Curso de Liturgia

Ficha Nº 2
Autor: Ricardo González
Profesor de Ciencias Religiosas y Catequesis.

Reflexión

Celebrar la vida en Jesús

Para comenzar este camino de reflexión y formación nos proponemos

como primer paso, iniciar nuestra tarea realizando una oración
pidiendo la presencia del Espíritu Santo.

Sin adelantarnos al texto que sigue, nos vamos a preguntar:

¿Qué es celebrar? ¿Qué podemos celebrar? ¿Para qué celebrar?
¿Celebramos la Vida? ¿Qué es la Liturgia? ¿Se celebra?

La vida, nuestra vida de cada día, está repleta de celebraciones,

como por ejemplo el saludo en el encuentro con un amigo. La
celebración según el diccionario significa: conmemorar, alabar,
festejar, ensalzar. Todo menos costumbre, rutina, pasividad…

Celebrar es partir de la vida, es volver a crear, a compartir

experiencias vividas que han sido significativas. Nacer, crecer,
comprometerse, realizar metas, enfermar y sanar, sentir la unión y la
ruptura. Sacamos a la luz sentimientos, actitudes, deseos personales,
fortalecer también las relaciones. En cualquier caso la celebración
libera horizontes, amplía la imaginación, ensancha los sentimientos,
sumerge en las experiencias de gratuidad, de contemplación, de
silencio, de comunicación no verbal, recrea lazos. Celebrar es
autenticidad. Celebrar es recrear. Celebrar experiencia festiva de
gratuidad. Hay que celebrar la vida de cada uno y de todos.

Demos un paso más, no hay celebración sin encuentro; y no hay

encuentro sin deseo profundo y evocador. La eucaristía es la
memoria y deseo de Jesús mismo, “ardientemente ha deseado
celebrar esta pascua con ustedes” Lc 22,15. Desear es un
movimiento profundo de algo genuino que nace en lo más interior y
que se quiere compartir. Celebrar auténticamente es desearlo.

Es así que la encarnación de Jesús, es un encuentro, en el que la

salvación de Dios se sitúa cara a cara con su pueblo. Podemos decir
que todas las maravillas obradas por el Señor en la historia se
realizan, se actualizan en la celebración litúrgica. La liturgia hace
presente el momento culminante de la historia de Salvación. En ella
salimos al encuentro de la salvación de Dios culminada en el misterio
de Jesucristo muerto y resucitado.

©2009 SAN PABLO - Riobamba 230 - C1025ABF Buenos Aires- Argentina

Tel. (011) 5555-2400/2401 Fax (011) 5555-2425
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Autor: Ricardo González
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Formación Litúrgica

¿Qué es la Liturgia?

Encuentro con Dios y los hermanos:

Si recorremos la vida de Jesús podemos ver un hombre de profunda
oración, continua y agradecida al Padre.
Jesús quiere llevar a Israel al culto original, al sacrificio puro y
auténtico expresado en el amor y el perdón a los hermanos. ¿Qué
sentido tiene celebrar a Dios cuando no concelebro con mi hermano?
¿Cómo puedo alabar al Señor si estoy separado de mis hermanos?
Por el contrario, el culto debe expresar ritualmente esa apertura
amorosa a los hermanos. (Mt 5,23)

Fiesta de comunión eclesial:

La liturgia es siempre una acción del pueblo de Dios; nunca es
liturgia una acción particular siempre es comunitaria. El culto es algo
común a muchas religiones. La liturgia cristiana es obra de todo el
pueblo. La santa misa es el gran “signo de unidad”, por eso no será
nunca un acto individual.

Acción de Cristo y de la Iglesia, su cuerpo.

El origen de la liturgia cristiana está en la vida de Jesús mismo él es
quien actúa, sea hace presente, el es el único capaz de rendir culto
verdadero y agradable al Padre.
La celebración litúrgica de la Iglesia, es sacramento de unidad,
pueblo santo reunido. Por eso pertenece al todo el cuerpo de la
Iglesia, pero cada uno de los miembros de este cuerpo, recibe un
influjo diverso según la diversidad de órdenes, funciones y
participación actual. (SC 26)
Esta celebración, particularmente por el bautismo y la eucaristía, nos
va incorporando al misterio del Señor. Al incorporarnos al Señor nos
incorporamos a su cuerpo que es la Iglesia. Quien celebra la liturgia
es el Pueblo de Dios, pueblo sacerdotal.

Celebración gozosa de nuestra Salvación:

Una liturgia que es, sobre todo, celebración del misterio pascual de
Cristo, centro de la historia de de la salvación.
La liturgia es una acción ritual-celebrativa, es decir, no es un
discurso, una reflexión o una explicación. Liturgia es sobre todo
celebración.

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Celebramos no solo la vida, sino más bien el misterio pascual de

Cristo; éste es el acontecimiento actualizado aquí y ahora,
celebración que actualiza la salvación, la Vida para los hombres.

Fuerza en el peregrinar
La Iglesia que celebra el misterio de Cristo, es la Iglesia peregrina, o
en éxodo a través de este mundo, de la historia, hacia el cielo nuevo
y la tierra nueva. En el día a día de su caminar necesita alimentarse
de la Palabra de Dios y de la eucaristía, donde encuentra la fuerza
para cumplir su misión.

Compromiso de nuestra vida cristiana, a fin de ayudar a

realizar el Reino, según el plan de Dios.
La liturgia es la celebración del misterio pascual de Cristo, por la
comunidad cristiana, mediante el anuncio de la Palabra y las acciones
simbólicas; así expresa su fe, participa de la Pascua de Jesús y es
enviada a transformar el mundo.
Tiene una dimensión misionera intrínseca: despierta en el Pueblo de
Dios su conciencia de ser y existir para el mundo, para el Reino. Para
que los hombres puedan llegar a la liturgia es necesario que antes
sean llamados a la fe y a la conversión. Por eso, a los creyentes, al
terminar la celebración, la Iglesia los envía a proclamar la salvación
para que todos los hombres conozcan al único Dios verdadero y a su
enviado Jesucristo, y convirtiéndose alcancen la salvación.

El ejercicio del sacerdocio de Jesucristo

Jesús anuncia la llegada del culto en “espíritu y en verdad” (Jn 4,23);
culto para el que Dios capacita a la comunidad. Al creyente se le da
en el bautismo el compartir con Cristo su misión de sacerdote,
profeta y rey. Por el sacerdocio bautismal, recibe el don de participar
junto con Cristo en el culto al Padre, es decir expresar ante Dios
adoración, veneración, agradecimiento, petición de perdón.
En la Iglesia si bien todos los bautizados participamos del sacerdocio
de Cristo, hay quienes por un llamado personal de Dios, acceden al
sacerdocio ministerial, que otorga el orden sagrado y ellos son los
responsables de presidir la liturgia.
Desde el comienzo de la Iglesia, las comunidades cristianas
reconocieron que Cristo es el sumo y eterno sacerdote (Heb 7,23-
27), el único mediador de la Alianza (Heb 8,6). Una vez exaltado,
junto al Padre Cristo ejercita su sacerdocio a favor de los suyos, y por
él podemos acercarnos confiadamente a Dios, (Heb 10, 19 ss).

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Importancia de la liturgia
La importancia de la liturgia en la vida cristiana fue explicada
ampliamente por el Concilio Ecuménico Vaticano II. En la
Constitución sobre la liturgia nos dice que ella es “la fuente primaria
y necesaria de donde han de beber los fieles el espíritu
verdaderamente cristiano” (SC14). La liturgia es la cumbre a la cual
tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo “la fuente de
donde mana toda la fuerza”
(SC10); acción importante porque “no la iguala ninguna otra acción
de la Iglesia” (SC 7). Por todo esto la Iglesia desea que nadie sea
extraño o mudo espectador (SC48), al contrario, la Iglesia, “desea
ardientemente que todos los fieles participen en ella, plena,
consciente, activa y comunitariamente” (SC 11; 14, 21)

La liturgia abarca:
La celebración de los sacramentos, en especial la de la eucaristía,
centro y cumbre de la vida sacramental.
Las celebraciones de la Palabra de Dios.
La oración oficial de la Iglesia, la Liturgia de las Horas.
La celebración de los sacramentales: exequias, procesiones,
bendiciones de personas, objetos, lugares, Exposición con el
Santísimo Sacramento, etc.

Diccionario Litúrgico

Rito: conjunto de gestos y textos que configuran una acción sagrada.

En la liturgia cristiana hablamos de celebración y en vez de acción
sagrada.

Culto: acción ritual por la que las religiones expresan su adoración a

su dios. El culto cristiano es una celebración comunitaria que
responde a la presencia amorosa y salvífica de Dios en medio de su
Pueblo.

Sacramentales: Celebraciones instituidas por la Iglesia como

“signos sagrados con los que, imitando de alguna manera a los
sacramentos, se expresan efectos sobre todo espirituales obtenidos
por intercesión de la Iglesia”. (SC 60)

Abreviaturas: SC = Sacrosanto Concilium, Constitución sobre la

Liturgia del Concilio Vaticano II.

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