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LENGUAJE
PROF. 15-16
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El lenguaje se desarrolla a una velocidad extraordinaria especialmente durante los primeros cinco
años de vida; y conviene clarificar algunos conceptos, sobre todo la diferencia entre los conceptos de
lenguaje, habla y comunicación
El lenguaje es el sistema de comunicación, regido por símbolos y reglas. Tiene una base biológica
y está condicionado por procesos psicológicos superiores, como la atención, la motivación o la
percepción
La comunicación es el proceso en sí, y requiere para existir, que la persona hablante pueda codificar
(expresarse) y decodificar (comprender)
Como conclusión, podemos decir que, mientras que el lenguaje no es imprescindible para la
comunicación, la comunicación sí es imprescindible para el lenguaje, ya que la finalidad es transmitir.
El niño aprende de forma espontánea las reglas de su lengua, pero el aprendizaje formal se realiza en
la escuela. Existen cuatro componentes fundamentales del lenguaje:
El componente fonológico se refiere al sonido. Se trata de los fonemas y las reglas para combinar
estos fonemas
El componente morfo-sintáctico se refiere al dominio de las reglas que rigen la organización de las
palabras y de las frases
El componente semántico se refiere al significado. Por ejemplo, a la hora de diseñar un cuento para
niños de una cierta edad hay que asegurar bien este campo.
El componente pragmático se refiere al uso eficaz del lenguaje; es decir, a la claridad en la expresión
y, además, a la adaptación al contexto social.
Los teóricos del leguaje siempre han polemizado sobre la relación entre pensamiento y lenguaje.
Sobre si es el pensamiento el que influye en el lenguaje o si es el lenguaje el que interviene en el
pensamiento. Las teorías mas importantes son:
COMSKY
Afirma que el lenguaje es innato, que es un sistema cognitivo, independiente del pensamiento y regido
por sus propias leyes. Además, afirma que los humanos están dotados de unas capacidades específicas
que les permiten adquirirlo de forma espontánea y rápida.
PIAGET
Considera que la adquisición del lenguaje depende de las capacidades cognitivas del niño. Dice que
pensamiento y leguaje, por tanto, están relacionados. Y que el lenguaje forma parte de la función
simbólica; es lo que permite al niño expresar sus imágenes mentales.
VYGOTSKI
Dice que pensamiento y lenguaje se desarrollan de forma independiente hasta que se produce una
fusión entre ambos; es decir, que el lenguaje, en principio, es un auxiliar de la acción. Más tarde,
se convierte en un instrumento simbólico; es decir, primero lenguaje egocéntrico y luego mero
instrumento simbólico.
Actualmente se considera que pensamiento y lenguaje son dos procesos complementarios, lo cual no
significa que se desarrollen a la vez en todas las etapas del desarrollo, pero sí que son auxiliares el uno
del otro. Es decir, el lenguaje se desarrolla en un contexto social interactivo
Existe un período crítico para el aprendizaje de la lengua, que es al final de la etapa de preescolar, de
manera que, si el niño no ha aprendido a comunicarse al final del período preescolar, al comienzo de
la etapa escolar va a tener más dificultad para conseguirlo. El motivo es que, con los años, el cerebro
va perdiendo elasticidad y cada vez es más difícil que otras partes del cerebro asuman las funciones
que no les corresponden.
Etapa pre-lingüística
Abarca los trece primeros meses de vida. En esta etapa, la primera manifestación de comunicación del
niño es el llanto. Hacia los dos meses aparecen los arrullos. Se llaman arrullos a los sonidos que los
niños suelen emitir cuando están contentos (como recién comidos o recién cambiados los pañales).
Hacia los cuatro meses van combinando sonidos vocálicos y consonánticos para formar lo que se
llama el balbuceo que, progresivamente, se van a ir pareciendo a las palabras. Los primeros sonidos
que emite el bebé son muy parecidos en todos ellos; incluso en los que son sordos. Esto hace pensar
que el balbuceo es consecuencia sobre todo, de la maduración cerebral y muscular. A lo largo de
esta etapa, los bebés van a ir utilizando gestos sociales convencionales. Ejemplos: decir adiós con
las manos, soplar cuando la comida está caliente, levantar las manos para ser cogidos, etc. Los niños
sordos denotan en esta última capacidad una superioridad; son más expresivos que los niños con
audición normal. Aproximadamente hacia los trece meses aparece la llamada “etapa holofrásica”.
Etapa holofrásica
Se refiere a la utilización de palabras aisladas con un sentido completo (de frase o enunciado).
Ejemplo: cuando el niño dice “agua” quiere expresar “quiero agua”. A partir de estos trece meses, el
niño va a ir aumentando su vocabulario a una velocidad extraordinaria: pueden pasar de la utilización
de 50 a 200 en pocas semanas. Las palabras más usuales son las que empiezan por consonante y
acaban en vocal; así como los sonidos repetidos (papá, mamá…) estas palabras hacen referencia
a personas u objetos del entorno más próximo al niño. Desde los dieciocho meses en adelante, se
observa en el niño una tendencia llamada “reducción semántica”. Ejemplo: el niño señala como
“perro” al perro de su casa, pero no lo hace con perros ajenos. Más tarde ocurre lo contrario: el
fenómeno de extensión semántica, que consiste en llamar “agua”, por ejemplo, a todo líquido.
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Etapa telegráfica
En esta etapa, el niño empieza a combinar dos o tres palabras en frases simples; omitiendo elementos
no esenciales. Ejemplos: artículos, preposiciones…Luego comienza a utilizar verbos, aunque en un
principio con errores. Con ello entramos en la etapa preescolar.
Etapa preescolar
Abarca aproximadamente, de los dos a los cinco años. En esta etapa, se produce un gran avance en el
desarrollo en el lenguaje.
En el plano fonológico, el lenguaje se completa en gran medida. A partir de los dos años y medio, el
niño mejora considerablemente su pronunciación; sobre todo, de las palabras que comprende. Y de las
más fáciles.
En cuanto al desarrollo morfosintáctico, alrededor de los tres años, el niño ya es capaz de usar
plurales, género, tiempos verbales…aunque en un principio con errores, que es importante no alentar.
Al final de este período preescolar; es decir, hacia los cinco o seis años, los niños dominan la mayor
parte de las reglas gramaticales de su lengua. Esto está muy relacionado con los avances en el
procesamiento de la información.
Con respecto al desarrollo semántico, es sorprendente el interés que muestra el niño por aprender
palabras nuevas.
En cuanto al desarrollo pragmático, se observa que la interacción entre iguales, va enseñando al niño a
respetar el turno de palabra, a responder al compañero; es decir, a dialogar.
En esta etapa se va a hacer cada vez más sensible a las expectativas sociales. Por ello, utiliza palabras
como “gracias”, “por favor”…
Etapa escolar
Entre los 6 y los 12 años. Los logros que se adquieren a lo largo de esta etapa van a ser determinantes
para la comunicación social para la expresión de los deseos y de los sentimientos y tanto para la
regulación de su conducta como para en general la representación del mundo. Van a ser determinantes
tanto en el plano social, cognitivo y afectivo.
En cuanto al desarrollo fonológico, a los 6 o 7 años domina en general la pronunciación de todos los
sonidos de su lenguaje. A partir de aquí va a haber un progreso en las habilidades metalingüísticas
(del pensamiento).
Con respecto al desarrollo morfosintáctico, la etapa escolar supone un proceso de perfección que
se completara en la adolescencia. Van mejorando en la utilización de los tiempos verbales, de los
adverbios, de las construcciones condicionales, causales, pasivas, etc.
Por último, a nivel pragmático, es importante la pérdida cada vez mayor del egocentrismo, que hace
que el niño cada vez esté más preparado, más dispuesto a atender a las necesidades de los demás.
Como conclusión, la adquisición y el desarrollo del lenguaje, discurre a lo largo de una serie de etapas
que tienen un orden constante, pero un ritmo de progresión variable
Existen dos perspectivas diferentes para evaluar el lenguaje. Una es la perspectiva evolutivo-
educativa, que es más bien preventiva; y la perspectiva neuro-psicológica que va orientada hacia la
intervención a posteriori.
Lo recomendable es hacer una intervención diagnóstica de la evolución del lenguaje del niño a nivel
escolar para, desde este diagnóstico, poder intervenir a nivel individual. Hoy en día se hace hincapié
en la evaluación de los procesos implicados en el lenguaje como son la percepción, la comprensión y
la producción.
Durante los dos primeros años de vida, la atención se debe centrar en la recepción visual y auditiva,
en la expresión oral y vocal, así como en el desarrollo postural (mirar hacia un estímulo, etc.)
Entre los dos y los cinco años, es importante evaluar el desarrollo psico-motor y, en general, el
desarrollo intelectual.
Entre los seis y los doce años ya hay que adentrarse más en los procesos cognoscitivos, en la
evaluación de la atención, percepción, memoria…así como en las relaciones sociales.
Procesos de evaluación:
En cuanto a la prevención de dificultades para el desarrollo del lenguaje, las pautas escolares y
familiares son muy similares. Cuando el niño esta iniciando el lenguaje, es importante hablarle,
escucharle siempre y dejar que se exprese sin agobios, aunque a veces sea difícil (no pretender que
resuma), contestar siempre a sus preguntas aunque nos parezcan absurdas y procurar rodearle de una
actitud estimulante para el lenguaje. Concretamente, en la escuela, observar si el niño presenta miedo
a hablar. Evitar los bloqueos y tartamudeos a la hora de expresarse. En cualquier caso, en general, en
este momento el desarrollo del pensamiento avanza más rápido que el lenguaje y el niño no dispone
de herramientas suficientes para expresarse.