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MANUAL

DEL
DIACONADO
Manual del Diaconado
17 de Noviembre del 2001 Tabla de Contenido

INTRODUCCIÓN

I. ORIGEN, INSTITUCIÓN Y FUNCIÓN DEL DIACONADO………………………........…….1

1.0 Evidencia para la Existencia del Diaconado en la Iglesia Neotestamentaria…..................1


2.0 Origen Antiguotestamentario del Diaconado…………………………………..................…..2
3.0 Institución Neotestamentaria del Diaconado…………………..…………………..................3
4.0 El Lugar del Diaconado en una Iglesia Bíblicamente Ordenada…………...…...................6
5.0 Declaración Sumaria sobre las Funciones del Diaconado………..…………....................11

II. REQUISITOS BÍBLICOS DE LOS DIÁCONOS…………………….………………........…15

1.0 Requisitos Escriturales Explícitos para el Oficio………………….……………………........15


2.0 Razones Erróneas para Reconocer a Hombres como Diáconos……………………........16
3.0 Procedimiento Bíblico para Reconocer y Colocar a Hombres Calificados como
Diáconos……………………………………………………………………………….......…….16

III. LABORES DIACONALES……………………………………………………………….........18

1.0 Repaso de Labores Bíblicas……………………………………………………………..........18


2.0 Ministerio a los Pobres y Necesitados………………………………………………….........19
3.0 Ministerio a la Congregación…………………………………………………………….........28
4.0 Ministerio a los Ancianos…………………………………………………………………........34
5.0 Recapitulación: Integración de Actividades Diaconales dentro de la Vida de la
Iglesia……………………………………………………………………………………….........39

IV. EL DIACONADO EN OPERACIÓN………………….…………………………………........42

1.0 Observaciones Introductorias……………………………………………………………........42


2.0 Las Realidades y Ventajas de Dones diferentes………………………………………........42
3.0 El Valor de la Consejería Mutua…………………………………………………………........42
4.0 El Lugar del Liderazgo Efectivo………………………………………………………….........43
5.0 La Fortaleza de la Organización Interna………………………………………………..........43
6.0 La Necesidad de la Comunicación Consistente y Transparente…………………….........44
7.0 La Responsabilidad del Reporte Periódico…………………………………………….........46

V. CONDUCIÉNDONOS EN EL OFICIO DIACONAL…………………………………...........47

1.0 El Diácono como Siervo Perseverante………………………………………………….........47


2.0 El Diácono como Administrador Fiel…………………………………………………….........47
3.0 El Diácono como Ejemplo Visible………………………………………………………..........47
4.0 El Diácono como Máximo Recipiente…………………………………………………….......47

BIBLIOGRAFÍA............................................................................................................................48
INTRODUCCIÓN:

Muchos se han regocijado de ver la mano de Dios obrando en el creciente número de


iglesias bíblicamente ordenadas que han surgido durante los últimos veinte años.
Pastores bíblicamente calificados, sirviendo en sus funciones dadas por Dios, han
tomado el lugar de liderazgo en muchas congregaciones.

Al examinar el segundo oficio de liderazgo en la iglesia, es decir, el diaconado,


debemos tener la misma disposición de dejar que toda nuestra doctrina y práctica sea
moldeada y dirigida por la Palabra de Dios.

Hay que admitir que el punto de vista bíblico del diaconado se ha colocado en un rango
secundario de interés y prioridad en la reordenación de cada asamblea al modelo
neotestamentario de una iglesia local que predica el evangelio y honra a Dios. Pero
como observara un escritor hace más de 150 años, el impacto del oficio diaconal no
debe ser pasado por alto:

“Este tema es, en muchos aspectos, muy importante: demasiado importante para ser
tratado a la ligera, o examinado con descuido. Se concierne íntimamente con la actividad
y eficiencia de la Iglesia Cristiana en la promoción de las grandes metas de su
organización; la difusión del evangelio en su pureza; y el logro de aquellas obras de
caridad y benevolencia por la cual es tan efectiva en el mundo, y, sobre todo, la imagen
de la gracia y compasión de su Redentor benefactor” (1)

El material reunido y presentado en este Manual es un material bíblico sobre el


diaconado el cual ha sido examinado y aceptado por muchas iglesias bíblicas. Estas
iglesias han disfrutado la bendición de un diaconado funcional y bíblico y las siguientes
generaciones. Los diáconos de estas iglesias que han recibido este rico legado, pueden
testificar de la bondad de Dios al permitirles servir en una iglesia con una fundación tan
sólida; y por esto nos regocijamos al ver a muchas iglesias igualmente fuertes
levantarse en la obra poderosa de Cristo (Mateo 16:18).

No obstante, nuestras raíces al formular los deberes bíblicos del diaconado van más
allá de la historia de nuestra propia iglesia. Grandes hombres cristianos de los siglos 18
y 19 han contribuido significativamente a nuestro entendimiento del testimonio bíblico
sobre el diaconado, y por lo menos algunas de sus obras están citadas en este Manual.

Hemos adoptado el formato de un resumen extendido para agilizar tanto la lectura


inicial como la referencia subsecuente. Los primeros capítulos tratan sobre algunos de
los principios generales que influyen nuestro entendimiento del diaconado. Los
capítulos posteriores enfocan asuntos particulares con los cuales cierto diaconado
podría o no estar involucrado.

La primera y última autoridad para toda nuestra doctrina práctica no son las opiniones
de los hombres, o lo que “parece que funciona”, o las tradiciones de la iglesia, sino que
nuestra última fuente es la Biblia solamente. Es nuestra meta atar cada aspecto del
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17 de Noviembre del 2001 Tabla de Contenido

servicio diaconal a las Escrituras, o por lo menos a los principios generales contenidas
en ellas, para asegurarnos que estamos siguiendo la mente y la voluntad de Cristo.
Creemos que cuando la obra de Dios se hace a la manera de Dios, siempre disfrutará
de sus bendiciones. A pesar reconocer los muchos defectos de este breve Manual, lo
recomendamos a nuestros hermanos con la esperanza de que puedan discernir más
claramente la obra y la manera de Dios en el diaconado, y que usted también pueda
conocer Su bendición.
Manual del Diaconado 1
Origen, Institución y Función del Diaconado

Capítulo I
Origen, Institución y Función del Diaconado

1.0 Evidencia para la Existencia del Diaconado en la Iglesia Neotestamentaria

1.1 Referencias explícitas:

(1) Filipenses 1:1: Pablo concibe esta iglesia bien ordenada y relativamente
madura como una asamblea de santos en unión con Cristo; morando en
la ciudad de Filipos; con dos grupos reconocidos de oficiales en la iglesia,
“ancianos y diáconos”.

(2) 1 Timoteo 3:1-13: Pablo da estándares para dos clases de oficiales en la


iglesia. El contexto de estos versículos es la preocupación de Pablo por el
orden en la iglesia, versículo 15, “para que… sepas cómo debes
conducirte en la casa de Dios” 1 Timoteo 3 hace una clara distinción entre
un “supervisor” (u obispo, v. 2) y un “diácono” (v. 8).

1.2 Deducciones legítimas de estas referencias:

1.2.1 En una iglesia bien ordenada y madura que sigue el patrón de las
Escrituras habrá dos tipos de oficiales, ancianos y diáconos, y una
pluralidad de ambos.

“Es casi imposible concebir, que si hubieran habido otros oficiales aparte
de los obispos y diáconos en la Iglesia de Filipos, estos hubieran sido
omitidos en la salutación apostólica; y es igualmente difícil concebir que la
Iglesia de Filipos, las primicias de las labores de Pablo en Europa, sobre
cuya prosperidad espiritual tanto se regocijaba, estaba destituida de
cualquier clase de oficial necesario o usual en otras iglesias. La
conclusión parece irresistible, que el obispo y el diácono eran los dos
únicos oficiales de tipo ordinario y permanente conocidos en la Iglesia
apostólica.” (2)

1.2.2 El canon neotestamentario cierra con la forma para la iglesia bien


establecida y descrita que Dios determinó. No estamos en libertad de
modificar esta forma o inventar nuevas formas en cualquier manera
contraria a la Palabra de Dios.

1.2.3 Las Escrituras claramente establecen los requisitos de los hombres que
han de tomar cada oficio y las funciones generales que han de
desempeñar en cada oficio. Nos compete a nosotros descubrir el material
bíblico que Dios provee para guiarnos en el desempeño de nuestras
funciones como diáconos.
Manual del Diaconado 2
Origen, Institución y Función del Diaconado

2.0 Origen Antiguotestamentario del Diaconado

2.1 Cuando trazamos la función del diaconado a su fuente más fundamental, vemos
que tiene su origen en el corazón amoroso y benevolente de Dios. Dios cuida de
sus criaturas, cuida de toda la humanidad, cuida a sus elegidos, y tiene un
cuidado especial por los débiles e indefensos entre ellos. Los hombres que sirven
como diáconos han sido dados como agentes especiales de Dios para ministrar
benevolencia a los pobres y necesitados.

2.2 El Dios de la Biblia tiene especial deleite en defender a los indefensos y actuar a
favor de aquellos que no tienen protector o proveedor.

2.2.1 Dios se identifica con ellos: Proverbios 14:31; 22.22-23, 29.7.

2.2.2 Dios defiende su causa y los libra de las injusticias de los hombres: Éxodo
22.21-24, Deuteronomio 10:17-18; Salmos 82:1-4.

2.2.3 Dios provee para toda su creación (Salmos 104:27-28), pero bajo el
Antiguo Pacto decretó medios especiales a través de la comunidad de Su
pueblo para proveer para los pobres y necesitados: Ver Deuteronomio
24:14-15: 24:19-22; 15.1-3; 26:12.

2.2.4 El pueblo de Dios bajo el Antiguo Pacto era el medio de Dios para suplir
las necesidades de los pobres. Debían reflejar la compasión y especial
preocupación de Dios e incurrirían en su ira si trataban de escapar de
este deber:

Deuteronomio 15:7-11: “Cuando haya en medio de ti menesteroso de


alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que
Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano
contra tu hermano pobre, sino abrirás a él tu mano liberalmente, y en
efecto le prestarás lo que necesites.
Guárdate de tener en tu corazón pensamiento perverso, diciendo: Cerca
está el año séptimo, el de la remisión, y mires con malos ojos a tu
hermano menesteroso para no darle; porque él podrá clamar contra ti a
Jehová, y se te contará por pecado.
Sin falta le darás, y no serás de mezquino corazón cuando le des; porque
por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que
emprendas. Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por
eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al
menesteroso de tu tierra.”

2.3 En el pasaje de Deuteronomio 15, note la preocupación especial de Dios por los
pobres y necesitados entre su pueblo del pacto: “un menesteroso de tus
hermanos.” Al mismo tiempo, Dios extiende su cuidado al extranjero (ver por
ejemplo, Éxodo 22:2). Los pobres y necesitados son primariamente, pero no
exclusivamente, aquellos que están dentro de la comunidad del pacto o, en
lenguaje neotestamentario, “la familia de la fe” (Gálatas 6:10).
Manual del Diaconado 3
Origen, Institución y Función del Diaconado

2.4 Bajo el Nuevo Pacto, se espera que el patrón de benevolencia práctica sea
mantenido en la vida del cristiano como evidencia de su nueva vida espiritual
(Santiago 1:27; 1 Juan 3:16-18). Dios también ha provisto un medio para el
cuerpo corporativo de creyentes, (la iglesia) para tratar con las necesidades de
los pobres a través de los diáconos que sirven como sus representantes oficiales
en asuntos de benevolencia.

2.5 En resumen, podríamos decir que (1) Dios se ha identificado especialmente con
el débil y el necesitado, el indefenso y el destituido; (2) los pobres y los
necesitados son primariamente aquellos que son verdaderos creyentes y
hermanos en la fe pero que tienen necesidades materiales reales, (3) Dios utiliza
a Su pueblo como medio para suplir aquellas necesidades y espera que
respondan con generosidad compasiva; y (4) los diáconos son dados para
ministrar la misericordia benevolente de Dios a nombre del pueblo de Dios
corporativamente.

3.0 Institución Neotestamentaria del Diaconado

3.1 El diaconado recibe su patrón más amplio del ministerio de Jesucristo.

3.1.1 El ministerio terrenal de Jesucristo tenía dos características: fue un


ministerio de predicación, y fue un ministerio de obras de benevolencia
(Marcos 1:38-39; Matero 14:14; 15:32). Su ministerio con los hombres era
una extensión de su compasión por sus necesidades espirituales y físicas.
He aquí un patrón para los ministerios subsecuentes de los apóstoles, y
para los posteriores oficios de los ancianos y diáconos de la iglesia de
Cristo.

3.1.2 Aunque su cuidado por las almas de los hombres era de suprema
importancia, Jesús no era en ningún modo indiferente a sus necesidades
físicas. He aquí uno que se movía entre los más pobres, débiles y
destituidos y demostró el amor de Dios por los necesitados en
incansables obras de misericordia. Así como lo eterno pesa más que lo
temporal, nuestra preocupación por las almas de los hombres debe ser
nuestra principal preocupación en la obra de la iglesia (2 Corintios 4:17-
18). Sin embargo, debemos seguir el patrón de Cristo en atender también
las necesidades del hombre completo, cuerpo y espíritu. La gloria del
diaconado yace en reflejar este segundo aspecto del ministerio terrenal de
Cristo.

3.1.3 El propósito del ministerio de Cristo era revelar el Padre a los hombres
(Juan 1:18), tanto en sus enseñanzas como en sus acciones. Lo que
Cristo dijo e hizo, reveló su propia identidad como Dios encarnado. Lo que
hizo dio sustancia al carácter de Dios al presenciar los hombres las obras
de Cristo. Los discípulos de Cristo revelan a Dios al testificar de Él; y
nosotros damos sustancia a su carácter revelado en Cristo al hacer obras
de misericordia.

3.1.4 El que Cristo viniera “no para ser servido, sino para servir” (Matero 20:28)
era un cumplimiento directo de su identidad como el Siervo Sufriente de
Manual del Diaconado 4
Origen, Institución y Función del Diaconado

Jehová en el Antiguo Testamento (Isaías 42:1). Jesús obró como el Siervo


de Jehová para promover el evangelio durante Su ministerio terrenal. Los
diáconos deben tomar su posición de servicio por la misma razón para
promover el testimonio efectivo del evangelio. El propósito bíblico de los
ministerios diaconales es revelar el corazón benévolo de Dios, revelar el
corazón benévolo de Cristo, y revelar a Jesucristo como Señor y Dios.
Cualquier otro motivo para extender benevolencia no está centrado en el
evangelio.

3.1.5 Las enseñanzas de Jesús están llenas de mandatos para mostrar


benevolencia. En nuestra preocupación por los demás demostramos
nuestro amor a Dios y nuestro amor a Cristo mismo (Lucas 10:27; Mateo
25:40).

3.2 El diaconado es visto en su forma embriónica a través de la historia de los inicios


de la iglesia neotestamentaria (Hechos 6).

3.2.1 Clima previo de unidad y preocupación mutua desinteresada en la iglesia


(Hechos 4:32-35).

3.2.2 Un trastorno repentino, con el potencial de dividir a toda la congregación,


por el hecho de que algunas viudas eran desatendidas (Hechos 6:1).

3.2.3 Una declaración de perspectiva y prioridad por los apóstoles: “No es justo
que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas” (verso
2). En esta declaración ellos fijan las prioridades no negociables de los
líderes de la iglesia. Juan Calvino comenta acerca del servicio de los
apóstoles para las necesidades físicas y espirituales de la iglesia:

“Debido a que la administración se había combinado, estaban tan


involucrados que no podían dar toda la atención que la enseñanza
merecía. Por tanto declinaron participar en la labor que los apartaba de su
preocupación total e irrestricta por la enseñanza.

Sin embargo, no debemos entender por esto que ellos se despreocuparon


totalmente de los pobres, sino que buscaron ayuda para poder dirigir su
atención a su propia labor.” (3)

3.2.4 Los apóstoles se enfrascan con el problema crítico e inmediato, y


sugieren una solución que no los aparta de su primera prioridad. La labor
necesaria es encargada a otras manos para que las realicen.

3.2.5 Los apóstoles combinan el consenso de la iglesia (“buscad... de entre


vosotros”) con la autoridad de su oficio (“a quienes encarguemos”) para
identificar y autorizar a hombres calificados para esta labor especial.

3.2.6 Al encargar a hombres en este oficio, los apóstoles delegan su autoridad


pero no la transfieren. No hay evidencia aquí de que entregaran su
responsabilidad, y de hecho veremos más adelante en el libro de los
Hechos que los apóstoles y los ancianos se involucran directamente en
asuntos de benevolencia.
Manual del Diaconado 5
Origen, Institución y Función del Diaconado

3.2.7 La ministración a las viudas es aparentemente realizada con habilidad y


gracia por las manos de los siete, y la paz retorna a la iglesia. Dios
muestra su favor sobre el liderazgo apostólico a través de esta crisis por
la bendición triple de la propagación de la Palabra, el incremento en el
número de los discípulos en Jerusalén y la gran cantidad de sacerdotes
que obedecían a la fe (vs.7).

3.3 Al diaconado se le da su definición limitativa por el lenguaje de las Escrituras.

3.3.1 Diácono, como raíz para la palabra siervo, Juan 2:5; 12:26; 1 Corintios
3:5.

3.3.2 Diácono, en forma de verbo, significa “servir”, como en Lucas 4:39 y Juan
12:2.

3.3.3 En las referencias más específicas al oficio de diácono, el término “servir”


es central: ver Hechos 6:2; 1 Timoteo 3:10 y 3:13.

3.4 Implicaciones para la estructura, propósito y perpetuación del diaconado:

3.4.1 Hasta el tiempo de Hechos 6, la iglesia en Jerusalén era una iglesia válida
y funcional, a pesar de que no tenía diáconos. Los ancianos estaban
involucrados en labores diaconales (ver Hechos 4:35) en esos primeros
días. Además vemos la preocupación prioritaria apostólica de asegurar un
ancianato antes que el diaconado en las iglesias jóvenes (ver Hechos
14:23 y Tito 1:5). En una congregación pequeña y joven es apropiado, y a
veces necesario, que un anciano haga la labor de un diácono. Pero no es
apropiado que un diácono asuma la función de un anciano.

3.4.2 Las necesidades prácticas de una iglesia creciente podrían muy bien
agotar los recursos del ancianato y tentarlos a dejar a un lado sus
empeños espirituales primarios. Al igual que los apóstoles, los ancianos
que están bajo esta presión deben resistirse al desplazamiento de sus
prioridades y ser sensibles al referirse a los problemas reales que
enfrentan.

3.4.3 Los diáconos son llamados al servicio para asistir a los ancianos en suplir
las necesidades prácticas de la congregación. Su conveniencia en el
oficio es un asunto de juicio congregacional, en cuanto a sus requisitos
bíblicos; su asignación a labores específicas dentro del diaconado es un
asunto de juicio pastoral y delegación de autoridad.

3.4.4 Cuando el patrón bíblico es abrazado y cada hombre sirve en su propio


lugar, podemos esperar la sonrisa de Dios sobre nuestras labores en su
iglesia.

3.4.5 Un diácono debe siempre recordar que él es un siervo y que su oficio es


de servicio.
Manual del Diaconado 6
Origen, Institución y Función del Diaconado

4.0 El lugar del Diaconado en una Iglesia Bíblicamente Ordenada

El oficio neotestamentario de diácono debe ser conducido en el contexto de una iglesia


neotestamentaria bíblicamente ordenada. De las instrucciones de Cristo así como de los
escritos y prácticas apostólicas subsecuentes, hemos recibido la estructura y función
ordenadas por Dios para la iglesia durante esta era evangélica. Cristo es la Cabeza
viviente de Su iglesia; El gobierna por Su Palabra y esta regla es administrada por los
pastores bajo Su autoridad quienes El ha dado a cada iglesia local. Entendemos
correctamente el lugar de los diáconos cuando definimos sus funciones a la luz de estas
verdades fundamentales.

4.1 La relación de Cristo con, y su actividad para con la iglesia:

4.1.1 El Cristo ascendido y glorificado es la Cabeza exclusivamente constituida


de su Cuerpo, la Iglesia (Efesios 1:22; 4:15).

4.1.2 El Cristo ascendido y glorificado es el proveedor amoroso y soberano


para todas las necesidades de su Iglesia (Efesios 5:29; Romanos 8:32).

4.1.3 El Cristo ascendido y glorificado ejercita su autoridad y manifiesta su amor


al proveer a hombres con dones para servir en su Cuerpo, la Iglesia
(Efesios 4:11-12).

4.1.4 Es el maravilloso privilegio y la tremenda responsabilidad de la Iglesia


reconocer la actividad de Cristo al reconocer y recibir aquellos hombres
que son los dones de Cristo para su Iglesia.

4.2 La relación de las Escrituras con la Iglesia:

4.2.1 Cristo es reconocido como la Cabeza suprema de su iglesia y El gobierna


por su Palabra, a través del ministerio del Espíritu Santo.

4.2.2 Cristo, en su Palabra, ha provisto una clara descripción de los oficios que
han de existir en su iglesia, los estándares objetivos por medio de los
cuales se ha de evaluar la aptitud de un hombre para el oficio, y los
lineamientos generales de la autoridad legítima y las actividades de ese
oficio.

4.3 El lugar de los ancianos en la Iglesia:

4.3.1 Su autoridad

4.3.1.1 Responsabilidad de gobernar (Hechos 20:28; Hebreos 13:7,17;


1 Pedro 5:2; 1 Timoteo 3:5).

4.3.1.2 Alcance universal de su autoridad dentro de la iglesia.

4.3.1.3 Derecho de delegar responsabilidad en otros.


Manual del Diaconado 7
Origen, Institución y Función del Diaconado

4.3.1.4 Rendir cuentas por todos los aspectos de la vida de la iglesia,


sea la autoridad delegada o no.

4.3.2 Sus labores

4.3.2.1 Labor primaria: Predicar el Evangelio

4.3.2.2 Declaración explícita: Todos los otros aspectos de la vida de la


iglesia, incluyendo el deber bíblico de la benevolencia, están
sujetos a, y son sostenedores de, la labor de predicar el
Evangelio.

4.3.2.3 Los ancianos son responsables de aplicar la Palabra de Dios


en todos los aspectos de la vida de la iglesia. Cuando
enfrentan cualquier asunto, deben preguntar “¿Qué quiere
Cristo que hagamos en esta situación? ¿Qué dice Él en las
Escrituras?”

4.3.2.4 Aplicaciones necesarias: La congregación está unificada en su


compromiso al gobierno de las Escrituras. Como parte
altamente visible de la iglesia, los diáconos juegan un papel
esencial en mantener la unidad de la iglesia al no permitir que
Satanás trastorne la labor primaria de la iglesia por medio de
incidentes en la vida de la iglesia.

4.4 El lugar de los diáconos en la Iglesia.

4.4.1 Cualquiera que sean las funciones y actividades en que se involucren los
diáconos no deben violar el orden demandado por el gobierno de Cristo,
ni la prioridad de labores ordenadas por la Palabra de Cristo.

4.4.2 Los diáconos están subordinados al gobierno de los ancianos en todos los
asuntos. El suyo es un ministerio de servicio, con autoridad delegada para
realizar esos servicios de parte de los ancianos.

4.4.3 Los ancianos podrían juzgar como necesario y apropiado ocasionalmente


realizar labores diaconales o involucrarse en decisiones diaconales
(Hechos 11:30; la participación de Pablo al traer las ofrendas a los santos
en Judea, ver 2 Corintios 8:16-24). Los diáconos no deben sentirse
amenazados cuando los ancianos ejercitan su autoridad legítima sobre
este aspecto de la vida de la iglesia. Los diáconos laboran para
presentarse como confiables en su oficio y más para ganar la confianza
de los ancianos, pero, en última instancia, los ancianos son responsables
por todo el alcance de los asuntos diacónales.

4.5 Modelos negativos de función diaconal en el gobierno de la iglesia:

4.5.1 El diaconado como “sistema de verificación y balance” forzada sobre el


gobierno de la iglesia.
Manual del Diaconado 8
Origen, Institución y Función del Diaconado

4.5.1.1 Situación planteada: El argumento puede ser algo como esto:


Los hombres son pecadores, y muchas iglesias han sufrido la
tiranía de falsos pastores. Por tanto, los diáconos deben servir
como verificadores sobre el potencial abuso de poder de los
ancianos. Tenemos un sistema de verificación y balance en
nuestro gobierno federal, sirviendo el Congreso como un
verificador contra el abuso de poder del Presidente, y el
Judicial como el tercer verificador contra los otros dos. Los dos
oficios en la iglesia deben ejercer una función similar, una
especie de legislación bicameral, para evitar la tiranía en la
iglesia.

4.5.1.2 Respuesta bíblica: Dios nos ha dicho por medio de directrices


apostólicas cómo deben conducirse los hombres en la casa de
Dios (1 Timoteo 3:15). A pesar de que los verificadores son
necesarios para evitar los pecaminosos abusos de poder en la
iglesia, Dios no le ha dado esa función al oficio de diácono.
Dios ha anticipado el potencial abuso de poder y ha provisto
medios para refrenarlo, como lo es la pluralidad en el
ancianato; paridad y mutua sujeción entre los ancianos;
sufragio congregacional al elegir y retener los oficiales de la
iglesia; y la sujeción de todos los miembros, incluyendo los
ancianos, a la disciplina de la iglesia. Los diáconos no deben
asumir una posición de autoridad que Dios no les ha dado.

4.5.2 División de las responsabilidades de ancianos y diáconos en áreas


separadas de autoridad.

4.5.2.1. Situación planteada: A los ancianos se les ha conferido la


supervisión espiritual en la iglesia, y a los diáconos se les
ha dado la responsabilidad por los asuntos materiales como
finanzas, instalaciones, benevolencia y por supuesto, el
salario del pastor. Por tanto, vamos a dividir el territorio en
dos áreas de responsabilidad. Los diáconos no van a
cuestionar a los ancianos en sus decisiones sobre asuntos
espirituales, pero los ancianos tampoco deben decirle a los
diáconos lo que deben hacer e su área de especialidad.

4.5.2.2 Respuesta bíblica: El que la autoridad eclesiástica haya


sido delegada no implica un control exclusivo. Cristo es la
Cabeza sobre toda la iglesia, Su Palabra es la regla final en
todos los asuntos de la vida de la iglesia, y sus pastores
administran esa autoridad en todos los aspectos de la
iglesia local. Su gobierno es una sombrilla sobre toda la
vida de la iglesia, y retienen el derecho de investigar,
priorizar y decidir todos los asuntos que afecten su
administración de ella.
Manual del Diaconado 9
Origen, Institución y Función del Diaconado

4.5.3 La situación de los ancianos constantemente envueltos en los asuntos


prácticos de la iglesia.

4.5.3.1 Situación planteada: Algunas veces al pastor recibe todas las


llamadas para los asuntos mundanos de la iglesia, sea porque
es el único que está disponible en el día, o porque ha probado
ser el más capacitado para manejar los problemas prácticos. Y
después de todo, ¡él es responsable por toda la vida de la
iglesia!

4.5.3.2 Respuesta bíblica: Los diáconos que permiten que esta


situación continúe están desviando el tiempo y las energías del
pastor de sus labores primarias—la oración y la predicación.
Deben realinear sus prioridades y buscar maneras de
mantenerlo “en su estudio”, tal vez agregando una secretaria a
medio tiempo o asistente, o buscando voluntarios especiales
para manejar emergencias diaconales. “No es justo que
nosotros dejemos la Palabra de Dios” (Hechos 6:2).

4.5.4 La situación de benevolencia y los asuntos prácticos tomando dominio en


la iglesia.

4.5.4.1 Situación planteada: Las necesidades materiales en este


mundo son tan apabullantes, y las injusticias tan gravosas, que
debemos realinear nuestras prioridades para atenderlas. Para
ser como Cristo debemos estar sirviendo a los demás día y
noche, ¿verdad? Y no podemos hacerlo si no renovamos la
cocina e instalamos equipos tamaño institucional, ¿verdad?
¡Estas son las prioridades para el presupuesto del año
entrante! ¡Los diáconos tienen que tomar el mando!

4.5.4.2 Respuesta bíblica: Jesús dijo, “Buscad primeramente el reino


de Dios y Su justicia.” Su ministerio primario era predicar el
Evangelio del reino. Fue en medio de esta prioridad dominante
que Él ministró a las necesidades prácticas de la gente (Mateo
9:35). En Hechos 6, los apóstoles afirmaron las prioridades
apropiadas para los ministerios espirituales y prácticos. Nunca
debemos dejar que estas prioridades sean invertidas.

4.5.5 Los diáconos incursionando individual o corporativamente en el gobierno


de la iglesia.

4.5.5.1 Situación planteada: Debido a que hay más diáconos que


ancianos, o porque sean mejores “negociantes”, o porque en
su personalidad sean más agresivos - por experiencia más
exitosos - podrían tener la tentación de entrometerse en la
función de gobernar de los ancianos. Además, si las
perspectivas de un diácono están limitadas por su propia
esfera de intereses, podría ser tentado a tomar decisiones
contrarias a las metas espirituales de su pastor. Y aunque
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puede que los diáconos no usurpen directamente la autoridad,


podrían indirectamente tomar control por su administración de
las finanzas de la iglesia.

4.5.5.2 Respuesta bíblica: Los diáconos deben ceder al orden de


autoridad de Cristo en la iglesia, aún cuando estos sobrepasen
en número a los ancianos por diez a uno. Ellos deben ceder a
las prioridades espirituales del reino de Dios, aún cuando estas
no reflejen mucho “sentido de negocio” (Proverbios 11:24-25).
Deben recordar que su oficio es de servicio, no de gobierno, y
orar para que Dios dirija a aquellos que tienen la
responsabilidad de dirigir en la iglesia.

4.6 El lugar del diaconado en el orden bíblico de la iglesia, declarado de nuevo:

4.6.1 Existen dos ministerios bíblicos, y dos oficios bíblicos, en la iglesia.

4.6.1.1 Paralelismo de los dos ministerios en Hechos 6: “ministrar la


Palabra” (versículo 4) y “servir a las mesas” (versículo 2).

4.6.1.2 Construcción paralela de 1 Timoteo 3:13 “diáconos que


ejerzan (sirvan) bien” y 1 Timoteo 5:17, “ancianos que
gobiernan bien”. Podría ser suficiente declarar que los
ancianos gobiernan y los diáconos sirven.

4.6.2 A pesar de que hay dos ministerios legítimos y dos oficios distintos en la
iglesia, el oficio diaconal está siempre subordinado al oficio del anciano.

4.6.3 En una iglesia bíblica bien ordenada el oficio diaconal y el oficio pastoral
comparten las mismas metas y trabajan corporativamente hacia los
mismos fines espirituales.

“Entre los requisitos del oficio de los diáconos, no se requiere que sean
aptos para enseñar; y por tanto no son designados para laborar como
maestros públicos de la Palabra: tampoco mencionan otros requisitos
que indican que deben estar prestos a promover los intereses
espirituales de la iglesia. La obligación de hacer esto descansa sobre
cada miembro; y los diáconos no están descargados de ella al ser
designados para ministrar en los asuntos seculares. En lugar de
sumergirse en la secularidad, se espera que, por el ejercicio adecuado
de su oficio, ganen para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe
que es de Cristo Jesús (1 Timoteo 3:13).” (4)

4.6.4 Los oficios diaconales y pastorales necesariamente se superponen.

(1) Comparten metas comunes de la gloria de Dios y la extensión de Su


reino.

(2) Comparten un ministerio común al “hombre completo”, cuerpo y


alma.
Manual del Diaconado 11
Origen, Institución y Función del Diaconado

4.6.5 El oficio diaconal se concentra primordialmente en el servicio al pueblo


de Dios, y especialmente a los pobres y necesitados entre ellos.

4.6.6 En una iglesia bíblicamente ordenada, el servicio y la benevolencia


mutua extendida por los diáconos no es única en su oficio, sino que
refleja la conciencia corporativa bíblicamente instruida de buena
voluntad y cuidado mutuo.

4.6.7 Todos los miembros del Cuerpo de Cristo deben involucrarse en obras
de servicio y benevolencia mutua unos para con otros. Sin embargo, los
diáconos tienen el deber peculiar y oficial de buscar a aquellos en
necesidad y ministrar a esa necesidad como representantes oficiales de
la iglesia.

5.0 Declaración Sumaria Sobre las Funciones del Diaconado

5.1 Los diáconos rinden el servicio que sea necesario para mantener las prioridades
de la oración y la predicación en la vida de la iglesia.

5.1.1 En la situación crucial de Hechos 6, los apóstoles manifestaron que no


debían ser distraídos de sus labores primordiales de oración y
ministración de la Palabra.

5.1.2 Habiendo declarado lo que ellos ciertamente no podían hacer, sugirieron


un método para atender esta necesidad apremiante de la iglesia. Esta
propuesta contó con la aprobación de la gente (versículo 5) y la bendición
de Dios (versículo 7)

5.1.3 Los diáconos llenan las expectativas y propósitos del oficio, cuando
realizan servicios que distraerían a los ancianos de sus labores
primordiales.

“Si los diáconos estuvieran activos en todo lugar sosteniendo en alto las
manos de los pastores, así como Aarón y Hur sostuvieron las manos de
Moisés, la prosperidad de las iglesias sería grandemente promovida, y el
éxito del evangelio sería mucho más abundante.” (5)

5.2 Los diáconos rinden el servicio que sea necesario para manifestar la compasión y
el cuidado de Cristo por los pobres y necesitados en la iglesia.

5.2.1 La instrucción especial de Gálatas 2:10 de “recordar a los pobres” y el


testimonio de Pablo de su celo apostólico en esta labor indica que la
benevolencia no ha de ser solo un asunto individual. La iglesia debe
extender una ayuda corporativa hacia los pobres y necesitados.

5.2.2 2 Corintios 8 y 9 registran los esfuerzos de Pablo por recoger una


ofrenda especial entre las iglesias, asistido por representantes
especiales de las iglesias. En la medida que las iglesias respondían
corporativamente a los pobres y necesitados, reflejaban la gloria de
Cristo (2 Corintios 8:23).
Manual del Diaconado 12
Origen, Institución y Función del Diaconado

5.2.3 Los diáconos son los representantes permanentes de la iglesia y


extienden benevolencia en su nombre, reflejando así la gloria de Cristo
en la iglesia. Esta situación normal no prohíbe la participación pastoral
en la obra de benevolencia. Pablo y Bernabé tomaron las ofrendas de
las iglesias y las entregaron a los ancianos de Jerusalén, no a los
diáconos (Hechos 11:30).

5.3 Los diáconos rinden el servicio que sea necesario para que todas las cosas sean
hechas decentemente y en orden en la iglesia.

5.3.1 1 Corintios 14:40, “Hágase todo decentemente y con orden”

5.3.2 1 Corintios 14:33ª, “Dios no es un Dios de confusión”

5.3.3 2 Corintios 8:21, “Procurando hacer las cosas honradamente, no sólo


delante del Señor sino también delante de los hombres.”

5.3.4 En la casa de Dios, todo debe hacerse con decencia y santo decoro para
reflejar el orden del carácter y los caminos de Dios. Debemos
asegurarnos de una integridad visible ante los ojos de hombres
razonables.

5.4 Los diáconos funcionan como voceros de la congregación hacia las necesidades
de los ancianos.

5.4.1 1 Timoteo 5:17-18, deben de haber personas oficialmente responsables


de velar para que los que laboren en la Palabra y la doctrina sean
adecuadamente atendidos.

5.4.2 Esto es especialmente cierto en iglesias donde un solo hombre sirve en


el ancianato. Por su cuidado continuo y generoso, los diáconos deben
evitarle a ese hombre la incómoda posición de plantear legítimas
necesidades financieras no atendidas de él y su familia.

5.4.3 Donde hay una pluralidad de ancianos, esta preocupación por el hombre
laborando en el ministerio, debe recaer en los otros ancianos. Pero los
diáconos podrían aminorar la carga de este deber de orden práctico al
permanecer involucrados en las necesidades financieras de los pastores,
mostrando un espíritu generoso hacia ellos.

5.5 Los diáconos realizan una amplia gama de servicios en la Iglesia de Cristo, en la
medida que Dios les concede oportunidades y habilidades.

5.5.1 Los diáconos se preocupan por asuntos de benevolencia en la iglesia,


pero esta no es necesariamente la esfera exclusiva de sus labores
dentro de la iglesia. Tal perspectiva deja muchas labores relacionadas al
servicio en las manos de los ancianos.
Manual del Diaconado 13
Origen, Institución y Función del Diaconado

5.5.2 Los diáconos a menudo se responsabilizan de manejar los asuntos


financieros de la iglesia, pero las Escrituras no limitan su utilidad en esta
esfera solamente.

5.5.3 Las labores de los diáconos están mayormente relacionadas a los


asuntos materiales de la iglesia, pero los ancianos también deben
sensibilizarse a los dones espirituales depositados en el diaconado por el
Cristo ascendido. Esteban y Felipe, los primeros hombres mencionados
entre los siete en Hechos 6, evidentemente recibieron más dones que
los requeridos para ministrar en las necesidades de benevolencia de las
viudas de la iglesia. La participación en una más amplia gama de
servicios en la iglesia, en la medida que Dios conceda habilidad,
reforzará la utilidad del diaconado a las labores y prioridades espirituales
de los pastores.

5.6 Los diáconos sirven con gozo en su oficio designado por Dios al procurar lograr
las siguientes metas:

5.6.1 Servir en apoyo y en sujeción, a las labores dadas por Dios a los
ancianos.

5.6.1.1 El diaconado es una afirmación elocuente e ineludible de la


centralidad de la predicación y la oración en los propósitos de
Dios. Nada en términos de atender las legítimas necesidades
temporales del pueblo de Dios, y en las esferas más amplias
de la iglesia universal, debe menoscabar la centralidad de la
predicación y la oración en la obra de esta congregación.

5.6.1.2 El diaconado es un elocuente e ineludible recordatorio de la


necesidad de eficiencia práctica e innovaciones santificadas en
la obra de la iglesia. Debe haber un uso eficiente de los dones
depositados por Dios en la congregación, y no debemos ser
tan rígidos que no podamos adoptar amplias categorías y
estructuras, bajo las reglas generales de la Palabra de Dios,
para enfrentar los problemas y situaciones peculiares de
nuestros días.

5.6.2 Para revelar el carácter benevolente de Dios.

5.6.2.1 Como oficio permanente en la iglesia, el diaconado es un


testigo elocuente e ineludible de la preocupación de Dios por el
hombre completo. El verdadero cristianismo se manifiesta al
nivel de responder a las necesidades del hombre completo
(Mateo 25, Santiago 1, 1 Juan 3).

5.6.3 Revelara la gloria de Cristo en su Iglesia: El corazón de Cristo, el


gobierno de Cristo, la sabiduría de Cristo.

5.6.3.1 “El ministerio diaconal, junto con el ministerio pastoral, expresa


la esfera completa del cuidado de Dios por su pueblo.” (6)
Manual del Diaconado 14
Origen, Institución y Función del Diaconado

5.6.3.2 El oficio de un diácono es un recordatorio continuo de nuestra


fe de que Cristo continua proveyendo para su iglesia en
función de sus necesidades (Efesios 5:29, “Él sustenta y cuida
a Su iglesia”).

5.6.3.3 Debemos asombrarnos de la riqueza de las provisiones de


Cristo para su iglesia. El diaconado fue concebido en el
corazón de Cristo, es administrado por la autoridad de Cristo, y
se ejerce para la gloria de Cristo.
Manual del Diaconado 15
Requisitos Bíblicos de los Diáconos

Capítulo 2
Requisitos Bíblicos de los Diáconos

1.0 Requisitos Escriturales Explícitos de los Diáconos

1.1 Hechos 6:1-6:

(1) “Varones de buen testimonio”

(2) “Llenos del Espíritu Santo”

(3) “Y de sabiduría”

Se comenta acerca de este versículo:

“Es necesario que estén provistos no solo de otras gracias del Espíritu, sino
también de sabiduría, ya que sin ella esa labor no puede ser adecuadamente
realizada. Deben estar en guardia no solo contra las imposiciones y fraudes de
los que están muy inclinados a mendigar y chupar lo que necesitan los hermanos
en extrema pobreza, sino también contra las calumnias de aquellos que
constantemente hacen comentarios denigrantes, aun cuando no hubiera razón
para hacerlos. Ese oficio no solo está lleno de dificultades, sino que está puesto a
quejas injustificadas.” (7)

1.2 1 Timoteo 3:8-13

(1) “Honesto”: merecedor de respeto u honor, un hombre noble, digno y serio;


marcado por una santidad y piedad consistente, ya que, como oficial, él
representa a toda la iglesia.
(2) “Sin doblez”: no descuidado en lo que dice a diferentes personas, o
traicionando confidencias y no pudiendo confiarse en él.
(3) “No dado a mucho vino”: un pobre testimonio y no confiable
(4) “No codicioso de ganancias deshonestas”: su corazón no está puesto en
la acumulación de cosas materiales; debe ser capaz de manejar los
fondos de la iglesia.
(5) “Guardando el misterio de la fe con limpia conciencia”: una posición firme
en la sana doctrina; demuestra que su vida es afectada por su doctrina,
por una conciencia tierna.
(6) “Que sea sometido a prueba primero”: tome tiempo para examinar su vida
a la luz de estos estándares (no necesariamente un período probatorio)
(7) “Marido de una sola mujer”: sin reproche en su relación marital
(8) “Gobierne bien sus hijos y su casa”: demostrando una vida merecedora
de respeto y honor como un hombre serio.

El incentivo del versículo 13: “un grado honroso y mucha confianza”. No es un


peldaño hacia una posición más elevada, ni una ocasión para convertirse en una
persona honrada en la iglesia. El tiempo pasado del verbo describe a aquellos
que “sirvieron” y luego recibieron su recompensa celestial. El hombre logra valor
en la seguridad de su propia fe.
Manual del Diaconado 17
Requisitos Bíblicos de los Diáconos

1.3 Los requisitos escriturales específicos pueden ser organizados bajo las
siguientes aptitudes personales:

1.3.1 Requisitos espirituales

1.3.2 Requisitos domésticos

1.3.3 Requisitos interpersonales

1.3.4 Requisitos prácticos

(1) Habilidad de trabajar con las personas.


(2) Sabiduría para resolver problemas.
(3) Habilidad de administrar, en el contexto de autoridad delegada.
(4) Habilidad de servir, en el contexto del desempeño formal del oficio: “Y
entonces ejerzan (sirvan).”

2.0 Razones Erróneas para reconocer a Hombres como Diáconos

2.1 Éxito en negocios seculares.

2.2 Liderazgo, popularidad y carisma.

2.3 Antigüedad.

2.4 Para que trabaje o ejerza un ministerio.

3.0 Procedimiento Bíblico para reconocer y colocar a Hombres Calificados como


Diáconos.

3.1 La importancia de esperar en el Espíritu Santo por Su guía en estos asuntos.

3.1.1 En la iglesia neotestamentaria no tenemos revelación profética, ni la


presencia corporal de Cristo, ni autoridad apostólica. Debemos esperar
que Cristo nos revele su voluntad por medio del impulso del Espíritu
Santo, consistente con la Palabra de Cristo, y en oración.

3.1.2 Cuando hay cambios en el liderazgo de la iglesia, la oración es esencial:


Hechos 1:24; 13:3; 6:6; 14:23. El principio general de Proverbios 3:5-6.

3.1.3 Hay un verdadero peligro en actuar precipitadamente. Recuerde que es


mucho más fácil colocar a un hombre en un oficio que removerlo.

3.2 El principio del sufragio congregacional.

3.2.1 Hechos 6: Reconocimiento congregacional basado en familiaridad


cotidiana: Mateo 18:15, las llaves de la autoridad en la iglesia es puesta
en las manos de la asamblea local.
Manual del Diaconado
17 de Noviembre del 2001 Tabla de Contenido

3.2.2 Hechos 14:23: La ordenación (seleccionar o elegir por el levantamiento de


manos); las mismas palabras que en 2 Corintios 8:19, un hombre
apartado para ministerios representativos.

3.2.3 Los requisitos de 1 Timoteo 3 serían irrelevantes si a un agente de fuera


se le diera la responsabilidad de colocar diáconos en la iglesia local.

3.3 El principio de la recomendación y afirmación pastoral.

3.4 Un resumen sugerido de pasos para considerar a hombres para el oficio de


diácono:

3.4.1 Los ancianos y diáconos en ejercicio deben periódicamente repasar la


membresía masculina y discutir aptitudes de diáconos potenciales.

3.4.2 Oportunidad de recabar información de la congregación, tal vez en ciclo


anual.

3.4.3 Donde parezca que se esté formando un consenso de que Cristo ha


equipado a un hombre con las gracias y dones necesarios, los ancianos
deben acercarse a ese candidato y tratar sobre su interés de servir.

3.4.4 Oportunidad para que el hombre interactúe con diáconos existentes


(atendiendo reuniones, trabajando proyectos con ellos) para confirmar su
interés y el reconocimiento de sus gracias y dones por parte de los
diáconos.

3.4.5 Recomendación por los ancianos a la congregación, colocando el nombre


del hombre ante ellos, y un período de tiempo para que la congregación
considere sus aptitudes y se acerquen a él si tienen alguna inquietud.

3.4.6 Reunión congregacional para considerar públicamente los requisitos


bíblicos para el oficio, y un voto congregacional.

3.4.7 Colocación formal en el oficio (ver muestra de formato de ordenación en


el apéndice).
Manual del Diaconado 18
Labores Diaconales

Capítulo 3
Labores Diaconales

1.0 Repaso de Labores Bíblicas

1.1 Evidencia de la revelación bíblica:

Comparado con la delineación de las responsabilidades de los ancianos (Hechos


6:4; 20:28; 1 Pedro 5:2 y otros), para los diáconos la revelación es mucho menos
directa y específica.

Mientras afirmamos que la Escritura es suficiente para saber lo que un diácono


debe hacer en su oficio (2 Timoteo 3:16-17), también vemos la sabiduría de Dios
al permitir una mayor fluidez en el alcance de la participación diaconal legítima,
dependiendo de las circunstancias, oportunidades y necesidades particulares en
la iglesia local.

1.2 Declaraciones sobre el alcance legítimo de participación diaconal:

Dicho positivamente, los diáconos podrían estar legítimamente involucrados en


cualquier área de servicio en la que los ancianos deleguen sus propias
responsabilidades, basándose en los dones y las gracias evidentes de los
hombres en quienes ellos deleguen responsabilidades.

Ejemplo #1: Viendo que el lugar de adoración pública esté adecuadamente


preparado para la congregación cada Día del Señor. Si un diácono se muestra
competente para realizar este servicio consistentemente, los ancianos podrían
dejar este asunto en sus manos y venir sin distracción al culto de adoración. Si
por el contrario no hay nadie disponible o competente para asistir al pastor en
preparar la sala para una adoración que honre a Dios, este deber hacia el pueblo
de Dios sigue siendo del pastor, o la adoración pública va a sufrir.

Ejemplo #2: Demostración de un don especial entre el diaconado que puede ser
visto como pastoral en su naturaleza, pero que sigue siendo una legítima
expresión de asistencia diaconal a ellos. Por ejemplo, visitar a los enfermos, los
que guardan prisión. Si un diácono se muestra competente para realizar esta
labor de parte de los ancianos, estos podrían delegarle estas responsabilidades.
(Note, sin embargo, que los ancianos no abandonan sus responsabilidades por
ese ministerio, sino que deben darle un seguimiento personal y cercano a tales
labores delegadas).

1.3 Organizando principios para ministerios diaconales:

El oficio diaconal es un oficio de servicio, al representar el ministerio de Cristo a


los que nos rodean. Todo diácono debe llevar a cabo esta mayordomía con un
enfoque tanto en los beneficiarios de su servicio como en el Señor a quien él
sirve (Salmo 123:2; Efesios 6:5-7).
Manual del Diaconado 19
Labores Diaconales

Al diácono se le ha dado tres objetos especiales de servicio para Cristo:

(1) Los pobres y los necesitados, incluyendo los perdidos de esta


generación; personas a nuestro alrededor que caen bajo severas
aflicciones; y los hermanos necesitados entre el pueblo de Dios,
quienes son el objeto especial del cuidado de Dios.

(2) La congregación entera, como el Cuerpo de Cristo y miembros los


unos de los otros.

(3) Los ancianos (obispos) quienes ministran las cosas espirituales al


pueblo de Dios y deben recibir expresiones de apoyo material en sus
labores como algo normal (1 Corintios 9:11).

Los diáconos sirven al Señor Jesucristo al ministrar a las necesidades de estas


personas. Las secciones siguientes describen las labores diaconales en función
de cómo estas se relacionan a estos tres grupos.

2.0 Ministerio a Los Pobres y Necesitados

2.1 Como diáconos, ¿Cómo debemos tratar el asunto de dispensar benevolencia de


parte de la iglesia de Cristo?

2.1.1 Esta es un área sujeta a la tensión bíblica de “ser prudentes como


serpientes y sencillos como palomas.” (Mateo 10:16):

(1) Por un lado, debemos traer un espíritu incondicional de


generosidad al atender las necesidades materiales de nuestros
hermanos. Debemos ser amorosos en nuestro trato, prestos en
nuestra respuesta, y liberales en nuestras propuestas para
satisfacer sus necesidades. No debemos razonar carnalmente
acerca de “malgastar” dinero en benevolencia, ya que la
generosidad santa es, humanamente hablando, irracional
(Proverbios 11:24-25; Marcos 8:35).

(2) Al mismo tiempo, la realidad del pecado humano nos llama a


ejercitar un discernimiento santo al dispensar benevolencia. No
somos omniscientes y no sabemos si las aflicciones de los
otros están dentro del plan de Dios como una oportunidad para
que hagamos el bien (Filipenses 4:18), como corrección
paterna (Hebreos 10:6), o un juicio temporal por sus pecados
(Jueces 10:6-8). Además, Dios no espera que respondamos
materialmente más allá de las posibilidades de la iglesia
(Proverbios 3:27b, “Cuando tuvieres poder para hacerlo”).

2.1.2 Como diáconos, debemos aprender a manejar esta tensión bíblica en una
de nuestras labores más importantes dadas por Dios.

2.1.2.1 La labor de benevolencia hacia los pobres y los necesitados


es una de las labores primordiales del oficio de diácono. Cada
hombre que toma este oficio debe cultivar la gracia de una
Manual del Diaconado 20
Labores Diaconales

benevolencia que honra a Dios, ama al prójimo y se niega a sí


mismo.

2.1.2.2 La administración de benevolencia no puede permitir que


ninguno de estos dos principios dominen, pero debemos
mantener un balance bíblico.

2.1.2.3 Cuando el juicio es incierto, debe predominar un espíritu de


generosidad.

2.2 ¿Qué procedimiento debemos usar como diáconos para dispensar benevolencia
a los pobres y los necesitados?

2.2.1 Investigar la necesidad:

2.2.1.1 Para los individuos o familias con necesidades financieras, fije


un tiempo para discutir los detalles de la situación de ellos.

(1) Trate de obtener el contexto más amplio de la situación:


¿Cuál ha sido la causa de este problema financiero?
¿Cuál es la situación actual de ingresos y egresos? ¿Qué
recursos podrían ser aplicados ahora o en el futuro para
aliviar la necesidad financiera?

(2) Documente el cuadro financiero utilizando una hoja de


trabajo u otro método para comunicar la situación.

(3) Discuta la situación con otros diáconos u otras personas


que pueden haber estado involucrados con esta persona
en el pasado.

2.2.1.2 Para las situaciones de benevolencia fuera de la iglesia local,


trate de obtener información de fuentes confiables y considere
si la iglesia será capaz de extender el testimonio de Cristo por
medio de su brazo de benevolencia.

2.2.2 Consulte con supervisores espirituales antes de tomar acciones de


importancia.

2.2.2.1 Es una ocurrencia normal que los problemas financieros estén


ligados a los espirituales. A menos que estemos laborando en
un contexto económico donde la destitución física es común,
esta pregunta debe ser cuidadosamente considerada.

2.2.2.2 Esta interacción será lo más eficiente posible si los diáconos


pueden resumir su investigación de la situación financiera y tal
vez sugieren su respuesta tentativa. Los ancianos estarán en
una mejor posición para reaccionar a lo apropiado del curso
de acción propuesto, en lugar de pedirles que “resuelvan el
problema”.
Manual del Diaconado 21
Labores Diaconales

2.2.3 Recuerde la mano generosa de Dios con un pecador indigno como tu, e
imítelo en su interacción con los demás:

(1) 1 Corintios 4:7 – El pecado de colocarnos en un plano


superior a nuestro hermano necesitado: “¿Qué tienes (tu)
que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿Por qué te
glorías como si no lo hubieras recibido?”.

(2) Mateo 18:32-33 – La maldad de tratar a otros ásperamente


después que Dios nos ha tratado con tanta gracia.

(3) 1 Corintios 8:11 – La insensibilidad de desalentar al


hermano más débil, que exhibe esta dignidad de haber
sido comprado con sangre: él es “el hermano por quien
Cristo murió” (8)

(4) Proverbios 21:13 – El peligro de ignorar el clamor de los


pobres, arriesgando así la preocupación compasiva de
Dios por nuestras propias necesidades.

“Los diáconos representan a Cristo en su oficio de


misericordia, y el ejercicio de la misericordia ciertamente
implica la consolación de los afligidos. No es inusual que la
caridad sea administrada de forma fría y altanera. Entonces es
despiadada. Cuán a menudo Jesús unió palabras de consuelo
con obras de misericordia. Cuando estaba a punto de resucitar
al joven de Naín, miró a su madre angustiada, tuvo compasión
de ella y le dijo: “No llores” (Lucas 7:13). Y con la mujer que
padecía de flujo de sangre, Él dijo: “Hija, tu fe te ha salvado;
ve en paz, y queda sana de tu azote” (Marcos 5:34)” (9)

2.2.4 Póngase de acuerdo en la forma y cantidad de ayuda

2.2.5 Desembolse los fondos

2.2.6 Dé el seguimiento que sea necesario

2.2.7 Haga todo en un espíritu de privacidad y humildad.

(1) Respetando la privacidad de los asuntos de cada hombre


(Mateo 7:12) “Todas las cosas que queráis que los hombres
hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos.”.

(2) Minimizando la atención a los actos de benevolencia diaconal,


aun cuando estos sean hasta cierto punto “públicos” entre los
oficiales de la iglesia (Mateo 6:1-4).

2.3 ¿Cuáles factores contemplarían nuestra decisión de extender benevolencia?


Manual del Diaconado 22
Labores Diaconales

2.3.1 La Biblia especifica dos grupos que no deben recibir benevolencia, y


haremos bien en considerar si los sujetos bajo nuestra consideración
caen en una de estas categorías:

(1) 2 Tesalonicenses 3:10: “Si alguno no quiere trabajar, tampoco


coma” (note: Los que caen bajo el patrón del versículo 11 –
desordenados, no trabajando en nada, entremetiéndose en lo
ajeno).

(2) 1 Timoteo 5:11: “Pero a las viudas jóvenes no admitas” (Note:


Las que caen bajo el patrón del vs.13 – ociosas, chismosas,
hablando de lo que no debieran).

2.3.2 En su descripción de la iglesia, John Owen plantea cinco requisitos


generales para el ejercicio de la benevolencia por parte de los diáconos.
(10) Al considerar el estado de los pobres, dice que los diáconos deben
determinar lo siguiente:

(1) Que sean realmente pobres, y no que pretendan serlo para


sacar ventaja. (Más aun, asumimos que son cristianos de
verdad, y no que pretenden serlo para sacar ventaje.)

(2) ¿Cuál es el grado de su pobreza con relación a las


circunstancias? o sea, ¿cuáles son sus posibles fuentes de
ayuda? ¿Y cuán destituidos están?).

(3) Que en otras cosas, estén andando según las reglas.

(4) Particularmente, que trabajen y laboren de acuerdo a su


habilidad.

(5) Que los diáconos procuren consolarles, aconsejarles y


exhortarles a la paciencia, la sujeción, el contentamiento y la
gratitud.

2.3.3. A lo que agregaríamos la observación de que los verdaderos cristianos,


que en sus aflicciones financieras están cosechando el fruto de sus
pecados, deben estar dispuestos a aceptar cualquier ayuda para
mortificar los pecados y convertirse en siervos obedientes y justos de
Cristo. No están buscando una limosna, sino los medios para vivir una
vida más santa. Los diáconos deben alentar esta perspectiva en aquellos
a quienes ellos ministran.

2.3.4 Si la persona necesitada es parte de una familia cristiana, es obligación


primaria de esa familia ayudar a su miembro necesitado (1 Timoteo 5:4-8).
Esto no quiere decir que la iglesia no ha de involucrarse también, sino que
la familia debe ser animada a cumplir con su deber de acuerdo con su
capacidad.

2.4 Preguntas misceláneas sobre la benevolencia:


Manual del Diaconado 23
Labores Diaconales

2.4.1 ¿Debe estar la benevolencia diaconal restringida a miembros de la


Asamblea local?

2.4.1.1 Todo cristiano debe tener su mirada en la necesidad de todos


los hombres, especialmente cuando estas necesidades son
agudas (por ejemplo, desastres naturales, enfermedades). Su
corazón debe moverse a compasión por las necesidades de
los demás, y su mano no debe estar alejada de buscar alivio
para ese sufrimiento. Los diáconos deben traer el corazón y las
manos de su Señor a todos los que están a su alrededor en
necesidad.

2.4.1.2 Nuestra meta final no es solo aliviar el sufrimiento y las


privaciones de los desafortunados, sino procurar la salvación
de sus almas inmortales. Con lo mejor de nuestras habilidades
y según Dios nos conceda la oportunidad, la mano abierta de
la benevolencia debe asistir el testimonio del evangelio y
encomendar su mensaje al corazón del receptor. Los diáconos
deben sobresalir en la labor de encomendar a Cristo a aquellos
a quienes extienden benevolencia.

2.4.1.3 Gálatas 6:10 dice, “Así que, según tengamos oportunidad,


hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la
fe.” Este versículo señala (1) el lente gran angular que
debemos usar al examinar las necesidades de las personas
que nos rodean (“hagamos bien a todos”), y (2) la prioridad de
la benevolencia cristiana siendo extendida a “los de la familia
de la fe”, esto es, a los creyentes. Los diáconos deben
gloriarse en las oportunidades de servir a “mis hermanos más
pequeños” (Mateo 25:40), sabiendo que un servicio tan poco
glamoroso en la tierra es considerado como uno de los
servicios más elevado en el cielo.

2.4.2 Pero ¿y si somos demasiado generosos, y le damos a alguien que no es


digno, o damos una proporción muy alta de los fondos de la iglesia a las
necesidades de benevolencia? Y ¿qué mostraremos como logros para el
reino de Dios si gastamos nuestro dinero en obras de benevolencia?

2.4.2.1 Repuesta #1: Luego de emplear todos los medios posibles


para discernir si nuestro curso de acción es justo, en base a
cómo entendemos los hechos, debemos descansar en la
soberanía de Dios para gobernar nuestras acciones para el
bien de Su reino. Si por fe hemos dado los fondos de Dios a
aquellos que luego prueban ser indignos. Dios ha conocido el
final desde el principio y no nos ha permitido hacer nada fuera
del propósito de Su voluntad. En cuanto a nosotros, seremos
Manual del Diaconado 24
Labores Diaconales

recordados de la realidad humillante que, en el mejor de los


casos, solo fuimos siervos inútiles (Lucas 17:10).

2.4.2.2 Respuesta #2: Debemos aprender a “probar a Dios” mostrando


un espíritu generoso, de principios y de autonegación al dar.
Malaquías 3:10 dice, “Traed todos los diezmos al alfolí y haya
alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová
de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y
derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.”

2.4.2.3 Repuesta #3: A pesar de que es poco probable que nuestras


ofrendas de benevolencia generarán un gran retorno monetario
para la iglesia, el “retorno de la inversión” de Dios tiene
mejores términos. Esto es porque Dios da recompensas
espirituales y eternas por nuestras ofrendas materiales y
temporales más pequeñas, si esas son dadas en fe y amor por
Él. Los diáconos deben estar prestos y deseosos de ofrendar
las riquezas injustas (Mamón) cuando ellos puedan, para
lograr tan enorme retorno para el pueblo de Dios.

2.4.3 ¿Debería nuestra respuesta benévola siempre involucrar ofrendas


financieras?, o ¿existen otros medios bíblicos para asistir y aliviar a
nuestros hermanos?

2.4.3.1 Otras formas posibles de benevolencia

(1) Consejería: Administración financiera personal; consejería


en la carrera

(2) Inversión en entrenamiento o reentrenamiento en la carrera

(3) Préstamos (comentar en la conveniencia de involucrar o no


a la iglesia como fiadora).

2.4.3.2 Eficiencia en combinar varias formas de benevolencia, y la


necesidad de consejo conjunto entre diáconos y ancianos.

3.0 Ministerio a la Congregación

3.1 Supervisión delegada sobre los asuntos financieros:

La administración de las finanzas de la iglesia no es de por sí un “derecho”


diaconal; sino que si hay hombres calificados que los ancianos podrían “encargar
de este trabajo” (Hechos 6:3), es un área en la que los diáconos podrían aceptar
la autoridad delegada y aminorar la carga de los pastores. Los diáconos nunca
deben asumir el control absoluto de las finanzas de la iglesia ni tomar ventaja de
su posición para implementar sus propias agendas. Deben ver su participación
como una mayordomía de parte de la congregación, un ejemplo
Manual del Diaconado 25
Labores Diaconales

a los hermanos jóvenes, y una oportunidad para glorificar a Dios en el


desempeño fiel de este deber.

3.1.1 Perspectivas esenciales de carácter de los hombres que administran los


fondos de la iglesia:

(1) Confianza pública: Los hombres a quien se les confiere la


responsabilidad de manejar las finanzas de la iglesia deben ser
hombres de una integridad personal incuestionable (1 Timoteo
3:8-10). Corporativamente, los diáconos deben exhibir un firme
sentido de confiabilidad y fidelidad como mayordomos de los
bienes de la iglesia (1 Corintios 4:2).

(2) Desconfianza en sí mismos: Los hombres a quienes se les


confiere la responsabilidad de manejar las finanzas de la
iglesia nunca deben asumir que están por encima de la
tentación de la codicia. A pesar de que se les ha dado
prominencia por su estrecha asociación con líderes piadosos,
nunca deben olvidar las historias de Giezi y Judas. “El que
piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Corintios 10:12). Los
mismos diáconos deben establecer ciertos chequeos de
seguridad en la forma en que manejan los dineros de la iglesia.

3.1.2 Rendir cuenta de la administración de asuntos financieros:

3.1.2.1 A los ancianos

Los diáconos deben proveerle a los ancianos informes


frecuentes y oportunos sobre las finanzas de la iglesia. Como
mínimo, deben reportar mensualmente sobre la cantidad de
dinero disponible, ingresos durante el mes, y desembolsos.
Estos informes deben ser reconciliados a los fondos reales
disponibles y debe mantenerse un registro permanente.

Podría ser útil para los diáconos proveer informaciones


adicionales tales como un resumen al día de los ingresos y
egresos del año, o comparación a las partidas
presupuestadas. También deben comunicarles a los ancianos
lo referente a los próximos gastos o cambios significativos al
cuadro financiero general de la iglesia.

3.1.2.2 A la congregación

La congregación tiene derecho de saber acerca de las


finanzas de la iglesia, a pesar de que es prudente limitar el
conocimiento acerca de los salarios y otras informaciones
financieras personales. Por lo menos anualmente los diáconos
deben informar acerca de las finanzas de la iglesia.
Usualmente este rendimiento de cuentas es parte del reporte
de los diáconos a la iglesia en su reunión anual.
Manual del Diaconado 26
Labores Diaconales

Al igual que el rendimiento de cuentas mensual a los


ancianos, el reporte anual financiero debe documentar la
posición económica de la iglesia al comienzo del año, las
partidas de ingresos y egresos durante el año, y la posición
económica de la iglesia al finalizar el año. Los diáconos deben
estar disponibles para contestar cualquier pregunta que surja
con relación a este reporte.

3.1.2.3 A otros fuera de la congregación

En la mayoría de los casos las iglesias no están obligadas a


someter informes financieros a las autoridades civiles, pero
hay una obligación moral de “procurar hacer las cosas
honradamente delante de los hombres (Romanos 12:17 y 2
Corintios 8:21). A pesar de que nunca tengamos que rendir
esta cuenta, nuestros procedimientos financieros deben ser
sostenidos por el juicio de hombres razonables. El informe
financiero conciliado del Reporte Anual de la iglesia es el
vehículo usual para esta información. Además, la iglesia debe
mantener su nómina detallada y registros de contabilidad por
varios años, en caso de que alguna vez sean cuestionados.

3.1.3 Procedimientos sugeridos para administrar los fondos de la iglesia:

3.1.3.1 Fondos recibidos

Debido a que las ofrendas semanales incluyen dinero en


efectivo, los diáconos deben adoptar procedimientos claros
para contar las ofrendas inmediatamente después que estas
sean recibidas. Dos personas deben contar las ofrendas y
verificar la cantidad de dinero recibido. Los diáconos deben
depositar estos fondos con prontitud.

Si la iglesia recibe otros ingresos por vía de cheques o dinero


en efectivo, debe haber un procedimiento para documentar su
origen y depositarlos prontamente. En el caso de que se
produzca la venta de bienes y servicios, sería sabio tener abrir
una cuenta bancaria y un sistema de contabilidad separado.

Las regulaciones de Impuesto Sobre la Renta podrían requerir


que la iglesia emita recibos para las contribuciones sujetas a
impuestos. La iglesia debe apercibirse de tales requisitos y
adaptar su procedimiento de contabilidad para proveer esta
documentación.

3.1.3.2 Desembolso de fondos

Cada iglesia debe adoptar procedimientos para autorizar el


gasto de sus fondos. Normalmente se autoriza a uno o dos
diáconos para que emitan cheques por partidas que
Manual del Diaconado 27
Labores Diaconales

están incluidas en el presupuesto de la iglesia, como salarios,


alquiler y servicios. Otras partidas son más discrecionales y
deben ser revisadas por los oficiales de la iglesia antes de ser
desembolsadas. La situación de cada iglesia será diferente y
el límite de gasto será diferente para involucrar a todos los
diáconos o todos los ancianos en una decisión.

Los ancianos y los diáconos deben ser sensibles al lugar de la


congregación al comprometerse a gastos mayores o nuevas
iniciativas, como la compra de propiedades, remodelaciones
importantes, o adición de nuevo personal en la iglesia. El
límite para la participación congregacional variará, pero estas
decisiones, aun cuando sean manejadas principalmente por
los oficiales, deben ser objeto de la oración corporativa y la
espera en el Señor.

3.1.3.3 Planificación y Presupuesto.

Los ancianos tienen el deber de administrar las funciones y


operaciones de la iglesia de una manera responsable (1
Timoteo 3). Los diáconos sirven en una función útil y de apoyo
al contribuir a la planificación cuidadosa y ordenada de los
asuntos financieros de la iglesia. “El avisado ve el mal y se
esconde; más los simples pasan y reciben el daño.”
(Proverbios 22:3).

Por medio de discusiones con los ancianos y el repaso de las


finanzas de la iglesia de uno o dos años atrás, se puede
construir un presupuesto general que resuma las categorías
principales de ingresos y egresos anticipados. Los datos para
este procedimiento incluyen revisiones de salarios de los
pastores y otros miembros del personal; otros gastos
relacionados con el personal; alquiler, servicios y otros gastos
de la planta física; operaciones administrativas; misiones y
otros ministerios externos; y otras categorías específicas de
una iglesia en particular.

Debe reconocerse que desarrollar un presupuesto involucra


una serie de pasos, y que aún cuando se adopte, está sujeto a
revisión. Un presupuesto realmente útil es aquel que provee
lineamientos generales y asegura que las partidas más
prioritarias pueden ser cubiertas el año entero, como por
ejemplo el salario del pastor, mientras que partidas más
discrecionales, como mejoras en la edificación dependen de
los ingresos reales recibidos.

Surge la pregunta que si la congregación debe votar por el


presupuesto anual. La respuesta a esta pregunta varía de una
iglesia a otra. Donde existe un liderazgo estable y maduro,
debe haber un récord creciente de decisiones responsables en
asuntos financieros. El presupuesto de la iglesia es por
Manual del Diaconado 28
Labores Diaconales

tanto una herramienta de planificación para que los líderes de


la iglesia tomen decisiones responsables y de orientación
sabia. En una iglesia pequeña con un solo anciano, la
prudencia requiere la revelación de los asuntos financieros a
la congregación, para evitar toda apariencia de maldad (2
Corintios 8:20).

3.1.3.4 Instalando un sistema de contabilidad para la iglesia.

Las funciones para manejar ingresos, gastos, nóminas,


presupuesto e informes están disponibles en una variedad de
programas de computadora, y su uso es altamente
recomendado. Si los diáconos no tienen la pericia para instalar
u operar un programa de este tipo, tal vez haya un miembro
de la iglesia capaz de realizar este servicio bajo su
supervisión.

Los diáconos deben periódicamente conciliar los informes de


contabilidad y ajustar el programa de contabilidad a los
estados de cuenta bancarios mensualmente.

3.1.4 Esfuerzos por ahorrar:

Otra contribución que pueden hacer los diáconos es en el área del análisis
de gastos. Los diáconos deben estar buscando la manera de ahorrarle
dinero a la iglesia y pueden realizar investigaciones especiales de los
gastos regulares, tales como servicios, teléfono, viajes, seguros,
mantenimiento, impresión, etc. También pueden estudiar los posibles
ahorros en asuntos de personal, como seguro médico, seguro de vida,
pensiones, etc.

3.1.5 Asuntos financieros misceláneos que involucran al diaconado:

3.1.5.1 Manejando ofrendas designadas

Es algo común que una iglesia reciba contribuciones de sus


propios miembros o de personas de fuera en las que el
contribuyente “designa” el propósito de su ofrenda. Por
ejemplo, él podría desear que los fondos sean aplicados
para “comprar nuevos himnarios” o para “apoyar las
misiones en el Lejano Oriente”. O podría querer que los
fondos sean remitidos a una familia necesitada de la
iglesia.

Hay dos factores envueltos en tales ofrendas designadas.


Primero, al considerar estas ofrendas, debemos mantener
el orden bíblico del gobierno de la iglesia, que es un
gobierno de ancianos. Los ancianos son la máxima
autoridad para el desembolso de los fondos recibidos por la
iglesia (Hechos 4:34-37) y habrán de dar cuenta a la
Cabeza de la iglesia por su mayordomía. No pueden ceder
Manual del Diaconado 29
Labores Diaconales

ésta prerrogativa a individuos más ricos dentro o fuera de la


iglesia, decidiendo lo que sería bueno hacer simplemente
porque alguien está dispuesto a pagar por ello.

Una segunda alternativa a este procedimiento es aceptar la


ofrenda dentro de los fondos generales o fondos de
benevolencia de la iglesia, pero en el entendido de que los
oficiales retienen la discreción exclusiva en desembolsar
esos fondos como mejor les parezca. Esto cancela la
condición de “ofrenda designada” a la contribución y le
permite a los oficiales desembolsar los fondos como parte
de sus asuntos regulares de benevolencia. Los oficiales
deben seguir un proceso cuidadoso para investigar la
necesidad, determinar su respuesta y desembolsar los
fondos como una acción oficial del consejo de diáconos o
consejo de ancianos. Tal decisión debe ser documentada
en las minutas de la junta respectiva.

En algunos casos, un individuo querrá que los diáconos


hagan llegar un donativo a un hermano de la iglesia con el
propósito de mantener su anonimato. Los diáconos
deberán requerir que la ofrenda sea en efectivo o emitirán
una carta aclarando que el cheque, si se ha hecho a
nombre de la iglesia, no fue una contribución.

3.1.5.2 Administrando la pensión del pastor

En la República Dominicana no se contemplan planes


oficiales de retiro para los hombres de Dios que han sido
fieles en la ministración del pastoreo de almas, por tanto, es
necesario que los diáconos en cada iglesia velen y
programen la consecución de un Plan de Retiro que debe
ser aplicado desde que los pastores inicien su ministerio,
de tal forma que cuando lleguen a los 65 años de edad
establecida para el retiro, estos puedan tener la forma de
pasar sus últimos días en la tierra con dignidad. (Este punto
será ampliado en 4.1.5.1.)

3.2 Supervisión delegada de edificios e instalaciones:

3.2.1 Los diáconos pueden quitarle una gran carga a los ancianos al atender los
asuntos de orden práctico de los edificios e instalaciones para servir al
pueblo de Dios y los ministerios de la iglesia. Al anticipar esas
necesidades y estructurar un método organizado para operar y mantener
la planta física de la iglesia, las actividades diarias y semanales de la
iglesia serán grandemente asistidas. Los asuntos necesarios pero
relativamente poco importantes de proveer una acomodación adecuada
desaparecerán, permitiendo que la vida espiritual de la iglesia continúe sin
impedimentos.
Manual del Diaconado 30
Labores Diaconales

Los argumentos prácticos para albergar a la congregación variarán


grandemente de una iglesia a otra, dependiendo de la providencia de Dios
al dirigir su tamaño, su economía, el alcance de sus ministerios y muchos
otros factores. Los diáconos podrían tener la responsabilidad de mantener
un gran edificio propiedad de la iglesia, u ocuparse del deber de organizar
la planta física semanalmente en locales alquilados. El clima, la ubicación
y el tamaño podrían determinar el tipo de problemas de instalación que
tengan que enfrentar. En todo caso, el motivo principal es quitarles a los
pastores la preocupación de resolver estos asuntos mundanos, cuando su
cuidado principal debería ser hacia la ministración de la Palabra de Dios y
el cuidado del pueblo de Dios.

3.2.2 Las siguientes metas podrían ayudarnos a dirigir nuestra atención a las
necesidades de la planta física de la iglesia, sin importar nuestras
circunstancias individuales:

(1) Debemos minimizar la participación de nuestros ancianos en


los asuntos rutinarios del edificio. Una vez se determina una
política o se establece un lineamiento general, los diáconos
deben aprovechar toda oportunidad para llevar a cabo estos
deberes sin involucrar a los pastores. (Por ejemplo, ¿a qué
hora deberá abrirse el edificio el domingo en la mañana?, y
¿qué preparativos hay que hacer? Tan pronto se decida esto,
los diáconos deberán asignar responsabilidades, hacer una
lista de chequeo, y asegurar que estos deberes sean
cumplidos satisfactoriamente cada semana).

(2) La apariencia de nuestros edificios y terrenos constituye una


excelente oportunidad para obedecer el mandato bíblico:
“hágase todo decentemente y con orden” (1 Corintios 14:40)
y de ser un ejemplo entre el pueblo de Dios en la
mayordomía de lo que Dios nos ha dado.

(3) La apariencia de nuestros edificios y terrenos reforzará o


debilitará el mensaje del evangelio ante el visitante
inconverso u observador. Si el evangelio es realmente “poder
de Dios para salvación”, su poder santificador y
transformador será apreciado por la manera en que
conducimos nuestros asuntos temporales (ver la ilustración
de Marcos 5:15). De la misma manera, un testimonio
negativo hace un impacto inevitable en el observador. ¿Se
ven los edificios de nuestra iglesia como este cuadro?

“Pasé junto al campo del hombre perezoso, y junto a la


viña del hombre falto de entendimiento; y he aquí que
por toda ella habían crecido los espinos, ortigas habían
ya cubierto su faz, y su cerca de piedra estaba ya
destruida.
Manual del Diaconado 31
Labores Diaconales

Miré, y lo puse en mi corazón; lo vi, y tomé consejo. Un


poco de sueño, cabeceando otro poco, poniendo mano
sobre mano otro poco para dormir; así vendrá como
caminante tu necesidad, y tu pobreza como hombre
armado” (Proverbios 24:3-34).

(4) El edificio de la iglesia es el escenario para la adoración a


Dios. Aunque la adoración es espiritual, es grandemente
influenciada por su ambiente físico. La apariencia del edificio
debe reforzar la sobriedad y seriedad de una adoración que
honre a Dios, y nunca distraer de ella. En cuanto al edificio,
los diáconos deben tener la mira puesta en este objetivo
primario en la vida de la iglesia.

(5) Aparte de la adoración a Dios, el edificio de la iglesia debe


suplir otras necesidades legítimas de la congregación, como
espacio para la comunión de los hermanos, las funciones de
enseñanza, los cuidados ordinarios de sanitarios adecuados,
espacio para la guardería, el almacén, etc. Los diáconos
deben preocuparse por la gama completa de necesidades
congregacionales, mientras estas sean identificadas por el
liderazgo de la iglesia, y hasta donde la iglesia sea capaz de
suplirlas en el contexto de sus recursos y prioridades
(Proverbios 3:27)

(6) Las necesidades congregacionales cambian con el tiempo, y


los diáconos deben ayudar a los ancianos a anticipar las
necesidades futuras, particularmente para el mejoramiento y
la expansión de las instalaciones.

3.2.3 Aunque las situaciones pueden variar, se sugiere la siguiente lista de


chequeo como las responsabilidades que normalmente asumen los
diáconos:

(1) Abrir y cerrar el edificio para los servicios públicos; seguridad


del edificio.
(2) Asegurar que las ayudas para la adoración estén en su lugar
y en operación (podium, himnarios, iluminación, sistema de
sonido, etc.).
(3) Mantenimiento y reparación de artículos alrededor del
edificio.
(4) necesidades de mobiliario y equipamiento.
(5) Ordenar material gastable.
(6) Supervisar los que limpian (voluntarios o empleados).
(7) Seguro del edificio.
(8) Renovaciones y nueva construcción.

Todas las actividades antes mencionadas serían realizadas bajo la


supervisión de los ancianos, basándose en lineamientos y políticas
generales que se acuerdan de antemano. Los gastos seguirían los
lineamientos del presupuesto o serían revisadas por el diaconado para
Manual del Diaconado 32
Labores Diaconales

necesidades especiales (y coordinados con el ancianato, de acuerdo a la


necesidad y de la cantidad del gasto presupuestado.)

3.2.4 En la administración de estas partidas de la planta física, cada situación


será diferente, pero los diáconos deben seguir un procedimiento que
generalmente incluye:

(1) Asignar responsabilidad por cada partida de trabajo a uno de


los diáconos o tal vez a un equipo de diáconos.

(2) Componer una lista de chequeo de deberes para las


asignaturas rutinarias (por ejemplo, qué puntos deben ser
chequeados para cerrar el edificio de noche, o cómo limpiar el
edificio cada semana).

(3) Desarrollar un procedimiento de entrenamiento para lograr


involucrar a otros diáconos o miembros de la iglesia en estas
labores de servicio.

(4) Monitorear rendimiento de deberes rutinarios.

(5) Proveer información a diáconos y ancianos para determinar


las necesidades de la planta física que afectarán el
presupuesto de la iglesia, o que requieren más atención (por
ejemplo, reparaciones mayores, necesidades de pintura,
limpieza de alfombra o averías de equipos).

3.3 Supervisión delegada de operaciones y actividades de la iglesia:

Bajo este encabezado están las actividades que involucran a toda la


congregación; y en las que los diáconos asisten a los ancianos en administrar de
una manera ordenada (ver, por ejemplo, Mateo 14:19 y Mateo 26:17-19). Es
obvio que los ancianos tienen una participación directa en estos asuntos y los
diáconos deberán coordinar de cerca sus servicios de apoyo con ellos.

3.3.1 Adoración Pública

3.3.1.1 Acomodar: los diáconos asistirán grandemente a los


ancianos en establecer una atmósfera de adoración en los
cultos públicos de adoración a través de una eficiente
acomodación. Dependiendo del número de acomodadores
es necesario, los mismos diáconos podrían servir, o se
podrían elegir a hombres calificados de la congregación
(con la aprobación de los ancianos) para servir en rotación.

Los acomodadores deben exhibir una conducta amistosa al


recibir a los visitantes, pero este tipo de relación no debe
interrumpir el clima solemne al congregarse el pueblo de
Dios para la adoración. Los acomodadores deben saber
cómo llevar a las personas a los asientos disponibles con
cortesía y respeto, y realizar esta tarea con eficiencia,
Manual del Diaconado 33
Labores Diaconales

especialmente si la capacidad es limitada. También deben


estas dispuestos a hablarle de una manera cortés pero
firme a cualquiera que esté interrumpiendo el culto, o cuyo
niño deben ser sacados del salón.

Cada diaconado debe preparar lineamiento de


acomodación adecuada a su propia situación y que puedan
ser distribuidos a cada hombre que sirve en esta
capacidad.

3.3.1.2 Guardería: Proveer facilidades para el cuidado de los niños


durante los cultos públicos es un medio para animar a los
padres de familias jóvenes a asistir a esos cultos con más
regularidad. Si los ancianos consideran deseable ofrecer
este servicio, los diáconos pueden asumir la
responsabilidad de organizar la guardería al equipar
habitaciones adecuadas, establecer reglas y
procedimientos y mantener un horario rotario de los
cuidadores. Aun cuando muchos de estos deberes son
desempeñados por mujeres, los diáconos deben
supervisarlos estar disponibles para resolver cualquier
conflicto potencial.

Los diáconos deben prestar especial atención a los asuntos


de salud y seguridad ya que estos podrían ser causa
legítima de ofensa si son descuidados. Su principal
motivación debe ser el mantenimiento de la paz y la
armonía entre el pueblo de Dios.

3.3.2 Compañerismo en la iglesia

Los diáconos pueden asistir a los ancianos y a la congregación al proveer


liderazgo en la organización de excursiones, cenas, y otros eventos
abiertos a toda la congregación.

Dependiendo del tamaño de la congregación, los diáconos también


podrían asistir en la organización de actividades especiales de
confraternidad de otros tipos. Por ejemplo, pueden proveer transportación
a los paseos de la Escuela Dominical, o asistir a los jóvenes en el uso de
los edificios de la iglesia para reuniones sociales.

3.3.3 La Cena del Señor

Los diáconos deben asistir a los ancianos en la preparación de los


elementos para la Cena del Señor y de disponerlos para la celebración.
En muchas iglesias los diáconos asisten a la congregación al serviles la
Cena del Señor, dando así un recordatorio visual de su oficio de servicio
al pueblo de Dios.
Manual del Diaconado 34
Labores Diaconales

3.3.4 Otros eventos especiales

Los diáconos pueden asistir a los ancianos al administrar otros usos del
edificio de la iglesia; ejemplo, bodas y funerales.

3.4 Supervisión delegada de asuntos civiles y legales que afectan a la iglesia:

3.4.1 Debido a que la iglesia está sujeta a requerimientos civiles, mientras esos
requerimientos no fuercen a la iglesia a transgredir la ley de Dios
(Romanos 13:1-7; Hechos 5:29), los líderes de la iglesia están obligados a
cumplir todos los asuntos legales de acuerdo a las leyes civiles.

3.4.2 Los diáconos pueden asistir a los ancianos en el cumplimiento de estas


responsabilidades sometiendo oportunamente los impuestos, pagos e
informes requeridos; obteniendo las aprobaciones oficiales (por ejemplo,
permisos de construcción) cuando fueran necesarias; y manteniendo
registros adecuados de los asuntos legales que afectan a la iglesia.

3.4.3 Los diáconos también podrían responsabilizarse de guardar los


documentos importantes de la iglesia en un lugar seguro (a prueba de
fuego) pero accesible (por ejemplo, artículos de incorporación, formularios
de impuestos, título (s) de propiedad, pólizas de seguro, etc.)

3.4.4 Los diáconos podrían proveer asistencia a los pastores en cuestiones de


impuestos así como otros asuntos legales que les afecten personalmente,
como forma de minimizar la participación de los pastores en estos
asuntos.

3.4.5 Los diáconos podrían aconsejar a los pastores en la forma más apropiada
para obtener asistencia profesional en asuntos legales, civiles o
financieros; y podrían servir como enlace con los profesionales a nombre
de la iglesia.

3.5 Supervisión delegada de otros asuntos congregacionales:

No se pretende que esta lista sea exhaustiva. Como se dijo anteriormente, la


circunstancia de cada iglesia es única, y los dones que residen en el diaconado
son diferentes. Donde se les podría dar a los diáconos otras responsabilidades
para servir a las necesidades congregacionales, ellos ayudarán a reducir la carga
de los ancianos. Debe haber una disposición para asumir responsabilidades
adicionales y flexibilidad en cómo estas se han de repartir.

4.0 Ministerio con los Ancianos

4.1 Atender las necesidades prácticas y financieras de los pastores.

4.1.1 Los diáconos deben reconocer que no están en una posición de autoridad
cuanto se trata de establecer el salario de sus pastores. Si hay una
pluralidad de ancianos, esta política debe ser manejada por los ancianos
y administrada por los diáconos. Si hay un solo anciano, ese hombre es
Manual del Diaconado 35
Labores Diaconales

todavía el pastor que gobierna en esa iglesia. Aunque éste puede buscar
el consejo y la concurrencia de los diáconos, las decisiones financieras
están todavía dentro de su jurisdicción. Además, los diáconos representan
la mente de la congregación al tomar responsabilidad en su oficio para
suplir toda la gama de necesidades materiales de sus pastores.

4.1.2 Las Escrituras nos dan numerosas directrices para mostrar una
consideración generosa por las necesidades materiales de nuestros
ancianos:

“Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre


vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan; y que los
tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra…” (1
Tesalonicenses 5:12-13)

“Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de


doble honor, mayormente en los que trabajan en predicar y
enseñar. Pues la Escritura dice: No podrás bozal al buey que trilla;
y: Digno es el obrero de su salario.” (1 Timoteo 5:17-18)

“El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa


buena al que le instruye. No os engañéis; Dios no puede ser
burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también
segará.” (Gálatas 6:6-7)

“¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién


planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y
no toma de la leche del rebaño? ¿Digo esto como hombre? ¿No
dice esto también la ley? Porque en la ley de Moisés está escrito:
No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los
bueyes, o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se
escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla,
con esperanza de recibir del fruto. Si nosotros sembramos entre
vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo
material? Si otros participan de este derecho sobre vosotros,
¿Cuánto más nosotros? Pero no hemos usado de este derecho,
sino que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al
evangelio de Cristo. ¿No sabéis que los que trabajan en las cosas
sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar
participan? Así también ordenó el Señor a los que anuncian el
evangelio, que vivan del evangelio.” (1 Corintios 9:7-14)

“No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres


poder para hacerlo. No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, y
mañana te daré, cuando tienes contigo qué darle.” (Proverbios
3:27-28).

“Hay quienes reparten, y les es añadido más; y hay quienes


retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza. El alma
generosa será prosperada; y el que saciare, él también será
saciado.” (Proverbios 11:24-25)
Manual del Diaconado 36
Labores Diaconales

4.1.3 Principios para establecer remuneración para los hombres que trabajan
en predicar y enseñar la Palabra:

De los textos antes citados, podemos derivar por lo menos las siguientes
perspectivas básicas al tratar de establecer una compensación justa para
los que laboran en la iglesia:

(1) Nuestra estima por los hombres que nos sirven como pastores
no termina con expresiones verbales de aprecio y respeto.
Debe ser expresada de formas tangibles.

(2) Debemos reconocer la importancia relativamente mayor del


servicio espiritual rendido al pueblo de Dios, comparado con
las provisiones materiales que le hacemos al hombre de Dios
(1 Corintios 9:11).

(3) Nuestra compensación debe tomar en cuenta las necesidades


del “hombre completo”. Debemos ser sensibles a sus
necesidades particulares en áreas tales como vivienda,
cuidado médico, transporte, necesidades especiales de la
familia, y planificación financiera para el futuro.

(4) Debemos ser sensibles a las obligaciones del hombre como


hombre cristiano y como pastor. Por ejemplo, él debe mantener
una buena consciencia de que está proveyendo para su propia
familia (1 Timoteo 5:8), que es capaz de compartir con los
demás (Efesios 4:28), y que puede cumplir con su deber de
mostrar hospitalidad (1 Timoteo 3:2)

(5) Debemos ser realistas en cuanto a la capacidad de la iglesia


para compensar a un hombre, dada su real condición
financiera. Sin embargo, la provisión adecuada para el pastor
debe ser la más alta prioridad de la iglesia cuando se
determinen los gastos presupuestarios.

Si la iglesia está limitada en su capacidad, los diáconos deben


asegurarse de que el pueblo de Dios esté bien instruido en
este deber para con el pastor y que consideren un bajo salario
como una anormalidad que debe corregirse por medio de la
oración a Dios y una disposición de ofrendar, personal y
sacrificialmente.

(6) La iglesia debe revisar la compensación de manera periódica y


oportuna, tomando en cuenta (1) el incremento en el costo de
la vida (inflación) desde la última revisión, (2) una comparación
general de los niveles de ingreso promediados de la
congregación, y (3) una evaluación del servicio que ese
hombre le ha rendido a la congregación (mérito). Este último
punto en particular debe estar sujeto a las consideraciones de
los otros ancianos, conforme a los siguientes principios:
Manual del Diaconado 37
Labores Diaconales

El sostén de los ministros será proporcional a la calidad y


naturaleza de su trabajo (1 Timoteo 5:17), así como a la carga
económica que este tenga (1 Corintios 9:5):
Considerando:
a) El tiempo en el pastorado
b) El tiempo de dedicación al trabajo (Horario)
c) Su capacitación en el estudio pastoral
d) Su capacitación en el estudio secular
e) Su entrega y dedicación a la Obra
f) Sus responsabilidades en el Ministerio

(7) No debemos preocuparnos de ser “demasiados generosos”


con un hombre confiable. Un hombre bíblicamente calificado
tendrá una conciencia sensible con relación al dinero que
recibe. Él dará cuenta a Dios si es derrochador, pero nosotros
daremos cuenta a Dios si somos tacaños.

4.1.4 Atender las necesidades de los pastores en caso de enfermedad.

En caso de enfermedad o accidente del pastor o cualquier miembro de su


familia, los diáconos deberán estar pendientes para solventar cualquier
tipo de gasto que exceda lo que cubre el Seguro Médico de dicha familia
o por lo menos preguntando al pastor o a su esposa en caso de que estos
no puedan cubrirlo.

En caso de invalidez, parcial o total, temporal o definitiva, del pastor o


cualquier miembro de su familia, la Iglesia deberá solventar los gastos en
que incurra su familia.

4.1.5 Cuidado de los pastores en su tiempo de Retiro y Cuidado de las esposas


de los pastores cuando enviudan.

4.1.5.1 Los diáconos deben velar y programar la consecución de


un Plan de Retiro que debe ser aplicado desde que los
pastores inicien su ministerio, de tal forma que cuando
lleguen a los 65 años de edad establecida para el retiro,
estos puedan recibir su salario a través de los ahorros en
este plan, si optan por el mismo. Esto dependerá de la
decisión y condición física y mental de pastor en cuestión.

4.1.5.2 En caso de que no se haya tomado este plan de pensiones


a tiempo, y al momento de retiro, los ahorros no sean
suficientes para cubrir el sueldo del pastor retirado, la
iglesia, a través de los diáconos, debe asegurarse que éste
reciba su sueldo completo al momento de su retiro y hasta
el día de su muerte.

4.1.5.3 En caso del fallecimiento de un pastor, la Iglesia debe


entender su responsabilidad frente a la viuda de este
pastor, ya que hay un principio establecido en (1 Timoteo
Manual del Diaconado 38
Labores Diaconales

5:9-11, donde las viudas de la iglesia con las condiciones


establecidas allí deben ser sostenidas económicamente por
la iglesia, por tanto, los diáconos deben responsabilizarse
en que la viuda del pastor fallecido reciba el mismo salario
que recibía su esposo para su sostenimiento y el de su
familia, hasta el día de su muerte, ya que las esposas de
los pastores han compartido sus vidas con esos siervos de
Dios.

4.1.6 Otras maneras de expresar honor a los ancianos:

Además de la compensación monetaria, los diáconos deben buscar


maneras de expresar su estima como los representantes más visibles de
toda la congregación. Esto podría incluir guiar a la congregación en
acciones de gracias por los dones depositados en sus pastores; orando
públicamente por la bendición de Dios sobre ellos; demostrando sujeción
a su supervisión; y mostrando respeto hacia su oficio. Los regalos
especiales, las cartas de agradecimiento y otras expresiones de amor
serían de gran aliento para los pastores y un buen ejemplo para los
hermanos.

4.2 Apoyo a los ancianos en su labor de supervisar los empleados de la iglesia.

Al aumentar el trabajo en la iglesia, surge la inevitable necesidad de asistencia en


asuntos secretariales y administrativos, así como en otros tipos de labores. Los
diáconos asisten a los ancianos cuando anticipan estas necesidades e
implementan procedimientos para supervisar el personal de la iglesia. Las áreas
sugeridas para el servicio diaconal incluyen:

4.2.1 Políticas de empleados: Documentando políticas tales como cobertura


médica, pago de vacaciones, baja por enfermedad, pensiones, gastos
reembolsables, etc.

4.2.2 Récords de empleados: Manteniendo archivos que incluyen cartas de


trabajo, información personal, datos de impuestos, salarios y récords de
revisiones de salarios.

4.2.3 Administrando nóminas: Manejando nóminas periódicas, récords de


impuestos, pagos de impuestos, y reportes trimestrales y anuales.

4.2.4 Revisión de personal: Proveer datos de salarios, información del


presupuesto de la iglesia y otros datos pertinentes para las revisiones
salariales anuales.

4.2.5 Supervisando empleados: Posible participación en la supervisión de las


operaciones diarias del personal de la iglesia.

4.3 Apoyo a los ancianos en su supervisión de los ministerios de la iglesia.

Al darle Dios un ministerio a la iglesia local, los diáconos deben adoptar ese
ministerio como un elemento de su continuo apoyo a la función pastoral. Casi
Manual del Diaconado 39
Labores Diaconales

todo ministerio tiene algún aspecto práctico en el que los diáconos pueden
contribuir con su pericia y aliviar la carga de los ancianos. Los siguientes
ministerios se mencionan como áreas frecuentes en las que la iglesia se
involucra para contribuir con la expansión del reino de Dios más allá de la
congregación local.

4.3.1 Misiones

Si la iglesia está involucrada en las misiones, los diáconos pueden


proveer un servicio valioso como apoyo a los hombres en el campo
misionero. De común acuerdo con los ancianos, los diáconos deben
buscar oportunidades para suplir las necesidades prácticas de las
misiones, dar apoyo a los proyectos misioneros, y extender benevolencia
general a las personas necesitadas en el campo misionero.

4.3.2 Ministerio de cassettes y literatura

Si Dios le ha dado a la iglesia la responsabilidad de producir o distribuir


materiales de enseñanza y predicación, los diáconos frecuentemente
pueden asistir en las tareas prácticas de tales ministerios. Con una
planificación responsable del personal, las finanzas, la participación de
miembros voluntarios, y procurando establecer contactos de fuera, los
diáconos pueden reforzar la efectividad de tales ministerios.

4.3.3. Otros canales de servicio

De nuevo, el listado no puede ser exhaustivo. Dios puede darle a una


iglesia una carga especial en un área en particular y los diáconos sirven a
Cristo al asistir a los ancianos en la supervisión de tales ministerios
multifacéticos. Casi todo ministerio requiere una mezcla de supervisión
espiritual y cuidado práctico los cuales se cumplen a través de los oficios
del anciano y del diácono.

5.0 Recapitulación: Integración de Actividades Diaconales dentro de la Vida de la


Iglesia.

En conclusión, por lo menos tres perspectivas deben ser recordadas al desempeñar los
diáconos sus deberes entre el pueblo de Dios:

5.1 La conducción de toda función diaconal en la iglesia debe mantener una armonía
ininterrumpida con el principio de “gobierno por ancianos”.

En esta sección hemos visto una amplia gama de tareas sobre las cuales los
diáconos pueden legítimamente tomar responsabilidad, asumiendo que Dios ha
depositado las gracias y dones necesarios así como los recursos de tiempo y
energía entre el diaconado. No obstante, debemos recordar que los diáconos son
responsables ante los ancianos en todo aspecto de su servicio. No pueden
proceder en ningún curso de acción de su deber sin antes fijar su punto de
referencia en las perspectivas y prioridades espirituales de los pastores de la
iglesia. Integrado a cada tarea, debe haber un mecanismo de supervisión y
dirección pastoral periódica.
Manual del Diaconado 40
Labores Diaconales

Un principio de balance es que los pastores deben regocijarse cuando los


diáconos asumen más responsabilidades, y deben animar a los diáconos a
ejercitar un juicio independiente como medio de crecimiento espiritual. Los
ancianos deben ejercer su supervisión sin dominar y desalentar a los diáconos en
sus esfuerzos por aprender y madurar, así como un padre debe observar cómo
su niño aprende a caminar a expensas de algunos rasguños en las rodillas en el
proceso.

Tanto los ancianos como los diáconos retienen la gracia de la flexibilidad al


identificar, asignar e implementar las labores diaconales, a medida que las
necesidades de la iglesia varían en el tiempo, al madurar el liderazgo de la iglesia
y al cambiar las experiencias.

5.2 Toda función diaconal en la iglesia debe estar orientada hacia el apoyo máximo
de la labor central de predicar y enseñar el evangelio de Cristo.

Con una larga lista de proyectos y responsabilidades diaconales, es fácil


desviarse de la labor central de la iglesia de Jesucristo. El enemigo de nuestras
almas y del reino de Dios se alegra al vernos distraídos de la labor más
importante y efectiva de la iglesia, la de proclamar el evangelio. Y ante la realidad
del pecado remanente en todo cristiano, la responsabilidad delegada para una
labor particular puede hacer que esa función luzca demasiado importante para el
que la tiene a su cargo.

Por estas razones, los diáconos deben establecer salvaguardias que les
ayudarán a mantenerse concentrados y “en curso” para examinar sus prioridades
y dirección. Se sugieren los siguientes medios:

(1) Tiempos de oración en las reuniones de diáconos que se


concentren en los ministerios centrales de la iglesia de
predicar el evangelio.

(2) Devocional en las reuniones de diáconos para examinar los


motivos y metas de nuestro servicio diaconal.

(3) Revisiones periódicas con los ancianos, tal vez en reuniones


combinadas, en las que los ministerios de la iglesia,
prioridades y asignación de recursos son examinados en
sentido general.

(4) Preparación de un programa de trabajo anual resumiendo


las labores diaconales propuestas para el próximo año, y un
presupuesto anual que refleje las prioridades bíblicas de los
ancianos y los diáconos conjuntamente.

5.3. En el desempeño de las funciones diaconales se debe tratar siempre de


involucrar a otros miembros de la iglesia en obras de misericordia y de servicio.

Cada miembro del Cuerpo de Cristo debe sentir la obligación de contribuir su


servicio a los otros miembros (Efesios 4:12; Romanos 12:6-8). Los diáconos
Manual del Diaconado 41
Labores Diaconales

conocen de las muchas vertientes de servicios potenciales, y deben procurar que


estén disponibles para los otros miembros. Podrían ver a un miembro fallar al
intentar una nueva tarea, y eso los podría desalentar, pero también verán a
hombres que demuestran ser “fieles en lo poco” y surgiendo como posibles
candidatos potenciales para el oficio de diácono.

Otro motivo para involucrar a otros es el hecho de que se podrá lograr mucho
más con más obreros que con unos pocos. Si los diáconos de la iglesia de hoy
anhelan tener una iglesia más fuerte y efectiva y un mayor impacto en esta
generación, invertirán el tiempo que sea necesario para involucrar, entrenar y
animar a otros en obras de misericordia y servicio. Solo entonces podrán ver una
mayor posibilidad para una futura continuidad y éxito en la obra de la iglesia de
Cristo luego que hayan salido de la escena. ¡Quiera el Señor que la próxima
generación de diáconos pueda pararse en los hombros de esta generación en
sus hazañas para Dios!
Manual del Diaconado 42
El Diaconado en Operación

Capítulo 4
El Diaconado en Operación

El propósito de este capítulo es contestar la pregunta: ¿Cómo es que realmente funciona el


consejo de diáconos, una vez que ha sido establecido de acuerdo a principios bíblicos? ¿Cómo
trabajan unos con otros los hombres en el diaconado, y cómo interaccionan con los ancianos y
la congregación? ¿Cómo se organiza el diaconado para máxima eficiencia?

1.0 Observaciones Introductorias

1.1 La dificultad de describir un organismo vivo, creciente y cambiante.

1.2 La diversidad de circunstancias en las que funcionan las diferentes iglesias; la


ausencia de directrices bíblicas específicas en muchos asuntos que enfrenta el
diaconado, obligándonos a ejercitar una adaptabilidad santificada en nuestras
circunstancias particulares.

2.0 Las Realidades y Ventajas de Dones Diferentes

2.1 El principio bíblico de paridad en el oficio; la obligación de respeto y deferencia


mutua entre los hombres que han cumplido con los requisitos bíblicos para el
oficio (Proverbios 20:28).

2.2 La realidad de que Cristo equipa a diferentes hombres con diferentes dones en
Su iglesia.

2.3 En la práctica, las múltiples ventajas de la diversidad de dones entre los hombres
que sirven en el diaconado.

3.0 El Valor de la Consejería Mutua

3.1 Principios en las Escrituras:

Proverbios 11:14: “Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; mas en


la multitud de consejeros hay seguridad.”

Proverbios 20:18: “Los pensamientos con el consejo se ordenan; y con


dirección sabia se hace la guerra.”

Proverbios 24:6: “Porque con ingenio harás la guerra, y en la multitud de


consejeros está la victoria.”

3.2 La pluralidad de los oficiales es la norma bíblica (Filipenses 1:1); la pluralidad de


los diáconos es una situación que debe sinceramente desearse y por la cual se
debe orar.
Manual del Diaconado 43
El Diaconado en Operación

4.0 El Lugar del Liderazgo Efectivo

4.1 El principio bíblico de primacía en el liderazgo.

4.2 Movilización para la efectividad personal en el liderazgo:

4.2.1 Métodos personales de organización.

4.2.2 Administración de tareas.

(1) descripción de tarea


(2) horario
(3) recursos y presupuesto
(4) sirviendo como gerente de proyecto
(5) monitoreando el progreso
(6) seguimiento, evaluación y modificaciones al plan original.

4.2.3 Formas y procedimientos

4.2.4 Documentación de políticas

4.2.5 Administrando los empleados pagados y los voluntarios

4.2.6 Tacto al trabajar con compañeros diáconos, ancianos y miembros, así


como los inconversos.

5.0 La Fortaleza de la Organización Interna

5.1 Revisión sistemática de las responsabilidades.

5.1.1 Trabajando con una agenda estándar resumida que cubra todas las áreas
principales de responsabilidades diaconales. Un formato sugerido para la
agenda, a ser distribuida de antemano, incluiría lo siguiente:

(1) Fecha, tiempo y lugar de reunión


(2) Devocional, y quién lo dirigirá
(3) Peticiones de oración
(4) Reporte financiero
(5) Reporte de edificio e instalaciones
(6) Ministerios supervisados por los diáconos (libros, cassettes,
etc.)
(7) Asuntos de empleados
(8) Asuntos de benevolencia
(9) Asuntos “corrientes” misceláneos
(10) Asuntos “nuevos”

5.1.2 Dirigiendo una reunión de diáconos


Manual del Diaconado 44
El Diaconado en Operación

5.1.3 Manteniendo minutas de la reunión para asistir a los diáconos con la


conclusión de los asuntos de trabajo pendientes.

5.2 Exhortación mutua para acciones de seguimiento.

5.2.1 Designando áreas de responsabilidad

5.2.2 Seguimiento en las reuniones mensuales de los diáconos

5.2.3 Otros contactos necesarios para asegurar que las tareas sean terminadas
a tiempo

6.0 La necesidad de la Comunicación Consistente y Transparente

6.1 Comunicación con los ancianos:

6.1.1 Las líneas de comunicación entre los ancianos y los diáconos incluye
medios tanto formales como informales. En casos donde hay dos o más
hombres en cualquiera de los dos consejos, se debe designar a un
hombre como punto oficial de contacto. En el diaconado este hombre
asumirá la responsabilidad de recibir información de los ancianos y
transmitirla a los otros diáconos. En sentido inverso, él también servirá
como conducto para canalizar solicitudes o informaciones de los otros
diáconos a su punto de contacto en el ancianato.

El instituir líneas formales de comunicación no significa que restringimos a


los ancianos y los diáconos de tener un contacto personal e informal el
uno con el otro. Si los líderes de la iglesia no pueden comunicarse sin
seguir los “canales correspondientes”, tal tipo de arreglo conducirá a
relaciones superficiales e impersonales. La comprensión y la confianza
mutua se promueven con amistades estrechas entre los oficiales, y
debemos ser lo suficientemente flexibles en nuestros métodos oficiales de
comunicación para facilitar otros tipos de interacciones espontáneas.

6.1.2 Los diáconos estarán interactuando con los ancianos en muchos niveles
al servir en los varios aspectos de la vida de la iglesia. El formato y
alcance de cada tipo de comunicación variará, pero los siguientes son
sugeridos como algunos de los encabezados principales:

(1) Políticas de la iglesia: Durante la administración de los


deberes diaconales, estos inevitablemente se encontrarán
con asuntos que ameritan la adopción de una política
amplia y sin precedente. En tales casos deben articular los
factores envueltos, verbalmente o en forma escrita, y
solicitar a los ancianos que desarrollen o afirmen una
declaración general de política. Siempre es bueno que,
como guía futura, esa declaración se emita de forma
escrita.
Manual del Diaconado 45
El Diaconado en Operación

(2) Decisiones específicas o directrices: Las situaciones


individuales podrían requerir decisiones más específicas
por parte de los ancianos que no son de naturaleza “sin
precedente”. En estos casos los diáconos solicitarían la
opinión de los ancianos y llevarían a cabo sus tareas luego
de recibir su dirección.

(3) Informaciones: Tales tipos de labores diaconales se logran


como deberes rutinarios o asignados, pero aún es
beneficioso que informen a los ancianos en cuanto a su
situación. Los diáconos podrían listar tales puntos en las
minutas de sus reuniones o comunicarlos verbalmente a los
ancianos.

(4) Consejo mutuo: Los ancianos o los diáconos podrán desear


reunirse conjuntamente para discutir un asunto en particular
y recibir información de ambos consejos. Aunque las
políticas definitivas de la iglesia no surgen de tales
discusiones, es conveniente que alguien tome las minutas
de tal reunión y tener estos datos disponibles para
referencia futura.

6.1.3 Los diáconos son a menudo hombres “prácticos” que ven la conversación
como un tiempo relativamente desperdiciado. Pero deben recordarse,
primeramente, del valor del consejo mutuo antes de proceder con sus
labores (puede que no hayan tomado en cuenta todos los factores
envueltos), y, en segundo lugar, del derecho de los ancianos de ser
informados de sus acciones propuestas y dar su opinión y consentimiento
antes de implementarlas.

Además, para mantener la paz y la armonía en la iglesia, los diáconos


deben recordarse que los tiempos de crisis no crean nada sino que solo
revelan lo que ya está ahí. Durante los tiempos normalmente necesitan
invertir en una comunicación efectiva y transparente entre los oficiales.
Entonces aquellas relaciones de fidelidad y confianza mutua estarán en
operación cuando surjan las situaciones difíciles.

6.2 Comunicación con la congregación:

La comunicación directa con la congregación, o indirecta a través de los


ancianos, ayudará a los diáconos a funcionar con la confianza, el apoyo y la
asistencia de los miembros de la iglesia. Los beneficios de los contactos
frecuentes entre los diáconos y la iglesia incluyen lo siguiente:

6.2.1 Informar a los miembros sobre el uso de los fondos que han ofrendado, y
otros asuntos por los cuales han orado, y cómo Dios ha ayudado a los
diáconos a cumplir con los deberes de su oficio.
Manual del Diaconado 46
El Diaconado en Operación

6.2.2 Mantenerse al tanto de las necesidades particulares expresadas por los


miembros.

6.2.3 Comunicar acerca de oportunidades que tienen los miembros para unirse
al servicio de los otros. Por ejemplo:

(1) hospitalidad
(2) servicio rutinario alrededor del edificio de la iglesia
(3) proyectos de trabajos especializados (carpintería,
electricidad, computadora)
(4) asistencia en la guardería
(5) necesidades especiales de benevolencia
(6) otros proyectos especiales

7.0 La Responsabilidad del Reporte Periódico

7.1 A los ancianos:

7.1.1 Distribuir comunicación escrita a todos los asistentes de los ancianos para
asegurarse de que cada uno esté informado e involucrado en la labor
diaconal. De otra forma, uno o dos hombres estarán tomando todas las
decisiones y se podría fomentar un espíritu de división.

7.1.2 Los reportes escritos, los memos y las minutas también ayudan al
liderazgo a acumular gradualmente un conjunto de políticas que luego
podrán ser reunidas en forma impresa.

7.2 A la iglesia:

7.2.1 Los diáconos deben preparar una contabilidad anual de fondos recibidos y
desembolsados. Este reporte usualmente aparece en el reporte anual
impreso de la iglesia.

7.2.2 Los reportes escritos ayudan a comunicar dónde y cómo los diáconos han
empleado su tiempo y los recursos de la iglesia. Respete la privacidad de
ciertos asuntos, especialmente los salarios y las ayudas de benevolencia
personal, pero haga que los miembros estén conscientes de este brazo
de la iglesia y lo que los diáconos están haciendo en su nombre.

7.2.3 Al presentarse las ocasiones, los diáconos también deben presentar


reportes especiales a la congregación sobre asuntos de gran importancia,
como la construcción de un edificio o propuestas de remodelación,
adquisición de propiedades y otros gastos mayores.

7.3 A las autoridades civiles:

7.3.1 La entrega a tiempo de los documentos requeridos reducirá las


distracciones de los ancianos en estos asuntos prácticos y permitirán que la labor
de la iglesia continúe relativamente ininterrumpida (Romanos 13:7).
49

Capítulo 5
Conduciéndonos en el Oficio Diaconal

1.0 El Diácono Como Siervo Perseverante

1.1 Reflejando el carácter de Cristo en la autonegación, la compasión, la


consideración y el servicio.

2.0 El Diácono Como Mayordomo Fiel

2.1 Mateo 24:45-47 (fidelidad y sabiduría al hacer la voluntad de su señor).

3.0 El Diácono Como Ejemplo Visible

3.1 Espiritualidad en el servicio práctico, un ejemplo especialmente a los otros


hombres en la iglesia (Efesios 6:5-7).

3.2 Prioridades balanceadas aún bajo presión (salud espiritual personal, deberes en
el hogar, vida en la iglesia y vocación secular).

3.3 Crecimiento personal en la gracia, visto en el desempeño de su oficio público:

3.3.1 Mente espiritual al tratar con asuntos prácticos; rechazando el


tradicionalismo y el pragmatismo.

3.3.2 Sabiduría que no es carnal ni terrenal, sino celestial (Santiago 3:13-18).

3.3.3 Afecto fraternal hacia los hombres con quien sirve en el diaconado, y
hacia los otros miembros de la iglesia.

3.3.4 Ayuda paternal a los que padecen necesidad.

3.4 Ganando y manteniendo la estima del pueblo de Dios como oficiales de la iglesia.

“El diaconado no es un oficio de poder o autoridad en el gobierno de la


iglesia; pero debe tener la autoridad y el respeto debido a un oficio
ordenado por Dios en la iglesia.” (12)

3.5 Ejemplo a los que están fuera de la iglesia.

4.0 El Diácono como Máximo Recipiente

4.1 Promesa específica a diáconos fieles: “Los que ejerzan bien el diaconado
ganan…” (1 Timoteo 3:13)

4.2 Promesas generales a mayordomos fieles: “Bien, buen siervo y fiel…” (Mateo
25:21).

BIBLIOGRAFÍA:
Manual del Diaconado 30
Labores Diaconales

(1) James M. Willson, El Diácono: Una Investigación de la Naturaleza, los Deberes y


el Ejercicio del Oficio del Diácono, en la Iglesia Cristiana (Dallas: Presbyterian
Heritage Publications, manuscrito no impreso, 1990), 106.

(2) James Bannerman, La Iglesia de Cristo: Un Tratado Sobre la Naturaleza, los


Poderes, las Ordenanzas, la Disciplina y el Gobierno de la Iglesia Cristiana
(Edmonton: Still Waters Revival Books, 1991), 297.

(3) Juan Calvino, Los Hechos de los Apóstoles, ed. David W. Torrance y Thomas F.
Torrance, Comentarios de Nuevo Testamento de Calvino, 12 vols. (Grand
Rapids: Eerdmans, 1989).160.

(4) J. L. Dagg, Manual del Orden en la Iglesia (Harrisonburg, Virginia; Gano Books,
1990=, 267.

(5) Ibid.

(6) Alan J. Dunn, El Diaconado (Notas de sermones no publicadas, 1987), 62.

(7) Juan Calvino, Hechos, 162.

(8) Para una exposición útil de este texto, ver cassette EX77 por Pastor A.N. Martin.

(9) R.B.Kuiper, El Glorioso Cuerpo de Cristo (Edinburgh: Banner of Truth, 1987), 154

(10) John Owen, “La Verdadera Naturaleza de una Iglesia Evangélica”, Obras, 16
vols, (Edinburgh: Banner of Truth, 1968), Vol. 16.

(11) Ver Daniel D. Busby, Guía de Impuestos y Finanzas Para Iglesias y


Organizaciones Sin Fines de Lucro (Grand Rapids: Zondervan, 1993); y Richard
R. Hammar, El Pastor, La Iglesia y la Ley (Springfield, Missouri: Gospel
Publishing House, 1983 o ediciones posteriores).

(12) Owen, “La Verdadera Naturaleza de una Iglesia Evangélica”, 147.

(13) Owen, John, “La Verdadera Naturaleza de una Iglesia Evangélica” (Obras,
Vol.16). Edinburgh: Banner of Truth, 1968.

(14) Strauch, Alexander, El diácono Neotestamentario: Ministerio de Misericordia.


Littleton, Colorado: Lewis and Roth, 1992.

(15) Willson, James M., El Diácono: Una Investigación de la Naturaleza, los Deberes y
el Ejercicio del Oficio del Diácono, en la Iglesia Cristiana. Dallas: Presbyterian
Heritage Publications (manuscrito no impreso), 1990.

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