He aquí quien hace “llorar” a las tipas

EN LA FOTO: un adulto (arriba a

la izquierda). Todos los demás
son ninfas en distintos estadíos.
A la derecha, dos de sus
enemigos naturales: las vaquitas
Olla v-nigrum (al medio) y
Cicloneda sanguinea (abajo).

Se trata de chicharritas
(Platycorypha
nigrivirga) de apenas un
par de centímetros de
longitud agrupadas
entre los psílidos
(Psyllidae, es una
familia de insectos
hemípteros). Los
adultos son más activos
y pueden saltar o volar
si son molestados.

Los excrementos de las chicharritas se acumulan en las hojas y con frecuencia los vemos caer
como diminutas gotitas blancas y viscosas. Como se pegan sobre los autos estacionados, más de
uno de sus dueños maldice injustamente a los inocentes árboles. Pero lo que más llama la
atención es esa “lluvia” que precipita desde lo alto del follaje. Con frecuencia escuchamos decir
que las tipas del arbolado público están “llorando”, pero en realidad se trata de unas gotas
grandes de espuma que las chicharritas generan con un líquido que eliminan. Como ese líquido
contiene saponinas (como el jabón) forma espuma con el movimiento o “batido” de su abdomen.
Lo hacen para formar un ambiente húmedo que las proteja del sol y algunos predadores.

Tanto los adultos como los jóvenes (ninfas) se alimentan chupando la savia, prefiriendo la de las
ramas nuevas (de ahí que liberen tanta cantidad de líquido). Por eso, después del invierno cuando
las tipas renuevan sus hojas aprovechan para “aparecer” y reproducirse. En esta época forman
populosas colonias de jóvenes, pero a no perder la calma: nunca matan al árbol, porque tienen -
desde luego- enemigos naturales. En particular, las pequeñas “vaquitas”, coleópteros de la familia
Coccinellidae que no suelen superar el centímetro de largo.

Por último, esta no es la única especie de chicharrita de la espuma, como también se las conoce.
Las hay y de familias distintas. Entre ellas, Cephisus siccifolius (un cercópido de la familia
Aphrophoridae) que hace “llorar” a los ceibos (Erythrina crista-galli) y también a las tipas. La
mayoría de los “árboles llorones” son fabáceas o leguminosas.

Claudio Bertonatti

Publicado el 21/11/2013 en:

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