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Algunos de los métodos que los miembros de A.A. han utilizado para no
beber.
Contenido
Aun las palabras "mantenerse sobrio", y con mayor razón “vivir sobrio",
ofendieron a muchos de nosotros cuando se nos dio por primera vez ese
consejo. Si bien es cierto que habíamos bebido en exceso, muchos de
nosotros nunca nos sentimos borrachos, y estábamos seguros de que casi
nunca parecíamos borrachos. Muchos de nosotros nunca nos tambaleamos,
caímos o tuvimos la lengua pesada; muchos otros nunca desordenaron sus
vidas, nunca perdieron un día de trabajo, nunca tuvieron accidentes
automovilísticos y nunca llegaron a estar hospitalizados o encarcelados por
causa del licor.
Aquí tratamos solamente algunos de los métodos que hemos utilizado para
vivir sin beber. Cordialmente lo invitamos a ensayarlos, bien sea que usted
esté interesado o no en Alcohólicos Anónimos.
(Por ejemplo, en lugar de beber esa próxima copa, la que tiene en su mano o
la que está programando, ¿podría usted posponerla hasta cuando lea el final
de la página veinte? Dé unos sorbos de gaseosa o jugo de frutas, en lugar de
la bebida alcohólica, mientras lee este libro. Un poco después le
explicaremos con mayor detalle lo que se encuentra detrás de este cambio
de hábitos).
Creemos que usted hallará muchas o casi todas las sugerencias que
presentamos aquí muy valiosas para vivir sobrio, cómoda y fácilmente. No
existe significado especial en el orden en que las presentamos. Usted las
puede reagrupar en la forma que mejor le parezca. Tampoco es un listado
completo de nuestros métodos. Prácticamente cada uno de los miembros de
A.A. que usted encuentre puede suministrarle por lo menos una buena idea
adicional que tal vez no hemos mencionado. Y usted mismo probablemente
encontrará nuevas ideas que a usted le funcionen. Esperamos que las
transmita a otras personas para que ellas a su vez puedan aprovecharlas.
A. Mantenga una mente abierta. Tal vez algunas de las sugerencias que
ofrecemos no sean de su agrado. Si tal es el caso, hemos visto que, en
lugar de rechazarlas para siempre, es una idea mejor hacerlas a un lado
por algún tiempo. Si no cerramos totalmente nuestras mentes a ellas,
siempre podremos volver posteriormente a ensayar ideas que antes no
nos gustaban, en caso de considerarlo conveniente.
Por ejemplo, muchos de nosotros vimos que, en nuestros días iniciales
de abstención, las sugerencias y camaraderías ofrecidas por un padrino
de A.A. nos ayudaron enormemente a permanecer sobrios. Otros de
nosotros esperamos hasta haber visitado muchos grupos y conocido
muchos miembros de A.A. antes de resolvernos finalmente a pedirle
ayuda a un padrino.
Algunos de nosotros vimos en la oración una ayuda poderosa para no
beber, al tiempo que otros evitaron totalmente las cosas que tenían
algo que ver con la religión. Pero todos nosotros tenemos la libertad
de cambiar nuestra actitud acerca de estas ideas posteriormente si así
lo preferimos.
Muchos de nosotros encontramos que mientras más pronto
empezáramos a trabajar en los Doce Pasos ofrecidos como programa
de recuperación en el libro "Alcohólicos Anónimos", era mucho mejor.
Otros en cambio sintieron la necesidad de posponer este trabajo hasta
lograr adquirir alguna sobriedad.
El punto importante es que no existe ninguna forma "correcta" o
"equivocada" de hacer las cosas en A.A. Cada uno de nosotros utiliza lo
que es más adecuado para su caso, sin cerrar la puerta a las otras
formas de ayuda que podamos encontrar valiosas en una oportunidad
diferente. Y cada uno de nosotros trata de respetar los derechos de los
demás para hacer las cosas en forma diferente. En ocasiones, un
miembro de A.A. hablará en forma de tomar las diversas partes del
programa en un estilo selectivo, es decir, recibiendo aquello que nos
gusta y dejando a un lado lo que no nos satisface. Es probable que
otros encuentren más útiles aquellas partes que hemos considerado
indeseables, o puede suceder que el mismo miembro vuelva
posteriormente a trabajar en alguna de las ideas que antes había
rechazado de A.A. a compartir sus experiencias.
Sin embargo, es prudente recordar la tentación de escoger únicamente
los postres o las ensaladas o los platos que nos son particularmente
apetitosos. Por ello es conveniente recordar también la necesidad de
mantener bien balanceada nuestra dieta nutricional.
Es nuestro proceso de recuperación del alcoholismo, vimos que
necesitábamos una dieta balanceada de ideas, aun en el caso de que
algunas de ellas no nos gustaran o en principio no nos parecieran tan
agradables como otras. Al igual que la buena comida, las buenas ideas
no nos hicieron bien hasta cuando hicimos un uso inteligente de ellas.
Esto nos conduce a nuestra segunda precaución.
B. Use su sentido. Tenemos que hacer uso de una inteligencia normal y
corriente para aplicar las sugerencias que siguen.
Así como cualquiera otra clase de ideas, las sugerencias de este libro
pueden ser mal utilizadas. Por ejemplo, veamos la noción de comer
dulces. Obviamente, los alcohólicos que sufren de diabetes, obesidad o
problemas de azúcar en la sangre deberán encontrar substitutos que
no pongan en peligro su salud, pero sin embargo podrán beneficiarse
de la idea de comer dulces al recuperarse del alcoholismo. (Muchos
expertos en nutrición aconsejan como práctica general el comer
pasabocas ricos en proteínas en lugar de dulces). Así mismo, no es
buena idea el exagerar este remedio. Debemos comer alimentos
balanceados adicionalmente a los dulces.
Pero todas esas artimañas se nos fueron haciendo más y más difíciles.
Ocasionalmente, llegábamos a interrumpir totalmente el consumo
alcohólico, y durábamos algunos días sin beber en absoluto.
Tantas y tan repetidas experiencias nos han forzado a llegar a esta conclusión
de lógica indisputable: Si no ingerimos el primer trago, nunca podremos
emborracharnos. Por consiguiente, en lugar de planear no volver a beber
nunca, o tratar de limitar el número de tragos o la cantidad de alcohol,
hemos aprendido a concentrarnos en evitar únicamente una copa: la
primera.
Suena como algo demasiado simplista y trivial, ¿verdad?. Es ahora muy difícil
para muchos de nosotros, entender que nunca nos dimos cuenta de esta
verdad tan simple antes de ingresar a A.A. (Por supuesto, si hemos de ser
francos, nosotros nunca quisimos realmente dejar el alcohol por completo, y
sólo vinimos a hacerlo cuando aprendimos acerca del alcoholismo). Pero el
punto principal es este: Ahora sabemos muy bien qué es lo que realmente
funciona.