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Subcapítulo 1

Tipo básico
1. TIPO PENAL
El delito de usurpación tiene su antecedente legislativo en el artículo 257 del Código
Penal de 1924. La autonomía de la figura delictiva encuen- tra su explicación en la
naturaleza misma de los bienes sobre los cuales recae la acción del o los agentes; es decir,
sobre los bienes inmuebles. Es técnicamente inapropiado y materialmente imposible hablar
de "sustrac- ción de un inmueble". El derecho penal ha creado la figura de la usurpación que
se configura cuando el agente haciendo uso de la violencia, amenaza, enga!lo o abuso de
confianza despoja, destruye linderos o turba la posesión pacífica que tiene su víctima sobre
un bien inmueble.
En nuestra normativa jurídica, las conductas que reunidas conforman el hecho punible
denominado "usurpación", aparece redactado en el artícu- lo 202 del Código Penal del modo
que sigue:
Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres años:
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Ramiro Salinas Siccha

1. El que, para apropiarse de todo o parte de un inmueble destruye o


altera los linderos del mismo.
2. El que, por violencia, amenaza, engaño o abuso de confianza, despoja a
otro, total o parcialmente, de la posesión o tenencia de un inmueble o
del ejercicio de un derecho real.
3. El que, con violencia o amenaza, turba la posesión de un inmueble.

2. TIPICIDAD OBJETIVA
En primer término, la principal diferencia entre el delito de usurpa- ción con las
demás figuras delictivas que atacan también el patrimonio con- formado por los bienes
con valoración económica de las personas, radica en que la usurpación ataca la posesión
o propiedad sobre los bienes de naturaleza inmueble. Es decir, solo aquellos bienes que
tienen la calidad de inmuebles son susceptibles de ser usurpados. Jurídicamente es
imposible usurpar un bien mueble.
Al explicar el delito del hurto hemos dejado establecido que recu- rriendo al
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Castellana, encon- tramos que bien es toda
cosa útil y beneficiosa que atrae nuestra voluntad. Son términos sinónimos: "beneficio,
riqueza, don, valor, hacienda, caudal, recursos". En suma, se puede concluir que "bien"
indica cosas con existen- cia real y con valor patrimonial para las personas.
Teniendo claro qué significa "bien'', ahora corresponder determinar qué se entiende
por "bien inmueble". Todos hemos aprendido en el cur- so de "Derechos reales" dictado
en forma obligatoria en las Facultades de Derecho de las principales universidades del
país, que la primera diferencia entre bienes muebles e inmuebles radica en que los primeros
son movibles o transportables de un lugar a otro por excelencia en tanto que los segun-
dos, no pueden ser objeto de transporte, son inamovibles.
En tal sentido, bien inmueble constituirá todo bien con existencia real y con valor
patrimonial para las personas que no pueden ser transpor- tados de u11 lugar a otro; no
son movibles. Pueden ser de naturaleza pública o prinda.
En consecuencia, para nuestro derecho penal se utiliza el concepto de bien inmueble
en su acepción amplia a diferencia del derecho privado que de acuerdo al Código Civil
recoge la acepción restringida, pues no utiliza como base para conceptuar bien inmueble
al elemento "no transportabi- lidad o inamovilidad". Así por ejemplo, en el inciso 4 del
artículo 885 del
C.C. se indica que las naves y aeronaves son bienes inmuebles cuando bien sabemos que
se tratan de bienes fácilmente transportables. Sin embargo,

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Usurpación

como indica Fernando de Trazegnies Granda(1707), tal clasificación no es arbitraria,


responde a una racionalidad muy estricta, tanto como la que in- formaba la distinción
entre bienes mancipi y rec mancipi del derecho roma- no. Si pensamos que la
preocupación fundamental del legislador -continúa el citado autor- ha sido la seguridad
de las transferencias y garantías, nada tiene de extraño que las naves y aeronaves -
aunque son transportables par excéllence- sean tratadas igual que los predios, porque
son bienes que pue- den ser dados en garantía sin necesidad de una entrega física, ya
que, como pueden ser registrados y considerados que no son fácilmente ocultables,
resulta difícil que un deudor de mala fe los haga desaparecer. Por consi- guiente, la
clasificación efectuada es buena.
Así se ha pronunciado la doctrina nacional: la ley penal solo se refiere a aquellos
bienes que por su naturaleza o por accesión física, son considerados inmuebles; de tal
modo que será inmueble, a los fines de la usurpación, toda cosa que no sea susceptible
de transportarse de un lugar a otro, por estar efectivamente quieta, firme y fija en un
determinado sitio(1708). Posición dife- rente asume el juez supremo Javier Villa
Stein(1709), al sostener que se deben considerar bienes inmuebles, los que así señala el
derecho civil peruano.
2.1. Bien jurídico protegido
El interés fundamental que el Estado pretende proteger con la tipi- ficación de los
comportamientos delictivos de usurpación lo constituye el patrimonio de las personas,
más específicamente el pacífico y tranquilo dis- frute de un bien inmueble, entendido
como ausencia de perturbación en el ejercicio de la posesión o de cualquier otro derecho
real sobre el mismo, en este último caso, siempre implica que la víctima está en posesión
del inmue- ble. Si no hay posesión o simple tenencia comprobada objetivamente no es
posible el delito de usurpación.
Para la jurisprudencia, tal circunstancia aparece clara. Así tenemos los siguientes
precedentes jurisprudenciales:
"En el delito de usurpación, el bien jurídico protegido es la posesión, mas no la
propiedad, la cual debe dilucidarse en la vía correspondiente"(1710).
1 17o 7 1 Bienes, naturaleza y romanos, trabajo recogido en AVENDAÑO VALDEZ, 1988, p. 346. 117os1 PEÑA

CABRERA, 1993, p. 326; BRAMONT-ARIAS TORRES/GARCÍA (ANTIZANO, 1997, p. 373.

117091 VILLA STEIN, 2001, p. 177.

117 101 Ejecutoria Suprema del 24-08- 1989, Expediente N° 534-98-Lima, en Anales Judiciales,
Año judicial 1989, T. LXXVII, 1993, p. 162.

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"El delito de usurpación no solo protege el dominio que se ejerce sobre el inmueble
sino propiamente el ejercicio de facultades que tiene su origen en derechos reales
que se ejercen sobre él, requiriendo además, de parte del sujeto activo una especial
intención de despojar al sujeto pasivo de la posesión del bien por alguno de los
modos señalados en la descripción típica del artículo 202 del Código Penal"(1711).
"Para la configuración del delito de usurpación se requiere que el su- jeto
agraviado haya ejercido posesión del bien y que al momento del evento haya sido
despojado por el agente infractor mediante el uso de la violencia, el engaño o el
abuso de confianza; que en el caso de au- tos no se han dado tales presupuestos y,
por ende tampoco ha ejercitado acto posesorio alguno sobre el inmueble submateria,
a tenor de su propia versión de la agraviada ya glosada, además se ha establecido
durante la secuela del proceso que los inculpados ingresaron al local comercial al
haber sido dejado abandonado y con el fin de salvaguardar sus bienes
patrimoniales"(1712). Sentencia que fue confirmada por la Sala Penal de la Corte
Superior de Huaraz, por resolución del 2 de diciembre de 1997 en los siguientes
términos: "que el tipo exige para su concreción como medios para el despojo el
empleo de 'violencia, amenaza, engaño o abuso de confianza', es así que está
acreditado que al mes de julio de mil novecientos noventa y seis, en que
supuestamente se verificó la acción delictiva, Clotilde Castillo Dueñas no detentaba
la posesión física o te- nencia del bien inmueble submateria, por lo que no ha sido
destinataria de los medios señalados por la ley, para ser excluida o desplazada de
posesión que no detentaba"(1713).
"Es esta clase de delitos no importa la calidad de propietario que pueda tener el
agraviado toda vez que el bien jurídico protegido es la situación de goce de un bien
inmueble y el ejercicio de un derecho real"(1714).
El derecho de propiedad también se protege con la figura delictiva de usurpación,
pero con la condición de que aquel derecho real vaya acompa- ñado o unido al derecho
de posesión. Esto es, el propietario debe estar a la
11111 1 Ejecutoria Suprema del 28-01-1999, Expediente N° 3536-98-Junín, en Revista Peruana de Jurisprudencia,
Año 1, N° 1,Trujillo, 1999, p. 361.

117121 Sentencia de primera instancia del 01-09-1997 en el Expediente N° 449-96.

1171 31 Expediente N° 497-97-Huaraz, ambas resoluciones en Serie de Jurisprudencia, N° 1, p. 532 y 533.

117141
Resolución Superior del 21-12-1998-lima, Expediente N° 4860-98 en ROJAS VARGAS/BACA CABRERA/NEIRA
HUAMÁN 111 346.

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vez, en posesión mediata o inmediata sobre su inmueble. Si ello no es así, el simple


derecho de propiedad no aparece protegido con la tipificación del delito de
usurpación, debiendo el perjudicado recurrir a la vía extrapenal y hacer prevalecer
su derecho.
2.2. Sujeto activo
Agente o sujeto activo de las conductas delictivas etiquetadas con el nomen
iuris de usurpación, puede ser cualquier persona, incluso el verdadero propietario del
bien inmueble en el supuesto de que haya entregado la po- sesión de su inmueble a
un tercero y después haciendo uso de los medios típicos de usurpación despoja o
perturba el tranquilo disfrute de aquel ter- cero sobre el inmueble.
2.3. Sujeto pasivo
Víctima o sujeto pasivo de la acción delictiva de usurpación puede ser cualquier
persona con la única condición que al momento de la ejecución del delito, esté
gozando de la posesión mediata o inmediata o tenencia del inmueble o en su caso,
gozando del ejercicio normal de un derecho real, lo cual implica necesariamente
posesión o tenencia sobre el inmueble. Es posible que sujeto pasivo pueda ser una
persona jurídica.
3. MODALIDADES DE USURPACIÓN
3.1. El inciso primero del artículo 202 del C.P.
Aquí se recogen dos conductas que se diferencian por los medios empleados
por el agente con la finalidad de adueñarse, apropiarse, quedarse o adjudicarse el total
o parte de un inmueble vecino. Si bien para alterar o destruir los linderos, el agente
puede hacer uso de la fuerza, esta no debe efectuarse contra las personas, caso
contrario, se configura el delito previs- to en el inciso 2 del artículo 202 del C.P.:

a. Destruir los linderos de un inmueble para apropiarse de todo o parte


Esta hipótesis delictiva se configura cuando el agente con la firme intención
de apropiarse, adueñarse o adjudicarse del todo o parte de un inmueble, destruye
sus linderos. Esto es, el autor o actor con la finalidad de lograr su objetivo cual es
adjudicarse, apoderarse o quedarse con todo o parte de un inmueble, destruye,
aniquila, demuele, rompe o derriba la marcación o señal que sirve de lindero.

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La figura delictiva es susceptible de ser cometida tan solo por el agen- te que tiene
la posesión de un inmueble vecino o colindante del inmueble invadido de la víctima.
El agente colindante con la intención de adueñarse del inmueble vecino destruye las
señales que conforman el lindero o límite del terreno.
Peña Cabrera(1715), citando a los argentinos Núñez, Soler y Fontán Balestra,
enseñaba que el sujeto activo requiere la calidad especial de veci- no. Pareciera que la
ley contradice esta afirmación al consignar la frase "el que...", denotando generalidad;
sin embargo, no es así, porque en el caso específico, al referirse a "linderos'',
lógicamente, se está dirigiendo a quie- nes de una u otra manera son poseedores o
tenedores de un inmueble, por consiguiente, vecinos o colindantes del bien inmediato
al suyo; de no ser así, quien destruye los signos exteriores de limitación, sin contar
con las facultades posesorias sobre el bien "favorecido", no podrá apoderarse del todo
o parte del bien usurpado, o lo que es lo mismo, no podrá prolongar la posesión de un
predio que no posee. Recordemos que la sola remoción de signos exteriores, sin el
ánimo de apropiarse, nos ubicaría frente al delito de daños.

h. Alterar los linderos de un inmueble para apropiarse de todo o parte


Este comportamiento delictivo se configura cuando el agente o autor con la firme
intención de apropiarse, adueñarse o atribuirse el total o parte de un inmueble, altera,
cambia, modifica, desplaza o mueve de su lugar, las señales o marcas que le sirven de
lindero.
Igual que la conducta anterior, esta solo se realiza o perfecciona por un autor que
tiene un inmueble colindante con el de la víctima.
El lindero son las señales naturales o artificiales, pero siempre de ca- rácter
material, cuya finalidad es servir de demarcación permanente a los límites de un
predio. Pueden ser: cercos de piedras o de adobes, alambra- dos, mojones, estacas,
árboles, etc. No interesa si estos objetos materiales están ubicados en forma continua
o discontinua, siempre que cumplan su objetivo demarcatorio(1716). Como la acción
del agente de destruir o alterar está dirigida al lindero o límite del inmueble, hay
quienes sostienen que el objeto material de aquellos delitos es el lindero; sin embargo,
la des-
1171s1 PENA CABRERA, 1993, p. 349.

117161
ROY FREYRE, 1983, p. 317; PEÑA CABRERA, 1993, p. 348; ÁNGELES et al., 1997, 111, p. 1334; BRAMONT-ARIAS
TORRES/GARCÍA CANTIZANO, 1997, p. 375 .

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trucción o alteración del lindero solo es un medio para atacar el verdadero objeto
material del delito cual es el inmueble vecino.
En suma, para estar ante el supuesto delictivo de destrucción o altera- ción de
linderos debe acreditarse en forma específica y concreta tales linde- ros, caso contrario,
si no hay instrumento idóneo que origine su deslinde, o la partición o división o
individualice los terrenos que corresponden tanto al sujeto activo como al supuesto
agraviado, el delito de usurpación no aparece,
debiendo en su caso el perjudicado, recurrir a la vía extrapenal a ventilar su
mejor derecho(17t7).
3.2. El inciso segundo del artículo 202 del C.P.
El inciso 2 del artículo 202 del Código Penal regula una sola conducta por la
acción misma del agente, pero varias conductas que se diferencian por los medios
empleados por el agente para lograr su objetivo cual es, despojar a la víctima total
o parcialmente de la posesión o tenencia de un inmueble o del ejercicio de un derecho
real.
Antes de describir el modo de evidenciar las diferentes formas de despojar a
otro del todo o parte de la posesión o tenencia de un inmueble o del ejercicio de un
derecho real, consideramos necesario explicar qué se entiende por despojo, posesión,
tenencia y ejercicio de un derecho real.

a. Despojar
Este término en la redacción del tipo penal tiene la condición de ver- bo rector
de la conducta punible. Se le entiende como la acción por la cual el agente despoja,
quita, arrebata, desposee o usurpa el inmueble o el ejer- cicio de un derecho real del
sujeto pasivo.
Nuestra doctrina entiende al despojo desde dos perspectivas. Una pone el acento
en la idea de desposesión y entiende por despojo todo arrebato a una persona de la
posesión, tenencia o ejercicio de un derecho reai(1718); otro sector, vincula el concepto
al disfrute de un derecho, luego despojo significa la supresión o privación del goce al
titular de un bien inmueble(l719). Desde ambas conceptualizaciones, la posesión ilícita
resulta ser la consecuencia del
117171 En el mismo sentido, véase la Resolución Superior del 22-01-1998, Expediente N° 419-96-Huaraz, en
Serie de Jurisprudencia N° 1, AMAG., 1999, p. 535.
(1718) Rov FREYRE, 1983, p. 314; BRAMONT-ARIAS TORRES/GARCÍA CANTIZANO, 1997, p. 376; ÁNGELES
et al., 1997, 111, p. 1335.
117191 PEÑA CABRERA, 1993, p. 335.

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despojo. De ello, podemos inferir que la realización del despojo genera una
situación de afectación del derecho de posesión o del ejercicio de un derecho real
sobre un inmueble que se mantiene en el tiempo(172D).
El despojo puede concretizarse en la realidad, ya sea que el autor o
agente invada el inmueble, se mantenga en el inmueble en contra de lavo-
luntad del legítimo poseedor o tenedor o ya sea, expulsando del inmueble al
legítimo poseedor o tenedor. El despojo puede ser sobre la totalidad del
inmueble perteneciente al sujeto pasivo o parte de él. Al referirse el tipo
penal a que el despojo puede ser de una parte del inmueble, se entiende que
habrá usurpación así se despoje a la víctima unos cuantos centímetros de su
inmueble. En el desempeño de nuestra labor como representantes del
Ministerio Público, he tenido oportunidad de ser testigo de excepción de
largos y voluminosos procesos, donde el objeto del delito instruido ha sido un
borde de un camino o un canal de regadío, es decir, unos pocos centíme- tros de
ancho y otros no muchos de largo. En este tipo de juicios, es más costoso el
proceso que el valor mismo del inmueble usurpado.
"Lo que se persigue y sanciona en la comisión del delito de usu1pación, no
es la propiedad, sino el despojo de la posesión en forma violenta o con la utilización
del engaño o la astucia o el que altera linderos o los destruye o tam- bién el que turbe
la posesión, presupuestos a que se refiere el artículo doscientos dos del Código Penal
vigente"(1721).

b. Posesión
Para entender lo que significa posesión para nuestro sistema jurídi- co
no queda otra alternativa que recurrir al artículo 896 del Código Civil. Aquí
se prevé que: "la posesión es el ejercicio de hecho de uno o más pode- res
inherentes a la propiedad". Es decir, por la posesión las personas gozan de
hecho de uno o más atributos inherentes al derecho real de propiedad sobre
un bien inmueble. Al poseedor siempre se le presume propietario del bien en
tanto no se le demuestre lo contrario (artículo 912 del C.C.).
En otros términos, con el recordado Peña Cabrera(1722) podemos
concluir que la posesión viene a ser el despliegue de algunas de las facul-
tades del derecho de propiedad, en mérito al poder de hecho que se tiene
117201 MAZUELOS (OELLO, 1995, p. 121.

1 17211 Resoluciones Superiores del 03-06-1999, Expediente N° 98-264-lca y del 23-08-1999, Ex- pediente
N° 97-52-lca.

117221 PEÑA CABRERA, 1993, p. 336.

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sobre el inmueble, estándole restringido solo la facultad de disposición que sí la tiene


el propietario aun cuando se le presuma como tal mientras no se le pruebe lo
contrario.
Aquí, cabe reiterar el principio que el derecho penal constituye el último
recurso (última ratio) del que se vale el poder estatal para proteger ciertos bienes
jurídicos considerados condiciones fundamentales de la vida en sociedad. Esta
protección, sin embargo, no es indiscriminada, es decir, un mismo bien jurídico no
se protege contra todas las conductas o formas de lesión, sino que, el sistema
selecciona ciertas conductas de ataque que estima especialmente peligrosas,
tipificándolas como delito. Este es el caso de la posesión, la misma que no se protege
penalmente de todas las formas de conductas lesivas, si no tan solo de algunas de
ellas. Así, conforme al inciso 2 del artículo 202 del C.P. solo se protege la
posesión cuando la conducta que la lesiona o pone en peligro ocurre por violencia,
amenaza, engaño o abuso de confianza. De no concurrir alguno de estos elementos
típicos, la protección a la posesión debe buscarse en vía distinta a la penal.
La posesión puede ser inmediata o directa y mediata o indirecta. Será
inmediata cuando el poseedor se encuentre en posesión directa del inmue- ble, en
tanto que será mediata cuando el poseedor no esté en directa po- sesión del
inmueble, sino que lo tenga al cuidado de un tercero (servidor de la posesión) u
ocupando otro lugar, constantemente realice actos de disposición sobre aquel.
Ambos tipos de posesión pueden ser afectados por el delito de usurpación.
El precedente jurisprudencia! del 15 de diciembre de 1998 da cuenta de un caso
real por el cual se lesionó la posesión mediata de un inmueble: "que en el caso de
autos, ha quedado debidamente acreditado que si bien la agraviada no domiciliaba en el
bien sub litis, sí venía ejerciendo la posesión de dicho inmueble a través de actos de
disposición, constituido por todas las construcciones efectuadas en el mismo, por orden
suya, constatadas en la ins- pección ocular realizada por el juzgado ... no pudiendo
alegar el encausado que desconocía este hecho, pues conforme es de verse del escrito de
petición de garantías que efectúa este ante la Prefectura de Lima, con fecha ..., el día en
que decide tomar posesión del bien sub litis, esto es -según sus propios térmi- nos- ...,
encontró a la agraviada en el mismo, abriendo zanjas para realizar construcciones; siendo
así, está debidamente acreditado el proceder doloso del encausado, quien pese a las
negativas de aquella, -quien llamó a la policía y a Serenazgo de la Malina- días después
tomó la posesión de dicho lote"(1723).
1 17231 Expediente N° 3239-97 (Sc)-Lima, en ROJAS VARGAS/BACA CABRERA/NEIRA HUAMÁN, 111, p. 358.

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c. Tenencia
Para saber qué se entiende por tenencia o simple detentación en nues- tro sistema
jurídico, igual como ocurre con la posesión, debemos recurrir al artículo 897 del
Código Civil donde se regula que: "no es poseedor quien, encontrándose en
dependencia respecto a otro, conserva la posesión en nombre de este y en
cumplimiento de órdenes e instrucciones suyas". Es decir, por la tenencia, una
persona tiene el ejercicio efectivo de uno a más atributos del derecho de propiedad
sobre un inmueble, sin podérsele presu- mir como propietaria, pues ella ya reconoce
tal condición en otra persona.
Al interpretar el artículo glosado, la doctrina Civil se refiere a la fi- gura del
servidor de la posesión, la misma que es una situación posesoria a la que sirve y
con la que se relaciona sin llegar a encarnarla. Su posición jurídica no es la de un
poseedor inferior -como ocurre con la fórmula de la posesión mediata o inmediata-
, sino la de un detentador que, no siendo poseedor, no es exclusiva o absolutamente
un extraño a la posesión. Como enseña Hernández Gil, falta en el servidor un poder
decisorio que corres- ponde al poseedor(1724).
En definitiva, el tenedor es un simple servidor de la posesión, pues tal como lo
establece taxativamente el artículo 912 del ce., no se le puede pre- sumir como
propietario debido a que aquel reconoce el derecho de posesión
o propiedad en otra persona. Allí radica la principal diferencia entre pose- sión y
tenencia para nuestro sistema jurídico aun cuando en doctrina la po- lémica entre los
seguidores de los alemanes Savigni y Ihering es inagotable.
Como ejemplo de tenencia, podemos citar la situación que surge a
consecuencia de una relación laboral entre el propietario y la persona que cuida el
inmueble denominado comúnmente "guardián". Aquí el guardián, quien tiene la
posesión directa del inmueble es un simple tenedor, pues de acuerdo a la relación
laboral, este reconoce a su contratante como propie- tario y poseedor mediato del
inmueble. La posesión queda por entero en el propietario que ostenta una posición
de autoridad respecto del servidor, que es un subordinado o dependiente.

d. Ejercicio de un derecho real


El despojo puede producirse o materializarse cuando la víctima está en pleno
ejercicio, práctica o ejecución de un derecho real surgido a conse- cuencia de la ley
o de un contrato. Los derechos reales, aparte de la pose-
(1724) Citado por AVENDAÑO VALDEZ, 1988, p. 127.

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sión, que pueden afectarse con el delito de usurpación por despojo, son la
propiedad, el usufructo, uso, habitación, servidumbre, hipoteca, etc.
Todos los derechos reales podrán ser lesionados con el delito de
usurpación siempre y cuando aquellos derechos estén unidos con el de
posesión, caso contrario el ilícito penal no aparece. Es condición sine qua non
del delito que el sujeto pasivo esté en pleno y efectivo ejercicio o disfrute
de algún derecho real. Es decir, por ejemplo, el propietario debe a la vez estar
en posesión inmediata o mediata del bien inmueble, caso con- trario, si se
verifica que el propietario no estaba en posesión de su inmue- ble, sino que lo
tenía por decir, en abandono, es jurídicamente hablando, imposible que se
configure el delito de usurpación. En tal caso, el propie- tario deberá recurrir
a las normas civiles para recuperar o reivindicar su propiedad. El derecho
penal nada tiene que hacer ni decir en tal supuesto.
En tal orientación, comete delito de usurpación aquel propietario que
despoja violentamente a su inquilino del inmueble de su propiedad, por fal- ta
de pago de la merced conductiva. Es más, en este supuesto, se presenta un
concurso ideal entre el delito de usurpación y delito hacerse justicia por propia
mano, situación que se resolverá recurriendo al artículo 48 del C.P. y al principio
de aplicación de la ley penal denominado absorción(172S).
Teniendo claro los conceptos precedentes, podemos ahora explicar cada
una de las conductas recogidas en el inciso 2 del artículo 202 del C.P.

e. Despojar a otro, total o parcialmente de la posesión o tenencia de un


inmueble o el ejercicio de un derecho real haciendo uso de la violencia
El comportamiento delictivo se configura cuando el agente haciendo uso
de la violencia o fuerza física, despoja al sujeto pasivo de la posesión o te- nencia
del total o una parte de un inmueble o del ejercicio de un derecho real.
La violencia, conocida también como vis absoluta, vis corporalis o vis
phisica, está representada por la fuerza material que actúa sobre el cuerpo de
la víctima para arrebatarle o despojarle su inmueble.
Consiste en una energía física ejercida por el autor sobre la víctima. El
autor o agente recurre al despliegue de una energía física para vencer con ella,
por su poder material, la voluntad opuesta de la víctima.
117251 Véase: las Resoluciones Superiores del 15-09-1997, Expediente N° 3363-97 en LA ROSA GóMEZ DE
LA TORRE, 1999, p. 323; del 14-09-1998, Expediente N° 2890-98-en ROJAS VARGAS/BACA (ABRE- RA/NEIRA
HUAMÁN 111, 1999 p. 362 y la del 25-09-1998, Expediente N° 1398-98, en BRAMONT-ARIAS TORRES,
2000, p. 148.

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Ramiro Salinas Siccha

f Despojar a otro, total o parcialmente de la posesión o tenencia de un


inmueble o el ejercicio de un derecho real por medio de amenaza
Este supuesto delictivo se configura cuando el agente haciendo uso de la
amenaza a intimidación, logra despojar a la víctima de la posesión o tenencia
total o parcial de su inmueble o del ejercicio de un derecho real.
La amenaza consiste en el anuncio de un mal o perjuicio inminente para
la víctima, cuya finalidad es intimidarla. No es necesario que la ame- naza sea
invencible, sino meramente idónea o eficaz. La intimidación es una violencia
psicológica. Su instrumento no es el despliegue de una ener- gía física sobre el
sujeto pasivo, sino el anuncio de un mal. La amenaza o promesa directa de un
mal futuro, puede hacerse por escrito, en forma oral o cualquier acto que lo
signifique.
E\ ma\ a sufrirse de inmediato o mediatamente puede constituirse en el
daño de algún interés de la víctima que le importa resguardar, como su propia
persona, su honor, sus bienes, secretos o personas ligadas por afecto, etc.
Para evaluar y analizar el delito de usurpación, se tendrá en cuenta el
problema de la causalidad entre la acción intimidante y el acto de despojo, la
constitución y las circunstancias que rodean al sujeto pasivo. En ese sen- tido,
consideramos que no es necesario que la amenaza sea seria y presente. Solo será
necesario verificar si la capacidad psicológica de resistencia del sujeto pasivo ha
quedado suprimida o sustancialmente enervada. Es difícil dar normas para
precisar el poder o la eficiencia de la amenaza, quedando esta cuestión a criterio
del juzgador en el caso concreto. El juzgador no debe hacer otra cosa sino
determinar si la víctima tuvo serios motivos para convencerse de que solo su
aceptación de salir del inmueble, evitaría el daño anunciado y temido. La
gravedad de la amenaza debe medirse por la capacidad de influir en la decisión
de la víctima de manera importante. El análisis tendrá que hacerse en cada caso
que la sabia realidad presenta.

g. Despojar a otro, total o parcialmente de la posesión o tenencia de un


inmueble o el ejercicio de un derecho real por engaño
Este comportamiento delictivo se configura cuando el autor o agente por
medio del engaño, logra despojar total o parcialmente, a la víctima de la posesión,
tenencia de su inmueble o del ejercicio de un derecho real.
Se define al engaño como la desfiguración de lo verdadero o real ca- paz de
inducir a error a una o varias personas. El engaño viene a ser el des- pliegue de
actos verbales o ejecutivos de falso cariz, destinados a conseguir
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Usurpación

la entrega del inmueble, privando de esta manera de la posesión o tenencia al sujeto


pasivo. El engaño puede no ser un ardid, bastando que sea una simple mentira de la
cual se vale el agente para inducir a error a la víctima y despojarlo de todo o parte de
su inmueble(1726).

h. Despojar a otro, total o parcialmente de la posesión o tenencia de un


inmueble o el ejercicio de un derecho real abusando de la confianza
Esta hipótesis delictiva se configura cuando el agente, abusando de la confianza
otorgada por la víctima le despoja del total o parte de la posesión o tenencia de un
inmueble o del ejercicio de un derecho real.
Por abuso de confianza se entiende el mal uso que hace el agente de la confianza
que ha depositado la víctima en su persona. O mejor, el agente logra en principio
ganarse la confianza y buena fe de la víctima, para luego traicionarlo y despojarlo de
la posesión o tenencia de un inmueble. Roy Freyre(1727) enseña en forma
pedagógica que la víctima resulta, así, des- pojada de la posesión del inmueble por
no haber tomado las precauciones contra un malhechor que aparentaba merecer fe.
Para graficar con un caso real esta modalidad delictiva tenemos la resolución
superior del 11 de mayo de 1998. Aquí se argumenta: "que la forma como adquirió este
derecho real fue por la confianza que depositó en su persona la agraviada quien le brindó
alojamiento en dicho inmueble mientras laboraba como albañil y hasta que pudiera
conseguir un lugar donde vivir, que tal circunstancia es plenamente reconocida por el
acusado; que siendo así, el sentenciado ha procedido a trastornar el título por el cual le
fue entregada la posesión del bien inmueble toda vez que lo poseyó para efectuar
reparaciones en él siendo que actualmente pretende erigirlo ilegítimamente como un
bien sujeto a garantía real en su favor, siendo irrelevante para la configuración del tipo y
la reprochabilidad de su conducta los móviles que alega con el único afán de enervar su
responsabilidad penal"(172S).
Por otro lado, el acto de abuso de confianza debe ser preciso y con- creto, caso
contrario, el delito no se evidencia, tal como da cuenta el precedente jurisprudencia!
emitido por la Sala Mixta de la Provincia de Camaná-Arequipa, el 30 de diciembre
de 1998: "Conforme denuncia fiscal que corre a fojas catorce, se atribuye a Ana
Simeona Retamozo Rubio, con
117261 PEÑA CABRERA, 1993, p. 340.

117271 ROY FREYRE, 1983, p. 315.

117281 Expediente N° 16111-98-Lima, en ROJAS VARGAS/BACA (ABRERA/NEIRA HUAMÁN 111, 1999 p. 359.

1259 •

Ramiro Salinas Siccha

abuso de confianza, haber despojado a Telmo Simeón Cáceres Falcón, el predio rústico
N inaspata, ubicado en el distrito de San José de Ushua... Que en la denuncia no se
especifica en qué consiste dicho abuso de confianza, privándose de contenido el objeto
de instrucción misma, al ignorarse qué conducta realizó la procesada (así, por ejemplo,
haber sido dejada al cuida- do del bien para, aprovechando esa coyuntura, asumir la
posesión, no dejan- do ingresar al poseedor anterior); que conforme a la pre'i·entiva
del propio agraviado ... entre ambos no habría mediado ningún tipo de confianza, al
punto que, no obstante ser esposos, declara no tener amistad, ni enemist,1d ni
parentesco alguno con la procesada, de lo cual se infiere que no pudo existir abuso
de confi«mza; a mayor abundamiento, siempre considerando la preventiva del
agraviado, los hechos habrían ocurrido sin mediar ninguna de las mod,ilidades de
conducta que prevé el Código Penal para la comisión de este ilícito, pues la procesada
simplemente habría ingresado y culfrvado en el predio sin haber utilizado para ello
violencia, o amenazado a alguien, engañado o abusado de la confi.anza de quien en
ese momento se encontraba en posesión del referido inmueble(1729).
3.3. El inciso tercero del artículo 202 del C.P.
Este inciso prescribe una conducta por la acción misma del agente, cual es
realizar actos perturba torios a la pacífica posesión que tiene el agra- viado sobre el
inmueble. No obstante, dependiendo de la forma empleada por el agente para lograr
su objetivo de perturbar, turbar o alterar la pací- fica posesión del inmueble por
parte de la víctima, puede materializarse hasta por dos modalidades. Perturbar la
posesión con el uso de violencia y perturbar con el uso de amenaza.
Antes de explicar el contenido de las dos modalidades, es necesario
determinar el contenido real de lo que significa "perturbación de la pose- sión",
así como determinar y contestar una interrogante básica: ¿en este supuesto también
la violencia necesariamente tiene que ser sobre las perso- nas o es posible que sea
también sobre las cosas?
a. Se entiende por perturbación de la posesión, todo acto ejecutivo ma-
terial realizado por el agente con la finalidad o intención de alterar o
turbar la pacífica posesión que tiene la víctima sobre un bien inmue-
ble. Aparece el delito si se perturba el derecho real de posesión de un
inmueble mas no la simple tenencia. En consecuencia, de verificarse
en un caso concreto que la turbación es a la pacífica tenencia de un
(1?291 Expediente N° 13-14-98, en ARMAZA GALDóS/ZAVALA TOYA, 1999, p. 271.

• 1260

Usurpación

inmueble, no hay delito pues la conducta es atípica para nuestro sis- tema
penal.
Es lugar común en la doctrina nacional considerar a la turbación de posesión
como la realización de actos materiales que, sin despojar al poseedor,
interrumpen o alteran el pacífico uso y goce de la posesión de un inmueble.
La acción del agente reside en restringir el ejercicio pleno de la posesión,
pero sin interesarle su despojo u ocupación to- tal o parcial del
inmueble(1730). Este cLuo es fundamental al momento de calificar una
conducta como acto de perturbación de la posesión. El agente solo debe
tener como finalidad última el solo molestar o alterar la pacífica posesión
que tiene el sujeto pasivo.
En cambio, si en un caso concreto el operador jurídico verifica que el agente
por medio de actos de turbación pretende conseguir al final el despojo total
o parcial del inmueble, estaremos ante un caso de ten- tativa del delito de
usurpación en la modalidad prevista en el inciso segundo del artículo 202
del Código Penal.
b. En cuanto a la interrogante básica de si el uso de la violencia ne-
cesariamente tienen que ser sobre las personas o es posible que sea
también sobre las cosas, la respuesta no es pacífica en la doctrina. En
efecto, se tiende a sostener que en todos los supuestos de usurpación
regulados en el artículo 202 el uso de la violencia tiene que ser sobre
las personas y no sobre las cosas. Interpretación que no puede acep-
tarse debido a que en el supuesto previsto en el inciso 3 del artículo
2002, muy bien el agente haciendo uso de la violencia sobre las cosas
puede perturbar la pacífica posesión del inmueble. Aquí el agente ha-
ciendo uso de violencia fractura, por ejemplo, el candado o chapa de seguridad
de la puerta de ingreso o haciendo uso de violencia todas las noches produce
golpes sobre la pared del inmueble que ocupa la víctima, etc.
Si la violencia es dirigida solo y siempre sobre las personas, no será posible
que el supuesto previsto y sancionado en el inciso 3 del artículo 202 se configure.
En efecto, en la realidad no encuentro un supuesto (ni siquiera hipotético) en el cual
el agente haciendo uso de la violencia sobre la persona de la víctima, le perturbe
la posesión de un inmueble. No es po- sible sostener que en un caso concreto el
agente haciendo uso de la violen- cia agredió la integridad física de la víctima con
la finalidad de perturbarle
(1730) ROY FREYRE, 1983, p. 319; PEÑA CABRERA, 1993, p. 352; ÁNGELES et al., 1997, 111, p. 1337;
BRAMONT-ARIAS TORRES/GARCÍA (ANTIZANO 1997, p. 377.

1261 •

Ramiro Salinas Siccha


la pacífica posesión del inmueble. Nadie puede alegar racionalmente que alguien me
ha agredido (además que la agresión debe ser constante por determinado periodo) para
perturbarme la pacífica posesión de mi casa. Si una persona por medio de la violencia
realiza agresión en forma constante a otra con la finalidad que sea, será imputado cualquier
otro delito menos el de usurpación en su modalidad de turbación de posesión. Si ello se
produ- ce, el operador jurídico calificará tal hecho como delito de coacción, lesio- nes o
faltas contra la persona. Ello dependerá de la magnitud de la agresión.
En esta línea camina la Corte Suprema. Así, en la ejecutoria suprema del 29 de mayo
de 2007(173 1), la Sala Penal Permanente, resolviendo un re- curso de queja extraordinario,
sostuvo que: "se advierte la existencia de una presunta infracción constitucional del principio
de legalidad penal -referida a los supuestos de tipicidad del inciso tres del artículo doscientos
dos del Código Penal- por cuanto la violencia a que se refiere el tipo penal según jurispru-
dencia uniforme de este Supremo Tribunal no siempre tiene que ser ejercida contra la
persona, también puede ser sobre las cosas".

a. Turbar la posesión de un inmueble haciendo uso de la violencia


La modalidad delictiva aparece cuando el agente, haciendo uso de la violencia o
fuerza física sobre las cosas que forman parte del inmueble de la víctima, le turban o
alteran la posesión pacífica. El agente solo busca limitar o restringir la pacífica posesión
del inmueble que goza el posee- dor. No es posible uso de la violencia sobre la víctima
con la finalidad de perturbar la pacífica posesión de su inmueble. Como ya hemos
señalado, aparece este supuesto cuando, por ejemplo, el agente, haciendo uso de la
violencia, fractura el candado o chapa de seguridad de la puerta de ingreso, o haciendo
uso de violencia todas las noches produce golpes sobre la pared del inmueble que ocupa
la víctima, o corta los cables de energía eléctrica o corta los caños de agua potable para
evitar que la víctima reciba aquellos recursos, etc.
No obstante, con Peña Cabrera(l73 2 ) debemos dejar establecido que las simples
molestias al poseedor o la privación de ciertas comodidades se- rán insuficientes para
materializar el delito. Los actos perturbatorios deben ser de cierta magnitud y constantes
que pongan en real peligro o lesionen el bien jurídico protegido.
117311 Queja N° 60-2007-Arequipa.
117321 PEÑA CABRERA, 1993, p. 352.

• 1262

Usurpación

b. Turbar la posesión de un inmueble utilizando la amenaza


El comportamiento delictivo se configura cuando el agente haciendo uso de la
amenaza o intimidación en contra de la víctima, perturba o altera la pacífica posesión
de su inmueble. Este supuesto solo se verifica cuando la amenaza va dirigida a las
personas, quienes por tener sentimientos pue- den ser intimidadas fácilmente, en
cambio, las cosas de modo alguno pue- den ser intimidadas. Se verificará este
supuesto cuando la víctima teniendo su jardín frente a su vivienda, el agente que
vive en la vivienda vecina le amenaza en forma constante que le soltará sus perros
bravos si hace actos de cultivo en el citado jardín. Aquí el agente restringe o limita
el uso del jardín por medio de amenaza.
En fin, las resoluciones superiores del 14 de julio y 28 de diciembre de 1998,
sirwn para e\-idenci,u que el derecho \·ivo y actuante sabe percibir cuándo e c1mos Jnte
estos supuestos. En aquellas resoluciones se argu- menu: "q11e, ul como se ser/,¡/« en
el Inciso tercero del artículo doscientos dos del Códzgo Pe11<d, para 1,1 conjlg11raclón
del delito de usurpación en su modalidad de turbación de la posesión, se exige que el
agente, realice actos materiales, que sin despojar al poseedor, suponen una limitación de
la pacífica posesión de un inmueble, siendo los medios para realizar la turbación la vio-
lencia o amenaza"(1733).
4. TIPICIDAD SUBJETIVA
Según la redacción del tipo penal 202, y tal como sucede con todos los delitos
que lesionan o ponen en peligro el bien jurídico patrimonio, las modalidades de
usurpación son de comisión netamente dolosa. No cabe la comisión culposa o
imprudente. Si por ejemplo, se altera o destruyen los linderos del inmueble
colindante y por negligencia o desconocimiento se sobre pasa al terreno vecino, el
delito de usurpación no aparece. En este su- puesto, a lo más se verificará si los daños
ocasionados al lindero sobrepasan en su valor económico las cuatro remuneraciones
mínimas vitales, en cuyo caso se atribuirá a su autor el delito de daños.
En el supuesto previsto en el inciso 1 del artículo 202 del C.P., el agente
actúa con conciencia y voluntad de alterar o destruir los linderos de un inmueble
con la intención de apoderarse de todo o parte de aquel. En este supuesto, aparte
del dolo, debe verificarse otro elemento subjetivo

11733) Expedientes N°s. 2940-98-Lima y 3733-98-lima, en ROJAS VARGAS/BACA CABRERA/NEIRA


HUAMÁN 111, 1999 p. 370 y 368.

1263 •

Ramiro Salinas Siccha

adicional como es el animus de apropiarse, esto es, la intención de adjudi- carse o


adueñarse total o parcialmente del inmueble vecino. Si tal intención no se evidencia
en el actuar del agente, la conducta típica de usurpación en la modalidad de
alteración o destrucción de linderos no aparece.
En el segundo supuesto, el agente actúa con conciencia y voluntad de hacer
uso de la violencia, amenaza, engaño o abuso de confianza para lograr el despojo
de su inmueble a la víctima. En cambio, en el supues- to de perturbación, el
agente actúa con conciencia y voluntad de realizar actos de violencia o amenaza
que perturben la pacífica posesión que el sujeto pasivo tiene sobre el inmueble,
siempre y cuando no haya intención de lograr el despojo del inmueble. Si se
verifica que la real intención del agente es la de lograr el despojo del inmueble
y solo se quedó en actos perturbatorios, estaremos ante una tentati\-a del delito
de usurpación en su modalidad de despojo.
En suma, "si bien es czerto que el elemento ob1eti-;,·o del delito de usur- pación se
cumple con la nMten,dzz,1czó11 del de_,po¡o o pert:trb,1ció11 de lapo- sesión, también lo es
que, adicionado c1 ello. debe d.irse el elenze¡z;o s11b1etl o del tipo que se encuentra en la
concienc1c1 y -;,·olu11t<1d de despo1.1r .1 otro de l.1 posesión; en tal sentido, para consumar
el delito de 11s111p.1czón. es preczso que la ocupación -en sentido estricto- sea material y
efecti'C•a, y que desde el pnmer momento se realice con el propósito de mantenerse en el
inmueble usu1pado, con el goce de los beneficios del poseedor, siendo irrelevante el lapso
que dure tal situación de ofensa al bien jurídico"(1734).

5. ANTIJURIDICIDAD
Una vez que se ha verificado que en determinado comportamiento concurren
todos los elementos obietivos y subietivos exibibles, correspon- derá al operador
jurídico verificar si concurre alguna causa de justificación que haga permisiva aquella
conducta o en su caso, descartar tal posibilid.1d.
En un hecho típico de usurpación en su modalidad de despojo, puede concurrir
la causa de justificación denominada "obrar en el ejercicio legíti- mo de un derecho'',
prevista en el inciso 8 del artículo 20 del Código Penal. En efecto, si determinada
persona haciendo uso de la amenaza, engaño o abuso de confianza recobra su inmueble
que le ha sido desposeído, sin in- tervalo de tiempo, habrá actuado en el ejercicio
legítimo de un derecho que
117341 Ejecutoria Suprema del 17-09-1996, Expediente N° 2584-96-B-Lima, en Normas Legales, T.
255, agosto, 1997, p. A-25 .

•1264

Usurpación

le otorga el artículo 920 del Código Civil. En tal supuesto habrá tipicidad
pero no será una conducta antijurídica.
También puede presentarse la justificante de obrar con el consenti- miento
del sujeto pasivo regulado en el inciso 10 del artículo 20 del C.P.: "Si se ha
acreditado que el procesado estuvo ocupando con anterioridad par- te del inmueble
en forma pacífica y con el consentimiento de la agraviada, no concurren los
elementos del delito de usurpación"(l735). En igual sentido, puede concurrir la
causa de justificación prevista en el inciso 9 del artículo 20 del C.P., esto es,
obrar por orden obligatoria de autoridad competente, expedida en ejercicio de sus
funciones. "Al advertirse que los hechos se pro- dujeron por disposición de lo
resuelto por el órgano jurisdiccional competente, que estableció el desalojo del
inmueble, llevado a cabo por el asistente judicial con apoyo de la fuerza pública, los
mismos no tienen la calidad de antijurídi- cos al estar amparados en resolución
judicia/"(1736).
6. CULPABILIDAD
Aquí es factible que se presenten supuestos de error de prohibición; esto
es, que el sujeto activo de la conducta típica y antijurídica al mo- mento de
actuar por error desconozca la antijuridicidad de su conducta, corno sería el
caso que el agente alterara los linderos del predio vecino en la creencia
errónea que su propiedad le alcanza unos metros más o cuando el sujeto
activo, propietario, haciendo uso del engaño despojara del inmueble a su
arrendatario en la creencia errónea que tiene derecho
a actuar de ese modo para recuperar la posesión de su inmueble ante la
negativa de retirarse de aquel.
7. TENTATIVA
Las conductas típicas previstas en los incisos primero y segundo del
artículo 202 del C.P., es posible que se queden en el grado de tentativa. Habrá
tentativa, por ejemplo, cuando el agente con la firme intención de despojar
del inmueble al sujeto pasivo, haciendo uso de la violencia o la amenaza,
realiza actos perturbatorios de la posesión, no logrando aún el despojo por
intervención de la autoridad competente o, cuando el agente con la intención
de apropiarse de parte de un predio vecino comienza o
ll 7351 Resolución Superior del 19-06-1998, Expediente N° 1415-98-Lima, ROJAS VARGAS/BACA
CABRERA/NEIRA HUAMAN, p. 354.
117361 Resolución Superior del 20-10-1998, Expediente N° 628-988-Lima, en ROJAS VARGAS,
2000, p. 312.

1265 •

Ramiro Salinas Siccha

está destruyendo los linderos, sin embargo, por intervención oportuna de la


autoridad no logra realmente destruir o desaparecer el lindero.
Como precedente judicial de tentativa de usurpación cabe citarse la
resolución superior del 16 de junio de 2000, en la cual se esgrime que: "se
imputa a los encausados haber participado en el evento ocurrido el día 17 de junio
del año mil novecientos noventa y siete, oportunidad en la cual habrían pretendido
desalojar a los agraviados de la posesión que ejercía sobre el in- mueble...,
causando daños materiales en el mismo; que, los vestigios de actos violentos que
fueron hallados durante la constatación policial efectuada el día nueve de junio del
citado año, conforme se detalla a fojas ..., evidencian que dichos actos de violencia
tuvieron como finalidad despojarlos de la posesión del citado predio, sin lograr el
resultado obiefrvo perseguido, lo cual permite colegir que respecto al delito de
usurpación, no nos encontmmos antes el delito
consumado, sino frente a actos que indican el comienzo en Li eiecución del
mismo"( 1737 l.
En cambio, el último supuesto típico de perturbación de la posesión no
admite la tentativa.

8. CONSUMACIÓN
El supuesto previsto en el inciso primero del artículo 202 del C.P. se
consuma con la total destrucción o alteración de los linderos que delimita el
predio que se pretende adjudicar el sujeto activo. Para perfeccionarse el delito no
se requiere que el agente realmente logre apropiarse o adueñarse de todo o parte
de un inmueble. Basta que se acredite que el agente destru- yó o alteró los linderos
con la firme intención de hacerse dueño del predio vecmo.
El delito llega a su consumación con la destrucción o alteración de los
linderos del predio, sin necesidad de que el apoderamiento perseguido haya sido
logrado por el agente(1738).
Los supuestos delictivos, previstos en el inciso segundo del artículo 202,
se consuman o perfeccionan en el momento en que se logra el real despojo total
o parcial de la posesión, tenencia o el ejercicio de un derecho real de un inmueble
al sujeto pasivo. El despojo tiene que ser en forma di-
(17371 Expediente N° 4967-99 en ROJAS VARGAS, 2002, p. 639.
(l738) ROY FREYRE, 1983, 111, p. 318. En parecido sentido BRAMONT-ARIAS TORRES/GARCÍA CANTIZA- NO, 1997,
p. 375; ÁNGELES et al., 1997, 111, p. 1334 y VILLA STEIN, 2001, p. 180.

• 1266

Usurpación

recta al real y actual posesionario del inmueble. Si no hay posesión o simple


tenencia sobre el inmueble, no habrá despojo con connotación del delito de
usurpación.
"El delito de usurpación en la modalidad de despojo se consuma cuando el
autor arrebata la posesión de un inmueble a la persona del agraviado utili- zando
para tal fin medios violentos, amenazas, engaño o abuso de confianza, debiendo ser
ellos suficientes y eficaces a fin de distorsionar la propia voluntad del sujeto
pasivo"(1739).
En caso que haya despojo, por ejemplo, del derecho de propiedad sin que
el propietario haya estado en actual posesión mediata o inmediata del inmueble,
el delito en hermenéutica jurídica no aparece. Presentándose en tal supuesto un
conflicto que debe ventilarse en la vía extrapenal.
Para mejor entender lo expuesto, el derecho vivo y actuante da cuenta de un
hecho concreto y real por resolución superior del 21 de diciembre de 1998, en la
cual se afirma: "que, conforme se aprecia de la copia certificada que obra a fojas
seis, de la constatación efectuada por efectivos policiales de la Delegación Policial,
dicho inmueble se encontraba completamente vacío, el día doce de febrero de mil
novecientos noventa y seis, lo cual es corrobo- rado con la declaración preventiva
de la agraviada, obrante a fojas cuarenta, quien indica que al adquirir el referido
inmueble, este se encontraba habi- tado por la familia Shimabukuro, y luego lo
mantuvo desocupado; ... Que, por consiguiente, no se ha acreditado fehacientemente
que los acusados hayan utilizado violencia o amenaza para obtener la posesión del
inmueble materia de litis, asimismo, tampoco se ha corroborado que se haya
producido despojo alguno"(t740).
Los supuestos previstos en el inciso 3 del artículo 202 del C.P. se con- suman
en el mismo momento en que se da inicio a los actos perturbatorios de la pacífica
posesión 9ue goza el sujeto pasivo de la conducta prohibida. Igual posición
expone Angeles Gonzáles y otros(1741) cuando concluye que el delito se consuma
con la realización del acto perturbatorio, a través de la violencia o amenaza,
restringiendo o limitando, de este modo, la pacífica posesión.
117391 Resolución Superior del 17 de junio de 1998, Expediente N° 5001-97-Lima, en ROJAS VAR- GAS/BACA

(ABRERA/NEIRA HUAMAN, 1999, p. 356.

117401 Expediente N° 4929-98, en ROJAS VARGAS/BACA (ABRERA/NEIRA HUAMAN, 1999 p. 351.


(1741) ÁNGELES eta/., 1997, 111, p. 1337.

1267 •

Ramiro Salinas Siccha

9. LA USURPACIÓN: DELITO INSTANTÁNEO O PERMANENTE


Bien sabemos que en doctrina por la forma de consumación de los delitos de
resultado, se distinguen entre permanentes e instantáneos. Es decir, existen
delitos de consumación inmediata o instantánea (por ejemplo, homicidio, lesiones,
estafa) y otros de consumación permanente (por ejemplo, el secuestro, omisión de
asistencia familiar, pertenecer a asociación ilícita para delinquir, etc.).
Los primeros se caracterizan por ser de forma inmediata la realiza- ción total
del delito; en cambio, los delitos permanentes se caracterizan por prolongarse el
momento consumativo. En este último, se mantiene en el tiempo la situación
antijurídica creada por el sujeto, lo cual permite sostener la realización permanente
del injusto(1742).
Teniendo en cuenta que por el delito de usurpación el agente se man- tiene en
posesión ilícita de un inmueble, creando una afectación a la lícita posesión que tenía
el sujeto pasivo antes del despojo, afectación que se mantiene en el tiempo, ha dado
origen a que en doctrina por largo tiempo se haya discutido vivamente y en forma
nada pacífica, si el delito de usur- pación es de naturaleza permanente o instantánea.
Tal discusión originó jurisprudencia contradictoria en casos parecidos; factor que ha
contribuido sin lugar a dudas a deslegitimar la justicia penal ante el común de los
ciu- dadanos. Pues según se considere a la usurpación como delito permanente o
instantáneo tendrá efectos trascendentes y totalmente diferentes en la realidad respecto
de la participación, concurso de delitos, actualidad de las causas de justificación y
sobre todo, en los plazos de prescripción.
En efecto, en cuanto a los términos de la prescripción tenemos que si se
considera delito permanente, el tiempo de la prescripción de la acción penal recién
comenzará a operar desde el momento que el agente devuelva la posesión del
inmueble a la víctima, pues con tal acto cesa la permanen- cia (inciso 4 del artículo
82 del C.P.). En tanto que si se considera delito instantáneo, el plazo de prescripción
comienza a operar desde el momento que se logra el despojo de la posesión, pues
con ello se consuma el delito (inciso 2 del numeral 82 del C.P.). En consecuencia,
si para un sector de operadores jurídicos constituye delito permanente y para otro,
constituye delito instantáneo, sin duda, se emitirán resoluciones judiciales contradic-
torias en casos parecidos que el sentido común aconseja debieran tener también
resoluciones judiciales parecidas.
117421 MAZUELOS (OELLO, 1995, p. 119.

• 1268

Usurpación

En la doctrina peruana, Peña Cabrera(t743), basándose en las ideas del


español Quintero Olivares, sostenía que la usurpación como todo delito
permanente supone la producción de una ofensa al bien jurídico que se mantiene
en el tiempo -generando una especie de "estado antijurí- dico"- hasta tanto el
sujeto activo decida su cesación o se vea compelido a ella. El estado consumativo
se prolonga en el tiempo mientras dure la situación de ofensa al bien jurídico.
Igual posición tenían Bramont-Arias
Torres y García Cantizano en su manual de la edición de 1994(1744 ). No
obstante, en la edición de 1997 su posición es diferente.
En cambio, el sector mayoritario al cual nos adherimos, basados en el
pensamiento del argentino Sebastián Soler, considera que se trata de un delito
instantáneo, pues el estado de desposesión creado por la realización del delito no
puede ser imputado como consumación, sino como un efecto de este. En otros
términos, ahora Bramont-Arias Torres y García Cantiza- no(1745) enseñan que se
trata de un delito instantáneo en la medida en que la acción de despojo representa
ya por sí misma la lesión del bien jurídico, mientras que la posible posesión
posterior del bien que mantenga el sujeto activo constituirá un simple acto de
agotamiento del delito.
Esta última tendencia tiene perfecta aplicación para nuestro sistema jurídico,
toda vez que en la redacción del inciso 2 del artículo 202 del C.P. el legislador
nacional ha puesto énfasis en el acto mismo del despojo, no im- portando para
efectos de la consumación que la desposesión se mantenga en el tiempo. Desde
esta perspectiva, tenemos que el tipo penal del delito de usurpación se realiza con
el despojo mediante actos de violencia, amena- za, engaño o abuso de confianza.
Esta realización trae como consecuencia la situación de desposesión del inmueble
para el titular del derecho. La posesión ilícita del nuevo ocupante no es
comprendida como despojo, sino como una nueva relación de disfrute del inmueble
poseído. Objetivamente el despojo se materializa en un solo momento mediante los
actos típicos de violencia, amenaza, engaño o abuso de confianza; es decir, el
despojo se da en un instante no es de realización permanente; lo que sí se produce
es una situación de desposesión que se mantiene en el tiempo; se crea un estado
distinto al anterior al despojo. En suma, el despojo en sí mismo se produce en un
solo momento, no se mantiene en el tiempo(1746J.
(17411 PEÑA CABRERA, 1993, pp. 329 y 345.

(1744) BRAMONT-ARIAS TORRES/GARCÍA (ANTIZANO, 1997, p. 283.

117451 BRAMONT-ARIAS TORRES/GARCÍA CANTIZANO, 1997, p. 377.

11746) Vid. MAZUELOS (OELLO, 1995, p. 123.

1269 •
Ramiro Salinas Siccha

Esta posición ha calado en la jurisprudencia nacional, al punto que la Suprema


Corte en Sala Plena, ha emitido la siguiente jurisprudencia vincu- lante u obligatoria:
"El delito de usurpación es de realización instantánea, siendo suficiente para su
consumación el despojo de la posesión o la afecta- ción de un derecho real". La
ponencia que sustentó la aprobación de la ci- tada jurisprudencia normativa
correspondió al señor juez supremo, Hugo Sivina Hurtado, quien sostuvo que los
delitos permanentes, son aquellos que se caracterizan por prolongarse en el tiempo
el momento consuma- tivo, como ocurre, por ejemplo, con el delito de secuestro
previsto en el artículo ciento cincuenta y dos del Código Penal en el que se mantiene
en el tiempo la situación antijurídica ("privación de la libertad"), creada por el
agente. Sin embargo, como lo han precisado en Alemania, Jescheck, y en España
Mir Puig, la característica fundamental del delito permanente y que permite
diferenciarlo de otras creaciones de situaciones ilícitas que se mantienen en el
tiempo, pero que no se comprenden en dicha categoría, es que el mantenimiento
del estado antijurídico de cierta duración creado por la acción punible depende de
la voluntad del autor, implicando que dicho mantenimiento sigue realizando el
tipo, por lo que el delito se sigue consumando hasta que se abandona la situación
antijurídica. Situación que no se presenta en la usurpación que se consuma
inmediatamente de pro- ducido el despojo(1747). Sin duda, esta jurisprudencia
normativa tiene su antecedente más cercano en el acuerdo producido en el Pleno
Jurisdiccio- nal realizado en noviembre de 1998 en la ciudad de lea, en el cual 50
Jueces Superiores integrantes de Salas Especializadas en lo Penal con la presencia
de algunos Jueces Supremos, acordaron "por mayoría menos nueve vo- tos, que
el delito de usurpación debe ser reputado instantáneo de efectos
permanentes"(1748).
No obstante, mucho antes la Suprema Corte se pronunció en tal sen- tido,
como nos dan cuenta las siguientes ejecutorias supremas:
"Tanto el delito de usurpación como el de abuso de autoridad son de
comisión instantánea"(1749).
117471 Semanario Judicial Vistos, Lima, 29-12-1999, p. 8. Respecto de este precedente debemos indicar que no
tiene el mismo carácter vinculante al que sí lo tienen los precedentes jurisprudenciales que luego se han dictado,
toda vez que no tenemos noticias que haya sido publicado en El Peruano o en la página web del Poder Judicial. Sin
embargo, sirve de parámetro de interpretación
117481 Vid. Conclusiones Plenos Jurisdiccionales 1998, 1999, p. 137.
117491 Ejecutoria Suprema del 06-07-1992, Expediente N° 435-91-B-Lima, en ROJAS VARGAS, 1999, p. 457 .

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Usurpación

"Que,para establecer si el mismo es instantáneo o permanente, es me- nester recurrir


en principio a la descripción que hace la ley penal tanto en el Código Penal abrogado
como en el vigente, observándose que su característica esencial es el despojo de la
posesión o tenencia de un bien inmueble; que siendo así es fácil colegir que el momento
consumativo se perfecciona en el acto de despojo y la ulterior posesión ilícita constituye
efecto del mismo"(l750).
"El delito de usurpación es de carácter instantáneo con efecto permanen- te,por lo que
el término de prescripción de la acción penal se computa a partir de la fecha de la
comisión del ilícito penal"(t75t).
"El delito de usurpación es de comisión instantánea, el mismo que se materializa
en el momento de la posesión"(t752).
En suma, para nuestro sistema jurídico, y sobre todo para efectos
jurisprudenciales, el delito de usurpación es de comisión instantánea. El precedente
antes indicado así lo tiene establecido.
10. PENALIDAD

El agente de cualquiera de las modalidades delictivas analizadas será reprimido


con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres años.
tres años.

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