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Universidad Autónoma Del Estado De Hidalgo

Instituto De Ciencias De La Salud

Área Académica de Enfermería

Licenciatura En Enfermería

Tercer Semestre Grupo 1

Salud y Prevención de Adicciones

Dra. Gloria Solano Solano

Equipo:
Georgina Hernández Cruz
Chrystian Manuel Mendoza
Pablo Hernández Pineda

Periodo Escolar Enero-Junio 2018


Sustancias adictivas:
Alcohol
¿Qué es el alcohol?
La OMS describe a el alcohol, como sustancia psicoactiva con propiedades
causantes de dependencia, se ha utilizado ampliamente en muchas culturas
durante siglos. El consumo nocivo de alcohol conlleva una pesada carga social y
económica para las sociedades.

El alcohol etílico o etanol se obtiene de la fermentación o destilación de jugos de


frutas, granos y vegetales. Cuando se concentra en la sangre por consumo
excesivo, el alcohol altera el estado de conciencia (produce embriaguez o
emborrachara). El consumo de alcohol está muy arraigado en prácticamente todas
las culturas desde tiempos muy remotos, por lo que se le acepta socialmente y es
muy accesible para todos. Por ello se ha percibido la necesidad de regularlo para
evitar daños mayores. El alcohol es la droga legal de mayor consumo y con el mayor
número de adictos.

Nomenclatura: Los alcoholes al igual que otros compuestos orgánicos, como las
cetonas y los éteres, tienen diversas maneras de nombrarlos:
Común (no sistemática): se antepone la palabra alcohol a la base del alcano
correspondiente y se sustituye el sufijo -ano por -ílico. Así por ejemplo tendríamos
Metano → alcohol metílico
Etano → alcohol etílico
Propano → alcohol propílico
IUPAC: añadiendo una l (ele) al sufijo -ano en el nombre del hidrocarburo precursor,
ejemplo
Metano → metanol
en donde met- indica un átomo de carbono, -ano- indica que es un hidrocarburo-
alcano y -l que se trata de un alcohol
También se presentan alcoholes en los cuales se hace necesario identificar la
posición del átomo del carbono al que se encuentra enlazado el grupo hidroxilo, por
ejemplo, 2-butanol, en donde el dos significa que en el carbono dos (posición en la
cadena), se encuentra ubicado el grupo hidróxido, la palabra but nos dice que es
una cadena de cuatro carbonos y la -l nos indica que es un alcohol (nomenclatura
IUPAC). Cuando el grupo alcohol es sustituyente, se emplea el prefijo hidroxi-Se
utilizan los sufijos -diol, -triol, etc., según la cantidad de grupos OH que se
encuentre.
Propiedades generales
Los alcoholes suelen ser líquidos incoloros de olor característico, solubles en el
agua en proporción variable y menos densos que ella. Al aumentar la masa
molecular, aumentan sus puntos de fusión y ebullición, pudiendo ser sólidos a
temperatura ambiente (por ejemplo, el pentaerititrol funde a 260 °C). A diferencia de
los alcanos de los que derivan, el grupo funcional hidroxilo permite que la molécula
sea soluble en agua debido a la similitud del grupo hidroxilo con la molécula de agua
y le permite formar enlaces de hidrogeno La solubilidad de la molécula depende del
tamaño y forma de la cadena alquílica, ya que a medida que la cadena alquílica sea
más larga y más voluminosa, la molécula tenderá a parecerse más a un
hidrocarburo y menos a la molécula de agua, por lo que su solubilidad será mayor
en disolventes apolares, y menor en disolventes polares. Algunos alcoholes
(principalmente polihidroxílicos y con anillos aromáticos) tienen una densidad mayor
que la del agua.
El hecho de que el grupo hidroxilo pueda formar enlaces de hidrógeno también
afecta a los puntos de fusión y ebullición de los alcoholes. A pesar de que el enlace
de hidrógeno que se forma sea muy débil en comparación con otros tipos de
enlaces, se forman en gran número entre las moléculas, configurando una red
colectiva que dificulta que las moléculas puedan escapar del estado en el que se
encuentren (sólido o líquido), aumentando así sus puntos de fusión y ebullición en
comparación con sus alcanos correspondientes. Además, ambos puntos suelen
estar muy separados, por lo que se emplean frecuentemente como componentes
de mezclas anticongelantes. Por ejemplo, el 1,2-etanodiol tiene un punto de fusión
de -16 °C y un punto de ebullición de 197 °C.
Toxicidad en el consumo humano
Los más significativos efectos del alcohol en el cuerpo tanto positivos como
negativos y dependiendo del consumo. Además, en mujeres embarazadas puede
causar el síndrome de alcohol fetal.

El etanol es un líquido incoloro, volátil y de olor suave que se puede obtener a partir
de la fermentación de azúcares. A escala industrial es más habitual su obtención a
partir de la hidratación del etileno (una reacción del etileno con el agua en presencia
de ácido fosfórico) . El etanol es el depresor más utilizado en el mundo, y así lleva
siéndolo desde hace milenios; su consumo es adictivo y puede conducir
al alcoholismo.
El etanol presente en las bebidas alcohólicas ha sido consumido por los humanos
desde tiempos prehistóricos por una serie de razones higiénicas, dietéticas,
medicinales, religiosas y recreativas. El consumo de grandes dosis de etanol
causa embriaguez (intoxicación alcohólica), que puede provocar resaca una vez se
han terminado los efectos. Según la dosis y la frecuencia con que se consuma, el
etanol puede causar coma etílico, pérdida de conocimiento, una parálisis
respiratoria aguda o incluso la muerte. Como el etanol perjudica las habilidades
cognitivas, puede incitar a comportamientos temerarios o irresponsables. La
toxicidad del etanol es causada en gran medida por su principal metabolito,
el acetaldehído y su metabolito secundario, el ácido acético.

El etanol (alcohol de madera), por ejemplo, es oxidado en el hígado con lo que se


forma la sustancia venenosa formaldehido por la enzima alcohol deshidrogenasa
esto puede provocar ceguera o la muerte. Un tratamiento eficaz para evitar la
intoxicación por formaldehído tras ingerir metanol es administrar etanol. La enzima
alcohol deshidrogenasa tiene una mayor afinidad por el etanol, evitando así que el
metanol se una y sirva de sustrato. De esta forma, el resto de metanol tendrá tiempo
de ser excretado por los riñones. El formaldehído que quede será convertido en
ácido fórmico y después excretado.

El metanol en sí, a pesar de ser venenoso, tiene un efecto sedante mucho menos
potente que el etanol. Algunos alcoholes de cadena larga como por ejemplo el n-
propanol, el isopropanol el n-butanol, el t-butanol y el 2-metil-2-butanol sí tienen
efectos sedantes más potentes, aunque también son más tóxicos que el etanol.
Estos alcoholes de cadena larga se encuentran como contaminantes en algunas
bebidas alcohólicas y son conocidos como alcoholes de fusel y tienen la reputación
de causar una resaca grave, aunque no está claro si los alcoholes de fusel son la
auténtica causa
Efectos generales
Los efectos del alcohol dependen de diversos factores:

La edad (beber alcohol mientras el organismo todavía se encuentre madurando es


especialmente nocivo)
El peso (afecta de modo más severo a las personas con menor masa corporal)

El sexo (por factores fisiológicos, la tolerancia femenina es, en general, menor que
la masculina)

La cantidad y rapidez de la ingesta (a más alcohol en menos tiempo mayor


intoxicación)

La ingestión simultánea de comida (el estómago lleno, sobre todo de alimentos


grasos, dificulta la intoxicación)
La combinación con bebidas carbónicas (tónica, Coca-Cola, etc.) que aceleran la
intoxicación
Efectos psicológicos
En función de la dosis, pueden experimentarse diversos efectos:

Desinhibición, Euforia, Relajación, Aumento de la sociabilidad, Dificultades para


hablar, Dificultad para asociar ideas, Descoordinación motora
Efectos fisiológicos
Los efectos del alcohol dependen de la cantidad presente en la sangre (tasa de
alcoholemia, medida en gramos por litro de sangre):
0.5 g/l: euforia, sobrevaloración de facultades y disminución de reflejos
1 g/l: desinhibición y dificultades para hablar y coordinar movimientos
1.5 g/l: embriaguez, con pérdida del control de las facultades superiores
2 g/l: descoordinación del habla y de la marcha, y visión doble
3 g/l: estado de apatía y somnolencia
4 g/l: coma
5 g/l: muerte por parálisis de los centros respiratorio y vasomotor

Las patologías que pueden tener relación con el abuso de alcohol son:
Músculos: miopatía aguda o crónica
Sistema Nervioso: polineuropatía alcohólica, neuritis óptica, encefalopatía de
Wernicke, psicosis de Korsakov

Estómago/Esófago: gastritis crónica y aguda, reflujo gastroesofágico, pirosis y


vómitos, carcinoma esofágico
Cardiovascular: hipertensión arterial, arterioesclerosis, miocardiopatía alcohólica
Hígado: esteatosis hepática, hepatitis alcohólica, cirrosis alcohólica
Páncreas: pancreatitis aguda y crónica
Intestino: Deficiencias nutricionales, cuadros diarreicos y de malabsorción
Genitales: disminución de la libido, impotencia, atrofia testicular, infertilidad
Efectos anatómicos

El sistema nervioso central es muy sensible a los efectos del alcohol. Hay una
depresión general dependiente de la dosis, que comienza con una sedación suave
y va llevando a la anestesia, al coma e incluso la muerte.

Las propiedades estimulantes atribuidas al alcohol son el resultado de la depresión


de áreas cerebrales responsables de los mecanismos inhibidores. Como resultado
de ello algunas partes del cerebro y sus conductas asociadas quedan liberadas del
freno inhibitorio.

Como consecuencia de esto, el pensamiento fluye libremente, pero de manera


desordenada y fortuita. El lóbulo frontal del córtex cerebral se ve afectado por
niveles de alcohol en la sangre, resultando la hilaridad, expansividad, juicio
deteriorado, locuacidad y atención empobrecida. Otras regiones corticales son
deprimidas por el alcohol en la sangre, causando sensibilidad embotada, ataxia,
apraxia, verborrea, doble visión y distorsión perceptiva. El cerebro se ve afectado
produciendo falta de equilibrio.

Signos y síntomas

El abuso del alcohol se convierte en adicción cuando los siguientes signos


aparecen:

Cuando bebe, la persona no puede controlar la cantidad de alcohol que ingiere.


Necesita tomar más alcohol para conseguir el mismo efecto que antes.

Aparecen los síntomas de abstinencia cuando se detiene el consumo de alcohol. Él


o ella puede sentirse enfermo, con sudoración, temblores y ansiedad.

Para poder beber, la persona renuncia a otras actividades de las que él o ella solía
disfrutar anteriormente.
Emplea una gran cantidad de tiempo ya sea bebiendo o recuperándose.

A pesar de que se producen daños a su carrera, a su educación, a su familia o a


otras relaciones, la persona continúa bebiendo.

La persona bebe temprano en el día, permanece borracho durante mucho tiempo,


o bebe solo.
Trata de ocultar el hecho de que bebe y pone excusas.
Siempre recurre al alcohol para aliviar el estrés o resolver problemas.
Al bebedor le gustaría dejar de beber, pero a pesar de repetidos intentos, todavía
sigue bebiendo.

El alcohol se convierte en el punto central en su vida, el bebedor siempre debe


asegurarse de que tiene disponible suficiente cantidad de alcohol, y las actividades
sociales casi siempre incluyen la bebida.
Deseo intenso de beber alcohol.

Falta de control sobre el consumo de alcohol, referido tanto a la necesidad de


empezar a beber, como a la incapacidad para suspender o reducir este consumo.
Bebe cuando está solo, y trata de ocultar su conducta a las personas de su entorno.

Síndrome de abstinencia cuando no se consume, que se caracteriza por un malestar


físico intenso que el paciente intenta aliviar bebiendo.

Tolerancia. Esto implica que el individuo necesita consumir mayor cantidad de


alcohol para lograr los mismos efectos.
Lapsus o lagunas en la memoria.

Interferencia en la vida cotidiana: por ejemplo, aparece un abandono progresivo de


otras fuentes de placer, se descuida el aspecto personal, disminuye el rendimiento
laboral o académico, o se emplea mucho tiempo para conseguir alcohol o
recuperarse de sus efectos.

El consumo de alcohol persiste con independencia de sus consecuencias físicas


(como el daño hepático o la desnutrición), psicológicas (depresión, ansiedad), del
deterioro cognitivo, o de las repercusiones que tenga sobre la actividad laboral, las
relaciones familiares y sociales, etcétera.
Intoxicación aguda y crónica
Cualquier sustancia química puede ser definida peligrosa: los riesgos hipotéticos
empiezan con la fase de producción en las industrias y siguen hasta el momento del
consumo. A nivel del organismo, parte de las sustancias asimiladas se eliminan
como desechos, pero parte puede acumularse en los tejidos.

El riesgo está relacionado con dos factores: la toxicidad de la sustancia (es decir su
capacidad de provocar un daño inmediato en un cierto tiempo), y la concentración.
Los dos factores deben ser considerados conjuntamente para determinar la
peligrosidad de una sustancia.
Así que, el uso de una sustancia muy tóxica, empleada a una baja concentración,
puede representar un riesgo menor que el uso de una sustancia poco tóxica usada
en concentración alta. Esto explica cómo pueden darse casos de intoxicación con
sustancias comúnmente consideradas.

* Intoxicación aguda: consumiendo de una sola vez una cantidad de sustancia


suficiente para desarrollar una patología.

* Intoxicación crónica: cuando se asimilan en un tiempo dado cantidades mínimas


de sustancias tóxicas que se acumulan más rápido de lo que el organismo puede
eliminar.

Podemos diferenciar las intoxicaciones de acuerdo con la fase en que se manipula


la sustancia química:

Fase Intoxicación posible

Producción Aguda y crónica

Consumo Aguda y crónica

Acumulación ambiental Aguda y crónica

Acumulación en el organismo Crónica

Datos extra

La cantidad de alcohol ingerida con una bebida determinada es proporcional a su


grado alcohólico y al volumen ingerido, multiplicado por 0,8 que es la densidad del
alcohol :

Gr = graduación x Volumen x 0,8 / 100


Estimación de niveles de etanolemia en g/l:

Ingesta en ml x (graduación de la bebida/100) x 0,8 g/ml

Volumen de distribución (0,6 L/Kg) x Peso en Kg.

Tras su ingestión es rápidamente absorbido por la mucosa del estómago en un 30%


y después por el intestino delgado proximal en el 70% restante. Se distribuye por
los tejidos siguiendo el espacio del agua corporal y es casi completamente oxidado
en el hígado siguiendo una cinética de orden cero (independiente de la
concentración) a un ritmo de 15 a 20 mg/dl/hora dependiendo del peso corporal.
Los alcohólicos crónicos pueden metabolizar el alcohol con doble rapidez. Sufre un
primer paso débil metabólico en la mucosa gástrica que contiene alcoholato
deshidrogenasa y después difunde a todo el organismo por su coeficiente
grasa/agua favorable. Su degradación es esencialmente por oxidación hepática en
un 90% y un 10% puede ser eliminado por vías accesorias como son el riñón y el
pulmón.
El nivel de alcoholemia es el resultado de la absorción digestiva, de la distribución
tisular, de la oxidación y de su eliminación. Se determina, bien por la medida directa
de la concentración de etanol en sangre o bien indirectamente por la medida de la
tasa en el aire espirado.

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