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El peculiar caso de la transformación de la

Sociedad Anónima en Asociación

Escribe: Richard Alexander PINEDO VALENTÍN


Estudiante de 3er año de Derecho de la UNMSM
Miembro principal del Grupo de Estudios Sociedades – GES

I. Introducción
La transformación de sociedad es un acontecimiento trascendental en la vida societaria, por
las consecuencias tanto en la regulación como en la estructura de la misma. Poniendo énfasis
en que ahora nuestro ordenamiento jurídico societario es más moderno en aras de la
flexibilidad y versatilidad de las formas societarias
A lo largo del tiempo las empresas y grupos económicos han ido evolucionando para una
mayor capacidad competitiva en el mercado, que responda en uso de su libertad, a los
intereses de los miembros que las conforman. Por esta razón es que nuestra legislación desea
ir de la mano con lo último en regulación empresarial.
Es por esta necesidad, que la Ley General de Sociedades (LGS), en el Libro IV, dio un paso más
en la actualidad societaria y mejoró su articulado en el nuevo régimen de reorganización de
sociedades, y para este caso específico, la transformación de sociedades.

II. Concepto de transformación


Para empezar con nuestro tópico es necesario esclarecer ciertos conceptos y, en este caso, el
más importante sería de forma preliminar el de la transformación de sociedades.
La transformación supone el cambio de una sociedad de determinada clase a otra diferente,
conservando su existencia, básicamente una adecuación de la estructura legal de un tipo
social, conservando los intereses de sus miembros.
La adopción legal de un tipo jurídico diferente al anterior pero manteniendo la personalidad
jurídica, con la salvedad que ahora, la estructura y su régimen son regulados de acuerdo al
nuevo tipo jurídico.
Una moderna doctrina nacional considera una definición más sencilla: “La transformación es
un simple cambio de fachada o ropaje, que se produce manteniendo la misma personalidad,
pero bajo una forma distinta, sin que se haga necesaria su disolución, ni mucho menos su
liquidación”, (HUNSDKOPF EXEBIO, 2012: pág. 232)
En coordinación con lo anterior, con la transformación se evita un proceso dilatado y costoso,
que puede afectar el crédito de la compañía, es por esto que las legislaciones favorecen los
cambios, con el mismo grado de injerencia de los mismos accionistas en la gestión y
patrimonio social.
Dicha transformación, es una continuación del viejo organismo social modificado en la forma,
aunque con el anterior sustrato personal y patrimonial. (SALANDRA V., 1949: pág. 397)
La transformación de sociedades, tiene como finalidad en sí, satisfacer las necesidades de
orden económico de sus integrantes. Algunas veces se trata de adecuar a necesidades nuevas
en el desarrollo de la empresa, otras veces puede ser la presión fiscal, que exige un cambio de
forma, pero la más importante sería el proporcionar a los socios el beneficio de ejercitar la
industria social sin comprometer su patrimonio particular, puramente afecto, bajo la forma
que se abandona, a responsabilidades derivadas en la gestión y de las actividades sociales
(GARRIGUES & URÍA, 1953:591).

III. Supuestos de responsabilidad en casos de Transformación


Presentado ya la legislación y concepto sobre transformación, desarrollaremos lo
concerniente a la responsabilidad y la transformación.
Si bien la transformación no trae ningún cambio en la personalidad jurídica, naturalmente
habrá cambios significativos y trascendentales en la organización interna y externa de la
sociedad, por eso nuestra legislación ha dispuesto el artículo 334 de la LGS que regula la
responsabilidad de los socios frente a sus acreedores en dos supuestos:
1) Los socios que, en virtud de la transformación, asumen responsabilidad ilimitada,
responden en la misma forma por las deudas contraídas antes de la transformación
Se convierte en una extensión de la responsabilidad de la sociedad como lo menciona
Hundskopf Exebio, con lo cual no solo responde ilimitadamente por las obligaciones
contraídas con posteridad a la transformación, sino que también abarca las deudas anteriores
a esta.
Esta transformación en particular no es muy utilizada y conforma el supuesto atípico de
nuestro problema, que desarrollaremos más adelante.
2) Cuando los socios asumen responsabilidad ilimitada, no se afecta la responsabilidad
ilimitada que les corresponde por las deudas sociales anteriores con fecha de corte para hacer
innecesario el derecho de oposición.
Los acreedores de las sociedades, no deben verse perjudicados con respecto a sus créditos,
porque en sí, en la misma persona jurídica que sigue obligada de manera ilimitada para con
ellos. Por ende, no es necesario un proceso judicial dilatado para ejercer dicho derecho, pues
cualquiera que sea la forma adoptada, la deuda dependerá del momento histórico en el que
se contrajo dicha obligación, (HUNSKOPF EXEBIO, 2012:234).

IV. Inalterabilidad de las participaciones porcentuales


El mismo artículo 335 de la LGS, nos manifiesta que la transformación no puede traer como
consecuencia la alteración en las participaciones. Como es obvio, no existe un cambio en la
personalidad sino en la forma, por eso es que los accionistas, socios, etc., no pueden verse
afectados en su parte del patrimonio social, es por eso que la ley da la opción de obtener a
prorrata sus acciones.
Existe un caso especial, cuando el accionista que no estando de acuerdo con la
transformación, ejerce su derecho de separación de accionista, previsto para él en el artículo
338 de la LGS.
Pasa lo mismo con los titulares de clases de acciones y derechos especiales con respecto a las
mismas. Por esta misma razón es que la transformación requiere el consentimiento expreso
de los propietarios de dichas acciones.
Terminado ya con el desarrollo básico con respecto a la transformación de sociedades,
procedamos a situar conceptualmente a la Asociación, persona jurídica sin fines de lucro.

V. La asociación
Evidentemente las sociedades anónimas son conocidas por ser personas jurídicas de carácter
capitalista, no personalistas, con una finalidad económica, pero está distinción no es suficiente
para diferenciarla de las personas jurídicas reguladas en el Código Civil de 1984, me refiero a
las asociaciones, fundaciones y comités, ya que estas también tienen una finalidad
económica. Para ellos es preciso establecer la diferencia entre personas jurídicas sin fines de
lucro y con lucro.
El carácter no lucrativo está definido, como lo menciona Javier de Belaunde, en la relación
entre los integrantes y la persona jurídica. Los miembros de una persona jurídica lucrativa
buscan en el desarrollo de la actividad de la misma, la generación de un excedente con el
propósito de dividirse entre sí las utilidades (BELAÚNDE, 1994: págs. 363-364)
Lo anterior es una característica principal de la sociedad anónima, desde los excedentes son
repartidos entre los accionistas. Por el contrario en las personas jurídicas no lucrativas, la
actividad que éstas desarrollan genera excedentes que no pueden ser divididos y repartidos
entre los miembros que integran dicha persona jurídica.
En la doctrina cuando se intenta definir a la asociación lo que se hace es mencionar en primer
lugar, la persona jurídica sin fines de lucro y una vocación de estabilidad en el tiempo.
La finalidad económica de las mismas, aspecto importante, pues en un inicio se sostenía que
la finalidad económica solo la podían tener las personas jurídicas reguladas en la LGS, pero la
realidad nos demostró que esto no es exacto ya que tanto las asociaciones como sociedades
anónimas desarrollan actividades económicas que generan excedentes, pero en el caso de las
asociaciones con la necesidad de reinvertirlo en la finalidad social para la que fueron creadas.
El profesor Carlos Fernández Sessarego señala que “[...] dentro de esos parámetros
encontramos una vasta gama de actividades no lucrativas que pueden desarrollar los
miembros de la asociación. Entre ellas a título de ejemplo, cabe mencionar las de carácter
cívico, religioso, benéfico, cultural, político, gremial. Deportivo u otros similares” (FERNANDEZ
SESSAREGO, 1985: pág. 108)
Y es está su clásica y correlativa definición del código: Una organización de personas naturales
o jurídicas, o de ambas que a través de una actividad común persigue un fin no lucrativo (art.
80 CC.).
Sus características principales son similares a las de sociedades ordinarias con pequeñas
salvedades en el caso de asociaciones de carácter religioso (con la regulación eclesiástica
respectiva) cuyo fin es licito, en acorde a los requisitos del acto jurídico y que resume muy
bien su artículo sobre nulidad (art. 1075 CC.), pues si su fin es ilícito e imposible, la asociación
será disuelta. (LEON BARANDIARÁN, 1935: pág. 217)
Siguiendo la opinión de Barandiarán, el derecho subjetivo no puede ser puesto a la
disposición de sus órganos de manera completa, ese derecho tiene, en efecto, por fin único el
de servir a los intereses colectivos de su grupo humano; y, lo que es aquí capital, los intereses
colectivos de los servidores no son jamás todos los intereses de los miembros del grupo, sino
sólo uno de esos interés, o a lo sumo, un cierto número entre ellos; perseguidos
colectivamente a fin de hacer su realización más fácil y completa
Para el funcionamiento de la asociación, el Código Civil no señala un mínimo o un máximo, el
estatuto debe determinar lo que sea pertinente en razón de la finalidad.

VI. ¿Es posible trasformar una sociedad anónima en una asociación?


Conforme a lo planteado en LGS en su artículo 333, las sociedades no solo pueden
transformarse entre formas societarias sino entre cualquier persona jurídica contemplada en
las leyes del Perú, sin entrañar cambio alguno en su personalidad jurídica y viceversa en el
caso de personas jurídicas del código civil para transformarse en sociedades, porque en
esencia también son personas jurídicas. Por la regulación antes citada, la respuesta debería
ser un sí, sin mayores problemas, salvo los procedimientos que desarrollaremos en un
momento.
Para la doctrina civilista representada en el doctor Juan Espinoza Espinoza, la transformación
en viceversa es un problema y un tema álgido tanto dogmático como práctico, dado el uso
fraudulento de este artículo, en el caso de transformar personas jurídicas sin fines de lucro a
personas jurídicas lucrativas, haciendo salvedad en el impedimento legal en la definición de
asociación, cuya posición comparte con otros juristas nacionales (ESPINOZA ESPINOZA, 2012:
págs. 169-170) pero en este caso, este álgido debate no es materia de nuestro estudio, así
que lo dejaremos para un trabajo posterior, sin embargo, sigue siendo un tema interesante.
La respuesta de los comercialistas es práctica en opinión de Cieza Mora, que considera que no
debería haber ningún impedimento para la transformación de sociedades, y asume su
posición en respecto a sentencias del Tribunal Registral.
La transformación de sociedades anónimas en asociaciones nos merece tan solo la
preocupación con respecto a ley, sobre determinadas actividades económicas que sean en
exclusiva para determinados tipos de personas jurídicas (ejemplo: colegios). Aunque ni
siquiera esto, la Ley de Promoción en la Inversión de la Educación, D. L. N° 882, del 08.11.96,
ha permitido textualmente:
“Las instituciones Educativas Particulares, bajo el ámbito del Ministerio de Educación, constituidas y
autorizadas antes de la vigencia de la presente Ley, se rigen por las disposiciones de esta.
Dichas instituciones podrán reorganizarse o transformarse en cualquier otra persona jurídica
contemplada en el artículo 4 de la presente ley, Mediante Decreto Supremo se establecerá el plazo,
procedimiento y condiciones a fin que la indicada reorganización o transformación no se considere una
distribución para efectos tributarios”.
Ahora bien, los requisitos o pasos que debemos seguir están en la LGS, desde el art. 333 que
define lo que es la transformación de sociedades, pasando por el art. 334, que nos menciona
acerca de los cambios en la responsabilidad de los socios, ya anteriormente desarrollado.
También en el inicio de este ensayo se menciono acerca de la modificación en las
participaciones, acciones y/o derechos que se poseen antes de la transformación, el cambio
es proporcional.
De acuerdo con el 336 de la LGS, se necesita una respectiva modificación del pacto social y
estatuto, con una debida publicación (art. 337 de la LGS). La sociedad obligatoriamente
presenta su balance de transformación, que debe ser puesta a disposición de socios y terceros
interesados (art. 339 de la LGS). Además dicha transformación debe formalizarse mediante
escritura pública, acompañada del acuerdo, las publicaciones, referidas del art 337 de la LGS.
Se hace necesaria la eliminación del derecho de oposición que salvaguarde el derecho de
terceros frente a la persona jurídica. La aceptación manifiesta de aquellas personas que saben
perderán la responsabilidad limitada y peor aún responderán por sus deudas incluso
anteriormente a la conformación de esta nueva asociación.
Estar seguros de querer cambiar un patrimonio que pueden repartirse entre ellos a un
patrimonio intangible en su mayoría destinado a una finalidad en común, algo complejo, pero
que en su libertad y autonomía privada puede hacerse.

VII. Conclusión
En la práctica, el supuesto y el problema que desarrollamos en este caso no suele darse con
mucha frecuencia, siendo un supuesto muy atípico, pero posible de ser realizado en uso de la
autonomía privada. Así mismo, en la vida jurídica suele darse que la finalidad no lucrativa se
ve vulnerada con mucha facilidad, en muchos casos con asentimiento de sus asociados que
recurren a inverosímiles justificaciones para efectos de la contabilidad, bonos especiales,
privilegios especiales a sus directivos, sueldos excesivamente onerosos para con ellos mismos,
etc. Formas ya peruanas, de sacarle la vuelta la ley, y percibir un poco de dicho patrimonio
desnaturalizando dicha característica de esa persona jurídica.
Tales vulneraciones suelen pasarse por alto, pues no se hace uso de la facultad que da el art.
96 del CC., ni mucho menos sanciones a los infractores, resultando que las defensas legales
que nos ofrece el Código Civil devienen en insuficientes, claramente debilidad de nuestra
legislación y una muy grave.
Se contradice la finalidad del Código Civil cuando pretende regular a la persona jurídica no
lucrativa, peor aun cuando muchos miembros de las asociaciones no son abogados y muchas
veces desconocen cómo hacer valer sus derechos, tal regulación ha sido superada por la
realidad.
Para tratar de corregir dichas erratas, es conveniente un correcto uso del art. 92 del CC.,
donde se establece del derechos los asociados a impugnar judicialmente, cuando el asociado
no concurre a la junta, si fue privado ilegítimamente de su voto o si consta su derecho de
oposición, la jurisprudencia no es feliz con respecto a este tema pues la Sala Civil de la Corte
Suprema (641–97) se pronunció señalando que el derecho de impugnación de los asociados
solo puede ejercitarse dentro de los plazos previstos y, en la vía del proceso abreviado. No se
puede compartir dicho criterio dado, que no sería eficaz en el caso de que un acuerdo viole
una norma imperativa de carácter esencial como es el fin no lucrativo de la asociación, por lo
que nada impide que vencido dicho plazo se puede impugnar vía proceso sumarísimo.
Supuestos importantes en los que una sociedad anónima se transforme a una asociación:
a) Un primer supuesto sería el caso de una empresa familiar, cuyos activos se entremezclen en
la familia y vean como algo raro el caso de repartimientos y características de una sociedad
anónima, en pos de una finalidad en común o actividad familiar, decidan para evitar
problemas la conformación de una asociación, figura que les resulta más cómoda y más
barata.
b) En el caso que una sociedad quiera hacer un movimiento fraudulento o crear una situación
de apariencia con futuros acreedores o eludir aspectos tributarios, dada los beneficios que
presenta la asociación como la elusión del impuesto a la renta, entre otros.
Es preciso aclarar que no todas las asociaciones por ser tales gozan de este beneficio, solo en
casos previstos por normas correspondientes y previa solicitud de parte de algún asociado,
dicha característica debe tenerse en cuenta en los estatutos, por las consecuencias que tiene.
Y también que dichas exoneraciones solo alcanza a la donación de bienes, tanto nacionales
como extranjeras, que se apliquen directamente a los fines de la asociación, por el contrario
no están exoneradas dichas actividades económicas que obtienen fondos o que contribuyen
directamente con la finalidad de la asociación (artículo 19 del Texto Único de la Ley del
Impuesto a la Renta, aprobado por Decreto Supremo N° 054-99-EF sustituido por el artículo 2°
de la Ley 27386).

VIII. Bibliografía
Boletín SOCIEDADES
 BELAÚNDE, J. d. (1994). Invirtiendo en el Perú. Lima:
Editorial Apoyo.
 ESPINOZA ESPINOZA, J. (2012). Derecho de las personas, Teléfono: (+51) (01) 376-5192
personas jurídicas y organización de personas no e-mail: sociedades.peru@gmail.com
inscritas (Vol. Tomo II). Lima: Grijley.
 FERNANDEZ SESSAREGO, C. (1985). Exposición de
motivos y comentarios del Código Civil (Vol. Tomo IV). Facebook: “Boletín sociedades”
Lima: Industrias Avanzadas. Blog: www.boletinsociedades.blogspot.com
 GARRIGUES, J., & URÍA, U. (1953). Comentarios a la Ley
de Sociedades Anónimas. Madrid: Instituto de Estudios
Políticos. Asesora: Dra. María Elena Guerra Cerrón
 HUNSKOPF EXEBIO, O. (2012). Manual de Derecho Coordinador: Manuel de Jesús Acosta Delgado
Societario. Lima: Gaceta Jurídica.
 LEON BARANDIARÁN, J. (1935). Comentarios al Código
Asistente: Ceydy Stephany Mosqueda Dávila
Civil Peruano. Lima: Revista de la Facultad de Derecho y
Ciencias Políticas. Grupo de Estudios SOCIEDADES-GES
 MONTOYA MANFREDI, U. (1966). Comentario a la Ley
de Sociedades Mercantiles. Lima: Impr. de la UNMSM.
Coordinador: José Espinoza Cuadros
SALANDRA, V. (1949). Manuale di Diritto Commerciale. Bologna:
Dott. Cesare Zuffi Editore. Perú - 2016

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