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DE REGRESO A Mayo del 68

1968: EL POTENCIAL
“TRIÁNGULO REVOLUCIONARIO”

Eduardo Grüner
Ensayista, sociólogo, docente UBA

Las efemérides, los aniversarios históricos, de una orientación– la efeméride, por así de- masividad y espectacularidad, con un fuer-
suelen ser cáscaras ideológicas vacías, o a lo cir, se des-congela, y se le permite “relampa- te componente estético-cultural (ya volvere-
sumo rituales indiferentes y rutinarios, cuan- guear en este instante de peligro” (Benjamin, mos sobre esto) y con la creatividad de ciertas
do la burguesía los usa para confirmarse a sí de nuevo). No se trata, solamente –aunque no consignas poético-combativas: “La imagina-
misma como propietaria eterna de la Historia, es poca cosa–, de “extraer lecciones de la his- ción al poder”, “Seamos realistas, pidamos
como guardiana de una realidad inamovible toria”. Dicho así, sería una perspectiva dema- lo imposible”, “Debajo de los adoquines es-
y repetitiva, que retorna circularmente al mis- siado lineal. Pero la historia, como sabemos, tá la playa”, “Nuestros medios de comunica-
mo lugar (porque, como ironizaba Marx, la se escribe siempre desde el presente hacia el ción de masas: los adoquines”, “Yo voté por
burguesía siempre supo que la historia era un pasado, y apuntando al futuro. Lo que nos pa- la revolución en las barricadas: mi boleta
perpetuo proceso de transformación… hasta sa hoy afecta a cómo leemos lo que pasó ayer, fue un adoquín”, etcétera: como puede ver-
que se convirtió en clase dominante). Eso es y lo que deseamos que pase mañana nos dicta se, y hablando de la recuperación de la his-
la “historia Billiken”: una transformación de cómo entender el ayer y el hoy. El secreto de toria, las barricadas y el adoquín fueron los
la experiencia de los sujetos sociales en mo- las distintas “lecturas” de la historia está en “logotipos” privilegiados del movimiento, co-
numento para la contemplación a distancia, la naturaleza de ese deseo. El deseo reaccio- mo lo habían sido en la Comuna de París de
como decía Walter Benjamin de lo que él de- nario tiene su historia, tanto como el deseo 1870. Ese tipo de performance estético-polí-
nominaba estetización de la política. Pero, revolucionario: no es meramente que sean in- tica rápidamente se transformó en casi uni-
por supuesto, hay otra manera, la opuesta, compatibles, sino que están en lucha. Las efe- versal –hoy diríamos que se “viralizó”–. El
de tratar las efemérides: es la que busca re- mérides, por lo tanto, también. sintagma “Mayo 68”, pues, fue un emblema,
cuperar aquella experiencia de los sujetos so- o un símbolo global, de un fenómeno que es-
ciales, cargándola de lo que Sartre llamaría 1. taba dando la vuelta al mundo. Movimientos
su existencia vivida, y al mismo tiempo bu- “Mayo del 68” se transformó rápidamen- similares –con sus características peculiares,
ceando en las estructuras (históricas, socia- te en una suerte de taquigrafía metafóri- claro está– se produjeron en Roma, Berlín y
les, políticas, ideológicas, culturales) que las ca para calificar a una vasta erupción que Londres1. Pero hay que recordar, además, que
explican, aunque conservando su irreductible atravesó espacios, fronteras, generaciones, ya se venían produciendo nada menos que en
singularidad. Y buscando en la “repetición” clases. Empujada por una situación de alza el propio centro del capitalismo imperialista
la diferencia, como hace Marx con su canóni- revolucionaria a nivel mundial, la rebelión mundial, los EE. UU. Allí, las protestas estu-
ca metáfora de la tragedia y la farsa. Cuando estudiantil-juvenil surfeó con sus exigen- diantiles contra la guerra de Vietnam, las que-
se hace eso –y “eso” es mucho más de lo que cias particulares sobre la cresta de esa ola. mas públicas de las cédulas de reclutamiento
podremos hacer aquí: solo estamos hablando En París adquirió un grado particular de del Ejército en los campus, las ocupaciones
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de universidades a veces ferozmente reprimi- estudiantes en huelga por fuego de ametralla- Un año antes se había lanzado la llamada
das, eran un pan cotidiano, que se combina- doras, en la plaza de ese nombre en la ciudad “Revolución Cultural” china (que terminó en
ba explosivamente con la emergencia de los de México (hasta el día de hoy se ignora el un desastre, pero que en su momento ejerció
Panteras Negras, del brioso movimiento femi- número exacto de asesinados, pero no fueron una gran fascinación sobre la “nueva izquier-
nista, del free jazz y el rock’n’roll, y así2. menos de 500)5. Y así podríamos continuar da” antiburocrática/antirreformista, y muy
En Italia el movimiento alcanzó por mo- citando ejemplos, incluyendo a la Argentina – particularmente en París6). Y así podríamos
mentos picos de masividad y violencia calle- donde a partir de 1968 se produjeron impor- continuar, no sin apuntar cuántos de estos
jera muy elevados, mientras se gestaban en tantes movilizaciones estudiantiles y huelgas procesos se estaban desarrollando en lo que
su estela “novedades” como Potere Operaio obreras bajo la dictadura de Onganía, emer- por entonces se llamaba el “Tercer Mundo”,
o las Brigadas Rojas3. Y no olvidemos: “Mayo gió la guerrilla del ERP y en general, al igual una referencia permanente también para los
68” (es decir, el año 1968) fue también la que en Francia, Italia, Inglaterra, Alemania y grupos revolucionarios europeos.
Primavera de Praga, esa rebelión política los EE. UU, se conformó una llamada “nue- Es contra ese telón de fondo –para volver
contra el régimen burocrático “estaliniza- va izquierda” por fuera de partidos tradicio- al “1968” propiamente dicho– que se podría
do” impuesto por la URSS en la entonces nales como el Comunista o Socialista–. Pero dibujar el triángulo simbólico París/Praga/
Checoslovaquia, y rápidamente aplastada por lo que importa ahora es situar el emblema Tlatelolco. Triángulo mucho más que geo-
los tanques rusos, no sin antes tener en vilo “Mayo 68” en el entramado complejo y con- gráfico, cuyos ángulos unen los lados políti-
al “sistema” mal llamado “soviético”, en una tradictorio, pero enormemente explosivo, de cos diferenciados, pero complementarios, de
de las peores crisis de su esfera de influencia4. la etapa en la que se inscribió. Continuaba la aquella convulsión mundial: la rebelión de la
Que la derecha mundial aprovechara larga- Guerra de Vietnam. Estaba fresca, y aún no juventud, de las minorías étnicas y de las mu-
mente el episodio, era de esperarse, así como del todo burocratizada, la Revolución cuba- jeres en el marco de un alza de la lucha de cla-
lo era que la burocracia “soviética” lograra, na. El Che había sido asesinado seis o siete ses en el “Primer Mundo”, la rebelión contra el
con algunas concesiones, hacer volver el país meses antes, transformándose inmediatamen- despotismo burocrático y la traición a las pro-
al redil. Pero no se puede objetar que ese mo- te en mito revolucionario mundial. El conti- mesas de una democratización profunda del
vimiento sirviera a la causa de la revolución nente africano entero estaba atravesado por socialismo “real” en el “Segundo”, la rebelión
mundial, desnudando el carácter objetiva- el tsunami de las revoluciones anticoloniales. contra la opresión colonial, neocolonial o im-
mente reaccionario de una casta burocrática En buena parte de Latinoamérica florecían perialista en el “Tercero”. Posiblemente haya
supuestamente en “deshielo” post-Stalin. insurrecciones y movimientos guerrilleros, sido la primera vez en la historia del siglo XX
Y, por supuesto, “1968” fue, asimismo, la frecuentemente combinados –otra “novedad” en que un año haya podido concentrar esas
Noche de Tlatelolco: la brutal masacre de de la época– con la Teología de la Liberación. tres dimensiones de la revolución mundial. »
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Ya lo sabemos: el triángulo no logró cuadrar, está tomando partido por la policía ni por tenemos que ir a las barricadas”8), pero ¿cuán-
finalmente, en un proceso decidida y triun- la clase dominante (en el mismo texto cali- tos de ellos lo habían leído y comprendido
fantemente revolucionario. El capitalismo fica a la burguesía no solo como una clase realmente, así como a otros que supuestamen-
“primermundista” pudo recomponerse y se- social, sino como una enfermedad de la ci- te los “inspiraban” (Marcuse, Fanon, etcéte-
guir su camino; la burocracia de los “socialis- vilización), ni el segundo está encogiéndose ra)? Hay que tomar nota, por otra parte, de
mos reales” logró mal que bien sostenerse un de hombros ante el esnobismo de unos “ni- la rápida y contundente reacción de los inte-
par de décadas más; los intentos revoluciona- ños ricos con tristeza”. De lo que están ha- lectuales y artistas. El grupo dirigente de los
rios del Tercer Mundo fueron aplastados por blando es de problemas que la revolución Cahiers du Cinéma (Godard, Malle, Resnais,
distintas formas de terrorismo estatal asistido “juvenil”, por sí sola, no podía resolver, y del Rivette, Allio) establece, en el Theatre de l’Est,
por el imperialismo. Pero “1968” quedó pla- carácter complejo, contradictorio y por mo- los Estados Generales del Cine (en recuerdo
neando como el proverbial fantasma que ace- mentos confuso que tenía el movimiento. En de los preludios de la Revolución Francesa);
cha en el horizonte. El mundo ya no volvió a los dos casos (más directamente en Pasolini, Godard y William Klein se lanzan a la calle
ser lo que era. El capitalismo central, en po- más “connotadamente” en Bertolucci) se es- a filmar todo. Un comando de choque de es-
co tiempo, tuvo que rearmarse mediante un tá aludiendo a cuestiones de clase. Los estu- critores célebres (Marguerite Duras, Michel
gran movimiento de reacción neoconserva- diantes italianos no tienen una política clara Butor, Jean-Pierre Faye, Alain Jouffroy) toman
dora que dejó atrás las ilusiones “bienestaris- para la situación de los lumpen-policías, a por asalto a la esclerótica Societé des Gens
tas”; los “socialismos reales” burocratizados los “burguesitos” de Bertolucci ni siquiera de Lettres, clavan una bandera roja en el te-
se deslizaron en una pendiente de descompo- se les plantea el problema: es notorio en ese cho y fundan una nueva Unión de Escritores,
sición de la cual ya nunca se recompondrían; film la completa ausencia de cualquier refe- “abierta a todos los que consideran la literatu-
en el Tercer Mundo quedó completamente rencia a la lucha simultánea del proletariado ra como una práctica indisociable del actual
descalificado, al menos durante otro par de francés, no porque sea una descuidada omi- proceso revolucionario”. Se desata una “huel-
décadas, el canto de sirena de la “democracia sión o ignorancia (estamos hablando del di- ga revolucionaria” de actores y actrices, diri-
burguesa”. Las cartas se habían mezclado de rector de cosas como Novecento), sino para gida por Catherine Deneuve, Michel Piccoli,
otra manera y hubo que recomenzar el juego. indicar que esa “grieta” es, en alguna buena Juliette Greco, Jean-Louis Barrault (Alain
medida, la causa de la “confusión” de los jó- Delon y Claude Lelouch se niegan a apoyarla,
2. venes: está muy bien la “revolución sexual”, y la denuncian públicamente). No faltaron ac-
En un controvertido artículo escrito en ple- el quiebre de la familia burguesa, el pisotear ciones que hoy calificaríamos de un poco deli-
na rebelión estudiantil en Italia, Pier Paolo los valores tradicionales, etcétera, pero, se- rantes, pero que dan cuenta de los entusiasmos
Pasolini interpela a los jóvenes recordándo- parado de la lucha de clases (que, como de- de la etapa: los alumnos del Conservatorio
les que ellos son “nenes de mamá”, peque- cíamos más arriba, puede ser la que pone en Nacional exigen “la expropiación de las es-
ñoburgueses angustiados que quieren todo su lugar esas cosas), se corre el peligro de tructuras sonoras”, grupos de adolescentes
(como decía Nanni Balestrini), mientras que que la “revolución” termine en una limita- invaden el Odeon exigiendo el “inmediato de-
los policías que los reprimen –como en ca- da contestación (fue el concepto que se usó recho al orgasmo”. Los estudiantes no siem-
si todas partes provenientes del “subproleta- hasta el cansancio en la época): una refor- pre entienden la complejidad de estas alianzas
riado”– son los verdaderamente explotados: ma de las costumbres con celebrables inno- cruzadas; grupos anarco-maoístas (¿?), afec-
también ideológicamente explotados, pues vaciones estético-culturales, digamos. tados de la canónica “enfermedad infantil del
se los obliga a usar la violencia en contra de Muchas veces se ha criticado a “Mayo 68”, comunismo”, pintan en las paredes cosas co-
sus propios intereses de clase –los policías incluso por izquierda, el haber dado el punta- mo: La cultura ha muerto, y Godard no po-
no solo reprimen estudiantes, sino obreros pié inicial a la cultura “postmoderna”, y el ha- drá resucitarla. De todos modos, este hubiera
en huelga–.7 Por su parte, en un film mu- ber transformado a aquella nueva categoría, la sido el menor de los problemas: cuando las
cho más reciente (Los Soñadores, Bernardo juventud, de nueva “vanguardia revoluciona- papas queman, no hay tiempo de ponerse a es-
Bertolucci, 2003), situado en París en pleno ria” en nuevo y gigantesco “nicho” para la so- tudiar, se dirá; lo que realmente era una caren-
Mayo del 68, se muestra un triángulo amoro- ciedad de consumo contra la que inicialmente cia era la tendencia “anarquizante” a confiar
so (con ribetes incestuosos) entre estudiantes se habían rebelado. Y es verdad que no hubo en las propias fuerzas rebeldes sin ir a fondo
de cine de clase manifiestamente burguesa, en los estudiantes una sólida formación teóri- –aunque algunos lo intentaran– con una or-
que viven “de arriba”, como se dice, y que ca y política que pudiera sostenerse como mo- ganización programática férrea que incluye-
al mismo tiempo que participan activamente vimiento revolucionario riguroso, ni siquiera ra orgánicamente al (o, mejor, se incluyera en)
en las barricadas, se “dejan ir” en una suer- en sus líderes (¿dónde está hoy Dani “El Rojo” movimiento proletario.
te de permanente orgía hedonista, alcohóli- Cohn-Bendit? Se nos ha vuelto “verde”…): se- Ahora bien, cuando se hacen estas críticas
ca e irresponsable. Se trata de dos –podrían gún cuentan los relatos, Sartre fue el único in- en sí mismas plausibles, suele pasarse por al-
darse muchos más ejemplos– evidentes pro- telectual de primera línea al que recibieron to que, en muchos momentos álgidos de los
vocaciones, en el buen sentido. Los títulos gustosamente en las universidades ocupadas levantamientos, la unidad obrero-estudiantil
“izquierdistas” de Pasolini y Bertolucci son (sin privarse de pasarle el famoso papelito que en la lucha sí existió. Cerca de diez millones
irrecusables. Es obvio que el primero no rezaba: “No nos des la lata con tus discursos, de trabajadores entraron en estado de huelga
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general y/o de “asamblea permanente”, levan- ver que significó mundialmente, está lejos
tando reivindicaciones no solo exclusivamen- de haber terminado. En los cincuenta años
te económicas, sino políticas y, podríamos transcurridos, el mundo, es cierto, cambió
decir, “culturales”, y dieron tanto como pidie- radicalmente. Por solo mencionar las dos
ron ayuda a los estudiantes. Además de las transformaciones más abarcadoras y decisi-
huelgas proletarias propiamente dichas (co- vas, el bloque “socialista” se derrumbó estre-
mo la gigantesca de Renault) se declaró una pitosamente, y la mundialización capitalista
masiva huelga (heroica, prolongada y severí- cubrió el planeta con la peor de las reaccio- Lee la versión completa en la web:
sima) de los trabajadores de la TV francesa nes neo-conservadoras. En ese medio siglo, www.laizquierdadiario.com/ideasdeizquierda/
(ORTF), exigiendo la transmisión no censura- sin embargo, y hasta el día de hoy, no fal-
da de los acontecimientos. Hay muchos más taron nuevas e insistentes “primaveras de
ejemplos. Fueron esos los momentos en que los pueblos”, ni dejaron de ensayarse movi- 1. Para el caso de Inglaterra, pero con alcances in-
ternacionales, son inestimables las memorias de
los cimientos crujieron de verdad. No puede mientos de unidad en la acción entre la clase
Tariq Ali, Street Fighting Years. An Autobiography
ser casual que la mayor y más feroz represión obrera y los sectores populares, los estudian- of the Sixties, Londres, Verso, 2005.
se haya dado en los momentos en que aque- tes, los jóvenes, las mujeres, los intelectuales 2. Dos buenos films –aunque muy diferentes entre
lla unidad estaba más sólida, ante el pánico y artistas, y hoy habría que sumar a los inmi- sí– que retratan acabadamente este “clima de épo-
de la burguesía de que, finalmente, se produ- grantes, los desplazados, los “marginales” de ca” en las universidades norteamericanas, son Las
jera por esa vía una definitiva situación re- todo tipo. Al menos una vez por año, en ese fresas de la amargura (Stuart Hagman) y Zabris-
volucionaria. Ya sabemos lo que sucedió con período, se dio por muerto –o en el mejor de kie Point (Michelangelo Antonioni), nada azaro-
samente ambos de 1970, es decir, filmadas todavía
esa posibilidad: las burocracias sindicales de los casos, por académicamente “domestica- caminando sobre los rescoldos de “Mayo”.
la época, principalmente la CGT, así como el do”– al marxismo y a los impulsos revolucio-
3. Un extraordinario e increíblemente exhaustivo
PC y el PS, no solo no estuvieron a la altu- narios, conscientes o no, solo para terminar libro que repasa las múltiples facetas de la situa-
ra de las circunstancias, sino que terminaron dándole la razón a la sabiduría quijotesca: ción italiana es: Nanni Balestrini y Primo Moroni,
constituyéndose en un decidido freno a ese Los muertos que vos matáis, gozan de buena La Horda de Oro (1968-1977): La Gran Ola Revo-
“salto cualitativo”. Si a la larga hubo “desen- salud. La alienación ideológica, la estupidi- lucionaria y Creativa, Política y Existencial, Ma-
drid, Traficantes de Sueños, 2006. Nanni Balestrini
cuentro” entre el movimiento estudiantil y el zación via mass media, la degradación cul-
es además autor de una novela ya mítica de y sobre
obrero, no fue solo por el “espontaneísmo” o tural e intelectual, la corrupción impune de la época, Vogliamo Tutto (Milán, Feltrinelli, 1971).
las falencias de formación política de los jó- las “clases políticas”, el poder obsceno de las También se pueden leer con mucho interés las me-
venes, sino también porque la que debió ha- burguesías mundiales, campean por doquier, morias de Rossana Rossanda, La Muchacha del Si-
ber fungido como dirección proletaria para pero no del todo a sus anchas: no solamente glo Pasado (Madrid, Foca, 2008) y las de Maria
suplir esas debilidades, abandonó a la clase la indetenible crisis global del Capital, sino la Antonieta Macchiocci, Duemila Anni de Felicità
(Milano, Il Saggiatore, 2000).
obrera a su suerte; y, por lo tanto, también a diaria emergencia de nuevos e imprevisibles
4. Otro film estupendo, ahora sobre la rebelión
los estudiantes. focos de resistencia, indican que, si el mun-
praguense, es Hořící keř (La Zarza Ardiente) (Ag-
Entonces, a su manera, Pasolini y Bertolucci do está atravesando una de sus peores eta- nieszka Holland, 2013), que relata la politización
–no importa lo que se piense de sus respec- pas, los pueblos están vivos. Todo esto no es de la juventud checa en 1968, centrándose espe-
tivas “provocaciones”– tenían cierta razón: un llamamiento al irresponsable optimismo. cialmente en la figura de Jan Palach, el estudiante
más allá del “alza” revolucionaria mundial, Sigue faltando, a nivel planetario, la direc- que se inmoló prendiéndose fuego frente a los tan-
ques rusos.
en cada caso particular era la lucha de cla- ción revolucionaria, y ello hace que muchos
ses, con sus características específicas, con de esos “focos” se fragmenten y terminen pa- 5. Otro gran libro: Elena Poniatowska, La Noche
de Tlatelolco, México, Era, 1971.
sus complicaciones y contramarchas, la que ralizados, o reconvertidos a alguna variante
6. Por supuesto, la referencia insoslayable para es-
tenía que “sobredeterminar” la orientación. “progre” del sistema. No hay una “situación
to es el anticipatorio film de Jean-Luc Godard, La
Todo lo cual no quita que las jornadas de revolucionaria” a resolver mañana. Pero la Chinoise (1967). Para un panorama general, se
Mayo 68, en su conjunto, resultaron una ex- vitalidad de lo que significó –con sus lími- puede consultar Ariet García, María del Carmen
periencia política extraordinaria, incluyendo tes y contradicciones– “Mayo 68” insiste con y J. Valdés-Dapena Vivanco (comps.), Filosofía y
el atisbo “utópico”, si se quiere, de una an- obstinación. No se va a repetir tal cual, eso Revolución en los años Sesenta, Mexico, Ocean-
sur, 2010.
ticipación de potenciales relaciones socia- es evidente: las circunstancias son muy dis-
les radicalmente transformadas9. Como diría tintas, y no es probable que tengamos otro 7. Pasolini, Pier Paolo: El Caos. Contra el Terror,
Barcelona, Crítica, 1981.
Ernst Bloch, fue un todavía-no, pero carga- annus mirabilis como aquel. Aunque, quién
8. Cohen-Solal, Annie: Sartre 1905-1980, Paris, Fo-
do de promesas de futuro. sabe: cosas veredes, que farán fablar las pie-
lio / Gallimard, 1985.
dras (¿o los adoquines?), para pasar del
9. Para una notable crónica presencial de la “coti-
3. Quijote al Cid. Y cuando llegue –y habrá que dianidad” de esas jornadas, véase Fuentes, Carlos,
Para terminar, como suele suceder, tene- trabajar mucho, pero la materia prima está– “La Francia revolucionaria: imágenes e ideas”, en
mos que volver al principio. La historia de no será una farsa: más bien una “tragedia” VVAA: Los Estudiantes, Montevideo, Cuadernos
“Mayo 68”, con todo lo que acabamos de para algunos, y una épica para el resto. de Marcha N° 15, Julio 1968.

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