Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
I. Introducción
La transformación de sociedad es un acontecimiento trascendental en la vida societaria, por
las consecuencias tanto en la regulación como en la estructura de la misma. Poniendo énfasis
en que ahora nuestro ordenamiento jurídico societario es más moderno en aras de la
flexibilidad y versatilidad de las formas societarias
A lo largo del tiempo las empresas y grupos económicos han ido evolucionando para una
mayor capacidad competitiva en el mercado, que responda en uso de su libertad, a los
intereses de los miembros que las conforman. Por esta razón es que nuestra legislación desea
ir de la mano con lo último en regulación empresarial.
Es por esta necesidad, que la Ley General de Sociedades (LGS), en el Libro IV, dio un paso más
en la actualidad societaria y mejoró su articulado en el nuevo régimen de reorganización de
sociedades, y para este caso específico, la transformación de sociedades.
V. La asociación
Evidentemente las sociedades anónimas son conocidas por ser personas jurídicas de carácter
capitalista, no personalistas, con una finalidad económica, pero está distinción no es suficiente
para diferenciarla de las personas jurídicas reguladas en el Código Civil de 1984, me refiero a
las asociaciones, fundaciones y comités, ya que estas también tienen una finalidad
económica. Para ellos es preciso establecer la diferencia entre personas jurídicas sin fines de
lucro y con lucro.
El carácter no lucrativo está definido, como lo menciona Javier de Belaunde, en la relación
entre los integrantes y la persona jurídica. Los miembros de una persona jurídica lucrativa
buscan en el desarrollo de la actividad de la misma, la generación de un excedente con el
propósito de dividirse entre sí las utilidades (BELAÚNDE, 1994: págs. 363-364)
Lo anterior es una característica principal de la sociedad anónima, desde los excedentes son
repartidos entre los accionistas. Por el contrario en las personas jurídicas no lucrativas, la
actividad que éstas desarrollan genera excedentes que no pueden ser divididos y repartidos
entre los miembros que integran dicha persona jurídica.
En la doctrina cuando se intenta definir a la asociación lo que se hace es mencionar en primer
lugar, la persona jurídica sin fines de lucro y una vocación de estabilidad en el tiempo.
La finalidad económica de las mismas, aspecto importante, pues en un inicio se sostenía que
la finalidad económica solo la podían tener las personas jurídicas reguladas en la LGS, pero la
realidad nos demostró que esto no es exacto ya que tanto las asociaciones como sociedades
anónimas desarrollan actividades económicas que generan excedentes, pero en el caso de las
asociaciones con la necesidad de reinvertirlo en la finalidad social para la que fueron creadas.
El profesor Carlos Fernández Sessarego señala que “[...] dentro de esos parámetros
encontramos una vasta gama de actividades no lucrativas que pueden desarrollar los
miembros de la asociación. Entre ellas a título de ejemplo, cabe mencionar las de carácter
cívico, religioso, benéfico, cultural, político, gremial. Deportivo u otros similares” (FERNANDEZ
SESSAREGO, 1985: pág. 108)
Y es está su clásica y correlativa definición del código: Una organización de personas naturales
o jurídicas, o de ambas que a través de una actividad común persigue un fin no lucrativo (art.
80 CC.).
Sus características principales son similares a las de sociedades ordinarias con pequeñas
salvedades en el caso de asociaciones de carácter religioso (con la regulación eclesiástica
respectiva) cuyo fin es licito, en acorde a los requisitos del acto jurídico y que resume muy
bien su artículo sobre nulidad (art. 1075 CC.), pues si su fin es ilícito e imposible, la asociación
será disuelta. (LEON BARANDIARÁN, 1935: pág. 217)
Siguiendo la opinión de Barandiarán, el derecho subjetivo no puede ser puesto a la
disposición de sus órganos de manera completa, ese derecho tiene, en efecto, por fin único el
de servir a los intereses colectivos de su grupo humano; y, lo que es aquí capital, los intereses
colectivos de los servidores no son jamás todos los intereses de los miembros del grupo, sino
sólo uno de esos interés, o a lo sumo, un cierto número entre ellos; perseguidos
colectivamente a fin de hacer su realización más fácil y completa
Para el funcionamiento de la asociación, el Código Civil no señala un mínimo o un máximo, el
estatuto debe determinar lo que sea pertinente en razón de la finalidad.
VII. Conclusión
En la práctica, el supuesto y el problema que desarrollamos en este caso no suele darse con
mucha frecuencia, siendo un supuesto muy atípico, pero posible de ser realizado en uso de la
autonomía privada. Así mismo, en la vida jurídica suele darse que la finalidad no lucrativa se
ve vulnerada con mucha facilidad, en muchos casos con asentimiento de sus asociados que
recurren a inverosímiles justificaciones para efectos de la contabilidad, bonos especiales,
privilegios especiales a sus directivos, sueldos excesivamente onerosos para con ellos mismos,
etc. Formas ya peruanas, de sacarle la vuelta la ley, y percibir un poco de dicho patrimonio
desnaturalizando dicha característica de esa persona jurídica.
Tales vulneraciones suelen pasarse por alto, pues no se hace uso de la facultad que da el art.
96 del CC., ni mucho menos sanciones a los infractores, resultando que las defensas legales
que nos ofrece el Código Civil devienen en insuficientes, claramente debilidad de nuestra
legislación y una muy grave.
Se contradice la finalidad del Código Civil cuando pretende regular a la persona jurídica no
lucrativa, peor aun cuando muchos miembros de las asociaciones no son abogados y muchas
veces desconocen cómo hacer valer sus derechos, tal regulación ha sido superada por la
realidad.
Para tratar de corregir dichas erratas, es conveniente un correcto uso del art. 92 del CC.,
donde se establece del derechos los asociados a impugnar judicialmente, cuando el asociado
no concurre a la junta, si fue privado ilegítimamente de su voto o si consta su derecho de
oposición, la jurisprudencia no es feliz con respecto a este tema pues la Sala Civil de la Corte
Suprema (641–97) se pronunció señalando que el derecho de impugnación de los asociados
solo puede ejercitarse dentro de los plazos previstos y, en la vía del proceso abreviado. No se
puede compartir dicho criterio dado, que no sería eficaz en el caso de que un acuerdo viole
una norma imperativa de carácter esencial como es el fin no lucrativo de la asociación, por lo
que nada impide que vencido dicho plazo se puede impugnar vía proceso sumarísimo.
Supuestos importantes en los que una sociedad anónima se transforme a una asociación:
a) Un primer supuesto sería el caso de una empresa familiar, cuyos activos se entremezclen en
la familia y vean como algo raro el caso de repartimientos y características de una sociedad
anónima, en pos de una finalidad en común o actividad familiar, decidan para evitar
problemas la conformación de una asociación, figura que les resulta más cómoda y más
barata.
b) En el caso que una sociedad quiera hacer un movimiento fraudulento o crear una situación
de apariencia con futuros acreedores o eludir aspectos tributarios, dada los beneficios que
presenta la asociación como la elusión del impuesto a la renta, entre otros.
Es preciso aclarar que no todas las asociaciones por ser tales gozan de este beneficio, solo en
casos previstos por normas correspondientes y previa solicitud de parte de algún asociado,
dicha característica debe tenerse en cuenta en los estatutos, por las consecuencias que tiene.
Y también que dichas exoneraciones solo alcanza a la donación de bienes, tanto nacionales
como extranjeras, que se apliquen directamente a los fines de la asociación, por el contrario
no están exoneradas dichas actividades económicas que obtienen fondos o que contribuyen
directamente con la finalidad de la asociación (artículo 19 del Texto Único de la Ley del
Impuesto a la Renta, aprobado por Decreto Supremo N° 054-99-EF sustituido por el artículo 2°
de la Ley 27386).
VIII. Bibliografía
Boletín SOCIEDADES
BELAÚNDE, J. d. (1994). Invirtiendo en el Perú. Lima:
Editorial Apoyo.
ESPINOZA ESPINOZA, J. (2012). Derecho de las personas, Teléfono: (+51) (01) 376-5192
personas jurídicas y organización de personas no e-mail: sociedades.peru@gmail.com
inscritas (Vol. Tomo II). Lima: Grijley.
FERNANDEZ SESSAREGO, C. (1985). Exposición de
motivos y comentarios del Código Civil (Vol. Tomo IV). Facebook: “Boletín sociedades”
Lima: Industrias Avanzadas. Blog: www.boletinsociedades.blogspot.com
GARRIGUES, J., & URÍA, U. (1953). Comentarios a la Ley
de Sociedades Anónimas. Madrid: Instituto de Estudios
Políticos. Asesora: Dra. María Elena Guerra Cerrón
HUNSKOPF EXEBIO, O. (2012). Manual de Derecho Coordinador: Manuel de Jesús Acosta Delgado
Societario. Lima: Gaceta Jurídica.
LEON BARANDIARÁN, J. (1935). Comentarios al Código
Asistente: Ceydy Stephany Mosqueda Dávila
Civil Peruano. Lima: Revista de la Facultad de Derecho y
Ciencias Políticas. Grupo de Estudios SOCIEDADES-GES
MONTOYA MANFREDI, U. (1966). Comentario a la Ley
de Sociedades Mercantiles. Lima: Impr. de la UNMSM.
Coordinador: José Espinoza Cuadros
SALANDRA, V. (1949). Manuale di Diritto Commerciale. Bologna:
Dott. Cesare Zuffi Editore. Perú - 2016