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El mito de la consumación
La historia de la conquista ensalza determinados logros
simbólicos de los españoles, como una victoria o la fundación
de una ciudad. En la transición de la barbarie a la civilización.
La frase conquista española ha perdurado porque a los
españoles les interesaba describir sus campañas como
conquistas y pacificaciones, como contratos cumplidos, como
designio providencial, como hechos consumados. Esto da
lugar al mito de la completitud. Dos motivos:
El sistema español de vasallaje contrato y recompensa.
Ideología de justificación imperial, un designio divino y a los
españoles como agentes de la providencia.
Sin embargo la conquista no se completó hasta varios siglos
después de las invasiones españolas iniciales. La monarquía
española ejercía cierto control sobre las consecuencias de los
descubrimientos a través de la concesión de autorizaciones o
contratos de exploración o conquista (título de adelantado,
gobernador). No bastaba con descubrir y reivindicar la
propiedad de un territorio. Las supuestas colonias requerían
una viabilidad económica inmediata, preferentemente en
forma de minas de oro, plata y sociedades indígenas
sedentarias. En este aspecto lo difícil no era ser conquistador,
sino convencer a la corona de que uno era conquistador
victorioso. Existía una fórmula que pretendía demostrar la
adecuación de la zona para la colonización y el supuesto
grado de control que tenían los españoles en la región. Los
pueblos indígenas eran súbditos españoles, según Isabel I en
1501, cuando la gran mayoría de los pueblos americanos era
desconocida, esto explica la presuposición de legítima
adquisición, en virtud de la cual se consideraba casi completa
la conquista antes de que hubiera comenzado. Además
convertía a los súbditos en rebeldes si se oponían. El autor
remarca ahora que al reiterar la completitud de la conquista
pese a los signos evidentes que indicaban lo contrario, los
colonos españoles legaron una crisis de identidad a sus
descendientes mexicanos. Por lo tanto, aunque 1521
representó el final de la guerra de dos años contra el imperio
mexica, fue a la vez el comienzo de las guerras de conquista
en la mayor parte de México y meso América, guerras que
persistieron hasta el siglo XX Siete dimensiones del mito: 1ª
La supuesta rapidez en la conquista de las principales áreas
de asentamiento indígena y posteriormente colonial. Existió
un estado inca hasta la ejecución de Tupac Amaru en 1572.
2ª La prolongada conquista militar en las llamadas regiones
marginales o periféricas de la América española. La conquista
entendida como una serie de expediciones armadas y
acciones militares contra los indígenas, nunca concluyó. 3ª La
pax colonial. A pesar de la histeria periódica por las revueltas,
reales o imaginarias, de los indígenas y los esclavos africanos,
los españoles creían que su imperio era el cauce divino para
civilizar a los pueblos indígenas y africanos en América. El
régimen colonial se interpretaba como un sistema pacífico y
benévolo. La proclividad de los caciques indígenas al
compromiso, a encontrar una vía intermedia entre la
confrontación directa y la rendición total, producía una falsa
impresión de paz colonial. 4ª La omnipresencia de la
resistencia cotidiana; existencia de regiones no
conquistadas. 5ª Los españoles no aspiraban a gobernar directamente a los indígenas
ni a controlar sus tierras, sino conservar las comunidades indígenas como fuente autónoma
de mano de obra y producción agrícola. Con antecedentes en las costumbres islámicas
ibéricas, los nuevos colonos no eran agricultores, sino artesanos y profesionales que
dependían del trabajo y alimentos aportados por los indígenas. 6ª La sexta dimensión es la
conquista espiritual, la cristianización. Los indígenas adoptaron el cristianismo
combinándolo con sus creencias. 7ª La dimensión final de la in-completitud guarda relación
con la persistencia de las culturas indígenas. No hubo ninguna campaña que obligase a los
indígenas a aprender español, de hecho los sacerdotes predicaban en las lenguas indígenas,
y la Iglesia generó amplia bibliografía religiosa en las lenguas locales. Los líderes de la
comunidad de meso América aprendieron a escribir sus propias lenguas alfabéticamente. Al
margen de los aspectos culturales que tenían implicaciones religiosas, los españoles no se
preocuparon por llevar a cabo una hispanización total de los pueblos indígenas, al menos no
hasta que en el siglo XIX tales asuntos se convirtieron en preocupaciones importantes de
gobierno y materia de debates entre las clases dominantes. Este fenómeno pone de relieve
que la conquista cultural fue tan incompleta que, tres siglos después de la invasión
española, los descendientes de los conquistadores, desde México hasta Argentina, debatían
cómo podían convertir a los indios en verdaderos ciudadanos de las repúblicas, es decir,
cómo podían hacerlos menos indios y más europeos