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Otro de los aspectos básicos que no debemos olvidar es que no solamente se trata de una
actividad física, sino que cuenta con un importante desarrollo y uso de la capacidad
cognitiva del ser humano. Para interpretar un mapa, para calcular distancias en un lugar
no frecuente, para elegir el itinerario más largo o el más corto y luego descartar uno u
otro, etc., hace falta poner en práctica muchos conocimientos, experiencias vividas,
procesos cognitivos…. Por lo tanto, a los hachos de conocer/se, disfrutar/se y
respetar/se el/en el Medio Natural añadiremos que tanto física como cognitivamente.
Igualmente debemos tener en cuanta que cuando nos centramos en la Orientación como
deporte, además del componente espacial, se incorpora también el componente
temporal. No solamente jugamos a orientarnos con exactitud en el terreno, sino que
además, hay que hacerlo en el menor tiempo posible.
Como en cualquier práctica deportiva, reglada y normalizada, se precisa de una serie de
elementos que favorecen la perfecta realización de dicha práctica. Estos elementos son,
entre otros: los materiales que voy a usar, las competiciones y sus rutinas, las técnicas
que me van a facilitar una correcta ejecución…
A continuación, pasamos a introducir y describir brevemente cuales son los materiales
necesarios para llevar a cabo una práctica de Orientación:
Material
Por suerte –a mi juicio- el material que se usa en el deporte de la Orientación es bastante
básico. Aunque no falto de controversia, pues el elemento imprescindible y para nada
sustituible, es el propio medio donde se practica la Orientación. Algo tan básico y tan
importante y complejo a a la vez. Con esto y su representación gráfica (el mapa) ya está
todo resuelto. Lo demás son sencillos elementos que ayudan a dar precisión al acto de
orientarse, comodidad a la hora de desenvolverse en el medio natural y facilidades a la
compleja organización de una prueba.
Mapa o plano: es el elemento principal e imprescindible que usamos en el Deporte de
la Orientación. Es una representación gráfica del terreno en el que nos encontramos y lo
que tenemos la realidad y en el dibujo y relacionarlo. Gracias a este trabajo cognitivo de
interpretar símbolos y pasarlo a la realidad y viceversa, podremos saber donde estamos,
que es lo que hay en el terreno y hacia donde nos vamos a dirigir y por qué. En el mapa
nos encontramos una serie de elementos o partes, las más importantes…
La Leyenda: es un elemento aclaratorio de la simbología que aparece en el
mapa, un resumen y una descripción de los colores y los diversos dibujos y
símbolos que nos encontramos en él.
Es un gran apoyo para interpretar con éxito un mapa o un plano. La Curva de
nivel es uno de los símbolos que aparecen en la Leyenda y representa la línea
imaginaria que corta horizontalmente a todos los puntos del terreno que tienen la
misma cota o altura. Este será el elemento que nos describa el relieve, la tercera
dimensión de los mapas. Normalmente nos encontraremos un dato referente a la
distancia entre las curvas de nivel. Este dato es la Equidistancia. Ella nos dice
cada cuanto se encuentran dichas curvas de nivel (cada 5 o cada 2,5 metros en
los mapas que nos conciernen). Esta distancia siempre se mantiene constante.
Así, cuando las curvas de nivel aparezcan muy separadas unas de otras o, por el
contrario, nos las encontremos muy juntas, sigue significando que entre ellas
existen 5m. de separación. Lo que sucede es que en el primer caso la pendiente
es más suave que en el segundo.
La Escala: que en los mapas de Orientación suele ser de 1:15.000, 1:10.000 e
incluso mayores (1:5.000), es la proporción que existe entre el dibujo y la
realidad. Por lo tanto, para calcular distancias usaremos estas relaciones
numéricas. (1 cm. en el plano son 15.000 cm. en la realidad, entonces 5 cm. del
plano son 75.000 cm. en la realidad, o sea, 750 m.) En los planos de Orientación,
estas escalas nos llevan a la conclusión de que la superficie del terreno
cartografiado no es excesiva, posibilitándonos contar con un mayor número de
elementos representados. Son mapas con mucho detalle. En estos mapas
aparecen dos tipos de escalas, una numérica y otra gráfica, esta segunda es como
una especie de regla y de este modo es más visual.
¿Cómo se usa?
Los elementos que vamos a presentar a continuación nos sirven para conseguir una
situación de Orientación muy reglada y normalizada, como puede ser el caso de una
competición de Orientación Deportiva, como de hecho van a ser los “5 días de España.”
Pinza: acompañando a cada baliza nos encontramos también una pinza claveteada que
nos permite hacer una marca en la tarjeta de control, para demostrar que hemos pasado
por ese punto. Esta pinza, modelo ya tradicional, la encontramos sobre una tablilla que
tiene que tener impreso un número de control, que nos ayude a cerciorarnos que nos
encontramos en el elemento que buscamos. Actualmente, además de usar este sistema
de control, se utiliza también un sistema electrónico. De manera que sobre la tablilla
también encontraremos una estación electrónica en la que se introduce el chip que lleva
cada corredor. Dicha estación lo que hace es transferir –en un tiempo ínfimo- unos datos
al chip, para que al descargar este, una vez hayamos llegado a meta, obtengamos
nuestros tiempos parciales entre controles y el tiempo total del recorrido. Además,
aparece si se ha “picado” alguna baliza por error.
Diversas protecciones: o Para lo ojos, una especie de gafas o Para las piernas,
unas espinilleras o Tobilleras o calzado con caña alta para proteger los tobillos.
(Por cierto, el esguince de tobillo el la lesión por excelencia del orientador/a)
Técnicas
¿Qué hago para orientarme bien?
Como en cualquier otra actividad deportiva, las técnicas van a ser los recursos que nos
faciliten alcanzar el fin de esa actividad, en el caso de la orientación: llegar a la
siguiente baliza lo antes y lo mejor posible.
Estas técnicas, una vez estén asimiladas y automatizadas, tenderán a ahorrarnos energía
y tiempo, pero en un principio pueden suponer todo lo contrario, puesto que
seguramente pongamos más esfuerzo en intentar acordarnos de ellas que en ponerlas en
práctica.
Podemos realizar dos formas de orientarnos en función de la concentración y dedicación
que queramos dar al hecho de estar orientados, sin que tenga qué estar
proporcionalmente relacionado con la eficacia, y así diferenciaremos:
Orientación Somera: para desplazarnos rápidamente, identificando referencias
grandes y muy claras.
Orientación Precisa: el desplazamiento es lento, pues vamos identificando
todos los accidentes que nos encontramos, y es conveniente usar tanto el mapa
como la brújula para tener una mayor exactitud.
En ambos casos nos referimos tanto a la orientación que se realiza con la brújula o a la
que efectuamos mediante la lectura e interpretación del mapa.
El aspecto técnico más básico para orientarnos con un mapa–que va a ser nuestro
principal material- y sea cual sea el medio en el que nos encontremos, es que se
encuentre orientado. Para lograr esto disponemos de dos mecanismos muy sencillos:
- Orientar el Mapa comparándolo con la Realidad: esto es posicionarlo relacionando
los objetos reales con los símbolos que en el mapa representan esos objetos.
- Orientar el Mapa con la Brújula: que no es ni más ni menos que colocar el mapa
con el Norte de este indicando hacia donde la Brújula nos señala el Norte Magnético.
(Imagen 2)
Una vez Orientado el mapa, podemos continuar con algunos aspectos que nos facilitarán
mucho estar centrados y nos solucionarán problemas sobre cómo llevar el mapa y saber
dónde estamos de una forma tan sencilla y tan básica como:
- Doblar el Mapa (Imagen 3): para centrar la atención solo en el espacio, más o menos
inmediato en el que nos encontramos, se aconseja realizar unos dobleces en el mapa de
forma que solo nos quede visible el tramo que vamos a recorrer, aproximadamente,
desde el control del que procedemos a los dos o tres siguientes. Estos dobleces han de
quedar paralelos a los bordes de la hoja donde el mapa está impreso para facilitarnos la
orientación Norte-Sur.
- Señalar con el Pulgar (Imagen 4): que consiste en indicar en el mapa, con el dedo
pulgar, el lugar en el que nos encontramos para que siempre que dirijamos nuestra
mirada al plano sepamos con exactitud ubicarnos en él.
Para calcular distancias y ayudarnos a conocer nuestra ubicación podemos usar:
- Talonamiento y Medición de Distancias (Imagen 5): Consiste en conocer los dobles
pasos (cada vez que apoyamos uno de nuestros pies) que damos en 100 metros, para,
con esta referencia, ir calculando, siempre muy aproximadamente, la distancia que
hemos recorrido. Recordaremos aquí que nuestra zancada no será igual por un terreno
regular que por otro que no lo sea, o bajando, llaneando o subiendo.
- Memorización del mapa y del terreno (Imagen 7): para no tener que estar
constantemente mirando el mapa, lo mejor es “aprenderse” algunos puntos o detalles
importantes y/o característicos que nos podamos encontrar por la ruta que hemos
decidido realizar, para que a la vez, nos sirvan como pequeños objetivos a cumplir antes
del gran objetivo que sería encontrar la baliza. Simplificamos la lectura y atendemos
solo a lo importante. Como ejemplo, en el dibujo de la izquierda, entre (1) y (2),
memorizaremos que tenemos que atravesar tres vaguadas de terrenos despejado.
- Mantener Cota (Imágen 7 ): esta técnica incide en el hecho de mantener, en la medida
de lo posible, la misma altura mientras nos desplazamos. Si tenemos que cruzar una
vaguada o una cresta, seguramente nos compense recorrer más terreno, pero sin bajar ni
subir, que tener que salvar fuertes desniveles –Ejemplos de los puntos (1) al (2)-.
Estaremos corriendo entonces por la curva de nivel. Es una técnica un poco complicada
de seguir fielmente, pues siempre tenderemos a caernos ladera abajo, además la curva
de nivel no deja de ser un elemento abstracto. Ejemplo, el recorrido más al Sur entre los
puntos (3) y (4).
- Aproximación en el Sentido Correcto: que efectuaremos para obtener una mejor
visibilidad de los detalles y referencias situadas alrededor del control. Las siguientes
técnicas las podemos agrupar en torno a “asegurar el Punto de Ataque” antes que el
control en sí. ¿Que queremos decir con esto de “asegurar el Punto de Ataque”? Pues no
es ni más ni menos que llegar a una referencia más clara y previa al control. (Imagen 9)
- Aumento del Control (Imagen 10): esta técnica lo que pretende es que el corredor
generalice el elemento donde se ubica el control y busque un conjunto de detalles
similares al objeto donde se halla la baliza -punto (6)-, ampliando con ello su referencia.
- Alargamiento del Control (Imagen 10): cuando el control esté situado en algún
Elemento Lineal o próximo a él, se aconseja no intentar “clavar la baliza” (encontrarla a
la primera), sino desviarnos conscientemente hacia la derecha o izquierda hasta que te
des con dicho elemento y que este te sirva para detenerte y abordarla desde ahí. Punto
(7) Para atacar el control:
- Control en ladera (Imagen 11): Cuando la baliza se encuentre colocada en una ladera,
lo más favorable es entrarla desde arriba, pues el ángulo visual desde aquí es mayor, y
esto nos favorecerá verla antes.
Otra técnica importante, sobre todo para saber si nos pasamos el control es:
- Línea de Parada: suele tratarse de Elementos Lineales o referencias muy claras que
se encuentran más allá del control, en el sentido en el que nos desplazamos, significando
esto que cuando nos encontremos con dicho elemento nos hemos pasado de la zona
donde se halla la baliza. En este ejemplo es el camino de las X. En definitiva, muchas de
todas estas técnicas las podemos agrupar en una más general denominada “técnica del
semáforo”, en la que se asocian la orientación somera o precisa con mayor o menor
velocidad de desplazamiento respectivamente y se combinan con la proximidad y
dificultad técnica de la baliza.
- Semáforo: esta técnica es una metáfora de los semáforos que regulan el tráfico,
y así compararemos el color verde con una Orientación Somera, donde la carrera
es cómoda y rápida, usándose generalmente al principio de la ruta,
desplazándonos y tomando como referencias los pasillos y grandes detalles. El
color amarillo/naranja nos indica precaución y una carrera más lenta, atendiendo
más a la lectura del mapa y suele producirse cuando hay cambios de planes, por
ejemplo cuando se abandona un pasillo. Y el rojo nos hace desplazarnos
andando y prestar la mayor atención posible a la lectura del mapa, se da cuando
estamos buscando la baliza, normalmente desde el punto de ataque hasta el lugar
donde se encuentra el control y precisa que nos fijemos en todos los detalles. En
cualquiera de los colores o momentos podemos apoyarnos en la brújula, de
forma más somera al principio y según nos vamos acercando a la baliza con
mayor detenimiento.
ELEMENTOS ROCOSOS
HOYO, CUEVA
ELEMENTOS CONSTRUIDOS
AUTOVIA
AUTOVIA EN CONSTRUCCION
CARRETERA GENERAL
CARRETERA SECUNDARIA
CAMINO PEQUEÑO
SENDA GRANDE
SENDA PEQUEÑA
VIA FERREA
LINEA ELECTRICA
VALLA INFRANQUEABLE
ZONA DE PASO
CAMPO DE TIRO
TUBERIA FRANQUEABLE
TUBERIA INFRANQUEABLE
EDIFICACION
RUINAS
TUMBA
COMEDERO, PESEBRE
MOJON, LINDE
TORRE PEQUEÑA
TORRE ALTA
TERRENO PAVIMENTADO
ELEMENTOS DE VEGETACIÓN
TERRENO ABIERTO
VIÑEDOS
ELEMENTOS HIDROGRÁFICOS
CHARCA, ESTANQUE
ARROYO FRANQUEABLE
PANTANO FRANQUEABLE
CURVA DE NIVEL
LÍNEA EN PENDIENTE
CURVA MAESTRA
COTA DE LA CURVA
MURO DE TIERRA
DEPRESIÓN
COTAS, MONTÍCULOS
TERRENO ACCIDENTADO
ELEMENTOS DE COMPETICIÓN
TRIANGULO DE SALIDA
RECORRIDO BALIZADO
META
PASO OBLIGATORIO
ZONA PROHIBIDA
ZONA PELIGROSA
PROHIBIDO EL PASO