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¿Qué es la gran tribulación?

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La respuesta que da la Biblia


La gran tribulación será el período más angustioso que jamás haya
vivido la humanidad. Según las profecías de la Biblia, tendrá lugar
durante “los últimos días” o “el tiempo del fin” (2 Timoteo 3:1; Daniel
12:4). Marcos 13:19 dice: “Aquellos días serán días de una tribulación
como la cual no ha sucedido una desde el principio de la creación
que Dios creó hasta aquel tiempo, y no volverá a suceder” (Daniel
12:1;Mateo 24:21, 22).

¿Qué sucederá durante la gran tribulación?


 Se acabará con la religión falsa. La religión falsa será
eliminada con sorprendente rapidez (Revelación
[Apocalipsis] 17:1, 5; 18:9, 10,21). Cuando los gobiernos —
representados por las Naciones Unidas— hagan esto,
estarán llevando a cabo la voluntad de Dios (Revelación
17:3, 15-18).*
 Se atacará a la religión verdadera. Una coalición (o
grupo) de naciones, que en una visión de Ezequiel es
llamada “Gog de la tierra de Magog”, intentará eliminar a
quienes practican la religión verdadera. Sin embargo, Dios
no permitirá que acabe con su pueblo (Ezequiel 38:1, 2, 9-
12, 18-23).
 Se juzgará a los que vivan en la Tierra. Jesús juzgará a la
humanidad “y separará a la gente unos de otros, así como
el pastor separa las ovejas de las cabras” (Mateo 25:31-
33). Emitirá su sentencia basándose en si la persona ha
apoyado o no a los “hermanos” de Cristo, es decir, a
quienes gobernarán con él en el cielo (Mateo 25:34-46).
 Se reunirá a quienes gobernarán con Jesús en el
Reino. Todos los siervos fieles de Dios que hayan sido
elegidos para gobernar con Cristo terminarán su vida en la
Tierra y serán resucitados para vivir en el cielo (Mateo
24:31; 1 Corintios 15:50-53; 1 Tesalonicenses 4:15-17).
 Vendrá el Armagedón. En la Biblia, el Armagedón
también recibe el nombre de “la guerra del gran día de
Dios el Todopoderoso” y el “día de Jehová” (Revelación
16:14, 16; Isaías 13:9; 2 Pedro 3:12). Los que hayan sido
condenados por Cristo serán eliminados en esta guerra
(Sofonías 1:18; 2 Tesalonicenses 1:6-10). Además, se
destruirá el sistema político mundial, representado en la
Biblia por una bestia salvaje con siete cabezas (Revelación
19:19-21).

¿Qué ocurrirá después de la gran tribulación?


 Se encerrará a Satanás y a los demonios. Un ángel
poderoso echará a Satanás y los demonios en un “abismo”
(Revelación 20:1-3). Allí permanecerán en un estado de
inactividad parecido a la muerte. Estar en ese abismo se
puede comparar a estar en una prisión, así que Satanás ya
no podrá salir de allí para ejercer su influencia (Revelación
20:7).
 Comenzará el Milenio. En ese momento, comenzarán los
mil añosdel Reino de Dios, el cual traerá grandes
bendiciones para la humanidad (Revelación 5:9,
10; 20:4, 6). En la Tierra, una innumerable “gran
muchedumbre” habrá sobrevivido a la gran tribulación y
presenciará el inicio del Milenio (Revelación 7:9, 14;Salmo
37:9-11).
Temas relacion
Gran Tribulación
El concepto de La Gran Tribulación (en griego: θλιψις μεγαλη) es un concepto propio de
la escatología cristiana, independientemente de qué interpretación se le pueda dar a
las profecías de la Biblia cristiana. Es el período de la historia de la humanidad anunciado
por Jesucristo a sus discípulos en el Monte de los Olivos. La profecía de Jesucristo aparece
en el evangelio de Mateo:
...porque habrá entonces gran tribulación, cual no ha habido desde el principio del mundo hasta ahora,
ni la habrá. Y si aquellos días no fueran acortados, nadie sería salvo; pero por causa de los escogidos,
aquellos días serán acortados...
Mateo 24, 21-24.

Índice
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 1Características de la Gran Tribulación


 2Origen del término
 3Escatología e historia
 4167 a. C.
 5Semana 70
 6Otras tribulaciones registradas en la historia
 7Apocalipsis
 8Notas

Características de la Gran Tribulación[editar]


Algunas corrientes cristianas que han interpretado los pasajes del Apocalipsis como profecías
han concluido que en la Gran Tribulación pasarán los siguientes eventos:123

 Este período durará poco tiempo: Y si aquellos días no fuesen acortados, ninguna carne
sería salva; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. (Mateo
24:22) Incluye también un aumento de desastres naturales como terremotos, plagas,
hambruna, maremotos, etc. y además señales y portentos presagiosos en el cielo,
representados a través de los cuatro jinetes del Apocalipsis.

 Específicamente comenzará con una proclamación de "Paz y Seguridad" profetizado en 1


Tesalonicenses 5:3 y luego, ya más concretamente, con la destrucción de "Babilonia la
Grande", un término usado para referirse al imperio mundial de las religiones falsas, las
cuales serán apoyadas por el "Dragón de color escarlata y sus 10 cuernos" (Apocalipsis
17:16).

 La profecía dice que habrá señales astronómicas que para los cristianos serán
interpretadas como señales de su salvación y por la gente malvada como terror y
angustia. (Lucas 21, 25-26,28., Lucas 21, 28.)

 El centro de esta profecía es la Segunda Venida de Jesucristo (Jesús de Nazareth)


(Mateo 24:30, Apocalipsis 1:7) con un Ejército de ángeles para proteger a los cristianos,
que en esa época serán perseguidos después de los portentos presagiosos en los cielos y
mil años después de la venida de Jesús y la batalla de Armagedón sobrevendrá la
liberación de Satanás y la guerra de Gog y Magog:
14 Por tanto profetiza, hijo del hombre, y di a Gog: Así ha dicho el Señor: En aquel tiempo,
cuando mi pueblo Israel habitará seguramente, ¿no lo sabrás tú?15 Y vendrás de tu lugar, de
las partes del norte, tú y muchos pueblos contigo, todos ellos a caballo, grande reunión y
poderoso ejército:16 Y subirás contra mi pueblo Israel como nublado para cubrir la tierra; será
al cabo de los días: y te traeré sobre mi tierra, para que las gentes me conozcan, cuando fuere
santificado en ti, oh Gog, delante de sus ojos.
Esta sería la batalla de Gog y Magog mil años después de la gran tribulación: 21 Y en todos
mis montes llamaré contra él espada, 21b dice el Señor: la espada de cada cual será contra
su hermano.22 Y yo litigaré con él con pestilencia y con sangre; y haré llover sobre él, y sobre
sus compañías, y sobre los muchos pueblos que están con él, impetuosa lluvia, y piedras de
granizo, fuego y azufre.23 Y seré engrandecido y santificado, y seré conocido en ojos de
muchas gentes; y sabrán que yo soy El Señor.
La batalla de Armagedón (Ap. 17, 16., Ez. 38, 14-23., Ap. 16, 14-16. y Ap. 19, 19-21.) se
apoya en un texto bíblico en el que Jesús le habla a la Cristiandad :
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces
quise juntar a tus hijos, así como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste! 38 He
aquí, vuestra casa os es dejada desierta, 39 porque os digo que desde ahora no me veréis más hasta
que digáis: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
Mateo 23, 37-39.

y sucede mil años antes de la guerra de gog y magog.


Existe otro pasaje en la Biblia que describe la Gran Tribulación previa a la segunda venida de
Jesús y a la batalla de Armagedón:
Pues es justo que Dios haga sufrir a quienes los hacen sufrir a ustedes, y que a ustedes, los que sufren,
les dé descanso lo mismo que a nosotros. Esto será en el día en que el Señor Jesús aparezca con sus
ángeles poderosos, viniendo del cielo entre llamas de fuego. Vendrá para castigar a los que no
reconocen a Dios ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesús. Estos serán castigados con
destrucción eterna, y serán arrojados lejos de la presencia del Señor y de su gloria y poder, cuando el
Señor venga en aquel día entre su pueblo santo y admirado por todos los creyentes; pues ustedes han
creído en el testimonio que les dimos.
2 Tesalonicenses.
La base ideológica de esta interpretación es el padecimiento que deberán enfrentar aquellos
habitantes de la Tierra (durante este periodo de tiempo) que no crean en Cristo y su Evangelio
o que lo abandonen por otras creencias luego de haberles sido predicado el Evangelio.4
Contrariamente a esta interpretación, la Iglesia Católica sostiene que todo este lenguaje
anuncia la aflicción personal individual del cristiano5 que tiene en ella un llamado como la del
hijo pródigo que vuelve al Padre y que es precisamente por ese amor que el Padre recorta el
tiempo de la prueba. Se trataría más bien de una oportunidad que se da cuando hay crisis y si
se concentra la atención en traducciones distintas, se desaprovecharía la ocasión de
crecimiento: volver al Padre, gracias a la sacudida de la aflicción, como dijo Jesucristo: "Les
digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan
valor: yo he vencido al mundo" (Juan 16:33). De este modo el catolicismo afirma que los
mensajes sobre la gran tribulación se refieren a etapas de grandes dificultades personales5
(secuestros, lutos, abusos, quiebra económica o laboral, cárcel) como oportunidades que
tienen un lapso definido en el tiempo de Dios mientras perfecciona al hombre 'como el oro se
purifica con el fuego': "Sin embargo, él sabe en qué camino estoy: si me prueba en mi crisol,
saldré puro como el oro" (Job 23:10).

Origen del término[editar]


En Daniel 12, 1. la palabra hebrea ‫( צָ ָרה‬angustia) es traducida por
la Septuaginta como θλίψεως (de la tribulación): "un tiempo de tribulación como el que no ha
existido". La profecía de Jesucristo se relaciona entonces con la de Daniel[cita requerida], no
solamente por el anuncio de la Gran Tribulación, sino por la señal para ella en Mateo 24, 15.:
"Cuando veáis la abominación de la desolación anunciada por el profeta Daniel..." (Daniel
9, 27,11, 31,12, 11.)
Mientras el planteamiento del catolicismo dice que el término se dirige a cada persona
individualmente, quien es probado según su fe: "¡Feliz el que sepa esperar y llegue a mil
trescientos treinta y cinco días!" (Daniel 12:12). "El pueblo" por tanto es referido a la suma de
esas individualidades que deben vivir cada uno sus procesos de aflicción.

Escatología e historia[editar]
De manera que así como el Libro de Daniel, los Evangelios o la carta de Pablo, para
el Apocalipsis el significado de cada época concreta no debe encontrarse sólo en sí misma,
sino especialmente en su relación con la totalidad, de manera que no es el fin el que da
significado a la historia humana concreta, presente.6

167 a. C.[editar]
Tanto Daniel como Jesucristo unen un hecho histórico que va a suceder en un tiempo
relativamente cercano, con el final de los tiempos. En el caso de Daniel, se refería en primer
lugar a la gran persecución de Antíoco IV, quien en 167 a. C. suspendió los rituales de
adoración a Yahvé en el Templo de Jerusalén, ordenó la destrucción de las Escrituras judías y
prohibió la observancia del sábado y demás normas de la ley mosaica. En diciembre de ese
año hizo erigir una altar a Zeus en el Templo de Jerusalén, lo que fue considerado por los
judíos como "shiqus shomem": la "abominación desoladora".7

Semana 70[editar]
Jesucristo, al hacer estos anuncios, hablaba en primer lugar de la cercana destrucción
del Templo de Jerusalén (Mateo 24, 1-2.), pero además sus discípulos le preguntaron, no sólo
cuándo sucedería eso, sino además cuál sería la señal del fin del mundo (Mateo 24, 3.).
Entonces la "tribulación tan grande como no la hubo ni la habrá" la anunció para esos dos
momentos:

 Como señal de la destrucción del Templo de Jerusalén que ocurrió en la década del 70,
cuando el emperador romano Tito Flavio Sabino Vespasiano conquistó y arrasó la ciudad
santa.

Otras tribulaciones registradas en la historia[editar]


A lo largo de la historia de la humanidad han ocurrido genocidios y pandemias de magnitudes
apocalípticas tales como:

 La peste negra en el siglo XIV que mató a un tercio de la población europea,


aproximadamente 25 millones de muertos sólo en Europa.[cita requerida]
 La Primera Guerra Mundial, en la cual hubo 8 millones de muertos y 6 millones de
inválidos.[cita requerida]
 La Segunda Guerra Mundial, en la cual murieron 60 millones de personas.[cita requerida]

Apocalipsis[editar]
En Apocalipsis 13, 1-7. se anuncia una época terrible, bajo el dominio de la "Bestia", en la
misma forma que Daniel 7, 19-21.. La "Bestia" consigue que muchos la adoren Apocalipsis
13, 8,11-15. y puede identificarse con el adversario descrito en 2 Tesalonicenses. como el hijo
de la perdición "que se llama Dios y es objeto de culto, de manera que se sienta en el templo
de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios", luego causará la "abominación desoladora".
En Apocalipsis 15, 2-4. aparecen los que triunfan sobre la "Bestia", a quienes una visión
anterior (Apocalipsis 7, 9-15.) ha identificado como la multitud de "los que vienen de la gran
tribulación". También estos anuncios se referían primariamente a la historia inmediata,
al Imperio romano,89 así como al final de los tiempos.
Al igual que para el Libro de Daniel, los Evangelios o las cartas de Pablo, para
el Apocalipsis el significado de cada época concreta no debe encontrarse solo en sí misma,
sino especialmente en su relación con la totalidad, de manera que es el fin el que da
significado a la historia humana concreta, presente.6
La visión preterista concibe al Apocalipsis no como un libro profético (como lo fue en la
antigüedad el libro de Daniel), sino que presenta las visiones de Juan en su tiempo, cuando la
tribulación estaba siendo vivida por los precursores del cristianismo, dada la persecución y
martirio al que fueron sometidos los primeros evangelizadores, como los apóstoles y los
demás discípulos: "Yo contesté: «Señor, tú lo sabes.» El Anciano me replicó: «Esos son los
que vienen de la gran persecución; han lavado y blanqueado sus vestiduras con la sangre del
Cordero." (Apocalipsis.).5

Notas[editar]
1. Volver arriba↑ Mathew Henry, Trad. al castellano de Francisco Lacueva 2006. Comentario
Bíblico de Mathew Henry. Obra completa sin abreviar ISBN 84-8267-094-8
2. Volver arriba↑ Scofield, Traductora Leticia Calçada 2001. Nueva Biblia de Estudio Scofield.
Versión ampliada ISBN 978-1-55819-798-5
3. Volver arriba↑ Tim LaHaye, Ed en español Lic. Leticia Calçada 2002. Biblia de Estudio de
Profecía ISBN 1-55819-911-X
4. Volver arriba↑ Tim LaHaye, Ed. en español Lic. Leticia Calçada 2002. Biblia de Estudio de
Profecía ISBN 1-55819-911-X
5. ↑ Saltar a:a b c Catecismo de la Iglesia Católica
6. ↑ Saltar a:a b Eller, V. op.cit. p. 30-34
7. Volver arriba↑ Vidal Manzanares, César 1993. Los documentos del Mar Muerto: 37. Madrid:
Alianza. ISBN 84-206-9680-3
8. Volver arriba↑ Ibáñez, Andrés 1971. "Introducción al Apocalipsis"; Biblia de Jerusalén: 1639-
1641. Desclée de Broewer: Bilbao.
9. Volver arriba↑ Eller, Vernard 1991. El Apocalipsis: el libro más revelador de la Biblia. Ciudad de
Guatemala-Bogotá: Ediciones Semilla-Clara, p.p. 197-211.

ribulación
Avanzadas de la información
General bíblica Significado

"Tribulación" es el término general en la Biblia para referirse a los sufrimientos


del pueblo de Dios. En el Antiguo Testamento las palabras sara y sar ("estrecho"
o "angustia") pertenecen diferentes intensa agitación interior (Salmos 25:17;
120:1; Job 7:11), el dolor del parto (Jer. 04:31 ; 49:24), la angustia (Job 15:24; Jer
6:24), y el castigo (I Sam 2:32;.. Jeremías 30:7).. El thlipsis griego de thlibo
("presionar" o "el dobladillo en") sirve a menudo para traducir sara en la LXX, y
se refiere generalmente a la opresión y la aflicción del pueblo de Israel o de los
justos (Deut. 4:30; Sal. . 37:39), mientras que en el thlipsis NT se traduce
generalmente "tribulación" o "aflicción".

Variedades de tribulación

En el NT la tribulación es la experiencia de todos los creyentes, e incluye la


persecución (I Tes. 1:6), la prisión (Hechos 20:23), la irrisión (Hebreos 10:33), la
pobreza (II Cor. 8:13), la enfermedad (Rev. 2:22), y la angustia y el dolor interno
(Fil. 1:17;. II Corintios 2:4). Con frecuencia la tribulación es relacionada con la
liberación, lo que implica que es una experiencia necesaria a través del cual Dios
se glorifica en llevar a su pueblo para descansar y la
salvación.
CREER
Religioso
Información
Fuente
página web
Tribulación en el Propósito de Dios
Nuestra lista de
Tribulación puede ser un medio por el cual Dios disciplina 2.300 Temas
a su pueblo por su infidelidad (Deut. 4:30). Más a Religiosos
menudo, especialmente en el NT, tribulación produce en
la forma de persecución de los creyentes a causa de su E-mail
fidelidad (Juan 16:33, Hechos 14:22; Apocalipsis 1:9).

Los sufrimientos de Cristo proporcionar el modelo para la experiencia del


creyente (I Ped. 2:21-25), y en cierto sentido, participan tanto en los sufrimientos
de Cristo (Colosenses 1:24). Las tribulaciones son vistos por la Escritura como
enteramente dentro de la voluntad de Dios, que sirve para promover la pureza
moral y carácter piadoso (Romanos 5:3-4). Como tal, debe ser soportado con la
fe en la bondad y la justicia de Dios (ver Santiago 1:2-4, donde "ensayos" o
"tentaciones" las etiquetas de lo que parece ser la misma experiencia), sirviendo
así como una prueba de la la fe del creyente y que conduce a una mayor
estabilidad y madurez.

Jesús prometió tribulación como la consecuencia inevitable de la presencia de sus


seguidores en el cosmos del mal (Juan 16:33), algo que puede esperar, como una
forma de vida. El apóstol Pablo hace eco de este punto de vista cuando se
advierte que los creyentes piadosos sin duda van a sufrir persecución (II Tim.
3:12-13). Jesús, sin embargo animó a sus seguidores a través de la superación del
mundo en busca de su victoria a través de la aplicación de su victoria.

La Gran Tribulación

La enseñanza de Jesús
La expresión precisa, "gran tribulación" (Mateo 24:21; Apocalipsis 2:22;. 7:14,
Gr. megale thlipsis), sirve para identificar la forma escatológica de la tribulación.
Estas palabras son "leyenda por un tiempo en todo el mundo, sin precedentes
de problemas que marcará el comienzo de la parusía, Jesús Jesús regresará a la
tierra en gran gloria (véase el paralelismo Marcos 13:19," tribulación ", y Lucas
21:23," una gran angustia "; también Apocalipsis 03:10," hora de la prueba ").
Este período de tiempo se iniciará por la "abominación de la desolación" (Mateo
24:15) predijo en Dan. 9:27, una profanación del "lugar santo" por aquel a quien
muchos estudiosos creen que es el mismo que el "hombre de pecado" de la II
Tes. 2:3, 4. Jesús da instrucciones específicas a los habitantes de Judea para su
fuga y advierte que la intensidad de sus calamidades que diezman casi toda la
vida (Mateo 24:15-22).

Puntos de vista de la gran tribulación


Aunque algunos intérpretes modernos, junto con muchos comentaristas
antiguos y los primeros padres, se inclinan a considerar las predicciones de Jesús
como totalmente cumplida durante la destrucción de Jerusalén en el año 70, las
palabras de Matt. 24:29, "Pero inmediatamente después de la tribulación de
aquellos días," parece que les conecte con la parusía. Las palabras de Jesús en el
versículo 21 es probablemente una alusión a Dan. 12:01 porque de allí la
referencia a problemas sin precedentes (LXX, thlipsis). El pasaje de Daniel
fortalece el caso de la vista escatológico de la gran tribulación, porque pone este
período anterior a la resurrección del pueblo de Daniel.

Puesto que Jesús hizo esta profecía, las grandes guerras, catástrofes y fenómenos
cósmicos han estimulado la creencia en la presencia de la gran tribulación. Esta
tendencia se caracteriza por Hesiquio de Jerusalén, en correspondencia con
Agustín. Agustín no estaba de acuerdo, prefiriendo interpretar las cosas tal vez
como las características de la historia en su conjunto sin significación
escatológica en particular. En los tiempos modernos premillennialists algunos
han especulado sobre la evolución de los acontecimientos actuales como posibles
precursores de la gran tribulación, algunos incluso tratando de identificar al
anticristo con los candidatos como Kaiser Guillermo II y Mussolini.

Los partidarios de las opiniones del milenio importante lugar la gran


tribulación en diferentes puntos en relación con el milenio. Tanto
Postmillennialists amilenialistas y lo consideran como una, indefinida breve
período de tiempo al final del milenio, que suele identificar con la revuelta de
Gog y Magog del Rev. 20:8-9. Postmillennialists la historia vista como
avanzar hacia la cristianización del mundo por la iglesia y el futuro de un
milenio de duración indeterminada en la tierra que culmina en la gran tribulación
y el retorno final de Cristo. Por el contrario, considerar la amillennialists
milenio a ser una realidad puramente espiritual de la primera llegada a la
segunda, un periodo que dura ya dos mil años y que culminará en la gran
tribulación, una visión algo menos optimista de la historia y el progreso del
testimonio evangélico .
El milenio es un futuro, literalmente miles de años en la tierra, y la gran
tribulación de un período caótico hacia el cual la historia es que incluso ahora,
una caída, es decir, que se terminará con el regreso de Cristo antes del
milenio. Un grupo, que describe a sí misma como "histórico"
premillennialists, entiende la gran tribulación de ser un breve período de tiempo
indefinido, sino de problemas. Otro grupo, premillennialists dispensacional, se
conecta con la septuagésima semana de Dan. 9:27, un período de siete años, cuya
segunda mitad se refiere estrictamente a la gran tribulación.

Dentro del movimiento premilenial otro tema, el momento del rapto de la iglesia,
ha dado lugar a tres puntos de vista. Pre-tribulacionistas (rapto antes de la
septuagésima semana) y midtribulationists(arrebato en el medio de la
septuagésima semana) perciben la gran tribulación que caracteriza por la ira de
Dios a un mundo incrédulo de que la iglesia está necesariamente exento.

Postribulacionistas creer que la gran tribulación no es más que una


intensificación del tipo de la tribulación la iglesia ha sufrido a lo largo de la
historia, a través del cual la iglesia, lógicamente, tiene que pasar. Un estudio más
reciente, ver la novela en el campo de posttribulation trata de mantener la
inminencia del rapto a pesar de que los acontecimientos notables tribulación
necesariamente intervenir. Con el fin de hacerlo, los acontecimientos de la gran
tribulación sería "potencial", pero incierto en su cumplimiento. Jesús podría venir
en cualquier momento, y se puede mirar atrás en la historia reciente para ver los
acontecimientos que cumplen la gran tribulación.

WH Baker
(Diccionario Elwell Evangélica)

Bibliografía
R. Anderson, El Príncipe Venida; L. Boettner, El Milenio, MJ Erickson, en
Opciones Contemporáneo Escatología; Gundry RN, La Iglesia y la Tribulación;
SN Gundry, "Hermenéutica Zeitgeist o como factor determinante en la historia de
la escatología" JETS 20:45-55; Hoekema AA, La Biblia y el futuro; Hartley JE,
TWOT, II, 778-79; Schippers R., NIDNTT, II, 807-9; H. Schlier, TDNT, III,
140-48 ; T. Weber, viviendo a la sombra de la Segunda Venida; D. Wilson,
Armageddon Now! La respuesta Premillenarian a Rusia e Israel desde 1917;
Walvoord J., La cuestión de Raptur
Una interpretación del Apocalipsis
de Juan – Ariel Álvarez Valdés
Publicado por BL G E S T B IB L el2 8 E N E R O , 2 0 1 6

En posteos anteriores hemos visto que en la Biblia el género literario de


apocalipsis no se refiere a cosas en el futuro distante de su autor, y que
tanto el dispensacionalismo como la doctrina del “rapto”en realidad no
tienen demasiado fundamento. ¿Cómo interpretar entonces el libro del
Apocalipsis? Una de las muchas formas posibles es la que entrega a
continuación el biblista argentino Ariel Álvarez Valdés. Enlace original aquí.

¿Cuándo se cumplirán las profecías del


Apocalipsis?
Por Ariel Álvarez Valdés
Esperanzas de terror
Las profecías que anuncia el Apocalipsis para el fin de los tiempos son
escalofriantes. Sangrientas persecuciones contra los cristianos; una Bestia
feroz con siete cabezas y diez cuernos que atacará a los creyentes; una
invasión de langostas gigantescas con cola de escorpión y dientes de león;
sangre y fuego que caerán sobre la tierra para matar a una tercera parte de
la humanidad; un enorme Dragón que buscará devorar a los fieles de
Jesucristo; y por si esto fuera poco, terremotos, oscurecimiento del sol,
caída de las estrellas, pestes, guerras, hambre, muerte y violencia a granel.
Con semejante panorama es lógico que los cristianos quieran saber cuándo
sucederán estas calamidades. Por eso se intentó muchas veces, a lo largo
de la historia, fijar la fecha de estos sucesos. Pero todos los intentos
fracasaron. No obstante ello, cada tanto sigue apareciendo algún iluminado,
o fundador de secta, o vidente que asegura que estamos viviendo ya los
últimos tiempos. ¿Es cierto esto? ¿Podemos saber cuándo sucederán estos
anuncios? Según el Apocalipsis, parece que sí.
El autor del libro
Ante todo, veamos quién escribió el Apocalipsis. El autor dice que se
llamaba Juan (1,9). ¿Quién es este Juan? Durante mucho tiempo se pensó
que se trataba de san Juan, uno de los Doce Apóstoles, el Hijo de Zebedeo
y hermano de Santiago. Pero el autor en ningún momento dice que él sea
un apóstol. En cambio se presenta como un profeta (22,9). También se
pensó que este Juan fuera el mismo que escribió el cuarto Evangelio. Pero
basta con leer ambos libros y compararlos para darse cuenta de que el
estilo literario, las palabras y las ideas de ambos libros son muy distintos.
Por lo tanto, el “Juan” del Apocalipsis no era ni uno de los Doce apóstoles ni
el autor del cuarto Evangelio, sino alguien de la iglesia primitiva que un día,
inspirado por Dios, compuso esta obra. Según él mismo nos informa, se
hallaba prisionero en una isla del Mar Egeo llamada Patmos (1,9), alrededor
del año 95.
¿Para cuándo todo esto?
El Apocalipsis compuesto por Juan consiste en una serie de visiones
aparentemente caóticas. Pero si lo leemos con atención podemos sacar
algunas cosas en claro.
Al comienzo dice: “Revelación de Jesucristo. Dios se la concedió a sus
siervos para mostrarles lo que va a suceder pronto” (1:1). El primer
versículo, pues, ya advierte que los sucesos iban a ocurrir “pronto”. A
continuación escribe: “Dichoso el que lea y los que escuchen las palabras
de esta profecía y guarden lo escrito en ella, porque el tiempo está cerca”
(1:3). Es decir, reitera que lo que anuncia el libro va a suceder en un tiempo
cercano al autor. Luego cuenta todas las visiones que tuvo, y al llegar al
final del libro vuelve a decir: “Estas palabras son ciertas y verdaderas. El
Señor Dios envió a su ángel para mostrar a sus siervos lo que va a suceder
pronto” (22:6). Y más abajo dice que un ángel le advirtió: “No selles las
palabras proféticas de este libro, porque el tiempo está cerca” (22:10).
Se ve, pues, que lo que el libro profetizaba eran acontecimientos muy
cercanos al tiempo del autor y al de los primeros lectores.
“Llego pronto”
Pero el Apocalipsis no sólo afirma de un modo explícito que el tiempo de su
cumplimiento estaba cerca, sino que lo confirma con las imágenes y las
visiones.
Así, se le dice a los cristianos que sus sufrimientos no van a durar mucho
(6:11); que deben alegrarse porque el juicio de Dios ya está por llegar
(14:7); que el Dragón dispone de breve tiempo para su actividad en la tierra
(12:12); que cuando suenen las siete trompetas llegará el fin (10:67). Todo
parece predecir un hecho inminente.
Por eso a lo largo del libro se lee la frase de Jesús: “pronto vendré”, “ya
estoy a las puertas”, “llego enseguida”. Si los hechos del Apocalipsis iban
a tardar siglos en suceder, ¿por qué Jesús los ilusionó
inútilmente? ¿Para qué les pidió que rezaran con ansias “Ven, Señor
Jesús” (22:17, 20), si Jesús no pensaba venir aún a cumplir las profecías?
El libro aseguraba a los lectores del siglo I que aquellos sucesos iban a
suceder pronto. Y nosotros debemos creerle y abandonar la idea de
encontrar en él acontecimientos que pertenezcan a nuestra época.
Entonces ¿a qué acontecimientos se refiere el Apocalipsis?
Ya dijimos que el libro se escribió alrededor del año 95. En esa época
gobernaba a Roma el emperador Domiciano. Y los cristianos estaban
atravesando por dos problemas muy graves: a) la ruptura de relaciones con
los judíos; y b) la persecución desatada por el Imperio Romano.
Del judaísmo al cristianismo
Los primeros cristianos, apenas surgieron, tuvieron que enfrentarse con los
judíos. Porque, aunque leían las mismas Escrituras, rezaban los mismos
salmos y asistían al mismo Templo, ellos creían en la resurrección de Jesús
lo cual no era aceptado por los judíos.
Se produjeron, entonces, tensiones y refriegas. Las autoridades judías
consideraron poco a poco a los cristianos como una “secta” y les
prohibieron el ingreso al Templo y a las sinagogas.
Esto colocó a los cristianos en un grave dilema: no querían renegar de las
tradiciones judías, pero ¿cómo guardar silencio sobre la resurrección de
Jesús y sobre su Evangelio? Ellos sabían que Dios había elegido al pueblo
judío, y querían respetar esa elección de Dios, pero ¿qué hacer si los judíos
no los aceptaban a ellos? La primera parte del Apocalipsis, es decir, los
capítulos 4-11 (pues los capítulos 1-3 son una introducción), quiere
responder precisamente a esta cuestión.
¿Y cuál es la respuesta de Juan? Les anuncia a los cristianos que el pueblo
de Israel ha sido sustituido por la Iglesia. Que ésta es ahora el nuevo Israel.
Pero no porque el antiguo Israel haya sido rechazado por Dios, sino porque
los verdaderos israelitas (es decir, los judíos que sí aceptaron a Jesús) se
han convertido ahora en la Iglesia, que acaba de aparecer.
Y profetiza una dolorosa ruptura entre ambas comunidades, que será total y
definitiva. Pero les advierte que no debían preocuparse porque ésta será el
nacimiento del nuevo pueblo de Dios, el pueblo cristiano.
El paso a nuevas manos
El autor dice todo esto mediante visiones y símbolos en donde muestra que
el Antiguo Testamento ha sido superado por la nueva Iglesia de Jesús.
Así, la visión del trono de Dios (capítulo 4) muestra que donde antes se
adoraba sólo a Yahvé ahora se adora también a Jesucristo en forma de un
Cordero degollado. La visión del libro sellado (capítulo 5) enseña que el
Antiguo Testamento de los judíos es un libro indescifrable si no se lo
completa con el Evangelio que predicó Jesús. La visión de los cuatro jinetes
(capítulo 6) anuncia la llegada de Jesucristo y la inauguración de una nueva
era. La visión de los 144.000 sellados (capítulo 7), indica que el censo
hecho por Moisés al salir de Egipto es reemplazado por un nuevo censo,
que ahora incluye personas de todas las razas, lenguas y pueblos. La visión
de las siete trompetas (capítulos 8-9) señala que las plagas de Egipto que
dieron origen al pueblo de Israel, ahora son reemplazadas por nuevas
plagas que dan nacimiento a la Iglesia. La visión del librito devorado
(capítulo 10) exhorta a los lectores a predicar el Evangelio. Y la visión de los
dos testigos (capítulo 11) muestra cómo el Templo de Jerusalén, al que
nadie podía entrar, ha sido reemplazado por otro templo abierto a todo el
mundo.
La locura del Imperio
Pero un segundo problema preocupaba a los cristianos de fines del siglo I:
la persecución desatada contra ellos por el Imperio Romano.
Aún estaba fresca en su memoria la locura tristemente célebre de Calígula
(37-41), y sobre todo de Nerón (54-68), quien unos años antes había
perseguido cruelmente a los cristianos en Roma y había hecho morir al
apóstol Pablo, a san Pedro y a muchos otros.
Ahora, en el momento en que Juan escribe, el delirio imperial ha vuelto a
instalarse. Domiciano ha decidido imponer el culto al emperador, y exige
que se lo llame “Señor y Dios”. La reacción de los cristianos es inmediata.
Su único Dios y Señor es Jesucristo. ¿Cómo podían admitir semejantes
pretensiones de Domiciano?
Al ver el rechazo de los cristianos, Domiciano desató una nueva y feroz
persecución que ahogará en sangre a las comunidades creyentes.
Una Bestia con siete cabezas
Frente a este segundo problema Juan compone la segunda parte de su libro
(capítulos 12-20). En ella busca darles ánimo y esperanza, y alentarlos en
medio de las durísimas pruebas por las que atravesaban. Ellos se
preguntaban cuánto tiempo más duraría este horror, cuándo intervendría
Dios en favor de ellos y acabaría con las pretensiones totalitarias del
gobierno de Roma. Y él les responde mediante imágenes y visiones.
En el capítulo 12 una mujer (que representa a la Iglesia) enfrenta a un gran
Dragón (el Imperio Romano) que quiere devorar a sus hijos (los cristianos),
y sale victoriosa. Con lo cual el autor anuncia el triunfo de los creyentes
frente a la persecución que se había desatado.
Sigue la visión de las dos Bestias (capítulo 13). La primera representa, otra
vez, al Imperio Romano, pues tiene siete cabezas (como las siete colinas de
Roma) y títulos ofensivos (los títulos divinos que usaba el emperador). La
segunda Bestia (también llamada en 19,20 “el Falso Profeta”) es la
encargada de hacer propaganda para que todos adoren a la primera Bestia;
representa, por lo tanto, a la propaganda oficial del estado, o sea a la
religión romana montada por el emperador para seducir y convencer a los
cristianos de que lo veneraran a él como dios; lo cual estaba logrando en
muchas comunidades.
Roma y sus mil disfraces
En el capítulo 17 la ciudad de Roma vuelve a aparecer, esta vez presentada
con la figura de una gran Prostituta (capítulo 17). Y a continuación describe
su destrucción, y cómo gritan y se lamentan aquellos que antes amaban,
pecaban y negociaban con esta Prostituta (capítulo 18). El castigo de Roma
concluye con alegres cantos en el cielo, donde se oye resonar el aleluya
triunfal (capítulo 19).
Una última visión presenta a un Jinete montado en un caballo blanco, que
lucha contra la Bestia y sus aliados y la vence. El Jinete (Cristo), arroja a la
Bestia (el Imperio romano) a un lago de fuego.
Toda la segunda parte del Apocalipsis, pues, consiste en el anuncio
esperanzador del pronto final de la persecución. Con el lenguaje propio de
la apocalíptica, el autor repite siempre lo mismo mediante diversas
imágenes, símbolos y figuras: Dios reserva un gran castigo contra la ciudad
de Roma, contra el emperador que se creía Dios, y contra sus autoridades y
magistrados, mientras que los cristianos que se mantuvieron fieles hasta el
final serán liberados de todo mal.
Una profecía llena de consuelo para los que tenían que perseverar en
medio de tanta violencia y sufrimiento.
¿Queda algo para el final?
Después del fin de la persecución, el Apocalipsis anuncia la llegada de un
reino de 1000 años de duración (capítulo 20). Con esto el autor quiere decir
que el cristianismo seguirá existiendo un largo tiempo, expresado
simbólicamente en 1000 años. Y el encarcelamiento de la Serpiente indica
que el poder de Satanás, es decir, del mal, estará a partir de ese momento
limitado en su poder pues ya existe en el mundo el Evangelio de Jesucristo.
El libro termina con la majestuosa visión de los cielos nuevos y tierra
nueva, y una nueva ciudad de Jerusalén que baja desde el
cielo. ¿Cuándo aparecerán estos cielos nuevos y tierra nueva?
En realidad para el Apocalipsis también éstos ya han aparecido. Al
acabarse la persecución, el autor anuncia que se inaugurará una nueva era
para toda la humanidad (decir “cielo y tierra” equivale a decir toda la
humanidad), con una nueva ciudad de “Jerusalén” en reemplazo de la
anterior. De ella formarán parte todos los santos de la tierra, es decir, los
que procuran vivir de acuerdo con la Palabra de Dios.
Iglesia con futuro
Al poco tiempo de aparecer el cristianismo, ya estuvo a punto de abortarse.
Dos grandes obstáculos (la ruptura con los judíos, y la persecución romana)
le salieron al cruce, y casi lo ahogaron cuando apenas estaba naciendo. Era
lógico, entonces, que quienes se habían adherido a este nuevo movimiento
se preguntaran si tenía futuro, si valía la pena jugarse la vida por el
Evangelio o estaba destinado a desaparecer como otras tantas corrientes
religiosas surgidas y luego desaparecidas a lo largo de la historia.
Ante esta candente cuestión, en la que los creyentes ponían en juego nada
menos que su vida, Juan escribió su Apocalipsis para decirles que el
cristianismo, recientemente aparecido, no era una corriente religiosa más,
sino que estaba destinada a durar para siempre. Que el judaísmo no
impediría su desarrollo y que el Imperio Romano no lograría eliminarlo. Que
los cristianos podían, nomás, confiar tranquilamente en la nueva Iglesia,
porque contaba con la protección de Dios para siempre.
El Apocalipsis no habla, por lo tanto, del fin del mundo como algunos
creen. ¿De qué les hubiera servido a aquellos cristianos desesperados
y perseguidos por los romanos, los detalles del fin del mundo que
supuestamente vendría miles de años después? ¿Para qué Juan los iba
a prevenir de algo que sucedería siglos más tarde, cuando no sabían si al
día siguiente estarían vivos?
Las esperanzas de triunfo
Juan, que era un cristiano preocupado por la situación presente de sus
hermanos, les quiso anunciar una noticia gozosa y esperanzadora para
todos ellos: que el cristianismo saldría triunfante frente a la opresión de los
judíos y a la persecución de los romanos, los dos grandes dramas del
momento.
Todas las profecías del Apocalipsis, pues, ya se han cumplido (del mismo
modo que ya se han cumplido las profecías de Isaías, de Jeremías, o de
Jesús sobre la destrucción de Jerusalén). No obstante, el libro sigue
teniendo un mensaje para nosotros los lectores modernos. Porque hoy
también el cristianismo se ve jaqueado por diversas persecuciones, y se ven
tentados de preguntarse: ¿tiene futuro esta fe? ¿No habría que admitir que
el mal, la violencia, el fraude, la corrupción, la mentira, están venciendo y
que debemos pasarnos a sus filas antes de que nos terminen de matar por
buscar otro ideal? ¿Tiene sentido obstinarse en los valores cristianos frente
a un mundo que, como una Bestia feroz, parece devorar a quienes los
practican? A todos ellos el Apocalipsis les contesta que sí. Que del mismo
modo que salió triunfante de las potencias enemigas en sus comienzos, la
fe cristiana está destinada a triunfar también ahora. Que nunca podrán ser
derrotados el bien y la justicia que predica el cristianismo. Y que quienes
estén del lado del mal, no tienen ya futuro. Por eso Juan, en su libro, dejó
escrita la esperanza y la ilusión más grande jamás contada.

¿Por qué Jesús maldijo una


higuera?
BENEDICTO XVI CRISIS CRÍTICA HISTÓRICA EDUCACIÓN IGLESIA Publicación impresa |
Año: 2010 | Número: 2363 | 59 comentarios | in Iglesia | Autor:Álvarez Valdés, Ariel
El misterioso relato evangélico que narra la condena de Jesús a un árbol sin fruto exige
tratar de entender su significado. Además, si lo único eterno es Dios, todas las instituciones
están sujetas al paso del tiempo y a las exigencias de los hombres.El milagro más extraño
que Jesús realizó en su vida, según el Evangelio de Marcos, fue el de maldecir y secar una
higuera. Es el único milagro “destructivo” de Jesús, el único que realizó en Jerusalén, el
único que demoró 24 horas en cumplirse, y el único históricamente incomprensible. Su
relato resulta tan incómodo, que la Iglesia no lo lee nunca los domingos en la misa. Cuenta
san Marcos que una mañana Jesús salió con sus discípulos del pueblito de Betania, cerca de
Jerusalén, y a poco de andar sintió hambre; viendo a lo lejos una higuera se acercó,
pensando encontrar frutos; pero el árbol estaba vacío; “es que no era tiempo de higos”, dice
Marcos. Entonces Jesús la maldijo diciendo: “¡Que nunca nadie coma frutos de ti!” Y
siguió viaje con sus discípulos hacia el Templo de Jerusalén. Al día siguiente, cuando
volvió a pasar por el lugar, sus discípulos vieron con asombro cómo la higuera se había
secado hasta sus raíces (Mc 11,12-26).
El episodio siempre ha llamado la atención de los lectores de la Biblia, que se preguntan
cómo es posible que Jesús, un maestro lleno de bondad y misericordia, en un ataque de
furia pudiera haber destruido una inofensiva higuera simplemente porque no le dio frutos.

Cómo mejorarlo
Ya san Mateo, cuando diez años después escribió su Evangelio, basándose en la obra de
Marcos, se sintió perplejo por este episodio y trató de suavizar algunos detalles (Mt 21,18-
22). Por ejemplo:
a) omite decir que, cuando Jesús se acercó a la higuera, “no era aún tiempo de higos”, para
que no suene tan absurda su actitud;
b) cambia la maldición. En vez de decir: “¡Que nunca nadie coma frutos de ti!”, dice: “¡Que
nunca brote fruto de ti!”. Así, la maldición recae sobre la higuera (que no podrá dar frutos),
y no sobre las personas que se quedan sin comerlos;
c) dice que la planta se secó inmediatamente, no al día siguiente, para que la palabra de
Jesús no demorara tanto en cumplirse;
d) no cuenta que la higuera se secó “de raíz”. ¿Cómo se habrían dado cuenta los discípulos?
¿Acaso desenterraron el árbol para verificarlo? Pero ni siquiera con estas mejoras Mateo
logró que el milagro dejara de perturbar.

Un perro que habla inglés


Por su parte, a Lucas el relato le pareció tan duro que directamente lo eliminó. Y en su
lugar prefirió contar otro que, aunque era parecido, tenía un sentido muy distinto: la
parábola de la higuera estéril. Según ésta, había un hombre que tenía una higuera plantada
en su campo; como no le daba frutos, decidió arrancarla; pero el cuidador le aconsejó que
tuviera paciencia y esperara un poco más, porque con ciertos cuidados la
higuera podía fructificar más adelante (Lc 13,6-9).
Así, Lucas reemplazó el relato negativo de Marcos por una historia positiva y llena de
esperanza. Finalmente san Juan en su Evangelio no menciona ni la maldición ni la parábola
de la higuera. Vemos, pues, cómo cada evangelista trató de arreglárselas lo mejor que pudo
con la tradición de aquel difícil episodio. Incluso hoy muchos autores siguen
desconcertados y no terminan de comprender su significado. Por ejemplo, el profesor Steve
Wells, en su libro La Biblia comentada para escépticos, se burla de Jesús y dice que “mató
una higuera que no daba frutos, sólo para mostrar al mundo cuánto Dios odia los higos”. Y
el escritor Louis Cable, comentando ese pasaje, escribe: “Maldecir a una higuera por no
tener fruto en marzo, es como insultar a un perro porque no puede hablar inglés”. ¿Qué
significado esconde este gesto aparentemente absurdo de Jesús?

Albergue con desayuno


Lo primero que hay que resolver es si se trata de un hecho histórico o no. Si respondemos
afirmativamente, estamos en problemas. Primero, porque nos lleva a preguntarnos: ¿cómo
pudo Jesús tener hambre esa mañana, si según el relato venía de pasar la noche en Betania,
donde sin duda habría disfrutado de un buen desayuno como es habitual en la hospitalidad
oriental? ¿Y por qué sólo él sintió hambre, y no sus discípulos? Segundo, si todavía no era
la temporada de higos, ¿cómo pretendía que la planta desobedeciera las leyes de la
naturaleza? Algunos, para justificar a Jesús, dicen que al ser carpintero no entendía mucho
de higueras. Pero no es así. Porque durante el último sermón que pronunció, hizo
precisamente una comparación tomada de la higuera: “Aprendan esta parábola de la
higuera: cuando ya sus ramas están tiernas y brotan las hojas, caen en la cuenta de que el
verano está cerca” (Mc 13,28), lo cual muestra que entendía de higueras maduras y
estaciones. Resulta, pues, inexplicable semejante actitud hacia la pobre planta.
Tercero, los milagros de Jesús siempre tenían como objetivo ayudar a los demás. En este
caso, al ver Jesús a la higuera vacía tendría que haber hecho el milagro de socorrerla para
que diera frutos, y no maldecirla para que se secara. A esto hay que añadir la dificultad, ya
advertida por Mateo, de que la planta se secó “de raíz”, algo imposible de comprobar por
los discípulos. Muchas cosas no cierran en el relato, si lo tomamos como un hecho
estrictamente histórico.

En busca de una idea


Hoy, la mayoría de los biblistas sostiene que no se trata de un episodio vivido realmente
por Jesús sino de una creación literaria, es decir, una narración compuesta para transmitir
una enseñanza religiosa, una idea teológica, con el fin de hacer reflexionar a los lectores de
Marcos. Con esto ya hemos avanzado un paso en la comprensión del pasaje. Ahora
debemos averiguar qué quiso decir Marcos con el relato. Hay tres propuestas.
Para algunos, lo que pretendió fue dejarnos una enseñanza sobre el aspecto humano de
Jesús. Es decir, mostrarnos que a pesar de ser el Hijo de Dios, tenía las mismas necesidades
y penurias que cualquier ser humano, por ejemplo, el hambre. Pero resulta difícil aceptar
esta explicación porque el acento del relato no está en el hambre de Jesús sino en la
maldición de la higuera. De hecho, al día siguiente los discípulos siguen hablando de lo que
le pasó al árbol, y no del hambre de Jesús.
Otros alegan que Marcos quiso dejar una enseñanza moral: todo cristiano debe estar
siempre preparado para dar frutos, porque en cualquier momento Jesús puede pasar por
nuestra vida y pedirlos. Quien no vive para dar frutos, es como un árbol seco y maldito que
ha descuidado su misión. Pero esta interpretación espiritual, que es la que hace la mayoría
de los lectores de la Biblia, tampoco es aceptable porque la higuera y sus frutos no aparecen
nunca en el Nuevo Testamento como imagen o símbolo de los cristianos.

Una fecundidad incansable


Una tercera explicación, más acertada, sostiene que la higuera en la Biblia es un símbolo
del pueblo de Israel. En efecto, desde muy antiguo se aplica la metáfora de la higuera al
pueblo de Dios. Por ejemplo, el profeta Oseas llama a los israelitas “fruto temprano de la
higuera” (Os 9,10). Isaías los denomina “los primeros higos de la temporada” (Is 28,4).
Jeremías los compara con una canasta de higos maduros (Jr 24,1-10). Miqueas se lamenta
porque Israel es una higuera vacía y sin frutos (Miq 7,1). El Cantar de los Cantares asemeja
a la amada con una higuera madura y fecunda (Ct 2,13).
¿Por qué era tradicional emplear en el Antiguo Testamento la imagen de la higuera como
figura del pueblo de Israel? Quizás porque, como afirma el historiador judío Flavio Josefo,
la higuera en Galilea era el árbol más fecundo que existía; llegaba a dar frutos durante ¡diez
meses al año! Es decir, prácticamente siempre. Era tal su fertilidad, que el Talmud dice:
“Así como cada vez que uno va a buscar higos los encuentra, cada vez que uno busca
sabiduría en la Palabra de Dios la encuentra”.
Los judíos también se consideraban un pueblo fecundo en obras buenas, y por eso
terminaron comparándose con la higuera. Es decir, la maldición de la higuera en realidad
encierra una condena o reprobación contra el pueblo de Israel.
El milagro demorado
¿Qué quiso decir Marcos con este relato? ¿Acaso pretendió descalificar a todo el pueblo de
Israel? Ciertamente no. Sólo a una parte. Si leemos atentamente el texto, descubriremos a
cuál.
En efecto, la narración aparece partida en dos, y en el medio se ha insertado otra escena: la
famosa purificación del Templo de Jerusalén, realizada por Jesús. Así, la secuencia
ha quedado formada por tres secciones:
a) Jesús no encuentra higos y maldice la higuera (v.12-14);
b) Sigue su camino hacia el Templo, y expulsa a los vendedores (v.15-19);
c) Vuelve a pasar al día siguiente junto a la higuera y ve que se ha secado (v.20-26).
Notamos que Marcos, en vez de presentar un relato continuado, donde Jesús increpa al
árbol y se seca inmediatamente, prefiere contar la maldición en un día y sus consecuencias
al día siguiente, convirtiendo así este milagro en el único que demoró 24 horas en
cumplirse. ¿Por qué? Porque esto le permitía a Marcos introducir en el medio la visita de
Jesús al Templo, donde se enojó con los sacerdotes y escribas, reprochándoles que habían
convertido la casa de Dios “en una cueva de ladrones”. Así, con el relato de la higuera
encerrando y abrazando el incidente del Templo, los lectores podían comprender el
mensaje: la higuera maldita, estéril, sin frutos, en realidad representa a aquella institución
religiosa, con sus sacerdotes y ministros, cuya función ha llegado a su fin y está a punto de
desaparecer.

Contar lo impensable
Falta responder a la última pregunta: ¿por qué Marcos relató de esta manera tan curiosa el
amargo desenlace del Santuario de Jerusalén? Al parecer, desde los primeros tiempos
circulaba entre los cristianos el relato del incidente protagonizado por Jesús en el Templo.
Allí, al ver la forma poco respetuosa con que los sacerdotes lo administraban, el Maestro de
Nazaret intentó purificarlo; esto le valió un altercado con los vendedores de animales, un
forcejeo con los cambistas de monedas y una fuerte discusión con los sacerdotes. Fue
también el incidente que le costó la vida. Ahora bien, en las comunidades cristianas de
origen pagano, donde vivía Marcos, este episodio resultaba problemático porque en ellas se
contaba cómo precisamente Jesús había venido a liberarnos de los ritos judíos: de las
purificaciones (Mc 7,1-13), el descanso del sábado (Mc 2,23-28), las comidas impuras (Mc
7,19), los ayunos (Mc 2,18-22), la jerarquía religiosa (Mc 12,1-12), el culto (Mc 12,32-33),
el Templo (Mc 13,1-2). ¿Por qué entonces, hacia el final de su vida, se iba a preocupar en
purificar el Templo? ¿Por qué quiso mejorar la celebración de sus ritos? Era un
contrasentido. Entonces Marcos, para subrayar que más que un acto de purificación, la
acción de Jesús contra los vendedores y sacerdotes había sido un gesto de rechazo del
Templo, creó el relato de la maldición de la higuera y envolvió con él la escena de la
purificación. Así, sus lectores podían entender que Jesús no había ido al Santuario a
purificarlo, sino a anunciar su pronta desaparición. El marchitarse de la higuera anunciaba
que el destino del Templo estaba sellado, y nada podía evitar su inminente fin.

Sacar la higuera del Templo


El mismo Evangelio nos confirma que ése era el significado de la higuera seca. Cuando
más adelante Jesús pronuncia su último sermón, comienza hablando de la destrucción del
Templo (Mc 13,2). En la mitad vuelve a hablar de su ruina (Mc 13,14) y al final relaciona
este hecho con la higuera y sus hojas (Mc 13,28-29). Todo apunta a que, en Marcos, la
higuera y el Templo están conectados.
Mateo, en cambio, prefirió darle otro significado al episodio de la higuera. Como escribe
para una comunidad cristiana de origen judío, no quiso ser tan duro con el Templo de
Jerusalén. Entonces modificó el relato de Marcos, de modo que Jesús primero viviera el
incidente del Templo y al otro día maldijera el árbol. Así, los episodios quedaban
separados. ¿Y qué significado tiene, entonces, en Mateo el marchitarse de la higuera? Ya
no es una enseñanza sobre el fin del Templo, sino sobre el poder que tienen la fe y la
oración (Mt 21,18-22).

Era de raíz
Leído así el texto, se comprenden mejor los detalles aparentemente absurdos, señalados al
principio. El hambre de Jesús aquella mañana simboliza sus ansias por hallar frutos
en una institución que se había vuelto vacía e inútil. Que no fuera tiempo de higos es una
ironía hacia un organismo que se creía con derecho a tener temporadas infecundas.
Que el milagro sea punitivo: Jesús no pudo “ayudarlo” porque el Templo ya se había vuelto
infructuoso. Y que se hubiera secado “de raíz” representa la ineficacia total de esa antigua
institución judía.

El único eterno
Si había algo firme y duradero para los judíos, era el Templo de Jerusalén. Según la
tradición era indestructible porque Dios habitaba en él. Por eso se había convertido
en el centro de sus esperanzas, de su fe, sus sueños, su futuro. Era el signo de la presencia
misma de Dios. Y se pensaba que iba a durar para siempre.
Sin embargo, dice san Marcos que un día Jesús, como un peregrino más, lo visitó para la
fiesta de Pascua. Allí estaba el edificio sagrado, frondoso como una higuera con miles de
hojas, excitando de lejos el hambre de los caminantes. Entonces Jesús sintió hambre del
Templo, y quiso comer sus frutos. Pero la institución religiosa no los tenía. Prometía y no
daba. Estimulaba el hambre pero no podía saciarlo. Se había ocupado de sus propias hojas,
de su belleza exterior, de su prestigio, pero no ofrecía ningún alimento a los que pasaban a
su lado por el camino. Entonces Jesús pronunció su sentencia: “ha pasado tu tiempo, que
nadie coma de tu fruto”. Estas palabras pusieron fin a un culto nacional estéril, y abrieron
las puertas a un nuevo culto capaz de saciar el hambre del mundo.
Hoy son muchos los que en la Iglesia se aferran a instituciones, estructuras, celebraciones,
ritos, prácticas, devociones, como si tuvieran una sacralidad en sí mismas, y fueran a durar
perpetuamente. El Evangelio nos enseña que hay que aprender a revisar las instituciones
eclesiales, y descubrir cuáles están dado frutos y cuáles no. Y si encontramos alguna que
resulte estéril, seca, decadente, hay que tener la valentía de suprimirla, por más
venerabilidad que parezca tener. Porque el paso del tiempo relativiza toda institución. Y
como Dios busca salvar a los hombres de todos los tiempos, necesita constantemente
nuevas organizaciones, estructuras y andamiajes por donde derivar la fuerza transformadora
de su Evangelio. Lo demás, puede sin pena desaparecer. Nada hay eterno en este mundo,
fuera de Dios. Lo atestigua el Templo hoy ausente de Jerusalén.

El autor es doctor en Sagradas Escrituras.


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Comments
7 comments
59 READERS COMMENTED
JOIN DISCUSSION

1.
ANTONIO RIVAS
RESPONDER
on 1 octubre, 2010
excelente, aprendi lo que necesitaba.
Dios siga llenadolos de Bendiciones.
Saludos

2.
MARTIN OLARTE CORDOBA
RESPONDER
on 6 octubre, 2010
Creo que el comentario de la higuera me parece sabio, pero este pasaje se refiere más que todo a los creyentes
de este tiempo, porque en un sueño me dijeron que leyera el pasaje de la higuera, Marcos 11.19. Tengan fe en
Dios y no dude de lo que dice, sucederá, lo obtendrá, crean que ya han recibido todo. Amén

3.
BLANCA R, GUERRERO CONTRERAS
RESPONDER
on 3 noviembre, 2010
Blanca R. Guerrero :
Para mi La Higurera en nuestra vida diaria, dejamos frutos frondosos y el paso de la vida diaria ,

4.
GRACIELA MORANCHEL
RESPONDER
on 9 noviembre, 2010
Dice el Profesor Álvarez Valdes: “Entonces Jesús sintió hambre del Templo, y quiso comer sus frutos. Pero la
institución religiosa no los tenía. Prometía y no daba. Estimulaba el hambre pero no podía saciarlo. Se había
ocupado de sus propias hojas, de su belleza exterior, de su prestigio, pero no ofrecía ningún alimento a los que
pasaban a su lado por el camino”.
Excelente explicación del relato de la higuera estéril, y muy buena descripción de la situación de toda
“religión”, también de la “católica apostólica romana”, cuando el anquilosamiento de sus estructuras y el
desvío de la atención hacia cuestiones superfluas hacen perder de vista el mensaje esencial.
Hoy día vivimos una sed de Dios muy profunda. No es cierto que la gente viva como si Dios no existiera. Se
sigue teniendo un gran amor a Jesucristo y a su enseñanza pura, “sin glosa”, y se es capaz de seguir su camino
exigente de amor al prójimo y de solidaridad. Todos los días conocemos gente generosa, honesta, dedicada al
prójimo sin intereses económicos, gente buena y entregada a vivir los valores del Evangelio a fondo. Porque
el mensaje de Jesús llega al corazón de todos, más allá de los cumplimientos “religiosos” o cultuales.
Sí en cambio es verdad que la “religión”, entendida como estas prácticas cultuales enmarcadas en la
institución Iglesia, con sus estructuras de poder y sus rígidos marcos dogmático- morales, ya no satisfacen el
hambre espiritual del Pueblo de Dios, en la medida en que se ha corrido peligrosamente de la fuente desde
donde debería alimentar su vida y su existencia: la Palabra de Dios y la figura central de Cristo.
Así como el Templo de Jerusalén desapareció en el tiempo (año 70 d. C.), lo que significó la ruina de los que
se apoyaban más en la perdurabilidad de sistemas cúlticos humanos que en Dios, del mismo modo las
religiones que ya no respondan a la drástica simplicidad del Evangelio están destinadas a desaparecer, tal
como están concebidas actualmente, con toda su pompa y sus sistemas de gobierno.
El mensaje de Jesús en el relato de la maldición de la higuera es muy elocuente. Ojalá sirva para purificar
nuestras prácticas religiosas de tantos elementos espúreos que sólo logran obstaculizar el crecimiento de una
verdadera fe en el Dios de Jesucristo.
Saludos cordiales,
Graciela Moranchel
Profesora y Licenciada en Teología Dogmática

o
MARY ALATORRE
RESPONDER
on 30 agosto, 2012
Me encanto tu comentario, sobre el tema, mas claro ni el agua, bendiciones!!!

o
RAÚL CARRÈRE
RESPONDER
on 24 julio, 2016
Hola. Creo que es una desgracia cuando a partir de una espiritualidad se erige una institución o, mejor dicho,
cuando a partir de la enseñanza de un maestro nace una congregación o Iglesia. Todos los defectos humanos
tapan la sacralidad del mensaje y el mensaje queda eclipsado. Yo creo que la Iglesia es una insitución humana
y no divina ¡ha dado tantas muestras a través de la historia! y su presencia innecesaria. Saludos.
5.
RSV
RESPONDER
on 2 diciembre, 2010
Creo que lo que Jesús nos enseña en este bello pasaje es que la palabra de Dios debe saciar a cada momento a
cada instante y no en ciertas temporadas, tener la necesidad de dios es el hambre que vivimos en nuestra vida,
es el hambre que vivimos de él, de su palabra. Por otra parte si eres un árbol que tiene la capacidad de dar
fruto y no lo hicieses es mejor quedarte seco, a veces como cristianos tenemos el conocimiento de la palabra
de Dios y porque nunca tenemos tiempo, estamos tan ocupados en nuestra vida cotidiana y cuando al fin
podemos saciar el hambre de uno de nuestros hemanos que lo necesiten en un problema y decirle que cristo lo
ama y que no esta solo, que hay una esperanza de vida eterne,no lo hacemos, por que “no estamos en
temporada de dar el fruto”.
Saludos Dios los bendiga

¿Qué es la Gran Tribulación?

Pregunta: "¿Qué es la Gran Tribulación?"

Respuesta: La Tribulación es un futuro período de tiempo, cuando el Señor llevará a


cabo al menos dos aspectos de Su plan: 1) Él concluirá Su disciplina a la nación de Israel
(Daniel 9:24), y 2) Él juzgará la incredulidad y la maldad de los habitantes del mundo
(Apocalipsis, capítulos 6 – 18). La duración de la Tribulación es de siete años. Esto es
determinado por una comprensión de las setenta semanas de Daniel (Daniel 9:24-27; ver
también el artículo sobre la Tribulación). La Gran Tribulación es la última mitad del
período de la Tribulación, con tres y medio años de duración. Se distingue del período
de la Tribulación, porque la Bestia, o Anticristo, será revelado, y la ira de Dios se
intensificará grandemente durante este tiempo. Además, en este punto, es importante
enfatizar que la Tribulación y la Gran Tribulación no son dos términos diferentes. Dentro
de la escatología (el estudio de las cosas futuras), la Tribulación se refiere a todo el
período de los siete años, mientras que la “Gran Tribulación” se refiere a la segunda
mitad de la Tribulación.

Es Cristo Mismo quien usó la frase de la “Gran Tribulación” con referencia a la última
mitad de la Tribulación. En Mateo 24:21, Jesús dice, “Porque habrá entonces gran
tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.”
En este verso, Jesús se está refiriendo al evento de Mateo 24:15, el cual describe la
revelación de la abominación desoladora, el hombre que es también conocido como el
Anticristo. También, Jesús declara en Mateo 24:29-30, “E inmediatamente después de la
tribulación de aquellos días... Entonces aparecerá la señal del hijo del Hombre en el
cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre
viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.” En este pasaje, Jesús define
la Gran Tribulación (v.21) como el principio de la revelación de la abominación
desoladora (v.15) y termina con la segunda venida de Cristo (v.30).

Otros pasajes que se refieren a la Gran Tribulación, son Daniel 12:1b, el cual dice, “y
será tiempo de angustia, la cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces.”
Parece que Jesús estaba citando este verso cuando habló las palabras registradas
en Mateo 24:21. También refiriéndose a la Gran Tribulación, está Jeremías 30:7, “¡Ah,
cuán grande es aquel día! Tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia
para Jacob; pero de ella será librado.” La frase “angustia para Jacob” se refiere a la
nación de Israel, la cual experimentará persecución y desastres naturales como nunca
antes se hayan visto.

Considerando la información que Cristo nos dio en Mateo 24:15-30, es fácil concluir que
el principio de la Gran Tribulación tiene mucho que ver con la abominación desoladora,
la acción del Anticristo. En Daniel 9:26-27, encontramos que este hombre hará un
“convenio” (un pacto de paz) con el mundo por siete años (una “semana”; de nuevo, ver
el artículo sobre la Tribulación). A la mitad del período de los siete años – “a la mitad de
la semana” – se nos dice que este hombre romperá el pacto que hizo, haciendo cesar el
sacrificio y la ofrenda de granos, lo que se refiere específicamente a sus acciones en el
templo que será reconstruido en el futuro. Apocalipsis 13:1-10 proporciona aún más
detalles en cuanto a las acciones de la Bestia, e igualmente importante es que también
verifica la duración del tiempo que estará en el poder. Apocalipsis 13:5 dice que se le
dará el poder por 42 meses, lo que son tres y medio años, la duración de la Gran
Tribulación.

Apocalipsis nos ofrece la mayor información acerca de la Gran Tribulación.


Desde Apocalipsis 13, cuando la Bestia es revelada, hasta el regreso de Cristo
en Apocalipsis 19, se nos describe el cuadro de la ira de Dios en la tierra por la
incredulidad y la rebelión (Apocalipsis, capítulos 16 – 18). También es una imagen de la
forma en que Dios disciplina y al mismo tiempo protege a Su pueblo Israel (Apocalipsis
14:1-5), hasta el cumplimiento de Su promesa a Israel, al establecer un reino terrenal
(Apocalipsis 20:4-6).
¿La Tribulación durará 7 años, o 3.5 años?. ¿Cuando
dice Jesús, (Yahusha), que empezará la
gran tribulación?

La Tribulación en principio parece que durará 7 años. Veamos por qué:

Daniel 9:27 dice que la bestia hará un pacto por una semana (7 años),
pero que a la mitad de la semana (3 ½ años dentro de la Tribulación), él
romperá el pacto, poniendo fin al sacrificio y la ofrenda del grano.
Apocalipsis 13 explica que la bestia colocará una imagen de él mismo en
el templo y demandará que el mundo la adore. Apocalipsis 13:5 dice que
esto sucederá por 42 meses, que son 3 ½ años. Puesto que Daniel 9:27
dice que esto sucederá a la mitad de la semana, y Apocalipsis 13:5 dice
que la bestia hará esto por un período de 42 meses, es fácil ver que la
duración total es de 84 meses o sean 7 años. Ver también Daniel 7:25
donde el “tiempo, y tiempos, y medio tiempo” (tiempo = 1 año; tiempos =
2 años; medio tiempo = ½ año; hacen un total de 3 años ½) también se
refiere a la Gran Tribulación, la última mitad de los 7 años del período
de la Tribulación cuando la “abominación desoladora” (la bestia) estará
en el poder.

¿Y cuando dice Jesús, (Yahusha), que será la tribulación?, cuando veamos


en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta
Daniel, (quien lea entienda). ¿Y qué debemos entender?, pues que el lugar
santo es el papado, y se refiere al próximo Papa, que será la bestia de 10
cuernos, la misma bestia que ve Daniel, y que ahora se materializará con
la resurrección de Juan Pablo II. O sea cuando el Nuevo Papa ocupe el
trono de san Pedro, se iniciará la tribulación.
Fijaros que estamos predicando este Evangelio a todo el mundo, on-line
en este momento, estamos ya en los tiempos finales, guste o no, lo
apruebe el Vaticano o no, lo aprueben vuestros gobiernos o no, lo apoyen
los medios o no.

Veamos un resumen de lo que dijo Jesús para estos tiempos finales,


meditar, por favor, estas frases de Jesús, una por una, ésta es la
esencia de Su mensaje, éste es Su Evangelio, están escritas en todas las
Biblias del mundo para nuestro tiempo actual, y apenas nadie las ha leído,
y si las han leído, hasta ahora no se podían entender. Éste es el poder de
Jesús, y esto es lo que se debería oír en vuestras iglesias, en vez de excusas
por pederastia, dejando a la iglesia de los hombres a la altura del betún, y
el mensaje de Jesús por los suelos, sin ninguna credibilidad, no hay duda
alguna, Satán la dirige.

Están escritas hace dos mil años, y parecen de una actualidad


sorprendente, y no se han difundido como a Jesús le gustaría. Ahora es el
momento de difundirlas, te toca a ti colaborar y pasarlas a tus familiares y
amigos. ¿Por qué?, la respuesta en Mateo 25:13 Velad, pues, porque
no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de
venir.

Y Su llegada está próxima, y nadie se lo cree.

Evangelio de Mateo.

24:8 Y todo esto será principio de dolores.

24:13 Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

24:14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el


mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces
vendrá el fin.

24:15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación


desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee,
entienda),

24:21 porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha


habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.
24:27 Porque como el relámpago que sale del oriente y se
muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo
del Hombre.

24:30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el


cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y
verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo,
con poder y gran gloria.

24:31 Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y


juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un
extremo del cielo hasta el otro.

24:33 Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas,


conoced que está cerca, a las puertas.

24:35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

24:36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los
cielos, sino sólo mi Padre.

24:37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo
del Hombre.

24:39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a


todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.

24:42 Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir


vuestro Señor.

24:44 Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el


Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.

25:13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el


Hijo del Hombre ha de venir.

25:31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los


santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,
25:32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y
apartarálos unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas
de los cabritos.

25:34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos


de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la
fundación del mundo.

25:40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en


cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños,
a mí lo hicisteis.

25:41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí,


malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus
ángeles.

25:45 Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en


cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a
mí lo hicisteis.

25:46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

28:19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,


bautizándolos en el nombre del Hijo

28:20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he


mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta
el fin del mundo. Amén.

Fijaros bien cuando dice Jesús que aparecerá la gran tribulación:

24:15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación


desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee,
entienda),

24:21 porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha


habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.

¿Y cuando veremos en el lugar santo la abominación desoladora de la que


habló el profeta Daniel?, cuando la Bestia ocupe el lugar santo, el papado,
pues ese es el lugar santo, y eso va a acontecer ahora, dentro de muy pocos
días, quizás la semana próxima o hasta pudiera ser el 2 de abril. Cuando
veamos al nuevo Papa, la misma bestia que ve Daniel la ve Juan en el
Apocalipsis, y esa bestia que será Juan Pablo II resucitado es la
abominación desoladora, porque esa bestia condenará a todo aquel que la
adore.

No sé si lo entendéis, Jesús nos dice cuando va a ocurrir la gran


tribulación, y hasta ahora nadie lo había entendido. Hoy aparece aquí la
interpretación correcta de Mateo 24-15, el lugar santo es el papado, quien
administra las llaves de Pedro es el Papa, y el nuevo Papa será la
abominación desoladora, porque es la bestia con diez cuernos, la misma
bestia que ve Daniel la ve Juan 1.000 años más tarde, y va a subir del
abismo y ocupará el octavo lugar, pero son 7 reyes, no ocho, luego el que
viene será Juan Pablo II, y la tribulación, o empieza pronto, antes de
aparecer el nuevo Papa, o empieza en el momento en que aparezca el
nuevo Papa.

Son palabras de Jesús, de Yahusha, de Dios.

El cónclave para elegir nuevo Papa empezará el 12 de marzo, y durante el


siglo XX los cónclaves no han durado más de cinco días, luego antes del
viernes 15 deberíamos tener un nuevo Papa. Pero no será así. No sé lo que
va a suceder, lo que si se es que el octavo debe ser uno de los siete, por lo
tanto Juan Pablo II resucitará antes de tener nombrado al nuevo Papa,
porque Apocalipsis 17-11 dice la bestia que era y no es hace el octavo, Y ES
UNO DE LOS SIETE y va a perdición.

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