Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
En el siglo XIX, en América Latina se conforman la mayoría de los estados nacionales, con su
surgimiento, se consolida la estrecha complicidad entre escuela y modernidad. Estado, nación y
escuela proponen “una cultura desarrollada” y “homogénea” especialmente inspirada en la
europea del siglo XIX. Aquella escuela, como espacio público democratizador, no legitimó “lo
plural”, lo diverso, ya que en ella estaba vigente la tradición normalista surgida de la Modernidad.
La escuela desde sus orígenes tuvo un objetivo homogeneizador, todos debían pertenecer a la
misma cultura, además de un fin instructivo y moralizante. En la actualidad, habiendo pasado
distintas etapas (conductismo- pedagogía de la espera-constructivismo) se habla de aceptar lo
diverso. Del respeto a la diversidad cultural.
Históricamente el ser humano mostró desprecio, temor y hasta violencia hacia lo “diverso”, lo
distinto. Así, algunas sociedades se impusieron sobre otras. Por citar ejemplos: el nazismo, la
conquista y colonización de América, la esclavitud africana, la ocupación estadounidense en Irak, la
conquista al desierto y la dictadura militar de 1976 en la Argentina. Por supuesto, no alegando esta
“diferencia”, sino impulsados por otros factores, principalmente el económico y el político.
¿Cómo es posible hablar de aceptar la diversidad cultural en la escuela, cuando la estructura sigue
siendo la misma? ¿Cómo es posible hablar de respetar la diversidad cultural en las aulas si en la
sociedad pasa exactamente lo contrario?
Creo que la educación juega un papel importante en relación a estos temas, el mismo Freire
plantea la cuestión de la unidad en la diversidad de las luchas por la construcción de un mundo
humano, una democracia expansiva que alcance las diferentes dimensiones histórico-culturales de
la existencia humana, y consecuentemente los problemas de la producción del conocimiento y el
desarrollo cultural e intelectual de los desamparados del mundo.
Freire piensa que la multiculturalidad no puede existir como un fenómeno espontáneo, sino tan
sólo si es creado, producido políticamente, trabajado, a duras penas, en la historia .Estamos frente
a un hecho social: la diversidad cultural o la pluralidad de culturas (pluriculturalidad). Esa se puede
tomar como una de las características de la posmodernidad/mundo, fruto de los procesos de
globalización vividos, sobre todo, en los últimos cincuenta años, los que provocaron las diferentes y
nuevas transculturaciones en toda la Tierra. Sin embargo, esas diferentes culturas en el mundo, o
los diversos rasgos culturales de una misma cultura nacional, se encuentran todavía
mayoritariamente yuxtapuestas/os o en situaciones de dominación y subalternidades, en guetos o
en procesos de asimilación. El desafío es transformar esa pluriculturalidad o diversidad cultural, a
través de la interculturalidad (diálogo crítico entre las culturas y de las culturas), en una
multiculturalidad.
La globalización actual, provocadora de las diversas transculturaciones que se han ido verificando
en los últimos quinientos años, especialmente a lo largo de los últimos 50, no provoca una unidad
en la diversidad de culturas, sino que provoca una diversidad cultural o pluriculturalidad que
tiende, predominantemente, a la fragmentación cultural como ha sido identificada por varios
investigadores; entre esos, Wallerstein (1996), Weviorka (1999), Ianni (2000), el mismo Paulo Freire
(1992, 1993, 1996).
El establecimiento de fines comunes para la convivencia de las culturas implica un amplio debate
entre ellas de tal manera que puedan decidir y desarrollar una voluntad política, organizada y
movilizada, en una acción intercultural crítica, que garantice el respeto y el enriquecimiento mutuo
de las culturas o rasgos culturales en presencia: la intermulticulturalidad crítica.
Ante esta preocupante realidad, constituye un imperativo la defensa de valores éticos y estéticos
en oposición a la mediocridad del mercado, y la vinculación de la cultura con la salvaguarda de la
identidad de cada pueblo y la preservación de la especie humana.
Tenemos que educar para que desaparezcan las concepciones racistas, discriminatorias y
xenófobas acerca de la superioridad de razas, culturas y naciones, que han estado entre las causas
esenciales de dolorosos conflictos a lo largo de la historia, cuya repetición es nuestro deber evitar.
http://www.gloobal.net/iepala/gloobal/fichas/ficha.php?entidad=Textos&id=8064
http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ID=30298&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html
http://www.oei.es/historico/euroamericano/ponencias_diversidad_cultural.php