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Este período durará poco tiempo: Y si aquellos días no fuesen acortados, ninguna carne
sería salva; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. (Mateo
24:22) Incluye también un aumento de desastres naturales como terremotos, plagas,
hambruna, maremotos, etc. y además señales y portentos presagiosos en el cielo,
representados a través de los cuatro jinetes del Apocalipsis.
La profecía dice que habrá señales astronómicas que para los cristianos serán
interpretadas como señales de su salvación y por la gente malvada como terror y
angustia. (Lucas 21, 25-26,28., Lucas 21, 28.)
Escatología e historia[editar]
De manera que así como el Libro de Daniel, los Evangelios o la carta de Pablo, para
el Apocalipsis el significado de cada época concreta no debe encontrarse sólo en sí misma,
sino especialmente en su relación con la totalidad, de manera que no es el fin el que da
significado a la historia humana concreta, presente.6
167 a. C.[editar]
Tanto Daniel como Jesucristo unen un hecho histórico que va a suceder en un tiempo
relativamente cercano, con el final de los tiempos. En el caso de Daniel, se refería en primer
lugar a la gran persecución de Antíoco IV, quien en 167 a. C. suspendió los rituales de
adoración a Yahvé en el Templo de Jerusalén, ordenó la destrucción de las Escrituras judías y
prohibió la observancia del sábado y demás normas de la ley mosaica. En diciembre de ese
año hizo erigir una altar a Zeus en el Templo de Jerusalén, lo que fue considerado por los
judíos como "shiqus shomem": la "abominación desoladora".7
Semana 70[editar]
Jesucristo, al hacer estos anuncios, hablaba en primer lugar de la cercana destrucción
del Templo de Jerusalén (Mateo 24, 1-2.), pero además sus discípulos le preguntaron, no sólo
cuándo sucedería eso, sino además cuál sería la señal del fin del mundo (Mateo 24, 3.).
Entonces la "tribulación tan grande como no la hubo ni la habrá" la anunció para esos dos
momentos:
Como señal de la destrucción del Templo de Jerusalén que ocurrió en la década del 70,
cuando el emperador romano Tito Flavio Sabino Vespasiano conquistó y arrasó la ciudad
santa.
Apocalipsis[editar]
En Apocalipsis 13, 1-7. se anuncia una época terrible, bajo el dominio de la "Bestia", en la
misma forma que Daniel 7, 19-21.. La "Bestia" consigue que muchos la adoren Apocalipsis
13, 8,11-15. y puede identificarse con el adversario descrito en 2 Tesalonicenses. como el hijo
de la perdición "que se llama Dios y es objeto de culto, de manera que se sienta en el templo
de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios", luego causará la "abominación desoladora".
En Apocalipsis 15, 2-4. aparecen los que triunfan sobre la "Bestia", a quienes una visión
anterior (Apocalipsis 7, 9-15.) ha identificado como la multitud de "los que vienen de la gran
tribulación". También estos anuncios se referían primariamente a la historia inmediata,
al Imperio romano,89 así como al final de los tiempos.
Al igual que para el Libro de Daniel, los Evangelios o las cartas de Pablo, para
el Apocalipsis el significado de cada época concreta no debe encontrarse solo en sí misma,
sino especialmente en su relación con la totalidad, de manera que es el fin el que da
significado a la historia humana concreta, presente.6
La visión preterista concibe al Apocalipsis no como un libro profético (como lo fue en la
antigüedad el libro de Daniel), sino que presenta las visiones de Juan en su tiempo, cuando la
tribulación estaba siendo vivida por los precursores del cristianismo, dada la persecución y
martirio al que fueron sometidos los primeros evangelizadores, como los apóstoles y los
demás discípulos: "Yo contesté: «Señor, tú lo sabes.» El Anciano me replicó: «Esos son los
que vienen de la gran persecución; han lavado y blanqueado sus vestiduras con la sangre del
Cordero." (Apocalipsis.).5
Notas[editar]
1. Volver arriba↑ Mathew Henry, Trad. al castellano de Francisco Lacueva 2006. Comentario
Bíblico de Mathew Henry. Obra completa sin abreviar ISBN 84-8267-094-8
2. Volver arriba↑ Scofield, Traductora Leticia Calçada 2001. Nueva Biblia de Estudio Scofield.
Versión ampliada ISBN 978-1-55819-798-5
3. Volver arriba↑ Tim LaHaye, Ed en español Lic. Leticia Calçada 2002. Biblia de Estudio de
Profecía ISBN 1-55819-911-X
4. Volver arriba↑ Tim LaHaye, Ed. en español Lic. Leticia Calçada 2002. Biblia de Estudio de
Profecía ISBN 1-55819-911-X
5. ↑ Saltar a:a b c Catecismo de la Iglesia Católica
6. ↑ Saltar a:a b Eller, V. op.cit. p. 30-34
7. Volver arriba↑ Vidal Manzanares, César 1993. Los documentos del Mar Muerto: 37. Madrid:
Alianza. ISBN 84-206-9680-3
8. Volver arriba↑ Ibáñez, Andrés 1971. "Introducción al Apocalipsis"; Biblia de Jerusalén: 1639-
1641. Desclée de Broewer: Bilbao.
9. Volver arriba↑ Eller, Vernard 1991. El Apocalipsis: el libro más revelador de la Biblia. Ciudad de
Guatemala-Bogotá: Ediciones Semilla-Clara, p.p. 197-211.
ribulación
Avanzadas de la información
General bíblica Significado
Variedades de tribulación
La Gran Tribulación
La enseñanza de Jesús
La expresión precisa, "gran tribulación" (Mateo 24:21; Apocalipsis 2:22;. 7:14,
Gr. megale thlipsis), sirve para identificar la forma escatológica de la tribulación.
Estas palabras son "leyenda por un tiempo en todo el mundo, sin precedentes
de problemas que marcará el comienzo de la parusía, Jesús Jesús regresará a la
tierra en gran gloria (véase el paralelismo Marcos 13:19," tribulación ", y Lucas
21:23," una gran angustia "; también Apocalipsis 03:10," hora de la prueba ").
Este período de tiempo se iniciará por la "abominación de la desolación" (Mateo
24:15) predijo en Dan. 9:27, una profanación del "lugar santo" por aquel a quien
muchos estudiosos creen que es el mismo que el "hombre de pecado" de la II
Tes. 2:3, 4. Jesús da instrucciones específicas a los habitantes de Judea para su
fuga y advierte que la intensidad de sus calamidades que diezman casi toda la
vida (Mateo 24:15-22).
Puesto que Jesús hizo esta profecía, las grandes guerras, catástrofes y fenómenos
cósmicos han estimulado la creencia en la presencia de la gran tribulación. Esta
tendencia se caracteriza por Hesiquio de Jerusalén, en correspondencia con
Agustín. Agustín no estaba de acuerdo, prefiriendo interpretar las cosas tal vez
como las características de la historia en su conjunto sin significación
escatológica en particular. En los tiempos modernos premillennialists algunos
han especulado sobre la evolución de los acontecimientos actuales como posibles
precursores de la gran tribulación, algunos incluso tratando de identificar al
anticristo con los candidatos como Kaiser Guillermo II y Mussolini.
Dentro del movimiento premilenial otro tema, el momento del rapto de la iglesia,
ha dado lugar a tres puntos de vista. Pre-tribulacionistas (rapto antes de la
septuagésima semana) y midtribulationists(arrebato en el medio de la
septuagésima semana) perciben la gran tribulación que caracteriza por la ira de
Dios a un mundo incrédulo de que la iglesia está necesariamente exento.
WH Baker
(Diccionario Elwell Evangélica)
Bibliografía
R. Anderson, El Príncipe Venida; L. Boettner, El Milenio, MJ Erickson, en
Opciones Contemporáneo Escatología; Gundry RN, La Iglesia y la Tribulación;
SN Gundry, "Hermenéutica Zeitgeist o como factor determinante en la historia de
la escatología" JETS 20:45-55; Hoekema AA, La Biblia y el futuro; Hartley JE,
TWOT, II, 778-79; Schippers R., NIDNTT, II, 807-9; H. Schlier, TDNT, III,
140-48 ; T. Weber, viviendo a la sombra de la Segunda Venida; D. Wilson,
Armageddon Now! La respuesta Premillenarian a Rusia e Israel desde 1917;
Walvoord J., La cuestión de Raptur
Una interpretación del Apocalipsis
de Juan – Ariel Álvarez Valdés
Publicado por BL G E S T B IB L el2 8 E N E R O , 2 0 1 6
Cómo mejorarlo
Ya san Mateo, cuando diez años después escribió su Evangelio, basándose en la obra de
Marcos, se sintió perplejo por este episodio y trató de suavizar algunos detalles (Mt 21,18-
22). Por ejemplo:
a) omite decir que, cuando Jesús se acercó a la higuera, “no era aún tiempo de higos”, para
que no suene tan absurda su actitud;
b) cambia la maldición. En vez de decir: “¡Que nunca nadie coma frutos de ti!”, dice: “¡Que
nunca brote fruto de ti!”. Así, la maldición recae sobre la higuera (que no podrá dar frutos),
y no sobre las personas que se quedan sin comerlos;
c) dice que la planta se secó inmediatamente, no al día siguiente, para que la palabra de
Jesús no demorara tanto en cumplirse;
d) no cuenta que la higuera se secó “de raíz”. ¿Cómo se habrían dado cuenta los discípulos?
¿Acaso desenterraron el árbol para verificarlo? Pero ni siquiera con estas mejoras Mateo
logró que el milagro dejara de perturbar.
Contar lo impensable
Falta responder a la última pregunta: ¿por qué Marcos relató de esta manera tan curiosa el
amargo desenlace del Santuario de Jerusalén? Al parecer, desde los primeros tiempos
circulaba entre los cristianos el relato del incidente protagonizado por Jesús en el Templo.
Allí, al ver la forma poco respetuosa con que los sacerdotes lo administraban, el Maestro de
Nazaret intentó purificarlo; esto le valió un altercado con los vendedores de animales, un
forcejeo con los cambistas de monedas y una fuerte discusión con los sacerdotes. Fue
también el incidente que le costó la vida. Ahora bien, en las comunidades cristianas de
origen pagano, donde vivía Marcos, este episodio resultaba problemático porque en ellas se
contaba cómo precisamente Jesús había venido a liberarnos de los ritos judíos: de las
purificaciones (Mc 7,1-13), el descanso del sábado (Mc 2,23-28), las comidas impuras (Mc
7,19), los ayunos (Mc 2,18-22), la jerarquía religiosa (Mc 12,1-12), el culto (Mc 12,32-33),
el Templo (Mc 13,1-2). ¿Por qué entonces, hacia el final de su vida, se iba a preocupar en
purificar el Templo? ¿Por qué quiso mejorar la celebración de sus ritos? Era un
contrasentido. Entonces Marcos, para subrayar que más que un acto de purificación, la
acción de Jesús contra los vendedores y sacerdotes había sido un gesto de rechazo del
Templo, creó el relato de la maldición de la higuera y envolvió con él la escena de la
purificación. Así, sus lectores podían entender que Jesús no había ido al Santuario a
purificarlo, sino a anunciar su pronta desaparición. El marchitarse de la higuera anunciaba
que el destino del Templo estaba sellado, y nada podía evitar su inminente fin.
Era de raíz
Leído así el texto, se comprenden mejor los detalles aparentemente absurdos, señalados al
principio. El hambre de Jesús aquella mañana simboliza sus ansias por hallar frutos
en una institución que se había vuelto vacía e inútil. Que no fuera tiempo de higos es una
ironía hacia un organismo que se creía con derecho a tener temporadas infecundas.
Que el milagro sea punitivo: Jesús no pudo “ayudarlo” porque el Templo ya se había vuelto
infructuoso. Y que se hubiera secado “de raíz” representa la ineficacia total de esa antigua
institución judía.
El único eterno
Si había algo firme y duradero para los judíos, era el Templo de Jerusalén. Según la
tradición era indestructible porque Dios habitaba en él. Por eso se había convertido
en el centro de sus esperanzas, de su fe, sus sueños, su futuro. Era el signo de la presencia
misma de Dios. Y se pensaba que iba a durar para siempre.
Sin embargo, dice san Marcos que un día Jesús, como un peregrino más, lo visitó para la
fiesta de Pascua. Allí estaba el edificio sagrado, frondoso como una higuera con miles de
hojas, excitando de lejos el hambre de los caminantes. Entonces Jesús sintió hambre del
Templo, y quiso comer sus frutos. Pero la institución religiosa no los tenía. Prometía y no
daba. Estimulaba el hambre pero no podía saciarlo. Se había ocupado de sus propias hojas,
de su belleza exterior, de su prestigio, pero no ofrecía ningún alimento a los que pasaban a
su lado por el camino. Entonces Jesús pronunció su sentencia: “ha pasado tu tiempo, que
nadie coma de tu fruto”. Estas palabras pusieron fin a un culto nacional estéril, y abrieron
las puertas a un nuevo culto capaz de saciar el hambre del mundo.
Hoy son muchos los que en la Iglesia se aferran a instituciones, estructuras, celebraciones,
ritos, prácticas, devociones, como si tuvieran una sacralidad en sí mismas, y fueran a durar
perpetuamente. El Evangelio nos enseña que hay que aprender a revisar las instituciones
eclesiales, y descubrir cuáles están dado frutos y cuáles no. Y si encontramos alguna que
resulte estéril, seca, decadente, hay que tener la valentía de suprimirla, por más
venerabilidad que parezca tener. Porque el paso del tiempo relativiza toda institución. Y
como Dios busca salvar a los hombres de todos los tiempos, necesita constantemente
nuevas organizaciones, estructuras y andamiajes por donde derivar la fuerza transformadora
de su Evangelio. Lo demás, puede sin pena desaparecer. Nada hay eterno en este mundo,
fuera de Dios. Lo atestigua el Templo hoy ausente de Jerusalén.
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Comments
7 comments
59 READERS COMMENTED
JOIN DISCUSSION
1.
ANTONIO RIVAS
RESPONDER
on 1 octubre, 2010
excelente, aprendi lo que necesitaba.
Dios siga llenadolos de Bendiciones.
Saludos
2.
MARTIN OLARTE CORDOBA
RESPONDER
on 6 octubre, 2010
Creo que el comentario de la higuera me parece sabio, pero este pasaje se refiere más que todo a los creyentes
de este tiempo, porque en un sueño me dijeron que leyera el pasaje de la higuera, Marcos 11.19. Tengan fe en
Dios y no dude de lo que dice, sucederá, lo obtendrá, crean que ya han recibido todo. Amén
3.
BLANCA R, GUERRERO CONTRERAS
RESPONDER
on 3 noviembre, 2010
Blanca R. Guerrero :
Para mi La Higurera en nuestra vida diaria, dejamos frutos frondosos y el paso de la vida diaria ,
4.
GRACIELA MORANCHEL
RESPONDER
on 9 noviembre, 2010
Dice el Profesor Álvarez Valdes: “Entonces Jesús sintió hambre del Templo, y quiso comer sus frutos. Pero la
institución religiosa no los tenía. Prometía y no daba. Estimulaba el hambre pero no podía saciarlo. Se había
ocupado de sus propias hojas, de su belleza exterior, de su prestigio, pero no ofrecía ningún alimento a los que
pasaban a su lado por el camino”.
Excelente explicación del relato de la higuera estéril, y muy buena descripción de la situación de toda
“religión”, también de la “católica apostólica romana”, cuando el anquilosamiento de sus estructuras y el
desvío de la atención hacia cuestiones superfluas hacen perder de vista el mensaje esencial.
Hoy día vivimos una sed de Dios muy profunda. No es cierto que la gente viva como si Dios no existiera. Se
sigue teniendo un gran amor a Jesucristo y a su enseñanza pura, “sin glosa”, y se es capaz de seguir su camino
exigente de amor al prójimo y de solidaridad. Todos los días conocemos gente generosa, honesta, dedicada al
prójimo sin intereses económicos, gente buena y entregada a vivir los valores del Evangelio a fondo. Porque
el mensaje de Jesús llega al corazón de todos, más allá de los cumplimientos “religiosos” o cultuales.
Sí en cambio es verdad que la “religión”, entendida como estas prácticas cultuales enmarcadas en la
institución Iglesia, con sus estructuras de poder y sus rígidos marcos dogmático- morales, ya no satisfacen el
hambre espiritual del Pueblo de Dios, en la medida en que se ha corrido peligrosamente de la fuente desde
donde debería alimentar su vida y su existencia: la Palabra de Dios y la figura central de Cristo.
Así como el Templo de Jerusalén desapareció en el tiempo (año 70 d. C.), lo que significó la ruina de los que
se apoyaban más en la perdurabilidad de sistemas cúlticos humanos que en Dios, del mismo modo las
religiones que ya no respondan a la drástica simplicidad del Evangelio están destinadas a desaparecer, tal
como están concebidas actualmente, con toda su pompa y sus sistemas de gobierno.
El mensaje de Jesús en el relato de la maldición de la higuera es muy elocuente. Ojalá sirva para purificar
nuestras prácticas religiosas de tantos elementos espúreos que sólo logran obstaculizar el crecimiento de una
verdadera fe en el Dios de Jesucristo.
Saludos cordiales,
Graciela Moranchel
Profesora y Licenciada en Teología Dogmática
o
MARY ALATORRE
RESPONDER
on 30 agosto, 2012
Me encanto tu comentario, sobre el tema, mas claro ni el agua, bendiciones!!!
o
RAÚL CARRÈRE
RESPONDER
on 24 julio, 2016
Hola. Creo que es una desgracia cuando a partir de una espiritualidad se erige una institución o, mejor dicho,
cuando a partir de la enseñanza de un maestro nace una congregación o Iglesia. Todos los defectos humanos
tapan la sacralidad del mensaje y el mensaje queda eclipsado. Yo creo que la Iglesia es una insitución humana
y no divina ¡ha dado tantas muestras a través de la historia! y su presencia innecesaria. Saludos.
5.
RSV
RESPONDER
on 2 diciembre, 2010
Creo que lo que Jesús nos enseña en este bello pasaje es que la palabra de Dios debe saciar a cada momento a
cada instante y no en ciertas temporadas, tener la necesidad de dios es el hambre que vivimos en nuestra vida,
es el hambre que vivimos de él, de su palabra. Por otra parte si eres un árbol que tiene la capacidad de dar
fruto y no lo hicieses es mejor quedarte seco, a veces como cristianos tenemos el conocimiento de la palabra
de Dios y porque nunca tenemos tiempo, estamos tan ocupados en nuestra vida cotidiana y cuando al fin
podemos saciar el hambre de uno de nuestros hemanos que lo necesiten en un problema y decirle que cristo lo
ama y que no esta solo, que hay una esperanza de vida eterne,no lo hacemos, por que “no estamos en
temporada de dar el fruto”.
Saludos Dios los bendiga
Es Cristo Mismo quien usó la frase de la “Gran Tribulación” con referencia a la última
mitad de la Tribulación. En Mateo 24:21, Jesús dice, “Porque habrá entonces gran
tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.”
En este verso, Jesús se está refiriendo al evento de Mateo 24:15, el cual describe la
revelación de la abominación desoladora, el hombre que es también conocido como el
Anticristo. También, Jesús declara en Mateo 24:29-30, “E inmediatamente después de la
tribulación de aquellos días... Entonces aparecerá la señal del hijo del Hombre en el
cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre
viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.” En este pasaje, Jesús define
la Gran Tribulación (v.21) como el principio de la revelación de la abominación
desoladora (v.15) y termina con la segunda venida de Cristo (v.30).
Otros pasajes que se refieren a la Gran Tribulación, son Daniel 12:1b, el cual dice, “y
será tiempo de angustia, la cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces.”
Parece que Jesús estaba citando este verso cuando habló las palabras registradas
en Mateo 24:21. También refiriéndose a la Gran Tribulación, está Jeremías 30:7, “¡Ah,
cuán grande es aquel día! Tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia
para Jacob; pero de ella será librado.” La frase “angustia para Jacob” se refiere a la
nación de Israel, la cual experimentará persecución y desastres naturales como nunca
antes se hayan visto.
Considerando la información que Cristo nos dio en Mateo 24:15-30, es fácil concluir que
el principio de la Gran Tribulación tiene mucho que ver con la abominación desoladora,
la acción del Anticristo. En Daniel 9:26-27, encontramos que este hombre hará un
“convenio” (un pacto de paz) con el mundo por siete años (una “semana”; de nuevo, ver
el artículo sobre la Tribulación). A la mitad del período de los siete años – “a la mitad de
la semana” – se nos dice que este hombre romperá el pacto que hizo, haciendo cesar el
sacrificio y la ofrenda de granos, lo que se refiere específicamente a sus acciones en el
templo que será reconstruido en el futuro. Apocalipsis 13:1-10 proporciona aún más
detalles en cuanto a las acciones de la Bestia, e igualmente importante es que también
verifica la duración del tiempo que estará en el poder. Apocalipsis 13:5 dice que se le
dará el poder por 42 meses, lo que son tres y medio años, la duración de la Gran
Tribulación.
Daniel 9:27 dice que la bestia hará un pacto por una semana (7 años),
pero que a la mitad de la semana (3 ½ años dentro de la Tribulación), él
romperá el pacto, poniendo fin al sacrificio y la ofrenda del grano.
Apocalipsis 13 explica que la bestia colocará una imagen de él mismo en
el templo y demandará que el mundo la adore. Apocalipsis 13:5 dice que
esto sucederá por 42 meses, que son 3 ½ años. Puesto que Daniel 9:27
dice que esto sucederá a la mitad de la semana, y Apocalipsis 13:5 dice
que la bestia hará esto por un período de 42 meses, es fácil ver que la
duración total es de 84 meses o sean 7 años. Ver también Daniel 7:25
donde el “tiempo, y tiempos, y medio tiempo” (tiempo = 1 año; tiempos =
2 años; medio tiempo = ½ año; hacen un total de 3 años ½) también se
refiere a la Gran Tribulación, la última mitad de los 7 años del período
de la Tribulación cuando la “abominación desoladora” (la bestia) estará
en el poder.
Evangelio de Mateo.
24:36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los
cielos, sino sólo mi Padre.
24:37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo
del Hombre.