Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Página 1 de 28
Caracteres de los atributos:
Son necesarios e inherentes a las personas: no se concibe que la persona física pueda carecer de
alguno de estos atributos por cuanto, la determinan en su individualidad.
Son únicos: una misma persona no puede poseer más de un atributo de cada clase en un momento
determinado. Así, la persona humana no puede ser capaz e incapaz a la vez de adquirir un derecho,
no puede tener más estados civiles familiares del mismo orden, por ejemplo soltero-casado.
Son indisponibles: no pueden ser transferidos, pues están fuera del comercio.
Son inmutables: sólo se modifican cuando se verifica el supuesto normativo que así lo prevé.
Son imprescriptibles: por cuanto no se adquieren ni pierden por el transcurso del tiempo.
Nombre- Noción
Es el atributo de la persona que la identifica y la individualiza del resto. Está compuesto por dos
elementos: el pronombre o nombre de pila (o apelativo) y el apellido (o cognomen o patronímico).
Ambos cumplen funciones diferentes; el nombre de pila individualiza a la persona en su familia y el
apellido la individualiza en la sociedad.
- Régimen legal
El prenombre: Apellido de los hijos.
El apellido, nombre familiar o patronímico, es la designación común a todos los miembros de
una misma familia, que, unido al prenombre, identifica a la persona física, conformando su
nombre propiamente dicho. Así, el apellido designa el grupo familiar, pues cada individuo lleva el
apellido que le corresponde en razón de su pertenencia a dicho grupo.
El art. 64 del CCCN prevé que el hijo matrimonial lleva el primer apellido de alguno de los
cónyuges; en caso de no haber acuerdo, se determina por sorteo realizado en el Registro del Estado
Civil y Capacidad de las Personas. A pedido de los padres, o del interesado con edad y madurez
suficiente, se puede agregar el apellido del otro. Asimismo, dispone que, en caso de que un mismo
matrimonio tuviera muchos hijos, todos deben llevar el mismo que se haya decidido para el
primero.
Ahora bien, en el caso del hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial, éste lleva el apellido de
ese progenitor.
Si la filiación de ambos padres se determina simultáneamente, se sigue la regla establecida para los
hijos matrimoniales en cuanto a que llevarán el primer apellido de alguno de los cónyuges.
Si la segunda filiación se determina después, ambos padres deberán acordar el orden de los
apellidos. A falta de acuerdo, será determinado por el juez según sea el interés superior del niño.
Para el supuesto de la persona menor de edad sin filiación determinada, se establece que debe ser
anotada por el oficial del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas con el apellido que
esté usando o, en su defecto, con un apellido común (art. 65) o bien, si la persona tiene edad y grado
de madurez suficiente, puede solicitar la inscripción del apellido que esté usando (art. 66).
- Apellido de los cónyuges. En relación al apellido de los cónyuges, el art. 67 dispone: Cualquiera
de los cónyuges puede optar por usar el apellido del otro, con la preposición “de” o sin ella.
- La persona divorciada o cuyo matrimonio ha sido declarado nulo no puede usar el apellido del
otro cónyuge, excepto que, por motivos razonables, el juez la autorice a conservarlo.
- El cónyuge viudo puede seguir usando el apellido del otro cónyuge mientras no contraiga nuevas
nupcias, ni constituya unión convivencial.
- Cambio del prenombre y del apellido
Los arts. 69 y 70 del Código Civil y Comercial receptan la posibilidad del cambio del prenombre y
del apellido sólo de mediar, a criterio del juez, justos motivos, como ser: a) cuando el seudónimo
hubiese adquirido notoriedad; b) por “la raigambre cultural, étnica o religiosa”; c) por “la afectación
de la personalidad de la persona interesada, cualquiera sea su causa, siempre que se encuentre
acreditada”.
Página 2 de 28
Así, para lograr el cambio del nombre y/o del prenombre, es precisa la intervención del Poder
Judicial y esa es la regla, con excepción de los dos supuestos contemplados en el último párrafo
del art. 69.
En tales casos no se requiere la intervención judicial y se consideran justos motivos cuando se
pretende “el cambio del prenombre por razón de identidad de género y el cambio de prenombre y
apellido por haber sido víctima de desaparición forzada, apropiación ilegal o alteración o
supresión del estado civil o de la identidad”.
Una vez inscrita en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas, será oponible a
terceros.
Página 3 de 28
Por último y en relación al domicilio especial, cabe poner de relieve que éste no es un atributo
de la persona, sólo lo es el general en todas sus clasificaciones. El domicilio especial es el que las
partes de un contrato eligen para el ejercicio de los derechos y obligaciones que de él emanan (art.
75).
Capacidad- Noción.
La capacidad es uno de los atributos más importantes de la persona, la capacidad de derecho
siempre está presente.
Clases. Caracteres
La noción de capacidad no se agota en la capacidad de derecho –atributo de la persona– puesto que
comprende también la capacidad de hecho o de obrar, que consiste en la aptitud de las personas
físicas para ejercer por sí mismas los actos de la vida civil.
La capacidad tiene los siguientes caracteres:
a) las reglas que gobiernan la capacidad son de orden público y no pueden ser modificadas por
voluntad de los particulares;
b) es principio general que tanto las incapacidades como las restricciones a la capacidad son la
excepción;
c) las restricciones a la capacidad son de interpretación restrictiva. Commented [SS1]: ARTICULO 24.- Personas incapaces de
ejercicio. Son incapaces de ejercicio:
Página 4 de 28
a) las normas que regulan el estado de las personas son de orden público; no pueden ser
modificadas por la voluntad de los interesados;
b) es indivisible y oponible erga omnes;
c) generalmente es recíproco o correlativo, porque a cada estado de una persona le corresponde el
de otro que resulta correlativo;
d) es inalienable, es decir intransmisible; e) es necesario, indisponible y único, es decir que no se
puede tener dos estados correlativos a la vez (por ejemplo, no ser casado y soltero al mismo tiempo,
no ser padre e hijo al mismo tiempo). El código establece el medio de prueba del nacimiento,
matrimonio, muerte de las personas físicas, estableciendo que se prueba con las partidas del
Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas, conocido como Registro Civil.
Como se advierte, la ley no exige que haya transcurrido plazo alguno para peticionar ante el juez
competente la declaración de ausencia simple, ni que la desaparición se vincule con un hecho
extremo del cual se presuma la muerte del ausente; sólo se impone que existan bienes para cuidar,
de manera tal que se adopten aquellas medidas necesarias para proteger el patrimonio del
ausente.
Página 5 de 28
Caso ordinario. La ausencia de una persona de su domicilio sin que se tenga noticia de ella por
el término de tres años, causa la presunción de su fallecimiento aunque haya dejado
apoderado. El plazo debe contarse desde la fecha de la última noticia del ausente.
Efectos de la declaración
En orden a los efectos patrimoniales, los artículos 90 y 91 regulan sobre el punto.
Así, tenemos que, dictada la declaratoria, el juez mandará abrir, si existiese, el testamento que
hubiese dejado el desaparecido; los herederos y los legatarios deben recibir los bienes del declarado
presuntamente fallecido, previo inventario. El dominio se inscribirá en el registro correspondiente
(Registro de la Propiedad, Registro de la Propiedad del Automotor) con la prenotación del caso, a
nombre de los herederos o legatarios que podrán hacer partición de los mismos, pero no enajenarlos
ni gravarlos sin autorización judicial. Ahora bien, si, entregados los bienes, aparece el ausente o se
tiene noticia cierta de su existencia, queda sin efecto la declaración de fallecimiento, procediéndose
a la devolución de aquéllos a petición del interesado.
La conclusión de la prenotación se encuentra regulada en el art. 92. Éste prevé que la prenotación
queda sin efecto transcurridos cinco años desde la fecha presuntiva del fallecimiento u
ochenta años desde el nacimiento de la persona. Desde ese momento puede disponerse
libremente de los bienes, es decir que los herederos y legatarios pasan a tener el dominio pleno.
Efectos sobre el matrimonio: según el art. 435 inc. “b”, la declaración de ausencia con presunción
de fallecimiento es una causal de disolución del matrimonio, por lo que el otro cónyuge podrá
contraer nuevo matrimonio.
Noción. Clasificación
Commented [JSS2]: ARTICULO 24.- Personas incapaces de
Además de las capacidades, existen las incapacidades de derecho y de hecho. Las mal llamadas ejercicio. Son incapaces de ejercicio:
“incapacidades de derecho”, en realidad, son incompatibilidades o prohibiciones que la ley a) la persona por nacer;
prevé en casos concretos para evitar un daño al interés público. Es decir, son restricciones a la
aptitud genérica para ser titular de ciertos derechos en una determinada relación jurídica. b) la persona que no cuenta con la edad y grado de madurez
suficiente, con el alcance dispuesto en la Sección 2ª de este
El fin concreto de estas prohibiciones es proteger el interés público y castigar al incapaz para Capítulo;
evitar que cometa actos o hechos que puedan ser perjudiciales para otras personas. La
c) la persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la
incapacidad de hecho, por su parte, se verifica cuando determinada persona no tiene aptitud para extensión dispuesta en esa decisión.
ejercer por sí misma determinados actos de la vida civil, por lo que podemos decir que se trata de
una persona necesitada de un régimen de protección jurídica que la ampare y que impida el SECCION 2ª
aprovechamiento, por parte de terceros, de esa situación de debilidad. Persona menor de edad
El art. 24 del Código Civil y Comercial establece quiénes son las personas incapaces de ejercicio.
ARTICULO 25.- Menor de edad y adolescente. Menor de edad es la
persona que no ha cumplido dieciocho años.
Página 6 de 28
La incapacidad de derecho- Definición. Caracteres
Las incapacidades de derecho se presentan como prohibiciones o restricciones impuestas por la ley
teniendo en cuenta distintas circunstancias e implican la total imposibilidad de adquirir el derecho,
contraer el deber o realizar el acto prohibido, no solamente por actuación propia sino también por
intermedio de otra persona.
Incapacidad de ejercicio:
Definición. Caracteres
La capacidad es la regla y la incapacidad la excepción. La incapacidad de obrar resulta de un
precepto legal que establece quiénes son los incapaces de ejercicio (art. 24 CCCN, personas por
nacer, menores, los declarados incapaces por sentencia judicial). Consiste en la falta de aptitud o
en la imposibilidad del sujeto para realizar por sí mismo actos jurídicos válidos, pero esta
ineptitud legal puede suplirse a través del instituto de la representación, previsto en los arts.
100 y 101 del código único. Commented [SS3]: CAPITULO 10
Las incapacidades de hecho –de ejercicio o de obrar– han sido establecidas en interés mismo del Representación y asistencia. Tutela y curatela
incapaz y por ello la ley ha procedido con un criterio tutelar.
Esta incapacidad es susceptible de grados, ya que una persona puede carecer de capacidad de hecho SECCION 1ª
de manera absoluta, o bien, sólo para determinados actos jurídicos. Representación y asistencia
Página 7 de 28
El derecho a ser oído
El artículo 26 del Código Civil y Comercial, en concordancia con el art. 12 de la Convención de los
Derechos del Niño y con la ley 26.061, consagra el derecho de los menores a ser oídos, el que
implica que, siempre que los menores tengan edad para poder expresar una opinión con
fundamento, deben ser escuchados y debe ser tenido en cuenta su parecer y se contempla y
reafirma un importante protagonismo del niño.
En definitiva, se establecen las condiciones de participación de los menores en los procesos
judiciales que le conciernen, teniendo en cuenta el juez el grado de madurez, reconociendo en forma
progresiva su capacidad sobre la base de la regla del discernimiento, en particular en aquellos casos
en los que pudiera haber conflictos de intereses entre el menor y sus representantes legales.
Página 8 de 28
f) deben priorizarse las alternativas terapéuticas menos restrictivas de los derechos y libertades.
Manteniendo el criterio biológico-jurídico, el art. 32 del código unificado prevé dos supuestos
diferenciados:
a) Incapacidad de ejercicio relativa, que alcanza los actos señalados en cada sentencia
b) Incapacidad de ejercicio absoluta.
De la lectura del art. 32 del Código se advierte que, a partir de los trece años se puede restringir
judicialmente la capacidad de una persona cuando ésta padece una adicción o alteración mental
permanente o prolongada de entidad suficiente – elemento biológico- y se estime que de no
restringirle la capacidad pueda ocasionar un daño a su persona o a sus bienes – elemento jurídico; o
excepcionalmente declarar la incapacidad “cuando la persona se encuentre absolutamente
imposibilitada de interaccionar con su entorno y expresar su voluntad por cualquier modo, medio o
formato adecuado y el sistema de apoyos resulte ineficaz”
Procedimiento para su declaración ARTICULO 138.- Normas aplicables. La curatela se rige por las reglas
de la tutela no modificadas en esta Sección.
Medios de protección: noción y enunciación. Legitimados.
La principal función del curador es la de cuidar a la persona y los
bienes de la persona incapaz, y tratar de que recupere su salud. Las
Tal como hemos señalado anteriormente, los medios de protección de la persona que padece de rentas de los bienes de la persona protegida deben ser destinadas
alguna discapacidad, son: preferentemente a ese fin.
a) la declaración de capacidad restringida; ARTICULO 139.- Personas que pueden ser curadores. La persona
b) la incapacidad, cuando la persona padece una incapacidad absoluta, es decir que no puede capaz puede designar, mediante una directiva anticipada, a quien
accionar con el medio que la circunda y los medios de apoyo son ineficaces y ha de ejercer su curatela.
c) como veremos más adelante, la declaración de inhabilitación en el caso del pródigo. Los padres pueden nombrar curadores y apoyos de sus hijos
incapaces o con capacidad restringida, en los casos y con las formas
en que pueden designarles tutores.
Ahora bien, la declaración de incapacidad, sea ésta absoluta o restringida a determinados actos, no
procede de oficio, sino que es necesario que las personas legitimadas a tal fin lo soliciten. Cualquiera de estas designaciones debe ser aprobada
En primer lugar, autoriza al propio interesado a iniciar la acción, el cónyuge no separado de judicialmente.
hecho y el conviviente mientras la convivencia no haya cesado y los parientes dentro del A falta de estas previsiones el juez puede nombrar al cónyuge no
cuarto grado. separado de hecho, al conviviente, a los hijos, padres o hermanos
de la persona a proteger según quien tenga mayor aptitud. Se debe
Finalmente se prevé que puede iniciar la acción el Ministerio Público. tener en cuenta la idoneidad moral y económica.
Página 9 de 28
La sentencia que limite o restrinja la capacidad debe señalar los actos y funciones que la persona no
puede realizar por sí misma y, a fin de que tome las decisiones pertinentes, le designará los apoyos
que considere necesarios e indicará la modalidad de actuación.
En una palabra, la sentencia que limite la capacidad, ya sea en forma total o parcial, es un
verdadero estatuto de cómo debe actuar la persona del incapaz.
Revisión
La sentencia puede ser revisada en cualquier momento, a instancias del interesado.
Asimismo, se impone al juez la carga de impulsar de oficio la revisión de los términos de la
sentencia en un plazo no mayor a tres años.
Efectos de la declaración
Declarada la inhabilitación, se restringe la capacidad jurídica de la persona, quien ya no podrá
ejercer libremente determinados actos por sí misma. Así, no podrá ejercer actos de disposición entre
vivos, sí los de última voluntad, y para aquéllos requerirá contar con un apoyo que lo asista.
Además de estos actos, el apoyo deberá asistir al inhabilitado en todos aquellos actos que hayan
sido indicados por el juez en su sentencia de inhabilitación.
La figura del apoyo es necesaria a fin de evitar que el inhabilitado realice actos de otorgamiento que
puedan perjudicar la integridad del patrimonio y perjudicar así a las personas del cónyuge,
conviviente e hijos menores o con discapacidad.
El juez, en la sentencia, deberá establecer las condiciones de validez de los actos y la modalidad de
actuación del apoyo, debiendo inscribirse esta sentencia en el Registro de Estado Civil y Capacidad
de las Personas a fin de resguardar a los terceros que contratan con la persona del inhabilitado.
El artículo 141 del CCyC precisa el concepto de persona jurídica. Dispone que “Son personas
jurídicas todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico les confiere aptitud para
adquirir derechos y contraer obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines de su
creación.”
Página 10 de 28
c. Las teorías realistas: éstas reconocen que el sujeto creado por sus miembros conforma un ente
diferente. Buteler Cáceres adhiere a la concepción realista.
Clasificación
Las personas jurídicas se clasifican en públicas y privadas.
La distinción de las personas jurídicas en públicas y privadas tiene gran interés práctico. Lloveras
de Resk (1995) entiende que son personas jurídicas públicas aquellas que son titulares de
poderes o prerrogativas públicas. Mientras que son personas jurídicas privadas las que no los
poseen.
Personas jurídicas públicas ---------Definición. Caracteres
Es aquélla cuya existencia y funcionamiento dependen del derecho público, aunque parte de
su actividad esté regulada por el derecho privado. Así, para determinar el carácter público de un
ente es necesario: 1) la obligación de la persona jurídica hacia el Estado de cumplir sus fines
propios; 2) el control estatal de la gestión de la entidad; 3) el ejercicio de potestades de imperio.
Clases
El artículo 146 del Código Civil y Comercial dispone:
Son personas jurídicas públicas: a) el Estado nacional, las Provincias, la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, los municipios, las entidades autárquicas y las demás organizaciones
constituidas en la República a las que el ordenamiento jurídico atribuya ese carácter; b) los
Estados extranjeros, las organizaciones a las que el derecho internacional público reconozca
personalidad jurídica y toda otra persona jurídica constituida en el extranjero cuyo carácter
público resulte de su derecho aplicable; c) la Iglesia Católica.
Página 11 de 28
Personas jurídicas privadas --------Noción. Caracteres
Son aquéllas que tienen reglamentada su existencia y actividades por el derecho privado
aunque dependan de una autorización especial para funcionar. Es decir que, dentro de las
personas jurídicas privadas, tendremos aquellas que requieren autorización para funcionar,
como es el caso de las asociaciones civiles o las fundaciones, y las que no, como por ejemplo las
sociedades comerciales, el consorcio de propietarios, entre otros.
Enunciación
El artículo 148 enuncia a las personas jurídicas de carácter privado.
Son personas jurídicas privadas: a) las sociedades; b) las asociaciones civiles; c) las simples
asociaciones; d) las fundaciones; e) las iglesias, confesiones, comunidades o entidades religiosas; f)
las mutuales; g) las cooperativas; h) el consorcio de propiedad horizontal; i) toda otra contemplada
en disposiciones de este Código o en otras leyes y cuyo carácter de tal se establece o resulta de su
finalidad y normas de funcionamiento.
Patrimonio
Este constituye un elemento esencial de la persona jurídica; es un atributo y, consecuentemente,
no se concibe la idea de persona jurídica sin patrimonio.
Es por ello que el artículo 154 del código de fondo estatuye: “la persona jurídica debe tener un
patrimonio”. Así, el patrimonio comienza a formarse desde el mismo momento en que los socios se
comprometen a realizar aportes y es el conjunto de bienes de la persona jurídica con el cual la
sociedad actúa y afronta el pasivo que lo integra.
Página 12 de 28
Este patrimonio no se confunde con el de los individuos que concurren a conformar el sustrato
material de la entidad.
La regla general en materia de capacidad de las personas jurídicas es que tienen capacidad de
derecho para todos los actos y todos los derechos que no les estén expresamente prohibidos.
Esta capacidad, sin embargo, tiene sus limitaciones en razón del principio de especialidad y de la
naturaleza de las cosas.
a) El principio de la especialidad: significa que las personas jurídicas tienen capacidad para celebrar
aquellos actos inherentes a la finalidad para la que ha sido creadas, es decir en función de su objeto
y su fin. De tal modo, no pueden celebrar actos que nada tengan que ver con su objeto de creación,
pero ello no significa que no puedan ejecutar los que son convenientes o necesarios para la mejor
obtención de aquél. b) Limitaciones impuestas por la naturaleza de las cosas: las personas jurídicas
no pueden ser titulares, por ejemplo, de los derechos potestativos.
El daño se considera ocasionado en ejercicio de la función cuando existe congruencia entre el daño
y la actuación propia de la esfera de competencia del órgano, cuando es el resultado directo del
desempeño de la función. El daño se causa con ocasión de la función cuando el hecho que lo
produce es extraño por su índole, contenido o naturaleza, a la actividad propia del órgano de la
persona jurídica, aunque mantiene alguna vinculación con ésta. Es decir, son actos ajenos a la
función propiamente dicha, pero que sólo han podido cometerse por el órgano de la persona jurídica
en esa calidad. (Tagle, 2002).
Página 13 de 28
Por último, debemos señalar que la responsabilidad de los administradores respecto a la
persona jurídica es de naturaleza contractual, y es extracontractual respecto de los terceros.
(Rivera y Medina, 2014).
Se explica allí que, para este fin, no es determinante si son materiales (cosas) o inmateriales, porque
lo que interesa es que tengan valor, y este elemento es económico y no afectivo. Así, la noción
de bien está estrechamente vinculada al enfoque económico y, por lo tanto, no podría aplicarse a los
bienes ambientales, o al cuerpo, o partes del cadáver.
En relación a las cosas, se las define como los objetos materiales susceptibles de tener un valor.
El artículo 16 del código único prevé que los derechos individuales pueden recaer sobre bienes
susceptibles de valor económico. Los bienes materiales se llaman cosas y las disposiciones
referentes a las cosas son aplicables a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser
puestas al servicio del hombre.
Página 14 de 28
sobre una cosa no fungible, es decir sobre una cosa que conserve su individualidad, pues la persona
que recibe una cosa para usarla estará obligada al término del contrato a restituir la misma cosa que
le fue entregada y no otra. Lo mismo sucede en el comodato, acerca del cual, el art. 1533
expresamente establece “hay comodato si una parte se obliga a entregar a otra una cosa no fungible,
mueble o inmueble, para que se sirva gratuitamente de ella y restituya la misma cosa recibida”.
Mientras que el contrato de mutuo, por ejemplo, sólo puede recaer sobre cosas fungibles, pues
el mutuario, al término del contrato, no estará obligado a devolver lo mismo que recibió sino
igual cantidad de cosas de la misma calidad y especie (art. 1525).
Criterios de distinción
El Código Civil y Comercial realiza una clasificación de las cosas: a) Cosas consideradas en sí
mismas; distingue inmuebles y muebles, cosas fungibles y no fungibles, cosas principales y
accesorias, cosas consumibles y no consumibles, frutos y productos, entre otros.
b) Bienes con relación a las personas; distingue los bienes pertenecientes al dominio público, al
dominio privado del Estado y los bienes de los particulares.
c) Bienes con relación a los derechos de incidencia colectiva; relativizando los derechos
individuales en función de la protección de los derechos de incidencia colectiva.
Así, son inmuebles por su naturaleza: el suelo, es decir la corteza terrestre, lo incorporado
orgánicamente a él, como los vegetales, y lo que está debajo de él, es decir los árboles, ríos,
minerales enterrados, etc.
Son inmuebles por accesión: las cosas muebles que se encuentran inmovilizadas por su adhesión
física al suelo con carácter de perdurabilidad, como son todas las clases de construcciones, casas,
edificios, obras de infraestructuras en general. Las cosas muebles que se incorporan de
manera permanente a todas estas construcciones, como las estufas de una casa, las ventanas
de un edificio, las barandas, etc. son también inmuebles por accesión, mientras permanezcan
en esa condición.
Ahora bien, no se consideran inmuebles por accesión las cosas que se adhieren transitoriamente al
suelo (una carpa), ni las afectadas a la explotación del inmueble o a la actividad del propietario,
como ser las semillas puestas intencionalmente por el dueño del inmueble, o los utensilios o
máquinas de labranza, los animales puestos para el cultivo, entre otros.
Página 15 de 28
Art. 227: “Cosas muebles. Son cosas muebles las que pueden desplazarse por sí mismas o por
una fuerza externa”.
Este concepto engloba las cosas que pueden transportarse fácilmente de un lugar a otro,
movidas ya por una influencia extraña, como son los automóviles, o por sí mismas, como son
los animales que se denominan semovientes.
Cosas divisibles. Son cosas divisibles las que pueden ser divididas en porciones reales sin ser
destruidas, cada una de las cuales forma un todo homogéneo y análogo tanto a las otras partes
como a la cosa misma. Las cosas no pueden ser divididas si su fraccionamiento convierte en
antieconómico su uso y aprovechamiento. En materia de inmuebles, la reglamentación del
fraccionamiento parcelario corresponde a las autoridades locales.
Así las cosas, para que una cosa sea divisible deben darse los siguientes presupuestos: - Que la cosa
pueda dividirse de hecho. - Que las cosas obtenidas formen un todo homogéneo. - Que sean
análogas a las demás partes y a toda la cosa.
Son cosas divisibles el dinero, en general los granos, los líquidos; y no son divisibles, por
ejemplo, los libros. (Rivera y Medina, 2014, p. 507). Automóvil no lo es.
Ahora bien, las cosas no podrán ser divididas, aunque se den todos los requisitos desarrollados
anteriormente, si su división convierte en antieconómico su uso. Esto puede ocurrir con una
colección de monedas, por ejemplo, o con la división de la tierra en parcelas que impidan su
adecuado aprovechamiento.
Así pues, existen dos clases de cosas consumibles: a) Las cosas que se extinguen con el uso que de
ellas se haga, como los alimentos. b) Las que dejan de existir para su propietario, como el dinero.
Las cosas no consumibles no se extinguen con el primer uso, aunque puedan consumirse o
deteriorarse por el uso más o menos prologado, como los muebles de una casa, la vestimenta, etc.
Frutos y productos. Frutos son los objetos que un bien produce, de modo renovable, sin que se
altere o disminuya su sustancia. Frutos naturales son las producciones espontáneas de la
naturaleza. Frutos industriales son los que se producen por la industria del hombre o la cultura de la
tierra. Frutos civiles son las rentas que la cosa produce. Las remuneraciones del trabajo se asimilan
a los frutos civiles. Productos son los objetos no renovables que separados o sacados de la cosa
alteran o disminuyen su sustancia. Los frutos naturales o industriales y los productos forman un
todo con la cosa, si no son separados.
Página 16 de 28
Por ejemplo, una vaca produce leche como fruto y carne como producto. Por último, debe señalarse
que los frutos naturales e industriales y los productos no son accesorios de la cosa, sino que forman
un todo con ella mientras estén unidos, pero, una vez separados, adquieren existencia propia e
independiente y deben ser considerados cosas principales.
El patrimonio constituye una unidad jurídica compuesta por elementos singulares que lo
integran, los cuales pueden ingresar o egresar, aumentar o disminuir o aun ser nulos, sin que
el patrimonio deje de ser tal. El patrimonio como universalidad jurídica está integrado por los
bienes materiales (cosas), inmateriales (prestaciones, derechos) y por las relaciones jurídicas y
derechos que se ejercen sobre ellos, existiendo acuerdo en que integran la categoría de derechos
patrimoniales: los derechos crediticios, reales, y de propiedad intelectual (Rivera y Medina, 2014).
El patrimonio general presenta los siguientes caracteres: Es único e indivisible: la persona no puede
ser titular de más de un patrimonio general. Es inalienable e intransmisible: no puede ser enajenado
ni transmitido en su totalidad como unidad. Es idéntico a sí mismo: las variaciones en los elementos
singulares que lo componen no alteran al patrimonio como unidad o universalidad jurídica.
Vivienda -----Definición
El derecho de acceso a la vivienda es un derecho humano reconocido en diversos tratados
internacionales. Esto justifica que se dedique un Capítulo especial para la vivienda; el régimen
proyectado sustituye al del bien de familia de la ley 14.394. Las modificaciones son importantes, en
tanto: (a) se autoriza la constitución del bien de familia a favor del titular del dominio sin familia,
atendiendo a la situación, cada vez más frecuente, de la persona que vive sola; se permite que el
bien de familia sea constituido por todos los condóminos, aunque no sean parientes ni cónyuges; (b)
la afectación también puede ser decidida por el juez, a petición de parte, en la resolución que
atribuye la vivienda en el juicio de divorcio o en el que resuelve las cuestiones relativas a la
conclusión de la convivencia, si hay beneficiarios incapaces o con capacidad restringida; c) se
amplía la lista de los beneficiarios al conviviente; (d) se prevé expresamente la subrogación real,
reclamada por la doctrina y recogida en diversos pronunciamientos judiciales, que permite adquirir
una nueva vivienda y mantener la afectación, así como extender la protección a la indemnización
que provenga del seguro o de la expropiación; (e) la inoponibilidad a los créditos por expensas en la
propiedad horizontal y a los créditos alimentarios, etcétera.
El régimen legal de protección de la vivienda, regulado en el art. 244 del CCCN, tiene un alcance
amplio, pues no sólo protege la vivienda donde reside la familia, sino también la persona
individual. La característica fundamental de este régimen es que, una vez afectada la vivienda e
inscripta en el Registro de la Propiedad, la misma se torna inembargable e inejecutable por deudas
que contraiga su titular, aun en caso de concurso o quiebra e independientemente de cuál sea la
causa de la obligación, si ésta es posterior a la afectación.
Página 17 de 28
Régimen de afectación: presupuestos fácticos
De acuerdo al art. 244 del código unificado, puede afectarse un inmueble destinado a vivienda por
su totalidad o hasta una parte de su valor.
Por otro lado, tampoco NO puede afectarse más de un inmueble, por lo que, si alguien es
propietario único de dos o más inmuebles, debe optar.
Además de las ideas cardinales de sujeto y objeto de las relaciones jurídicas, tenemos también otra
noción cuya importancia procuraremos destacar: la causa eficiente, en virtud de la cual las
relaciones jurídicas nacen, se modifican, transforman, transmiten o extinguen. Los hechos
jurídicos son todos los acontecimientos que, según el ordenamiento jurídico, producen el
nacimiento, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas (art. 257 CCCN).
Cuando nos referimos a los hechos jurídicos como causa eficiente, debe entenderse que el suceso o
acontecimiento está previsto de antemano por la ley, para que, según las circunstancias y siempre
que se reúnan los requisitos que impone una determinada norma, produzca efectos jurídicos. Por
ejemplo, el nacimiento con vida es causa eficiente porque, luego de que se produce, el ser humano
adquiere automáticamente, con carácter definitivo e irrevocable, la personalidad jurídica.
En el Código Civil y Comercial se encuentran regulados en el Título IV del Libro I, Parte General;
en este título se trata con gran extensión la teoría de los hechos y actos jurídicos.
Los hechos jurídicos se clasifican en hechos externos o naturales y hechos humanos. Los primeros
son aquellos en los que no interviene para nada la conducta humana, como el nacimiento, la muerte,
la destrucción natural de una cosa, el derrumbe de un edificio por un terremoto, etc. Estos, si bien
son hechos en los que no intervino la voluntad del hombre, son jurídicos en tanto producen
consecuencias para el derecho.
Los hechos jurídicos humanos son voluntarios o involuntarios. Se considera que son voluntarios
si son realizados con discernimiento (capacidad general de razonar, de conocer, que aumenta a
medida que el sujeto crece o madura), intención (la posibilidad de dirigir la voluntad hacia lo
querido o deseado sobre la base del discernimiento) y libertad (la posibilidad de movimiento,
libertad física, y la posibilidad de decidir sin presión externa, libertad moral). Los hechos
involuntarios, son los ejecutados sin discernimiento o sin intención o sin libertad y no
producen obligaciones salvo que causaran daño en otro y se enriqueciera con ello el autor del
hecho; la obligación se producirá según la medida de ese enriquecimiento.
Los hechos voluntarios, a su vez, se dividen en lícitos e ilícitos, según sean conformes o contrarios a
la ley. Los hechos voluntarios ilícitos pueden ser: delitos (se supone la intención de causar un daño)
o cuasidelitos (se causa el daño aunque no haya habido intención; es por culpa: imprudencia,
negligencia o impericia), y los lícitos son los actos jurídicos y pueden ser los simples actos lícitos.
El artículo 258 del código único define al simple acto lícito “como la acción voluntaria no
prohibida por la ley, de la que resulta alguna adquisición, modificación o extinción de relaciones o
situaciones jurídicas”; mientras que el art. 259 del mismo cuerpo legal brinda el concepto de acto
Página 18 de 28
jurídico y refiere que “es el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la adquisición,
modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas.” Ahora bien, ¿para qué
determinar la distinción entre actos jurídicos y simples actos lícitos? Ello así, por el régimen
aplicable.
El discernimiento. Definición
El discernimiento debe ser distinguido de la capacidad pues, en tanto el primero es una cualidad o
aptitud natural del sujeto de conocer, razonar y comprender, la capacidad es la cualidad o aptitud
jurídica de obrar, de ejercer actos válidos. En una palabra, se puede tener discernimiento y ser
sin embargo incapaz, como los menores mayores de diez años que, conforme la ley (art. 261,
inc. “b” del CCCN), poseen discernimiento para ejecutar actos ilícitos y por ende son
responsables de sus consecuencias, y sin embargo son incapaces de obrar, por lo que no
pueden celebrar actos jurídicos válidos por sí mismos.
Tal como hemos señalado anteriormente, el discernimiento es uno de los elementos necesarios para
que exista voluntad jurídica, por lo que la ausencia de éste conlleva la involuntariedad del acto. La
falta de discernimiento determina la falta de aptitud del sujeto para hacer uso de la autonomía
privada y no se produce a raíz de vicio alguno sino por una circunstancia inherente a la aptitud
intelectual general del sujeto.
Página 19 de 28
Respecto a la privación de razón, ésta puede ser de dos clases según la falta de razón refleje alguna
clase de patología más o menos permanente o bien un oscurecimiento del intelecto temporal o
accidental y sólo relacionado con el acto en cuestión; circunstancias que incidirán en los extremos a
acreditar en un eventual juicio y, todo ello, debiendo tener en cuenta los alcances concretos de la
inhabilidad del sujeto en caso de que hubiera sido objeto de una declaración (Rivera y Medina,
2014).
En el caso de actos ilícitos, la ley ha entendido que el ser humano capta antes la noción de lo bueno
y de lo malo que la apreciación de lo que para él puede ser conveniente o inconveniente y, por ello,
presume, sin admitir prueba en contrario, que los menores mayores de diez años tienen
discernimiento para ejecutar actos ilícitos y por ende habrán de responder por sus consecuencias, es
decir que responderán civilmente con su propio patrimonio. Esto, sin perjuicio de la responsabilidad
de los padres y del derecho de repetición que, en razón de este discernimiento, estos tienen contra
sus hijos (art. 1754 CCCN).
En cambio, respecto de los actos lícitos, la ley considera que se tiene discernimiento desde los
trece años, pero no para todos los actos, sino sólo para que aquellos que la ley expresamente les
permite realizar, como ser: la persona adolescente de entre trece y dieciséis años puede tomar
decisiones respecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos; a partir de los dieciséis años,
el adolescente puede tomar decisiones sobre el cuidado del propio cuerpo (art. 26 CCCN); puede
ejercer profesión si ha obtenido título habilitante aunque sea menor de edad (art. 30 CCCN).
La intención. Definición
Se ha definido la intención como el discernimiento aplicado al acto concreto de que se trata.
En una palabra, es la conciencia plena y cabal del acto de los alcances de un acto determinado.
La libertad. Definición
Consiste en el imperio de sí, en la posibilidad de elección sin coacción, en la determinación propia,
la independencia de la voluntad. Consiste en la posibilidad de elegir entre distintas opciones sin
presiones de ninguna naturaleza. Este concepto comprende dos aspectos: la libertad física y la
libertad moral o libre albedrío. Así, la libertad moral es la espontaneidad en la determinación
adoptada por la persona, sin ningún influjo extraño que pueda torcerla o desvirtuarla. La libertad
física es el poder material de hacer lo que de antemano se ha resuelto hacer, o bien, abstenerse de
hacer lo que de antemano se ha resuelto no hacer.
Esta voluntad, está condicionada por la trinidad de: discernimiento, intención y libertad. Ya
dijimos que el discernimiento es la aptitud general de conocer, la facultad de discurrir, es tener
conocimiento pleno de las consecuencias de los actos.
Página 20 de 28
Respecto del discernimiento, éste existe o no en caso de que hayan causas obstativas, pero no es
pasible de vicios. En cambio, en relación a los otros dos elementos, intención y libertad, sí pueden
concurrir vicios. Así, respecto a la intención, pueden afectarla los vicios de error o ignorancia o el
vicio del dolo. En estos casos, no habrá intención. Y, respecto de la libertad, pueden concurrir la
fuerza irresistible o la intimidación.
El error. Noción
El primero de los vicios que afecta la intención es el error, y consiste en un conocimiento
inexacto de la realidad. Es el falso conocimiento o la falsa noción acerca de alguno de los
elementos de las circunstancias vinculadas al acto que se ejecuta o a su régimen legal.
Cabe distinguir entre error de derecho y error de hecho, según el falso conocimiento que se dé
respecto de una norma jurídica aplicable a una determinada situación o relación jurídica o se le dé
un alcance distinto; o sobre las circunstancias o elementos fácticos que hacen al negocio o relación
jurídica de que se trate.
También se distingue entre error espontáneo o provocado, según la persona haya cometido la falsa
noción por ella misma o haya sido inducida a la falsa creencia. Y entre error esencial o accidental:
el Esencial recae sobre la naturaleza del acto, su objeto, la causa principal, las cualidades
sustanciales de la cosa o la persona del otro contratante; el accidental recae sobre algún accesorio de
la cosa. Finalmente, el error puede ser excusable o inexcusable, según haya habido culpa o no del
agente en el yerro (Rivera y Medina, 2014).
Ahora bien, dentro del error de hecho caben dos categorías: error esencial y error accidental.
El error esencial, regulado en el art. 267 del Código Civil y Comercial, es el que afecta los aspectos
primordiales del acto. El precepto contempla distintos supuestos.
a) Error en la naturaleza del acto: es aquel que recae sobre la especie jurídica del acto que se
celebra. Por ejemplo, cuando alguien presta algo a quien entiende que se lo están regalando.
b) Error sobre el objeto: este error se produce cuando el sujeto cree celebrar un negocio jurídico
respecto de un determinado objeto o de un determinado hecho y, en realidad, se trata de una cosa o
hecho distinto. Puede afectar la individualidad de la cosa, por ejemplo: creo estar comprando un
Página 21 de 28
terreno en un determinado lugar y lo estoy comprando en otro; en su especie: por ejemplo, en una
venta de granos, el vendedor ha entendido que se trata de cebada y el comprador de trigo; error
sobre la cantidad, extensión o suma, este error de cantidad no debe consistir en un mero error en el
cálculo.
c) Error en la sustancia: debe entenderse por sustancia o cualidades sustanciales de una cosa, todas
las partes y todas las propiedades de una cosa, sin las cuales dejaría de ser lo que ella es, son las
cualidades esenciales de la cosa, que son aquellas que las partes esperaron encontrar en el objeto
adquirido.
d) Error en la causa: se trata del error que recae sobre el elemento moral, es decir, el motivo interno
que ha inclinado a ejecutar el acto.
Así, quien compra un automóvil creyendo por error que el suyo no tiene arreglo no podría, una vez
advertido de la realidad de las cosas, demandar la nulidad del acto, ya que se trata de motivos ajenos
al vendedor.
e) Error en la persona: el error sobre la persona es aquel que recae sobre alguno de los sujetos o
partes del negocio, ya sea respecto de la identidad de uno de ellos o de sus cualidades. Este error es
causa de nulidad solamente cuando la consideración de la persona ha sido causa determinante para
su celebración, como la donación hecha a una persona a quien se toma por otra, o en las
obligaciones intuitae personae; pero no es causa de nulidad cuando la persona del contratante es
indiferente, como en el caso de un prestamista, vendedor o locador.
Por otro lado, el art. 270 del Código prevé el error en la declaración y el error en la transmisión. El
primero consiste en que lo querido queda desvirtuado en su manifestación externa por distracción,
apresuramiento o inadvertencia. Esta categoría tiene dos variantes: la primera, cuando hay una
divergencia entre la voluntad interna y la declaración, que puede darse al haber escrito algo
incorrecto (lapsus calami) o empleado palabras no queridas (lapsus linguae), por ejemplo, si escribo
“compro” cuando, en realidad, quiero decir “vendo”. La segunda variante se da cuando ni siquiera
tenía la intención de manifestar algo, por ejemplo: si alguien ingresa a una sala de remate y levanta
la mano para saludar, y se interpreta que está ofertando.
El error en la transmisión se origina en una persona distinta del emisor que, encargada de trasmitir
la declaración de voluntad del sujeto dueño del negocio jurídico, la expresa desvirtuándola.
Por último, es dable señalar que el error de hecho esencial y reconocible es el que justifica la
nulidad del acto y por ende puede ser invocado por quien lo ha sufrido a fin de que se deje sin
efecto el acto celebrado, pues se ha viciado la voluntad o, más precisamente, el elemento interno
“intención”.
El error de cálculo es un tipo de error accidental que se da cuando, en el acto, se establecen las
bases para fijar el precio, pero se realiza mal el cálculo para fijarlo, se adicionan mal las cuotas que
integran el saldo del precio, etc. En la práctica, este error no invalida el negocio jurídico, pues del
acto mismo se puede llegar a la voluntad real y determinar que es un error. Esto es así siempre que
no fuera determinante del consentimiento, pues en ese caso se convertiría en error esencial y
habilitaría a la nulidad del acto (Rivera y Medina, 2014).
Página 22 de 28
formación del acto jurídico, consiste en maniobras engañosas empleadas por una de las partes para
inducir a la otra a celebrar un determinado acto jurídico.
De tal modo, el dolo esencial es el que ha sido causa determinante, causa eficiente del
consentimiento del engañado para la celebración del acto y puede ser invocado para anularlo. Para
determinar si el dolo es esencial, habrá que verificar que se reúnan los cuatro requisitos que fija el
precepto:
Que sea grave: la gravedad del dolo alude a la entidad del engaño, astucia o ardid.
Debe ser determinante de la voluntad: ello es así cuando, de no haber mediado el engaño, el
sujeto no hubiere celebrado el negocio jurídico. Ésta es la principal diferencia con el dolo incidental
que seguidamente veremos.
Debe probar un daño importante.
Ausencia de dolo de ambas partes: quien obra con dolo no puede pretender que se anule el acto
alegando el cometido en su perjuicio por la otra parte. Ello así, pues se trata de una exigencia
negativa, cuyo fundamento radica en la regla de que nadie puede alegar la propia torpeza.
Por su parte, el dolo incidental es aquel en el que le faltan uno o más requisitos que exige el art.
272 para que el dolo sea apto para actuar como vicio.
La violencia. Noción
La libertad como tercer requisito de la voluntad es aquélla que permite autodeterminarse sin
influencias mayores a las habituales. Precisamente, la violencia importaría una influencia
superior a la tolerable: consiste en ejercer coerción sobre una persona para obligarla a
realizar un acto. Nuestro Código emplea los términos “fuerza irresistible” e “intimidación” para
referirse a la violencia como vicio de la voluntad que excluye la libertad. Así, la violencia en
términos jurídicos es la coerción que por distintos medios se emplea sobre una persona para
obligarla a ejecutar un acto que no estaba dispuesta realizar. La violencia se presenta en dos formas
diferentes: la fuerza irresistible, que tiene lugar cuando se excluye la voluntad mediante el empleo
de una presión física irresistible o de malos tratamientos corporales; o bien, la intimidación o
amenazas que inspiran en la víctima el temor fundado de sufrir un mal inminente y grave que
suprime su libertad en el obrar.
Clases. Efectos
El mal amenazado ha de ser inminente, no necesariamente presente o actual.
A diferencia de lo que ocurre con el dolo, la existencia de daños no es un requisito para que se
configure el vicio de violencia. Sin embargo, en la práctica al ser un ataque a la integridad de la
persona, la violencia siempre apareja un daño al menos de naturaleza moral.
Página 23 de 28
De tal definición se advierten los caracteres que presenta el acto jurídico: 1) Es un acto voluntario 2)
Acto lícito 3) El fin jurídico inmediato: el fin jurídico es la realización de un interés que la ley
considera digno de tutela
Elementos esenciales
En relación al sujeto: voluntad, capacidad, parte otorgante y representante
Los representantes: son quienes, en virtud de una autorización legal o convencional, emiten una
declaración de voluntad en nombre, por cuenta y en interés de otra, denominada representado.
Según la naturaleza de la autorización para obrar en nombre de otro, los representantes son
legales o voluntarios. Ahora bien, la validez del acto jurídico en relación a los sujetos depende de
dos requisitos: a) la capacidad; b) la voluntariedad.
La exigencia de la capacidad supone la aptitud para ejercer por sí mismos actos jurídicos válidos –
capacidad de ejercicio– por lo que, tratándose de una persona menor de edad, el acto será válido
cuando se trate de aquél que la ley autoriza otorgar (por ejemplo, el supuesto de que el adolescente
puede decidir por sí respecto de aquellos tratamientos que no resulten invasivos ni comprometan su
salud o provoquen un riesgo grave en su vida o integridad física).
En cuanto a la voluntariedad, supone que el sujeto haya obrado con discernimiento, intención
y libertad, debiendo concurrir los tres elementos integrantes de la trinidad que condiciona la
voluntariedad de los actos.
Elementos accidentales
Las modalidades. Enumeración
Página 24 de 28
La buena fe es un requisito indispensable para la validez del acto jurídico y, por ende, cuando
falta (como ocurre en los casos de la simulación, del fraude, de la lesión) concurre un vicio que lo
invalida.
De este modo, los vicios de los actos jurídicos son defectos, imperfecciones o anomalías
susceptibles de provocar la ineficacia del negocio, por atentar contra la licitud, la buena fe o
perjudicar los intereses de terceros.
Son vicios propios de los actos jurídicos la lesión, la simulación y el fraude.
Página 25 de 28
Acciones del lesionado. Efectos
Así, los legitimados activos tendrán la posibilidad de entablar, tanto por vía de acción como de
excepción, la nulidad (“nulidad relativa” en los términos de los arts. 386 y 388 del Código Civil y
Comercial, que más adelante veremos) como la modificación del acto lesivo, es decir, un reajuste
equitativo del convenio. Si el lesionado opta por esta segunda opción, el litigio queda “trabado” en
ese aspecto y el demandado no puede reconvenir por nulidad.
Así, se define la simulación como el acto que, por acuerdo de partes, se celebra exteriorizando
una declaración recepticia no verdadera para engañar a terceros, sea que ésta carezca de todo
contenido, o bien, que esconda uno verdadero diferente al declarado. (López Mesa, 2008).
Es decir, hay simulación cuando los contratantes crean, con su declaración, sólo la apariencia
exterior de un contrato del que no quieren los efectos, o cuando crean la apariencia exterior de un
contrato diverso del querido por ellos.
Clases de simulación
Por un lado, tenemos la simulación absoluta y relativa.
La simulación absoluta tiene lugar cuando se celebra un acto jurídico que nada tiene de real;
el acto es completamente ficticio, irreal. Es decir, las partes no quieren en realidad celebrar
ningún negocio jurídico, sino que quieren modificar la apariencia de una disminución del activo o
un amento ficticio del pasivo de una de las partes, en perjuicio de los acreedores; aunque a veces
puede ser una simulación lícita.
En la simulación relativa, las partes encubren la verdadera naturaleza del acto, es decir, se
disimula lo que verdaderamente es. Esta simulación puede versar sobre: la naturaleza, cuando “se
encubre el carácter jurídico de un acto bajo la apariencia de otro”, por ejemplo: una donación bajo
el ropaje jurídico de una compraventa; sobre “cláusulas que no son sinceras”, por ejemplo: se
expresa un precio que no es el real; o bien, sobre “fechas que no son verdaderas”.
Por otro lado, la simulación se clasifica en lícita e ilícita, que tendrá que ver con la causa
determinante que dio origen al acto.
Tal como hemos explicado, la simulación importa necesariamente un acuerdo entre quienes
celebran el negocio jurídico, consistente en el concierto para producir una declaración de voluntad
diferente de la voluntad real, y ello obedece a una razón determinante que se conoce como causa
simulandi.
La causa simulandi es el interés que induce a las partes a dar apariencia a un negocio jurídico
que no existe, o a presentarlo en forma distinta de lo que verdaderamente es. Esta razón que
tuvieron para celebrar el negocio aparente puede ser perfectamente inocente o bien perjudicial a
terceros, lo que reviste fundamental importancia para distinguir la simulación lícita de la ilícita.
Página 26 de 28
La simulación ilícita se verifica cuando el negocio jurídico tiene como fin perjudicar a terceros
o quebrantar el ordenamiento jurídico, hipótesis, ésta última, en que se habla de “fraude a la
ley”. Este tipo de simulación causa la nulidad –relativa– del acto ostensible.
Por su parte, la simulación es lícita cuando el negocio simulado no es ilícito ni perjudica a un
tercero. Por último, la simulación puede ser total o parcial. Es total cuando abarca íntegramente al
negocio, viciándolo en su esencia; y es parcial cuando sólo recae sobre una parte del acto, sin que
sea necesario que destruya los aspectos reales del acto.
Página 27 de 28
El fraude. Noción
La noción de fraude implica una inmediata referencia al engaño, al acto contrario a la verdad y al
recto proceder. El fraude supone una conducta tendiente a eludir los efectos de una norma
imperativa o de origen convencional, utilizando otra vía negocial no reprobada por ley. El fraude se
configura mediante actos reales, serios y no aparentes, no simulados. No diverge la voluntad de la
realidad declarada, sino que esta realidad amparada en una norma legal elude las disposiciones de
otra o perjudica a un tercero. Este fraude no es otro que el fraude a la ley (art. 12 del Código).
El fraude a los acreedores
Es decir que el fraude a los acreedores es la provocación o agravación de la insolvencia del deudor
mediante actos u omisiones del deudor en perjuicio de sus acreedores, sustrayendo bienes de su
patrimonio.
Esta caracterización permite señalar tres notas que se hallan presentes en la noción de fraude a los
acreedores: a) otorgamiento por el deudor de actos o negocios jurídicos; b) provocación o
agravación de la insolvencia del deudor y c) sustracción de bienes del patrimonio del deudor en
perjuicio de los derechos de los acreedores.
La nulidad es una sanción legal que priva de sus efectos normales a un acto jurídico en virtud
de una causa originaria, es decir, existente en el momento de su celebración, y es también una
ineficacia absoluta en tanto, a diferencia de la inoponibilidad, el acto jurídico inválido es
completamente ineficaz no sólo respecto de terceros sino también entre las mismas partes que
lo celebraron.
Página 28 de 28