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Manuel Sayrach y Carreras (1886)

Notable arquitecto pero con una escasa producción. La “casa Sayrach”, residencia familiar
construida entre 1917 y 1918, i la “casa Montserrat”, de 1926, son los dos únicos edificios
proyectados en la ciudad de Barcelona.

Este hecho se debe a que no se veía capaz de aceptar cualquier otro proyecto en el que no le
dejen completa libertad de creación. Además de arquitecto también era escritor, filosofo,
político i escultor.

Nace en Sants el 10 de enero de 1886. Su padre, Miquel Sayrach i Carabassa, fue el


creador del primer Instituto de Aseguradoras Medicas de la península, en 1899.

Esto proporciona a Manuel Sayrach la independencia suficiente como para dedicarse


plenamente a su vocación artístico-literaria. Por el lado literario destaca su obra de piezas
teatrales, de las cuales escribe siete.

Por lo que hace referencia a la arquitectura, en el año 1909, aun siendo estudiante, redacta el
manuscrito "L'arquitectura nova" con el subtítulo de "estil cataláunich".

Ese mismo año proyecta los jardines i la reforma de algunos elementos de la fachada i de
los interiores de la casa familiar de Sant Feliu de Llobregat.

Para cualquier tipo de proyecto, se preparaba e investigaba ampliamente. Tenía un gran afán
de conocer y aprender. Hay grandes reflexiones que preceden sus obras tanto literarias
como arquitectónicas.

En estas obras que hemos mencionado, observamos una innegable gran admiración hacia
Antoni Gaudí.

"L'arquitectura nova" defensa la naturaleza como único punto de mira válido para el arquitecto.

El objetivo que se debe conseguir es la estabilidad de las formas, i este principio se


encuentra en las formas naturales, como el complicado equilibrio de una flor.

En su "Croquis d'arquitectura" encontramos miles de pequeños dibujos que muestran de


manera ejemplar las idees expresadas en el texto teórico.

Fantasiosas formas que prácticamente son arquitecturas imposibles.

La reforma y los jardines de la Torre Nova de Sant Feliu de Llobregat es la obra destacada
de este periodo inicial del arquitecto.

Desafortunadamente dicha obra es derrocada en 1960, y hoy tan solo conservamos una
insuficiente documentación gráfica i el recuerdo de sus hijos.
Lo más interesante de dicho proyecto era el llamado "mur de la Creació", que formaba parte
del programa urbanístico del jardín.

Se trataba de una alegoría plástica de los siete días de la creación bíblica. Un tipo de muro
de contención de unos 15 metros de largo que separaba la casa del extenso jardín.

Hecho de un mosaico de cerámica i materiales que reutiliza como vidrios de colores o


espejos, que se adaptaban a los desniveles naturales del terreno.

La luz, elemento paradigmático en su obra, tanto la arquitectónica como la literario-filosófica,


aparece por primera vez en el "mur de la Creació".

Manuel Sayrach obtiene el título de arquitecto en 1917 y en ese mismo año inicia la
construcción de su obra más conocida, la “casa Sayrach”.

No se trata de una obra primeriza si no plenamente madura. Sus primeros proyectos le aportan
una indudable madurez.

La “casa Sayrach” es un ejemplo perfecto de la voluntad de los arquitectos modernistas de que


el objeto arquitectónico sea un diseño total.

No deja nada al azar. Diseña todos los elementos, funcionales i decorativos, i exige
materiales de primera calidad: piedra del Montjuïc, marmol i estuco al fuego.

Gracias a esto, su estado de conservación es perfecto.

La disposición general de la planta i la composición de la fachada demuestran una gran


habilidad.

Aprovecha la esquina para marcar el eje principal que culmina en un curioso pequeño
templo.

En el análisis detallado de los elementos i ritmos que componen la fachada, nos damos
cuenta de una característica del Sayrach: la no utilización de una simetría perfecta.

Aun así consigue ritmos claramente harmónicos. El veía en la simetría el equivalente a la


monotonía i a la muerte i la contraponía a la tendencia viva que buscaba un equilibrio
desequilibrado, como un retrato de tres cuartos.

El coronamiento del edificio, un tipo de oleaje de formas continuas i fluidas, recuerda a la


“casa Milà” (1906-1910), pero en este caso la inspiración no viene de las montañas y rocas
erosionadas si no del mar, de formas suaves i redondeadas.

Esta posible fuente de inspiración se confirma plenamente en la ornamentación interior. El


vestíbulo, que recuerda por la distribución de las 20 columnas, a la planta de una iglesia
de tres naves, está presidido por una gran concha de estuco en el techo.
Las paredes están recubiertas de mármol en la parte baja y con estuco de ligero
modelado. Es fácil adivinar la presencia de medusas, algas i las suaves líneas que dejan las
olas sobre la arena húmeda en la playa.

Esta inspiración marina es más clara aún en los estucos de la “casa Montserrat”, donde los
pulpos i las estrellas de mar son identificables.

Otra de las características de la obra de Sayrach es el uso del color. Aunque no lo llega a
desarrollar completamente, lo intenta con el blanco del mármol, el gris de la piedra i el amarillo
del estuco.

En verdad, no tenía la intención de hacer la casa vecina, pero dado que el solar estaba en
venta lo compró. En 1926 estaba plenamente dedicado a su obra literaria. Dos años antes
había hecho un viaje a Egipto, Grecia y Tierra Santa para ambientarse y conocer a fondo el
escenario del protagonista del drama que escribía, Ramsés, en "Mort de la Mort".

La “casa Montserrat” se mantiene en la línea de la anterior. No solo se limita a diseñar el


ascensor sino que incluso piensa dos taburetes para hacer más cómoda la espera. Hoy en día
ya vemos a este edificio con algunas modificaciones. Las barandillas de los balcones que
eran de piedra artificial y estaban muy deterioradas fueron tapiadas.

También se ha perdido el coronamiento superior, que era una barandilla hecha de estrellas
de rayos sobresalientes. Fue construida en homenaje a su esposa, Montserrat Fatjó dels
Xiprers, con quien se casa en ese mismo año. En los estucos interiores podemos ver dos M
entrelazadas, Manuel y Montserrat. El arquitecto integraba constantemente la vida privada
en su creación.

Pero la obra que mejor explica su insólito mundo personal donde se integraba el arte i la
vida es en el proyecto del panteón familiar para el cementerio Nuevo de Barcelona. Una
representación plástica de su "filosofía de la luz". El panteón no se llega a construir según
el proyecto original.

Sayrach establece interminables listas que configuraban un insólito y universo personal que
iba creciendo progresivamente con la integración de todas las artes que practicaba el artista.

Después de la muerte de su esposa, en 1932, se cierra aún más en sí mismo y vive incluso
más intensamente la creación de su propio universo, hasta su muerte el 22 de enero de
1937 en Sant Feliu de Llobregat.

Nunca se integra en ninguno de los grupos intelectuales de su época, opta por seguir su
concepción personal del mundo y de la creación.

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