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Preparación creativa
de aperturas
Viacheslav Eingorn
r1.Ji HISPANO
\TJ EUROPEA
Director de la Colección: Sergio Picatoste
Es propiedad
©Viacheslav Eingorn
ISBN: 978-84-255-1861-4
2. Perturbar el equilibrio . ........... . . . ....... . ... ... . .. .... .... ........ ...... ..... .................. ........ ...
..... ........ .. .... 37
2 . 1 . La ventaja de la primera jugada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. 37
2.2. Medidas drásticas . ......................................................................................
........................ . 48
2.3. Posiciones fronterizas . . . . . . . . . . .... .
. .. . . . . . . .................. . . . . .
. . . . .
...................... .. . . . ........... . . . ........ ..... 58
5. La partida moderna de ajedrez ........................ . . . .. ................. . .. ......... .... . ........ . .. . . . ... . ..... . .... . 1 33
5 . 1 Juego «científico» de apertura: una escuela y su crisis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . 1 33
5.2. La apertura como secuencia exacta de jugadas . ................... ....................... ................... . . . 1 41
5.3. g4: un símbolo del progreso del ajedrez . .. . . ........ .............................. . . ........ ... ....... ............ . . . 1 49
Índice de jugadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 85
.
Índice de aperturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 89
.
SIGNOS Y
ABRE VIATURAS
Reuben Fine sugirió una vez que había que más interesante es estudiar situaciones en las
evaluar toda jugada de apertura según dos que parece haberse cometido el delito, y, sin
principios expresados como preguntas: embargo, por alguna razón, el brazo fuerte de
1 ) ¿Cómo afecta esta jugada al centro? la ley no tiene prisa ninguna por castigar al cul
2) ¿Cómo encaja en el desarrollo de mis pable. En casos así podemos reflexionar tanto
otras piezas y peones? sobre la situación específica como sobre ma
Por desgracia, estos principios no siempre neras de perfeccionar la ley.
armonizan entre sí, de modo que tal vez haya
que elegir entre ellos o incluso rechazar am Alekhine-Nimzowitsch
bos interrogantes enseguida. Pues, aparte de Bled, 1 931
las tareas generales -desarrollar las piezas y Defensa Francesa [C1 5]
luchar por el centro-, pueden surgir también
otros fines, más concretos, de la apertu ra. Me 1 . e4, e6 2. d4, d5 3. l2Jc3, .t b4 4. tt:Je2,
refiero a fines como conquistar espacio, crear dxe4 5. a3, .txc3+ 6. tt:Jxc3, . . . (D)
una estructura de peones ventajosa, cambiar
piezas de manera favorable e incluso (aunque
esté muy mal decirlo) adquirir ventaja de mate
rial. En muchas variantes conocidas, los tabú
es del juego de apertura quedan relegados a
un segundo plano.
Lo que vamos a comentar es algo que no
está tan bien definido como el conocimiento
anal ítico, si bien semejante conocimiento se
aducirá como prueba. Llamaremos a nuestro
tema estrategia «experimental » de apertura.
9 . . . , t¿jf6!
. La siguiente posición crítica. Las blancas se
Las negras no se aferran a sus ganancias han quedado rezagadas en el ataque que han
de material; en este estadio prefieren obrar si empezado, pero han incrementado su ascen
guiendo por completo los conceptos generales diente sobre las casillas negras.
del juego de apertura a la vez que demuestran 1 0 . . . . , V/JjeS+
que su valor es claramente relativo. En la prác Las negras sí pretenden conservar un peón
tica, la solución de cualquier problema siempre suplementario. Esta decisión da por resultado
es concreta. El otro método de defensa era la nuevas dificultades. Una l ínea más convenien
jugada de caballo 9 . . . . , t¿j e7, más pasiva, te para crear contrajuego activo era 1 O . . . . ,
después de la cual , según Alekhine, es obvio .M g8!? 1 1 . VJ/ixc7, t¿j c6, y las negras, a su
que la sencilla l ínea 1 0. ii,e3, VJ/if6 1 1 . 0-0-0 vez, tienen posibilidades realistas de atacar al
aseguraría ventaja a las blancas, cuyas ame rey blanco:
nazas, en efecto, no serían fáciles de recha a) 1 2. t¿j b5 no es adecuada debido a 1 2 . . . . ,
zar, como confirman las variantes siguientes: V/Jih4+ 1 3. g3, V/Jie4+ 1 4. <;.t>f2, VJ/ixc2+ (Ale
a) 1 1 . . . . , c6? ! 1 2. ii,g5 (1 2. VJ/ic7!?, t¿jd7 khine ) .
1 3 . .M d6 también es interesante) 1 2 . . . . , VJ/i g6 b ) 1 2. ii,f4 e s la continuación q u e , según
1 3. ii,c4, y el rey negro queda sometido a un los manuales, conduce a clara ventaja de las
ataque directo. blancas. Sin embargo, después de 1 2. . . . ,
b) 1 1 . . . . , t¿j bc6 1 2. ii,g5, VJ/ig6 (o 1 2 . . . . , t¿j e4 1 3. VJ/ixh7 ( 1 3. ii,e2, t¿j xc3 1 4. ii, h5+
VJ/if7) 1 3. ClJb5, 0-0 1 4. t¿jxc7, .M b8 1 5. ii,c4 [o 1 4. bxc3] , .M g6 1 5. Ji xg6+, hxg6 1 6. bxc3
también favorece a las blancas. mal puede llamarse una tentativa de ganar)
c) 1 1 . . . . , 0-0!? 1 2. ii,g5 (o 1 2. VJ/ixc7, 1 3 . . . . , ,M g4 1 4. VJ/ih5+, <;.t>e7 1 5. "if'h7+,
t¿j bc6) , V/Jif7 1 3. V/Jixc7, t¿j bc6 parece la línea 'íi;>e8 ambos bandos, por lo visto, tienen que
más aceptable para las negras, aunque siguen conformarse con repetir jugadas.
sin igualar. c) 1 2. ii,d2, t¿j e4 1 3. 0-0-0, ,M g7 1 4. VJ/if4,
1 0. V/Jixg7, ... (D) t¿jf2 ( 1 4 . . . . , tt:J xc3 1 5. "if'xd4, t¿j a2+ 1 6.
'íi;> b 1 , t¿jxd4 1 7. 'íi;>xa2, e5 también es posi
ble) 1 5. VJ/ixd4, t¿j xd4 1 6. ii,e3, t¿jxd 1 1 7.
ii,xd4, .M d7, con igualdad.
La variante «C» ilustra el interés de las blan
cas por en rocar. El defecto de 1 0 . . . . , VJ/je5+
es precisamente que hace algo para ayudarles
a lograr ese fin .
1 1 . ii, e2 , ,M gB 1 2. VJ/ih6, ,M g6
10 P R E P A R A C I ÓN C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
cJ;; e7 1 7 . .tf3, .l:'í. xc2) 1 5 . . . . , .l:'í. xe4, hacien Así pues, si las blancas quieren de veras re
do todo lo posible por mantener al rey blanco futar 6 . . . . , f5, harán bien en respaldar su ra
en el centro. La posición resultante favorece al zonamiento general con análisis lo bastante
primer jugador de todos modos; Kaspárov da precisos. De todas formas, ni siquiera la rehabi
1 6. 'iVf3, tl:Jc6 1 7. �h5+, cJ;; d 7 1 8. c3, con litación total de esta variante puede alterar su
aproximada igualdad, pero en vez de esta últi posición en la lista clasificatoria de la teoría, da
ma jugada las blancas deberían preferir 1 8 . do que desde un punto de vista práctico las ne
.th6 ( 1 8 . .tgS), tl:J d4 1 9. 0-0-0, .l:'í. xe2 20. gras han sido bastante felices con la calmosa
.l:'í. xd4+, 'iVxd4 21 . �xe2, conservando una 6 . . . . , tl:Jc6 y, sencillamente, no tienen ningún
desagradable iniciativa en una posición de alfi motivo para examinar proyectos de apertura
les de distinto color. que siguen siendo dudosos. A otras ideas de
1 4 . .t gs . . . (D)
, carácter « no tradicional » les va mucho mejor
porque tienen una relación directa con los pro
blemas actuales de la teoría de aperturas; gus
te o no, hay que tomarse en serio estos
experimentos de libre pensamiento y analizar
los concediéndoles la misma importancia que a
otras continuaciones mucho más respetables.
Spasski-Liogki
Cto. de Francia por Equipos, 2002
Defensa Francesa [C1 8]
1 . e4, e6 2. d4, dS 3. tl:J e3, .t b4 4. es, es
S. a3, .t xe3+ 6. bxe3, tl:J e7 7. �g4, . . .
Como es bien sabido, aqu í hay dos juga
das que la teoría recomienda a las negras:
El alfi l va una casilla más lejos de lo que 7 . . . . , ¡vc7, que permite la devastación total
debiera. Esta jugada es una continuación del flanco de rey en la variante 8. 'iVxg7,
más débil del ataque, aunque a lo largo de .l:'í. g8 9. ¡vxh7, cxd4, y 7 . . . . , 0-0; en este úl
muchos años se las ha ingeniado para reco timo caso, sin embargo, el rey está en el pun
ger abundantes muestras de aprobación de to de mira al instante, de modo que las
los más diversos comentaristas (como 9. negras tendrán que pensar más en defender
'iVg3, por cierto) . que en crear contrajuego. La escasa oferta
l. EX P E R I M E N T O S E N L A A P E R T U R A 11
de platos que propone el menú induce al ban e) 8. ll'if3, ¡fa5 (8 . . . . , b6) 9 . i,d2, ¡va4
do negro a buscar alternativas aceptables, 1 0. M, a2, b6.
pero 7 . . . . , ll'if5 no reúne las condiciones: d) 8. a4, ¡fc7 (8 . . . . , b6) 9. ll'if3, cxd4
después de 8. i,d3, h5 9. ¡ff4, ¡fh4 (9 . . . . , h5 1 0. ¡vf4, cxd4) 1 0. ¡fxd4, ll'i bc6.
1 0. ll'ie2 ( 1 0. �xh4, ll'ixh4 1 1 . i,g5), las e) 8. �d1 , y ahora 8 . . . . , ¡fa5 9. i,d2,
blancas obtienen clara ventaja. cxd4 (9 . . . ., ¡fa4 1 0. ¡fb1 ) 1 0. cxd4, ¡va4 o
7. . . . c;b f8 (O)
, bien 8 . . . . , b6, seguida de . . . , i,a6, con objeto
de utilizar el regalo de un tiempo suplementa
rio para desarrollarse.
El viaje de regreso �d1 -g4-d 1 se conoce
sobre todo por la partida Fischer-Hook, Olim
piada de Siegen, 1 970, en la que se continuó
con 6 . . . . , �a5 (en vez de 6 . . . ., ll'ie7) 7.
i,d2, �a4 8. ¡fg4, c;bf8 9. ¡fd 1 , b6 1 0. h4,
ll'ie7 (1 O . . . . , i,a6) 1 1 . h5, h6 1 2. M, h4, i,a6.
Es pertinente para nuestro tema observar que
esta secuencia es otra que les va perfectamen
te bien a las negras, pero aparte de 8. �g4
también tienen que contar con 8. ¡fb1 .
La continuación de la partida puede añadirse
a la lista de opciones mencionada más atrás.
En todos los casos, el juego suele conducir a
Renunciar de manera voluntaria al enroque situaciones novedosas y problemáticas de lo
deja las torres incomunicadas durante mucho más variadas, en las que las blancas a menudo
tiempo y restringe las posibilidades de las de no consiguen probar que tienen ventaja. Por
más piezas. En este caso, sin embargo, en esa razón, 7 . . . ., c;;t> f8 se viene dando con re
vez de condenar directamente el juego antipo gularidad en la práctica desde hace muchos
sicional de las negras, a menudo encontramos años, y todavía merece la pena esperar un rato
comentaristas que pronuncian un dictamen antes de pronunciar el juicio final sobre ella.
muy moderado, como «arriesgado pero intere 8. i,d2, . . . (O)
sante» . En forma más expandida, eso, sin du
da, significa algo por el estilo de «aunque
seguro que existe una refutación de esta extra
ña idea, la teoría no la conoce todavía » . Y es
que la cosa no está tan clara: el rey en f8 está
mal situado, pero de momento se siente relati
vamente seguro ahí y defiende el peón de g7.
Esto permite a las negras rechazar el ataque
de la dama. Al mismo tiempo están listas para
entrar en acción a su vez con 8 . . . . , ¡fa5 o bien
8 . . . ., ¡fe? y tienen en reserva el plan corriente
. . . , b6 y . . . , i,a6. La situación ha cambiado, y
las blancas han de definir su estrategia de nue
vo. Disponen de un amplio abanico de continua
ciones para elegir:
a) 8. dxc5, ¡fc7 9. ll'if3, ll'id7 (9 . . . ., ll'i bc6). Por medio de esta profilaxis se desea limitar
b) 8. h4, ¡va5 (8 . . . . , ¡fc7; 8 . . . . , b6) las posibilidades activas del adversario (8 . . . . ,
9. i,d2, ¡va4. ¡fa5 9. a4) . E l alfil blanco n o va a ir ahora de-
12 P R E P A R A C IÓN C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
1 2 . . . . , �b6
En general, tras el cambio de su caballo por
el alfil blanco, el segundo jugador ya no tiene
recursos suficientes para seguir luchando por
el control de las casillas negras. En vez de es
ta última jugada, merecía la pena simplificar la
posición todavía más con 1 2. . . . , éLixd4 1 3.
7 . . . . , 0-0 'iVxd4, �a5, que, en opinión de Tiviakov, con
El planteamiento cauto es lo acertado, a fin duciría a la igualdad. Volveremos a este vere
de no provocar sin necesidad al adversario pa dicto un poco más tarde.
ra que entre en acción (a 7 . . . . , d6 puede con 1 3. éLic2, a6 1 4. éLie3, 'iVcS 15 . .M c1 , . . .
testarse 8. c5 o bien 8. éLixc6, bxc6 9. c5) . Jugar 1 5. 0-0 enseguida era más lógico,
8 . .,te2, d6 puesto que la réplica 1 5 . . . . , b5 sigue siendo
En una partida posterior, Smeets-Tiviakov, prematura.
Cta. de Holanda, Dieren , 2003, se siguió con 1 5 . . . . , 'iVeS 1 6. 0-0, . . .
8 . . . . , f6 9. 0-0, éLif7 1 0 . .M c1 , b6 1 1 . 'iVd2, Una l ínea más enérgica era 1 6. éLi ed5,
.,tb7, y en esta posición , que es prometedora itxd5 ( 1 6 . . . . , g5 1 7. h4, g4 1 8. �g5+) 1 7. f4,
para las blancas, se acordaron las tablas. En ¡jg7 1 8. exd5.
cuanto al avance . . . , f5, en las presentes cir 1 6 . . . . , ¡jf4 1/2-1'2
cunstancias, las negras, con gran sensatez, En la posición final , las blancas aún están
prefieren abstenerse de hacerlo. mejor, de modo que el fascinante viaje de la
9. 'iVd2, . . . dama sigu iendo la ruta d8-b6-c5-e5-f4 no
Sería más sencillo proseguir con calma me parece una ejecución muy afortu nada del
diante 9. 0-0, sin molestar al caballo que está plan estratégico ligado a la paradój ica j uga
emplazado pacíficamente en h6. Entonces de da 5 . . . . , ith6. Está claro que esta extraña
pendería de las negras, como antes, idear una idea, ind ucida por pensamientos sobre un
manera de continuar. Las blancas estarían azaroso futuro, no se co rrespondía con la
contentas con, por ejemplo, 9 . . . . , f5 1 0. c5 o realidad del presente y el bando negro ten ía
9 . . . . , éLixd4 1 0. 'iVxd4, ite6 1 1 . c5. muy pocas posibil idades de triu nfar desde
9 . . . . , éLJg4 1 0. itxg4, itxg4 1 1 . h3, . . . el principio. Las neg ras pronto tuvieron difi
Atacar e l alfil es absurdo. D e nuevo l o indi cu ltades, y la oportun idad que les deparó la
cado era enrocar, aunque la pérdida de tiempo suerte de simplificar más en la j u gada 1 2
no es de gran trascendencia. e ra la mejor manera de sal i r de su desa
11 . . . . , .,te6 1 2. b3, . . . (D) fortunada apertura. Sin embargo, ni siquiera
1. EX P E R I M E N T O S E N L A A P E R T U R A 15
eso puede calificarse de logro. Las neg ras cuentra un plan adecuado, pero e s difícil decir
obtienen con frecuencia el mismo resultado, si las negras tienen uno en esta posición » .
en sentido l iteral, por medios muchísimo 1 4 . . . . , � g8
menos extravagantes , sin rebasar los l ími 1 4 . . . . , f6 di recta es más lógica, pero a las
tes de la teoría oficial. negras les resultaría difícil usar en beneficio
propio el tiempo así ahorrado. Sienten de ver
Botvínnik-Torán dad una clara falta de ideas constructivas.
Palma de Mallorca, 1 967 1S. b3, 'iVaS 1 6. f4, f6 1 7. g f3, c;;t> h 8 1 8.
Defensa Siciliana [836] U e1 , U g8 1 9. U d3, U ac8 20. lbdS?!, . . .
Nada imped ía a las blancas proseguir con
1 . c4, g6 2. e4, es 3. lb f3, lb c6 4. d4, cxd4 las maniobras. El cambio de piezas facilita la
S. lbxd4, 'bf6 6. lbc3, lbxd4 7. 'iVxd4, d6 defensa de las negras de manera conside
8. jLe3, jLg7 9. jLe2, 0-0 1 0. 'ii' d 2, . . . rable.
Una conocida posición de apertura. 20 . . . . , 'ij'xd2 21 . M. xd2,jLxdS 22. U xdS,
1 0 . . . . , lbg4 U c6?
Si las negras ambicionan crear contrajuego, Mejor jugada era 22 . . ., U c7, que permite
.
rar entonces adónde conduce. Nada más t¿jf6 8. e5, tZ:l e4. En cualquier caso, sería in
empezar la partida hay que combinar el inte teresante que el alfil volviese a f8 y situar el
rés por asu ntos secundarios con el cumpli peón en h6, pero llevar a cabo esta sustitu
miento del programa «Obligatorio » , y esto ción en la cabeza es mucho más fácil que ha
pone restricciones suplementarias a todas cerla de verdad . « La ley es la ley» , como se
las tentativas de improvisar en la apertura. dice, y en un estadio tan temprano de la par
Cuanto más flagrante es la desviación de las tida el desarrollo de las piezas (aunque sola
« normas » , más a fondo hay que calcular sus mente se haga de manera formal) suele ser
posibles consecuencias. preferible a avanzar el peón de torre.
Ahora también el adversario, con plena justi
Gashimov-Eingorn ficación , puede empezar a buscar factores de
Olimpiada de Bled, 2002 la situación que le favorezcan.
Defensa Francesa [C1 0] 4. j¿d3,... (D)
Natural y lo bastante buena. A las negras no
1 . e4, e6 2. d4, d5 3. t¿j c3, h6 (D) les crea especiales dificultades 4. t¿jf3, t¿jf6
5. j¿d3 (5. e5, t¿j e4 6. j¿d3, tZ:l xc3 7. bxc3,
c5) 5 . . . . , c5 (5 . . . . , j¿b4 también es posible)
6. exd5, exd5 7. 0-0, c4 8. U e 1 +, j¿e7 9.
j¿f1 . Por otra parte, otra jugada de alfil , 4.
j¿e3!?, les plantea problemas no menos gra
ves que la textual:
a) 4 . . . . , dxe4 5. tZ:l xe4, t¿j d7 (5 . . . . ,
j¿d7!?) 6. t¿jf3, t¿j gf6 7. t¿j xf6+, t¿j xf6 les
supone una pertu rbadora pérdida de tiempo
(en comparación con la variante 3 . . . . , dxe4
4. tZ:l xe4, tZ:ld7 5. t¿jf3, t¿j gf6 6. j¿g5, h6 7.
t¿j xf6+, tZ:l xf6 8. j¿e3, que se conoce por la
práctica) . Una posibilidad en la jugada 5, aun
que no muy prometedora, es 5 . . . . , t¿jf6 6.
tZ:l xf6+, 'ij'xf6 7. t¿jf3; la misma posición
Este es ya el tercer ejemplo de Defensa puede surgir después de 3 . . . . , dxe4 4.
Francesa en el que nos encontramos con una t¿jxe4, t¿jf6 5. t¿jxf6+, 1Vxf6 6. t¿jf3, h6 7.
infracción de las reglas del buen comporta j¿e3.
miento en la apertura. Para evitar malentendi b) 4 . . . . , j¿b4 5. a3!? (más precisa que 5.
dos, entonces, nótese que hay posibil idades 'ij'g4, y las negras tienen 5 . . . . , g6!? 6. e5, c5
similares en prácticamente toda secuencia de en vez de 5 . . . . , tZ:le7 6. a3, trasponiendo) 5.
apertura. Nos abstendremos de hacer juicios . . . , j¿xc3+ 6. bxc3, tZ:l e7 7. 'ij'g4, U g8 8. e5,
apresurados y observaremos, de momento, y las blancas tienen ventaja.
que las neg ras se han comprometido en lo c) 4 . . . . , t¿j c6 5. t¿jf3 (5. j¿b5, dxe4; 5. e5,
que Nimzowitsch llamó «voltejear» o manio t¿j ge7) , t¿jf6 6. e5, tZ:l e4 7. tZ:l xe4, dxe4 8.
brar con flexibilidad contra el centro de peo t¿jd2, t¿j xd4 9. tZ:l xe4, t¿j c6 1 O. 'ij'xd8+,
nes blanco. La idea de esta jugada, en sí, no t¿jxd8 da un final en el que las negras tienen
es nueva en modo alguno; se ha tomado mucho trecho que recorrer para igualar.
prestada de la l ínea 3 . . . . , j¿e7, en la que,
entre otras cosas, la teoría examina las con
tinuaciones 4. t¿jf3, t¿jf6 5. j¿d3 (5. e5,
t¿je4), c5 6. exd5, exd5 7. dxc5 y 4. j¿d3,
t¿j c6 5. t¿jf3, t¿j b4 6. j¿b5+, c6 7. j¿e2,
1. E X P E R I M E N T O S E N L A A P E R T U R A 17
4 . . . . , é[Jc6
I nteresante momento para ilustrar la diná
mica subyacente en la lucha. Para desgracia
de las negras, 4 . . . ., c5 no es buena debido a 6 . . . . , é[Jf6 7. es, é[Je4
5. exd5, exd5 6. dxc5, .i,xc5 7 . .i, b5+. En Las negras siguen adelante según el curso
términos generales, 4 . . . ., .i, b4 sería más elegido, pero después de 8 . .i,e3, c5 9. dxc5,
segu ra; así, la discusión sobre la pérdida de é[Jxc3 1 O. bxc3, é[Jc6 1 1 . 0-0 o bien 8. 0-0, c5
tiempo de las negras se trasladaría a la Va 9 . .i,e3, é[Jxc3 1 0. bxc3, é[Jc6 1 1 . dxc5 po
riante Winawer clásica. Sin embargo, el es dían esperar afrontar una nueva prueba sobre
quema de apertura que el bando negro ha la solidez de su posición. A modo de ejemplo,
empezado exige que se lleve a su conclusión en la partida De la Riva-Liogki , Cto. de Francia
lógica, y el segundo jugador obra en conse por Equipos, 2004, en la que se había interca
cuencia. Al mismo tiempo, se eleva el nivel de lado 6 . .i, b5+, c6, se siguió con 1 2 . . . . , �a5
riesgo estratégico en su posición . 1 3. é[Jd4, �xc3 1 4. é[Jb5, �xe5 1 5. �d2,
5. é[Jf3, é[J b4 6 . .i,e2, . . . (D) 'tj'b8 1 6. c4, y las blancas, que se habían ade
Por analog ía d i recta con la l ínea 3. lantado claramente en el desarrollo, ten ían una
.i,e7, merece atención 6 . .i, b5+ en lugar iniciativa desagradabilísima. Esta vez, por una
de retirar el alfil a e2 de i n mediato . En este amarga ironía del destino, sería mejor que el
caso, el jaque no reporta ventajas especia alfil de f8 ya estuviese en e7 . . .
les a las blancas excepto, qu izá, que des 8. a3, . . .
pués de 6 . . . ., c6 (6 . . . ., .i,d7 es demasiado Las blancas deciden impedir . . . , c5, que
despreocupada en vista de 7. .i,xd7+, -como vemos por el comentario anterior- po
'tlixd7 8. é[Je5) 7 . .i,e2, é[Jf6 8 . e5, é[Je4 drían haber intentado utilizar en beneficio pro
las negras tienen que responder a 9. a3 con pio. El caballo de b4 regresa a c6, pero
9 . . . . , é[Jxc3 1 O. bxc3, é[Ja6 , puesto que 9 . primero, desde luego, tiene lugar un cambio en
. . . , � a 5 no e s buena. c3.
Las blancas también tienen la posibil idad 8 . . . . , é[Jxc3 9. bxc3, é[Jc6 (D)
de tomar una decisión estratégica de todo
pu nto disti nta: 6. exd5, exd5. Sin embargo,
aunque las negras se han atrasado pel igro
samente en el desarrollo, consiguen frenar la
ofensiva del adversario, por lo menos en las
variantes 7. 0-0, é[Jxd3 8. �xd3, é[Jf6 9.
M e 1 + (9. é[Je5 , .i,e7 1 0. 'tj'g3, é[Jh5 1 1 .
18 P R E P A R A C IÓN C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
11 . . . . , � d7
No hace daño ser un poco cauto ( 1 1 . . . . , c5
1 2. dxc5!?).
1 2. tZ'le1 , c5
Otras jugadas interesantes son 1 2 . . . . , a6 (p.
ej. , 1 3. a4, b5) y 12 . . . . , h5, bloqueando el flan
co de rey a su debido tiempo.
1 3. f4, �c7
Un caso de indecisión . Después de 1 3 . . . . ,
tbc6 1 4. g4, �a5 1 5. �e3, h5, las negras
habrían tenido la mejor posición . En la partida
nunca aprovechan la oportunidad de ubicar el
caballo en c4.
1 4. g 4, 0-0-0 1 5. f5, �e7 1 6. t¿j g2, �g5
Tras eludir de modo satisfactorio todos los (D)
peligros, el segundo jugador ha alcanzado el
fin que se fijó. Ha estropeado la formación de
peones de las blancas a la vez que ha preser
vado el alfil de casillas negras, a diferencia de
lo que sucede en la variante 1 . e4, e6 2. d4, d5
3. tZ'lc3, �b4 4. e5, c5 5. a3, �xc3+ 6. bxc3.
Todo lo que tiene que hacer ahora es demos
trar que la idea en sí merece los esfuerzos que
ha supuesto el llevarla a cabo. De lo contrario,
se arriesga a acabar en la situación que cuen
ta un viejo chiste, que, traducido al ajedrez, po
dría ser más o menos:
-Mira, 3 . . . . , h6 en la Francesa es perfecta
mente jugable.
-¿Entonces no puede refutarse en el acto?
-Difícil pregunta. El caso es que nadie nece- 1 7. �f4, t¿jc6
sita hacer eso. Aqu í las neg ras deberían haber prefe rido
1 0. 0-0, . . . la senci lla l ínea 1 7 . . . . , tZ'l c4 1 8 . h4, �xf4 y
Con vistas a disputar l a ventaja, 1 0. c4 pare 1 9 . . . . , @ b8 ; sobreestiman la importancia
ce más adecuada -o incluso 1 0. �e3, tZ'l a5 del avance h4 y tratan de impedi rlo -sin de
1 1 . t¿jd2-. masiada eficacia, por cierto, puesto que
1 0 . . . . , t¿ja5 1 1 . �d3?! , . . . después de 1 8 . h4! ? , �xf4 1 9 . t¿j xf4, cxd4
Después d e esto y a podemos resumir los 20. cxd4, �b6 2 1 . c3, t¿j xe5 22. 'iY b 1 ,
resultados provisionales de la apertura. Las �xb1 23. l:r axb 1 , tb c6 24. fxe6, fxe6 25.
blancas se proponen llevar a cabo un ata �b5, las blancas obtend rían buena com
que de peones con f4-f5 y se ponen a prepa pensación por el peón menos-.
rarlo con su próxima j ugada. Este plan no 1 8. �g3, �a5 1 9. l:rad1 , . . .
resu lta ser la mejor manera de explotar los Aq u í también merecía la pena estudiar
tiempos que han ganado en la apertura. Las 1 9. h4, c4 20. �f3, �d2 2 1 . �e1 , �xe1
negras completan el desarrollo con cal ma y, 22. l:r axe1 (o 22. l:rfxe1 ).
como m ínimo, obtienen buen contrajuego 19 . . . . , h5 20. fxe6, �xe6 21 . gxh5, c4
gracias a la debil idad del flanco de dama 22. �f3, ... (D)
blanco.
l. EX P E R I M E N T O S E N L A A P E R T U R A 19
Lputián-Shírov
Montecatini Terme, 2000
Defensa Grünfeld [D85]
1 . d4, 0,f6 2. c4, g6 3. 0,c3, d5 4. cxd5, . . .
La Defensa G rünfeld obliga a las blancas a
Cuando ambos bandos tienen debilidades, hacer una elección radical. La opinión general
el que lleva la iniciativa es el que obtiene ven es que la única manera realista de buscar ven
taja. Hasta aquí, pese a toda una serie de ine taja en esta apertura es aceptar la invitación
xactitudes, ambos jugadores se las habían del rival y apoderarse del centro. Hay dos mé
ingeniado para no cometer equivocaciones ob todos acreditados para hacer eso: 4. cxd5,
vias, pero ahora las negras pierden el hilo de 0,xd5 5. e4, 0,xc3 6. bxc3 y 4. 0,f3, .i,g7 5.
la partida. 'ii' b 3, dxc4 6. 'ii' xc4. En ambos casos hay
22 . . . . , �xa3?! variantes teóricas de probada calidad que se
Absurda; el peón de a3 podía esperar. Mejo extienden más allá del horizonte. Esta vez pa
res jugadas eran 22 . . . . , �a4 y 22 . . . . , 0,e7. rece que las blancas toman la primera senda,
23 . .i,f4, .i,e7?! pero lo que en realidad prefieren se parece
Sin advertir la sencilla réplica de las blancas. más a la segunda.
Una línea más consecuente era 23 . . . . , .i,xf4 4 . . . . , 0,xd5 5. 0,a4, . . . (D)
24. 0,xf4, �b2, pero 23 . . . . , .i,h6 24 . .i,xh6,
.l::!. xh6 también era posible.
24 . .i,d2, �b2 25. 0,e3, .i,g5?
Claro descuido que conduce a la derrota,
aunque es verdad que después de 25. . . . ,
�b6 26. 0,f5 la ventaja ya sería de las blan
cas.
26. 0,xc4, dxc4 27. .i,xg5, .l::!. de8 28. 'ii' e4 ,
f6 29 . .i, c1 , . . .
Y las blancas ganaron ( 1 - O , 56 jugadas) .
En principio, a uno le gustaría que ambos
componentes esenciales (el fin estratégico y
el método para lograrlo) encajasen a la per
fección , pero tal correspondencia ideal es ca
si imposible de obtener en la actualidad . Las
contradicciones internas del esquema propio Al verla por vez primera, esta maniobra
le dan al adversario una de sus bazas más de caballo nu nca deja de causar asombro,
relevantes para la lucha que se avecina, y no aunque, en esencia, no hay nada nuevo en
hay nada que pueda hacerse al respecto. La las intenciones de las blancas. En el siste
era de los descubrimientos espectaculares en ma de 4. 0,f3 , .i,g7 5. 'iVb3, al que acabo
la apertura ha pasado para siempre. Todas de referirme, sabemos que 1.as blancas con-
20 P R E P A R A C IÓN C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
sienten en perder algu nos tiempos con la pezar. Por lo tanto, adelantándome un poco,
dama a fin de avanzar los peones y al mis añadiré que el sacrificio de peón es sólido y, en
mo tiempo dificu ltar el contragolpe . . . , c5 . estas circunstancias, parece ser una respues
La conti nuación , poco convencional , que se ta de todo punto idónea a las acciones del pri
da en esta partida se basa en las m ismas mer jugador.
ideas estratég icas ; la diferencia está en la 6. dxe5, . . . (D)
ejecución. El orden de j ugadas 4. tlJf3,
j_g7 5 . cxd5, tlJ xd5 6 . tlJ a4, más circuns
pecto , perm ite a las neg ras replicar 6 . . . . ,
j_f5 si lo desean; entonces, después de 7.
tlJc5, b6 8. e4, bxc5 9 . exf5, cxd4 no tienen
problemas para obtener una buena posi
ción . En el presente caso, la escaram uza
que han empezado las blancas en la aper
tura no es tan senci lla de resolver.
Las negras, desde luego, pueden jugar 5 .
. . . , tlJf6 (impidiendo 6. e4) 6. tlJf3 (6. f3, tlJ c6
7. e3, e5), j_g7 7. e3, 0-0 8. j_e2, pero luego
no son muchos los recursos que les quedan
para crear contrajuego activo. En la práctica, 5 .
. . . , j_g7 6. e4 es lo que se juega más a menu
do, pero también aquí las blancas hacen fren 6 . . . . , tlJ c6
te a sus tareas de manera más o menos La l ínea forzada 6 . . . . , j_ b4+ 7. j_d2, tlJ e3
satisfactoria: 8. fxe3, j_xd2+ 9. 'iVxd2, 'iVh4+ 1 0. g3,
a) 6 . . . . , tlJf6 7. f3, 0-0 8. j_e3, c6 9. j_d3. 'iVxa4 es ingeniosa, pero ilógica. La objeción
b) 6 . . . . , tlJ b4 7. a3 (o 7. d5) , tlJ4c6 8. d5, principal es que después de 1 1 . j_g2 (más
tlJd4 (8 . . . . , tlJe5 es una alternativa) 9. j_e3, fuerte que 1 1 . � d4, 'iV a5+ 1 2. b4, 'iV a3) 1 1 .
e5 1 0. tlJe2, 'iVh4 ( 1 0 . . . . , 'iVf6!?) 1 1 . tlJc5. . . . , 0-0 1 2. ttJf3 las negras se topan con nue
c) 6 . . . . , tlJ b6 7. j_e3, 0-0 8. tlJf3, j_g4 vos problemas de apertura en vez de igualar
(8 . . . . , tlJ xa4 9. 'iVxa4, c5 1 0. � d 1 ) 9. j_e2, de inmediato.
ttJxa4 (o 9 . . . . , tlJ c6 1 O. d5) 1 O. �xa4, c5 Por otra parte, en la posición de la partida,
1 1 . dxc5. no está claro en absoluto qué bando va a jugar
Si a las negras no les gustan variantes así, por la igualdad. Las blancas ya tienen que pro
pueden intentar corresponder con algo bastan ceder con sumo cuidado para no quedar infe
te novedoso por su parte: 5 . . . . , tlJ b6 6. tlJf3 riores.
(6. e4, e5) , j_g7 7. e4, j_g4 8. j_e3, tlJ c6 9. 7. llJf3, . . .
d5, tlJe5 o 5 . . . . , j_f5 6. f3, tlJ b6 7. e4, tlJxa4 Aqu í 7 . e4, tlJ db4 8 . 'iVxd8+, tlJxd8 9.
(7 . . . . , j_c8 es asimismo posible) 8. 'iVxa4+, � b1 , tlJxa2 no es nada atractivo, pero mere
j_d7 9. 'iVb3, tlJ c6. ce la pena pensar 7. a3; en todo caso, es difícil
Sin embargo, en la posición que se produce salir adelante sin esta medida precautoria, y
luego de 5. tlJa4, en la que ha quitado su ca en el final las blancas vuelven a tener la inicia
ballo del centro para ponerlo en la banda del tiva después de 7 . . . . , tlJ xe5 8. e4, tlJ b6 9.
tablero, el bando blanco tiene que contar ante 'iYxd8+, �xd8. La réplica más prometedora
todo con una contraofensiva en el centro: de las negras es 7 . . . . , j_f5 8. llJf3, 'iVd7, y
5 . . . . , es ahora:
La reacción clásica. En ejemplos de manual, a) 9. j_d2, 0-0-0 1 0. � c1 , 'iVe8, como en
esta estrategia suele triunfar con rapidez, pero Rukavina-Mijalchishin, Nova Gorica, 1 999
aquí la batalla real no ha hecho más que em- -que tuvo otro orden de jugadas-.
1. EX P E R I M E N T O S E N L A A P E R T U R A 21
Fominij-Kunte
Kelamabakkam, 2000
Defensa India de Dama [E1 5]
22. es, . . .
Podría intentarse primero echar a l rey negro 1 . d4, .:2lf6 2 . .:2if3, b6 3. c4, e6 4. g3, ii,a6
del centro mediante 22. ii,g4+, @ b8 23. ii,f3 Las negras atacan el peón de c4, y su plan
y solamente después de 23 . . . . , .i::í,d3 o 23 . . . . , de operaciones en el centro depende de cómo
b6 continuar con 24. e5. A la larga, empero, las lo protejan las blancas. A 5. �a4 y 5. �c2 se
consecuencias serían las mismas. suele contestar 5 . . . . , c5. En la variante 5. b3,
22 . . . . , ii,xt3 23. gxf3, Wd7 el avance . . . , d5 -enseguida o después de
Las negras ya tienen posición ganadora; prepararlo- se está convi rtiendo en la réplica
luego de 24. a4, a5 25. wc2, ii,ta, las blan más frecuente. La otra jugada que es relativa
cas no consiguen crear contrajuego. Su próxi mente natu ral , 5 . .:2lbd2, deja completa liber
ma jugada no debería alterar el curso de los tad de elección a las negras. La jugada que
acontecimientos. hacen las blancas en esta partida, en cambio,
24. h4, @es trata de restringir más las posibles acciones
24 . . . . , h5 era una jugada obvia, impidiendo del adversario.
que el peón « h » blanco avanzase más. 5. �b3, . . . (D)
25. h5, @f5 26. @c2, g5?
La manera más torpe de aclarar el asunto;
después de 26 . . . . , ii,ta, las negras aún ha
brían conservado clara ventaja.
l. EX P E R I M E N T O S E N L A A P E R T U R A 23
1 7. Cbe2?!, . . .
D e nuevo absteniéndose d e hacer 1 7. h4.
1 7 . . . . , g hgS?!
El baldío traslado del caballo de un flanco al
El retraso de las negras en la jugada anterior otro invita a emprender un nuevo ataque en
resulta ser de lo más significativo. Jugar 1 3 . forma de 1 7 . . . . , Cb e7 1 8. C2Jg3, 'iVf4.
. . . , h5 1 4. g g 1 , hxg4 1 5. g xg4, il,xd4? ! con 1 8. l2J g3, il, hS 1 9. il,e2, . . .
un tiempo menos no es en modo alguno tan Como antes, 1 9. h 4 sería una buena jugada.
atractivo después de 1 6. Cbxd4, Cb e5 1 7. Después de 1 9 . . . . , 'iVf4 20. hxg5, hxg5, la co
'iVe2, l2J xg4 1 8. 'iVxg4, g xh2 1 9. Cbf3 lumna «g» está cerrada, mientras que la « h »
(Gershon) . Ahora y más tarde, la posibilidad está e n manos d e las blancas.
g g1 como respuesta a . . . , h5 es un detalle 1 9 . . . . , cJ;; bS
importante. Todavía jugando con lentitud. En este esta
1 4. 0-0-0, 0-0-0 dio, 1 9 . . . . , 'iVf4 20. h4, 'iVxe3 (20 . . . . , Cbxd4
Las negras han dejado escapar la iniciativa, 2 1 . Cb xd4, 'iVxe3 22. fxe3, il, e5 es bonito,
pero pod ían haber eliminado la tensión me pero eso es todo) 21 . fxe3, gxh4 bastaría para
diante 1 4 . . . . , h5!? 1 5. g g 1 , 'iVf4+ 1 6. �e3, obtener una aproximada igualdad , pero más
�xe3+ 1 7. fxe3, hxg4 1 8. g xg4, f5. enérgico es jugar directamente 1 9 . . . . , Cbe7!?
26 P R E P A R A C IÓN C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
Loffler-Atalik
Memorial Lasker, Berlín, 2000
Apertura Inglesa [A1 6]
1 . t¿jf3, t¿jf6 2. c4, g6 3. t¿jc3, d5 4. cxd5,
t¿jxd5 5. h4, . . .(D)
jugadas).
¿ Por qué intentan los jugadores solucionar
problemas de apertura de maneras poco or
todoxas? En absoluto porque aspi ren a ser
originales, sino porque una estrategia posi
cional sólida, con todas las virtudes, incues
tionables, que pueda tener, a menudo es Una concepción «futurista». La operación de
incapaz de garantizar ventaja a las blancas flanco es posible y segura debido a la posición
en la apertu ra o, a la inversa, reportar la del centro, relativamente estable. Por el con
igualdad a las negras o incluso producir juego trario, en la variante 1 . d4, t¿jf6 2. c4, g6 3.
incierto. ¿Qué planteam iento merece más la tbc3, d5 4. h4 (?!), que se juega pocas veces,
pena? ¿ Hay que buscar nuevas posibilidades las negras pueden reaccionar a la provocación
ya en el estadio temprano de la partida o se enseguida con 4 . . . . , c5. En el presente caso,
guir con confianza la senda aprobada hasta hasta ahora no hay objetos di rectos que pro
la jugada 1 5, 20 o 25 para intentar hacer algo porcionen contrajuego, y la tentativa de dete
nuevo solamente entonces? La pregunta si ner el peón blanco mediante 5 . . . . , t¿jf6 6. d4,
gue por responder, y cada j ugador le da su JLg7 7. e4 o 5 . . . . , h6 6. e4, tb xc3 7. bxc3,
propia respuesta. JLg7 8. d4 no puede justificarse. En este último
caso, después de 8 . . . . , c5 9. g b1 (9. JLe2),
l. EX P E R I M E N T O S E N L A A P E R T U R A 27
Alekhine-Rubinstein
La Haya, 1 921
Gambito de Dama [D30]
1 . d4, d5 2. ll:lf3, e6 3. c4, a6
La Variante Janowski; al reforzar la ame
Lo que ha pasado ya no puede cambiarse; naza de capturar en c4, las negras quieren
ahora las blancas afrontan tareas muy especí obligar a las blancas a aclarar la posición en
ficas. Tienen que jugar 1 1 . d3 y prepararse pa el centro. Podemos reconocer 4. cxd5, exd5
ra la defensa; sin embargo, pierden un peón 5. ll:l c3 como la respuesta más lógica y na
de inmediato. tural , pero Rubinstein no pensaba que la Va
1 1 . e3 (?), �e6 1 2. 1V/id1 , ll:l b4 1 3. d3, riante del Cambio del Gambito de Dama
ll:lxa2 fuera estratégicamente pel igrosa para las
O bien 1 3 . . . . , �xa2 1 4. �d2, a5 1 5. b3, negras, así que concedía poca importancia a
c5, con ventaja; el alfil negro está lo bastante perder un tiempo o debil itar el flanco de da
cómodo en a2. ma. Es probable que Alekhine compartiese
1. EX P E R I M E N T O S E N L A A P E R T U R A 29
a1 ) 8 . . . ., e4 9. ibd2, y después de 9 . . . ., f5
(Janowski-Duras, Praga, 1 908) , aparte de 1 O.
"iVb3, las blancas tienen un sacrificio de pieza
que no parece malo: 1 0. �xc7, "iVxc7 1 1 .
ibxd5, "iVd8 1 2. tZ'l b6, l:\. b8 1 3. "iVb3. 9 . . . . ,
�e6 1 0. ib dxe4 (o 1 0. "iVb3) también es
Las blancas devuelven el tiempo haciendo desfavorable para las negras.
ellas mismas un experimento. Ahora una répli a2) 8 . . . . , exd4 9. exd4, �g4 (9 . . . ., �e6
ca de lo más satisfactoria es 4. . . . , b6 (Ta 1 0. "iVb3) 1 0. �e2, "iVd7 1 1 . 0-0 ( 1 1 . h3) .
rrasch) 5. cxb6, cxb6. Las negras tienen dos a3) 8 . . . . , �e6 9. "iVb3 (9. "iVa4, e4 1 0.
tiempos de ventaja en comparación con la hi tb e5, tbgxe5 1 1 . �xe5), .M b8 1 0. 0-0-0 ( 1 0.
potética variante 3 . . . ., c6 4. cxd5, cxd5, y eso h4) .
les permite contar con obtener la igualdad. b) Otra posibilidad que tienen las blancas es
Una alternativa interesante a 5 . . . . , cxb6 es 5 . 8. "iVb3, y entonces 8 . . . . , e4 9. ibfd2, f5 1 0.
. . . , c5 6. tZ'lc3 (6. "iVb3!?), ibd7; Bogoljubow tZ'l c3, f4 1 1 . exf4 o bien 8 . . . . , .M b8 9. dxe5,
Alekhine, Encuentro por el Campeonato del �xc5 1 0. tbc3, �e6 1 1 . 0-0-0.
Mundo (21 ) , Karlsruhe, 1 934. En un estadio anterior, a modo de prefacio
4. . . . , tbc6 a esta variante , merecía la pena examinar
Las negras intentan pasar a la acción en el 6. h4 (p. ej . , 6 . . . ., tbg6 7. �g3, h5 8. e3, e5
centro, pero de esta manera les aguardan pro 9. "iVb3).
blemas mayores, relacionados en parte con la Resumiendo los resultados de todo este
fuerte posición del peón blanco de c5. análisis, tenemos que decir que en la presen
5. � f4, tbge7 te situación el avance . . . , e5 no es suficiente
Jugando 5 . . . . , f6 6. e3 (6. tbc3, e5 7. dxe5, por sí mismo para solucionar los problemas de
g5 es incierto) , e5 7. �g3 (7. dxe5, �xc5 8. la defensa; no hace sino crear nuevas con
tZ'lc3, fxe5 9. tbxe5, tZ'lf6) 7 . . . . , �e6, las ne diciones para que haya confl icto. No es de
gras podrían alcanzar su objetivo con bastante extrañar que las blancas pudiesen intentar be
rapidez, aunque sus perspectivas de futuro se neficiarse de los planes del adversario. En la
guirían siendo problemáticas. La maniobra de presente partida, sin embargo, prefieren justo
caballo que acaban de empezar requiere más el planteamiento contrario.
tiempo, y la continuación natural 6. e3, tb g6 6. tb c3, . . .
7. �g3, e5 permite a las blancas conservar la E l comienzo del escenario alternativo. Ale
iniciativa: khine decide que el plan de las negras debe
a) 8. tZ'lc3 (D) es un método: frustrarse por todos los medios disponibles.
30 P R E P A R A C IÓN C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
g3, j_f6 9. h4 (9. j,, g 2) . El viaje del cabal lo h5, ttJ f8 1 1 . h6, g6.
de g8 a g6 vía e7, por lo tanto, ha resultado 9 . . . . , j,,d 6? !
in úti l . Sin embargo, de momento este nuevo Haciendo manifiestamente caso omiso de
giro de los acontecimientos no debería con los rasgos especiales de la posición ; esta acti
siderarse un log ro de las blancas en absolu tud raya en el fatalismo y provoca consecuen
to, pues está claro que el alfil de e3 no da cias bastante graves.
lustre a su posición . Poner orden en la ubi 1 0. h5, tt:Jge7 1 1 . h6, g6
cación de las piezas es una prioridad para Después de 1 1 . . . . , t¿jf5 1 2. hxg7, � g8 1 3.
ambos jugadores. j,, g 5, la debilidad del flanco de rey de las ne
7 . . . . , b6 gras se dejaría sentir con rapidez.
La idea de suprimir el peón de c5 pasa de 1 2. j,,g 5, 0-0!
nuevo a primer plano, pero el segundo jugador Estamos ante una de esas situaciones en
se descarría por un ideal abstracto: después las que se toma la decisión descartando la al
de cambiar los peones se propone llevar el al ternativa. El rey negro estará en peligro de
fil de f8 a d6. Una jugada más precisa en este manera permanente a partir de ahora; sin em
punto era 7 . . . . , j,, e7 para provocar 8. g3. So bargo, 1 2 . . . . , f5, pusilánime, sería una capitu
lamente entonces continuarían las negras con lación posicional instantánea.
8 . . . . , b6 9. cxb6, cxb6 1 0. h4, h6 (o 1 0 . . . . , 1 3. j,,f6, . . . (D)
j,, b 7 1 1 . h5, t¿jf8 1 2. h6, g6) 1 1 . h5, t¿jf8, con
juego incierto.
8. cxb6, cxb6 9. h4!, . . . (D)
l. EX P E R I M E N T O S E N L A A P E R T U R A 31
(6. cxd5, cxd5 7. Qje5, e6), �g4 permite que (6 . . . . , h6) se nos antoja enseguida más favo
las negras lleven a cabo las ideas básicas de rable para las negras. Por otra parte, 6. cxd5
4 . . . ., a6 (realizar el avance . . ., b5 y sacar el es interesante:
alfil con seguridad de c8 a g4 o f5) . Después a) 6 . . . . , cxd5 7. �f4, �d6!? (después de
de 5. \l!Vc2, 5. �f4 o 5. �g5, al segundo ju 7 . . . . , Qjc6 8. e3, �d6 9. �d3, �xf4 1 0.
gador se le presenta una buena oportunidad exf4, las negras tienen los problemas de cos
de capturar el peón de c4, aunque en este pre tumbre) 8. e3, �xf4 9. exf4, \l!Vb6.
ciso momento 5. . . . , dxc4 no tiene nada de b) 6 . . . ., exd5!?, y ahora:
amenaza. G racias a esta última circunstancia, b1 ) 7. �f4, �d6 8. �xd6, \l!Vxd6 9. �c2,
por lo menos es posible otra continuación a g6 1 0. \l!Vb3, 0-0 1 1 . e3, � f5! ; Eingorn-Krivo
partir de la posición del diagrama además de shei , G raz, 2001 .
las que acabo de enumerar. b2) 7. �g5, h6 8. � h4, �d6 (!), amena
5. h3, (D)
. . . zando explotar el debilitamiento de g3 median
te 9 . . . ., g5.
b3) 7. \l!Vc2, �d6!? (con la misma idea) 8.
�g5, Qj bd7 9. e3, h6 1 0. �f4, �xf4 1 1 .
exf4, 0-0; Liogki-Prié, La Réunion, 1 997.
Las blancas no pueden esperar obtener ven
taja después de cambiar los peones, así que
eligen otra senda que tienen a su disposición.
6. e3, . . (D)
.
tienen las jugadas 4 . . . . , a6 y 5. h3 dentro de Cambio de decorado. A las negras les pare
estructuras de apertura conocidas. Si estable ce que añadir h3 a una posición simétrica de la
cemos la analogía apropiada, 6. �g5, dxc4 Defensa Tarrasch, que ya se considera más o
l. EX P E R I M E N T O S E N L A A P E R T U R A 33
pequeña ganancia de la apertura, mientras Arriesgada decisión , pero por lo menos per
que seguir los caminos trillados con 8 . .i,e2, mite albergar esperanzas en el futuro. Nada
tLlc6 9. 0-0, .i,d6 1 O. dxc5, .i,xc5 justificaría promete 1 1 . . . . , d4 1 2. e5 ( 1 2. l2J a4!?), l2J xe5
en gran parte las suposiciones que ha hecho ( 1 2 . . . . , dxc3 1 3. exf6, 'iVxf6 1 4. 1l e1 +) 1 3.
el adversario. Ahora las negras, a su vez, tie l2J xe5, dxc3 1 4. 'iVa4+, @f8 ( 1 4 . . . . , .i,d7
nen la oportunidad de adoptar una continua- 1 5. l2Jxd7, 'iVxd7 1 6. ll e1 +) 1 5. bxc3.
ción adecuada a 4 . . . . , a6: 8 . . . . , c4. Entonces, 1 2. l2Jxe4, .i, e7! ?
si 9 . .i,c2, b5 (o 9 . . . . , .i, b4 ! ? 1 0 . 0-0, 0-0 Seguir simplificando con 1 2 . . . . , l2J xe4 1 3 .
1 1 . l2Je5) 1 0. e4 ( 1 0. l2J e5, .i, b7), dxe4 1 1 . .i,xe4, 'iVxd 1 1 4. 1l xd 1 ( 1 4 . . . . , .i,e6 1 5.
l2Jxe4, .i, b7 ( 1 1 . . . . , .i, b4+), el bando blanco l2J g5) no aliviaría la partida del segundo juga
tiene la iniciativa, pero puede neutralizarse. En dor, que quiere enrocar sufriendo el menor
la continuación de la partida, la tarea resulta coste posible de material o de la posición; a
mucho más difícil. modo de ejemplo: 1 3. l2J xf6+!?, .i, xf6 1 4.
8. . . . , l2Jc6 9. 0-0, .i, d6?! 'iVc2 ( 1 4. 'iVe2+, 'iVe7) , h6!? ( 1 4 . . . . , .i,e6
Otra elección floja es 9 . . . . , cxd4 1 0. exd4, 1 5. ll d 1 , 'iVa5 1 6 . .i,xh7) 1 5. ll e1 +, .i,e6
.i,e7 1 1 . ll e1 , 0-0 1 2 . .i,g5, y las negras se 1 6 . .i,c4, 0-0 1 7 . .i,xe6, fxe6. Tanto ahora co
ven sometidas a una desagradable presión. mo más tarde, el tener que elegir entre varias
No obstante el retraso, la opción relativamen continuaciones prometedoras simplemente di
te mejor sigue pareciendo 9 . . . ., c4 1 0 . .i,c2, ficulta más la tarea de las blancas.
.i,b4, aunque después de 1 1 . e4, .i,xc3 1 2. 1 3. 'iV e2, .:iJ xe4
exd5, l2Jxd5 1 3. bxc3, 0-0 1 4 . .i,d2 las negras Merecía la pena examinar 1 3. . . . , 0-0 1 4.
afrontan de inmediato nuevos problemas. De ll d 1 ( 1 4 . .i,f4, .:iJ d5), 'iVc7.
bería añadirse que en esta línea 1 2. . . . , 14 . .i, xe4?! , . . .
.i,xb2? (en vez de 1 2 . . . . , l2Jxd5) es malísima Sería más sensato conformarse con una
debido a 1 3. dxc6, .i,xa1 1 4. cxb7, .i,xb7 1 5. clara ventaja posicional después de 14 .
.i,a3, y el rey negro cae víctima de un ataque 'iVxe4, .i,e6 1 5. ll e 1 ( 1 5. ll d 1 , �d5) ,
arrollador en el centro del tablero. 'iVd5 1 6. l2Jg5, 'iVxe4 1 7 . .i,xe4, .i,xg5 1 8.
1 0. dxcs, .i, xcS 1 1 . e4! , . . . (D) .i,xg5. Las blancas tratan de conseguir algo
Las blancas cuentan con su ventaja de de más, pero al final eso no se justifica.
sarrollo. Una alternativa más modesta consis 1 4 . . . . , 0-0 1 5 . .i, f4, . . . (D)
tía en jugar de manera convencional contra el
peón aislado con 1 1 . b3, 0-0 1 2 . .i, b2. Las ne
gras han perdido la batalla de la apertura.
34 P R E P A R A C IÓN C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
2. 1 . La ventaja
de la primera jugada
c1 ) 1 3. Jl,xe5, Jl,xe5 1 4. dxe5, �a5 1 5. Las negras ya están bien, puesto que el pri
i,d3, i,b7 ( 1 5 . . . . , i,e6!?) 1 6. 'iVxb7, mer jugador no puede sacar el alfil de casillas
.l::!. ab8 1 7. 'iVa6, 'iVxc3+ 1 8. �e2, Z:Í, b6 1 9 . blancas y enrocar sin trabas: 1 2. i,d3, Jl,a6
.l::i. ac1 , 'iVb2+ 20. ll c2, 'iVxc2+ 2 1 . Jl,xc2, 1 3. ll d 1 , i, xd3 1 4. ll xd3, �a6 o 1 2. i,e2,
.l::!. xa6 22. i, b3; Cifuentes-Akopián, Linares i, a6 ( 1 2 . . . ., e5 es un poco prematura: 1 3.
(torneo abierto), 1 996. i,xe5, i,xe5 1 4. dxe5, ll b8 1 5. �c2) 1 3.
c2) 1 3. dxe5 también es interesante. 'iV b4, �xb4 1 4. cxb4, Jl,xe2 1 5. @xe2, a5,
c3) Por otra parte, después de 1 3. 'iVxa8, con plena igualdad. La variante 1 2. 'iVb4,
exf4, más débil , el ataque de las negras com 'iVxb4 1 3. cxb4, f6 (mejor que 1 3 . . . ., a5?! 1 4.
pensa por completo el material sacrificado: 1 4. b5, c5 1 5. b6, c4 1 6. @ d2) 1 4. @d2, e5 1 5.
'iVxa7, fxe3 1 5. Jl,e2 ( 1 5. f3, 'iVg5; 1 5. fxe3, i,g3 también se les antoja a las blancas de
'iVh4+), exf2+ 1 6. �xf2, i, h6 1 7. i,f3, masiado insulsa, y tras mucho pensar encuen
'iVh4+ 1 8. g3, i,e3+! tran una manera de neutralizar la amenaza 1 2 .
Para evitar posibles conflictos en cualquiera . . . , i,a6 después de todo.
de estas variantes, el segundo jugador saca la 1 2. a3, . . .
dama a una posición activa a su debido tiempo. La escasez d e continuaciones normales lle
1 0. 'iVb3?!, . . . va a la aparición de las «excéntricas» ; ahora a
E n e l momento crítico, las blancas n o están 1 2 . . . . , i,a6 se contesta 1 3. 'iV b4, �b6 1 4.
a la altura de las circunstancias; después de la Jl,xa6, 'iVxa6 1 5. c4!?, dxc4 1 6. 0-0. Las blan
jugada más fuerte, 1 0. �d2 -con la intención cas consienten en perder el tiempo suplemen
de hacer c4-, las negras comenzarían a tener tario que tanto se han esforzado por preservar
dificultades: hasta ahora; sin embargo, todos sus esfuerzos
a) 1 0 . . . . , i,g7 1 1 . l¿jxc6, bxc6 1 2. c4, resultan baldíos. Tiene una importancia sim
'iVxd2+ 1 3. �xd2, c5 1 4. cxd5, 0-0 ( 1 4 . . . . , bólica el hecho de que en cuanto obtienen una
cxd4 1 5. i,b5+, i,d7 1 6. ll ab1 ) 1 5. ll b1 , oportunidad de hacer una jugada activa ante el
cxd4 1 6. i,c7, dxe3+ 1 7. fxe3. adversario, las negras intentan apoderarse de
b) 1 0 . . . ., l¿jxe5 (en comparación , la mejor) la iniciativa enseguida, aunque la tranquila lí
1 1 . i,xe5, f6 1 2. i,g3, i,f5 ( 1 2 . . . . , h5 1 3. h4, nea 1 2 . . . . , 0-0 1 3. 'iVb4, 'iVb6 también sería
i,f5) 1 3. c4, 'ij'xd2+ 1 4. �xd2, e5!? 1 5. c5. bastante buena aquí.
10 . . . . , i, g7 1 1 . l¿j xc6, . . . 12 . . . . , e5! ? 1 3. dxe5, . . .
Aquí esto n o es eficaz. Debería preferirse Todavía con l a esperanza d e completar el
1 1 . i,b5, Jl,xe5 1 2. Jl,xe5, 0-0 1 3. i,f4, con desarrollo y luchar por conseguir ventaja. 1 3.
servando perspectivas un poco mejores. i,xe5, i,xe5 1 4. dxe5, ll b8, más sencillo,
11 . . . . , bxc6 (D) conduce al jaque perpetuo luego de 1 5. 'iVxb8,
40 P R E P A R A C IÓN C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
1 9 . . . . , l{Wxc3
También aqu í merece la pena examinar 1 9 .
. . . , .i,e6; luego de 20 . .i,f3, g5!? 21 . .i,g3,
�xc3 22. �xc3, .i::í, xc3 23 . .i,xd5, .i::í, c8, las
posibilidades de las negras en el final por lo
menos no son peores.
20. l{Wxd5, .i,e6
Aunque el bando negro no ha aprovechado
su iniciativa de la manera más eficaz, el peón
«C» adelantado le asegu ra contra imprevistos
en la mayoría de las variantes. Ahora 2 1 .
�e4, .l::i, xa3 22 . .i::í, ac1 , �b2 23 . .i, xc4,
.l::i, a4 24. �c6, .i::í, xc4 25 . .l::i, xc4, .i,xc4 26.
l{Wxc4, .i,xe5 no conduce sino a la igualdad,
14 . ... , c5 1 5. �c2, c4 1 6 . .i,e2, .i,f5 pero las blancas tampoco pueden aspirar a
Al atacar la dama, las negras, a su vez, es triunfar con la jugada que hacen.
tán perdiendo tiempo. El alfil está mejor situa 21 . �d4, �c2
do en e6, donde defiende el peón de d5. Una 21 . . . . , .i::í, c8 o 21 . . . . , iYxd4 22. exd4, c3
alternativa incierta es 1 6 . . . . , f6 1 7. e4 ( 1 7. sería, de hecho, más segu ro.
exf6, .i,xf6) , fxe5 18 . .i,g5, .i,e6 1 9. 0-0, pe 22 . .l::i, e1 , .
. .
ro 1 6 . . . . , .i::í, b8 di recta es más lógica: des E s conveniente quitar l a torre del punto de
pués de 1 7. 0-0 ( 1 7. e4, dxe4), .l::i, b3 1 8. mira a su debido tiempo; en todo caso, esta
�d2, .i,e6 a las blancas les surgirán pro continuación es más fuerte que 22 . .i,f3, c3
blemas. 23 . .i,e4 (23. �xa7 es arriesgado en vista de
1 7. l{Wd2, .i::í, abB 1 8. 0-0, .l::i, b3 1 9 . .i::í, fd1 , 23 . . . . , .i::í, b2 24 . .i,g3, �b3 25 . .i::í, dc1 , c2)
(D)
. • . 23 . . . . , �b2 24. g db1 , �d2 .
22 . . . . , �b2 23 . .i,d1 ?!, . . .
Mal puede ser esto l a manera d e jugar a ga
nar. Las blancas quieren emplazar el alfil en
c2, pero dejan escapar una buena ocasión de
tomar en a7 y crear un peón pasado también
ellas, aunque las negras aún controlarían la
partida después de 23. iYxa7, .i,xe5 24 .
.i,xe5, iVxe5 25. a4, c3 26. a5, c2.
2 . PERT U R B A R E L E Q U I L I B R I O 41
23. . . . , � bb8 24. � e2, �b6 2S. j,c2?, . . . estupefacción. E s evidente que las blancas se
Ahora vienen malos tiempos para las blan proponen seguir con d4 y mantener un firme
cas; deberían haber jugado 25. j,g5, y la po control del centro, pero en el presente caso es
sición es incierta. to no es tanto un objetivo estratégico realista
2S. . . . , �as 26. e4, � fdB 27. jVe3, j,xeS como una amenaza posicional general , que
28. j,xeS, �xeS las negras pueden rechazar si quieren sin te
Y las negras tienen ventaja (1/2-1/2 , 66 ju ner especiales problemas. En realidad, si el
gadas) . primer jugador pudiese hacer d4 y c4 en esta
Por regla general, «jugar a la simetría» en la apertura con tanta facilidad, la Defensa Sicilia
apertura da por resultado una posición estable na perdería enseguida una gran parte de sus
en el centro o, si no, un encarnizado enfrenta adeptos.
miento de los peones centrales, ya que se 3 . . . . , l¿jc6 4. l¿jc3, . . .
atacan entre sí. Las blancas suelen preferir Las blancas n o ganan nada con 4 . d4, cxd4
más a menudo la primera posibilidad y las ne 5. l¿jxd4, l¿jf6 6. l¿jc3, j, b4, así que de mo
gras la segunda, puesto que cuentan con ob mento prosiguen desarrollando las piezas. De
tener la igualdad después de los cambios que cidirán más tarde el plan estratégico, según lo
inevitablemente han de tener lugar. Situacio que haga el adversario. Otra jugada que ocu
nes así pueden producirse en varias l íneas; a rre, aunque con mucha menos frecuencia, es
veces, las negras incluso se aventu ran a co 4. j,e2.
piar las jugadas del adversario ya nada más 4 . . . . , l¿jf6
empezar ( 1 . d4, d5 2. c4, c5? ! ) , pero en este Esto se considera la l ínea principal , y la
capítulo examinaremos continuaciones teó mayoría de las veces conduce rápidamente a
ricas sólidas en vez de experimentos arries una posición simétrica. Una opción todavía
gados. más sencilla es sellar el centro al instante con
4 . . . . , e5, suponiendo que la leve iniciativa
Rublevski-Bologan que poseen las blancas después de 5. d3, d6
Poikovski, 2002 6. lb d5 no es peligrosa. La pregunta clave,
Defensa Siciliana [840] sin embargo, es si las negras necesitan de
veras limitarse a librar una abu rrida lucha por
1 . e4, es 2. l¿jf3, e6 3. c4, . . . (D) la igualdad si tienen otros métodos de juego
que obstaculizan de la misma manera el
avance d4:
a) 4 . . . . , g5 es, probablemente, demasiado
activa. El debilitamiento del flanco de rey cau
sará problemas más tarde: 5. h3 (5. d3! ? , h6
6. j,e3), j,g7 6. d3 (6. d4!?), h6 7. j,e3.
b) 4 . . . ., �b6 (o 4 . . . ., l¿jf6 5. j,e2, �b6).
Esta maniobra tampoco inspira confianza. Las
negras no hacen sino aplazar la solución del
problema ocupando con la dama una posición
incómoda.
c) 4 . . . ., l¿jd4!? (más acertada, pero si las
blancas hubiesen jugado 4. j,e2, no tendrían
que temer esta réplica) 5. l¿jxd4, cxd4 6.
lb b5!? (6. lb e2, e5 es de todo punto inofen
Una vieja variante que ya se empleó repeti sivo), e5 7. j,e2, l¿jf6 8. d3 ocurrió en Maliu
das veces a principios del siglo xx; su relativa tin-Eingorn , Berl ín, 1 992. La configuración de
popularidad en nuestro tiempo incluso provoca peones, poco convencional, promete una inte-
42 P R E PA R A C IÓN C R E AT I VA D E A P E RT U R A S
9. . . . , a6 (?)
Las negras se abstienen de jugar 9 . . . ., cxd4
o 9 . . . . , i,e7 y controlan la casilla b5. Tienen 17 . . . . , i, b4 1 8. l¿jd6+, . . .
la intención de responder a 1 0. dxc5 1 O . . . . , E n vez d e esto era más sensato retirarse en
ct:Jg4; p . ej . : 1 1 . i,d4, V/jfc? 1 2. h3, ct:Jxd4 1 3. seguida con 1 8 . .M cc1 , accediendo a repetir
'i:1Vxd4, .M d8. De hecho, la amenaza al alfil de jugadas con 18 . . . ., i,a3.
e3 en esta variante es ilusoria; explotando el 18 . . . . , ..t>fB 19 . .i::!, c2 (?), . . .
retraso de las negras en el desarrollo, las blan Las blancas están enmarañadas sin reme
cas obtienen ventaja mediante 1 1 . VJif c1 , ct:Jxe3 dio en las complicaciones que ellas mismas
1 2. ¡vxe3, i,e7 1 3. ,M fd 1 (Bologan) . La juga provocaron. Como antes, deberían haber juga
da 9 . . . . , a6 es prima de 1 2. a3 de la partida do 1 9 . .M cc1 , conservando suficiente contra
Eingorn-Dorfman ; ninguna de las dos ayuda a juego después de 1 9 . . . . , i,a3 20 . .i::!, c3, i,c5
solucionar los problemas de apertura porque 2 1 . l¿je4 (mejor que 2 1 . i, h4, b4 22 . .M cc1 ,
la función que desempeñan es limitad ísima. c3) , i, b4 22 . .M cc1 .
En el presente caso, las negras podrían topar 1 9 . . . . , i,c5 20. bxc4, l¿j b4
se con graves dificultades, pero las blancas no Ahora el primer jugador no puede evitar nue
descubren la réplica sencilla y complican la vas pérdidas de material . Lo que es más sor
partida sin necesidad. prendente es que en la práctica todavía tiene
1 0 . .i::!, e1 ?!, i,e7 1 1 . dxc5, ct:Jg4 1 2. i,g5, posibilidades de hacer tablas.
21 . l¿je4, lZ:Jxc2
Es obvio que este golpe táctico era el quid 21 . . . . , i,xf2+ 22. l¿jxf2, l¿jxc2 23. l¿jxg4,
de 1 0. .M e1 . Si ahora 1 2. . . ., i,xg5 1 3. i,xg4 (Bologan) también es bueno; podría se
ct:Jxg5, V/jfxg5, 1 4. ct:Je4! ( 1 4 . . . . , ct:Jxf2 1 5. guir 24. i,f4, g5!? 25. i,xg5, ..t> g7.
ct:Jxg5, ct:Jxd1 1 6 . .M axd 1 ). Sin embargo, aún 22. l¿jxc5, i,xc4 23. i,xc4, bxc4 24.
merecía la pena examinar 1 2. V/jf c1 , ct:Jxe3 l¿j d7+, . . . (D)
1 3. ¡vxe3, 0-0 1 4. ct:Je4, evitando la transición
al final y conservando posición superior.
44 P R E PA R A C IÓN C R E AT I VA D E A P E RT U R A S
26. � h4?, . . .
E l bando blanco podía haber igualado ense
guida con 26. �e7, .l::\. e8 27. �c5, pero aho
ra las negras vuelven a tener ventaja.
26 . . . . , h5! 27. .l::\. c1 , .l::\. a7 28. lL\ b6, . . .
La alternativa 28. lL\ c5 vale más o menos lo
mismo: 28 . . . . , lL\ a3 29 . .l::\. c3, lL\ b5 30 .
.l::\. xc4, lL\ h6 (p. ej. , 31 . l¿jxa6, g5).
28 . . . . , l¿ja3 29. l¿jc8, .l::\. c7?
En graves apuros de tiempo, los jugadores
no cesan de cometer errores, y el veredicto de
la posición sigue cambiando. La torre está mal
situada aquí; 29 . . . . , .l::\. b7 era correcta.
30. lL\e7+, <;tita 31 . lL\d5?, . . .
En las hostilidades precedentes, las blancas Esta vez, 31 . lL\f5, lL\ h6 32. �g3 (Bolo
han perdido la calidad y un peón, pero se las gan) habría dado igualdad de oportunidades,
han ingeniado para mantener la ventaja de de pero de todos modos la partida acabó en ta
sarrollo. Eso les permite continuar resistiendo blas (1'2-1'2 , 48 jugadas) .
satisfactoriamente gracias al siguiente error de En posiciones de apertura simétricas, la im
las negras. portancia de ser mano se ve en su forma
24. . . . , \t> g8 (?) « más pura » , pero si las blancas no consiguen
G rave inexactitud. Era esencial que el rey cambiar esta pequeña ventaja por otra más
volviese al centro. Después de 24 . . . . , \t>e8 sustancial a su debido tiempo, su iniciativa se
25. lL\ b6 (25. h3, f6) , .l::\. b8 26. l¿jxc4, f6 el i rá desvaneciendo. Otra manera de utilizar el
resto no sería más que cuestión de técnica. tiempo suplementario consiste en adoptar
25. h3, h6? (D) una estrategia « i nversa» , es deci r, tratar de
Otro desliz. E ra mejor jugar 25 . . . . , f6 26. jugar una conocida variante teórica con los
�f4, lL\h6 (o 26 . . . . , l¿je5 27. lL\ dxe5, fxe5 colores cambiados. En este caso, a las blan
28. �xe5, h6) 27. �xh6, gxh6 28 . .l::\. c 1 , cas ya no les molestan los rígidos l ímites de
lL\ a3 29 . .l::\, c3, lL\ b5 30 . .l::\. xc4 , \t>g7, aun la simetría, pero surge de inmediato otro pro
que la actividad de las piezas blancas difi blema. Seleccionar una l ínea compleja e inte
cu ltaría mucho a las negras el explotar la resante del repertorio de las negras no
ventaja de material . supone especiales problemas, pero eso no
es suficiente; aún hay que inducir al adversa
rio a que haga todas las jugadas propias del
otro bando.
2 . PERT U R B A R E L E Q U I L I B R I O 45
tiempo suplementario que poseen. Para reali seguir jugando una posición corriente con un
zar una valoración global de sus ideas es im tiempo menos y alteran de manera abrupta la
portante examinar las consecuencias de 8. base estratégica de la lucha. En este caso, lo
dxc5, ,,txc5: que han elegido parece estar justificado por
a) 9. b3, 0-0 1 O. ,,t b2. Si copian con preci completo, ya que 9 . . . . , ,,txc5 1 0. ,,txc6+
sión las jugadas de las negras que dan los li conduciría a las problemáticas variantes que
bros de aperturas, las blancas obtienen una ya hemos visto.
buena posición sin problemas, pero se mues 1 0. ébxh2, 'iV x b5 (D )
tran incapaces de poner en marcha una inicia
tiva: 1 0 . . . . , j¿d6 ( 1 0 . . . . , j¿g4) 1 1 . ,,txc6 ( 1 1 .
ébc3!?), bxc6 1 2. 'iVc2, j¿d7 (entonces a 1 3.
é¿jg5 se contesta 1 3 . . . . , ,,txh2+) .
b) 9. j¿xc6+, bxc6 1 0. �c2, �d6 1 1 . ébc3
( 1 1 . b3!?), 0-0 1 2. e4, dxe4 1 3. ébxe4, ébxe4
1 4. 'iVxe4; Eingorn-Kindermann, Polanica
Zdroj, 1 984. También aquí está la posición más
o menos igualada, aunque las negras se metie
ron en problemas más tarde: 1 4 . . . . , 'iVd5 1 5.
'iVxd5, cxd5 1 6. ,,te3, ,,txe3 (?) 1 7. fxe3.
c) 9. �c2!? parece ser la continuación más
prometedora. Luego de 9 . . . . , 'iVd6 1 0. j¿d2,
j¿b6 1 1 . l:!, c1 , j¿d7 1 2. ébc3 o 9 . . . . , �b6
1 0. ,,txc6+, �xc6 ( 1 0. . . . , bxc6 1 1 . é¿jc3,
'iVc7 1 2. e4) 1 1 . b3, 'iVd6 ( 1 1 . . . . , 0-0 1 2. La presente situación difiere de la anterior
,,ta3; 1 1 . . . . , j¿g4 1 2. é¿je5, 'iVd6 1 3. ,,t b2) de manera considerable. Aquí ya son las blan
1 2. ,,tb2, las blancas acabarían consiguiendo cas las que tienen que ser cautas, puesto que
la mínima ventaja que buscaban . el adversario no solamente puede defenderse,
Un detalle curioso es que si las negras hu sino también atacar.
biesen jugado 7 . . . . , ,,te7, más modesta, lo 1 1 . é¿ja3, 'iVb4
más probable es que se hubiera llegado a una Las negras subestiman un tanto las posibili
de las variantes enumeradas, mientras que en dades de su nueva posición . No sería muy ló
la partida los acontecimientos empezaron a gico jugar 1 1 . . . . , 'iVa5 1 2. ,,td2, 'iVd8 1 3.
desarrollarse en una di rección de todo punto éb b5, 0-0, pero una opción más activa es 1 1 .
distinta. . . . , 'iVa6, después de la cual la desafortunada
8. �c2, . . . situación de ambos caballos blancos comen
D e u n modo u otro, crear una debilidad e n la zaría a dejarse senti r: 1 2. ,,td2 (a 1 2. 'iVb3
columna «C» y atacarla constituye el tema cen puede contestarse 1 2 . . . . , 0-0 o 1 2 . . . . , j¿ e6
tral de las actividades de las blancas, pero su 1 3. é¿j b5, 0-0-0) 1 2 . . . . , 0-0 1 3. ,,tc3, éb e4
tentativa de explotar la posición del alfil en d6 1 4. l:!, ad 1 , l:!, d8.
no da el resultado deseado. Cambiar piezas 1 2. ,,td2, 'iVe4
antes con 8. ,,txc6+, bxc6 tampoco aumenta La variante 1 2 . . . . , 'iVh4 1 3. é¿j b5 ( 1 3.
las posibilidades de triunfar: 9. 'iVc2, 'iVb6 (9. ,,tc3, a6! ? 1 4. l:!, fd 1 , ,,te6 1 5. é¿jf3, 'iVh5)
. . . , c4 1 0. b3) 1 0. ébc3 ( 1 0. dxc5, 'iVxc5) , 1 3 . . . , 0-0 1 4. ,,tc3, l:!, d8 ( 1 4 . . . . , 'iVc4 1 5 .
.
que librar una adusta batalla para obtener En opinión de Réti -véase el Lehrbuch des
una m ínima ventaja. En algunos casos, la Schachspiels (Manual de ajedrez)-, esto no es
estrategia « i nversa» puede tener éxito, pero consecuente, puesto que interrumpe el ataque
a las blancas pocas veces les va bien limi posicional al peón de e5 -a diferencia de las
tándose a reproducir el juego de las negras. continuaciones 3. d4 y 3. ii, b5-. Más impor
En vez de tomar prestadas variantes propias tante aún es que las blancas tienen ahora difi
del adversario es más prometedor tomar cultades para conseguir ventaja en el centro
prestadas las ideas que subyacen en ellas. debido al contragolpe . . . , d5. Una tentativa de
« modernizar» esta tercera jugada siguiendo
con d3, c3 y ii, b3 la despoja de todo su senti
2.2. Medidas drásticas do original. Es más lógico usar este desarrollo
del alfil para su propósito primordial: atacar al
Las primeras j ugadas de una partida de rey negro.
ajedrez son trascendentales: aparte de solu Después de diez jugadas más en una aper
cionar los problemas del desarrollo de las tura como la Ruy López, la lucha estratégica
piezas y la lucha por el centro, su papel es normalmente no hace sino empezar; diez juga
sentar las bases del confl icto que se aveci das más en la apertura que estamos viendo
na, y el premio puede ser mayor si un j uga significan que la lucha, en general, ya habrá
dor logra pertu rbar el equilibrio posicional ya tenido lugar y será hora de hacer balance, pe
en la apertu ra. Este objetivo suele alcanzar ro eso es otra cuestión.
se mediante sacrificios de material , sean 3 . . . . , ii,cs
temporales o permanentes . Una estrategia La réplica 3 . . . . , tL'if6 se considera asimismo
simple de esta clase es característica, sobre buena. En las variantes de 4. d4, exd4 5. 0-0 o
todo, de las variantes clásicas de gambito, 5. e5 hasta ahora parecía imposible pensar en
algunas de las cuales han comenzado de algo nuevo, pero 4. tt:J g5 es más prometedora
modo inesperado a despertar mucho interés y está más en consonancia con el espíritu de
tras casi un siglo de desdén. esta apertura.
Con 3 . . . . , ii,c5, las negras no dan a las
Short-1. Sokolov blancas esa clase de elección . El Giuoco Pia
Sarajevo, 2004 no clásico, 4. c3, tL'if6 5. d4, exd4 6. cxd4,
Gambito Evans [C50] ii,b4+, es de todo punto inocuo; para sostener
su iniciativa, las blancas ya necesitan tomar
1 . e4, es 2. tL'i f3, tt:J c6 3. ii,c4, . . . (D) medidas drásticas.
4. b4, ii,xb4
Una alternativa perfectamente jugable es
4 . . . . , ii, b6, pero en ese caso aún habría que
hacer un estudio detenido de variantes como
5. a4, a6 6. tL'ic3, tL'if6 7. tL'id5, tL'ixd5
8. exd5, tL'id4 9. a5, ii,a7 1 O. d6, iY'f6.
5. c3, . . .
La posición inicial del famoso gambito. Las
negras suelen tomar medidas severas para
aclarar la situación luego de 5 . . . . , ii, a5 6. d4,
exd4 (6 . . . . , d6 es más cauta) 7. iY'b3 (7. 0-0,
tt:J ge7 8. cxd4, d5) , iY'e7 (7 . . . . , 'i!1f6) o, si no,
prefieren 5 . . . . , ii,e7, más tranquila (a 6. d4 se
contesta 6 . . . . , tL'ia5).
2 . P E RT U R B A R E L E Q U I L I B R I O 49
5 . . . . , j,c5 6. d4, exd4 7. 0-0, d6 8. cxd4, .l::!, xt7 1 1 . j,xt7+, <;tixf7 1 2. es; 9 . . . . , h6 1 0.
j,b6, la continuación clásica, permite a las tt'ixf7, .i::!, xf7 1 1 . j,xt7+, <J;;i xt7 1 2. es, tt'ixes
blancas establecer un poderoso centro de 1 3. dxes, j,xes 1 4. j,xt4) 1 0 . .l::!, e1 (1 O. es,
peones, y es por eso por lo que esta posición, tt'ixeS 1 1 . dxeS, j,xeS), h6 1 1 . t¿jf3, t¿j g4 1 2.
llamada « normal » , del Gambito Evans -inclu h3, tt'ie3 1 3. j,xe3, fxe3 1 4. es.
so podría llamarse la posición « ideal »- ocurre b) 8 . . . ., exd4! ? 9. es, j,cs (9 . . . . , j,xeS
muy pocas veces en la actualidad. La novedo 1 0. t¿j xf7, .i::!, xf7 1 1 . j,xt7+, <J;;i xf7 1 2. fxeS,
sa continuación de la presente partida tiene el tt'ixeS 1 3. cxd4) 1 0. exf6 ( 1 0. V/!id3, h6), dS.
mismo inconveniente. Después de la próxima 6 , t¿j f6 7. d4, . . .
. . • .
jugada de las negras, el aventurado ataque No, desde luego, 7 . .l::!, e 1 ? , j,e7 8 . d4, d6,
que ha lanzado el primer jugador en la apertu como en Schiffers-Pillsbury, Hastings, 1 89S;
ra adquiere una sólida base posicional . permitir que las negras enlazasen los peones
5 , j,d6 (D)
. . . . centrales sin impedimentos sería un error im
perdonable.
7 , 0-0 8 .l::!, e1 , h6 9. t¿j bd2, . .
. . . . . .
Spraggett-Kogan
Dos Hermanas, 2000
Gambito Benkó' [DOS]
Buen recurso defensivo; sin embargo, luego
de 1 9. i,c2 las negras aún lo pasarían mal : 1 . d4, éi'Jf6 2. c4, c5 3. d5, b5 4. cxb5, a6
1 9 . . . . , f5 ( 1 9 . . . . , g6 20. �xc3) 20. g4!? (20. 5. bxa6, g6 6. {jj c 3, i,xa6
iVxc3, sencilla, también es buena), fxg4 (o 20. Después del sacrificio de peón se ha esta
.. ., g5 21 . gxf5, gxf4 22. f6, con ataque victo blecido un equilibrio nuevo y bastante estable.
rioso) 21 . 'iYh7+, cJ;,lf8 22. i,g6. En cualquier Al abrir l íneas en el flanco de dama, las negras
caso, a las blancas les saldría a cuenta provo se aseguran libertad de acción para las piezas,
car el debilitamiento de la posición del rey ene lo que da por resultado que la temprana con
migo. quista de espacio que han llevado a cabo las
1 9. �xc3?!, i,f5 blancas deja de ser una baza y se convierte en
Es comprensible que las negras deseen un lastre.
controlar la diagonal peligrosa, aunque 1 9 . . . . , 7. g3, . . .
i,e6 es asimismo posible. Absteniéndose d e jugar e4 di recta y cam
20. .i::í, ad1 , .i::í, d7 21 . a5, . . . biar los alfiles (7. e4, i,, x f1 8. \.t> xf1 ). Las
21 . i,e3 e s u n poco más fuerte. Por otra blancas pretenden ante todo limitar la activi
parte, 21 . 'iYc6, tentadora, se contrarrestaría dad del bando negro; subrayan esto con su
mediante 21 . . . . , .i::i. b8. jugada 1 0.
21 . . . . , c6! 22. 'iYxc6, .i::í, c8 23. 'iYa4, {jj c7 7 . . . . , i,g7 8. i,g2, d6 9. {jj f3, {jj bd7 (D)
Las piezas negras han obtenido la actividad
que necesitaban, y el segundo jugador pronto
iguala por completo.
24. i,e3, {jj e6 25. a6, {jj c5 26. i,xc5,
.i::í, xc5
(1/2-1'2 , 47 jugadas)
Las negras también han ideado numerosos
sistemas de gambito en la apertura, pero casi
todos tienen claras deficiencias. Compare
mos, a modo de ejemplo, dos conocidas l í
neas: el Gambito Budapest, 1 . d4, {jj f6 2. c4,
e5 3. dxe5, {jj g4 (o 3 . . . . , {jj e4) , y el Contra
gambito Albin, 1 . d4, d5 2. c4, e5 3. dxe5, d4.
La práctica ha mostrado que en el primero a
las negras les es más fácil restablecer el
equilibrio de material que llegar a una posi- 1 0. g b1 , . . .
52 P R E PA R A C IÓN C R E AT I VA D E A P E RT U R A S
1 2 . . . . , �b7
Esta maniobra de alfil no está del todo en
consonancia con la posición , pero las negras
tienen que decidirse por objetivos específicos
para crear contrajuego. Desde luego, pueden
atenerse a un cu rso más tradicional como 1 2 .
. . . , .l:'í. fb8 1 3. �c2, i{j e8 1 4. g fe 1 ; lo que
sigue es un conocido ejemplo: 14 . . . . , i{j c?
1 5. a4 ( ! ) , �b6 1 6. b3, �xc3 1 7. �xc3,
i{jxd5 1 8. i{je5, i{jxe5 1 9. �xd5, �b7 20. Como consecuencia de la acción que han
�xb7, g xb7 2 1 . �xe5, dxe5 22 . .l:'í. ec1 , y emprendido las negras, su posición ya no es
aunque se ha restablecido la igualdad de ma sólida. Que sea viable o no depende por com
terial , la posición de las blancas vuelve a ser pleto de la actividad de sus piezas. Las l íneas
superior; Krámnik-Topálov, Wijk aan Zee, de la batalla se concretan cada vez más. En
2003. Sería interesante probar 1 4 . . . . , i{j b6 primer lugar, la pregunta que se plantea es si
2 . PERT U R B A R E L E Q U I L I B R I O 53
cular con exactitud y de la capacidad de obrar l¿jxd4, exd4 1 6. g xd4, ¡vb6. En la otra l ínea
con coherencia. En principio, a las negras no principal , 7. �xc4, cxd4 8. l¿j xd4, la ver
les importa si son el bando que ataca o el que dadera lucha comienza a menudo más o me
se defiende en estas l íneas; consideran que su nos en el m ismo estadio: 8 . . . . , �xc3+ 9.
tarea es complicar la partida todo lo posible y bxc3, ¡vas 1 0. � bS+, l¿j bd7 1 1 . �xf6 ,
alterar su tranquilo curso posicional. ¡vxc3+ 1 2. @f1 , gxf6 1 3. h4, a6 1 4. 1::t h3,
¡vas 1 S. �e2, lZJ cS 1 6. l¿j b3, l¿jxb3. Hay
Lerner-Thesing que deci r que la mera necesidad de real izar
Berlín, 1 992 estas largas y laboriosas investigaciones (con
Gambito de Dama [D39] independencia de sus resultados) confirma
indirectamente la eficacia de la pol ítica de
1 . lZJ f3, d5 2. c4, e6 3. d4, lZJ f6 4. lZJ c3, apertu ra que practica el bando negro. A fin de
dxc4 demostrar que poseen ventaja, las blancas
En el Sistema Catalán (4. g3) , sacrificar el tienen que dar el toque final a toda variante
peón de c4 es perfectamente normal, pero en problemática sin perder de vista al mismo
el Gambito de Dama las negras tienen que tra tiempo otras posibilidades que pueda tener el
bajar muy duro para inducir a las blancas a adversario como, a modo de ejemplo, 6 . . . . ,
que obren en consonancia con el nombre de la bS.
apertura. Después de S. e3, cS 6. �xc4, a6 7. 7. es, . .
.
0-0 (7. a4, l¿jc6) , bS 8. � b3, �b7 llegamos a La réplica más intransigente. Si quieren, las
una posición del Gambito de Dama Aceptado blancas pueden cambiar el tema de la discu
que es cómoda para las negras. Las blancas, sión teórica jugando 7. a4, c6 y entonces 8. es,
por lo tanto, aceptan el reto. h6 9. exf6, hxgS 1 0. fxg7, 1:!. g8 1 1 . g3 ( 1 1 . h4) ,
5. e4, � b4 6. � g5, . . . (D) trasponiendo a una de las ramas del Sistema
Botvín n i k (4 . . . . , c6 S. �gS, dxc4 6. e4, bS
7. a4, � b4) . Tal como va la partida, la seme
janza externa con ese sistema durará algún
tiempo, pero la pequeña diferencia que se
aprecia en la situación de las piezas y los peo
nes significa que la copia es completamente
distinta del original.
7 . . . . , h6 8. � h4, g5 9. l¿jxg5, hxg5
De hecho, forzada; lo demás (9 . . . . , l¿jdS, 9 .
. . . , l¿j e4 o 9 . . . . , '/iVdS) es todo igual de malo
para las negras.
1 0. � xg5, l¿j bd7 1 1 . 1{il f3, . . .
Totalmente lógica. Nada promete a las blan
cas 1 1 . � e2, g g8 (bastante mejor que
1 1 . . . . , � b7 1 2. � f3, �b8 1 3. �xf6, l¿jxf6
6. . . . , b5 1 4. exf6) 1 2. �xf6, l¿jxf6 1 3. exf6, 'iWxf6
La alternativa 6 . . . ., cS recibe mucha más 1 4. �f3, g b8 o bien 1 1 . exf6, � b7 1 2. �g4,
atención de los teóricos, y la merece. Durante l¿j b6. Más interesante es 1 1 . a3, aunque des
muchos años, en la clásica Variante Vienesa pués de 1 1 . . . ., �xc3+ 1 2. bxc3, cS ( 1 2 . . . . ,
con 7. es, cxd4 8. 1{ila4+, la iniciativa de las g g8 1 3. h4) 1 3. exf6, �aS 1 4. 1{ild2, � b7 la
blancas no ha resultado adecuada para ven posición es incierta.
cer los obstáculos después de 8 . . . . , l¿jc6 9. 11 . . . . , g b8 1 2. exf6, . . . (D)
0-0-0, �d7 1 0. l¿je4, �e7 1 1 . exf6, gxf6 1 2.
�h4, l:!. c8 1 3. @ b 1 , l¿jas 1 4. '/iVc2, es 1 S.
56 P R E P A R A C IÓN C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
i,xa3 2 1 . .l::!. d2, i,xb2+ 22 . .l::!. xb2, �a3) Jugar d e modo «automático» 20. fxe6? se
20 . . . . , ,l::!. b7 (20 . . . . , ,l::!. d8 2 1 . ,l::!. xc3) 2 1 . encontraría con la respuesta 20 . . . . , b4, y la
h6, cxb2+ (2 1 . . . . , i, xa3 22. bxa3) 22. variante que sigue no ayuda: 2 1 . exf7++ (21 .
@xb2, i,f8. Jilxc4, bxa3), �xf7 22. �e2, bxa3 23.
1 7. f4, . . . \!i'h5+, .l::!. g6 24. �h7+, @e6.
Las blancas cuentan con contraatacar. En 20 . . . . , i, xf4 21 . '/i xf4, � d7 22. fxe6+,
vez de esto, aún pod ían tomar medidas pre i, xe6 23. '/i e5, . . . (D)
ventivas mediante 1 7. @b1 , c6 1 8. i,f4!? o, si
no, prepararse para cambiar el alfil de d5: 1 7.
i,e2, c6 1 8. i,f3, �a5 1 9. @ b 1 (Lerner).
1 7. . . . , c6!
Pese al planteamiento en apariencia pau
sado, la ofensiva de las negras va de camino
y cada vez es más amenazadora.
1 8. a3, . . .
Jugando con fuego. Sería ilógico efectuar
1 8 . @ b 1 , '/ia5 1 9 . '/ie2 ( 1 9 . ,l::!. c 1 , JÍld2
20. '/ie5, @d7 2 1 . ,l::!. c2, c3) 1 9 . . . . , c3
20. b3, '/ia3 (21 . �c2 , a5) , pero merecía la
pena examinar 1 8. f5, '/ia5 1 9 . a3, que pro
voca una crisis de inmediato con 1 9 . . . . , c3.
Entonces:
a) 20 . .l::!. d3, i,xa3, y ahora 2 1 . bxa3?, b4! 23. . . . , ,l::!. be8
22. fxe6, .l::!. b7! 23. @d1 , bxa3 24. i,e2, No hay tiempo para efectuar 23 . . . . , c3, ya
i,xe6 conduce a ventaja de las negras, pero que las negras tienen que defenderse de la
21 . .l::!. xc3 es muy interesante (p. ej. , 21 . . . . , b4 amenaza 24. d5. Eso es lo que hacen ahora, y
22. ,l::!. b3!) . sin embargo, por alguna razón, en la jugada si
b ) 20. axb4, � a 1 + 2 1 . @c2, '/ia4+ (mejor guiente hacen caso omiso tranquilamente de
que 2 1 . . . . , i, b3+ 22. @xc3, '/ixd 1 23. la posibilidad de que se dé esta misma ruptura
'/ie2) 22. @c1 . En este punto parece que las central.
negras deberían dar jaque perpetuo (22. . . . , 24. i, e2, c3?
'/ia1 +) , pues ni 22 . . . . , cxb2+ 23. �xb2, El error garrafal decisivo; el bando negro de
'/ixd1 24. fxe6, i,xe6 25. i,c4 ni 22 . . . . , bería haber jugado 24 . . . . , i,d5. Después de
i, b3 23. '/ixc3, �a1 + 24. @d2, '/ixd 1 + 25. 25. '/if5+, � c7 26. i,f3, b4 (o 26 . . . . , c3 27.
�e3 les van bien. i,xd5, cxb2+ 28. � b 1 , cxd5 29. �xd5,
18 . . . . , i, d6 1 9. f5, � a5?! \!j'xa3; Gaponenko) 27. axb4, '/ixb4! aún
Una inexactitud casi evidente. La l ínea indi conservaría posibilidades de resisti r. Por otra
cada era 1 9 . . . . , b4 20. a4! (20. axb4, .l::!. xb4 parte, el final de torres que se produce luego
2 1 . fxe6, �a5 es claramente peor) 20 . . . . , de 27 . . . . , '/ia1 + 28. '/ib1 , '/ixb1 + 29.
'/ia5 2 1 . i,f4 (21 . b3, cxb3 22. @ b2, '/ixa4 @xb 1 , i,xf3 30. gxf3, .l::!. e6 31 . h5 no le ofre
23. ,l::!. a 1 , 'iWa3+) 2 1 . . . . , '/ixa4 (21 . . . . , ce esperanzas.
i,xf4 22. 'iWxf4, .l::!. b7 23. b3, cxb3 24. @ b2) 25. d5, cxb2+
22. i,xd6, c3, y las negras tienen garantiza 25. . . . , jÍlxd5 26. i, g4+, ,l::!. xg4 27.
das las tablas como mínimo, dado que des .l::!. xd5+, cxd5 28. '/ixd5+ es malo para las ne
pués de 23. '/id3, .l::!. d8 no tienen problemas. gras, como lo es 25 . . . . , cxd5 26. i, f3, cxb2+
Ahora las blancas recuperan la iniciativa con 27. � xb2.
segu ridad . 26. \!j' xb2, . . .
20. i, f4!, . . .
58 P R E PA R A C IÓN C R E AT I VA D E A P E RT U R A S
D B BttJB �i
16 . . . . , d3! 1 7. 'iVxd3, CjJ d4 1 8. CjJ b3?, . . .
Pese a l genuino peligro que h a surgido, las
. B'iVB D � B blancas aún estaban en condiciones de recha
zar las amenazas directas del adversario con
�� _m =sta : 1
... 1 8. Vj'c3, CiJf4 ( 1 8 . . . . , 'iYa5 1 9. 'iYb2 o 1 8 .
. . . , 1:r a2 1 9. j, b2) 1 9. f3, j, h3 (!) 20. z:r g 1
1 3. l':r b1 , . . . (pero n o 20. gxh3, 'iYM+ 2 1 . �d1 , 'iYf2).
E s ahora cuando e l contorno d e l a posición Después de la jugada del texto, sin embar
es más n ítido, pero al mismo tiempo esta es go, es imposible creer que su posición sea de
de todo punto incierta. No sería consecuente fendible tanto luego de 1 8 . . . . , l':r a2 1 9. j, b2
que las blancas continuasen con 1 3. b5, ( 1 9. CjJxd4, exd4 20. f3, 'iVh4+) , CiJf4 20.
CjJe7, que, de hecho, las condena a devolver 'iYc3, �g5 (20 . . . . , CiJ de2) como de la otra ju
el peón de c5. Consentir la apertu ra de la co gada obvia que hacen ahora las negras.
lumna «a» es desagradable, pero la ventaja 1 8 . . . . , f5 (D)
de material constituye aqu í, en esencia, su
principal capital posicional, y las blancas no
tienen intención de cederlo. La lógica interna
de esta decisión merece atención : depende
muy poco de si al primer jugador le gusta su
posición en este momento.
13 . . . . , axb4 1 4. axb4, j,g4
Las piezas negras se han movilizado por
completo; sin embargo, aparte del golpe tácti
co . . . , d3 en un momento oportuno, no tienen
más perspectivas de entrar en acción con rapi
dez. Otra posibilidad es 1 4 . . . . , CjJ h5, que en
todo caso está orientada más directamente a
realizar el avance . . . , f5: 1 5. g3, f5 1 6. j,d3,
CjJf6 1 7. CjJd2, f4.
1 5. CjJd2, . . . 1 9. CiJxd4, . . .
Esto demuestra l a confianza que tienen las Esto equivale a l a rendición incondicional .
blancas en la solidez de su posición . En cam Podía haberse opuesto una resistencia más
bio, 1 5. j,e2 daría al rival a elegir entre varias tesonera con 1 9. h3, fxe4 20. 'iYc3, aunque
continuaciones inciertas: 1 5. . . . , d3, 1 5. . . . , luego de 20 . . . . , j,d1 (20 . . . . , CjJf3+ 2 1 . gxf3,
2 . P E RT U R B A R E L E Q U I L I B R I O 61
29. �f2, lZ:l cd7 es mejor) 29. b4, !:!. xb4 30. c5! 31 . fxe7, a4, las blancas ya estarían un
fxg6, hxg6 31 . lZ:ld5, las negras tienen graves tanto peor, pero ahora hay más o menos
problemas. La continuación principal es 26 . . . . , igualdad de oportunidades -aunque las ne
!:!. cb8 27. e5, y ahora: gras acabaron ganando (O 1 , 42 jugadas)-.
-
es más fácil de entender si miramos el curso sario en los preparativos para jugar por ambos
de los acontecimientos que suele ser habitual flancos.
en todo este sistema: las blancas atacan por el 1 2. iVxe2, h6 (D)
flanco de dama, mientras que las negras em
piezan un asalto de peones en la otra parte del
tablero con . . . , f5-f4. En este escenario, el alfil
de casillas negras del primer jugador es muy
útil para sus propias operaciones activas, pero
poco hace por defender la posición de su rey.
Previendo que es probable que se dé un con
flicto según este patrón, las blancas se prepa
ran de inmediato para eliminar una pieza
enemiga que tiene un notable papel que de
sempeñar en el ataque. En este caso, pues,
no estamos hablando solamente del cambio
de un alfil blanco por un caballo negro, sino
también de cierta reducción mutua y voluntaria
del potencial de lucha que poseen ambos ju
gadores; y, desde luego, en caso de 9 . . . . , h6 Las negras no tienen nada que objetar a 1 3.
1 O. �xf6, �xf6 1 1 . b4, la pequeña ganancia �xe?, 'iVxe?, pero el bando blanco no pre
de tiempo es otra bonificación para las blan tende ir tan lejos por la senda de cambiar alfi
cas. les por caballos. Ahora puede elegir; aparte de
9. . . . , iZJ hS la jugada de la partida, merecía la pena estu
No tendrá lugar en esta partida una discu diar otra retirada del alfil : 1 3. �e3, f5 1 4. f3, f4
sión sobre el verdadero valor de la idea del ( 1 4 . . . . , g5) 1 5. �f2, g5 1 6. c5.
bando blanco, ya que las negras prefieren 1 3. �d2, . . .
mantener el statu quo. Si, sin embargo, ha Otro momento decisivo e n l a apertura. E l al
cen caso om iso de la expedición del alfil ju fil de c8 es muy bueno, pero las piezas blan
gando 9. . .. , t¿jd? o 9 . . .. , tb e8, una cas están situadas convenientemente para
posibilidad es 1 0. t¿jd2, f5 1 1 . f3, h6 ( 1 1 . . . . , atacar en el centro con f4. ¿ Deberían tomarse
f4 1 2. � h4) 1 2. �e3, f4 1 3. �f2, y e l caba medidas contra esto?
llo de d2 está mejor situado que en la varian 1 3 . . . . , f5?!
te 9 . tb e 1 , t¿jd? 1 0. �e3, f5 1 1 . f3, f4 1 2. Una alternativa más sensata era 13 . . . . , g5.
�f2. Se aplaza el avance . . ., f5 una jugada, pero
1 0. tbe1 , . . . eso no tiene mayor importancia:
N o s e puede esperar obtener ventaja d e 1 O. a) 1 4. 'iVh5 ( 1 4. h4? ! , g4) , f5 ( 1 4 . . . . , t¿jg6)
g3, h6 1 1 . �d2, f5; p. ej . : 1 2. t¿j h4, t¿jf6 1 3. 1 5. h4, fxe4 1 6. tb xe4, �f5.
exf5, g5; en caso de 1 2. exf5, tbxf5 se obse b) 1 4. g4. Bloquear el flanco de rey con esta
quia a las negras con un tiempo suplementario jugada no puede dificultar de modo radical las
en comparación con otra línea teórica (9. actividades de las negras: 1 4 . . . . , t¿jg6 1 5. f3,
�d2, tb h5 1 0. g3, f5 1 1 . exf5, t¿j xf5) . Las t¿jf4 ( 1 5 . . . . , �f6) 1 6. t¿j xf4, exf4 (o 1 6 . . . . ,
blancas, por lo tanto, hacen una nueva y tenta gxf4) .
dora propuesta al adversario, y ahora a las ne No es difícil concl u i r que en vez de eva
gras les parece que sería erróneo rehusarla. luar las oscu ras consecuencias del combate
10 . . . . , t¿jf4 1 1 . t¿jd3, tbxe2+ que se avecina en el centro, el curso más
1 1 . . . . , t¿jxd3? ! 1 2. 'ilfxd3 no tiene lógica, sencillo que pod ían seguir las negras era eli
pues a continuación las blancas despliegan las minar esa posibil idad al punto. Entonces ,
tropas con comodidad y se adelantan al adver- después de 1 3 . . . . , g5 1 4 . f3 , f5 1 5 . l':í, ac 1 ,
66 P R E P A R A C I ÓN C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
el juego, sin duda, traspondría a la variante ra, sin embargo, está claro que la variante 20 .
1 3 . . . . , f5 1 4. f3, etc. Es por eso por lo que la . . . , i., b6 2 1 . g f1 , i.,h3 22. g xf8+, g xf8
decisión que toman las neg ras es dudosa 23. tb xg3, g f2 (23. . . . , a6 24. �h5) 24.
-dejando aparte el hecho de que se equivo 'ij'xf2 , i.,xf2 25. tb xc7 favorece a las blan
caron por completo si se figu raron que po cas (Lukács) , así que la répl ica del segundo
dían beneficiarse de las complicaciones que jugador es prácticamente forzada.
siguen-. 20 . . . . , 'iVf2 21 . 'iVxf2, i.,xf2 22. tbxc7, . . .
1 4. f4, . . . La l ínea forzada d e juego todavía n o h a lle
Las blancas aprovechan l a oportunidad que gado a su fin, pero ya pueden notarse sus re
se les ofrece. De aqu í en adelante, las refle sultados provisionales. Las blancas también
xiones abstractas sobre el juego no son apro están mejor después de la sencilla variante
piadas, puesto que el calcular y el valorar 22. hxg3, i., b6 23. tbf6+ (23. i.,c3, a6 24.
variantes concretas serán los factores deter c5, dxc5 25. tb a3) , \t>f7 24. g f1 .
minantes. 22 . . . . , i., h3 23. hxg3, .i::r ca 24. @ h2, . . .
1 4 . . . . , exf4 1 5. tbxf4, g5 1 6. tb h5, . . . Mejor método era 24. tb b5, g xc4 25.
Mucho más fuerte que 1 6. tbe6? ! , i.,xe6 \t> h2, g4 26 . .i::r c1 .
1 7. dxe6, f4 ( 1 8. g3, tlJg6). 24 . . . . , .M xc7 25. @xh3, .i::r xc4 26. i.,c3,
1 6 . . . . , i.,d4+ i.,d4 27. g f1 , . . .
Las negras también tienen dificultades luego Otra inexactitud; las blancas pod ían preser
de 1 6 . . . . , i.,e5 1 7. exf5, i.,xf5 ( 1 7 . . . . , tbxf5 var la ventaja con 27. i.,xd4, g xd4 28. g f1
1 8. tbe4, i.,xb2 1 9. i.,c3) 1 8. g4, i.,g6 1 9. (28 . .i::r c1 !? , @f7 29 . .i::r f1 +, @ea 30 . .i::r f2) .
g xf8+, 'iVxf8 20. g f1 , 'iVcB 2 1 . tbe4 (2 1 . 2 7. . . . , i.,xc3 28. bxc3, . . .
tbf6+), i.,xh5 22. gxh5, �h3 23. i.,c3. Y ahora, en vez de 28 . . . . , g4+ (1 - O, 57 ju-
1 7. @h1 , f4 1 8. g3, fxg3 gadas), las negras pod ían haber jugado 28.
Posiblemente, las negras deberían haberse . . . , b5, con posibilidades de igualar.
defendido con 1 8 . . . . , i.,h3 1 9. gxf4, i.,xf1 20. La estrategia en la apertura está obligada a
g xf1 , 'iVd7. tener en cuenta los factores dinámicos que
1 9. g xf8+, 'iVxt8 (D) tienden a transformar la posición en el tablero.
Al hacer esto, debe concentrarse en esos mo
mentos de transición en los que un estado de
equilibrio se ve sustituido por otro.
20. tb b5 (!), . . .
I mportante jugada prel iminar. Si s e hace
20. g f1 enseguida, las negras pueden sacri
ficar la dama y tomar la iniciativa: 20. . . . ,
i., h3! 2 1 . g xf8+, g xf8 22. hxg3, g f2. Aho-
3 . P LANI F ICACI Ó N
E STRAT É GICA
Dentro de todo problema
grande hay uno pequeño
que intenta salir.
Ley de Hoare de grandes problemas
La planificación estratégica une la apertura que parece de lo más ilógica puede tener una
al medio juego e incluso al final. Al evaluar los base lógica oculta.
rasgos concretos de una posición, el jugador
se concentrará en uno de los posibles escena Bondarevski-Bronstein
rios que pueden tener lugar y acometerá su re Cto. de la URSS, Leningrado, 1 963
alización . Mientras tanto, se aclararán varios Apertura del Peón de Dama [A48]
detalles, y a menudo habrá que corregir el plan
original. Puede que incluso haya que revisarlo 1 . d4, tt:'if6 2. tt:'if3, g6 3. i,f4, i,g7 4. e3,
por completo si se ha omitido algo importante o-o 5. tt:'i bd2, b6 6. c3, es (D)
al principio o si el escenario que ha ideado el
adversario resulta mejor.
3 . 1 . Valoración posicional:
dualismo de factores
Nueva York, 1 924, la partida que originó todo cionar de una manera mucho más radical.
el sistema) . En ese caso, sin embargo, el tiem 1 3 . . . . , e5 (D)
po suplementario que tienen sería, en esencia,
insignificante. Debería haberse hecho antes la
tentativa de jugar de manera más activa en la
apertura: 3. itg5 (o 3. c3, 0-0 4. itg5), itg7
4. c3, 0-0 5. lt:J bd2, para efectuar e4 de una
vez.
7. . . . , d6 a. ite2, ..tas
Desviándose del esquema del doble fian
chetto ideado por Réti . Una ventaja básica de
esta jugada es que puede emplearse también
contra 8. itd3 o bien 8. itc4. El cambio de
los alfiles altera la libertad de movimiento que
la posición ofrece a los jugadores. La posibili
dad de obrar con los peones en el centro más
tarde (e4 o, a la inversa, . . . , e5) pierde mucho
atractivo. El resultado es que se reduce la ten Es muy probable que este giro de los acon
sión de la batalla estratégica en conjunto. Es tecimientos fuese una gran sorpresa para el
por eso por lo que las blancas, en la Apertura primer jugador. Las negras declaran sus inten
Réti, suelen evitar la maniobra correspondien ciones, que se basan en un rechazo total de
te ita3. criterios puramente externos para evaluar la
9. itxa6, lt:Jxa6 1 0. 0-0, 'ifd7 1 1 . 'ife2, posición. Opinan que:
lt:Jc7 1 ) el peón de d6 es fuerte porque se prepara
Más o menos hay igualdad de oportunida para avanzar. Por otra parte, el peón de e4 es
des. Ninguno de los jugadores puede hablar débil y pronto sufrirá el ataque . . . , d5 y . . . , f5
hasta este momento de conquistas o proble (esta última jugada parece más desagradable
mas posicionales. Ahora las blancas se abstie aún) . Entonces, un cambio de peones privará
nen de seguir haciendo maniobras del tipo 1 2. a las blancas de su único puesto avanzado en
a4, lt:Je6 ( 1 2 . . . . , z:r ac8) 1 3. ith2, z:r ac8 1 4. el centro;
'if d3, 'if c6 y, después de todo, tratan de per 2) de los dos alfiles de casillas negras, el
turbar el equilibrio de la posición. « malo» es el blanco. Al encontrarse en la zona
1 2. dxc5, . . . de las hostilidades no puede hacer más que
E n cambio, 1 2. e4, cxd4 1 3. cxd4 es d e todo envidiar a su homólogo, a salvo en g7;
punto inocuo. El centro de peones de las blan 3) en consecuencia, a estas altu ras son
cas tiene una importancia puramente formal y ellas y no el adversario las que planean una
no impide que las piezas negras se muevan ofensiva en el centro, sacando partido del
con comodidad: 1 3 . . . . , z:r ac8 o 1 3 . . . . , lt:Je6 hecho de que si las blancas intentan conte
1 4. ith2, d5. nerlas con c4, el caballo de c7 tendrá la opor
12 . . . . , bxc5 1 3. e4, . . . tunidad de establecerse en la casilla central
Preparándose para colocar e l caballo e n c4 d4.
y plantear la amenaza e5 en conjunción con 1 4. ite3, . . . (D)
ejercer presión por la columna « d » . No puede El razonamiento de las negras no equivale
decirse que este esquema sea muy apropia en modo alguno a una verdad incontroverti
do; en la variante 1 3 . . . . , lt:Je6 1 4. it h2, 'ifb7 ble, pero sí parece de lo más realista, y el
1 5. z:r ab1 , lt:Jd7, la posición de las negras ya bando blanco debería estar pensando en có
sería un poco « más igual » que la de las blan mo resistir la expansión que se avecina en el
cas. Sin embargo, las negras prefieren reac- centro. Al continuar de la manera más natu-
3 . P L A N I F I C A C IÓN E S T R AT É G I C A 69
24 . .l::í. f2?,
. • .
trado maneras adecuadas de aplicarla en va A veces, las negras juegan primero 7 . . . . , g6,
rias aperturas. Entre todas ellas, sin embar 8 . . . ., �g7 y 9 . . . . , 0-0, pero no pueden pres
go, la Defensa Alekhine ocupa un lugar cindir de . . ., e6 de todos modos. Ya han arries
especial. En esta apertura, la controversia so gado demasiado, y lo importante es no dejar
bre la fortaleza o la debilidad del centro de escapar el momento idóneo para comenzar el
peones se plantea en su forma más pura. contrajuego.
8. lZJ c3, exdS 9. cxdS, . . .
Movsesián-Luther E l mero aspecto del temible centro d e peo
Cto. de Europa, Estambul, 2003 nes blancos infunde respeto; sin embargo, los
Defensa Alekhine [803] peones están peligrosamente cerca de las mu
chas piezas que tiene el segundo jugador.
1 . e4, éZJf6 9 . . . . , c4 1 0. d6, . . . (D)
Compárese esto con la línea de la Defensa Aunque otras continuaciones también son
Pire 1 . e4, d6 2. d4, éLif6 3. l2lc3, g6 4. f4, muy interesantes, son menos prometedoras; a
�g7 o la variante de la India de Rey 1 . d4, modo de ejemplo: 1 0. éLif3, � b4 1 1 . �xc4,
éLif6 2. c4, g6 3. lZJc3, �g7 4. e4, d6 5. f4, 0-0. �xc3+ 1 2. bxc3, lZJ xc4 1 3. 'iVa4+, éLid7 1 4.
En ambos casos, las negras acumulan ventaja 'iVxc4, éLi b6 1 5. °iVb5+, °iVd7 1 6. 'iVxd7+,
de desarrollo a cambio del espacio del que se �xd7 o 1 0. °iVd4, � b4 1 1 . �xc4, éLic6 1 2.
han apoderado las blancas, mientras que aqu í °iVe4, lZJ xc4 1 3. dxc6, �e6 (1 3 . . . . , �xc3+
e l caballo negro simplemente salta d e una ca 1 4. bxc3, éLi a5 1 5. éLif3, lZJ xc6 1 6. 0-0) 1 4.
silla a otra sin ninguna finalidad visible. cxb7, .l::í, b8 1 5. éLif3, ViV'd5. En ambas varian
2. es, éZJdS 3. d4, d6 4. c4, éZJ b6 s. f4, tes, la pequeña ventaja de material de las
dxeS 6. fxeS, . . . blancas, en esencia, carece de importancia, y
La partida h a empezado con una variante in más o menos hay igualdad de oportunidades.
transigente. La continuación principal aquí es
6 . . . . , éLic6 7. �e3, �f5, pero las negras, evi
dentemente, consideran que una réplica tan
neutra no es «ni carne ni pescado» ; en vez de
jugar eso llevan hasta el extremo la idea de la
apertura que han escogido, obligando a las
blancas, en sentido literal, a volver a avanzar
los peones.
6 . . . . , es 7. dS, e6 (D)
do, sencillamente, 1 6. j_xa7, tZ'icb4 (o 1 6 . . . . , reduci r la tarea a ejercicio técnico: 1 9. l2J xc4,
b6 1 7. j,, xc4) 1 7. j,, e 2, b6 1 8. 'iVd2. No obs .M. xc4 20. j,, xc4, 'iVb4+ 21 . @f1 , 'iVxc4+ 22.
tante, la continuación que han elegido, más @g1 ' l2Jf4 23. 'iVf3, j,, d 6 24. b3, 'iYb4 25.
moderada, también es buena. tZ'i xe6, tZ'i xe6 26. g3, 0-0 27. @ g2.
16 . . . . , a6 1 7. l2J bd4, . . . (D) La jugada elegida es muy criticable, puesto
que, en todo caso, deja muchas más posibili
dades tácticas a las negras.
Janowski-Capablanca
Nueva York, 1 91 6
Gambito de Dama (01 5]
1 . d4, l2J f6 2. l2J f3, d5 3. c4, c6 4. l2J c3,
� f5?! 5. ¡v b3, . . .
Sin duda, 5. cxd5 e s más fuerte, pero l a ju
gada de dama también es perfectamente
aceptable.
5 . . . . , ¡v b6 6. � xb6, axb6 7. cxd5, l2J xd5
Los acontecimientos que siguen son prácti B. l2J xd5, cxd5
camente forzados. Ha surgido un aburrido final en el que la po
25. � xe5, l2J e3+ 26. @ g1 , . . . sición de las negras es un poquitín peor debi
N o 26. @f2, l2J g4+ 27. @ g3, l2Jxe5 28. do a que los peones de b7 y b6 son débiles en
l2Jxe5, �d6. potencia y tienen poca movilidad. Esta es la
26. . . . , l2J c2 27. .l::í, c1 , . . . valoración más probable que habríamos visto
Después d e 27. .l::í, b1 , �c5+ 28. �f1 , en los comentarios a esta partida si Capablan
l2Je3+ 29. @e1 , � cd8 30. b4, �a7, las ca, y no Janowski , hubiese jugado con blan
blancas pueden contar como máximo con ha cas.
cer tablas por jaque perpetuo. 9. e3, l2J c6 1 0. � d2, . . .
27. . . . , � es+ 28. @ f1 , l2J e3+ 29. @ e1 , . . . Ahora las negras están ante u n dilema. Po
Sin abandonar l a remota esperanza de obte drían jugar, sencillamente, 1 0 . . . . , e6, pero les
ner ventaja. Una línea más segura, en opinión atrae la idea de volver antes con el alfil de f5 a
de Finkel, es 29. @f2, l2Jg4+ 30. �e1 , l2Jxe5 d7 a fin de fortificar el flanco de dama e inten
31 . l2Jxe5, �b4+ 32 . .l::í, c3 (pero no 32. �d1 , tar alterar la situación allí.
.l::í, cd8+ 33. @c2, .l::í, d2+) . 10 . . . . , � d7 (D)
29 . . . . , l2J xg2+ 30. @ d1 ?!, . . .
U n error basado e n u n mal cálculo táctico.
Debería haberse continuado con 30. @d2,
�e3+ 31 . @c3, �xc1 32 . .l::í, xc1 , l2Jf4 33.
�xf4, .l::í, xf4 34. l2J d4.
Siguió 30 . . . . , l2J e3+ 31 . � d2 (31 . @e1 ),
.l::í, cdB+ 32. @ c3? (32. @e1 es preceptiva),
.l::í, xf3 ! , después de lo cual las blancas debe
rían haber perdido, pero al final la partida aca
bó en tablas por una repetición de jugadas
fortuita (1/2-1/2 , 38 jugadas).
Como se ha dicho antes, la disposición no
solamente de los peones, sino también de pie
zas concretas puede estar sujeta a valoracio
nes contradictorias. Todo está muy bien si
cada pieza ocupa un puesto que es ventajoso Interesante concepto; al segundo jugador no
de por sí y propicio para lograr el fin estratégi le molesta el hecho de que su pieza ocupe
co, pero en la práctica tal armon ía no siempre ahora un puesto menos activo. Lo principal es
3 . P L A N I F I C A C I Ó N E S T R AT É G I C A 75
que haga el trabajo que se le ha asignado. Por lugar una nueva valoración. El libre desarrollo
medio de . . . , b5, combinada con llevar el caba del alfil de c8 es, en efecto, una de las ideas
llo a c4, las negras esperan provocar un cam básicas que se ven favorecidas por la estructu
bio y alterar de nuevo la estructura de peones, ra de peones del bando negro, pero si se lleva
tras de lo cual desaparecerá la única debilidad a cabo de inmediato, se dificulta la realización
que tiene su posición. Al no hallar resistencia de otras tareas no menos importantes en la
de ninguna clase por parte del adversario, Ca apertura. Por esta razón, el desarrollo del alfil
pablanca consigue llevar a cabo sus planes sin resulta ser un logro posicional de lo más ambi
el menor problema. guo.
1 1 . �e2, . . . 3 . . . . , �fS (D)
Mediante 1 1 . tt::l e5, tt::l xe5 1 2. dxe5 (Epi No hay razón para abstenerse de hacer una
shin-Jálifman , Budapest, 1 996) , las blancas jugada tan natural , aunque deben tenerse pre
pueden conservar una ventaja modesta, pero sentes sus posibles inconvenientes. En algu
duradera. nas variantes se amenaza hostigar al alfil con
1 1 . . . . , e6 1 2. 0-0, �d6 1 3. l:l fc1 , r;t;e7 peones o cambiarlo por un caballo blanco, lo
1 4. � c3, 1:l hc8 1 S. a3, ttJ as 1 6. ttJ d2, fS que no es deseable; sin embargo, esos -si
1 7. g3, bS 1 8. f3, tt::l c4 1 9. �xc4, bxc4 puede decirse así- son sus propios proble
Ahora son las blancas las que tienen que mas. Por lo que se refiere a la situación estra
jugar con cu idado para obtener la igualdad tégica en conjunto, hay otra cosa significativa
(0 - 1 , 46 jugadas) . sobre la posición del alfil en f5: no concuerda
Desde luego, no debería exagerarse la ver del todo con el avance . . . , c5, que es central
dadera fuerza de la maniobra . . . . �c8-f5-d7. en los planes negros. Es de notar que 3 . . . . , c5
En realidad, el alfil estaba bien situado en f5, directa viene siendo más popular últimamente;
pero esta ubicación , sencillamente, no se ajus después de 4. dxc5, tt::l c6 (4 . . . . , e6) 5. � b5
taba al plan de acción que habían pensado las (5. �f4) , e6, las negras incluso están dispues
negras. Es a esta circunstancia a lo que tene tas a aceptar una disposición francesa con un
mos que prestar atención ; hay algunos siste tiempo menos.
mas de apertura en los que sutilezas así
cobran vital importancia.
Bologan-Palo
Skanderborg, 2003
Defensa Caro-Kann [81 2]
1 . e4, c6 2. d4, dS 3. es, . . .
Las blancas están dispuestas a conceder el
control de f5, ya que consideran que el espa
cio que conquistan es más importante. La gen
te compara a menudo la Defensa Caro-Kann
con la Francesa y señala que una diferencia
en favor de la Caro-Kann es que el alfil de c8
tiene la oportunidad de entrar en juego con ra
pidez. Por extraño que pueda parecer, esta 4. tt::l f3, . . .
simplona interpretación de la estrategia de Entre los numerosos métodos d e juego que
apertura fue muy popular durante un largo lap tienen las blancas aqu í, hay que destacar la
so de tiempo. En consecuencia, la l ínea que variante 4. c4. Todas las demás se agrupan,
han elegido aquí las blancas se consideraba de manera convencional, en dos categorías.
poco prometedora para ellas. Más tarde tuvo Algunas (en particular 4. h4 y 4. tt::l c3, e6
76 P R E PA R A C I Ó N C R E AT I VA D E A P E RT U R A S
1 0 . . . . , í¿Jc6 1 4 . . . . , �d7?
No debe dejarse tranquila a la torre en la Vana tentativa de defender el flanco de da
séptima fila; 1 0 . . . . , i,xc2 1 1 . í¿j b5, í¿Ja6 1 2. ma con la ayuda del rey; esto es desastroso.
í¿Jd6+, i,xd6 1 3. exd6 no es bueno para las Debería haberse jugado 1 4 . . . . , i, b4+ 1 5. c3,
negras. i,e7 para controlar las casillas b1 y h4, que
1 1 . ¿¿j bS, . . . son de vital importancia. Después de 1 6.
Hay juego incierto luego d e 1 1 . �d2, íbd8 íbc8, h6 ( 1 6 . . . . , �d7 1 7. í¿Jxe7, í¿Jxe7 1 8.
(o bien 1 1 . . . . , i, b4 1 2 . .l::í, b1 , i,a5, pero no íb h4) 1 7. í¿Jxe7, í¿Jxe7 1 8. í¿Je1 , í¿J bc6 1 9.
1 2 . . . . , a5 1 3. a3) 1 2 . .l::í, c7 ( 1 2. g bb 1 ) , i, b4 íbc2, �d7 hay igualdad de oportunidades.
1 3. g b1 , a5 ( 1 3 . . . . , i,a5). Si 1 1 . í¿J h4, vuel- 1 5. g b1 , � c7 1 6. í¿j gS, í2J h6
ve a ser posible 1 1 . . . . , ¿¿jd8; una réplica un El ejército del segundo jugador contiene
tanto más débil es 1 1 . . . . , i,xc2 1 2. �d2, ahora dos unidades inactivas: un alfil y un ca
i,g6 1 3. í2Jxg6, hxg6 1 4. i,d1 , y las blancas ballo. Podría haber resistido de manera más
tienen la iniciativa. tesonera con 1 6 . . . . , i, g6, y si 1 7. h4, 1 7 . . . . ,
1 1 . . . . , g b8 h5. Las blancas habrían tenido que encontrar
Lo más seguro, aunque también aqu í 1 1 . . . . , 1 7. i, g4 ! , con la amenaza, irrefutable, de sa
¿¿jd8 era una alternativa jugable. Después de crificar una pieza en e6:
1 2 . .l::í, xa7, .l::í, xa7 1 3. íbxa7, i,xc2, las con a) 1 7 . . . . , a5 1 8. a3.
secuencias volverían a ser de todo punto in b) 1 7 . . . . , i,e7 1 8. i,xe6, i,xg5 1 9. i,c8.
ciertas: 1 4. i,d1 , i,xd 1 1 5. �xd 1 , í¿je7 1 6. c) 1 7 . . . . , h6 1 8. i,xe6, hxg5 1 8. i,xd5,
�c2, íbec6 o 1 4. �d2, i,e4 1 5. �c3, ¿¿jd7 1 9. g b7+.
¿¿je7. d) 1 7 . . . . , íb c6 (relativamente la mejor)
12 . .l::í, xbB+, í¿JxbB 1 3. �d2, a6 1 4. í¿ja7, 1 8. i,xe6 (o 1 8. í¿Jxc6, � xc6 1 9. g b8,
. • .(D) íb h6 20. i,xe6) 1 8 . . . . , í¿Jxa7 ( 1 8 . . . . , i, b4+
1 9. g xb4, í¿Jxb4 20. í¿Jxf7) 1 9. i,xd5, í¿J b5
20. i,xf7, obteniendo ventaja decisiva.
1 7. g4, i,g6 1 8. �d1 , . . .
Un método más sencil lo era 1 8. h4, pero las
negras ya no pueden organizar una defensa.
1 8 . . . . , i,e7 1 9. i,d2, í¿J c6 20. íbxc6,
�xc6 21 . h4, . . .
Y las blancas ganaron ( 1 - O , 33 jugadas) .
Los errores y las contradicciones obvias al
evaluar situaciones complejas en la apertura y
78 P R E P A R A C I Ó N C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
Encuentro por el Cto. del Mundo (9), Moscú , perspectivas de futuro, pero es difícil encontrar
1 960. Con 1 2 . . . . , V/!!i c7 ( 1 2 . . . . , l2i bd7 1 3. una opción mejor, dado que las negras se ha
,U e1 , V/!ic7 es más preciso) 1 3. ,U e1 , l2i bd7 rían rápidamente con la iniciativa luego de 1 2.
1 4. ii,g8+, @fa 1 5. ii,xh7, ,U xh7 1 6. liJf5, liJgh5, 0-0.
g6! 1 7. ii,xh6+, @g8 1 8. l2ixd6, V/!ixd6 1 9. 1 2. ii, xe6, fxe6
ii,g5, .U e7, Botvínnik pudo repeler el ataque. Resulta que aceptar el sacrificio no es obli
Aquí es donde conocimos por vez primera la gatorio en absoluto. Desde luego, cuesta ce
distribución de material (pieza por tres peones) der un peón por las buenas, y sin embargo
que va a caracterizar la partida Keres-Olafs también aqu í 1 2 . . . . , 0-0 es bastante buena.
son. Por si acaso, por lo tanto, perm ítaseme ci Después de 1 3. ii,xd7, V/!ixd7 1 4. 0-0, .U ae8,
tar una de las variantes que indicó Botvínnik: las negras obtienen suficiente compensación
20 . .U xe7, V/!ixe7 2 1 . h5, gxh5 22. V/!ixh5, posicional ; a modo de ejemplo, si 1 5. V/!if3, tie
liJxh5 23. ii,xe7, liJf4, y las negras tienen nen 1 5 . . . . , l2i e4 o 1 5 . . . . , V/!!i d 8 1 6. h5, l2ie4.
mejor final. 1 3. l2i xe6, V/!i e7 1 4. liJ f5!, ii, xf5 1 5.
10 . . . . , ii, d6 1 1 . c3?! , . . . liJ xg7+, @ f? 1 6. liJ xf5, V/!!i xe2+ 1 7. @ xe2, . . .
E n esencia, una jugada d e espera que no D e momento, e l punto culminante d e l a ope
concuerda con el carácter agudo de la posi ración táctica que las blancas empezaron en la
ción . Tal-Botvínnik, Encuentro por el Cto. del jugada 1 2. El segundo jugador tiene que deci
Mundo (5) , Moscú , 1 960, discu rrió así: 1 1 . dir ahora qué hace con su alfil de casillas ne
ii,e3 (1 1 . ii,xe6 fracasa por 1 1 . . . . , 0-0), gras.
l2i bd7 1 2. liJgh5, l2i xh5 1 3. l2ixh5, .U g8. Si 1 7 . . . . , @ e6? !
las blancas no querían jugar de esa manera en Permitiendo que se cambie el alfil , aunque
la presente partida, merecía la pena probar 1 1 . habría tenido sentido preservarlo: 1 7 . . . . , ii,f8
liJgh5. ( 1 7 . . . . , ii,c7 1 8. liJ xh6+, � g6 1 9. g4) 1 8. h5,
En este punto, nada puede impedi r que las @e6 1 9. liJ h4 ( 1 9. liJ e3, c5) , .U g8 20. liJg6,
negras enroquen, pero antes prefieren situar el ii,d6 21 . ii,xh6, l2ixh5 22 . .U xh5, .U xg6. Ju
caballo en d7. gando de esa manera, en opinión de Keres, a
11 . . . . , liJ bd7 (D) las negras les habría sido mucho más fácil de
fenderse. De hecho, si en esta variante conti
nuamos con 23. ii,g5, ,U ag8 (23 . . . . , liJf6 24.
ii,xf6, @xf6 25. g3) 24. f4, liJf6 25 . .U h3,
liJ d5 26. g3, ii,e7, podemos concluir que a
estas alturas las que necesitan defenderse
son las blancas.
1 8. l2i xd6, @ xd6
En casos así, el aproximado equilibrio de
material difícilmente es un buen criterio para
evaluar la posición. Lo que es mucho más sig
nificativo es la presencia (o ausencia) de pla
nes prometedores para ambos bandos. En
este aspecto, las posibilidades de las negras
aún no se han concretado -todavía tienen que
coordinar las tropas-, mientras que las blan
Esto es un descuido o una provocación . Las cas ya tienen algo tangible: con el avance h5
blancas aprovechan de inmediato la oportuni se proponen fijar el peón débil de h6 y obligar
dad que se les ofrece y llevan a cabo una com a una pieza enemiga a desempeñar la humilde
binación cuyo objetivo es pasar a un final tarea de custodiarlo.
complejo. Están sobreestimando un tanto sus 1 9. j, f4+, @ e6 20. h5, . . . (D)
80 P R E PA R A C I Ó N C R E A T I VA D E A P E RT U R A S
De nuevo, las negras ten ían una oportuni 6 . . . . , e6 7. j,d2, c6 8 . h3, j, h5 9 . lZ:Jd5,
dad de jugar de modo activo: 27 . . . . , M d8!? 'iVd8 1 0. lZ:Jdf4, j,g6
2a. M xda (28. M hd4, M xd4 29. M xd4, Una l ínea más sencilla es 1 O . . . . , j,xe2 1 1 .
lZ:Jxh5) , M xd8 29. j,xh6, lZ:Jd3+. La manio 'iVxe2, j,d6, con igualdad; el sacrificio de pie
bra que han emprendido no da resultados po za 1 2. lZ:Jxe6 ( 1 2. j,xe6, 0-0) , fxe6 1 3. j,xe6,
sitivos. lZ:J bd7 no es peligroso para las negras.
28. j, d4, M e6 29. M f4, M d8 30. g4, . . . Con la jugada del texto, sin embargo, el alfil
A estas alturas es bastante obvio que las de g6 podría haber tenido problemas después
blancas tienen ventaja (1 - O, 41 jugadas) . de 1 1 . h4.
Así, los rasgos generales (típicos) de la 1 1 . lL:Jg3, j,d6 1 2. 0-0, . . .
posición en el final fueron la configuración de Como antes, 1 2. h 4 parece más lógica.
los peones (cuatro contra tres, tres contra 1 2 . . . . , 'iVc7 1 3. 'iVf3, . . . (D)
uno) y la distribución del material (un alfi l
contra dos cabal los) ; por otro lado, un factor
que tuvo importancia específica fue la debili
dad del peón negro de h6, y la situación de
las piezas restantes también desempeñó un
papel distintivo. Dado que con esta serie de
condiciones ambos bandos ten ían más o
menos las mismas oportunidades, es fácil
sacar la siguiente conclusión provisional : de
bería darse preferencia al bando negro si es
ta clase de posición se valora según razones
pu ramente generales. No deja de ser intere
sante que este juicio se confi rmase mucho
antes de que el esquema de las blancas se
pusiera a prueba en el encuentro por el Cam
peonato del Mundo. 1 3 . . . . , lZ:J bd7?
Un cuadro que nos resulta familiar, ¿no es
Schlechter-0. Bernstein cierto? También aquí pod ían haber enrocado
San Petersburgo, 1 909 las negras con calma ( 1 3 . . . . , 0-0 1 4. h4,
Defensa Escandinava [801 ] lZ:J bd7) . Jugar directamente el caballo a d7 da
a las blancas, una vez más, la ocasión de per
1 . e4, d5 turbar el equilibrio de material .
La Defensa Escandinava es una pariente 1 4. j,xe6, lZ:Je5
cercana de la Caro-Kann; a menudo conducen Aceptar el sacrificio enseguida ( 1 4 . . . . , fxe6
a posiciones parecidas. Espere un poco y ve 1 5. lZ:J xe6, 'iVb8) es asimismo bastante arries
remos que este duelo de antaño contiene al gado.
gunos acontecimientos en la apertu ra que 1 5. 'iVe2, fxe6 1 6. d4, lZ:Jf7 1 7. lZ:Jxe6,
coinciden casi por completo con los que aca 'iVe7
bamos de mirar. La jugada más natural. Habría que tener
2. exd5, 'iVxd5 3. lZ:Jc3, 'iVa5 4. j,c4, nervios de acero para defenderse con 1 7 . . . . ,
CZJ f6 5. d3, . . . 'iVb6. Incluso ahora, sin embargo, la posición
U n pequeño refinamiento a l que las blancas de las negras pende de un hilo. La continua
no dan importancia posteriormente. ción obvia parece ser 1 8. M fe 1 , que Lasker
5 . . . . , j,g4 6. lZ:Je2, . . . examinó en sus comentarios. Entonces 1 8 . . . . ,
U n jugador d e hoy e n día, desde luego, pre �d7 1 9. 'iVf3, �ca 20. CZJxg7, 'iVd8 21 .
feriría aquí 6. f3. lZ:J e6, 'iVe7 22. lZ:Jf5 da la victoria a las blan-
82 P R E P A R A C I Ó N C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
adversario, las negras están eligiendo el mate Partiendo de consideraciones generales po
rial para la batalla que se avecina; si hubiesen demos hacernos una idea de la posición en
querido preservar el alfil, podían haber jugado conjunto; si, además, tenemos en cuenta el
21 . . . . , i,f8 y entonces sí 22 . . . . , l{Jd6. significado de sus detalles concretos, reali
22. l{Jxe7, @xe7 (D) zamos una valoración más refinada de las
condiciones en las que va a continuar la lucha.
Cuando se aplican ideas estratégicas idénticas
a posiciones que se parecen pero son un poco
distintas entre sí, a menudo los resultados
pueden diferir. Intentaremos mostrar esto me
diante ejemplos de partidas que presentan la
misma estructura de peones específica en el
centro.
3 . P L A N I F I C A C I Ó N E S T R AT É G I C A 83
Rubinstein-Canal
Rogaska Slatina, 1 929
Gambito de Dama [D37]
Renovando la amenaza de ruptura, que 1 . d4, l¿jf6 2. c4, e6 3. l¿jc3, d5 4. l¿jf3,
pende sobre la posición negra cual espada de .te7 5 . .tt4, c6 6. e3, l¿j bd7 7. h3, 0-0
Damocles. El segundo jugador solamente pue a. 'iVc2, dxc4
de contener uno de los peones enemigos, y se En la actualidad, la apertura se juega a ve
equivoca al elegir. ces de manera parecida: 8 . . . . , a6 9 . .U d 1 , h6
1 3 . . . . , c6 1 O. a3, dxc4 1 1 . .txc4, l¿j d5 (?) 1 2. 0-0 ( 1 2.
Gélfand recomienda 1 3 . . . . , g6, aunque en .ta2!?), l¿j xt4 1 3. exf4; Krámnik-Lputián, Cto.
ese caso, si quieren, las blancas ya pueden de Europa por Equipos, Debrecen, 1 992. Con
asegurarse neta ventaja con 1 4. d5, exd5 1 5. 9 . . . . , h6 (dudosa jugada de por sQ, combinada
l¿jxd5 ( 1 5 . .txd5, c6), l¿jxd5 1 6 . .txd5, c6 con . . . , lbd5xf4, las negras debilitaron drásti
1 7 . .t b3. camente la diagonal b1 -h7, y eso condujo a la
1 4. f5, exf5? catástrofe después de 1 3 . . . . , 'iVc7?! 1 4.
Las negras tenían que defenderse con 1 4 . l¿j e5, l¿jf6 1 5 . .t a2, .td7 1 6 . .t b 1 , .t ea?!
. . . , l¿jd5. Ahora se encuentran al instante en 1 7. d5!
una posición perdida. 9 . .txc4, l¿j b6 1 0 . .t b3, . . .
1 5. l¿jxf7!, .U xf7 1 6. 'iVb3, l¿jd5 1 7. Merecía l a pena estudiar l a sencilla línea 1 O.
l¿jxd5, cxd5 1 a . .txd5, �f6 1 9 . .U ac1 , .td3, l¿j bd5 1 1 . l¿j xd5, exd5 1 2. 0-0-0. Ahora
.td7 20 . .U c7!, . . . las negras, a su vez, tienen una réplica más
A l continuar condicionando e l juego así, las natural en 1 0 . . . . , lb bd5.
blancas logran el resultado apetecido con más 10 . . . . , l¿jfd5 1 1 . 0-0, l¿jxf4 1 2. exf4, . . . (D)
rapidez que con 20 . .txt7+, 'iVxf7 2 1 . 'iVxb7,
.U d8 22. 'iVxa6.
20 . . . . , .U da 21 . .U xb7, @ta 22 . .U b6,
�xd4 23 . .txf7, .tes 24 . .U d1 , 'iVxf2+
3 . P L A N I F I C A C I Ó N E S T R AT É G I C A 85
1 3. g3, tLlxc3
Cambiar piezas cuando se está en una posi
ción constreñida es una medida generalmente
aceptada. El problema es que ahora ya no ha
brá nada que limite la influencia del alfil de b3.
De nuevo merecía la pena pensar 1 3. . . . ,
itd7.
1 4. �xc3, �d6 1 5. tt ac1 , .. .
Las blancas quieren impedir . . . , c5 o . . . , b6,
pero debido al debilitamiento de la diagonal
h 1 -a8, provocado por 1 3. g3, la cosa no es tan
sencilla.
1 5 . . . . , itd7
1 5 . . . . , b6!? es un sacrificio de peón al estilo
Cuando los temas tácticos no exigen aten de Schlechter. Entonces, en caso de 1 6.
ción, es más apropiado comentar la estrate �xc6 ( 1 6. tLl e5, il b7), �xc6 1 7. tt xc6,
gia «en abstracto » . En este punto, predecir il b7 1 8. tt c7, itxf3 1 9. tt xe7, g fc8, las
las futu ras operaciones de las blancas es re negras tienen buenas posibilidades de obtener
lativamente fácil. Controlan más espacio, en las tablas.
particular la importante casilla es, donde el 1 6. tLies, tt ad8 1 7. g fd1 , itcB 1 8. a3,
caballo ocupará un puesto casi inexpugnable. itf6 (D)
Preservando el statu quo en la medida de lo
posible en el centro y el flanco de dama, i rán
preparando poco a poco un ataque al rey
enemigo. El panorama que aguarda a las ne
gras no es tan optimista. De hecho, el único
medio del que disponen para activar las pie
zas es el avance . . . , es, que en sí les permi
te contar con igualar en el mejor de los casos.
Un grave problema, en especial, es el alfil
malo de c8; de momento desempeña el mo
desto papel de «peón alto » . Sería mejor para
él estar a la espera en b7 después de hacer
se . . . , b6, pero si eso sucediera, las negras
deberían prestar mucha atención a la segu ri
dad de f7 y e6. Aunque todo lo que se ha di
cho no basta para probar que el segundo Las negras han reagrupado las tropas y
jugador está peor en la posición del diagra dentro de poco incrementarán la presión sobre
ma, sería aconsejable que pergeñase un plan el peón de d4 doblando las torres. Después
concreto de acción y no se contentara simple sería muy deseable romper con . . . , es, pero
mente con ir maniobrando con las piezas por las posibilidades de realizar tal ruptura son
detrás de las murallas de su formación de ahora mínimas. En consecuencia, la actividad
peones. estratégica del bando negro entra en un calle
1 2 . . . . , ttJdS jón sin salida, aunque su posición sigue siendo
Las negras también pueden jugar 1 2. . . . , bastante sólida.
il d7 y 1 3 . . . . , tt c8. Si tuviesen el caballo en f6 1 9. �e3, �e7 20. h4, . . .
en vez de en b6, 1 2 . . . . , �d6 1 3. g3, b6 no pa Pronto aparecerá u n peón negro e n g6, y las
recería malo. 1 2 . . . . , es directa es prematura. blancas toman medidas de antemano para de-
86 P R E PA R A C I Ó N C R E AT I VA D E A P E RT U R A S
3 . 3 . Elección
de preferencias
1 3. a4, . . .
Tentativa d e sacar provecho d e los planes
del adversario. Habría sido un poco más exac
to jugar primero 1 3. b3, ll'i b6 y entonces sí 1 4.
a4, con lo que habría posibilidades de obtener
ventaja en la apertura en caso de 1 4 . . . . , bxa4
1 5. bxa4.
1 3 . . . . , .i, d7 1 4. b3, ll'i b6
De hecho, obligando a las blancas a sellar el
flanco de dama además del centro. Por otra par
te, la sencilla retirada 1 4 . . . . , lt'i a5 es jugable.
Después de 1 5. axb5, axb5 1 6. ll'i bd2, ll'i b7
(1 6 . . . . , c4!? 1 7. b4, ll'i b7), es seguro que las
negras podrán cambiar las torres -detalle estra
1 2. d5, . . . tégicamente importante- y neutralizar la iniciati
A l cerrar e l centro, las blancas cuentan con va del adversario sin especiales problemas.
la ventaja de espacio que tienen y, de paso, 1 5. a5, ll'J cB 1 6. c4, . . .
con eliminar una cohorte de ramificaciones 1 6. b4 e s una alternativa, pero debe recono
que provienen de la línea principal, 1 2. ll'i bd2. cerse que 1 6. ll'i bd2 es la continuación más
La ventaja práctica de esta decisión es obvia, flexible.
aunque de manera rigurosamente objetiva su 1 6 . . . . , b4
valor es escaso. En la línea clásica 1 2. ll'i bd2, Fijando por completo la configuración de los
lt'ic6 1 3. d5, ll'i d8, son las negras las que pro peones. ¿Cuál es la razón de que las negras
vocan una situación parecida, pero tienen que reaccionen así de inmediato? La respuesta
hacer concesiones de inmediato ( 1 4. a4, hay que buscarla, muy probablemente, en el
M b8) . En el caso que nos ocupa, está claro plan que han trazado a corto plazo, cuyos pun
que las condiciones iniciales son más agrada tos esenciales se explicarán en el comentario
bles para ellas. a la jugada 1 8.
1 2 . . . . , lt'ic4 1 7. lt'i bd2, . . . (D)
No es obligatoria, siempre y cuando no apli
quemos de manera estricta la conocida máxi
ma Ein Springer am Rande ist immer eine
Schande (Caballo en el lado, infortunio ase
gurado [literalmente, «un caballo en la banda
es siempre una vergüenza,,]). Al llevar el caba
llo de a5 a c4 y luego a b6, las negras no au
mentan su movilidad o su potencial de lucha.
En este estadio, por lo tanto, podrían buscar
algo más conveniente. Por ejemplo, en Po
nomariov-Sashikiran, Olimpiada de Calviá,
2004, lograron obtener contrajuego después
de 1 2 . . . . , .i,d7 1 3. b3, M fe8 ( 1 3 . . . . , lt'ie8 no
es mala, yendo a la disposición de Rubinstein
con . . . , g6, . . . , f6, . . . , ll'Jg7 y . . . , ll'i b7-d8-f7)
1 4. lt'i bd2, g6 1 5. lt'if1 , lt'i h5 1 6 . .i,e3, ll'i b7 Al prepararse para la batalla que se avecina
1 7. '/j'd2, c4 1 8. b4, a5 1 9. g4, lt'ig7 20. a3, en el flanco de rey, el segundo jugador se ve
M a6 21 . ll'Jg3, M ea8, y al final las blancas ante un rasgo característico que muestran las
tuvieron que conceder la columna "ª" · posiciones constreñidas en las que todas las
90 P R E PA R A C I Ó N C R E AT I VA D E A P E RT U R A S
21 . . . . , tL:Jg7
Cambiar los alfiles con 21 . . . . , .i,xh6 22.
¡vxh6, tL'lf6 23. élJ g3 es inaceptable para el
3 . P L A N I F I C A C I Ó N E S T RAT É G I C A 91
bando negro. Sus dos otras continuaciones preparar con calma u n sacrificio d e pieza deci
posibles también dejan un tanto que desear. sivo en b4.
Elegir en casos así es, como se dice, cuestión 24. VJifxt4, V/i{e1 25. tL:\f3, f6 (O)
de gustos. El sacrificio de peón 21 . . . . , tL:\f4
22. �xf4, exf4 es incorrecto, y después de 21 .
. . . , tL:\f6 22. tL:\g3 no es fácil parar el ataque
directo de las blancas:
a) 22 . . . . , �g7 23. �xg7, �xg7 24. tL:\f5+,
�xf5 25. exf5.
b) 22 . . . . , Yj'd8 23. �xf8, U xf8 24. Yj'h6,
V/;Jje? 25. tL:\g5, U ea 26. f4.
c) 22 . . . . , lL\ e? 23. VJif gS, i,g? (23 . . . . ,
�xh6? 24. VJifxh6, U f8 25. tL:\ g5) 24. tL:\f5.
d) 22 . . . . , @ h8 23. tL:\g5, �g8 24. �xf8,
U xf8 25. f4, tL:\e8 (25 . . . ., exf4 26. Yj'xf4,
tL:\e8 27. e5, dxe5 28. VJifxe5, VJifxe5 29.
U xe5, f6 30. U xe8, U xe8 31 . tL:\5e4) 26. f5.
22. tL:\3h2!, . . .
Procediendo enseguida con l a ruptura f4. La Se ha dejado pasar la oportunidad de levan
errónea jugada 22. tL:\g3? costaría buena par tar barricadas en la columna «f» . En conse
te de la ventaja: 22 . . . . , lL\e? 23. tL:\ h2 (23. cuencia, pronto comienza el dénouement. *
VJif g5, @ h8 24. V/;Jjh4, f6!), � h8. 26. tL:\ g3, U da 21. U t1 , tLJ ea
22. . . . , 'iVd8 Por desgracia, esto llega unas diez jugadas
En esencia, las negras aceptan el destino demasiado tarde.
que habían presentido al principio y que 1 2 . 28. �xta, VJif xta 29. es, . . .
. . . , tL:\ c4 trataba de prevenir. En este estadio, Y las blancas ganaron ( 1 O , 46 jugadas) .
-
el desafortunado caballo de c8 estaría encan Otro criterio significativo para planificar las
tado de trasladarse a la casilla b7 que rechazó próximas acciones o incluso toda la di rección
antes, pero se debe escoger una de las opcio estratégica de la partida es el elemental senti
nes que hay aquí. Ir a e? ya no tiene sentido, do común. Basado en la experiencia y el cono
dado que luego de 22 . . . ., lL\ e7 23. f4, exf4 cimiento adquiridos, su función es protectora:
24. VJif xf4 el caballo no puede acceder a g8 a advierte al jugador de los extremos; le recuer
causa de la debilidad del peón de f7. Las ne da la ventaja que tienen las soluciones senci
gras también tendrían muy pocas probabilida llas sobre las complicadas; y le recuerda que
des de obtener un resultado satisfactorio en la la capacidad de abstenerse de aplicar ideas in
lucha después de 22 . . . . , f6 23. f4, exf4 24. teresantes pero dudosas es tan importante co
V/;Jjxt4, �e? 25. tL:\g3, U f8 26. U f1 , aunque mo la capacidad de descubrirlas.
mientras hay vida hay esperanza; luego de 26 .
. . . , lL\ a7 (!), la torre de a8 se uniría por fin al Eingorn-Finkel
resto del ejército y ayudaría a prolongar la re Metz, 1 996
sistencia. Apertura Inglesa [A 1 6]
23. f4, ext4
Si las blancas pudieran jugar 24. f5 sin impe 1 . c4, tL:\f6 2. tL:\ c3, dS 3. cxdS, tL:\ xdS
dimentos, las negras, sencillamente, se asfi 4. g3, g6 5. i,g2, tL:\ b6
xiarían : ningún reagrupamiento de las tropas
les serviría ya de nada. En ese caso, las blan
cas incluso podrían permitirse cerrar el flanco
de rey como el resto del tablero y entonces * Desenlace; en francés en el original. (N. del t.)
92 P R E PA R A C I Ó N C R E AT I VA D E A P E RT U R A S
Que las blancas aplacen la ocupación de d4 bos bandos, y ambos tendrán que mostrar que
con un peón dificulta más el contrajuego de las las respectivas estructuras sirven para conse
negras en caso de 5 . . . . , l{J xc3 6. bxc3, �g7. guir sus fines prácticos. Una vez que las ne
Ahora el primer jugador sigue evitando tras gras la superen , esta prueba se volverá contra
poner a la G rünfeld (6. d4) y elige una forma las blancas como un bumerán.
ción Dragón tomada prestada de la Defensa 8. I:í, c1 , . . .
Siciliana. Se propone compensar el menor Incapaces d e determinar e l valor d e 8.
control que ejerce en el centro mediante medi �xc6+ y 8. l{Jf3, las blancas demuestran otra
das profilácticas especiales. posibilidad. Al reservarse la amenaza de cap
6. d3, �g7 7. �e3, . . . turar en c6, invitan al caballo a invadir d4 para
Veamos brevemente qué piensa Mihail Ma atacarlo posteriormente con l{Jf3. Por ejem
rin de esta posición. Las jugadas . . . , 0-0 y . . . , plo: 8 . . . . , 0-0 (no es obligatorio aceptar la invi
l{Jc6 (con la intención de jugar a continuación tación enseguida) 9. Vj'd2 (9. �xc6, bxc6 1 0.
. . . , e5 y . . . , l{Jd4) son preferentes para las ne �d2, l{Jd5 1 1 . � h6, l{Jxc3 es incierto) 9 . . . . ,
gras. Renunciar a una de ellas (con 7 . . . . , l{J d4 (9 . . . . , I:í, e8?! 1 0. � h6, � h8 1 1 . h4)
l{J8d7 o 7 . . . . , h6 8. Vj'c1 ) les ocasiona dificul 1 0. � h6, �xh6 ( 1 0 . . . . , e5 1 1 . �xg7, �xg7
tades en la apertura. Parece que las blancas 1 2. e3) 1 1 . Vj'xh6, e5 ( 1 1 . . . . , c6) 1 2. l{Jf3.
se han preparado de una manera elástica: en 8 . . . . , l{J d4 9. h4?!, . . .
caso de 7 . . . . , 0-0, a las negras les amenaza Hemos visto antes cosas así, d e modo que
rá un ataque directo al rey (8. Vj'd2, seguida ya tenemos disponible un veredicto provisio
de 9. � h6 y h4-h5) ; por su parte, 7 . . . . , l{Jc6 nal: esta diversión por el flanco sin que haya
permite que les doblen los peones, lo que re una finalidad bien determinada debilita el flan
sulta molesto. « Este parece el orden de juga co de rey del primer jugador y pierde tiempo
das perfecto para las blancas, pero, a la hora desde el punto de vista de la lucha por influir
de concretar, las cosas no son tan sencillas » , en el centro. Y sin embargo, " ª la hora de con
comenta e l gran maestro. L a experiencia, e n cretar, las cosas no son tan sencillas » : el rey
efecto, sugiere que la ventaja e n l a apertura no negro, al fin y al cabo, pronto querrá enrocar
puede asegurarse con medios tan simples y se. No obstante, 9. l{Jf3, e5 1 0. l{J e4 directo
que las blancas aún tendrán que luchar en se es objetivamente más fuerte:
rio para lograrla. a) 1 0 . . . . , l{Jd5 1 1 . �xd4 ( 1 1 . �g5!?,
7 . . . . , l{J c6 (D) l{J xf3+ 1 2. �xf3, f6 1 3. �d2), exd4 1 2.
l{Jxd4, c6 (o 1 2 . . . . , 0-0 1 3. e3) 1 3. e3, 0-0 1 4.
0-0, �xd4 1 5. exd4.
b) 1 0 . . . . , c6 1 1 . l{J xd4, exd4 1 2. � g5, f6
1 3. �d2 ( 1 3. �f4, 0-0 1 4. ¡vb3+, l{J d5), 0-0
1 4. Vj'b3+.
c) 1 0 . . . . , 0-0 1 1 . l{Jxd4, exd4 1 2. �g5, f6
1 3. Vj'b3+, � h8 1 4. �f4, c6 1 5. 0-0.
En estas variantes, la actividad de sus pie
zas garantiza al bando blanco la iniciativa en
la apertura. En vez de decidi rse por alguna
de ellas, el primer j ugador se desvía a sa
biendas de los cánones de la estrategia clási
ca por una idea muy incierta de ataque
combinativo.
9 . . . . , h6
Correctísima. La variante 8. �xc6+, bxc6 9. La réplica más natural. Al devolver la jugada
Vj'c1 , h5 crea problemas estructurales a am- a las blancas, las negras toman el control de la
3 . P L A N I F I C A C I Ó N E S T R AT É G I C A 93
casilla g5; después de 1 O. h5, g5, el cambio te; después de 1 2. ét'ixd4, exd4 1 3. Ji f4, 0-0
que se produce en la posición redunda en su 1 4. 'i!'d2, � h7 1 5. ét'i d6, 'i!'e7, la partida es
beneficio. taría más o menos igualada.
9 . . . . , c6 parece ser una jugada más temáti 1 2. '{Wd2, � h7?!
ca todavía: las negras van con calma a lo suyo Natural, pero no es buena. 1 2 . . . . , ét'if5 1 3.
sin temer las complicaciones que surgen luego Jic5, ét'ie7 ( 1 3 . . . . , s ea) sería demasiado
de 1 0. ét'if3 (o 1 0. h5, Jlg4 1 1 . h6, Jle5), e5 pasivo, y 1 2 . . . . , ét'i xf3+?! 1 3. Jlxt3, � h7 1 4.
1 1 . h5, Jlg4 1 2. ét'ie4, Jixf3 ( 1 2 . . . . , Jixh5 g4 sería todavía peor. La mejor manera de re
1 3. ét'ixd4, exd4 1 4. Jlg5, f6 1 5. Jid2 es du chazar las amenazas tácticas es 1 2 . . . . , f5! 1 3.
doso para las negras) 1 3. Jixf3, ét'ixf3+ 1 4. ét'ic5, � h7. En tal caso, las blancas no ten
exf3, 0-0. drían nada mejor que atenerse a su línea de
1 0. ét'if3, es (D) ataque de todos modos:
Cambiar los caballos con 1 0 . . . . , ét'ixf3+ sig a) 1 4. h5, g5 1 5. ét'ixg5+ ( 1 5. ét'ixb7 traspo
nificaría, de hecho, abandonar la cabeza de ne) , hxg5 1 6. ét'ixb7 (o 1 6. Jlxg5, Jif6) ,
puente que las negras ya han conquistado en Jixb7 1 7. Ji xb7, S ba 1 a. Jlxg5, 'i!'d6, y
el centro del tablero. las posibilidades de las negras son preferibles,
dada la mejor coordinación de sus tropas.
b) 1 4. ét'ixe5!? (este sacrificio de pieza tal
vez sea más prometedor) , Jixe5 1 5. Jixh6,
s ea ( 1 5 . . . . , Jlg7? ! 1 6. Jlxg7, �xg7 1 7.
e3) 1 6. h5!, con delirantes complicaciones.
1 3. hS?!, . . .
E n esta partida, este peón, decididamente,
desempeña el papel de una mala influencia
para las blancas, que, tras estar a punto de
realizar sus ambiciosos planes, equivocan el
camino. Una vez más, la línea poco conven
cional 1 3. ét'ixe5 ! , Jixe5 1 4. Jixh6 les daría
un auténtico ataque:
a) 14 . . . . , Jlg7? 1 5. h5.
b) 1 4 . . . . , s ha 1 5. Jlg5, f6 ( 1 5 . . . . , 'i!'fa
En sus rasgos generales, ya se distingue el 1 6. h5) 1 6. s c5, \ilfa ( 1 6 . . . . , txg5 1 7. s xe5,
conflicto: sus símbolos concretos son el caba � g7 1 a. s xg5) 1 7. s xe5, txe5 1 a. Jif6.
llo de d4 y el peón de h4. La posición de este c) 1 4 . . . . , s ea 1 5. Jlg5 ( 1 5. h5, g5 1 6.
último obliga a las blancas a continuar el ata Jlxg5, f6) , f6 ( 1 5 . . . . , 'i!'d7 1 6. h5) 1 6. f4, fxg5
que que han empezado. 1 7. fxe5, � g7 1 a. hxg5.
1 1 . ét'ie4, . . . 1 3 . . . , gS!
.
Sería ilógico proseguir con 1 1 . 'i!'d2, c6. En Eliminar la tensión con 13 . . . . , ét'ixf3+ 1 4.
otras circunstancias, las blancas estarían en Jixf3, g5 habría sido más cauto, pero las ne
cantadas con impedir que el adversario enro gras no temen la captura en g5 -y es evidente
case, pero ahora mismo quieren que el rey que tienen razón-.
negro vaya a ga de inmediato. 1 4. éiJfxgS+, hxgS (D)
1 1 . . . , 0-0
.
10 . . . . , f5 (D)
ya conocemos) , van ligadas, por lógica, a or Si se juega 1 1 . t¿jgs enseguida, después de
ganizar la ofensiva por el flanco de dama. Esa 1 1 . . . . , h6 1 2. tZ'l e6, i.,xe6 1 3. dxe6, c6 ( 1 3.
estrategia puede llamarse la «normal » en este . . . , 'li'c8 es más débil , pero 1 3 . . . . , f4! ? es in
sistema de apertura; al adoptarla, las blancas teresante) 1 4. 'li'b3 ( 1 4. exf5, tZ'l xf5), t¿jc?,
consideran un mal necesario el contrajuego las negras capturan el peón de e6 con el caba
negro con . . . , f5. llo y están bien .
La valoración que hacen las blancas de la si Quizá por esa razón, Taimánov había ju
tuación se modifica un tanto cuando se les gado en la primera partida del encuentro 1 1 .
ocurre que también ellas pueden hacer uso del exf5, gxf5 1 2. t¿jgs, accediendo a reducir de
futuro avance de peón de las negras llevando manera notable su influencia en el centro. La
a cabo la maniobra t¿j g5-e6. Teniendo esto partida continuó con 1 2 . . . . , h6 1 3. t¿j e6,
presente, incluso están dispuestas a animar i.,xe6 1 4. dxe6, 'iVc8 ( 1 4 . . . . , c6? ! 1 5. i., hS)
un poco al adversario. Esta clase de proyecto y ahora, en lugar de 1 5. 1!i'b3, c6 1 6. i., h5,
se ha realizado más a menudo mediante 9. b4, 'iVxe6 1 7. 'iVxb7, t¿jf6 1 8. i.,e2, .M fb8, otra
t¿j h5 1 0. g3, f5 1 1 . t¿jg5, variante que experi l ínea que merece atención es 1 5. t¿j dS, 'iVxe6
menta una revitalización hoy en día gracias a 1 6. 'ijlb3. En esta posición, las negras pueden
que se ha sustituido satisfactoriamente 1 O . defenderse con 1 6 . . . . , .M b8, preferible a 1 6.
.l::i, e1 por 1 0. g3. . . . , b6, que debilita el flanco de dama.
9. i.,d2, . . . Prácticamente, la diferencia principal entre
Las blancas se ponen a ejecutar otro plan 1 1 . exf5 y 1 1 . 'iVb3 es que con esta última ju
basado en la misma idea. gada las blancas quieren provocar . . . , b6 al
9 , t¿jeS 10 . .l::i, c1 , . . .
. . . . principio. Sin embargo, costará trasponer a la
S e h a jugado 1 O . b4, f5 1 1 . 'li'b3, t¿j f6 1 2. posición que se produce después de 1 6. . . . ,
exf5, gxf5 1 3. c5, 'it> h8, pero la combinación b6 en la línea que acabamos de examinar.
de i.,d2 y b4 no es lo bastante eficaz. A fin de 1 1 . . . . , b6! (D)
no desperdiciar un importante tiempo mientras Esto parece lo más fuerte, aunque la ame
se espera la inevitable 1 O . . . . , f5, las blancas naza 1 2. es también pod ía pararse mediante
tienen que encontrar jugadas que tengan un 1 1 . . . . , 'it>h8 (sugerencia de Tal); a modo de
doble propósito. De momento, no se compro ejemplo, 1 2. exf5 ( 1 2. t¿jgS!?), gxf5 1 3. t¿jgS,
meten a nada y están listas para volver a un h6 ( 1 3 . . . . , c6 1 4. i., h5) 1 4. t¿j e6, i., xe6
esquema habitual como t¿je1 -d3. 1 5. dxe6, c6 1 6. 'ijlxb7, t¿j c? 1 7. t¿jd5!?, cxd5
96 P R E PA R A C I Ó N C R E AT I VA D E A P E RT U R A S
4. 1 . El problema
de nuestra propia elección
b) 1 1 . b3! ? , �f4 (no 1 1 . . . . , cxb3? 1 2 . sitan apresu rarse con 1 4. it b3, dado q u e el
axb3) 1 2. �xc4 ( 1 2 . itxc4, �xe4+ 1 3. rey negro no tiene donde ir; 1 4. 0-0 es, por lo
@f1 , c2) , g5. tanto, más sencilla.
c) 1 1 . bxc3, �b2 1 2. ,i::i. d 1 , �xc3+ 1 3. 1 4. ,i::í. xb2, . . .
t¿j d2, g6 1 4. itxc4 ( 1 4. �xc4, itg7), it h6 Perfectamente válida, pero u n método más
1 5. itb5, 0-0 1 6. itxd7, ,i::i. ab8 1 7. @e2, incisivo es 1 4. t¿j e5, �f5 1 5. f4, t¿j c3 ( 1 5 . . . . ,
,i::i. b2 1 8. �d3, �a5. t¿j d6 1 6. �a4+, @da 1 7. o-o) 1 6. itd3,
9. �a4+, �d7 �xf4 1 7. �xc3 (Ward).
Las negras no pueden trasponer a las líneas 14 . . . . , �b7 (D)
que se acaban de citar, puesto que a 9 . . . . ,
t¿jd7 se contesta 1 0. ite5.
1 0. �xa6, cxb2 1 1 . ,i::í. b1 , ,i::í. xb8 1 2.
itxc4!, . . .
Sin caer e n l a tentación d e jugar 1 2. t¿j e5,
ya que después de 12 . . . . , �el ( 1 2 . . . . , �d6
es asimismo posible, pero no 12 . . . . , �b7 o
1 2 . . . . , �b5 en vista de 1 3. ,i::í. xb2) 1 3. �a4+,
t¿jd? 1 4. t¿jxc4, g6 las negras están bien si
tuadas. Al final, al atenerse a la estrategia de
desarrollar las piezas a toda velocidad, las
blancas tienen un éxito redondo en la apertura.
1 2 . . . . , ,i::i. b6
1 2 . . . . , t¿jxe4 no sirve debido a 1 3. tb e5,
�b7 1 4. ,i::i. xb2, temático. Más astuta es 1 2.
. . . , ,i::í. b4 (a 1 3. a3 se contesta 1 3 . . . . , ,i::i. b6) , 1 S . .i::i. xb6, �xb6
aunque después de 1 3. it b3 a las negras les O bien 1 5 . . . . , axb6 1 6. �a4+, @d8 1 7. 0-0.
sería difícil defenderse de un ataque directo. La situación de las negras es penosa, y el su
1 3. �a3, . (D)
. . plicio cesará muy pronto.
1 6. o-o, f6 1 7. �a4+, @ dS 1 8. d6, es
Esto pierde en el acto, pero no hay otra cosa
que dé esperanzas.
1 9. iteS, �b7 20. �as+, 1 - o
El arriesgado método de juego que implica 5 .
. . . , b5 demuestra una manera posible que tiene
el segundo jugador de plantear las aperturas.
Las propias negras luchaban por la iniciativa y
no tenían la intención de concederla al adversa
rio; de lo contrario, las habríamos visto jugar una
variante completamente distinta. La vieja discu
sión sobre qué estrategia de apertura en con
creto es mejor adoptar con negras, una activa o
una más moderada, carece de sentido desde un
punto de vista práctico. Al ajedrecista siempre le
1 3 . . . . , t2Jxe4?! conviene tener la posibilidad de elegir: algunos
La última equ ivocación en posición difícil : sistemas de apertura, por definición, están desti
capturar e l peón fracasa como antes. U n a le nados a producir una lucha compleja y posicio
ve mejora es 1 3 . . . . , �b7, con idea de 1 4. nalmente en desequilibrio, mientras que otros
itb3, e6. Sin embargo, las blancas no nece- pretenden, ante todo, obtener la igualdad.
1 02 P R E P A R A C I Ó N C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
Al provocar los cambios, las blancas han ga El ataque con la ayuda del peón «g» no pa
nado un tiempo y se preparan para jugar rece demasiado convincente, pero puede con
t2Jg5. Por cierto, amenazan atacar los peones siderarse la conclusión lógica de la operación
de d5 y b7. Por ahora, los defectos de su es que comenzaron las blancas en la jugada 1 O.
tructura de peones no revisten gran importan 1 7 . . . . , VJ/id7
cia. Lo más seguro, aunque otra l ínea interesan
1 3 . . . . , tl'id7 te es 1 7 . . . . , VJ/if6 1 8. gxh5, � fe8 1 9. ll xe8+,
A fin de responder a 1 4. S b1 1 4 . . . . , VJ/ic7. ti. xe8 20. tl'if3, VJ/ih8, con juego incierto. La
Lo mejor que pueden hacer las negras es se Petrov ha vuelto a superar la prueba de soli
guir desarrollándose. Más dificultades les dez.
aguardarían después de 1 3. . . . , !:í:. e8 1 4. 1 8. gxhS, VJ/ixh3?!
j_g5 ( 1 4. l:!, xe8+, VJ/ixe8 1 5. l:!, b1 ) , l:!, xe 1 + Este cambio natu ral de las damas es una
1 5. l:!, xe1 , VJ/id? 1 6. tl'ie5. inexactitud que abre nuevas expectativas al
1 4. VJVts, tl'i b6 bando blanco. La opción más sencilla e ra
Mejor que 1 4 . . . . , tl'if6 1 5. Jlg5, 'iVc8 en 1 8 . . . . , ti. aes 1 9. l:!, xe8, n xe8 20. VJ/ixd7,
vista de 1 6. tl'i h4; Caprifichi-Ortenzi, partida tl'ixd7 21 . hxg6, .U e1 + 22. � g2, fxg6, y aun
por correspondencia, 1 985. que las negras tienen un peón menos, su posi
1 5. tZJgS, g6 1 6. VJ/ih3, . . . ción no es peor.
Tras desviar e l caballo negro del flanco de 1 9. tl'ixh3, .�.tea
rey, las blancas provocan ahora un debilita Capturar en h5 habría resultado una signifi
miento allí; utilizan sus últimos recursos para cativa pérdida de tiempo: 1 9 . . . . , gxh5 20.
mantener su iniciativa de apertura. j_f4, l:i, fd8 (20 . . . . , .íl a3 2 1 . l::i. ab1 , ,U ac8
1 6 . . . . , hS 1 7. g4, . . . (D) 22. t!, b3, tl'ic4 23. t!, xb7) 21 . � h 1 ! , y las ne
gras están en peligro a causa de las activas
piezas blancas (Anand).
20. j_f4, Jlxt4 21 . tl'ixf4, gS
El quid de la defensa, pero las negras no lo
gran obtener la plena igualdad.
22. tl'i h3, . . .
La única manera; todo l o demás es comple
tamente inofensivo.
22 . . . . , tl'ia4 (D)
1 04 P R E PA R A C I Ó N C R E AT I VA D E A P E R T U R A S
2a. t¿jf6+, @g7 29. tt:J xg4, t¿jc3 30. h6+; Las blancas tienen ventaja decisiva (1 O, -
tentativa blanca de obtener ventaja con 8. e4, Los problemas que 7 . . . . , t¿j c6 plantea a las
dxe4 9. §lxf6, §lxf6 1 O. 'iVxe4+ es poco con blancas son más concretos; el sacrificio de
vincente. peón 8. §lg2, t¿jdb4 9. �b3, tZ::l xd4 1 0. tZ::l xd4,
1 06 P R E P A R A C I Ó N C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
Valoremos el potencial estratégico que tie Una inexactitud d e gran trascendencia. Se
ne la posición del primer jugador. El plan co ría más lógico jugar 1 3. tll e1 o 1 3. b4, sin
rriente del ataque de minorías en el flanco de comprometer la torre de antemano. Mientras
dama es, desde luego, posible aquí, pero las las blancas pierden tiempo, las negras dispo
perspectivas que ofrece son , como de cos nen las piezas con más eficacia y pronto esta
tumbre, bastante oscu ras; por otra parte, el rán listas para apoderarse de la iniciativa.
bando blanco no controla bien las casillas ne 1 3 . . . . , tll d 7 1 4. tll e 1 , tll b6 1 5. tll d 3,
gras, lo que facilita el contrajuego del adver l':í, ad8 (D)
sario. En general , esta evaluación no da
mucho pie a que las blancas sean optimistas,
y es difícil modificarla aunque les conceda
mos unas circunstancias iniciales más agra
dables. Compárese la posición del diagrama
con la que surge de 1 . d4, d5 2. c4, e6 3.
tll f3, tll f6 4. j,g5, h6 5. j,xf6, iYxf6 6.
tll c 3, c6 7. e3, tll d7 8. a3, g6 9 . b4, j,g7
1 O. cxd5, exd5. En esta posición del Gambito
de Dama, en la que las ideas se parecen a
las de la presente partida, las negras se han
visto obligadas a emplear tiempos en las ju
gadas superfluas . . . , h6 y . . . , iYf6, y sin em
bargo a las blancas aún les va a costar lograr
resultados positivos.
9. e3, . . . Inesperadamente, las blancas tienen una di
A veces se ve 9 . b4 directa. E l segundo ju fícil elección que hacer. ¿ Deberían intentar se
gador no tiene la intención de obstaculizar es guir adelante con algún tipo de actividad
te avance y prefiere, sencillamente, proseguir después de todo o adoptar útiles medidas pro
el desarrollo. Más tarde, planea empezar sus filácticas ( 1 6. b3 o 1 6. l':í, e1 )?
propias operaciones activas en el flanco de 1 6. tll c 5, . . .
rey, y, gracias al apoyo del alfil de casillas ne Cuestionable decisión , ya que l o mejor que
gras, su ataque de minorías puede resultar puede hacer este caballo es quedarse donde
más peligroso que el de las blancas. estaba.
9 . . . . , 0-0 1 0. j,e2, c6 1 1 . 0-0, . . . 1 6 . . . . , j,cB 1 7. b4, . . .
O , s i no, 1 1 . b4, planteando por fin sus exi I ncitando, e n sentido literal , a las negras a
gencias territoriales. Entonces 1 1 . . . . , a5 1 2. ocupar c4. El peligro que supone un caballo
b5, c5 (bastante mejor que 1 2 . . . . , a4 1 3. 0-0, asentado en esta casilla lo atestigua 1 7. a4,
'if'a5 1 4. l':í, c1 ) conduciría a una movida lu tll c4 1 8. b3, tll xe3! 1 9. fxe3, 'if'xe3+ 20.
cha. � h 1 , 'if'xd4, y el alfil de g7 se ha liberado y
11 . . . . , 1W/e7 es amo y señor de la situación. De nuevo, 1 7.
Otras posibilidades son 1 1 . . . . , 'if'd6, 1 1 . . . . , b3 merecía estudio.
j,g4 y 1 1 . . . . , j,e6 1 2. b4, tll d7. En general, 17 . . . . , tll c4 1 8. tll b1 ?!, . . .
la pregunta de qué orden de jugadas es más Demasiado pasiva; debería haberse jugado
exacto para las negras no tiene aquí especial 1 8. a4. En cuanto a medidas precautorias, ha
importancia. De momento, ambos bandos es bría sido mejor pensar en ellas en la jugada
tán maniobrando y tienen posiciones muy sóli anterior.
das. En todas las l íneas recién mencionadas, 1 8 . . . . , b6 1 9. tll b3, . . . (D)
la posición está más o menos igualada.
1 2. a3, j,e6 1 3. l':í, c1 ? !, . . .
4 . E S T R U C T U RA S D E A P E RT U R A 1 09
1 9 . . . . , .i,a6?!
El juego de las negras hasta aquí ha sido de
lo más lógico, pero ahora está claro que se
desvían de la senda correcta. En primer lugar,
hay otra jugada de alfil más fuerte: 1 9. . . . ,
.i,e6 habría puesto en un brete a las blancas
(20. tll 3d2, c5 no es bueno para ellas) . En se Casi salta a la vista que está a punto de se
gundo lugar, 1 9 . . . . , b5, sencilla, seguida de guir . . . , f5. A las blancas no les inquieta esto en
empezar una ofensiva de peones en el flanco absoluto; tienen fe en sus recursos defensivos
de rey, parece fuerte. Entonces, la debilidad y se atienen con serenidad a su táctica de es
táctica del peón de e3 ya no sería un factor en pera.
potencia, sino que sería relevante continua 26. 'iYc1 , . . .
mente en la batalla estratégica. Como antes, 26. a4 e s bastante buena:
20. l:!, e1 , . . . a) 26 . . . ., f5 27. axb5, cxb5 28. g3.
E s obvio que 20. tll 3d2 n o e s buena e n vis b) 26 . . . . , bxa4 27 . .i,xc4, dxc4 28. tll d2
ta de 20 . . . . , tll x e3. (28. tll a5).
20 . . . . , l:i. feS 21 . tll 1 d2, b5 22. l:!, a1 , . . . 26 . . . . , f5 27. tll d 3, . . .
Las blancas siguen sin tener prisa. 22. tll c 5, E l caballo vuelve a retirarse d e c5, pero a
.i,c8 23. a4 directo era lo indicado. estas alturas probablemente ya era demasia
22 . . . . , .i,cs 23 . .i,f1 , . . . do tarde para hacer 27. a4; podría seguir 27 .
Una vez que l a torre h a regresado a a1 , las . . . , bxa4 28. l:!. xa4 (28. .i,xc4, axb3 29.
blancas de nuevo tienen que contar con un sa .i,xb3, .i,xd4), tll b6 29. l:!. a2, f4.
crificio de caballo, aunque esta vez las conse 27 . . . . , g5
cuencias no serían tan funestas: 23. tll c 5, Renovando la amenaza . . . , f4, que 28. g3 no
tll xe3 24. fxe3, �xe3+ 25. c;;t> h 1 , .i,xd4 26. consigue parar: 28 . . . . , f4 (28 . . . . , .i, h6) 29 .
.i,d3, con juego incierto. gxf4 (29. exf4, l:!. xe1 30. tll xe 1 , gxf4) , �g6
23 . . . . , � d6 30. fxg5, �xg5+ 31 . @ h 1 , l:!. e6, y las negras
Antes de empezar a subir los peones, las tienen posibilidades de ataque aceptables.
negras se proponen doblar las torres en la co 28. �c3, f4
lumna «e» . Atacar enseguida con 23 . . . . , f5 24. Las negras se precipitan y, en consecuen
g3, g5 25. �c2, �f6 habría sido más enérgi cia, no obtienen nada. Al desaparecer el princi
co, ya que ahora las blancas tienen posibilida pal objeto de ataque, los problemas de las
des de contraatacar. blancas se reducen de manera considerable.
24. tll c5, l:!. e7 25. tll d b3, . . . El cambio de un par de torres disminuye el po-
1 10 P R E P A R A C I Ó N C R E AT I VA D E A P E R T U R A S
tencial de ataque del segundo jugador, y apa Ahora la estructura de peones puede modi
recen debilidades en su propia posición. ficarse cambiando el alfil por el caballo, lo
El bando negro podía haber intentado alcanzar que es característico de las más diversas
el punto e3 desde el flanco avanzando sus peo aperturas. A la contestación más obvia de las
nes «g» y «h»: 28 . . . . , h5!? 29. a4; entonces una blancas, 3. e4, se replica 3 . . . . , i{jf6 4. i{j c3,
idea es 29 . . . . , a6 30. axb5, axb5, con la intención e6, planeando 5 . . . ., d5, que es una idea po
de seguir con . . ., h4 y . . ., g4-g3. La obstinada lí sicional sólida; posteriormente, las l íneas
nea 29 . . . . , h4 30. axb5, cxb5 también es intere concretas de la batalla cobrarán forma en va
sante; se justifica en las variantes 31 . i{jdc5, g4 riantes como 5. h3, j, h5 6. �e2, c6 (6 . . . . ,
32. g3, hxg3 33. hxg3, Jih6 y 31 . t2l bc5, g4 32. a6) 7 . g4, Jlg6 8 . h4. De todos modos, la
i{jf4 (32. g3, hxg3 33. hxg3, i{jxe3), g3. Las pregunta sobre la conveniencia de la segun
blancas, sin embargo, deberían jugar 31 . g3 di da jugada de las negras no es tan sencilla de
recta, con grandes complicaciones. contestar. El quid es que retirar el alfil a h5 no
29. exf4, gxf4 30. l::í. xe7, l::í. xe7 31 . a4, . . . siempre es deseable, ni mucho menos, y so
Más vale tarde que nunca, aunque e n este lamente en determinadas circunstancias pue
punto también merecía la pena estudiar 3 1 . de verse el cambio en f3 para doblar los
i{j dc5. La partida acabó en tablas (1/2-1'2 , 44 peones como una amenaza posicional plausi
jugadas). ble. A modo de ejemplo, tomemos la conti
En la variante de 6. cxd5 y 8. i{jf3, las blan nuación 3. g3, Jixf3 4. exf3; las blancas se
cas no muestran grandes ambiciones en la proponen avanzar el peón a d5, adqui riendo
apertura; simplemente quieren entrar en el me ventaja de espacio. Las negras suelen i mpe
dio juego disponiendo de un plan estratégico a dirlo mediante 4 . . . . , e6 o 4 . . . . , d5 directa (en
largo plazo. Su sistema, en sí, como observó el espíritu de la variante 1 . d4, i{jf6 2. Jlg5,
Botvínnik, se levanta sobre una sólida base po d5 3. e3, g6 4. Jixf6, exf6 con los colores
sicional que puede adaptarse a una leve des cambiados y un tiempo menos) . Sin embar
viación de la norma. Esta calidad de solidez es go, si las blancas se adelantan a esto asegu
precisamente lo que escasea en muchas otras rándose el control de d5 de antemano, las
líneas de apertura de tipo más extravagante. negras necesitarán otra base estratégica pa
ra su disposición de apertu ra, y no será fácil
Eingorn-Jansa encontrarla.
Hamburgo, 1 999 3. c4, i{jd7
Apertura del Peón de Dama [A41 ] Lo que se acaba de decir puede ilustrarlo la
variante 3 . . . . , j,xt3 4. exf3 ( 4. gxf3 abre un te
1 . i{j f3, d6 2. d4, Jlg4 (D) ma de debate totalmente distinto) 4 . . . . , g6 (4 .
. . . , c6 5. i{jc3, i{jf6 6. d5) 5. i{j c3 (o 5. j,d3,
j,g? 6. 0-0, y entonces d5) 5 . . . ., j,g? 6. d5.
4. i{j c3, . . .
La ventaja d e l a pareja d e alfiles n o es u n fin
en sí mismo; a las blancas, por lo tanto, no les
atrae 4. �b3, l::í. b8 5. h3, j,xf3 6. 'iVxf3,
pues entonces van a la zaga en el desarrollo.
4 . . . . , es s. g3, . . .
Invitando a l adversario a que aclare sus in
tenciones.
5 . . . . , j,xf3
Consecuente. Después de 5 . . . . , i{j gf6 6.
Jlg2, llegamos a una posición que tiene la
clásica estructura de peones de la I ndia de
4 . ESTRUCTURAS DE APERTURA 111
Rey, en la que sería muy deseable para el se 1 1 . . . . , �b6, 1 2. �d3, desplegando sin pro
gundo jugador conservar el alfil de casillas blemas las piezas como se necesitaba.
blancas; por lo tanto, beneficia al bando blanco 1 0 . . . . , c6 1 1 . h3, . . .
que este alfil se cambie más tarde o, si no, se Los preparativos d e f4 parecen excesivos,
vea obligado a irse de la importante diagonal pero luego de 1 1 . f4, ll:J g4 1 2. JÍi,d2 ( 1 2.
h3-c8. JÍi,c1 !?), ll:J c5, las piezas negras se activarían
6. exf3, exd4 de repente.
Impidiendo el avance d5 por los medios más 1 1 . . . . , g e8
radicales. El avance . . . , d5 no se llevará a cabo sin do
7. �xd4, ll:J gf6 8. JÍi, g2, JÍi, e7 9. 0-0, 0-0 lor. La simple variante 1 1 . . . . , ll'i b6 1 2. f4, d5
(D) 1 3. cxd5, ll:Jfxd5 1 4. ll'ixd5, ll:J xd5 1 5. JÍi,xd5,
�xd5 1 6. �xd5, cxd5 1 7. g ad 1 conduce de
manera ineludible a la pérdida de un peón y a
una desesperada lucha para hacer tablas en
un difícil final. Una línea más emprendedora es
1 1 . . . . , d5!? 1 2. cxd5, Jt c5, y aqu í:
a) 1 3. �d2? ! , Jtxe3 1 4. fxe3 ( 1 4. �xe3,
g e8), ll:Jxd5 1 5. ll:J xd5, ll'i b6.
b) 1 3. �d1 !?, Jtxe3 1 4. fxe3.
c) 1 3. �d3, ll:J e5 1 4. �e2, Jtxe3 1 5.
¡vxe3, ll:Jc4 1 6. �d4, cxd5 1 7. f4, con venta
ja de las blancas.
Aunque la variante «C» sea la que menos
guste a las negras, aún habría sido mejor para
ellas que la continuación de la partida.
1 2. f4, dS (?)
Las negras han conseguido evitar que las Ahora que el alfil de g2, que estaba a la es
encierren. Sin embargo, con esta configu pera, ha entrado en juego, este sacrificio de
ración de peones aún encuentran graves pro peón no tiene sentido; no hace más que atesti
blemas. Sus caballos no tienen puestos guar la incapacidad de las negras de ver un
avanzados, y su mayoría de peones en el cen plan aceptable para conducir la partida posi
tro tiene poca movilidad debido a la fuerte in cionalmente.
fluencia de que goza el alfil de g2. Hasta aquí, 1 3. cxdS, JÍi, cS 1 4. �d2, . . .
la ventaja de las blancas no es mucha, pero 1 4. �d3, Jtxe3 1 5. dxc6 ( o 1 5. fxe3 ense
propende a ir aumentando poco a poco, y eso guida) , bxc6 1 6. fxe3, �b6 1 7. ll:J a4 parece
es lo más desagradable de la situación de las más fuerte todavía. El primer jugador no confía
negras. tanto en la ventaja de material como en el po
1 0. JÍi, e3, . . . der del alfil de casillas blancas.
1 0. b3, c6 1 1 . JÍi, b2 también es bueno, aun 14 . . . . , Jtxe3 1 5. fxe3, . . . (D)
que las blancas tendrían que contar entonces
con una maniobra que es típica (otra vez) de la
India de Rey: el ataque a b3 por medio de . . . ,
�b6, . . . , ll:Jc5 y . . . , a5. El alfil se sitúa en e3
para que pueda ejercer influencia en ambos
flancos enseguida; de esta manera, las blan
cas intentan obstaculizar toda tentativa de con
trajuego. Con el mismo fin, probablemente
sería más exacto jugar 1 O. f4, c6 1 1 . h3, y si
1 12 P R E P A R A C I Ó N C R E AT I VA D E A P E R T U R A S
Víktor G u révich , que la hacía de continuo en La retirada más natural . Antes sol ía jugarse
la década de 1 970. El desarrollo temprano 3 . . . . , i.,a5 4. b4, c6 5. bxa5, cxd5 6. cxd5,
del alfil 1 . d4, d5 2 . c4, i.,f5* era otra de sus 'Yjlxa5, hasta que se estableció que la activi
«tarjetas de visita » , pero estas dos extrava dad de las piezas negras no compensaba los
gantes variantes no tuvieron el m ismo desti defectos de la estructura de peones. Posterior
no. La última se quedó donde estaba -en el mente se comenzó a buscar contrajuego en
patio trasero de la teoría ajedrecística-, otras variantes; una línea popular hasta hace
mientras que la primera se usaría ampl ia muy poco era 3 . . . . , i.,e7 4. d4, d6 5. e4, t¿jf6
mente muchos años después. En la posición (5 . . . . , éLic6 6. éLi e2} 6. éLixe7, V/lixe7 7. f3,
del diagrama, las blancas están obligadas a pero también aqu í parece que las blancas es
pensar en serio en que les doblen los peo tán mejor; por regla general, su centro de peo
nes mediante 3. é¿Jf3, i.,xc3; en contraste nes cuenta más que la ventaja de desarrollo
con el ejemplo anterior ( 1 . d4, d6 2. é¿Jf3, que tienen las negras.
i., g4) , las neg ras están listas para adaptar
su j uego a una de las posibles captu ras de
las blancas en c3 sin contravenir las estrate
gias corrientes de la Apertu ra I nglesa. A ve
ces, incl uso salen beneficiadas al retrasar el
desarrollo del caballo de g8. Esto da a 2 . . . . ,
i., b4 suficiente base posicional . Si es idó-
4. e3, . . .
Ordenar l a relación entre e l caballo y e l alfil
no debería impedir ver cuáles son las tareas
principales de la apertura: desarrollar las pie
zas y luchar por el centro. Las negras han per
dido un tiempo, pero con 4 . . . . , c6 quieren
ganar dos enseguida a cambio: uno de los fi
nes de 4. e3 es tratar esto.
La agresiva jugada 4. b4 puede conducir a
una maraña de complicaciones después de 4 .
. . . , JÍld4 5. l:i, b1 , c6 6. e3, cxd5 7. exd4 -aun
que 4 . . . . , JÍlf8 también es bastante buena, sin
perder de vista el peón de b4-. En cambio, 4.
l¿jf3 debe considerarse una alternativa más
sólida. Las negras tienen varias réplicas: 5. d4, . . .
a) 4 . . . . , e4? ! 5. l¿jg5, e3 6. d4, exf2+ 7. Intentar aplicar u n tratamiento posicional
�xf2, Jie7 8. e4 (8. lbxe7, VJ/ixe7 9. e4) fa tranquilo con 5. lb e2 promete poco a las blan
vorece claramente a las blancas. cas en vista de 5 . . . . , c6 6. d4 (o 6. lb xf6+,
b) 4 . . . . , d6 5. d4, exd4 6. b4, JÍl b6 7. l¿j xb6 'iVxt6 7. d4, exd4 8. exd4, JÍl b6) 6 . . . . , exd4 7.
(7. l¿jxd4), axb6 8. VJ/ixd4 tampoco promete la exd4, Jie7 8. lb xe7, VJ/ixe7. Sin embargo, la
igualdad a las negras. otra manera de atacar el alfi l de c5 con un
c) 4 . . . . , c6 5. lbc3, VJ/ie7 (5 . . . . , d6) 6. e3, peón también merece estudio, aunque des
d6 7. d4, exd4 8. lbxd4, y las blancas tienen pués de, por ejemplo, 5. b4, l¿j xd5 6. bxc5,
una mínima ventaja, que quizá sea lo máximo l¿jf6 7. d4, VJ/ie7 (7 . . . . , exd4 8. exd4, 0-0 es
que han podido lograr contra 3 . . . . , Jic5 hasta todavía más sencillo) 8. Ji e2, 0-0 9. l¿jf3,
la fecha. exd4 1 O. exd4, l:i, e8 las negras no tienen di
. 4 . . , l¿jf6 (D)
. ficultades en la apertura. Con 1 1 . l:i, b 1 , b6
Ahora a 4. . . . , c6 puede responderse con 1 2. l:i. b3, bxc5 1 3. l:i. e3, todo lo que obtienen
energía 5. d4!?, que da una desagradable ini las blancas es suficiente compensación por el
ciativa a las blancas: 5. . . . , cxd5 6. dxc5, peón sacrificado.
'iVa5+ 7. JÍld2, VJ/ixc5 8. 'iYg4, g6 9. cxd5, 5 . . . . , l¿jxd5 6. cxd5, . . .
'iVxd5 1 O. Ji c4; Psajis-Sokolov, Calcídica, Esto hace inevitables las simplificaciones
1 992. De ahí que las negras no echen al caba que siguen. Lo interesante es que toda la
llo de d5 de inmediato, sino que antes tengan batalla de la apertu ra ha tenido lugar en el
la amabilidad de ofrecer cambiarlo. Con el mis brevísimo intervalo que va desde la jugada 3
mo fin también es jugable 4 . . . . , lb e7. hasta la 6 de las blancas, y ya pueden expo
nerse sus resu ltados. Después de 6. dxc5 ,
lbf6 7. b4, 'iVe7 (7 . . . . , b6) 8. JÍl b2, 0-0 (8 . . . . ,
b6 9. 'iYf3) 9. l¿jf3 habría m ucho más por lo
que jugar.
6 . . . . , exd4 7. exd4, JÍl b4+ 8. JÍl d2, . . (D)
.
4 . E S T R U C T U R A S D E A P E RT U RA 1 15
Wolf-Tarrasch
Karlsbad, 1 923
Apertura Española [C83]
1 . e4, es 2. lb f3, lb c6 3. it b5, a6 4. it a4,
lbt6 5. 0-0, lbxe4
La Variante Abierta es una tentativa radical
8 . . . . , itxd2+ de solucionar el problema del centro, que en la
Las negras no creen necesario complicar la Ruy López causa dolor de cabeza a las negras.
situación con 8 . . . . , V!f/e7+ 9. lbe2 (9. �e2, 6. d4, b5 7. it b3, d5 8. dxe5, ite6 9. c3,
0-0 1 0. �xe7, itxe7) , 0-0. ite7
9. �xd2, 0-0 Dentro de toda apertura compleja se esta
La posición está aproximadamente iguala blece una jerarquía de l íneas principales y l í
da. Ahora que han ocurrido algunos cambios, neas secundarias. Tenemos aquí una de las
la ventaja de espacio que poseen las blancas, posiciones claves de todo el sistema, en la que
en esencia, no es importante, y ambos bandos la teoría tradicionalmente ha concentrado la
tienen peones débiles. atención en 1 0. lb bd2, 0-0 1 1 . itc2, f5.
1 0. it c4, . . . 1 0 . .l::!, e1 , 0-0 1 1 . lbd4, . . .
Sobreproteger e l punto d 5 n o ayuda a soste Las blancas quieren verse las caras con el
ner la iniciativa. Si las blancas aún tienen pre caballo de e4. Las réplicas 1 1 . . . . , lb xd4, 1 1 .
tensiones, deberían preferi r 1 0. itd3, d6 ( 1 0. . . . , lb a5 y 1 1 . . . . , �ea no libran al bando ne
. . . , c6 1 1 . lbe2) 1 1 . lbe2, lbd7 1 2. 0-0, lbf6 gro de dificultades; por otra parte, le aguarda
1 3. lbc3, seguido de 1 4. V!f/f4. la más desagradable conmoción en caso de
1 0 . . . . , d6 1 1 . lb e2, lbd7 1 2. 0-0, lbf6 1 1 . . . . , �d7?? 1 2. lb xe6 y 1 3 . .l::!, xe4. De ahí
1 3. lbc3, a6 que el sacrificio de pieza que sigue parezca de
A estas alturas son las negras las que inten lo más atractivo.
tan mantener algo de actividad, pero la partida 1 1 . . . . , lbxe5 1 2. f3, itd6 (D)
pronto concluye de manera pacífica.
1 4. b4, b5 1 5. it b3, it b7 1 6. a4, bxa4
1 7. .l::!, xa4, c6 1'2-1'2
Merece la pena mencionar que luego de 1 .
c4, e5 2. lbc3, it b4 3. lb d5 se ha empleado
en la práctica casi toda réplica imaginable, y
se ha encontrado una explicación lógica para
todas y cada una. No es la razón menos im
portante de que exista un interés tan genuino
por 2 . . . . , it b4 el hecho de que muchas co
sas dependen de cómo se valore en la actua
lidad esta jugada: afecta al prestigio de los
sistemas 2. lb c3 y 2. g3 e incl uso -hasta
cierto punto- al de la propia Apertura Inglesa.
1 16 P R E PA R A C I Ó N C R E AT I VA D E A P E RT U R A S
La Variante Breslau, que figuraba como un punto es 1 6. M f1 ! , pues el ataque que vienen
«éxito» en la teoría de aperturas de 1 9 1 3. En dirigiendo a gran escala entra entonces en un
opinión de Tarrasch, «da un ataque tan fuerte callejón sin salida. Esta vieja « i nnovación »
a las negras que difícilmente habrá alguien ocu rrió en una de las partidas de entrena
que llevando blancas corra el riesgo de permi miento de Botvínnik, que permaneció inédita
tirla en una partida seria» . Junto con los análi durante mucho tiempo.
sis que lo apoyan, este juicio encontraría 16 . . . . , cxd4 1 7. �f2, �xg4?! (D)
cabida en todos los manuales de aperturas. Esto sigue por completo el espíritu de todo
De una inspección más detenida años más el juego precedente de las negras, pero de
tarde, sin embargo, resultó que el ataque, de manera objetiva, lamentablemente, su mejor
hecho, no es ni por asomo tan peligroso como opción en este estadio parece ser la prosaica
imaginó uno de sus inventores. variante 1 7 . . . . , �xf2+ 1 8. <;;t> xf2, tlJ d3+ 1 9.
1 3. fxe4, Jtg4 c;t>f1 , t¿jxe1 20. c;t>xe1 , dxc3 2 1 . tb xc3, dxe4,
1 3 . . . . , �h4. otra recomendación de Ta reconociendo la apremiante necesidad de lu
rrasch, se probó en la partida, reciente en char por las tablas en el final .
comparación , Jaracz-Krasenkow, Cto. de Po
lonia, Glogow, 200 1 . Cómo planeaban las ne
gras contestar a 1 4. g3, �h3 1 5. itf4 o 1 5.
exd5 no se sabe, puesto que las blancas con
tinuaron con la ineficaz línea 1 4. M f1 ? ! , t¿j g4
1 5. h3, �g3 1 6. hxg4, dxe4 1 7. t¿jf3? ! , exf3
1 8. M xf3, �h2+, después de la cual no pu
dieron defenderse.
1 4. �d2, �h4 1 5. h3, c5
En una partida de los mismos jugadores dis
putada un año antes se había examinado 1 5 .
. . . , itd7. Siguió 1 6. itxd5, c6 1 7. itb3, c5
1 8. t¿jf5, itxf5 1 9. exf5, t¿j d3 20. M e3, c4
2 1 . itc2, itc5 22. itxd3, cxd3 23. �f2,
�f6, y la lucha acabó en tablas (Wolf-Ta
rrasch , Tepl itz-Schónau , 1 922) . Las negras 1 8. itd1 ?, . . .
también han probado 1 5 . . . . , M ae8, pero al fi Las blancas replican con u n craso error que
nal parece probable que las complicaciones tiene consecuencias muy graves. Están per
resultantes siempre redundarán en beneficio diendo precioso tiempo. Al proteger f3, pueden
de las blancas. recobrar uno de los peones, pero pronto ten
1 6. hxg4, . . . drán que ceder otro sin obtener espacio para
1 6. �f2?!, �xf2+ 1 7. c;t>xf2, cauteloso en respirar, puesto que al adversario le quedan
exceso, no soluciona los problemas de la de demasiadas posibilidades activas.
fensa y no hace más que entregar en balde Las blancas también fracasan con 1 8. �f5,
las conquistas materiales de las blancas: 1 7 . �h4, pues la dama tiene que volver ( 1 9.
. . . , itd7 1 8. t¿jf5, itxf5 1 9. exf5, t¿jd3+ 20. �f2). Sin embargo, mediante 1 8. �f4! consi
c;t>f1 , t¿jxe1 2 1 . c;t>xe1 , M fe8+ (Collijn). Por guen perturbar la coordinación de las piezas
otra parte, no hay ninguna necesidad espe negras. Para demostrarlo, veamos una varian
cial de criticar la jugada de la partida, puesto te bastante larga: 1 8 . . . . , �g6 ( 1 8 . . . . , �h5
que me parece que pod ía reforzarse el juego 1 9. cxd4} 1 9. �g5, t¿jd3 20. �xg6, hxg6 21 .
de las blancas más adelante. No obstante , M d 1 , tbxc1 , y ahora 22. it xd5! (más fuerte
señalaré que la jugada más desagradable que 22. M xc1 , itc5 23. c;t>f1 , dxe4 24. cxd4,
que tendrían que afrontar las negras en este itxd4 25. t¿j c3) 22 . . . . , tb e2+ 23. c;t>f2, dxc3
4 . ESTRUCTURAS D E APERTURA 1 17
nada hay que impida a las negras hacer eso Ahora son las negras las que tienen un pro
mismo, aunque, desde luego, los verdaderos blema. Después de 9 . . . . , él:\xe4 1 0. dxe5,
partidarios de la Variante Abierta (y de 9 . . . . , il,e6 1 1 . él:\d4 estarán jugando el ataque de
il,e? en particular) seguirán teniendo que bus Tarrasch que acabamos de examinar en vez
car mejoras para el juego de las negras si no del Marshall, que es el que estaban a punto de
quieren conformarse con 1 O. . . . , él:\c5 1 1 . lanzar. Es comprensible que pueda parecerles
il,c2, il,g4, más modesto, en lugar de 1 0 . . . . , que esta sustitución no les da nada de pleno
0-0. valor en el estado actual de la teoría; sin em
Todo lo que llevamos dicho no es suficiente bargo, desviarse con 9 . . . . , dxe4 no es bueno
para espolear a los analistas modernos a inte en vista de 1 0. él:\ xe5, il, b? 1 1 . él:\ d2. De to
resarse de nuevo por controversias de apertu dos modos, en la posición del diagrama, quiso
ra que proceden de un pasado lejano, y es la suerte que existiera una manera más satis
muy probable que la Variante Breslau hubiera factoria de desviarse.
seguido siendo un objeto semiolvidado del mu 9 . . . . , exd4 1 0. e5, él:\e4 1 1 . cxd4, . . .
seo de la teoría ajedrecística si no fuese prima E n ocasiones, las blancas toman con e l ca
de otra l ínea de la Ruy López de mucha más ballo, pero al no estar el alfil negro en e6 eso no
actualidad. tiene sentido. Hace ya bastante tiempo que se
conoce la variante de la partida, pero mientras
Luther-Vajda que antes ningún bando le había otorgado mu
Cto. de Rumanía por Equipos, Tusnad, 2005 cha importancia, en el presente momento se ha
Apertura Española [C89] convertido en objeto de gran investigación. Las
negras tienen que aportar pruebas concretas
1 . e4, e5 2. él:\ f3, él:\ c6 3. iL b5, a6 4. iL a4, de que las tentativas de obtener ventaja que
él:\f6 5. 0-0, il,e7 6 . .l::!: e1 , b5 7. il, b3, 0-0 realizan las blancas son baldías aquí.
8. c3, d5 11 . . . . , il,g4
Aquí está la línea que no ha perdido popula La contestación más natural , aunque 1 1 . . . . ,
ridad con el correr de los años y sigue siendo un il,f5, sencilla, no merece menos atención.
verdadero incordio para todo aquel que juega la 1 2. él:\c3, il,xf3
Ruy López con blancas. Como es bien sabido, Esto tampoco es obligatorio; 1 2 . . . . , él:\xc3
una de las posibles maneras de hacer frente a (no 1 2 . . . . , il, b4?! 1 3. él:\ xe4) 1 3. bxc3, �d7
un problema molesto es sustituirlo por otro que es jugable. Tras doblarse los peones surge una
sea más fácil de solucionar. Eso es lo que se situación de lo más confusa, pero las negras
proponen hacer las blancas a continuación. tienen que ponerse a la defensiva al instante.
9. d4, . . . (D) 1 3. gxf3, él:\xc3 1 4. bxc3, . . (D)
.
4 . E S T R U C T U RA S D E A P E RT U R A 1 19
Ahues-Engels
Bad Nauheim, 1 935
[004]
11 . . . . , éLJ g4?!
1 . d4, lLi f6 2. lZJ f3, d5 3. e3, c5 4. lZJ bd2, Ya sabemos cómo evaluar esta situación si
lZJc6 5. c3, e6 6 . .id3, 'fic7 7. 0-0, .ie7 el alfil negro está en c5 y el peón en a6 (véase
8. dxc5, .ixc5 9. e4, . . . el comentario a la jugada 9 de las blancas en
4 . E S T R U C T U RA S D E A P E RT U R A 123
Smagin-Eingorn), y, en principio, retirar el alfil a La analogía con las dos últimas partidas em
b6 no altera nada. En realidad, las negras de pieza a ser obvia, así que señalaré que, en la
berían haber preferido otra continuación , con práctica, esta posición y otras parecidas se
la que -de hecho- ya estamos familiarizados: han dado, desde luego, con mucha menos fre
1 1 . . . . , lZ:Jd7!? 1 2. Jixh7+ ( 1 2 . ,U e1 , f6) , cuencia. A veces, de hecho, han cobrado una
�xh7 1 3. CZJg5+, @g6 1 4. �d3+, f5 1 5. forma que es todavía más favorable para las
CZJxe6, �xe5. blancas: 7. Jid2, dxc4 8. Ji xc4, e5 9. 0-0,
1 2. Jixh7+, � xh7 1 3. CZJg5+, � g8 1 4. 0-0; Von Scheve-Von Bardeleben, Dresde,
�xg4, �xe5 1 5. '?ih5, �f5 1 6. lZ:Jdf3, . . . 1 892. Sin embargo, devolvamos el alfil a c1 ,
La amenaza lZ:J h4 pende sobre l a cabeza como en la presente partida.
del segundo jugador. En este punto, 1 6 . . . . , f6
1 7. lZ:J h4, �d3 1 8. CZJg6 es malo para él, y
también le costaría defenderse después de 1 6 .
. . . , Jid8 1 7. Jie3, Jixg5 1 8. lZ:J xg5. Para
evitar lo peor, decide ofrecer el cambio de las
damas.
1 6 . . . . , �g6
La transición al final garantiza la seguridad
del rey negro, pero da por resultado una posi
ción desagradable.
1 7. �xg6, fxg6 1 8. Jie3, Jic7 1 9.
,U ad1 , . . .
Con ventaja de las blancas (1'2-1'2 , 72 juga
das).
Es evidente que la ventaja que obtuvieron
las blancas en la apertura no sirvió de nada; Por extraño que parezca, en una época se
en este caso no consiguieron utilizar su tiempo acostumbraba a deci r que las negras pod ían
suplementario de apertura. En el ejemplo si igualar con facilidad después de (a modo de
guiente, el jugador que adopta el mismo es ejemplo) 1 0. h3, exd4 1 1 . lZ:J xd4, lZ:J e5 1 2.
quema no tendrá ese tiempo en absoluto Jie2, lZ:Jg6, como en Forintos-Korchnói , Mos
porque, sorprendentemente, los colores están cú, 1 975. Por alguna razón, 1 1 . exd4, más
cambiados. fuerte, escapó a la atención de los teóricos.
Parece que les distrajo el hecho de que los co
Polugaevski-Pintér lores están invertidos.
lnterzonal, Zagreb, 1 987 1 0. Ji b3!?, . . .
Gambito de Dama [D46] La retirada profiláctica e s más útil , ya que
preserva al alfil de un posible ataque en el futu
1 . d4, CZJ f6 2. c4, e6 3. CZJ f3, d5 4. CZJ c3, c6 ro. Ahora 1 O . . . ., exd4 ?! 1 1 . exd4 da clara ven
5. e3, lZ:J bd7 6. �c2, Jid6 7. Jie2, . . . taja a las blancas de inmediato. De todas
Tendremos ocasión d e comentar 7 . g 4 y formas, merece la pena mencionar la conti
otras variantes en el capítulo 5. nuación temática 1 0. h3, exd4 1 1 . exd4, CLJ b6
7. . . . , 0-0 8. 0-0, dxc4 1 2. Ji b3, h6!? Las negras desean fortificar su
Las negras no siguen los mejores precep posición con 1 3 . . . . , CZJ bd5. El tentador sacrifi
tos. Un esquema más flexible es 8 . . . . , .U e8, o cio de pieza 1 3. Jixh6!? es más peligroso en
bien 8 . . . . , �e7; 8 . . . . , e5 directa, que va en este caso debido a que se ha intercalado dis
una dirección estratégica de todo punto distin cretamente h3, pero sigue sin garantizar ver
ta, tampoco es mala. daderas posibilidades de ganar.
9. Jixc4, e5 (D) 1 0 . . . . , �e7
1 24 P R E PA R A C I Ó N C R E AT I VA D E A P E RT U R A S
¿En qué medida lo lograrán? El veredicto so En este punto, el juego de las blancas mere
bre esta posición -y también, en gran parte, ce crítica; 20. JÍi,c2 era más lógica.
sobre toda la variante que empieza por 1 1 . 20 . . . . , t¿jf5 21 . ii,c1 ?!, . . .
Jt d2- depende de la respuesta. Hasta el mo D e nuevo era más fuerte 21 . ii,c2; s i enton
mento, gracias precisamente a esta partida, la ces 21 . . . . , tLl d4, hay 22. JÍi,d3, seguida de
línea se viene considerando mejor para las 23. ii,e3, echando al caballo enemigo. Des
blancas. pués de la próxima jugada de las negras es
1 7 . . . . , t¿j h6?! (D) demasiado tarde para hacer esta maniobra.
Era mejor parar la ofensiva de peones blan 21 . . . . , g ad8 22. g xd8, g xd8 (D)
ca mediante 1 7 . . . . , h5, que, a la vez, da una
salida al rey. Puede seguir:
a) 1 8. g fe1 , g d8 (mejor que 1 8 . . . . , t¿j h6
1 9. g ad 1 , g d8 20. d5!; lbragimov-Gelashvili,
Kavala, 1 999) 1 9. g e?, t¿jh6 20. f5, t¿j xf5
21 . g xf7, tLld5 22. g e?, t¿jxd4.
b) 1 8. g ad1 (con idea de preparar el avan-
ce d5) 1 8 . . . . , g d8 ( 1 8 . . . . , JÍi,e6) 1 9. JÍi,c1 ,
ii,e6 (en cambio, 1 9 . . . . , t¿j d5 20. t¿jxd5,
cxd5 21 . g fe1 , t¿j h6 es bastante seguro, pe
ro pasivo) 20. Jtxe6, fxe6.
Esta superficial decisión condena a las ne
gras a defenderse de manera prolongada y
con pocas perspectivas de éxito. Las blancas
rompen enseguida en el centro, tras de lo cual
la ventaja de la pareja de alfiles se convierte 23. f3, . . .
en el factor más significativo de la posición. En situaciones así, el j ugador q u e tiene
los alfiles suele i ntentar cambiar todas las
torres y llevar el rey al centro , pero de mo
mento las blancas se abstienen de entrar en
una variante como 23. g d 1 , g xd 1 + 24.
JÍi,xd1 , h5 25. JÍi,c2, g6; captu rar en f5 no
les promete mucho, pero, si no, es difícil se
guir prog resando. Sin embargo, incluso des
pués de la jugada de la partida, las negras
pod ían haber superado los problemas sin
demasiadas d ificu ltades mediante 23. . .. ,
tLl d4 24. g d 1 , g d7 25. JÍi,c4, b5 26. JÍi,d3,
b4 27. t¿j e2 , t¿j e6 g racias a la creciente ac
tividad de sus piezas .
23 . . . . , h5?! 24. @f2, . . .
E n este estadio, hay que planificar bien las
1 8. d5!, . . . acciones si las negras quieren hacer tablas en
Aprovechando l a oportunidad para desem el final . Podrían probar, por ejemplo, 24 . . . . ,
barazarse del peón aislado; a 1 8 . . . . , cxd5 se h4! ?, seguida de emplazar un caballo en g3 y
contestaría 1 9. t¿jxd5, t¿jxd5 20. JÍi,xd5, mantener el control del punto f5, que es de vi
g d8 21 . g fe1 , y si 21 . . . . , @ h8, 22. g ac1 tal importancia: 25. g e1 (25. ii,c2, t¿j g3), b5
(Polugaevski). 26. JÍi,c2, t¿jg3. En cambio, hacen una jugada
18 . . . . , JÍi,d7 1 9. dxc6, Jtxc6 20. g ad1 , . . . completamente inútil.
1 26 P R E P A R A C I Ó N C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
24 . . . . , c;t> f8?! 25. j, c2, . . . (D) tica ha sido relativamente pequeña, pero otras
posiciones similares han gozado de una popu
laridad mucho mayor.
Naiditsch-L. Milov
Griesheim, 2002
Defensa Siciliana [844]
1 . e4, c5 2. t¿j f3, e6 3. d4, cxd4 4. t¿j xd4,
t¿j c6 5. t¿j b5, d6 6. c4, . . . (D)
25. . . . , t¿j d4
Habiendo las torres en el tablero, 25 . . . . , g6
26. j,xf5, gxf5 es desagradable; 26. l'.'í. e1 ,
sencilla, tampoco es mala para las blancas.
26. l'.'í. d1 , c;J;; e7 27. j, b1 , . . .
La posición del segundo jugador ya es difícil
de sostener, puesto que no es fácil sugerir una
idea posicional que mereciera estudio. Si aca
so, las negras podrían intentar cambiar el ca
ballo blanco mediante 27 . . . . , tlJ b5 directa El binomio de peones e4-c4 caracteriza la
(Polugaevski). llamada Formación Maróczy. A fin de obtener
27 . . . . , b6?! 28. f5, t¿j b5 29. l'.'í. xd8, c;t> xd8 la, a las blancas no les molesta perder tiempo
30. lZ:J e2!, . . . en la apertura; más aún, en la jugada siguien
Y las blancas tienen l a posición ganada ( 1 - O, te están preparadas para enviar al caballo del
83 jugadas). centro al exilio en la banda del tablero.
En estos últimos ejemplos, el empleo de una 6 . . . . , t¿j f6 7. t¿j 1 c3, a6 8. t¿j a3, . . .
disposición de las piezas y los peones idéntica La idea d e las blancas es establecer u n firme
por completo -primero por parte de las negras, control de los puntos d5 y b5, de importancia
luego por parte de las blancas- hizo que sur estratégica. Teniendo esto presente, 8. t¿j d4
gieran de manera inevitable problemas estra parece ilógica, por lo menos debido a 8 . . . . ,
tégicos y tácticos comunes. No hubo nada j,e? 9. j,e2, 0-0 1 0. 0-0, d5, con igualdad.
sorprendente (a menos que se cuenten los co 8 . . . . , b6
lores cambiados) en el hecho de que estas Puede darse una aguda escaramuza con 8 .
posiciones dieran pie a variantes que no sola . . . , d5! ? 9. exd5, exd5 1 0. cxd5, t¿j b4 1 1 .
mente se parecían mucho, sino que incluso j,e2, t¿jfxd5 1 2. 0-0, j,e6 1 3. 'i/a4+, b5 1 4.
coincid ían hasta en los menores detalles. Po t¿jaxb5, axb5 1 5. j,xb5+, c;t>e7 1 6. lZ:J xd5+,
dría decirse que nos hemos familiarizado con lZ:Jxd5 1 7. 1iVe4, f5 1 8. 1iVf3, c;t>f7 1 9. l'.'í. d 1 .
toda una clase de posiciones de apertura. Es En esta partida, las negras van a tratar de
tas posiciones deben sus ideas al Sistema Co contraatacar más adelante, mientras que las
lle, que hoy en día está semiolvidado, pero blancas, a su vez, esperan impedirlo e ir com
han rebasado sus límites y adqui rido el rango primiendo poco a poco la posición del adver
de arquetipo. La esfera de su aplicación prác- sario.
4 . E S T R U C T U R A S D E A P E RT U R A 1 27
9. Jl,e2, Jl, b7 1 0. 0-0, Jl,e7 1 1 . Jl,e3, . . . cuencia no parece menos artificiosa: 1 3. 'ij'b3,
(D) lZJ ed7 1 4. .M fd1 , emplazando la pieza más
fuerte de las blancas junto al caballo de a3.
1 3 . . . . , lZJed7 1 4. l:Í, fd1 , l:i, eB 1 5. �d2, . .
.
(D)
apertu ra que adopta el bando negro. Ade tructu ras en las que subyacen ideas diferen
más, a menudo pueden jugarse en el orden tes: 5 . . . ., g6, 5 . . . . , a6, 5 . . . . , e6, 5 . . . . , ct'i c6.
que se quiera y (y esto es capital) de forma A su vez, cada una de ellas se divide luego
casi independiente por completo de los de en ramas independientes. Las negras son li
seos del adversario. bres de seleccionar cualquiera de ellas, mien
As í, aunque las variantes que implican un tras que las blancas tienen que mantenerlo
enfrentamiento « Maróczy- Erizo» pueden todo constantemente en la cabeza -una em
surgir a parti r de apertu ras muy distintas, to panada de largas l íneas teóricas sin apenas
das presentan una clase de posición que conexión entre sí-. No es de extrañar que, en
posee su propia « infraestructura» bien desa una época, el deseo de evitar este pu rgatorio
rrollada en forma de métodos corrientes de llevase a las blancas a estudiar con intensi
ataque y defensa, maniobras características dad el sistema 2. c3, que en conjunto es bas
e ideas estratégicas . Nótese que al decir to tante inofensivo. Hace poco, sin embargo,
do esto no estamos discutiendo en absoluto han descubierto otro remedio, una « llave
las virtudes y los defectos puramente objeti maestra» que, de hecho, siempre encaja en
vos de la formación en sí. Hace mucho tiem la Defensa Sicil iana, además, quizá, del or
po, Stein itz trabajó sobre esq uemas de den inicial 2 . . . . , e6 3. d4, cxd4 4. tt'ixd4, a6.
apertura análogos, y después de él lo hizo S . . . . , tt'ic6 6. f3, . . .
Réti . En nuestro propio tiempo, los j ugado P rácticamente a cualq uier otra quinta ju
res que buscan un sistema autónomo y muy gada de las negras podría haberse respondi
ve rsátil a veces adoptan variantes como 1 . do de la misma manera. Las blancas tienen la
e4, e6 2 . d3, d5 3 . tt'id2 o 3. '{jle2, pero intención de hacer .i,e3, '{jld2, 0-0-0 y g4.
ahora m i raremos un ejemplo distinto de esta Contestarán a las actividades del adversario
tendencia. solamente cuando tengan que hacerlo. Su
plan cuadra con la clásica Variante del Dra
Morozévich-Alexeev gón (6 . . . . , g6 7 . .i,e3, .i,g7 8. '{jld2} y el
Cto. de Rusia por Equipos, Sochi, 2004 moderno Ataque Inglés (6 . . . . , e6 7 . .i, e3). Si
Defensa Siciliana [856] quieren eludir estas l íneas, las negras conti
núan como en la presente partida o prueban
1 . e4, es 2. ct'if3, d6 3. d4, cxd4 4. ct'i xd4, 6 . . . ., tt'ixd4 7. '{jlxd4, g6.
tt'if6 S. tt'ic3, . . . (D) 6 . . . . , es
La posición recuerda ahora el Sistema Bo
leslavski (6 . .i,e2, e5) , con la diferencia de
que en este caso las blancas están listas para
jugar tt'id5 de inmediato.
7. tt'i b3, .i,e7
En particular, a 7 . . . . , .i,e6 se responde bien
mediante 8. tt'id5, .i,xd5 9. exd5, tt'ie7 1 O .
.i,g5.
8 . .i,e3, .i,e6
La continuación 8 . . . . , 0-0 9. '{jld2, a5 1 O .
.i, b5 es más popular, pero también tiene sen
tido lo que eligen las negras aquí. La variante
9. '{jld2, d5 1 0. exd5, tt'ixd5 1 1 . tt'ixd5, '{jlxd5
no representa ningún peligro para ellas (en
contraste con la l ínea análoga en la que han
Una posición fundamental que puede servir jugado 5 . . . . , a6) , y 9. tt'id5, .i,xd5 1 O. exd5,
de punto de partida común de numerosas es- tt'i b4 1 1 . c4, a5 conduce a un juego complejo
1 30 P R E P A R A C I Ó N C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
en el que ambos bandos tienen sus oportuni tregaría la iniciativa a las negras después de
dades. Las blancas, sin embargo, encuentran 1 2 . . . . , !I cB o 1 2 . . . . , 'ii c 7.
un medio de realizar su esquema multiuso ba 11 . . . . , �c4
sado en el enroque por el flanco de dama. Inicio de unas maniobras bastante extrañas
9. 1ljle2!?, 0-0 que acaban redundando en beneficio de las
Lo más sencillo. Hay complicaciones intere blancas. De nuevo, 1 1 . . . . , !I c8 parece una
santes después de 9 . . . . , a5 1 0. 0-0-0 (1 0. opción más lógica y prometedora, con objeto
1ljlb5, �d7), a4!? 1 1 . tbc5, a3 1 2. b3, 'ii a 5. de situar el caballo en c4 después de todo; a
1 0. 0-0-0, . . . (D) modo de ejemplo: 1 2. tb xe6, fxe6 1 3. g3? ! ,
tb c4 1 4. �h3, @f7!, y siguiendo con 1 5 . . . . ,
�a5, las negras incluso habrían obtenido
ventaja.
1 2. 1ljle1 , . . .
Esencial , puesto que luego d e 1 2. 1ljlf2,
�xf1 1 3. !I hxf1 , tb c4 las blancas tendrían
que hacer frente a amenazas tácticas suple
mentarias.
1 2 . . . . , 1ljlc7?! (D)
La raíz de los subsiguientes problemas de
las negras. Incluso aquí merecía la pena estu
diar 1 2 . . . . , �xf1 1 3. !I xf1 , tb c4, y también
había otras l íneas jugables; simplemente, no
convenía comprometer la dama de antemano.
26. bxc3, . . .
Dada l a indefensión del adversario, las blan
cas podrían haber concluido la batalla ense
guida con, digamos, 26. l::í, g2!?, l¿jf8 27.
Vj'e7+, cb h8 28. l::í, xd6. En vez de eso, se to
man su tiempo.
26 . . . . , j,f7 (?)
Capitulación. Las negras podían haber se
guido resistiendo con 26 . . . . , cbf7!, que, por lo
menos, rechaza los intentos directos del ad
versario (27. l::í, xh5, l¿jf8 o 27. f4, 'ijlxe4 28.
fxe5, �g4).
27. 'ijl h6+, @ gB 28. l::í, xh5, gxh5 29 .
.ii x b5, axb5 30. l::í. g1 +, j, g6 31 . �xg6+,
1 6 . . . . , l¿jd7? @fB 32. �g8+, 1 - O
Había que aprovechar la oportunidad de en La partida moderna de ajed rez significa la
torpecer el ataque enemigo con 1 6 . . . . , l¿j h5. apertu ra por encima de todo; de ahí que uno
1 7. � b1 , a6 1 8. h4, 'iVc6 de los ingredientes principales para triunfar
De todo punto absurda; la única jugada que en el juego práctico sea tener un repertorio
da posibilidades es 1 8 . . . . , b5. de apertu ras bien planificado. Seleccionar las
1 9. 1::í. h2, b5 20. h5, ii dB apertu ras que a uno le gustan es algo muy
Ya no importa qué hagan las negras. Otra l í personal . No obstante, a todo jugador puede
nea mala es 20 . . . . , l¿j b6 21 . g6, h6 22. gxf7+, aconsejársele que revise la selección de ma
�xf7 23. �g3. nera crítica una y otra vez, sin olvidar que
21 . g6, . . . mientras que las nuevas y las viejas variantes
Sin dejarse distraer por jugadas como 21 . teóricas van y vienen, los problemas de la
l::í, hd2, las blancas proceden a atacar de ma apertura siempre se quedan .
nera directa.
21 . . . . , j,a5 22. 'ijlh4, j,xc3 23. h6!, fxg6
Cualquier otra cosa perdería mucho más de
prisa.
24. hxg7, h5 25. 'ijlg5, cbxg7 (D)
5 . LA PARTIDA
MODE RNA DE A J E DRE Z
El progreso no consiste en sustituir una teoría incorrecta
por una correcta, sino en sustituir una teoría incorrecta por otra que
también es incorrecta, pero más exacta.
Teoría del progreso de Hawkins
Cada nueva generación juega al ajedrez de nales capitales como el centro, la estructu ra
manera diferente de la anterior y adopta una de peones, la fuerza de cada una de las pie
actitud diferente hacia el juego, pero el senti zas y muchos otros se convi rtieron en espe
do y la importancia de los cambios que tienen cialidad de todo ajedrecista. Por otra parte, la
lugar no se aclaran enseguida. Las cosas, co joven teoría pronto mostró una deficiencia
mo se dice, hay que verlas en perspectiva, y fundamental: podía explicar los elementos in
siempre es mucho más fácil reflexionar sobre dividuales de una posición , pero a veces era
los «buenos tiempos de antaño» que evaluar incapaz de comparar con eficacia la impor
los fenómenos contemporáneos. Así que no tancia que ten ían. En la práctica, esto condu
haremos eso; simplemente comentaremos jo a menudo a curiosos resultados.
varios asuntos que, en mi opinión, son intere
santes. Tarrasch-Janowski
Viena, 1 898
Defensa Siciliana [845]
5 . 1 . Juego «científico»
1 . e4, es 2. lb c3, es 3. lLJf3, lZJ cS 4. d4,
de apertura: una escuela cxd4 5. lbxd4, lLJfS 6. lLJ db5, d6 7. i,f4, es
y su crisis 8. i,g5, . . (D)
.
1 4. b4, pero tal como va la partida la trasposi g xb1 , que es inferior) 24. �xf5, g xb1 25.
ción no es importante. g xb1 , ii,d3 26. g f1 , d5; Naiditsch-Jacubiec,
1 4. t¿j bc7+, @d7 1 5. 0-0, . . . G riesheim, 2002.
Punto d e partida del ataque que han conce Por desgracia, la original concepción de
bido las blancas. Su idea se revela en la va las blancas y toda la variante que he citado
riante 1 5 . . . . , g b7? 1 6. �h5, t¿je? 1 7. carecen de importancia teórica. Las neg ras
�xf7, .l::r xc7 ( 1 7 . . . . , @c6 1 8. g ab1 ) 1 8. rechazan las amenazas sin especiales pro
t¿j b6+, @c6 1 9. g ab1 ; Weis-Trapp, Cto. Ju blemas si no sucumben a la tentación de ce
venil, Singen, 1 985. der la dama.
Como sucede a menudo, la desag radable 1 5 . . . . , g g8!
proximidad de las piezas enemigas respecto Otras continuaciones interesantes son 1 5.
al rey hace que el segundo jugador, por ins . . . , �g5, 1 5 . . . . , .l::r xe4 y 1 5 . . . . , �h4, pero la
tinto, quiera liquidarlas enseguida mediante que eligen las negras es la solución ideal al
1 5 . . . . , �xc7. Esto ocu rrió, a modo de ejem problema de la defensa. Todas las tentativas
plo, en Baljon-Dolmátov, Ámsterdam, 1 979, de alcanzar a su rey fracasarán.
que discurrió así: 1 6. t2Jxc7, @xc? 1 7. �h5, 1 6. g3?, . . .
.l::r xe4 1 8. �xf7+, ii,e?, con aproximada 1 6. �h5, �g5 también es malo para las
igualdad . Sin embargo, en una partida más blancas. Deberían haber jugado 1 6. t¿j xb4,
reciente (Shírov-Topálov, León, ajedrez rápi t¿jxb4 1 7. t¿jd5, encaminándose de alguna
do, 2001 ) la inesperada réplica a 1 5. . . . , manera a restablecer el equilibrio de material y
�xc7 fue 1 6. c3! ? (D). quedándose con netas posibilidades de con
trajuego después de 1 7 . . . . , t¿j xd5 1 8. �xd5,
@e? 1 9. a4!? (mejor que 1 9 . .l::r ab1 , ii,e6 20.
�b7+, �f6, como en Vitolinsh-Kishnev, Yur
mala, 1 981 ) .
1 6 . . . . , g b 7 1 7. �h5, �g5
La dama negra ha encontrado el mejor em
pleo. Pronto, del ataque blanco no queda ni
rastro.
1 8. �xf7+, ii,e7 1 9. t¿j xe7, t2J xe7 20.
t¿j e6, �g6 21 . t¿jf8+, .l::í. xf8 22. '/j'xf8,
fxe4 23. g fb1 , g c7 24. a4, e3 25. fxe3,
�e4 0 - 1
Dejaremos de lado la pregunta de si 1 1 .
ii,xb5 es correcta. Observemos, simplemen
te, que después de este sacrificio de pieza la
Las negras continuaron con 1 6. . .. , g xe4 tarea de buscar la mejor jugada de la posi
( 1 6 . . . . , '/j'b7!?) 1 7. '/j'h5, @da 1 8. t2J xc7, ción se convi rtió en un asunto u rgentísimo
@xc7 1 9. �xf7+, ii,e?. En este estadio, gra para ambos jugadores . Esta responsabil idad
cias a que el bando negro ha perdido un tiem m utua es lo que explica la popularidad de
po con la jugada suplementaria de rey, el muchas variantes largas de apertura, aunque
adversario ha ganado la jugada c3, que pone al emplearlas una y otra vez los jugadores re
b4 y d4 bajo control. Está claro que esto ha basan a veces los l ímites del sentido común.
mejorado la posición de las blancas, aunque
no lo suficiente para que puedan aspirar a te
ner verdadera ventaja después de 20. g ab1 ,
ii,a6 21 . g fd 1 , g f8 22. �b3, .l::í. b8 23.
�e6, ii,c4 (en Shírov-Topálov se jugó 23 . . . . ,
138 P R E PA R A C I Ó N C R E AT I VA D E A P E RT U R A S
P. H. Nielsen-McShane 16 . . . . , .l::!, e8 1 7. � h 1 , . . .
Malmo, 2003 E s este método d e desarrollar l a iniciativa
Defensa Grünfeld [D86] el que ha renovado el interés por la l ínea,
centrado en 1 7 . . . . , .l::!, c8 1 8. ibf4, JÍi,d7 1 9.
1 . d4, ibf6 2. c4, g6 3. Gb c3, dS 4. cxdS, e5, ibc4 20. e6, con las posibilidades si
GbxdS S. e4, Gb xc3 6. bxc3, JÍi, g7 7. JÍi,c4, guientes:
. . . (D) a) 20 . . . . , Gb e5, la vieja recomendación de
Korchnói, no ha resultado del todo satisfactoria
en vista de 2 1 . exd7, V/i!ixd7 22. V/i!ib1 , Gb xd3
23. 'iVxd3, e5 24. ib e2; P. H. Nielsen-Turov,
Copenhague, 2002.
b) También hay dudas sobre 20 . . . . , JÍi, b5
21 . '?ie1 , ibd6 debido a la sorprendente con
testación 22. JÍi,b1 !! (la jugada de Sakáev; 22.
ii,xg6 es más débil : 22 . . . . , hxg6 23. tyg3,
JÍi,d3 24. Gb xd3, � h7 25. ibf4, .l::!, g8) 22 . . . . ,
JÍi,xf1 (22 . . . . , g5 23. ii,xg5) 23. Gbxg6, V/ii c7
(23 . . . . , JÍi,d3 24. ii,xd3, 'iVc7 25. h3) 24.
V/i!ig3, ibf5 25. Gb xe7+, � h8 26. ib xf5 (o 26.
V/i!ixc7, .l::!, xc7 27. Gb xf5) , '?ixg3 27. hxg3,
ii,c4 28. ii,e4, aunque hasta ahora las blan
cas no hayan transformado su ventaja en vic
En la actual idad , este sistema clásico es toria en las partidas que se han jugado con
tá recuperando la preemi nencia que tuvo en esta l ínea.
su d ía y que casi había concedido por com c) Como opción aceptable para las neg ras
pleto a su rival, la j ugada 7. ibf3, más mo no queda sino 20 . . . . , JÍi,a4. Una vez más,
derna. sigue u n sacrificio: 2 1 . Gb xg6 ! , hxg6 22.
7 . . . . , es 8. ibe2, cxd4 9. cxd4, Gb c6 ii,xg6 (D). Da una posición muy interesante,
1 0. ii,e3, o-o 1 1 . o-o, ii,g4 1 2. f3, ibas que ocurrió hace mucho en Bánnik-Novotel
1 3. JÍi,d3, JÍi,e6 1 4. dS, . . . nov, Cto . de la U RSS, Tifl is, 1 95 1 , pero que
El Ataque Sokolski. Tras m uchos años de no se anal izó por completo du rante otros
probarse en la práctica este sacrificio de cali cincuenta años.
dad, el veredicto global de los teóricos fue
que la iniciativa de las blancas pod ía com
pensar el material perdido, pero era insufi
ciente para obtener ventaja. No obstante,
esta variante, de fundamental importancia, si
guió atrayendo la atención de algunos teóri
cos hasta que un buen día una de sus
numerosas ramificaciones experimentó un
verdadero auge de teoría.
14 . . . . , ii,xa1 1 S. tvxa1 , f6 1 6. JÍi,h6, . . .
Esta posición abre una miríada d e posibili
dades de ataque para las blancas. Otras l í
neas también merecen más estudio; a modo
de ejemplo, 1 6. '?id4, JÍi,f7 1 7. JÍi, h6, e5 1 8.
V/i!if2, .l::!, e8 1 9. JÍi,b5, .l::!, e7 20. f4, como en
Van Wely-Sutovski, Dortmund, 2005.
5 . LA PART I D A M O D E R N A D E A J E D R E Z 1 39
Al verse ante la amenaza, muy real, de que (esta vez con todos los honores: ¡ sic transit
les den mate, lo menos que puede decirse es gloria mund11*), pero las negras deberían me
que las negras están obligadas a descubrir va morizar sus variantes principales por si acaso.
rias jugadas fuertes. 1 7 . . . . , j_d7?!
c1 ) 22 . . . . , tZ:le5 23. j_e4, y a continuación: En comparación con 1 7 . . . ., M ca, esto es
c1 1 ) se ha reconocido que 23 . . . . , V/Jia5, que inexacto y da a las blancas la oportunidad de
se jugó en Christiansen-Korchnói, Reggio Emi modificar su juego de manera satisfactoria.
lia, 1 9a7- 1 9aa, es insuficiente en vista de 24. 1 0. es, M CB 1 9. t¿jg3!, . . . (D)
V/ii b2, M c4 (la mejor l ínea, relativamente, es
24 . . . . , j_c2 25. j_xc2, '{j'xd5 26. '{j'b1 ,
@ ha 27. j_e4, V/ii xe6 2a. j_f5) 25. V/iif2,
M Xe4 26. fxe4, V/ii c3 27. d6, que conduce a
clara ventaja de las blancas.
c1 2) Por lo tanto, la vía principal en la que se
han concentrado las investigaciones es 23 . . . . ,
j_c2 24. j_xc2, M xc2 25. '{j'd1 , y el bando
negro puede elegir entre:
c1 21 ) 25. . . . , V/iica (25 . . . . , V/Jic7) 26. f4, M c1
27. V/ii xc1 , V/iixc1 2a. M xc1 , t¿jg4 29. h3,
t¿jxh6 30. g4, M da 31 . M c7, @fa 32. M d7.
c1 22) 25 . . . . , @ h7 26. f4! (en la partida ori
ginal, Bánnik-Novotelnov, las negras repelie
ron el ataque después de 26. V/ii xc2+?, @xh6
27. f4, t¿jg6) 26 . . . ., @xh6 27. fxe5. De repente, el caballo cambia de ruta. La
Las posiciones finales de las variantes presión posicional sobre f6 resulta más incó
«C1 21 ,, y «C1 22 » , a su vez, se han probado a moda para las negras que un asalto combina
fondo. Las blancas han intentado jugar a ga tivo al rey.
nar; las negras se han esforzado (con más 1 9 . . . , t¿j c4
.
éxito) por reivindicar su derecho a hacer ta 1 9 . . . . , V/ii c7 sería peor: 20. exf6, V/ii c3 21 .
blas. No tiene objeto reproduci r más detalles f7+ (o 21 . t¿j e4, V/ii x a1 22. M Xa1 ) , @xf7 22.
de los análisis de Sakáev, Zajartsov, G reen 'Yjb1 .
feld y otros. Lo que es interesante es otra co 20. j_xc4, M xc4 21 . tZ:le4 V/ii b 6?
,
sa: aunque la posición que surge después de Esta jugada puede considerarse la equi
22. j_xg6 comenzó a probarse en la práctica vocación decisiva. En cambio, 2 1 . . . . , j_a4!
actual en el año 2000, no fue hasta 2004 habría dado posibilidades de defenderse bas
cuando, en vez de la natural 22 . . . . , tZ:l e5, hi tante buenas; por ejemplo: 22. exf6, V/ii x d5
zo su aparición una defensa más sutil: 23. fxe7, V/ii d 4 o 22. d6, M Xe4 23. fxe4, exd6.
c2) 22 . . . . , @ ha se j ugó en Zude-Van En cualquier caso, parece que las negras con
Wely, Kuppenhei m , 2004. Luego de 23. siguen establecer una posición defendible.
V/ii e 1 , M ga 24. j_e4 (24. j_d3, V/ii x d5), 22. M d1 !, . ..
j_ea 25. V/ii h 4, M g6, los papeles se invirtie Impidiendo a l adversario cerrar l a gran dia
ron : 26. °iYh5, t¿j e5 (26 . . . ., M g5 27. j_g7+ gonal y obligándolo a devolver la calidad.
haría tablas enseguida). En este punto, con 22 . . . , M xe4 (D)
.
27. f4, M C4 2a. j_fs, M Xg2 29. j_g7+, las Si 22 . . . . , M c2, se juega 23. M b1 .
blancas pod ían haber dado jaque perpetuo
después de todo.
Parece como si 1 6. j_ h6, M ea 1 7. @h1 tu
viera que relegarse a los archivos una vez más • Así pasa la gloria del mundo. (N. del t.)
1 40 P R E P A R A C I Ó N C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
Nakamura-Sashikiran
Copenhague-Malm6, 2005
Apertura del Peón de Rey [C20]
1 . e4, es 2. �hS, . . (D)
.
a) 9. Vjd5? , Jib7 (9 . . . . , 1iVh4) 1 0. 1iVxb7, Estamos ante una posición teórica que se
c6. ha producido en gran parte por medios artifi
b) 9. 1iVg4, Jib7 1 0. Jib3, 1iVe7 1 1 . tl:Jc3, ciales, y en la que el bando blanco no puede
tl:Jxc3 1 2. bxc3, 0-0-0; Van der Weide-Piket, eludir una lucha cuerpo a cuerpo. Hasta la fe
Cto. de Holanda, Leeuwarden, 1 997. cha, sin embargo, las blancas no han logrado
c) 9. Jib3, Ji b7 1 0. Jid5 (1 0. tl:Jc3, tl:Jxc3 refutar el arriesgado juego que el adversario
1 1 . bxc3, 0-0) , tl:Jxf2 1 1 . l:í. xf2, Jixf2+ 1 2. ha desplegado en la apertura.
@xf2, 1iVh4+ 1 3. @f1 , y el curso más sencillo 8. d4, . . .
para las negras es 1 3 . . . . , c6!? 1 4. Ji b3, D a lugar a l a larga secuencia que sigue.
1iVxh2, con lo que es probable que haya ta Otras líneas que se han jugado, sin especial
blas. éxito, son 8. a4 y 8. exd5, 1iVxd5 9. a4!?, b4
6. c3, b5 1 O. d4, exd4 1 1 . Ji b3.
El alfil de a4 tiene ahora dos casillas para re 8 . . . . , dxe4 9. tl:J xe5, . . .
tirarse, no una, y las blancas han obtenido el Nada s e consigue con 9 . tl:J bd2, exf3 1 0.
derecho a elegir. 1iVxf3, Jie7 o 9. dxc5, 1iVxd 1 (9 . . . . , exf3!?)
7. Jic2, . . . 1 O. Jixd1 , exf3 1 1 . Jixf3, e4. Más interesante
Una continuación que n o debería preocupar es 9. dxe5!?, exf3 (9 . . . . , 1iVxd 1 1 0. l:í, xd 1 ,
a las negras en exceso es la variante simplifi Jixf2+ 1 1 . �f1 , tl:J g4 1 2. Jixe4, Ji b? 1 3.
cadora 7. d4, bxa4 8. dxc5, 1iVe7 9. 1iVxa4, h3, tl:Je3+ 1 4. Jixe3, Jixe3 1 5. a4) 1 0. exf6,
1iVxc5. 1iVxf6 1 1 . l:í, e1 +, conservando la iniciativa.
7. . . . , d5 (D) 9 . . . . , tl:J xe5 1 0. dxe5, 1iVxd1 1 1 . l:í, xd1 ,
Después de 7 . . . . , d6 8. d4, Ji b6 9. a4, la tl:J g4 1 2. Jlxe4, tl:Jxf2
posición del alfil en c2 (en vez de en b3) , en Las negras no tienen la intención de confor
general , resulta que favorece a las blancas, marse voluntariamente con tener una posición
puesto que en muchos casos pueden montar un tanto peor después de 1 2. . . . , l:í. b8 1 3.
con rapidez un ataque contra el débil peón de Jic6+, @e? 1 4. Jlg5+, @e6 1 5. Ji h4,
b5. Si las negras comparten esta opinión o al tl:J xe5. Prefieren, en cambio, ceder la calidad
gunas variantes concretas como 9 . . . . , Jig4 y cuentan con activar al máximo las piezas
1 0. h3!?, Jih5 ( 1 0 . . . . , Jixf3 1 1 . 1Vxf3, exd4 luego de que las blancas acepten el sacrificio.
1 2. axb5, axb5?! 1 3. l:í, xa8, 1iVxa8 1 4. e5) 1 1 . 1 3. Jic6+, @e7 1 4. l:í, d5, Ji b6 (D)
d5 no son de su gusto, la continuación más
convincente que tienen es la contraofensiva en
el centro.
1 5. Jlxa8, . . .
Momento crítico. La tentativa d e organizar
un ataque al rey negro mediante 1 5. Jlg5+, f6
5 . LA PART I D A M O D E R N A D E A J E D R E Z 145
1 6. ext6+, gxt6 1 1. A h4, tt:Jg4+ 1 8. @ h 1 , ner el caballo en juego cuanto antes es de im
U b8 1 9. tlJd2, Ae6 20. U h5 alcanza su ob portancia crítica. En este sentido, merecía la
jetivo después de la errónea línea 20 . . . . , @f7 pena estudiar 20. U g3, U d8 21 . t¿jc2, U d2
21 . h3, t¿je5 22. U h6, t¿jg6 23. U f1 , que ocu (2 1 . . . . , c5) 22. t¿j d4, intentando recuperar la
rrió en Svidler-Grishchuk, Biel, 2001 . Sin embar iniciativa.
go, 20 . . . . , Af2 es lo bastante buena para las 20. U dd1 , Ae3
negras, como lo es 20 . . . . , t¿jf2+ 21 . Axt2, 20 . . . . , Ag4 también es bastante buena;
Axt2, Lautier-Onishchuk, Poikovski, 2004. ofrece concertar la paz enseguida después de
Una vez capturada la torre de a8, surge una 21 . U d3 (21 . U e1 , U d8), Afs.
situación atípica; las blancas, desde luego, no 21 . U a1 , At4 22. g3, Axes 23. U d2,
están peor, pero tienen muy pocas posibilida U da (D)
des de obtener ventaja.
1 5 . . . . , t¿jd3+ 1 6. @f1 , t¿jxc1 1 7. t¿ja3, . . .
Las blancas siguen con l a secuencia forza
da. No pueden esperar más que la igualdad de
1 7. U d 1 , Af5 1 8. U xc1 , U xa8 1 9. tlJd2,
Ad3+ 20. @e1 , Ae3 o 1 7. t¿j d2, Ae6 1 8.
U xc1 , Axd5 1 9. Axd5, U d8.
17 . . . . , Ae6 1 8. U xc1 , U xa8 1 9. U d3, . . .
Proponiéndose contestar a 1 9 . . . . , Axa2
20. c4. Aunque las negras tendrían entonces
buenas posibilidades de hacer tablas después
de 20 . . . . , b4 21 . c5 (o 2 1 . U a1 , bxa3 22.
U xa2, axb2 23. U xb2, @e6) 21 . . . . , bxa3
22. U xa3, Ad5 23. cxb6, cxb6, no conside
ran necesario pasar así a la defensa.
19 . . . . , Af5 (D) 24. c;t>e1 , . . .
E s difícil llamar a esto mejora e n relación
con la partida Sh írov-Onishchuk, Cto. de Ale
mania por Equipos 1 999-2000, que se jugó un
poco antes. En ella se continuó con 24. @e2,
Ag4+ 25. @e3, Ad6 26. t¿j c2, f5 27. t¿j d4,
U f8 28. U f1 , g5 29. U df2, f4+. Si las blan
cas pudiesen idear un plan global prometedor
en este final, sin duda constituiría una novedad
más valiosa.
24 . . . . , h5 25. t¿j c2, Axc2
Aunque se cambie uno de los alfiles, el otro
sigue en su puesto de mando y llevará a cabo
de manera satisfactoria las funciones de con
trolador, dirigiendo los ataques en cada ala.
26. U xc2, h4 27. U e2, @f6 28. gxh4,
La variante teórica todavía no ha tocado a U ha 29. h3, U xh4 30. U e3, b4
su fin. De momento, está claro que los alfiles Y la lucha terminó en tablas (1'2-1/2 , 40 juga
negros impresionan más que las torres blan das).
cas, que no tienen manera de salir y encontrar Numerosos tipos de variantes de apertura
espacio para maniobrar. Desde el punto de están sometidos constantemente a un duro
vista de las blancas, la pregunta de cómo po- proceso de selección natu ral . Las que gozan
1 46 P R E P A R A C I Ó N C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
de popularidad son aquellas en las que los ju dxe4 1 0. Q'Jxe4, i,b7 1 1 . Q'J eg5!?, c5 1 2. d5,
gadores se las ingenian para idear nuevas e exd5 1 3. cxd5, h6 1 4. Q'Jxf7, y las blancas con
interesantes secuencias de jugadas -o acier siguieron desarrollar un fuerte ataque. En la par
tan a alargar bien las antiguas- con la ayuda tida que nos ocupa, las negras no quieren verse
de una intensa preparación casera. El efecto envueltas en la misma disputa tan pronto; por lo
sorpresa en la apertura es de suma importan tanto, eligen otra línea teórica que asimismo es
cia siempre que haya detrás de él una labor bien conocida, pero se les tiene reservada una
anal ítica competente. Entonces, los adversa sorpresa de todas formas.
rios a los que se coge por sorpresa no lo tie 7 . . . . , 0-0 8. U c1 !?, . . . (D)
nen fácil . I nteresante jugada de espera. Las blancas
se abstienen de hacer 8. e4 (8. i,g2, c6) , d5
Topálov-Ponomariov 9. cxd5, i,xf1 1 O. <;f;;> xf1 , exd5 1 1 . e5, Q'J e4
Sofía, 2005 1 2. <;f;;> g2 e invitan al adversario a ser el prime
Defensa India de Dama [E1 5] ro en revelar sus intenciones.
8 . . . . , c6
En este punto, 8 . . . . , d5 9. cxd5, exd5 (9 . . . . ,
Q'Jxd5) es perfectamente jugable, como antes.
Tras invitar al alfil a ocupar d2, las negras 9. e4, dS 1 0. es, Q'Je4 1 1 . i,d3, . . .
tienen la intención de seguir con . . . , d5, sin E n este contexto, e l avance 1 O . e 5 fue una in
prepararla (en cuyo caso no establece ninguna novación en sentido estricto. A partir de ahora,
diferencia esencial que se juegue 7. Qjc3 o 7. las negras están librando una batalla en un terri
i,g2) o después de efectuar . . . , c6, que la torio de apertura que no conocen. Deciden pro
teoría considera lo más fuerte. ceder de manera análoga a una l ínea que ya
7. Qjc3, . . . hemos mencionado: 7 . . . . , c6 8. e4, d5 9. e5,
Las largas variantes que comienzan por 7. Q'Je4 1 O. i,d3; aquí la continuación habitual es
i,g2, c6 empezaron a perder vigor hace siglos, 1 0 . . . . , Q'Jxc3 1 1 . i,xc3, c5, puesto que si to
mientras que la jugada de caballo deja más man el alfil, 1 0 . . . . , Q'Jxd2, las negras disminu
margen para buscar sendas nuevas. La princi yen su propia influencia en el centro y reducen
pal contestación que tienen las negras aquí se sus posibilidades de obtener contrajuego activo.
considera 7 . . . . , c6 8. e4, d5; en la partida Topá Sin embargo, tras interpolar 7 . . . . , 0-0 8.
lov-Anand, que se jugó un poco antes en el mis U c1 la situación es mucho más difícil de valo
mo torneo, se siguió con 9. �c2 (en vez de 9. rar. En este caso, el cambio de los caballos de
e5, Qje4 1 0. i,d3, que es lo habitual) 9 . . . . , jará vulnerable el enroque negro. El rey tendrá
5 . L A PA RT I D A M O D E R N A D E A J E D R E Z 1 47
que hacer frente al ataque corriente h4, que Con la jugada del texto, las blancas mues
amenaza el sacrificio Jl,xh7+. Si las blancas tran que son reacias a quitar el alfil de la diago
no tuviesen esta interesante idea a su disposi nal c1 -h6, aunque determinar el sitio correcto
ción, su maniobra de espera 8 . .l::r c1 vendría a de esta pieza sigue siendo un asunto clave.
ser, sencillamente, una pérdida de tiempo. Por Por otra parte, es indudable que la torre está
consiguiente, la próxima jugada de las negras en una mala posición en c3, aunque las ne
indica, aparte de todo lo demás, que conscien gras no puedan atacarla enseguida: 1 2. . . . ,
te o inconscientemente no tienen miedo a la Jl, b4? 1 3. Jl,xh7+, @ xh7 1 4. l{J g5+, �xg5
ofensiva que se avecina. 1 5. Jl,xg5, Jl,xc3+ 1 6. �f1 , � g8 1 7. Jl,f6
11 . . . . , l{Jxc3!? (D) conduciría rápidamente al fin.
12 . . . . , es (D)
Reacción obvia, y sin embargo no lo bastante
enérgica. Una buena ocasión de explotar la in
cómoda situación de las piezas blancas era 12 .
. . . , dxc4!? 1 3. bxc4, c5 1 4. h4, h6 (o 1 4 . . . . , g6,
pero no 14 . . . . , Jl,b?? 1 5. d5! , exd5 1 6.
Jl,xh7+) . Cuantas más líneas abiertas haya en
el centro, tanto mejor para el contrajuego negro.
1 7. 'iVh5, .l::!, h6 no es suficiente para ganar, Una jugada más circunspecta era 1 4 . . . . ,
pero 1 5. Jl.g5, sencilla, es buena (1 5 . . . . , cxd4 'iVc7, poniendo la mira en el peón de e5 e im
1 6. Jl.xt6, gxf6 1 7. Jl.xh7+). pidiendo de momento el sacrificio de alfil en
d) 1 3 . . . . , g6 no es muy atractiva a primera h7. Entonces 1 5. Jl.f4, 'iVa5 sería inútil para
vista, pero sí merece atención. En particular, la las blancas, y después de 1 5. <;i?f1 la si
presencia del alfil blanco en la diagonal c1 -h6 tuación habría cambiado un poco y en algu
significa que el primer jugador no dispone de la nas l íneas el mecanismo de ataque podría
maniobra 'iVd2-h6. agarrotarse; p. ej . : 1 5 . . . . , h6 1 6. Jl. b 1 , lZJd7
1 7. Jl.xh6 ( 1 7. �c2, f5 1 8. exf6, lZJ xf6) , dxc4
conduce a una posición incierta.
1 5. Jl. b1 f5?
,
Shírov-Shaw
Gibraltar, 2005
20. �f4, . . . Defensa Philidor [C41 ]
Más sencillo era 20. t!. h8+, @f7 21 . �g6+,
@el 22. gxf6+, pero en todo caso el rey negro 1 . e4, d6 2. d4, CL:\f6 3. CL:\ c3, e5 4. CL:\f3,
no tiene donde ir. CL:\ bd7
20 . . . . , @f7 21 . �g6+, @e7 22. gxf6+, En la actualidad, cuando las negras juegan
t!, xf6 23. 'iVxg7+, .l::!. f7 24. �g5+, @d6 25. la clásica Defensa Philidor utilizan a menudo
'iVxf7, �xg5 26. t!. h7, 'iVe5+ 27. @f1 , este orden de jugadas. Están dispuestas a so
@c6 28. 'iVe8+, \t> b6 29. �d8+, \t> c6 portar algunas incomodidades en el final en
30. �e4+, 1 - 0 caso de 4. dxe5, dxe5 5. 'iVxd8+, \t>xd8.
Los sistemas modernos de apertura, con 5. g4, . . . (D)
su detallada elaboración, se emplean más a
menudo que otros por razones totalmente ob
jetivas -y en absoluto como consecuencia de
alguna clase de acuerdo entre caballeros al
que llegan los jugadores-. Hay, sin embargo,
algo así como un circuito de retroalimenta
ción : estos sistemas agrupan a sus parti
darios en lo que podría llamarse clubes de
debate, lo que permite que su habilidad a la
hora de realizar análisis caseros se ponga a
punto con gran determinación en sus encuen
tros. Al mismo tiempo, el alto porcentaje de
catástrofes en la apertura, incluso en varian
tes relativamente tranquilas, es el inevitable
precio que hay que pagar por el privilegio de
empezar la partida alrededor de la jugada 1 5 Antes se solía ofrecer con bastante fre
o incluso de la 22. cuencia el sacrificio del peón « b » ; suced ía en
1 50 P R E P A R A C I Ó N C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
las aperturas más diversas, desde la Defensa des de ataque. Las negras harán mejor en ju
Siciliana al Gambito de Dama. En cuanto a gar 9 . . . . , VJ/ia5 o 9 . . . . , b5 directa, que puede
dar el peón « g » , di ría que es práctica pre conducir (después de 1 0. Jlxf7+, @xf7 1 1 .
ferente de la nueva generación, aunque, de dxe5, dxe5) a una posición que se examina en
hecho, en este caso concreto estamos pre el comentario siguiente.
senciando una típica vuelta al estilo del siglo 9 . . . . , dxeS 1 0. VJ/id3, . . . (D)
x1x, que más bien tend ía a olvidarse. El resto
de la partida se jugará con el mismo espíritu:
nada de lucha posicional , sino veloz desarro
llo y ataque al rey.
5 . . . . , t2Jxg4
Capturar el peón es lógico; si no, avanzará y
atacará el caballo.
s . .i::í. 91 , t2Jgf6 1. Jlc4, h6
La amenaza 8. CZJ g5 podía rechazarse me
diante 7 . . . . , exd4, pero las negras, con toda
razón, prefieren mantener su bastión en el
centro, dificultando más que el adversario en
cuentre maneras concretas de desarrollar su
iniciativa.
B. Jle3, c6 9. dxe5, . . .
Tras ganar algunos tiempos, e l primer ju La posición crítica de la apertu ra, en la que
gador necesita ahora dar una salida a la el bando negro tiene que planear la disposi
energ ía de sus piezas. El cambio preliminar ción de sus piezas y pensar un poco en el po
de peones tiene su intríngu lis . En Shírov sible sacrificio del alfil enemigo en f7. Como
Azmaiparashvili, Cto. de Europa por Equipos, hemos visto, la jugada 1 O . . . . , VJ/ic7 tiene gra
Plovdiv, 2003, partida «piloto» de toda la va ves inconvenientes. Por otra parte , 1 0 . . . . ,
riante, las blancas jugaron 9. Vj'd3 ensegui �a5 es perfectamente jugable, como antes;
da. Esta posición , muy poco natu ral , de la el ataque 1 1 . Jlxf7+, <;t> xf7 1 2 . VJ/ic4+ no da
dama permite a las blancas conservar más en la diana. No obstante, la j ugada más te
posibilidades combinativas. Siguió 9. . . . , mática parece ser 1 O . . . . , b5. Si entonces 1 1 .
VJ/ic7 1 O . 0-0-0, y, por propia iniciativa, las ne Jlxf7+, la continuación es análoga a la de la
gras decidieron provocar complicaciones . . . partida, pero en este caso las perspectivas de
que no fueron del todo agradables para ellas: las blancas no parecen demasiado halagüe
1 0 . . . . , b5?! 1 1 . Jlxb5, cxb5 1 2 . dxe5 , dxe5 ñas: 1 1 . . . . , @ xf7 1 2. t2l xe5+, t2l xe5 (lo más
1 3. t2l xb5, VJ1i a5 1 4. VJ1i c4, l:í. b8 1 5. a4, fuerte; 1 2 . . . . , �g8 1 3. t2l xc6, VJ/ic7 1 4.
VJ/ib4 1 6. t2l xe5. Si prefieren 1 O . . . . , a6, más Vjgxb5 es incierto) 1 3. �xd8, ctJf3+ 1 4.
cauta, una l ínea interesante es 1 1 . dxe5, � d 1 , CZJ xg 1 1 5. VJ/ic7+ ( 1 5. <;t>c1 , Jle7) ,
t2l xe5 ( 1 1 . . . . , dxe5? 1 2. Jlxf7+, @xf7 1 3. Jle7 1 6. Jl c5, l:í, e8, y las negras tienen
VJ/ic4+) 1 2 . t2l xe5, dxe5 1 3. t2l a4, como en ventaja.
Markovié-Picula, Cto. de Serbia, Kopaonik, 1 0 . . . . , ctJ h5?!
2005. Atrayendo los disparos del adversario, y las
Sin embargo, la jugada 9 . . . . , Vjgc7, sobre blancas aceptan el reto.
todo, parece dudosa. Como réplica, aparte de 1 1 . Jlxf7+, . . .
1 O. 0-0-0, merecía la pena estudiar 1 O. dxe5, Para castigar l a jugada d e caballo a l a ban
t2lxe5 (tampoco aquí es satisfactorio 1 0 . . . . , da del tablero, pero 1 1 . 0-0-0 merece estudio,
dxe5?! 1 1 . Jlxf7+, �xf7 1 2. VJ/ic4+) 1 1 . ya que 1 1 . . . . , VJ/if6? fracasa por 1 2. ttJ b5!
t2lxe5, dxe5 1 2. 0-0-0, con buenas posibilida- 11 . . . . , <;t>xf7 1 2. t2lxe5+, t2lxe5
5 . LA PA RT I D A M O D E R N A D E A J E D R E Z 151
En este caso, esto es prácticamente forza Saliendo de l a nueva clavada, pero perdien
do, ya que 1 2 . . . . , @g8 1 3. 0-0-0 es inacepta do otro tiempo.
ble para las negras. 20. Jlxe7+, z:!. xe7 21 . ¡v d8+, @f7 22. b3,
1 3. ¡vxdB, é2:\f3+ 1 4. 'íi;>d1 , é2:\xg1 1 5.
@c1 , . . . (D) Evitando 22. �d6, Jlxf5! 23. exf5, z:l. e1 +
24. é2:\d1 , é2:\f2 y preparándose para movilizar
las reservas.
22 . . . . , é2:\f6 (D)
5. J:'! g1 , l'L!c6 6. h4, d5. Esto ocurrió en Brkié sev) , con ventaja posicional en e l centro y el
Emelin, Zadar, 2002. Sin embargo, como res flanco de rey. Esta variante habría sido, sin du
puesta a 7. g5, hxg5 8. hxg5, las negras se da, una continuación más consecuente de su
abstuvieron de hacer 8 . . . . , l'L! e4 9. 'iVc2 y estrategia de apertura.
prefirieron la cauta retirada 8 . . . . , l'2Jg8. 8. gxf6, l'L!xf6 9. a3, il,xc3
5. g5, . . . También esto es bastante cuestionable; 9.
A l seguir avanzando, e l peón « g » participa . . . , il,d6 merece estudio.
ahora en la lucha por el centro, aparte del otro 1 0. dxc3, VJije7 1 1 . il,g5, . . .
propósito que persigue; de ah í que el valor de E l juego se anima; como n o desean facilitar
las acciones que ejecutan las blancas en la el desarrollo del adversario mediante 1 1 . cxd5,
apertura comience a subir. Una posibilidad in exd5 1 2. il,g5, il,g4, las blancas están prepa
cierta es 5. 'iVa4+, l'L!c6 6. l'Lid4, J:'! b8! ? (6. radas para sacrificar un peón .
. . . , il,xc3 7. l'L!xc6, il,xd2+ 8. il,xd2, bxc6 9. 1 1 . . . . , il,d7? !
cxd5). G rave inexactitud que podía haber conduci
5 . . . . , l'L!e4 6. h4, . . . do a perder un importante tiempo. El alfil está
Las blancas demuestran abiertamente que mal situado en d7, y las negras deberían haber
no tienen prisa por forzar los acontecimientos; continuado con 1 1 . . . . , dxc4 1 2. h5 ( 1 2. e4,
quieren subrayar lo inestable que es la posi h6) , e5 ( 1 2. . . . , h6 1 3. 'iVg6+, VJijf7 1 4.
ción del caballo de e4. De todos modos, des 'iVxt7+, \tixf7 1 5. il,f4) 1 3. h6, J:'! g8, con po
pués de 6. 'iVa4+, l'L!c6 7. l'L!e5 (más fuerte sición incierta.
que 7. l'L!xe4, dxe4 8. l'L!e5, e3! 9. fxe3, 1 2. 0-0-0?!, . . . (D)
'iVxg5, con contrajuego) , enérgico, las negras Obligando literalmente a las negras a tomar
afrontarían graves dificultades: 7 . . . . , il,xc3 en c4 en un momento en el que las blancas te
(no hay nada mejor) 8. dxc3, 'iVd6 (o bien 8 . n ían 1 2. cxd5, exd5 1 3. 0-0-0, il,e6 1 4. h5,
. . . , il,d7 9. l'L!xd7, 'iVxd7 1 0. il,g2) 9. l'L!xc6, más sencillo y mejor, conservando la iniciativa
bxc6 1 0. il,g2. en una situación en la que el material está ni
6 . . . . , l'L! c6 7. 'iVc2, . . . (D) velado y la posición del rey blanco es más se
gura.
7 . . . . , f5
Ahora lo que elijan las blancas es funda 12 . . . . , dxc4 1 3. h5, . . .
mental : tomar al paso o no tomar. Deciden 1 3 . e 4 e s suficiente para igualar después
cambiar los peones en f6, pero era preferible de 1 3 . . . ., e5 ( 1 3 . . . ., h6?! 1 4 . es, hxg5 1 5 .
8. cxd5, exd5 9. d3, l'L!xc3 1 0. bxc3, il,d6 1 1 . 'iVg6+) 1 4. il, xc4 , 0-0-0. Al empezar un
il,g2 ( 1 1 . 'iVb3!?), il,e6 1 2. l:'! b1 (Zviagint- nuevo ataq ue por el flanco, las blancas as-
1 54 P R E P A R A C I Ó N C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
piran a más, pero sin que eso esté lo bas 1 9. i,xd7+, t¿jxd7 20. t¿j e3, t¿j c5 21 .
tante j ustificado; se arriesgan a acabar con tiJd5, t¿jd7
peor posición . Extrañas maniobras de caballo; encierra
1 3 . . . . , 0-0-0 más lógica 21 . . . . , tí. g6 22. b4 y ahora 22 . . . . ,
Aparte de esta obvia réplica, también es in tí, d6 (Ftácnik) o 22 . . . . , t¿j e6, con l a idea 23.
teresante 1 3 . . . ., t¿ja5. Por otra parte, 1 3 . . . . , b5? ! , tt:Jed4.
e5 es muy arriesgada: 1 4. h6, g6 ( 1 4 . . . . , 0-0-0? 22. �d3, 'iVt5?!
1 5. tí, xd7) 1 5. tí, xd7! ?, @xd7 1 6. i,h3+, Esto ya conduce a conflictos. Después de
@e8 1 7. �a4. 22 . . . ., t¿j b6 (Zviagintsev) habría más o me
1 4. h6, g hg8 nos igualdad de oportunidades.
Las negras se contienen demasiado; está 23. e4, . . .
claro que subestiman sus propias posibilida Podía adquiri rse una ventaja más convin
des activas. Van mal con 1 4 . . . ., g6 1 5. t¿j d2, cente en el final luego de 23. tv'xt5, tí. xf5 24.
t¿j a5 1 6. i,g2, pero las variantes que se dan b4, t¿j b6 (24. . . ., a6 25. a4) 25. b5, tt:Jxd5 26.
después de 1 4 . . . ., t¿ja5 son bastante atracti tí, xd5, t¿j a5 27. i,g3.
vas para ellas: 23 . . . . , �e6 24. b4, tí. f7?
a) 1 5. i,h3, gxh6. Un descuido táctico que pierde la partida en
b) 1 5. i,g2, i,c6! 1 6. tí, xd8+, tí, xd8 1 7. seguida; era preceptiva 24 . . . . , @ b8.
�xh7, 'iVc5 1 8. i,xt6 ( 1 8. tv'xg7? , tv'f5) , 25. �c4, a6 26. t¿j b6+, 1 - O
gxf6. Si intentamos definir un factor común que
c) 1 5. e4!?, t¿j b3+ ( 1 5 . . . . , i,c6 1 6. t¿j d4, una los diversos casos en los que ha ocu rrido
gxh6 1 7. i, h4) 1 6. @ b 1 , i,a4. g4 en la práctica reciente, no es difícil ver que
1 5. i, h3, gxh6 1 6. i, h4, ti, dt8 esta ofensiva de peón no suele tener nada
En este punto, 1 6 . . . . , t¿ja5 redunda más que ver con las ideas tradicionales de la aper
bien en beneficio de las blancas: 1 7. e4, tura en cuestión, sino que más bien pretende
t¿j b3+ (1 7 . . . ., e5 1 8. tí, xd7, tí, xd7 1 9. �a4) negarlas o incl uso sustitui rlas por completo.
1 8. @b1 , e5 1 9. tí, xd7, tí, xd7 20. �e2. Desde luego, podría considerarse que esto
1 7. t¿jd2, tv't7 1 8. t¿jxc4, e5! (D) es síntoma de un pensamiento estratégico
nuevo y progresivo que se da entre los ju
gadores, pero a todas l uces lo que está su
cediendo aqu í no es más que una forma
peculiar de protesta contra el marco, regula
do en exceso y estrictamente delimitado, de
la teoría oficial , con sus esquemas corrientes
de juego que hacen de la repetición constan
te algo casi obligatorio. Por desg racia, un
sentim iento de protesta solo no puede servir
de base sólida a una estrategia seria de aper
tura. La mayoría de las ideas de este tipo
apenas tiene perspectivas reales de desarro
llarse más; respecto a las que sí resultan via
bles, pronto se convierten en parte del
sistema moderno, un iversal , de conocimien
Las negras han elegido el momento oportu tos teóricos.
no para realizar este avance y tienen una bue
na posición. Posteriormente, sin embargo,
empiezan a jugar de la manera más incohe
rente posible.
5 . LA PART I D A M O D E RNA D E A J E D R E Z 155
9 . . . . , 0-0
Las negras siguen sin impedir que el adver
sario entre en la variante 1 O. g5, Qjd5. La ju
gada que se ve más a menudo es 9 . . . . , exd4,
La posición básica, en la que, a su vez, va aunque también es interesante jugar directa
rios planes han atraído la atención de las blan mente 9 . . . . , Qj xg4 ( 1 0. Qj e4, Qj b6 o 1 0.
cas: M g1 , QJ b6).
a) 7. i,d2, 0-0 8. 0-0-0. 1 0. 0-0-0, exd4 1 1 . Qj xd4, Qje5 1 2. i,e2, . . .
b) 7. b3, 0-0 8. i,e2. Audaz decisión. Todavía merecía l a pena
c) 7. e4, dxe4 8. Qjxe4. estudiar 1 2. g5, Qjfg4 ( 1 2 . . . . , Qj xc4 1 3. gxf6,
d) 7. i,e2 o 7. i,d3. (No hace mucho tam 'iVxf6 1 4. Qj e4) 1 3. Qj e4, QJxc4 1 4. Vlixc4,
bién empezó a usarse el orden de jugadas 7. i,e7 1 5. 'iVe2, con posición incierta. Las
i,d2, 0-0 8. i,d3.) blancas se han obstinado en no avanzar más
En la actualidad, es obvio que esta lista es el peón «g» y al final obligan al segundo juga
tá incompleta sin lo siguiente: dor a capturarlo.
7. g4, . . . 1 2 . . . . , Qjexg4 1 3. M hg1 , . . .
El más exitoso d e los proyectos «g4» e n la Continuando e n l a misma vena intransigente.
apertura. Al avanzar, el peón blanco llama la 1 3 . . . . , QJxf2 1 4. M df1 , . . . (D)
atención de las negras en una tentativa de
desviarlas, por ejemplo con 7 . . . . , Qj xg4 8.
M g 1 , Qjxh2 (8 . . . . , Qj h6 9. i,d2) 9. Qj xh2,
i,xh2 1 0. M xg7, 'iVt6 1 1 . M g2, de las ope
raciones que planean en el centro.
7. . . . , dxc4
Las negras dejan libre una casilla para que
el caballo se vaya de f6. Las demás réplicas
1 56 P R E PA R A C I Ó N C R E AT I VA D E A P E RT U R A S
flanco de rey, si bien con el peón « h » , se pro infrecuente en el ajedrez moderno, la inte
bó en el Encuentro Botvínnik-Petrosián de gran las que un jugador descubre y aplica en
1 963 por el Campeonato del Mundo, en el el tablero «en vivo » . Debe decirse que el des
que se presentó por vez primera toda la va conocer la teoría de apertu ras a menudo da
riante de 7. g4. pie a que ocu rra esto. Al verse ante un pro
1 0. �g3, h5 1 1 . f3, . . . blema desconocido, el jugador se ve obligado
lakov Neishtadt, e n s u libro Otkazanny fer a tomar una decisión de manera indepen
zevy gambit (EI Gambito de Dama Rehusado), diente y, sometido a estas duras condiciones,
de 1 967, da la partida Gurévich-Byjovski, Mos a veces acierta a fijar una nueva e interesan
cú, 1 963: 1 1 . f4, gxf4 1 2 . exf4, � h4 1 3. te dirección a la partida.
Cbce2, VJ/ie7 1 4. �f2, 'iVf6 1 5. g5, �xg5 1 6.
Cbf3, h4 1 7. fxg5, hxg3+ 1 8. @ g2, VJ/ig7 1 9. Kaplun-Eingorn
CLJf4, 0-0-0. El juego de las blancas merece Klaipeda, 1 983
atención , pero en vez de 1 3. CL:Jce2, parece Defensa Nimzoindia [E57]
más fuerte una línea más natural: 1 3. CL:Jge2!?,
�xg3+ (13 . . . ., hxg4 1 4. f5) 1 4. CL:Jxg3, VJ/ih4 1 . d4, Cbf6 2. c4, e6 3. Cb c3, � b4 4. e3,
1 5. VJ/if3, hxg4 1 6. '/ie3 (o 1 6. '/if2), conser 0-0 5. �d3, d5 6. Cbf3, c5 7. 0-0, Cb c6 8. a3,
vando la iniciativa.
11 . . . . , '/ib6 (D) El punto de partida de un gran número de
La maniobra de las negras se dirige contra variantes. Las negras eligen la que dista de ser
1 2 . .M h2, que liberaría a la dama blanca del la más popular.
incómodo deber de defender el peón de g4. 8. . . . , cxd4 9. exd4, dxc4 1 O. �xc4, �xc3
1 1 . . . ., CL:J gf6 1 2 . .M h2, Cb b6 (Krush-Bruzón , 1 1 . bxc3, '/ia5 (D)
Buenos Aires, 2003), sencillo, también es
bueno.
oponerse a los planes de las negras de ma Y las blancas se quedaron con una posición
nera radical . difícil (O - 1 , 41 jugadas) .
1 2. 'ife1 !?, . . . En la medida de lo posible, desde luego,
¡ Qué sencillo! E l peón d e c3 está defendido merece la pena conocer las investigaciones te
y e5 queda bajo control. Las negras tienen que óricas tanto nuevas como antiguas, pero es
buscar otra manera de crear contrajuego, y tie importante no sobreestimar el valor del conoci
nen que hacerlo rápido, puesto que el primer miento adquirido y mantener una actitud crítica
jugador amenaza tomar la iniciativa por com respecto a él. La mejor manera de utilizar las
pleto explotando la fuerza del alfil de c1 . variantes, referencias y discusiones que se ci
1 2 . . . . , i,d7? ! tan en los manuales de aperturas es como da
Esta jugada y la siguiente muestran que las tos para ayudar a pensar con independencia.
negras todavía se proponen efectuar el avan
ce . . . , e5. Mejor posibilidad es 1 2 . . . . , b6!? 1 3. Rotshtein-Shnéider
i,g5, t¿jd5 1 4. i,d3, i,a6 1 5. c4, 'ifxe1 1 6. Jóvenes Maestros de Ucrania, Jarkov, 1 984
.S. fxe1 , t¿jf6!; Flear-S. Jackson, Cto. de Gran Defensa Nimzoindia [E42]
Bretaña, Brighton, 1 984.
1 3. i,d3, .S. fe8 1 4. t¿jeS?!, . . . 1 . e4, tZJ f6 2. d4, e6 3. tZJ e3, i, b4 4. e3, es
Una equivocación; con 1 4. i,g5, t¿j d5 (1 4. S. t¿je2, exd4 6. exd4, dS 7. a3, i,e7 8. es,
. . ., e5 1 5. i,xf6, gxf6 1 6. 'iV'b1 ) 1 5. i,d2, es
obvio que las blancas podían haber adquirido Más tarde se vería 8. t¿jf4 con más frecuen
ventaja. cia en esta posición.
1 4 . . . . , tZ:lxeS 1 S. dxeS, 'ifdS! 8 . . . . , b6 9. b4, bxeS 1 0. dxeS, 0-0 1 1 . g3,
Un truco táctico poco complicado que per aS 1 2. ,S. b1 , . . . (D)
mite al bando negro reagrupar las piezas de
manera satisfactoria en caso de 1 6. �e2,
i,c6.
1 6. exf6, 'ifxd3 1 7. 'ifeS, 'ifg6 1 8. fxg7,
i,e6 (D)
apertu ra, grandes y pequeños. Las diferen Las blancas esperaban a que las negras en
cias entre el juego práctico y las investigacio rocaran para tomar el peón de d4 justo en ese
nes teóricas son significativas. En el primer momento. A partir de esta posición , en una
caso, la palma se la llevan una vívida imagi partida anterior, 011-Rozentalis, Vilna, 1 988, se
nación y la velocidad de pensamiento; en el jugó 1 5 . . . . , éL\a5?! 1 6. �e3, éL\d5 1 7. éL\f5,
segundo, la atención y el hábito de proseguir y las blancas ten ían las mejores oportunida
hasta su conclusión lógica el asunto que se des; la variante 1 5 . . . . , éL\xd4 1 6. 'iVxd4,
está tratando. � b5 1 7. 'iVxa7, �xf1 1 8. @xf1 se valoró
asimismo a favor de las blancas en el lnforma
Aseev-Eingorn tor 45. Este juicio nos parecía dudoso al gran
Cto. de la URSS, Odesa, 1 989 maestro Nikolái Liogki y a mí, y dedicamos
Defensa Francesa [C1 8] cierto tiempo a estudiar las peculiaridades de
esta interesante situación de apertura.
1 . e4, e6 2. d4, dS 3. éL\c3, �b4 4. es, 1S . . . . , éL\xd4 1 6. 'iVxd4, � bS 1 7. 'iVxa7,
éL\e7 s. a3, �xc3+ 6. bxc3, es 7. 'iVg4, �xf1 1 8. @xf1 , V/tic6?!
V/ti c7 8. V/tixg7, !'!. g8 9. V/tixh7, cxd4 1 O. G rave inexactitud. Las negras deberían ha
éL\e2, éL\ bc6 1 1 . f4, dxc3 ber optado por la l ínea forzada 1 8 . . . . , V/tic4+
Al capturar en c3 de inmediato, las negras 1 9. @f2, V/tie4 20. V/tia8+ (en Luther-Gdanski,
esperan evitar las líneas teóricas habituales Egina, 1 993, se prosiguió con 20. !'!. b4,
que surgen después de 1 1 . . . . , � d7 1 2. 'iV d3, l:'!, xg2+ 2 1 . l:'!, xg2, 'iVxc2+ 22. @f3, V/tid1 +, y
dxc3. tablas; 20. �e3? ! , l:'!, xg2+) 20 . . . . , @c7 2 1 .
1 2. 'iVd3, . . . V/tia5+, @ b8 22. �e3, trasponiendo a la mis
Las blancas también pueden continuar con ma posición crítica de la partida.
1 2. éL\xc3 y contestar a 1 2 . . . . , a6 1 3. 'iVd3. 1 9. �e3?!, . . .
La tentativa negra de provocar complicaciones Devolviendo e l favor; las blancas dejan pa
con 1 2 . . . . , él:ixe5 1 3. éL\ b5, 'iVb8 fracasa por sar una buena oportunidad: 1 9. V/tia8+!, c.J;; c7
la sencilla réplica 1 4. �b2. 20. 'iVa5+, @ ca (20 . . . . , @ b8 2 1 . �e3), y
12 . . . . , d4 1 3. l:'!, b1 , . . . ahora 2 1 . !'!. b6 o 2 1 . @f2; Major-Mason, co
También se h a jugado 1 3. éL\g3. Sin embar rrespondencia, 1 995.
go, 1 3. éL\xd4, éL\xd4 1 4. 'iVxd4, sencillo, es 19 . . . . , éL\fS (D)
más prometedor, ya que a las negras les cues
ta probar que tienen compensación suficiente
por el peón sacrificado.
13 . . . . , �d7 1 4. l:'!, g1 , 0-0-0 1 S. éL\xd4, . . . (D)
20. @f2!, . . .
Esta vez, 20. 'iVa8+, @d7 e s claramente
absurdo. Después de la jugada efectuada, las
1 62 P R E P A R A C I Ó N C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
negras no lo tienen fácil para elegir. No pueden 26. ,.t b6+, \t> b8 27. _ta7+, . . .
ser felices con 20 . . . . , ét:J h4 2 1 . g3, 'iVf3+ 22. Después d e 27. 'iVxc3, 1iVxf4+ (27 . . . . ,
@e1 , ét:J g2+ 23. I;!, xg2, 'iYxg2 24. 'iYaa+ ni I;!, ca 2a. l:!, b4) 2a. @e2 (2a. 'iVf3, 'iVh4+) ,
con 20 . . . . , ét:Jxe3 21 . @xe3, I;!, d2 22. I;!, b4! 1iVe4+, la tentativa de ganar de las blancas se
(pero no 22. 'iVaa+?, @c7 23. 1iVxga, queda en nada. En este estadio, prefieren ser
I;!. e2+! , y hay jaque perpetuo). ellas las que den los jaques; si no, luego de 27.
20 . . . . , 'iVe4 'iVa7+, @ ca 2a. 1iVaa+, \t>d7 29. I;\. bd 1 +,
A esta misma posición llegamos N i kolái y @c6 30. I;!, xda dependerá de las negras dar
yo en nuestro análisis conjunto. Echamos los o no.
una breve ojeada mentalmente a una serie 27 . . . . , @as 28. _tes+, @ ba 29. 'iVa7+,
de jaques, 2 1 . 'iVaa+, @c7 22. 'iVa5+, @ ba @ ca 30. 'iVaB+, @ c7 31 . 'iYa5+, .. .
23. ,.ta?+, @ca 24. 'iYxc3+, y concluimos Una celadita: la descuidada 31 . . . . , @ca
que las negras iban mal. Aqu í detuvimos permite 32. 'iVxc3.
nuestro análisis de 1 5. . . . , ét:J xd4 y acepta 31 . . . . , \t> b8 32. iVa7+, @ ca 33. 'iYaB+,
mos el veredicto negativo sobre ella. Lo que @c7 34. 'iYa5+, 1 '2-1'2
sucedió luego es interesante; yo no volví so El factor humano influye de manera sus
bre este tema, pero Nikolái sí. Justo al día si tancial en el proceso de refinado de la teoría
guiente, telefoneó para decir que, de hecho, ajedrecística como un todo, haciendo que de
las negras estaban bien; en la jugada 23 de penda hasta cierto punto de los gustos y el es
la variante que se acaba de mencionar el rey tado de ánimo de los jugadores. Muchas ideas
debería ser audaz e ir a aa y afrontar el jaque que merecen atención permanecen olvidadas
en descubierta. o estudiadas de modo incompleto durante un
21 . 'iY c5+, . . . largo periodo de tiempo. Las variantes que son
Nada promete 21 . I;!, be1 , ét:Jxe3 22. �xe3, controvertidas y de actualidad son harina de
1iVxc2+ 23. I;!, e2, I;!, d2. otro costal: originan de continuo intensas riva
21 . . . . , @ bB 22. 'iYa7+, @ca 23. 'iYaB+, lidades y la búsqueda de soluciones nuevas.
@c7 24. �a5+, @ b8 25. ,.ta7+, \t>a8 (D) Creo que es difícil pensar en un estímulo me
jor que la moda o la necesidad para progresar.
El aumento de la demanda genera inevita
blemente oferta; el número global de analistas
aumenta; y las leyes estadísticas entran en vi
gor, con lo que puede predecirse casi con cer
tidumbre la rápida aparición de sucesivas
innovaciones en los sistemas de apertura que
son populares.
McCambridge-Hjartarson
Grindavik, 1 9a4
Defensa Grünfeld [Da5]
1 . d4, ét:Jf6 2. c4, g6 3. ét:J c3, d5 4. cxd5,
ét:Jxd5 5. e4, ét:Jxc3 6. bxc3, ,.tg7 7. ét:Jf3, c5
Divertida posición. Aseev gastó casi todo el 8. I;\. b1 , 0-0 9. _te2, ét:Jc6
tiempo que le quedaba (unos veinte minutos) En 1 9a4, esto se consideraba la principal
buscando una continuación decisiva. Fue respuesta a la variante de a. I;!, b1 , que acaba
cuando la banderita de su reloj empezó a le ba de empezar su triunfal ascenso a la cumbre
vantarse de manera inquietante cuando deci de la teoría ajedrecística. No fue hasta algunos
dió conformarse con las tablas. años después cuando la continuación 9 . . . . ,
6 . CALIDOSCOPIO TEÓRICO 1 63
cxd4 1 O. cxd4, 'iYaS+ 1 1 . Jtd2, '/j'xa2 se de tante avance del peón « h » es lo que decide el
sarrolló con detalle y se empezó a producir en resultado de la apertura y, con él, de la partida,
masa en los torneos. que las blancas ganaron en la jugada 60.
1 0. d5, Cl\e5 1 1 . Cl\xe5, Jtxe5 1 2. 'iYd2, 13 . . . . , Jt hS 1 4. c4, .M eS 1 5. e5, f6
. . . (D) El quid de retirar el alfil a h8 queda claro: en
la variante 1 6. d6, fxeS 1 7. Jt b2, exf4 1 8.
Jtxh8, @xh8 1 9. 0-0, el rey negro no está en
la séptima fila, de modo que no hay la amena-
za d7. Esto significa que en vez de 1 9 . . . . , .M f8
puede hacerse la sencilla jugada 1 9 . . . . , es.
Ahora regresemos al Campeonato Soviético
de 1 984 que tuvo lugar en Lvov. La partida No
vikov-Tukmakov se jugó en la segunda ronda,
y en la cuarta me tocaba enfrentarme a Tuk
makov. Estaba claro que podía esperar que ju
gara 1 3 . . . . , Jt h8 esta vez, en especial puesto
que ya se la había jugado antes a Van der Ste
rren (Wijk aan Zee, 1 984) . La tarde del día an
terior a la partida pasé algo de tiempo con
Valentín Bogdanov, mi entrenador, cavilando
Compárese esta maniobra de dama con 1 2. sobre la posición que surge tras 1 S . . . . , f6 y
'iYe1 de la partida Kaplun-Eingorn. Las blan buscando una posible mejora para el juego de
cas custodian el peón atacado de c3 y a la vez las blancas. Entonces Valentín hizo una suge
controlan el punto f4, adelantándose a la répli- rencia: ¿qué tal 1 6. fS?
ca 12 . . . . , '/j'c7. 1 6. f5!, . . . (D)
12 . . . . , e6 1 3. f4, . . .
Las negras tienen tres maneras razonables
de salvar el alfil del ataque. Históricamente, la
primera que se vio fue 1 3 . . . . , Jtc7 (impidien
do 1 4. c4) 1 4. 0-0, exdS 1 S. exdS; Alexandria
Chiburdanidze, Cto. Femenino del Mundo
( 1 4) , Borzhomi-Tiflis, 1 981 . En la actualidad ,
por i ron ías del destino, esta misma línea se
considera la mejor de las negras, pero en el ín
terin la atención se centró en 1 3 . . . . , Jtg7 1 4.
c4, .M e8 1 S. eS, f6. En concreto, esto ocurrió
en Novikov-Tukmakov, Cto. de la U RSS, Lvov,
1 984. Siguió 1 6. d6, fxeS 1 7. Jt b2, exf4 1 8.
Jtxg7, c;i;xg7 1 9. 0-0, g f8 20 . .M xf4, g xf4
2 1 . '/j'xf4, '/j'f6 22. 'iVe4, .M b8 23. .M f1 ,
'iYd4+ 24. '/j'xd4+, cxd4 2S. g b1 !, Jtd7 26. Al día siguiente, Tukmakov y yo ten íamos
Jtt3. Las blancas ganan una pieza por fuerza, esta posición ante nosotros en el tablero, pero
pero las negras obtienen tres peones por ella, ¡ay! mi entrenador no estaba destinado a ga
y los acontecimientos principales aún están nar el premio a la mejor novedad teórica del
por venir: 26 . . . . , b6 27. es, .M c8 28. c6, lnformator 38. La partida que estamos exami
Jtxc6 29 . .M c1 , Jtd7 30 . .M xc8, Jtxc8 31 . nando ya se había jugado antes, y las blancas
Jtc6, @f6 32. d7, Jtxd7 33. Jtxd7, es 34. la habían tratado mejor. En todo caso, según
c;i;f2, e4 3S. Jtc6, @es 36. h4! Este impor- mi base de datos, la ruptu ra de peones que
1 64 P R E P A R A C I Ó N C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
ejecutan las blancas ocurrió por vez primera La manera más útil de trabajar con la teoría
en Brilla Banfalvi-Orseth , correspondencia, de aperturas es algo que cada jugador decide
1 983. por sí mismo. A algunos les basta la mera
1 6 . . . . , gxf5 compilación y absorción del flujo constante de
Las negras también deben afrontar un fuerte información; otros intentan, sobre la base de
ataque después de 1 6 . . . . , fxe5 1 7. fxg6, hxg6 su conocimiento adquirido, inventar l íneas teó
1 8. 0-0 o 1 6 . . . . , exd5 1 7. e6, d4 1 8. g4; por su ricas por su cuenta.
parte, 1 6 . . . . , exf5 1 7. e6 es claramente malo
por razones posicionales.
1 7. g b3, g e7 (D) 6.2. El diseñador
Es muy difícil defenderse; la continuación
1 7 . . . . , JÍi,g7 1 8. g g3, fxe5 1 9. �h6 ( 1 9.
de ajedrez
g xg7+!?, @xg7 20. �h6+, @ g8 2 1 . Jii, g 5,
g e?! 22. �f6, �a5+ 23. JÍi,d2) 1 9 . . . . , g e? El trabajo contemporáneo en apertu ras
( 1 9 . . . . , �d7 20. o-o, @ ha 21 . �h5) 20. es, por encima de todo, un arte de construc
JÍi,b2, �c7 (20 . . . . , exd5 21 . Jii, x e5) 2 1 . 0-0 ción. P rácticamente no quedan ideas estra
parece asimismo prácticamente desesperada tégicas originales, pero las que ya se
para las negras. conocen pueden emplearse a modo de com
ponentes cuando se ensamblan en una
combinación inhabitual con la ayuda de nue
vas jugadas.
Motwani-McNab
Cto. de Escocia, Aberdeen, 2001
Defensa Pire (809]
1 . e4, g6 2. d4, d6 3. t¿j c3, Jii, g 7 4. f4, t¿jf6
5. t¿jf3, 0-0 6. a3, . . . (D)
1 8. d6!, . . .
Mejor que 1 8. JÍi,b2?! , fxe5 1 9. �g5+, JÍi,g7
20. Jii, x e5, h6! , que es lo que ocurrió en la
mencionada partida Eingorn-Tukmakov.
1 8 . . . . , g g7 1 9. exf6, �xf6 20. JÍi, b2, es
21 . Jii, xe5, . . .
21 . g e3!? también es buena.
21 . . . . , �xe5 22. g e3, �e6
En caso de 22 . . . . , �a1 + 23. �f2, �xh 1
24. g e8+, �f7 25. JÍi, h5+, g g6, las blancas
ganan con 26. Jii, x g6+! (pero no 26. g e?+, En general, 5. a3, 0-0 6. t¿jf3 sería un or
�g8!), �xg6 27. g g8+. den de jugadas más exacto, sin permitir que
23. g xe6, . . . las negras jugasen 5 . . . . , c5 antes que en la
Y las blancas tienen ventaja decisiva ( 1 - O, partida. La idea de la precavida jugada de
48 jugadas) . peón es dificultar el contrajuego más eficaz
6. CALIDOSCOPIO TEÓRICO 165
que tienen las negras contra el centro blanco h8 se debilita, y las negras restablecen el equi
(6 . . . . , c5 7. dxc5, 'ij'a5) , aunque puede ser librio de material después de todo.
virse el mismo fin mediante 6. j¿e3, que de 8 . . . . , 'ij'd8 (D)
sarrolla una pieza.
Según la lógica formal , las negras deberían
intentar explotar la patente pérdida de tiempo
en que ha incurrido el adversario, pero esto no
resulta tan fácil de hacer. Comparemos algu
nas posibles continuaciones con líneas análo
gas que se han probado repetidas veces en la
práctica:
a) 6 . . . . , b6 7. j¿d3 (7. e5) , j¿ b7 (en la va
riante 6. j¿e3, b6 7. j¿d3, las negras respon
den 7 . . . . , c5 enseguida, pero aquí no puede
jugarse debido a 8. e5) 8. 0-0, c5 9. e5.
b) 6 . . . . , l2Jc6 7. d5 (7. e5!?), lLi b8 (en cam
bio, cuando las blancas juegan 6. j¿d3, tt:J c6
7. d5, las negras, naturalmente, replican 7 . . . . ,
lLi b4) 8. Jl.d3, c6 9. dxc6, tt:J xc6 1 0. 0-0. Una Ahora les toca a las blancas pensar en có
posición parecida surge de 5 . . . . , c5 6. dxc5, mo sacar partido del tiempo que ha perdido el
'ij'a5 7. j¿d3, 'ij'xc5 8. 'ij'e2, 0-0 9. j¿e3, adversario con la excursión de la dama.
'ij'a5 1 O. 0-0, tt:Jc6, pero esta vez las blancas 9. M b1 , . . .
se las han arreglado sin las jugadas, innecesa Esto parece u n tanto artificioso, ya que las
rias, 'ij'e2 y Jl.e3. negras todavía no están obligadas a entrar en
c) 6 . . . ., j¿g4 7. h3, j¿xf3 8. 'ij'xf3, tt:Jc6 el final con 9 . . . , dxc5 1 0. 'ij'xd8, M Xd8. Co
.
mismo cuando las blancas han jugado 6. j¿d3 j¿d2, dxc5 1 0. e5, cxb4 ( 1 0 . . . . , l2J d5 1 1 .
en vez de 6. a3, pero esta última jugada por lo l2J xd5, 'ij'xd5 1 2. Jl e3) 1 1 . axb4, l2J d5 1 2.
menos no parece peor. tt:Jxd5, 'ij'xd5 1 3. j¿e3, las blancas podrían
d) 6 . . . . , tt:J a6 7. e5, dxe5 (es mejor 7 . . . . , contar con una pequeña ventaja.
l2Jd7 8. Jl.e3, c5 9. Jl.xa6, cxd4 1 0. j¿xd4, 9 . . . . , tt:Jtd7 1 0. 'ij'd2 . . .
,
dxe5) 8. fxe5, l2Jd5 9. l2J e4, y de nuevo el De nuevo una decisión poco convencional,
peón blanco en a3 resulta muy oportuno. en vez de la sencilla 1 0. j¿d2.
Como vemos, en todo un abanico de varian 10 . . . . , dxcS 1 1 . es, . . .
tes, la modesta jugada 6. a3 se justifica por sí Después d e 1 1 . j¿ d3, cxb4 1 2. axb4, a5 1 3.
misma. Sin embargo, la valoración general de bxa5, 'ij'xa5 1 4. l2J d5, l2J c6, la posición esta
esta idea de apertura depende hasta cierto ría igualada.
punto de la solución que se dé a otro proble En otras circunstancias , la ventaja de es
ma. El quid es que, en realidad, las blancas no pacio que poseen las blancas pod ría ser de
han impedido en absoluto la contraofensiva di- vital importancia, pero aqu í tienen el flanco
recta . . . , c5. de dama debilitado por los avances de peo
6 . . . . , es 7. dxcS, 'ij'as nes, y las negras conservan suficiente con
Conformarse con el peor final (con 7. trajuego.
dxc5 8. 'ij'xd8, M xd8 9. e5) sería ilógico. 11 . . . . , cxb4 1 2. axb4, lLi b6 1 3. j¿d3,
8. b4, . . . tt:Jc6
Las amenazas por l a diagonal e1 -a5 s e han También merecía la pena estudiar 1 3.
rechazado; por otra parte, la gran diagonal a 1 - j¿f5 1 4. l2Je4, tt:Jc6, con buena partida.
1 66 P R E P A R A C I Ó N C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
t¿j d7 1 8. tZ'lxd7, 'iVxd7 1 9. j,f3, .l::!, ac8 20. teoría ajedrecística exige siempre examinar
g xa7, b4+ (20 . . . . , 'iVd6) 2 1 . @c2, �b5, y todas las opciones, pero en este caso hay el
las negras no tienen peores oportunidades; detalle suplementario de que el rey blanco
Gélfand-Hübner, Múnich, 1 992. estará más alejado de las piezas y los peo
nes negros.
Leroy-Mohandesi
Bagneux, 2001
Gambito de Dama [D1 7]
1 4. @c1 , . . . (O)
1 6 . . . . , t¿jd7
Resulta juego complicado de 1 6 . . . . , f6 1 7.
t¿jf3 ( 1 7. t¿jxc4, bxc4 1 8. j,xc4, '/j'a5+ 1 9.
b4) , tZ'l d7 1 8. g hd 1 , tZ'l b6.
1 7. t¿jxd7, '/j'xd7 1 8. ¡ves, . . .
E n cambio, 1 8. j,f3, I:í. ac8 1 9. g hd 1 ,
'iVe7 sería incierto.
Con la jugada del texto, las blancas intentan 1 4 . . . . , tZ'la6 1 S. lZ:Jxc4, . . .
establecer un control sobre las casillas negras; Como 1 5. �e3, t¿j b4 n o e s bueno, las
por ejemplo: 1 8 . . . . , a6 1 9. n hd 1 ' V/ii c 7 20. blancas deciden tomar el peón enseguida.
j,f3, .i::!, ab8 2 1 . h4, g fd8 22. @c2; Elvest 1S . . . . , 0-0-0 1 6. '/j'f3, �xf3?!
Manninen, Jyvaskyla, 1 997. El segundo juga Como suele ocurrir al entrar en un final en
dor adopta contramedidas. posiciones así, las negras harán mejor en es
1 8 . . . . , '/j'd8!? 1 9. @c2, . . . perar a que las blancas capturen en d5. U na
Las blancas van mal con 1 9. ¡vxc6, b4+ 20. mejora es 1 6 . . . . , tZ'l b4 1 7. �xd5 ( 1 7 . .l::!, a3,
@c2, b3+ 2 1 . @ b 1 , g c8. Una l ínea más �g5+ 1 8. �e3, �f5), exd5.
prometedora es 1 9 . .l::!, hd1 , 'iVf6+ 20. 'iVd4 1 7. gxf3, tZ:J cs 1 8. c;;t> c2, f6 1 9. @ c3, es
(S. lvanov-Motilev, Tomsk, 2001 ), aunque in 20. b4, . . .
cluso entonces el bando blanco tiene pocas Y e s obvio que las blancas tienen ventaja
posibilidades de adquirir ventaja. (1 - O, 50 jugadas).
1 9 . . . . , .l::!, b8 20 . .i::!, ad1 , 'iVaS 21 . j,xc4, Que yo sepa, este ejemplo es el único en el
'iVxa4+ 22. j,b3, 'iVe4+ 23. @c1 , ,U bd8 que 1 4. @c1 se adoptó en la práctica. Se ha
Absteniéndose de efectuar 23 . . . . , V/ii x g2. visto algo parecido en la línea 1 4. c;;t> c 2, t¿j a6
24. 1J/ii gS, n xd1 + 1 '2 -1 '2 1 5. lZ:J xc4, 0-0 ( 1 5 . . . . , 0-0-0) 1 6. °iVf3 ( 1 6 . . . . ,
Esta partida y las variantes de los comenta 'iYc5 1 7. @ b 1 ) . La analog ía con la variante
rios nos servirán de material para seguir tra 1 4. @c3 queda clara si las negras responden
bajando. Volvamos a la jugada 1 4 y hagamos a 1 4. c;;t> c 1 1 4 . . . . , b5 (O) -en vez de 1 4 . . . . ,
@c1 en vez de ir a c3 o c2. En principio, un tZ'l a6-. Las blancas tienen entonces las opcio
planteamiento sistemático para estudiar la nes que siguen :
1 68 P R E P A R A C I Ó N C R E AT I VA D E A P E R T U R A S
Kveinis-Eingorn
Bad Worishofen, 2004
Defensa Francesa [C03]
1 . e4, e6 2. d4, d5 3. l¿jd2, . (D) . .
cundario) 1 7. i,, e2, l¿j c5 1 8. M_ a3, b4! 1 9. La variante 3 . . . . , i,, e 7, mucho más común,
M_ d 1 , bxa3 20. M_ xd5, a2 2 1 . M_ xc5, a1 'iV+ sigue el mismo principio de ensamblar compo
22. @c2, 0-0, con posición incierta. nentes diversos. Sin embargo, no sería del to
Corresponde ahora al lector juzgar por sí do correcto establecer una analogía con el par
mismo las ventajas respectivas de 1 4. �c3 y de variantes 3. l¿jc3, i,, e 7 y 3. l¿jc3, h6, que
1 4. c;t>c1 . En general , tiene que reconocerse hemos visto en el capítulo 1 . En este caso, las
que el valor estratégico de cada una de ellas dos parientes cercanas difieren de modo con
no es tan grande, y que la línea principal de to siderable en su contenido estratégico.
do el sistema ( 1 4. �c2) da a las blancas opor 4. c3, . . .
tunidades más realistas de obtener ventaja. Al Aquí 4 . i,, d 3, c5 5. dxc5 (como e n l a varian
examinar varios métodos de juego en una te 3 . . . . , a6) , i,, xc5 6. l¿j gf3, l¿jf6 no es tan
apertura en concreto, a veces se consigue dar bueno para las blancas. Los problemas que
con una manera interesante de combinar cier afrontan las negras son más complejos en ca
tas ideas que no guardan relación directa entre so de 4. l¿jgf3, l¿jf6 5. e5 (o 5. i,, d 3, c5 6.
sí; sin embargo, semejantes construcciones e5) , l¿jfd7 6. i,, d 3, c5, y ahora:
«sintéticas» casi siempre contienen defectos a) 7. c3, l¿jc6 8. 0-0. Esto puede comparar
de alguna clase. se con la variante 3 . . . . , l¿jf6 4. e5, l¿jfd7 5.
l¿j gf3, c5 6. c3, l¿j c6 7. i,, d 3. En esa posi
ción , creo que 7 . . . . , h6 (o, si se quiere, 7 . . . . ,
6 . CALIDOSCOPIO TEÓRICO 1 69
1 1 . lL\2f3, . . .
Estando los peones e n c2 y h7, e n l a partida
Smirin-Korchnói , Biel, 2002, se continuó con
1 0. lL\2b3, lL\xd4+ 1 1 . lL\xd4, ií,c5 1 2. ií,e3,
ií,xb5+ 1 3. lL\xb5, ií,xe3 1 4. �xe3, <;t>d7
1 5. 1:!. hd 1 , lL\f6 1 6. f3, 1:!. he8+ 1 7. �f2, a6
1 8. lL\ d4. Posteriormente, a las negras les
costó mucho esfuerzo lograr las tablas. El objetivo de esta retirada voluntaria del al
11 . . . . , ií,d6 1 '2 -1 /2 fil es, claro está, adelantarse a 7 . . . . , b5. Esa
Las blancas están un poco mejor. jugada, en efecto, no sería muy buena en este
Jugadas como 3 . . . . , h6 y 3 . . . . , ií,e7, o 6. momento; sin embargo, las blancas también
a3, que hemos visto en la Defensa Pire (y al necesitan ir pertrechadas con otras ideas para
gunas otras, además) , pretenden ser jugadas combatir algunas l íneas alternativas que las
multiuso. Por sí mismas no persiguen un fin negras tienen a su disposición.
estratégico específico; su papel es establecer 7. . . . , lL\ c6
una suerte de vínculo entre varios esquemas Lo más sencillo, pero por lo menos otros dos
de juego que el adversario puede elegir libre planes merecen la misma atención:
mente. a) 7 . . . . , cxd4 8. exd4, ií,e7, como en el co
mentario a la jugada 6, no es malo, pero aho
Eingorn-Dojoian ra, en vez de 9. ¡ye2, las blancas están listas
Jarkov, 1 985 para luchar por la iniciativa mediante 9. lL\ c3,
Gambito de Dama (027] 9. tL\e5 o 9. ií,g5.
b) 7 . . . . , lL\ bd7. Astuta réplica, ocupándose
1 . d4, d5 2. c4, dxc4 3. e3, lL\f6 4. ií,xc4, de la posible captura en c5; ahora que el alfil
e6 5. lb f3, a6 6. o-o, es blanco ha dejado la diagonal a2-g8, al bando
La posición de partida clásica del Gambito negro ya no le amenaza la ofensiva con d5. Si
de Dama Aceptado. Las negras se esfuerzan no quieren que su juego vaya empantanándo
por desarrollar el flanco de dama; en la medida se poco a poco, las blancas deben continuar
de lo posible, intentarán mantener la tensión con 8. 1:l. e 1 , preparando 9. e4, cxd4 1 O. e5 de
entre los peones del centro. Tradicionalmente manera análoga a la Variante Merano.
siempre se ha pensado que la continuación 8. lL\ c3, ií,e7?!
principal de las blancas es 7. ¡ye2, b5 8. Al estar el caballo negro en c6, la continua
JÍ.b3, JÍ. b7 9. 1:l. d 1 , dirigiéndose a romper ción 8 . . . . , cxd4 9. exd4, ií,e7 conduciría a un
con d5. Otra rama de esta línea, 8. JÍ.d3, se tipo de posición de peón de dama aislado que
6 . CALIDOSCOPIO TEÓRICO 171
es más característica de la Defensa Semita Está claro que l a iniciativa e s del bando
rrasch ( 1 . d4, d5 2. c4, e6 3. lZ:l c3, l¿Jf6 4. blanco. En su búsqueda de contrajuego, las
l¿Jf3, c5 5. cxd5, lZ:l xd5 6. e3, l¿Jc6 7. i,d3, negras empiezan a adelantar los peones y no
i,e7 8. 0-0, cxd4 9. exd4, l¿Jf6) , pero con el hacen sino empeorar su posición.
peón negro en a7 en vez de en a6. El discreto 1 4 . . . . , e5 1 5. M C1 , i,d7 1 6. M C2, . . .
debilitamiento de la casilla b6 se deja sentir de U n método más sencillo era 1 6. �d3, f5
manera inesperada en la variante 1 O. i,g5, 0-0 1 7. i,d5+, @ h8 1 8. e4.
1 1 . M c1 !? , l¿Jd5 1 2. lZ:lxd5, i,xg5 1 3. l¿Jxg5, 16 . . . . , ts 1 1. i,ds+, @ hB 1 8. M d2, . . .
�xg5 1 4. l¿J b6. Y aquí 1 8. e4 era más precisa, impidiendo
Al jugar 8 . . . . , i,e7? ! , las negras esperan que las negras avanzasen su peón «e» .
un momento más conveniente para cambiar 1 8 . . . . , M adB?! 1 9. e4, f4 20. �a1 , . . .
en d4; en la partida Bogoljubow-Fine, Zandvo Las blancas tienen ventaja ( 1'2-1'2 , 5 0 ju
ort, 1 936, se continuó con 9. a3, cxd4 1 O. gadas).
exd4, 0-0 1 1 . i,c2, b5. Fue la primera partida Puede intentarse desmontar cualquier va
en la que ocurrió 7. i,d3. Muchos años des riante en las partes que la componen, como un
pués, las blancas tratan la variante de manera mecanismo, para ver cómo encajan entre sí.
mucho más precisa. Precisamente de eso se encarga la teoría de
9. dxc5, . . . aperturas, pero solamente la práctica emite el
N o solamente ganando u n tiempo, sino tam veredicto final sobre la viabilidad de tal o cual
bién provocando una estructura simétrica en la sistema de apertura.
que ese tiempo será clave.
9 . . . . , i,xc5 1 0. a3, 0-0 1 1 . b4, i,d6
1 2. i, b2, . . . 6 . 3 . Historia de
Posiciones como l a presente han surgido en
la práctica una y otra vez. La opinión general
una variante
es que favorecen al primero que lleva a cabo
la importante maniobra l¿Je4 o . . . , l¿J e5. 1 2. Para empezar, desde luego, tiene que ha
l¿Je4 ya habría sido buena, pero las blancas ber una idea. En la variante de la Defensa
pueden permitirse no tener prisa, puesto que Bogoi ndia 1 . d4, l¿Jf6 2. c4, e6 3. l¿Jf3,
luego de la jugada del texto la variante 12 . . . . , i, b4+ 4. i,d2, examinemos ampliamente
l¿Je5 1 3. lZ:l xe5, i,xe5 1 4. f4 redunda en su uno de los planes posibles de las negras: el
beneficio. que implica . . . , d6 y . . . , e5. En la situación re
12 . . . . , �e7 1 3. lZ:le4, l¿Jxe4 1 4. i,xe4, . . . sultante, que presenta una estructu ra de peo
(D) nes típica de la I ndia Antigua o la I ndia de
Rey, a las negras les conviene provocar la ju
gada blanca d5. Cambiar con . . . , exd4 no les
favorece tanto, puesto que la ausencia del al
fil de casillas negras en g7 hace que les sea
más difícil contar con tener contrajuego. Si la
tensión en la posición de los peones en el
centro se mantiene du rante m ucho tiempo,
eso también tiende a favorecer a las blancas,
que tienen un mayor número de jugadas úti
les a su disposición g racias a su ventaja de
espacio. Por lo tanto, las negras suelen inten
tar ejercer presión sobre el punto d4 con ob
jeto de forzar al peón blanco a avanzar. Por
ejemplo:
1 72 P R E P A R A C I Ó N C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
a) 4 . . . . , i,xd2+ 5. 'iYxd2, d6 6. g3, CLic6 7. Ahora supongamos que las blancas acce
i,g2, 0-0 8. tt:Jc3, e5 9. 0-0, i,g4. den a los deseos del adversario y, sencilla
b) 4 . . . . , a5 5. g3, d6 6. i,g2, tt:Jc6 7. 0-0, mente, juegan 7. d5. También en ese caso, las
e5 8. i,g5. negras tienen más posibilidades que de cos
No cuesta ver que en esta ú ltima variante tumbre, dado que el caballo todavía está en g8
a las negras les falta un tiempo; si las blan y puede elegir entre varias casillas para desa
cas h ubiesen hecho una jugada menos, su rrollarse.
peón «d» estaría colgando. Queda por dar Podemos conc l u i r de manera provisional
un paso lógico. No hay manera de obligar a que el esquema de las negras tiene cierto
las blancas a perder tiempo, pero las negras sentido. A fin de dar una valo ración aproxi
pueden atacar el pu nto d4 con más rapidez mada de la importancia general que reviste
prescindiendo de una jugada que no está re para la teoría , debemos volver al principio:
lacionada con este ataq ue: 1 . . . . , ctJf6. Co 1 . d4, e6 2 . c4, i, b4+. E l jaque d i recto de
mo consecuencia de tal razonamiento, la alfil está pensado de modo específico para
continuación siguiente se sugiere por sí mis ocuparse de 3. tt:Jc3, con lo que trasponer a
ma: 1 . d4, e6 2. c4, i, b4+ 3. i,d2, a5 4. tlJf3, la Defensa Holandesa (3 . . . . , f5) se conside
d6 5. g3, tt:J c6 6. i,g2, e5 (D). ra de lo más satisfactorio -si bien 3 . . . . , c5
tampoco es mala-. Si las blancas están re
sueltas a no entrar en una d isposición Nim
zoindia, aparte de 3 . i,d2, a veces j uegan
3 . tlJ d2 (por analog ía con 1 . d4, ctJf6 2 . c4 ,
e6 3. tlJf3, i, b4+ 4. tlJ bd2) o intentan alte
rar el o rden de jugadas con 2. ctJf3 (con la
intención de contestar a 2 . . . . , ctJf6 3 . c4) .
En este ú ltimo caso tienen que pensar en
serio la répl ica 2 . . . . , c5, que puede condu
cir a la Defensa Siciliana o a alguna de las
diversas l íneas de la Ing lesa o la Catalana
en vez de a la I ndia de Dama. (Ni que deci r
tiene que a esta lista de apertu ras debe ría
añadi rse la Defensa Francesa desde el
principio.) Todo esto es bastante interesan
Esto no es más que la secuencia escueta te ; como podemos ver, incluso una idea en
de jugadas, pero cada eslabón de la cadena apariencia modesta puede proporcionar a
tiene que probarse, y, sobre todo, se plantea veces la base sobre la que se concibe todo
la pregunta de si los esfuerzos de las negras un repertorio de aperturas. Sin embargo, en
van a alcanzar su objetivo. Lo que queda cla nuestra investigación teórica, bastante cor
ro de inmediato es que las blancas pueden ta, exam inaremos solamente la conti nua
enrocar como si nada y proceder a restable ción 1 . d4, e6 2. c4 , i, b4+ 3. i,d2, a5 ( D ) .
cer el equilibrio de material después de 7. 0-0,
tt:Jxd4 8. tt:Jxd4, exd4 9. i,xb4, axb4 1 O.
'iYxd4. Sin embargo, la situación resultante
difiere en un aspecto clave de la situación co
rriente en la que el peón negro está en a7 o
a5. Transferido a b4, bloquea el flanco de da
ma blanco, aunque el peón en sí, desde lue
go, se convierte en un conveniente objeto de
ataque.
6 . CALIDOSCOPIO TEÓRICO 1 73
Bagírov-Eingorn
Minsk, 1 983
[A40]
Las negras aún tienen que trabajar para
1 . d4, e6 2. c4, j,, b4+ 3. j,, d 2, a5 4. e4, . . . igualar, pero en la l ínea 6 . . . . , dxe4 7. Cf'Jxe4,
Las negras tienen q u e decidir si j u egan Cjj f6 8. Cjj c3 obtienen el resultado deseado
4 . . . . , d5 o mantienen su plan original de . . . , d6 sin grandes dificultades jugando 8 . . . . , V/lie7 o
y . . . , e5. 4 . . . . , d6, tranquila, ha dado buenos bien 8 . . . . , b6; Summerscale-Ward, Cto. de
resultados en caso de 5. t¿jf3, t¿jf6; a modo G ran Bretaña, Swansea, 1 995. También es po
de ejemplo, 6. j,, x b4?! (6. j,, d 3 o 6. V/lic2 son sible otra manera de luchar contra el centro de
relativamente mejores; las negras replican 6. peones que poseen las blancas:
1 74 P R E P A R A C I Ó N C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
método de analog ía con las l íneas teóricas 9. 'iVc2 , t¿j xc3 1 0. 'iVxc3, y aquí, en vez de
mejor conocidas. 1 0 . . . . , ¡vf6 (Lu kács-E ingorn , Cto. de E u ro
pa por Equipos, Debrecen, 1 992) , bastante
a rtificiosa, tienen 1 O . . . , 0-0, más senci lla.
.
4. j,d2, VJif e7 5 . g3, l¿j c6 6 . l¿jc3, j,xc3 es absurdo. Mejor jugada es 1 6 . . . . , f5; por lo
7. j,xc3, 0-0. menos, sería la culminación lógica de todas
7. j,g2, e5 8. 0-0!?, . . . las maniobras precedentes que ha llevado a
I nteresante innovación. Resulta que esta cabo el segundo jugador.
mos en otra posición en la que el peón de d4 1 7. 'iVc2, j,d7 1 8 . .ñ fe1 , 'iVc8 1 9. b3,
puede dejarse colgando de momento, y, tras l¿je6 20. VJjfd2, l¿j xd4 21 . VJjfxd4, j,c6
recobrarlo, las blancas obtendrán ventaja en el Al final se ha llegado a una posición que las
centro. En partidas anteriores se había visto 8. negras querían evitar desde el principio. Están
d5, l¿Je7 9. 0-0. situadas de modo pasivo, mientras que el ad
8 . . . . , exd4?! versario puede preparar metódicamente la
Ineficaz respuesta. Las negras podían de ruptura e5. Sin embargo, al obrar de manera
fenderse de manera mucho más satisfactoria apresurada, las blancas dilapidan buena parte
después de 8 . . . . , l¿jxd4 9. l¿jxd4, exd4 1 0. de la ventaja.
l¿j b5, y ahora: 22. e5?!, dxe5 23 . .ñ xe5, j,xg2 24. \t>xg2,
a) 10 . . . . , j,xd2 1 1 . VJjf xd2, c6! (obligando al b6 25. t¿j d5, l¿j xd5
adversario a tomar en d4 con el caballo; 11 . . . . , Y las negras acabaron ingeniándoselas para
c5 1 2. e3 es malo para las negras; Epishin) 1 2. hacer tablas (1'2-1 /2 , 38 jugadas) .
l¿j xd4, 0-0 1 3. e4, .ñ e8 1 4 . .ñ fe1 , a4, y am La idea que plantean las blancas en la aper
bos bandos tienen sus oportunidades, puesto tura en la partida que sigue va más allá del te
que la situación de las piezas blancas no es ma que hemos estado examinando y es de
ideal . aplicación más general.
b) 1 0 . . . . , j,c5!? 1 1 . j,g5, 0-0 1 2. 'iVd2
(1 2. j,xt6, VJjfxf6 1 3. l¿Jxc7, .ñ b8 es incierto), Sturua-Eingorn
c6 ocurrió en Bagheri-Baklan , Guingamp, Ginebra, 2001
2004. Defensa Bogoindia [E1 1 ]
9. l¿j d5, j,xd2 1 0. VJjfxd2, l¿Je4 1 1 . VJjfd1 ,
l¿Jc5 1 2. l¿jxd4, 0-0 1 3. e4, l¿Je5 (D) 1 . d4, e6 2 . c4, j,b4+ 3 . j,d2, a5 4 . l¿jc3,
d6 5. t¿jf3, t¿jf6 6. j,g5, . . . (D)
Eludiendo la variante tradicional de la Bo
goindia 6. VJif c2, VJif e7 (para estar en el lado
seguro, las negras evitan el ataque moderno 6 .
. . . , l¿j bd7 7. g4, que ocurrió en Sadler-Ein
gorn, Cuxhaven, 1 994) 7. a3, j,xc3 8. j,xc3,
t¿j bd7.
Al mover el alfil por segunda vez, las blan 11 . . . . , j,xc3 1 2. bxc3, e5 1 3. j,e2, l:r e8
cas, sencillamente, no tienen en cuenta la ju 1 4. 0-0, t¿jt8
gada del peón "ª" negro y alteran la dirección La iniciativa está a punto de pasar a las ne
estratégica de la partida. gras, así que las blancas concluyen que sim
6 . . . . , t¿j bd7 7. e3, h6 8. j,h4, b6 plificar está bien.
Es más interesante 8 . . . . , g5 9. j,g3, h5!?, 1 5. j,d3, t¿jg6 1 6. j,xt6, 'ifxt6 1 7.
creando complicaciones al instante: 1 0. h4 ( 1 0. j,e4?!, . . .
tt:Jxg5?, h4 1 1 . j, f4, e5 1 2. dxe5, dxe5 1 3. E l bando blanco, n o obstante, debería ha
Jtxe5, tt:Jxe5 1 4. �xd8+, c;t>xd8 1 5. f4, berse abstenido de cambiar el otro alfil y haber
t¿jeg4 1 6. t¿jxf7+, c;t>e7 1 7. tt:Jxh8, j,f5) 1 0. jugado 1 7. 1:r e1 , manteniendo una aproxima
. . . , élJe4 1 1 . a3!?, Jtxc3+ ( 1 1 . . . . , t¿jxc3 1 2. da igualdad.
�c2) 1 2. bxc3, tt:Jxg3 1 3. fxg3, con juego in 17 . . . . , Jlxe4 1 8. tt:J xe4, �e6 1 9. d5,
cierto. �d7 20. t¿j g3, t¿je7
9. t¿jd2, . . . Y la posición de las negras es un tanto más
Ambos bandos están usando como mode agradable ( 1 '2-1'2 , 51 jugadas).
lo de juego la sigu iente variante de la Nim Finalmente, como arma temática principal
zoindia: 1 . d4, t¿jf6 2 . c4, e6 3. t¿jc3, j, b4 contra la variante 3 . . . . , a5, las blancas comen
4. t¿jf3, b6 5. j,g5, h6 6. j, h4, j,b7 7. e3, zaron a abandonar a propósito el desarrollo
Jlxc3+ 8. bxc3, d6 9. t¿jd2, seguido de f3 y del caballo a f3 y la idea general de jugar l í
e4. En el caso que nos ocupa, las neg ras neas de la Bogoindia contra las que las negras
han evitado hasta ahora cambiar el alfil de habían ideado su secuencia de jugadas en pri
b4, y consegu i rán aprovechar esta circuns mer lugar.
tancia.
9 . . . . , j,b7 1 0. f3, 0-0 (D) Tisdall-Korchnói
1 0 . . . . , g5 también es bastante buena, pero Cto. de Europa por Equipos, Haifa, 1 989
las negras prefieren operar en el centro. [A40]
1 . d4, e6 2. c4, j, b4+ 3. j,d2, a5 4. t¿j c3,
1 1 . a3, . . .
Las blancas n o están listas para dar s u si
guiente paso : 1 1 . e4, e5 1 2 . a3, exd4 o bien
1 1 . j,d3, e5 1 2 . a3, exd4. Consienten en
ceder otro tiempo para fortificar su peón
« d » . También merec ía la pena estudiar 1 1 .
j,e2.
6. CALIDOSCOPIO TEÓRICO 181
s . . . . , es
'i B.i.B �-•B1
ªB•m n•m•:
En la partida Stohl-Eingorn, Cto. de Austria
por Equipos, 1 999, las negras cometieron un
-�- B BI
grave error posicional, 5 . . . . , CLJf6? 6 . .i,d3, e5
0 , ,, • • 1
7. a3, .i,xc3 8. bxc3! , y las blancas obtuvieron
una forma favorabil ísima de la Variante Sa
misch de la Nimzoindia. En estas circunstan • -
,,,,,,V, d d 1
cias, el avance bloqueador . . . , c5 debilitaría de -�-�- �
� 0
n m -�� .
manera irreparable el flanco de dama negro, y
,, , v,D¡:B B Li'9I
el prematuro desarrollo del caballo a f6 ha he
cho imposible crear contrajuego con . . . , f5.
bxc3.
6. a3, .i,xc3 7 . .i,xc3, . . .
También aquí merecía l a pena pensar 7. �� --- ----= �- M1
7 . . . . , CLJf6 8. f3, . . . 1 4. 0-0-0, Cl:Je5 1 5. @b1 , .i,e6 1 6. Cl:Jf5,
Como d e costumbre, estableceremos la .i,xf5 1 7. exf5, M fe8 1 8 . .i,e2, . . .
analogía apropiada ahora mismo, esta vez con Esto conduce a interesantes complicacio
una variante que se ha mencionado de paso nes.
en el capítulo 4: 1 . c4, e5 2. Cl:Jc3, .i, b4 3. 1 8 . . . . , Cl:Jxc4 1 9. g3, . . .
Cl:Jd5, .i,e7 4. d4, d6 5. e4, Cl:Jf6 6. Cl:Jxe7, 1 9 . .i,e1 , Cl:Je3 2 0. .i,xh4, Cl:Jxc2 21 . .i, b5,
VJ!ixe7 7. f3. Cl:Je3 22 . .i,xe8, Cl:Jxd 1 23. M e1 es una me
8 . . . . , exd4!? jora (p. ej . , 23 . . . . , Cl:Jxb2 24, M e7) ,
Al abrir la gran diagonal , las negras confían 1 9 . . . . , Cl:Je3 20. gxh4, Cl:Jxc2 21 . .i, b5,
en la actividad de sus piezas. Más cauta es 8 . Cl:Je3 22. M dg1 , Cl:Jxf5 23 . .i,xe8, M xe8
. . . , VJ!ie7, manteniendo el peón en e5, pero 24. h5, Cl:Je6
conformándose con tener una posición un po Pese a haber ganado la calidad, resultó que
co peor. las blancas ten ían la peor posición en el final
9. VJ!jxd4, 0-0 1 0. Cl:Je2, Cl:Jc6 1 1 . VJ!jd2, . . . -
(pero 1 O, 58 jugadas).
Evidentemente, una inexactitud. La dama Es interesante observar que en cuanto se
podía haberse retirado a f2 ( 1 1 . �f2!?, CLJd7 y privó de su objetivo estratégico concreto a la
1 2. 0-0-0 o 1 2. �g3) , evitando la necesidad disposición de apertura que adoptaron las ne
de volver a perder tiempo más tarde. gras, los defectos de la jugada de peón por el
11 . . . . , Cl:Jd7 1 2. Cl:Jg3, Cl:Jc5 1 3. VJ!ic2, . . . flanco empezaron a hacerse notar; el princi
S e amenazaba n o solamente 1 3 . . . . , Cl:J b3, pal de ellos es el hecho de que jugando de
sino también 1 3 . . . . , Cl:Ja4, que cambia el alfil esta manera el bando negro se arriesga a ir a
favorito de las blancas. la zaga en la lucha por el centro. En la partida
1 3 . . . . , 'ifh4 (D) siguiente, el segundo j ugador afrontó dificul
1 3 . . . . , VJ!ig5 tampoco es mala, reteniendo tades aún mayores.
de momento al rey blanco en el centro. Podría
seguir (p. ej.) 1 4 . .i,e2, a4 1 5. M d 1 , CLJ b3.
1 82 P R E P A R A C I Ó N C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
ciliarse con la jugada 3 . . . . , a5? El bando ne La partida está más o menos igualada
gro encuentra un modo de compatibilizar (1/2-1/2 , 34 jugadas).
ambas jugadas.
ÍNDIC E D E
J UGADOR E S
Los números corresponden a las paginas.
Cuando el nombre del jugador aparece en ne
grita, ese jugador llevó las blancas. En caso
contrario, el jugador MENCIONADO EN PRI
MER LUGAR llevó las blancas. Entre parénte
sis, partida secundaria.
A D
ADAMS-Kasimdzhanov, 88 DOJOIAN-Eingorn , 1 70
AHUES-Engels, 1 22 DOMÍNGUEZ, L.-Dreev, 1 55
ALEKHI N E-Lancel, 88 DORFMAN-Eingorn, 37
- Nimzowitsch, 7 DREEV-Domínguez, L., 1 55
- Rubinstein, 28, 86
ALEXEEV-Morozévich, 1 29 E
ANAND-Shírov, 1 02 EI NGORN-Arlandi, 1 82
ARLANDl-Eingorn, 1 82 - Aseev, 1 61
ASEEV-Eingorn, 1 61 - Bagírov, 1 73
ATALI K-Loffler, 26 - Bonsch, 1 74
- Dojoian , 1 70
B - Dorfman , 37
BAG ÍROV-Eingorn, 1 73 - Epishin, 1 78
BAREEV-Shcherbakov, 1 66 - Finkel, 91
BERNSTEIN, 0.-Schlechter, 81 - Gashimov, 1 6
BESHUKOV-Tiviakov, 1 3 - Georgiev, Ki. , 31
BOLOGAN-Palo, 75 - Jansa, 1 1 0
- Rublevski, 41 - Kaplun, 1 58
BONDAREVSKl-Bronstein, 67 - Kveinis, 1 68
BÓNSCH-Eingorn, 1 74 - Magerrámov, 1 76
BOTVÍNNI K-Lasker, 1 07 - Smagin, 1 20
- Torán, 1 5 - Sturua, 1 79
BRONSTEIN-Bondarevski , 67 - Tukmakov, 1 76
- Vaganián , 1 05
e - Vaganián, 1 74
CANAL-Rubinstein, 84 ENGELS-Ahues, 1 22
CAPABLANCA-Janowski , 74 EPISHI N-Eingorn, 1 78
CHANDLER-Hebden, 45
1 86 P R E P A R A C I Ó N C R E A T I VA D E A P E R T U R A S
F LIOGKl-Spasski, 1 O
FINKEL-Eingorn, 91 LÓFFLER-Atalik, 26
FISCHER-Taimánov, 94 LPUTIÁN-Sh írov, 1 9
FOM I N IJ-Kunte, 22 LUKÁCS-Rajlich, 64
LUTH ER-Lékó, 1 36
G - Movsesián, 71
GALKIN-Jálifman , 1 41 - Vajda, 1 1 8
GASHI MOV-Eingorn, 1 6
GÉLFAND-Graf, 83 M
GÉLLER-Najdorf, 61 MAGERRÁMOV-Eingorn , 1 76
G EORG I EV, Ki.-Eingorn , 31 MCCAMBRIDG E-Hjartarson, 1 62
GRAF-Gélfand, 83 MCNAB-Motwani , 1 64
MCSHANE-Nielsen, P. H., 1 38
H M I LOV, L.-Naiditsch, 1 26
HEBDEN-Chandler, 45 MOHAN DESl-Leroy, 1 67
HJARTARSON-McCambridge, 1 62 MOROZÉVICH-Alexeev, 1 29
MOTWANl-McNab, 1 64
J - Tukmakov, 1 83
JANOWSKl-Capablanca, 74 MOVSESIÁN-Luther, 71
- Tarrasch , 1 33
JÁLI FMAN-Galkin, 1 41 N
- Vallejo, (1 52) NAI DITSCH-Milov, L., 1 26
JANSA-Eingorn , 1 1 0 NAJDORF-Géller, 61
NAKAMU RA-Sashikiran, 1 40
K NI ELSEN, P. H .-Kariakin, 99
KAPLUN-Eingorn, 1 58 - McShane, 1 38
KARIAKIN-Nielsen, P. H., 99 N I MZOWITSCH-Alekhine, 7
KASIMDZHANOV-Adams, 88
KERES-Olafsson, F., 78 o
KOGAN-Spraggett, 51 OLAFSSON, F.-Keres, 78
KORCHNÓl-Tisdall, 1 80 ONISHCHUK-Zhang Zhong, 1 43
KRÁMNIK-Psajis, 1 1 3
KUNTE- Fominij, 22 p
KVEINIS-Eingorn, 1 68 PALO-Bologan, 75
PIKET-Zviagintsev, 1 52
L PI NTÉR-Polugaevski, 1 23
LANCEL-Alekhine, 88 POLUGAEVSKl-Pintér, 1 23
LASKER-Botvínnik, 1 07 PONOMARIOV-Topálov, 1 46
LAZAREV-Romanishin, 58 PSAJIS-Krámnik, 1 1 3
LÉKÓ-Luther, 1 36
LERNER-Thesing, 55 R
LEROY-Mohandesi, 1 67 RAJLICH-Lukács, 64
ÍNDICE DE JUGADORES 1 87
T
TAIMÁNOV-Fischer, 94
TARRASCH-Janowski , 1 33
ÍNDICE DE
APE RTURAS
Los números corresponden a las páginas. Los
códigos son los de la Enciclopedia. Entre pa
réntesis, aperturas meramente citadas.