentos y se genera también la
formación Payandé sobre una plataforma calcárea marina que va a tener sus
sedimentos y que luego emergerá con calizas detríticas y conglomerados, y
aportará a la formación de la cordillera.

Tomado de : Lobo-Guerrero Uscátegui, Alberto. La Infraestructura de


Colombia - Memorias Vol. II. Bogotá : Sociedad Colombiana de Geotécnia,
1994. URL:
http://www.logemin.com/eng/Download/pdf/21_Infraestructura_de_Colombia.pd
f

Esta cordillera posee un importante rasgo tectónico, siendo este la falla de Otú
que divide a las rocas metamórficas en dos bloques de geologías muy
diferentes (Feininger, 1970) por lo cual ha sido considerada un límite de
terrenos (Etayo et al., 1986; Toussaint y Restrepo, 1988). Así, Feininger (1970),
aunque de otro lado, Cediel et al., 2003, consideran que el límite de estos
terrenos es la falla de Palestina. Realmente esta afirmación sería válida sólo
para el tramo en el cual Palestina, que es una falla más joven, ha cortado a la
falla de Otú con un desplazamiento dextral de unos 27 Km (Feininger, 1970),
ya que en el resto de su trazo Palestina corta rocas del mismo terreno.

Las rocas al oriente de la falla Otú fueron incluidas por Toussaint y Restrepo
(1989) en el Terreno Chibcha, junto con las del Macizo de Santander y otras
zonas de la Cordillera Oriental, mientras que las rocas occidentales se
incluyeron en el Terreno Tahamí, el cual se extiende desde la falla de Otú
hasta la falla más oriental del sistema Romeral llamada falla de San Jerónimo
(Maya y González, 1995). Tomado de:
https://revistas.unal.edu.co/index.php/rbct/article/view/1810/11256

La zona específica de Medellín ha sido incluida en diversos terrenos por los


diferentes autores. Así, para Etayo et al. (1986) haría parte del Terreno Puquí;
para Toussaint, 1996, las dunitas serían parte del terreno Calima cabalgado
sobre el Tahamí mientras que para Cediel et al., 2003, harían parte del terreno
Cajamarca-Valdivia. En este trabajo se considera que es una parte integrante
del Terreno Tahamí, aunque amalgamada tardíamente a éste.

Y a nivel regional las rocas del Terreno Tahamí han sido agrupadas como
Complejo Polimetamórfico de la Cordillera Central (Restrepo y Toussaint,
1984), o como Complejo Cajamarca (Maya y González, 1995).
Ahora esta misma cordillera también está compuesta por varios terrenos
tectonoestratigráficos que no han sido aún bien reconocidos. Al este de la
Falla San Jerónimo se encuentran terrenos continentales como los terrenos
Chibcha, Tahamí, Panzenú (Puquí) y Anacona (Caldas), mientras que entre los
sistemas de Falla de Romeral y de Cauca se encuentran los terrenos
Quebradagrande, Amagá-Sinifaná, Heliconia y Arquía, predominantemente de
carácter oceánico. Tomado de: Articulo llamo “terrenos, complejos y
provincias…”

Imagen 3. Mapa general de terrenos en Colombia, modificado de Restrepo y


Toussaint, 1988.
MARCO TECTÓNICO LOCAL

El estilo tectónico regional del complejo Cajamarca es de tipo compresivo, el cual


está representado por estructuras pertenecientes al sistema de fallas principal
romeral, localizado en el flanco oeste de la cordillera central con una dirección
general NE; las fallas más sobresalientes son las fallas san jerónimo, la cual
limita los complejos Cajamarca (estudiado) y el complejo quebrada grande, y
delimitando el complejo arquía y quebrada grande la falla Silvia-pijao.

Imagen 4. Esquema de la distribución de unidades litológicas y el sistema de fallamiento


en la Cordillera Central.

SISTEMAS DE FALLAS ROMERAL

Respecto al Sistema de Fallas de Romeral (SFR), se han originado un sinnúmero


de hipótesis e interpretaciones, difundidas por diversos autores a través de los
años, las cuales giran en torno a su asociación genérica a una mega sutura de
acreción o zona de transición entre materiales oceánicos y materiales de afinidad
continental. No obstante, las notables diferencias con respecto al origen, edad,
nomenclatura, historia deformacional y cinemática del sistema en sí, o en su
defecto, de cada una de las fallas que se le asocian, son motivo de fuerte
controversia.

Este hecho se atribuye a: 1) la disposición semiparalela de las estructuras de


primer y segundo orden, 2) la presencia de gran diversidad de rocas a lado y
lado de las trazas, afectadas dinámicamente de forma penetrativa, 3) la historia
deformacional de fracturas-fallas, preexistentes y precursoras, con posibles
movimientos diacrónicos y policinemáticos, 4) la persistencia de las trazas
principales, continuas en mapas regionales y discontinuas en el campo, y 5) el
déficit de trabajos geofísicos que permitan definir y correlacionar estructuras en
profundidad.

En este trabajo de investigación se presentan los aspectos más significativos


sobre estructuras asociadas a este sistema de fallas, y en especial, sobre la zona
de influencia directa: la falla de San Jerónimo, en un tramo cercano a Medellín y
localizado entre el municipio de Caldas y la parte suroccidental del Cerro del
Padre Amaya (longitud aprox. de 20 km y un ancho de 1 a 2 km). Sector sobre
el cual, aspectos geológicos, morfotectónicos, estructurales y dinámicos,
favorecen el estudio de tópicos relacionados con el comportamiento de la falla y
su importancia regional

El nombre de Romeral fue inicialmente definido por Grosse (1926) para hacer
referencia a un sobreescurrimiento observado sobre la cuchilla de Romeral, en
las cercanías del municipio antioqueño de Heliconia. Posteriormente, con base
en estudios de gravedad (Case et al., 1971) y gradientes de velocidad sísmica
(Meissner et al., 1976), afirman que la Falla de Romeral marca el límite entre la
corteza oceánica al occidente, conformada por las rocas de la Cordillera
Occidental, y la corteza continental al oriente, constituida por las rocas intrusivas
y metamórficas de la Cordillera Central.

González (1977) denomina Sistema de Fallas de Romeral al conjunto de


estructuras anastomosadas, limitadas por las fallas Sabanalarga al occidente y
San Jerónimo al oriente. Woodward Clyde Consultants-WCC (1979), considera
que este sistema representa una zona de subducción cretácea, conformada por
fallas anastomosadas de dirección predominante NNW.

FALLA DE SAN JERONIMO

El sector oriental del SFR, en la zona de estudio, está representado por la zona
de daño de la Falla de San Jerónimo y su traza principal (o core-fault). Esta
última, separando rocas corticales: metamórficas e intrusivas del litoferoclasto
Cordillera Central, al este, y unidades de afinidad oceánica al oeste: gabros de
Romeral, ultramafitas serpentinizadas y rocas del Complejo Quebradagrande.
Morfotectónicamente la zona de falla principal y fracturas satélites de primer
orden, son fácilmente reconocibles por la presencia de: fuertes cambios de
pendiente, silletas, bermas de falla, drenajes controlados, algunos drenajes
desplazados, valles rectilíneos, lomos de falla, lomos de obturación, facetas
triangulares y cicatrices de deslizamientos (Fig. 2); características que son muy
destacadas en la parte norte del sistema de fallas Romeral (entre el
corregimiento de San Antonio de Prado y el sector del Cerro del Padre Amaya).
Figura 5. Lomo de obturación asociado con un ramal de la Falla San Jerónimo.
El drenaje es obligado a cambiar de dirección sugiriendo un desplazamiento
lateral izquierdo.

El core-fault o zona de deformación principal en el área de estudio, desde el


punto de vista tectonoestructural, está representado por dos zonas de cizalla
precursoras, dispuestas en forma subparalela y entrelazadas por una zona de
deformación tipo “relay” o de transferencia. Sobre esta última, se marcan las
principales estructuras de primer y segundo orden satelitales, y los rasgos
morfotectónicos de posible actividad reciente.

Esta zona de deformación y sus ramales satélites, tienen un rumbo N-S y N-W
con buzamientos de alto ángulo al oeste, y se destacan por exhibir fuerte
deformación dúctil, principalmente exhibida en rocas gabroicas y las escamas
imbricadas más orientales del Complejo Quebradagrande. Las foliaciones
miloníticas, lineaciones minerales e indicadores cinemáticos asimétricos, indican
una disposición subvertical con componente de deslizamiento inverso W sobre
E, para la deformación penetrativa más antigua registrada.

Estructuras de segundo orden, con buzamiento al oeste, son caracterizadas por


fallamiento inverso, en régimen cataclástico, dirigido E sobre W, cortando la
deformación dúctil inicial. Dichos rasgos, dispuestos en forma dominó, son
geométricamente compatibles con estructuras en régimen frágil, de bajo ángulo
y dirigidas W sobre E, observadas sobre las rocas del complejo Quebradagrande
presentes en el extremo oeste de la zona de estudio, y cuyo origen es dado por
acortamientos o esfuerzos compresionales E-W.

Localmente, y coincidiendo con la zona de transferencia previamente


establecida, algunos macizos rocosos exhiben fracturas y fallas, limpias, con
componente oblicuodeslizante de tipo sinestrolateral inverso o inverso.

Facetas triangulares, observadas puntualmente sobre esta zona, y


caracterizadas por disposición escalonada y geoformas gradualmente variables,
se asocian espacialmente a los planos de falla frágiles, subverticales, con
vergencia al E. SSW NNE Estructuras interpretadas como posibles lomos de falla
(Fig. 3), están asociados espacialmente a la ocurrencia de los principales rasgos
morfotectónicos, que sugieren una componente dominante de rumbo lateral
izquierdo.

Figura 6. Lomo de falla asociado con la Falla San Jerónimo en el sector de la


Quebrada La Cabaña, a unos 10 Km. al occidente de Medellín. La escala está
representada por las personas localizadas sobre el lomo, en el centro de la
fotografía.

No obstante, se debe precisar la presencia de ventanas de exposición, de


cuerpos ultramáficos y/o plutónicos, dispuestos a modo de bent-folds o
estructuras overstep asociadas a desplazamientos buzantedeslizantes (ver e. g.
Crider y Peacock, 2004), de corta longitud, los cuales pueden desarrollar
morfologías similares. Trabajos de campo puntuales, actualmente desarrollados,
proveerán la información necesaria para la interpretación de estos rasgos, previo
al desarrollo de trincheras a ejecutarse.
Tomado de
https://www.researchgate.net/publication/266854403_GENERALIDADES_DEL_
SISTEMA_DE_FALLAS_DE_ROMERAL_EN_LAS_CERCANIAS_A_MEDELLI
N

EVOLUCION GEOLOGICA

La erosión del Escudo de Guayana durante el Paleozóico Inferior y la


sedimentación en mares poco profundos que en esta época llegaban tan al
oriente como los departamentos de Caquetá, Meta, Casanare y Arauca,
produjo una serie de depósitos sedimentarios marinos, como las Formaciones
Araracuara (18), Güéjar (9), Cristalina (19) y Silgará (15), con faunas fósiles de
trilobites, braquiópodos y graptolites. Durante el Silúrico ocurrió una orogenia
(período de plegamiento, fracturación, formación de montañas y levantamiento
de las mismas), con lo cual las mencionadas formaciones se anexaron al
continente y fueron expuestas a la erosión subaérea. Hubo una transgresión
marina (avance del mar sobre el continente) en el Devónico, la cual cubrió toda
la zona andina actual y duró prácticamente todo el resto del Paleozóico; al
oriente se extendía el continente. En estos mares se depositaron gravas,
arenas y arcillas, en ambientes de aguas poco profundas con abundante vida
marina y arrecifes coralinos en las regiones de La Jagua (Huila) (21), Sumapaz
y Gachalá (Cundinamarca) (28), Río Batá (27) y Floresta (22) (Boyacá), Río
Nevado (21), Labateca y Bucaramanga (Santander) (15), la Serranía de Perijá
(Cesar) (20), Chandúa (Sierra Nevada de Santa Marta) (16), y la Serranía de
Macuira (Guajira) (23). Simultánemente se depositaban arcillas en mares
profundos en la región donde hoy se halla la Cordillera Central y arcillas
interdigitadas con flujos de lavas submarinas más al occidente. A finales del
Paleozóico tuvo lugar el levantamiento de partes de la Cordillera Oriental, la
Cordillera Central, el núcleo de la Sierra Nevada de Santa Marta y algunas
Serranías de La Guajira. Los sedimentos marinos se litificaron formando
conglomerados, areniscas, arcillolitas y calizas, y con la orogénesis estas rocas
se plegaron y fallaron. Atravesando rocas más antiguas se emplazaron varios
cuerpos de rocas ígneas intrusivas en los Macizos de Santander y Garzón.
Simultáneamente se metamorfosearon gruesas sucesiones de sedimentos
marinos, para dar lugar a los neises, pizarras, esquistos, filitas, cuarcitas y
mármoles del Neis de La Cocha, el Grupo Cajamarca, el Grupo Ayurá-
Montebello y los intrusivos néisicos de la Cordillera Central (7). A fines del
Paleozóico la Cordillera Central y parte de la Oriental eran altas cordilleras en
el borde occidental del macrocontinente Pangea (24). Hace 200 millones de
años la localización de Colombia era semejante al Brasil actual (Figura No. 3).
El Guainía estaba más o menos en Brasilia. El país ha migrado 3350 km al NW
desde el Pérmico hasta la actualidad.
Tomado de:
http://www.logemin.com/eng/Download/pdf/21_Infraestructura_de_Colombia.pd
f

MARCO ESTRATIGRAFICO

Imagen 7. Macizo del Complejo Cajamarca


Imagen 8. Columna estratigráfica regional

Litología y petrografía: Los esquistos verdes se pueden subdividir en esquistos


cuarzosos y alumínicos, constituyen la roca más abundante del Complejo
Cajamarca. En afloramiento son verdes a gris con lustre filitico sobre planos de
esquistosidad. La paragénesis mineral básica consiste en Clorita/actinolita,
epidota, albita, sericita y cuarzo con cantidades variables de zoicita, calcita y
zircón (Nivia, 2001).

El segmento de esquistos grafíticos que se podrían describir como esquistos


cuarzosericíticos aunque denominarlos grafíticos o negros (Nivia, 2001). Los
minerales constituyentes, cuarzo y sericita, comprenden entre el 90 - 95% de la
roca; grafito es un accesorio común presente como polvo fino distribuido a
través de la roca. En cantidades variables menores incluyen también albita,
clorita, epidota, apatito, zircón, rutilo, turmalina y pirita (Nivia, 2001).

En el límite suroriental del Departamento del Valle, al sur de la Falla de


Miranda, afloran horizontes de mármol intercalados con esquistos calcáreos.
Estos se presentan en un cinturón de 250 m de ancho que se extiende por 11
km aproximadamente. Los mármoles se encuentran confinados a dos
horizontes principales de unos 10 m de espesor cada uno. Su color varía de
blanco a gris oscuro (Nivia, 2001).

De acuerdo con la mineralogía y el grado metamórfico de los esquistos


intercalados constituidos esencialmente por albita, sericita, clorita, calcita y
cuarzo 11 en proporciones variables y porfidoblastos adicionales de tremolita-
actinolita se considera que los mármoles hacen parte del Complejo Cajamarca.
Nelson (1957 en Nivia 2001) describe mármoles como parte del Grupo
Cajamarca en el Tolima, cerca al contacto Oriental con el Batolito de Ibagué;
situación tectónica similar a la de los mármoles del área de Miranda; sin
embargo, los mármoles podrían también hacer parte de los Esquistos de
Bugalagrande (Nivia, 2001).

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