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APUNTES DE CRISTOLOGÍA

Por Lic. Joel Cuellar

UNIDAD I
CRISTO EN LA EN LA ETERNIDAD PASADA

Antes que nada, ¿cómo podemos explicar la frase: “eternidad pasada”? La palabra
eternidad denota que un tiempo que no tienen principio ni fin.
Por lo tanto, lo que tocaremos en esta primera parte es: Cristo antes de la Creación, antes de
la existencia del Tiempo.
Algunos pasajes bíblicos trascendentales para hablar de la Eternidad de Cristo están en
Juan capítulo 1
El Verbo hecho carne
1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
2 Este era en el principio con Dios.
3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Luego en 1ra. Juan 1:1-4
“Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo
que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la
vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la
cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os
anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra
comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os
escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.”
Y otra vez en Juan 20:30-31
“Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no
están escritas en este libro. Pero estas se han escrito para que creáis (Continuéis
Creyendo) que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis
(Continuéis teniendo) vida (vida eterna) en su nombre.”
Hay que notar que Juan tiene como meta principal de sus escritos, demostrar que Jesús es el
hijo de Dios, y que es Dios mismo.
Por supuesto en Juan 1:15-16 dice: 15 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es
de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.
16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.
1 Juan 5:11 declara: Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida
está en su Hijo.”
Juan 8: 56-58 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
56
Abraham tu padre se gozó de lo que de mi día; y lo vio, y se gozó.
57
Entonces, ¿has visto a Abraham?
58
Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.
Pablo también les escribe a Timoteo: 2 Timoteo 1:9 “quien nos salvó y llamó con
llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia
que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, “
Sin duda alguna Cristo era entendido en los apóstoles, en la iglesia y en los Padres de la
Iglesia como Eterno e Inmutable.
Jesús dijo de sí mismo en la magnífica oración por nosotros en Juan 17: 5 “Ahora pues,
Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el
mundo fuese.” Y añade: 24 “Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy,
también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has
amado desde antes de la fundación del mundo.”
Sobre el lugar de nacimiento, la profecía decía: Miqueas 5:2 “Pero tú, Belén Efrata,
pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel;
y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad. ”
A continuación, añadimos una serie de pasajes bíblicos señalando la existencia eterna de la
segunda persona de la Trinidad, Jesús.
Juan 8:58
Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: antes que Abraham naciera, yo soy.
Isaías 9:6
Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus
hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno,
Príncipe de Paz.
Colosenses 1:17
Y El es antes de todas las cosas, y en El todas las cosas permanecen.
1 Juan 1:1
Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos,
lo que hemos contemplado y lo que han palpado nuestras manos, acerca del Verbo de vida
Apocalipsis 1:17
Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y El puso su mano derecha sobre mí,
diciendo: No temas, yo soy el primero y el último,
Apocalipsis 1:8
Yo soy el Alfa y la Omega --dice el Señor Dios-- el que es y que era y que ha de venir, el
Todopoderoso.
Hebreos 13:8
Jesucristo {es} el mismo ayer y hoy y por los siglos.
Hebreos 7:3
sin padre, sin madre, sin genealogía, no teniendo principio de días ni fin de vida, siendo
hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote a perpetuidad.
Apocalipsis 1:18
y el que vive, y estuve muerto; y he aquí, estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las
llaves de la muerte y del Hades.
Hebreos 7:16
que ha llegado a ser{lo,} no sobre la base de una ley de requisitos físicos, sino según el
poder de una vida indestructible.
Salmos 110:4
El SEÑOR ha jurado y no se retractará: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de
Melquisedec.
Hebreos 5:6
como también dice en otro {pasaje:} TU ERES SACERDOTE PARA SIEMPRE SEGUN
EL ORDEN DE MELQUISEDEC.
Hebreos 7:17
Pues {de El} se da testimonio: TU ERES SACERDOTE PARA SIEMPRE SEGUN EL
ORDEN DE MELQUISEDEC.
Hebreos 7:21
pues en verdad ellos llegaron a ser sacerdotes sin juramento, pero El por un juramento del
que le dijo: EL SEÑOR HA JURADO Y NO CAMBIARA: ``TU ERES SACERDOTE
PARA SIEMPRE",
Hebreos 7:24
pero El conserva su sacerdocio inmutable puesto que permanece para siempre.
Hebreos 6:20
donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho, según el orden de Melquisedec,
sumo sacerdote para siempre.
Hebreos 7:28
Porque la ley designa como sumos sacerdotes a hombres débiles, pero la palabra del
juramento, que vino después de la ley, {designa} al Hijo, hecho perfecto para siempre.
Juan 12:34
Entonces la multitud le respondió: Hemos oído en la ley que el Cristo permanecerá para
siempre; ¿y cómo dices tú: ``El Hijo del Hombre tiene que ser levantado"? ¿Quién es este
Hijo del Hombre?
Juan 8:35
y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo {sí} permanece para siempre.
Mateo 28:20
enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos
los días, hasta el fin del mundo. (knowing-jesus.com s.f.)

CRISTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO


El Ángel de Jehová
El Ángel de Jehová que para algunos teólogos consideran que es un ángel especial, lo
ponen en el primer lugar de la Jerarquía Angelical. Sin embargo la mayoría de los teólogos
serios, concuerdan que es una manifestación de la segunda persona de la trinidad,
Jesucristo. En muchos casos una teofanía de Cristo.
Veamos su primera aparición en el Antiguo Testamento se encuentra en Génesis 16:7-14.
En ella el Ángel de Jehová ordena a Agar volver a su ama y que se sujete. Pero es allí
también que le pone nombre al heredero, y le da la promesa de que sería una nación fuerte
y guerrera.
Veamos una secuela de pasajes bíblicos que hablan del “Ángel de Jehová” de manera
ordenada en el proceso del Antiguo Testamento:
1. Génesis 16:7 Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el
desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur.

2. Génesis 16:9 Y le dijo el ángel de Jehová: Vuélvete a tu señora, y ponte


sumisa bajo su mano.
3. Génesis 16:10 Le dijo también el ángel de Jehová: Multiplicaré tanto tu
descendencia, que no podrá ser contada a causa de la multitud.

4. Génesis 16:11 Además le dijo el ángel de Jehová: He aquí que has concebido,
y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque Jehová ha oído tu
aflicción.
Ya en el versículo 13: Entonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres
Dios que ve; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve?
Entonces es ahí que se entiende que en las apariciones del Ángel de Jehová se hace un
juego de palabras del “Ángel” y Dios.
5. Génesis 22:11 Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo:
Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí.
Acá otra vez haciendo su presencia frente a Abraham en el sacrificio a Isaac.
6. Génesis 22:15 Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde
el cielo,
Veamos el contexto de este pasaje, versos más adelante.
22:16 y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has
rehusado tu hijo, tu único hijo;
22:17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como
la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.
22:18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi
voz.

El ángel luego asume el rol de Jehová: “de cierto te bendeciré, y multiplicaré…” v 17-18
7. Éxodo 3:2 Y se le apareció el ANGEL DE JEHOVÁ en una llama de fuego en
medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se
consumía.
El llamamiento de Moisés claramente demostrado en su encuentro sobrenatural con el ángel
de Jehová
8. Número 22:22 Y la ira de Dios se encendió porque él iba; y el ángel de Jehová
se puso en el camino por adversario suyo. Iba, pues, él montado sobre su asna, y
con él dos criados suyos.
Dios mismo interviniendo en la vida de Balaam, pero le deja actuar sin mediar su libre
albedrío, solo que al final le ordena hablar bendición en vez de maldición
9. Número 22:23 Y el asna vio al ángel de Jehová, que estaba en el camino con
su espada desnuda en su mano; y se apartó el asna del camino, e iba por el
campo. Entonces azotó Balaam al asna para hacerla volver al camino.

10. Número 22:24 Pero el ángel de Jehová se puso en una senda de viñas que
tenía pared a un lado y pared al otro.

11. Número 22:25 Y viendo el asna al ángel de Jehová, se pegó a la pared, y


apretó contra la pared el pie de Balaam; y él volvió a azotarla.

12. Número 22:26 Y el ángel de Jehová pasó más allá, y se puso en una
angostura donde no había camino para apartarse ni a derecha ni a izquierda.

13. Número 22:27 Y viendo el asna al ángel de Jehová, se echó debajo de


Balaam; y Balaam se enojó y azotó al asna con un palo.

14. Número 22:31 Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel de
Jehová que estaba en el camino, y tenía su espada desnuda en su mano. Y
Balaam hizo reverencia, y se inclinó sobre su rostro.

15. Número 22:32 Y el ángel de Jehová le dijo: ¿Por qué has azotado tu asna
estas tres veces? He aquí yo he salido para resistirte, porque tu camino es
perverso delante de mí.

16. Número 22:34 Entonces Balaam dijo al ángel de Jehová: He pecado, porque
no sabía que tú te ponías delante de mí en el camino; mas ahora, si te parece
mal, yo me volveré.

17. Número 22:35 Y el ángel de Jehová dijo a Balaam: Ve con esos hombres;
pero la palabra que yo te diga, esa hablarás. Así Balaam fue con los príncipes de
Balac.
Al final Balaam bendice a Israel, aunque en la historia bíblica sabemos que luego fue
contado con los impíos y muerto porque recomendó cómo hacer caer a los israelitas dando
y tentando a sus jóvenes con las mujeres moabitas.
18. Jueces 2:1 El ángel de Jehová subió de Gilgal a Boquim, y dijo: Yo os saqué
de Egipto, y os introduje en la tierra de la cual había jurado a vuestros padres,
diciendo: No invalidaré jamás mi pacto con vosotros,
Ya en medio de la conquista el Ángel de Jehová se les presenta instruyendo, ordenando y
prometiendo, Boquim significa “los que lloran”. Hay que leer desde el versículo 1 al 5.
19. Jueces 2:4 Cuando el ángel de Jehová habló estas palabras a todos los hijos
de Israel, el pueblo alzó su voz y lloró.

20. Jueces 5:23 Maldecid a Meroz, dijo el ángel de Jehová;


Maldecid severamente a sus moradores,
Porque no vinieron al socorro de Jehová,
Al socorro de Jehová contra los fuertes.
En el cántico de Débora y Barac, luego de la victoria, entra esta frase.
21. Jueces 6:11 Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que
está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo
el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas.
Gedeón tuvo un encuentro con el Ángel de Jehová
22. Jueces 6:12 Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está
contigo, varón esforzado y valiente.

23. Jueces 6:21 Y extendiendo el ángel de Jehová el báculo que tenía en su


mano, tocó con la punta la carne y los panes sin levadura; y subió fuego de la
peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel de Jehová
desapareció de su vista.

24. Jueces 6:22 Viendo entonces Gedeón que era el ángel de Jehová, dijo: Ah,
Señor Jehová, que he visto al ángel de Jehová cara a cara.
Gedeón declara que ha visto cara a cara a Jehová.
25. Jueces 13:3 A esta mujer apareció el ángel de Jehová, y le dijo: He aquí que
tú eres estéril, y nunca has tenido hijos; pero concebirás y darás a luz un hijo.
El Ángel de Jehová ahora se presenta a la esposa de Manoa
26. Jueces 13:13 Y el ángel de Jehová respondió a Manoa: La mujer se guardará
de todas las cosas que yo le dije.
Ahora se le presenta a Manoa dándoles instrucciones sobre el hijo que les nacería
27. Jueces 13:15 Entonces Manoa dijo al ángel de Jehová: Te ruego nos
permitas detenerte, y te prepararemos un cabrito.

28. Jueces 13:16 Y el ángel de Jehová respondió a Manoa: Aunque me detengas,


no comeré de tu pan; mas si quieres hacer holocausto, ofrécelo a Jehová. Y no
sabía Manoa que aquél fuese ángel de Jehová.
Un juego de palabras, pero era Dios mismo hablando con él, pero no se daba cuenta.
29. Jueces 13:17 Entonces dijo Manoa al ángel de Jehová: ¿Cuál es tu nombre,
para que cuando se cumpla tu palabra te honremos?

30. Jueces 13:18 Y el ángel de Jehová respondió: ¿Por qué preguntas por mi
nombre, que es admirable?
Su nombre “Admirable”, personifica la deidad.
31. Jueces 13:20 Porque aconteció que cuando la llama subía del altar hacia el
cielo, el ángel de Jehová subió en la llama del altar ante los ojos de Manoa y de
su mujer, los cuales se postraron en tierra.
Al final terminaron adorando, y el Ángel de Jehová subió en medio del sacrificio.
32. Jueces 13:21 Y el ángel de Jehová no volvió a aparecer a Manoa ni a su
mujer. Entonces conoció Manoa que era el ángel de Jehová.
Lo impactante de esto es que al darse cuenta de la presencia de Dios sucede esta charla.
13:22 Y dijo Manoa a su mujer: Ciertamente moriremos, porque a Dios hemos visto.
13:23 Y su mujer le respondió: Si Jehová nos quisiera matar, no aceptaría de nuestras manos el
holocausto y la ofrenda, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni ahora nos habría anunciado
esto.

Cláramente se dan cuenta que vieron a Dios cara a cara y Manoa teme por sus muertes, su
esposa le consuela.
33. 2 Samuel 24:16 Y cuando el ángel extendió su mano sobre Jerusalén para
destruirla, Jehová se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía al
pueblo: Basta ahora; detén tu mano. Y el ángel de Jehová estaba junto a la era
de Arauna jebuseo.
David censa al pueblo, Dios se molesta, el Ángel de Jehová interviene, eso es algo
tremendo. De hecho, en medio de la intercesión y el sacrificio, el Ángel de Jehová se
detiene, pero mueren 70.000 hombres.
34. 1 Reyes 19:7 Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó,
diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta.
Aquí solo se hace mención a el “ángel de Jehová”, podría ser un mensajero sencillo, o ser la
misma deidad, porque no habla más especificaciones en esa misión especial.
35. 2 Reyes 1:3 Entonces el ángel de Jehová habló a Elías tisbita, diciendo:
Levántate, y sube a encontrarte con los mensajeros del rey de Samaria, y diles:
¿No hay Dios en Israel, que vais a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón?
Esta es una orden más que de un ángel simple. Le respalda sobrenaturalmente, ya que el rey
Ocozías enfermo estaba consultando a un dios pagano, al final éste manda llamar al varón
de Dios, las 1ras 2 compañías que ordenaron a Elías descender a hablar con el rey murieron
quemados por fuego sobrenatural, la 3ra compañía de soldados fueron más nobles, se
postraron y pidieron que Elías fuese a hablar con el rey, el ángel de Jehová le ordena que
vaya, le da la palabra a Ocozías que moriría por no consultar al Señor.
36. 2 Reyes 1:15 Entonces el ángel de Jehová dijo a Elías: Desciende con él; no
tengas miedo de él. Y él se levantó, y descendió con él al rey.

37. 2 Reyes 19:35 Y aconteció que aquella misma noche salió el ángel de
Jehová, y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil; y
cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos.
Senaquerib rey de Asiria se burla de Judá y su Dios, Ezequías rey de Judá clama a Dios, y
por medio del profeta Isaías, Dios le alienta con palabras hasta que entra en escena el
“Ángel de Jehová”.
38. 1 Crónicas 21:12 Escoge para ti: o tres años de hambre, o por tres meses ser
derrotado delante de tus enemigos con la espada de tus adversarios, o por tres
días la espada de Jehová, esto es, la peste en la tierra, y que el ángel de Jehová
haga destrucción en todos los términos de Israel. Mira, pues, qué responderé al
que me ha enviado.
Una réplica de lo relatado en Reyes
39. 1 Crónicas 21:15 Y envió Jehová el ángel a Jerusalén para destruirla; pero
cuando él estaba destruyendo, miró Jehová y se arrepintió de aquel mal, y dijo al
ángel que destruía: Basta ya; detén tu mano. El ángel de Jehová estaba junto a
la era de Ornán jebuseo.

40. 1 Crónicas 21:16 Y alzando David sus ojos, vio al ángel de Jehová, que
estaba entre el cielo y la tierra, con una espada desnuda en su mano, extendida
contra Jerusalén. Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros,
cubiertos de cilicio.
41. 1 Crónicas 21:18 Y el ángel de Jehová ordenó a Gad que dijese a David que
subiese y construyese un altar a Jehová en la era de Ornán jebuseo.

42. 1 Crónicas 21:30 pero David no pudo ir allá a consultar a Dios, porque
estaba atemorizado a causa de la espada del ángel de Jehová.

43. Salmos 34:7 El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,
Y los defiende.

44. Salmos 35:5 Sean como el tamo delante del viento,


Y el ángel de Jehová los acose.

45. Salmos 35:6 Sea su camino tenebroso y resbaladizo,


Y el ángel de Jehová los persiga.

46. Isaías 37:36 Y salió el ángel de Jehová y mató a ciento ochenta y cinco mil
en el campamento de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí
que todo era cuerpos de muertos.
La escena del ángel de Jehová a favor de Ezequías rey de Judá.
47. Zacarías 1:11 Y ellos hablaron a aquel ángel de Jehová que estaba entre los
mirtos, y dijeron: Hemos recorrido la tierra, y he aquí toda la tierra está
reposada y quieta.
Una similitud, puede ser la intervención de la misma divinidad, o un ángel de parte del
Señor
48. Zacarías 1:12 Respondió el ángel de Jehová y dijo: Oh Jehová de los
ejércitos, ¿hasta cuándo no tendrás piedad de Jerusalén, y de las ciudades de
Judá, con las cuales has estado airado por espacio de setenta años?

49. Zacarías 3:1 Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del
ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle.
En el Verso 2 hay una frase:
3:2 Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén
te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio?
Jehová dice: Jehová te reprenda ¿? Ya podemos sacar conclusiones sobre la intervención
divina.
50. Zacarías 3:5 Después dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron
una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el ángel de Jehová
estaba en pie.

51. Zacarías 3:6 Y el ángel de Jehová amonestó a Josué, diciendo:

52. Zacarías 12:8 En aquel día Jehová defenderá al morador de Jerusalén; el


que entre ellos fuere débil, en aquel tiempo será como David; y la casa de David
como Dios, como el ángel de Jehová delante de ellos.
. (Rodríguez 2009)

El Angel del Señor


Veamos otras citas bíblicas, pero que no tienen el denominativo “Ángel de Jehová”, sino
“Ángel del Señor”, pero que también se refieren a la 2da persona de la trinidad.
Dijo a Jacob: “Yo soy el Dios de Betel” (Génesis 31:11, 13). 13 Yo soy el Dios de Bet-el,
donde tú ungiste la piedra, y donde me hiciste un voto. Levántate ahora y sal de esta tierra,
y vuélvete a la tierra de tu nacimiento.
El ángel del Señor dice: “Yo soy el Dios de Betel”.
El relato de Génesis 32:28-30
Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con
Dios y con los hombres, y has vencido. Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame
ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo
bendijo allí. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a
cara, y fue librada mi alma.
De esta cita bíblica Oseas 12:3-5 dice: “En el seno materno tomó por el calcañar a su
hermano, y con su poder venció al ángel. Venció al ángel, y prevaleció; lloró, y le rogó; en
Bet-el le halló, y allí habló con nosotros. Mas Jehová es Dios de los ejércitos; Jehová es su
nombre.”

El Príncipe de Jehová
Un escenario singular cuando Josué estaba cerca de Jericó.
“Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el
cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de
los nuestros, o de nuestros enemigos? El respondió: No; mas como Príncipe del ejército de
Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le
dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo? Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a
Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo
hizo. Ahora, Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel; nadie entraba
ni salía. Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con
sus varones de guerra.” (Josué 5:13-6:2)
Josué le adora, y el Príncipe le dice: Quita el calzado de tus pies… Similar al dicho que se
dio a Moisés.
Los Ángeles rechazan la adoración (Apocalipsis 22:8, 9). Una serie de notables pasajes
del Antiguo Testamento llaman a esta persona “Dios” y la designación no fue rechazada
(Génesis 16:7 y versículos siguientes; Génesis 22:11, 14; Génesis 48:15 y versículos
siguientes; Jueces 13:21, 22; Zacarías 3:1 y versículos siguientes.)
Existe, por tanto, una gran cantidad de pruebas que conducen a la conclusión de que el
mensajero de Jehová era un ser divino. (Canelo 2011)
Otras consideraciones del Cristo Preencarnado
Malaquías 3:1 He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de
mí;(A) y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del
pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.
“Tenga en cuenta que la expresión, “el ángel del pacto.” Los judíos antiguos consideraban
este pasaje como una referencia a la venida del Mesías. El Nuevo Testamento, por
supuesto, hace que ese punto sea muy claro.
Los eruditos bíblicos conservadores están bastante bien de acuerdo en que el ángel de
Jehová, o el ángel del pacto, tan prominente en las Escrituras hebreas, fue el Señor Jesús en
su estado pre-encarnado.
A esto se suma el testimonio inspirado de Pablo, que afirmaba la presencia real de Cristo
con Israel en el desierto del Sinaí.
“y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los
seguía, y la roca era Cristo.” (1 Corintios 10:4)”. (Canelo 2011)
Otro pasaje bíblico sugiere una comparación 1 Corintios 10:9 Ni tentemos al Señor, como
también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes.
El comentario Nueva Traducción Kadosh Israelita Mesiánica dice: [97] Cuando YAHWEH
habla de El o Mi Malaj, está hablando de un Malaj específico y éste es Yahshúa,
confirmado por el v.21 "Guárdalos por el poder de Tu Nombre, que a mí me has dado, para
que ellos sean uno, como somos nosotros." (Joh_17:11b). El Nombre del Padre reside en
Yahshúa y no en otro malaj. Confirmación es que puede perdonar pecados.
El Comentario Bíblico Mundo Hispano dice: a. La función del ángel del Señor,1Co.23:20-
23. El ángel se menciona tres veces en el libro:1Co.14:19, 1Co.23:20 y 32:34 con 33:2; el
ángel es distinto de Jehová , pero sigue las instrucciones divinas, habla por Jehová , pero no
perdona las rebeliones (v. 21).
En Daniel 3:25, se habla del ángel que se apareció a los amigos de Daniel, el comentario
NTKIM dice que se refiere al mismo Malac Yeshua.

CRISTO EN LA TIPOLOGÍA DEL ANTIGUO TESTAMENTO

Tipos de Cristo en el Antiguo Testamento.

Las Escrituras del Antiguo Testamento hablan de Cristo


Lucas 24:27 Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba
en todas las Escrituras lo que de él decían.
Lucas 24:44 Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que
era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los
profetas y en los salmos.
Juan 5:39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida
eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;

Tipos de Cristo – Adán


Adán – Imagen y semejanza de Dios
• Romanos 5:14 – Adán es figura del que había de venir.
• Génesis 1:26, 27; Colosenses 1:15 – La imagen de Dios
• Génesis 9:6 – El hombre tiene la imagen pero no la semejanza de Dios, por causa del
pecado. Ya no nos parecemos a Dios. En Cristo se restituye la imagen y semejanza de Dios
para nosotros (Salmo 17:15 – 1 Juan 3:2).
• 2 Corintios 4:4 – Dios quiere que toda la humanidad conozca a Cristo, porque de esta
manera podemos conocer a Dios.
Adán – Gobierno de Dios
• Hebreos 2:6-9 – Todas las cosas le fueron sujetas a Cristo.
Adán y Eva – Cristo y la Iglesia
• Génesis 2:18, 21-23 – La soledad del hombre hizo que Dios creara a la mujer.
• Juan 12:24 – Dios no dejó a Jesús solo. El fruto de su herida fue la Iglesia (Efesios 5:29-
32).
• Efesios 1:22,23 – La Iglesia es la plenitud de Cristo, la que completa a Cristo. Ella es
perfeccionada para llegar a la plenitud de Cristo (Efesios 4:12-13).
Adán – Cabeza de una creación
• 1 Corintios 15:45-49 – Traeremos la imagen de nuestra cabeza celestial (Cristo) así como
traemos la imagen de nuestro padre terrenal (Adán).
• Efesios 2:15 – Hay una nueva creación en Cristo y nosotros somos parte de ella (2
Corintios 5:17).
• Hebreos 2:10-13 – En Cristo se forma la familia de Dios.
• Adán fue el comienzo de la primera humanidad – Cristo es el comienzo de una nueva raza
de seres humanos regenerados.
• En Cristo se restaura el propósito original de Dios al crear al hombre.
Adán Vs. Cristo – Contrastes
Romanos 5:17-19
• Por el pecado de Adán nosotros somos hechos pecadores.
• Por la obediencia de Cristo nosotros somos hechos justos.
1 Corintios 15:22
• En Adán todos mueren.
• En Cristo todos serán vivificados.

Tipos de Cristo – Su Sacrificio


El Sacrificio de Abel
• Génesis 4:4 – Abel trajo una ofrenda que le agradó a Dios. La fe de Abel consistió en
entender la obra de Cristo antes de que hubiera sido siquiera anunciada (Hebreos 11:4).
• Génesis 4:10 – La sangre de Abel da testimonio. La sangre de Cristo da testimonio a
nuestro favor delante de Dios (Hebreos 12:24).
El Sacrificio de Isaac
• Génesis 22 – Hay muchos detalles que nos señalan el sacrificio de Cristo.
• v.2 – Era el hijo único y amado de su padre (Mateo 3:17).
• v.2 – La tierra de Moriah es el sitio donde luego se ubicó Jerusalén, donde Cristo fue
sacrificado (2 Crónicas 3:1).
• v.6 – Iban juntos el padre y el hijo al lugar del sacrificio.
• v.9 – Obediencia y sujeción del hijo a su padre.
• v.13 – El carnero sustituto fue provisto por Dios. Cristo fue nuestro sustituto, llevó el
castigo por nuestros pecados.
El cordero
• Génesis 22:7, 8 – Dios se proveerá de cordero para el holocausto (Juan 1:29).
• Éxodo 12:3-5 – El cordero de la Pascua redimió al pueblo (1 Pedro 1:18, 19).
• Éxodo 29:38 – Sacrificio continuo sobre el altar a favor del pueblo (Hebreos 10:19).
• Isaías 53:7 – Como cordero fue llevado al matadero (Hechos 8:35).
La serpiente de bronce
• Números 21:4-9 – El pueblo es salvo del veneno de las serpientes por mirar a una
serpiente de bronce.
• Juan 3:14, 15 – Cristo fue levantado para salvar a todo el que cree en Él.
• Romanos 8:3 – Dios envió a su Hijo en semejanza de carne de pecado.
• Hebreos 4:15 – Jesús fue semejante en todo a nosotros, pero sin pecado; igualmente la
serpiente de bronce era semejante a las otras, pero no tenía veneno.
Las ofrendas
El holocausto
• Levítico 1:4 – Aceptado para expiación.
• Levítico 1:9 – Olor grato para Jehová.
La oblación
• Levítico 2:1 – Flor de harina, con aceite e incienso.
• Levítico 2:4 – Amasada con aceite + Untada con aceite.
La ofrenda de paz
• Levítico 3:3-4 – Parte del sacrificio quemado en el altar para Dios.
• Levítico 7:14,15 – Parte para Dios, parte para el sacerdote y parte para el ofrendante =
Comunión.
La expiación y la culpa
• Levítico 4:20 – Se obtiene perdón.
La purificación de los inmundos
• Números 19 – Las cenizas de la vaca alazana rociada sobre el inmundo lo hacen limpio.
• Hebreos 9:13, 14 – La sangre de Cristo limpia nuestras conciencias para servir al Dios
vivo.
• 1 Pedro 1:2 – Somos rociados con la sangre de Cristo.
• 1 Juan 1:7 – La sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado. (cbitagui 2014)

DIFERENCIAS ENTRE IMÁGENES, SÍMBOLOS Y TIPOS


Esto es parte del estudio de la Hermenéutica.
De una manera breve veamos algunos conceptos:
IMÁGENES. Una representación que busca reflejar una característica como ser una virtud
o cualidad de un objeto o persona, pero no refleja la totalidad de la persona que representa.
“Dios libero a su pueblo con brazo extendido” Dt. 26:8; Sal. 136:12, “varón de guerra” (Ex.
15:3)
SÍMBOLO. Cuando unimos imágenes como resultado tenemos un símbolo, puede ser una
historia, un objeto cuyo propósito es explicar creencias, historias, pensamientos a través de
analogías. Ej. Imágenes en el escudo de una nación, la cruz en el cristianismo.
Cuando juntamos imágenes que nos llevarán a una representación a través de una historia
con significados presentes, pasados y futuros. Su propósito es expresar creencias, historias,
pensamientos.
TIPO. Cuando juntamos uno o más símbolos dentro de una historia real, tenemos un tipo.
Es una alegoría entre una persona y un objeto, idea u otra persona. La imagen y símbolo no
necesariamente tienen que corresponder a eventos reales, el tipo sí. Ej. David es un tipo de
Cristo en su Oficio de Rey, Moisés es un tipo de Cristo en su Oficio como Profeta y
Melquisedec es un tipo de Cristo como Sacerdote. La tipología en relación a Cristo es en
relación de sus tres oficios de Rey, Sacerdote y Profeta.
Algunas apreciaciones del teólogo Francisco Lacueva:
Veamos algunas citas bíblicas que hablan similar a lo que Lucas 24:25-27 dicen: Hch. 3:18,
24; 10:43 (Pedro), Hch. 8:35 (Felipe), Hch. 9:22; 13:23, 27, 32-39; 17:11; 18:5; 24:14;
26:6-7, 22, 23, 27; 28:23 (Pablo).
Agustín dijo: “el Nuevo Testamento está escondido en el Antiguo; el Antiguo está revelado
en el Nuevo”.
Kevan dice: “no era una mera reproclamación de la Ley y de los profetas, sino su
cumplimiento… Por tanto en el Antiguo Testamento hemos de encontrar las verdades del
Nuevo Testamento no en miniatura, sino en germen.”
En otras ocasiones como Isaías 53, trata de un lujo de detalles.

CRISTO EN LA PROFECÍA DEL ANTIGUO TESTAMENTO

Extracto de la Biblioteca Logos del libro “Cómo Comprender la Biblia” de Jhon Stott:

El significado de la salvación
Al decir esto debemos dar a la palabra ‘salvación’ su significado más amplio posible. La
salvación es mucho más que el perdón de los pecados. Incluye todo el alcance del propósito
de Dios de redimir y restaurar a la humanidad, y, por supuesto, a toda la creación. Lo que
afirmamos en cuanto a la Biblia, es que revela el plan total de Dios.
Comienza con la creación, de manera que podamos conocer la semejanza divina en la
que fuimos hechos, las obligaciones que hemos repudiado y las alturas de las que hemos
caído. No podremos entender ni lo que somos en el pecado, ni lo que podremos ser por la
gracia, mientras no sepamos lo que una vez fuimos por la creación.
La Biblia continúa diciéndonos de qué manera entró el pecado en el mundo, y la muerte
como resultado del pecado. Acentúa la gravedad del pecado como una rebelión contra la
autoridad de Dios nuestro Creador y Señor, y la justicia de su juicio sobre él. Hay en la Biblia
muchas saludables advertencias sobre los peligros de la desobediencia.
Pero el principal mensaje de la Biblia, como lo desarrollaremos en el capítulo 5, es que
Dios ama a los mismos rebeldes que no merecen de su mano otra cosa que juicio. Antes del
comienzo de los tiempos, dice la Escritura, tomó forma su plan de salvación, originado en su
gracia y su libre e inmerecida misericordia. Dios hizo un pacto de gracia con Abraham,
prometiendo bendecir por medio de su descendencia a todas las familias de la tierra. El resto
del Antiguo Testamento relata la misericordiosa relación de Dios con la descendencia de
Abraham, el pueblo de Israel. A pesar de haberse obstinado en rechazar su palabra, como les
fuera comunicada por la ley y los profetas, Dios nunca los desechó. Ellos quebrantaron el
pacto, pero él no.
La encarnación de Jesucristo fue el cumplimiento de su pacto:
Bendito el Señor Dios de Israel,
que ha visitado y redimido a su pueblo,
y nos levantó un poderoso Salvador
en la casa de David su siervo,
como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio;
salvación de nuestros enemigos,
y de la mano de todos los que nos aborrecieron;
para hacer misericordia con nuestros padres,
y acordarse de su santo pacto;
del juramento que hizo a Abraham nuestro padre,
que nos había de conceder
que, librados de nuestros enemigos,
sin temor le serviríamos
en santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días.
Lucas 1:68–75
Es importante observar que la prometida ‘salvación’ de ‘nuestros enemigos’ se entiende
en términos de ‘santidad y justicia’ y ―más adelante, en el Benedictus― del ‘perdón de sus
pecados por la entrañable misericordia de nuestro Dios’ (Lucas 1:77–78).
El Nuevo Testamento, pues, se concentra en la operación de esta salvación, en el ‘perdón’
y la ‘santidad’ por medio de la muerte y resurrección de Jesucristo y el don del Espíritu Santo.
Los apóstoles ponen énfasis en el hecho de que el perdón sólo es posible mediante la muerte
de Cristo por nuestros pecados y el nuevo nacimiento que lleva a una nueva vida mediante el
Espíritu de Cristo. Luego, las epístolas están llenas de instrucción ética práctica. Como
traduce la Versión Popular 2 Timoteo 3:16, la Escritura aprovecha no sólo para ‘enseñar y
reprender’, sino ‘para corregir y educar en una vida de rectitud’. También presenta a la iglesia
de Cristo como la comunión de los salvados, llamados a una vida de servicio sacrificado y
testimonio en el mundo.
Por último, los autores del Nuevo Testamento insisten en que aunque el pueblo de Dios
en un sentido ya ha sido salvado, en otro sentido su salvación aún se encuentra en el futuro.
Se nos da la promesa de que un día nuestros cuerpos serán redimidos. ‘En esperanza fuimos
salvos’ (Romanos 8:24). Y en esta redención final participará de alguna manera la creación
entera. Si hemos de ser revestidos de cuerpos nuevos, también habrá un cielo nuevo y una
tierra nueva ocupados solamente por la justicia. Entonces, y sólo entonces, sin pecado en
nuestra naturaleza o en nuestra sociedad, se completará la salvación de Dios. La gloriosa
libertad de los hijos de Dios será la libertad para servir. Dios lo será ‘todo en todos’ (Romanos
8:21; 1 Corintios 15:28).
Tal es la salvación en el sentido amplio que las Escrituras presentan. Concebida en una
eternidad pasada, lograda en un punto en el tiempo e históricamente realizada en la
experiencia humana, alcanzará su consumación en la eternidad del futuro. La Biblia es única
en su capacidad para instruirnos para ‘una salvación tan grande’ (Hebreos 2:3).

Cristo en la ley
La salvación para la cual la Biblia nos enseña está a nuestro alcance ‘mediante la fe en Jesús’.
Por lo tanto, puesto que la Escritura tiene que ver con la salvación y la salvación mediante
Cristo, la Escritura está llena de Cristo.
El mismo Jesús entendía así la naturaleza y función de la Biblia. ‘Las Escrituras’, dijo,
‘dan testimonio de mí’ (Juan 5:39). Y otra vez, después de la resurrección, caminando con
dos discípulos de Jerusalén a Emaús, les reprochó su incredulidad, debido a su ignorancia de
las Escrituras. Lucas, que relata el caso, agrega:
Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les
declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.
Lucas 24:27
Poco más tarde el Señor resucitado dijo a un grupo mayor de sus discípulos:
Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros:
que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de
Moisés, en los profetas y en los salmos.
Lucas 24:44
Cristo declaraba, pues, no sólo que las Escrituras daban testimonio de él en general, sino
que en cada una de las tres divisiones del Antiguo Testamento ―la ley, los profetas y los
salmos (o ‘escritos’)― había elementos referentes a él, y que todas esas cosas debían
cumplirse.
La relación fundamental entre el Antiguo Testamento y el Nuevo, según Cristo, es entre
la promesa y el cumplimiento. La palabra ‘cumplido’, primera que Jesús pronunció en su
ministerio público (en el texto griego del Evangelio de Marcos) así lo indica:
El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y
creed en el evangelio.
Marcos 1:15
Jesucristo estaba completamente convencido de que los largos siglos de expectación
habían terminado, y que él mismo había ingresado a los días de su cumplimiento. Así que
pudo decir a sus apóstoles:
Bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.
Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que
veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
Mateo 13:16–17
A la luz de esta afirmación, examinaremos primero el Antiguo Testamento, y trataremos
de ver cómo nuestro Salvador, Jesucristo mismo (en términos de promesa y cumplimiento),
es el tema unificador de la Escritura.
Por ‘ley’ se entiende el Pentateuco, los primeros cinco libros del Antiguo Testamento.
¿Podemos realmente hallar a Cristo en ellos? Sin duda alguna.
Para comenzar, contienen algunas profecías fundamentales de la salvación de Dios por
medio de Cristo y que se reflejan en el resto de la Biblia. Dios prometió en primer lugar que
la simiente de Eva aplastaría la cabeza de la serpiente; luego, que por medio de la
descendencia de Abraham bendeciría a todas las familias de la tierra y que ‘No será quitado
el cetro de Judá … hasta que venga aquel a quien le pertenece; y a él se congregarán los
pueblos’ (Génesis 3:15; 12:3; 49:10). Así se revela ―ya en el primer libro de la Biblia― que
el Mesías sería humano (descendiente de Eva) y judío (descendiente de Abraham y de la tribu
de Judá) y que aplastaría a Satanás, bendeciría al mundo y reinaría para siempre.
Otra importante profecía de Cristo en la ley lo representa como el Profeta perfecto.
Moisés dijo al pueblo:
Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu
Dios; a él oiréis … y él les hablará todo lo que yo le mandare.
Deuteronomio 18:15, 18b
No sólo por medio de profecías directas señala la ley a Cristo, sino también por figuras
más indirectas. En ella el Mesías fue representado así como predicho. En realidad, los
tratados de Dios con Israel al escogerlo, al redimirlo, al establecer su pacto con él, al expiar
sus pecados mediante el sacrificio, y al darle como herencia la tierra de Canaán, todo ello
presentaba en términos limitados y nacionales lo que un día estaría al alcance de todos los
hombres por medio de Cristo. Los cristianos pueden decir hoy: Dios nos escogió en Cristo y
nos hizo un pueblo suyo. Cristo derramó su sangre para expiar nuestros pecados y ratificar el
nuevo pacto. Nos ha redimido no de la esclavitud de Egipto, sino de la esclavitud del pecado.
Él es nuestro gran sumo sacerdote que se ofreció a sí mismo en la cruz, como único sacrificio
por los pecados para siempre, y todo sacerdocio y sacrificio se cumplen en él. Además, con
su resurrección hemos nacido de nuevo a una esperanza viva, ‘para una herencia
incorruptible, incontaminada e inmarcesible’ reservada en el cielo para nosotros (1 Pedro
1:4). Cada una de estas grandes palabras cristianas que describen distintos aspectos de nuestra
salvación en Cristo ―elección, expiación, pacto, redención, sacrificio, herencia―, aparecen
en el Antiguo Testamento para referirse a la gracia de Dios para con Israel.
Hay todavía una tercera manera en que la ley da testimonio de Cristo. El apóstol Pablo
presenta así en su carta a los Gálatas:
Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados
para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que la ley ha sido nuestro
ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.
Gálatas 3:23–24
Las palabras griegas que usa Pablo describen vívidamente la situación del individuo
encerrado (‘confinado’) en una prisión militar, ‘encerrados’ bajo llave, y con un tutor
encargado de la disciplina de los menores (nuestro ‘ayo’), precisamente porque la ley moral
condenaba al que la quebrantaba sin ofrecerle remedio alguno. De esta manera apuntaba a
Cristo. Su misma condenación hacía necesario a Cristo. La ley nos mantuvo en esclavitud
‘hasta que vino Cristo’, el único que pudo darnos libertad. Estamos condenados por la ley,
pero justificados por medio de la fe en Cristo.

Cristo en los profetas


Cuando nos volvemos de la ley a los profetas, debemos recordar que la división del Antiguo
Testamento conocida como ‘los profetas’ incluía los libros históricos (Josué, Jueces, Samuel
y Reyes) como los ‘profetas anteriores’ debido a que se estimaba que los autores habían
escrito historia profética o sagrada, así como los ‘profetas posteriores’ que nosotros llamamos
mayores y menores.
Muchos lectores de la Biblia encuentran sumamente tediosa la lectura de la historia de
Israel y no pueden imaginar cómo esos monótonos reyes pueden tener algo que ver con
Cristo. Sin embargo, cuando recordamos que las primeras palabras de Cristo acerca del
‘cumplimiento del tiempo’ conducen inmediatamente a que ‘el reino de Dios se ha acercado’,
encontramos en la palabra ‘reino’, la clave que necesitamos. Israel comenzó como una
teocracia, una nación regida directamente por Dios. Aun cuando el pueblo rechazó el reinado
de Dios exigiendo un rey como las naciones vecinas y Dios les concedió su pedido, sabían
que en último término él continuaba siendo su Rey, porque ellos continuaban siendo su
pueblo, y sus reyes reinaban como si fuesen sus virreyes.
No obstante, el reinado de los reyes tanto del reino del norte (Israel) como del reino del
sur (Judá) dejó mucho que desear. La monarquía estaba viciada, externamente por guerras
extranjeras, e internamente por la injusticia y la opresión. Ambos reinos se caracterizaban
también por la inestabilidad de todas las instituciones humanas, según los reyes accedían al
trono, prosperaban y morían. Y a veces quedaban reducidos a minúsculos territorios, como
cuando los ejércitos extranjeros los invadían; por último, ambas capitales cayeron en poder
de los enemigos y tanto Israel como Judá sufrieron un humillante exilio. No es extraño que
Dios se valiera de esa experiencia de lo insatisfactorio del gobierno humano para
demostrarles la perfección del futuro reino mesiánico y estimularlos a esperarlo.
Dios había hecho un pacto con David para edificarle una casa y por medio de su
descendencia establecer su trono para siempre (2 Samuel 7:8–17). Ahora los profetas
comienzan a describir la clase de rey que sería ese ‘hijo de David’. Mostraron claramente
que él encarnaría los ideales del reino que los reyes de Israel y Judá, y aun el mismo David,
habían prefigurado tan imperfectamente. En su reino la opresión daría lugar a la justicia, y la
guerra a la paz. Y su extensión o su duración no tendrían límites, porque su dominio se
extendería de mar a mar, hasta los fines de la tierra, y duraría eternamente. Estas cuatro
características del reino del Mesías ―paz, justicia, universalidad y eternidad― aparecen
juntas en una de las más famosas profecías de Isaías:
Porque un niño nos es nacido,
hijo nos es dado,
y el principado sobre su hombro;
y se llamará su nombre
Admirable, Consejero, Dios Fuerte,
Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Lo dilatado de su imperio y la paz
no tendrán límite,
sobre el trono de David
y sobre su reino,
disponiéndolo y confirmándolo
en juicio y en justicia
desde ahora y para siempre.
El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
Isaías 9:6–7
Si bien es verdad que los profetas predijeron la gloria del Mesías, también lo es que
anunciaron sus sufrimientos. La más conocida de tales profecías, obviamente definitiva para
la interpretación de su ministerio por nuestro propio Señor, es la del Siervo sufriente, de
Isaías 53. Sería ‘despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado
en quebranto’. Sobre todo, llevaría los pecados de su pueblo:
Él herido fue por nuestras rebeliones,
molido por nuestros pecados;
el castigo de nuestra paz fue sobre él,
y por su llaga fuimos nosotros curados.
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas,
cada cual se apartó por su camino;
mas Jehová cargó en él
el pecado de todos nosotros.
Isaías 53:5–6

Cristo en los ‘escritos’


La tercera división del Antiguo Testamento se conocía como los ‘escritos’, en ocasiones
llamados ‘los salmos’ debido a que el Salterio constituía el libro principal de esta sección.
En el Nuevo Testamento se aplican a Jesucristo varios salmos, los cuales incluyen referencias
a su deidad, humanidad, sufrimientos y exaltación. Las palabras: ‘Mi hijo eres tú; Yo te
engendré hoy’ (Salmo 2:7), por ejemplo, fueron empleadas (al menos en parte) por Dios el
Padre al dirigirse directamente a su Hijo en su bautismo y en su transfiguración. Las alusiones
del Salmo 8 al hombre como ‘hecho poco menor a los ángeles’ y ‘coronado de gloria y
honor’, son aplicadas a Cristo por el autor de la Epístola a los Hebreos. El mismo Jesús citó
en la cruz el Salmo 22:1: ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?’, dando a
entender que había experimentado personalmente el terrible abandono de Dios tal como lo
expresara el salmista. Citó también el dicho de David en el Salmo 110:1 “Jehová dijo a mi
Señor: ‘Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies’ ”, y
preguntó a sus críticos cómo, en su opinión, el Mesías podía ser a la vez Señor e hijo de
David.
Los escritos contienen además lo que a menudo se llama la literatura de sabiduría del
Antiguo Testamento. Los ‘sabios’ parecen haber constituido un grupo distinto en Israel
durante el último período de la monarquía, junto con los profetas y los sacerdotes. Ellos
sabían que el principio de la sabiduría consistía en temer a Dios y apartarse del mal. A
menudo exaltaban la sabiduría en términos brillantes, como más preciosa que el oro, la plata
y las piedras preciosas, y ocasionalmente parecen haberla personificado como el agente de
Dios en la creación:
Cuando formaba los cielos, allí estaba yo;
Cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo;
Cuando afirmaba los cielos arriba,
Cuando afirmaba las fuentes del abismo;
Cuando ponía al mar su estatuto,
Para que las aguas no traspasasen su mandamiento;
Cuando establecía los fundamentos de la tierra,
Con él estaba yo ordenándolo todo,
Y era su delicia de día en día,
Teniendo solaz delante de él en todo tiempo.
Me regocijo en la parte habitable de su tierra;
Y mis delicias son con los hijos de los hombres.
Proverbios 8:27–31
Los cristianos no tienen dificultad en reconocer que esta sabiduría de Dios se ha
incorporado de un modo totalmente original en Jesucristo, la ‘Palabra’ personal que estaba
en el principio con Dios y por quien fueron hechas todas las cosas (ver Juan 1:1–3;
Colosenses 2:3).
Como se ve, la expectación de Cristo en el Antiguo Testamento ―en la ley, los profetas
y los escritos― fue extremadamente variada. Jesús mismo la resumió en la comprensiva
expresión: ‘que el Cristo padeciera estas cosas … y entrara en su gloria’ (Lucas 24:26). El
apóstol Pedro recogió la frase, concediendo que los profetas no entendieron del todo ‘qué
persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de
antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos’ (1 Pedro 1:11).
Pero allí estaba esa doble línea de profecía, representándolo como el sacerdote que habría de
sufrir ofreciéndose él mismo como sacrificio por el pecado, y como el Rey cuyo glorioso
reinado no tendría fin.
De hecho, otra de las maneras como se resume el testimonio de Cristo en el Antiguo
Testamento es presentándolo como un profeta mayor que Moisés, un sacerdote mayor que
Aarón y un rey mayor que David: Jesús revelaría perfectamente a Dios al hombre,
reconciliaría al hombre con Dios y gobernaría a la humanidad en nombre de Dios. En él
hallarían su cumplimiento final los ideales del Antiguo Testamento sobre la profecía, el
sacerdocio y el reino. 1

BIBLIOGRAFÍA
Canelo, Juan H. Iglesia de Cristo La Serena - Chile. 09 de Octubre de 2011.
http://www.iglesiadecristolaserena.cl/un-breve-estudio-del-angel-de-jehova/ (último
acceso: 10 de Febrero de 2018).
cbitagui. Cristo en las Escrituras. 18 de Abril de 2014.
https://es.slideshare.net/cbitagui/cristo-escrituras (último acceso: 10 de Febrero de
2018).
knowing-jesus.com. 20 Versículos de la Biblia sobre la Eternidad de Jesucristo. s.f.
https://bible.knowing-jesus.com/Espa%C3%B1al/topics/Jesucristo,-La-Eternidad-
De (último acceso: 09 de Marzo de 2018).
Rodríguez, Abimael. miconcordancia.com. 2009.
http://miconcordancia.com/concordancia.php?whatType=searchInfoDB&search_wo
rd=Angel+de+Jehov%C3%A1&w_tbl=tbl_capitulos (último acceso: 12 de Marzo
de 2018).

1
Stott, J. (2005). Cómo comprender la Biblia. (O. Cabral, Ed., A. F. Sosa, Trad.) (2° ed.,
pp. 14–23). Barcelona;Buenos Aires;La Paz: Ediciones Certeza Unida.
UNIDAD 2
EL CRISTO ENCARNADO
LA ENCARNACIÓN DEL HIJO DE DIOS

La necesidad de demostrar la encarnación del Hijo de Dios obedece a una serie de


antecedentes que tienen que ver con los
La unión del hombre.
Para hablar de la humanidad de Cristo es importante denotar ciertas características del ser
humano en su integridad. Primero que está constituido de dos sustancias distintas, una que
refiere a la materia y otra inmaterial. Podemos explicar cómo las 3 sustancias (Alma –
Cuerpo – Espíritu) son una parte de otra, estas en sí tienen propiedades específicas que se
pueden manifestar, no como un todo que se mezcla entre sí, sino que mantienen sus
características a pesar de la presión que se ejercen sobre ellas.
El espíritu y alma, en esencia no es materia, pero es consciente, inteligente, voluntario y
sentimental; en cambio, el cuerpo que es materia no tiene esas características. Pero la unión
entre lo inmaterial con la materia es inherente a sí misma para ser una persona. Una persona
piensa de sí mismo en dos sentidos: 1) En su cuerpo, su salud, cómo se siente. 2 En su
mente de cómo se siente, cómo está espiritualmente. Estas esencias no se unen, pero
dependen el uno del otro; pensemos en la aleación del cobre, estaño y zinc que resulta en
bronce, un cuarto elemento, no es así con el ser humano que deja de ser en la ausencia del
cuerpo, o que producto de la mezcla sea otro elemento, sino que cada esencia permanece
con sus características intactas. El alma no transfiere sus particularidades al espíritu y al
cuerpo, ni el espíritu, ni el cuerpo.
Muchas veces hablamos de que el cuerpo solo es una cáscara como lo es la del huevo, claro
no indagamos que dentro del huevo también hay materia, pensar de esa manera es pensar en
algo separado del otro. Pero acá estamos hablando de 3 sustancias que mantienen sus
características pero que al mismo tiempo están tan unidas que cuando uno habla de su
cuerpo no habla de un tercer o cuarto elemento, sino de sí mismo, de uno mismo, tanto así
que, al más ligero cambio o dolor o molestia, no importa de qué miembro o parte del
cuerpo, uno expresa el dolor de sí mismo.
La persona como resultado obtiene todas las características del cuerpo, alma y espíritu, una
koinonía idiomaton, o comunión de atributos. Se puede hablar del hombre concerniente a
su cuerpo, y se puede hablar del hombre concerniente a su espíritu y alma, por ejemplo:
Hablamos que es alto o bajo, que está enfermo o sano, o que está deforme; de la misma
manera hablamos que es bueno, sabio, juiciosos, erudito. De este ejemplo discutimos que lo
uno no es lo mismo del otro, no lo podemos confundir, no puedo confundir la sabiduría de
la enfermedad del mismo hombre que estoy hablando. Lo que se habla de un elemento del
hombre no es cierto en otro elemento. Volvemos a replicar los ejemplos: Si uno está
quemado, es el cuerpo, pero no el alma ni el espíritu; y si una persona se arrepiente de todo
corazón o está iluminada no sufre cambio alguno en su cuerpo, pues no se está hablando del
cuerpo, sino de lo interno del hombre. Estas son las paradojas de la unidad del hombre,
ejemplos: El hombre es débil y fuerte, es mortal e inmortal, que es espíritu y es polvo y
cenizas. Podemos darle características del cuerpo al alma en el sentido de “hambriento,
sediento”, podemos hablar solo del cuerpo, solo del alma, o de manera mixta. Es el hombre
que piensa, habla, come, escribe.
La unión de la parte espiritual y la parte material en la constitución del hombre, es análoga
a la unión de la naturaleza divina y humana en la persona de Cristo. (Hodge 1991)
La unión hipostática de Cristo
La humanidad de Cristo
Su nacimiento virginal. Mateo 1:18 dice: El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando
desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido
del Espíritu Santo.
Así que no hubo unión conyugal. Mateo 1:20 el ángel le dice cómo ha concebido María
“porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo” (NVI). Luego en los versos 24 y
25 explica que se casaron… “Pero no tuvo relaciones conyugales con ella hasta que dio a
luz un hijo, a quien le puso por nombre Jesús.”
María misma no entendía cómo habría de acontecer, a lo que el ángel respondió: El Espíritu
Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al santo
niño que va a nacer (el niño que va a nacer se llamará santo) lo llamarán Hijo de Dios.
(Lucas 1:35)

El nacimiento virginal nos enseña 3 cosas:


1. La salvación solo puede venir de Dios. Gn. 3:15 da la promesa, sería heredero
humano, pero ese nacimiento no fue meramente humano, nunca habría acontecido
tal fecundación sin una intervención sobrenatural, así como también el embarazo y
posterior alumbramiento fue tan natural como de cualquier ser humano. Gálatas 4:4
y 5.
2. El nacimiento virginal hace posible la unidad de la deidad en su plenitud y la
humanidad en su plenitud. Gn. 3:16; Ga. 4:4). ¿Por qué razones debemos respaldar
el hecho de que Jesús era 100% hombre y 100% Dios? Dios podría haber creado a
otro humano en el cielo y que este sea templo de Jesús, y venir al mundo como
nosotros, pero no sería igual a nosotros descendiente de Adán, por otra parte, si
hubiera sido un hombre con padre y madre humanos, y que en algún momento se
uniría a la naturaleza divina, no creeríamos que fuese esencialmente Dios. En
cambio, Cristo representa a la deidad redentora y a la humanidad entera, todas
combinadas en una perfecta combinación divina y humana, en el milagro del
nacimiento mediante la poderosa obra del Espíritu Santo.
3. El nacimiento virginal implica también, que Jesús haya nacido completamente
humano, pero sin la sucesión de la condición pecaminosa, vale decir, sin conexión
al pecado original. Algunos quieren emitir la teoría de que el varón es quien
transmite el pecado original, pero las escrituras no aseveran tal hecho, el caso es que
todas las damas también proceden de un varón. ¿Podría Jesús heredar una
naturaleza pecaminosa de parte de María? La iglesia católica hizo de ello una
doctrina errónea denominada “la inmaculada concepción de María”, que no se
refiere a la concepción del Salvador, sino de María misma en el vientre de su madre,
que ella fue libre de la herencia del pecado, y fue libre de pecado durante toda su
vida (El 08 de diciembre de 1854, el papa Pío IX proclamó: “La Santísima Virgen
María fue , desde el primer momento de su concepción… en vista de los méritos de
Cristo Jesús… preservada libre de la mancha del pecado original”).
Lo cierto es que María no tenía una condición “especial”, sino que era agraciada (gr.
Charitoo), que significa llena de gracia, del favor de Dios. Lc. 1:28, 30, 42 tiene un
contexto de un favor especial de parte de Dios. Sin embargo, esa palabra es común
al ser usada respecto a la iglesia, tal como refleja Efesios 1:6.
En todo caso la biblia declara en Lucas 1:35. Respondiendo el ángel, le dijo: El
Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por
lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. Todo parece
explicar que el milagro ocurrió en el momento de la concepción en el vientre de
María, ya que para que el “niño” no tenga relación con el pecado, algo tuvo que
acontecer en el mismo acto de concepción. (Grudem 1997)
Debilidades y limitaciones humanas.
- Jesús tuvo un cuerpo humano.
Nació igual que todos (Lc. 2:7).
Creció igual que todos (Lc. 2:40)
Crecía en sabiduría, estatura, en gracia para con Dios y para con los hombres (Lc. 2:52)
Se cansaba como todos (Juan 4:6)
Sintió sed (Jn. 19:28)
Tuvo hambre (Mt. 4:2) Estuvo a punto de desfallecer en ese ayuno (Mt. 4:11)
No pudo resistir el peso del sufrimiento (Lc. 23:26). Profunda debilidad física.
Murió en la cruz (Lc. 23:46)
Una vez que resucitó, dio evidencia de su completa humanidad, aunque con cuerpo perfecto
sin limitaciones a la enfermedad, deterioro o muerte. Se mostró así mismo como humano y
no como espíritu (Lc. 24:39). Les mostró que tenía “carne y huesos” (Lc. 24:42; Jn.
20:17,20,27; 21:9,13).
La ascensión de Cristo implica la continuidad de su humanidad. Los discípulos le vieron
físicamente, hasta que una nube lo cubrió, era visible, era carne, era hombre, pero
glorificado. (Hch. 1:9)
- Jesús tuvo mente humana
Según Lucas 2:52, expresa que aprendió como todos los demás, a leer, escribir, ser
obediente (He. 5:8). También el suceso de “Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni
aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.” Mr. 13:32
- Jesús tuvo alma y emociones humanas
Jesús tuvo angustia. Jn. 12:27. Se entristeció profundamente. Juan 13:21. Estas citas
sugieren una ansiedad o sorpresa repentina, pues la palabra griega es tarasso, dado que su
significado implica ello. Otra escritura es Mateo 26:38 donde Jesús se siente morir.
Jesús se asombró de la fe del centurión (Mt. 8.10). Lloró por la muerte de Lázaro (Jn.
11:35). Oró con mucho clamor y lágrimas. He. 5:7. Sufrió y aprendió obediencia He. 5:8-9.
El verso 8 implica que Jesús estaba dispuesto a obedecer a pesar de las circunstancias más
difíciles.
- El testimonio de sus contemporáneos
Aunque el ministerio de Jesús había crecido enormemente según Mate 4:23-25, su lugar de
crecimiento, Nazareth no lo recibieron como otras comunidades, porque le conocían,
porque era un hombre real. Mt. 13:53-58. Ni siquiera sus hermanos creían en él (Jn. 7:5).

Jesús sin pecado.


Hebreos 4:15 dice que Jesús fue “tentado en todo”, igual que nosotros, pero sin pecado. El
hecho de que haya sido tentado es en relación a su completa humanidad, porque Santiago
1:13 dice que: “Dios no puede ser tentado por el mal” (esto es un argumento más de la
humanidad de Jesús).
Algunos objetan la humanidad de Jesús por el hecho de ser sin pecado, ya que todo humano
peca, entonces Jesús no sería humano. Nuestra respuesta a ello es que el hombre es pecado
en su estado anormal, ya que está bajo los efectos del pecado original. Jesús tuvo
posibilidad de caer, pero no, sufrió la tentación como un humano, pero no cayó. Dios no
nos creó pecaminosos, Adán pecó y nos heredó el pecado original, pero Jesús no adquirió
esa herencia, pero fue humano en todo, como está demostrado en los puntos anteriormente
explicados.
Lucas 4 y Mateo 4 reflejan la tentación hacia Jesús de parte de Satanás, en el desierto
durante el ayuno de 40 días. Satanás intentó tentarlo en todo, pero fracasó (Lc. 4:13).
Muchos querían encontrar errores en Jesús, pero no pudieron (Jn. 8.46).
Jesús declara ser Luz del mundo, ello representa veracidad, pureza moral y santidad (Jn.
8:12). A Jesús le llaman Justo (Hch. 2:27; 3:14; 4:30; 7:52; 13:35; 1 Jn. 2:1).
Siempre vivió bajo la voluntad de su Padre. Jn 8:29; 15:10. Tanto que Pilato mismo “no
encontró” que sea culpable (Jn. 8:38).
Fue tratado como pecador porque tomó el lugar de los hombres (2 Co. 5:21). Hebreos 4:15
refleja TENTADO EN TODO PERO SIN PECADO. Fue santo e irreprochable (He. 7:26; 1
P. 2:22)

La necesidad de la humanidad de Jesús.


El apóstol Juan defendió la humanidad y divinidad de Jesús, ya que algunas doctrinas
heréticas se infiltraron tanto que cuestionaban su humanidad como el docetismo. Juan se
refirió a ello como la doctrina del anticristo (1 Jn. 4:2-3). Veamos algunas razones
importante, para decir verdad 7:
a) Para obediencia representativa.
Jesús fue tentado como Adán (Gn. 2:15-3:7; Lc. 4:1-13), para ello Pablo explica en su carta
a los Romanos 5:18-19 sobre el efecto de la obediencia de Cristo en contraste a Adán.
Cristo es el “postrer Adán”, el “segundo Hombre” (1 Co. 15:45, 47)
b) Ser un sacrificio vicario.
La palabra “vicario” significa: alguien que suple o sustituye funciones de otra persona.
Si Jesús no hubiera muerto, no hubiera sido posible pagar el castigo que nos correspondía
(He. 2:16-17). Jesús tenía que ser hombre, no un ángel.
c) Para ser el único mediador entre Dios y los hombres.
1 Timoteo 2:5 nos dice que hay un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo. Para
ser mediador alguien tiene que tener parte con el uno y con el otro. Jesús era Dios y hombre
a la vez constituyéndose en perfecto mediador.
d) Para cumplir el propósito original de Dios de que el hombre gobernara la
creación.
Dios quiso desde el principio que el hombre gobernara la creación, pero aún ésta no se ha
sujetado (He. 2:8). Pero Jesús recibió toda potestad y la ejerció (Mt. 28:18), Dios sometió
todas las cosas al dominio de Cristo (Ef. 3:21). Jesús tenía que ser hombre para cumplir el
propósito original de Dios de que el hombre reinara sobre la creación.
e) Para ser nuestro ejemplo y modelo de vida.
1 Juan 2:6 dice que tenemos que vivir como él vivió. Cuando Cristo venga seremos
semejantes a él (1 Juan 3:2-3). Cada vez somos transformados a su semejanza (2 Co. 3:18).
Tenemos que ser transformados según a la imagen de su Hijo (Ro. 8:29). Tenemos que
seguir sus pasos (1 P. 2:21). Debemos poner la mirada en Jesús el perfeccionador de
nuestra fe (He. 12:2). En tiempos de persecución actuar como Jesús (He. 12:3). Es nuestro
ejemplo en la muerte (Fil. 3:10; Hch 7:60; 1 P 3:17-18; 4:1).
f) Para ser modelo de nuestros cuerpos redimidos.
Cuando nosotros resucitemos seremos como el cuerpo de Cristo, glorificado 1 Co. 15:23,
42-44. Esto implica que como se espera la primicia de las cosechas, que lo restante serán
similar a ellas, Cristo fue primicia de lo que seremos en él (1 Co. 15:49 Y así como hemos
traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial). Jesús fue el
“primogénito de la resurrección” (Col. 1:18), sería el modelo de los cuerpos que tendríamos
después.
g) Para compadecerse como sumo sacerdote.
Si no hubiera sido hombre, no podría compadecerse de nosotros, pero tuvo nuestra
naturaleza, nuestras experiencias, vivió como nosotros. He 2:18; 4:15-16. (Grudem 1997)

LA EXPIACIÓN
La expiación tiene muchos aspectos que debemos tomar en cuenta, que hicieron posible
nuestra salvación, no solo su muerte, sino también su propia vida.
¿La razón de la expiación?
Para entender esto, debemos mirar el carácter de Dios, dos asuntos trascendentalmente
importantes: El amor y la justicia de Dios como dice en Juan 3:16 y Romanos 3:23, 25.
La justicia requiere que se salde la cuenta por los pecados. Ya no nos podía aceptar sin que
no se pagara el castigo. Leamos.
Rom 3:25-26 “a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para
manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados
pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y
el que justifica al que es de la fe de Jesús.”
La palabra “propiciar” significa ayudar a que sea posible la realización de una acción. En
otras palabras: Dios hizo posible por medio de la fe en su sangre.
Este versículo también significa que Dios estuvo perdonando los pecados del Antiguo
Testamento, pero sin haberse pagado el castigo por ello. Por eso Dios no podría haber sido
justo si no hubiese paga, sino hubiera castigo por el pecado. La muerte de Cristo fue para
“manifestar en este tiempo su justicia”.
¿La necesidad de la expiación?
Para manifestar la justicia de Dios no era necesario, Dios podía haber condenado al hombre
hasta el juicio, como sucedió con los ángeles 2 P. 2:4. Pero Dios decidió POR SU AMOR,
como una consecuencia de la decisión de Dios, a esto se le llama “consecuencia de la
absoluta necesidad” de la expiación.
Era la voluntad de Dios, según Mt. 26:39, Jesús oraba por hacer la voluntad de Dios. A
Jesús no le era posible evitar la muerte para así desarrollar la tarrea para lo que el Padre le
había enviado.
Jesús aclara a los discípulos camino a Emaus en Lc. 24:25-27, que era necesario que hay
expiación y que Cristo lo hiciera posible.
Hebreos 2:17 Por eso era preciso que en todo se asemejara a sus hermanos, para ser un
sumo sacerdote fiel y misericordioso al servicio de Dios, a fin de expiar* los pecados del
pueblo.
Es imposible que la sangre de los toros y machos cabríos quite el pecado. He. 10:4, era
necesario un mejor sacrificio según He. 9:23-26.

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