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VOLUMEN 1
LA CIENCIA ANTIGUA: el Cosmos cerrado y el Mundo vivo
ILUSTRACIONES
MILA RUIZ PACHECO
© MIGUEL HERNÁNDEZ GONZÁLEZ Y JOSÉ LUIS PRIETO PÉREZ
© MILA RUIZ PACHECO, Portada e Imágenes originales
ISBN-10 84-611-0807-8
Depósito legal TF-378/2007
LA CIENCIA ANTIGUA:
EL COSMOS CERRADO Y EL MUNDO VIVO
INTRODUCCIÓN .................................................................................................. 14
LOS ORÍGENES DE LA RAZÓN CIENTÍFICA: EL LOGOS ......................... 18
EL PROBLEMA DEL ORIGEN Y LA CONSTITUCIÓN DE LA MATERIA .. 25
LA CONCEPCIÓN MATEMÁTICA DEL UNIVERSO:
PITAGORISMO Y PLATONISMO .............................................................. 31
La aritmética pitagórica .......................................................................................... 33
Geometría pitagórica ............................................................................................... 36
El descubrimiento de la irracionalidad ................................................................ 37
Las tríadas pitagóricas y el teorema de Pitágoras .............................................. 40
Matemática y mundo natural ................................................................................. 42
La matemática platónica ......................................................................................... 44
LA CONCEPCIÓN MECANICISTA DEL UNIVERSO: EL ATOMISMO ... 51
Átomos y vacío ......................................................................................................... 53
El movimiento .......................................................................................................... 54
La matemática atomista: Una intuición de lo infinitesimal ............................. 54
LA CONCEPCIÓN ORGANICISTA DEL UNIVERSO:
EL ARISTOTELISMO ...................................................................................... 56
El organicismo y su contraposición con el mecanicismo. ................................ 59
Sobre el movimiento y el cambio ......................................................................... 62
LA CIENCIA HELENÍSTICA ................................................................................ 64
La ciencia en la Biblioteca-Museo de Alejandría ................................................ 64
La matematización del mundo físico .................................................................... 68
LA CONCEPCIÓN DEL CUERPO HUMANO DESDE HIPÓCRATES A
GALENO ............................................................................................................. 83
La medicina mágica o credencial .......................................................................... 84
El papel de la filosofía presocrática en el tránsito de la medicina
credencial a la hipocrática ................................................................................ 85
La medicina hipocrática .......................................................................................... 88
La medicina posthipocrática .................................................................................. 94
INSTRUMENTOS RELEVANTES ....................................................................... 98
COMENTARIO DE TEXTO .................................................................................. 99
ACTIVIDADES ...................................................................................................... 102
BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................... 103
PELÍCULAS ............................................................................................................. 104
NOVELAS ............................................................................................................... 104
COMICS .................................................................................................................. 105
3
LA CIENCIA MODERNA:
EL UNIVERSO ABIERTO Y EL HOMBRE MÁQUINA
4
LAS ISLAS CANARIAS EN LA CIENCIA MODERNA ................................ 214
Científicos y naturalistas europeos en Canarias .............................................. 214
Científicos canarios ................................................................................................ 218
INSTRUMENTOS RELEVANTES ..................................................................... 222
COMENTARIO DE TEXTO ................................................................................ 224
ACTIVIDADES ...................................................................................................... 227
BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................... 228
PELÍCULAS ............................................................................................................. 229
NOVELAS ............................................................................................................... 231
COMICS .................................................................................................................. 231
5
PRESENTACIÓN
Múltiples han sido las vicisitudes por las que ha pasado la publica-
ción de este libro. Sin embargo, finalmente, se presenta ante el público
para el que fue concebido. Cuanto sigue, en este pórtico de entrada y en el
texto principal, es producto de la discusión, del intercambio de ideas y
formas de «ver el mundo» de los dos autores. José Luis Prieto, por desgra-
cia, ya no se encuentra entre nosotros —una cruel enfermedad segó prema-
turamente su vida. Quienes tuvimos la suerte de conocerlo sabemos qué
ilusión le habría producido ver este texto salir definitivamente a la luz.
La idea inicial de este proyecto ahora materializado fue la elabora-
ción de un Manual de Historia de la Ciencia que pudiera servir de
referencia a los alumnos de Bachillerato que cursaran la asignatura.
Sin embargo, a medida que escribíamos los distintos capítulos, nos
iba pareciendo que el público al que podía interesarle un asunto como el
que abordábamos era más amplio.
Paradójicamente, el conocimiento de la Ciencia, pese a la importan-
cia que posee no sólo en nuestra vida diaria sino en la configuración y
articulación de la sociedad en la que desplegamos nuestra actividad, no
suele considerarse imprescindible para ser culto, de manera que su apa-
sionante historia sigue siendo muy poco conocida. Decidimos, pues, afron-
tar el reto de elaborar un material que, por una parte, sirviera como libro
de texto destinado a una asignatura reglada y que, por otra, pudiera leer-
se con cierta facilidad por una persona de cultura media.
Al implantar la Historia de la Ciencia como asignatura optativa en
las Enseñanzas Medias, Canarias se ha convertido en la Comunidad
Autónoma pionera en el reconocimiento de la importancia de una mate-
ria de creciente auge pero de escasa o nula implementación en el resto de
España. Esa condición de Comunidad precursora le aporta a nuestro
trabajo el atractivo de la novedad, pero también el riesgo y la responsabi-
lidad que conlleva el hallarse en la vanguardia. A ello se añade el hecho de
que ningún otro país de la Comunidad Europea, salvo Grecia, la tiene in-
cluida en sus currícula de Enseñanzas Medias (aunque, al parecer, Francia
tiene ya muy avanzados los preparativos para hacerlo en breve plazo de
tiempo). No es extraño, pues, que la tarea emprendida haya supuesto para
los autores, a la vez que un ejercicio estimulante, una empresa ardua y
solitaria, al carecer de todo referente de obras similares a este nivel.
Pocas disciplinas cumplen más adecuadamente que la Historia de
la Ciencia los principios educativos de comprensividad, interdiscipli-
nariedad y superación de la dicotomía Ciencias-Humanidades, y ello la
convierte en una herramienta formativa de primera magnitud.
h Con frecuencia, los profesores nos quejamos de que nuestros alum-
nos están perdiendo la curiosidad y el interés; con la misma frecuen-
cia los alumnos se quejan de que los profesores no damos contestacio-
nes a sus interrogantes: ellos preguntan por qué y nosotros les res-
pondemos al cómo —cómo se resuelven los problemas, cómo se ope-
ra, cómo han razonado otros pensadores o cómo se han sucedido
determinados hechos históricos. El resultado salta a la vista: desinte-
rés, falta de perspectiva, fragmentación del conocimiento, etc. Nues-
tra enseñanza de las ciencias, acuciada por la necesidad de lo prácti-
co y positivo, apenas si puede atender a otra cosa que no sea propiciar
un aprendizaje operativo. En consecuencia el alumno carece de una
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perspectiva global y se ve incapacitado para saber adónde dirigirse.
La Historia de la Ciencia puede ofrecer ese marco amplio en la que
integrar todo aquello que ya ha aprendido o va a aprender de forma
parcelada en las distintas disciplinas. Se nos presenta, pues, como un
complemento de inexcusable valor, dado que la ciencia halla precisa-
mente en su historia esa comprensividad capaz de satisfacer, si no
todos, al menos algunos de esos interrogantes.
h La interdisciplinariedad encuentra en la Historia de la Ciencia
un instrumento privilegiado, ya que gracias a ella se evidencian
lazos, conexiones, dependencias o relaciones entre los ritmos evo-
lutivos de las distintas disciplinas que la integran. La obviedad del
planteamiento hace innecesarias mayores explicaciones, del mis-
mo modo que tampoco parece imprescindible destacar sus poten-
cialidades de cara a propiciar una presentación humanista de las
ciencias.
h El atractivo de impartir una materia como ésta esconde, no obstante,
un buen número de dificultades, la menor de las cuales no es precisa-
mente la casi obligada colaboración entre distintos Departamentos
de los Centros. Por ello, nuestra propuesta educativa consiste en que
la asignatura se imparta conjuntamente por un profesor del área de
Humanidades y otro del área de Ciencias.
Y aquí hemos de subrayar lo que constituye la apuesta de la obra: la
elaboración de un libro de texto que sirva tanto para el alumnado como
para el profesorado. Exigirle a éste que se prepare por su cuenta una
asignatura de la magnitud y complejidad de la Historia de la Ciencia
—con el añadido de las lagunas editoriales que hay en nuestro idioma—
supone un notable incremento del riesgo de no llegar a impartirse que
toda materia de nueva introducción conlleva, máxime cuando ha de ser el
propio profesorado el que impulse su oferta en los centros, el que en pri-
mera instancia trabaje el Manual y posteriormente le señale el camino a
los alumnos para que puedan hacerlo con él.
La apuesta es arriesgada; pues el peligro de no satisfacer las necesi-
dades de unos —profesores— ni de otros —alumnos— es evidente; sin
embargo, desdoblar los libros resulta editorialmente inviable. Por tanto,
se ha optado por modular el desarrollo de la obra de manera que dentro de
cada unidad se exponen los elementos básicos del tema y en diversos
apartados que aparecen resaltados en el texto se incluyen ampliaciones
de esos aspectos básicos, gracias a lo cual pueden desarrollarse dos nive-
les de intensidad en el aprendizaje de los conocimientos.
El libro consta de cuatro Bloques cuyos títulos son:
$ La Ciencia Antigua: el Cosmos cerrado y el Mundo vivo.
$ La Ciencia Moderna: el Universo abierto y el Hombre máquina.
$ La Ciencia Contemporánea: el siglo XIX.
$ La Ciencia Contemporánea: el siglo XX.
En esta primera entrega se acomete el estudio de los dos primeros, y
en cada uno de ellos se han articulado cuatro líneas de trabajo que permi-
ten al profesor enfocar el curso desde alguno o algunos de ellos de mane-
ra privilegiada —si bien lo óptimo sería llevarlos todos en paralelo—
pudiendo utilizar los demás como complemento, en función del interés
del grupo.
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Estas cuatro líneas de trabajo o enfoques son:
$ El filosófico
$ El físico-tecnológico
$ El de la medicina y las ciencias de la naturaleza (o de la vida)
$ El matemático
En cada uno de los Bloques hay un relato central que se ve comple-
mentado por Biografías breves de los principales científicos, con Los luga-
res de la ciencia, apartados en que se historian sucintamente algunas de las
instituciones que contribuyeron decisivamente al avance de las ciencias,
con los comentarios sobre Instrumentos relevantes significativos en cada
periodo histórico, con unosTextos para comentar seleccionados de entre las
obras de mayor proyección de la época, con una guía para realizarlos y,
en fin, con una serie de Actividades destinadas al ejercicio de los alumnos.
En los márgenes del texto se han incluido, además, Actividades con-
cretas, estrechamente ligadas al propio texto, Precisiones o aclaraciones espe-
cíficas a conceptos que aparecen en el texto y Cuestiones o curiosidades de
interés general.
Digamos por último que cada Bloque va precedido de una Presenta-
ción que pretende describir en pocas pinceladas el ambiente de la época;
presentación a la que siguen una Introducción histórica y unas Tablas
cronológicas.
Al final de los Bloques segundo, tercero y cuarto se han introducido,
en forma de Apuntes breves, referencias a la relación entre la Historia de la
Ciencia y las Islas Canarias, es decir, alusiones bien a científicos o
divulgadores canarios que poseyeron una cierta relevancia, bien a expe-
diciones o expedicionarios extranjeros que tomaron las Islas como esce-
nario de sus investigaciones científicas.
Para terminar, queremos expresar nuestro agradecimiento a quie-
nes han colaborado con nosotros en la realización del libro: a Rafael
Fernández por la confianza depositada y el estímulo inicial, a Mila Ruiz
por su dedicación con los dibujos más allá de lo que le era exigible, a
María Luisa por el duro trabajo de la primera maquetación, lamentable-
mente perdida, a Sergio Toledo y Miguel Ángel González por la lectura de
los textos y las sugerencias y aportaciones, que nos han ayudado a enri-
quecer el libro, y a Joaquín Gutiérrez y José Andrés Oliva por los ajustes
finales de la maquetación definitiva. No pueden quedar fuera de esta lista
de agradecimientos todos los compañeros con los que hemos compartido
esta aventura que se inició allá por el año 1991 como SEMINARIO OROTAVA
DE HISTORIA DE LA CIENCIA hasta convertirse a partir del año 2001 en FUNDA-
CIÓN CANARIA OROTAVA DE HISTORIA DE LA CIENCIA; de sus conocimientos y
saberes nos hemos servido. Los errores, sin embargo, sólo son atribuibles
a los autores.
8
PRÓLOGO
9
7. Hasta ahora, el mayor problema de dichas asignaturas ha sido que los
profesores interesados no contaban con un libro de texto a partir del cual
poder elaborar los temas y ampliar los que les resultaran más atractivos. Mi-
guel y José Luis escribieron al alimón ese manual necesario, que requirió
muchas lecturas y debates, pero aunque el texto se hallaba concluido desde
1999, la mala fortuna hizo que cayera en manos de una editorial trapacera, de
la que sólo hubo manera de librarse por vía judicial. Eso explica el retraso
milenario con que este libro llega a manos de sus lectores.
8. Hacia 1980 la visión de Miguel sobre la ciencia era una mezcla del
positivismo en que se han formado los estudiantes de ciencias desde 1850 y del
marxismo que la vinculaba al desarrollo técnico de las fuerzas productivas.
José Luis, por su formación humanística, tenía una perspectiva más culturalista,
ligada al desarrollo de las ciencias sociales y al historicismo. El trabajo conjun-
to les sirvió para que cada uno fuera tomando del otro aquello con que suplir
las carencias que iba descubriendo en sí mismo. La prueba está en el texto,
trabada amalgama del «more geometrico» de Miguel y del «esprit de finesse»
de José Luis.
9. En 1999 el germen del Seminario Orotava fructificó en la FUNDACIÓN
CANARIA OROTAVA DE HISTORIA DE LA CIENCIA. José Luis, desde la secretaría, dedicó
sus desvelos a la ingrata labor administrativa, que compensaba con la puesta
en marcha del Proyecto Humboldt para la digitalización de los documentos de
las expediciones científicas a Canarias en los siglos XVIII y XIX. Miguel, coor-
dinador de didáctica y divulgación, se ocupó de lanzar una colección de obras
dirigidas al profesorado –Materiales de Historia de la Ciencia– y de organizar una
serie de exposiciones itinerantes por los institutos de las islas.
10. Hoy la FUNDACIÓN OROTAVA se complace en contar entre sus publicacio-
nes con un libro que aúna la excelencia académica y la utilidad docente. Junto
a su capacidad de síntesis y organización hay que destacar su visión de la
ciencia, que no se limita a enumerar conceptos, teorías, inventos y descubri-
mientos. Vemos a las ciencias imbricadas con las técnicas, funcionando en
instituciones, ocupando espacios sociopolíticos, transmitidas mediante la edu-
cación, en interacción con otros campos de la cultura, cambiando con el propio
devenir de Occidente, en una dinámica de poder y riesgo que es signo de
vitalidad.
SOBRESALIENTE.– Esta es la calificación que merece este libro, que no
pierde de vista en ningún momento a su público: los profesores y alumnos de
bachillerato. De ahí la sencillez de su lenguaje, la provechosa selección de
textos y de actividades, su cuidada composición gráfica. Lleva en su con-
cepción la impronta de muchos años de experiencia docente. Confío en
que será acogido con interés por la comunidad educativa y que logre su
objetivo de relanzar en Canarias la enseñanza de la Historia de la Ciencia
captando nuevos adeptos. Y espero que sus lectores también lo premiarán con
un sobresaliente.
UNA FALTA DE ASISTENCIA.– La muerte de mi amigo y compañero
José Luis Prieto, en febrero de 2004, le impide celebrar, como ha hecho Miguel
Hernández, con júbilo prejubilatorio, la tan deseada aparición de este libro. Su
falta de asistencia en esta ocasión gozosa es, por desgracia, una falta de existen-
cia. Pero su espíritu mora para siempre en las páginas que componen esta obra.
Si leer a los clásicos es conversar con los muertos, aquí, como en un cuento
popular mil veces repetido, las palabras de José Luis perduran a la espera de
mentes receptivas que sepan responder y contar esa misma historia, que ya
será otra... Ojalá la tuya sea una de ellas, querido y vivo lector.
10
LA CIENCIA ANTIGUA:
el Cosmos cerrado y el Mundo vivo
LA CIENCIA ANTIGUA:
el universo cerrado y el mundo vivo
¿Cómo penetrar –para nosotros que vivimos al filo del siglo XXI– en una
cultura que nos precedió en veintiséis siglos, y a la que la historia ha considerado
cuna de nuestra civilización?
El aire de Grecia es tibio, la luz mediterránea, la tierra seca, árida, poco
generosa, salvo para el olivo y el ganado. Por eso precisamente sus hombres no
miraron hacia el interior sino hacia el horizonte marino de azul intenso. Nuestros
ojos se han acostumbrado al ocaso, hacia ese instante en que la luz, débil, navega
en la barca de la noche hacia la oscuridad. Los suyos lo estaban a la aurora en
serena tensión.
La luz es un misterio cuando se derrama sobre la vida, como la razón que se
vierte sobre el mundo y se pregunta ¿por qué? La aurora abre el interrogante que
el ocaso cierra.
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Contenidos
1. Los orígenes de la razón
científica: el logos
6. La ciencia helenística
13
La ciencia antigua
INTRODUCCIÓN
14
La ciencia antigua
15
La ciencia antigua
PERIODO ARCAICO
PERIODO CLÁSICO
16
La ciencia antigua
PERIODO ALEJANDRINO
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Los orígenes de la razón científica:
1 El logos
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La ciencia antigua
Investiga
por qué tu-
vo tanta im-
portancia la
astronomía
en Babilonia y por qué
las matemáticas en
Egipto.
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La ciencia antigua
Observa La pregunta que, antes o después, los griegos se tuvieron que hacer es:
que el mé- ¿sólo existe la ley en lo que respecta a los asuntos humanos, o también es
todo induc-
tivo es pro-
posible encontrarla en el orden de la Naturaleza y el Universo?
pio de los Fue probablemente este interrogante quien los ubicó en la frontera
estudios naturales en de una nueva era. Si el Universo tuviera un orden y unas reglas no sería
tanto que el axiomáti- Caos sino Cosmos. Entonces ¿por qué no probar a usar la razón y la
co deductivo resulta
más adecuado para los
lógica para investigar la Naturaleza? ¿Por qué no intentar sustituir las
matemáticos. explicaciones míticas que utilizaban todos los pueblos por otras nacidas
del logos o palabra razonada?
¿QUÉ ES UN MITO?
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La ciencia antigua
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La ciencia antigua
Teogonía de Hesiodo
En primer lugar existió el Caos. Después Gea la de amplio pecho, sede
siempre segura de todos los inmortales que ha-
bitan en el Olimpo. [En el fondo de la tierra de
anchos caminos existió el tenebroso Tártaro.]
Compara Por último, Eros, el más hermoso entre los dio-
las diferen-
ses inmortales, que afloja los miembros y cauti-
tes narra-
ciones mí- va de todos los dioses y todos los hombres el
ticas que se corazón y la sensata voluntad en sus pechos.
ofrecen en el texto y Del Caos surgieron Érebo y la negra No-
establece analogías y
che. De la Noche a su vez nacieron el Éter y el
diferencias entre ellas.
Día, a los que alumbró preñada en contacto amo-
roso con Érebo.
Gea alumbró primero al estrellado Urano
con sus mismas proporciones, para que la con-
tuviera por todas partes y poder ser así sede siempre segura para los felices dioses.
También dio a luz a las grandes montañas de diosas, las Ninfas que habitan en los
boscosos montes. Ella igualmente parió al estéril piélago de agitadas olas, el
Ponto, sin mediar el grato comercio.
22
La ciencia antigua
23
La ciencia antigua
24
2 El problema del origen
y la constitución de la materia
Mar Negro
Ma
rA
dri
ático
TRACIA
NIA
MAGNA EDO
C
GRECIA MA ASIA MENOR
Elea Mar
GR
(Parménides) Egeo
EC
IA
Crotona
JO
N
(Pitágoras) Atenas
IA
SICILIA
Agrigento Siracusa CHIPRE
(Empédocles) (Arquímedes) CRETA
Mar Mediterráneo
Alejandría
ÁFRICA EGIPTO
Abdera (Demócrito)
Estagira
(Aristóteles)
Pérgamo (Galeno)
Clazomene (Anaxágoras)
Tebas Éfeso (Heráclito)
Samos Mileto (Tales / Anaximandro)
Atenas
(Platón) Cos (Hipócrates)
Esparta
(Pitágoras,
Aristarco,
Epicuro)
25
La ciencia antigua
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La ciencia antigua
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La ciencia antigua
¿Sabías que a
Anaximan-
dro se le atri-
buye una in-
cipiente concepción
evolucionista de la
Naturaleza al afirmar
no sólo que los prime-
ros seres vivos nacie-
ron en las aguas para
trasladarse luego a
partes más secas sino
también que el hombre
antes había sido pez?
29
La ciencia antigua
ESQUEMA RELACIONAL
Es importante que sepas relacionar los siguientes elementos
del texto:
a) Que a unos determinados conocimientos geográficos y as-
tronómicos corresponde un determinado modo de concebir el
Universo.
b) Que en un Universo en el que la observación y el sentido
común muestran la existencia de procesos de cambio y transfor-
mación corresponde la concepción de que en su origen hay uno o
más principios activos.
c) Que en una fase avanzada de esta concepción, toda la plura-
lidad material existente puede derivarse de la interacción de los
cuatro elementos (Tierra, Agua, Aire y Fuego).
d) Que existe una asociación intuitiva entre los tres elementos
griegos (Tierra, Agua y Aire) y los tres estados de agregación de la
materia así como entre el cuarto (Fuego) y la energía.
e) Que una vez finalizado el periodo presocrático de la cultura
griega quedó firmemente establecida la doctrina de los cuatro ele-
mentos, convertida en un tópico aceptado por casi todos los auto-
res posteriores.
30
La concepción matemática del universo:
3 Pitagorismo y Platonismo
31
La ciencia antigua
32
La ciencia antigua
LA ARITMÉTICA PITAGÓRICA
Construye
otros núme-
ros triangu-
lares, cua-
drados y oblongos.
n(n+1)/2 n2 n(n+1)
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La ciencia antigua
9=3+6 16 = 6 + 10
n2 = n(n-1)/2 + n(n+1)/2
34
La ciencia antigua
n2 + 2n + 1 = (n + 1)2
¿Sabías
que en el
mundo an-
tiguo la
matemática estaba,
con frecuencia, ínti-
mamente unida a lo
sagrado y que de esa
simbiosis se alimenta-
rían movimientos co-
mo el Platonismo o la
Cábala?
1 + 3 + 5 + 7 + 9 + … + (2n-1) = n2
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La ciencia antigua
GEOMETRÍA PITAGÓRICA
Al parecer son atribuibles a los pitagóricos gran parte de los conte-
nidos incluidos en varios de los libros de los Elementos de Euclides (300
a.n.e.) y, entre ellos, el teorema que lleva el nombre del fundador, la aplica-
ción de áreas y el álgebra geométrica, el ya mencionado descubrimiento
del irracional, la existencia de sólidos regulares con propiedades espe-
ciales, etc.
Vamos aquí a desarrollar alguno de estos resultados con el objeto de
hacer explícita la belleza que poseen.
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La ciencia antigua
EL DESCUBRIMIENTO DE LA IRRACIONALIDAD
Puede afirmarse con toda generalidad que los números sirven para
expresar la medida de las cosas y para contar.
Desde los inicios de la geometría griega estaba presente la noción de
semejanza de polígonos –aplicada desde los tiempos de Tales de Mileto
para la determinación de distancias– y, por lo
tanto, la idea de razón o cociente de segmen-
tos. Los primeros pitagóricos creían (y ello
parece profundamente intuitivo) que con los ¿Sabías que
números naturales y las fracciones (cocientes una parado-
ja de Zenón
de números naturales) se podrían describir
afirmaba
todos los fenómenos, medir todas las cosas. que, en una
En particular, desarrollaron una teoría de co- carrera, si la tortuga
cientes basada en estas ideas. salía primero, Aquiles,
considerado el mejor
Medir es comparar, comprobar cuántas
corredor de Grecia,
veces algo está contenido en otro algo de la nunca podría alcan-
misma clase. La razón entre magnitudes, la zarla? ¿Cuál era el ar-
medida, sólo es inteligible cuando las magni- gumento de Zenón?
tudes que se comparan son del mismo tipo
(segmentos con segmentos, áreas con áreas, vo-
lúmenes con volúmenes, velocidades con ve-
locidades, etc.). La razón de magnitudes inho-
mogéneas (¿qué compararían?) carece de todo
sentido en la tradición griega. De ahí la imposibilidad de captar lo diná-
mico que implica razones de ese tipo (distancias y tiempos, superficies o
volúmenes y tiempos, etc.) y, por lo apuntado más arriba, de ahí también
su sorpresa al encontrar medidas de magnitudes homogéneas inexpresa-
bles como razón de números naturales.
Al margen de la polémica sobre el modo en que fue descubierto el
irracional (vía cuadrado o vía pentágono regular), parece evidente que
este hecho trastornó los fundamentos sobre los que se apoyaba en gran
medida la filosofía pitagórica (la unidad es la base sobre la que se articula
Cosmos y éste es reducible a número).
La irracionalidad, o lo que es igual la imposibilidad de expresar
una medida como relación entre enteros o de medir dos segmentos
utilizando una unidad común, puede demostrarse aritmética o geo-
métricamente.
Demostración aritmética
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La ciencia antigua
¿Sabías que
los griegos
aplicaron
sus conoci-
mientos geométricos y
de las proporciones no
sólo a la música, sino
también a la arquitec-
tura y a la escultura y
que Polícleto –uno de
sus escultores más in-
signes– elaboró con ellas
un canon de belleza?
38
La ciencia antigua
A/B = A’ / B’
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Demuestra AQ = PQ = R1
que AQ=PQ.
40
La ciencia antigua
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La ciencia antigua
Embebidos en el estudio de
la Matemática, creyeron que los
principios de las matemáticas eran
los principios de todo. Los núme-
ros son por su naturaleza anterio-
res a las cosas, y los pitagóricos
creían percibir en los números, más
bien que en el fuego, la tierra y el
agua, una multitud de analogías con lo que existe y lo que se produce.
Tal combinación de números, por ejemplo, les parecía ser la justicia,
tal otra el alma y la inteligencia, tal otra la oportunidad; [...] por
último veían en los números las combinaciones de la música y sus
acordes. Parecióles que estaban formadas todas las cosas a semejanza
de los números, y siendo por otra parte los números anteriores a
todas las cosas, creyeron que los elementos de los números son los
elementos de todos los seres, y que el cielo en su conjunto es una
armonía y un número. Todas las concordancias que podían descubrir
en los números y en la música, junto con los fenómenos del cielo y sus
partes y con el orden del Universo, las reunían, y de esta manera forma-
ban un sistema.
43
La ciencia antigua
LA MATEMÁTICA PLATÓNICA
Las matemáticas permanecieron prácticamente encerradas en los
círculos pitagóricos durante dos siglos, hasta que Platón (427-347 a.n.e.)
y su escuela las sacaron de allí para ubicarlas en el lugar de privilegio que
PLATÓN (428-347)
Nació y vivió en Atenas entre el 428 y el 347
antes de nuestra era. Procedente de una fa-
milia aristocrática, recibió una educación es-
merada tras la que, y cuando contaba diecio-
cho años, pasó a ser discípulo de Sócrates.
Sobre el 387 fundó La Academia, centro de
estudio e investigación y sede de su escuela de
seguidores, que se terminará por convertir en el
núcleo intelectual más pujante del momento.
En varias ocasiones intentó llevar a la practica sus ideas polí-
ticas en Siracusa (sur de Italia), pero sin éxito.
Escribió, en forma de Diálogos, sobre filosofía, ética, política,
matemáticas y Naturaleza, hasta el punto de que su pensamiento ha
acabado siendo uno de los más influyentes a lo largo de la historia.
44
La ciencia antigua
LA ACADEMIA [AKADEMEIA]
Fue fundada por Platón quien construyó una casa habitación para
sí y un edificio para su escuela a las afueras de Atenas en los jardines
del héroe Akademos.
Se trataba de una escuela completamente organizada alrededor de
un ideal de educación, y también de un lugar de reunión de los prin-
cipales sabios de la época.
Como escuela seguía el programa de educación trazado por el filó-
sofo en La República. El adolescente debía estudiar durante diez años
matemáticas: aritmética, geometría, estereometría, astronomía y ar-
monía. A partir de ahí pasaba, durante otros cinco años, a estudiar
dialéctica. Los miembros adelantados se encargaban, con frecuencia,
de las lecciones, y, en este sentido, algunos de los escritos de Aristóteles
que se han conservado son manuscritos para semejantes exposicio-
nes. El maestro tenía en la sala un tablero blanco que era usado con
frecuencia para los cuadros sinópticos. También formaban parte del
material de enseñanza, entre otras cosas, un globo terrestre y una
esfera celeste.
Como centro de reunión, a ella llegaban, y en ella pasaban tempora-
das, sabios venidos de todos los puntos de Grecia e interesados en
las más diversas materias. Con la arribada de Eudoxo de Cnido –ma-
temático, astrónomo y geógrafo– y su primacía, comenzó el verda-
dero florecimiento de la Academia.
Dichos sabios, que se consideraba estaban a igual nivel, discutían
unos con otros las más diversas cuestiones y se influían recíproca-
mente, ligados, como estaban, por un común interés científico.
La presencia de expertos en muy diversas materias permitió a Platón
realizar una síntesis de todo el saber científico de su tiempo en el Timeo.
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La ciencia antigua
w El Alma (lo que anima ) del Universo y del hombre están crea-
das según la armonía musical que mueve a los cuerpos celestes,
siguiendo las series geométricas de razón dos (1, 2, 4, 8 ... ) y tres
(1, 3, 9, 27 ... ).
w El Cielo y los Astros al ser creados introducen en el Mundo el
El éter o quinto
elemento es la
Tiempo. Su ritmo lo hace mensurable y por ello expresable me-
invisible ma- diante el número.
teria prima de w El Mundo posee forma esférica con la misma distancia del
la que están he- centro a los extremos en todas las partes y se mueve de manera
chos los cielos.
uniforme y circular alrededor del mismo punto.
w La Matemática nos conduce al conocimiento del Mundo.
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ESQUEMA RELACIONAL
Es importante que sepas relacionar los siguientes elementos
del texto:
a) La existencia de ciertos fenómenos naturales y su expresión
en términos de números y formas geométricas.
b) Esa capacidad para expresar mediante números y formas
medibles los fenómenos naturales habilita una interpretación del
Universo como Cosmos mensurable, ordenado y racional.
c) La existencia de magnitudes sin medida común posible,
distorsiona y pone en cuestión tal visión del Universo introdu-
ciendo en éste la noción de irracionalidad.
d) La irracionalidad provoca una «crisis de fundamentos» en la
matemática, limitando el alcance explicativo de ésta y abriendo,
al mismo tiempo, nuevas vías de investigación.
e) En Platón se alcanza una síntesis de los desarrollos previos
en torno al conocimiento del mundo natural y del conocimiento
matemático que constituye la primera muestra de una incipiente
Física-Matemática.
50
4 La concepción mecanicista del universo:
El Atomismo
51
La ciencia antigua
función de los fines que realizan. El ¿para qué? o ¿con qué fin? explica la
naturaleza de cada ser, su razón de ser.
El mecanicismo sostiene que no existen fines o no podemos cono-
cerlos; lo único sobre lo que podemos basarnos para explicar el orden
Para enten-
der mejor natural son las reglas que impulsan su funcionamiento.
la diferen- Expresado en otras palabras, lo importante para el organicismo es a
cia entre el dónde se llega, en cambio, para el mecanicismo lo relevante es de dónde
mecanicis-
se parte.
mo y el organicismo
reflexiona sobre el Toda la historia de la ciencia está cruzada por el conflicto entre
funcionamiento de un ambas interpretaciones.
autómata mecánico y Durante el mundo antiguo, este conflicto interpretativo se presenta
un ser vivo.
bajo la forma del mecanicismo de los atomistas frente al organicismo de
los aristotélicos. Para los mecanicistas –dirá Aristóteles–, la Naturaleza
no actúa de un determinado modo porque sea mejor y favorezca un fin, sino
por la necesidad inherente a sus propiedades; suceda lo que suceda, el
resultado es sólo accidental, la causa es la necesidad ciega. Esta necesidad
aparece, pues, como una fuerza, no teleológica, pero invariable, como una
causa interna.
52
La ciencia antigua
ÁTOMOS Y VACÍO
La doctrina atomista hunde sus raíces en lo que tiene de materialis-
ta la tradición jónica.
Todo cuanto existe es explicable en términos de átomos y vacío.
Tanto unos como el otro son infinitos: los átomos en número, el vacío en
extensión. Aquéllos, constituyen la unidad última e indivisible de una
materia que puede dividirse, pero no indefinidamente, sino hasta un cier-
to límite, traspasado el cual, pasaría a ser nada. El átomo es, pues, el
límite lógico de divisibilidad de la materia. Es lógico o intelectual porque Para los
los átomos son tan pequeños que no se pueden percibir físicamente. atomistas
Como características básicas de ellos, podemos citar las siguientes: la forma de
los átomos
u Son homogéneos en su substancia, ya que poseen idéntica explica las
naturaleza. Constituyen la materia prima en forma de infinitas propiedades de las
partículas de las que todo cuanto existe está compuesto. sustancias. ¿Qué for-
mas imaginas para
u Son sólidos, compactos, materia pura, y nada puede modifi- una sustancia de sa-
car su estructura, al carecer de vacío en su interior. bor dulce, ácido o
u Sus formas y figuras –infinitas en cantidad– constituyen las picante? Consulta el
características distintivas de cada átomo tomado individual- libro de Lucrecio y
señala algún pasaje
mente y son su propiedad esencial. Ligados a ellas están el ta- en el que aparezcan
maño y la magnitud. corroboradas tus afir-
u Son increados e imperecederos, es decir, no se pueden crear ni maciones.
destruir.
El vacío, a pesar de ser denominado no ser, no puede confundirse
con la nada o inexistencia absoluta, pues tiene una existencia no menos real
que los cuerpos. Más bien, entienden por vacío lo no ocupado por la materia.
Ya que ambos, materia y vacío, se excluyen: el vacío está donde la realidad plena
no está, –dicen. Hay que concebirlo como el intervalo entre las partículas
atómicas o entre los cuerpos.
Su existencia justifica:
u La individualidad. Frente a lo continuo, lo individual es aque-
lla materia o cuerpo que está separada de los demás, es decir,
entre él y lo otro existe un vacío.
u El movimiento. Si el Universo fuera un plenum, estuviera lleno
de materia sin vacío, no podría existir el movimiento Para que
éste pueda darse tiene que haber un espacio vacío, a través del
cual puedan desplazarse los cuerpos o los átomos.
53
La ciencia antigua
EL MOVIMIENTO
Los átomos nunca están en reposo, sino que se mueven eternamente y
en todas direcciones en el vacío, lo que da lugar a colisiones constantes entre
ellos. El movimiento es mecánico, en el sentido de inherente a los átomos,
y necesario o determinado por su propia naturaleza. En cambio, sus cho-
ques son azarosos, al igual que el resultado de ellos. De ahí que, junto al
mecanicismo, los atomistas concedan un lugar relevante al azar.
¿Sabías
que el pa-
pel esen-
cial que los
atomistas
atribuían al azar fue
una de las causas del
rechazo que suscitaba
su doctrina?
Las colisiones pueden dar como resultado que los átomos reboten y
salgan despedidos en una nueva dirección o que se entrelacen con otros
en diferentes grados, según la simetría de sus figuras y tamaños, o las
posiciones y el orden en que se coloquen. Esto explica el nacimiento como
agregación de átomos formando una determinada figura, y la muerte como
su desagregación.
LA MATEMÁTICA ATOMISTA:
UNA INTUICIÓN DE LO INFINITESIMAL
Pese a la pérdida de numerosos tratados atribuidos a Demócrito,
parece fuera de toda duda que los atomistas prestaron atención a la ma-
temática, entendiéndola probablemente de un modo diferente a los
pitagóricos, con una vertiente más aplicada. Al propio Demócrito se le atri-
buye el descubrimiento y la demostración (no rigurosa) del volumen de la
pirámide y del cono como la tercera parte de los correspondientes prisma y
cilindro de igual base, utilizando procedimientos de raíz infinitesimal que,
según el publicista romano Plutarco, problematiza así:
54
La ciencia antigua
¿Sabías que
el uso que
los atomis-
tas hicieron
de las mate-
máticas carecía del ca-
rácter místico y sagra-
do que a ésta le atri-
buían los pitagóricos?
ESQUEMA RELACIONAL
Es importante que sepas relacionar los siguientes elementos
del texto:
a) Las diferencias de fundamento entre la explicación mecani-
cista y organicista de los fenómenos naturales y, por tanto, del
Universo.
b) Que una concepción mecanicista del Universo no exige dise-
ño ni por tanto una Inteligencia diseñadora; el Universo funcio-
na, pues, autónomamente.
c) Que la apariencia y el comportamiento de los objetos mate-
riales pueden ser explicados en términos de átomos, vacío y
movimiento.
d) Que estas ideas hacen del mecanicismo una doctrina eminen-
temente materialista cuyos presupuestos sirvieron como funda-
mento a desarrollos éticos en los que los placeres del cuerpo y la
búsqueda de la felicidad personal ocupaban un lugar central.
55
5 La concepción organicista del universo:
El Aristotelismo
56
La ciencia antigua
ARISTÓTELES (384-322)
Nació en Estagira (Macedonia) en el 384 an-
tes de nuestra era. Hijo del médico de la corte,
fue enviado, aún joven, a estudiar con Platón
en su Academia, donde permaneció durante
veinte años (casi hasta los cuarenta).
Nombrado por el rey Filipo de Macedonia
preceptor de su hijo Alejandro, durante trece
años viajó por distintas ciudades, tras lo cual
retornó a Atenas para fundar su propio centro de estudios e in-
vestigación denominado El Liceo. Aquí vivió hasta un año antes
de su muerte, que se produjo en el 322.
Escribió sobre casi todos los saberes conocidos de la época,
clasificándolos y ordenándolos. Su influencia en la posteridad
sólo fue equiparable, por su proyección, a la de Platón. A él le
debemos el paradigma físico dominante hasta el siglo XVII.
Trata de
La teoría más potente que siguió esta interpretación durante el mun- definir con
precisión el
do antiguo, fue la del médico, biólogo y filósofo Aristóteles y su escuela, el significado
aristotelismo, que se organiza a partir de su propio centro de estudios, que los grie-
denominado El Liceo. gos daban a la pala-
bra «organismo».
EL LICEO
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La ciencia antigua
que consagrado a Apolo Licio. Parece, según dice Jaeger, que la pro-
piedad consistía en un gran jardín que contenía un santuario a las
Musas, un altar y varias salas de clase.
Allí reunió una gran cantidad de material, entre el que se contaba
una importante colección de manuscritos con los que organizó la
primera gran biblioteca, modelo después para las de Alejandría y
Pérgamo. Poseía, igualmente, un importante número de mapas y un
museo de objetos para ilustrar las clases, particularmente las de his-
toria natural. Se cuenta que Alejandro Magno le entregó una impor-
tante suma (800 talentos) que le permitió formar estas colecciones
de zoología y botánica, y que ordenó a todos los cazadores de fieras
y de pájaros y a los pescadores de todo su imperio que dieran cuenta
a Aristóteles de cuantos hechos de interés científico observaran. Du-
rante este tiempo el filósofo fijó la clasificación de las ciencias, tal y
como las conocemos ahora, y llevó la mayor parte de ellas a un
grado de desarrollo insuperable durante los siguientes veinte siglos.
El Liceo tenía todas las características de una Universidad en su
sentido de organización científica y docente. La vida en común esta-
ba regulada siguiendo reglas precisas dictadas por el propio Aristóteles,
al igual que lo estaban las lecciones. Las más difíciles y filosóficas se
impartían por la mañana, mientras que por la tarde se daban clases
de retórica y dialéctica para un público más amplio En la impartición
de las clases colaboraban los discípulos más antiguos como Teofrasto
y Eudemo.
A la muerte del Maestro, en el 322 a.n.e, le sucedió Teofrasto al
frente del Liceo hasta el 287. El número de alumnos, según algunas
fuentes, había crecido hasta la gigantesca cifra de dos mil. A Teofrasto
le sucedió el físico Estratón de Lampsaco, que fue escolarca entre el
287 y el 269, y a su muerte Licón hasta el 225, bajo cuya dirección la
institución se arruinó y disminuyó mucho el número de alumnos.
Hasta su total destrucción, en el año 84, conoció toda suerte de
desdichas, entre ellas varios saqueos.
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La noción de espacio
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ESQUEMA RELACIONAL
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6 La Ciencia Helenística
LA CIENCIA EN LA BIBLIOTECA-MUSEO DE
ALEJANDRÍA
Entre los años 334 y 323 a.n.e., Alejandro Magno, rey de Macedonia,
conquistó Grecia y el gigantesco imperio persa hasta la India y Egipto. En
este último país fundó la ciudad de Alejandría, poblada por egipcios,
griegos y judíos, y destinada a ser la futura capital de su vasto imperio.
Diseñada como la urbe más grandiosa del mundo, a la muerte de Alejan-
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Mapa de los territorios del Imperio Romano hacia finales del siglo II n.e.
u El cristianismo difundió la idea que más podía dañar al desa-
Investiga la rrollo de la investigación científica: el conocimiento carece de va-
historia de lor, al igual que este mundo y esta vida.
la Bibliote-
ca y estudia
Cuando, en el año 313 de nuestra era, el emperador Constantino
la aporta- promulgó el edicto de Milán, que facilitó la conversión del cristia-
ción concreta que rea- nismo en religión oficial del Imperio, los días de la ciencia esta-
lizaron los personajes ban ya contados.
más relevantes que, de
algún modo, aparecen
Durante el período de dominación romana, el Museum tuvo unos
ligados a ella.
breves momentos de florecimiento a lo largo de los siglos II y III de nuestra
era; las figuras más relevantes de esa época fueron: el astrónomo Ptolomeo,
y los matemáticos Papo y Diofanto.
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La ciencia antigua
EUCLIDES
Resulta curioso que, pese a la importancia de
su obra,los datos que poseemos sobre su exis-
tencia sean tan escasos. Parece que fue más
joven que los discípulos directos de Platón, ma-
yor que Arquímedes (nacido en el 287 antes de
nuestra era) y coetáneo de Ptolomeo, primer rey
de Egipto, que vivió entre el 367 y el 283. En
suma se dice que alcanzó su madurez sobre el
300, fecha en que se data, tradicionalmente, su
obra Los Elementos. Otro aspecto seguro de su vida es que en-
señó o formó escuela en Alejandría.
En su obra citada sintetizó, de manera rigurosa y ortodoxa,
todos los desarrollos matemáticos de la cultura griega hasta ese
momento. Es por ello que fue considerada un canon en geome-
tría durante más de veinte siglos, –desde el III antes de nuestra
era hasta la segunda mitad del XIX de nuestra era en que se
desarrollaron las geometrías no euclídeas. Todavía a finales del
siglo XVIII el filósofo alemán Inmanuel Kant consideraba su geo-
metría como uno de los pilares inatacables de nuestra cultura.
El recorrido anterior, por la física y la matemática griegas, nos per-
mite encarar ahora el complejo problema de las relaciones entre ambas y
entender, quizás, los obstáculos que impidieron su interfecundación plena.
Así, el nivel de desarrollo de la matemática griega aparecía
mediatizado:
x Por el concepto de razón, proporción, entre magnitudes homogé-
neas y por la indefinición de producto de magnitudes.
x Por su carácter eminentemente geométrico y su ausencia de
simbolismo aritmético.
Estos dos factores condujeron respectivamente a:
p La imposibilidad de captar lo móvil (resulta impensable defi-
nir el moderno concepto de velocidad como razón entre dos mag-
nitudes de distinto tipo, –heterogéneas–, como el espacio y el tiem-
po) y por tanto de aprehender la esencia del mundo físico.
p El olvido de lo material como objeto de medida y, por tanto, su
no conceptuación como conjunto de propiedades cuantificables
a las que puede adscribírseles un número sobre una escala.
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Postulados de Euclides
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ARQUÍMEDES (287-212)
Nació en Siracusa hacia el año 287 antes
de nuestra era y parece que vivió setenta
y cinco años a partir de esa fecha. Hijo de
un reputado astrónomo, se decidió final-
mente hacia el estudio de la matemática, la
mecánica y la hidrostática, sobre las que
mantuvo correspondencia con algunos
matemáticos alejandrinos como Eratós-
tenes y Dositeo y a las que hizo aportacio-
nes que aun perduran.
Sus escritos y su método lo convirtieron, probablemente, en el
mayor y más moderno de los científicos de la antigüedad y en un
avanzado de la aplicación de la matemática a la física.
Su muerte, según cuentan, se produjo durante el asalto a la
isla por los romanos en el año 212, mientras se hallaba absorto
en un problema geométrico.
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DG : GE = A : B
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L E G H D K
Sea ahora la magnitud Z tal que está contenida en A tantas veces como
N está contenida en HL, y tantas veces en B como N lo está en HK.
Dividamos HL y HK en partes iguales N y A y B en partes iguales Z
y coloquemos en cada segmento lineal N una magnitud Z de forma que el
centro de gravedad de Z esté sobre el punto medio de N; en estas condicio-
nes, el centro de gravedad de todas las magnitudes Z colocadas sobre la
parte HL estará en E, mientras que el de las ubicadas sobre HK se hallará
en D (Proposición 1).
L E G H D K
E G D
A Equilibrio B
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Óptica
77
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Trata de ex-
Prueba de Arquímedes
plicar cómo
se forma la La prueba de Arquímedes utiliza un método de reducción al absurdo.
imagen en
un espejo.
C D
^
i ^
r
E A B
Prueba de Herón
^i ⇒ DAEF = DAEC
A Por tanto CA = AF ⇒ CA+AD = FD
^
r
Sea B otro punto del espejo distinto de A
y unamos FB y BD.
Como FE = EC y BE es perpendicular a
FC, BF = BC.
m
B´ D (objeto) Por tanto, CB+BD = FB+BD > FD = CA+AD.
Espejo
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Astronomía
HIPÓTESIS
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FE : HE = TS : TL > 36 : 2 = 18 : 1 ⇒ TS > 18 TL
Reconstruye,
paso a paso,
las dos partes
de la prueba
de Aristarco.
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Construye,
un triángulo
rectángulo
semejante al Por otra parte podemos especular con la idea de que Aristarco bien
usado por
Aristarco y explica de pudo usar, para tener una estimación de la distancia relativa entre la
qué modo pudo obte- Tierra y el Sol y aquélla y la Luna, la noción de semejanza construyendo
ner la estimación de la un triángulo rectángulo de dimensiones humanas, semejante al que de-
razón TL/TS. terminan los tres objetos antes mencionados.
ESQUEMA RELACIONAL
Es importante que sepas relacionar los siguientes elementos
del texto:
a) Que la época helenística supuso una nueva manera de en-
frentarse al quehacer científico que implicaba un menor grado de
teorización abstracta y una mayor dedicación a la resolución de
problemas más concretos.
b) Que las limitaciones internas de la matemática y la física
hicieron problemática la aplicación de aquélla a ésta. En concre-
to, no fue posible «captar lo móvil» ni usar de manera generali-
zada el espacio matemático para caracterizar el espacio físico.
c) Que en los casos en los que se aplicó la matemática a la Mecá-
nica, Óptica y Astronomía, se negó, de hecho, al espacio físico las
características de las que lo había dotado el aristotelismo, usán-
dose, en contrapartida, un espacio físico más próximo al imagi-
nado por los atomistas.
82
7 La concepción del cuerpo humano
desde Hipócrates a Galeno
83
La ciencia antigua
Comenta la
contraposi-
ción que se
hace en el
texto entre el modo de
concebir el cuerpo en
las culturas griega y
cristiana.
Su atención correspondía a profesionales que practicaban el arte de
su tratamiento de una manera específica y diferenciada: los médicos, a
los que a menudo se unían los gimnastas. La historia de la medicina en el
seno de la civilización helénica es la de su autonomía y emancipación
con respecto a la magia, la filosofía o las otras ciencias, hasta llegar a
adquirir un método y unos contenidos propios.
Podemos dividir convencionalmente los más de diez siglos de pre-
dominio de la cultura grecolatina en tres períodos dominados por tres
tipos de práctica médica:
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LA MEDICINA HIPOCRÁTICA
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que sabe aplicar certeramente lo que conviene a cada caso. Todo depende
del tacto seguro, un tacto que se obtiene a través de la experiencia, y que se
manifiesta mejor que en ningún otro sitio en la administración de la dosi-
ficación que cada individuo puede soportar. En efecto, no vale la aplica-
ción mecánica de las reglas generales, pero tampoco puede el médico
quedarse en el detalle, en la infinitud de casos concretos. Un buen médico
es un investigador de la naturaleza humana.
Compara el Para terminar, en cualquiera de los tratados podemos encontrar lo
método uti- que es la estructura del proceder médico:
lizado en la v Una descripción de la sintomatología.
medicina
hipocrática
v La interrogación al enfermo.
y el proceder de los v El diagnóstico.
científicos. v La terapéutica adecuada, que siempre es completamente natural.
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Investiga el
funciona-
miento del
banco de
Hipócrates, utilizado
para curar luxaciones
y dislocamientos.
LA MEDICINA POSTHIPOCRÁTICA
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b. La etapa alejandrina:
Se inicia al fundarse la Biblioteca-Museum de Alejandría, sobre ¿Cuáles son
el 300 a.n.e. En el mismo complejo de edificios se levantó el Serapeium las razones
que, desde tu
(nombre del dios egipcio de la medicina) destinado a centro de in- punto de vis-
vestigación y enseñanza, y en su seno se va a obrar una completa ta, justifican
revolución al inaugurar la edad de oro de la anatomía. la prohibición de disec-
Hasta ese momento, las creencias religiosas habían impedido la ciones del cuerpo hu-
mano? ¿Qué otras ra-
disección del cuerpo humano, ni siquiera en cadáveres. Los go- zones esgrimirías para
bernantes egipcios, en cambio, no sólo iban a tolerarlo sino que hacerla justificable?
fueron más allá, al decretar que los condenados a muerte fueran
entregados a los médicos para practicar en ellos la disección en
vivo (vivisección). Así, Herófilo –discípulo del mencionado
Praxágoras de Cos– fue el primero en acceder a tales prácticas,
realizando importantes descubrimientos que publicó en un trata-
do de anatomía en el que llevaba a cabo detalladas descripciones
del cerebro –distinguiendo entre cerebro, cerebelo, meninges y
cálamo–, de nervios y tendones. Así mismo explicaba el sistema
vascular, las glándulas salivares, el páncreas, la próstata y los
órganos genitales. Diferenciaba entre arterias y venas, y corrobo-
raba que las arterias contenían sangre y no aire. Este número tan
amplio de hallazgos se correspondía con un extenso y ambicioso
plan de investigaciones.
Erasístrato, por su parte, hizo también descubrimientos sobre
tejidos, sistema nervioso y cerebro.
c. Galeno de Pérgamo :
Si el núcleo de su educación se halla en Alejandría, su pensa-
miento estuvo evolucionando a lo largo de toda su vida. En con-
sonancia, su obra fue inmensa pues dejó escritos ciento treinta y
dos tratados, divididos en siete grupos: anatomía y fisiología,
patología, terapéutica, diagnóstico, pronóstico, obras filosóficas
y obras gramaticales.
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GALENO (130-200)
Nació en Pérgamo (ciudad de la costa jónica
del Asia Menor y poseedora de una de las me-
jores bibliotecas durante el período alejan-
drino) en torno al 130 de nuestra era. Su pa-
dre, importante arquitecto y terrateniente,
cuidó que su hijo tuviera la educación más
esmerada del momento, lo que alcanzó en la
propia ciudad de Pérgamo, y más tarde en
Esmirna, Corinto y Alejandría.
Se trasladó a Roma en un primer viaje, entre los años 162 y
166, donde ya consiguió clientela y renombre como médico.
Retornó a ella, tras permanecer tres años fuera, en el 169,
como médico de los emperadores Cómodo, Marco Aurelio y
Septimio Severo. Aquí vivió hasta su muerte en el 200, rodea-
do de un gran prestigio clínico y científico.
Permaneció como la gran autoridad indiscutida en medici-
na hasta bien entrado el siglo XVI.
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Tras Galeno, la medicina, al igual que sucedió con las demás cien-
cias y la filosofía, entra en una época de decadencia creativa, limitándose
a recopilar lo ya realizado de manera clara y sistemática. Por ello el perio-
do de los siglos III, IV, e incluso V, que ponen fin a la edad antigua, se
denomina de los compiladores. Sobresalen como tales en medicina, las
figuras de Oribasio, Pablo de Egina y Alejandro de Tralles.
ESQUEMA RELACIONAL
Es importante que sepas relacionar los siguientes elementos
del texto:
a) Que existe un paralelismo entre la transición general en la
cultura griega desde una forma de pensar mítica a una lógica y el
paso desde una medicina mágica o credencial a otra basada en
presupuestos racionales.
b) Que la propia actividad médica favoreció la construcción de
un método científico propio y diferenciado de interpretar la reali-
dad física.
c) Que la medicina sirvió de fundamento para desarrollar un
humanismo a través de una nueva concepción de la naturaleza
humana, construyéndose sobre ésta una ética profundamente
innovadora.
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INSTRUMENTOS RELEVANTES
EL GNOMON EN ASTRONOMÍA
EL MEDIDOR DE ÁNGULOS
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COMENTARIO DE TEXTO
LUCRECIO
[...] Deben los cuerpos duros y compactos tener unos principios más corvados, más unidos,
ramosos y enlazados, cuales son, entre otros, los diamantes, el duro pedernal y el fuerte hierro,
que se burlan de golpes repetidos, y bronces rechinantes de los quicios. Empero aquellos líquidos
formados de cuerpo fluido deben componerse de partes alisadas y redondas, puesto que no
pudiendo entrelazarse glóbulos de esta clase, también ruedan en un plano inclinado fácilmente.
Los fluidos que ves en un instante disiparse fugaces como el humo, las nieblas y las llamas, no se
forman de lisos y redondos elementos, puesto que el cuerpo hieren y le punzan, y penetrando los
peñascos, deben agudos ser, no corvos sus principios, y les daremos puntas más que ganchos.
[...] No debes admirarte cuando veas cuerpos a un tiempo fluidos y amargos. Como el agua
del mar, pues se componen de unos átomos lisos y redondos los fluidos, mezclándose con ellos
punzantes elementos, causadores de dolor; sin embargo, no es preciso sujetarlos por medio de
corchetes; basta que sean redondos y escabrosos, que a un mismo tiempo hacia adelante puedan
rodar y causar daño a los sentidos. Para que te convenzas de la mezcla de los principios lisos y
angulosos que causan la amargura de Neptuno, contemplemos sus partes separadas: filtrándose
en el seno de la tierra se endulzan las aguas, y se cuelan en depósitos dulces: sus principios de
mayor aspereza se detienen en los conductos por donde han pasado.
1. Observa cómo Lucrecio formula la conexión entre las formas de los átomos
y los estados de agregación de la materia, según el siguiente esquema:
2. Explica las razones por las que establece las conexiones anteriores. Intenta
analizar , en términos actuales, el proceso de filtrado al que se hace mención.
ARISTÓTELES
Todo lo que tiene una tarea, existe por motivo de esa tarea. La realización de Dios es su
inmortalidad; ésta es vida eterna. Por ello, también el cuerpo divino, es decir, el primer cielo, tiene
que efectuar un movimiento circular eterno. ¿Por qué no se mueve así el Universo entero? Es
obvio que un cuerpo que se mueve en círculo necesita tener un punto central en reposo. En
consecuencia, la Tierra tiene que existir por necesidad y reposa en el centro. Si existe la Tierra,
también tiene que existir el fuego, pues, si de dos contrarios el uno existe por naturaleza, tiene que
99
COMENTARIO DE TEXTO
existir también el otro por naturaleza. Además, si están presentes Fuego y Tierra, tiene que
existir la materia entre ellos. Como los elementos son contrarios tiene que haber un devenir, pues
los contrarios producen y experimentan acciones recíprocamente y se destruyen unos a otros...
La Tierra no se mueve en absoluto y lo que se encuentra cerca de ella, solamente poco. El primer
cielo, es decir, la esfera de las estrellas fijas, alcanza, sin embargo, la fuente última divina del
movimiento con un único impulso. Lo que está entre lo primero y lo último, alcanza, es cierto,
esta fuente, pero sólo por mediación de muchos movimientos.
DEL CIELO
HIPÓCRATES
Me parece que los primeros en sacralizar esta dolencia fueron gente como son ahora los
magos, purificadores, charlatanes y embaucadores, que se dan aires de ser muy piadosos y de
saber más. Estos, en efecto, tomaron lo divino como abrigo y escudo de su incapacidad al no tener
remedio de que servirse, y para que no quedara en evidencia que no sabían nada estimaron
sagrada esta afección. Y añadieron explicaciones a su conveniencia y asentaron el tratamiento
curativo en el terreno seguro para ellos mismos, aduciendo purificaciones y conjuros, prescri-
biendo apartarse de los baños y de un buen número de comestibles que serían comida inconve-
niente para los enfermos.
Con sus palabrerías y maquinaciones fingen saber algo superior y embaucan a la gente
recomendándoles purificaciones y expiaciones, y el bulto de su charla es la invocación de lo
divino y lo demoniaco. Aunque a mi me parece que no construyen sus discursos en torno a la piedad,
como creen ellos, sino, más bien, en torno a la impiedad y a la creencia de que no existen los dioses,
y que su sentido de lo piadoso y lo divino es impío y blasfemo, como yo voy a demostrar.
Pero si pueden tener conocimientos para hacer bajar la luna y ocultar el sol, y para
producir la tormenta y la calma, lluvias y sequias, y dejar el mar insoportable y la tierra estéril,
y toda una serie de trucos por el estilo, y aseguran que, bien sea por medio de ritos o por algún
otro ingenio o práctica, es posible lograrlo, a mi me parece que los que se dedican a esto cometen
impiedad y piensan que no existen los dioses ni tienen ningún poder ni siquiera para impedirles
nada de sus actos extremos porque no tienen temor de los dioses. Ya que, si un hombre actuando
como mago o por medio de sacrificios humanos hiciera desaparecer la luna u ocultar el sol, y
produjera tempestades y calma, yo ya no creería que ninguno de estas cosas era divina, sino
humana, si es que el ámbito de lo divino estaba dominado y esclavizado al poder de un hombre.
Pero tal vez no suceda esto así, sino que los hombres que carecen de un medio de vida se las
ingenian y se inventan muchos y variados trucos en cualquier asunto, y en esta enfermedad
achacándole la culpa a un dios en cada manifestación de la dolencia [...].
La enfermedad ésta en nada me parece que sea más divina que las demás, sino que tiene su
naturaleza como las otras enfermedades, y de ahí se origina cada una. Y en cuanto a su funda-
100
COMENTARIO DE TEXTO
mento y causa natural, resulta ella divina por lo mismo por lo que lo son todas las demás. Y es
curable no menos que las otras, con tal de que no esté ya fortalecida por su larga duración hasta
el punto que sea más fuerte que los remedios que se le apliquen.
JURAMENTO HIPOCRÁTICO
Juro por Apolo médico, por Asclepio, Higiea y Panacea, así como por todos los dioses y diosas,
poniéndolos por testigos, dar cumplimiento en la medida de mis fuerzas y de acuerdo con mi criterio
a este juramento y compromiso:
Tener al que me enseñó este arte en igual estima que a mis progenitores, compartir con él mi
hacienda y tomar a mi cargo sus necesidades si le hiciere falta; considerar a sus hijos como hermanos
míos y enseñarles este arte, si es que tuvieran necesidad de aprenderlo, de forma gratuita y sin
contrato; hacerme cargo de la preceptiva, la instrucción oral y todas las demás enseñanzas de mis
hijos, de los de mi maestro y de los discípulos que hayan suscrito el compromiso y estén sometidos
por juramento a la ley médica, pero a nadie más.
Haré uso del régimen dietético para ayuda del enfermo, según mi capacidad y recto entender;
del daño y la injusticia le preservaré.
No daré a nadie, aunque me lo pida, ningún fármaco letal, ni haré semejante sugerencia.
Igualmente tampoco proporcionaré a mujer alguna un pesario abortivo. En pureza y santidad
mantendré mi vida y mi arte.
No haré uso del bisturí ni aún con los que sufren del mal de la piedra: dejaré esa práctica a los
que la realizan.
A cualquier casa que entrare acudiré para asistencia del enfermo, fuera de todo agravio
intencionado o corrupción, en especial de prácticas sexuales con las personas, ya sean hombre o
mujeres, esclavos o libres.
Lo que en el tratamiento, o incluso fuera de él, viere u oyere en relación con la vida de los
hombres, aquello que jamás deba trascender, lo callaré teniéndolo por secreto.
En consecuencia séame dado, si a este juramento fuere fiel y no lo quebrante, el gozar de mi
vida y de mi arte, siempre celebrado entre todos los hombres. Mas si lo trasgredo y cometo perjurio.
Sea de esto lo contrario.
El texto es el documento sobre el que los médicos han jurado fidelidad a su profesión
durante más de veinte siglos. Analízalo y comenta sus principales aspectos según el
siguiente guión:
1. Respetar a los maestros de este arte.
2. Preservar al enfermo de la injusticia.
3. Ayudar al enfermo según la mejor capacidad y el recto entender del médico.
4. No aplicar al enfermo fármacos letales ni abortivos.
5. Vivir y aplicar su arte en pureza y santidad.
6. Socorrer al enfermo sin aprovecharse de la situación.
7. Guardar secreto profesional.
101
ACTIVIDADES
1.- Haciendo uso de un gnomon determina la direc-
ción N - S en la localidad en que te halles.
2.- Haciendo uso de las ideas expuestas por los
atomistas explica el proceso de percepción de un «olor» y
de un «sabor».
3.- Observa el proceso de caída de un cuerpo. ¿Cómo
se comporta su velocidad? Da una explicación de ese pro-
ceso haciendo uso de las ideas aristotélicas.
4.- El Sol y la Luna aparecen del mismo tamaño cuan-
do los observamos desde la Tierra. ¿Cómo podrías explicar
que el primero es, en realidad, mayor que la segunda?
5.- La clepsidra
(ladrón de agua) es una
vasija como la que se in-
dica en la figura cuya uti-
lidad radica en que puede usarse para extraer agua
o para medir periodos concretos de tiempo de acuer-
do con el goteo de una cierta cantidad de líquido a
través de un pequeño orificio. Las horas estaban mar-
cadas en las paredes de la vasija en la que caía el
agua. Trata de dar una explicación de su funciona-
miento y construye una.
6.- Se atribuye a Arquímedes la famosa frase:
Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo. Da una
explicación del significado de esta frase.
7.- Utilizando los símbolos numéricos que apa-
recen en el recuadro adjunto, escribe las siguientes
cantidades: 15, 25, 250, 325, 2.356.
8.- Utilizando los guijarros de los que se ser-
vían los pitagóricos demuestra la propiedad aritmé-
tica siguiente :
Cualquier número cuadrado es igual a la suma de
dos números triangulares.
9.- Busca un ejemplo de demostración matemá-
tica deductiva.
10.- Busca un ejemplo de demostración por re-
ducción al absurdo.
11.- Investiga qué número de demostraciones
del Teorema de Pitágoras hay catalogado. Analiza
alguna de estas demostraciones.
11.- Trata de demostrar las proposiciones 7, 8 y 15 que aparecen en el tratado de
Aristarco Sobre las medidas y distancias del Sol y la Luna (consulta su contenido en la
página 80 del texto).
12.- Analiza un ejemplo de dieta equilibrada y trata de establecer qué relación
puede guardar con la teoría de los humores.
102
BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA
- ALSINA J.- Los orígenes helénicos de la medicina occidental. Guadarrama 1982.
- DREYER J. L. E.- A History of Astronomy from Thales to Kepler. Dover 1981.
- DUHEM P.- Le systéme du monde. Histoire des doctrines cosmologiques. Vol II,
De Platón a Copernic. Hermann 1965.
- GILLE B.- La cultura técnica en Grecia. Juan Granica 1985.
- GUTHRIE W.K.C.- Historia de la filosofía griega. 6 vols. Gredos 1984.
- HEATH T.H.- A History of Greek Mathematics. 2 vols. Dover 1981.
- JOLY R.- Hippocrate. Medicin Grecque. Gallimard 1964.
- LAÍN ENTRALGO P.- La medicina hipocrática. Alianza Universidad 1987.
El cuerpo humano. Oriente y Grecia Antigua. Espasa Calpe 1987.
- LAÍN ENTRALGO P. Y OTROS.- vol. 1 Historia Universal de la Medicina. Barcelona
1972.
- LÓPEZ PIÑERO J.- La Medicina Antigua. Cuadernos 16.
- LUCK G.- Arcana Mundi. Magia y ciencias ocultas en el mundo griego y romano.
Gredos 1995.
- LLOYD G.E.R. - Magic, Reason and Experience. Studies in the origin and development
of Greek Science. Cambridge University Press 1979.
- NEUGEBAUER O.- The Exact Sciences in Antiquity. Dover 1962.
- REY A.- La juventud de la Ciencia Griega. UTEHA 1961.
La madurez del pensamiento científico en Grecia. UTEHA 1962.
- SAMBURSKY S.- El mundo físico de los griegos. Alianza Universidad 1990.
El mundo físico a finales de la Antigüedad. Alianza Universidad
1990.
- SARTON G. - A History of Science. Ancient Science through the golden age of Greece.
Dover 1993.
A History of Science. Hellenistic Science and Culture in the last three
centuries b.C. Dover 1993.
- SEMINARIO OROTAVA DE HISTORIA DE LA CIENCIA.- Historia de la Geometría Griega.
1992.
Ciencia y cultura en la Grecia Antigua, Clásica y Helenística.
Consejería de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de
Canarias 2000.
- TANNERY P.- Pour l´histoire de la Science Helléne. París. J. Gabay 1930.
La geometrie grecque. París 1988.
- VERNANT J. P.- Mito y pensamiento en la Grecia Antigua. Ariel Filosofía 1983 .
103
- HIPÓCRATES.- Tratados Hipocráticos. 7 vols. Gredos 1983-1993.
- LUCRECIO.- De la naturaleza de las cosas. Austral Espasa Calpe 1969.
- PLATÓN.- vol. VI. Timeo. Gredos 1992.
- Textos Presocráticos. 3 vols. Gredos 1978-1980.
PELÍCULAS
- FARAÓN. Dirigida por J. Kawalerowicz en 1966. La mejor película sobre el
Egipto antiguo, tanto por su ambientación como por su fidelidad histórica,
aunque pueda resultar algo lenta para alumnos. Una visión más ágil y próxi-
ma a los parámetros y gusto de Hollywood la podemos encontrar en TIERRA DE
FARAONES de Howard Hawks (1955).
- EDIPO REY (1967) y MEDEA (1969). Dirigidas por Pier Paolo Passolini, conser-
van la impronta de su personalidad. De excelente ambientación, no son, sin
embargo, recomendables para el alumnado por su premiosidad y rareza. Sí lo
son, en cambio, para el profesorado.
- EN BUSCA DEL FUEGO. Dirigida por Jean Jacques Annaud (1985). Narra la im-
portancia que el descubrimiento del fuego tuvo para la humanidad. La ambien-
tación en la Prehistoria es excelente.
- EL BANQUETE (DE PLATÓN). Dirigida por Marco Ferreri en 1988. Película que
pretende escenificar la conocida obra de Platón, con Sócrates como protagonis-
ta. Lenta, difícil y, a ratos, pesada. No recomendable para alumnos, tal vez para
filósofos con mucha afición por el tema.
- SÓCRATES. Dirigida por Roberto Rosellini para la televisión. Con sobriedad y
sencillez nos presenta la figura de Sócrates con un alto valor didáctico. Difícil
de encontrar.
- ESPARTACO. Dirigida por Stanley Kubrick en 1960. Una gran película sobre la
Roma antigua, ambiciosa y muy ilustrativa, como también puede serlo JULIO
CÉSAR de Joseph. L. Mankiewicz (1953) basada en la obra de Shakespeare.
- YO, CLAUDIO y ROMA son dos series de televisión que recrean, de forma dife-
rente pero en ambos casos muy interesante, el ambiente, la vida y las intrigas
por el poder durante un amplio periodo de la Roma del Imperio. La primera se
basa en la obra homónima de Robert Graves.
NOVELAS
- ANTES DE ADÁN: Jack London. A través del poder misterioso de los sueños, el
novelista lleva a cabo un regreso a los orígenes y se encarna en uno de nuestros
remotos ancestros.
- EN BUSCA DEL FUEGO, EL LEÓN DE LAS CAVERNAS y VAMIREH: J.H. Rosny escribió
entre 1892 y 1918 un conjunto de novelas dedicadas al hombre primitivo en las
que difunde el evolucionismo, entonces en periodo de franca afirmación.
- CREACIÓN: Gore Vidal. El nacimiento de las grandes ideas filosóficas, espiri-
tuales, científicas y morales a través de un periplo que nos pone en contacto
con Zoroastro, Buda, Confucio, Heródoto y Sócrates.
104
- SINUÉ EL EGIPCIO: Mika Waltari. La vida de un médico en el antiguo Egipto.
Además de una ambientación del periodo, contiene notable información sobre
la enseñanza, la profesión y los usos médicos.
- TROYA: Gisbert Haefs. La narración épica que nos legó Homero aparece en el
fondo de esta revisión, ambientada en el siglo VI a.n.e., de unos hechos en los
que se confunde historia y leyenda.
- ASKLEPIOS, EL ÚLTIMO GRIEGO: Miguel Espinosa. Memorias de un médico griego
de formación científica hipocrática, en cuya ideología se mezclan estoicismo y
escepticismo.
- LOS IDUS DE MARZO:Thornton Wilder. Una crónica de los últimos días de César
y de la conspiración que culminó con su asesinato que es, al mismo tiempo,
una recreación apasionante de la Roma imperial.
- LAS MEMORIAS DE ADRIANO: Margueritte Yourcenar. Libro de memorias del
emperador Adriano, siguiendo las virtudes y valores del mejor clasicismo.
Excelentemente escrito.
- ESPARTACO: Howard Fast. Una visión de la época y la civilización romana
desde la óptica de los desfavorecidos: los esclavos. La historia de una revuelta
que se convirtió en símbolo de la lucha contra el poder tiránico.
- EL FARO DE ALEJANDRÍA: Gillian Bradshaw. Historia de una mujer médico en la
Alejandría y el Imperio Romano de finales del siglo IV.
COMICS
- 300: Frank Miller y L. Varley. Un dibujo vigoroso para ilustrar el carácter de
los espartanos con el fondo de la famosa defensa de las Termópilas.
- LOS VIAJES DE ALIX: Jacques Martin. A través de las peripecias de un audaz y
decidido joven, el autor nos invita a participar de su pasión por la historia.
Bellamente ilustradas las páginas de esta serie nos permiten descubrir la vida
y costumbres de las grandes civilizaciones de la Antigüedad.
105
LA CIENCIA MODERNA:
el Universo abierto y el Hombre máquina
LA CIENCIA MODERNA:
el Universo abierto y el Hombre máquina
108
Contenidos
1. Los precedentes: ciencia,
técnica y religión en el Medioevo
2. La Revolución Científica
Moderna: características
3. Las aportaciones de
Copérnico y Kepler
5. Newton: la ley de la
gravitación universal. El universo
mecánico
6. La nueva matemática
109
La ciencia moderna
moderno, y las que antes se entusiasman por esa efervescencia de los espíritus
que va a cambiar el mundo
Y este nuevo hombre trae consigo, pegado a la piel, un don hasta entonces
inédito, que va a valorar como el más fundamental de sus atributos: la libertad.
Ser hombre es, auroralmente, ser libre para poder decidir por sí mismo cómo
quiere vivir. En tal facultad de decidir su vida reside su auténtica dignidad como
ser humano. Y en ese afán de vivir dignamente el renacentista busca modelos, y
los encuentra en la antigüedad, en las culturas griega y latina. Con la
reinterpretación que de ellas –en su prístina originalidad– hace, instituye un
corpus propio al que denomina Humanismo: formas de vivir la vida humana-
mente, como ser autónomo que se forja a sí mismo y se relaciona desde sí con otros
hombres tendiendo hacia lo mejor. Resurgen por este camino los grandes textos y
tratados de la ciencia griega, e inseparablemente entreverados a ellos lo hacen la
magia y el ocultismo. También la naturaleza es, para los renacentistas, un ser
vivo, animado, un gran organismo activo del que es importante conocer sus
pautas de comportamiento, pero, por encima de todo, sobre el que es importante
actuar para dominar. El hombre moderno se decanta, desde el principio, por la
acción, que frente a la naturaleza se traduce en la búsqueda de las claves para
ponerla a su servicio. De ahí que magia y ciencia circulen, durante el período,
como indiferenciables. Se carece de criterios para separar lo que es científico de lo
que no lo es. Ni siquiera aquellos que hoy consideramos como grandes científicos
–Kepler o Newton por ejemplo– pudieron hacerlo con claridad. Pero ya desde el
Mil Quinientos lo que sí vemos aparecer es un afán por delimitar una y otra, un
anhelo de método que separe los territorios de ambas. Para ello van a utilizar la
matemática y la racionalidad. Pero la vida no es fácil. Las guerras y conflictos
están redefiniendo los límites del mapa europeo a costa de sangre y fuego. Emergen
los estados modernos y las luchas de religión entre católicos y protestantes pren-
den por doquier las hogueras del fanatismo y la intolerancia. La Iglesia católica,
tras finalizar el Concilio de Trento en 1563, lanza a la Inquisición en persecución
de herejes y brujos, a la vez que cierra filas en torno al dogmatismo más estrecho.
La ciencia no va a quedar libre de sus garras: Copérnico no se atreve a publicar su
110
La ciencia moderna
obra hasta hallarse en el lecho de muerte, y años después aquélla será incluída en
el Índice de libros de lectura prohibida por la Iglesia, Kepler se pasará la vida
huyendo de las luchas religiosas que le sitian por doquier y ha de emplearse a
fondo para salvar a su madre de la hoguera, condenada por bruja, Galileo es
procesado y finalmente encarcelado por la Inquisición, tras salvar la vida retrac-
tándose de sus creencias copernicanas, Descartes debe huir de Francia a Holanda
y suspender la publicación de su «Tratado del mundo» y, el menos afortunado de
todos, Giordanno Bruno, es quemado vivo en el Campo de las Flores de Roma, por
sostener la infinitud de los mundos. Decididamente no era una buena época para
dedicarse a la ciencia. Mientras la pompa y el fasto del Barroco y de las monar-
quías absolutas daban su tono al siglo XVII, más de un tercio de la población
europea muere víctima de las guerras y sus secuelas: hambre, epidemias... Tan
sólo Holanda se levanta como excepción convirtiéndose en tierra de acogida para
la ciencia, pues ni siquiera la tradicionalmente tranquila Inglaterra escapa al
signo de los tiempos. En su territorio se dirimen conflictos dinásticos, se establece
la dictadura puritana de Cromwell o se libran las guerras entre absolutistas y
liberales. Mucho menos peligroso que renovar la astronomía o la mecánica es la
labor de viajeros y naturalistas, empeñados en el trabajo discreto y meticuloso de
taxonomistas, recopilando, clasificando, catalogando plantas y animales, o
diseccionándolos y analizándolos a la luz de los primeros y rudimentarios mi-
croscopios, hasta conseguir completar el glosario botánico y zoológico de todo lo
existente. Pero el panorama cambia radicalmente tras la Revolución Científica.
El asombro deja paso al optimismo a que da lugar el newtonianismo. La ciencia se
pone de moda en casi toda Europa, siendo muchos los espíritus convencidos de
haber hallado en ella el auténtico y definitivo motor del progreso humano infini-
to. Se leen libros científicos, se populariza su acceso, y saber de ella es imprescin-
dible para tener conversación y ser recibido en los mejores círculos y salones. En
cada ciudad se crean sociedades científicas, jardines botánicos, zoológicos..., y los
periódicos dan cuenta de sus avances. Ha nacido la Ilustración del siglo XVIII. En
Inglaterra se promociona la aplicación de los avances científicos a la construcción
de máquinas que van a cambian la faz de mundo a través de la Revolución
Industrial. En Francia, Voltaire –máximo adalid de la Ilustración– difunde la
obra de Newton y el valor del conocimiento científico como palanca para la mo-
dernización, cambio y transformación de la sociedad. Se apuesta por el saber, la
investigación y la educación para romper el círculo vicioso de la ignorancia y la
intolerancia y poder así acceder a un futuro más pacífico y humano. La adquisi-
ción de las libertades públicas y la democracia política se dejan ver ya en el
horizonte de la Revolución Francesa de 1789. Durante este siglo el crecimiento de
los saberes es exponencial, hasta el punto de que cuando aquél finalice habrá
surgido una de las notas básicas de la cultura contemporánea: la especialización.
Cada área de conocimiento aspira a convertirse en ciencia y a adquirir autonomía
respecto a las demás, a desarrollarse independientemente y a absorber la íntegra
dedicación de quienes en ella se esfuerzan. Es la cultura del especialista que si bien
ha dado un auge enorme a cada una de las ciencias, también las ha empobrecido y
limitado a causa de su incapacidad para conocer y entender los avances de las
demás. En cualquier caso, es ahora, a finales del siglo XVIII cuando por fin nace
para el mundo de la ciencia una disciplina decisiva para la comprensión de la
materia y de lo vivo y que hasta ese momento había permanecido presa de la
alquimia: la Química. Este hecho va a marcar de forma determinante el siguiente
período de la ciencia: el del siglo XIX.
111
La ciencia moderna
INTRODUCCIÓN
MARCO HISTÓRICO
Estudia con
detalle el
proceso de
ascenso de
la burgue-
sía durante el periodo.
112
La ciencia moderna
113
La ciencia moderna
La ópera fue
el espectá-
culo por ex-
celencia de
la época, in-
corporando teatro y
música como elemen-
tos expresivos. Escu-
cha algunas arias de
Monteverdi.
RENACIMIENTO
114
La ciencia moderna
BARROCO
115
La ciencia moderna
ILUSTRACIÓN
116
Los precedentes:
1 ciencia, técnica y religión
en el medioevo
117
La ciencia moderna
Mar Negro
ARMENIA
TRACIA Constantinopla
ASIA MENOR
Estudia los MACEDONIA
aspectos más
significativos
de la cultura Antioquía
CATEPANATO
bizantina. DE ITALIA
Atenas
RODAS
Siracusa CHIPRE
CRETA
Mar Mediterráneo
Mapa de Bizancio.
118
La ciencia moderna
LA CIENCIA ÁRABE
Samarcanda
tico
Ma
rC
án
as
Atl
pio
no
Negro
Mar
éa
Oc
Constantinopla
Toledo
Córdoba Bagdad
SIRIA
Fez Damasco Golfo Pérsico
Mar Mediterráneo
Alejandría
El Cairo ARABIA
Medina
ico
EGIPTO La Meca
Índ
no
Ma
éa
rR
Oc
ojo
SAHARA
Imperio Islámico
Imperio Bizantino
119
La ciencia moderna
¿Qué es y có-
mo funciona
un ábaco?
120
La ciencia moderna
LA ESCOLÁSTICA Y EL RENACIMIENTO
121
La ciencia moderna
122
La ciencia moderna
Medita so-
bre las ven-
tajas que
ofrece la
imprenta de «tipos
móviles».
123
La ciencia moderna
Estudia en
qué consiste
el Canon de
Vitrubio.
124
La ciencia moderna
ESQUEMA RELACIONAL
125
La Revolución Científica
2 Moderna
126
La ciencia moderna
127
La ciencia moderna
128
La ciencia moderna
129
La ciencia moderna
130
La ciencia moderna
EL SISTEMA PTOLEMAICO
131
La ciencia moderna
El Sol sale siempre por el Este y se pone por el Oeste pero estas
posiciones de nacimiento y ocaso no son las mismas cada día, así como
tampoco es igual la longitud de la sombra de ese gnomon a mediodía ni el
número de horas de luz diarias.
Si fuéramos anotando uno tras otro los puntos en los que el Sol
desaparece por el horizonte –observando las estrellas que surgen a
continuación– constataríamos que dicho astro describe un círculo sobre
el fondo de las estrellas y que dicho círculo está inclinado 23 ½ º con
respecto al ecuador celeste: se trata de la eclíptica y el conjunto de
constelaciones que en ella aparecen y que el Sol recorre de Oeste a Este
en un año son las denominadas constelaciones zodiacales que tanta im-
portancia van a tener en astrología.
Los movimientos de las estrellas son mucho más simples que los del
Sol aunque su estudio requiera una observación más atenta. Reconocer la
misma estrella exige ubicarla dentro
de una aglomeración reconocible,
una constelación, que convertimos en
algo familiar asociándola a ciertas fi-
guras. Este reconocimiento es posi-
ble porque aunque las constelaciones
se muevan, parecen hacerlo al uníso-
no. En el telar de los cielos existe ade-
más otra particularidad: mientras que
las constelaciones y las estrellas que
las conforman se ven arrastradas por
el movimiento general de los cielos,
la estrella polar siempre aparece ocu-
pando una misma posición fija (en
realidad no es la estrella polar, sino
un punto angularmente muy próxi-
Representación de la varilla a la estrella polar y del mo a ella el que permanece fijo). Este
movimiento de los cielos de Este a Oeste. punto recibe el nombre de Norte ce-
132
La ciencia moderna
133
La ciencia moderna
134
La ciencia moderna
La retro-
gradación
no es otra
cosa que el
movimiento de retro-
ceso –de Este a Oeste–
que efectúa el planeta
observado desde la
Tierra.
135
La ciencia moderna
136
La ciencia moderna
ESQUEMA RELACIONAL
137
Las aportaciones
3 de Copérnico y Kepler
138
La ciencia moderna
139
La ciencia moderna
Investiga
qué corrien-
tes de pen-
samiento
otorgaron
un papel central al Sol
–y a la luz– identifi-
cándolos como atribu-
tos de la Divinidad.
140
La ciencia moderna
interrelación, el sacrificio que había que hacer para aceptarlo era, por todos los
conceptos, tremendo. En efecto, se negaba todo un conjunto de aparentes
evidencias – la inmovilidad de la Tierra, el movimiento del Sol y la Luna,
etc.– y se ponía en cuestión, al mismo tiempo, todo el complejo y articula-
do sistema aristotélico apoyado en los «lugares naturales» y en la jerar-
quía y ordenación de los diversos elementos. La necesidad de una expli-
cación mecánica se convierte, pues, en una tarea imprescindible.
Explica,
mediante
una cons-
trucción si-
milar a la
de la figura, la retro-
gradación de un pla-
neta interior según los
modelos geocéntrico y
heliocéntrico.
141
La ciencia moderna
Observa
Las implicaciones del cambio de posición de la Tierra no sólo tuvie-
que los es- ron relevancia en el campo de la astronomía o la física, afectaron también
fuerzos de de un modo importantísimo a la ubicación del hombre dentro del diseño
Copérnico, de la Creación.
Kepler, Ga-
lileo y otros, con el fin
de ennoblecer el nue- LAS APORTACIONES DE JOHANNES KEPLER
vo sistema no pudie-
ron evitar la sensación
de orfandad que pro- Arthur Koestler en su polémico, pero sugerente, libro Los sonámbulos
ducía sentirse tripu- presenta a Kepler (usando la información que éste suministra en su ho-
lante de un infini- róscopo) de este modo:
tesimal planeta en un
vasto Universo de lí-
mites indefinidos. Johannes Kepler, Keppler, Khepler, Kheppler o Keplerus, fue
concebido el 16 de Mayo de 1571 a las 4.37 de la madrugada y nació
el 27 de diciembre a las 2.30 de la tarde, tras un embarazo que duró
224 días, 9 horas y 53 minutos [...] El contraste entre la poca impor-
tancia que da a su apellido y su extremada precisión acerca de las
fechas, refleja desde el principio una mente para la que el lenguaje de
los números contenía la realidad definitiva, la esencia de la religión,
la verdad y la belleza.
142
La ciencia moderna
cuerpos y sólo seis planetas (número de los conocidos en su época)? ¿no guar-
darán estos números alguna relación oculta? Los perío-
Kepler emplearía mucho tiempo en tratar de encajar el tamaño de las dos de revo-
órbitas en un modelo de esferas inscritas y circunscritas a estos poliedros lución para
regulares y sólo a regañadientes, obligado por la presión de los datos preci- los planetas
son aproxi-
sos de Tycho, abandonará esta estructura de singular belleza. Obsesionado madamente: 3 meses
por estas ideas intentará posteriormente conectar las armonías musicales para Mercurio, 7 me-
de las escalas pitagóricas con las órbitas planetarias (Harmonice Mundi 1618) ses y medio para Ve-
y en el camino encontrará, asumidas ya sus dos primeras leyes para el nus, 1 año para la Tie-
rra, 2 años para Marte,
movimiento planetario y publicadas en la Astronomía Nueva, las relaciones 12 para Júpiter y 30
entre los períodos de revolución de los planetas y las distancias medias para Saturno.
entre éstos y el Sol; enunciará así la que es su tercera ley.
143
La ciencia moderna
LEYES DE KEPLER
La «imperfec-
ción» de las
elipses produ-
jo en Kepler
una verdade-
ra conmoción ¿a qué
creencia metafísica
puedes atribuirla?
Como vemos, estas leyes nos indican la forma de las órbitas, el modo en
que se recorren y nos muestran la existencia de una relación entre las distintas
órbitas. Sugieren una causa común para todos los movimientos o, expre-
sado de otro modo, ponen en primer plano el problema de la fuerza. En
efecto, la tercera ley parece implicar que el Sol suministra la fuerza rectora
que mantiene a los planetas moviéndose como lo hacen. ¿Puede explicar-
se de otro modo el que la velocidad de éstos aparezca tan puntualmente
relacionada con la distancia a aquél?
10
Radio orbital (Tierra = 1)
144
La ciencia moderna
145
La ciencia moderna
Observa
que Tycho
revolucio-
nó la astro-
nomía por
la precisión y conti-
nuidad de sus obser-
vaciones –en concreto
Tycho Brahe (1546-1601) era descendiente de la más pura nobleza danesa.
de los planetas– y que En su época de estudiante perdió parte de su nariz en un duelo con otro noble
su nuevo mapa del fir- danés, causado por una disputa acerca de quién de los dos era mejor matemático.
mamento comprendía Estudió en Copenhague, Leipzig, Wittenberg, Basilea y Augsburgo. Cuando retor-
casi un millar de es-
trellas fijas, 777 de las
nó a su país, el rey Federico II de Dinamarca, mecenas de la filosofía y las artes, le
cuales estaban posi- ofreció una isla en el Sund –entre Copenhague y Elsinor– de cinco kilómetros de
cionadas con toda largo y más de quinientas hectáreas de extensión, donde construir un observatorio a
exactitud. expensas del estado. Así surgió el fabuloso Uranienborg (El palacio del cielo). El
observatorio, construido por un arquitecto alemán bajo la supervisión del astróno-
mo, combinaba la meticulosa precisión con una fantástica extravagancia. Era una
gigantesca fortaleza con una fachada renacentista, coronada por una cúpula en forma
de cebolla, flanqueada por torres cilíndricas de techo móvil, que albergaban los ins-
trumentos y rodeadas de galerías con relojes, cuadrantes solares, globos y figuras
alegóricas. En el sótano se hallaba la prensa de imprimir, abastecida por su propio
molino de papel. En la biblioteca se alzaba un gran globo celeste de latón, de metro
y medio de diámetro, en el cual, durante veinticinco años se grabaron las estrellas fijas
una por una trazando así un nuevo mapa del cielo. El estudio del sudoeste contenía
el arco de latón del mayor cuadrante que existía, de cuatro metros de diámetro,
clavado a la pared. En el espacio interior del arco había un mural representando al
propio Brahe rodeado por sus instrumentos.
Con el tiempo, el astrónomo añadió un segundo observatorio, el Stjeneborg
(Castillo de las estrellas), construido enteramente bajo tierra para proteger los instru-
mentos de las vibraciones y del viento, con tan sólo los techos encupulados por
encima del nivel del suelo. Ambos edificios estaban repletos de aparatos, autómatas,
incluidas estatuas movidas por ocultos mecanismos, y de versos y epigramas del
extravagante Tycho, que plagaban las paredes y adornos.
146
La ciencia moderna
ESQUEMA RELACIONAL
Es importante que sepas relacionar los siguientes elementos
del texto:
a) Que el modelo de Copérnico representa, en relación con el de
Ptolomeo, una mejora explicativa sustancial de los fenómenos
astronómicos.
b) A pesar de ello el sistema copernicano es, aparentemente,
contrario al sentido común y supone además una drástica
reubicación de la posición hasta entonces ocupada por el hombre
en el universo.
c) En Tycho Brahe la precisión observacional acaba con las ex-
plicaciones basadas en el más o menos, adquiriendo desde enton-
ces un papel central la noción de exactitud.
d) Que el universo de Tycho Brahe mantiene un compromiso
entre el modelo ptolemaico y el modelo copernicano.
e) El modelo de Kepler acaba con el mito de la circularidad y con
el andamiaje de las esferas cristalinas; ello exige la búsqueda
de un nuevo conjunto de explicaciones físicas.
f) Que la actitud de Kepler abandonando su modelo teórico ba-
sado en los «sólidos platónicos» por no adaptarse con toda preci-
sión a los datos observacionales es un ejemplo claro de su talante
científico.
g) La observación exacta y su formulación por medio de leyes
matemáticas va a ser la marca de fábrica de la nueva astronomía.
147
Galileo:
4 la nueva ciencia y el método
LA CIENCIA DE GALILEO
148
La ciencia moderna
149
La ciencia moderna
EL MOVIMIENTO
150
La ciencia moderna
acción del medio en el que el movimiento tiene lugar y por una recuperación
de la posibilidad de existencia del vacío. Esta lenta clarificación condujo
a la disolución de un universo, hasta entonces finito, limitado, heterogé-
neo y ordenado, y a su sustitución por otro con características muy distin-
tas cuya estructura última aún está por determinar.
No es ocioso mencionar aquí que, en el tránsito de la sociedad me- Compara el
dieval a la renacentista, se produjo un hecho fundamental: el cambio de uso que de
la perspec-
las nociones de espacio y tiempo. Este cambio repercutió en ámbitos que
tiva hacen
van desde la organización de la vida social (articulada por las horas pintores re-
laxas de la llamada al rezo y a la oración o por las horas regladas e nacentistas como Pie-
iguales marcadas por un artificio mecánico) a la estructuración del espa- ro della Francesca y
Alberto Durero.
cio pictórico (descubrimiento de la perspectiva), pasando, claro está, por
el espacio físico que deja, paulatinamente, de ser activo y heterogéneo
para pasar a convertirse en pasivo y homogéneo al modo en que lo conci-
bieron atomistas y geómetras.
151
La ciencia moderna
Caída de graves
152
La ciencia moderna
gravedad, lo impulsa hacia lo alto. Ahora bien, una vez que hayan
alcanzado una y otra un estado de equilibrio, el móvil deja de ascen-
Traduce a
der pasando al estado de reposo, en el cual el impulso (impeto) que se
símbolos la
le había impreso no queda aniquilado sin más ni más, sino que co- argumen-
mienza a desaparecer lo que antes prevalecía sobre la gravedad del tación de la
móvil y que era la causa de que lo hiciera subir. Al ir disminuyendo teoría del
ímpetu (utiliza F para
este impulso sobreañadido y comenzar, consecuentemente, a tomar
representar lo que Sa-
ventaja el peso, empieza la caída con lentitud a causa de la fuerza que gredo denomina «im-
traía impresa el móvil y buena parte de la cual permanece todavía en peto» y P para repre-
éste. Ahora bien, en cuanto que dicha fuerza va disminuyendo conti- sentar la gravedad).
nuamente, siendo superada cada vez más por la gravedad, el resulta-
do es la continua aceleración del movimiento.
153
La ciencia moderna
El movimiento de proyectiles
154
La ciencia moderna
Investiga
qué razo-
nes pue-
den darse
en contra
del movimiento de la
Tierra. Consulta el
texto de Galileo y
comprueba si apare-
cen expuestas en él.
155
La ciencia moderna
EL PROBLEMA DE LA FUERZA
El concepto de fuerza no es nada sencillo y su depuración ha sido
consecuencia de un largo proceso. La noción de fuerza, por otra parte,
está profundamente relacionada con un cierto animismo y constituye
uno de los núcleos de ese viscoso pero enormemente atractivo campo de
la magia natural al que han dedicado parte de sus esfuerzos personajes
de todo tipo.
Para entender las razones por las que Galileo elude pronunciarse
sobre las causas del movimiento de caída de los cuerpos, quizás conven-
dría recordar que la noción intuitiva de fuerza va asociada al contacto
(empujar, halar, resistir, etc.) y que en este tipo de acciones es fácilmente
identificable el agente responsable (motor o resistencia). De ahí las difi-
cultades que surgen tanto en el movimiento de caída –al que hábilmente
156
La ciencia moderna
157
La ciencia moderna
El texto termina con lo que parece ser una formulación del Principio
Consulta la de Inercia –al que Galileo tanto se aproximó en múltiples ocasiones sin
continuación conseguir, no obstante, atraparlo. La continuación del diálogo, sin em-
del diálogo
al que se ha- bargo, muestra que Galileo dirige sus conclusiones –y en consecuencia
ce mención en yerra– hacia la enunciación de un Principio de Inercia Circular mediante el
el texto. cual poder justificar el modelo copernicano.
De acuerdo con este Principio, la bola continuaría moviéndose in-
definidamente sin alejarse ni aproximarse al centro. El movimiento per-
durará sobre esa superficie ideal circular en la que se ha convertido el
plano horizontal galileano. Mediatizado por el mundo real, Galileo no
dará el salto hacia un mundo vacío en el que una bola se mueve en línea
recta con un movimiento sin fin e infinito. Será a Descartes al que corres-
ponderá el honor de haber proporcionado una fórmula «clara y distinta» del
principio de inercia.
158
La ciencia moderna
159
La ciencia moderna
ESQUEMA RELACIONAL
Es importante que sepas relacionar los siguientes elementos
del texto:
a) En el estudio del movimiento, Galileo se ocupa sobre todo de
los aspectos cinemáticos y «olvida» las cuestiones relativas a las
causas –las fuerzas.
b) El espacio en el que tiene lugar el movimiento va perdiendo
sus cualidades –vinculadas al concepto aristotélico de lugares
naturales– para irse aproximando a la noción de espacio que cons-
truyeron geómetras y atomistas.
c) La pretensión de más largo alcance de los tratados galileanos
es dotar al sistema copernicano de una fundamentación física.
d) Uno de los hallazgos de esa nueva física es el principio de
relatividad que permitirá entender por qué la Tierra es móvil y, sin
embargo, su movimiento no es percibido por los observadores que
se mueven con ella.
e) Galileo asienta una nueva metodología que, por un lado, se
apoya en la expresión de las leyes físicas mediante el lenguaje
matemático y, por otro, considera necesario violentar la naturale-
za para someterla a preguntas interesadas (experimentos).
160
Newton: la ley de gravitación
5 universal. El universo mecánico
LA MECÁNICA NEWTONIANA
161
La ciencia moderna
162
La ciencia moderna
v = v0 + ∫ adt
163
La ciencia moderna
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La ciencia moderna
P
S
2 4
165
La ciencia moderna
166
La ciencia moderna
167
La ciencia moderna
ser CC’ paralela a BB’ los triángulos OBC y OBC’ tienen la misma
base OB e idénticas alturas (obtenidas trazando las perpendiculares
a OB desde C y C’). Este impulso central podría ahora repetirse en C’
y nuevamente volvería a presentarse una situación similar a la ante-
rior. Como los intervalos temporales pueden acortarse podrían
Investiga de elegirse tan pequeños como quisiéramos y la acción de la fuerza
qué modo centrípeta pasaría a ser continua dejando entonces la órbita de ser
puede obte- una línea quebrada para convertirse en una curva uniforme.
nerse esta
dependencia
Newton invirtió el argumento anterior y concluyó que puesto que los
de la Fuerza gravi- planetas barren áreas iguales en tiempos iguales, la fuerza responsable
tatoria con la distan- de su movimiento es una fuerza central.
cia. Haz uso de la apro- e) Una vez demostrado el carácter central de la fuerza surge el pro-
ximación moderna y,
para simplificar, utili-
blema crucial que resume la cuestión planteada por Halley a Newton:
za órbitas circulares. ¿Qué dependencia con la distancia debe tener esa fuerza central para que la
trayectoria resultante sea una elipse? Newton contestó en su momento
que la fuerza en cuestión disminuiría con el cuadrado de la distancia
y más tarde, en los Principios, daría una demostración de tipo general.
f) Fue entonces posible plantearse lo que se conoce como la prueba de
la Luna, que consiste en comprobar que la gravedad terrestre, si se
proyecta hasta la luna con un factor de disminución de la ley del
inverso del cuadrado, suministra exactamente la fuerza centrípeta
necesaria para la aceleración lunar y para el mantenimiento de ésta
en órbita. Se mostraría así que la gravedad se extiende más allá de la
Tierra.
g) El principio de acción y reacción acabaría convirtiendo a la grave-
dad en una fuerza de interacción mutua y permitiría a Newton dotar
a ésta de un carácter universal así como plantearse un modelo para el
Universo mucho más ajustado que el que sugieren las leyes de Kepler
(convertidas finalmente en meras aproximaciones). Esta noción de
atracción a distancia que la ley de gravitación tiene, no está exenta de
dificultades, porque al no ser capaz de responder a la pregunta clave:
¿cómo actúa un cuerpo sobre otro sin alguna suerte de contacto? pa-
rece poseer connotaciones mágicas. El mismo Newton no creía que
una fuerza pudiese actuar a tan grandes distancias como las que
existen entre el Sol y los planetas a menos que hubiese «algo» en el
¿Qué posi- espacio intermedio capaz de producir lo que parecía ser semejante a
ción filosó- una atracción. Su fracaso al no encontrar este «algo» no le impidió sin
fica parece embargo imaginar la existencia de esta fuerza atractiva ni tampoco
desprender-
se de las afir- extraer las consecuencias matemáticas de tal existencia y comparar
maciones que Newton los resultados matemáticos con el mundo de la naturaleza física. La
hace en el texto sobre concordancia existente entre el comportamiento de la naturaleza y lo
la naturaleza de la predicho por su modelo acabó convenciéndolo no solo de la utilidad
gravedad?
de su ley de gravitación sino de su existencia real. La insatisfacción
que le produce el no hallar una causa explicativa lo obligaría, no
obstante, a proclamar:
168
La ciencia moderna
EL MÉTODO
En sus investigaciones físicas, y más en concreto en sus trabajos
astronómicos, Newton llevaría a su culminación lo que con anterioridad
hemos denominado método galileano. En los Principios puede verse este
método en acción. Así, en primera instancia, comienza simplificando e
idealizando la naturaleza, lo que le lleva a un modelo imaginativo en el
dominio matemático que, en el caso que nos ocupa, corresponde a un
sistema en el que solo hay un cuerpo (el planeta) reducido a partícula
material y un centro de fuerza (ubicado en la posición del Sol). Aquél,
concebido como un ente matemático se mueve en un tiempo matemático
según un determinado conjunto de condiciones expresables como leyes o
relaciones matemáticas. Las consecuencias que se deducen se transfieren
luego al mundo observable de la naturaleza física, en el que, en una se-
gunda fase, se lleva a cabo una contrastación o comparación entre los
datos y las leyes o reglas derivados de tales datos. Todo ello, por lo gene-
ral, produce una alteración del modelo matemático original y así Newton
169
La ciencia moderna
ESQUEMA RELACIONAL
Es importante que sepas relacionar los siguientes elementos
del texto:
a) Las leyes de Newton son la expresión de las conexiones entre
los movimientos y sus causas.
b) La ley de Gravitación es un ejemplo de problema inverso de la
dinámica en el que Newton se remontó desde el conocimiento de
los movimientos de los planetas al descubrimiento de las fuerzas
responsables de los mismos.
c) Esta ley permitió, al mismo tiempo, unificar la física terrestre y
celeste –hasta entonces separadas– en un sistema conjunto de
interacciones mutuas.
d) En el desarrollo crecientemente complejo de explicación del
Sistema del Mundo, Newton descubrió y usó nociones matemáti-
cas como instrumentos para resolver problemas físicos.
170
6 La nueva matemática
171
La ciencia moderna
172
La ciencia moderna
La opera-
Potencia Número Logaritmo Potencia Número Logaritmo ción que se
propone en
0.90 1 0 0.96 0.53 6 el texto, la
realizaría-
mos del modo si-
0.91 0.9 1 0.97 0.48 7
guiente. A partir de la
tabla aproximamos el
0.92 0.81 2 0.98 0.43 8 primero de los núme-
ros por 0.9 6 y el se-
0.93 0.73 3 0.99 0.39 8 gundo por 0.92, de for-
ma que:
0.94 0.66 4 0.910 0.35 10 0.530987 x 0.8126=
=0.96 0.92 = 0.98 = 0.43
0.95 0.59 5 0.911 0.31 11 El producto es realmen-
te 0.431480 y la aproxi-
Con la definición de logaritmo (log) se cumple que si N y N* son dos mación es buena.
Calcula el cociente en-
números de la progresión geométrica, se verificará : tre estos números.
¿Cómo podrías mejo-
log (NN*) = log N + log N* rar la aproximación?
EL ÁLGEBRA
Podemos definir el álgebra, en el sentido que posee en la época que Trata de
historiamos, como la rama de las matemáticas que estudia las igualdades resolver,
utilizando
que contienen magnitudes incógnitas, igualdades que se pueden verificar o la notación
no según los valores que se den a estas magnitudes incógnitas. Se trata, en algebraica
cierto sentido, de una aritmética de cantidades no determinadas. Así, el actual, el problema
hecho de que 2 + 3 = 3 + 2 es aritmética, en tanto que a + b = b + a, para todos que aparece en una
tablilla babilónica: He
los números a y b, es álgebra. multiplicado la longitud
La historia del álgebra puede dividirse en tres períodos entre los que por la anchura y el área
no es posible establecer, sin embargo, una demarcación rígida: es 10. He multiplicado
la longitud por ella mis-
v El retórico, donde los problemas y su resolución se plantean en
ma y he obtenido un
términos de palabras. área. El exceso de la lon-
v El sincopado en el que se inicia el uso de abreviaturas. gitud sobre la anchura
v El simbólico que correspondería a la universalización del len- lo he multiplicado por sí
mismo y el resultado por
guaje simbólico.
9. Y esta área es la obte-
Los primeros problemas algebraicos aparecen en Mesopotamia y nida multiplicando la
Egipto y tienen que ver con cuestiones relativas a repartos o a cálculos de longitud por ella misma.
áreas, ligadas a cuestiones de la vida cotidiana. ¿Cuáles son la longitud
y la anchura?
173
La ciencia moderna
Un ejem-
plo clásico
del método FRANÇOIS VIETA (1540-1603)
de syncrisis
lo encuen- Abogado y consejero del Parlamento fran-
tras en las relaciones cés, fue también un gran matemático además de
que ligan los coefi-
un experto criptógrafo. Estudió la relación entre
cientes de una ecua-
ción cuadrática gene- las raíces de una ecuación y los coeficientes de
ral ax 2 + bx + c = 0 las distintas potencias de la incógnita (método
con sus raíces (x1, x2): de syncrisis) y dio a la trigonometría su forma
–b/a = x1+ x2
definitiva en su obra: Leyes matemáticas aplica-
c/a = x1 x2
das a los triángulos (1579). Fue también uno de
los precursores del álgebra moderna con su Introducción a las
artes analíticas (1591).
174
La ciencia moderna
LA GEOMETRÍA ANALÍTICA
La idea central de la geometría de coordenadas o analítica es asociar
ecuaciones algebraicas a las curvas y superficies. Esta idea, sin embargo, no
apareció de modo nítido desde el inicio.
En el proceso de articulación de la Geometría Analítica son percep-
tibles tres momentos especialmente significativos:
v La utilización de un Sistema de Coordenadas.
v El reconocimiento de la existencia de una correspondencia
entre el álgebra y la geometría.
Hiparco
v La representación gráfica de funciones de la forma y = f(x). (140 a.C.)
introdujo la
Establecimiento de un Sistema de Coordenadas longitud
(distancia
$ Fue en los campos de la Agrimensura, Este - Oeste o largo) y
la latitud (distancia
la Geografía y la Astronomía donde se es- Norte - Sur o ancho)
tablecieron los primeros Sistemas de Coor- para describir geográ-
denadas con la finalidad de medir terrenos ficamente, desde un
o situar poblaciones u objetos celestes. determinado lugar, el
mundo conocido en su
$ En el tratado sobre las cónicas, Apolonio época; de modo simi-
utilizó una suerte de ejes respecto a los que lar, mediante coorde-
definía las curvas en cuestión. nadas, situó la posición
$ Los escolásticos medievales intentaron de diversas estrellas.
175
La ciencia moderna
En el álgebra
geométrica $ Para cada triángulo podemos ahora obtener un rectángulo de
encontra- igual área (Proposición I-42 de los Elementos).
mos propo-
siciones de fácil de-
mostración, como la
siguiente: Si se corta
al azar una línea rec-
b
ta, el cuadrado de la b
2
a a b
176
La ciencia moderna
Completa los
distintos pa-
sos a los que
se ha hecho
referencia en
la demostración y que
se ilustran en las imá-
genes adjuntas.
Teorema de
Pitágoras
177
La ciencia moderna
178
La ciencia moderna
Trata de re-
RENÉ DESCARTES (1596-1650) lacionar la
cita de Des-
Hijo de un abogado y consejero en el Parla- cartes y los
mento regional de Bretaña, es criado en Turena comenta-
(Francia) por su abuela paterna, al morir su madre rios que se hacen en el
de parto un año después de nacer él. Predispues- texto con el modo en
que se plantea un
to para continuar la profesión paterna, entra a los problema algebraico
diez años en el colegio de jesuitas de La Flêche, cualquiera.
que proporcionaba las mejores enseñanzas a que
se podía aspirar en la época.
Finalizados estos estudios ingresa en la enseñanza superior
de Filosofía en 1612, donde le atraen de forma especial las mate-
máticas, la magia natural y la astrología. Termina sus estudios
en 1616 y a partir de ese momento inicia sus viajes de forma-
ción por Europa, primero a Holanda y más tarde a Alemania,
Polonia, Hungría y Austria, en medio de las luchas de religión.
Seis años después retorna a París donde comienza a redactar
las Reglas para la dirección del espíritu. Ingresa en el círculo
intelectual del padre Mersenne a través de quien toma con-
tacto con los principales intelectuales de la época.
Agobiado por la vida mundana de la capital que le impe-
día concentrarse en su trabajo y temeroso de las persecuciones
de que hacía objeto la Iglesia a los intelectuales, marcha a vivir a
Holanda, país que goza de los mayores márgenes de libertad en la
Europa de esos momentos. Aquí trabaja en un Tratado del mundo,
el Tratado del hombre y la Dioptrica, de los que El discurso del
método debía ser una introducción programática. Lo publica en
1637, junto con la Dioptrica, los Meteoros, y la Geometría. Entre
1637 y 1649 se dedica al esclarecimiento del papel del sujeto en la
ciencia y la realidad y a la aplicación del saber de la medicina.
Publica las Meditaciones metafísicas en 1641, los Principios de
filosofía en 1644 y las Pasiones del alma en 1649. Ese mismo año se
traslada a Estocolmo, llamado por la reina Cristina de Suecia, pero
muere de una pulmonía un año después, en 1650.
179
La ciencia moderna
J''
J'
J
E
A=x
Fermat pro- A E=y
pone diver- O Z Z' Z''
sos ejemplos
que resultan
perfectamen- Fermat considera una curva cualquiera y un punto genérico J
te inteligibles incluso
sobre ella. La posición de J viene fijada por una longitud A, medida
en su lenguaje.
Así, D in A aequetur B desde un punto O sobre una línea base a un punto Z, y la longitud E
in E (Dx = By) corres- de Z a J. Se utiliza lo que hoy denominaríamos coordenadas oblicuas.
ponderá a una recta y A y E equivaldrían a nuestras x e y. De acuerdo con su principio
B quad. - A quad. aequetur
general: Siempre que en una ecuación se hallen dos cantidades incógnitas,
E quad (B2 - x2 = y2) re-
presentará un círculo. tenemos un lugar geométrico, cuyo extremo describe una línea, recta o curva,
los extremos J, J’, J’’, … de E en sus diversas posiciones describen esa
línea. A y E satisfacen una ecuación indeterminada.
180
La ciencia moderna
181
La ciencia moderna
Las visiones La esencia del método la expresará Descartes con estas palabras: La
de Descar- solución de uno cualquiera de estos problemas geométricos no consiste nada más
tes y Fer-
que en hallar un punto para cuya completa determinación falta una condición…
mat ponen
el énfasis, En cualquiera de estos casos se llega a una ecuación que contiene dos cantidades
respectivamente, en incógnitas…; y así lo sintetizará Fermat: Siempre que en una ecuación final se
los dos aspectos com- encuentran dos cantidades incógnitas, se tiene un lugar geométrico, describiendo
plementarios de la
el extremo de una de ellas una línea recta o curva.
Geometría Analítica:
la derivación de las Queda así claro que el principio fundamental de la Geometría Ana-
ecuaciones de los lu- lítica consiste en el descubrimiento de que las ecuaciones indetermina-
gares geométricos y las das en dos incógnitas f(x,y)=0, se corresponden con lugares geométricos
propiedades de las
determinados por todos los puntos cuyas coordenadas relativas a dos
curvas definidas por
ecuaciones. ejes satisfacen la ecuación. Morris Kline en su libro El pensamiento matemá-
tico de la Antigüedad a nuestros días se refiere a la importancia de la Geome-
tría Analítica en estos términos:
Comenta el
texto de Ga-
EL CÁLCULO INFINITESIMAL
lileo: La filo-
sofía (de la El cálculo, aparte de las anticipaciones griegas sobre cuadraturas o
Naturaleza) cubaturas, fue creado fundamentalmente para tratar los principales pro-
está escrita en ese gran
blemas científicos del siglo XVII. Estos problemas tienen que ver con la
libro que siempre está de-
lante de nuestros ojos nueva mecánica que alumbra Galileo y con la Óptica, no en vano el dise-
–quiero decir el Univer- ño de lentes es fundamental para construir y perfeccionar los instrumen-
so– pero que no podemos tos con los que ampliar los límites de lo visible en astronomía y biología.
entender si no aprende-
mos primero el lenguaje, a) Trazado de tangentes: estos problemas, por un lado, hacen refe-
y comprendemos los sím-
bolos en los que está es-
rencia a cuestiones de Geometría pura, pero por otro aparecen
crito. El libro está escri- conectados tanto a cuestiones de óptica, donde resulta impres-
to en lenguaje matemá- cindible construir la normal o la tangente para conocer la trayec-
tico y los símbolos son toria de los rayos, como a cálculos de direcciones en movimientos
triángulos, circunferen-
cias y otras figuras
curvilíneos.
geométricas, sin cuya b) Movimiento de un objeto: dada la fórmula de la distancia que
ayuda es imposible com- un cuerpo recorre como función del tiempo se trata de obtener la
prender ni una palabra velocidad y la aceleración en cualquier instante; o, al revés, dada
de él, sin lo cual se de-
ambula en vano a través la aceleración como función del tiempo hay que determinar su
de un oscuro laberinto. velocidad y la distancia recorrida.
182
La ciencia moderna
183
La ciencia moderna
Observa corte hará, sin embargo, uso de relaciones algebraicas y analizará, me-
que cuan- diante ellas, las ecuaciones resultantes.
do se inten-
ta resolver
un sistema y
de dos ecuaciones con
dos incógnitas, por
ejemplo x+y=4, x-y=2, y = x2
se utilizan diversos
métodos, esencial-
mente algebraicos.
Q
Existe, no obstante, un
método gráfico que
consistiría en interpre-
tar cada una de las P
ecuaciones como la r
ecuación de una recta
f (x) C D
que representaríamos
en un sistema de ejes v-x x
cartesianos. El corte
de las dos rectas sería Dada la curva y = f(x) y un punto P de coordenadas conocidas
la solución del siste- desde el que se quiere trazar la normal, Descartes supone el problema
ma, pues satisfaría si- resuelto y la solución dada por la recta CP cuyo punto C, intersección
multáneamente am-
bas ecuaciones. Si las
de la recta normal con el eje X, tiene de coordenadas (v, 0) a determi-
ecuaciones son cua- nar. Cualquier circunferencia que pasando por P tenga su centro en
dráticas las soluciones un punto D, sobre este eje X, y próximo a C, cortará a la curva f(x) en
comunes (los puntos algún otro punto Q cercano a P. P será pues un punto doble de la
de corte) aumentan.
intersección de la curva f(x) y la circunferencia de ecuación (v – x)2 +
y2 = r2 = (v – x)2 + f(x)2. Obligando a que esta ecuación posea una raíz
doble en el punto P de valor de x conocido, puede obtenerse el valor de v
y a partir del conocimiento de las coordenadas de P y C trazarse la recta
normal y por tanto la tangente a la curva por P.
184
La ciencia moderna
185
La ciencia moderna
Arquímedes, el de los
indivisibles de Cava- Área de una figura curvilínea: la delimitada por el eje X, la parábola y = x2
lieri, las cuadraturas y la abscisa x = a
aritméticas y los mé-
todos de Newton y El problema no es, ahora, fácilmente resoluble aunque quizás po-
Leibniz?
drían ocurrírsenos algunas ideas para obtener, al menos, una aproxima-
ción al área. Por ejemplo podríamos representar (dibujar) la curva en un
papel cuadriculado y proceder a contar el número de cuadrados que que-
dan en el interior de la zona cuya área nos piden calcular. Conocido el
área de cada cuadrado, una simple multiplicación nos permite obtener
una estimación del área. El camino para mejorar esta aproximación que-
da abierto ya que la representación de la misma curva en
un papel de cuadriculado más tupido nos permite «ago-
tar» con más precisión el área buscada. Estas ideas intuitivas
están en la base de las técnicas para la obtención de
cuadraturas.
La primitiva idea, a partir de la que se gestó el método de
exhaución, se encuentra en Antifón (siglo V a. C.) al concebir el
círculo como polígono regular de un número suficientemente
grande de lados. Las acotaciones de Aristóteles tildando de
ridícula la pretensión de pasar de lo recto a lo curvo ponían el
dedo en la llaga: el proceso de «agotar» el círculo mediante
polígonos exige infinitos pasos. Brisón, en esta misma línea
argumentativa, consideró no sólo polígonos inscritos, sino
también circunscritos de número creciente de lados que «comprimen» así
la figura a cuadrar y cuya área es una suerte de media de la de los
polígonos. Estas ideas van a ser incorporadas al método de exhaución
que es una técnica rigurosa para sortear el obstáculo del infinito median-
Investiga te una doble reducción al absurdo. La dificultad máxima del método es
en qué con- que cada cálculo requiere un tratamiento singular y concreto, prima pues
siste el mé-
todo de An-
lo inventivo frente a lo mecánico (lo geométrico frente a lo algebraico). A
tifón y cual fin de obviar las complejidades argumentativas del riguroso método
es la crítica que de él de exhaución y dada la encesidad de encontrar procedimientos más
hace Aristóteles. automáticos para calcular cuadraturas se desarrollaron, durante el
periodo que historiamos, otras técnicas. Entre ellas se encuentra el
método de los indivisibles de Cavalieri (1598–1647) y, más tarde, las
cuadraturas aritméticas de Fermat y Pascal.
186
La ciencia moderna
a b
187
La ciencia moderna
Definimos para ello una función F(x) que será el área del trapecio
curvilíneo encerrado por f(x) entre a y x, donde x está comprendido entre
a y b. Es evidente que F(x + h) - F(x) representará el área del trapecio
curvilíneo de base [x, x + h]. Este trapecio tiene un área que está claramen-
te comprendida entre los rectángulos Ri (inferior) y Rs (superior) de bases
[x, x + h] y alturas respectivas f(x) y f(x + h).
⇒ f(x) = F´(x)
CONSIDERACIONES FINALES
Hay en la matemática de la época una actitud ambivalente ante los
clásicos redescubiertos; por un lado un deseo de conectar con ellos y, por
otro, una necesidad de trascenderlos. Resulta así perceptible una pugna,
una tensión entre el rigor, sello de la matemática griega, y el uso intuitivo
188
La ciencia moderna
ESQUEMA RELACIONAL
189
El cuerpo humano:
7 Vesalio, Descartes y Harvey
190
La ciencia moderna
una conciencia clara de su delimitación. Así, los médicos tenían que ela-
borar sus propios fármacos, para lo cual habían de saber botánica y quí-
mica, de manera tal que los principales botánicos y químicos del siglo
XVII eran médicos. Si la medicina se ocupaba preponderantemente del
cuerpo humano, la anatomía comparada exigía, a su vez, amplios conoci-
mientos de zoología. Finalmente, la filosofía se resistía a abandonar su ¿Sabías que la
capacidad universal de abarcar todos los conocimientos, y los filósofos, novela Opus
como Descartes, trataban también de crear sus propias concepciones acerca Nigrum de
de la matemática, la física o la medicina. Marguerite
Yourcenar recrea fiel-
Es ésta una época en que no sólo la diferencia entre lo real y lo oculto mente la atmósfera
(ciencia y magia) permanece difusa por la ausencia de un auténtico méto- del periodo?
do, sino que también la diferencia entre las distintas disciplinas científi-
cas no está todavía clara. Sólo la Ilustración, a finales del siglo XVIII,
creará un cuerpo de saber científico positivo, parcelando éste en las dis-
tintas ciencias, tal y como las conocemos hoy en día.
191
La ciencia moderna
192
La ciencia moderna
los órganos a que el profesor iba haciendo referencia. Dado que los textos en
que se basaban las lecciones habían sido escritos de acuerdo con la tradi-
ción galénica, las descripciones del cuerpo humano solían ser incorrectas.
Al desdeñar el médico el contacto con el cuerpo, su conocimiento no era
distinto que el del texto que leía.
¿Sabías que
hay pruebas
de la existen-
cia de teatros
anatómicos
en París y Pisa ya ha-
cia 1522 y que el más
antiguo que sobrevive
es el de la Universidad
de Padua?
TEATROS ANATÓMICOS
193
La ciencia moderna
Investiga
quienes fue-
ron Tiziano y El libro Primero de la obra de Vesalio está dedicado a la descripción
Leonardo y de los huesos porque los huesos son –según nuestro autor– el funda-
cuales son sus mento del cuerpo, la estructura con la que todas las demás deben
obras más relevantes. relacionarse.
194
La ciencia moderna
PARACELSO (1493-1541)
La figura de Paracelso es una de las más con-
trovertidas del siglo XVI. Fue médico, teólogo, pre-
dicador y practicante de las artes ocultas y prohi-
bidas (alquimia, magia natural y artes adivina-
torias). Nace en Einsiedeln (Austria) en 1493 e ini-
cia su carrera trabajando en las minas; producto
de esa experiencia es su primer tratado sobre las
enfermedades profesionales. A lo largo de toda su vida, de conti-
nua itinerancia, sintió una aversión profunda por la medicina aca-
démica, basada en teorías y ejercicios lógicos, apasionándole, por
contra, la experiencia y la práctica.
En 1525 abandona Salzburgo e intenta establecerse como
médico en Estrasburgo y Basilea, pero sus enfrentamientos conti-
nuos con las autoridades académicas y con los tradicionalismos y
convencionalismos, le obligan a tener que huir sistemáticamente.
Emprende largas peregrinaciones por distintos países y ciudades
de Centroeuropa (Alemania, Suiza, Hungría), llegando hasta Escan-
dinavia y Oriente Medio. Vivió lujosamente unas temporadas y otras
como un mendigo.
Finalmente, agotado, fue a morir a Salzburgo dejando tras de
sí una amplia producción y numerosos seguidores.
195
La ciencia moderna
196
La ciencia moderna
197
La ciencia moderna
longitud con una cuerda mojada que se hincha, se acorta y entonces pue-
Estudia de levantar un peso considerable. Trató de explicar del mismo modo la
cada uno de
los instru- construcción del corazón. Su obra más interesante consistió en el estudio
mentos que de la acción mecánica de los músculos en la locomoción humana o en el
se mencio- vuelo de las aves, valiéndose de las matemáticas para resolver muchos de
nan en el texto y justi- estos problemas.
fica su uso para ex-
plicar el funciona- Los Iatromecanicistas y los Iatroquímicos compartieron el predomi-
miento de los órganos nio en las doctrinas médicas hasta finales del siglo XVIII.
humanos con los que
se relacionan.
WILLIAM HARVEY: EL DESCUBRIMIENTO DE LA
CIRCULACIÓN DE LA SANGRE
Con la obra de Harvey (1578-1657) la fisiología moderna comenzó a
adquirir cuerpo histórico. A él se debió el descubrimiento de la circula-
ción de la sangre, expuesta en su obra Ejercicios anatómicos sobre el movi-
miento del corazón y la sangre en los animales (1628). Su hallazgo introdujo
una organización funcional de la vida. Mientras que la anatomía –como
saber renacentista que era– estudiaba la forma estática del organismo
vivo, Harvey –en cuanto que hombre del Barroco– se interesaba más por
el movimiento: la sangre es líquido y el corazón una bomba.
198
La ciencia moderna
199
La ciencia moderna
Dado que el término biología no se creó hasta 1802, hay que hablar
durante el período que abarca los siglos XVI, XVII y XVIII, de ciencias de la
vida. Sobre ellas continuó planeando la sombra de Aristóteles práctica-
mente hasta finales del siglo XVIII. En este sentido, los mayores esfuerzos
de los naturalistas fueron dirigidos a liberarse de las ideas tradicionales,
escapar de las supersticiones y renunciar a los prejuicios previos, para
poder fortalecer y perfeccionar el instrumento intelectual por medio de la
observación y la experimentación. El grueso de sus trabajos perseguía:
La Botánica
200
La ciencia moderna
201
La ciencia moderna
Linneo tenía gran interés en establecer del modo más breve y preci-
so las características de las especies y géneros particulares y lo llegó a
hacer con virtuosidad extrema, aunque a costa, a veces, de la claridad. La
tendencia a la expresión abreviada le llevó a introducir la nomenclatura
binaria, tomando unidades dadas por la naturaleza como fundamento
objetivo para la misma. Su nomenclatura adquirió pronto carta de natu-
202
La ciencia moderna
La Zoología
CLASIFICACIÓN DE ARISTÓTELES
203
La ciencia moderna
EL EXPERIMENTALISMO
La experimentación en las ciencias de la naturaleza obtuvo esca-
sos progresos durante el período. La invención del microscopio, en 1624
–casi en paralelo a la del telescopio– abrió amplias expectativas en el
campo de la anatomía comparada, que
no se vieron confirmadas por la rusti-
cidad del aparato.
Asimismo, las pretensiones de
trasladar el paradigma mecanicista al
campo de los organismos se saldó con
escasos resultados tangibles. Los na-
turalistas experimentalistas se encerra-
ron en agrias polémicas por cuestiones
que, vistas con ojos actuales, parecen
muchas veces fútiles o absurdas y cuyo
sentido sólo puede entenderse en el
contexto de la época. Dos de ellas, sin
embargo, mostraron una cierta fecundidad de cara a acontecimientos por
venir: la que se refería a la transpiración de las plantas y la que versaba
acerca de la generación espontánea de la vida.
204
La ciencia moderna
sociedad, y en 1793 el Jardín Real –creado por Luis XIII, para dar cultura a los
«simples»– fue transformado en Museo de Historia Natural. Semejante cambio
marcó el nacimiento de la investigación pública, pues los naturalistas, dotados de
cátedras de enseñanza y de medios, se hicieron profesionales. En dicho centro, se
podía acceder a toda una serie de animales que presentaban escaso interés para los
aficionados de salón. Era posible interesarse por especies u órganos hasta entonces
menospreciados, y, sobre todo, avanzar por el camino de la anatomía comparada.
Cuando los naturalistas de la segunda mitad del siglo XVIII no se conforma-
ron con la taxonomía de Linneo, elaborada a partir de las partes externas del
cuerpo, sino que se preguntaron por los fundamentos mismos de esa clasificación,
llamaron a las puertas de la anatomía comparada. Para modificar la clasificación de ciertos
grupos de animales según métodos de análisis comparado, eran necesarios importantes
medios que sólo el Estado podía proporcionar. Gracias a los recursos del Museo, los
enseñantes pudieron vanagloriarse de sacar directamente sus conocimientos de la natu-
raleza. En su primera gran obra, las Lecciones de anatomía comparada, el joven Cuvier
enfatizaba cómo las disecciones que realizaba en público, y cuyos resultados exponía,
le dispensaban de invocar la autoridad de sus predecesores. Gracias, pues, al recono-
cimiento, por parte del Estado, del Museo como centro privilegiado de investigación
y enseñanza, la historia natural pasó a constituirse como ciencia natural.
ESQUEMA RELACIONAL
205
Técnica y nuevas ciencias en
8 la Ilustración
206
La ciencia moderna
207
La ciencia moderna
v Las obras que pugnaban por llegar –en formato claro y bien escrito–
a la burguesía cultivada. En tal tarea destacaron, en Francia el filóso-
fo Voltaire, la Enciclopedia, y sectores importantes de la Ilustración; en
Alemania, el también filósofo Kant y el matemático Euler, y en Ingla-
terra el librepensador e ideólogo del liberalismo John Locke,
quien promovió el encauzamiento de la ciencia hacia conoci-
mientos útiles, desde su puesto en la Royal Society.
208
La ciencia moderna
209
La ciencia moderna
Investiga y cas no utilizaban todavía la presión del vapor sin, como su nombre indi-
compara el ca, la de la atmósfera. Fue Watt quien hizo uso de aquélla por primera vez
funciona- con éxito, y fue en la navegación donde encontró su primera utilidad
miento de
una máquina atmos-
propulsora. Los ensayos iniciales datan de 1783 y en agosto de 1807
férica con el de una comenzó a circular el primer navío comercial de este tipo –el Clermont–
máquina de vapor. sobre el río Hudson, entre Nueva York y Albany.
Por su parte, en 1782, la Fundición Real francesa de Creusot creó los
primeros raíles metálicos y la primera locomotora de alta presión en 1804.
La nueva era del ferrocarril, que revolucionará el transporte a lo largo del
siglo XIX, estaba a la vista.
La colusión entre ciencia y técnica había alumbrado el factor del
progreso dominante durante esos dos últimos siglos: la tecnología. En
paralelo, el filósofo escocés Adam Smith publicaba en 1776 –el mismo
año que Watt activaba su máquina de vapor– la obra fundacional del
liberalismo económico y de la ciencia de la economía: La riqueza de las
naciones. La tecnología y la economía juntas comenzaron a tejer desde esa
fecha el telar de nuestras vidas y nuestras sociedades.
210
La ciencia moderna
El árbol de la Ciencia.
211
La ciencia moderna
212
La ciencia moderna
ESQUEMA RELACIONAL
213
Canarias en la Historia
de la Ciencia
La medición de la longitud
214
Canarias en la Historia
de la Ciencia
Hasta finales de la Edad Media, el conocimiento que del Globo terráqueo tenían
los europeos no era mucho mayor del que poseían griegos y romanos. Sin embargo,
entre 1500 y 1900, la situación cambiará drásticamente. El siglo XVI fue testigo de las
exploraciones llevadas a cabo por los españoles en la mayor parte de América Central
y del Sur así como de la expedición capitaneada por Magallanes, desde 1519 a 1521,
que circunvalaría por primera vez la Tierra, siguiendo la ruta de cabo de Hornos y las
Indias orientales.
La mayor parte de los viajes realizados durante los siglos XVII y XVIII se debie-
ron, en cambio, a franceses e ingleses. Los encabezados por Byron (1723-86), Cook
(1728-79) y Bougainville (1729-1811) permitieron descubrir las islas del Pacífico Sur.
Inglaterra se lanzó a la exploración de Africa y Australia durante el siglo XIX, y
cuando Peary en 1909 y Amundsen en 1911 alcanzaron, respectivamente, los polos
Norte y Sur, la exploración de nuestro Globo quedaba definitivamente cerrada.
El impacto de esos viajes en el terreno científico fue incalculable. Gracias a ellos,
se hizo acopio de una ingente cantidad de datos, de todo tipo, de enorme interés para
la ciencia.
v Así, el conocimiento geográfico obtenido se recogió en mapas y cartas. A partir
del siglo XV se asistió a un auténtico desarrollo y perfeccionamiento de los méto-
dos cartográficos, tanto en precisión y detalle como en la maestría de las proyeccio-
nes y representaciones gráficas.
v Se descubrieron millares de especies de plantas y animales desconocidas hasta
entonces. Ello hizo necesarias nuevas clasificaciones que culminaron en la de
Linneo. Pero, por encima de todo, se reconoció que las distintas especies se encon-
traban distribuidas de manera muy diferente a lo largo del mundo y que tanto la
flora como la fauna eran distintas a las del Viejo Continente.
v La colonización del Hemisferio Sur conllevó el descubrimiento de un cielo
completamente nuevo a las miradas de los astrónomos. Las cartas astronómicas de
los cielos australes sólo estuvieron acabadas a mediados del siglo XIX.
v Finalmente, las exploraciones obligaron a los científicos a pensar la Tierra
como un todo, un sistema cerrado e interrelacionado. Alexander von Humboldt
sería el precursor de esta geofísica global que pretendía catalogar todas las fuerzas
físicas en acción, mostrando la unidad existente en la diversidad.
215
Canarias en la Historia
de la Ciencia
de septiembre permaneció en La Orotava lle- viajes de larga duración. Así ocurrió con la
vando a cabo el mismo experimento, estu- fragata Isis, –a cuyo mando se hallaba el
diando la botánica y efectuando una
ascensión y medición de la altura del
pico Teide, que resultó errónea por
exceso (más de 4.000 metros).
La medición de la longitud si-
guió siendo un problema cuya solu-
ción pasaba por una mejora de los
relojes marinos. La única forma de
resolver el asunto era llevar en los
barcos un reloj exacto y que funcio-
nara perfectamente a bordo, pues los
navegantes necesitaban para los cál-
culos conocer con exactitud la hora de matemático Charles P. Claret de Fleurieu,
Greenwich o de París en cualquier parte del que arribó a Canarias en 1769– y la fragata
Globo donde se hallaran. De la diferencia La Flor en 1771. Calcularon la posición de
entre ella y la local, deducida astronó- Santa Cruz, La Orotava, el Puerto de la
micamente, obtenían su posición. España, Cruz, así como de las islas de El Hierro, La
Francia e Inglaterra convocaron sucesivos Palma y Gran Canaria. A bordo de la últi-
concursos públicos para resolver el proble- ma expedición iba el también matemático
ma y probaron diferentes mecanismos en francés Charles Borda (1733-1799) quien
estaba destinado a ser el primero en
dar una medición correcta de la altu-
ra del Teide.
216
Canarias en la Historia
de la Ciencia
(1650) y Edens (1715). Sin embargo, la pri- Los viajes de Humboldt, Webb y Berthelot
mera documentada con un extenso relato
de la misma es la de Feuillée en el verano de El siglo XVIII se cerró con el viaje de
1724. Su medición de 4.313 metros fue erró- Humboldt (1769-1859) en 1799. Modelo de
nea, al igual que las subsiguientes de Ma- explorador y científico con una sólida y ex-
nuel Hernández (1742) de 2.658 toesas, tensa formación, supo penetrar como nin-
Heberden (1752) de 2.408 toesas y Cassini gún otro hasta ese momento en la historia
de 2.624 toesas. También Borda se equivo- natural de Canarias. Sus estudios abarcaron
có en un primer intento, (1771), fijándola en tres aspectos fundamentales:
1.742 toesas. v El análisis de la naturaleza geológica
En 1776, retornó por segunda vez a la de la isla de Tenerife y, especialmente, del
isla a bordo de las fragatas Boussole y Espiegle edificio volcánico del Teide.
para llevar a cabo una nueva ascensión y otra v La observación y descripción de los
medición. Esta vez obtuvo el resultado correc- distintos estratos de vegetación.
to: 1.905 toesas o 3.712,8 metros. Lo logró, no v El análisis de los cálculos y medi-
mediante medición de la presión atmosférica ciones realizadas con anterioridad para
con un barómetro sino por cálculo trigono- determinar la altitud del Pico.
métrico realizado desde La Orotava y el Puerto Su acción más notable fue la ascensión
de la Cruz. al Teide a través de un itinerario ya defini-
do previamente por los naturalistas y via-
La Botánica jeros que le precedieron pero del que nadie,
antes que él había sabido sacar tanto pro-
Ya Feuillée inició en 1724 la explora- vecho. No sólo llevó a cabo un estudio de
ción y descripción de las plantas endémi- los materiales que integran la arquitectura
cas de las Islas y Linneo fue el primero en volcánica de la Isla, sino que distinguió
clasificar un grupo numeroso de especies varios estratos de vegetación, asociados a
endémicas, describiendo las que había po- las diversas altitudes, básicamente:
dido observar en diferentes jardines botá- $ La zona de viñedo en la parte baja.
nicos de Europa, entre ellos el de Kew (In- $ La zona de laureles, madroños,
glaterra). mocanes..., en un suelo cubierto de mus-
En los albores del siglo XIX llegó a Ca- go y yerba fina.
narias el naturalista francés Augusto $ La zona de pino, entre 900 y 1.200
Broussonet quien durante tres años perma- toesas de altitud.
neció estudiando la flora de Tenerife. Pro- $ La zona alta de retamas y gramíneas.
yectó un Florilegium Canariense que nunca Finalmente, analizó de forma exhaus-
llegó a publicar pero que envió a varios bo- tiva los cálculos y mediciones de la altura
tánicos europeos, ilustrando con él a Bory del Pico, confirmando la exactitud de la
de St. Vincent, lo que permitió a éste escribir medición de Borda.
su Ensayo sobre las Islas Afortunadas, en la Su obra estimuló a otros exploradores
que incluyó un catálogo de 476 plantas que científicos europeos para proseguir las ta-
constituye la primera lista extensa de la flo- reas de investigación en el Archipiélago.
ra del Archipiélago. Entre ellos se encuentra el botánico inglés
Los trabajos de los naturalistas euro- Philip Webb (1793-1859) que llegó a Cana-
peos sobre las Islas culminaron en dos obras: rias en 1828 como primera parada en un
el Viaje a las regiones equinociales del Nuevo viaje que debía conducirle al estudio de la
Continente (publicada en 1815-16) de historia natural de Brasil. Atraído por las
Alexander Von Humboldt y la Historia na- peculiaridades del lugar, permaneció dos
tural de las Islas Canarias de Philip Webb y años, poniendo a punto unas técnicas de
Sabin Berthelot (1844). trabajo y estudio que luego aplicaría allí.
217
Canarias en la Historia
de la Ciencia
En su decisión influyó el encuentro con otro Flandes, Alemania, Italia y Austria. De todo
amante de las ciencias: el francés Sabin deja constancia en sus Diarios y por ellos
Berthelot (1794-1880). Ambos se dedicaron conocemos cuanto vio, con quienes trató y
al estudio y la recolección de materiales, qué le impresionó.
para, después, ya en París, confeccionar una La Historia Natural, la Química y la
monumental obra, culminación de esa épo- Física son las ciencias a las que dedica ma-
ca de viajeros naturalistas: La Historia Natu- yor atención y será en estos campos en los
ral de las Islas Canarias (1834-44) en tres gran- que, a su regreso a Madrid primero y luego
des tomos, aunque encuadernada en nueve a Canarias, publicará trabajos de interés
volúmenes para facilitar su estudio. diverso. Además del Diccionario de Historia
Comprende: historia, relación de via- Natural de las Canarias, su obra científica de
jes, geografía descriptiva, geografía botáni- mayor envergadura, del poema didáctico
ca, geología, zoología y un magnífico atlas Sobre los aires fijos o de ese otro, Las bodas de
que acompaña a las geografías. Fue el Epí- las plantas, de exaltación linneana, Viera es-
logo de oro para toda una época presidida cribirá numerosas memorias de utilidad
por el anhelo de exploración y el afán práctica en torno a asuntos varios: Sobre el
enciclopedista de la Ilustración. ricino o palmacristi, o higuera infernal, llama-
da vulgarmente tártago en estas islas, sus uti-
lidades económicas, sus virtudes medicina-
CIENTÍFICOS CANARIOS les, etc.; Sobre el modo de renovar pasta de
yerba orchilla, y su uso en los tintes; Sobre el
La obra científica de Viera y Clavijo mejor uso que pudiera hacerse de la pita o ágave
americana, etc...
En la tertulia lagunera de Nava, oasis Viera no es muy original en sus obras
de la ilustración en un panorama cultural científicas que, insertas en una época de
desolador y esclerotizado, encontrará Vie- transición en el campo de la Química y de
ra el estímulo que necesita. Su participación la Fisiología vegetal, reflejan las dudas del
es activa y fruto de ella son, entre otros in- momento. Así, en relación a esta última dis-
formes, la Carta filosófica sobre la aurora bo- ciplina, se mueve entre las ideas de van
real que se observó en la ciudad de La Laguna la Helmont, que consideraba al agua como
noche del 18 de Enero de 1770 o la Observación factor fundamental en la alimentación de
del paso de Venus sobre el disco solar del día 3 las plantas, y las enseñanzas de Ingen-
de Junio de 1769, desde una azotea del Puerto housz –a quien conoció en Viena–, autor de
de Orotava, por medio de tres telescopios de re- una primera teoría sobre la fotosíntesis en
flexión, asuntos que muestran con claridad la que se reconoce el papel fundamental de
su temprano interés, y el de sus contertu- los gases y la luz en el proceso nutricio de
lios, por la ciencia. las plantas; en Química, influido por Sigaud
El centro de su preocupación en estos de la Fond y Balthazar Sage de los que reci-
tiempos era, no obstante, otro y así lo hace bió enseñanza durante su estancia en Fran-
constar le causaba desconsuelo el ver que care- cia, aparece como defensor de la pronto
cía su patria de una exacta, juiciosa y digna obsoleta noción de flogisto. Se mueve, pues,
historia … Deseaba pues, hacer a las Canarias como tantos otros ilustrados de la época al
este servicio. El resultado no es otro que lo filo de la Modernidad.
que acabará convirtiéndose en su obra fun- De cualquier modo sí resulta intere-
damental: Noticias de la Historia General de sante señalar que Viera actúa como intro-
las Islas Canarias. ductor en España de los «aires» científicos
El viaje a Madrid en 1770 le pondrá que soplan por Europa:
en contacto con la Corte y bajo el mecenaz-
go del Marqués de Santa Cruz, de cuyo hijo En días pasados tuve el gus-
se convierte en tutor, viajaría a Francia, to de dar un espectáculo nuevo y
218
Canarias en la Historia
de la Ciencia
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Canarias en la Historia
de la Ciencia
220
Canarias en la Historia
de la Ciencia
¿En qué contradecía la obra de Buffon Godoy, cierran la nación a toda influencia
a los Libros Sagrados? en negar el fijismo y exterior y dan carpetazo al período ilustra-
demostrar que la Tierra y las especies ani- do. Y, sin embargo, Clavijo siguió adelante
males habían estado sometidos a un pro- con la publicación hasta su muerte, y la se-
gresivo proceso de transformación. La Tie- gunda edición de la traducción está fecha-
rra poseía mucha más edad de la que los da en 1791. En ella, aunque advierte el ca-
teólogos pudieran imaginar. El asunto era rácter hipotético de la obra, no deja menos
más grave aún, para la Iglesia y la Inquisi- de apostillar que, sin embargo, explica me-
ción, que el copernicanismo. jor que ninguna otra fenómenos como la ele-
La introducción de estas ideas en un vación de los montes, las causas de la for-
país como España ampliamente goberna- mación de las Islas, el movimiento y pre-
do por el estamento eclesiástico fue, sin sión de las aguas, de los entrantes y salien-
duda, una osadía. Máxime cuando a partir tes costeros, la fuerza de atracción de la
de 1789 –tras la Revolución Francesa y el luna, el origen de volcanes y terremotos e
aguillotinamiento de la familia real france- innumerables fenómenos. El camino hacia
sa– el monarca Carlos IV, y su favorito Darwin y el evolucionismo quedaba abierto.
221
INSTRUMENTOS RELEVANTES
EL TELESCOPIO
EL MICROSCOPIO
222
Sería Ernst Abbe en el año 1873 el copio refractor pero en este caso el objeto
que estudiaría con detalle los diferentes a observar se encuentra muy próximo al
aspectos del aparato poniéndoasí las ba- objetivo.
ses de la moderna teoría del microscopio. La figura muestra de forma esquemá-
El funcionamiento es similar al del teles- tica el proceso de formación de la imagen.
lente ocular
objetivo
223
COMENTARIO DE TEXTO
FRANCIS BACON
1. Sintetiza cuál es, a juicio de Bacon, la forma más adecuada de servir a la Humanidad.
2. ¿Qué crítica hace Bacon a los inventos y descubrimientos de los antiguos?
3. ¿Cómo justifica que el progreso de la técnica (inventos y descubrimientos) aparece
asociado a una nueva forma de estudiar o contemplar la naturaleza?
4. ¿Por qué encarna, a su juicio, el científico la figura de benefactor de la Humanidad?
¿Coincide esta visión de Bacon con la que se posee actualmente?
RENÉ DESCARTES
Supongo que el cuerpo no es otra cosa que una estatua o una máquina de tierra a la que
Dios da forma con el expreso propósito de que sea lo más semejante a nosotros, de modo que no
sólo confiere a la misma el color en su exterior y la forma de todos nuestros miembros, sino que
también dispone en su interior todas las piezas requeridas para lograr que se mueva, coma,
respire y, en resumen, imite todas las funciones que nos son propias, así como cuantas podemos
imaginar que no provienen sino de la materia y que no dependen sino de la disposición de los
órganos.
Conocemos relojes, fuentes artificiales, molinos y otras máquinas similares que, habiendo
sido realizadas por el hombre, sin embargo poseen fuerza para moverse de modos distintos en
virtud de sus propios medios; creo que no sería capaz de imaginar tanta diversidad de movi-
mientos en ésta, que supongo construida por la mano de Dios, ni de atribuirle tal artificio, como
para que no tengáis motivos para pensar que pudiera ser aventajada por otra. [...] En verdad
puede establecerse una adecuada comparación de los nervios de la máquina que estoy descu-
224
COMENTARIO DE TEXTO
briendo con los tubos que forman parte de la mecánica de estas fuentes; sus músculos y tendo-
nes pueden compararse con los ingenios y resortes que sirven para moverlas; sus espíritus
animales con el agua que los pone en movimiento; su corazón con el manantial y, finalmen-
te, las concavidades del cerebro con los registros del agua. Por otra parte la respiración, así
como otras actividades naturales y comunes en ella que dependen del curso de los espíritus,
son como los movimientos de un reloj o de un molino, que pueden llegar a ser continuos en
virtud del curso constante del agua. [...] Además, deseo que consideren que todas las fun-
ciones descritas como propias de esta máquina, tales como la digestión, los alimentos, el
latido del corazón y de las arterias, la alimentación y el crecimiento de los miembros, la
respiración, la vigilia y el sueño; la recepción de la luz, de los sonidos, de los olores, de los
sabores, del color y tantas otras cualidades, mediante los órganos de los sentidos exterio-
res; la impresión de sus ideas en el órgano del sentido común y de la imaginación, la
retención o la huella que las mismas dejan en la memoria; los movimientos interiores de los
apetitos y de las pasiones, y finalmente, los movimientos exteriores de todos los miembros,
provocados tanto por acciones de los objetos que se encuentran en la memoria, imitando perfec-
tamente los de un verdadero hombre; deseo, digo, que sean consideradas todas estas funciones
sólo como consecuencia natural de las disposiciones de los órganos en esta máquina; sucede lo
mismo, ni más ni menos, que con los movimientos de un reloj de pared u otro autómata, pues todo
acontece en virtud de las disposiciones de sus contrapesas y de sus ruedas...
GALILEO
[...] En las discusiones sobre cuestiones naturales habría que dejar (a las Sagradas Escritu-
ras) en último término porque, procediendo de igual modo del Verbo Divino la Sagrada Escri-
tura y la Naturaleza [...] y habiendo convenido que las Escrituras [...], dicen muchas cosas,
aparentemente y ateniéndonos al significado de las palabras, distinto de la verdad absoluta; y,
por el contrario, siendo la naturaleza inexorable e inmutable, sin preocuparse para nada que sus
ocultas razones y modos de obrar estén o no al alcance de la comprensión de los hombres, parece
que aquellos de los efectos naturales que la experiencia sensible nos pone delante de los ojos o en
que concluyen las demostraciones necesarias, no pueden ser puestas en duda por pasajes de las
Escrituras que dijesen aparentemente cosas distintas, ya que no toda palabra de la Escritura es
tan inequívoca como lo es todo efecto de la naturaleza.
225
COMENTARIO DE TEXTO
D’ALEMBERT
Hemos creído, pues, que interesaba tener un Diccionario que se pudiera consultar sobre
todas las materias de las artes y las ciencias, y que sirviera, tanto para guiar a los que se sienten
con valor para trabajar en la instrucción de los demás, como para orientar a los que se instruyen
por sí mismos [...] La mayor parte de estas obras aparecieron antes del siglo pasado, y no fueron
enteramente desdeñadas [...] Pero, ¿de qué nos servirían a nosotros esas Enciclopedias? ¿Cuán-
tos progresos no se han hecho desde entonces en las ciencias y en las artes? ¡Cuántas verdades
descubiertas hoy que entonces ni siquiera se entreveían! La verdadera filosofía estaba en la cuna;
la geometría del infinito no existía aún; la física experimental estaba apenas en sus albores, no
había dialéctica, las leyes de la sana crítica eran completamente ignoradas. Los autores célebres
de todo género de los que hemos hablado en este Discurso, y sus ilustres discípulos, o no existían,
o no habían escrito; no animaba a los sabios el espíritu de investigación y de emulación; otro
espíritu quizás menos fecundo, pero más raro, el de la exactitud y el método, no contaba con las
diferentes partes de la literatura, y las Academias, cuyos trabajos han llevado tan lejos las
ciencias y las artes, no habían sido aún creadas.
226
ACTIVIDADES
227
BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA
ARACIL A.- Juego y artificio: autómatas y otras ficciones en la cultura del Renacimien-
to a la Ilustración. Cátedra 1988.
BELTRÁN A.- Revolución científica, Renacimiento e Historia de la Ciencia. Siglo XXI
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BOYER C. B.- History of the calculus. Dover 1959.
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PELÍCULAS
229
Sobre el Renacimiento y la Revolución Científica
- DIES IRAE. Dirigida por Carl Theodor Dreyer en 1940, es la obra maestra sobre la
intolerancia. Su cuidada ambientación, la poesía y la fuerza de la historia y una
soberbia plástica inspirada en la pintura holandesa del S. XVII, hacen de ella la
película de referencia sobre un periodo marcado por la omnipresencia de la
Inquisición y la caza de brujas.
- GIORDANO BRUNO. Giuliano Montaldo (1973). Sobre la vida, condena y ejecu-
ción de este precursor de la ciencia moderna.
- GALILEO de Joseph Losey (1974) sobre la obra de teatro de Bertold Brecht.
Se centra en el conflicto de Galileo con la Inquisición, al igual que el GALILEO de
Liliana Cavani que atiza los aspectos más grotescos de la actitud eclesiástica.
- CARTESIO de Roberto Rosellini sobre la vida de Descartes, en el mismo tono de
su Sócrates. Discursiva e inencontrable.
- EL ÚLTIMO VALLE. Director James Clavell (1975). Excelente película sobre las
guerras de religión que asolaron Europa durante la primera mitad del siglo
XVII. Una dura crítica sobre la naturaleza destructora de un fanatismo que
brotaba a raudales desde todos lados y que nos permite comprender mejor las
enormes dificultades en que vivieron los espíritus libres del periodo.
- 1492. Director Ridley Scott (1992). Película sobre el descubrimiento de Amé-
rica y la figura de Cristobal Colón, realizada con grandes medios y pretenciosi-
dad. Aunque banal, constituye un espectáculo visual.
- REBELIÓN A BORDO. Director Frank Lloyd (1935) . Película que narra el motín de
la Bounty, fragata acondicionada como jardín botánico para realizar tareas de
investigación botánica en los mares del Sur, en el marco de las grandes expedicio-
nes inglesas de este siglo de descubrimiento y exploración científica.
- LA MARSELLESA de Jean Renoir (1937) es un clásico sobre la Revolución fran-
cesa y quizás el film más panorámico y global sobre la misma. Sobre los inicios
de la misma versa la más reciente La noche de Varennes del italiano Ettore Scola
(1982), aunque desde otra perspectiva más personalizada e intimista.
- EL PEQUEÑO SALVAJE de François Truffaut (1970) sobre el mito ilustrado del
buen salvaje. Narra el caso de un niño encontrado en un bosque de las cerca-
nías de la ciudad francesa de Avignon y los esfuerzos por conseguir de él un
ser civilizado perfectamente reintegrable dentro de la sociedad.
- BARRY LYNDON. Película de Stanley Kubrick (1975) que es en sí misma una
recreación ambiental y estética de la Inglaterra de la época. No obstante, su
excesivo metraje y su premiosidad pesan en su contra.
- MASTER AND COMMANDER de Peter Weir (2004). Un film en el que se conjugan
de forma admirable aventura y rigor histórico. El ajustado retrato de los dos
personajes centrales, marino y naturalista, nos permiten atisbar la tensión y
también la complementariedad de dos formas de «ver el mundo y la vida».
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NOVELAS
COMICS
- LAS TORRES DE BOIS-MARY: Hermann. Para muchos estudiosos del comic, la
mejor serie sobre la Edad Media. Huyendo, en la medida de lo posible, de lo
fantástico el autor ofrece una panorámica, a través de las peripecias de caballe-
ro y escudero, de la vida de las gentes que sufren, sienten y padecen los grandes
acontecimientos. Un fresco de la sociedad feudal entre los siglos XI y XII.
- LOS COMPAÑEROS DEL CREPÚSCULO: Burgeon. Estupenda recreación del mundo
rural francés durante la guerra de los Cien Años en la que se mezcla el realismo
en la descripción de ambientes y escenas de la vida cotidiana con la más desbor-
dante fantasía para reflejar el variopinto mundo de la brujería y la magia.
- LAS 7 VIDAS DEL GAVILÁN: Cothias y Juillard. Relato de aventuras que se desa-
rrolla sobre el trasfondo de la Francia de Enrique IV, periodo en el que, median-
te una reconciliación sellada en los altares, se ha acabado con el desgarramien-
to producido por las guerras de religiones.
- RELATOS DEL NUEVO MUNDO: Varios autores. Serie de 25 volúmenes publica-
dos con motivo de los fastos del V Centenario del descubrimiento y coloniza-
ción de América por los europeos.
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