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METODOS
HISTORICOS SEMIÓTICA HERMENEUTICA
CRITICOS
Reglas de
1. Critica Textual Análisis estructural
interpretación
2. Filología
3. Crítica Literaria
4. Historia De Las
Formas
5. Historia De Las
Tradiciones El texto en si, Interpretación del
6. Historia De La como literatura texto. Comprenderlo
Redacción para nosotros hoy
7. Lectura Sociopolítica
-> La única condición para el estudio y la interpretación de los textos
bíblicos es la afirmación de que esos testimonios antiguos tienen sentido
para nosotros, y que vale la pena estudiarlos e interpretarlos hoy.
En todas las culturas hay sabiduría. Hay una sabiduría popular, que da
lugar a los primeros géneros literarios que sirven de moldes para
encerrar en las breves expresiones fundamentales de la vida. Y hay
también una sabiduría más intelectualizada, que se desarrolla
especialmente en las proximidades del poder (consejeros reales,
instructores de los futuros reyes, etc.). Esta sabiduría es la que tiene
mayores oportunidades de plasmarse en la obra literaria, a menudo
apropiándose también de las expresiones de la sabiduría popular.
Aquí no hablamos de la sabiduría en cuanto a ideas (es una enseñanza
basada en la experiencia, sobre cómo actuar para tener éxito en la
vida) sino en cuanto a la expresión lingüística. Veamos algunos
subgéneros más relevantes:
La sentencia
Es la forma de lenguaje sapiencial más simple; en el AT se alude a ella con el vocablo
masal, que suele traducirse como proverbio/comparación.
Dentro de la categoría sentencia encontramos las siguientes:
-> El refrán es un dicho popular muy simple pero tan bien logrado que su uso se
convierte en muy común. Por ejemplo, "más vale perro vivo que león muerto" (Qo
9:4b), "los padres comieron el agraz y los dientes de los hijos sufren la dentera" (Jr
31:29 = Ez 18:2); ver también 1 S 24:14; 1 R 20:11.
-> El proverbio es más elaborado que el refrán. Tiene forma métrica, es rítmico, gusta
de las asonancias y paranomasias y sobre todo del paralelismo.
El paralelismo puede ser de tres clases:
1) sinónimo: "presta atención, hijo mío, a mi sabiduría /aplica tu oído a mi prudencia"
(Pr 5:1);
2) antónimo o antitético: "amontonar en verano es de hombre sensato / dormirse en
la cosecha es de hombre indigno" (Pr 10:5; la gran colección de los cap. 10-22 abunda
en proverbios antitéticos),
3) sintético: la segunda parte completa la idea de la primera: "bebe el agua de tu
cisterna / la que brota de en medio de tu pozo" (Pr 5:15). (Cf. también Unidad 13,
párrafo 13.3.1).
El enigma
El enigma, que propone en forma de pregunta a otro la
solución de un problema, es un subgénero sapiencial;
pero no consta en los libros sapienciales, así empero en Jc
14:14-18 (el caso tan célebre) y se alude al mismo en 1 R
10:1 (la reina de Saba en su visita a Salomón); Sal 49:5;
Ha 2:6. El paralelismo con masal y el contenido de lo que
sigue no sugieren la idea de un enigma/adivinanza en Sal
78:2 y Ez 17:2 (en este último caso se trata más bien de
una alegoría, que sin duda tiene también un componente
enigmático).
La alegoría
La alegoría tiene de por sí un elemento sapiencial, por ser una
comparación entre dos cosas, una imaginada en el texto, la
otra real, a la que se refiere aquél. Se dice que la alegoría es
una yuxtaposición de metáforas; en una definición más
precisa, es decir una cosa para referirse a otra. En Ez 17:3-10
la descripción del águila grande en forma de historia cerrada
se refiere a las vicisitudes finales del reino de Judá. El
destinatario de la alegoría la debe entender de inmediato; en
todo caso, se acopla la explicación en los v. 11ss (cf. también
15:1-5 con 6-8). A veces, la referencia histórica va incluida en
la alegoría misma, como en Ez 23 (cf. el final del v.4). En los
libros sapienciales tienes un buen ejemplo en Pr 1:20-33 y
8:1-36, donde la sabiduría aparece personificada como mujer.
La parábola
La alegoría contiene escenas irreales; no así la
parábola, que imagina un episodio posible
desde la realidad. No está bien representada en
el AT (cf. 2 S 12), pero se hizo conocida a partir
de la predicación de Jesús.
El género jurídico/legal
Leyes
En toda sociedad hay leyes y normas legales que regulan la vida de la comunidad;
también ellas se expresan en códigos lingüísticos o géneros propios. Dentro de las
leyes encontramos las siguientes:
El derecho apodíctico
Hay proposiciones jurídicas que ordenan imperativamente, de manera absoluta, como
las del Decálogo (Ex 20:2-17 = Dt 5:6-21), del código (yavista) de Ex 34:12-26, del
código de santidad de Lv 17-26 (no todas estas leyes). En cuanto a la forma, las
prohibiciones se expresan con la negación, no robarás, Ex 20:13) que agrega el matiz
de de ninguna manera/en absoluto; o con, no debes levantar tu mano, Ex 23:1b).
El derecho casuístico
Se llama así a aquellas formas jurídicas que prescriben o prohiben acciones
circunstanciales, en casos concretos (de allí el vocablo casuístico). Es la forma más
común en los códigos, tanto bíblicos como orientales. El esquema es: dado el caso tal,
hay que proceder de tal o cual manera. Esta última puede consistir en un mandato o
prohibición, o en la indicación de un castigo o pena: "si uno deja abierto un pozo ... y
cae en él un buey o un asno, el propietario del pozo pagará ... " (Ex 21:33); "si prestas
dinero a uno de mi pueblo ... no deberás ser con él un usurero" (22:24); "al que se
atreva a matar a su prójimo ..., le arrancarás para matarlo" (21:14).
Cánticos y oraciones
No son lo mismo desde el punto de vista formal, pero se entrecruzan en la
práctica. Los Salmos de la Biblia son una y otra cosa, pero hay cánticos que no
son oraciones (como el cántico de Débora de Je 5) y oraciones que no son
cánticos, como la de Salomón cuando la inauguración del templo (1 R 8). El
Cantar de los Cantares contiene cantos de amor (epitalamios) que no son
oración.
Los cánticos
Según el tema, se dividen en varios subgéneros.
-> El canto de Amor. -> El canto de victoria o Epinicio. -> La lamentación o
Elegía.
Los Salmos
los principales subgéneros. Son ellos:
-> El himno (tehillá = alabanza), -> El canto de acción de gracias
La súplica
Junto con la alabanza y la acción de gracias, está la actitud religiosa
fundamental de la petición o súplica. A este género literario algunos
llaman lamentación, pero el vocablo es confuso, ya que no se adecúa a lo
que ya hemos estudiado bajo ese nombre. La súplica, a diferencia del
himno, no celebra a Yavé sino que se dirige a él desde una situación de
sufrimiento (destacan la enfermedad y la acusación ante un tribunal).
Las oraciones
Ya dijimos que la oración no es lo mismo que el canto, pero que se
combinan fácilmente (podemos ver ejemplos de los cantos de súplica
entre los salmos). Hay oraciones de súplica, parecidas a las de los salmos,
sólo que se refieren a situaciones muy variadas y no sólo de sufrimiento.
También, hay oración penitencial o confesión de los pecados, ya aludida
respecto de los salmos, se caracteriza por la memoria de los pecados
nacionales o comunitarios, que envuelven a todo el pueblo y que explican
(como castigo) la situación presente de miseria, dependencia o ruina.
EXEGESIS BIBLICA
CRITICA DE LA TRADICION EN EL AT
OBJETIVOS
Esta unidad de CTr del AT se propone:
1. Identificar conceptos, motivos, figuras y
tradiciones incluidas en los textos del AT;
2. Remontar hasta el inicio de una tradición a
partir de un texto dado;
3. Seguir la evolución de una tradición a partir
de su origen, estudiando sus desarrollos en los
textos que evidencian sus relecturas o
reutilizaciones.
DEFINICIONES E IMPORTANCIA
Cuando hablamos de una tradición, nos referimos a un
conjunto cerrado de ideas/símbolos/representaciones,
acerca de un acontecimiento/Dios/el hombre/el mundo,
relacionado (ese conjunto) con un grupo social/un
lugar/una época.
Hay por tanto tres componentes básicos en una
tradición: uno verbal y literario (lo que se dice), otro real
y vivido (aquello sobre lo cual se dice algo: un hecho
histórico, Dios ...), y un tercero contextual (quién, dónde
y cuándo dice lo que dice).
Una tradición tiene un contexto originario, y puede tener un
uso posterior, en otro contexto. Seguir la evolución de las
tradiciones en sus diferentes contextos, es un trabajo
proficuo para la exégesis. Por ejemplo, la tradición del Día de
Yavé estuvo asociada en su origen a las manifestaciones
victoriosas del Dios de Israel en favor de su pueblo, pero en
los profetas se hace día de castigo, visita y cólera de Yavé
contra él (cf. Am 5:18-20; So 1:7,14-18; J1 1:15; 2:1,11, etc.);
más adelante, o en contextos de dominación extranjera, el
tema vuelve a ser positivo para Israel (Is 13:6.9 contra
Babilonia; Ez 30:2, contra Egipto, etc.) y tiene sus ecos en el
NT en la visita escatológica de Dios (cf. Lc 1:68) y la venida de
Cristo (Mt 24:38, etc.). En cuanto tradición neotestamentaria
empero, esta última, tiene además su origen helenístico (la
parusía o visita/llegada del soberano a una ciudad).
Cambio de contexto
A veces una tradición, que primero es conflictiva con otras (cf. luego),
deja de serlo con el tiempo o al ser vista desde otras perspectivas. Las
tradiciones yavista, elohista o sacerdotal de Génesis a Números
reflejan en su origen cosmovisiones diferentes y opuestas. Lo que cada
una dice de Yavé, de Moisés, del éxodo, de los orígenes, no pudo haber
coexistido en un mismo grupo social y en la misma época. En Gn 37
¿es Judá o Rubén el defensor del hermano menor de José? (vs. 21s,
26s); ¿José fue vendido a los ismaelitas (v.25ss) o a los madianitas
(vs.28a,36)? Canaán era hijo de Cam (Gn 10:6), pero el redactor de
este texto sabía que los cananeos hablaban una lengua semítica y no
egipcia. En Gn 4 Adán engendra a Caín, Abel (vs.1-2) y luego Set (v.25),
pero en 5:3-5 el primer hijo de Adán es Set. Y así sucesivamente. Se
trata de tradiciones distintas, cada una de las cuales tiene su contexto
vital y su función en el grupo que la transmite. En la cosmovisión del
grupo responsable de Gn 5, por ejemplo, no caben Caín y Abel, el
primero por ser malo, el segundo por su corta vida; ambos datos se
contraponen al esquema de la lista de personajes antediluvianos de Gn
5 (que son los antecesores del justo Noé).
Ahora bien, en la composición actual del Pentateuco aquellas
tradiciones, otrora conflictivas, se reconcilian mutuamente, al
no tener ya la misma importancia vital/cosmovisional que en
su origen. En la novela sapiencial de José (cf. 8.2.1.7) las
representaciones muy diferentes de las tradiciones yavista y
elohista convergen ahora en lo que es el tema mayor de la
novela: mostrar la providencia de Yavé hacia Israel. Las dos
representaciones de la descendencia de Adán vienen bien
para tematizar sobre dos cuestiones igualmente importantes,
el fratricidio por un lado, y la longevidad de los buenos en el
orden prediluviano. Todo viene bien cuando las tradiciones
son reusadas en otro nivel. Esto supone un cambio de
contexto vital.
Tradición y situación
Romper una tradición es un gesto desintegrador; el grupo se defiende contra
esa tendencia posible afirmando mejor su propia tradición. Mas, como el
sustento de una tradición es la interpretación de la realidad que hace un
grupo humano en un lugar y una época determinados, y éstos varían, nada
extraño es que también las tradiciones se reformulen. Pero afirmadas o
reinterpretadas, siguen siendo tradiciones en las nuevas situaciones, y
cumplen el mismo objetivo de cohesionar, unificar, socializar las mismas
prácticas e ideas. Ahora entenderás por qué dos tradiciones originalmente
opuestas y conflictivas se reconcilian en algún momento. Al autor del
presente relato del diluvio en Gn 6-9 ya no le interesan los detalles acerca de
cómo fueron representadas las cosas en el mito según tal o cual tradición o
versión, sino el hecho global del diluvio, que le viene bien para demostrar el
juicio de Dios sobre la humanidad corrompida. Dos tradiciones conflictivas en
su origen están ahora reconciliadas, y hasta pueden ensamblarse y alternarse
como en el relato presente. Más bien, la tradición bíblica de Gn 6-9 se opone
ahora a la babilonia, que le había dado origen pero que tuvo que ser retocada
para sintonizar con la cosmovisión o tradición mayor de Israel. Cuando se
redacta el texto de Gn 6-9 en su forma literaria actual (el postexilio) se está
muy lejos en el tiempo de cuando se formaron las tradiciones yavista y
elohista. Por otro lado, ahora era más importante oponerse a la cosmovisión
babilonia (a! fin de cuentas para ésta, los grandes Dioses babilonios, como
Marduc, tuvieron que ver con el exilio, y entonces había que mostrar que el
señor del mundo es Yavé).
¿COMO RECONOCER UNA
TRADICION?
Una tradición bíblica originada en otra cultura, sufre
modificaciones al incorporarse a la cosmovisión israelita o
cristiana. En Gn 1:2 se refleja la gran tradición mesopotámica
de la creación a partir de un caos originario (materia informe)
que Dios organiza (vs. 3ss). Es una trasposición del mito
babilonio de la creación, el Enuma elis. Pero hay algo en esta
tradición babilonia que choca con la visión bíblica del mundo y
de Dios: Marduc organiza una materia caótica (Tiamat) que
está ahí, que no es creada por él. Para reinterpretar ese dato
del mito, Gn 1:1 afirma enfáticamente que Dios "en el
principio creó los cielos y la tierra". Desde ese momento, la
tradición bíblica de Gn 1 se hace diferente de la babilonia, de
la cual depende por otra parte. Para reconocer una tradición
se requiere bastante conocimiento de los contenidos bíblicos
y cierta información sobre textos extrabíblicos.
A veces hay palabras clave en un texto, que remiten a una
determinada tradición. En Jc 5:4-5 leemos un texto que dice así:
"Yavé, cuando saliste de Seir, cuando avanzaste por los campos de
Edom, la tierra tembló, y los cielos gotearon, también las nubes
gotearon; se licuaron los montes delante de Yavé, el del Sinaí,
delante de Yavé, el Dios de Israel".
El poema recurre a motivos del género literario de la teofanía
cósmica de Yavé, y uno piensa en la teofanía sinaítica (esa sería la
tradición) por la designación de Yavé como el del Sinaí. Lo cual es
así en la redacción del texto como ha llegado a nosotros. Pero la CL
observa que el metro del v.5 es mejor sin el del Sinaí; por otro lado,
resulta extraño localizar el Sinaí en Edom (v.4). Por lo tanto, cabe
pensar que los vs.4s aluden a una antigua tradición teofánica
edomítica (cf. Ha 3:3, un himno con rasgos arcaicos), que luego fue
reinterpretada y absorbida por la tradición sinaítica dominante
(como se observa también en Dt 33:2).
Otro ejemplo que llama la atención, en los relatos del Génesis sobre
los patriarcas es que aparezca a menudo el nombre de Dios El (Dios
principal de los semitas nordoccidentales), tanto en la onomástica
(Israel, Ismael, Mahalalel, Gn 5:12ss; Jacobel, forma antigua; Reuel, Gn
36:4), como en la toponomástica (Betel, Penuel) y las designaciones
teofánicas de El, el altísimo {'el 'elyon, Gn 14:18); El, el de las montañas
('el sadday, 17:1); El, el eterno ('el 'olam, 21:33); El, el de la visión ('el
ro'i, 16:13); El, el Dios de tu padre (46:3). En tanto, hay una ausencia
prácticamente total de nombres compuestos con Yavé o una de sus
formas abreviadas (yo-,-yahu), nombre que por otra parte es
dominante en los relatos. Esto indicaría que Yavé es más reciente
como nombre del Dios de Israel, y que El representa una tradición más
antigua, absorbida luego por la yavista. Así, en el relato del sueño de
Jacob en Gn 28:10-22 la nominación del lugar como Betel (v.19) refleja
una tradición del Dios El subyacente, figura recubierta ahora por la de
Yavé (cf. vs. 13, 16, 21).
Cuando se habla de tradiciones, a menudo el estudiante piensa en los
estratos del Pentateuco que llamamos las cuatro fuentes,
yavista/elohista/sacerdotal/deuteronomista; pero cada uno de estos
es más bien un conjunto de tradiciones (sobre la creación, el éxodo, los
patriarcas, el maná, etc.) que forman una fuente literaria y que es
usado por el compositor del Pentateuco. También se puede hablar de
tradición profética/sapiencial/etc., pero estos son conjuntos de
muchas tradiciones específicas, localizadas en el ambiente profético,
sapiencial o lo que sea. Podemos hablar de tradición
protestante/católica/anglicana/valdense, etc., pero en cada caso hay
un conjunto de tradiciones específicas (sobre los sacramentos, la
revelación, la liturgia, el estado de los muertos, etc.) que son
coherentes entre sí. La tradición específica se designa por aquello
sobre lo cual se dice algo, v.gr. tradición del maná, del Sinaí, de la
creación, de la misión profética, de la realeza de Yavé, de la elección
de David, de los pobres-de-Yavé, etc. Cada una de éstas puede o no
pertenecer a un conjunto mayor (profético, sapiencial, cúltico, yavista,
etc.) que también la colorea y ambienta, a menudo con el aporte del
género literario.
LA RELECTURA DE LAS TRADICIONES
Hay tradiciones muy significativas que reaparecen en
diferentes épocas y géneros literarios; con ello se potencian
en su significado. La tradición del éxodo es, en su constitución
en la literatura histórica (Ex 1-15), una memoria de la acción
salvífica de Yavé; en los salmos se hace celebración (cf. Sal
136:10-15), en los profetas se convierte en acusación de
ingratitud (ver Jr 2:2ss; Am 2:10; 3:1-2; Mi 6:3-4, etc.), en la
sabiduría tardía en ejemplo de la providencia divina (cf. Sb
10:15-19:21), en las relecturas proféticas postexílicas una
esperanza en el retorno del exilio (cf. el pasaje ya trabajado de
Is 11:15-16, ver desde el v. 10; y 63:1 1-12), y así
sucesivamente hasta entrar en el NT (Hch 7:17-36; 13:17b, a
veces con enganches lexicales con profundas relecturas, como
Rm 3:24 donde se aplica a Cristo ei término
apolútrosisfredención/rescate, propio de la tradición del
éxodo reelaborada en el género hímnico del AT).
Veamos un caso que reafirma lo antedicho:
Nos referimos nuevamente a una tradición ya mencionada en cuanto a
su origen preisraelita, y la vamos a seguir en su itinerario intrabíblico.
Se trata de la tradición de la creación como organización del caos
primordial. Aparte de la expresión babilonia, tiene otra más típica del
área cananea: el Dios creador vence primero al Dios enemigo
simbolizado en las aguas y que lleva nombres como Yam (Mar),
LotcinulLeviatán, Tannin (dragón o serpiente del mar); en el mito
babilonio es Tiamat. Aquí el héroe vencedor y creador es Marduc; en
el contexto cananeo, Baal. En todos los casos, el mito tiene una base
sociohistórica y a su vez legitima la hegemonía del país cuyo Dios
principal es el protagonista del suceso arquetípico. Hemos visto la
utilización parcial del modelo en Gn 1 (allí no hay lucha, por ejemplo; y
se antepone la idea distinta de una creación sin materia preexistente).
El aspecto de lucha y victoria es retenido en el cántico del mar de Ex 15
(v.8); el dominio sobre las aguas en Jb 7:12; 26:12; Sal 74:13; 89:10-11;
el motivo creacional en el mismo Sal 74:12 y el de salvación del
enemigo en el v,12b de este salmo (autor de salvación en medio de la
tierra); Is 51:12 e implícitamente en 27:1. Este último pasaje retoma
casi literalmente un poema cananeo (probablemente a través de la
tradición oral o literaria) que en los textos de Ugarit tiene esta forma:
"Cuando aplastaste a Lotanu (= Leviatán), la serpiente huidiza,
acabaste con la serpiente mala, el 'Tirano' de siete cabezas ..., yo fui
consumido ... " (mito de la Lucha entre Baal y Motu). Compara con
Is 27:1: "Aquel día castigará Yavé con su espada dura, grande,
fuerte, a Leviatán, serpiente mala, a Leviatán, serpiente tortuosa, y
matará al dragón que hay en el mar".
Este oráculo (que forma una unidad literaria con 26:20-21) utiliza
aquel motivo mítico para subrayar el poder de Yavé; el enemigo no
está identificado en el texto, pero era claro para los oyentes; debía
ser el poder opresor de turno. El tenor del texto hace referencia al
futuro. En cambio en 51:9-11 el motivo creacional alude al pasado.
Se interpela a Yavé para que despierte su brazo "como en los días
de antaño, en las generaciones pasadas" (v.9). El enemigo es
referido como Rahab, Tannin, Mar, Gran Abismo (vs.9b-10a). Son
los personajes del mito cosmogónico, pero el v.10b hace la
relectura del tema, con una clara alusión al éxodo. Ahora bien, el
v.11 da un paso más y re-aplica el tema cosmogónico a la liberación
futura del exilio. La misma tradición está referida, en este texto de
tres vs., a tres situaciones distintas (creación, éxodo, restauración).
La apocalíptica es una cosmovisión que se presta para
releer la tradición que comentamos. Es posible
reconocerla en Dn 7:2-7, en la visión de Daniel sobre las
cuatro bestias que surgen del mar (v.3). En la explicación
del símbolo se dice que "son cuatro reyes que surgirán de
la tierra" (v. 17), pero esta incoherencia es aparente; se
trata efectivamente de reyes de la tierra, pero su origen
en el mar es una dependencia literaria y temática del
mito cosmogónico subyacente. También en Ap 13:1 el
poder tiránico (el imperio romano) está simbolizado
como una bestia que surge del mar (la mediación literaria
de la imagen por Dn 7 es evidente). Vemos así que esta
importante tradición (sobre todo para una lectura socio-
política de la Biblia) aparece desde el primer libro hasta el
último, y se refiere a los orígenes como a la escatología.
DOBLE ITINERARIO DE LA CRITICA DE
LA TRADICION
En cierto momento tendrás que partir del texto matriz para seguir
luego con las aplicaciones o relecturas de la tradición. En otro, harás el
proceso inverso, partiendo de la última aplicación conocida hasta
identificar el lugar de origen de la tradición.
Muchas veces una tradición es reconocible por una cita directa de su
texto matriz (en Ap 21-22 se alude así a numerosas tradiciones del
AT). Otras, se usa la tradición sin citar frases de la misma; en este
caso, se revela mejor la dependencia cosmovisional, más que
literaria, y la recreación de tal o cual tradición. Sin citar el libro de los
Reyes, Lc 7 utiliza fecundamente la tradición de Elías para releerla en
Jesús; etc.
En resumen, los pasos de la CTr del A T consisten en I) identificar las
tradiciones en un texto X (por unidades, temas, motivos, etc.); 2)
identificar el lugar de donde parte (trabajo retrospectivo) o historiar
su evolución hacia adelante (HTr); 3) observar Ias variaciones
sufridas, que son indicadores importantes del sentido del pasaje
estudiado.
EXEGESIS DE LA BIBLIA HEBREA