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Mauricio Merino

(cop al i nado r)

¿Qué tan público


es el espacio público
en México?
¿QUÉ TAN PÚBLICO
ES EL ESPACIO PÚBLICO
EN MÉXICO?

MAURICIO MERINO
(coordinador)

tir
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA
Y LAS ARTES
UNIVERSIDAD VERACRUZANA
Primera edición, 2010

Merino, Mauricio (coord.)


¿Qué tan público es el espacio público en México? / ~d.de
Mauricio Merino. - México : FCIi, CONACULTA, Universidad
Veracruzana, 2010
396 p. ; 13.5 x 21 cm - (Colee. Biblioteca Mexicana)
ISBN 978-607-16-0310-4 (ECE)
ISBN 978-607-455-436-6 (Conaculta)
ISBN 978-607-502-040-2 (Universidad Veracruzana)

1. Espacios públicos- México 2. Opinión pública - México


3. Participación ciudadana - México 4. Comunicación - Aspectos
sociales I. Ser. 11.

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ISBN 978-607-16-0310-4 (rcr)


ISBN 978-607-455-436-6 (Conaculta)
ISBN 978-607-502-040-2 (Universidad Veracruzana)
Impreso en México • Printed in México
Índice

Introducción, Mauricio Merino 9

Primera parle
LA TEORÍA

Discutiendo lo público en México, Nora Rabotnikof 25


La desdicha del interés general, Ricardo Becerra 57
Espacio público, sociedad civil y democratización en el México con-
temporáneo, Alberto J. Olvera 74
¿Cómo recuperar el espacio público económico? Fallas y causas de
bajo impacto, Bernardo González-Aréchiga 108
¿Son los medios mexicanos el ágora virtual?, Jesús Cantú 147

Segunda parte
LAS PRÁCTICAS

Poderes fácticos: una amenaza al espacio público, María Amparo


Casar 209
Espacio público y derecho: reflexiones en torno a la apropiación
de las calles en la Ciudad de México, Sergio López Ayllón y
Rodrigo Meneses 226
Lo público del gasto público. El caso de la equidad del gasto social,
Rodolfo de la "Forre 252

7
ÍNDICE

La construcción de un espacio público, Carlos Elizondo Maver-


Serra 270
El espacio público y los movimientos sociales: reflexiones en torno
a tres estudios de caso, Martín G. Aguilar Sánchez 297
La persistente defensa de la autonomía del pueblo de Mezcala como
una creación de espacio público no estatal, Jorge Alonso 311
Los medios de comuniweión como espacios públicos, Rubén Álva-
rez Mendiola 347
El espacio medidtico, Javier Corral Jurado 367

Notas sobre los autores 385


El espacio público y los movimientos sociales:
reflexiones en torno a tres estudios de caso
MARTÍN G. ACUITAR SÁNCHEZ

Bajo nuestra perspectiva, el espacio público se refiere a la agenda


social que la ciudadanía considera v posiciona en su vida cotidia-
na, respecto de la problemática o problemáticas que la aquejan.
Varios autores se han referido a la importancia que el espacio
público tiene en la construcción democrática. Alberto Melucci se-
ñala que la agenda que los movimientos sociales pueden posicio-
nar en el debate entre agentes sociales y políticos es fundamental,
y sobre todo, que este espacio tiene que construirse de manera au-
tónoma e independiente de los partidos políticos y de las agencias
gubernamentales.' Esto es, que los movimientos sociales y la so-
ciedad civil crean un espacio propio donde la interlocución entre
los ciudadanos y sus demandas sociales y las políticas conforma
un espacio público.
Otros autores, entre ellos Claude Lefort y Ha nnah Arendt, con-
ciben la política como una relación social, que no es privativa de
los políticos profesionales sino de incumbencia de la ciudadanía en
general, por lo cual la autonomía de la sociedad civil ante los pode-
res ejecutivo, legislativo y judicial es necesaria para consolidar los
sistemas democráticos.' En la medida en que la política no es pri-
vativa de tina dile profesionalizada, la ciudadanía puede incidir e
influir en el poder, para canalizar sus demandas, o para regularlo.

' Alberto Melucci, Acción colectiva, vida cotidiana y democracia, El Colegio de


México, México, 1999.
1 Claude Lefort, L'inv •ntion démocratique, les limites de rinvention totalitaire,
Fayard, París, 1998; llannah Arendt, Qu'est ce que la Mitigue?, Seuil, París, 1995.

297
298 LAS PRÁCTICAS

Esta idea nos lleva a pensar la acción colectiva como un esp.1


cio propio, dejando a un lado la manera tradicional, especialmenk •
de América Latina, donde la acción colectiva tiene que subonli
narse al sistema de partidos! En el esquema de algunas teoría..
latinoamericanas —como la teoría de la dependencia —, las luchae
sociales tendrían que terminar con la creación o fortaleciendo 1111
partido político, para después transformar la situación social."

Et. ESPACIO PÚBLICO EN LOS SISTEMAS AUTORITARIOS

En México ha sido demostrado que los movimientos sociales y la


acción de la sociedad civil han tenido repercusiones en las tran,.
formaciones del sistema político, especialmente en el periodo de
la llamada transición de un sistema autoritario a otro, con canicie
rísticas democráticas.
Sin embargo, estos cambios que han generado los movim I
tos sociales en el sistema político son graduales y de impacto de.
igual; esto es, impactan de manera diferente a las estructuras nado
nales y a las estatales. Tenemos en nuestro país casi dos décadas
hablar de transición política, y no es el momento aún para planti
que la democracia se halle en una etapa de consolidación o que I.c.
instituciones que tienen una responsabilidad directa en esto, co
mo el Instituto Federal Electoral (IFE), la Suprema Corte de Justicia
o los medios de comunicación, refuercen el sistema democrático
Más bien, pareciera que estas instituciones lo debilitan. Para io
dos es ya conocido cómo el IFE en la elección de sus consejeros ha
priorizado la negociación entre los principales partidos político,
del país dejando a un lado la ciudadanización de dicho órgano.'

Manuel Antonio Gárreton, La unidad popular y el conflicto polr?ico en (lit%


Cesoc Lom, Santiago de Chile, 1993.
• Ruy Mauro Marini, Subdesarrollo y revolución, Siglo XXI, México, 1976.
5 En 2003 se eligieron los consejeros ciudadanos que sustituyeron al C011,410
que calificó la elección en 2000. A diferencia de la elección del anterior consep•.
fueron los partidos políticos quienes propusieron a sus candidatos, y pira.;
EL ESPACIO PCJIII .IC0 Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES 299

En cuanto a los medios de comunicación, no podemos negar que


la reforma que se llevó a cabo el año pasado pueda beneficiar una
mejor regulación entre medios y procesos electorales; sin embargo,
no sucede aún que los medios funjan como verdaderos impulsores
democráticos y no como grupos de presión, perfilándose así tina
visible fragilidad en la normatividad democrática.
Respecto a los partidos políticos, estamos en una etapa que ca-
lifico de partidos sin sociedad: tenemos un sistema de partidos don-
de la representación política es muy débil y la participación de la
ciudadanía es mu y limitada, circunscrita a la dinámica partidaria
de clientelas o al llamado voto duro, que la ubica en el límite de la
representación.
Los grandes problemas nacionales no han pasado por las
agendas de los partidos políticos. Por ejemplo, el debate sobre el
problema de la inseguridad fue obligado por la protesta ciudada-
na. Lo mismo sucedió con la reforma petrolera. Los partidos polí-
ticos tienen serios problemas para ser aceptados por la ciudadanía.
Esto es, tenemos un doble proceso: por un lado, los esfuerzos ciu-
dadanos que impactan el sistema político y, por otro, una dinámica
semiautoritaria de la vida política institucional que es reforzada
por los recursos económicos que brinda la política profesional.

ESPACIO PÚBLICO Y ASIMETRÍA POLÍTICA

Entonces, el llamado proceso de democratización en nuestro país


es asimétrico, esto es, los cambios que se han pretendido llevar a
cabo desde la federación, o desde el Distrito Federal, no son pa-
recidos a los que existen en los sistemas políticos estatales, por lo
que resalta cómo el discurso democrático poco tiene que ver con
las prácticas autoritarias que subsisten en varios estados del país.
De ello me interesa hablar en este texto, aunado a la importancia

cancelada la opción de que la ciudadanía a través de sus redes propusiera o


interviniera en dicha elección.
300 LAS PRÁCI1CAS

que algunos movimientos sociales tienen en la construcción de e..


patios públicos que logran quebrar prácticas autoritarias. Por oil.,
parte, es necesario distinguir nuevos procesos políticos distinto.
a los generados a partir de la alternancia política presidencial. Al
debilitarse el presidencialismo, la fuerza política de los goberna
dores se ha acrecentado, no en un sentido federalista, sino en una
dinámica caciquil donde los gobernadores hacen y deshacen en Mi
estados. Estos procesos nacionales, aunados a una reforma pohli
ca limitada, nos llevan a valorar los esfuerzos democráticos que
realizan la ciudadanía y las organizaciones sociales desde dist in
tas espacios del país. Por ello hablaremos principalmente de In•.
experiencias, las de los estados de Tabasco, Veracruz y Zacateca,.

Caso Tabasco

De 1970 a 2000, en dicho estado se han producido diversos movi


mientos sociales. Uno de los más conocidos fue el del Pacto Rale
reño, aparecido en los años setenta, cuando en varias comunikla
des de la región del Plan Chontalpa y el municipio de Cunduac.nn
se organizaron para protestar contra la afectación que Petróleo•.
Mexicanos ocasionó con la explotación de los pozos petroleros. k.
ta década se caracteriza porque en ella estaba en su máxima ex pn•
sión el autoritarismo del sistema político entonces vigente.
Posterior al movimiento del Pacto Ribereño se estructuró un
movimiento social integrado por tres redes: las comunidades cele
siales de base, las comunidades indígenas de la región de Nacaiii
ca y una red de políticos expriistas encabezados por Andrés Ma
nuel López Obrador. Aunque este movimiento social se desarrollo
en torno a la formación del Partido de la Revolución Democrática
(PRO, por varios años se caracterizó más que por ser un partido
político, por ser un movimiento que utilizaba la estructura parti-
daria para crear un espacio legal y un canal para la solución de sir.
demandas. Básicamente las demandas fueron la democratización
del sistema político en dicho estado y las indemnizaciones por la
EL ESPACIO PÚBLICO Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES 301

contaminación que Petróleos ocasionó en las comunidades. Sin


embargo, estas demandas reflejaban una falta de reconocimiento
de los derechos sociales y humanos de la ciudadanía en ese estado.
1-fasta 2003, el sistema político tabasqueño fue antidemocráti-
co y autoritario: los medios de comunicación, el instituto electoral
y el Congreso estaban controlados por el Partido Revolucionario
Institucional (exi) y el gobernador. Las luchas sociales que se die-
ron en el periodo de 1989 a 2003 hicieron evidente una confronta-
ción que desencadenó, en repetidas ocasiones, la utilización de la
fuerza policiaca de parte del gobierno estatal.
Las redes que mencioné anteriormente ubicaron en la agenda
nacional la grave problemática que aquejaba a la mayoría de la ciu-
dadanía en Tabasco: el problema de los fraudes electorales, la utiliza-
ción de los recursos estatales para apoyar las campañas políticas,
la falta de transparencia y el control que el gobierno estatal y el
PRI tenían de los medios de comunicación.' Este movimiento social

creó a nivel nacional una opinión pública sobre cómo se conducía


el poder político en Tabasco y puso en debate nacional el uso de
los recursos que proporcionaba la renta petrolera en ese estado.
A partir de 2003, el sistema político tabasqueño inició una gra-
dual apertura, al reconocerse el triunfo de la oposición, particular-
mente del PRD, en el congreso y en los ayuntamientos.' Aunque es-
te movimiento lo podemos definir como político, lo importante de
él fue que campesinos, indígenas, cristianos de colonias populares

En el periodo de 1994-1996 se suscitan varias movilizaciones que tienen


como marco las elecciones para gobernador en el estado de Tabasco. Básica-
mente la contienda política se da entre el PRO y el PRI, que tuvieron como candi-
datos a Andrés Manuel López Obrador y a Roberto Madrazo. Las contiendas
políticas fueron poco transparentes y tanto activistas como simpatizantes del
PRI) llevaron a cabo varias movilizaciones nacionales para protestar contra los
fraudes electorales, entre ellas la Caravana por la Democracia y el Éxodo por la
Democracia que llegaron y terminaron en la Ciudad de México.
' En las elecciones de 2003, el reo gana 11 diputaciones locales, en tanto que
el PRI sólo 9 y el PAN únicamente una. En lo que se refiere a presidencias munici-
pales, el rito consigue 11, mientras que el PRI obtiene 6. Sin embargo el PRI siguió
manteniendo la gubernatura y el control del instituto electoral tabasqueño así
como otras instituciones.
302 LAS PRÁCTICAS

y expriístas, impulsaron un movimiento que construyó un espacio


público con el propósito de debatir los problemas del autoritaris-
mo de Tabasco. Ahora bien, aunque en la actualidad la correlación
de fuerzas y la situación ha cambiado, no podemos negar que en-
contramos un pluralismo político consolidado v unos medios de
comunicación que representan, aunque sea de manera parcial, la
diversidad de las opiniones políticas.

Caso Veracruz

Por otra parte, en el caso de Veracruz, reconocemos un sistema


político semiautoritario, donde el poder ejecutivo mantiene el con-
trol de aquellas instituciones que tendrían la responsabilidad de
la consolidación y de la innovación democráticas. Por ejemplo, el
Instituto Electoral Veracruzano («Ey) sigue dependiendo de las de-
cisiones del gobernador para el nombramiento de los consejeros;
los medios de comunicación responden especialmente a la agenda
marcada por el gobierno estatal y la Comisión de los Derechos Hu-
manos es prácticamente una agencia subordinada al ejecutivo. No
todo esto es responsabilidad del ejecutivo: el sistema de partidos
se encuentra hegemonizado por prácticas políticas clientelares y,
aunque la ciudadanía acepta la importancia de los partidos políti-
cos, rechaza en lo general el funcionamiento de los partidos actua-
les? Con tal fragilidad del sistema de partidos, el ejecutivo puede
influir en la trayectoria de los mismos. En este contexto, estudié al-
gunas redes de organizaciones sociales en el sur veracruzano, par-
ticularmente en la región Coatzacoalcos-Minatitlán y en la sierra
de Solea pan. El estudio de dichas organizaciones y sus demandas
me permitieron comprender cómo en un contexto regional, las di-
versas dinámicas sociales pueden crear un espacio público donde
se debaten y planten problemas que no tienen visibilidad. Éste es
" Encuesta sobre Cultura Política y Valores Ciudadanos en Veracruz. La res-
ponsabilidad del proyecto estuvo a cargo del doctor Leopoldo Ala fi ta Méndez,
Universidad Veracruzana, IFE, Xalapa, enero de 2008.
EL ESPACIO PÚBLICO Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES 303

el caso de varias organizaciones creadas en los años ochenta, en la


región de la zona de Soteapan, especialmente en Zaragoza, Coso-
leacaque y I'ajapan, y la Coordinadora por la Defensa de I'emex en
Coatzacoalcos y Minatitlán.
En las comunidades de fuerte ascendencia indígena, a partir
de sacerdotes ligados a la teología de la liberación, influyeron en
la organización de varios comités de defensa popular que tuvieron
como objetivo mejorar las condiciones de vida de los campesinos
de la región e impulsaron varias luchas sociales. Intentaban demo-
cratizar los ayuntamientos controlados por el PRI, pero sobre todo,
desplazar del control a los cacicazgos que no permitían la distribu-
ción de los recursos tanto económicos corno políticos.
Las comunidades de Zaragoza, I'ajapan y Cosoleacaque viven
de la agricultura y de la fuerza de trabajo que labora en la industria
petroquímica de la región.' Los principales cacicazgos fueron du-
rante muchos años: la familia Merlín Alor, que controló la Unión
Ganadera del Sur y el sindicato Petroquímico de Cosoleacaque,
la dirigencias petroleras dirigidas por Joaquín Hernández Galicia
hasta los años noventa, y, después, Romero Deschamps. Dichos
cacicazgos controlaban los ayuntamientos a través del ni y ba-
jo estas condiciones, la participación de estas redes indígenas y
campesinas disputaron a través de las elecciones los ayuntamien-
tos, planteando proyectos políticos alternativos, construyendo
una opinión pública donde la democracia construida desde abajo
generaba una perspectiva diferente. Un ejemplo claro lo fueron

° En cada municipio o localidad se estructuraron organizaciones políticas que


son nutridas por las comunidades eclesiales de base (cut); en Zaragoza se cons-
tituye el Comité de Defensa Popular de Zaragoza; en Cosoleacaque la Unión
de Defensa de Coacotla y el Comité de Defensa Popular de Cosoleacaque; en
Pajapan el Frente Cívico Indígena de I'ajapan y en Soteapan la Organización
de Pueblos Popolucas Independientes. Éstas tienen como objetivo mejorar las
condiciones de vida e impulsar la democracia electoral a nivel municipal. En
cuanto a este aspecto, la participación electoral de estas organizaciones se inten-
sifica después de las elecciones presidenciales de 1988. Véase Martín Apilar,
MOUtleillelliS cocina el djmorratre au Ailexique: 1982-1998. Un re cord da paha de nue
regional. L'I larmattan. Francia, 2003.
304 LAS PRÁCTICAS

los planteamientos del Comité de Defensa Popular de Zaragoza


(corz), quienes al ganar las elecciones en 1991, plantearon un pro
yecto de desarrollo municipal a 20 años realizando un diagnósticl,
participativo, donde los barrios de la comunidad de Zaragoza de
cidieron cuáles serían las obras públicas prioritarias a impulsar. 11
Comité de Defensa Popular ganó las elecciones durante tres irle
nios consecutivos de 1991 a 2000.1°
En el caso de la Coordinadora por la Defensa de Pemex, en-
contramos otra dinámica. Se da en 1994, cuando se crea la organi
¿ación, una red que integraba aproximadamente 4 000 trabajado-
res de confianza de la industria petroquímica, aspecto novedoso
en esa época, ya que a los trabajadores de confianza, los obreros
sindicalizados los calificaban de privilegiados y con poca expe
rienda en el ámbito organizativo. Sin embargo, al plantearse en
el gobierno del presidente Ernesto Zedilla la privatización de la in-
dustria petroquímica, se inició un movimiento en contra de la pri-
vatización, argumentando que si bien era cierto que la industria
petrolera en general y la petroquímica en particular eran ineficien-
tes, ocasionado ello por la estrategia petrolera impulsada desde el
gobierno, se podía eficientar esta industria sin necesidad de priva
tizarla. Lo significativo de este movimiento que va de 1993 hasta
2004 es que en alianza con varias comunidades campesinas de 1,1
sierra de Soteapan abrieron un espacio de debate a nivel estatal s
nacional contra la privatización de la industria petrolera y peto,-

'° El Comité de Defensa Popular de Zaragoza ganó las elecciones tres tris.
nios consecutivos contendiendo por el PR». Sin lugar a dudas las acciones de
estos gobiernos municipales se han dirigido a beneficiar a la mayoría de la pi
blación ya que el ejercicio presupuestal fue utilizado para ello. Este aspecto de
separar proyectos municipales de las acciones del Comité de Defensa Populai
fue sumamente complejo. La preocupación de la dirigencia era que si un grup,.
de sus militantes era absorbido por la administración pública, había el rie-
go de que el CDPZ pudiera desintegrarse si en algún momento la competenri.
electoral no les favorecía, situación que sucedió en las elecciones municipal...-
de 2000. Aunque no se produjo el efecto de la desintegración, fue notoria la
confusión por las causas de la derrota, ya que se pensaba que en las eleccionv-
de ese año volverían a triunfar por las innumerables obras públicas que había..
llevado a cabo. ¡den:.
EL ESPACIO PÚBLICO Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES 305

igoza química, que se mantuvo hasta el año pasado con el debate nacio-
t ilft nal que se promulgó en el Congreso. Cuando el sindicato petrolero
mantuvo silencio en estos años, debido a una práctica tradicional y
a de clientelar, la Coordinadora por la Defensa de Pemex tocó desde su
ar. 111 fundación los problemas cruciales de la industria petrolera: conve-
Irle niencia o no de la privatización, democratización del sindicalismo
petrolero, eficiencia de la industria, cuidado de las reservas, co-
, cn mercialización internacional, etcétera.
5111i
atiti

10S11 Caso Zacatecas


ero%

I, Un último caso que nos interesa abordar, se refiere a la formación


el I de El Barzón, especialmente el que se organizó en el estado de
1¡I I- Zacatecas, que dio corno resultado la estructuración de uno de los
pri- barzones en el ámbito nacional.
aria Como sabemos, Zacatecas es un estado minero y agricultor.
len- 83% de la tierra cultivable estaba dedicado a la agricultura, prin-
e el cipalmente a la producción de frijol y otras leguminosas. Con la
iva- crisis de 1993-1994, los intereses sobre los préstamos al campo se
Isla elevaron significativamente y la cartera vencida de los ejidatarios
la y pequeños propietarios aumentó de manera escandalosa. Los
y pequeños y medianos productores zacatecanos se endeudaron y
:ro- al no obtener respuesta de sus organizaciones tradicionales como
la Confederación Nacional Campesina (cNc) y la organización de
pequeños propietarios, fundaron una nueva organización, El Bar-
1111
zón, que en su mejor momento llegó a afiliar a 10 000 personas."
de
liar " El Barzón en Zacatecas se organiza a través de dos tipos de redes de diri-
gentes; la primera red es de dirigentes profesionales cuyos miembros han sido
es formados en diferentes organizaciones políticas del país, entre ellas el PRD. Diri-
tia gentes que son de ese estado pero que tienen una experiencia política nacional.
Ir. De otra parte, otra red de dirigentes que tienen una experiencia organizativa
local, principalmente en organismos tradicionales como la ene, la organiza-
ción de pequeños propietarios, etc. Éstos son los que viven la problemática de
los adeudos y de la cartera vencida y que no encuentran una solución a sus
demandas en estas organizaciones. I lay que agregar que se integró al Barzón
306 LAS PRÁCTICAS

Lo interesante de este movimiento fue que a falta de saldas


políticas por parte de los gobiernos federal y estatal, construye
ron una agenda pública que permitió construir una red nacional al
identificarse con la problemática de miles de deudores a nivel na
cional. El Barzón zacatecano planteó varias demandas, como una
moratoria de cuatro años a los deudores, la prohibición de la usu
ra, la lucha contra el cobro de interés sobre interés y una demanda
por la transparencia de las instancias de impartición de justicia.
La problemática de la cartera vencida, el cobro de interés so
bre interés en las tarjetas de crédito, etcétera, generaron un movi-
miento nacional que logró que el gobierno general y los gobiernos
estatales determinaran políticas públicas al respecto.
Este movimiento, que se agudizó con la crisis económica de
1994, se mantiene hasta la actualidad con distintos ritmos, nuevas
demandas, a grado tal que se crearon organizaciones barzonistas
en todos los estados de la república de distintos perfiles y tenden-
cias. Barzones agrarios y urbanos y otros.

COMENTARIO FINAL

De los debates públicos que lograron situar estos movimientos se


desprende que gran parte de la agenda pública dependa del grado
de organización que alcance la ciudadanía, ya que el Estado es una
especie de receptor de demandas y un limitado impulsor de políticas
públicas. Por ejemplo, en el caso de Tabasco, el movimiento social al
que nos referimos logró rebasar las barreras del sistema estatal para
generar una opinión pública favorable. Las demandas de democra-
tización del sistema estatal y contra Pemex nos permiten observar
una necesidad de reconocimiento de los derechos básicos de la ciu-
dadanía en ese estado. La agenda ciudadana creó un espacio público
desde abajo que marcó una larga trayectoria para su solución.
Un amplio grupo de pequeños propietarios que habían sido migrantes y que
tienen una posición autónoma con respecto a las organizaciones corporativas.
Estos grupos fueron los ejes de esta organización.
EL ESPACIO PÚBLICO Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES 307

En el caso del sur veracruzano, la alianza entre comunida-


des indígenas y petroleros de confianza hizo avanzar un debate
sobre la conveniencia de no privatizar la industria petrolera por
una parte, y por otra, la democratización municipal ha permiti-
do la renovación de los grupos políticos. En el caso de El Barzón
fue una constante en la opinión pública nacional: específicamente
en Zacatecas, derivó en la necesidad de dar una salida a la crisis
económica, al tiempo que dar urgente respuesta a la necesidad de
democratizar un sistema obsoleto de impartición de justicia.
En su momento, tales movimientos crearon espacios públi-
cos que abrieron discusiones, nacionales o estatales, entre actores
sociales y agencias gubernamentales. Hemos observado en los
últimos años la expresión de la opinión ciudadana de diversas
maneras, por ejemplo, el movimiento contra la inseguridad y el
movimiento de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca
(Arpo). En este segundo caso, la coyuntura de la elección presiden-
cial favoreció que el estado procediera a reprimir tal organización;
sin embargo, el movimiento pudo construir un espacio público
donde hoy se sigue debatiendo la necesidad de una profunda re-
forma política en Oaxaca.

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