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JAGUAR: MITO Y FUERZA QUE SE DEBILITA, UN LLAMADO A LA CONCIENCIA

EN EL DÍA MUNDIAL DE LA VIDA SILVESTRE


Mario E. Cerezo, Marco A. Pinto
Plataforma Boliviana de Acción Frente al Cambio Climático (PBACC)

“El Tigre o Jaguar seguía envuelto en un aura de misterio, originando al mismo tiempo pasiones diametralmente
opuestas: fascinación y dedicación de biólogos y conservacionistas, odio y persecución por parte de algunos
ganaderos y miedo e ignorancia por parte de la mayoría de los habitantes del campo y público en general… y es
que sigue despertando emociones aun hoy en día, que van desde la fascinación y la admiración total hasta la
rabia y el terror más irracional” (Hoogesteijn, 2011).

El Día Mundial de la Vida Silvestre (03 de marzo) nos ofrece la oportunidad de celebrar la belleza y la variedad
de la flora y fauna salvajes existentes en nuestro planeta, de igual manera, es una oportunidad para crear
conciencia acerca de los beneficios de la conservación de estas especies para la humanidad (en lo cultural,
social, económico y medioambiental). Este año, la celebración hace énfasis en los grandes felinos,
principalmente debido a que todos estos comparten un mismo destino en las diversas partes del mundo, ya
que se ven amenazados de forma colectiva por la pérdida de hábitats, el cambio climático, la caza furtiva, el
tráfico ilícito y los conflictos con el ser humano. Es así que, si bien los seres humanos somos responsables de
su declive, también podemos ser su salvación (ONU, Organizacion de Naciones Unidas, 2018).

En Bolivia, el Jaguar (Panthera onca), también conocido como tigre, yaguá o yaguareté (guaraní), inchiquí
(tsimane), caatai (ayoreo), imichursh o nuityimish (chiquitano) (Rumiz, 2015) es una de las dos especies de
grandes felinos que habitan en el país. Actualmente a nivel internacional se encuentra bajo la categoría Casi
Amenazada (NT) (IUCN, 2017) y preocupantemente a nivel nacional se encuentra catalogada como Vulnerable
(VU) (Tarifa & Aguirre, 2009). Entre las causas tradicionales que ponen en riesgo la supervivencia del Jaguar
está la fragmentación de su hábitat por la ocupación humana (principalmente el cambio de uso de suelo para
la agricultura o ganadería), la caza de sus presas y el conflicto con los hatos ganaderos que lo consideran
perjudicial (Tarifa & Aguirre, 2009). “No debemos olvidar que gran parte del área de distribución del jaguar está
ubicada en propiedades privadas destinadas a la cría de ganado, son los ganaderos los que conviven con el jaguar
y en cierta forma decidirán su destino” (Hoogesteijn, 2011).
Se la considera una especie “paraguas”, es decir, debido a su amplio rango de acción (respecto al territorio
que ocupa) al conservar al Jaguar también se garantiza la conservación de diversas otras especies de flora y
fauna. Su presencia se constituye en un indicador de la integridad ecológica de los hábitats así como del estado
de conservación de los ecosistemas, esto debido a que el Jaguar como especie cabeza de la red trófica regula
y controla las poblaciones de herbívoros u otros depredadores que se constituyen en sus presas, entonces,
podemos asegurar que en entornos naturales donde habita éste, podremos encontrar también los animales
de los que se alimenta en un estado de equilibrio, dado que estos (herbívoros) a su vez favorecen la
distribución de semillas y regulan así a otras especies. Tal cual como menciona Hoogesteijn (2011): en el caso
del jaguar (y el puma), su presencia o ausencia incide en importantes consecuencias en la estructura y
mantenimiento de los bosques húmedos tropicales latinoamericanos, lo cual a su vez incide en los patrones
del clima, recursos hídricos y precipitación a nivel local y mundial.

Pero actualmente, el tráfico ilícito de colmillos, garras y pieles ha agravado la situación del Jaguar y se podría
considerar ya como la principal amenaza para la especie a nivel nacional. Hasta el 2014 en Bolivia el tráfico
ilegal de partes del Jaguar (i.e., pieles, colmillos, garras) había sido tomando como un problema de menor
importancia por la sociedad en general, pero es a partir de este año, gracias a las demandas presentadas por
investigadores y conservacionistas bolivianos frente a entes nacionales e internacionales que la noticia de este
deplorable crimen impacta en el sentimiento de la sociedad boliviana. Actualmente se reportan diversos casos
sobre decomisos de partes de Jaguar que serían comercializados en el exterior (principalmente por
ciudadanos chinos), donde las cacerías del imponente felino se dan principalmente en los departamentos de
La Paz, Beni y Santa Cruz. En entrevistas con los cazadores responsables de las muertes de los Jaguares en
diversos lugares del país, estos indican que desconocen la legislación ambiental que prohíbe la caza de
animales para fines comerciales, además indican que la realizan debido a la sustanciosa suma de dinero que
los traficantes ofrecen por cada colmillo de Jaguar (entre 150 y 200 dólares americanos).

La realidad es que hoy en día el camino del Jaguar hacia la extinción es más corto que nunca, a pesar de la
existencia de normativas vigentes que regulan la cacería y el comercio de especies silvestres (e.g., Constitución
Política del Estado, Ley de Medio Ambiente 1333, Decreto Supremo de Veda General e Indefinida, entre otras),
estas parecen no estar dando resultados ya que las penas y sanciones estipuladas en las mismas son ambiguas
y carecen de rigurosidad. Además, el insuficiente control para evitar la caza furtiva y el tráfico ilegal de especies
es evidente siendo el talón de Aquiles en nuestra lucha contra un crimen que ocupa los primeros lugares en
remuneración económica junto al tráfico de armas y drogas a nivel mundial.
Conmemoremos el día Mundial de la Vida Silvestre recordando el objetivo 15 de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS): Proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar
los bosques de forma sostenible, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las
tierras y poner freno a la pérdida de la diversidad biológica. Preservemos nuestra Vida Silvestre, cuidemos
nuestro mágico Jaguar, gran y poderoso ancestro de nuestras culturas milenarias, No perdamos nuestro
poderoso legado, no perdamos el Mito.

Bibliografía
Hoogesteijn, R. (2011). Estrategias anti-depredación para fincas ganaderas en latinoamerica: Una guía. Campo
Grande - Brasil: PANTHERA.

IUCN. (2017). The IUCN Red List of Threatened Species Version 2017-3. Obtenido de www.iucnredlist.org

ONU, Organizacion de Naciones Unidas. (03 de marzo de 2018). Evento: Dia mundial de la vida silvestre.
Obtenido de http://www.un.org/es/events/wildlifeday/sgmessage.shtml

Ruiz, D. I. (2015). El jaguar o Tigre en Bolivia. Bolivia Ecologia Nº78 Fundacion Simon Patiño.

Tarifa, T., & Aguirre, L. F. (2009). Libro Rojo de la Fauna de Vertebrados de Bolivia. La Paz: Ministerio de Medio
Ambiente y Agua Bolivia.

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