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La competencia monopolística es un tipo de competencia imperfecta tal que

muchos productores venden productos en un mercado pero los productos no son


idénticos (productos heterogéneos), sino que se diferencian entre sí por la marca,
la calidad o la ubicación. En la competencia monopolística, una firma toma los
precios de sus rivales como dato y pasa por alto el impacto de sus propios precios
en los precios de otras empresas.

 Según los economistas Samuelson y Nordhaus, la competencia


imperfecta "se refiere a los mercados en los que no existe competencia
perfecta, porque al menos un vendedor (o un comprador) es
suficientemente grande para influir en el precio de mercado y, por tanto,
tiene una curva de demanda (o de oferta) de pendiente negativa" [2].
Complemendo esta afirmación, ambos autores señalan que "la competencia
imperfecta se refiere a cualquier tipo de imperfección: el monopolio puro, el
oligopolio o la competencia monopolística" [2]. Una situación del mercado en
la que los vendedores o empresas que compiten en él, tienen cierto control sobre
el precio debido a que ofertan productos diferenciados y/o limitan el suministro.
Además, en este tipo de mercado existe información incompleta del mercado y
comportamiento emocional de compra, por lo que las empresas utilizan la
promoción para informar, persuadir o recordar a su mercado meta las
características y beneficios de sus productos. El monopolio, el oligopolio y la
competencia monopolística, son los tres tipos de competencia imperfecta que
existen en la actualidad.
En un mercado de competencia monopolística, las empresas pueden comportarse
como monopolios en el corto plazo, incluyendo el uso del poder de mercado para
generar ganancias. A la larga, sin embargo, otras empresas entrarán en el
mercado y los beneficios de esa supuesta diferenciación disminuirán y el mercado
se comportará como un mercado de competencia perfecta.
Sin embargo en casos en que la racionalidad del consumidores baja (marcas), la
competencia monopolística puede convertirse en monopolio natural, incluso con la
ausencia total de intervención del gobierno.
Ejemplos de mercados con competencia monopolística serían el de libros de texto,
restaurantes, cereales, ropa, zapatos, y las industrias de servicios en las grandes
ciudades.
Los mercados de competencia monopolística tienen las siguientes características:
Hay muchos productores y muchos consumidores en el mercado, y ninguna
empresa tiene el control total sobre el precio de mercado.
Los consumidores perciben que no solo hay diferencias de precios entre los
productos de los competidores.
Hay pocas barreras a la entrada y salida.
Los productores tienen algún grado de control sobre el precio.
Las características de largo plazo de un mercado de competencia monopolística
son casi lo mismo que un mercado perfectamente competitivo. Así la diferencia
entre un mercado de competencia perfecta y otro de competencia monopolística
es que en el segundo la empresa tendrá más control sobre el mercado ya que al
no ser productos idénticos parte de sus clientes priorizan su producto o servicio
frente a los de la competencia por lo que tiene cierto nivel de actuación sobre los
precios; una subida de precios no tiene por qué acarrear una reducción en el
volumen de ventas como si pasaría en un mercado de competencia
perfecta seguido por la oferta y demanda.
El Modelo de Chamberlin es un modelo económico tradicional de competencia
monopolística, desarrollado durante el 1930 por Edward Chamberlin. Parte de un un
grupo industrial, formado por varias empresas que producen bienes sustitutivos cercanos
pero imperfectos.

El modelo comienza con el supuesto de un gran número de productores que producen


productos sustitutivos cercanos entre sí. Como los productos se consideran sustitutivos
cercanos, cada empresa se enfrenta a su curva de demanda de pendiente negativa, y
además, cada una de las empresas va a adoptar sus propias decisiones sobre precios y
cantidades individualmente, no afectando a la conducta de otras empresas de la industria.
Una característica fundamental del modelo de Chamberlain es la simetría perfecta de la
posición de todas las empresas de la industria. Cuando la empresa analiza la demanda de
su propio producto, supone que las demás empresas de la industria no responden a sus
decisiones. La empresa supone que un cambio de su propia conducta no lleva a que las
demás también cambien la suya. Sin embargo, la simetría entre las empresas hace que si
una empresa altera su precio, todas las demás competidoras lo alteren también.

El resultado que se obtiene es que la empresa se enfrenta realmente a dos curvas de


demanda: la primera, que determina lo que sucede cuando sólo ella modifica su precio; y
la segunda, que describe lo que ocurre cuando todos los precios cambian.
Equilibrio de Chamberlain a corto plazo

Como consecuencia de la simetría que existe entre las empresas en relación a


la demanda y los costes, el equilibrio individual es igual para todas las empresas. Así, la
empresa monopolísticamente competitiva de Chamberlain maximiza el beneficio
económico a corto plazo igualando el ingreso marginal y el coste marginal a corto plazo.
Equilibrio de Chamberlain a largo plazo

Igual que en el caso perfectamente competitivo, el hecho de que haya beneficios


económicos a corto plazo atrae a más empresas a la industria. Pero, ¿cuáles son las
consecuencias de la entrada de empresas? En el caso competitivo, la curva de oferta de
la industria se desplaza hacia la derecha, lo que trae consigo una disminución del precio
de equilibrio a corto plazo. En el modelo de Chamberlin, sin embargo, la curva de
demanda de cada empresa se desplaza hacia la izquierda. Así, suponiendo que todas las
empresas compiten en igualdad por una parte de la demanda total de la industria, la
entrada provoca una reducción proporcional igual de la cantidad que puede vender cada
empresa a un precio dado. Cada empresa del mercado reclama una parte igual de la
demanda de la industria y al haber más empresas en la industria, esta parte va a
disminuir.

Tras el desplazamiento de la demanda hacia la izquierda provocado por la entrada de


nuevas empresas, cada empresa tiene la posibilidad de reajustar su stock de capital y
elegir un nuevo nivel de producción maximizador de los beneficios. Mientras haya
beneficios extraordinarios, seguirán entrando empresas. Y así, hasta que los beneficios
extraordinarios desaparezcan, estableciéndose un nuevo equilibrio con beneficios
económicos.

Ejemplos:
Existen muchos ejemplos de empresas y productos que participan en este tipo de
mercado; sin embargo, en el presente artículo se citarán algunos ejemplos con la
intención de brindar una idea más clara acerca de quienes participan en los
mercados de competencia monopolística:

 Tiendas de Barrio: Por lo general, ofrecen los mismos bienes que otras
tiendas, pero se diferencian unas de otras al estar ubicadas en distintos
lugares y al ofrecer una atención diferente.
 Estaciones de servicio: Ofrecen el mismo producto al mismo grupo de
clientes, pero compiten en función del lugar en el que se encuentran y con
los servicios adicionales que brindan.
 Computadoras personales: Los diferentes ofertantes de computadoras
personales, suelen competir ofertando algo (memoria ram, velocidad,
diseño, garantía, soporte técnico, créditos, etc...) que es diferente al de sus
competidores.
o Productos que están en las góndolas de los supermercados: En este
caso, basta con observar una determinada categoría para determinar
la cantidad de productos que compiten en ella, en función de alguna
variante, como el diseño, el tamaño, la cantidad, etc...
 Otros mercados que tienen los atributos de la competencia monopolística,
son: El mercado de los libros, los CD, las películas, los juegos de
computadora, los restaurantes, las clases de piano, las galletas, los
muebles [2], y también, se puede mencionar a los salones de belleza, las
librerías, las ferreterías, etc...

Referencias:
http://www.enciclopediafinanciera.com/mercados-
financieros/estructura/competencia-monopolistica.htm

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