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LOS BRUJOS DE ILAMATEPEQUE

AMAYA AMADOR RAMON

SAN PEDRO SULA, CORTES, 30 DE ABRIL


DEL 2018
INTRODUCCION

A continuación, vemos como el Escritor Ramon Amaya Amador nos narra la historia –
absolutamente verídica– de dos de los muchos humildes campesinos que participaron en las
batallas lideradas por Francisco Morazán en busca de la unidad de los pueblos
centroamericanos. Y que al regresar a su municipio de origen quisieron contribuir con el
progreso de su pueblo, en particular de la juventud.

Ese deseo de superación fue el motivo por el cual la “reacción inquisitorial”, encabezada por
el cura, el alcalde y los notables del pueblo, los acusó –aprovechándose de la ignorancia y la
superstición popular– de herejes, de tener pacto con el diablo, y de haber echado una
maldición de enfermedades y muerte contra los pueblos. Motivos suficientes para fusilarlos.
DESARROLLO
Los hermanos Cano después de 10 años de ausencia regresan a Santa Barbara tras la muerte
de Francisco Morazán cuando se ha desatado una cruel represión contra los Morazanistas.

Al llegar a su antigua choza, la encuentran abandonada y cerrada, y van donde su primo Pedro
Cano, que vive cerca y le preguntan porque esta cerrada su casa y las cosas todas destruidas
y el dice que sus padres hace 4 años murieron y los vecinos están recelosos porque ha corrido
la fama que han sido seguidores de Morazán, las autoridades locales tildaron a los hermano
de impíos morazanistas, Pedro se atrevió a mencionarles el tema y ellos aceptaron haber sido
soldados de Morazán, varios lugareños se reunieron en la casa de Pedro a conversar con los
Canos y otros curiosos a ver si tenia la marca 666, porque ya se había iniciado una campaña
de desprestigio contra todo seguidor de Morazán, se les catalogaba de brujos y entrevisto
mientras conversaban animadamente quedaban admirados de los gestos como gente de los
hermanos Canos hablaban como gente instruida, los vecinos del lugar los pusieron al tanto
de los acontecimientos ocurridos, tales como la muerte de por maleficio matea cacho, la nana
“güegüecho”.

El azoro que lego a la muerte acato de chevo verdugo de los azoros y espantos de todas las
noches.

Un día decidieron ir al cabildo consistorial a donde plantearon posibles reformas y sugirieron


la fundación de una escuela acto que no fue bien visto por los jefes del pueblo Gervasio
Lázaro, quienes respondieron con disgusto a las sugerencias, ya que conocían sus ideas
revolucionarias y democráticas.

La superposición y la ignorancia de las autoridades, origino que los Cano fueran condenados
a morir por el simple hecho de haber seguido los ideales de Morazán en el intento de
transformar las Instituciones sostenidas por la Aristocracia y los sectores mas testarudos de
la Iglesia.

Desde ese momento, los entrañables hermanos Cano, fueron catalogados como “brujos” y
fueron acusados de perturbar el orden conservador, al ejercer la magia entre el pueblo y hacer
pacto con el demonio, injuriando que tenían la capacidad de convertirse en animales, para
abusar de los pobladores, así como de introducirles tortugas a sus enemigos para matarlos.
Como era de esperarse, la acusación termino en juicio, en la que la única manera de pagar el
supuesto acto delictivo era en el salón de fusilamiento frente en alto por la misma manera
que asesinaron a Francisco Morazán.

Los hermanos canos se reían y expresaban sus deseos que se les presentaran esos hechos
porque son mas brujos que todos y para ellos no hay mas brujos que ellos.

Un día Cipriano Cano hizo un juego preste y distracción, donde hizo desaparecer su pañuelo
de las manos donde reapareció en el vestido de Eulalia, ese día brujería exclamaron los
pobladores traumados, son brujos decían otros. Después Doroteo Cano hizo aparecer y
desaparecer una moneda de una mano a la otra, los hermanos canos quedaron rodeados de
una admiración horrorosa, aunque unos pobladores mas listos explicaban como habían
hecho.

Al día siguiente realizaron un recorrido por la calle principal, la plaza, el cabildo, encontraron
a varios conocidos, entre ellos el alcalde Gervasio Lázaro, quien les recomendó que
anduvieran derechos porque ha retornado el orden, el respeto y la honradez, después de la
muerte del tirano Francisco Morazán.

Siguieron su camino los hermanos Cano ya al regreso se encuentran a las muchachas que
vienen del rio, Cipriano Cano aprovecha para hablar con Eulalia a quien le ofreció ayuda
para llevarle el cántaro de agua, pero por la habladurías de la gente ella no se lo permite,
luego se encuentra con Rogelio Lázaro, el hijo del alcalde, quien pretende a Eulalia, quien
por cuestión de amores se convierte en enemigo acérrimo.

La costumbre de las comunidades indígenas era la colaboración y ayuda mutua, los Cano
hicieron ver a sus amigos que ellos deseaban reparar su casa.

Pocos ocurrieron a ayudarlos con la ayuda de María la esposa de Pedro, los Canos ofrecieron
una humilde cena en agradecimiento a quienes les colaboraron, los amigos les contaron que
algunos fueron amenazados por el alcalde quien les dijo que esa casa estaba excomulgada y
que los Canos eran criminales.

Los canos les explicaron que todos los hombres eran iguales con derechos a ser libres con un
trato respetuoso que como hermanos no tenían porque sembrar milpas ajenas sino que cada
quien tuviera lo suyo explicaron que se habían unido a Morazán, éramos hombres de bien y
queremos lo mejor para todos los Canos, les contaron sobre sus batallas defendiendo la
libertad de Centroamérica, de como los curas y lugartenientes les hacían la guerra para
quedarse con las tierras, el propósito de Morazán era acabar con la pobreza y el hambre, esos
relatos entusiasmaron a los hombres sencillos del pueblo, que desearon que volvieran los
morazanistas a luchar. Habían abierto un nuevo horizonte de confianza y amistad al
compartirles estas ideas. Doroteo y Cipriano Cano comenzaron a trabajar como sombrereros
haciendo lazos y matates hasta como ayudantes de Juan el Herrero con quien el cariño iba en
aumento. En la noche conversaban sobre la suerte de haber sobrevivido a la persecución y de
cómo habían llegado hasta este momento con la zozobra que los mataran y aunque en
Ilamatepeque no estaban seguros, estaban dispuestos a llevar esa vida de sacrificio para
agrupar las fuerzas dispersas del unionismo, se sometían a las injusticias con tal de mantener
la amistad de las personas honradas del pueblo pese al repudio del alcalde y el cura.

Cándida la mama de Eulalia, estaba sumamente alarmada de que su hija estuviera enamorada
de Cipriano y difundió la noticia de que los Canos le habían hecho brujería en una ocasión,
hecho a los hermanos cano de su casa ordenándoles que no volvieran a su casa al enterarse
Eulalia de esta injusticia se le opuso por primera vez a su madre quien le propino una golpiza
enorme hasta que intervino Bartolo su Padre sin embargo, los enamorados siempre se
miraban a escondidas por lo que Cándida estaba muy molesta a tal grado que llego a
disculparse con Rogelio Lázaro el otro joven que pretendía a su hija que le aseguro que un
día iban a caer en la alcaldía. Buscaban la manera de terminar con ellos pero debido a su
buena conducta no podían hacerles daño, pero sin embargo encontraron una circular emitida
por Manuel Quijano, quien era un alto funcionario del gobierno quien manifestaba la orden
de perseguir, capturar, destruir a los seguidores de Cabañas y el tirano Morazán y aunque el
documento no tenia validez era de tres años antes entonces se pusieron de acuerdo para
aplicárselo a los Canos, con la ayuda del cura, los canos interesados en que sus amigos
aprendieran a leer y escribir y se ofrecieron para enseñarles en su casa cuando el grupo se
miro dispuesto empezaron de inmediato, pero Serafín uno de los alumnos padecía de
calentura que solían darle a la misma hora de clases, Doroteo Cano le tomo el pulso y estaba
muy acelerado y la temperatura bastante alta, le dio medicinas naturales que mantenía en
unos jarros de Barro, entonces Lucas otros de los estudiantes recordó que Doroteo había
curado a Pedro de una toz de perro, y el mal de Ojo de un niño, de Marisela, en ese entonces
se ofreció a curar las quemadas de Juan el Herrero y al sacarle el agua de la sangre a Martha
Sánchez, en son de bromas les dijo que con el no hay enfermedad que valga, estas palabras
les trajo la enemistad de El Anteportan el escribano y Simón el Tuerto, por celos en ese oficio
ya que ellos eran curanderos y estaban perdiendo los clientes, las actividades de enseñanza
se hicieron tan frecuentes que terminaron dándole el nombre del colegio a la Choza de los
Canos, una Noche llego Juan el Herrero con dos sobrinos que venían de la comunidad de
Chinda Santa Barbara, quienes también querían aprender a leer y escribir y eran como ellos
morazanistas, venían tres veces a la semana traían a sus amigos honrados y de su mismo
parecer les contaron que en Chinda y Gualala Santa Barbara habían muchos simpatizantes
que se estaban organizando para ayudar al General Cabañas con las ideas Unionistas y surgió
la idea en los Canos de organizar a los jóvenes de Ilamatepeque para que estuvieran
preparados para cuando llegara ese momento.

Los celos de Rogelio Lázaro por el amor no correspondido de Eulalia lo llevaron a contratar
por unas botellas de guaro a unos jugadores de la taba, jugadores vigiaron a los Canos y
cuando venían cerca les cayeron a golpes, pero los dos hermanos los enfrentaron con valentía,
les quitaron los garrotes ya desarmándolos esos malvados salieron huyendo.

En la temporada de Semana Santa, el alcalde Gervasio Lázaro encabezo una comisión de la


municipalidad para pedir colaboración para realizar la misa de organizaciones n vista de que
los pobladores eran pobres los que no tenían efectivo, conseguían prestado, algunos daban
una gallina, sombreros, petates, frutas, verduras en fin, lo que tenían a mano pero nadie quería
quedarse sin colaborar. Para rogar por las lluvias debido a las supersticiones que creían que
serian castigados por la providencia, sino ayudaban. Cuando llegar a pedir ayuda a los Canos,
Cipriano se niega a darles y ellos se van maldiciendo e insultando a los Canos.

Cayo en aquel lugar un azote de sequía por lo cual las autoridades municipales desesperadas
iniciaron a enviar correos para que el cura viniera a realizar rogaciones, para que los cultivos
no se fueran a perder por la escases de agua; para lo cual iniciaron a pedir a los vecinos
limosna para que el clero viniera en búsqueda de un milagro.

Acompañaban al alcalde, el tesorero, el síndico, el escribano, su hijo Rogelio el sacristán y


los alguaciles para realizar la colecta.
La gente del pueblo inicio de manera humilde a colaborar con lo poco que contaban, la
sorpresa de ellos que cuando visitan a los Cano estos de manera tajante les contestan que para
el cura no brindaran limosna, que para cualquier actividad de bien común si están dispuestos
a brindar apoyo, el alcalde los acusa de herejes y enemigos de la Iglesia.

La sequía continuo a pesar de las rogaciones del tata cura; habían celebrado una misa y
procesión con San Cristóbal, aun tanto los Canos que conocían muchas técnicas de riego
lograron llevar hasta sus cultivos agua del rio atreves de ductos improvisados pero que su ves
fueron efectivos.

Ante este tipo de destreza las autoridades de la comuna incitaron a la gente a decir que lo
hecho por los Cano no se trataba más de prácticas de espiritismo, brujería y hasta le
denominaron pacto con el diablo.

Después de los grandes festejos religiosos de la semana Santa, inicio de nuevo la persecución
en contra de los hermanos Cano, mientras Layita lloraba a solas el eterno amor hacia
Cipriano, ella solo hablaba con los Montoya, Tobías o Pedro los más allegados a Cipriano.
¿Lo han visto?, ¿me quiere todavía?, ¿No me ira a dejar sola?, eran sus preguntas contantes
hacia ellos.

El joven Montoya visito a los Cano en donde se encontraban escondidos, para darles la
noticia que el cura párroco ya dejaría el pueblo y que ellos una vez que eso pasara podrían
volver a su hogar, muy contentos de la noticia lo hermanos se disponían a volver sobre todo
Cipriano que deseaba volver a ver a su adorada Eulalia, seguido por sus impulsos convenció
a su hermano de regresar esa misma noche.

Regresaron con mucha cautela; esa noche fue mágica para Cipriano ya que por fin logro
consumar con su adorado tormento el Amor que ambos se tenían, después de largo tiempo
de estarlo esperando, mientras su hermano Doroteo lograba descansar en un feliz sueño en
su jacal después de tanta noche pasando frio y desdén en el refugio frio y tenue donde
estuvieron escondidos largo rato.

¿Qué paso?, ¿Qué despertar violento era ese?, ¿Acaso no se había dormido con su amada en
su pecho?, ¿Qué era esto una pesadilla? el cerebro de Cipriano no dejaba de realizar estas
interrogantes; se vio ensangrentado de su rostro y atado de sus pies y manos a su lado su
hermano se encontraba en las mismas circunstancias, estaban presos y seguro a punto de ser
juzgados por las autoridades municipales.

Afuera se escuchó un griterío ya debió ser de día, luego se escucharon golpes y cerrojos de
cadenas, atados y golpeados fueron introducidos a la celda otros hombres eran: Tobías
Cortes, Lucas y Serafín Montoya, veremos si estos brujos se van de aquí eran las palabras de
odio de los alguaciles.

Con la ausencia de Eulalia su madre Cándida y pensando en su supuesta locura había salido
a buscarla pero al no encontrarla no dudo en hacer el alboroto y reunió a toda la comuna para
buscarla nadie imagino que ustedes estaban en “El Colegio”, pero para sorpresa nuestra ya
los habían atrapado nos dimos cuenta porque la gente empezó a despertar al vecindario
diciendo atraparon los brujos , los atraparon cuando estaban chupando la sangre Eulalia
Duran comentaban los desafortunados compañeros a los Cano.

Después del medio día el alcalde Don Gervasio Lázaro mando a pregonar la sentencia contra
los brujos del Colegio, el escribano redacto con detalles la sentencia y el síndico fue
personalmente con los alguaciles para enterar al pueblo.

Sala consistorial del pueblo de Ilamatepeque a los cuatro días del mes de abril de mil
novecientos ochocientos cuarenta y tres, vistas las declaraciones tomadas para averiguar la
verdad de los hechos imputados a los individuos Cipriano y Doroteo Cano oriundos de este
pueblo a quienes el clamor de la comunidad acusa de brujos debido a que ejecutan sortilegios
con los cuales obtienen resultados fantásticos y diabólicos deslumbrando a todo el pueblo y
vecinos. Por tanto esta alcaldía oído el parecer del fiscal general, sus regidores, alguaciles de
corte y campo Sentencia a Cipriano y Doroteo Cano que sean fusilados en la plaza pública
cerca de la cruz del perdón fue a grandes rasgos la redacción de sentencia contra los hermanos
Cano quienes sin lugar a dudas fueron ejecutados tal como lo mencionaba la anterior
sentencia, y que queda en las páginas de la historia de nuestros pueblos como una realidad
de la ignorancia que vivieron en su momento los vecinos de aquella localidad y que aun por
el analfabetismo presente hoy día mueren muchos justos que llevan consigo la esperanza del
cambio radical en nuestro país en manos de aquellos que se valen del poder económico para
poder atemorizar y humillar el pueblo sediento de justicia.
CONCLUSIONES

En mi opinión Al escribir esta novela Ramon Amaya Amador consideró que sería de interés
para aquellos que tienen principios revolucionarios y democráticos” y la dedicó a “la juvent
ud de Honduras”. Esta nueva edición de Los Brujos de Ilamatepeque va dedicada para esa j
uventud que hoy exige un urgente cambio de rumbo en el país, luchando en las calles, coleg
ios; y universidades junto al pueblo en resistencia contra las retrógradas instituciones que no
s mal gobiernan.

Ramon Amaya Amador al escribir esta obra considero que sería de interés para aquellos que
sustentan principios revolucionarios y democráticos y la dedica a la juventud de Honduras.

Argumento: Trata de dos hombres que regresaron a su pueblo natal después de varios años
de ausencia, estaban sirviendo como soldados de guerra que le ayudan al general Francisco
Morazán.

Escenario: la obra se desarrolla en un pueblo llamado Ilamatepeque, junto al rio Ulúa


departamento de Santa Barbara.

Tiempo: Es un tiempo de crisis social en Honduras de mucha desigualdad.

Personajes principales: Cipriano y Doroteo.

Personajes Secundarios: Rogelio Lazaro, el alcalde, el tata.

Diseño circular: la Obra se desarrolla en Ilamatepeque y termina en ese mismo pueblo.

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