Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Capitulo 1
Lacan en 1932 inaugura un periodo que terminará con la invención, el 8 de julio de 1953, de
tres nominaciones: simbolico, imaginario y el real.
Con la tesis de 1932 lacan estudia la paranoia en el sentido psiquiatrico para mostrar que es
una enfermedad del narcisismo. Interpreta el yo freudiano con el narcisismo y no como
sistema percepcion conciencia, a través de los cuales el organismo es adaptado al principio
de realidad. Escritos pagina 169.
En 1936 lacan inventa el estadio del espejo. Ahí liga el yo con la imago. El yo tiene su origen
temporal para todo ser humano en el estadio del espejo como constitución de la imagen del
propio cuerpo.
Introducción al narcisismo. La libido inviste no solo al otro sino al yo mismo, de tal manera
que hay dos tipos de elección de objeto: el otro por apuntalamiento, el yo por narcisismo. En
algunos casos, la segunda elección, la elección narcisista de objeto, incluye al otro como
imagen del yo; el otro y el yo son investidos en forma correlativa por la libido.
Lacan arrincona a Freud en una elección: uno o el otro, no los dos; pues el principio de
objetividad del conocimiento solo puede emerger del narcisismo si ya estaba allí en el punto
de partida. Si el yo es esencialmente narcisista, no hay génesis inmanente.
Destino de la pulsion agresiva- base de las psicosis. Quiere decir que hay un primer tiempo
de hostilidad en el sujeto, luego un tiempo de amor narcisista con abandono de hostilidad. La
pulsion agresiva reprimida en la psicosis retorna en el pasaje al acto criminal. La paranoia es
una enfermedad narcisista.
Al explicar de este modo el narcisismo, Lacan cuestiona su naturaleza según Freud: el niño
no es un ser originalmente cerrado sobre si mismo, para luego abrirse poco a poco al mundo
exterior y salir así del narcisismo. El narcisismo primario define a un ser todo afuera de
entrada librado al otro y sujeto al acontecimiento.
Cuatro elementos
El cachorro humano nace prematuro. El humano recién nacido está desde su origen
condenado a la socialización o a la muerte.
2) una diacronía.
Por la visión del otro, el niño anticipa su motricidad futura: aquello que no puede realizar lo ve
realizado en el otro. Primacia de lo visual.
La fascinacion de la imagen del otro lo suscita, lo levanta, lo arrastra, como si sus ojos
llevaran sus gestos. Sonreirá pronto a la sonrisa de su madre, contemplada y ubicada con la
mirada.
Ya en 1934, Wallon señalaba que en la imagen especular el niño por primera vez se ve en su
totalidad y ya no en forma parcial. El espejo opera la victoria sobre la fragmentacion de los
miembros disjuntos y asegura la coordinacion motriz: unidad, dominio y libertad de la
estatura.
El cuerpo del otro visto en su Gestalt, y no una parte, como por ejemplo responder a la
sonrisa de su madre.
4) La libido.
Jubilo. El niño se reconoce; así progresa en el orden del conocimiento de su cuerpo como
objeto en el mundo. Sin negar ese hecho, Lacan pone el acento en otro lado: en el Ah! De
jubilo del niño.
Aquello que se llama sentimiento del cuerpo propio, donde la sensación interoceptiva del
cuerpo proviene de esa matriz que es la imagen del otro. El niño no se exterioriza; ni se
proyecta en una imagen. Por el contrario se constituye según y a través de la imagen
siguiendo el proceso planteado en la segunda tópica de Freud: hay transmision mediante la
identificacion, es decir, por el pasaje de un afuera hacia adentro.
“el sujeto se identifica en su sentimiento de si con la imagen de otro, y la imagen del otro
viene a cautivar en él el sentimiento que tiene de su cuerpo”. Escritos 1984.
De este modo, Lacan al designar por el estadio del espejo el fundamento del yo freudiano,
subvierte la naturaleza del narcisismo primario: no un adentro cerrado sobre sí mismo, sino
un afuera constitutivo de un adentro, una alienación originante.
El imaginario es lo corporal: no el objeto de estudio del biólogo, sino la imagen del cuerpo
humano; la imago latina, aquella que designaba a las estatuas de las divinidades.
Antes de la formación del yo, Melanie Klein situaba la fase paranoide, la que aparece apres
coup con las imagenes plurales de un cuerpo fragmentado, no yoico.
En 1936 Lacan pasa en lugar de ligar al yo al narcisismo, liga el yo a la imagen del cuerpo
propio, el yo es imaginario. Designa desde 1946 a conocimiento paranoico para decir que el
yo tiene una estructura paranoica; tomando prestando a la psiquiatria el término paranoia, lo
convierte en el calificativo mismo del yo y ve allí la estructura fundamental de la locura. El
conocimiento paranoico es una identificacion imaginaria.
Lacan comienza en 1953 a exponer la relación del simbólico con el imaginario. Esa relación
es planteada como siendo de primacia. La prevalencia del simbolico sobre el imaginario es
aquella misma del ideal del yo sobre el yo ideal.
Habría primero en el niño el imaginario del espejo y luego, en un segundo tiempo, por la
presencia del adulto, la instauración del simbólico, que determina el imaginario.
Aquello que Freud establece por la relación entre el yo ideal (idealich) y el yo (ich) es la
identificación imaginaria. Si el niño muestra jubilo por anticipar en el espejo de su
semejante el dominio, la prestancia y la estatura que no tiene, es porque el yo ideal,
imagen del otro, es la matriz formadora del yo. El niño tiene una representacion de sí
mismo como imagen del cuerpo.
En 1953 agrega que la imagen no está nunca a punto si solo permanece a nivel
imaginario. Yo ideal-yo. A esta relacion se superpone otra dimension que le aporta
regulacion y resolucion: la dimension simbólica, que es el ideal del yo.
En efecto, el niño está inscrito desde antes de su nacimiento en un universo simbólico
que determina su lugar. Ese orden subordina al orden imaginario; la palabra de
nominación en el Otro, lugar de los significantes, se une con la visión del otro.
La alienación imaginaria por la cual el sujeto ve su deseo en la imagen del otro, se
duplica con la alienación simbólica por la cual el deseo del sujeto es reconocido como
deseo del deseo del Otro. (con mayuscula). Por la palabra, el sujeto se reconoce en lo
que ve. El elemento tercero, simbolico, coloca al sujeto en un punto desde donde su
propia imagen está a punto.
La introyección simbólica del ideal del yo sobre el yo se corresponde con la
proyección imaginaria del yo sobre el yo ideal. Tal es el movimiento incesante de ida y
vuelta que escande la historia del sujeto. Es por la asunción hablada de su historia que
el sujeto lleva a cabo la realización de su imaginario.
Los efectos de las primeras identificaciones, las producidas a la edad más temprana,
serán universales y duraderos. Esto nos reconduce a la génesis del ideal del yo, pues
tras este se esconde la identificación primera, y de mayor valencia, del individuo: la
identificación con el padre. p33.
http://www.antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=446
______________________________________________________
Ese otro que le mira tras el espejo y que le cautiva, pronto aprenderá que es él, incluso
se le dirá: “mira, ese eres tú”. Imagen que hasta entonces no se percibecomo siendo
entero, imagen que anticipa una maduración del dominio motriz que por el momento
no se tiene. Imagen del yo, la primera identificación según Lacan. Esta identifiación es
alienante: primero que me reconozco en un otro, y al estar en desventaja motriz con el
progenitor, por lo que se instaura una matriz ideal que el sujeto buscará. La agresión
por ejemplo, es el retorno a mi cuerpo fragmentado: en el momento en que ya no se
sostiene la identificación con el otro, la imagen falla.
La elaboración de la figura del otro (y más tarde del Otro con mayúscula o gran otro)
es capital en Lacan. El otro, en tanto viene a ser otro como yo, mi semejante, como se
dice, viene a ocupar precisamente el lugar que mi imagen ocupaba en el espejo, en el
sentido de que por ser la experiencia del espejo formadora, simplemente no hay otro
lugar.