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1. Introducción
Desde sus comienzos, los estudios sobre la motricidad infantil se realizaron con la intención de conocer mejor a los sujetos y de poder establecer instrumentos para valorar, analizar y estudiar el status motor de estos (Ruíz, 1991).
A partir de los años 30 aparecen las escalas de desarrollo, donde el componen- te de la motricidad era el eje principal de la evaluación, a partir de entonces se generan lo que hoy se conoce como tests, exámenes, baterías o pruebas con la intención de evaluar, entre otras, las conductas motrices de las
personas.
Es también a partir de este momento cuando grupos de profesionales, especialistas en diferentes áreas del saber se reúnen y toman decisiones y pautas importantes en el tema de la motricidad humana.
Entre los personajes más conocidos (Ruíz, 1991) encontramos a Gessell y sus escalas para valorar los diferentes aspectos del desarrollo del niño; Bayley, Shirley y McCarthy en cuyos exámenes psicológicos introducen el estudio de la motricidad infantil. Otra valoración importante fue la Escala de
Desarrollo de Denver donde existe un apartado específico relacionado con la motricidad infantil.
La mayoría de estas escalas fueron realizadas para la primera infancia, como la Escala-Lezine de desarrollo psicomotor. Cabe destacar que se trabaja mucho en este período del desarrollo por las implicaciones afectivas, cognoscitivas, que tiene el movimiento y sus relaciones en la personalidad del ser
humano.
Para Ruiz Pérez, la intención que mueve al investigador a realizar una medición de la motricidad es la de adentrarse en el conocimiento de los sujetos bajo su cargo.
Según Rigal (2003), junto con el crecimiento morfológico, el DM es el otro aspecto más patente en las modificaciones del comportamiento del niño asociadas a su coordinación motriz, pero, ¿para qué evaluar el DM? La intención que mueve al
profesional para realizar esta acción, es la de conocer a los sujetos que están bajo su cargo.
Para la evaluación del desarrollo motor, pueden utilizar diversos procedimientos en función de las características o aspectos que estemos interesados en valorar y del objetivo final que de éstas se persiga. Como nos indica Díaz, la amplia gama de
conductas motrices que podemos estudiar y evaluar en cada individuo ha comportado numerosas investigaciones en este campo, y como consecuencia la aparición de numerosos sistemas y procedimientos para valorarlos, que desarrollaremos a continuación en
el tema.
A nivel normativo me apoyo en los decretos 112/07, del 20 de Julio, y 102/08, del 11 de Julio, que establecen el currículum vigente para la ESO y Bachillerato.
Así en un primer punto desarrollaré
En el segundo apartado
Y en el tercer apartado
Para cerrar el tema, la bibliografía utilizada para su desarrollo y la conclusión donde destacaré aquello punto más importante y mis reflexiones desde un punto de vista crítico y documentado.
1. 2. Medición y evaluación del desarrollo motor
El desarrollo motor hace referencia a los cambios que el ser humano sufre a lo largo de su existencia, que implica la maduración del organismo, sus estructuras y el crecimiento corporal y el estímulo del ambiente.
Según Ruíz Pérez (1987), el desarrollo motor es el área de estudio centrada en el análisis y la explicación de los cambios que experimenta la conducta motriz a lo largo de la edad del sujeto.
Habitualmente los términos medición y evaluación generan confusión. De ahí la importancia de diferenciaros.
La medición supone una descripción cuantitativa del movimiento y una emisión de datos. Mientras, la evaluación comprende una descripción cuantitativa y cualitativa y una emisión de juicios de valor.
- La medición: acción orientada a la obtención y registro de información cuantitativa sobre cualquier hecho o comportamiento.
- La evaluación: proceso sistemático que tiene por finalidad la determinación de hasta que punto han sido alcanzado los objetivos.
La evaluación
La evaluación es el elemento crucial en la educación formal, en cualquiera de los diferentes ciclos, está en relación con los objetivos planteados.
Zamora (1998) la resume como “el juicio valorativo que se realiza a partir del establecimiento previo de los objetivos”. Esta autora menciona dos funciones vistas desde el enfoque constructivista:
a. permite ajustar la ayuda pedagógica a las características y necesidades individuales de los alumnos, mediante aproximaciones sucesivas,
b. permite determinar el grado en que se ha conseguido las intenciones del proyecto curricular.
Para Bolaños (1986) son los procedimientos y criterios que se utilizan para saber sobre el logro de los objetivos propuestos. Además esta debe ser constante lo que servirá para hacer las rectificaciones en el proceso de enseñanza.
Mathieu (1999) se basa en Obrador y en Miras y Solé, que la determinan como la actividad con la que en la función de determinar criterios, se obtienen informaciones pertinentes sobre un fenómeno, una situación, un objeto o persona, se emite un juicio sobre el objeto de que se trate y adoptan una serie
de decisiones relativas a éste.
Definida la evaluación se entiende la importancia que posee dentro del área de estudio. El valor de ella es relativo de los beneficios derivados del producto, siempre y cuando haya sido bien aplicada lo que contribuirá a mejorar el proceso y también a resolver las necesidades del producto.
Para realizar la evaluación es necesario seguir un procedimiento, Mathieu (1999) insiste que los datos por recolectar sean confiables y válidos. Los juicios por establecer según el valor de los datos van a responder a normas preestablecidas. Las decisiones por tomar se basan en la interpretación y juicios
que se dan de los resultados de la medición.
La medición
La medición parte de la evaluación y su función es recolectar la información mediante la aplicación de diversos instrumentos como las listas de cotejo, escalas de clasificación, pruebas y otras.
La medición ha sido descrita por Zamora (1998) como el “proceso que per- mite resumir numéricamente las observaciones, respuestas, interacciones y registros de tal manera que se facilita su comprensión”.
Al respecto Mathieu (1999) clarifica que la medición es una propiedad de las medidas precisas que dan por resultado datos, números con respecto a los individuos, objetos y situaciones medidas.
Shwanda (1978) operacionaliza todo el proceso como la evaluación parte de la educación, la medición es una fase de la evaluación y el instrumento a utilizar, es la herramienta de la medición.
Si nos centramos en la E.F y siguiendo a Domingo Blázquez, podemos encontrar a su vez tres ámbitos diferentes en los que esa evaluación adquiere una dimensión propia: el ámbito deportivo, el de la condición física y salud y el de la E.F. escolar.
Por otra parte, para Rigal (1979), la utilidad de estos trabajos es la simple detección de los alumnos con problemas de desarrollo, en cotrapartida, Fonseca (1988), confiere a los instrumentos de medida y evaluación del DM, una función claramente
pedagógica, ya que estos proporcionan la información necesaria para el incremento de programas educacionales apropiados.
2. Tendencias en los aspectos a evaluar
1 Tendencias o modelos
A lo largo de la historia han existido diferentes tendencias o modelos en los aspectos a evaluar del desarrollo motor, fruto de las aportaciones de diferentes autores.
- MODELO MADURATIVO. Para Gessell el crecimiento biológico es la causa de la aparición de nuevas y más complejas conductas motrices, el ambiente actúa facilitándolo o dificultándolo, pero no es la causa de los cambios. Asume que se da una
correspondencia entre las cualidades de la conducta humana y las fases biológicas de la maduración humana.
Los argumentos que dan soporte a esta concepción son:
- La secuenciación: los cambios se dan en una secuencia relativamente constante en todos los individuos (todos los niños/as aprenden a andar siguiendo los mismos pasos);
- La universalización, los cambios se dan sin variaciones en todos los grupos humanos y culturales.
- MODELO REFLEJO-ESTIMULACIÓN (línea conductista). La causa de cualquier acción humana tiene su inicio fuera del hombre en la estimulación proveniente del medio ambiente.
La existencia de estas dos corrientes generó polémica entre los defensores de la herencia genética como causante de los cambios de la conducta humana y los que sostenían que era el medio el que originaba estos cambios. De esta manera, surgen:
⁃ MODELO QUE CONSIDERA EL DESARROLLO MOTOR COMO INTERACCIÓN DEL INDIVIDUO CON EL ENTORNO. La herencia aporta la disponibilidad, y el medio las posibilidades de estimulación, pero es la propia
historia personal del sujeto la que realmente configura su desarrollo.
- CORRIENTES ECLÉCTICAS. Tanto la herencia como el aprendizaje intervienen unidos en el desarrollo motor.
De estas cuatro tendencias o modelos de los aspectos a evaluar, el modelo madurativo y en cierta forma el ecléctico han creado y utilizado numerosas escalas de desarrollo motor donde se recoge la evolución normal de la conducta motriz de los
individuos, estableciéndose un listado o series de conductas cuya aparición es propia de una edad concreta. Por otra parte los partidarios de la corriente que considera el desarrollo motor como interacción del individuo con el entorno son muy críticos a la hora
de utilizar estas escalas de desarrollo motor, diciendo que son orientativas pero también relativas a la población estudiada, dado que los instrumentos de medida están arbitrariamente establecidos.
Si nos situamos en el campo de la E.F. nos planteamos dos cuestiones: ¿Se puede evaluar la motricidad humana? y ¿Qué debemos y podemos evaluar?. Uno de los modelos más operativos para interpretar el conjunto de factores de los que
depende la motricidad es el MODELO DE CAZORLA.
Los elementos de la motricidad que pueden ser evaluados son los siguientes:
3.- Comportamientos motrices: aunque son el objeto de mayor preocupación en la E.F., son también las más difíciles de evaluar. Se clasifican en:
La clasificación más utilizada en España cuando abordamos el desarrollo motor y su evaluación es la de Sánchez Bañuelos, en la cual existen 4 fases en el proceso de desarrollo en edades escolares:
1- Desarrollo de las habilidades perceptivas a través de las tareas motrices habituales (4 -6 años).
2- Desarrollo de las habilidades y destrezas motrices básicas (7-9 años).
3- Iniciación a las habilidades motrices específicas y desarrollo de los factores básicos de la condición física (10-13 años).
4- Desarrollo de las habilidades motrices específicas y desarrollo de la condición física general (14-17 años).
Según Ruiz la evaluación de los niveles de desarrollo del alumno tiene los siguientes
objetivos básicos:
¿cuales son los instrumentos que deben utilizarse para evaluar? Los instrumentos
de valoración en el ámbito de la motricidad se nutren no sólo de pruebas físicas destinadas
a evaluar sus cualidades personales, sino también de la psicología y pedagogía, tal y como
afirma Fonseca (1988).
En E.F., cuando nos planteamos la evaluación del desarrollo motor de los alumnos,
nos encontramos con que son muchos los instrumentos y procedimientos que podemos
utilizar, por lo que parece conveniente establecer algún tipo de criterio organizativo que nos
permita ser lo más operativos posibles.
En general, todo proceso de evaluación pasa por 3 fases principales que son:
1) Recogida de información.
2) Análisis de los datos. Valoración de los resultados.
3) Interpretación de los resultados.
Características
De forma resumida, podemos decir que los tests y la batería permiten determinar la
eficiencia de un sujeto en una o varias actividades. Las pruebas y escalas de desarrollo
sitúan al sujeto en una o varias actividades con relación al conjunto de la población
normal de esa edad.
Los primeros dan un nivel de desarrollo absoluto y los segundos uno relativo.
Características
El profesor debe seleccionar los instrumentos más adecuados en función del objeto que
desee evaluar, la finalidad que persiga y los aspectos concretos que le interese conocer.
A nivel Motórico
! Escala de Cratty.
! Examen Psicomotor de Pick-Vayer.
! Examen psicomotor de Zazzo.
! Batería de Ozeretsky.
! Observación psicomotriz de Da Fonseca.
A nivel Cognitivo
Cuadro 1
Tomado de: Díaz; García; Conte y otros (1993). Desarrollo Curricular para la Formación de Maestros
Especialistas en Educación Física. España: Editorial Gymnos.
4. Bibliografía
materiales anexos. Las listas de observa- en la que, sin resaltar tanto el factor cro-
ción y control de las conductas perceptivo- nológico, y siguiendo su modelo del funcio-
motrices (check list) son un ejemplo. namiento psicomotor, ha seleccionado una
RUIZ, L.
Cratty, M (1987) : “Desarrollo
McClenagham, y Gallahue motor
o y actividades
serie de pruebas físicas” Ed. Gymnos.
no importándole Madrid.
tanto lo
Williams, 1983 han elaborado algunos que hace como el cómo lo hace.
RIGAL, R (1987) : “Motricidad Humana. Fundamentos y aplicaciones pedagógicas “ Pila Teleña. Madrid.
modelos (Ruiz, 1991), también Vayer Por último, se encuentran tests y ba-
(1977),FONSECA,
ha agrupado un instrumento de
V (1988) : “Ontogénesis de la motricidad”. G. Núñez. Madrid. el
terías de tests que tienen su origen en
gran valor, que mediante un golpe de vis- ámbito de la Educación Física y el Depor-
ta sobre el trazado, D
BLÁZQUEZ, permite
(1990)advertir
: “Evaluarlosen E.F.
te: “los tests
Ed. deBarcelona.
Inde. la AAPHER, el test de la
puntos fuertes y débiles del sujeto en coordinación corporal infantil de Kiphard
cuestión. (1976) y Schilling, la batería de Fleishman
Da Fonseca (Ruíz, 1991) también ha son ejemplos amplios y variados de dife-
5. Conclusión
elaborado un examen y batería psicomotriz rentes instrumentos.
El profesor de educación física debe colaborar con el desarrollo integral del individuo, para que su capacidad potencial sea utilizada al máximo, y es aquí donde una buena evaluación en las conductas motoras (principalmente), afectivas, sociales y cognitivas va a permitir el desarrollo de actitudes y
aptitudes globales.
Es importante la concepción de la función que ejerce el docente como formador y guía en los períodos “críticos” del desarrollo sobre todo en niños y niñas de edad preescolar y escolar.
La evaluación definitivamente per- mite y proporciona información valiosa que orienta al docente en el proceso de enseñanza aprendizaje.Después de todo lo mencionado anteriormente nosotros como profesores de E.F. nos debemos ocupar del paso gradual de lo simple a lo
complejo y del papel que desempeñan nuestras clases en el crecimiento y desarrollo motor del niño/a que aprende.
Así mismo es importante que el profesor/a de E.F. seleccione en función de la etapa en que se encuentre, E.S.O. y/o Bachillerato, aquellas habilidades correspondientes al nivel de desarrollo motor del alumnado y evaluar la existencia o no de retrasos
en el desarrollo motor de los mismos, a través de algunas de las pruebas mencionadas anteriormente.
Como profesionales de la educación, hemos de dar siempre a la evaluación un enfoque pedagógico que sirva para el desarrollo de nuestros alumnos y como medio para la consecución de las capacidades básicas