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CARACTERÍSTICAS DEL DESARROLLO DE LOS NIÑOS DE 8-10 AÑOS

MOTOR
A partir de los 8 años comienza el periodo ideal para el aprendizaje motor, entre estas
edades los niños comienzan a elaborar y a integrar su esquema corporal, lo que implica
un mayor control del cuerpo y del movimiento de sus partes. En esta época se duplica
la fuerza, se incrementa la coordinación óculo-manual, se reduce el tiempo de reacción
motor y se aumenta la precisión de la ejecución. El niño es capaz de desarrollar su
coordinación y aprender habilidades como: saltos, giros, rebotes, desplazamientos y
lanzamientos y otras tareas más específicas como utilizar adecuadamente herramientas
y utensilios, escribir letras y números y de cumplir todas las rutinas de manera
independiente. También presentan características como infatigabilidad, búsqueda de
juegos vigorosos, conciencia de la postura y espíritu competitivo.
COGNITIVO
Aparece un notable progreso de su capacidad de abstracción, que les permite
representar aspectos cada vez más amplios y variados de la realidad. Aunque no
obstante es necesario tener en cuenta que a pesar de utilizar representaciones, siguen
apegados a la realidad, por lo que es fundamental, todavía la experiencia directa para
facilitar los aprendizajes.
El inicio de construcciones lógicas en lo intelectual les permite comprender los sistemas
de relaciones, la coordinación de distintos puntos de vista, un sistema de valores, lograr
una moral de cooperación y autonomía personal.
Progresan en su capacidad de observación y de controlar algunos aspectos de la
realidad, lo que les ayuda a diferenciar el mundo fantástico del mundo real.
Van logrando una mayor concentración cuando trabajan de manera individual
Desarrollan y afianzan actitudes de curiosidad intelectual, cultural, etc.
Demuestran una mayor curiosidad por todo lo que les rodea.
Son más detallistas en sus observaciones.
Aparece un mayor desarrollo de la memoria.
SOCIAL
Nace el espíritu de equipo.
Mayor grado de colaboración y cooperación con los compañeros y con los adultos que
le rodean. El aprendizaje resultará facilitado o perturbado por la calidad de las
relaciones con sus maestros y compañeros.
El grupo de iguales gana importancia al tiempo que la influencia de los padres cada vez
es menor. Se establece una identidad, basado ya no en la pertenencia familiar, ni en la
aprobación o desaprobación de los adultos sino en la inserción en un grupo de sujetos
de la misma edad, con un conjunto de normas y costumbres diferentes de los de la
cultura general del entorno.
Aparición del deseo de independencia de los padres paralelo al deseo de depender de
un grupo.
Comienzan a aparecer el rechazo a las demostraciones de afecto en público, ciertas
conductas agresivas, burlonas, sarcásticas, sobre todo hacia aquellos que se muestran
“débiles” o con necesidad de atención del adulto.
Presentan liderazgos marcados (con reconocimiento y valoración del líder) y también
suelen destinar a algun/a compañero/a roles desprestigiados, facilitando el depositar en
ellos los propios aspectos desvalorizados.
En la convivencia entre pares se manifiesta competencia por lograr la atención y la
satisfacción de los adultos, solidaridad y cooperación, pactos secretos, exclusiones,
envidia, celos. Aparecen las pandillas, con sus códigos secretos, vocabulario y rituales
que los marquen como pertenecientes a las mismas.
Surge la noción de consenso, las decisiones se toman en grupo y se hace
imprescindible la aceptación de las normas que nacen del mismo.
Comienzan a rechazarse las imposiciones.
Se inspiran en la escuela y en el juego para conseguir un modelo.
El juego cambia, se complejiza y mediatiza, se combinan habilidades con el azar, se
inventan reglas o se modifican las transmitidas de generación en generación como una
forma de expresar la verdadera comprensión del consenso que subyace a las mismas.
Se juega cooperativamente, se reparten roles.
AFECTIVO
Pérdida del egocentrismo. El niño pasa a nuevas coordinaciones que le van a permitir
otras formas de organización, mayor autonomía y procesos complejos de reflexión.
La exclusividad de la importancia de las figuras parentales queda acotada por el
conocimiento de otras familias y la relación con otras figuras de autoridad,
principalmente los maestros.
La máxima influencia la tiene el grupo de iguales, ser aceptado por el grupo es de
fundamental importancia en la construcción de la autovaloración positiva.
En los juegos colectivos es capaz de poner las normas y saber que si no las cumple no
le admitirán en el grupo.
Empieza a entender la amistad como algo bidireccional, es decir, que ambas partes
deben implicarse para agradar al otro.
Adquieren mayor autonomía en lo que respecta a la moral. Empieza a distinguir lo que
está bien y lo que está mal y es capaz de reflexionar sobre ello. A nivel moral
comprende conceptos abstractos como mentira-verdad y los aplica a la vida cotidiana.
Comienza a desarrollarse el juicio y el sentimiento moral. Aparecen nuevos
sentimientos morales como la lealtad, la honestidad, la camaradería, la justicia, y una
organización de la voluntad. En esos vínculos, aprenden a resolver conflictos, asumir
compromisos, compartir y defender puntos de vista e intereses como iguales.
Son muy sensibles ante la justicia y la injusticia, acusan la discriminación y los
favoritismos, y toleran mal la mentira y a los acusadores.
Son muy exigentes consigo mismos, así como con el comportamiento de los demás,
sobre todo con el de los adultos.
Al volverse gradualmente más autocríticos, su autoestima se vuelve más vulnerable ya
que empieza a verse en forma más realista, con sus debilidades y sus fortalezas, lo que
impacta sobre el sentimiento de omnipotencia.
LENGUAJE
El desarrollo del lenguaje, que deja de ser egocéntrico, da cuenta de los argumentos
lógicos utilizados para la conexión entre ideas.
Las posibilidades de discusión, la comprensión de distintos puntos de vista y valores y
la justificación de las propias afirmaciones, hacen que las explicaciones entre los niños
se den en el plano de la palabra y del pensamiento y no tanto en la acción.
Los niños/as piensan, reflexionan, se ponen en el lugar de los otros, ganan en
autonomía, desarrollan su propia moral.
Las habilidades comunicativas aumentan. El cuerpo deja de ser un instrumento
privilegiado para la expresión de los estados internos, en la medida que se han
incrementado las posibilidades de expresión y comunicación verbal.
Gracias al desarrollo de la memoria se amplía el vocabulario y la producción textual es
más coherente.
Son capaces de utilizar estrategias más sofisticadas para negociar y colaborar en la
interacción verbal con diferentes interlocutores.
También logran mayores posibilidades de expresión artística.
El desarrollo del lenguaje adquiere aquí gran importancia como medio esencial para
recordar, analizar y organizar la información, a hacer planes y a organizar la propia
actividad.
IDENTIDAD
Se acentúan la moral, la vergüenza y el asco.
El deseo de aprender toma el lugar de los intereses y la curiosidad sexuales previos,
invierten su energía, ahora disponible, para descubrir aspectos del mundo en el que
viven y para integrarse en nuevos grupos sociales fuera del ámbito familiar.
Separan su pensamiento racional y su fantasía, la conducta pública y la privada.
Se manifiesta una progresiva capacidad de diferenciación entre él y el otro, lo que
contribuye a su creciente capacidad para la autonomía y la historización de sí, que
preservan aspectos del pasado y le ofrece una imagen futura que lo orienta y le otorga
sentido.
Van afianzando un sentido de identidad. Pueden pensarse a sí mismos y relacionar sus
acciones con sus rasgos de personalidad y con sus sentimientos.
Adquieren una perspectiva de sí mismos más integrada y compleja al reconocer y
diferenciar los roles que desempeñan en distintos espacios sociales (miembros de una
familia, integrantes de una clase, de un club, etc.) y sus distintas habilidades (para los
deportes, para la música, etc).

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