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20 MANIAS, RITUALES Y CURIOSIDADES DE ESCRITORES

Para acabar esta serie de entradas que en los últimos días han girando en torno a los libros y la
literatura, repasaremos algunos de lo vicios, manías, costumbres y estridencias de algunos de
los grandes literatos de la historia.

1. El conde de Buffon sólo podía escribir vestido de etiqueta, con puños y chorreras de
encaje y con la espada colgando de su cinturón.
2. Alejandro Dumas, padre, solía vestir cuando escribía algo similar a una sotana de color
rojo, con amplias mangas y en los pies, unas sandalias.
3. Chateaubriand dictaba sus textos a su secretario mientras caminaba descalzo sin parar
por la habitación.
4. Victor Hugo repetía una y otra vez, mientras caminaba por la habitación, las frases y
los versos, para correr a escribirlos cuando le sonaban suficientemente bien.
5. Jean-Jacques Rousseau prefería trabajar al aire libre, en pleno campo, si era posible
con sol y para evitar los ruidos se ponía tapones en los oídos.
6. Montaigne escribía encerrado en una torre abandonada.
7. Schiller, un poeta alemán, escribía con los pies metidos en un barreño lleno de agua
helada.
8. A Lord Byron le inspiraba el aroma de las trufas y por eso siempre solía llevar algunas
con él en sus bolsillos.
9. Gustave Flaubert no se ponía a escribir hasta haberse fumado, al menos, una pipa.
10. Para cumplir los plazos impuestos para la escritura, Victor Hugo le daba orden a su
criado de que custodiara sus ropas y no se las entregara hasta que hubiera acabado el
plazo, por muy pesado que se pusiera pidiéndolas.
11. Honoré de Balzac se acostaba a media tarde y una criada le despertaba a medianoche.
Entonces se vestía con una túnica blanca y se ponía a escribir durante horas.
12. Balzac consumía tazas y tazas de café mientras escribía. No es de extrañar que así
alcanzara la cantidad de obras que alcanzó, más de cien.
13. Thomas Mann reunía por las noches a su familia y les leía lo que había escrito a lo
largo del día. Su familia opinaba y discutían y a veces Mann cambiaba su texto en base
a ello.
14. Galdós se ponía una capa sobre los hombros, una boina azul y una manta sobre las
piernas y solía hacer pequeños dibujos en sus manuscritos, en los márgenes o entre las
líneas.
15. Mark Twain llevaba la cuenta exacta de las palabras que escribía y escribía el número
cada cierto número de páginas en sus manuscritos.
16. Georges Simeon marcaba ocho días en un calendario para dedicarlos exclusivamente a
escribir, y cuatro días para relectura y correcciones. Las ideas básicas las iba
escribiendo en una carpeta amarilla.
17. Georges Simeon escribía sin parar y para ello tenía muchísimos lápices perfectamente
afilados en su escritorio. Su mujer era la encargada de sacar punta diligentemente a
aquel ejército.
18. Muchos escritores han trabajado habitualmente en cafeterías: Claudio Magris, Larra,
González Ruano, Ramón Gómez de la Serna, Sartre…
19. En cambio otros no han encontrado mejor lugar que su casa: Don DeLillo, Pío Baroja,
Neruda, Domenio Rea… Mario Benedetti, en cambio, necesitaba estar en casa para
escribir una novela pero podía escribir poesía en cualquier lado.
20. Don DeLillo asegura que escribir en el ordenador no le gusta porque echa de menos el
repiqueteo de la máquina de escribir. En cambio, Gabriel García Márquez aseguraba
que si hubiera tenido antes su ordenador había escrito cien libros y cien veces
mejores.
Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare son considerados los más grandes
exponentes de la literatura hispana e inglesa respectivamente; ambos murieron un 23 de abril.

Según varios eruditos, las dos últimas obras de Shakespeare, Enrique VIII y Dos parientes nobles, fueron escritas en colaboración con John
Fletcher, otro dramaturgo inglés de aquel tiempo.

En el Nuevo Testamento en el libro de San Mateo dice que "Es más fácil que un camello pase por
el ojo de una aguja a que un rico entre al Reino de los Cielos". El problema es que San Jerónimo,
el traductor del texto, interpretó la palabra "Kamelos" como camello, cuando en realidad en
griego "Kamelos" es una soga gruesa con la que se amarran los barcos a los muelles. En
definitiva el sentido de la frase es el mismo pero ¿cuál parece más coherente?

El primer libro, Harry Potter y la Piedra Filosofal, fue rechazado muchísimas veces por
diferentes agencias literarias.

Las ganancias de la escritora J.K.Rolling son a perpetuidad, esto significa que hasta después de
muerta seguirá ganado dinero.

La autora de Harry Potter es más rica que la Reina de Inglaterra y no cree en la magia.

En sus inicios J. K. Rolling, era tan pobre, que al intentar vender su primer libro, escribió a
máquina dos copias enteras del manuscrito, porque no tenía dinero para fotocopiar el original.

Alfred Nobel, quien hizo su fortuna en la industria del aceite en los campos de Rusia y por medio de la venta de dinamita y otros explosivos, donó al
momento de su muerte $9.2 millones de dólares para el premio que lleva su nombre, el Premio Nobel de la Paz. Algunos dicen que estaba
consternado por haber incrementado la habilidad de la humanidad para matarse unos con otros. Hoy, los premios Nobel son otorgados también a
personas destacadas en las áreas de la física, química, psicología, medicina y literatura.

Era para inspirarse: Mary Wollstonecraft Shelley, la autora de Frankestein, tuvo en su escritorio el corazón de su esposo fallecido, el poeta Percy
Bysshe Shelley.

Gabriel García Márquez nunca usa el adverbio "mente" cuando escribe (como en el ejemplo "él estaba locamente enamorado de Constanza").

El dramaturgo griego Esquilo murió en el año 485 A.C. cuando un águila dejó caer una
tortuga viva sobre él al confundir su calva cabeza con una piedra.
Jorge Luis Borges no es el autor del famoso poema "Instantes". Pertenece con
seguridad al periodista norteamericano Don Herold, aunque hay quienes afirman que
fueron escritos por la también norteamericana Nadine Stair.

Frank Baum, autor de "El maravilloso Mago de Oz", se inspiró para poner el nombre al
país de Oz en el cajón de un archivador cuya etiqueta de ordenación alfabética indicaba
"O-Z".

Graham Greene, escritor británico autor de "El Tercer Hombre", "El Americano
Impasible" y "El Factor Humano", entre otras, dedicaba diariamente a la escritura justo
el tiempo que tardaba en escribir 500 palabras.

La bestia en la cueva fue el primer libro escrito por H. P. Lovecraft tan solo a los quince
años de edad.

La obra maestra de Gustave Flaubert, Madame Bovary, una historia de amor brutal y
realista que trataba sobre el adulterio, fue condenada como pornográfica cuando se
publicó por entregas en un periódico en 1856, y Flaubert fue acusado de ofender la
moral pública y la religión. La corte censuró el libro, pero absolvió a su autor. Aunque
la novela estaba vendiéndose a miles, Flaubert dijo que deseaba tener bastante dinero
como para comprar cada ejemplar, "arrojarlos todos al fuego y no volver a oír hablar
del libro jamás".
El espectáculo de una ejecución pública en París horrorizó tanto a León Tolstoi, que
dijo: "Nunca, bajo ninguna circunstancia, prestaré nuevamente servicio a forma alguna
de gobierno absoluto".

El gran escritor satírico francés Voltaire contribuyó con un enorme servicio a la ciencia.
Hizo que una de sus amantes escribiera una traducción al francés de la obra maestra de
Newton Principia Mathematica, y luego él mismo escribió un comentario. La gracia de
lo escrito por Voltaire ayudó a popularizar en toda Francia los conceptos de Newton.

Los diez libros más vendidos de la historia


1. La Biblia (Entre 2.500 y 6.000 millones de copias vendidas)

2. El libro rojo: Citas del presidente Mao Zedong (Entre 800 y 6.500 millones de
copias vendidas)

3. Xinhua Zidian: Diccionario de caracteres chinos (400 millones de copias


vendidas)

4. Poemas del presidente Mao (400 millones de copias vendidas)

5. Artículos del presidente Mao (252 millones de copias vendidas)

6. El Corán (200 millones de copias vendidas)

7. NOVELA Historia de dos ciudades – Charles Dickens (200 millones de copias


vendidas)

8. NOVELA El Señor de los Anillos – J.R.R. Tolkien (150 millones de copias


vendidas)

9. Escultismo para muchachos – Baden Powell (150 millones de copias vendidas)


10. El libro de Mormón (130 millones de copias vendidas)

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