Un par de historias: el líder de la iglesia con una familia paralela, el profesional
cristiano reconocido que participa en mesas de dinero, un músico de la iglesia que es
violento con su esposa, una madre que ejerce violencia verbal sobre sus hijos, un empresario que tiene en “negro” a sus empleados. Todos asisten a la iglesia. Uno de los grandes desafíos que el mundo de hoy nos presenta a la iglesia y a los cristianos es el tema de hoy: la INTEGRIDAD. Le pedimos a nuestra clase política y dirigente que la tenga, pero fallamos como iglesia de Cristo en el mismo sentido. Génesis 17:1-2. El pedido de Dios al establecer su pueblo era la integridad. ¿Quién se anota? ¿Quién se pone debajo de semejante vara? ¿Es ser íntegro sinónimo de ser perfecto? De ninguna manera. Es sinónimo de coherencia, de ser honesto, fiable, honrado. Encuesta realizada en Australia: describir una persona íntegra. “Cumple lo que dice, hace lo que promete. Auténtico, franco, lo que hay en su interior es lo que se ve en lo exterior. De valores transparentes. Comportamiento coherente con sus valores. Guiado por principios.” ¿Por qué será que fallamos en este tema tan delicado? Porque fallamos en el discipulado. Le hemos dicho a la gente que es un cursito para aprender doctrina básica y que se pueda bautizar, sin tener en cuenta un cambio profundo y de fondo en la vida. Y no le hemos dicho que es un proceso que dura TODA LA VIDA. Uno de los grupos más afectados son los jóvenes (Tito 2:6-7), y también los no creyentes. ¿Quiere hacer una buena campaña de evangelización? Viva una vida íntegra. El llamado de Dios es a que vivamos conforme al llamado que hemos recibido. 1 Juan 2:3-6 (la carta de la vida cristiana íntegra). ¿Y cómo? Claves para alcanzar una vida de integridad (basadas en Génesis 17:1-2) 1. Ajustá tu vida según la Voluntad de Dios “Sé intachable, perfecto, íntegro”. El término significa “completo, maduro”. No somos llamados solamente a estar de acuerdo con una doctrina o a profesar una religión. Es un llamado a vivir en santidad y consagración en todas las áreas de la vida: sexual, laboral, económica, social, familiar. Vivir vidas consagradas implica un claro esfuerzo de nuestra parte.
2. Viví tu vida en la presencia de Dios
Claramente, con el sólo esfuerzo es IMPOSIBLE lograrlo. Abraham debía vivir “en la presencia de Dios”, una vida que transcurre en su poder, viviendo EN Cristo. Solamente Dios es quien puede darnos la voluntad, “el querer como el hacer”, la fortaleza, la transformación. ¿Hace cuánto que no vivís en la presencia de Dios?
3. Aceptá atravesar el proceso en Dios
“Vive en mi presencia” (NVI), “vive una vida” (DHH), “anda delante de mí” (RV, LBLA). Las versiones muestra la idea de un proceso. Claramente, esto no es algo que se alcance de manera instantánea. En una época de ansiedad y de resultados inmediatos, somos llamado a vivir un proceso de transformación. Se trata de asumir un compromiso de por vida, de vivir de manera coherente a lo largo de los años. Pero asumirlo diariamente.