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DE FINICIÓ N DE L AT IFU NDIO

La palabra latifundio viene del latín latifundiu y era utilizada en la Roma antigua para caracterizar el dominio de una gran
extensión de tierra por un solo propietario.
Latifundios y señores latifundistas datan desde la antiguedad y se generalizó en la época medieval, donde señores feudales
con sus vasallos, latifundistas con sus campesinos y los Señoríos con sus esclavos y campesinos, trabajaron la tierra unos a
cambio de un servicio de armas y otros a cambio de propiedad y producción.
No obstante, el significado de “gran” extensión de tierra puede variar de acuerdo con la realidad de cada país, así como en
las diferentes regiones de un mismo país.
En uno de dimensiones pequeñas y superpoblado como Japón, una propiedad de tierra podría ser caracterizada como
latifundio por sus dimensiones, por ejemplo, arriba de cien hectáreas.

Latifundio, del latín latifundĭum, es una finca rústica de amplias dimensiones. Se trata de una explotación agraria
de gran extensión que, por lo general, no utiliza la totalidad de sus recursos de manera eficiente. La persona que dispone
de uno o más latifundios se conoce como latifundista.

Por ejemplo: “El gobernador ha asegurado que combatirá los latifundios ya que pretende que la tierra se reparta entre
muchos vecinos”, “Este magnate italiano dispone de varios latifundios en el sur del país”, “Grave denuncia contra el
principal latifundio de la región: se lo acusa de contaminar el medio ambiente”, “Si el campo de Don Fabián sigue
creciendo, pronto será un latifundio”.

Los criterios para definir qué es un latifundio pueden variar. No existe una cantidad fija de hectáreas que conviertan a
un campo en un latifundio, sino que depende de la región y de las prácticas asociadas a la explotación agraria.

En Europa, un latifundio puede tener unos pocos cientos de hectáreas. Dicha superficie, en cambio, no será
considerada como un latifundio en Latinoamérica, donde las explotaciones agrarias suelen ser mucho más amplias.
Los latifundios latinoamericanos, por lo tanto, suelen superar las 10.000 hectáreas de extensión. Cuando las
explotaciones son más reducidas, se conocen como minifundios.

En cuanto a las características económicas y sociales que convierten a una finca agraria en un latifundio, puede
mencionarse la mano de obra que se mantiene en condiciones precarias, la poca inversión en tecnología, los bajos
rendimientos unitarios y el uso de la tierra muy por debajo del nivel de máxima explotación.
TIENDA DE RAYA

Tienda de raya en Cananea construida en 1901.

Tienda de raya custodiada por soldados norteamericanos durante la Huelga de Cananea en 1906.

La Tienda de raya era un establecimiento de crédito para el abasto básico, ubicada junto a las fábricas o haciendas
y donde los obreros o campesinos eran obligados a realizar sus compras. En México se conocieron como tiendas de
raya pues la gran mayoría de los trabajadores era analfabeta y en el libro de registro de pago de nómina ponían una
raya en lugar de su firma.

Las tiendas de raya en México, que no se diferenciaban de las de sus similares en otros países como Estados
Unidos, Inglaterra o Francia, tuvieron auge a finales del siglo XIX y principios de XX durante el gobierno de
Porfirio Díaz, quien dio amplias concesiones a empresarios y hacendados, nacionales y extranjeros, para explotar
los recursos naturales.

En México, al igual que en otras partes del mundo, las tiendas de raya eran propiedad de los patrones y ahí
expendían comestibles, aguardiente, ropa y calzado de mediana calidad. El pago a los trabajadores se hacía
mediante vales que sólo se podían canjear en la tienda de raya del patrón, quien recuperaba todo el dinero erogado
en pagar los sueldos ya que por lo general revendía los productos a un precio más alto. Cuando al trabajador, que
recibía salarios muy bajos por exhaustivas jornadas, no le alcanzaba para pagar los productos que permitieran su
subsistencia y la de su familia, se veía obligado a comprar a crédito con un alto interés y así adquiría una deuda
que, si en vida no la pagaba, era heredada a su descendencia o a otros familiares, dando lugar a la servidumbre por
deudas.

El trabajador no podía cambiarse de hacienda o fábrica sin antes saldar la deuda y si llegaba a escapar era
perseguido por la policía para llevarlo de regreso.

http://www.agenciamn.com/De-Pe-a-Pa/las-tiendas-de-raya-y-las-haciendas-en-mexico.html

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