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ORGANISMOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN GUATEMALA

ÓRGANO ADMINISTRATIVO: Es el instrumento o medio por el cual se manifiesta


la voluntad del estado, a través del ejercicio de la administración pública.
ELEMENTOS DEL ÓRGANO ADMINISTRATIVO:
1. Conjunto de competencias. Institución.
2. Persona física que titulariza su ejercicio. Empleado.
CARACTERISTICAS DEL ÓRGANO ADMINISTRATIVO:
A- Es una institución de derecho público, de interés social, a través de él se
cumple con la función del estado.
B- Instrumento que el estado utiliza para manifestar su voluntad.
C- Para su ejercicio es necesario el poder que la ley le otorga y la voluntad de la
persona.
CLASES DE ÓRGANOS ADMINISTRATIVOS:

POR SU ORIGEN: Constitucionales, que nacen de la constitución y los no


constitucionales que nacen de órganos inferiores.
POR SU COMPOSICION: Individuales conformados por una persona (Ministro,
Presidente) y colegiados conformado por un colegio o conjunto de personas
físicas o jurídicas ( Consejo Superior Universitario).
POR SU PERMANENCIA: Ordinarios, que desarrollan una actividad
preestablecida en la ley o en la constitución y los Extraordinarios que se
constituyen en momentos de emergencia.
POR SU JERARQUIA: De acuerdo al grado de autoridad, superiores e inferiores.
POR SU MODO DE ACTUACION: Simples, los que no se integran a otro órgano y
complejos los que se integran con otros.
POR LA DISTRIBUCION TERRITORIAL DE COMPETENCIA: centrales cuya
competencia se desarrolla en todo el territorio y locales cuya competencia se
desarrolla en un determinado territorio.
POR LA DISTRIBUCION FUNCIONAL DE COMPETENCIA: Generales y
especiales. Según tengan circunscrita su competencia.
SEGUN LA ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA QUE DESARROLLAN: Activos, los
que resuelven y forman la voluntad del órgano y lo trasladan al estado; los
consultivos que no emiten declaración de voluntad sino una manifestación de
juicio a través de dictámenes o informes; y los de control que fiscalizan la
actividad estatal, sus actos y las personas.
NATURALEZA JURÍDICA DEL ÓRGANO ADMINISTRATIVO: Para ello se dan
dos teorías: La teoría de la representación, en donde el elemento personal del
órgano se consideraba como un representante de la administración y la teoría del
ejercicio de una atribución. En consecuencia no posee personalidad jurídica
propia, sino es un medio o instrumento de que dispone el estado para manifestar
su voluntad.

POTESTADES ADMINISTRATIVAS DE GUATEMALA

Potestades innovativas y conservativas

Esta primera clasificación, de escaso interés y de carácter meramente descriptivo,


nos acerca a cual puede ser genéricamente el contenido y el fin de las diversas
potestades.

+ Potestades innovativas

En el caso de las innovativas el contenido se cifra en crear, modificar, extinguir


situaciones jurídicas. Es el caso de la potestad de autorizar que genera
autorizaciones o permisos, potestad concesional, para otorgar concesiones
administrativas, expropiatoria, sancionadora, reglamentaria. Mediante ellas se
crean situaciones jurídicas o se modifican de una forma u otra las existentes.

+ Potestades conservativas

Por el contrario, las potestades conservativas: conservar, tutelar, realizar


situaciones jurídicas preexistentes sin modificarlas o destruirlas. A veces, es difícil
ubicar una potestad en uno u otro término de la clasificación o, incluso, puede
caber en los dos dependiendo del punto de vista que se adopte. Por ejemplo, la
potestad sancionadora puede ser innovativa en cuanto que altera la situación
jurídica del sancionado o conservativa en cuanto que se atribuye a la
Administración para asegurar la defensa de determinadas situaciones que se
juzgan dignas de protección.

Esta clasificación carece de consecuencias jurídicas, tiene escaso rigor y, salvo un


interés de descripción aproximada, no tiene mayor trascendencia.

- Potestades de supremacía general y de supremacía especial

Mucho mayor interés tiene esta clasificación que aborda el contexto jurídico en
que se atribuyen y ejercen las potestades administrativas.

+ Potestades de supremacía general

Son potestades de supremacía general las que corresponden al Poder público en


cuanto tal definiendo la posición que como tal le otorga el ordenamiento jurídico.
Los sometidos son los ciudadanos e incluso personas, que no tienen esta
cualidad, lo que se denomina los simples administrados que se encuentran
respecto del poder en una general situación pasiva de inercia. Son la inmensa
mayoría de las potestades administrativas: reglamentaria, expropiatoria,
autorizatoria, sancionadora etc.

+ Potestades de supremacía especial

Las potestades de supremacía especial se otorgan a la Administración para


reforzar su posición y, por tanto, también su poder ante situaciones que
presuponen una vinculación más estrecha con determinados administrados que se
denominan administrados cualificados, es decir, que en virtud de un acto previo,
que ahora no interesa, han accedido a una situación de especial sujeción respecto
de la Administración. Esta situación que, en muchos casos posee también
importantes aspectos favorables al administrado -piénsese en un funcionario o el
usuario de un servicio público-, comporta también un mayor rigor de su
sometimiento a la Administración. Por ello, estos administrados están sujetos a
potestades que no alcanzan a los demás. La más típica es la potestad disciplinaria
que, distinta de la sancionadora, supone un reforzamiento de la misma. Sin
embargo, conviene rechazar la utilización de esta clasificación para operar una
relajación de la protección de los derechos fundamentales y de las exigencias del
principio de legalidad, reduciéndolo en ocasiones a la nada, respecto de estos
administrados.

- Potestades regladas y discrecionales

Esta es, con mucho, la clasificación más importante de las potestades


administrativas y la que tiene un mayor contenido desde el punto de vista científico
y práctico.

+ Potestad reglada

Decimos que una potestad es reglada cuando los elementos que la configuran
están predeterminados en la norma. Constatado el presupuesto de hecho la
Administración procede al ejercicio de la potestad de acuerdo con unas pautas
preestablecidas.

+ Potestad discrecional

En cambio, es discrecional la potestad cuando la norma de atribución no define


por completo y al detalle algunos de los elementos de la potestad remitiendo su
ejercicio o la forma de hacerlo a la libre voluntad de la Administración en cuanto
gestora de los intereses generales.

En el caso de la potestad reglada, ante la constatación de la situación fáctica a la


que la norma anuda el ejercicio de la potestad, la Administración ha de actuar en
los términos que la norma le indique sin efectuar ningún posible planteamiento de
la conveniencia o no de su actuación y sin valorar cual ha de ser la forma de su
actuación que deberá ajustar a lo que la norma predetermina. Implica, pues, una
labor mecánica de aplicación de la norma.

La potestad discrecional significa que el autor de la norma, de ordinario el


legislador, voluntariamente y ante la imposibilidad de valorar las circunstancias
concretas de la realidad de cada momento desde la necesaria abstracción y
generalidad de la Ley, deja en manos de la Administración que complete por sí la
apreciación de las circunstancias y actúe de la forma que estime más conveniente
para los intereses generales cuyo servicio le corresponde. La Administración
puede optar entre soluciones diversas, todas ellas, en principio aceptables. Sólo
las circunstancias concretas del caso determinarán que alguna o algunas no sean
aceptables.

De aquí se desprende que la discrecionalidad es una técnica vinculada al principio


de eficacia pues con ella se pretende crear el mecanismo que permita un
acercamiento a la realidad antes de decidir, propiciando de esta manera la
decisión más ajustada a la protección de dichos intereses generales o, dicho de
otro modo, buscando el acierto en el ejercicio de la potestad. Pero de lo dicho
también ha de concluirse que la discrecionalidad de las potestades no tiene como
finalidad favorecer el capricho, ni la incuria, ni mucho menos la arbitrariedad de las
autoridades y funcionarios, ni un funcionamiento parcial o partidista de los mismos,
sino de dotarlos de medios jurídicos para que actúen con eficacia. Debe tenerse
muy claro desde este momento que discrecionalidad no es arbitrariedad ni supone
un expediente de inmunidad a favor de la Administración. Esta se encuentra sujeta
a los mismos controles tanto si actúa de modo reglado como si actúa de forma
discrecional, sin perjuicio de que se planteen dificultades y problemas mucho
mayores en el control de la actividad discrecional que en el de la reglada, como
enseguida vamos a ver.

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