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Estudio bíblico de Tito Introducción

Tito - Introducción - 1:1


Aparentemente, Pablo y Tito habían estado juntos en un ministerio realizado
en la isla de Creta (como vemos en Tito 1:5). No sabemos cuánto tiempo
permanecieron allí. A medida que recorramos la epístola aprenderemos algo
sobre la gente que vivía en esa isla. Por cierto, Pablo no tenía un buen
concepto de ellos. El apóstol evidentemente salió de allí para ir a otro lugar y
entonces escribió esta carta para Tito, dándole instrucciones sobre lo que tenía
que hacer como joven predicador que era, mientras se quedara en Creta. La
fecha en que esta carta fue escrita puede fijarse entre los años 64 al 67 D.C.
El hecho de que los ministerios de Pablo y de Tito en Creta no fueron
mencionados en el libro de los Hechos de los Apóstoles revela que este libro no
contiene todo el registro de actividades de la iglesia primitiva. En realidad, este
libro es un registro muy breve, y solo los ministerios de dos de los apóstoles
fueron enfatizados: el de Pedro, en la primera parte del libro y el de Pablo en
la segunda parte de la obra. Y ni siquiera tenemos un registro completo de los
ministerios de estos dos apóstoles.
En las dos epístolas a los Tesalonicenses, el gran énfasis de Pablo recayó en la
venida de Cristo, que era para él una esperanza hermosa y brillante para él.
Los críticos de Pablo han afirmado que esa era su posición en la primera parte
de su ministerio, pero que más adelante, ya no lo enfatizó. Sin embargo, la
carta a Tito fue escrita aproximadamente en la misma época que 1 Timoteo,
justamente al final del ministerio del apóstol Pablo. En Tito 2:13, Pablo
escribió: 13mientras aguardamos la esperanza bienaventurada y la
manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Estimado
oyente, Pablo no había perdido la bendita esperanza de la iglesia. Creemos que
esa esperanza estaba brillando radiante y brillaría aun con mayor luminosidad,
como vemos en las palabras del apóstol Pedro en su segunda carta 1:19,
cuando dijo: hasta que el día amanezca y el lucero de la mañana salga en
vuestros corazones.
Timoteo y Tito fueron dos jóvenes predicadores a quienes Pablo tuvo el
privilegio de conducir al Señor. Pablo les llamó a ambos "hijos", sus verdaderos
hijos; es decir, que él les llevó a ambos a un conocimiento salvador de Cristo.
Pablo les escribió cartas a ambos jóvenes; tenemos dos cartas a Timoteo y una
carta dirigida a Tito. Estas cartas fueron llamadas Cartas Pastorales, porque en
ellas Pablo les dio a estos jóvenes predicadores instrucciones sobre la iglesia
local. Estas cartas han demostrado ser muy provechosas para nosotros en la
actualidad. Tenemos tanta clase de otras instrucciones relacionadas con la
iglesia local, que suponemos, podríamos llenar toda una biblioteca con los
libros que se han escrito sobre cómo conducir la iglesia local. En la Biblia solo
tenemos estas tres epístolas, y ellas son muy breves; sin embargo nos
proporcionan información sobre los procedimientos de la iglesia. La impresión
que nos dejan es que si hay una carencia o una necesidad en una iglesia, el
problema no radica en la organización o en el sistema que se utilizaba. Es
decir, que si hay una necesidad en una iglesia, es una necesidad espiritual.
Francamente, sabemos muy poco sobre cualquiera de estos jóvenes
predicadores, Timoteo y Tito. Sin embargo, Tito, parece haber sido más fuerte
que Timoteo, tanto física como espiritualmente. El Apóstol Pablo expresó
menos preocupación en cuanto al bienestar de Tito que por el de Timoteo. Tito
era probablemente una persona más madura, y poseía una personalidad más
viril.
Timoteo era un judío que fue circuncidado por Pablo, pero Tito no era judío y
Pablo se negó a circuncidarle. Recordemos que en la epístola a los Gálatas
leímos que el Apóstol llevó consigo a Tito a Jerusalén, y como no era judío, el
apóstol no permitió que fuera circuncidado (como podemos ver en Gálatas 2:1-
3. Pero cuando llevó consigo a Timoteo, Pablo lo hizo circuncidar (como
podemos ver en Los Hechos 16:1-3). Así que Pablo circuncidó a uno de los
jóvenes predicadores y se negó a circuncidar al otro. Si uno debiera deducir
una regla de esa actitud, sería la siguiente, que encontramos en Gálatas 6:15,
Porque, en Cristo Jesús, ni la circuncisión vale nada ni la incircuncisión, sino la
nueva criatura.
Pablo dijo que él quiso hacerse igual a todos para de alguna manera ganar a
algunos para Cristo. Entre los judíos, se volvió judío, y entre los no judíos,
quiso ser como un no judío. Hizo circuncidar a Timoteo porque ellos iban a ir a
las sinagogas. Pero en aquel gran concilio de la iglesia que se celebró en
Jerusalén, el evangelio estaba en juego, y Pablo no permitió que algún
elemento de legalismo se introdujera en la iglesia (como podemos ver en Los
Hechos 15); por lo tanto, él se negó a permitir que Tito se circuncidara.
Así es, que podemos apreciar, amigo oyente, que es arriesgado establecer una
serie de pequeñas reglas que no son otra cosa que un rito por medio del cual
algunos tratan de vivir la vida cristiana. A menos que usted tenga una relación
personal con el Señor Jesucristo, todo lo demás no sirve absolutamente para
nada.
En esta epístola a Tito tenemos una buena imagen de una iglesia del Nuevo
Testamento en su realización plena en la comunidad, como una organización.
Hay personas que nos escriben diciendo que son miembros de una Iglesia neo-
testamentaria. Pero tengamos en cuenta el control del Espíritu Santo que
existía en una iglesia de aquella época. Recordemos el caso trágico de Ananías
y Safira que murieron por haber mentido al Espíritu Santo (como podemos ver
en Los Hechos 5). Podemos imaginarnos lo que sucedería hoy en algunas
comunidades cristianas si este principio estuviera vigente en la actualidad.
Según esta epístola que tenemos ante nosotros, la Iglesia ideal es aquella que
(1) tiene una organización bien ordenada, (2) que tiene una buena doctrina,
bien fundada en la Palabra de Dios y (3) es pura en la vida, y está preparada
para hacer toda buena obra. Esta es la imagen de la Iglesia del Nuevo
Testamento que esta epístola a Tito nos presenta. En las epístolas a Timoteo el
énfasis recayó sobre la necesidad de la enseñanza de la sana doctrina en la
iglesia. En la carta a Tito, el énfasis se colocó sobre la importancia del orden de
Dios para la conducta de las iglesias. En realidad, el pasaje de Tito 1:5 es la
clave para toda la epístola. Dice este versículo: 5Por esta causa te dejé en
Creta, para que corrigieras lo deficiente y establecieras ancianos en cada
ciudad, así como yo te mandé. O sea, que Tito tenía que poner las cosas en
orden en las iglesias de Creta.
En el capítulo 1 Pablo dijo que la iglesia tenía que ser una organización
ordenada (como vemos en Tito 1:5). En el capítulo 2 enfatizó que la iglesia
tenía que enseñar y predicar la Palabra de Dios. Dijo en el versículo1, 1Pero tú
habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina. El dijo que la iglesia debía
estar doctrinalmente sólida y bien fundada en la fe. Y después, en el capítulo
3, vemos que la iglesia tiene que realizar buenas obras. Dijo el apóstol en 3:1,
1Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan,
que estén dispuestos a toda buena obra. En otras palabras, la iglesia es salva
por gracia, debe vivir por la gracia, y ha de demostrar su fe al mundo a través
de sus buenas obras.
Podríamos decir que sería muy difícil encontrar hoy una iglesia que esté
usando todos estos tres elementos, que esté recalcando estos tres tremendos
énfasis. Algunas enfatizarán uno, y otras iglesias enfatizarán otro. Examinemos
cada uno de ellos con mayor detenimiento.
En primer lugar, la iglesia tiene que ser una iglesia ordenada. Pablo escribió en
1 Corintios 14:40, que todo debía hacerse decentemente y en orden. A veces
uno no encuentra mucho orden en una iglesia, y con frecuencia esta situación
se debe a que hay pocos creyentes con cargos que están tratando de llevar
todo el peso del trabajo y la responsabilidad. Esa iglesia tiene verdaderos
problemas y constituye un motivo de sufrimiento o presión para su pastor. La
iglesia ha de ser, entonces, una iglesia ordenada, no dirigida por uno o dos
diáconos.
En segundo lugar, en muchas iglesias uno encuentra que no hay ningún énfasis
sobre una doctrina sólida, basada en la Palabra de Dios. A causa de ello,
siempre enfatizamos a los pastores jóvenes que no deberían centrarse en
edificar una iglesia enorme ni ninguna clase de imperio. Les aconsejamos que
enseñen y proclamen la Palabra de Dios. Antes que formar una organización
compleja, con muchas instalaciones y dependencias, deberían construir,
edificar en las vidas de hombres y mujeres. Cualquier tipo de organización que
hayan creado en una iglesia podría ser derrumbada por otros más adelante,
después de que ellos se hayan ido. Esto sería una angustiosa experiencia para
un pastor a menos que él se haya propuesto la meta de edificar
espiritualmente las vidas de los hombres y mujeres de su congregación. Este
debería ser el énfasis de cualquier iglesia.
Finalmente, una iglesia debería estar preparada para realizar toda obra buena.
A veces algunas congregaciones colocan un gran énfasis en la doctrina
(aunque no creemos que se ponga demasiado énfasis en ella) y descuidan el
énfasis en las buenas obras. Una iglesia debería estar comprometida en la
realización de buenas obras. Hay mucha gente que necesita a ayuda, no solo
ayuda espiritual sino también ayuda material. Tenemos que ocuparnos en
hacer obras efectivas a favor de las personas, para ayudarlas en sus
necesidades físicas. La obra social de la iglesia a favor de la comunidad en que
se encuentra es de gran importancia. Y nos referimos también a las visitas a
los que están ingresados en hospitales u otras instituciones, en las cuales la
gente es más consciente de su soledad.
Este fue pues un breve resumen de la epístola a Tito. Algunos que profesan ser
cristianos han enfatizado el tercer capítulo, que habla sobre las buenas obras,
pasando por alto los dos capítulos anteriores, que tratan temas de orden y
doctrina. Hasta que una iglesia funcione utilizando todos estos tres aspectos
que Pablo bosquejó, no tiene derecho a considerarse "una iglesia del Nuevo
Testamento".
A continuación presentaremos un breve bosquejo para destacar los principales
puntos de esta carta.
1. La iglesia es una organización. Capítulo 1
A. Introducción, capítulo 1:1-4.
B. Una iglesia ordenada debe tener ancianos reconocidos que cumplan los
requisitos prescriptos. Capítulo 1:5-9.
C. La mala reputación de los Cretenses. Capítulo 1:10-16.
2. La iglesia tiene que enseñar y predicar la Palabra de Dios. Cap. 2
A. La iglesia debe enseñar doctrina sana y sólida, capítulo 2:1-10:
B. La iglesia debe predicar la gracia de Dios, capítulo 2:11-15.
3. La iglesia tiene que realizar buenas obras. Capítulo 3
A. Las buenas obras son una evidencia de salvación, capítulo 3:1-7.
(Las obras del Espíritu Santo)
B. Las buenas obras son provechosas para el presente y el futuro.
Capítulo 3:8-15.
Llegamos así al

Tito 1
Tema: La iglesia es una organización

Introducción
La introducción a Tito es característica de todas las epístolas Pastorales, pero
no es característica de las otras epístolas de Pablo. Leamos el primer versículo
de este capítulo 1:
"Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los
escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad"
Aquí Pablo se presentó como siervo de Dios. La palabra siervo aquí realmente
"esclavo". Pablo dijo que era un esclavo de Dios. Sabemos por el Antiguo
Testamento que un esclavo era alguien que había elegido permanecer como
esclavo de su amo por el resto de su vida.
Y continuó diciendo apóstol de Jesucristo. Pablo estaba defendiendo su
apostolado. EL motivo para hacer valer su apostolado aquí fue que él iba a dar
instrucciones a la iglesia organizada. Estas instrucciones provenían de un
apóstol, el escritor nombrado por el Señor Jesús que se estaba comunicando
con Su iglesia por medio de Sus apóstoles. La Epístola a Tito fue una
comunicación del Señor Jesús también para nosotros.
El versículo continúa con la frase: conforme a la fe de los escogidos de Dios.
Pablo no dijo "por la fe" sino "conforme a la fe", en otras palabras, de acuerdo
con la norma o nivel de fe que se ha fijado para los elegidos de Dios. El hecho
de que usted sea, o no salvo, está basado en lo que usted cree. Dígame qué
piensa de Jesucristo; dígame lo que usted cree sobre Su muerte en la cruz y lo
que significa para usted; dígame lo que usted cree sobre Su resurrección y lo
que significa para usted; dígame si usted cree que la Biblia es la Palabra de
Dios. Con esta información creemos poder deducir si usted es un hijo de Dios o
no. Esta es, pues, la norma. Conforme a la fe de los escogidos de Dios.
La frase los escogidos de Dios era la forma en que Pablo se refería a las
personas salvas. Él no estaba aquí exponiendo en absoluto la doctrina de la
elección.
Y finaliza el versículo diciendo y el conocimiento de la verdad que es según la
piedad. Estimado oyente, si la verdad que usted tiene no le impulsa a vivir una
vida de piedad, una vida de santidad, hay algo que funciona radicalmente mal
en su fe. La verdad inevitablemente conduce a la piedad en la vida práctica y si
no es así, estimado oyente, entonces no es la verdad.
Pablo insistió en este tema; que cuando el evangelio es creído, conducirá a una
vida de piedad, a una vida santa, porque la gente de la isla de Creta estaba
abusando de la gracia de Dios. Ellos decían que si habían sido salvados por la
gracia, eran libres para vivir en el pecado, si así lo deseaban. Y Pablo
respondió aquí en este primer versículo diciendo que cuando la verdad de Dios
es creída, impulsará al que la cree a vivir una vida de santidad. La gracia nos
salva, pero también establece ciertas disciplinas para nuestras vidas y nos
llama a vivir en un nivel elevado. Nadie puede usar la doctrina de la gracia de
Dios como una excusa para el pecado. Si usted piensa que puede ser salvado
por la gracia y vivir en pecado --y permítanos decirlo con respeto y bondad--
entonces quiere decir que usted no ha sido salvado por la gracia; es decir, que
no es salvo en absoluto. Porque la salvación por la gracia conduce a una vida
de santidad.
Bien, amigo oyente, vamos a detenernos aquí por hoy. Hemos solamente
pisado el umbral de esta epístola del Apóstol San Pablo a Tito y, Dios
mediante, continuaremos este estudio en nuestro próximo programa. Le
sugerimos que lea el resto de este primer capítulo para que esté así preparado
para nuestro siguiente estudio y obtenga el mayor provecho posible de esta
pequeña epístola. Le invitamos pues, a acompañarnos al reanudar nuestro
viaje a través de la Biblia, en esta ocasión, por las páginas del Nuevo
Testamento.
Tito 1:2-7
El día de hoy, amigo oyente, volvemos a la epístola del Apóstol San Pablo a
Tito. Aparentemente, Pablo y Tito habían estado juntos en un ministerio
realizado en la isla de Creta (como vemos en Tito 1:5). No sabemos cuánto
tiempo permanecieron allí. A medida que recorramos la epístola aprenderemos
algo sobre la gente que vivía en esa isla. Por cierto, Pablo no tenía un buen
concepto de ellos. El apóstol evidentemente salió de allí para ir a otro lugar y
entonces escribió esta carta para Tito, dándole instrucciones sobre lo que tenía
que hacer como joven predicador que era, mientras se quedara en Creta.
Estamos en el primer capítulo, versículo 1, cuya lectura vamos a repetir para
situarnos en el contexto de nuestro pasaje correspondiente al día de hoy.
"Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los
escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad"
Aquí Pablo se presentó como siervo de Dios. La palabra siervo aquí realmente
"esclavo". Pablo dijo que era un esclavo de Dios. Sabemos por el Antiguo
Testamento que un esclavo era alguien que había elegido permanecer como
esclavo de su amo por el resto de su vida.
Y continuó diciendo apóstol de Jesucristo. Pablo estaba defendiendo su
apostolado. EL motivo para hacer valer su apostolado aquí fue que él iba a dar
instrucciones a la iglesia organizada. Estas instrucciones provenían de un
apóstol, el escritor nombrado por el Señor Jesús que se estaba comunicando
con Su iglesia por medio de Sus apóstoles. La Epístola a Tito fue una
comunicación del Señor Jesús también para nosotros.
El versículo continúa con la frase: conforme a la fe de los escogidos de Dios.
Pablo no dijo "por la fe" sino "conforme a la fe", en otras palabras, de acuerdo
con la norma o nivel de fe que se ha fijado para los elegidos de Dios. El hecho
de que usted sea, o no salvo, está basado en lo que usted cree. Dígame qué
piensa de Jesucristo; dígame lo que usted cree sobre Su muerte en la cruz y lo
que significa para usted; dígame lo que usted cree sobre Su resurrección y lo
que significa para usted; dígame si usted cree que la Biblia es la Palabra de
Dios. Con esta información creemos poder deducir si usted es un hijo de Dios o
no. Esta es, pues, la norma. Conforme a la fe de los escogidos de Dios.
La frase los escogidos de Dios era la forma en que Pablo se refería a las
personas salvas. Él no estaba aquí exponiendo en absoluto la doctrina de la
elección.
Y finaliza el versículo diciendo y el conocimiento de la verdad que es según la
piedad. Estimado oyente, si la verdad que usted tiene no le impulsa a vivir una
vida de piedad, una vida de santidad, hay algo que funciona radicalmente mal
en su fe. La verdad inevitablemente conduce a la piedad en la vida práctica y si
no es así, estimado oyente, entonces no es la verdad.
Pablo insistió en este tema; que cuando el evangelio es creído, conducirá a una
vida de piedad, a una vida santa, porque la gente de la isla de Creta estaba
abusando de la gracia de Dios. Ellos decían que si habían sido salvados por la
gracia, eran libres para vivir en el pecado, si así lo deseaban. Y Pablo
respondió aquí en este primer versículo diciendo que cuando la verdad de Dios
es creída, impulsará al que la cree a vivir una vida de santidad. La gracia nos
salva, pero también establece ciertas disciplinas para nuestras vidas y nos
llama a vivir en un nivel elevado. Nadie puede usar la doctrina de la gracia de
Dios como una excusa para el pecado. Si usted piensa que puede ser salvado
por la gracia y vivir en pecado --y permítanos decirlo con respeto y bondad--
entonces quiere decir que usted no ha sido salvado por la gracia; es decir, que
no es salvo en absoluto. Porque la salvación por la gracia conduce a una vida
de santidad.
Bueno, sigamos ahora considerando lo que dice el versículo 2, de este capítulo
1 de la epístola a Tito:
"En la esperanza de la vida eterna. Dios, que no miente, prometió esta vida
desde antes del principio de los siglos"
La idea aquí es descansar en la esperanza de la vida eterna. En esta carta a
Tito veremos que Pablo habló de gracia en tres tiempos. En el capítulo 2 de
esta epístola a Tito, comenzando con el versículo 11 hasta el trece vemos los
tres tiempos: donde dice: porque la gracia de Dios se ha manifestado para
salvación, nos habla del pasado. Luego, en el versículo 12 leemos: y nos
enseña - lo cual nos habla del presente. Y después, en el versículo 13 tenemos
el futuro, cuando dice: mientras aguardamos la esperanza bienaventurada.
Esta es la esperanza de la cual Pablo estaba hablando, y él dijo que teníamos
que descansar en esa esperanza.
Dice aquí en el versículo 2, Dios, que no miente. Esta esperanza fue prometida
por Dios que no puede mentir. En Romanos 3:4, Pablo escribió: ¡De ninguna
manera! Antes bien, sea Dios veraz y todo hombre mentiroso.
Creemos que a veces nosotros los creyentes casi hacemos de Dios un
mentiroso por la forma en que vivimos. Decimos que creemos algo cuando en
realidad no lo creemos, y actuamos y nos comportamos como si no lo
creyéramos. Pablo dijo que Dios no puede mentir.
Siempre nos ha gustado la idea de predicar algún sermón basándonos en las
cosas que Dios no puede hacer. Y ésta es una de ellas: Dios no puede mentir.
¿Sabía que, por ejemplo, usted puede ver algo todos los días que Dios nunca
ha visto? Sí, amigo oyente, así es. Usted ha visto a un semejante. Dios en
cambio, nunca ha visto a un semejante. Ahora, ¿por qué Dios no puede mentir,
mientras que nosotros sí podemos mentir? Bueno, usted puede hacer algo que
Dios no puede hacer. Es que Dios debe ser verdadero para sí mismo. Él es
santo, y Él es justo. Esta es Su naturaleza, y hay ciertas cosas que Él no puede
hacer debido a esa naturaleza Suya. No es porque le resulte imposible hacerlo;
pero como Dios es verdadero con Su propia naturaleza, no puede hacerlo. Él es
justo y nunca engaña. Es Alguien en quien podemos confiar.
Luego, el Apóstol Pablo continuó diciendo en este versículo: Prometió esta vida
desde antes del principio de los siglos. O sea, que esta promesa fue hecha allá
en la eternidad. Continuemos leyendo el versículo 3:
"Y a su debido tiempo manifestó su palabra por medio de la predicación que
me fue encomendada por mandato de Dios, nuestro Salvador."
Aquí a su debido tiempo, significa en el momento apropiado dentro de Sus
planes. Dios actúa de una manera ordenada en todo lo que hace. Es por eso
que Dios hace que el árbol dé su fruto en la primavera, y esos hermosos brotes
no saldrán cuando caigan los primeros copos de nieve; el fruto espera hasta
que llegue la primavera.
Y así la frase se completa diciendo: a su debido tiempo manifestó su palabra
por medio de la predicación. La palabra que aquí se traduce como
"predicación" proviene del Griego "kerux", que significa "heraldo" o "trompeta".
Y una trompeta se utilizaba en aquellos días para hacer una proclamación, un
anuncio. Si algún gobernante tenía que comunicar alguna proclamación, salía
un trompetista, hacía sonar una trompeta, y entonces se efectuaba el anuncio.
Y esta es la idea que se expresa aquí. Pablo estaba diciendo que Dios, en el
momento correcto y oportuno manifestó su Palabra por medio de una
proclamación. Y después añadió que se le había encomendado proclamar la
Palabra por mandato de Dios nuestro Salvador. Y continuó diciendo en el
versículo 4 de este primer capítulo:
"A Tito, verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios
Padre y del Señor Jesucristo, nuestro Salvador."
Aquí dice que Tito era verdadero hijo. Pablo había conducido a Tito a un
conocimiento salvador del Señor Jesucristo. Tito era el hijo espiritual de Pablo.
Y continuó diciendo en la común fe. La fe común era la fe que era compartida
por todos, la fe que todos los creyentes debían tener. Era una fe viva en el
Señor Jesucristo.
Luego, él le dijo a Tito: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor
Jesucristo, nuestro Salvador. La gracia de Dios había aparecido y, por lo tanto,
Dios extiende Su misericordia hacia nosotros hoy. Yo no sé en cuanto a usted,
amigo oyente, pero nosotros necesitamos usar mucho de la misericordia de
Dios, y nos sentimos agradecidos porque Él es bueno con nosotros y no nos
trata según nuestra terquedad y desobediencia. Él simplemente ha sido
bondadoso con nosotros. Después se mencionan aquí la gracia, misericordia y
paz. La paz es la posesión presente del creyente, pero también hay una paz
que vendrá cuando venga el Príncipe de Paz, Y todo ello proviene de Dios
Padre y del Señor Jesucristo, nuestro Salvador.
Llegamos ahora a la primera subdivisión de este capítulo 1, que hemos
titulado:

Una igleisa ordenada debe tener ancianos reconocidos


que cumplan los requisitos prescritos
Este es un título largo, pero pertenece a una sección muy importante de la
Biblia, que se extiende desde el versículo 5 al 9. Leamos entonces el versículo
5 de este primer capítulo:
"Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieras lo deficiente y
establecieras ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé."
El Apóstol Pablo había dejado a Tito en Creta para que organizara a las iglesias
locales con ancianos como sus líderes espirituales. Ahora, en primer lugar
queremos considerar esta isla de Creta. Es una de las islas más grandes del
Mar Mediterráneo. Había mucho de mitología y de tradición relacionadas con
esta isla, como es también el caso con todas las islas griegas. Según la
tradición, fue Minos el que primero les dio las leyes a los cretenses. Él había
conquistado los piratas del Egeo que allí se encontraban, y estableció una flota.
Después de la guerra de Troya, las ciudades principales de la isla, se
constituyeron a sí mismas en varias repúblicas, la mayoría de ellas
independientes. Creta fue anexionada al Imperio Romano en el año 67 AC.
Estas ciudades principales eran Cnosos, Sidonia, y Gortyna. Y aparentemente
había iglesias en todos estos lugares. Pablo pareció haber realizado una obra
misionera muy efectiva en esa isla, aunque no tenemos ninguna información al
respecto en la Biblia. En realidad no tenemos ninguna prueba absoluta de que,
antes de su viaje a Roma, él hubiera ido alguna vez a la isla de Creta. Pero por
la información que se nos dio en esta breve epístola, nos inclinamos a creer
que él estuvo allí y dejó a Tito para organizar las iglesias que fueron fundadas
por él y por Tito.
Ahora, Creta era evidentemente un lugar bastante malo y las personas no
parecían ser muy buenas que digamos. Pablo no dijo cosas muy buenas acerca
de ellas. Dijo que eran mentirosas, y esa era sin duda alguna la característica
por la que se destacaban en aquellos tiempos. Había una palabra en Griego,
"kretizien" que significa "hablar como un cretense" y era sinónima de ser un
mentiroso. Uno de sus propios poetas escribió lo siguiente: "Creta, que
mantiene cien ciudades, no puede negar esto aunque se haya entregado a la
mentira".
Aunque los cretenses eran conocidos como mentirosos, y Pablo tendría otras
cosas elogiosas que decir sobre ellos, muchos de aquel pueblo se entregaron al
Señor, y Pablo le escribió a Tito para que organizara sus iglesias.
Por ello le encargó lo siguiente: que corrigieras lo deficiente y establecieras
ancianos en cada ciudad. El don de un anciano es un don de hombres a la
iglesia. El mero hecho de colocar las manos sobre la cabeza de algunos
hombres, y por cumplir algún rito, no los convertirá en ancianos. Pero creemos
que es importante hacerlo con hombres que tienen el don de ancianos. Ahora,
creemos que las iglesias en Creta tenían ancianos, pero ellos nunca habían sido
reconocidos oficialmente o separados para ese ministerio. Eran hombres que
tenían el don de supervisar las iglesias y estaban ejercitando ese don sin tener
la autoridad para ello. Tito tenía que nombrar ancianos. Estableciéndolos en
cada ciudad.
Y Pablo añadió así como yo te mandé. Es decir que tenía del apóstol un
mandato expreso de nombrar ancianos en aquellas ciudades.
Un hombre que ejerce el oficio o ministerio de un anciano debería tener el don
para ser anciano. Hay ciertas personas que son nombrados para cargos en la
iglesia y que no tienen en absoluto el don para desempeñar esas
responsabilidades. Ese podría ser un problema en muchas congregaciones en
la actualidad. Y esa sería la mitad del problema; y la otra mitad sería que hay
hombres buenos que tienen el don y no son nombrados para ejercer esa
responsabilidad en la iglesia. Y como resultado, algunas iglesias no están
siendo dirigidas por las personas adecuadas, por lo cual pueden surgir toda
clase de problemas.
Ahora el apóstol procedió a presentar los requisitos para los hombres que
tenían que ejercer ese cargo. Leamos el versículo 6 de este primer capítulo de
la carta a Tito:
"El anciano debe ser irreprochable, marido de una sola mujer, y que tenga
hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía."
Comenzó diciendo que debe ser irreprochable. No quiere decir que esa persona
tenga que ser perfecta, sin pecado. Significa que cualquier acusación que se
puede hacer contra ella no sea cierta. Su vida debe ser intachable.
Cuando alguien puede señalar a un cargo de la iglesia y acusarlo
acertadamente de deshonestidad, entonces la causa de Cristo es perjudicada y
tal persona no debería continuar en ese ministerio de la iglesia.
Además dijo que debía ser marido de una sola mujer, y que tenga hijos
creyentes. Si un hombre no puede guiar a sus propios hijos al Señor, no
debería ocupar un cargo en la iglesia. En este punto no queremos ser mal
entendidos. Reconocemos que hoy en muchos hermosos hogares cristianos
hay un hijo o una hija que está lejos del Señor y que no muestra evidencias de
una educación piadosa. Un hombre puede ser una buena persona, un hombre
piadoso que tiene un buen hogar cristiano, y que no es culpable de nada que
cause que ese hijo o hija permanezca alejado del Señor. Pero él no debería
ocupar un cargo de responsabilidad en la iglesia. Como responsable de la
iglesia, podría ser llamado para emitir un juicio sobre alguna otra persona. Esa
persona, a su vez, podría preguntarle: "¿Y qué me dice de usted? ¿Qué puede
decirme de su hijo, o de su hija? ¿Qué derecho tiene usted para llamarme la
atención?" Así que, por la causa de Cristo y por el bien del cargo mismo, un
responsable de la iglesia debe tener hijos creyentes y obedientes.
Y finalizó diciendo el apóstol que no estén acusados de disolución o de
rebeldía. O sea, que no puedan ser acusados de libertinaje, de llevar una vida
de vicios o costumbres relajadas. En cambio, deberían preocuparse en vivir
una vida que traiga honra y gloria al Señor Jesús, y en proclamar Su palabra. Y
en el versículo 7 de este primer capítulo, Pablo añadió:
"Es necesario que el obispo sea irreprochable, como administrador de Dios; no
obstinado, no iracundo, no dado al vino, no amigo de contiendas, no codicioso
de ganancias deshonestas."
Esto es muy práctico. Un obispo (o anciano) no debe ser obstinado, porque es
un administrador, un mayordomo de Dios, así como un representante de la
gente. El está en la iglesia para encontrar y hacer la voluntad de Dios.
No iracundo significa no susceptible. Es decir, que no debe ser una persona
que se enoja con toda facilidad.
También se incluye en la lista no codicioso de ganancias deshonestas.
Estas tienen que ser las características de un "obispo". Como hemos dicho
anteriormente, anciano u obispo son términos sinónimos. La palabra "anciano"
(presbuteros) se refiere al individuo, y tenía que ser una persona madura,
tanto física como espiritualmente. Un "obispo" (episkopos) era un supervisor;
el gobernaba la iglesia. Por lo tanto, esta palabra se refería al oficio, al cargo, a
la posición pública. Pero una iglesia nunca debía tener a un solo hombre
nombrado como obispo o anciano. Siempre había varias en una iglesia.
Ha habido algún desacuerdo sobre si ya había ancianos en las iglesias de Creta
y Tito tuvo que ordenarlos, o si más bien no había ninguno y Tito tuvo que
nombrar a algunos. Si se trataba de este último caso (que no creemos que
fuera), entonces pensamos que las iglesias habrían tenido que estar de
acuerdo con los hombres que Tito nombrara, Sin embargo, esta no era la
cuestión principal, y no debería ser el asunto más importante en las iglesias
actuales. El énfasis de Pablo recaía sobre los requisitos personales del hombre
para desempeñar esa posición en la iglesia.
Estimado debemos terminar aquí por hoy, pero le invitamos a acompañarnos
en nuestro próximo estudio y le sugerimos que lea el resto de este primer
capítulo de esta carta de Pablo a Tito, para familiarizarse con su contenido.

Tito 1:8-2:1
En este día, amigo oyente, regresamos a la epístola del Apóstol Pablo a Tito, y
vamos a considerar nuevamente lo que se nos dice en el capítulo 1,
comenzando con el versículo 8. Estamos en una sección que comenzó en el
versículo 5 y que se extenderá hasta el versículo 9. En esta sección se afirmó
que una iglesia ordenada debía tener ancianos reconocidos o nombrados
oficialmente, que cumplieran los requisitos prescritos. Y como finalizamos
nuestro programa anterior con el versículo 7, vamos a recordar brevemente lo
que dijimos acerca de la conducta del anciano u obispo. Leamos entonces el
versículo 7 de este primer capítulo, que dice:
"Es necesario que el obispo sea irreprochable, como administrador de Dios; no
soberbio, no iracundo, no dado al vino, no amigo de contiendas, no codicioso
de ganancias deshonestas."
Esto es muy práctico. Un obispo (o anciano) no debe ser obstinado, porque es
un administrador, un mayordomo de Dios, así como un representante de la
gente. El está en la iglesia para encontrar y hacer la voluntad de Dios.
No iracundo significa no susceptible. Es decir, que no debe ser una persona
que se enoja con toda facilidad.
También se incluye en la lista no codicioso de ganancias deshonestas.
Estas tienen que ser las características de un "obispo". Como hemos dicho
anteriormente, anciano u obispo son términos sinónimos. La palabra "anciano"
(presbuteros) se refiere al individuo, que tenía que ser una persona madura,
tanto física como espiritualmente. Un "obispo" (episkopos) era un supervisor;
el gobernaba la iglesia. Por lo tanto, esta palabra se refería al oficio, al cargo, a
la posición pública. Pero una iglesia nunca debía tener a un solo hombre
nombrado como obispo o anciano. Siempre había varias en una iglesia.
Ha habido algún desacuerdo sobre si ya había ancianos en las iglesias de Creta
y Tito tuvo que ordenarlos, o si más bien no había ninguno y Tito tuvo que
nombrar a algunos. Si se trataba de este último caso (que no creemos que
fuera), entonces pensamos que las iglesias habrían tenido que estar de
acuerdo con los hombres que Tito nombrara, Sin embargo, esta no era la
cuestión principal, y no debería ser el asunto más importante en las iglesias
actuales. El énfasis de Pablo recaía sobre los requisitos personales del hombre
para desempeñar esa posición en la iglesia.
Así pues, en el versículo 8, de este capítulo 1, de la epístola a Tito, leemos:
"Debe ser hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí
mismo"
Estos son los requisitos que un anciano debía cumplir y seguramente el
significado es familiar para nosotros. Y Pablo continuó diciendo en el versículo
9:
"Retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también
pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen."
Había dos cosas que un cargo nombrado en la iglesia debía poder hacer: (1)
Debía ser capaz de exhortar, es decir, de enseñar la Palabra de Dios; y (2)
tenía que ser capaz de refutar a los herejes. Creemos que los que ejercen un
cargo en la iglesia deben ser personas Bíblicamente bien preparadas. (A veces,
en época de guerra, los ejércitos se ven forzados a nombrar a tenientes o
sargentos en una forma más rápida que lo acostumbrado. Como resultado, se
tienen personas que son un poco, digamos, peculiares ocupando su cargo. Así
es que, pensamos que lo mismo debe aplicarse en la iglesia. ) Recordemos que
Pablo le dijo a Timoteo en su primera carta 5:22, No impongas con ligereza las
manos a ninguno. Es decir, por ejemplo y simplificando el factor tiempo, que
no se tiene que elegir a un hombre que se convirtió una noche, digamos,
pedirle en la noche siguiente que presente su testimonio personal, nombrarle
para un cargo oficial en la iglesia en la tercera noche, para ser un predicador
del evangelio en la cuarta noche, y para pastor de la iglesia en la quinta noche.
A veces se actúa con esa rapidez en la actualidad, y ello es negativo para la
iglesia. Un cargo oficial de la iglesia debería ser capaz de mantenerse firme en
la Palabra de Dios, y de enseñarla a los demás. Y ahora llegamos a un párrafo
que en nuestro bosquejo general hemos titulado

La mala reputación de los cretenses


y que se extiende desde el versículo 10 hasta el 16 de este capítulo 1.
Tenemos que recordar que todos los hombres son pecadores; somos todos
hermanos en el sentido en que todos somos pecadores. Todos los hombres no
están en una fraternidad de Dios, porque esa relación solo surge a través del
Nuevo Nacimiento espiritual, convirtiéndonos en hijos de Dios por medio de la
fe en Cristo. Pero seguramente, todos somos hijos de Adán, y en Adán todos
mueren, porque todos han pecado (como vemos en 1 Corintios 15:22). Sin
embargo, los Cretenses tenían una reputación especialmente mala. Leamos el
versículo 10 de este capítulo 1:
"Hay aún muchos obstinados, habladores de vanidades y engañadores,
mayormente los de la circuncisión."
Hay personas que les gusta demasiado hablar, de cuyas bocas brotan palabras
vacías a la velocidad de un relámpago, y su conversación es superficial, frívola.
Una cosa es pasar un momento agradable con una conversación distendida,
desenfadada, alegre al tener momentos de diversión sana. Pero lo que Pablo
estaba condenando aquí era ese hablar por los codos sin pronunciar otra cosa
que palabras sin sentido.
Y en este versículo se mencionó también a los engañadores, mayormente los
de la circuncisión. Pablo se estaba refiriendo aquí a aquellos que procuraban
contradecir su enseñanza (como partidarios de la circuncisión o procedentes
del judaísmo). Y añadió el apóstol en el versículo 11:
"A esos es preciso tapar la boca, porque trastornan casas enteras enseñando
por ganancia deshonesta lo que no conviene."
Aquí se habló de los que trastornan casas enteras. Quería decir que arruinaban
a familias enteras. Este era un problema muy grave. Donde quiera que sea
sembrada la Palabra de Dios, siempre entra Satanás. Él es el enemigo, y
siempre entra a sembrar la cizaña, la mala semilla, entre el trigo. Ahora, en
Creta, se había realizado una gran obra para la causa de Cristo, pero el
enemigo se encontraba allí mismo para sembrar su propia semilla. Luego, en el
versículo 12, dijo el apóstol:
"Uno de ellos, su propio profeta, dijo: Los cretenses son siempre mentirosos,
malas bestias, glotones ociosos."
Lo de malas bestias significaba que los Cretenses eran groseros y crueles.
Pablo no estaba siendo muy elogioso aquí, ¿no es cierto? Pero esta era la
reputación que ellos tenían en el mundo Romano del tiempo de Pablo. Pablo
estaba citando el poeta Cretense Epimenides, que había nacido en Creta
algunos siglos antes. Otro poeta escribió: "Creta, que mantiene a cien
ciudades, no puede negar esto, aunque acostumbran a mentir". Pablo dijo, los
cretenses son siempre mentirosos. Esto no significaba que cada persona que
vivía en Creta era mentirosa. Pero esa era la reputación que tenían.
Y es maravilloso lo que la gracia de Dios puede hacer e hizo entre esta gente
de la isla de Creta. Eran mentirosos, bestiales en su forma de actuar,
perezosos y glotones. Pero aquí vemos el poder transformador del evangelio
en las vidas de las personas. Muchos de ellos se entregaron a Cristo y sus
vidas cambiaron. Y continuó el apóstol Pablo con dándole a Tito sus
instrucciones, y le dijo en el versículo 13:
"Este testimonio es verdadero. Por eso, repréndelos duramente, para que sean
sanos en la fe"
Pablo le estaba diciendo aquí a Tito que él tenía que ser un poco más estricto
con esta gente que lo que había sido con otros, a causa de sus antecedentes, y
por su misma naturaleza. Y añadió en el versículo 14:
"Y no atiendan a fábulas judaicas ni a mandamientos de hombres que se
apartan de la verdad."
Observemos la frase no atiendan a fábulas judaicas. Pablo aquí no se refería
solamente al legalismo. Surgieron muchos escritos alrededor de la ley de
Moisés, que incluyeron al Talmud y a muchas otras obras. No hemos leído
muchos de estos escritos judíos porque nunca nos interesaron realmente. Pero
hemos leído algunos, y hemos comprobado que entre esas obras hay cuentos
bastante extraños.
Y ahora veamos la frase mandamientos de hombres que se apartan de la
verdad. El Señor Jesús reprendió a los líderes religiosos por haber agregado
tradiciones a la ley de Dios, y de esto creemos que estaba hablando Pablo
aquí. Las enseñanzas del legalismo se presentaban en dos fases; una afirmaba
que una persona se salvaba por la Ley, y la otra, afirmaba que una persona
tenía que vivir por la Ley. Ambas enseñanzas eran y son muy peligrosas.
Nosotros somos salvos por la gracia de Dios y, en realidad, estamos llamados a
vivir en un nivel más alto que el de los Diez Mandamientos. Dios entregó los
Diez Mandamientos a una nación, y creemos que deberían ser hoy la ley para
todo el mundo. Cuando Dios dijo No matarás, esa ley debería estar vigente
para todos, sean cristianos o no, es decir, que debería abarcar a todo el
mundo. Sin embargo, a aquellos que han sido salvados por la gracia de Dios se
les han dado instrucciones para vivir que se encuentran en un plano aun más
elevado que el de la ley. Ahora, el versículo 15 de este capítulo 1, de la
epístola a Tito, dice:
"Todas las cosas son puras para los puros, pero para los corrompidos e
incrédulos nada es puro, pues hasta su mente y su conciencia están
corrompidas."
Este es un versículo que es utilizado por personas que dicen que si somos
salvos por la gracia de Dios, no importa como vivamos; es decir, que si somos
salvos, somos puros y podemos vivir de la forma que más nos agrade. Ciertos
cultos y sectas han desarrollado esta enseñanza, diciendo que ellos pueden
vivir en el pecado (aunque no lo llaman pecado, para ellos no es pecado)
porque, como dice este versículo 15, Todas las cosas son puras para los puros.
Lo que Pablo estaba diciendo no tenía en absoluto nada que ver con cuestiones
morales. Él estaba hablando de este asunto del legalismo y de comer carnes.
La enseñanza de muchos cultos y sectas con frecuencia incluye una dieta fuera
de lo normal. Pero Pablo dijo: Todas las cosas son puras para los puros. En
otras palabras, no importa en absoluto que usted como o no coma carne. Toda
la comida es pura. Usted puede comer cualquier cosa que le apetezca, en base
al principio que el apóstol enunció de que para los puros, todo es puro.
Si usted no es un creyente, cualquier dieta especial que usted pueda preparar,
no altera para nada su relación con Dios, es decir, que no le puede salvar.
Usted puede comer todos los vegetales que quiera, pero si usted no ha
arreglado su situación de alejamiento de Dios, esos alimentos no le convertirán
en una persona pura. El Señor Jesús dijo que lo que contamina no es lo que
entra al hombre, sino lo que sale de él. Literalmente dijo Jesús en Mateo 15:18
y 19. Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al
hombre, porque del corazón salen los malos pensamientos. . . Continuemos
leyendo el versículo 16 de este primer capítulo de la epístola de Pablo a Tito:
"Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y
rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra."
Esta frase tan antigua es, a la vez, de rigurosa actualidad. Profesan conocer a
Dios, pero con los hechos lo niegan. Muchos que hoy profesan ser creyentes,
pueden negar, y en efecto niegan a Dios por las vidas que viven. Y niegan la
Palabra de Dios. Uno puede parecer un creyente muy fiel por sus gestos, sus
actitudes externas cuando se encuentra entre otros creyentes, su lenguaje
piadoso y su aparente conocimiento de la Biblia. Incluso, puede que una
persona, aunque parezca creer, no crea realmente en la Biblia. Y así, sus
palabras y actitudes externas, pueden haberle creado una imagen que no se
corresponde con su verdadera imagen, su imagen interior. Es que uno puede
negar las enseñanzas de la Biblia por la clase de vida que vive, y puede incluso
negar al mismo Dios por sus obras, por su conducta en la vida.
Y el apóstol Pablo continuó describiendo a estas personas en la última frase de
este versículo 16 y dijo: Siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto
a toda buena obra. Las ceremonias y rituales no pueden cambiar el corazón
malvado del ser humano. Solo la Palabra de Dios puede transformar el corazón
humano. Cuando el corazón es cambiado, la vida revelará ese cambio interior.
Los apóstoles Pablo y Santiago nunca estuvieron en desacuerdo; ambos
dijeron que la fe sin obras estaba muerta. La fe que salva produce una vida
santa. Como dijo Calvino: "La fe sola, salva; pero la fe que salva no está sola".
Y así llegamos al

Tito 2
Tema: La iglesia tiene que enseñar y predicar la Palabra de Dios.

La iglesia tiene que enseñar doctrina sana y sólida


La iglesia tiene que enseñar la doctrina basada en la Palabra de Dios; en caso
contrario, no es una iglesia. Recordemos que al comienzo mismo de la iglesia,
en el día de Pentecostés, se nos dijo, en Los Hechos 2:42, que los que fueron
añadidos a la iglesia en aquel día... perseveraban en la doctrina de los
apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las
oraciones. Estas fueron las señales de identidad de la primera iglesia: la
doctrina de los apóstoles, la comunión, el partimiento del pan y la oración.
Realmente no importa el aspecto del edificio de una iglesia, su decoración
interior o la comodidad de sus instalaciones. Es el mensaje que resuena desde
el púlpito lo que nos dirá si la iglesia es realmente una iglesia, organizada
como Pablo la entendió, y como la Palabra de Dios la describe.
En el primer capítulo encontramos que los ancianos a quienes Tito iba a
nombrar tenían que ser capaces de hacer dos cosas: exhortar y refutar a los
herejes. Es importante que un responsable de la iglesia no pase la totalidad de
su ministerio rebatiendo lo que digan todos los demás. Hay algunos que
desempeñan lo que llamaríamos un ministerio negativo: todo lo que hacen
consiste en atacar a los enemigos del evangelio. Esto es importante, pero
creemos que todos necesitamos ocuparnos en un ministerio equilibrado. Un
anciano debería poder exhortar desde la Palabra de Dios, así como debería ser
capaz de responder a un hereje. Encontraremos que en este segundo capítulo
de la carta a Tito, el énfasis del apóstol Pablo recaerá en la enseñanza de la
Palabra de Dios. Antes de concluir hoy, y para captar el tono del mencionado
énfasis del apóstol, expresado en este capítulo, vamos a leer el primer
versículo de este segundo capítulo de esta carta dirigida a Tito:
"Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina."
La expresión sana doctrina, que puede traducirse también como "sana
enseñanza" significa la doctrina de los apóstoles. El tema más importante, el
primero en la lista de prioridades de la iglesia primitiva era la doctrina de los
apóstoles. Por cierto, lo que leemos en estas epístolas o cartas que estamos
estudiando es también una parte de la doctrina de los apóstoles.
Así que recordemos que, tal como lo expusimos en nuestra introducción al
libro, el bosquejo que seguiremos en este segundo capítulo será el siguiente:
"La iglesia debe enseñar la doctrina sana y sólida (versículos 1 al 10) y, "La
iglesia debe predicar la gracia de Dios (versículos 11 al 15).
Bien, vamos a detenernos aquí por hoy, y continuaremos desarrollando este
tema, Dios mediante, en nuestro próximo programa. Le invitamos pues, a que
nos acompañe y le sugerimos que, antes de reanudar nuestro recorrido por
esta carta de San Pablo a Tito, continúe leyendo este capítulo 2 hasta llegar al
final, para estar así más familiarizado con el contenido del mismo.

Tito 2:1-15
En este día, amigo oyente, llegamos al segundo capítulo de esta epístola del
Apóstol Pablo a Tito. En el primer capítulo, vimos a la iglesia como una
organización y el tema desarrollado tenía que ver con el orden divino en la
iglesia local. Una iglesia ordenada debía tener ancianos reconocidos
oficialmente, que cumplieran los requisitos Bíblicos establecidos. Y así llegamos
al

Tito 2
Tema: La iglesia tiene que enseñar y predicar la Palabra de Dios.

La iglesia tiene que enseñar doctrina sana y sólida


La iglesia tiene que enseñar la doctrina basada en la Palabra de Dios; en caso
contrario, no es una iglesia. Recordemos que al comienzo mismo de la iglesia,
en el día de Pentecostés, se nos dijo, en Los Hechos 2:42, que los que fueron
añadidos a la iglesia en aquel día ....perseveraban en la doctrina de los
apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las
oraciones. Estas fueron las señales de identidad de la primera iglesia: la
doctrina de los apóstoles, la comunión, el partimiento del pan y la oración.
Realmente no importa el aspecto del edificio de una iglesia, su decoración
interior o la comodidad de sus instalaciones. Es el mensaje que resuena desde
el púlpito lo que nos dirá si la iglesia es realmente una iglesia, organizada
como Pablo la entendió, y como la Palabra de Dios la describe.
En el primer capítulo encontramos que los ancianos a quienes Tito iba a
nombrar tenían que ser capaces de hacer dos cosas: exhortar y refutar a los
herejes. Es importante que un responsable de la iglesia no pase la totalidad de
su ministerio rebatiendo lo que digan todos los demás. Hay algunos que
desempeñan lo que llamaríamos un ministerio negativo: todo lo que hacen
consiste en atacar a los enemigos del evangelio. Esto es importante, pero
creemos que todos necesitamos ocuparnos en un ministerio equilibrado. Un
anciano debería poder exhortar desde la Palabra de Dios, así como debería ser
capaz de responder a un hereje. Encontraremos que en este segundo capítulo
de la carta a Tito, el énfasis del apóstol Pablo recaerá en la enseñanza de la
Palabra de Dios. Antes de concluir hoy, y para captar el tono del mencionado
énfasis del apóstol, expresado en este capítulo, vamos a leer el primer
versículo de este segundo capítulo de esta carta dirigida a Tito:
"Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina."
La expresión sana doctrina, que puede traducirse también como "sana
enseñanza" significa la doctrina de los apóstoles. El tema más importante, el
primero en la lista de prioridades de la iglesia primitiva era la doctrina de los
apóstoles. Por cierto, lo que leemos en estas epístolas o cartas que estamos
estudiando es también una parte de la doctrina de los apóstoles.
Así que recordemos que, tal como lo expusimos en nuestra introducción al
libro, el bosquejo que seguiremos en este segundo capítulo será el siguiente:
"La iglesia debe enseñar la doctrina sana y sólida (versículos 1 al 10) y, "La
iglesia debe predicar la gracia de Dios (versículos 11 al 15).
Veamos lo que dice pues, el versículo 2 de este capítulo 2 de la epístola a Tito:
"Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor,
en la paciencia."
O sea que, ellos tenían que ser sanos en su amor y su paciencia. Ellos tienen
que ser sobrios, es decir, vigilantes, muy serios, hombres que pudieran ser
respetados y que capaces de controlarse a sí mismos. Tenemos luego, el
mensaje para las ancianas en el versículo 3, donde leemos:
"Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte. Que no sean
calumniadoras ni esclavas del vino, sino maestras del bien."
Las mujeres de avanzada edad deben ser reverentes en su conducta.
Calumniadoras aquí se refiere a no ser chismosas, ni adictas al mucho vino. Y
debían ser maestras del bien para las mujeres más jóvenes. Continuemos
leyendo los versículos 4 y 5 de este segundo capítulo:
"Que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser
prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para
que la palabra de Dios no sea blasfemada."
Hay varias cosas que se pueden destacar aquí. Cuidadosas de su casa, esto
nos indica la importancia de la influencia y la actividad de la mujer en el hogar
como esposa y como madre, especialmente en los tiempos difíciles en que
vivimos para la estabilidad de la familia, las relaciones conyugales y las
relaciones entre padres e hijos.
Ahora, también dice de ellas que sean buenas, sujetas a sus maridos. La idea
de obediencia aquí es que una mujer que responda a su esposo. El responder o
el reaccionar ante la otra parte en una relación de amor es comprensiva y
positiva. Esta es la misma palabra griega que el Apóstol Pablo usó en el
capítulo 8 de su epístola a los Romanos, versículo 7. Allí se habla en cuanto a
la obediencia, y se ha traducido como sujeción. Pero creemos que es necesario
comprender lo que quiere decir. En el versículo 7 del capítulo 8, de la epístola
a los Romanos dice: Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra
Dios, porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden. El
pensamiento del apóstol Pablo es que el hombre natural, el hombre carnal, no
puede responder a Dios, porque no tiene ninguna relación con Él, no ha
reconocido ni aceptado ese amor de Dios que inicia una relación. Él no tiene
manera de responder a Dios Ahora, la esposa debe responder a su esposo, es
decir, que debe responder al amor de su esposo. Bueno, continuemos adelante
porque el Apóstol Pablo se a otras personas en particular. Leamos el versículo
6 de este capítulo 2, de la epístola a Tito:
"Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes."
Vemos que aquí el apóstol dirigió su atención a los jóvenes, y probablemente
quiso decir que Tito era el que se encargaría de enseñar a los jóvenes. Y
continuó diciendo en el versículo 7:
"Preséntate tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza,
mostrando integridad, seriedad"
Dice aquí en la enseñanza mostrando integridad, seriedad. La integridad
contiene la idea de la incorruptibilidad, de pureza; es decir, que en su
enseñanza él tenía que mostrar su fe completa en la Palabra de Dios, y
apreciar la seriedad de los asuntos que él estaba tratando. Y dijo también el
versículo 8 de este segundo capítulo:
"Palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence y no
tenga nada malo que decir de vosotros."
En otras palabras, le estaba aconsejando que su conversación revelara el
hecho de que era un hijo de Dios. Y dice el versículo 9:
"Exhorta a los esclavos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que
no sean respondones."
En la frase exhorta a los esclavos vemos que dirigió su atención hacia otro
grupo. En las primeras iglesias cristianas había muchos esclavos. En realidad,
un 90 por ciento de los nombres escritos en las paredes de las catacumbas
pertenecían a esclavos o a ex esclavos. El evangelio satisfizo una gran
necesidad entre esa clase social en aquellos días.
A ellos había que aconsejarles que se sujeten a sus amos, que agraden en
todo. Nuevamente, la idea incluida en la obediencia está en que debían
responder a sus amos, interesarse en ellos y en su trabajo. En realidad,
cualquiera, especialmente aquellos que están implicados en la obra cristiana,
deberían poner su corazón en su trabajo, es decir, realizarlo lo mejor posible o
y con el máximo interés, si no fuera así, dejarlo. Y si alguien trabaja en una
organización cristiana, esa persona lo hace voluntariamente, porque quiere
hacerlo. Así que el trabajo cristiano ha de ser hecho con el corazón, así como
se realiza con la mente y las manos.
Y también se les aconseja que no sean respondones, es decir, que no repliquen
irrespetuosamente a sus jefes. Continuemos leyendo el versículo 10:
"Que no roben, sino que se muestren fieles en todo, para que en todo adornen
la doctrina de Dios, nuestro Salvador."
Los negocios pierden cada año enormes cantidades de dinero debido a los
robos de sus empleados.
Y además, se les pidió, que sean fieles en todo. Que se destaquen por su
fidelidad, por su lealtad.
Y todo ello para que en todo adornen la doctrina de Dios, nuestro Salvador. La
palabra griega para "adornar" es la misma forma que se usa para la palabra
"cosméticos". Así como los cosméticos se utilizan para la higiene y belleza del
cuerpo, aquí se habla del adorno de una conducta espiritual que honra a Dios.
En otras palabras, si uno tiene una fe sana y sólida, utilizará los adecuados
cosméticos espirituales. Entonces adornará una boca con una lengua amable, y
su rostro reflejará vida, realidad y sinceridad en su vida. La Palabra de Dios
ofrece todo tipo de cosméticos espirituales que adornarán la enseñanza
cristiana, de manera que el cristiano que los use traiga honra al nombre de
Cristo. Llegamos ahora a un párrafo que hemos titulado

La iglesia debe predicar la gracia de Dios


y que se extiende desde el versículo 11 al 15. Ahora vemos que el apóstol
Pablo abandonó sus amonestaciones para colocar el fundamento doctrinal bajo
la vida de aquellas personas. Él expuso el evangelio y lo presentó en tres
tiempos diferentes; el pasado, el presente y el futuro.
Usted tiene que haber notado en algún mapa que si viaja del oriente a
occidente o del occidente hacia el oriente, hay muchos cambios de zonas de
tiempo. Entre diversos países puede haber desde una hora de diferencia hasta
muchas horas de diferencia.
Sin embargo, es hermoso pensar que la gracia de Dios se expresa en tres
zonas horarias. Lo veremos en los siguientes tres versículos: en el versículo 11
dice: La gracia de Dios se ha manifestado para salvación a toda la humanidad.
Esta es la zona del tiempo pasado; en el versículo 12 dice y nos enseña. Esta
es la zona del presente de la gracia; y el versículo 13 dice mientras
aguardamos la esperanza bienaventurada. Y esta es la zona del futuro. Estas
son, entonces, las tres zonas de tiempo de la gracia. Vamos a examinarlas
detenidamente. Leamos el versículo 11 de este segundo capítulo de Tito:
"La gracia de Dios se ha manifestado para salvación a toda la humanidad"
Pablo les estaba diciendo a los Cretenses: "Quiero colocar bajo vosotros el
fundamento de la gracia de Dios, porque necesitáis un fundamento sólido". La
gracia de Dios es la forma en que Dios nos salva. El evangelio no son buenos
consejos, sino buenas noticias. Y es aun más que esto; es el poder de Dios
para salvación.
Pablo aquí estaba aconsejando a Tito que requiriera de los cretenses que
vivieran vidas que adornaran el evangelio, porque es el poder de Dios. No hay,
en absoluto, ninguna excusa para que un creyente viva una vida de derrota y
fracaso, porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a toda la
humanidad.
Se ha manifestado significa que ha aparecido, es una epifanía. Lo que el Señor
Jesús hizo por nosotros cuando vino hace más de 2.000 años, es el evangelio,
las buenas noticias. Él murió por nosotros y resucitó de los muertos. Dios por
lo tanto no nos salva por Su amor, ni nos salva por Su misericordia. Efesios
2:8 nos dice: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios. La misericordia es la compasión de Dios que le
impulsó a Él a enviar a un Salvador a la humanidad. Si un hombre pudiera ser
salvo por la misericordia de Dios nada más, entonces, toda la humanidad
podría ser salva. No hubiera sido necesario que Cristo muriera; la cruz habría
sido evitada. Dios ama a los hombres, pero no nos salvó por Su amor. El Amor
es el motivo divino, pero Dios no es sólo amor; Él es recto, santo y justo. Las
demandas santas de Dios, Sus demandas justas, Sus normas rectas, tenían
que ser satisfechas. El amor de Dios puede ansiar salvarnos, pero la ley
inmutable de la justicia hace que el amor resulte impotente para hacerlo. Por
lo tanto Cristo, al morir por nuestros pecados, satisfizo las demandas santas de
la justicia de Dios, y ahora puede salvarnos por gracia. Cuán maravilloso es ser
salvo por la gracia de Dios. Cuando nosotros éramos culpables, Cristo pagó el
castigo. Y la gracia no está implicada en el esfuerzo humano. Dios no le pide a
usted que coopere para salvarle. Él no le pide que tenga una buena conducta o
un buen carácter para salvarle. Dios sólo les pide a los hombres que crean en
Él, que confíen en Él, que acepten a Cristo. El camino de Dios es el mejor
camino, y es el único camino. Continuemos ahora leyendo el versículo 12 de
este segundo capítulo de la carta de Pablo a Tito;
"Y nos enseña que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos,
vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente"
Dios no está tratando de reformar a este mundo; está redimiendo a los
hombres que aceptan a Cristo. El evangelio no apela a los hombres que han
rechazado a Cristo que hagan algo mejor. Si usted ha rechazado a Jesucristo,
pues debe tratar de obtener todo lo que pueda de esta vida, porque esta vida
es lo único que usted va a tener. Podrá decir como aquellos gladiadores:
"comamos y bebamos porque mañana moriremos. Amigo oyente, Dios no
quiere reformarle a usted; quiere redimirle.
El versículo 12 comienza diciendo y nos enseña. Enseñar aquí significa educar
niños. Dios está llamando a aquellos que son Suyos, que han sido redimidos, a
vivir para Él y a evitar los deseos mundanos. Y ahora nos dice el versículo 13
de este segundo capítulo:
"Mientras aguardamos la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa
de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo."
La frase mientras aguardamos la esperanza bienaventurada se refiere al
próximo acontecimiento en el programa de Dios: Cristo vendrá a recoger a Su
iglesia de este mundo.
La frase la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo
revela que Pablo enseñó la deidad de Cristo; el habló del gran Dios que es
nuestro Salvador, y ¿quién es Él? Él es Jesucristo. ¿Y qué hizo Él? Nos lo dice a
continuación el versículo 14:
"Él se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda maldad y purificar
para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras."
El se entregó a Sí mismo por nosotros para redimirnos. Pagó el precio por
nosotros para poder redimirnos de toda maldad.
Y añadió el apóstol: y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas
obras. Es cierto que Dios quiere que usted viva para Él, y por cierto que Él
quiere que usted haga buenas obras; pero primero, estimado oyente, Él tendrá
que redimirle. Y finalmente por hoy, leamos el versículo 15 de este capítulo 2
de la epístola a Tito, que dice:
"Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie."
Pablo le dijo a Tito: "Tu eres un hombre joven. No permitas que los demás te
desprecien a causa de la vida que estés viviendo". Tito tendría que poder
enseñar todas estas verdades, con autoridad.
Esta es una gran carta. Todos los jóvenes predicadores deberían estudiar
detenidamente esta epístola de Pablo a Tito. Estimado oyente, vamos a dejar
nuestro estudio aquí por hoy, y Dios mediante, continuaremos en nuestro
próximo programa con el capítulo 3 y le invitamos a que nos acompañe
nuevamente.

Tito 3
Esta epístola nos presenta una imagen que cubre el espectro total de lo que
Dios quiere para la iglesia. Y hoy llegamos, estimado oyente, al estudio del
capítulo 3 de la Epístola del Apóstol San Pablo a Tito. Este capítulo trata el
tema de las buenas obras que debe hacer la iglesia. Como ya hemos dicho
anteriormente, estos tres capítulos dividen esta epístola de una manera bien
definida. En el primer capítulo vimos que la iglesia es una organización, y que
debe funcionar ordenadamente. En el segundo capítulo vimos que la iglesia
tiene que tener una sana doctrina, basada en la Palabra de Dios. Y aquí en este
tercer capítulo, vamos a ver que, para ser todo lo que Dios quiere que la
iglesia sea, la iglesia debe realizar buenas obras. Ahora, en el primer versículo
de este capítulo 3 de la epístola a Tito, encontramos estas palabras, que inician
el párrafo titulado

Las obras de Dios son una evidencia de salvación


"Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan,
que estén dispuestos a toda buena obra."
Lo primero que el Apóstol Pablo mencionó aquí fue que los miembros de la
iglesia tenían que ser personas que respetaran las leyes. Creemos que un
creyente debe obedecer las leyes del país en el cual vive, a menos que dichas
leyes estén en conflicto o contradigan sus deberes y relación con Dios.
Este tema hace surgir la pregunta sobre qué debería hacer un creyente cuando
las leyes del país están en conflicto o contradicen su relación con Dios. Por
ejemplo, ¿debería un joven que ha sido llamado a cumplir el servicio militar
salir a luchar en una guerra si sus convicciones cristianas le indican lo
contrario? En algunos países un joven con convicciones verdaderas en contra
de participar en una guerra, puede ser un objetor de conciencia, y entonces no
tiene que unirse a un ejército llevando armas, sino que puede dedicar al
ejército la misma cantidad de tiempo que los otros jóvenes que sí portan
armas, pero asignado a tareas que no le obliguen a participar en un combate.
Creemos que cualquier joven con esas convicciones deber respetado y
comprendido porque se requiere valor y convicciones firmes estar dispuesto a
cumplir con sus obligaciones militares vistiendo un uniforme, pero al mismo
tiempo, negándose a empuñar las armas. Por otra parte, en algunos países la
entrada al ejército es voluntaria y los interesados en la carrera militar pueden
optar por ella libremente, eligiéndola como una profesión.
Nosotros debemos sujetarnos a los gobernantes y poderes políticos que nos
gobiernan. Esta actitud debería formar parte de la enseñanza de una iglesia,
una parte del mensaje que debería transmitirse a los miembros de la iglesia es
que ellos deberían ser obedientes a las autoridades, a los poderes establecidos.
Y no es que seamos obedientes a la persona, sino al cargo que ella representa.
El hecho de que no todas esas personas nos atiendan como es debido, no
desempeñen bien sus funciones o no nos presten la ayuda que necesitemos no
quiere decir que todos actúen de esa manera.
Ahora, esto también nos presenta la cuestión de si un creyente debe o no debe
entrar en la política. Bueno, creemos que el creyente, individualmente, tiene
que ser libre para implicarse en la vida política si así lo siente o desea. Pero
creemos que la iglesia debería inmiscuirse en la política. Si tuviéramos un
verdadero movimiento del Espíritu de Dios en el día de hoy, de la iglesia
saldrían hombres y mujeres que podrían ocupar cargos en el gobierno.
Esto fue lo que ocurrió en la época de Wesley en Inglaterra. Él nunca trató de
opinar sobre la resolución de los problemas políticos de las autoridades de su
país o incluso sobre la Iglesia de Inglaterra. Simplemente se dedicó a predicar
la Palabra de Dios. Como resultado de su predicación muchos se convirtieron. Y
así fue como personas que actuaban al margen de la sociedad, buscando su
propio provecho personal, que no tenían ningún interés por los más
desfavorecidos y con pocos recursos, vieron sus vidas transformadas al
conocer a Cristo. Entonces, comenzaron un gran movimiento obrero asociado a
la renovación espiritual producida por Wesley en Inglaterra. Ese movimiento
obrero constituyó el comienzo de un movimiento contrario al trabajo de los
niños y a favor de la protección de los obreros en su puesto de trabajo.
Necesitamos individuos que formen parte del gobierno y emprendan una
acción social, pero la iglesia organización no ha sido llamada para introducirse
en la acción política.
El apóstol Pablo les aconsejó a aquellos creyentes que estén dispuestos a toda
buena obra. La iglesia debe instruir a los individuos sobre como estar ansiosos,
ilusionados, y sobre como aprender a realizar buenas obras. Ya vamos a
comprobar este énfasis al continuar en nuestro estudio.
Ahora el apóstol procedió a presentar el lado negativo de la exhortación:
leamos el versículo 2 de este capítulo 3 de la epístola a Tito:
"Que a nadie difamen, que no sean amigos de contiendas, sino amables,
mostrando toda mansedumbre para con toda la humanidad."
Y comenzó diciendo que a nadie difamen. Significa que no debemos calumniar
o hablar mal de ninguna persona. Y esta actitud que se nos pide también
incluye la actitud de no repetir los chismes. Alguien ha dicho que uno no puede
creer todo lo que oye, pero uno puede repetirlo. Y de esto estaba hablando
Pablo aquí: de que no debemos repetir lo que oímos. Muchos comentarios
negativos pasan de persona a persona sin la más mínima evidencia o prueba
de que un determinado comentario es cierto. También se dice que hay
personas que creen cualquier cosa si uno se le susurra al oído.
Sin embargo, si la iglesia tiene una evidencia sólida de que un miembro de la
misma está implicado en una acción mala, esa persona debe ser puesta en
evidencia. Recordemos que Pablo nombró a ciertos hombres que obraron con
maldad: Figelo y Hermógenes (que lo abandonaron); Himeneo y Fileto (que al
expresar su ignorancia debilitaron la fe de algunos creyentes); y Alejandro, el
herrero (que le hizo mucho daño a Pablo). Después el apóstol mencionó
también a Demas, que lo había abandonado por amor a este mundo.
Continuemos leyendo el versículo 3 de este tercer capítulo:
"Nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados,
esclavos de placeres y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, odiados
y odiándonos unos a otros."
Amigo oyente, esta es la imagen de las personas que no han sido salvas, es
una imagen suya y mía de antes de que conociéramos a Cristo. Eramos
insensatos, desobedientes, estábamos descarriados, y éramos esclavos de todo
género de pasiones y placeres. Vivíamos en la malicia y la envidia, éramos
detestables y nos odiábamos unos a otros. Esta es una imagen real y viva de
un mundo perdido.
Y usted puede visitar hogares que no son cristianos, oficinas y fábricas donde
trabajen personas que no tienen una relación con Dios y encontrará situaciones
como éstas. Desgraciadamente se pueden ver algunos de estos casos en
círculos cristianos, o al menos entre quienes profesan ser cristianos. Se finge
amar pero, en el fondo de la personalidad se esconde la envidia, el detestar a
otras personas y el cotilleo. Estas actitudes constituyen un desprestigio para la
causa de Cristo. Así que tenemos aquí una descripción de cómo son, como
viven y qué sienten aquellos que no son salvos. Esta nunca debería ser una
imagen de usted y de de mí como cristianos. Ahora, los versículos 4 y 5 de
este capítulo 3 de la epístola a Tito, dicen:
"Pero cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor
para con la humanidad, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros
hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la
regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo"
Aquí se destaca la frase no por obras de justicia que nosotros hubiéramos
hecho. El versículo 3 nos dio una imagen de cómo éramos antes de conocer al
Señor Jesucristo como Salvador. Pero es importante entender que el
convertirse en un cristiano no significa simplemente pasar página, hacer
borrón y cuenta nueva; porque a veces usted se encontrará a sí mismo
escribiendo en la nueva página, las mismas cosas que escribió en la vieja
página. Manifestar buenos propósitos para un nuevo año de vida y prometer
hacer las cosas mejor no le convierte a usted en un cristiano. Tampoco se
salvará usted en base a sus propias obras de justicia, ni por buenas obras o
acciones que haya hecho.
Dice aquí que nos salvó... por su misericordia. Porque Cristo murió por
nosotros y pagó el castigo de nuestros pecados, Dios está preparado para
extender Su misericordia hacia nosotros; es según Su misericordia que Él nos
salvó. Y Él es rico en misericordia, lo cual significa que tiene abundancia de
ella. No importa quién sea usted, amigo oyente, Él puede salvarle a usted hoy
porque Cristo murió por usted. Él pagó el castigo y le ha traspasado a usted Su
justicia.
Y continuó diciendo en este versículo 5, por el lavamiento de la regeneración. Y
esta palabra lavamiento que se nos presenta aquí, nos habla de esa fuente de
regeneración. En el Antiguo Testamento, esa fuente o lavacro que estaba en el
tabernáculo y luego en el templo, representa esta realidad espiritual.
El lavamiento de la regeneración es de lo que estaba hablando el Señor en el
tercer capítulo de Juan, versículo 5, cuando le dijo a Nicodemo, el que no nace
de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. El agua representa
a la Palabra de Dios. Amigo oyente, esta Palabra puede lavarle a usted. Tiene
un poder santificador, tiene un poder para limpiar. Nosotros somos limpiados
por la Palabra de Dios. Y el Espíritu Santo usa la Palabra de Dios. Así que en la
frase "nacer de agua y del Espíritu" se nos explica la forma en que nacemos
espiritualmente de nuevo.
Y destacamos la frase final del versículo: y por la renovación en el Espíritu
Santo. Porque Él nos regenera. Ahora, en el versículo 6 dice:
"El cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo, nuestro
Salvador"
¿Ha notado usted que en todo lo que Dios hace, hay un excedente? Él es capaz
de hacer muchísimo más que lo que todo lo que podamos imaginarnos o pedir.
Y continúa diciendo el versículo 7 de este capítulo 3 de la carta a Tito:
"Para que, justificados por su gracia, llegáramos a ser herederos conforme a la
esperanza de la vida eterna."
Como vemos, aquí se habla de la esperanza de la vida eterna, la cual
nuevamente está señalando a la gran esperanza del creyente, que es la venida
de Cristo a recoger a Su iglesia.
Leamos ahora el versículo 8 de este capítulo 3 de la carta a Tito, que inicia un
nuevo párrafo dedicado a hablar sobre

Las buenas obras son provechosas para el presente y el


futuro
"Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que
los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son
buenas y útiles a los hombres."
El hecho mismo de que el creyente sea salvo por la Gracia de Dios, no le exime
de realizar buenas obras. El hecho es que él debe procurar ocuparse en buenas
obras. El Apóstol Pablo dijo que Tito debía continuar insistiendo en esto con
firmeza.
Estimado oyente, después que usted ha sido salvo, Dios va a hablar con usted
en cuanto a las buenas obras. Hasta ese momento, Él ni siquiera está
interesado en sus "buenas obras", porque lo que usted llama una buena obra,
Dios lo califica como ropa sucia. La justicia del ser humano es como trapos
sucios a la vista de Dios (como vemos en Isaías 64:6. Él no quiere eso de parte
suya, estimado oyente. El quiere salvarle. Y si usted viene a Él tal cual es,
entonces, Él le salvará, porque ya ha hecho algo por usted. Él no le está
pidiendo que haga algo, porque ¿qué podría usted hacer por Dios? Pero
después de haber sido salvo, si usted es un hijo de Dios, entonces Él quiere
hablarle sobre realizar buenas obras. Y también quiere que usted se implique
en comunicar a otros el mensaje de la Palabra de Dios.
Así que el procurar ocuparse en buenas obras es un asunto para pensar, para
reflexionar, para considerar seriamente; debemos meditar en ello y
preocuparnos por producir obras para Dios. Ahora continuemos leyendo el
versículo 9 de Tito capítulo 3:
"Pero evita las cuestiones necias, como genealogías, contiendas y discusiones
acerca de la Ley, porque son vanas y sin provecho"
Nosotros tenemos que defender la fe, según dijo el apóstol Pablo, pero no
debemos hacerlo por medio de discusiones o debates. Esta actitud no es
positiva; nunca ha guiado a nadie al Señor. Quizás usted pueda derrotar a una
persona intelectualmente por medio de sus argumentos, pero ello no toca su
corazón y la gana para Cristo. Debemos evitar las controversias y preguntas
necias, así como los enfrentamientos por causa de las genealogías y debates
sobre la ley.
Hay personas que quieren que hablemos en cuanto a temas sensacionalistas,
como por ejemplo, de los demonios y sobre temas como el exorcismo. Pero no
debemos implicarnos en ese tipo de cuestiones. Preferimos mucho más
hablarle sobre el Espíritu Santo que puede morar en usted. Si Él habita en
usted, estimado oyente, ningún demonio podría jamás poseerle. Recordemos
lo que dice 1 Juan 4:4, mayor es el que está en vosotros que el que está en el
mundo. Esto es lo que realmente necesitamos saber. Es tan fácil, a veces,
desviarse de lo que es verdaderamente importante. Ahora, en el versículo 10
leemos:
"Al que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo"
Alguna vez se nos ha pedido colaborar con ciertos proyectos en los cuales
participan personas que tienen puntos de vista que se oponen a la Palabra de
Dios. En este sentido, debemos recordar que Dios nos ha dicho que no nos
asociemos con tales personas. Continuemos leyendo el versículo 11:
"Sabiendo que el tal se ha pervertido, y que peca y está condenado por su
propio juicio."
El hereje o apóstata es alguien que se ha apartado de la verdad. Y dicen los
versículos 12 al 14:
"Cuando te envíe a Artemas o a Tíquico, apresúrate a venir a mí a Nicópolis,
porque allí he determinado pasar el invierno. A Zenas, intérprete de la Ley, y a
Apolos, encamínalos con solicitud, de modo que nada les falte. Y aprendan
también los nuestros a ocuparse en buenas obras para los casos de necesidad,
para que no se queden sin dar fruto."
Como era habitual, Pablo concluyó su carta con algunas alusiones personales.
Aunque no sabemos dónde se encontraba cuando escribió esta carta, estaba
planeando pasar el invierno en Nicópolis, situada en la costa Adriática de
Grecia. Evidentemente Pablo tenía la intención de enviar a Artemas o a Síquico
para relevar a Tito en Creta. De Artemas no sabemos nada, y tampoco de
Zenas, el abogado, quien tampoco fue mencionado en ningún otro lugar del
Nuevo Testamento. Apolo sí, era un conocido colaborador.
Pablo añadió un consejo final sobre las buenas obras. Tenemos que "aprender"
a perseverar en las buenas obras. Es algo que requiere un empeño especial.
Hay muchas personas que piensan que es una tarea fácil, pero necesitamos
saber cuáles son aquellas que Dios considera buenas obras, y tenemos que
aprender a realizarlas.
Y Pablo concluyó esta carta tan práctica a Tito con una bendición. Leamos el
versículo 15 de este tercer y último capítulo de esta epístola:
"Todos los que están conmigo te saludan. Saluda a los que nos aman en la fe.
La gracia sea con todos vosotros. Amén."
Y así concluimos este estudio y, Dios mediante, en nuestro próximo programa
continuaremos en el Nuevo Testamento y comenzaremos a estudiar la epístola
del Apóstol Pablo a Filemón. Le invitamos a que nos acompañe a examinar esa
breve carta, con la seguridad de que la Palabra de Dios nos enseñará cosas
nuevas y prácticas.

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