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HISTORIA SELECTIVIDAD

TEMAS 1-6
COMENTARIOS 13-24
TEMA 1. Crisis del Antiguo Régimen (1808-1814): las Cortes de Cádiz y la
Constitución de 1812.
1. El reinado de Carlos IV
Tras la muerte de Carlos III, accedió al trono su hijo Carlos IV. Durante su reinado tuvo lugar una crisis
económica, política y social y comenzaron a difundirse, gracias a la independencia de EEUU y a la Revolución
francesa, las ideas liberales revolucionarias que estaban triunfando en Estados Unidos y Francia. Todo ello
provocó la caída del Antiguo Régimen y el comienzo de la hora contemporánea.

El régimen liberal que se estaba imponiendo por la vía revolucionaria en Francia desde 1789 se apoyaba en
las ideas más radicales de los teóricos y pensadores políticos y económicos. El nuevo régimen defendía la
soberanía nacional en el pueblo, la división de poderes, los derechos del hombre y formación de un Estado
laico. Además, se promovía liberalismo económico. En consecuencia, la implantación del liberalismo supuso
la abolición del absolutismo, de la sociedad estamental, del régimen señorial y de los privilegios propios del
Antiguo Régimen.

Las ideas de la Revolución francesa fueron recibidas con agrado por los intelectuales y burgueses ilustrados,
pero con temor por parte de los grupos privilegiados. Carlos IV ordenó el cierre ideológico de las fronteras,
prohibiendo el paso de libros revolucionarios, autorizando a la Inquisición para actuar contra los
intelectuales y bloqueando la salida de estudiantes al extranjero. La radicalización revolucionaria en
Francia, que se plasmó con la instauración de la República y la muerte en la guillotina de su monarca, Luis
XVI, con el fin de acabar con la sociedad estamental, llevó a Carlos IV a ascender al poder a Manuel Godoy.

Ante la muerte de Luis XVI en 1793, Carlos IV no tuvo más remedio que declarar la guerra a la Francia
revolucionaria y aliarse con Gran Bretaña y Portugal. Francia y España firmaron, finalmente, la paz de
Basilea. A Francia y España les unía su oposición común a Gran Bretaña debido a que los ingleses poseían
una fuerte armada que cortaba las rutas marítimas con América. Godoy y Carlos IV favorecieron la alianza
franco-española que se concretó en el Tratado de San Ildefonso. La derrota marítima de la escuadra franco-
española en Trafalgar consolidó el hundimiento del potencial marítimo español. Napoleón estableció
entonces una política de bloqueo continental contra Gran Bretaña además de exigirle a Godoy su ayuda
para conquistar Portugal, aliada de los británicos. Este apoyo se concretó en el Tratado de Fontainebleau.

2. La guerra de la Independencia y la revolución liberal


El creciente descontento popular contra los ejércitos napoleónicos y las actuaciones de Godoy fueron
subiendo de tono. El malestar estaba fomentado por el clero y la alta aristocracia, que defendían el
alejamiento de la Francia revolucionaria y laica.

En 1808 se inició la guerra de la independencia como respuesta de la entrada de las tropas francesas. El
primer levantamiento popular estalló en Madrid en marzo de 1808, en el llamado motín de Aranjuez, que
provocó el apresamiento de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII. Aprovechando estas
disputas, Napoleón concertó una entrevista en Baiona con Carlos IV y Fernando VII. Ambos le cedieron sus
derechos sobre la Corona y Napoleón designó a su hermano José Bonaparte rey de España.

La revuelta popular contra las tropas francesas se produjo en Madrid el 2 de mayo de 1808 y se saldó con
una brutal represión del ejército napoleónico. Los alzamientos franceses se fueron extendiendo
rápidamente por todo el territorio.

Los ejércitos franceses dirigidos por Napoleón lograron reconquistar Madrid y ocupar casi todo el territorio
peninsular salvo Cádiz. La aparición del fenómeno de la guerra de guerrillas, que se multiplicó por toda la
Península, mantuvo a los franceses en un estado de guerra permanente.

Desde 1812 las fuerzas militares de Napoleón fueron debilitándose al tener que hacer frente a la invasión
de Rusia y a la guerra de guerrillas en España. Con el apoyo del ejército británico consiguieron que Napoleón
fuera replegándose hacia los Pirineos y restituyera la Corona a Fernando VII en el tratado de Valençay de
1813.

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José I intentó sin éxito introducir en España algunos de los logros liberales de la revolución francesa, que
daban un primer paso para la supresión del Antiguo Régimen, pero manteniendo la autoridad monárquica
y la religión católica. Tuvo el apoyo de un grupo minoritario, los llamados afrancesados, pensadores y
nobles reformistas, de corte ilustrado y nada revolucionarios. Comenzó algunas reformas como la
supresión de la Inquisición, la limitación del régimen señorial y la creación de centros públicos de
enseñanzas medias e infantiles.

En plena guerra contra Francia, la Junta Central Suprema convocó Cortes para dirigir el país en ausencia
del monarca. El avance francés en Andalucía obligó a la celebración de las Cortes en Cádiz, ciudad que tenía
un fuerte talente liberal. Además, la ciudad estaba protegida por la marina británica. En Cádiz se reunieron
principalmente miembros de las clases medias e intelectuales, y también algunos representantes del clero
y de la nobleza.
Las Cortes de Cádiz asentaron las bases para acabar con el Antiguo Régimen al proclamar una amplia
variedad de derechos, como la igualdad jurídica ante la ley, la libertad de imprenta y el derecho a la
educación. También se suprimieron la censura y los derechos señoriales de la nobleza y el clero, así como
las aduanas interiores y los gremios; asimismo, las Cortes abolieron la Inquisición. A pesar de la radical
novedad de esta legislación, los nobles y el clero consiguieron que el nuevo Estado fuera confesional y
defendiera el catolicismo como religión única. Sin embargo, la mayoría de la población seguía siendo
monárquica y todos defendían a ultranza el catolicismo. Sólo una pequeña parte de la población apoyaba
los principios liberales más revolucionario. Los principios que primaron en la Constitución de Cádiz de 1812
fueron el reconocimiento de la soberanía nacional, representada en las Cortes, y el establecimiento de la
división de poderes, entre el ejecutivo (el rey), el legislativo (las Cortes) y el judicial (los tribunales de
justicia). El derecho de representación recayó en unos diputados que eran elegidos por sufragio universal
masculino indirecto. La Constitución no aludía a los regímenes forales, ni confirmándolos ni derogándolos.
Con la guerra de la Independencia y la promulgación de las leyes de Cádiz, el proceso de implantación del
liberalismo sólo acababa de comenzar.

3. El reinado de Fernando VII


Tras el Tratado de Valençay, en 1813, Napoleón reconoció a Fernando VII como rey de España. Su reinado
desarrolló a lo largo de varias fases.

En un primer momento, un tercio de los diputados de las Cortes firmó el llamado Manifiesto de los Persas,
en el que se abogaba por el retorno de un gobierno absolutista. Con el apoyo de parte del pueblo, del clero
y de la nobleza terrateniente, y tras conocer la abdicación de Napoleón en abril, Fernando VII dio un
verdadero golpe de Estado el 4 de mayo de 1814. Decretó la abolición de la Constitución y de todas las
leyes liberales elaboradas en las Cortes de Cádiz, restaurando régimen absolutista anterior a 1812.

Entre 1814 y 1820, Fernando VII no emprendió políticas efectivas para solucionar problemas económicos:
su principal preocupación fue conservar su poder absoluto. Los problemas agrarios, industriales y
comerciales heredados del Antiguo Régimen se habían acentuado con la guerra de la Independencia.
Además, la hacienda sufría una gran falta de ingresos y seguía incrementándose el endeudamiento. La
fuerte represión emprendida por Fernando VII contra los enemigos de la Corona, tanto los afrancesados
como los liberales, propició el progresivo fortalecimiento de los grupos que se oponían al régimen.
Finalmente triunfó el pronunciamiento de enero de 1820 dirigido por el comandante Rafael de Riego y el
coronel Antonio Quiroga.

Entre 1820 y 1823 triunfó nuevamente en España la revolución liberal. El pronunciamiento militar se
extendió por la Península y Fernando VII tuvo que jurar la Constitución de 1812 y aceptar la restauración
de la legislación de las Cortes gaditanas.

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Al reunirse las Cortes, los más exaltados querían una revolución radical en la que primara la participación
popular por sufragio universal y que el monarca tuviera sólo funciones ejecutivas. Los más moderados, en
cambio, defendían una mayor participación del rey y una limitación del sufragio.

Los moderados consiguieron dominar en el gobierno. Los gobiernos moderados comenzaron a aplicar la
legislación gaditana para solucionar los problemas del país. Las políticas liberales provocaron la oposición
total por parte del clero, la nobleza terrateniente y parte de la población ya que no veían que los liberales
dieran una solución rápida a la nefasta situación económica.

A partir de 1821, principalmente en el ámbito rural, se coordinó una oposición armada realista a favor del
régimen absolutista. Fernando VII pidió ayuda a la intervención de la Santa Alianza, coalición en la que se
agrupaban las monarquías absolutistas europeas. En 1823 un ejército denominado los Cien Mil Hijos de
San Luis derrotó a los liberales en Cádiz, acabando con el Trienio constitucional y restableciendo el poder
absoluto de Fernando VII.

Entre 1823 y 1833 se produjo el retorno de la monarquía absoluta. Las primeras actuaciones del monarca
estuvieron presididas por una durísima represión contra todo aquel que fuera sospechoso de tener idea
liberales. Anuló todos los decretos constitucionales del Trienio y restauró la sociedad estamental, los
privilegios, el régimen señorial, el mayorazgo, la recaudación de los diezmos y muchas de las instituciones
propias del Antiguo Régimen. También anuló la reforma educativa.

Pero Fernando VII no pudo hacer frente con éxito a la deuda exterior e interna porque mantuvo los
privilegios estamentales del Antiguo Régimen. Además, la represión emprendida contra los liberales
escandalizó a las monarquías europeas, que presionaron para que fomentara una reconciliación.
A la grave crisis económica y de política interior se sumó, en los últimos años de reinado de Fernando VII,
el problema de la sucesión al trono. Según la Ley Sálica, las mujeres no podían heredar la Corona. El
monarca promulgó ese mismo año la Pragmática Sanción que abolía la Ley Sálica, con lo que se
permitía legalmente reinar a las mujeres. La imposibilidad de que el infante Carlos pudiera acceder al trono
provocó el enfrentamiento entre dos bandos opuestos:

 Los carlistas, partidarios del absolutismo monárquico, que defendieron el derecho legítimo del
infante don Carlos a la Corona española.
 Los liberales, que apoyaron la causa de Isabel, ya que su minoría de edad les abría el camino para
ejercer su influencia directa en el gobierno de la regencia de su madre María Cristina.

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TEMA 2. Construcción y consolidación del Estado liberal (1834-1874)
1. Periodo de regencias- María Cristina y Espartero.

Tras el fallecimiento del monarca Fernando VII y ante la minoría de edad de Isabel II, se produjeron las
regencias de María Cristina (1833-1840) y Espartero (1840-1843). La regencia de María Cristina se produjo
a la vez que la guerra civil carlista.

María Cristina, primero formó un gobierno conservador con Cea Bermúdez. Un año después, la reina
nombró un gobierno con los liberales con Martínez de la Rosa como cabeza. Esto sucedió por la presión de
los liberales y el ejército. La obra más importante fue el Estatuto Real de 1834, que acababa con el Antiguo
Régimen. Más tarde, ya que los progresistas pedían evoluciones más revolucionarias, la regente nombró a
Mendizábal. Ante de la presión de los moderados, la reina nombró al moderado Isturiz. Los progresistas
optaron por la insurrección popular, que culminó, con el pronunciamiento de La Granja. Con esto, la reina
tuvo que jurar la Constitución de 1812 y poner frente al gobierno a Calatrava y como jefe de Hacienda, a
Mendizábal. Durante este período, se promulgaron muchas leyes progresistas como la desamortización de
Mendizábal o la Constitución de 1837.

La desamortización de Mendizábal (1835-1837) consistía en embargar terrenos de la Iglesia y más tarde


venderlas en subasta pública. Con esto, se redujo el endeudamiento y vincularon a nobles y burgueses
adinerados con la causa liberal. En la constitución de 1837, a Euskal Herria le suspenden las instituciones
forales y la vuelta de las constitucionales. En los territorios vascos se reinstauraron las Diputaciones
provinciales.

En 1837, los moderados ganan las elecciones y conservaron el gobierno durante 3 años. En este periodo,
intentaron limitar algunas de las leyes más radicales. Ya que los progresistas querían como regente a
Espartero, la reina tuvo que abdicar en 1840.

Durante este periodo, sucedió la primera guerra carlista, en la que los carlistas (que eran conservadores)
luchaban contra isabelinos (defendían el liberalismo).

Espartero continuó con el programa unificador y centralizador. Siguió vendiendo los bienes eclesiásticos y
reforzando el poder de la Milicia Nacional. El 16/8/1841 proclamó la Ley Paccionada de Navarra. Mientras,
Espartero suprimió el pase foral vasco; esto provocó una rebelión armada. La respuesta de Espartero a esta
rebelión fue el decreto del 29 de octubre de 1841, firmado en Vitoria. Espartero llevó una política
autoritaria y debido a la opresión de progresistas y moderados, tuvo que salir al exilio.

2. El reinado de Isabel II

Tras la renuncia de Espartero, las Cortes tuvieron que nombrar a Isabel II reina con 13 años de edad. Tras
el reinado de esta, se consolidó el estado liberal, de carácter centralista y de corte moderado, afín a los
intereses de la oligarquía terrateniente y financiera.

Los primeros diez años estuvieron presididos por Narváez, de corte moderado. Las primeras actuaciones
fueron estas:

● La constitución de 1845, plenamente moderada.


● En el plano hacendístico, es establecían impuestos directos sobre bienes inmuebles urbanos y
sobre los rendimientos de las tierras de cultivo.
● Ley de los ayuntamientos, que suspendía la autoridad local a delegados del gobierno.
● La Santa Sede aceptó la desamortización de sus bienes.
● Se establece la censura de la prensa. Se crea la guardia civil y se disuelve la Milicia Nacional de
los progresistas.
Además, se restauraron las Diputaciones forales y Juntas Generales tal y como estaban anteriormente.

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Ante la actitud represiva del gobierno y la manipulación electoral de los moderados, los opositores al
régimen fueron creciendo. Los progresistas más izquierdistas fundan el partido demócrata, que
demandaban una transformación radical del régimen y abogaban por una amplia declaración de los
derechos del hombre, la plena libertad de reunión y asociación así como por el sufragio masculino universal.
Los movimientos revolucionarios fueron reprimidos por Narváez.

Isabel II encargó la dirección del gobierno a Espartero. Esta nueva etapa comenzó restaurándose el sistema
electoral de 1837. En 1856, tras dimitir Espartero, la reina mando formar gobierno a O’Donnell para
integrar a moderados y progresistas más conservadores, con lo que se inició un nuevo ciclo del
moderantismo. Durante el breve tiempo que estuvieron los progresistas en el poder, estos llevaron a cabo
importantes actuaciones legislativas, económicas y financieras:

● Constitución de 1856, denominada non nata al no ser promulgada.


● Ley de desamortización de 1855, que afectó a las propiedades del Estado y municipios.
● Se regularon leyes que permitieron la expansión del sistema financiero y la llegada de capitales
extranjeros.
● Construcción del ferrocarril.
Su objetivo era aumentar los ingresos, mejorar las infraestructuras y fomentar el desarrollo industrial.

Entre los años 1856 y 1868, se restableció la constitución de 1845, se volvió a disolver la milicia nacional y
se restauró la legislación de la década moderada. Los dos primeros años O’Donnell y Narváez se alternaron
en el gobierno. Entre 1858 y 1863, el partido centrista Unión Liberal controló el gobierno. A partir de 1863,
Narváez (moderado) controló el poder y retornó la inestabilidad política. A causa del fraude electoral,
progresistas y demócratas quedaron fuera del juego político y radicalizaron sus posturas políticas. La crisis
de 1866, agravó la conflictiva situación política. Lo últimos gobiernos moderados, reprimieron duramente
las protestas sociales y los alzamientos militares. Los progresistas, demócratas, republicanos y la Unión
Liberal se unieron bajo la dirección de Prim para derrocar el régimen isabelino.

3. El sexenio democrático
La revolución de 1868 se inició con el pronunciamiento de Topete en Cádiz aunque a él se le sumaron varios militares.
Paralelamente, fueron organizándose juntas revolucionarias en las ciudades. El ejército de la reina fue derrotado y ella
tuvo que salir al exilio.

Medidas del gobierno provisional (Serrano y Prim):

● Libertad de imprenta, reunión, asociación y enseñanza.


● Sufragio universal masculino.
● Cortes constituyentes.
● Constitución de 1869. Reformas que descentralizaban la administración e impulsaban el librecambismo
económico.
● Establecer peseta.
En 1871, Amadeo de Saboya toma posesión del trono hasta 1873, ya que no pudo hacer frente a la oposición al régimen
y las divisiones internas de los partidos.

4. La I República.
En 1873, se presentó un proyecto de Constitución federal bajo la presidencia de Pi i Margall; que planteaba el origen
popular de la soberanía, la división de poderes, la declaración plena de derechos, el federalismo, la separación de la
Iglesia y el estado y una descentralización. Finalmente, por la conflictividad, Pi i Margall tuvo que dimitir.

Salmerón fue nombrado presidente de la república. Ante el avance del frente carlista y la expansión del cantonalismo,
este recurrió a la represión mediante el ejército y la Guardia Civil. En 1873, le sucedió Castelar (conservador). Ante las
actuaciones radicalistas y violentas de federalistas, cantonalistas, etc. Pavía dio un golpe de estado, disolviendo las
Cortes. El general Serrano presidió el gobierno. Por la primera república, llevó a muchos sectores sociales y políticos,
al clero, al ejército a los más conservadores a defender la causa de Alfonso XII, que finalmente fue proclamado rey de
España. Con él, se iniciaba el nuevo periodo de la Restauración.

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TEMA 3. Fueros y liberalismo: las guerras carlistas y la cuestión foral (1833-1876).
Los fueros son el código o sistema normativo de los territorios históricos vascos que otorgaban a cada uno
de ellos una amplia capacidad de autogobierno.

Existía un compromiso de respeto del rey a los fueros y de ayuda y obediencia de los vascos al monarca.
Las libertades forales más significativas son:

El autogobierno, mediante instituciones representativas propias (como las Juntas generales y/o las
Diputaciones forales); el pase foral, derecho que permitía paralizar las órdenes reales contrarias a los
fueros; exención de impuestos debido a que los originarios de los territorios vascos, eran considerados
hidalgos, y por eso, pagaban menos impuestos; las aduanas interiores, por las que los productos del
exterior, no pagaban derechos aduaneros hasta pasar a Castilla y la obligación de aportar soldados
exclusivamente para la defensa del propio territorio.

En el siglo XVIII, desde el reinado de Felipe V, los borbones fueron construyendo un nuevo modelo de
gobierno mucho más centralizado. Álava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra, a diferencia de los territorios de la
Corona de Aragón consiguieron conservar sus instituciones forales, sus normas de autogobierno, privilegios
y libertades gracias a su apoyo a la causa de Felipe V durante la guerra de sucesión.

En el siglo XIX, durante la invasión francesa de la Guerra de la Independencia, las fuerzas de oposición de
todo el territorio reunidas en las Cortes de Cádiz, redactaron la Constitución de 1812. Ésta Constitución no
aludía directamente a los regímenes forales ni confirmándolos ni derogándolos, pero estableció las bases
para la remodelación de dichas instituciones forales.

Tras la guerra, con la proclamación de Fernando VII como rey de España, este, suprimió los cambios
liberales de la Constitución de Cádiz y restableció íntegramente los fueros vascos y las instituciones forales.
Triunfó nuevamente en España la revolución liberal suprimiéndose el régimen foral vasco e instaurándose
unas Diputaciones provinciales que sustituyeron a los forales. Se fue organizando una fuerte oposición al
régimen liberal, al considerarlo enemigo directo de la tradición foral.

Al fallecer Fernando VII, su hija Isabel II tenía todavía 3 años por lo cual su madre María Cristina asumió la
regencia. Durante esta regencia sucedió la guerra carlista. En esta contienda se enfrentaron los defensores
de Carlos María de Isidro (carlistas, los cuales apoyaban el absolutismo monárquico y los Fueros
tradicionales) y los defensores de Isabel II (isabelinos, los cuales defendían el liberalismo y la centralización).

El lema carlista <Dios, Patria y Rey> defendía el absolutismo monárquico, el catolicismo y los Fueros (el
régimen tradicional de los territorios vascos), mientras que los liberales buscaban laicizar el Estado,
uniformidad y centralización (incompatible con los Fueros).

La primera fase de la guerra carlista, fue protagonizada por Tomás de Zumalakarregi (utilizando la estrategia
de las guerrillas), aunque los liberales tomaron las grandes ciudades.

La segunda fase comienza con la muerte de Zumalakarregi en el asedio a Bilbao (realizaron incursiones en
Andalucía y Madrid pero fracasaron). Más tarde, el ejército liberal se fortaleció mediante la
desamortización eclesiástica, pero finalmente, debido al cansancio llevó a ambos bandos a llegar a un
acuerdo.

El general carlista Maroto y el general liberal Espartero firmaron el Convenio de Bergara, en el cual los
carlistas reconocían al trono de Isabel II, y los liberales se comprometían a defender los Fueros. Sin apoyo,
don Carlos abandonó España. Las Cortes y María Cristina confirmaron los Fueros de Navarra y de las
provincias vascas.

Espartero continuó con el programa unificador y centralizador progresista, siguió vendiendo bienes
eclesiásticos y reforzando la Milicia Nacional. Fruto de negociaciones con Navarra, llegó la llamada Ley
paccionada, en la cual Navarra perdía la condición de Reino, adaptándose al sistema constitucional español,

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pero por ello conservaba una gran autonomía administrativa. Espartero extendió la legislación progresista
a las provincias vascas, suprimiendo el pase foral, provocando una rebelión armada. La respuesta a esto,
fue el decreto de octubre de 1841, firmado en Vitoria. Este decreto suprimía el pase foral, así como
Diputaciones y Juntas tradicionales (a la vez que se trasladaban las aduanas a los puertos y fronteras y se
aplicaban las leyes del Estado en la organización municipal), aunque esto no supuso la supresión total de
los Fueros. Debido a su política autoritaria y sublevaciones, Espartero tuvo que salir al exilio.

Tras la renuncia de Espartero, las Cortes tuvieron que conceder la mayoría de edad a Isabel II. Durante su
reinado, se consolidó de manera definitiva el Estado liberal, de carácter moderado y centralista. Entre 1846
y 1849 se desarrolló la segunda guerra carlista, que afectó en especial a Catalunya.

Con la revolución de 1868, La Gloriosa, se implantó en España el liberalismo democrático hasta 1874. Tuvo
lugar la tercera guerra carlista debido al choque entre el Estado laico y el sentimiento religioso existente
en Euskal Herria. Gracias a la propaganda carlista, la mayoría de la población vasca comenzó a identificar
el liberalismo con anticatolicismo y antifuerismo. Bajo el lema <Dios, Patria, Fueros y Rey>, comenzó la
ofensiva carlista con el fin de reinstaurar un régimen monárquico tradicional.

La tercera guerra carlista estalló en 1872 con la proclamación de Carlos VII como monarca legítimo frente
al extranjero Amadeo de Saboya. En un primer momento los carlistas fueron derrotados en varias batallas.
Se firmó una breve tregua en Amorebieta, en la cual el general Serrano (republicano) daba una amnistía a
los carlistas que depusieran las armas, pero poco después los carlistas continuaron la guerra.

Los carlistas iniciaron una ofensiva en los cuatro territorios vascos y en Catalunya mediante la táctica de las
guerrillas. Los territorios vascos pasaron a dominio carlista a excepción de las capitales. Los carlistas
consiguieron algunas victorias en batalla, pero al no poder ocupar las capitales tras asediar Bilbao durante
125 días, tuvieron que desistir. Con la aparición de Alfonso XII, algunos de los que se sumaron al carlismo
comenzaron a abandonarlo. En 1876, tras la caída de Estella, se produjo el triunfo definitivo de los liberales.
Con el nuevo gobierno de Cánovas, se inicia el periodo de la Restauración, y se lleva a cabo la abolición
nominal de los Fueros.

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TEMA 4. El sistema político de la Restauración (1875-1923).
Después del fracaso del sexenio revolucionario y del ensayo republicano, a finales de 1874 se volvió a
instaurar la Monarquía borbónica con Alfonso XII, hijo de Isabel II. Así comenzaba la Restauración. Cánovas
fue el artífice del sistema político de la Restauración y fundador del Partido Conservador, el cual garantizaba
el orden social y el progreso económico.

En 1876, se promulgó una nueva Constitución (moderada), que se asemejaba a la de 1845. La soberanía
compartida entre el Rey y las Cortes. El rey nombraba a los ministros, convocaba las Cortes y podía
disolverlas y vetar las leyes. Las Cortes continuaron siendo bicamerales: el Senado pasó a estar formado
por miembros de la jerarquía noble, militar y eclesiástica, y algunos eran nombrados por el rey y otros se
elegían por sufragio restringido entre los más ricos; en el Congreso, eran elegidos por votación popular,
primero por sufragio censitario y más tarde por sufragio masculino universal. El catolicismo como religión
oficial.

Con el gobierno de Cánovas, llegó el turnismo, una dinámica política en la que dos partidos políticos se
turnaban en el poder de forma pactada: el Partido Conservador liderado por Cánovas, integraba a antiguos
liberales moderados y unionistas; el Partido Liberal estaba liderado por Sagasta y agrupaba a liberales
progresistas. Al margen del sistema político quedaban la izquierda, la derecha y los nacionalistas.

Para garantizar el turnismo de los partidos e impedir el acceso de las fuerzas de la derecha y de la izquierda,
fue necesario manipular y las elecciones. En las zonas rurales, los caciques controlaban las votaciones para
modificar los resultados finales, favoreciendo al partido político que tenía que gobernar en ese momento.

Al margen de los dos partidos oficiales quedaron:

 El republicanismo, fragmentados en varios partidos minoritarios.


 El anarquismo. Las asociaciones anarquistas pasaron a ser ilegales y reprimidas por la policía.
Consiguieron sus reivindicaciones laborales y el anarquismo más radical optó por la vía terrorista,
que fue duramente reprimida.
 El socialismo, surgió de la corriente marxista del movimiento obrero entre los que se encontraba
Pablo Iglesias. Constituyó el PSOE, y se creó el sindicato UGT. El PSOE veía necesario organizarse
de forma pacífica y legal, participando en el juego político y en las elecciones como medio de
propaganda entre la clase trabajadora.
 Los nacionalismos. En España, los fenómenos nacionalistas se produjeron en Catalunya, Euskal
Herria y Galicia. Surgieron como reacción al establecimiento de un régimen de carácter liberal que
unificaba a todos los pueblos.
 Nacionalismo vasco. Surgió como reacción contra la abolición de los Fueros, tras la guerra carlista.
Entendía que el liberalismo atentaba en lo político contra las señas de identidad históricas vascas,
los Fueros y en lo económico generaba un gran desarrollo industrial, con afluencia masiva de
inmigrantes y una profunda transformación de las viejas estructuras rurales. El pensamiento
nacionalista fue articulado por Sabino Arana y se concretó en la fundación del PNV.

Cánovas impulsó su proyecto de pacificación militar en el norte, con los carlistas, y en Cuba, con los
independentistas. Se inició el turno político del Partido Liberal. Sagasta planteó proyectos reformistas que
intentaban impulsar una política liberalizadora en el plano económico y social, con libertades individuales.
Pero muchas de estas reformas se paralizaron con el retorno de los conservadores al poder.

En 1885 murió Alfonso XII. Su esposa Mª Cristina asumió la regencia de su futuro hijo, Alfonso XIII. Cánovas
y Sagasta confirmaron el Pacto del Pardo, la continuación del turnismo político y del régimen de la
Restauración.

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Sagasta volvió al gobierno y los liberales dotaron al país de una gran estabilidad, dando un fuerte impulso
al desarrollo económico. Se restableció el sufragio universal masculino. Realizaron la reforma del código
civil, un proyecto de reforma militar y elaboraron leyes liberales para el crecimiento económico y la
expansión de los ferrocarriles.

Durante la regencia, el republicanismo sufrió una decadencia. El carlismo siguió fuertemente arraigado en
Euskal Herria aparecieron movimientos sociales, que luego desembocaron en partidos políticos, como el
socialismo y el nacionalismo vasco.

Los partidos monárquicos, se enfrentaron con una dura crisis socioeconómica y política. Los efectos de las
crisis agrarias repercutieron en el campesinado y provocaron un aumento de la conflictividad social. El
movimiento obrero fue adquiriendo fuerza y las doctrinas anarquistas y socialistas se extendieron entre el
proletariado.

Del antiguo imperio colonial español tan sólo destacaban Puerto Rico, Filipinas y Cuba. El enfrentamiento
armado resurgió en Filipinas y, también de nuevo, en Cuba. Se firmó en la Paz de París de diciembre de
1898, por la que España cedía a Estados Unidos las islas de Puerto Rico, Filipinas y Guam, y reconocía la
independencia de Cuba.

La derrota militar ante Estados Unidos fue traumática para la sociedad española, iniciándose un periodo de
profundo pesimismo. Esto dio lugar a que surgiera el movimiento regeneracionista y la llamada generación
del 98.

El regeneracionismo criticó duramente el sistema de la Restauración, proponiendo reformar el sistema


liberal eliminando el caciquismo, el analfabetismo, el gobierno de unas minorías y las grandes explotaciones
agrarias dirigidas por terratenientes. La generación del 98: Unamuno, Azorín, Pío Baroja, Ramiro de Maeztu,
Blasco Ibáñez, Valle-Inclán, Machado, se centraron en la crítica de la España oscura, anclada en el pasado,
que había que modernizar y reformar tanto en el plano social, político, económico como en el cultural.

La situación económica, pese a que la industrialización experimentó cierto desarrollo durante los primeros
años del siglo, era débil, por lo que la economía dependía sobre todo del sector agrario. Más de la mitad
de la población campesina vivía en condiciones nefastas, por lo que muchos de los campesinos tuvieron
que recurrir a la emigración a los centros industriales, como Catalunya y Euskal Herria, y los países
iberoamericanos y el Norte de África.

El atraso de las estructuras económicas generaba una balanza de pagos deficitaria y una deuda creciente.
Para conseguir la modernización económica del país, era fundamental una inversión del capital privado y
de los bancos en la financiación de las empresas, pero fue el Estado el único que invirtió, por lo que el
proceso de endeudamiento del país continuó.

La sociedad estaba condicionada por el empobrecimiento del mundo rural y la prosperidad industrial. La
sociedad se caracterizaba por: la aristocracia y la alta burguesía industrial y financiera; las clases medias,
grupo con poco cohesionado y reducido; y el proletariado industrial y una gran masa de campesinos.

Durante el reinado de Alfonso XIII, los nacionalismos catalán y vasco representaron movimientos
importantes. Por otra parte, los movimientos obreros. Los problemas aquejaban a las clases trabajadoras
españolas fomentaron su unión en sindicatos y la búsqueda de soluciones a su situación a través de huelgas
y manifestaciones. El socialismo y su sindicato (UGT) quedaron sólidamente implantado y tuvo a Pablo
Iglesias como diputado en el gobierno. Varios grupos anarquistas publicaron en el periódico Solidaridad
Obrera, patrocinado por una sociedad con el mismo nombre. Esta sociedad protagonizó los sucesos de la
Semana Trágica de Barcelona (de 1909). Al año siguiente se constituyó legalmente la Confederación
Nacional de Trabajadores (CNT).
Los militares constituían un problema por su exceso numérico y por su desproporción entre mandos y tropa. Además,
se generó un amplio rechazo hacia ellos por parte de los movimientos obreros porque actuaban en contra de las
protestas de los trabajadores.

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El reinado de Alfonso XIII se caracterizó por la crisis del sistema turnista. El partido Conservador, tras la muerte de
Cánovas, fue liderado por Silvela. Su sucesor, Maura, realizó mejoras sociales. Tras la Semana Trágica de Barcelona se
vio forzado a dimitir. Dato fue asesinado por un anarquista. El Partido Liberal, tras la muerte de Sagasta, fue dirigido
por Montero Ríos y Moret. Se produjo una escisión en el Partido Liberal, surgiendo el Partido Liberal Demócrata, cuyo
líder fue Canalejas. Canalejas fue asesinado. La oposición al régimen turnista constitucional fue fragmentada y poco
efectiva. Destacaron los republicanos moderados y el Partido Radical Republicano de Alejandro Lerroux.

Los problemas a los que se enfrentaba España estallaron de forma violenta. El estallido de violencia de Barcelona se
debió a los siguientes motivos:

 La protesta contra la guerra colonial de Marruecos. Maura quería ocupar el territorio marroquí
correspondiente a España, pero los reservistas catalanes se negaron a acudir.
 El fanatismo anticlerical de las masas proletarias llevó al saqueo e incendio de iglesias y conventos.
 Los violentos acontecimientos se centraron en Barcelona. Tras varias manifestaciones, se declaró la huelga
general. Se produjo una violenta insurrección espontánea.

La represión del gobierno conservador de Maura supuso un gran número de muertos y de detenidos. Esto que
obligó a Maura a dimitir y el Partido Liberal volvió al poder. El instigador de la rebelión, Ferrer Guardia, fue fusilado.

Tres protestas sociales diferentes conformaron los desencadenantes de la crisis de 1917:

 El gobierno de Dato intentó disolver las Juntas de Defensa militares, pero se mantuvieron ante la protesta de
los militares.
 La Asamblea de Parlamentarios se reunió en Barcelona con el objetivo de reformar la Constitución y acabar
con el sistema de turno. La Asamblea fue disuelta sin violencia.
 Socialistas, CNT y UGT apoyaron una huelga general que se extendió por todo el país. El ejército reprimió la
protesta.

A partir de este momento, el sistema constitucional se fue descomponiendo. El panorama general se caracterizó por
la agitación social con actuaciones violentas de los anarquistas. El crecimiento numérico del proletariado industrial, la
concentración de habitantes en las ciudades y la subida de precios hicieron cada vez más tensa la situación. A esto se
añadió la crisis económica. El gobierno de Dato extremó las medidas represivas y fue asesinado por anarquistas. El año
de su muerte se constituyó el Partido Comunista de España.

El desastre marroquí de Annual comenzó con el protectorado sobre la zona norte de Marruecos. La ocupación de la
zona de protectorado representó un gran coste económico y humano, como lo fue la derrota militar española de
Annual en la que la pésima dirección militar llevó a la muerte de miles de soldados españoles.

El general Primo de Rivera asumió la jefatura del gobierno mediante un golpe de estado. Tras el desastre de Annual, se
produjo el golpe de estado, el 12 de septiembre de 1923. Ante la falta de hostilidad por parte del rey, el gobierno de
García Prieto dimitió. El rey encargó formar gobierno a Primo de Rivera, por lo que el apoyo real a este hecho fue
evidente. Al principio, Primo de Rivera decidió militarizar el país haciendo frente a la conflictividad social y el terrorismo,
la guerra de Marruecos, etc.... La segunda parte de este periodo se caracterizó por una política de apogeo personal.
Los últimos años de esta Dictadura se caracterizaron por intentos de desmilitarizar el régimen, creando un nuevo
Estado.

Primo de Rivera era consciente de que su principal apoyo era el ejército, pero éste era totalmente monárquico, y el
dictador vio deteriorarse las relaciones con el rey y con los mandos del ejército. Finalmente, presentó su dimisión al
rey.

La monarquía recurrió a otro general militar, Dámaso Berenguer. El gobierno de éste fue conocido como la Dictablanda.
Se decidió celebrar unas elecciones municipales. En estas, se dio la victoria a los candidatos republicanos, y se proclamó
la II República española, a lo que siguió el exilio voluntario del rey.

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TEMA 5: LA INDUSTRIALIZACIÓN EN EL PAÍS VASCO Y SUS CONSECUENCIAS SOCIALES (1875-1923)
1. La industrialización en el País Vasco
Nos encontramos con cuatro factores que explican la industrialización en el País Vasco:
1. La existencia de una industria tradicional anterior, las ferrerías y los astilleros.
2. La localización estratégica en la costa, entre la Península y el Continente.
3. Presencia de un mineral de hierro de buena calidad.
4. El traslado de las aduanas a la costa hizo que el País Vasco se integrara en el nuevo estado liberal
facilitando su acceso al mercado español.
Sin embargo no fue hasta finales del siglo XIX cuando empezó el proceso de industrialización en el País
Vasco. Este proceso se dio sobre todo en Bizkaia, basado en la explotación y exportación de mineral de
hierro. El capital obtenido se utilizó para financiar la industrialización. Unas cuantas familias burguesas
adineradas junto con algunas empresas extranjeras crearon un gran número de compañías, impulsando así
la industrialización. Para llevar a cabo este proceso fue fundamental la política económica proteccionista
llevada a cabo por el Estado. Esta política fue solicitada por los industriales vizcaínos al gobierno, y consistió
en una serie de medidas que protegían a la industria vasca de las importaciones de otros países.
Bizkaia
En el modelo industrial desarrollado en Bizkaia a lo largo del siglo XIX destacaron las siguientes
características:
1. La explotación de las minas.
2. La exportación del hierro a Inglaterra.
3. La capitalización de las minas.
4. El surgimiento de una nueva burguesía.
5. La inversión del capital en sectores estratégicos como la siderurgia y la metalurgia.
Cuando se trasladaron las aduanas a la costa y debido a las dificultases del comercio exterior, los
comerciantes bilbaínos comenzaron a invertir en los primeros altos hornos para dar respuesta al mercado
interior. Con la construcción de los primeros altos hornos mediados del siglo XIX, se produjo el cambio del
sistema de producción tradicional al moderno. El 1841 se instaló el primer alto horno del país en la fábrica
Santa Ana de Bolueta. Estas fábricas empezaron a utilizar el carbón traído de Asturias y Gran Bretaña por
ser más barato.
La burguesía vasca no contaba con suficiente capital para llevar a cabo la industrialización por lo que tuvo
que recurrir a factores externos para ello. La utilización del convertidor Bessemer fue fundamental, ya que
necesitaba un tipo especial de mineral que solo se encuentra en Suecia y en Somorrostro. La zona vizcaína
ofrecía muchas ventajas para los británicos, como la alta calidad del mineral y su fácil transporte gracias a
la ría, lo que animó las inversiones extranjeras. A partir de 1865 surgieron unas cuantas compañías de
capital extranjero, en las que también participó la burguesía vasca, obteniendo grandes beneficios. Algunos
de los empresarios vascos más destacados fueron Chávarri, Sota, Aznar…
Con la tercera guerra carlista se suspendió la actividad económica, pero al finalizar la guerra se incrementó
la explotación y exportación del hierro, expandiendo la navegación comercial y estableciendo la siderurgia
moderna en la margen izquierda del Nervión, logrando un gran desarrollo económico. Los beneficios se
reinvirtieron en otros sectores, haciendo que familias pertenecientes a la burguesía, como Sota, Aznar
o Ibarra se convirtieran en empresarios navieros, destacando Los Astilleros del Nervión, La Compañía
Euskalduna o la Naviera Sota y Aznar. Además, alrededor de este sector surgieron compañías aseguradoras.
Por otro lado surgieron los primeros bancos, como el Banco de Bilbao, el Banco de Comercio o el Banco
Vizcaya, que sirvieron para redirigir los capitales acumulados hacia la inversión. En esta época se construyó
el puerto exterior de Bilbao y se comenzó a desarrollar la red de ferrocarriles, naciendo el Bilbao-
Portugalete, el Ferrocarril Hullero de la Robla-Balmaseda, Los Ferrocarriles Vascongados que unían Bilbao
y Donostia o el Bilbao-Santander, además de numerosas líneas mineras en las que participó la burguesía
bilbaína.

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Entre 1879 y 1882 se construyeron en Bizkaia las tres siderurgias más importantes de España: San
Francisco, la Sociedad Vizcaína y la Sociedad de Altos Hornos de Bilbao. A partir de 1887 la industria vizcaína
se orientó hacia el mercado nacional, para lo que fue necesario superar la competencia extranjera gracias
a la legislación proteccionista. Con la crisis europea de los 90 la industria vasca se agrupó para monopolizar
el mercado interior de hierro y acero, creando la Liga Vizcaína de Productores, y Altos Hornos de Vizcaya,
que surgió a partir de la unión de la Iberia, la Vizcaya y Altos Hornos de Bilbao. La burguesía de Bilbao y el
Banco de Vizcaya impulsaron también el sector eléctrico con empresas como Hidroeléctrica Ibérica o Saltos
del Duero.
Gipuzkoa
Esta provincia no siguió el modelo vizcaíno. En los primeros tres cuartos de siglo se fijaron los principios de
la futura industrialización. Cuando en 1841 se abrió el mercado interior, se desarrollaron diferentes
industrias, como la papelera, la metalúrgica, la textil, la pesquera o la alimenticia. Eran industrias de tamaño
medio y pequeño que se situaron en los valles del Deba, Urola y Oria y entre Hernani, Pasajes e Irún. Las
empresas no se concentraron en un núcleo, sino que se expandieron por toda la geografía. En 1841 un
grupo de burgueses de Donostia fundaron La Esperanza en Tolosa. Se trató de la primera fábrica que
funcionó de manera moderna en Gipuzkoa, y la primera en fabricar papel continuo en toda España.
2. Las consecuencias sociales de la industrialización
En el siglo XIX la sociedad vasca pasará de ser una sociedad casi totalmente agraria a ser una sociedad
industrial. Una de las consecuencias de este proceso fue la gran polarización que se dio entre los
trabajadores y la burguesía.
2.1. El desarrollo de la burguesía
En el caso vizcaíno, los burgueses eran los propietarios de las fábricas, de las minas, de los astilleros y de
los bancos. Se enriquecieron mucho y llegaron a constituir la élite política de la provincia, teniendo un papel
relevante a nivel estatal durante la Restauración. Por otra parte también controlaba la prensa de la
provincia, defendiendo sus intereses políticos y económicos. Esta burguesía erigió grandes construcciones
en la margen derecha de la ría, muestra del poder que ostentaban. En el caso de Gipuzkoa, la burguesía no
consiguió la importancia de la burguesía vizcaína, pero se convirtió en la élite de la provincia y pasó a tener
un gran peso en la sociedad guipuzcoana.
2.2. Los trabajadores
La clase obrera surgió como consecuencia de la industrialización. Es lo que se refiere a los territorios vascos,
creció fundamentalmente en Bizkaia porque es en este territorio donde se dio el mayor desarrollo
industrial. Los agricultores se marcharon del campo para ir a las minas y a las diferentes industrias atraídos
por los salarios más altos. Aun así, la situación de estos trabajadores no era nada fácil.
Las condiciones de trabajo y de vida de estos trabajadores fueron muy duras, pues estaban abocados a vivir
en condiciones de pobreza extrema. Para dar solución a esta situación los propietarios establecen un
sistema de barracones y cantinas, muy similar al que tenían en Inglaterra. De esta manera, los trabajadores
estaban obligados a comprar los alimentos y otros productos, a menudo a precios altos y de baja calidad,
en unas tiendas que se llamaban cantinas. Además estaban obligados a vivir en los barracones hechos con
tablas y debían pagar un alquiler a los propietarios. Así que después de descontar del sueldo lo que
gastaban en las cantinas y el alquiler de los barracones, no les quedaba casi dinero.
Con respecto a las condiciones de trabajo, su situación era muy dura. Estaban obligados a realizar un gran
esfuerzo físico y arriesgado, y en consecuencia había muchos accidentes. Trabajaban a destajo, es decir,
les pagaban por el trabajo que hacían, sin un sueldo fijo. Tampoco se alimentaban bien ni tenían
condiciones higiénicas apropiadas. Por todo esto, las enfermedades se extendieron entre la clase obrera,
creciendo la tasa de mortalidad.
Teniendo en cuenta esta situación, no es de extrañar que los trabajadores de las minas vizcaínas se
convirtieran en la vanguardia del movimiento obrero vizcaíno. El dirigente socialista Facundo Perezagua
tuvo una gran influencia sobre estos trabajadores, comenzando las movilizaciones y las manifestaciones a
finales del siglo XIX. Las razones de estas protestas fueron las siguientes:

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Mejora de las condiciones laborales: jornadas laborales muy amplias, sueldos bajos, trabajo a destajo…
Mejora de las condiciones de vida: estaban obligados a comprar en las cantinas y a vivir en barracones.
Derechos sindicales: los sindicatos no estaban legalizados y echaban a la calle a los representantes
sindicales.
Entre estas movilizaciones, tuvieron especial relevancia las huelgas de 1890. Este año empezó a celebrarse
la II Internacional el 1 de mayo y miles de trabajadores del entorno de Bilbao tomaron parte en las
manifestaciones. Una semana más tarde, fueron despedidos de la compañía Orconera varios de los
organizadores de la huelga, lo que trajo movilizaciones de los trabajadores pidiendo, por una parte, la
readmisión de los trabajadores, y por otro, la mejora de las condiciones de trabajo. La huelga fue bastante
violenta, y el gobierno declaró el estado de guerra, por lo que tomó parte el Ejército. Aunque se consiguió
paralizar las fábricas de la margen izquierda del Nervión, la patronal no respetó los acuerdos, continuando
con las cantinas y los barracones.

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TEMA 6. El movimiento obrero y el nacionalismo en el País Vasco (1890-1923)
La industrialización en el País Vasco trajo consigo el crecimiento del número de trabajadores, así como de
los movimientos obreros, consecuencia de las nefastas condiciones laborales. Las reivindicaciones obreras
fueron canalizadas mediante sindicatos y partidos políticos, recurriendo a veces incluso a la violencia. Por
otra parte, las características históricas, el idioma y el sentimiento de pertenencia a un pueblo, unido a las
ideas que defendía el romanticismo, hicieron que se desarrollara el nacionalismo vasco, fundamentado en
las consecuencias del proceso de industrialización y en los cambios demográficos y sociales.
1. El movimiento obrero.
1.1. Los conflictos sociales; el nacimiento del proletariado vasco.
En el País vasco, y más concretamente en Bizkaia, la industrialización y el crecimiento demográfico,
generaron grandes cambios en la sociedad. Como consecuencia de las malas condiciones de los
baserritarras, así como las del proletariado, crecieron las tensiones que se canalizaron mediante
manifestaciones, huelgas e incluso el uso de la fuerza.
El nefasto nivel de vida de los trabajadores de la industria, así como sus problemas económicos (la subida
de los precios de los productos de primera necesidad, de los alquileres de las viviendas y los sueldos bajos)
fueron las razones principales de la toma de conciencia de clase de este colectivo. Además, entre los
trabajadores de la industria era bastante normal ver trabajando a mujeres y niños a cambio de sueldos
miserables, ya que las primeras reformas laborales no se llevaron a cabo hasta el siglo XX.
La mayoría de los trabajadores llegaron de otras provincias y la burguesía autóctona los arrinconó por las
extrañas tradiciones que traían consigo, por lo que los trabajadores se afiliaron al socialismo para canalizar
sus problemas.
2. El movimiento sindical en el País Vasco.
El socialismo y su sindicato (Unión General de Trabajadores, UGT), tenían fuertes raíces entre los
trabajadores cualificados y de entornos urbanos, y a partir de 1910 tuvo un diputado en el gobierno, Pablo
Iglesias, fundador del partido.
El socialismo vasco tuvo en sus comienzos dos etapas diferenciadas, encarnadas por sus líderes más
significativos: Facundo Perezagua e Indalecio Prieto. Perezagua fundó en 1886 la primera organización
socialista vasca: la Agrupación Socialista de Bilbao. Rápidamente el PSOE fue expandiéndose por la cuenca
minera de las Encartaciones y la margen izquierda del Nervión. La máxima expansión tuvo lugar en la huelga
de 1890, en la que 30.000 trabajadores fueron a la huelga durante una semana, consiguiendo sus
reivindicaciones, convirtiendo así al PSOE en la referencia política y sindical de miles de trabajadores, y
expandiéndose hacia las zonas industriales de Gipuzkoa. Durante esta época, el organismo de expresión de
los socialistas vascos fue el semanario La Lucha de Clases.
En Gipuzkoa la primera estructura socialista fue la Agrupación Socialista de Eibar, fundada en 1897, y que
se convirtió en el referente del movimiento obrero guipuzcoano, contando con su propio órgano de
expresión: la revista ¡Adelante!. En 1904, Tomás Meabe funda en Bilbao las Juventudes Socialistas de
España.
El fracaso de la huelga convocada en el año 1911 acabó con el liderazgo de Perezagua, y el enfrentamiento
con el sector moderado de Prieto duró hasta 1915, cuando se expulsó a Perezagua del partido y Prieto
ascendió al liderazgo. A raíz de la Revolución rusa de 1917, Prieto se situó en contra de la adhesión de los
socialistas españoles a la Tercera Internacional. Este hecho hizo que en 1922 la mayoría del sector minero
del partido y la UGT dieran el salto al comunismo fundando el Partido Comunista de España.
Otro movimiento obrero fue el anarquista, que es un movimiento radical que defiende la desaparición del
Estado y de todas sus instituciones, así como la propiedad privada, el rechazo a participar en el juego
electoral debido a su carácter fraudulento y el recurso de la huelga general y la acción violenta como medio
para conseguir sus objetivos, y que derivó en una ola de terrorismo anarquista durante el periodo de
la Restauración. En 1911 se constituyó la Confederación nacional del Trabajo, CNT, que actuó en la huelga
de 1917, teniendo un gran impacto en el País Vasco y dejando un saldo de 20 muertos en Bilbao. En el País

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Vasco el anarquismo cenetista tuvo su foco de expansión en Gazteiz, en la ría de Bilbao y en la zona de
Rentería-Donostia.
En el entorno de la Iglesia vasca también se defendieron los intereses de los trabajadores. En 1911 se creó
el sindicato nacionalista vasco de carácter cristiano Solidaridad de Obreros Vascos, SOV, que
posteriormente pasaría a ser ELA (Eusko Langileen Alkartasuna). El SOV y los sindicatos católicos se unieron
en el año 1928 para hacer frente a la dictadura de Primo de Rivera.

3. El nacionalismo vasco
Los antecedentes del nacionalismo vasco fueron el larramendismo, el carlismo y el fuerismo. El
larramendismo fue una corriente ideológica surgida a finales del siglo XVIII como consecuencia del miedo
a perder los fueros, de la mano de Manuel Larramendi. En el nacimiento del Carlismo encontramos
elementos políticos, dinásticos y fueristas. El fuerismo fue una corriente que surgió tras la primera guerra
carlista y que se basó en la defensa de los fueros en el plano teórico e intelectual. En el proyecto
nacionalista de sabino Arana destacaron influencias como el nacionalismo alemán, basado en la raza, la
lengua, el folklore; además de por la lucha a favor de la libertad nacional de los Balcanes, Imperio
Austrohúngaro y Turquía y el proceso de industrialización, por el cual la sociedad vasca soportó grandes
cambios y el modelo teórico nacional se preparó para recuperar y fortalecer las costumbres vascas.
3.1. Doctrina del nacionalismo vasco
La ideología de Sabino Arana se basó en el nacionalismo católico y en el carlismo. Las características de la
ideología política sabiniana son:
1. Bizkaia, y posteriormente Euskadi, es una nación, ya que tiene los elementos objetivos para serlo: raza,
lengua, gobierno y leyes.
2. Toda nación cuenta con derecho a la independencia.
3. Denuncia la dominación de los españoles ateos, la corrupción de las costumbres vascas y la
desaparición del catolicismo, elemento integrador vasco.
4. Los Fueros o Lege-Zarra constituyen las leyes nacionales vascas.
5. Condena del capitalismo, por su corrupción y explotación, y del socialismo, por ser una doctrina
extraña a la concepción tradicional vasca, integrada por extranjeros o maketos.
6. Como aglutinador de su proyecto político propone un lema: Jaungoikoa eta Lege-Zarra.
3.2. El proyecto político aranista: el nacimiento del Partido Nacionalista Vasco (PNV)
El pensamiento político aranista se va definiendo en los artículos publicados a partir de 1890 bajo el título
Bizcaya por su independencia, y en el famoso Discurso de Larrazábal, en el que trató sobre la dominación
extranjera sobre Bizkaia, analizó los partidos políticos existentes en Bizkaia, diciendo que ninguno
satisfacía las aspiraciones de los vizcaínos. En ese año apareció también la revista Bizkaitarra, donde
Arana desgranaba sus ideas. En 1895 se creó la sociedad Euzkeldun Batzokija. Finalmente en 1895, con la
elección del primer Bizkai Buru Batzar se sentaron las bases del Partido Nacionalista Vasco. Sabino Arana
lideró el PNV hasta su muerte, en 1903.

3.3. El post-aranismo
Desde la entrada en el Partido Nacionalista Vasco miembros de la Sociedad Euskalerria, de ideología
fuerista, burguesa y liberal, se produjeron tensiones internas dentro del Partido entre los euskalerriakos y
los sabinianos puros. Finalmente, fueron estos últimos quienes consiguieron el dominio del Partido. El
nacionalismo se estructuró internamente, creándose centros de reunión, los batzokis, fundándose un
sindicato, Solidaridad de Obreros Vascos, se creó un órgano de prensa propio, el diario Euzkadi, y se
continuó desarrollando una simbología de corte claramente nacionalista: la ikurriña, el himno (el Gernikako
Arbola, de Iparragirre), el lauburu, el zazpiak bat…El Partido, que inicialmente estaba limitado a Bizkaia, se
amplió a todo el territorio vasco, produciéndose un progresivo aumento de afiliados. En 1923 los tres
nacionalismos surgidos en España, el vasco, el catalán y el gallego, se unieron, pero dicha alianza no tuvo
éxito debido a la gran presión a la que fueron sometidos durante la dictadura de Primo de Rivera.

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TEXTO 13: DISCURSO DE LA DIPUTADA CAMPOAMOR EN LAS CORTES CONSTITUYENTES (1-
9-1931)
El texto a analizar es el discurso de la diputada Clara Campoamor, diputada de las Cortes constituyentes, a
favor de incluir el derecho a voto femenino en la Constitución de la II República. Al tratarse de un discurso
es un texto histórico circunstancial, de contenido político. La fuente es primaria. La autora es Clara
Campoamor, diputada y defensora de los derechos de la mujer. Los destinatarios de este texto son los
restantes diputados, a los que trata de convencer para que voten a favor de su propuesta. Este texto se
escribe con la intención de que en la nueva Constitución. Este texto se da en las Cortes Constituyentes,
después de que el 14 de abril se hubiera proclamado la II república en España. Este discurso fue recogido
en el Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes.
En el discurso, Clara Campoamor empieza hablando de la mujer como ser humano, igual que el hombre, y,
que, por tanto, tiene el mismo derecho a ser como él. Continúa diciendo que espera que la nueva
Constitución sea la más avanzada para la época. Hace referencia al decreto del 8 de mayo de 1931, el cual
modificaba la ley para que las mujeres pudieran ser diputadas, y gracias al cual ella es diputada, y de cómo
unos meses de república han hecho más justicia a la mujer que todos los siglos de monarquía. Concluye
diciendo que está orgullosa de su país por ser el primero en llevar a cabo esta reforma de todos los países
latinos. Este discurso fue publicado el 1 de septiembre de 1931 pero no fue hasta el 9 de diciembre de ese
mismo año, día en el que se aprobó la Constitución, que las mujeres pudieron votar.
El contexto histórico en el que se da este discurso es la primera parte de la II República. Después de la
victoria de los partidos republicanos el 12 de abril de 1931, el 14 de abril del mismo año se proclamó la II
República española, y el rey Alfonso XIII tuvo que abandonar el país, y la transición de la Monarquía a la
República se produjo de forma pacífica. Se constituyó un gobierno provisional, presidido por Alcalá Zamora,
y formado por representantes de la coalición republicano-socialista. El gobierno provisional convocó
elecciones a Cortes Constituyentes, elecciones en las que Clara Campoamor sería elegida diputada, las
cuales debatirán una nueva constitución, que finalmente será aprobada el 9 de diciembre de 1931. Fue una
constitución de marcado signo izquierdista, que reconocía el derecho de voto femenino, defendido por
Clara Campoamor en el discurso que estamos analizando, y la descentralización del Estado.
Además, el gobierno provisional llevó a cabo una serie de reformas para garantizar el nuevo régimen, entre
las que destacaron la reforma agraria y la reforma militar. El ejército se sometió al poder civil mediante la
reducción de mandos. Respecto a la reforma agraria, en el año 1931 España era un país principalmente
rural en la que el latifundismo, la pasividad de los propietarios y la situación de los campesinos asalariados
consistía un gran potencial revolucionario. Debido a la crisis mundial del 29 el número de desempleados
aumentó. La reforma agraria se llevó a cabo a través de varios decretos entre los cuales destacó el Decreto
de Laboreo Forzoso, llevado a cabo para frenar el paro.
También destacó la cuestión religiosa. Azaña pretendió acabar con la influencia de la Iglesia en la sociedad
para lo que aprobó el matrimonio civil, el divorcio, la disolución de la Compañía de Jesús y suprimió la
asignatura de religión.
En cuanto a la descentralización el Estado, hubo dos territorios que quisieron tener su propio estatuto de
autonomía durante la II República: Cataluña y el País Vasco. En Cataluña el partido Esquerra Republicana
De Catalunya ganó las elecciones del 12 de abril de 1931 y se hizo con el control político de Cataluña. El 17
de abril de 1931 el gobierno provisional restauró la Generalitat y en junio del mismo año se redactó el
Estatuto de Nuria. En lo referente al País Vasco, se presentó a las Cortes españolas el Estatuto de Estella,
pero fue rechazado por chocar en materia religiosa.
A partir de octubre de 1931 fue un ejecutivo que aglutinaba a todas las fuerzas republicanas de izquierdas,
socialistas y algunos nacionalistas el que obtuvo el poder entre 1931 y 1933, etapa que se conoció como
Bienio Reformista, pues continuó las reformas del gobierno provisional. En 1932 se aprobó la Ley de Bases
de la Reforma Agraria.
La Cuestión Religiosa fue objeto de distanciamiento entre cristianos y republicanos, pues en 1932 se
completó la Reforma Religiosa. El Estatuto catalán fue aprobado por Alcalá Zamora en 1932, y se pusieron

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en marcha las instituciones autonómicas catalanas. En el País Vasco hubo un nuevo intento de aprobar el
Estatuto, pero el cambio de gobierno hizo que no prosperara. La reforma militar provocó una crisis
revolucionaria, conocida como la Sanjurjada, protagonizada por el general Sanjurjo en contra de las
reformas. El gobierno hizo fracasar el golpe y encarceló a Sanjurjo. Los conflictos sociales que tuvieron lugar
entre 1932 y 1933, entre los que destacó el suceso de Casas Viejas, Cádiz, hizo que el gobierno reformista
se disolviera. Además, la derecha se unió en la CEDA.
Las elecciones de 1933 dieron la victoria al Partido Radical y a la CEDA. Lerroux, líder del Partido Radical,
apoyado por la CEDA en el parlamento, inició una política antirreformista, se aprobó una amnistía para los
encarcelados por la Sanjurjada y se detuvo la Reforma Agraria, lo que agudizó los conflictos con el
campesinado.
Se produjeron varios hechos que aumentaron las tensiones entre la derecha y la izquierda. A raíz de la
entrada en el gobierno de tres ministros de la CEDA, la UGT convocó una huelga general, Asturias se levantó
en armas, y Companys declaró la República catalana. Como respuesta, se suprimió en Estatuto catalán y la
represión fue brutal. La izquierda inició una política de acercamiento para hacer frente a la derecha,
uniéndose en el Frente Popular. Debido al escándalo del Estraperlo, Lerroux tuvo que dimitir y el Frente
Popular ganó las elecciones de 1936, reanudó las reformas y declaró ilegal a la Falange.
Tras los asesinatos del teniente Castillo y de Calvo Sotelo, se agudizaron las tensiones entre la derecha y la
izquierda. Altos mandos del ejército se unieron con monárquicos y carlistas con el fin de acabar con la
República. El 17 de julio de 1936 en África y el 18 en la Península, tuvo lugar el Alzamiento Nacional, liderado
por Francisco Franco, y que daría comienzo a la Guerra Civil la cual desembocaría en una dictadura que
duraría hasta la muerte de Franco en 1975.
Este texto tiene una importancia histórica significativa pues nos ayuda a comprender lo difícil que fue
obtener derechos que hoy en día consideramos fundamentales como puede ser el sufragio universal.

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TEXTO 14: PROGRAMA DEL FRENTE POPULAR
(16-01-1936)
El texto a analizar es el programa del Frente Popular. Al tratarse de un programa, y por tanto, de una
declaración, tiene forma jurídica y contenido político. Sus autores son los representantes de todos los
partidos políticos que forman parte del Frente Popular. Los destinatarios de este texto son los posibles
votantes del frente popular. La intención que persigue es dar a conocer a los destinatarios el plan político
del partido. El momento histórico en el que se da este texto es durante el Bienio de Derechas, cuando la
izquierda decide unirse para hacer frente a la derecha.

El texto, después de una breve introducción, en el que señala que los partidos aliados han llegado a acordar
el texto, comienza haciendo referencia a los detenidos por los conflictos sociales del Bienio de Derechas,
como pueden ser los asturianos que se levantaron en armas, Companys, que declaró la República catalana
y las personas que fueron a la huelga general en 1934, y que fueron castigados por el gobierno del Bienio
de Derechas. Continúa el texto haciendo referencia a la importancia de la Constitución. Prosigue diciendo
que, a pesar de que los republicanos no están a favor de expropiar los latifundios para entregar la tierra a
los campesinos, como quieren los socialistas, sí creen conveniente tomar una serie de medidas al respecto.
Continúa haciendo referencia a otra discrepancia entre los partidos, dado que los republicanos tampoco
aceptan nacionalizar los bancos del país, aunque sí reconocen que el sistema bancario requiere
perfeccionamientos. Finalmente, el texto habla de la concepción que tienen los partidos republicanos de
la República, por la cual no repararan en los sacrificios de privilegios sociales o económicos que habrían de
hacer. El texto está publicado en El Socialista, publicación que servía como medio de comunicación del
Partido Socialista.

Para entender el contexto en el que se da este programa, nos tenemos que remontar al 12 de abril de
1914, día en el que se celebraron unas elecciones municipales en España. Los resultados de estos comicios
dieron la victoria a los partidos republicanos, por lo que el 14 de abril se proclamó la República en Eibar,
seguida de Barcelona y Madrid, y se negoció la marcha del rey del país. La transición de la monarquía a la
república se hizo de forma pacífica. Este mismo día se constituyó un gobierno provisiona, presidido por
Azaña y con representantes de toda la coalición socialista-republicana, y se convocaron elecciones a Cortes
Constituyentes para redactar una nueva Constitución.
El gobierno provisional aprobó una serie de medidas como la reforma militar, la reforma agraria, acabó con
la influencia de la Iglesia en la política y restauró la Generalitat catalana. Además, hubo un intento de
consecución de un estatuto vasco, pero este fue rechazado por chocar en materia religiosa.
La Constitución de la República fue de un marcado signo izquierdista, destacando que se aprobó por
primera vez en España el sufragio femenino.
Entre octubre y septiembre de 1931 fue un ejecutivo presidido por Azaña y que aglutinaba a las fuerzas
republicanas de izquierdas el que se hizo con el poder. Este gobierno siguió con las reformas del gobierno
provisional, aprobando la Ley de Bases de la Reforma Agraria, continuó con la separación de Iglesia y
Estado, aprobó el Estatuto catalán y hubo un nuevo intento de crear un Estatuto vasco, pero no se llevó a
cabo por el cambio de gobierno. También se continuó con la reforma militar, y unos militares descontentos
con las nuevas medidas se levantaron liderados por el general Sanjurjo. El gobierno hizo fracasar el golpe y
encarceló a Sanjurjo. Durante esta etapa también se hizo una reforma educativa, mejorando la educación
primaria y secundaria.
Los conflictos sociales que tuvieron lugar durante esta etapa, y en especial, el motín de Casas Viejas, donde
la represión fue enorme, además de la agrupación de la derecha en la CEDA hizo que Azaña tuviese que
dimitir y se volvieran a convocar elecciones.

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Las elecciones de 1933 dieron la victoria al Partido Radical de Lerroux y a la CEDA, que gobernó hasta 1936.
Lerroux, apoyado por la Ceda, inició una serie de antirreformas que anularon los avances conseguidos
durante la etapa anterior. Se amnistió a los militares encarcelados por la Sanjurjada y se pusieron en marcha
una serie de medidas para detener la reforma agraria, iniciándose la devolución de las tierras expropiadas
a sus antiguos propietarios. A partir de la revolución catalana en 1934, el gobierno suspendió el Estatuto y
todas las instituciones autonómicas catalanas.
A partir de julio de 1934, se produjeron una serie de hechos que fueron acrecentando la tenión entre la
derecha y la izquierda. Se produjo la huelga de trabajadores del campo por la que varios diputados
socialistas fueron detenidos. Además tuvo lugar la asamblea de ayuntamientos vascos por el ataque del
gobierno a los conciertos económicos.
Tras entrar en el gobierno tres ministros de la CEDA, y ante el peligro que este hecho representaba para la
República, la UGT convocó una huelga general y Asturias se levantó en armas. Companys declaró la
república catalana, y el gobierno suprimió la Generalitat y el Estatuto.
Las izquierdas iniciaron una política de cercamiento para hacer frente a la derecha gobernante, y de esta
unión surgió el Frente Popular, programa del cual estamos analizando. Además el gobierno de Lerroux se
vio envuelto en el escándalo de Estraperlo, desprestigiándolo y haciéndolo dimitir.
En las elecciones de 1936 ganó el Frente Popular, quedando la derecha reducida a una minoría. El nuevo
gobierno pretendía amnistiar a las víctimas de la represión del gobierno de derechas, reformar la fiscalidad
y favorecer a los campesinos. Además, restituyó la Generalitat y declaró ilegal la falange.
Las tensiones entre derecha e izquierda fueron acentuándose, y tras los asesinatos del teniente Castillo y
de Calvo Sotelo, se agudizó más el conflicto, que desembocó en un golpe militar dirigido por el general
Francisco Franco el 17 de julio en Marruecos y el 18 de julio de 1836 en la Península. Así comenzaba una
guerra civil que duraría tres años y llevaría a España a una dictadura.

El texto tiene una importancia histórica significativa pues nos muestra como, a pesar de las diferencias, que
quedan plasmadas en el propio programa, la izquierda se une para hacer frente a la derecha, y ganar las
elecciones, como luego finalmente ocurrió.

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TEXTO 15: ESTATUTO DE AUTONOMÍA DEL PAÍS VASCO (4-10-1936)
El texto a analizar es el Estatuto de autonomía del País Vasco. Es un texto jurídico, pues se trata de un
conjunto de leyes y tiene un contenido político y social, y es una fuente primaria. El texto ha sido decretado
y sancionado por el Congreso de los Diputados. El destinatario de este texto es el pueblo español, pues se
publica en la Gaceta de Madrid, antecedente del actual BOE, pero en especial el pueblo vasco, pues es a él
a quien se dirige, y por eso también se publica en el Diario Oficial del País Vasco. La intencionalidad del
texto es dotar al País Vasco de una autonomía gubernativa. La circunstancia histórica en la que se da es el
inicio de la Guerra Civil y la formación del primer Gobierno Vasco, gracias al texto que estamos analizando.
El texto empieza mencionando que es el Congreso de los Diputados el que sanciona y decreta el Estatuto.
El primer artículo define lo que es el País Vasco, y cuáles son sus límites territoriales. El artículo 5 trata
sobre la autonomía del País Vasco de tener un cuerpo de policía propio, que serán los ertzaintzas. El artículo
10 hace referencia a los órganos legislativo y ejecutivo. Determina que el Parlamento Vasco se deberá elegir
por sufragio universal y el Gobierno Vasco, para gobernar, deberá tener la confianza del Parlamento.
También hace referencia a la función del lehendakari como representante de la Comunidad Autonómica
en la República. El texto incluye una cláusula temporal, que tendrá vigencia mientras dure la Guerra Civil,
y que determina que por circunstancias especiales, será un gobierno provisional el que tenga el poder, y el
lehendakari será elegido por medio de los votos de los alcaldes de los municipios vascos.
Para comprender las circunstancias históricas de este texto, nos debemos remontar a las elecciones del 12
de abril de 1931, que dieron la victoria a los partidos republicanos, por lo que el rey tuvo que marchar al
exilio. Se formó un gobierno provisional que impulsó una serie de medidas para garantizar el nuevo
régimen, como la reforma agraria y la reforma militar. En el País Vasco, la iniciativa por la consecución de
un Estatuto, que finalmente se materializó en el texto que estamos analizando, fue liderada por José
Antonio Aguirre, quien luego sería el primer lehendakari. El PNV mantuvo conversaciones con el gobierno
provisional y una comisión redactó un proyecto autonómico para las tres provincias vascas y Navarra, que
fue apoyado por el gobierno provisional. En junio de 1931 se reunieron los nacionalistas en una Asamblea
celebrada en Estella, en la que se aprobó el Estatuto y se añadió una enmienda respecto a la autonomía de
la región vasca en cuanto a las relaciones Iglesia-Estado y el derecho a negociar un concordato con el
Vaticano. En las primeras elecciones republicanas a Cortes Constituyentes, el triunfo de la coalición vasco-
navarra, formada por nacionalistas, católicos independientes y tradicionalistas hizo que ésta asumiera el
protagonismo en la consecución del Estatuto. El Estatuto de Estella fue presentado ante las Cortes en
septiembre de 1931 pero fue rechazado por chocar en materia religiosa. Las elecciones a Cortes
Constituyentes dieron una amplia mayoría a los partidos de izquierdas, por lo que la Constitución resultante
tuvo un marcado signo izquierdista.
A partir de octubre de 1931 fue un gobierno de izquierdas y liderado por Azaña el que tuvo el poder. Este
ejecutivo continuó con las reformas del gobierno provisional ya demás aprobó el Estatuto Catalán. En el
País Vasco, el tema de la redacción del Estatuto dividió completamente a los carlistas y los nacionalistas. El
PNV presentó un nuevo proyecto de Estatuto, en el que desaparecían los puntos de fricción con la
Constitución de la República, por lo que Navarra se desligó del proyecto autonómico. El referéndum que
debía aprobar el Estatuto se llevó a cabo el 5 de noviembre de 1933, pero el cambio de gobierno y el
rechazo de los municipios alaveses atrasó la aprobación del Estatuto. Tuvo especial relevancia el intento
de general Sanjurjo de golpe de Estado junto con unos militares descontentos con las reformas, pero el
golpe fue sofocado por el gobierno y Sanjurjo encarcelado. Los conflictos sociales, y en especial el suceso
de Casas Viejas, Cádiz, hizo que el gobierno se desprestigiase y se disolviera, lo que, unido a que la derecha
se fue uniendo para hacer frente a la izquierda, hizo que en las elecciones de noviembre de 1933 ganara
en Partido Radical de Lerroux.
El Partido de Alejandro Lerroux, apoyado en el parlamento por la CEDA, inició una etapa de antirreformas,
amnistió a los detenidos por la Sanjurjada. El PNV se afianzó en su postura de rechazo al gobierno
derechista por el ataque a los Conciertos Económicos, aunque tampoco apoyó directamente a los partidos
de izquierdas. Se produjo la Asamblea de Ayuntamientos vascos en contra del gobierno por el ataque a los

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Conciertos Económicos. Tras la entrada de los tres ministros de la CEDA en el gobierno, y ante el peligro
que este hecho suponía para la República, Asturias se levantó en armas y Cataluña se declaró
independiente. En el País Vasco, El PSOE y la UGT, con el apoyo de la CNT, PCE y SOV, secundaron la huelga
general. El PNV no se posicionó ante un conflicto social que no entraba dentro de sus aspiraciones. El
escándalo del estraperlo hizo que el gobierno conservador se viera desplazado del poder.
Las elecciones de febrero de 1936 dieron la victoria al Frente Popular, agrupación de partidos de izquierda
que se habían unido para hacer frente a la derecha. El nuevo gobierno trató de continuar con las reformas,
pero la gran tensión que había entre izquierda y derecha se agudizó todavía más con los asesinatos del
teniente Castillo (de la izquierda) y de Calvo Sotelo (de la derecha), y el 17 de julio de 1936 en África y el
18 en la Península tuvo lugar el Alzamiento Nacional, dirigido por el General Francisco Franco y que dio
comienzo a la Guerra Civil.

El Alzamiento Nacional provocó la división del país en dos bandos: la España nacional, que contaba con 29
capitales de provincia, incluyendo las de Navarra y Álava. Fueron apoyados por la Guardia Civil, la Guardia
de Asalto, la mayor parte del ejército, además de la ayuda exterior de Alemania, Portugal e Italia. La España
republicana, estaba formada por 21 capitales de provincia, entre otras, las de Bizkaia y Gipuzkoa. Contaba
con la industria siderometalúrgica, la textil la agricultura y la reservas de oro del Banco de España. Francia
y Gran Bretaña se negaron a ayudarla, y la única ayuda exterior que recibió fue la proporcionada por la
URSS.

El Gipuzkoa y en Bizkaia existía una amplia mayoría que apoyaba a la República. La caída de Gipuzkoa a
manos de los rebeldes permitió al PNV negociar en Madrid la aprobación del texto que estamos analizando,
el cual se aprobó finalmente el 4 de noviembre de 1936 y el día 7 de ese mismo mes ya se había constituido
el primer Gobierno Vasco con José Antonio Aguirre al frente.

La guerra en el País Vasco tuvo tres etapas: la primera, el frente guipuzcoano, que abarcó desde el estallido
de la guerra hasta la formación del primer ejecutivo vasco. En estos primeros meses, los requetés tomaron
Irún, cerrando la frontera con Francia, y finalmente, Gipuzkoa pasó a manos de los rebeldes. La segunda
estuvo determinada por el cambio de poder de manos de las Juntas de Defensa, integradas por los partidos
de izquierdas, al recién creado Gobierno Vasco. El ejecutivo ordenó una ofensiva sobre Villarreal
(Legutiano), el Álava, pero finalmente el supuesto ataque se convirtió en una derrota y puso de manifiesto
las deficiencias del ejército vasco. La tercera etapa se desarrolló entre abril y junio de 1937 y se creó el
conocido Cinturón de Hierro para proteger la capital. El ejército franquista, apoyado por la legión Cóndor,
trató de desmoralizar a la población bombardeando Durango y Guernica. Con la ruptura del Cinturón de
Hierro, gracias a la traición de Alejandro Goikoetxea, quien había participado en el diseño del mismo, Bilbao
cayó en junio de 1937. El ejército vasco capituló en Santoña, y el Gobierno Vasco inició su viaje hacia el
exilio en Francia.

En cuanto al resto de España, las tropas nacionales, al no poder tomar Madrid, cambiaron de estrategia, y
potó por el aislamiento de la capital y el ataque al norte, donde las tropas del general Mola, apoyadas por
la legión Cóndor, bombardearon Guernica en 26 de abril de 1937 y tomaron Bilbao en junio del mismo año.
En pocos días, el frente norte había desaparecido y todos los recursos pasaron a manos de la España
nacional. Con la toma del norte la España republicana quedó en una situación muy precaria, pues los
recursos que enviaba la URSS llegaban de forma intermitente y la incapacidad militar se puso de manifiesto
en la toma de Teruel. Las tropas franquistas llegaron al Mediterráneo y dividieron el territorio republicano
en dos. El gobierno de la República ordeno un contraataque en el norte, y las tropas republicanas cruzaron
el Ebro. La batalla fue muy dura y el desgaste favoreció a Franco. Durante las primeras semanas de 1939 el
ejército nacional atacó Cataluña, por lo que bajo el mando republicano solo quedaron Madrid y parte del
sureste de la península, pero la debilidad militar era evidente y el coronel Casado ordenó la rendición

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incondicional de Madrid. Un avance del ejército franquista sobre la zona sureste acabaron con este reducto
produciendo una desbandada del ejército republicano. La Guerra Civil se terminó en abril de 1939.

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TEXTO 16: DECRETO-LEY DE ABOLICIÓN DE LOS CONCIERTOS ECONÓMICOS EN BIZKAIA Y
GIPUZKOA (23-06-1937)
El texto es el decreto ley por el cual Francisco Franco abolió los Conciertos Económicos de Bizkaia y
Gipuzkoa y los cuales existían desde la supresión de los Fueros. Este texto es de tipo jurídico, ya que se
trata de una ley, y tiene contenido político, ya que trata de la traición de las provincias de Bizkaia y
económico, pues también trata sobre el sistema tributario que a partir de ese momento regulará los
impuestos de dichas provincias. Su autor es Francisco Franco, líder del Alzamiento Nacional y, tras ganar la
guerra, dictador que estuvo en el poder hasta su muerte, en 1975. Los destinatarios de este texto son los
habitantes de las provincias de Bizkaia y Gipuzkoa, pues es a ellos a quien afecta la medida. La
intencionalidad de este decreto-ley es la de castigar a las provincias de Bizkaia y Gipuzkoa por haber
apoyado a la República y ser contrarias al Levantamiento Nacional. Las circunstancias en las que se da este
texto son justo después de la caída de Bilbao y la caída del frente norte.
El texto empieza haciendo referencia a la autonomía que las provincias vascas y Navarra tenían respecto a
los demás territorios del país, y como además tenían que pagar menos a las arcas del Estado, y como Bizkaia
y Gipuzkoa no correspondieron a esta generosidad del Estado al permanecer fieles a la República y luchar
contra los sublevados. Continúa diciendo que esta singularidad fiscal ha servido de incentivo para ser leales
a la Patria, como en el caso de Navarra y Araba, y como en otros casos, han servido para hacer política
independentista, por lo que se ve obligado a abolirlos en Bizkaia y Gipuzkoa, y mantenerlo en Araba. El
texto concluye con un solo artículo en el que quedan abolidos los Conciertos Económicos en Bizkaia y
Gipuzkoa, y las iguala al resto de provincias. Fue decretado en Burgos, capital de la España sublevada, el 23
de junio de 1937, días después de la caída de Bilbao. Está firmado por Francisco Franco, y fue publicado en
el Boletín Oficial.
Para comprender las circunstancias históricas de este texto, nos debemos remontar a las elecciones del 12
de abril de 1931, que dieron la victoria a los partidos republicanos, por lo que el rey tuvo que marchar al
exilio. Se formó un gobierno provisional que impulsó una serie de medidas para garantizar el nuevo
régimen, como la reforma agraria y la reforma militar. En el País Vasco, la iniciativa por la consecución de
un Estatuto, que finalmente se materializó en el texto que estamos analizando, fue liderada por José
Antonio Aguirre, quien luego sería el primer lehendakari. El PNV mantuvo conversaciones con el gobierno
provisional y una comisión redactó un proyecto autonómico para las tres provincias vascas y Navarra, que
fue apoyado por el gobierno provisional. En junio de 1931 se reunieron los nacionalistas en una Asamblea
celebrada en Estella, en la que se aprobó el Estatuto y se añadió una enmienda respecto a la autonomía de
la región vasca en cuanto a las relaciones Iglesia-Estado y el derecho a negociar un concordato con el
Vaticano. En las primeras elecciones republicanas a Cortes Constituyentes, el triunfo de la coalición vasco-
navarra, formada por nacionalistas, católicos independientes y tradicionalistas hizo que ésta asumiera el
protagonismo en la consecución del Estatuto. El Estatuto de Estella fue presentado ante las Cortes en
septiembre de 1931 pero fue rechazado por chocar en materia religiosa. Las elecciones a Cortes
Constituyentes dieron una amplia mayoría a los partidos de izquierdas, por lo que la Constitución resultante
tuvo un marcado signo izquierdista.

A partir de octubre de 1931 fue un gobierno de izquierdas y liderado por Azaña el que tuvo el poder. Este
ejecutivo continuó con las reformas del gobierno provisional ya demás aprobó el Estatuto Catalán. En el
País Vasco, el tema de la redacción del Estatuto dividió completamente a los carlistas y los nacionalistas. El
PNV presentó un nuevo proyecto de Estatuto, en el que desaparecían los puntos de fricción con la
Constitución de la República, por lo que Navarra se desligó del proyecto autonómico. El referéndum que
debía aprobar el Estatuto se llevó a cabo el 5 de noviembre de 1933, pero el cambio de gobierno y el
rechazo de los municipios alaveses atrasaron la aprobación del Estatuto. Tuvo especial relevancia el intento
de general Sanjurjo de golpe de Estado junto con unos militares descontentos con las reformas, pero el
golpe fue sofocado por el gobierno y Sanjurjo encarcelado. Los conflictos sociales, y en especial el suceso
de Casas Viejas, Cádiz, hizo que el gobierno se desprestigiase y se disolviera, lo que, unido a que la derecha

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se fue uniendo para hacer frente a la izquierda, hizo que en las elecciones de noviembre de 1933 ganara
en Partido Radical de Lerroux.
El Partido de Alejandro Lerroux, apoyado en el parlamento por la CEDA, inició una etapa de antirreformas,
amnistió a los detenidos por la Sanjurjada. El PNV se afianzó en su postura de rechazo al gobierno
derechista por el ataque a los Conciertos Económicos, aunque tampoco apoyó directamente a los partidos
de izquierdas. Se produjo la Asamblea de Ayuntamientos vascos en contra del gobierno por el ataque a los
Conciertos Económicos. Tras la entrada de los tres ministros de la CEDA en el gobierno, y ante el peligro
que este hecho suponía para la República, Asturias se levantó en armas y Cataluña se declaró
independiente. En el País Vasco, El PSOE y la UGT, con el apoyo de la CNT, PCE y SOV, secundaron la huelga
general. El PNV no se posicionó ante un conflicto social que no entraba dentro de sus aspiraciones. El
escándalo del estraperlo hizo que el gobierno conservador se viera desplazado del poder.
Las elecciones de febrero de 1936 dieron la victoria al Frente Popular, agrupación de partidos de izquierda
que se habían unido para hacer frente a la derecha. El nuevo gobierno trató de continuar con las reformas,
pero la gran tensión que había entre izquierda y derecha se agudizó todavía más con los asesinatos del
teniente Castillo (de la izquierda) y de Calvo Sotelo (de la derecha), y el 17 de julio de 1936 en África y el
18 en la Península tuvo lugar el Alzamiento Nacional, dirigido por el General Francisco Franco y que dio
comienzo a la Guerra Civil.

El Alzamiento Nacional provocó la división del país en dos bandos: la España nacional, que contaba con 29
capitales de provincia, incluyendo las de Navarra y Álava. Fueron apoyados por la Guardia Civil, la Guardia
de Asalto, la mayor parte del ejército, además de la ayuda exterior de Alemania, Portugal e Italia. La España
republicana, estaba formada por 21 capitales de provincia, entre otras, las de Vizcaya y Gipuzkoa. Contaba
con la industria siderometalúrgica, la textil la agricultura y la reservas de oro del Banco de España. Francia
y Gran Bretaña se negaron a ayudarla, y la única ayuda exterior que recibió fue la proporcionada por la
URSS.

El Gipuzkoa y en Vizcaya existía una amplia mayoría que apoyaba a la República. La caída de Gipuzkoa a
manos de los rebeldes permitió al PNV negociar en Madrid la aprobación del estatuto, el cual se aprobó
finalmente el 4 de noviembre de 1936 y el día 7 de ese mismo mes ya se había constituido el primer
Gobierno Vasco con José Antonio Aguirre al frente.

La guerra en el País Vasco tuvo tres etapas: la primera, el frente guipuzcoano, que abarcó desde el estallido
de la guerra hasta la formación del primer ejecutivo vasco. En estos primeros meses, los requetés tomaron
Irún, cerrando la frontera con Francia, y finalmente, Gipuzkoa pasó a manos de los rebeldes. La segunda
estuvo determinada por el cambio de poder de manos de las Juntas de Defensa, integradas por los partidos
de izquierdas, al recién creado Gobierno Vasco.
El ejecutivo ordenó una ofensiva sobre Villarreal (Legutiano), el Álava, pero finalmente el supuesto ataque
se convirtió en una derrota y puso de manifiesto las deficiencias del ejército vasco. La tercera etapa se
desarrolló entre abril y junio de 1937 y se creó el conocido Cinturón de Hierro para proteger la capital. El
ejército franquista, apoyado por la legión Cóndor, trató de desmoralizar a la población bombardeando
Durango y Guernica. Con la ruptura del Cinturón de Hierro, gracias a la traición de Alejandro Goikoetxea,
quien había participado en el diseño del mismo, Bilbao cayó en junio de 1937. El ejército vasco capituló en
Santoña, y el Gobierno Vasco inició su viaje hacia el exilio en Francia. Fue en este momento en el que se
redactó el documento que estamos analizando.

En cuanto al resto de España, las tropas nacionales, al no poder tomar Madrid, cambiaron de estrategia, y
potó por el aislamiento de la capital y el ataque al norte, donde las tropas del general Mola, apoyadas por
la legión Cóndor, bombardearon Gernika en 26 de abril de 1937 y tomaron Bilbao en junio del mismo año.
En pocos días, el frente norte había desaparecido y todos los recursos pasaron a manos de la España
nacional. Con la toma del norte la España republicana quedó en una situación muy precaria, pues los

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recursos que enviaba la URSS llegaban de forma intermitente y la incapacidad militar se puso de manifiesto
en la toma de Teruel. Las tropas franquistas llegaron al Mediterráneo y dividieron el territorio republicano
en dos. El gobierno de la República ordeno un contraataque en el norte, y las tropas republicanas cruzaron
el Ebro. La batalla fue muy dura y el desgaste favoreció a Franco. Durante las primeras semanas de 1939 el
ejército nacional atacó Cataluña, por lo que bajo el mando republicano solo quedaron Madrid y parte del
sureste de la península, pero la debilidad militar era evidente y el coronel Casado ordenó la rendición
incondicional de Madrid. Un avance del ejército franquista sobre la zona sureste acabaron con este reducto
produciendo una desbandada del ejército republicano. La Guerra Civil se terminó en abril de 1939.

Este documento tiene una importancia histórica significativa pues nos muestra las represalias que sufrieron
las provincias que no se unieron al Alzamiento Nacional tras la victoria del bando sublevado.

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TEXTO 17: Ley de Responsabilidades Políticas (9-02-1939)
El texto que vamos a analizar es la Ley de Responsabilidades Políticas, que fue redactado el 9 de febrero de
1939 y publicado el 13 de febrero de 1939 por el Boletín Oficial del Estado. Este texto es de naturaleza
jurídica ya que es una Ley. Es de contenido político y social y de fuente primaria. El autor es el Gobierno
Nacional y va dirigido a todos los españoles. Este texto trata de juzgar a aquellos que se opusieron al
Movimiento Nacional e hicieron algo para apoyar la España Republicana. El contexto durante el que ocurre
es durante el final de la Guerra Civil la cual aún no había acabado.

En este texto se habla que el gobierno va a dictar unas Leyes las cuales trata de liquidar las culpas de los
cuales se opusieron al Movimiento Nacional. Especifica que quienes impondrán estas sanciones serán los
representantes del Ejército, la Magistratura y la Falange. En el primer artículo se dicta que se va a juzgar a
toda persona que se haya opuesto desde la Revolución del 10 de octubre hasta el final de la Guerra Civil al
bando nacional. En el siguiente artículo, todo el que haya salido culpable por el artículo 1 queda fuera de
la Ley, entre ellos, los integrantes del Frente Popular y nacionalistas. En el artículo tres, dice que todos los
partidos declarados fuera de la Ley perderán toda clase de derechos y sus bienes.

Para entender el contexto, debemos remontarnos a antes de la Guerra, cuando gana el Frente Popular las
elecciones del 16 de febrero de 1936, llevando esto al Alzamiento Nacional el 17 de julio en Marruecos y
el 18 de julio en la península, que llevó a la Guerra Civil. Al final de la guerra, con la implantación de un
régimen político dictatorial, que se prolongó durante 36 años, con la consiguiente desaparición del sistema
democrático, pérdida de libertades políticas y práctica de persecuciones ante actos disidentes. La Ley de
Responsabilidades Políticas amparaba esto.
En el ámbito económico, hubo una importante inflación, que disparó los precios. La Hacienda pública
estaba sin divisas y sin reservas de oro y, además, había contraído una considerable deuda con los países
que habían ayudado al bando vencedor.
La falta de productos de primera necesidad obligó a la población a buscar alimentos básicos cerca de la
tierra, lo que provocó un proceso de ruralización de la sociedad. Esta situación forzó el racionamiento de
los alimentos esenciales, lo que derivó en un mercado negro que enriqueció a unos pocos.

El franquismo entró entonces en España con lo siguiente: sintetizó una serie de ideas procedentes de otras
fuentes ideológicas como la falange, el carlismo y la Iglesia, y exteriores como el fascismo. Unió todas las
fuerzas políticas, a lo que contribuyó esta Ley echando a otros partidos y creando la FET-JONS,
anticomunista y católica. El régimen político franquista se institucionalizó con la promulgación de leyes
elaboradas entre 1938 y 1967 a modo de constitución. Franco estableció España como un Reino. Suprimió
cualquier autonomía, impulsó la unidad lingüística y se estableció una única administración. Suprimió todo
sindicato y estableció uno oficial y obligatorio. El franquismo contó con el apoyo de los favorables al golpe
de Estado. Los primeros años del régimen se caracteriza por la reconstrucción del país, consolidación de
un nuevo sistema político y una política exterior condicionada por los conflictos internacionales.

El hecho más importante de los primeros años del franquismo fue la II Guerra Mundial, en la que España
fue cambiando de bando dependiendo de quien tuviera mayor poder. Debido a estas fluctuaciones, una
vez terminado el conflicto, España fue condenada al aislamiento internacional aunque la Guerra Fría inició
acercamientos por su anticomunismo.

Durante los primeros años de la dictadura, se llevó una política económica de carácter autárquico. La
política de estado acabó con toda libertad de expresión y no hubo ninguna constitución. Se controlaba la
producción, la distribución, precios, etcétera. Asimismo, se creó el Instituto Nacional de Industria con el fin
de promocionar las empresas españolas, su autosuficiencia económica y evitar intercambios con el
exterior.

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En la década de los 50, ocurrió la segunda etapa del régimen, en la cual se consolidó éste. Prueba de esto
fue la reapertura de la frontera con Francia, y la firma de varios tratados comerciales con Francia y Gran
Bretaña. La Iglesia amplió su influencia y se firmaron acuerdos con Estados Unidos en lo económico y
militar. Estos acuerdos hicieron que España entrara en la ONU y la UNESCO, y con ello quedó reconocida
internacionalmente.

El gobierno franquista se basó en la división de poderes entre falangistas, militares, católicos y


monárquicos. Durante los primeros años se intentó una política de liberalización en el ámbito educativo
que trajo consigo el regreso de algunos intelectuales exiliados y la creación de algunos movimientos
estudiantiles con la oposición algunos sectores conservadores, a los cuales se les otorgó control del
régimen.
A principios de los años 50, el intervencionalismo estatal dejó paso a la liberalización. Comenzaron las
primeras inversiones e importaciones al extranjero, se estableció la libertad en el precio, lo que hizo que
estos aumentaran, además la liberalización del comercio exterior contribuyó a la modernización y a la
expansión económica. Del desarrollo económico, los sectores industriales agrícolas e industriales fueron
los más favorecidos.

Desde los inicios del régimen hubo oposición tanto en el interior como el exterior de España. En la oposición
interior, aunque los republicanos crearon grupos de guerrilleros, el régimen que acabó con la mayoría. En
la parte de los sublevados, los falangistas intentaron conspirar contra el régimen, mientras que los
Monárquicos trataban de restaurar la Monarquía. En la oposición exterior, se creó un gobierno republicano
confiando en la caída de España tras los fascistas. Las diferencias entre todos los grupos supusieron que
este gobierno resultase inefectivo.

A la hora de destacar la importancia de este texto hay que decir que este nos ayuda a comprender el gran
autoritarismo que existía en el régimen franquista y la gran censura sobre las ideas contrarias a este. Estas
libertades, tanto políticas como de expresión no se recuperaron hasta la muerte de Franco en 1975.

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TEXTO 18: Ley de protección de las industrias de interés nacional (25-10-1939)

El texto que vamos a analizar se trata Ley de Protección de las Industrias de Interés Nacional, publicado el
25 de Octubre de 1939 por el Boletín Oficial del Estado. Este texto es de naturaleza jurídica, contenido
económico y de fuente primaria. El autor es el Gobierno Nacional, dirigido a las empresas españolas. En
este texto, el gobierno ofrece una serie de ayudas a aquellas industrias que puedan ser de interés para
éste, con el fin de mejorar la economía del país. El contexto histórico sitúa esta Ley tras acabar la Guerra
Civil, al inicio del franquismo.

En este texto se habla de lo importante que son las materias primas y la industria para el país, además de
lo importante que es el esfuerzo para no tener que importar por culpa del resultado de la guerra. Debido
a esto, Franco decreta que se le darán algunas garantías y beneficios a las empresas de interés nacional.
En el primer artículo, si una industria necesita ayuda para iniciarse, y puede ser de ayuda para el crecimiento
de la economía, podrá ser declarada de “interés nacional”. En el siguiente artículo explica los beneficios
que tienen esas empresas declaradas de interés nacional, como puede ser la reducción de un 50% de los
impuestos o la expropiación de terrenos para la instalación de la industria. En el tercer artículo, dice que a
cambio de estos beneficios, la empresa estará supervisada por un Interventor, que interviene de parte del
estado. En el último artículo que nos muestran establece que no hace falta, ser de interés nacional y recibir
estos beneficios de por vida, cuando la empresa sea estable puede renunciar a los beneficios y a la
intervención del estado.

Para entender el contexto, debemos remontarnos a antes de la Guerra, cuando gana el Frente Popular las
elecciones del 16 de febrero de 1936, llevando esto al Alzamiento Nacional el 17 de julio en Marruecos y
el 18 de julio en la península, que llevó a la Guerra Civil. Al final de la guerra, con la implantación de un
régimen político dictatorial, que se prolongó durante 36 años, con la consiguiente desaparición del
sistema democrático, pérdida de libertades políticas y práctica de persecuciones ante actos disidentes.
En el ámbito económico, hubo una importante inflación, que disparó los precios. La Hacienda pública
estaba sin divisas y sin reservas de oro y, además, había contraído una considerable deuda con los países
que habían ayudado al bando vencedor.
La falta de productos de primera necesidad obligó a la población a buscar alimentos básicos cerca de la
tierra, lo que provocó un proceso de ruralización de la sociedad. Esta situación forzó el racionamiento de
los alimentos esenciales, lo que derivó en un mercado negro que enriqueció a unos pocos.

El franquismo entró entonces en España con lo siguiente: sintetizó una serie de ideas procedentes de otras
fuentes ideológicas como la falange, el carlismo y la Iglesia, y exteriores como el fascismo. Unió todas las
fuerzas políticas creando la FET-JONS, anticomunista y católica. El régimen político franquista se
institucionalizó con la promulgación de leyes elaboradas entre 1938 y 1967 a modo de constitución. Franco
estableció España como un Reino. Suprimió cualquier autonomía, impulsó la unidad lingüística y se
estableció una única administración. Suprimió todo sindicato y estableció uno oficial y obligatorio. El
franquismo contó con el apoyo de los favorables al golpe de Estado. Los primeros años del régimen se
caracteriza por la reconstrucción del país, consolidación de un nuevo sistema político y una política exterior
condicionada por los conflictos internacionales.

El hecho más importante de los primeros años del franquismo fue la II Guerra Mundial, en la que España
fue cambiando de bando dependiendo de quien tuviera mayor poder. Debido a estas fluctuaciones, una
vez terminado el conflicto, España fue condenada al aislamiento internacional aunque la Guerra Fría
inició acercamientos por su anticomunismo.

Durante los primeros años de la dictadura, se llevó una política económica de carácter autárquico. La
política de estado acabó con toda libertad de expresión y la no hubo ninguna constitución. Se controlaba

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la producción, la distribución, precios, etcétera. Asimismo, se creó el Instituto Nacional de Industria con el
fin de promocionar las empresas españolas, su autosuficiencia económica y evitar intercambios con el
exterior. En la década de los 50, ocurrió la segunda etapa del régimen, en la cual se consolidó éste. Prueba
de esto fue la reapertura de la frontera con Francia, y la firma de varios tratados comerciales con Francia y
Gran Bretaña. La Iglesia amplió su influencia y se firmaron acuerdos con Estados Unidos en lo económico y
militar. Estos acuerdos hicieron que España entrara en la ONU y la UNESCO, y con ello quedó reconocida
internacionalmente.

El gobierno franquista se basó en la división de poderes entre falangistas, militares, católicos y


monárquicos. Durante los primeros años se intentó una política de liberalización en el ámbito educativo
que trajo consigo el regreso de algunos intelectuales exiliados y la creación de algunos movimientos
estudiantiles con la oposición algunos sectores conservadores, a los cuales se les otorgó control del régimen.
A principios de los años 50, el intervencionalismo estatal dejó paso a la liberalización. Comenzaron las
primeras inversiones e importaciones al extranjero, se estableció la libertad en el precio, lo que hizo que
estos aumentaran, además la liberalización del comercio exterior contribuyó a la modernización y a la
expansión económica. Del desarrollo económico, los sectores agrícolas e industriales (tal como indica el
texto) fueron los más favorecidos.

Desde los inicios del régimen hubo oposición tanto en el interior como el exterior de España.
En la oposición interior, aunque los republicanos crearon grupos de guerrilleros, el régimen que acabó con
la mayoría. En la parte de los sublevados, los falangistas intentaron conspirar contra el régimen, mientras
que los Monárquicos trataban de restaurar la Monarquía. En la oposición exterior, se creó un gobierno
republicano confiando en la caída de España tras los fascistas. Las diferencias entre todos los grupos
supusieron que este gobierno resultase inefectivo.

A la hora de destacar la importancia del texto, hay que decir que este nos ayuda a comprender la situación
económica de los primeros años del franquismo, plagados de intervencionalismo estatal y la autarquía. La
situación no mejorará hasta los años 50, cuando en España reduce moderadamente el aislamiento
internacional pudiendo expandirse económicamente.

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TEXTO 19: Resolución del Movimiento Europeo de Múnich (7/8-06-1962) a propuesta de los
delegados españoles
El texto que vamos a analizar se trata de la Resolución aprobada en el congreso del movimiento europeo
de Múnich (7/8.-06-1962) a propuesta de los 118 delegados españoles, desarrollado entre el 5 y 8 de
junio de 1962. Esta resolución es de carácter histórico-circunstancial ya que se trata de una manifestación
política, de contenido político y de fuente primaria. El autor son los participantes al Congreso del
Movimiento Europeo a petición de delegados españoles, los cuales son opositores al régimen
(nacionalistas, socialistas…) y va dirigido a todo país que se quiera unir a dicho movimiento. El
Movimiento Europeo es un grupo creado para promover la unión europea inaugurado en 1957 por 6
países. El objetivo de este texto es poner una serie de normas que debe cumplir cualquier país europeo
con el fin de unirse a este grupo. Ocurre durante el franquismo.

En el primer párrafo introduce que España necesita una serie de requisitos para unirse al Congreso del
Movimiento Europeo. El primer artículo pide la instauración de instituciones representativas y
democráticas como pueden ser en España las Cortes. En el segundo, pide que también es necesario el
reconocimiento de derechos humanos como pueden ser la libertad de expresión y personal. En el
siguiente artículo pide el reconocimiento de las distintas comunidades, que habían sido anuladas
(autonomías). En el cuarto artículo, pide que haya más libertad sindical que defienda a los trabajadores y
que tengan derechos como el derecho a la huelga. En el último artículo que se nos enseña, la posibilidad
de crear partidos políticos, cosa que no se permitía desde antes de la Ley de Responsabilidades. Por
último, un mensaje dirigido a España, en el que se dice que todos los representantes españoles que han
ido esperan que se cumpla esto, y le desean a España, que adopte estas medidas lo más rápido que
pueda y que renuncien a cualquier tipo de violencia.

Para entender el contexto debemos remontarnos a la primera etapa del régimen franquista, en la que
España durante la Segunda Guerra Mundial fue alternando entre bando y bando, haciendo tratados pero
apoyando más al lado fascista. Al acabar la guerra, debido a ser fascista, fue aislada internacionalmente,
hasta que se acercó de nuevo con el inicio de la Guerra Fría. España fue una dictadura, anticomunista,
católica, en lo económico caracterizada por el intervencionalismo estatal y la autarquía.

En 1956, España era afectada por una serie de problemas económicos (inflación alta, deuda pública,
etc…), que hicieron que se viera la ineficacia de la autarquía y la necesidad de liberalización. Los
tecnócratas pusieron en marcha una serie de reformas con el fin de estabilizar la economía, modernizarla
y relanzarla. Se adoptaron una serie de medidas como la devaluación de la peseta, congelación de
salarios y reducción del gasto público, aumento de las inversiones extranjeras y la creación de nuevos
impuestos para aumentar los ingresos públicos. Estos objetivos se lograron parcialmente, pero tras este
proceso de estabilización se continuó con un plan de desarrollismo, el cual se centró en las zonas
industriales y creó un desequilibrio territorial, económico y humano.

El desarrollismo estuvo marcado por una serie de factores: inversiones extranjeras, en especial a Estados
Unidos, que contribuyó a la industria; la situación internacional, ya que este desarrollo fue algo general; el
aumento del turismo; y la emigración, que atenuó el problema del paro y aumentó el número de divisas
extranjeras.

Durante este periodo, el desarrollo de la economía contrasto con la falta de libertades políticas como
veíamos en el texto, de lo que carecía España. Franco continuó repartiendo el poder entre los cuatro
grupos que lo apoyaban. Los tecnócratas se afianzaron tanto en lo económico como en político,
introduciendo algunos signos de apertura. Se aprobó la Ley de Principios del Movimiento Nacional, con la
que se corroboró los valores fundamentales del régimen. En lo internacional, se caracterizó por la
descolonización de Guinea Ecuatorial, las relaciones con Sudamérica y países árabes, reivindicación de

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Gibraltar y la dependencia en lo militar de Estados Unidos. Había dos principales partidos opositores: el
PCE liderada por Santiago Carrillo y el PSOE, por Felipe González.

La década de los sesenta, trajo no solo desarrollo económico, sino también socioculturales, lo que llevó a
mayor oposición al régimen. En el Congreso de Múnich, del cual trata el texto que estamos analizando,
denuncia el sistema antidemocrático llevado por España. La radicalización del movimiento obrero,
motivada por el desarrollo económico llevó a varias huelgas y la creación de la Comisiones Obreras.
También apareció el movimiento universitario y en la Iglesia, un sector del clero influido por el Concilio
Vaticano II, adoptó una postura crítica.

Desde finales de los años sesenta hasta la muerte de Franco en 1975 se produjo una crisis generalizada
del sistema. La débil salud de Franco se puso en manifiesto en 1969 con la designación de Juan Carlos de
Borbón como sucesor de Franco y la designación de Carrero Blanco como vicepresidente. En 1973
Carrero Blanco asumió la jefatura de gobierno pero fue asesinado por ETA y en 1974 se quedó
constituido el nuevo gobierno de Arias Navarro, que no duró mucho. En lo internacional, la subida del
petróleo afectó a España en gran medida. A su vez, en el Sahara, Ceuta y Melilla quedaba en propiedad
de España. Tras la muerte de Franco, llegó su sucesor Juan Carlos I, y con él las primeras protestas en
busca de democracia. Los factores que desencadenaron el final del franquismo fueron: la Ley Orgánica
del Estado, que daba poder absoluto a Franco pero no a su sucesor; tras la muerte de Carrero Blanco, el
único que podía continuar era Arias Navarro, pero fue destituido; en lo socioeconómico España estaba a
la altura de las primeras potencias, pero fallaba el sistema político; la presión exterior posibilitó el cambio.

A pesar de la repercusión que tuvo el Congreso al ser en el extranjero y traer personas de toda Europa, la
represión cesó todo. El franquismo dejó constancia de su dictadura y no cedió de sus posturas
dictatoriales hasta el final. Los representantes que acudieron a este congreso fueron deportados o
exiliados. Hay que esperar a la muerte de Franco para que empiecen a darse estas condiciones
democráticas y hasta el 1986 para unirse a la Unión Europea.

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TEXTO 20: Ley Orgánica del Estado (11-01-1967)

El texto que vamos a analizar es La Ley Orgánica del Estado, publicada el 11 de enero de 1967. Este texto
es de naturaleza jurídica ya que se trata de una ley, además es de contenido político y fuente primaria.
Franco es quien la promulga y va dirigidos todos los españoles. El contexto en el que ocurre es a finales del
franquismo, en la época del desarrollismo, cuando Franco ya estaba débil y buscaba un relevo en el
mandato. El objetivo de esta Ley es institucionalizar el Estado, dotándole de una ley fundamental a modo
de constitución, formando así la última de las leyes Fundamentales del Reino.

En el primer párrafo explica que es necesario finalizar ya la institucionalización del Estado y por ende,
promulga los siguientes artículos.: En el artículo 1, Franco define a España como un reino. El artículo 2 dice
que no debe haber autonomías ya que España debe tener unidad. El artículo 3 insiste en la unidad de la
nación todo bajo los Principios del Movimiento Nacional, promulgadas en 1958 y que consisten en Patria,
Familia y Religión. En el artículo 6 se definen las funciones del Jefe de Estado. Dice que este será el máximo
representante de la Nación; personificará la soberanía nacional; será el máximo mandatario de la Falange;
en resumen, tendrá el poder legislativo, judicial, militar y ejecutivo. En el artículo 14 dice que el Presidente
del gobierno será designado por el Jefe de Estado. En 1972 Franco designó a Carrero Blanco presidente del
Gobierno.

Para entender el contexto debemos remontarnos a la primera etapa del régimen franquista, en la que
España durante la Segunda Guerra Mundial fue alternando entre bando y bando, haciendo tratados pero
apoyando más al lado fascista. Al acabar la guerra, debido a ser fascista, fue aislada internacionalmente,
hasta que se acercó de nuevo con el inicio de la Guerra Fría. España fue una dictadura, anticomunista,
católica, en lo económico caracterizada por el intervencionismo estatal y la autarquía.
En 1956, España era afectada por una serie de problemas económicos (inflación alta, deuda pública,
etc…), que hicieron que se viera la ineficacia de la autarquía y la necesidad de liberalización. Los
tecnócratas pusieron en marcha una serie de reformas con el fin de estabilizar la economía, modernizarla
y relanzarla. Se adoptaron una serie de medidas como la devaluación de la peseta, congelación de
salarios y reducción del gasto público, aumento de las inversiones extranjeras y la creación de nuevos
impuestos para aumentar los ingresos públicos. Estos objetivos se lograron parcialmente, pero tras este
proceso de estabilización se continuó con un plan de desarrollismo, el cual se centró en las zonas
industriales y creó un desequilibrio territorial, económico y humano.
El desarrollismo estuvo marcado por una serie de factores: inversiones extranjeras, en especial a Estados
Unidos, que contribuyó a la industria; la situación internacional, ya que este desarrollo fue algo general; el
aumento del turismo; y la emigración, que atenuó el problema del paro y aumentó el número de divisas
extranjeras.
Durante este periodo, el desarrollo de la economía contrasto con la falta de libertades políticas. Franco
continuó repartiendo el poder entre los cuatro grupos que lo apoyaban. Los tecnócratas se afianzaron
tanto en lo económico como en político, introduciendo algunos signos de apertura. Se aprobó la Ley de
Principios del Movimiento Nacional, con la que se corroboró los valores fundamentales del régimen. En lo
internacional, se caracterizó por la descolonización de Guinea Ecuatorial, las relaciones con Sudamérica y
países árabes, reivindicación de Gibraltar y la dependencia en lo militar de Estados Unidos.
La década de los sesenta, trajo no solo desarrollo económico, sino también socioculturales, lo que llevó a
mayor oposición al régimen. En el Congreso de Múnich denuncia el sistema antidemocrático llevado por
España. La radicalización del movimiento obrero, motivada por el desarrollo económico llevó a varias
huelgas y la creación de la Comisiones Obreras. También apareció el movimiento universitario y en la
Iglesia, un sector del clero influido por el Concilio Vaticano II, adoptó una postura crítica. Los dos
principales partidos opositores eran el PCE dirigido por Santiago Carrillo y PSOE por Felipe González.
Desde finales de los años sesenta hasta la muerte de Franco en 1975 se produjo una crisis generalizada
del sistema. La débil salud de Franco se puso en manifiesto en 1969 con la designación de Juan Carlos de
Borbón como sucesor de Franco y la designación de Carrero Blanco como vicepresidente. En 1973
Carrero Blanco asumió la jefatura de gobierno pero fue asesinado por ETA y en 1974 se quedó

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constituido el nuevo gobierno de Arias Navarro, que no duró mucho. En lo internacional, la subida del
petróleo afectó a España en gran medida. A su vez, en el Sahara, Ceuta y Melilla quedaba en propiedad
de España. Tras la muerte de Franco, llegó su sucesor Juan Carlos I, y con él las primeras protestas en
busca de democracia. Los factores que desencadenaron el final del franquismo fueron: la Ley Orgánica
del Estado, la cual es la que estamos analizando, que daba poder absoluto a Franco pero no a su sucesor;
tras la muerte de Carrero Blanco, el único que podía continuar era Arias Navarro, pero fue destituido; en
lo socioeconómico España estaba a la altura de las primeras potencias, pero fallaba el sistema político; la
presión exterior posibilitó el cambio.
La importancia de este texto radica en la implantación de estas nuevas leyes con el fin de completar las
Leyes Fundamentales, y con ello institucionalizar y afianzar el régimen. Además, da los primeros pasos de
cara a la sucesión (en 1973, el Jefe de Estado sería Franco y el Jefe de Gobierno Carrero Blanco). De 1967
a 1975 estas leyes se mantuvieron vigentes, pero al fallecer Franco, algunas de las leyes dejan de tener
efecto como la unificación del poder que este se acaba repartiendo entre las Cortes, los jueces, el
gobierno...

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TEXTO 21 Pacto de Bayona (31-03-1945)

El texto que estamos analizando es el Pacto de Bayona redactado; por los representantes de los partidos
políticos y sindicatos vascos en Francia, como PNV, ELA o PCE; el 31 de marzo de 1945. La redacción de
este texto se sitúa a principios del franquismo y a punto de finalizar la II guerra mundial, cuando la caída de
los regímenes fascistas hace que los autores de este texto piensen que los aliados irán también en contra
del reciente régimen franquista. De este modo, se pretendía elaborar un pacto en contra del régimen de
Franco y ara a conocer mediante este texto dichos acuerdos. Este es un texto histórico-circunstancial, por
manifestar las ideas políticas de una comunidad; de contenido político; y de fuente primaria.
Mediante este texto se unen partidos de distintas ideologías; como PCE, PNV, PSOE o CNT; con el fin de
firmar un pacto en contra del régimen franquista, manteniendo sus ideologías. En los artículos 1 y 2 se
certifica la unión en apoyo al gobierno vasco, el cual consideran el representante legítimo de los vascos, al
igual que lo habían hecho durante la guerra civil con la constitución de este gobierno. En los artículos 3 y 4
se dice que una vez se vuelva a la democracia los firmantes se comprometen a cumplir los deseos de los
vascos y a formar un órgano de consulta y apoyo al gobierno vasco. En el artículo 5 se dice que van a seguir
apoyando a todas las organizaciones de la oposición en España contra Franco o la Falange.
Para comprender este texto nos tenemos que remontar al final de la guerra civil española cuando Franco,
con su victoria en este, impuso un régimen dictatorial. El franquismo en Euskal Herria no fue homogéneo,
había grupos a favor y opositores al régimen. La política autárquica del régimen hizo que la situación
económica no mejorará hasta los años 50 y que la mayoría de la población sufriera de hambre y falta de
abastecimiento. Políticamente la implantación del régimen centralizado en el País Vasco fue como en el
resto de España con condenas y destierros a aquellos con pasado contrario al movimiento nacional lo que
complicó la oposición. La represión franquista también afectó al marco cultural; con maestros perseguidos,
medios de comunicación cerrados y euskera y símbolos vascos prohibidos.
Mientras el régimen superaba poco a poco el aislamiento internacional y trataba de aumentar los apoyos
sociales, la oposición del exilio e interna pretendía obstaculizar la consolidación de la dictadura y reinstaurar
la democracia junto con la autonomía vasca. El gobierno vasco siguió agrupándose e influyó sobre la política
republicana española en el exilio gracias al lehendakari Aguirre. Este gobierno puso en marcha una labor
de ayuda a los refugiados (que ayudó a unos 80.000 vascos) y un proyecto de repatriación de aquellos que
no tenían responsabilidades políticas tras la guerra.
Los partidos políticos de la oposición como el PSOE estaban muy divididos; sobre todo cuando sucedió la
ruptura entre el gobierno vasco y los socialistas mexicanos; mientras que el PCE contaba con muy poco
apoyo. Aun así estos partidos dejaron atrás sus diferencias y se unieron para firmar el Pacto de Bayona el
31 de marzo de 1945, que es el texto que estamos analizando, declarándose así a favor de la República, del
Estatuto y del Gobierno. Coincidió, además, que los aliados en la II guerra Mundial condenarán el régimen
franquista, lo que llevó a las acciones más importantes de la oposición vasca. Entre 1947 y 1951 se
sucedieron una serie de huelgas generales apoyadas por sindicatos del Pacto de Bayona como UGT, CNT o
ELA, a favor del gobierno vasco. Estas huelgas, focalizadas en las áreas industriales de Bizkaia y Gipuzkoa,
tuvieron gran represión por parte del gobierno.
Poco a poco esta oposición fue perdiendo fuerza por el cansancio y las políticas internacionales favorables
al régimen, como lo fueron los acuerdos con varios países, la integración en la ONU o la expulsión del
Gobierno Vasco de París. De ahí en adelante hubo una crisis en la oposición con los únicos actos
importantes de la celebración del 20 aniversario del gobierno vasco y el cambio de lehendakari a Leizaola.
A partir de los 60 el desarrollismo produjo una fuerte industrialización en el País Vasco que trajo consigo
una sociedad más plural y tranquilidad política. A mediados de los años 60 apareció una nueva oposición;
en el ámbito eclesiástico, un movimiento obrero, resistencia cultural, nacimiento de las ikastolas… El
movimiento obrero destacó por las numerosas huelgas ¿secundadas? las cuales tuvieron una fuerte
represión a partir de 1967. Pero el estado implantó un estado de excepción poniendo fin al conflicto.
También se llevaron numerosas reivindicaciones en el ámbito cultural como el desarrollo el euskara batua;
la publicación de libros en euskera; la creación de las ikastolas; y el desarrollo del arte, música y literatura
en euskera. Surge también ETA que supuso una ruptura con el nacionalismo tradicional. De 1967 en
adelante y debido a la represión franquista ETA fue aumentando sus intervenciones armadas, entre las que
destacó el asesinato en Madrid del presidente franquista Carrero Blanco y la bomba en una cafetería de la
capital. Poco a poco la Dictadura se fue disolviendo internamente que acabó con la muerte de Franco.

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Este texto nos deja claro que hay una oposición en el exilio de diferentes ideologías pero que al final llegan
todas a un a acuerdo en contra del régimen franquista y a favor del gobierno vasco Las expectativas de los
firmantes finalmente no se cumplen ya que no hay una intervención de los aliados por lo que habrá que
esperar a 1975, a la muerte de Franco, para que la Dictadura franquista se acabe.

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Texto 22. Homilía del obispo de Bilbao Antonio Añoveros (24-02-1974)

El texto que vamos a analizar es la homilía, llamada “El cristianismo, mensaje de salvación leída por el obispo de
Bilbao, Antonio Añoveros, en la misa del 24 de febrero de 1974 en Bilbao. Con este texto histórico-circunstancial
el obispo Añoveros pretendía manifestar su opinión sobre lo que él considera que es el problema vasco que era
de contenido político y social. La lectura de esta homilía se sitúa a finales del franquismo, 1 año antes de la
muerte del dictador y del fin de su régimen.
Este texto comienza con el obispo explicando el tema que va a tratar, que es el problema vasco. Este problema
consiste en que parte de la población piensa que el pueblo vasco está oprimido y por ello exigen el
reconocimiento de sus derechos, mientras que otros no creen que esa opresión exista. Según el obispo, esta
opresión ya que el pueblo vasco tiene unas características propias, entre las que destaca el euskera, que otorgan
a los vascos una personalidad propia que tienen el derecho de defender. En la dictadura, debido la censura y la
represión, no se podían llevar a cabo estos derechos, ya que el euskera no se podía utilizar en ningún sitio ni
estaban permitidos los símbolos vascos. Además, dice que la iglesia debería apoyar y favorecer el cambio para
solucionar de este modo el problema vasco.
Para entender este texto nos debemos remontar a abril de 1939 cuando Franco, con su victoria en la guerra civil,
estableció su régimen dictatorial que se alargó durante 36 años. En el País Vasco, había tanto grupos opositores
como grupos a favor de la dictadura franquista, pero durante los primeros años del régimen había una situación
de hambruna y una mala situación económica generalizadas que no mejoraron hasta los años 50. El franquismo
estableció un estado centralizado que chocó con la autonomía vasca por lo que Franco inició la represión hacia
aquellos con pasado nacionalista y aquellos que promovieran la cultura vasca encarcelando maestros, cerrando
medios de comunicación o prohibiendo el euskera y los símbolos vascos; como dice el obispo Añoveros en el
texto que estamos analizando.
Poco a poco el régimen se fue asentando, a pesar de la oposición a este tanto interna como externa que buscaba
la vuelta a la democracia siempre con la restauración de la autonomía vasca. El gobierno vasco desde el exilio
siguió agrupando a la oposición, ayudando a los refugiados de guerra vascos y, más tarde, repatriando a aquellos
sin responsabilidades políticas. Los demás partidos como el PCE o el PSOE, que estaba muy dividido, tenían muy
poca fuerza. Aun así estos partidos firmaron el pacto de Bayona en contra del franquismo el 31 de marzo de
1945. Además del pacto de Bayona, también apoyaron las huelgas de entre 1946 y 1951 que fueron fuertemente
reprimidas. Más tarde, la oposición entró en crisis ya que el franquismo obtuvo la aceptación internacional con
la integración en la ONU e incluso expulsaron al Gobierno Vasco de Francia. Los únicos actos importantes fueron
la celebración del 20 aniversario del gobierno vasco y el cambio de lehendakari a Leizaola.
En los años 60 hubo un desarrollismo que trajo consigo un fuerte proceso de industrialización en País Vasco que
derivó a su vez en una sociedad más plural. El franquismo vivió estos años con relativa tranquilidad ya que la
oposición tradicional se encontraba en crisis y la sociedad vivía acomodada. Pero a mediados de los 60 surgió
una nueva oposición compuesta por la Iglesia, como lo es este texto; el movimiento obrero; la resistencia
cultural…
El movimiento obrero resurgió apoyado por las CCOO, generando a partir de 1962 numerosas huelgas
reivindicando mejoras laborales sobre los cambios sociopolíticos. A partir de 1967 estas huelgas empezaron a
ser reprimidas, acabando con un estado de excepción poniéndole fin al conflicto. En Gipuzkoa se creó en 1974
el sindicato LAB que integraba reivindicaciones de clase junto con la de la independencia del País Vasco. En un
momento en el que cualquier actividad ajena a la cultura oficial podía considerarse una forma de oposición al
régimen, surgieron numerosas iniciativas de desarrollo cultural como la creación del euskara batua, la
revitalización de la Euskaltzaindia, y la creación de obras literarias, artísticas y musicales. A esta oposición se le
sumó ETA que supuso una ruptura con el nacionalismo tradicional, ya que empezó como EKIN que fue un grupo
de jóvenes nacionalistas universitarios. Desde 1967 en adelante ETA intensificó sus acciones armadas, las cuales,
al ser reprimidas, aumentaron la solidaridad con ETA. Así sucedió el Consejo de Guerra de 1970 que condenó a
muerte a 6 militantes de ETA y el fusilamiento de dos miembros de la banda en 1975. ETA asesinó en 1973 del
presidente Carrero Blanco y puso una bomba en una cafetería de Madrid asesinando a 13 personas dividiendo
así a la banda en dos. La dictadura se fue disolviendo poco a poco y finalmente con la muerte de Franco en 1975
este se diluyó completamente.
Este texto tiene una importancia histórica significativa ya que nos muestra la gran oposición que tenía el Régimen
dentro de la Iglesia, la que le había apoyado durante la guerra civil. Además, podemos apreciar la represión
sufrida por los opositores al régimen también en los últimos años del Régimen ya que el obispo fue retenido en
su casa.

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TEXTO 23: CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE 1978

El texto a analizar es la Constitución española de 1978. Al tratarse de una constitución, es un texto jurídico
con contenido político y social. El anteproyecto fue redactado por miembros de UCD, PSOE, PCE, AP y PC,
fue aprobada por las Cortes el 31 de octubre de 1978 y por el pueblo español el 6 de diciembre de 1978.
Finalmente, es publicada en el BOE el 29 de diciembre de 1978. Al estar publicada en el BOE, está destinado
a todos los españoles, y la intencionalidad de este texto es establecer las leyes fundamentales del nuevo
régimen democrático español, poniendo fin así al régimen franquista. Las circunstancias históricas en las
que se da este texto son durante la Transición, después de la muerte del general Franco, y en plena reforma
política.

El texto comienza con una introducción, en la que se presenta la Constitución y se hace referencia que ha
sido aprobado por las Cortes y por el pueblo español. En el artículo I. 1. Se define España como un estado
social y democrático, donde se fomentan valores como la justicia, la igualdad y el pluralismo. En el segundo
artículo establece que la soberanía nacional reside en el pueblo, del cual vienen todos los poderes. En el
tercer artículo se define la Monarquía parlamentaria como la forma política de Estado. En el artículo 66. I
se establece la bicameralidad de las Cortes. El artículo 98.1 hace referencia a la composición del Gobierno
y el 117.1 sobre la Justicia. El artículo 143.1 establece la posibilidad de que las provincias con una cultura
común pudieren unirse para formar una Comunidad Autónoma. Finalmente, establece una serie de
disposiciones: en la primera hace referencia a que el nuevo régimen a respeta los fueros y que serán
actualizados mediante los Estatutos de Autonomía. En la segunda, deroga la Ley de 25 de octubre de 1939,
que confirmaba los fueros tras la I Guerra Carlista, y la Ley de 21 de junio de 1876, que los derogaba. El
texto termina haciendo referencia a que fue aprobada por las Cortes y por el pueblo, y finalmente publicada
en el BOE.

Para comprender las circunstancias históricas en las que se da este texto, nos debemos remontar al 20 de
noviembre de 1975, fecha en la que murió el general Franco. Dos días después, fue proclamado rey Juan
Carlos I, quien puso al servicio de la reforma democrática el poder que le había transferido el régimen
franquista. Según la Ley Orgánica del Estado, el Caudillo tenía poderes absolutos, pero su sucesor no, pues
se repartían entre las Cortes y el presidente del Gobierno. El nuevo monarca apostaba por la presencia de
políticos reformistas que permitiesen llevar a cabo un proceso de reforma política. Arias Navarro, primer
presidente de gobierno de la Monarquía, dejó ver su talante inmovilista, lo cual no era conveniente para
superar el régimen franquista. Además, un gran sector de la sociedad salió a la calle exigiendo amnistía,
libertad, y en los casos del País Vasco y Cataluña, autonomía. Desde el principio, la Iglesia apoyó la reforma
política, debido a la nueva mentalidad establecida en el Concilio Vaticano II. Además, aunque los altos
mandos militares defendían posturas inmovilistas, mantuvieron su fidelidad al rey.
Arias Navarro formuló un programa de gobierno en el que se impulsaba una reforma muy limitada pactada
con los sectores más conservadores. Aunque en esta reforma se contemplaran los derechos de reunión,
libertad de prensa y una reforma de las Cortes, en ningún momento se consideraba restablecer una
reforma democrática. El rey designó como presidente de las Cortes a Torcuato Fernández Miranda, su
antiguo profesor de Derecho, que conocía todo el entramado político franquista y que impulsó una
verdadera reforma política. Después de numerosas negociaciones, y tras la dimisión de Arias Navarro por
sus incompatibilidades con el Rey, Adolfo Suárez fue nombrado presidente del gobierno. Sus primeras
decisiones en el cargo fueron acelerar el proceso democrático, decretando una amnistía para los presos
políticos y finalmente consiguió sacar adelante la reforma política del régimen, mediante una ley que
permitía a las Cortes modificar las Leyes Fundamentales del Reino. La Ley fue presentada a las Cortes y
obtuvo un amplio respaldo, y también fue aprobada por el pueblo en referéndum.
Paralelamente, el gobierno de Suárez amplió el margen de libertades, mantuvo una actitud dialogante con
la oposición y toleró la actividad de los sindicatos, lo que provocó un descontento generalizado entre los
militares y provocó la dimisión del vicepresidente del gobierno, el general De Santiago, quien fue sustituido
por el general Gutiérrez Mellado, militar de talante liberal que reformó las Fuerzas Armadas.
Al mismo tiempo, las fuerzas políticas de la oposición proponían un cambio democrático más radical, con
objetivos como la legalización de algunos sindicatos todavía clandestinos, mayor libertad, elecciones

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democráticas, etc. Entre los líderes de estas fuerzas políticas se encontraban figuras como Santiago Carrillo,
Tierno Galván, Felipe González… La fragilidad del sistema hizo que se tambaleara en numerosas ocasiones
debido a grandes manifestaciones y concentraciones reprimidas de forma brutal por la policía, y por las
acciones de ETA.
La aprobación de la Ley de Reforma Política hizo que el gobierno tuviese que convocar elecciones, lo que a
su vez obligó al gobierno a legalizar todos los partidos políticos, excepto el PCE, que se negaba a aceptar la
monarquía. El objetivo era desmantelar el anterior régimen de manera definitiva. En marzo se regularon
las normas electorales, y ya sólo quedó legalizar el Partido Comunista, lo que ocurrió en abril del mismo
año. De este modo, se convocaron elecciones para el 15 de junio de 1977. Los resultados dieron la victoria
a UCD, liderado por Suárez, quien continuó con las reformas. Posteriormente, en octubre del mismo año,
se firmó el Pacto de la Moncloa, por el cual todos los partidos con representación parlamentaria se
comprometían a continuar con la reforma del sistema.
En 1978 se elaboró una Constitución, que es el texto que estamos analizando, la cual se elaboró basándose
en el régimen parlamentario, la Monarquía y el concepto de Estado descentralizado. La redacción de un
anteproyecto estuvo a cargo de tres miembros de UCD y otros cuatro por cada grupo más votado: PSOE,
PCE, AP y PDC. Se llegó a un consenso común y fue aprobado por las dos cámaras como por el pueblo
mediante referéndum el 6 de diciembre de 1978. La Constitución tiene dos partes: una dogmática, en la
que recogía los principios fundamentales, asegurando su cumplimiento, y otra orgánica, en la que se
organizaban los tres temas principales: los derechos, tales como el sufragio universal, reconocimiento de
derechos y libertades individuales, etc.; las instituciones, que establecía la división entre la Monarquía, que
ostentaba la Jefatura de Estado, el Parlamento, quien tenía el poder legislativo, el gobierno, quien ejercía
el poder ejecutivo, y el Tribunal Constitucional, quien se encargaba de controlar el cumplimiento de la
Constitución.
Aprobada la Constitución, se volvieron a celebrar elecciones generales con el objetivo de conseguir un
mayor respaldo popular, y que dieron la victoria a Adolfo Suárez, aunque sus sucesivos gobiernos se
encontraron serias dificultades, destacando las luchas internas en UCD, los atentados de ETA y la constante
presión del Ejército para destituir al presidente del Gobierno. El líder del PSOE, Felipe González, empezó a
ejercer una dura oposición, y se convirtió en la alternativa de Adolfo Suárez.
De acuerdo con el Título VIII del texto que estamos analizando, la Constitución, se admitió la autonomía
como forma de estructurar territorialmente el Estado. Los dos primeros Estatutos de Autonomía aprobados
fueron el catalán y el vasco.
Debido a las luchas internas en UCD, el progresivo alejamiento de la patronal, la insistente amenaza de los
sectores más reaccionarios y la falta de acuerdo con la jerarquía eclesiástica en el ámbito educativo, Adolfo
Suárez dimitió en enero de 1981. El 23 de febrero, mientras se celebraba en el Congreso la votación de
investidura del sucesor de Suárez, Calvo Sotelo, irrumpió en el hemiciclo un grupo de Guardias Civiles
liderados por el teniente coronel Tejero y retuvo a los integrantes del gobierno y a los diputados presentes.
Pocas horas después, el capitán general de Valencia, Milans del Bosch, anunció la toma de su territorio. La
intervención del rey Juan Carlos I, que emitió un discurso en el que apoyaba el régimen democrático, hizo
fracasar el golpe de estado. Los principales acontecimientos que caracterizaron el breve mandato de calvo
Sotelo fueron el deterioro de UCD, la paralización del desarrollo autonómico, la detención y muerte de tres
jóvenes al ser confundidos con miembros de ETA, el problema del aceite de colza adulterado, que produjo
1000 muertos y la incorporación de España en la OTAN. Ante el evidente deterioro de UCD, el presidente
no agotó la legislatura y convocó elecciones anticipadas en octubre de 1982, que ganó el PSOE, poniendo
fin así a la Transición.

Este texto tiene una importancia histórica evidente, pues sigue vigente hoy en día, además de suponer el
fin del franquismo y el inicio de la Democracia, pues España como un país democrático.

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TEXTO 24: ESTATUTO DE AUTONOMÍA DEL PAÍS VASCO (18-12-1979)

El texto a analizar es el Estatuto de Autonomía del País Vasco. Al tratarse de un Estatuto, tiene una forma
jurídica, y un contenido político, social y cultural. Es de fuente primaria. Fue aprobado por las Cortes
Generales y sancionado por el rey Juan Carlos I y va dirigido a todos los vascos, pues es a ellos a quien
afecta. Las circunstancias históricas en las que se da este texto son la Transición, justo después de que la
Constitución fuese aprobada poniendo fin así al régimen de Franco.

El texto empieza con una introducción en la que hace referencia en que ha sido aprobado por las Cortes y
sancionada por el Rey. En el primer artículo empieza diciendo que el Pueblo Vasco o Euskal Herria, como
tiene una cultura propia, se constituye en Comunidad Autónoma dentro de España y pasa a llamarse
Euskadi o País Vasco, y del cual el texto que estamos analizando sería su norma fundamental. En el artículo
2.1 hace referencia a que Álava, Guipúzcoa, Vizcaya y Navarra tienen derecho a formar parte de la
Comunidad Autónoma, aunque están última decidiera formar su propia Comunidad Autónoma. En el
segundo artículo habla de que los límites de la Comunidad Autónoma serán los que tienen las provincias
que la integran. En el tercer artículo hace referencia a que los Territorios Históricos podrán conservar las
instituciones de autogobierno como las Juntas Generales y las Diputaciones. En el artículo 6.1 hace
referencia a que el euskera tendrá la misma importancia que el castellano, siendo también lengua oficial.
En el artículo 17.1 hace referencia a que el País Vasco podrá tener su propia policía, la Ertzaintza.
Finalmente, se añade una disposición adicional en la que dice que aceptar este estatuto no implica
renunciar a futuras reivindicaciones.

Para comprender las circunstancias históricas en las que se da el texto nos tenemos que remontar a
diciembre de 1976, cuando se promulga la Ley para la Reforma Política. En esta época, las tensiones y los
enfrentamientos fueron constantes en el panorama político. Destacó la acción de ETA, que durante estos
años multiplicó sus acciones contra las Fuerzas de Seguridad del Estado. Fue también durante esta época
cuando se produjo la escisión definitiva entre la rama militar y la político-militar. Otro acontecimiento
importante fue la creación del movimiento de alcaldes vascos, que aglutinó las primeras tentativas de
conseguir un Estatuto. Durante los años 1976 y 1977 se dieron numerosas huelgas, manifestaciones,
atentados terroristas, etc., de los que destacaron la brutal represión que sufrieron unos obreros que se
manifestaron en Vitoria por parte de la policía, y el suceso que se produjo en Montejurra (Navarra), donde
dos personas murieron a balazos en un enfrentamiento producido con motivo de la concentración carlista
allí celebrada. Otro de los rasgos que definieron esta época fue la pluralidad política, con partidos surgidos
antes de la guerra (PNV, PSOE, PCE, ANV…) y otros que surgieron durante la Transición (EE, HB, URT…)
Aunque las elecciones generales de junio de 1977 dieron la victoria a UCD, los resultados pusieron de
manifiesto la fuerza de los nacionalismos en el País Vasco y Cataluña. Aun así, el proceso preautonómico
encontró serias dificultades para llevarse a cabo, como la inestabilidad producida por ETA, la radicalización
de un sector del nacionalismo vasco, y el enfrentamiento con el Estado por el tema constitucional y el
Estatuto. Finalmente, el proceso preautonómico se materializó con la creación, por parte del gobierno de
Suárez, del Consejo General Vasco. Las principales tareas asignadas a esta institución fueron la elaboración
de un proyecto de Estatuto y acordar la transferencia de competencias del Estado. Navarra, por su parte,
prefirió crear su propia comunidad autónoma, aunque finalmente, en el texto que estamos analizando,
podemos ver como se le sigue dando la opción a formar parte del País Vasco. Para la redacción del texto
se partió de un anteproyecto realizado por el PNV y fue corroborado por las demás fuerzas políticas, menos
HB y AP. Este proyecto se presentó en la Casa de Juntas el 29 de diciembre de 1978.
Una de las cuestiones más discutida fue la cuestión de las nacionalidades. Según la Constitución, se admite
del concepto de nación para el territorio español, siendo indiscutible su unidad. A pesar de los intentos de
acercamiento, no se llegó a un acuerdo, y el PNV planteó la abstención en el referéndum del 6 de diciembre
de 1978. El proyecto estatutario se presentó a las Cortes el 29 de diciembre de 1978 y a partir de ese
momento se inició un período de negociaciones entre el PNV y el gobierno. Finalmente, se alcanzó un
acuerdo político y el texto que estamos analizando fue aprobado en referéndum el 25 de octubre de 1979
y sancionado el 18 de diciembre de 1979. En relación con el antiguo Estatuto, vigente durante la Guerra

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Civil, el Estatuto de Gernika no presentaba grandes cambios, pero consiguió un nivel de autogobierno y de
reconocimiento de los derechos del pueblo vasco no contemplado hasta entonces.
Según se estableció en el Estatuto, el sistema de gobierno elegido fue el parlamentario, constituyéndose
un Parlamento Vasco, que depositaba su confianza en el lehendakari, el presidente del Gobierno Autónomo
del Gobierno del País Vasco. La Comunidad Autónoma Vasca quedó definida por los territorios históricos
de Bizkaia, Álava y Gipuzkoa, las cuales conservaban sus propias instituciones. En 1983 se aprobó la Ley de
Territorios Históricos, con el objetivo de articular la organización territorial y definir las competencias de
cada organismo. Los Conciertos Económicos quedaron establecidos tras la abolición de los Fueros en 1876
y se volvieron a retomar. Cada Diputación fija y recauda los impuestos y del total obtenido entrega una
parte al Gobierno Vasco, quien a su vez remite al Gobierno Central el llamado Cupo en función de aquellas
materias en las que no tiene competencias.

Este texto tiene una importancia histórica significativa pues sigue en vigor hoy en día y supuso el
reconocimiento de los derechos del País Vasco, que no fueron reconocidos durante el régimen franquista.

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