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ORÍGENES DEL RACISMO

Antes de la llegada de los españoles existían diferencias entre los diversos pueblos que vivían en el
Perú, diferencias que muchas veces podían expresarse mediante la guerra. Sin embargo, el racismo,
tal como lo conocemos actualmente es básicamente un legado de la conquista.
Los españoles consideraban que los indígenas eran inferiores porque no tenían escritura, ni armas
de fuego, ni conocían la rueda. Además practicaban sacrificios humanos y el incesto. Los españoles
estaban convencidos que los rasgos físicos de los indígenas reflejaban su inferioridad y que por lo
tanto estaban destinados a servirles.

La conquista implico la destrucción de las huacas y otras expresiones religiosas indígenas que eran
consideradas manifestaciones de idolatría o culto al demonio. Sin embargo, debe señalarse que los
españoles reconocieron muchas prerrogativas a los caciques, ya que a través de ellos podían
dominar a los demás indígenas.

Al ser considerados, como súbditos del rey de España los indígenas no podían ser vendidos como
esclavos, sin embargo, muchos de ellos eran obligados a trabajar duramente en obrajes y
especialmente en la mina, donde morían victimas del excesivo trabajo, mala alimentación y maltrato
en general.

La administración virreinal mantenía a la sociedad peruana en estado de segregación, es decir que


en toda la vida cotidiana existían normas que señalaban dónde podía uno vivir, en qué podía trabajar,
qué ropa debía llevar, a qué iglesia podía acudir, y si podía estudiar dónde debía hacerlo de acuerdo
a su origen étnico y condición social. Situación privilegiada que era otorgada solamente a los hijos
de los caciques, tal es el caso de Túpac Amaru que acudió al Colegio de Príncipes del Cusco.

Sin embargo, la segregación no pudo ser absoluta, el mestizaje se mantuvo durante toda la
dominación española, situación que en buena medida se mantuvo porque el número de mujeres
españolas que llegaron al Perú siempre fue muy inferior al de los varones. Los diversos mestizos,
hijos de estas uniones, no tenían un lugar preciso en la estructura social colonial. Llegándose incluso
a tratar de establecer una "clasificación rígida" (cuarterones, mulatos, zambos, etcétera), pero la
realidad fue mucho más compleja. En la práctica, de acuerdo a circunstancias individuales, algunos
serían tratados como españoles y otros como indígenas.

En cuanto a los esclavos negros, algunos de ellos lograron escapar de los españoles y se
convirtieron en fugitivos o cimarrones, estableciéndose en poblados autónomos y aislados, que
siguen hasta ahora delimitados.

Otra muestra del racismo vivido en el Perú de ésa época, fue el trato dado a los inmigrantes. Durante
esos años, los gobiernos del Perú y los demás países americanos promovieron la llegada de
inmigrantes europeos. Muchos de los italianos, españoles, alemanes o ingleses que desembarcaban
en el Perú eran pobres, pero recibían las oportunidades que necesitaban y además un trato digno.
Estos eran considerados ciudadanos, podían ser propietarios, incorporarse al ejército, votar en las
elecciones y además entablar relaciones familiares con los criollos. Su situación privilegiada estaba
basada en la premisa de "mejorar la raza", los diversos gobiernos de la época entendían que se
debía "purificar racialmente" al sector criollo del mestizaje producido en la colonia, haciendo que sus
descendientes tuvieron rasgos más europeos.
Al comenzar el siglo XXI, ya no es posible afirmar que la educación es superior, los ingresos
económicos o el ocupar públicos sea propios del sector de ascendencia europea.
Sin embargo, los más pobres y olvidados de la sociedad peruana siguen siendo los mismos que
hace cien años, campesinos pobres de origen andino y nativos amazónicos que no hablan
castellano. De igual forma, como veremos en los próximos capítulos, en muchos espacios sociales
persisten las manifestaciones de racismo.

¿QUÉ ES EL RACISMO?

El racismo se manifiesta cuando atribuimos a los rasgos físicos comunes a un grupo de personas
(color de piel, color de cabello, facciones, estatura) determinadas conductas o atributos personales.

El racismo se entiende también como una teoría fundamentada en el prejuicio según el cual hay
razas humanas que presentan diferencias biológicas que justifican relaciones de dominio entre ellas,
así como comportamientos de rechazo o agresión.

El racismo implica excluir o discriminar a quienes son considerados inferiores.

El racismo es una forma de discriminación hacia las personas, muy antigua y extendida, aunque la
palabra “racismo” en sí, es nueva, pero no el sentimiento racista, que se conoce desde hace muchos
años.

El racismo se ha convertido en un comportamiento común en todas las sociedades, pero que sea
habitual y corriente no significa que sea normal.

Consiste en desconfiar y en tener un sentimiento de superioridad hacia las personas que poseen
características físicas y culturales distintas de las nuestras propias e incluso llegar a despreciarlas y
odiarlas.

El racismo tiene como objetivo la disminución o anulación de los derechos humanos, las condiciones
de igualdad, y los derechos fundamentales en el aspecto político, económico, social, cultural o en
cualquier otro aspecto de la vida pública.

El racismo cree que los seres humanos se deben ordenar siguiendo un determinado orden racial, en
el que según ellos la “raza blanca” es la raza bella y noble y las de los demás son feas y salvajes.

 LOS PREJUICIOS:

Los prejuicios son las ideas que tenemos respecto a una persona o a una situación, antes de
conocerla. Normalmente son juicios de valor.

 PREJUICIO RACIAL:

Se puede decir que el prejuicio racial es el producto de un estado afectivo-activo el cual nunca es
resultado de una reflexión, es ese estado afectivo que no podemos nulificar a través del
razonamiento no por demostración, el prejuicio racial es un estado influido por las
circunstancias políticas y económicas.
¿QUÉ ES EL ETNOCENTRISMO?

Por otra parte el etnocentrismo se refiere a una actitud en que las culturas creen que sus modelos
raciales son buenos para todos y que los que son inferiores a ellos tienen que aplicarlos.

Tanto el racismo, los sentimientos etnocentristas y los prejuicios raciales son los que constituyen
este ambiente de la intolerancia y odio que existen entre los seres de una misma raza, la raza
humana.

La palabra "racismo" designa una creencia cuyos rasgos fundamentales serían los siguientes:

· Creer que los seres humanos se dividen, fundamentalmente, en razas. Y, en consecuencia, atribuir
al factor raza una importancia antropológica decisiva.

· Asignar a las razas características inmutables, y creer que los caracteres transmitidos
hereditariamente no son sólo los rasgos físicos, sino también ciertas aptitudes y actitudes
psicológicas, que son las que generan las diferencias culturales que se pueden apreciar.

· Creer que existe una jerarquía entre razas, siendo alguna, o alguna de ellas, superiores a las otras.

· Entender la mezcla de razas como un proceso de degeneración de las razas "superiores".

El racismo es discriminar significa diferenciar, distinguir, separar una cosa de otra. La discriminación
negativa es una situación en la que una persona en grupo es tratada de una forma desfavorable a
causa de prejuicios, generalmente por pertenecer a una categoría social distinta.

La mayoría parte de los países practican la discriminación contra extranjeros y otras minorías dentro
de sus fronteras. Esta discriminación puede ser por razones de religión, por razones de raza o por
razones de sexo.

El joven racista no nace, se hace, por lo que hay que procurar que ese sentimiento no se propague
de generación en generación, porque al final será demasiado tarde para rectificar.

En general, la persona racista siente miedo a lo diferente, a lo que no está acostumbrado, a lo que
no le gusta, por eso mismo, decide despreciarlo. En mi opinión es una especie de escudo que se
ponen, y que no les deja ver más allá de lo que quieren ver.

Entre algunas características que existen en el racismo son:

 El racismo puede ser aplicado a cualquier persona, sin importar su posición social, etnia,
creencias, etc.
 El racismo no solo es aplicado a una sola personas, también puede ser a una población
entera.
 Se da en todos los países, puede ser en cada nivel o posición social.

¿QUÉ DIFERENCIA EXISTE ENTRE EL RACISMO Y LA DISCRIMINACIÓN?


Debemos aclarar que racismo y discriminación no son lo mismo, pese a que puede causar alguna
confusión la similitud entre ambos términos. Recordemos que el racismo es ante todo, una ideología,
o sea un conjunto de ideas, creencias y modos de pensar que se tienen respecto de que hay razas o,
como se define ahora, etnias o pueblos superiores a “otros”, considerados inferiores. Por otro lado,
la discriminación étnica (o discriminación racial, llamada así por el uso que se le daba a la
palabra raza antes de que la genética determinara que no hay razas puras) es un conjunto de
actitudes o comportamientos con los que discriminamos a otras personas que, por la ideología que
manejemos, consideramos inferiores o superiores a nosotros. En otras palabras, el racismo son las
ideas de superioridad/inferioridad que tienen algunas personas y la discriminación son las
manifestaciones concretas, las cosas que hacemos, basadas en esas ideas

¿CÓMO SE MANIFIESTA EL RACISMO?

 EN LA FAMILIA:

En el Perú existen muchas familias mestizas, donde los padres o los hermanos tienen rasgos físicos
distintos. Sin embargo, a pesar de ello, el racismo puede estar presente, dentro de estas mismas
familias.

Como contraparte, muchas familias de rasgos andinos, negros o mestizos procuran incentivar la
autoestima de sus hijos, con la finalidad que puedan enfrentar la discriminación que pueden recibir.
Es importante, sin embargo, de manera que el niño no se sienta doblemente obligado a cumplir una
serie de metas.

 EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

El racismo que se aprecia en la televisión, prensa, cine, publicidad, historietas o libros de texto, es
parte integrante de poder simbólico ejercido por lo grupos de poder que son propietarios de dichos
medios.

Todo ello es más evidente en la televisión, por el poder que tienen las imágenes. Tenemos así la
publicidad mono racial y los programas cómicos como la paisana Jacinta, que se centra en hacer
burla de personajes de origen andino o afro peruano.

Los estereotipos transmitidos a través de las imágenes resumen una forma de ver la sociedad, que
sin duda no es real, pero gracias a la manipulación hacen creer a la mayoría que así es.

 EN LA VIDA JUVENIL

Derivando de ésta situación la dificultad al escoger una pareja; mientras que en una familia de
ascendencia europea, se puede presionar a los jóvenes a elegir una pareja con los mismos rasgos,
en una familia mestiza o negra, se puede presionar a los jóvenes a escoger a una pareja que no
tenga sus mismos rasgos físicos, sino a escoger a alguien "mejorcito/a" asociando ésta palabra a la
raza blanca.
De otro lado, para los estudiantes, tener amigos de rasgos andinos o mestizos puede
generar problemas con su grupo de amigos o familia.
Tenemos que reconocer que hoy mismo manejamos estereotipos sobre los estudiantes indígenas;
por ejemplo, los más comunes son aquellos que dicen que "los compañeros indígenas de los pueblos
amazónicos tienen una baja capacidad intelectual, son ociosos, poco limpios y todos ellos pobres".
Estas caracterizaciones han determinado decisiones de cerrar vacantes en muchas facultades,
afectando la posibilidad de varios de ellos a estudiar especialidades importantes para sus pueblos.

Por último, cabe citar los lugares de diversión en donde se "reservan el derecho de admisión", los
cuales están reservados para personas de rasgos físicos blancos o europeos. Suelen permitir que
también ingresen extranjeros, si corresponden a éstas características. Tienen la función de ser un
"espacio étnico de encuentro y apareamiento", es decir, un lugar donde puedan encontrar una pareja
que comparta rasgos similares.

 EN EL TRABAJO

A pesar de los cambios existentes en la composición racial de las universidades peruanas, persisten
los criterios basados en rasgos físicos para la selección, contratación, ascenso y cede de la relación
laboral, especialmente en aquellos empleos que tienen que ver con la atención al público.
Existe marcada identificación entre determinadas actividades y rasgos físicos, atribuyéndose a los
blancos los trabajos intelectuales y que implican don de mando, mientras que los andinos o negros
son asociados a trabajos manuales.

TIPOS DE RACISMO

Primero entre los propios habitantes de origen indio, por su mayor o menor mezcla con otros pueblos,
como pueden ser el europeo del conquistador español u otros, que confieren una piel más clara y
unos rasgos menos indígenas, y esto si lo he vivido en España como un factor determinante para, la
auto identificación como superior, y motivo de segregación y hablar despectivamente de sus
congéneres. Otro tipo de racismo es el de esa clase alta peruana, de terrateniente y potentados,
descendientes de españoles y otros, que dominan el Perú, es un racismo clasista, cultural, y de claro
pensamiento de teórica superioridad racial. Por último está el racismo entre otro tipo de razas, como
el de los indígenas contra los negros, el de los asiáticos, normalmente japoneses, contra negros o
indios, etc.

RACISMO EN EL PERÚ

Desde el siglo XVIII biólogos como Darwin y Linneo comenzaron a clasificar en razas a los seres
humanos que iban conociendo en sus viajes a lo largo y ancho de los continentes que visitaban. Sin
embargo, esas clasificaciones fueron utilizadas para desvalorizar a aquellas poblaciones que no se
consideraban blancas. Los peruanos adoptamos esa manera de mirar el mundo, de tal modo que en
la vida cotidiana utilizamos los conceptos raciales para clasificar a las personas con las que
interactuamos (Valdivia, 2009).

Sin embargo, no resulta sencillo señalar quién pertenece a qué raza en nuestro país: no resulta
evidente ni sencillo identificar cuáles son los criterios y límites para incluir a unos u otros como parte
de un grupo racial. Por ejemplo, una persona A puede decir que B es blanco; pero C, puede
clasificarlo como mestizo. O por el contrario, D puede auto representarse como mulato y E decir que
es negro. En realidad, resulta muy complejo señalar quiénes pertenecen a un grupo racial e incluso,
que dichas personas acepten esa clasificación como propia. Esto es, resulta complicado medir a
qué razas pertenecemos los peruanos.
Ya expuesto algunos juicios de españoles acerca de los indios, en los
que estos últimos son considerados “demasiado bajos en la escala de la humanidad”, “por
su estado y naturaleza más aptos para el trabajo físico que para gobernar”... Francisco de Vitoria,
teólogo, jurista y profesor de la Universidad de Salamanca, justificaba la guerra de conquista con el
argumento de que:

“Esos bárbaros, aunque, como antes dijimos, no sean del todo amentes (sic), distan, sin embargo,
muy poco de los amantes [...] Nada o poco más valen para gobernarse a sí mismos que los amantes,
y ni aun son mucho más capaces que las mismas fieras y bestias, de las que no se diferencian
siquiera en utilizar alimentos más tiernos o mejores que los que ellas consumen.”

Existía pues la idea de que los indios eran inferiores. que se encontraban a mitad de camino entre
los hombres y los animales (Todorov, 1987). Para el dominico Tomás Ortiz, los indios eran “bestias
brutas”, e “insensatos como asnos”.

El racismo es un problema social que tiene sus orígenes desde la colonia, los españoles hicieron
prevalecer su racismo ante los americanos autóctonos de esta tierra, y como todos o al menos la
gran mayoría de este país no solo desciende de los americanos autóctonos (la palabra indígena está
mal dicha, ya que los españoles cuando llegaron a América, a estas tierras creyeron que habían
llegado a la India), sino de Españoles la gran mayoría. Las familias peruanas, crían a sus hijos / as,
con este perjuicio, se arrastra desde la conquista, y en la Costa es más trascendente que en la Sierra
y la Selva, hemos escuchado en forma despectiva, el indio, el cholo, el serrano, cuando la mayoría
tiene raíces de la sierra. El Pueblo Peruano por lo tanto, es un pueblo que no supera su condición
de migrante, con los perjuicios atávicos de origen, lo vemos inclusive en los medios sociales, los
medios de comunicación lo masifican, los canales con programas que realizan en Lima, la gran
mayoría son series racistas, que tiene ese fondo como La Paisana Jacinta, Al Fondo hay Sitio y los
programas Chistosos, que no valen la pena ya mencionar sus nombres, porque realmente causan
pena, lastima de los mismos actores que se denigran haciendo papeles que terminan siendo
papelones, estas medios masifican el racismo. El Racismo se da en todos los lugares del Perú,
inclusive hay racismo en la Sierra, y allí es mucho peor, por increíble que parezca, ya no solamente
es discriminar un buen grupo de peruanos, igualmente es para los de raza negra o los chinos, o en
algún momento los japoneses, pero si valoran mucho al europeo, y si tiene plata...mejor, no son
todos, pero hay una buena parte de ello.

Podemos otra vez apreciar que el racismo no necesitaba el término raza, cuya noción estaba
contenida en otras palabras, “casta” o, en este caso, “sangre”.

Lamentablemente son pocos los aportes sobre los orígenes y la historia del racismo en el Perú. La
aparición del tema es aún reciente, y la tarea de escribir la historia del racismo recién empieza a
ser asumida; pero considero necesario señalar una tesis importante: el racismo va a jugar un papel
crucial desde el propio momento de la llegada de los españoles a América, y se va a expresar en
la sevicia contra el indio americano, así como en la propia organización colonial.

Se considera socialmente que la mezcla racial es realmente fuerte en el Perú, por lo que es difícil
clasificar racialmente a alguien con las categorías tradicionales tales como

“blanco”, “indio” o “negro”. Es por eso que la mayoría de personas denominan a otros y se denominan
a sí mismas “mestizas”.

Pero, y en esto quiero centrarme, se da un “choque de discursos” en el individuo. Por un lado el


individuo recibe, a través de su socialización en el hogar, por los medios masivos de comunicación
–especialmente la televisión, pero también materiales educativos, etc. y por otros medios
Importantes de ideología –chistes, refranes, etc.-, un discurso racista. Por otro lado se encuentra el
discurso “oficial” que proclama la Igualdad de las personas y que tiene un afán “democratizador”.
Estos dos discursos contrapuestos crean una tensión que hace problemática la clasificación racial.

La desintegración, el desencuentro social, es quizá el problema más grave del país.

El que impide la construcción de consensos y de un proyecto nacional democrático, basado en el


respeto por la vida y en la justicia. Y en ello el racismo juega un papel vital. Al tratar el
racismo estamos descubriendo, poniendo a la luz, un aspecto de nuestra realidad que normalmente
ocultamos.

Sería importante también enfrentar el racismo subsistente en las propias instituciones públicas,
asegurando, por ejemplo, que la Escuela de Oficiales de la Marina represente a todos los peruanos.
También es urgente enfrentar la problemática de la televisión estatal, donde todos los presentadores
son blancos. De hecho, los medios de comunicación públicos y privados podrían ser un excelente
instrumento para combatir el racismo. Sería posible difundir las normas vigentes y promover
campañas de sensibilización, del mismo modo como es fundamental conversar con las agencias de
publicidad para promover que los avisos tengan criterios inclusivos.

AUTORES QUE HABLAN DEL RACISMO EN EL PERÚ

I. JORGE BRUCE

Jorge Bruce es un reconocido psicoanalista y autor de lúcidas columnas de opinión en diversos


medios de comunicación. Pretende con este trabajo, como él mismo menciona, realizar “un
acercamiento a la cultura peruana, con su esplendor y miserias”, y colocar en el debate público un
tema que abarca a toda la sociedad desde que el Perú es Perú: el racismo.

El psicoanalista Jorge Bruce afirmó que el Perú sigue siendo, en esencia, un país racista. Una de
las razones por lo que ocurre esto, según él, es porque en nuestro país es difícil que convivan
diferentes ciudadanos de distintas categorías.

“La sociedad peruana nos enseña desde pequeños a ser racista, ya sea porque te sientes superior
o inferior. (El racismo) empieza con la auto discriminación”, afirmó Bruce, quien estuvo como invitado
en la primera edición del renovado programa ‘Después de Todo’, conducido por el periodista y
escritor Pedro Salinas.

“El Perú es el que más maltrato, odio siente hacia el indígena. Por eso, en el fondo, con Sendero se
buscó eliminarlos. La CVR reveló que una de las principales causas de la matanza fue el racismo”,
dijo.

El autor del libro “Nos hemos choleado tanto” indicó que no es posible que sigan sucediendo actos
de este tipo, por eso opinó que deben haber legislaciones como ocurre en muchos países, en donde
la injuria racista es un delito penal.

“Tiene que ser combatido incesantemente. Hay que tomar medidas no solo en la casa, sino en las
escuelas”, dijo Bruce.

La discriminación al otro por racismo, si bien negado, es un mal que aqueja interiormente a los
peruanos desde el siglo XVI, cuando llegaron los españoles a conquistar al entonces Imperio de los
Incas. En la vida cotidiana, se expresa con una normalidad que desconcierta a todos los que visitan
el país.

Los escritores peruanos como Mario Vargas Llosa, Alfredo Bryce Echenique y Mirko Lauer, se han
referido más de una vez y con perplejidad a la naturalidad del racismo que se vive en Perú, y que se
pronuncia al realizar trámites de todo tipo, a la hora de inscribir a sus hijos en los municipios, al
realizar denuncias ante la policía, al solicitar trabajo donde se exige la "buena presencia", al escoger
pareja, al entrar a restaurantes, discotecas y colegios, entre otros.

Para Jorge Bruce, el racismo lleva consigo un entrampamiento clave entre los sentimientos de
“resentimiento” y “remordimiento”, el resentimiento del discriminado y el remordimiento del
discriminador. El primero proviene de la envidia (vinculada a la desigualdad) que es una
manifestación de la llamada “pulsión de muerte” psicoanalítica y

el segundo se encuentra anclado a la culpa inconsciente y su consecuente necesidad de castigo. El


término “resentido social” es de uso común en la sociedad peruana; su sentido es multívoco pero se
utiliza por lo general para designar a aquel que por razones ligadas a su pasado o a su procedencia
no ha logrado resolverse como individuo en la sociedad:

“…el resentido, el agraviado, es quien fija su tiempo, inmovilizándolo en el periódico traumático,


repitiéndolo incesantemente, sin poder acceder al tiempo de la elaboración del duelo, única manera
de trascender el tiempo del dolor y la furia narcisistas…

Bruce llama la atención sobre la notable, sino escandalosa ausencia del tema del racismo en la
disciplina psicoanalítica, ese silencio que dice mucho, ese escape de esta gigantesca trampa, tan
presente en nuestro contrato social, y con tantas nocivas vertientes.

Queda claro para el autor la importante incidencia que los medios publicitarios tienen en la difusión
y asentamiento de una ideología racista, en una cultura dominada por la imagen: “la experiencia
narcisista y el factor estético cobra relevancia mayor en el proceso de moldear identidades…” (p.76).
Si un extranjero quisiera conocer el Perú a través de su publicidad, presente en las calles y en los
medios de comunicación, seguramente pensaría que se trata de un país nórdico y no de uno andino.

Según el libro “Nos habíamos choleado tanto: psicoanálisis y racismo” de Jorge Bruce, los efectos
del racismo se ven reflejados en los diminutivos que se utilizan para identificar a una persona por su
color de piel, mejor llamados “suavizantes” que son un tipo de afecto racial, el cual es una forma sutil
de discriminar racialmente. En el caso de las personas que los dicen de repente lo ven como un
juego o algo de simpatía, pero lo que realmente pasa es que de alguna manera la otra persona se
siente agredida de igual forma. Jorge Bruce presenta un caso que evidencia claramente el efecto del
racismo en algunas personas, como es el caso de un paciente de Bruce que tiene 40 años,
profesional y proveniente de la sierra peruana. El problema surge cuando viene a Lima por motivos
de estudio. A continuación, las palabras del paciente acerca de su problema:

“En mi pueblo yo era blanco, pues mi padre era el administrador de un banco. Además me eduqué
en el mejor colegio que había allá. Pero cuando terminé la secundaria vine a Lima, tuve muchas
dificultades para ingresar a una universidad privada y, cuando por fin logré pasar el examen,
entonces me di cuenta que para los otros alumnos, mis compañeros, yo no era blanco sino serrano.”

Incluso se ha definido como “blanqueamiento”, que es justo el caso del paciente de Bruce, el cual
creyó que por tener bastante dinero cambiaría su raza, pero la realidad es que no.
En consecuencia, la respuesta de Bruce se refleja en la creación de estos diminutivos raciales que
han ocasionado que las personas creen imágenes positivas y negativas; sobre los términos “blanco”
y “serrano”. Al “blanco” lo asocian a la persona más importante de una empresa, como lo es el “jefe”;
mientras que, el “serrano” es el vigilante o el de limpieza, siempre por debajo del blanco.

II. GONZALO PORTOCARRERO

Profesor del Departamento de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

Se puede definir al racismo como un modo de dominación social que se funda en identificar
diferencias entre la gente, diferencias que son integradas para dar lugar a una clasificación que va
de un extremo superior (lo moral, sabio y hermoso) hasta otro inferior (lo perverso, ignorante y
horrible). En el racismo, a diferencia de otros modos de jerarquización social, las diferencias son
naturalizadas; es decir, son vistas y postuladas como sustanciales e insuperables. En alguna medida,
toda colectividad humana tiende hacia el racismo. Los semejantes entre sí suelen producir una
imagen del otro, del diferente, como inferior: sus rasgos son feos, su lenguaje es ridículo y sus
costumbres no son las normales. Esta tendencia puede variar mucho pero es un hecho que
despreciar al otro vigoriza la propia autoestima. Frente al foráneo las afinidades resaltan de modo
que los miembros de una comunidad se sienten más cercanos y próximos.

El extraño es quien no participa en la “cosa” o “esencia” que nos define como miembros de una
colectividad. Esa esencia (que nadie sabe, exactamente, que es, pero que todos tenemos que
presumir conocer muy bien) nos debe brindar un sentimiento de orgullo, una satisfacción que nos
tendría que inclinar hacia la endogamia. Por tanto, para no traicionar al grupo, debemos casarnos
con gente como nosotros. No obstante, cuando el foráneo es nuestro vecino el otro deja de ser una
presencia hipotética y lejana. Entonces el racismo es una realidad inmediata. Digamos que hay
colectividades cuyas particularidades más entrañables son estigmatizadas como inferiores de modo
que se justifica, se naturaliza, la dominación sobre ellas. En un mismo espacio coexisten grupos
entre los que reina una repulsión que acentúa la unidad interior de cada uno.

Según León Poliakov el racismo moderno surge en España en el siglo XV cuando los cristianos
victoriosos comienzan a creer que la afiliación religiosa es algo inscrito en el cuerpo de manera que
los moros y judíos conversos, los llamados “cristianos nuevos”, tienen la “sangre sucia”, por lo que
no pueden ser aceptados en igualdad de condiciones, y son entonces relegados a ocupaciones poco
prestigiosas, y son vistos siempre con sospecha. Los “cristianos viejos” en cambio son puros, sus
creencias tienden a ser correctas pues no llevan la herejía en la sangre.

Desde el punto de vista conceptual lo mismo ocurre en el caso de la esclavitud. Es decir, las
diferencias entre la gente son sustancializadas a través del concepto de “raza”. El concepto de raza
apunta a una mítica esencia biológica que hace semejantes a los miembros de un grupo
diferenciándolos de los miembros de otros grupos o “razas”. Y estas distintas esencias o sustancias
no tienen el mismo valor. Están, desde luego, jerarquizadas. La negra es la inferior. A quienes la
comparten les corresponde obedecer y trabajar para aquellos que tienen la sustancia superior, los
blancos. En realidad, el racismo responde a un deseo de dominio y explotación que, en el caso de
la esclavitud, es llevado al extremo de una cosificación del otro que equivale para el dominante a
una mistificación de sí; es decir a un desconocimiento de los límites de la propia condición humana.
Sea como fuere lo característico del racismo es la conformación de dos comunidades como patrones
blancos y esclavos negros, o colonos criollos e indígenas siervos. Estas comunidades suelen ser
cerradas y endogámicas. La mezcla está prohibida y si eventualmente se produce no se la reconoce
de manera que el vástago mestizo es asimilado al grupo inferior. El racismo suele estar acompañado
de una fobia hacia el mestizaje, fobia que toma la forma de creencia de que aún lo inferior-puro es
mejor que lo mezclado. Este esquema u orden de cosas es el que asociamos con lo que solemos
llamar una sociedad racista como sería el caso de Estados Unidos hasta mediados del siglo XX o la
Sud-África del apartheid.

Lo desafiante del caso peruano, como en general de toda América Latina, es la coexistencia de
racismo y mestizaje. Es decir, aquí la mezcla no fue descartada sino que desde abajo fue significada
como un camino de avance social, de logro de reconocimiento. Y, desde arriba, no fue totalmente
impedida sino que fue valorada como la posibilidad de una ventaja económica. Digamos que la unión
entre un blanco pobre y la hija de un rico cacique era ideal pues convenía a ambas partes. Pero, en
todo caso, aún cuando el mestizaje pudo haber resultado de la violencia, lo importante es que el
vástago no era satanizado ni desconocido. Por el contrario, se afirma la idea de que el mestizo es
mejor que su progenitora indígena aunque no tan valioso como su padre, criollo o español. De hecho
el mestizaje se impuso sobre los designios de la corona. En efecto, resulta que el deseo o programa
colonial era la separación de las “dos repúblicas”. Es decir, en principio, indios y españoles sólo
deberían vincularse en función de la evangelización de las almas y de la explotación de los cuerpos
en beneficio de la metrópoli. La corona no veía con buenos ojos a los criollos y, menos aún, a los
mestizos. Eran percibidos como competidores potenciales por el excedente económico producido
por la servidumbre indígena. Cuanto mayor fuese su número tanto menor serían las remesas
enviadas a España. De ahí la reticencia de la Corona para autorizar la emigración hacia las Indias.

Pero la tendencia al mestizaje fue incontenible. Entonces al margen de la república de los españoles
y la república de los indios surge un mundo social, el de las castas y de la plebe, donde los individuos
son cada vez más difíciles de clasificar en la medida que se van alejando de los modelos de pureza.
En este mundo, lejano tanto de la aristocracia como de los indígenas, no hay un sentimiento de
comunidad. Se trata de una realidad heterogénea, compuesta de excepciones que se definen a partir
de una triple negación pues sus integrantes no son españoles, no son indígenas, ni tampoco son
esclavos. Estamos ante un mundo atomizado donde una persona vale más o menos de acuerdo a
su posición económica y contactos sociales, pero también en función de sus rasgos físicos. De esta
manera, en el universo fragmentado de la plebe mestiza se reproduce la jerarquía y la discriminación.
No obstante, se trata de una “discriminación individualizada”. Es decir, cada uno es evaluado por
separado y no como miembro de una comunidad.

Cuando el racismo coexiste con el mestizaje, la situación es más compleja. En el mundo atomizado
de la plebe nadie es enteramente blanco, ni, nadie es, tampoco, enteramente indio o negro. Todos
tienen un poco de todo aunque en diferente proporción. Entonces, la posición de superioridad o
subalternidad tiene que establecerse a cada momento, en cada nuevo encuentro, mediante un
proceso de mutuas evaluaciones que tiende a ser arbitrario y conflictivo pues muchas veces no
resulta evidente quién debe rendir pleitesía a quién. Ocurre que en un contexto un individuo puede
ser definido como superior, porque es más blanco y está mejor vestido que su semejante; no
obstante, en otro contexto, ese mismo individuo puede ser identificado (por el otro y por sí mismo)
como inferior, dado que ahora confronta a un semejante de una apariencia superior, o más acorde
al modelo hegemónico. Por tanto, en su primer encuentro sentirá los goces asociados a la posición
superior: poder y menosprecio; pero en su segundo encuentro podrá sentir la vergüenza e
incomodidad de representar el papel del subalterno. Si la identificación que más lo compromete es
con los de arriba y su forma de sentir, entonces, procurará alejarse de la gente “superior”, aquella
que cuestiona su identificación, que le hace sentir que su semblante o apariencia no está a la altura
de su deseo. No obstante, como dentro de ese mundo mestizo con su gradiente sutil y escalonada
de prestigios, el mismo individuo tendrá que interactuar con toda clase de personas, entonces le será
imposible evitar del todo esa vergüenza y esa incomodidad. O, en todo caso, tendrá también que
asumir los goces de la posición subalterna, convirtiéndose entonces en una suerte de híbrido.
Encarnará una figura muy frecuente en nuestro paisaje social: el mestizo que desprecia y es
despreciado, el cholo que cholea, el individuo que se crece ante los “pequeños” y se disminuye ante
los “grandes”. Ahora podrá entenderse el término “discriminación individualizada”. Con este término
nos referimos al hecho de que la persona es juzgada no como miembro de una comunidad sino en
función de sus propias características.

El racismo fue reprimido y silenciado en nuestro país. Hasta el momento la mayoría de los peruanos
pretende que las diferencias físicas no son socialmente relevantes y se define, entonces, como
mestizo. No obstante como ha observado agudamente Virginia Zavala el definirse como mestizo es
como decir que no tenemos cuerpo y que nuestros rasgos físicos son intrascendentes. El problema
con esta solución es que renunciamos a describir nuestro cuerpo, a aceptarlo como es y, de otro
lado, como consecuencia, seguimos capturados por la estética de lo blanco.

El Perú no quiere admitirse como una sociedad discriminadora pese a las abrumadoras evidencias
que así lo demuestran. Quizá el ejemplo más contundente de esta resistencia es la tibia recepción
del informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Como se sabe el informe señala que el
trasfondo del conflicto interno han sido las brechas y las desigualdades que separan a los peruanos.
Esta conclusión ha sido ignorada por una gruesa parte de la población que lejos de ser solidaria con
las víctimas ha preferido colocarse de perfil, permanecer en una cómoda pasividad.

CONSECUENCIAS

 Genera odio, resentimiento, discordias, etc. entre individuos o poblaciones.


 No es fácil de manejar o erradicar.
 Pueden causar la perdida de la vida de varias personas, ya sean los que aplican o los que
reciben el racismo.
 Violencia
 Intolerancia
 Falta de respeto
 La vida de los terceros afectados
 Desigualdad ante la ley y de oportunidades

El racismo genera graves problemas de autoestima. Afecta en la vida cotidiana. Ejemplo: si se es


"cholo" o negro, el individuo tiene que exhibir características de status para no ser discriminado,
como usar ropa y accesorios de marca, tener un nivel de estudios elevado, etc.

SOLUCIÓN AL RACISMO

Para poder aminorar el racismo, se proponen ciertos caminos. El primero es el respeto y la


sensibilidad hacia las otras culturas. El segundo camino es la valoración a las personas por quienes
son, es decir, valorar sus lenguas, sus costumbres, sus tradiciones, etc. Además, debemos saber
que todos nosotros aportamos cultura, por lo tanto, valorar sus particularidades es esencial. Por
último, considerar que la empatía y solidaridad genera el reconocimiento hacia aquellas personas
excluidas es fundamental; tener empatía nos permite ponernos en el lugar del otro y esto, a su vez,
genera la posibilidad de captar a las otras personas, asimilar y aprender sus culturas y sus
costumbres.

Como se ha podido apreciar, sí existen soluciones factibles para el exterminio del racismo, las cuales
solo requieren voluntad por parte de los diferentes grupos sociales. En resumen, al aceptar nuestra
interculturalidad, generando una convivencia basada en valores democráticos y trabajando en
nuestras actitudes cotidianas podremos edificar una sociedad que valore su diversidad étnica y que,
en un futuro se pueda beneficiar de ello.

En las escuelas se debe enseñar a aceptar la diferencia, y el respeto frente a otro (apertura a los
demás).

Que los alumnos sepan que tenemos los mismos derechos y merecemos el mismo respeto como
seres humanos, y no a partir del color de la piel, el origen étnico o la condición social.

Se debe hablar sobre el racismo en la escuela ya que es la única manera de enfrentar este problema
(a través del dialogo).

Debemos asumir que el racismo es malo para nosotros como personas y como país.

Muchos jóvenes no quieren ser racistas pero actúan de esa manera por la presión del grupo o de la
familia.

Un cambio de actitud y rechazo al racismo. El cambio depende de la decisión de nosotros.

Las charlas y talleres buscaban tambien generarar en los participantes consciencia respecto a este
problema, especialmente con sus particularidades del Perú, es decir “el racismo que los peruanos
mestizos, andinos y negros sienten hacia las personas semejantes a ellos. Por ello se ponía mucho
énfasis en la autoestima”

En prácticamente todo el país se han realizado actividades de sensibilización contra el Racismo,


por invitación de universidades, parroquias, municipalidades, gobiernos Regionales, colegios,
empresas (inclusive el centro comercial Larcomar).

CONCLUSIONES

El racismo es una actitud inherente a la condición humana. Este, se dio en nuestro país, desde los
tiempos pasados, reforzándose y llegando a su cúspide en la conquista y en la época colonial, con
la llegada de la raza blanca en las que se creían superiores.

El racismo, mientras más razas haya en un espacio habitacional, va en aumento, creciendo también
la intolerancia y dándole importancia al etnocentrismo de la raza occidental,

Este se manifiesta en todas las áreas de nuestra vida, especialmente a los jóvenes, su desarrollo
personal.
El racismo origina falta de identidad y cohesión nacional, lo que no permite al país
lograr objetivos conjuntos para su bien, el Perú empeorará, en vez de mejorar a lo largo del tiempo si
el tema del racismo no es tomado con seriedad.

Por último, el racismo origina falta de identidad y cohesión nacional, lo que no permite al país
lograr objetivos conjuntos para su bien, deducimos entonces, que el Perú empeorará, en vez de
mejorar a lo largo del tiempo si el tema del racismo no es tomado con seriedad.

El peruano no está consciente que es racista, y que el racismo es un problema grave que se tiene
que solucionar, en pro de ser un país realmente democrático

CAUSAS

A pesar de ser un país pluricultural, existe mucho racismo en el Perú. La discriminación racial no es
una novedad. Es una consecuencia de un largo proceso que ha durado siglos, en los que se excluye
a un sector de la población sobre la base de su etnia y se menosprecia sus manifestaciones
culturales.

Con esta frase reconocemos que las principales causas fueron:


 Las decisiones políticas

 La historia

 La religión

Estas causas importantes han influenciado en las comunidades desde el inicio de nuestra
independencia. Primero oficializando el idioma castellano cuando apenas hablaban un cierto
porcentaje de personas; dando como rasgo que solo se consideraba a las sociedades de poder,
negándoles la participación en la comunidad a los indígenas que fueron desplazados, obstaculizando
su entrada a la capital como personas con sus respectivos derechos haciendo que nos distanciáramos
de nuestra propia lengua origen. Esto afecta a los futuros jóvenes que están formándose como
individuos y afectándolos o con la inclusión o el auto rechazo en otros, demostrando así en el exterior
del país que las personas en el Perú se tratan como si fueran desconocidos y no como personas iguales
y con los mismos tratos y derechos, no aceptando su propio origen y cultura.
ESTRATEGIAS PARA LUCHA CONTRA LA DISCRIMINACON RACIAL

La desmitificación del concepto raza

Cada uno de nosotros como personas unidas y de un mismo origen debemos aceptar a los demás tal
y como sin clasificarlos con estereotipos que puedan afectar su personalidad e identidad. Las
diferencias entre grupos existen pero no visto desde el punto de superioridad de crees más que uno o
inferioridad de sentirse menos que el otro, esto es causa de la educación cultural y el comportamiento
que hemos recibido a lo largo de nuestra formación como personas. Todos somos iguales cada uno
con sus distintas maneras de ver el mundo pero todos mantenemos la misma identidad y origen de
nuestro país.

La Educación Intercultural

La interculturalismo tiene como objetivo principal la integración de comunidades étnicas y eliminar


la discriminación tratando de lograr una convivencia armónica entre las distintas culturales teniendo
como frase principal la igualdad y el respeto por la diversidad. Esta educación debe estar dirigida a
los niños para que así se formen como individuos iguales y con las mismas condiciones de sobresalir
y tener los mismos sueños, también dirigirse a comunidades no solo pequeñas sino también grandes
aceptando la condición del otro y aprender que todos somos iguales y con los mismo derechos.

La información objetiva sobre la inmigración


Los medios de comunicación y los políticos deben mostrar las causas de este tema y no usarlo como
medio para salir electo. Hay muchas personas que inmigran por necesidades de realizarse pero cuando
llegan no se les da las mismas oportunidades y derechos lo cual provoca el racismo hacia ellos por no
pertenecer a un grupo social o tener una cultura diferente, por el cual ellos sufren de pobreza y
aceptación.

La no-difusión de estereotipos y de imágenes simplificadas


No crearles una clasificación a las personas o ponerles una etiqueta solo por su procedencia, color de
piel o rasgos físicos todos somos personas iguales pertenecientes a un mismo país y comunidad solo
que a lo largo del tiempo nos han puesto una imagen diferente las sociedades con poder.

La política de integración de los inmigrantes y la cooperación para el desarrollo


Para resolver estos dos problemas tenemos que priorizar el trato social con cada uno de nosotros,
integrándolos en un mismo centro de una sociedad conjunta que no se inclina hacia una
discriminación al individuo sino a una cooperación entre ciudadanos. Por eso nosotros debemos
luchar por la igualdad entre nosotros mismos y el sentimiento de respetar el origen del otro y no
juzgarlo por su apariencia o su color de piel sino integrándolo a la sociedad y hacerlo sentir parte del
grupo.
TIPOS DE RACISMO:

Se sostiene que hay tres tipos de exclusión producto del racismo .

Social : Expulsión de las víctimas de las relaciones sociales .

Política: Prohibición de accesos a los grupos discriminados a la cuidadanía.

Cultural: Rechazo al pluriculturalismo para impedir la participación en la cultura dominante.

Esto nos afirma que en nuestra sociedad las personas excluimos por estos motivos . Sabemos que
el racismo es un pensamiento erróneo, ya que se piensa que hay una superioridad de Raza, color y
todo lo que sea realizado a esto. El racismo social lo vemos y en casos somos participes de este
problema, que abunda en nuestra sociedad. Se puede decir que este caso se manifiesta el prejuicio.
El prejuicio es un concepto anticipado que puede ser equívoco o correcto.

Ejemplo:

Vemos a una persona de test oscura y pensamos que es delincuente o vemos una persona de test
blanca y pensamos que es culta, inteligente, que tiene posición. El racismo social es diferente al
racismo por el color de piel porque en este se ve el status social en el que predomina el dinero y sus
derivados. El racismo político es cuando se piensa que una persona por ser de test oscura o
proveniente de otros lugares que no sea Lima pueda llegar a tener un cargo en la política.

También se define al racismo como una relación social y no un simple delirio de sujetos racistas.
Esto nos quiere decir que para este autor el racismo es un problema más profundo y no por el color
de la piel, por diferente etnia.

María Gallardo es una emprendedora que desde hace 10 años pertenece


a la Red Nacional de Mujeres Afroartesanas, pero que a lo largo de su vida
ha tenido que pasar malos momentos debido a su color de piel.

Contó a RPP Noticias que en una ocasión una mujer la ofendió en el bus
porque de una forma poco cordial le dijo que se "arrime".
¿CUÁNTOS CASOS DE DISCRIMINACIÓN EXISTEN AL ANO

La Defensoría del Pueblo atendió el año pasado 50 casos de racismo


a nivel nacional, mientras que en lo que va del 2016, ya cuenta con
cerca de 20 casos.

"Esta cifra no refleja la problemática de discriminación racial o de otra


índole, porque la población no conoce los caminos idóneos donde pueden
presentar reclamos, o si conocen, no las utilizan adecuadamente", indicó
Carlos Hernández, representante de la Defensoría.
El racismo está aún latente en nuestra sociedad y afecta gravemente
el derecho de las personas.

Según una encuesta de Ipsos Perú, realizado en marzo del 2016, el 93 %


de entrevistados respondió que sí hay racismo en el país, 5 % dijo que no,
y 2 % no precisó una respuesta.

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