historiA del instituto

de sAlud públiCA
de Chile
1892-2008

Camino al bicentenario
nacional

santiago de Chile, 2008

Presentación La memoria histórica de un pueblo, de una nación y de una insti-
tución, constituye su identidad, su ser, a partir de lo cual se constru-
ye el presente y se proyecta el futuro.
Nuestra institución se encuentra encaminada en un proceso de
modernización y mejoramiento, que tiene por finalidad cumplir a
plenitud y con calidad nuestra misión al servicio de la salud pública
chilena, respondiendo así a los actuales desafíos y requerimientos,
preparándonos a la vez para los del futuro.
Las personas que trabajamos en el Instituto de Salud Pública de
Chile, ISP, comprometidas con tan noble proceso y misión, senti-
mos que formamos parte de una historia que, en otros tiempos y en
otros contextos, hizo posible que hoy podamos tener el desarrollo
institucional alcanzado. Muchas generaciones que nos precedieron,
muchos hombres y mujeres que no sólo entregaron su trabajo y sus
conocimientos, sino también sus preocupaciones vitales y sus sue-
ños, construyeron esa historia que hoy queremos conocer y relevar
como nuestra memoria histórica.
Con esta visión, hoy presentamos esta “Historia del Instituto de
Salud Pública de Chile, 1892-2008”, obra que busca contribuir al
rescate de esa memoria y del patrimonio histórico de esta institución
del Estado de Chile, que ha servido con tanto esmero y vocación de
servicio a la salud pública del país.
Sus páginas relatan la continuidad histórica institucional, des-
de la creación y funcionamiento del Instituto de Higiene, en 1892,
el cual fue cerrado en 1924, tras 31 años ininterrumpidos de labor;
luego, la creación y existencia del Instituto Bacteriológico de Chile,
desde 1929 a 1980 y, finalmente, la creación y desarrollo del Institu-
to de Salud Pública de Chile, desde 1980 hasta el presente. Son 116
años de historia al servicio de la salud pública chilena.
Esta historia, inserta a nuestra institución en el marco más
general del desarrollo de la historia política y social nacional.
Y lo hace desde la perspectiva del efecto que tuvieron en la vida y
evolución institucional las políticas sobre salud pública impar-
tidas desde el Estado por los diferentes Gobiernos y regímenes
políticos, destacando los hitos más importantes que marcaron
rumbos fundamentales.
 Sin embargo, el sujeto central de esta historia lo constituye el pro-
ceso de evolución institucional, en sus distintas etapas.
Entre otras, la primera gesta realizada por médicos pioneros, hi-
gienistas y salubristas chilenos, que impulsaron políticas, acciones e
institucionalidad del Estado chileno a fines del siglo XIX y comien-
zos del siglo XX, y que dieron origen tanto al Instituto de Higie-
ne, como al Instituto Bacteriológico de Chile. Entre otros tantos, se
destacan las figuras de sus fundadores, como el Dr. Federico Puga
Borne, el Dr. Eugenio Suárez Herreros y el Dr. Rudolf Krauss, de na-
cionalidad austríaca.
También se caracterizan los distintos periodos en que los Direc-
tores del Instituto impulsaron, junto a sus equipos, la magna hazaña
de implementar planes de desarrollo, proyectos, programas de inves-
tigación, publicaciones científicas, laboratorios de referencia, redes y
sistema nacional de laboratorios, control y vigilancia, infraestructura
y nuevo edificio institucional, intercambios internacionales, asesorías
a nivel internacional, que dieron como resultado importantes logros y En fin, la historia institucional que presentamos es también un re-
contribuciones a la salud pública chilena, latinoamericana y mundial. conocimiento póstumo a las personas que anónimamente ofrendaron
En todas estas tareas silenciosas, permanentes y de gran rigor cientí- parte importante de sus vidas, a la misión de servir a la salud pública
fico, trabajaron muchas generaciones. Una pléyade de profesionales, nacional. A todos ellos nuestro sentido homenaje.
médicos, científicos y trabajadores y trabajadoras en general, que con-
Este esfuerzo institucional es también una importante señal a la
tribuyeron de manera destacada al desarrollo y avance de la salud pú-
comunidad nacional en general, a las autoridades, a nuestros usuarios,
blica chilena, prestigiando notablemente a la institución. Muchos de
a las organizaciones sociales, etc., para que conozcan nuestro patrimo-
ellos, además de ser académicos universitarios de gran mérito, fueron
nio histórico y nuestro valor en el ámbito de la salud pública.
consultores de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la
Organización Panamericana de la Salud (OPS). Que el conocimiento de nuestra memoria histórica nos impulse a to-
dos quienes hoy trabajamos en el Instituto, a comprometernos con más
Un destacado lugar lo ocupa el rol que cumplió el Instituto Bac- fuerza en las tareas del presente, y ello nos permita mirar el horizonte del
teriológico, en materia de producción de biológicos que tuvieron gran futuro, con fortaleza y confianza en nuestro destino institucional.
importancia para el desarrollo de la salud pública nacional, como
el ciclo emblemático de producción de penicilina, la producción de
vacunas, entre las que se destaca la denominada vacuna “Fuenzali-
da-Palacios”, que representa, quizá, el mayor y más genuino aporte
Dra. Ingrid Heitmann Ghigliotto.
del Instituto de Salud Pública de Chile a la salud mundial, y que es
Directora
obra de dos destacados médicos que tuvieron una larga y brillante Instituto de Salud Pública de Chile, ISP.
trayectoria en nuestra institución. Igualmente la producción de éter, Santiago de Chile, agosto de 2008.
cloramfenicol y aceite de bacalao.
Sumario

11 Antecedentes históricos sobre la higiene y salud pública en Chile

13 La higiene y salud pública: un problema social nacional, siglos XIX y XX
14 La introducción de la vacuna en Chile
17 Las enfermedades infecciosas y la mortalidad
17 Epidemia del cólera: 1886-1888
18 La mortalidad urbana

21 La creación y existencia del Instituto de Higiene, 1892-1924

23 El Consejo Superior de Higiene Pública
24 El Instituto de Higiene de Santiago, 1892-1924

37 La creación del Instituto Bacteriológico de Chile en 1929

39 Las gestiones previas del Dr. Suárez Herreros
40 La Ley Nº 4.557 que crea el Instituto Bacteriológico de Chile
42 El acto inaugural del 6 de diciembre de 1929
44 Los Departamentos y Secciones del Instituto
45 La Escuela de Higiene y la Dirección General de Educación Sanitaria
46 El Dr. Krauss, Director General de Sanidad
 49 El Instituto Bacteriológico de Chile, 1929-1980
51 Periodo del Primer Director del Instituto Bacteriológico, Dr. Rudolf Krauss: 1929-1932
56 Periodo del Director Dr. Eugenio Suárez Herreros, 1932-1963
64 El edificio del Instituto Bacteriológico de Chile: desde Mapocho a Ñuñoa
64 La penicilina: un logro, un ciclo y un símbolo del Instituto Bacteriológico: 1943-1973
67 La vacuna Fuenzalida-Palacios, una gran contribución del Instituto Bacteriológico a la salud mundial
69 Periodo del Director Dr. Eduardo Dussert, 1962-1968
70 Las Décadas del 60 y 70 en el país y en el Instituto Bacteriológico
74 Periodo del Director Dr. Mario Miranda Casanova, 1968-1972 y formulación del Proyecto PNUD
76 Periodo del Director Coronel Eduardo Esquivel, 1973-1975
77 Periodo del Director Coronel Joaquín Larraín Gana, 1975-1990
80 La incorporación del Departamento de Salud Ocupacional y Contaminación Ambiental, 1979

83 El Instituto de Salud Pública de Chile, “Dr. Eugenio Suárez Herreros”: 1980-2008

85 Contexto político e institucional del cambio de Instituto Bacteriológico
a Instituto de Salud Pública
86 El control de medicamentos
87 El Instituto de Salud Pública, Centro Colaborador de la Organización Panamericana de Salud
88 El Instituto de Salud Pública, durante los gobiernos de reconstrucción democrática, 1990-2008
90 La actual administración de la Dra. Ingrid Heitmann Ghigliotto

99 Notas
102 Agradecimientos
Acta inaugural del Desinfectorio Público de Santiago, 8 de diciembre de 1896.
“ Instituto de Higiene, Instituto Bacteriológico de Chile, Instituto de Salud Pública de Chile: tres nombres para
una misma tarea adaptada a las diferentes necesidades del momento que les correspondió vivir. Tres nombres
que se prolongan en el tiempo tras un ideal común: un sentido superior de entrega a los postulados, siempre
permanentes, al servicio de la salud pública en Chile”.

Dr. Julio García Moreno.

Instituto Bacteriológico de Chile. 97 años al Servicio de la Salud.
Santiago, 1989.

“ Devolver a la raza, al pueblo trabajador, su vitalidad física, sus cualidades de virilidad y de salud que ayer
fueran su característica sobresaliente; readquirir la capacidad fisiológica de pueblo fuerte, recobrar su
inmunidad a las epidemias; todo lo cual habrá de permitir un mayor rendimiento en la producción nacional
a la vez que una mejor disposición de ánimo para vivir y apreciar la vida. Un pueblo sano y culto, he ahí la
consigna a la cual debemos atenernos todos los chilenos que anhelamos ardientemente servir a la patria, y que
luchamos sin descanso porque el pueblo supere la etapa de explotación y de ignorancia en que ha vegetado”.

Dr. Salvador Allende Gossens.

Ministro de Salubridad,
La Realidad Médico-Social Chilena,
Santiago, 1939.

“ La creación del Instituto es un documento muy significativo del espíritu social y de bienestar que anima al
actual Gobierno, cuyo pensamiento se concentra en el mejoramiento de la situación sanitaria del país,
ateniéndose al cumplimiento de las doctrinas de higiene moderna, para cuya realización significa el Instituto
un paso hacia adelante”.

Dr. Rudolf Krauss.

Primer Director del Instituto Bacteriológico de Chile,
Los fines y la organización del Instituto Bacteriológico de Chile,
Conferencia inaugural, 6 de diciembre de 1929.
Antecedentes históricos
sobre la higiene y salud
pública en Chile
La higiene y salud pública:
un problema social nacional, siglos XIX y XX
L a preocupación sobre la higiene y la salud
pública en Chile tiene su origen en el desarro-
llo de procesos económicos, sociales y demográ-
ficos que afectaron profundamente a la sociedad
chilena durante la segunda mitad del siglo XIX.
La enseñanza y desarrollo de la medicina y del co-
nocimiento científico en general fueron también
factores educativos y culturales que permitieron
entender y enfrentar la nueva realidad social.
La implementación y consolidación de una
economía capitalista produjo una incipiente in-
dustrialización que tuvo como consecuencia un
proceso de urbanización y proletarización gene-
rándose, para las clases obreras y trabajadoras,
condiciones de vida insalubres e inhumanas,
altos índices de mortalidad, especialmente in-
fantil, hacinamiento en habitaciones precarias
y populares (ranchos y conventillos), falta de al-
cantarillados y proliferación de enfermedades y
epidemias que afectaron la higiene y la salud de
grandes masas de población situadas especial-
mente en las ciudades y sus suburbios.
Hacia fines del siglo XIX, y en las prime-
ras décadas del XX, la problematización y dis-
cusión política, social y moral de esta realidad
que afectaba al pueblo y al proletariado de las
ciudades, puertos y centros mineros chilenos,
es conocida como “la cuestión social”. La Igle-
sia, los líderes políticos de la oligarquía gober-
nante, los intelectuales, los sectores medios y
la misma clase obrera, protagonizaron un largo
debate sobre este tema el cual buscaba encon-
trar las causas y soluciones a una situación
social que se transformó, cada vez más, en un
problema de carácter nacional.
El desarrollo de la medicina científica con el
inicio de la Escuela de Medicina en el Instituto
Nacional (1833) como más tarde con la crea-
ción de la Universidad de Chile (1843), con la
influencia de destacados facultativos europeos
avecindados, permitió la formación de médicos
pioneros y fundadores que más tarde dedicarían
sus esfuerzos científicos e intelectuales a la cien-
cia de la higiene o el higienismo, disciplina profi-
láctica que se había desarrollado en Europa como
consecuencia de las secuelas sociales que había
originado la revolución industrial.
Desde que en 1790 el médico vienés
J.P.Frank, publicara La miseria de pueblo, madre de
las enfermedades, hasta que en 1869 se iniciara la
enseñanza sistemática y obligatoria de la higiene
en Chile, como parte del plan de estudios médi-
cos, siendo Decano de la Facultad de Medicina el
Dr. José Joaquín Aguirre, el higienismo se había
constituido en una disciplina científica válida
para enfrentar las miserables condiciones de in-
salubridad que asediaban particularmente a los
sectores populares y proletarios. Esta situación
social ya comenzaba a ser concebida como un
obstáculo importante para el “desarrollo nacio-
nal”, especialmente para los sectores progresis-
tas, a medida que avanzaba el siglo.
Entre los médicos higienistas más desta-
Primitivos ranchos campesinos a comienzos
cados en este periodo se encuentran Adolfo del siglo XX.
Murillo, Federico Puga Borne, Alejandro del
Río, Ricardo Dávila Boza, Carlos Altamirano, Antiguo rancho de los suburbios hacia 1910.
13

Dr.José Joaquín Aguirre, Primer Presidente del
Consejo Superior de Higiene Pública.
Dr. Federico Puga Borne, Ex Presidente del Consejo
Superior de Higiene Pública y Primer Director del
Instituto de Higiene de Santiago.
Antecedentes históricos sobre la higiene y salud pública en Chile
Octavio Maira y Pedro Lautaro Ferrer. Todos
ellos realizaron una labor académica y científica
muy vinculada al desarrollo que experimentó
Europa en este ámbito, demostrado por el do-
minio actualizado de la producción científica
e intelectual del viejo continente. Difundieron
sus estudios e investigaciones y tuvieron ade-
más una activa participación en las acciones que
los gobiernos fueron implementando mediante
la educación y legislación como asimismo en la
creación y funcionamiento de instituciones esta-
tales vinculadas a la higiene y salud pública.
El Dr. Adolfo Murillo (1840-1899), de vasta
trayectoria en este ámbito, se tituló como médico
La introducción de la vacuna en Chile
U n aspecto relevante de la salud pública en
nuestro país, lo constituye el itinerario his-
tórico que siguió la vacuna antivariólica hasta
asentarse finalmente como un instrumento
científico eficaz contra las epidemias y enferme-
dades que asolaban especialmente nuestro país y
con frecuencia a los sectores populares.
La viruela fue siempre considerada la más
mortífera y desastrosa de las infecciones de
todos los tiempos combatiéndola primero con
métodos primitivos. A comienzos del siglo
XVIII se ideó la variolación que consistía en la
inoculación intencionada del pus de la viruela
benigna, fundándose en el hecho empírico de
que dicha enfermedad no ataca más que una vez
en la vida y que las formas esporádicas, y aun las
más leves y ligeras, ponen a salvo de una segun-
da invasión.
En Chile se practicó la variolación en 1765 du-
rante una tremenda epidemia de viruela en la cual
falleció la mitad de los atacados. El padre hospita-
lario Fray Pedro Manuel Chaparro, inoculó el pus
en la Universidad de Chile en 1862. En 1870 fue
miembro de la Facultad de Medicina y Ciencias
Naturales de la Universidad de Chile. Fue Deca-
no de la Facultad de Medicina, Presidente de la
Junta Central de Vacuna y miembro del Consejo
Superior de Higiene Pública. Formó parte de va-
rias sociedades científicas, médicas y farmacéuti-
cas en Chile y el extranjero. Fue miembro corres-
ponsal de la Academia Médico-Quirúrgica de
Bolonia. Incursionó también en la política como
diputado con el objetivo de convertir en realidad
iniciativas parlamentarias y gubernamentales en
higiene y salud pública, varias de las cuales efec-
tivamente se convirtieron en leyes, reglamentos
e instituciones públicas.
varioloso a 5.000 personas. Por segunda vez se
apeló a la variolación en 1785 en una epidemia se-
mejante. Ella se practicó en Chile ignorándose que
años antes se había establecido en Europa.
En 1796, Eduardo Jenner, médico y natura-
lista inglés, descubrió la vacuna contra la viruela
demostrando de una manera irrefutable la virtud
preservativa de la viruela espontánea de la vaca
y del virus reproducido en el hombre, es decir, el
fluido humanizado que se llamó jenneriano en
su honor y en su recuerdo.1
El Dr. Adolfo Murillo, con ocasión de la ce-
lebración del centenario del descubrimiento de
Jenner, señalaba:
“La viruela era uno de los azotes más temi-
dos en los pasados siglos, fue traída por los es-
pañoles a América desde los primeros años de la
conquista, y Chile ha sido uno de los países que
más tributo le ha pagado.
No fueron, por cierto, los arcabuces de los
españoles ni sus afilados sables los que más víc-
timas hicieron entre los bravos araucanos duran-
te la dilatada epopeya de la conquista; no fueron
tampoco las alineadas columnas de sus ejércitos
ni sus aguerridos soldados los que pusieron
miedo a esos heroicos indígenas... La viruela fue
el peor azote y el mayor enemigo de los legenda-
rios defensores del suelo chileno.
Bien pronto el descubrimiento de Jenner de-
bía atravesar los mares e implantarse en la Amé-
rica, tan lejana entonces de la Europa”.2
Carlos IV envió a América una comisión de
diez médicos bajo la dirección del célebre mé-
dico español Francisco Javier de Balmes, con 25
niños y sus madres para inocularlos y sostener
la vacuna durante el viaje. La expedición partió
de La Coruña el 30 de noviembre de 1803 en la
corbeta María Pinto. Después de hacer escala en
varios puntos llegó a Caracas donde se dividió,
quedando allí un ayudante de Balmes Don Fran-
cisco Salvani, encargado de propagar la vacuna
en Sudamérica.
En 1806 llegaba Salvani a Lima dando nue-
vo impulso a lo que ya era conocido desde el año
anterior, gracias al marqués de Sobremontes,
virrey de la Plata, que desde Buenos Aires había
remitido la vacuna.
Salvani, con los mismos propósitos, envió a
Chile a Manuel Julián Grajales, que llegó a Val-
paraíso en diciembre de 1807.
El patriotismo chileno se había adelantado a
la expedición oficial y Matorras y Salas y el Padre
Chaparro de la Orden de San Juan de Dios, co-
mienzan, autorizados por el Gobernador Muñoz
de Guzmán, a difundir la vacuna que había veni-
do tramontando los Andes. Fray Pedro Manuel
Chaparro, el mismo que había practicado la va-
riolación en 1765, practica ahora la primera vacu-
nación el día 8 de octubre de 1805, fecha memo-
rable en la historia de la salud pública chilena.
En las postrimerías de 1807, llega Grajales,
ayudante de la expedición de Balmes y enviado
especial para la propagación de la vacuna en Chi-
le. Organiza el primer servicio en Valparaíso en
enero de 1808, y se traslada a Santiago a poner-
se a las órdenes del Gobernador interino Don
Francisco Antonio García Carrasco. El 10 de oc-
tubre de 1808 se estableció la Junta Central de
Vacuna compuesta por autoridades y “personas
respetables” del Reino.
Terminadas las Guerras de Independencia y
durante la organización nacional, Diego Portales
decreta y organiza la Junta Central de Vacuna el
11 de junio de 1830. Más tarde, el Presidente Do-
mingo Santa María reorganiza el servicio el 19
de marzo de 1883 tras la solicitud de una ley de
vacuna obligatoria por parte de la Junta Central
de Vacuna.
El Gobierno del Presidente José Manuel
Balmaceda (1886-1891), administración de ins-
piración liberal progresista, impulsó una idea de
desarrollo nacional del país teniendo como base
las inversiones públicas financiadas por la rique-
za del auge exportador salitrero. Grandes obras
en el área de la infraestructura, del transporte, la
educación y la salud pública se llevaron a cabo.
La canalización del río Mapocho, por ejemplo, en
la ciudad de Santiago fue una gran obra asociada
no sólo al desarrollo urbanístico sino también al
ámbito sanitario.
En 1886, Balmaceda presenta al Congreso
Nacional un proyecto de vacuna obligatoria, el
que es resistido por la oposición parlamentaria
por considerar que atentaba contra las garantías
individuales.
En su argumentación central de defensa del
proyecto de vacunación obligatoria, el Dr. Adolfo
Murillo señalaba datos dramáticos respecto de
los efectos mortíferos de las epidemias de viruela Dr. Alejandro del Río. Ex Director del Instituto de Higiene.
en Santiago, en los años 1872 y 1876.
Dr. Pedro Lautaro Ferrer, Inspector Sanitario del
“En 1872, los lazaretos y hospitales de la Consejo Superior de Higiene Pública.
República recibieron a 14.222 variolosos, de
los cuales 6.324 murieron, o sea el 44,46%. En Dr. Adolfo Murillo.
15
 Santiago, el número de asistidos por la bene-
ficencia pública fue de 6.782 y el de fallecidos
3.073. En 1876, recibieron los lazaretos de San-
tiago 5.808 variolosos, murieron 2.549, o sea
un 43,89%. Si se suman los fallecidos por la
epidemia en sus domicilios (1.700 aproxima-
damente), la cifra se eleva a 7.322 muertos por
la viruela en cinco años, sobre una población de
200.000 habitantes.
Por otra parte, citaba a Benjamín Vicuña
Mackenna, otrora senador por Coquimbo quien
había señalado: 1º Que desde el descubrimiento
inmortal de Jenner, la viruela ha descendido en
su nivel horrible a la línea de las enfermedades y
epidemias comunes; 2º Que desde la introduc-
ción de la vacunación obligatoria, los países que
la han adoptado preséntanse comparativamente
inmunes del flagelo.
El Dr. Murillo sentenciaba: “Mientras que la
vacuna no se generalice, mientras que no llegue
a ser obligatoria, hemos de ver repetirse con des-
esperante regularidad la afección que hoy día se
ceba con encarnizamiento en casi toda la Repú-
blica. El hecho de que la vacuna preserva de la
viruela es hoy día un hecho indiscutible”.
Respecto del temor de quienes rechazaban el
proyecto de vacunación obligatoria por las “ga-
rantías individuales”, señalaba el higienista:
“Sostengo que nadie tiene derecho para ser
un foco de infección que perjudique al vecino, y
que la autoridad debe velar por el derecho de ter-
ceros. La sociedad se ha constituido por el bien
y para el bien; los gobiernos para defender a la
sociedad. Es para mí un deber primordial de los
gobiernos la conservación social. Sin ella no hay
naciones. En nombre de la humanidad, en nom-
bre de la ciencia de la que soy humilde represen-
tante, en nombre de mis colegas aquí reunidos,
en amparo de la ignorancia que se mata y que
mata, en nombre de la civilización que nos acusa
Antecedentes históricos sobre la higiene y salud pública en Chile
por los estragos de un mal que tiene reconocidos
remedios, pido a la Honorable Cámara se sirva
aprobar el proyecto que nos ha sido enviado por
el Honorable Senado.”3
En 1887 se dictó la ley de vacuna obligatoria
y la Ordenanza General de Salubridad mediante
la cual se estableció una Junta General de Salu-
bridad destinada a asesorar al gobierno en este
ámbito.
El 18 de marzo de 1887 fue creado por decre-
to supremo el Instituto de Vacuna Animal bajo
la dirección del Veterinario francés y profesor de
Zootecnia, Julio Besnard para lograr incrementar
la vacunación y para procurar al país una clase de
vacuna que no pudiera ser tachada de contamina-
ción o de transmisión de enfermedades y porque
era de gran necesidad la creación de un instituto
de esta naturaleza, ya que la vacuna animal era la
más garantizada y la más completa expresión del
progreso de esta clase de fluidos profilácticos.
“Dicho Instituto, estuvo bajo la vigilancia
de la Sociedad de Agricultura y de la Escuela de
Medicina, que vive en estrecha intimidad con la
Junta Central de Vacuna, es el que está obligado a
proporcionar toda la linfa que necesite ésta para
el servicio de todo el país. La vacuna empleada
casi en su totalidad es la que se prepara en pla-
cas, una especie de extracto glicerinado que pue-
de resistir al clima variado y que es cuidadosa-
mente envasado. Cada placa va acompañada de
una instrucción detallada para su uso y contiene
fluido bastante para vacunar a cinco personas, y
lo contenido en los frascos puede servir para 40
o 50 personas.
El total de vacunaciones en el país en 1857
era de 38.233. En 1867 era de 60.178. En 1887,
año de la epidemia del cólera, alcanzó a 382.983
y en 1897 llegó a 231.579 vacunaciones, lo que
permitió disminuir sustancialmente la mortali-
dad por viruela en Chile”.4
Las enfermedades infecciosas y la mortalidad
L a higiene y la salud pública, durante la segun-
da mitad del siglo XIX y los primeros del XX,
centraron también su interés y ámbito de acción
en todas las enfermedades infecciosas que se en-
contraban asociadas a las condiciones insalubres
en que vivía gran parte de la población. Estas en-
fermedades y sus condiciones asociadas determi-
Epidemia del cólera: 1886-1888 5
C hile se vio afectado por una epidemia de cólera
(cólera morbus o asiático), desde fines del año
1886. La epidemia se inició en la Provincia de
Aconcagua proveniente de Argentina por el paso
de Uspallata, tras lo cual no tardó en propagarse
a Santiago y Valparaíso que sintieron todo su ri-
gor desde los primeros días de 1887. Se extendió
hacia el sur afectando principalmente desde me-
diados de marzo de ese año a Concepción y los
puertos de Tomé, Talcahuano, Lota y Coronel. En
la primavera de 1887 se difundió hacia las pro-
vincias de Malleco y Cautín.
En el mes de noviembre de 1887 alcanzó
proporciones desastrosas en Santiago, Valpa-
raíso y alrededores. Más tarde, a partir de marzo
de 1888 llegó al norte del país, hasta Copiapó
después de haber contaminado a Taltal, Caldera,
Paposo, Freirina y casi todos los pueblos de la
provincia de Coquimbo.
En el primer periodo de la epidemia, desde
el 25 de diciembre de 1886 al 15 de julio de 1887
(203 días), hubo 27.217 afectados, de los cuales
fallecieron 10.585.
En el segundo periodo de la epidemia, desde
el 20 de octubre de 1887 al 20 de mayo de 1888
naron que existieran altos índices de mortalidad,
especialmente en los niños. Esta cruel realidad,
además de ser considerada como un hecho social y
de higiene pública, comenzaba a constituir, para la
elite gobernante, un freno al desarrollo económico
y demográfico que el país buscaba, similar al que
estaban experimentando las naciones modernas.
(212 días), hubo 29.619 enfermos con una mor-
talidad de 12.810 personas.
Otras epidemias como la peste bubónica
se declaraban principalmente por las naves que
recalaban en los puertos y tuvieron su mayor
desarrollo entre 1904 y 1910 en la zona norte
del país.
El paludismo estuvo localizado en el norte
del país en los valles de Lluta y Azapa. El traco-
ma, que produce la ceguera total o parcial, se pro-
pagó por las inmigraciones del Asia.
El tifus exantemático, en la forma epidémica,
se observó por primera vez en Chile en los años
1864 a 1866. Comenzó en Choapa y se extendió
a todo el país hasta Chiloé.
Dicha epidemia duró dos años y ocho meses
siendo muy numerosos los atacados. Sólo en los
hospitales se atendieron 495 casos con 160 de-
funciones, o sea un 26,93% de mortalidad.
Entre abril y agosto de 1907 se presentaron
11 casos en Valparaíso con una sola defunción.
En aquella oportunidad el Director del Institu-
to de Higiene de Santiago y un Inspector sani- Tipo frecuente de vivienda donde se presentan casos
tario, con acuerdo del Consejo Departamental de fiebre tifoidea.
17
 de Higiene, tomaron activas providencias sa- La tuberculosis fue también otra enfermedad
nitarias para impedir la propagación del tifus que ocasionó muchas muertes a pesar de su carác-
exantemático. ter no epidémico. En 1909 produjo 9.983 defun-
ciones, un 11,9% de la mortalidad especificada.

La mortalidad urbana

E n la conciencia científica y social de los higie-

nistas, el problema del alto índice de morta-
lidad, junto con alcanzar una proporción ver-
Movimiento de población,
principales ciudades de Chile,1892 7

daderamente asombrosa, “esteriliza nuestros Nacimientos Defunciones

esfuerzos de desenvolvimiento orgánico, ame- Talca 1.876 2.608
naza nuestro porvenir de nación homogénea y Chillán 1.588 1.720
hasta nuestra importancia política en la repre- Concepción 1.880 2.143
sentación de los intereses sudamericanos. Esa
Curicó 1.359 1.462
mortalidad, a la vez que es un problema econó-
mico de la más trascendental importancia, en- Cauquenes 1.014 813
traña una cuestión social de interés inmediato, Constitución 558 548
cuestión de raza, de nacionalidad y también de Valdivia 663 503
afectos de hogar... Gobernar es conservar, es Rancagua 566 1.009
mantener y desarrollar las fuerzas vivas de la na-
San Felipe 909 962
ción, es dar plasticidad a los elementos sociales;
gobernar es crecer”.6 Copiapó 489 678
Antofagasta 440 880
De acuerdo a la fuente citada, la mortali-
dad en Santiago, en relación a otras ciudades de Iquique 1.287 1.577
Sudamérica y de Estados Unidos, era muy supe- Valparaíso 5.742 7.068
rior a las más importantes de ellas. Montevideo Santiago 10.979 16.334
tenía una mortalidad de 16,0 por mil; Buenos
Aires 20,1 por mil; Río de Janeiro 29,6 por mil,
Nueva York 21,4 por mil.

Calle Central. Población de Obreros San Eugenio;

del Consejo de Habitaciones.

Antecedentes históricos sobre la higiene y salud pública en Chile

 Defunciones en la ciudad de Santiago, 1880-1889 8 El año 1909, la población de Chile alcanzaba
a 3.329.030. Ese año el número de defunciones
Años Defunciones alcanzó a 104.707 personas que representaron
1880 9.101 31,5 tanto por mil habitantes, con un exceso de
1881 9.886 nacidos sobre los muertos de 24.626 y un au-
1882 11.739 mento de 7,3 por mil habitantes.
1883 11.308 El mismo año 1909, la distribución de los
1884 11.549 fallecidos según el sexo fue la siguiente. Del total
de 104.707 personas fallecidas, 54.661 (52,2%)
1885 13.291
eran hombres y 50.046 (47,7%) eran mujeres.
1886 13.879 epidemia del cólera
La distribución de fallecidos por edades en
1887 15.026 ”
el año 1909 fue la siguiente:
1888 13.988 ”
1889 11.039
Edades Nº de fallecidos Por mil
Menores de 1 año 40.767 389.33
Mortalidad en la ciudad de Santiago, 1890-1898 9 De 1 a 5 años 13.276 126.79
De 6 a 20 años 8.904 85.01
Población
Tanto por De 21 a 45 años 20.020 191.24
calculada Años Defunciones
mil
de Santiago De más de 45 años 21.470 207.60
266.000 1890 14.351 53,95
266.000 1891 15.225 57,24 El Dr. Ricardo Dávila Boza, quien fuera Di-
270.000 *1892 17.496 59,00 rector del Instituto de Higiene de Santiago y
280.000 *1893 15.769 56,31 compilador de estas cifras, señalaba, en 1911, que
“la mayor mortalidad es la infantil, siendo cerca-
290.000 1894 13.382 46,14
na al 39% la de los menores de 1 año, y de más de
300.000 1895 13.216 44,05 51% la total de los niños hasta de 5 años. De ma-
300.000 1896 12.566 41,7 nera tal que, si se disminuyera esta sola cifra de
310.000 1897 12.269 39,5 mortalidad, al término medio universal de 20%
320.000 1898 11.943 37,3
más o menos, la mortalidad general de Chile pa-
saría a figurar entre las naciones de mortalidad
* años de epidemia de influenza.
más o menos media en el universo, y no entre las
mortalidades más altas como hoy sucede”.
Concluía Dávila Boza señalando que, “las
Sin embargo, la más cruda realidad era la causas de esta excesiva mortalidad de niños han
mortalidad infantil, situación que no sería su- sido desde tiempo atrás estudiadas por el Cuer-
perada durante mucho tiempo, y que traspasaría po Médico, y pueden resumirse en un gran des-
los horizontes del siglo XIX para ser también conocimiento de la higiene de la infancia, prin-
Dr. Ricardo Dávila Boza.
una preocupación de gran parte del siglo XX en cipalmente en cuanto a la alimentación, y en las Director del Instituto de Higiene.
lo que respecta a las políticas de higiene, sani- condiciones de permanente insalubridad en que
dad, salubridad y salud pública. viven nuestras clases proletarias”.10 Vivienda de los suburbios.

19
La creación y existencia
del Instituto de Higiene,
1892-1924
P roducido el quiebre institucional en la vida política del país, originado por la contrarrevolución
de 1891, liderada por los sectores de la oligarquía conservadora y que terminó con el suicidio del
Presidente constitucional José Manuel Balmaceda cuando expiraba su mandato, varias iniciativas
que se habían generado durante su administración comenzaron a reformularse o a concretarse con
posterioridad.
Es en esta época también que las malas condiciones de higiene y salud, que producen altos
índices de mortalidad en los sectores populares y del proletariado urbano, comienzan a convertirse
paulatinamente en un problema nacional y, por tanto, de preocupación del Estado. La visión filan-
trópica y caritativa de la salud pública que había predominado durante la primera parte del siglo
XIX, comienza a ser reemplazada por una nueva concepción que le confiere al Estado una mayor
responsabilidad en la política y acción de la higiene y salud pública. Gran parte de las propuestas de
los médicos e higienistas de la época, comienzan a asignar al Estado un rol importante en la solu-
ción al grave problema social. Un ejemplo de ello, lo constituye el de la vivienda y las habitaciones
populares.11
En 1889, por Decreto Supremo de 19 de enero se había establecido el Consejo Superior de Higiene
Pública, que reemplazaba a la institución del protomedicato, compuesta de médicos e higienistas para
asesorar al Gobierno en materias de salubridad y estudiar las cuestiones relativas a la higiene.

El Consejo Superior de Higiene Pública

E l Consejo Superior de Higiene Pública fue

creado conjuntamente con el Instituto de
Higiene mediante la ley del 15 de septiembre de
1892, tratando de subsanar los inconvenientes
por la falta de una organización sanitaria, siendo
ambos organismos dependientes del Ministerio
del Interior.
Dicho Consejo estaba compuesto de trece
miembros nombrados por 3 años. Siete eran
nombrados por el Presidente de la República,
tres elegidos por la Municipalidad de Santiago
y los otros tres por el mismo Consejo Superior.
Eran también miembros permanentes del Con-
sejo los jefes de Sección del Instituto de Higiene
de Santiago, pero sin derecho a voto.
El Consejo contaba con tres oficinas: Secre-
taría General, Inspección Sanitaria y Comisión
Visitadora de Boticas. Las atribuciones que te-
M. Cienfuegos.
nía el Consejo eran estudiar o indicar a la au-
Presidente del Consejo Superior de Higiene Pública.
toridad respectiva todas las medidas de higiene
que exigían las condiciones de salubridad de las Sala de Sesiones del Consejo Superior
poblaciones o de los establecimientos públicos de Higiene Pública.

23
 y particulares. Igualmente las funciones eran:
servir de cuerpo consultivo cuando las autori-
dades requieran dictamen sobre medidas de
higiene y salubridad; estudiar las medidas que
deben adoptarse a la calidad de las bebidas,
alcoholes, condimentos que se expendan en el
comercio y las condiciones higiénicas del agua
de las poblaciones; y velar por el cumplimiento
de los reglamentos que se dicten sobre higiene y
salubridad públicas.
Los Consejos Departamentales de Higiene
dependen del Consejo Superior y tienen atri-
buciones similares al Consejo Superior pero en
el ámbito del departamento o provincia. Están
integrados por las máximas autoridades de la
provincia y comuna.
Aun cuando fueron organismos que tenían
funciones y tareas muy distintas, el Consejo Su-
perior de Higiene y el Instituto de Higiene de
Santiago se relacionaron a través de los diversos
académicos, médicos e higienistas que participa-
ron en ambas entidades.

El Instituto de Higiene de Santiago, 1892-1924

E l Instituto de Higiene de Santiago fue creado por Ley de 15 de septiembre

Vista panorámica del Instituto de Higiene en la ribera norte del río Mapocho.
Jardines del Instituto de Higiene.
de 1892 e incorporado en la primera Ley orgánica de la Higiene Pública
en Chile. Es la primera institución pública chilena en su género y constituye
el antecesor histórico del Instituto Bacteriológico de Chile creado en 1929
y del actual Instituto de Salud Pública de Chile, “Dr. Eugenio Suárez Herre-
ros” (ISP), creado en 1980.
Su primer Director fue el Dr. Federico Puga Borne, médico higienista
quien se desempeñara en varios periodos como Ministro de Justicia e Ins-
trucción Pública y de Interior. Fue uno de los redactores del proyecto de or-
ganización de la Administración Sanitaria.
La estructura administrativa original del Instituto se estableció en base
a tres secciones: Higiene y Estadística; Química y Toxicología y Microsco-
pía y Bacteriología. Posteriormente se le agregaron las de Seroterapia y del
Desinfectorio. Además la Oficina de los Inspectores Sanitarios, que por su
ley de creación dependía del Consejo Superior de Higiene, en la práctica des-
empeñaba su cometido como parte del Instituto de Higiene.
Cada Sección tenía un Jefe con un número de ayudantes necesarios,
siendo Director el Jefe de la Sección de Higiene.
Las funciones del Instituto fueron, en primer lugar, hacer los estudios
científicos de higiene pública y privada que se le encomienden por el Con-
sejo Superior y los que el Director del Instituto estime convenientes. En
segundo lugar, practicar los análisis químicos, bacteriológicos o microscó-
picos de aquellas substancias cuya composición pueda influir sobre la salu-

La creación y existencia del Instituto de Higiene,1892-1924

bridad pública. Estos análisis serán aplicados a Estaba a cargo también de la Biblioteca y del
las materias enviadas por las autoridades admi- Museo, ambos en formación hacia 1911. Igual-
nistrativas, a las determinadas por la oficina y a mente la Dirección estaba a cargo de la publica-
las presentadas por particulares. En tercer lugar, ción de la Revista Chilena de Higiene que era la
tenía como función coordinar los datos que de- publicación periódica oficial del Instituto.
ben enviar las autoridades provinciales para la Parte de las funciones de esta Sección era la
formación de la estadística médica y demográfi- distribución de sueros que se preparaban en el
ca de toda la República. mismo Instituto como el antidiftérico, el Trun-
Durante los primeros años el Instituto fun- necek o que se recibían del extranjero como el
cionó en un local de la Quinta Normal de Agri- suero antipestoso.
cultura, siendo esta última un espacio urbano e El Director y los miembros del Instituto
institucional destacado en la época. desempeñaron importantes comisiones dentro
Desde enero de 1894, la Dirección del Ins- y fuera del país. Una de ellas fue la realizada en
tituto y las Secciones de Higiene y Microscopía Buenos Aires en 1900 desempeñada por el Dr.
funcionan en una casa arrendada para el Insti- Alejandro del Río en compañía de los Dres. Ma-
tuto en la calle Rosas Nº 3, “entre las del Puente merto Cádiz, Jefe de la Sección de Seroterapia
y de la Bandera”, quejándose su primer Director y Roberto Aguirre Luco, para estudiar la peste
por la estrechez del local. bubónica. Otra comisión se realizó, en 1903, a
Iquique, por los Doctores del Río, Dávila Boza,
Posteriormente se instala en un imponente
R. Zegers y Luis Montero. En 1907, el Dr. Dávila
y moderno edificio en la calle Borgoño 1470, ri-
Boza a Taltal para participar en el combate a la
bera norte del río Mapocho, el que contaba con
epidemia de la peste bubónica. Otra comisión
amplios pabellones donde funcionaban las dis-
especial fue la del Dr. Dávila Boza y el abogado
tintas secciones, laboratorios y oficinas. En di- Biblioteca del Instituto de Higiene.
miembro del Consejo Superior de Higiene Ma-
ciembre de 1896 se fundó el Desinfectorio, edifi- riano Guerrero a la ciudad de Arica para estable- Instituto de Higiene. Pabellón de la Sección de Higiene
cio que se sumó a las dependencias del Instituto cer la estación sanitaria. y Demografía.
de Higiene.
Los Directores del Instituto entre los años
1892 y 1924, y que a su vez estuvieron a la cabe-
za de la Sección Higiene y Demografía, fueron el
Dr. Federico Puga Borne, el Dr. Alejandro del Río
Soto-Aguilar y el Dr. Ricardo Dávila Boza.
La Sección de Higiene y Demografía, cuyo Jefe
era el Director del Instituto, debía recoger los da-
tos para el Boletín de Higiene y Demografía que
publicaba el Instituto, como también evacuar los
informes solicitados por el Consejo Superior de
Higiene y por las autoridades políticas, judiciales y
administrativas, para lo cual requería del concurso
de otras secciones. Despachaba también los cer-
tificados sobre análisis practicados en las demás
secciones, clínicos, industriales, etc.

25
 La Sección de Química y Toxicología fue
la primera en iniciar sus trabajos recién creado
el Instituto de Higiene, en los últimos días de
diciembre de 1892, utilizando el Laboratorio
de la Estación Agronómica de Santiago, cuyo
director era entonces el Sr. Pablo Lemétayer, el
cual pasó a ser Jefe de la Sección del Instituto.
El Laboratorio con sus dependencias y material
fue puesto graciosamente a disposición del Ins-
tituto de Higiene por el Ministerio de Industria
y Obras Públicas.
Los primeros seis meses de funcionamien-
to se realizaron exámenes químicos cualitativo
y cuantitativo de 56 muestras de sustancias ali-
menticias, 469 otras varias con investigaciones y
dosificaciones especiales y 22 análisis toxicoló-
gicos, cifra elevada para una oficina nueva y con
reducido material.
Al comienzo los exámenes toxicológicos no
estaban considerados, por su naturaleza, dentro
de las tareas del Instituto de Higiene, sin embar-
go, a petición de los poderes judiciales del país,
el Consejo Superior de Higiene y el Director del
Instituto de Higiene, la Sección aceptó agregar la
función relativa a “Toxicología”.
Señalaba el Jefe de Sección que “conviene
advertir que desde la creación del Instituto ha
sido necesario cambiar tres veces de local, y por
consiguiente, efectuar tres instalaciones, con
las pérdidas de tiempo y de material que es de
suponer. A esta vino a agregarse los deterioros
ocasionados por el terremoto de agosto de 1906,
tanto de los aparatos de laboratorio como en el
edificio”.12
En el segundo semestre de 1893 se realizaron
119 análisis cualitativos y cuantitativos (aguas
potables y minerales, de diversos alimentos, de
bebidas fermentadas y de licores, alcoholes, con-
dimentos, etc.) y 12 análisis toxicológicos.
El listado de materias analizadas por estos
mismos años arroja la variedad de trabajos de la
Sección: aguas potables, aguas minerales, bebi-
das fermentadas, licores alcohólicos, leche, hielo,
cafés, tés, yerba-mate, sal, ají, extracto de grose-
lla, extracto de granadina, colorantes para vinos,
análisis clínicos, medicamentos, leches de mujer,
charquis, grasas diversas, aguas de acequias, te-
jidos para el ejército y la policía, colas, tabacos,
barro de las calles, análisis de raciones alimen-
ticias para el soldado, paños para el ejército y

Movimiento de los servicios del Instituto de Higiene de Santiago,1898-1910 13

1898 1899 1900 1901 1902 1903 1904 1905 1906 1907 1908 1909 1910
Informes clínicos,
industriales, aguas
569 1356 1406 1343 1345 1285 1045 1044 1500 1535 1741 2176 2441
potables y termales,
etc.
Informes a los Juz-
44 34 31 29 36 3 33 47 34 29 16 26 52
gados (toxicológicos)
Notas e informes al
34 51 44 44 30 49 53 67 58 103 89 165 137
Gobierno
Notas a Intendentes y
103 129 142 132 170 124 123 114 24 111 63 45 52
Pabellón de Química del Instituto de Higiene. Gobernadores
Notas e informes al
Laboratorio de Química del Instituto de Higiene. Consejo Superior de 13 55 57 57 60 66 71 64 71 26 58 12 33
Higiene
Revista Chilena de Higiene, publicación científica Notas a Alcaldes
222 453 405 369 325 261 261 271 118 129 156 110 181
del Instituto de Higiene. y a corporaciones

La creación y existencia del Instituto de Higiene,1892-1924

la policía, análisis de jugo gástrico, productos
farmacéuticos nuevos, caramayolas de aluminio
para el ejército, afrechos, paños especiales, géne-
ros de varias clases, aire atmosférico en diversos
lugares públicos, nitro-ozona, yodipina, digesti-
vo Mojarrieta tamarindos, Byrrh, kola, pinturas
(por la Armada Nacional), aguarrás, betún im-
permeable, géneros diversos.
En 1894, la Sección de Química y Toxicolo-
gía inauguró la enseñanza de la química aplicada
a la Higiene (análisis de bebidas, de los alimen-
tos, examen de la salubridad de las habitaciones,
del terreno en que se edifican). Este curso públi-
co y gratuito fue, instituido por primera vez en
la Sección de Química del Instituto de Higiene
de Santiago, pues no existía en América curso de
similar naturaleza. En el Instituto Pasteur de Pa-
rís, sólo cinco años más tarde se inició un curso
similar, bajo la dirección del profesor Trillat.
La Sección de Microscopía y Bacteriología
fue creada por la ley de 15 de septiembre de 1892
y desde esa fecha dio inicio a sus trabajos con un
Jefe de sección, 2 ayudantes y un mozo, funcio-
nando así hasta 1900, cuando se le incorporó un
ayudante más.
Los Jefes que tuvo esta Sección fueron suce-
sivamente los Doctores Aureliano Oyarzún, Ma-
merto Cádiz, Alejandro del Río, Teodoro Muhm,
Ramón Zegers, y Arturo Atria.
Al comienzo, debido a la falta de elemen-
tos, sólo se hizo exámenes de las enfermedades
parasitarias de las carnes muertas en el mata-
dero y de las falsificaciones de sustancias ali-
menticias tales como café y otras. En 1893 se
analizaron 151 muestras similares. En 1894 se
analizaron 188 muestras y se comenzó a hacer
el análisis de las aguas potables de Santiago y
del Mapocho bajo el punto de vista de la Bacte-
riología. El año 1895 se examinaron 203 mues-
tras diversas. Se hizo también examen directo
de las falsas membranas de la garganta de las
personas que se sometían al tratamiento del
sérum antidiftérico, con el fin de averiguar el
poder curativo del sérum.
También se hizo la inmunización de anima-
les por el procedimiento de Richet y Théricourt
para obtener sérum anticanceroso. Además se
hicieron exámenes bacteriológicos del aire.
En el año 1896 se examinaron 526 mues-
tras diversas. Este año se estableció el servicio
del diagnóstico bacteriológico de la difteria,
empleando el método de cultivo de las falsas
membranas de las personas enfermas con una
afección de la garganta.
Se comenzó a hacer también el tratamiento
por el método Pasteur para curar a las personas
mordidas por perros rabiosos o sospechosos.
Este servicio pasó a la Sección de Seroterapia
cuando ésta fue creada.
El año 1897 se examinaron 619 muestras.
Laboratorio de Química del Instituto de Higiene.
Este año se estableció el servicio del diagnóstico
de la fiebre tifoidea por medio de la reacción de Gabinete de Toxicología del Instituto de Higiene.
Widal, y se dio principio al examen bacteriológi-
co del agua de las acequias de Santiago. Gabinete de Toxicología del Instituto de Higiene.

Resumen de trabajos realizados por la Sección Química y Toxicología del Instituto de Higiene, 1894-1907 14

1894 1895 1896 1897 1898 1899 1900 1901 1902 1903 1904 1905 1906 1907
Total de Análisis 283 347 383 279 398 281 280 389 473 379 480 414 403 425
Operaciones
2.489 4.000 3.718 3.252 3.738 3.763 3.263 4.226 4.675 4.519 3.844 3.959 8.407 5.405
Analíticas diversas
Análisis toxico- 36
24 39 32 44 51 41 25 25 48 23 34 43 33
lógicos

27
 Número de muestras analizadas por la Sección Microscopía y do a Chile por el Dr. Teodoro Muhm en 1896.
Bacteriología del Instituto de Higiene, 1898-1910 Correspondía entonces al pasaje 580 y al 31 de
diciembre de 1910 iba en el pasaje 1.368. Este vi-
1898 634
rus mata el conejo de 1.500 a 2.000 gramos de
1899 948
peso en seis días.
1900 979
De 1896 a 1898 las vacunaciones se practi-
1901 800
caban con dieciséis inyecciones en siete días de
1902 881 tratamiento, método adoptado en el Laboratorio
1903 951 de Buenos Aires por el doctor Davel. Desde 1899
1904 871 las vacunaciones se practican en la misma forma
1905 901 que en el Instituto Pasteur de París, esto es, 20,
1906 1.090 23,y 28 inyecciones en 15, 18, y 21 días, respectiva-
1907 1.106
mente, según el sitio y carácter de las mordeduras.

1908 1.309 Estadística sumaria de las vacunaciones antirrábicas del

Dr. Ramón Zegers.
Jefe de Sección de Microscopía y Bacteriología.
Edificio de Microscopía y Bacteriología.
Pabellón de Microscopía y Bacteriología.
Gabinete del Jefe de la Sección de Bacteriología.
1909 1.557
1910 1.964
En el año 1904 se estableció el método de la
Inoscopia de Jousset, para detectar la presencia
del bacilo de Koch en los grandes derrames de las
cavidades cerradas del organismo.15
La Sección de Seroterapia e Instituto de Va-
cuna Animal, Sueros y Vacunas del Instituto de
Higiene, creada por Decreto Supremo Nº 3.481,
de 9 de septiembre de 1896, tenía a su cargo la
preparación de sueros y vacunas.
Esta Sección tuvo pabellón propio sólo
desde 1907 compuesto por un pabellón de 3
pisos donde funcionan los laboratorios y de
varios anexos destinados a animales sanos, a
animales en experimentación y a los animales
inmunizados.
El primer servicio establecido fue el de la va-
cunación antirrábica y después la preparación del
suero antidiftérico, de la tuberculina, de varios
sueros inorgánicos y de la vacuna antivariólica.
Para la vacuna antirrábica, el virus que se
empleaba para las vacunaciones proviene del
Laboratorio Pasteur de Buenos Aires y fue traí-
De los casos fatales hay que separar tres que
murieron de rabia antes del establecimiento de
la inmunidad, es decir, antes de quince días des-
pués de terminada la vacunación. La mortalidad
quedó reducida a 0,29%.
Respecto al suero antidiftérico, en 1899, la
Sección de Seroterapia comenzó la inmunización
de dos caballos, y en diciembre de ese año se pre-
sentaron al Consejo Superior de Higiene Pública,
las primeras ampollas de suero antidiftérico.
La inmunización de los animales se hacía con
toxina soluble, según el método del Doctor Roux:
cultivo del bacilo americano (Am) en caldo Martin
a 115º, y filtración después de seis días de incuba-
ción a 37º en bujías Chamberland. Se empleaba
para las inyecciones el filtrado puro y algunas ve-
ces mezclado con licor de Gram. El Laboratorio
mantiene 6 a 8 caballos inmunizados, los que dan
suero en cantidades suficientes para las necesida-
des del país. La difteria es endémica en Chile y ra-
ras veces se presentan epidemias localizadas.
El suero poseía doscientas unidades anti-
tóxicas por c.c. y se conservaba en ampollas de
vidrio cerradas a la lámpara, de capacidad de
veinte centímetros cúbicos. Cada ampolla iba en
una caja de madera con el número de la sangría y
las instrucciones detalladas para su empleo.

La creación y existencia del Instituto de Higiene,1892-1924

 Instituto de Higiene,
Sección Seroterapia, Sueros y Vacunas, 1896-1910 16
Inoculaciones Experimentales
Años Nº de vacunados Positivas Negativas Defunciones
1896 13 3 0 1
1897 51 3 1 0
1898 61 10 1 1
1899 78 9 0 1
1900 48 14 0 0
1901 40 1 1 0
1902 69 12 2 0
1903 85 13 2 1
1904 91 13 2 1
1905 42 9 3 0
1906 57 5 1 1
1907 78 6 1 0
1908 133 15 3 0
1909 84 7 2 0
1910 95 15 1 0
Totales 1.025 135 20 6

Producción de Suero 1900-1910. Esta Sección se convierte en la primera en su

género a nivel de América Latina, con sus servi-
Años Nº de ampollas cios de vacunación antirrábica y preparación de
suero antidiftérico. Chile se yergue como pio-
1900 492
nero en salud pública en América Latina, sobre
1901 1.494
todo teniendo en cuenta que el Instituto Pasteur
1902 2.526 había sido creado pocos años antes en París,
1903 1.772 Francia (1888) y que el nivel científico, tecno-
1904 1.668 lógico y económico de esos años en Europa era
notoriamente superior al nuestro.17
1905 1496
1906 1.757 El Desinfectorio Público fue creado a soli-
citud del Consejo Superior de Higiene, que so- Sección de Vacuna Antirrábica, Insituto de Higiene.
1907 1.704
licitó al Gobierno que éste quedase bajo la de-
1908 2.051 pendencia del Instituto de Higiene Pública en un Seroterapia. Clase del profesor Cádiz.
1909 2.237 sitio ubicado en la ribera norte del río Mapocho.
1910 2.225 El Reglamento del Desinfectorio fue aprobado el Vacuna Antirrábica, producida por el Instituto
9 de septiembre de 1896; en noviembre del mis- de Higiene.

29
 mo año fueron aprobadas las Instrucciones para
los desinfectadores y el 8 de diciembre de 1896
se realizó su inauguración oficial.
El Desinfectorio comenzó sus funciones con
una estufa fija, otra locomóvil y un pulverizador
Geneste Herscher. En 1897 se pudo instalar una
nueva estufa fija de Geneste Herscher y se tuvo
dos nuevos pulverizadores. Ambas estufas fueron
equipadas con aparatos registradores Richard.
La condición necesaria para asegurar el éxi-
to del servicio de desinfección era la declaración
obligatoria de las enfermedades infecciosas,
medida aceptada e incorporada en todas las
legislaciones sanitarias. En consonancia con
este principio, el 25 de mayo de 1897 se pasó
al Consejo Superior de Higiene, en informe, el
proyecto de ley para establecer la declaración
obligatoria en el caso de enfermedades infec-
ciosas, proyecto que fue estudiado y elevado
por el Consejo al Gobierno y convertido en Ley
el 7 de enero de 1899.
Durante el año 1897 se practicaron las si-
guientes desinfecciones:
Coqueluche 7
Difteria 89
Escarlatina 20
Erisipela 6 Barroilhet para la construcción de los Desin-
Fiebre Tifoidea 89
Fiebre puerperal 1 Chillán, Concepción y Talcahuano. A fines de ese
Tuberculosis 198
Viruela 72
Alfombrilla 3
Pabellón de Seroterapia. Influenza 3 hacer las desinfecciones por el ácido sulfuroso,
Varias 13
Sangría de un caballo para preparación de sueros.
Corrales de Seroterapia.
Varios municipios de las principales ciuda-
Cosecha de linfa. des del país comenzaron a solicitar la instalación
La creación y existencia del Instituto de Higiene,1892-1924
de desinfectorios para combatir las enfermeda-
des contagiosas, las infecciones y las diversas
epidemias que asolaban por aquella época, como
la viruela en 1898 y 1903. En 1899, con motivo
de la epidemia de peste bubónica en Asunción
(Paraguay), el Consejo Superior de Higiene, es-
tudiando la defensa sanitaria, acordó solicitar a
Europa los aparatos de desinfección tanto para
las estaciones sanitarias como para 10 de las
principales ciudades del país.
Para mejorar el servicio respecto de la des-
infección de cierta clase de objetos, se dio ma-
yor desarrollo a las desinfecciones por formali-
na. Ampliando los servicios del Desinfectorio
se instaló también el servicio de traslación de
enfermos contagiosos, ya sea de las casas a los
hospitales o de una casa a otra población. Más
tarde, con el aumento del personal de la sec-
ción, se organizó también el servicio de desin-
fección de ropas, durante el periodo de la enfer-
medad, para lo que se construyeron dos carros
a propósito.
Se acordó también la construcción de una
estación sanitaria permanente en Agua Fresca
y se estableció una estación sanitaria en Juncal
para las procedencias terrestres de la República
de Argentina.
En 1903, el Gobierno aceptaba la propuesta
presentada por el ingeniero-arquitecto Carlos
fectorios de La Serena, Valparaíso, Curicó, Talca,
año llegaron los 4 aparatos Clayton solicitados y
uno de los locomóviles fue traído a Santiago.
Hacia 1907 el Desinfectorio adquirió un
modelo de aparato de Geneste Herscher para
un modelo para la desinfección por formalina,
sistema Hotton. Se encontraba también en
aduana una Lavense-desinfectense de la casa J.
Dehaitre. Se adquirió también un carro para el
lado limpio.
 Los datos de 1911 corresponden al periodo 1º
de enero al 1º de octubre de ese año.
La tarea del Desinfectorio fue muy inten-
sa, especialmente cuando hubo que enfrentar
las epidemias de viruela que se presentaron en
1903, 1904, 1905 y 1909. Su personal debió
trasladarse también a combatir las distintas
epidemias que se presentaban en el norte, cen-
tro o sur del país.18
El Instituto de Higiene, con cada una de sus
secciones y dependencias, había contribuido
eficazmente, desde las funciones que se le enco-
mendaron en su ámbito, a mejorar la higiene y
salud pública en todo el país, logrando niveles de
liderazgo en América Latina en la vacunación an-
tirrábica y la producción de suero antidiftérico.
Siendo su Director en 1924, el Dr. Ricardo
Dávila Boza, la Junta de Gobierno que dirigía
transitoriamente el país, presidida por el Gene-
ral Luis Altamirano Talavera, cierra el Instituto
de Higiene el 31 de diciembre de ese año, tras 31
años ininterrumpidos de labor.
El Decreto Ley Nº 131 de fecha 1º de diciem-
bre de 1924, declaró vacantes los cargos de todo
el personal del Instituto de Higiene a partir del 31
de diciembre del mismo. La reacción de indigna-
ción y rechazo a la medida, tanto de su Director
como de los Jefes de Sección, no sólo demostró
lo irracional de la decisión del gobierno militar,
sino también la gran vocación de servicio pú-
blico de quienes fueron el primer eslabón de la
higiene y salud pública en Chile.19 Pasarían cinco
años más para que volviera a renacer con la mis-
ma fuerza, carácter e impulso que le habían dado
sus forjadores, como una institución que sería
señera en la salud pública chilena.
El periodo de la existencia del Instituto de
Higiene coincidió prácticamente con la época
del parlamentarismo en Chile, que se inicia con

Desinfecciones practicadas por el Desinfectorio Público del Instituto de Higiene de Santiago, 1898-1911.

Enfermedades 1898 1899 1900 1901 1902 1903 1904 1905 1906 1907 1908 1909 1910 1911
Viruela 118 11 11 16 5 39 1.233 1.401 705 35 18 2.523 190 691
Difteria 81 183 185 190 210 210 124 114 215 133 166 193 61 29
Tuberculosis 256 313 375 449 531 731 742 579 654 553 560 439 613 398
Fiebre Tifoidea 71 203 834 536 693 643 284 531 328 331 370 422 272 222
Escarlatina 8 6 7 18 4 6 15 14 8 82 296 289 407 30
Alfombrilla - 46 3 5 1 - 57 5 17 111 15 47 14
Pneumonía 23 10 18 19 119 105 49 37 69 97 102 52 61 80
Cáncer - 8 33 39 67 62 62 56 57 128 50 64 46 Acta 8 de diciembre de 1896, durante Gobierno de
Erisipela 2 1 3 5 15 29 32 48 29 22 18 30 15 Federico Errázuriz quedó terminada la construcción,
instalaciones y maquinaria del Desinfectorio.
Coqueluche - 1 6 9 6 15 12 13 15 3 12 9 9 7
Peste Desinfectorio Público del Instituto de Higiene.
- - - - - - - - - 22 - - 3 -
bubónica
Sarampión 1 1 - - - - - - - - - - - - Carro Ambulancia del Desinfectorio.
Varias - 111 119 192 460 663 582 553 638 574 680 606 644 446
Estufas de Desinfección. Departamento limpio.
Total 618 840 1.117 1.465 2.083 2.495 3.132 3.193 2.861 1.933 2.464 4.616 2.261 1.978 Instituto de Higiene.

31

Desinfectorio. Personal con uniforme.
Estufa Geneste-Herschel.
Desinfectores en trabajo.
Dr. Carlos Altamirano.Jefe del Desinfectorio Público.
La creación y existencia del Instituto de Higiene,1892-1924
el Gobierno de Jorge Montt (1891-1896) y termi-
na con la dictación de la Constitución Política de
1925, durante el accidentado primer Gobierno
del Presidente Arturo Alessandri Palma.
Desde el trágico término del Gobierno del
Presidente Balmaceda, que había defendido la
preeminencia presidencial por sobre el parla-
mento, conforme a la tradición republicana y
portaliana, hasta su reinstauración en la Cons-
titución Política de 1925, el país había evolu-
cionado en su estructura social y política con
el surgimiento del proletariado y más tarde de
la clase media con el desarrollo de la educación.
La oligarquía conservadora gobernante durante
el periodo parlamentario había desarrollado ini-
ciativas de carácter asistencial que no lograron
resolver los nuevos problemas.
Desde comienzos del siglo XX (Gobiernos
del Presidente Germán Riesco, 1901-1906 y
Pedro Montt, 1906-1910) se habían produci-
do grandes huelgas y movimientos sociales del
proletariado urbano, minero y portuario: en San-
tiago (Huelga de la Carne en 1905) en el Norte
del país la gran huelga salitrera que culmina con
la cruenta y simbólica Matanza de la Escuela de
Santa María de Iquique, en 1907 y las de los lan-
cheros y trabajadores del puerto en Valparaíso y
otros puertos durante ese periodo.
En 1906 se había dictado la Ley de Habita-
ciones Obreras. En 1907 se promulgó la Ley del
descanso semanal obrero. En 1915, durante el
Gobierno de Ramón Barros Luco, se creó la Es-
cuela de Medicina Veterinaria. En 1916, durante el
Gobierno de Juan Luis Sanfuentes (1915-1920),
se promulga la Ley de Accidentes del Trabajo. El
año 1918 se diagnostica por primera vez, como
tal, una epidemia de tifus exantemático. Durante
el año 1918 se dicta el Primer Código Sanitario
como Ley Nº 3.385 patrocinada por los Diputa-
dos Ramón Corbalán y Paulino Alfonso. Quie-
nes realizaron el trabajo técnico previo para la
redacción de la ley fueron los Doctores higienis-
tas Ramón Corbalán, Lucio Córdova, Alejandro
del Río y Octavio Maira. Ese mismo año se crea
la Dirección General de Sanidad la cual entra en
funciones el 9 de enero de 1919, siendo su primer
Director, Ramón Corbalán Melgarejo.20
Los problemas sociales se habían agudiza-
do y seguían esperando soluciones. La elección
de 1920 que llevó a la Presidencia de la Repú-
blica a Jorge Alessandri Palma con el apoyo de
los sectores medios y populares, despertó las
esperanzas de cambios sociales, políticos y la-
borales como versaba el programa de campaña
del “León de Tarapacá” como se le llamó.
Efectivamente, una vez en el poder, Alessan-
dri impulsó la materialización de las llamadas
leyes sociales y laborales encontrándose con la
oposición del parlamento oligárquico y conser-
vador que impidió el despacho de estas iniciati-
vas. Una vez más la crisis política generada por el
Congreso Nacional estaba instalada. Un grupo
de jóvenes militares liderados por Carlos Ibáñez
del Campo y Marmaduque Grove en la galería
del Senado produjeron el simbólico “ruido de sa-
bles” con el cual demostraron su inconformidad
con la dieta parlamentaria que se estaba apro-
bando y exigieron la inmediata aprobación de
las leyes sociales pendientes y mejoras salariales
para los militares. El Congreso prontamente sin
la menor protesta aprobó las leyes sociales y el
Presidente Alessandri al verse sobrepasado por
los militares renunció al cargo.
El 11 de septiembre de 1924 toma el poder
una Junta Militar encabezada por el General Luis
Altamirano e integrada por el General Juan Pablo
Bennett y el Almirante Francisco Neff. Esta Junta
buscaba, entre otros propósitos, materializar las
reformas sociales y laborales que el Presidente
Alessandri no había podido concretar. El 8 de
septiembre de 1924 ya se había promulgado la
Ley Nº 4.054 del Seguro Obligatorio, patrocina-
da por el diputado Dr. Exequiel González Cortés
y la Ley Nº 4.055 de Accidentes del Trabajo. El
14 de octubre de 1924 se crea el Ministerio de
Higiene, Asistencia y Previsión Social por el De-
creto Ley Nº 44 siendo el primer Ministro el Dr.
Alejandro del Río Soto-Aguilar, desde el 17 de
octubre de 1924 al 23 de enero de 1925.
Esta misma Junta de Gobierno que dirigía
provisionalmente el país, cierra el Instituto de
Higiene el 31 de diciembre de 1924 el cual ya
había cumplido 31 años al servicio de la salud
pública en Chile.
El 23 de enero de 1925 un nuevo movimien-
to militar reemplazó a la Junta Militar anterior y
promovió el regreso al poder del Presidente Ales-
sandri que se encontraba en el exilio.
El 28 de febrero de 1925, mediante el Decre-
to Ley Nº323, la Junta Militar modifica los artí-
culo 4º y 5º del Decreto Ley Nº 44 anterior, esta-
bleciendo dos Subsecretarías y tres Secciones. La
Subsecretaría de Higiene Social, Salud Pública y
Asistencia Social con las dos Secciones de Higie-
ne Social y Salud Pública; y de Asistencia Social.
Por otra parte, la Subsecretaria de Previsión So-
cial y Trabajo con una Sección de Previsión So-
cial y Trabajo.
El Decreto Ley Nº 355 de 17 de marzo de
1925 dictado por la Junta Militar promulgó la
Ley sobre “Defensa de la Raza”. En su mensa-
je, el Ministro de Higiene, Asistencia, Previsión
Social y Trabajo, José Santos Salas, señalaba “El
resurgimiento racial del pueblo de Chile ha sido
un antiguo y acariciado anhelo del Presidente
Alessandri. Su espíritu patriota vibró muchas
veces por la doctrina fundamental de esta ley.”21
En el mismo mensaje del Decreto-Ley de De-
fensa de la Raza se citaban las palabras del Presi-
dente Alessandri que expresan la visión del esta-
dista y gobernante sobre nuestro tema:
“El desarrollo de nuestras actividades económicas
aumentan cada día el valor del factor humano,
pero mientras los demás países de la América du-
plican su población cada treinta años, la estadísti-
ca demográfica nos indica que nosotros marcha-
mos a la despoblación y al aniquilamiento.
Disminuyen los matrimonios y los naci-
mientos; la tuberculosis, la sífilis y el alcoholismo
elevan de continuo el índice general de las defun-
ciones; la mortalidad infantil asume proporciones
pavorosas.
¿Qué valen todas nuestras demás propor-
ciones si mantenemos fatalmente condenada la
extinción a nuestra raza, si nada hacemos para
defender al pueblo, que no sólo lleva el germen del
progreso y de grandeza futura, sino que constituye
la razón de ser y existir de nuestra propia nación?
No hay responsabilidad mayor que pese sobre
la conciencia de los estadistas chilenos; desenten-
derse de ella equivaldría hacerse reo de traición a
la humanidad y a la patria.
El cuerpo de doctrinas que presento, esta-
blece los organismos que llevan a la práctica una
policía sanitaria severa y justa contra la sífilis,
contra las enfermedades venéreas, la tuberculosis
y el alcoholismo. Los fundamentos de esta lucha
están constituidos por actividades de educación,
de control de los focos de contagio y de curación
obligatoria...22
El Decreto Ley establecía en los fundamen-
tos de la organización de los Servicios que “es
función del Gobierno luchar contra las enfer-
medades y costumbres susceptibles de causar
degeneración de la raza y adecuar los medios
que juzgue adecuados para mejorarla y vigori-
zarla. Decláranse enfermedades y costumbres
susceptibles de causar degeneración de la raza,
a la sífilis, a la tuberculosis y a las enfermedades
venéreas; al alcoholismo, a la prostitución y a
todas las prácticas sociales y profesionales que
Un patio del Desinfectorio.
favorezcan la difusión de aquellas enfermedades.
Conceptúase de Higiene Social a la lucha contra
Sala de la Dirección del Instituto de Higiene.
los factores antes indicados unida al incremento
de la educación física y moral correlativas”. El Dr. Ramón Corbalán Melgarejo.
Decreto-Ley creaba una División de Higiene So- Presidente suplente del Consejo Superior de
cial bajo la autoridad del Ministerio de Higiene, Higiene Pública.
33

El nuevo Ministro de Higiene, Previsión Social
y Trabajo, Dr. José Santos Salas.
Lazareto de Arica. Recinto cercano al mar, aislado,
destinado a recibir las personas y las cosas que vienen
de países afectados de contagio, a fin de que sean
observados allí antes de poder circular libremente y
las cosas para ser desinfectadas y ventiladas.
Dr. John D. Long.
La creación y existencia del Instituto de Higiene,1892-1924
Asistencia, Previsión Social y Trabajo. Derogaba
toda ley que confiera poder a otra entidad de la
Administración Pública en la lucha contra las
enfermedades y costumbres de trascendencia
social que establecía el DL. Nº 355.
El Jefe del Ministerio de Higiene dictó un
Decreto Ley que derogó el Código Sanitario
de 1918 y contrató la asesoría del técnico nor-
teamericano, Dr. John D. Long. Dicho asesor
redactó un nuevo Código Sanitario que fue
promulgado el 13 de octubre de 1925 mediante
el D.L. Nº 602.
El término de la Junta Militar en marzo de
1925, cuando reasume sus funciones el Presi-
dente Alessandri, dejó la reestructuración se-
ñalada sin terminar, quedando sólo el llamado
“Código Long” promulgado como nuevo Códi-
go Sanitario. Su autor tenía una opinión equi-
vocada de la realidad epidemiológica chilena por
lo que muchas de sus disposiciones originales e
inconsultas trajeron dificultades de salud públi-
ca. Varias de sus disposiciones más importantes
fueron suspendidas o derogadas. La opinión del
Dr. Federico Puga Borne, fundador del Instituto
de Higiene, sobre el Código Long es clara: “El
autor del Código en una publicación reciente
demuestra tener una opinión errada en cuanto
al estado sanitario de nuestro país, como que
pretende que bajo su régimen nuestra mortali-
dad ha disminuido siendo que, meses últimos
ofrecen la más alta mortalidad que Chile los
ha sufrido. Las disposiciones originales, y por
cierto inconsultas, del Código Long, referentes
a la prostitución fueron funestas en grado su-
perlativo para la salud y moralidad: acrecenta-
ron el libertinaje clandestino, multiplicaron las
enfermedades venéreas y desarrollaron los vicios
contra la naturaleza, por más que la alarma que
causó esta reforma obligó a la Dirección de Sani-
dad a buscar subterfugios para la aplicación de la
Ley y reducir al mínimo su aplicación inventan-
do una categoría de prostitución comercializada,
única que merecía sus rigores. Con la disolución
de las Oficinas Técnicas que estaban al servicio
de la salud pública, fue una gran desconsuelo el
que experimentamos los que habíamos tenido
parte en su creación”.23
Resulta contradictoria la opinión del Dr.
J.D. Long, Asesor Técnico de la Dirección de
Sanidad al referirse a la institucionalidad de la
higiene y salud pública, pues él formó parte del
proceso de reestructuración que terminó con el
Instituto de Higiene y otras instituciones de la
salud pública: “Los países donde falta hoy día el
organismo de sanidad pública o donde dicho or-
ganismo no está funcionando eficazmente, sean
cuales fueren las razones para haber dejado de
funcionar con debida eficacia, tienen por regla
general una alta proporción de defunciones, la
cual varía anualmente entre un 30 y un 40 o más
por 1.000, según existan o no enfermedades epi-
démicas o según estas se hayan propagado o no
extensamente”.24
Con el retorno del Presidente Alessandri, se
materializaron otras tantas iniciativas legales y
normativas que permitieron realizar cambios
sociales y laborales que beneficiaban y prote-
gían a la clase obrera y a la clase media.
Se dicta la Constitución de 1925 que reins-
taura la preeminencia del poder presidencial, la
separación de la Iglesia del Estado y establece en
su artículo 10º del Capítulo III, como deber del
Estado, el “velar por la salud pública y el bien-
estar higiénico del país. Deberá destinar dinero
suficiente para mantener un servicio nacional de
salubridad”. Creó el Banco Central y se estable-
ció el régimen de patrón oro.
En 1926 se dicta el Reglamento de Higiene
y Seguridad Industrial como también el Regla-
mento de Boticas y Petitorio, con el Decreto Nº
96 de 26 de octubre de 1926, el cual inicia el
control de uso de drogas peligrosas.
La Orden Administrativa Nº 2 de la Direc-
ción General de Sanidad en su artículo 3º se-
ñalaba que el Departamento de Laboratorio e
Investigaciones Científicas debía dividirse en
cinco secciones directamente dependientes del
Director General de Sanidad: Sección Vacuno-
terapia, a cargo del Dr. Juan Orellana; Sección
Sueroterapia, como Jefe el Dr. Enrique Dávila;
Sección Bacteriología; Sección Alimentos y
Drogas, Jefe Don Roberto Donoso García. El
Veterinario Don Juan Torres Ortiz desempe-
ñará funciones en cada una de las Secciones
nombradas.25
Con posterioridad a la segunda renuncia de
Alessandri, en 1925, causada por las presiones
del Coronel Ibáñez que era su Ministro, ejerció
la Presidencia de la República Don Emiliano Fi-
gueroa Larraín, entre los años 1925 y 1927. Tras
un término abrupto de su Gobierno, por razones
similares, asumió la Presidencia de la República
el Coronel Carlos Ibáñez del Campo instauran-
do una dictadura que duraría hasta 1931. Man-
tuvo relegada toda oposición a su Gobierno, el
parlamento virtualmente cerrado, suprimió or-
ganizaciones sindicales representativas de los
trabajadores controlándolas desde el estado,
realizó miles de relegaciones a las regiones ex-
tremas y clausuró medios de prensa opositores,
estableció una policía militar, etc.
Sin embargo, la dictadura de Ibáñez trans-
formó el Estado y el aparato estatal chileno,
modernizando las instituciones, creando mu-
chos organismos de la actual administración
del estado como es el caso del Instituto Bacte-
riológico de Chile en 1929. Entre los servicios
u organismos públicos creados o reformulados
en la época se encuentran Carabineros de Chi-
le, la Fuerza Aérea de Chile, el Ministerio de la
Propiedad Austral que evolucionó más tarde al
de Tierras y Colonización, actual Ministerio de
Bienes Nacionales, la Contraloría General de la
República, la Caja de Crédito Agrícola, la Direc-
ción de Bibliotecas, Archivos y Museos, y un nú-
mero importante de organismos más, de carácter
completamente estatales o paraestatales.
Ibáñez realizó también una reforma econó-
mica financiera del estado con el apoyo de una
comisión económica norteamericana. Incorporó
a la vida nacional a extensas zonas hasta enton-
ces desvinculadas del territorio nacional como
Aisén, en la Patagonia Occidental chilena y al-
gunas zonas de Chiloé y la Región de la Arauca-
nía, con el objetivo de un desarrollo económico
agrario de la mediana y pequeña propiedad en la
zona central de la cual provenía.
Durante gran parte de su mandato debió en-
frentar serias dificultades económicas internacio-
nales como la gran depresión económica mundial
de 1929 y 1930 que repercutió fuertemente en
Chile, haciendo inmanejable la crisis que final-
mente desembocó en la caída de su Gobierno en
julio de 1931.
La población de Chile se estimaba en
3.900.000 habitantes. La natalidad figuraba
entre las más altas del mundo, en 1928 era de
52,2 nacidos vivos por 1.000 habitantes. La
mortalidad en 1928 fue de 23,7 por mil habitan-
tes, de estas defunciones una parte importante
correspondía a los primeros años de vida. Cada
año moría una tercera parte de los nacidos vivos
(37,5%). La mortalidad de la tifoidea en Santiago
fue de 9,1 por 100.000 habitantes.
En 1927 se creó la Escuela de Enfermería
Sanitaria la cual exigió como requisito de in-
greso la enseñanza secundaria completa y des-
de 1937 el Bachillerato en Humanidades. Ese
mismo año el Ministerio de Higiene, Asisten-
cia, Trabajo y Previsión Social cambia al Minis-
terio de Bienestar Social, nombrándose como
titular al Dr. José Santos Salas Morales.
Boletín Sanitario de la Dirección General de Sanidad de
Chile, enero de 1927.
Grupo de Enfermeras Sanitarias que realizan sus
estudios en la Escuela. 1927.
El nuevo Director de Sanidad, Dr. Osvaldo Díaz Velasco.
35
La creación del Instituto
Bacteriológico de Chile
en 1929
Las gestiones previas del Dr. Suárez Herreros
E l año 1926 el Ministro de Chile en Francia y
que más tarde fue Rector de la Universidad
de Chile, Armando Quezada Acharán pidió al
Dr. Eugenio Suárez Herreros un informe sobre
los medios prácticos para abaratar en el país los
medicamentos de uso social y destinados a la
medicina preventiva.
Dicho informe detallaba las maneras de ha-
cerlo y aconsejaba especialmente la creación de
una institución del estado, que fabricase para el
país los productos de esta especie necesarios a
su consumo.
Años después cuando el Dr. Suárez regresó
al país, el Presidente de la República le encargó
ejecutar un plan para la creación de una insti-
tución que proporcionase al Gobierno y al país
los elementos necesarios para la lucha por la
salud pública. El plan primitivo fue elaborado
con el Director de Sanidad, Dr. Díaz Velasco
a petición del Sr. Ministro de Bienestar Social
Don Luis Carvajal.
Dicho Ministro nombró una Comisión de la
Facultad de Medicina para que informase sobre
la creación proyectada.
El entonces Ministro de Educación Don Pablo
Ramírez, quien había pedido al ministro de Chile
en Francia el informe antes señalado, se interesó
vivamente por el proyecto y quiso que además de
su rol de proveedor de elementos para la salud pú-
blica, tuviese un rol eminentemente educacional.
El proyecto del Instituto fue sometido por
el Ministro de Bienestar Social Luis Carvajal a la
consideración y análisis de una Comisión inte-
grada por el Decano de la Facultad de Medicina,
Prof. J. Castro; el Director de la Escuela de Medi-
cina, Prof. A. Mardones; los Profesores E. Prado
Tagle, Juan Noé y el Director de la Escuela de Far-
macia, y el Prof. A. Soto Parada. Con algunos de di-
cha pléyade de facultativos, más tarde en 1928, el
Dr. Suárez formaría la Sociedad Chilena de Mi-
crobiología e Higiene.
El Informe de dicha Comisión declaró que “la
creación del Instituto Bacteriológico es de interés
nacional y de necesidad pública”.26
“1º Un Instituto de esta naturaleza consti-
tuye un elemento de cooperación valioso en la
lucha por la higiene general y por la disminución
de la mortalidad muy elevada en nuestro país.
2º Hay interés público en la creación de un
organismo que proporcione con seguridad a las
instituciones oficiales, benéficas y sociales, pro-
ductos que den una completa garantía científica
y cuyo precio sea reducido.
En los casos de epidemia, como peste bubó-
nica, cólera, disentería, escarlatina, etc. este Ins-
tituto dispondrá con prontitud de los técnicos y
productos necesarios, sin que haya que recurrir a
los mercados extranjeros.
En el reciente terremoto se quiso disponer
de suero antitetánico y suero antigangrenoso
como preventivo para los accidentados con he-
ridas infectadas; se ha visto que las cantidades
encontradas eran muy reducidas en relación con
las necesidades. Dr.Eugenio Suárez Herreros.
39
 Nuestro país, por sus condiciones geográfi-
cas, se puede aislar fácilmente y debe disponerse
de la defensa sanitaria que es parte de la defensa
nacional.
No es posible que un ejército no disponga,
con seguridad absoluta, de suero antitetánico y
antigangrenoso para prevenir las complicacio-
nes frecuentes en las heridas de la guerra.
3º Casi la totalidad de los países europeos y
los más adelantados de Sudamérica disponen,
por las razones ya expresadas, de un Instituto
Bacteriológico del Estado
4º El funcionamiento de un Instituto Bac-
teriológico de utilidad pública, con capacidad
para abastecer el país y exportar sus productos,
puede costearse por sí sólo sin constituir para
el Erario otro sacrificio que los gastos de su
establecimiento.
No existiendo en los países de la Costa del
Pacífico un Instituto de esta naturaleza, pueden
exportarse fácilmente los productos que se ela-
boren; así se contribuye al prestigio internacio-
nal de Chile y se aumentan las entradas del país.
5º Un Instituto de esta naturaleza es un cam-
po de investigación y enseñanza científica, que
La Ley Nº 4.557 que crea el Instituto Bacteriológico de Chile
V isto este informe se procedió a hacer de
este plan general un proyecto de ley, el que fue
aprobado sin modificaciones y con informe muy
favorable por las Cámaras, dando origen así a la
Ley Nº 4.557 que crea el Instituto Bacteriológico
de Chile.
Mientras se despachaba la ley, el Dr. Suárez
Herreros fue comisionado para confeccionar los
planos del edificio, aconsejándosele aprovechar
La creación del Instituto Bacteriológico de Chile en 1929
proporciona los medios de estudiar y enseñar
prácticamente, en relación al país, los más im-
portantes problemas de la medicina moderna.
En este Instituto puede formarse un cuerpo
de Bacteriólogos chilenos eficientes.
La experiencia ha demostrado en países ex-
tranjeros la conveniencia y aun la necesidad de
dar a estos organismos la autonomía técnica
y administrativa necesaria al libre curso de las
iniciativas de investigación que conducen a un
rápido progreso.
Estimamos también que es de primera nece-
sidad exista en el país el control regular y orga-
nizado de todos los productos biológicos que se
entregan al comercio.
Nos parece conveniente sea contratado para
la organización y dirección del Instituto Bacte-
riológico, un gran bacteriólogo extranjero que
sea reconocido universalmente como maestro.
Estimamos esto por el prestigio internacional
que significa, el cual se traduce por la afluencia de
estudiantes de países vecinos y en el incremento
de la exportación. Esto proporciona al país tam-
bién, la manera de formar futuros maestros en
esta ciencia y gran confianza en los productos
que se elaboren.”
lo ya existente, es decir, los edificios del antiguo
Instituto de Higiene en la ribera norte del Río
Mapocho. Los planos fueron confeccionados
por el Dr. Suárez, con la colaboración de los
Dres. Onetto, Orellana y el Ingeniero Químico
Sr. Hurtado. Estos planos fueron aprobados y
llevados a su ejecución inmediatamente gracias
al vigoroso impulso y energía de la Dirección
de Obras Públicas. El Profesor Rudolf Krauss,
primer Director del Instituto Bacteriológico de
Chile, hizo algunos retoques a los planos origi-
nales, con el objeto de hacer más apto el edificio
al fin que estaba destinado.
Los artículos más relevantes de la Ley
Nº 4.557 que creó el Instituto Bacteriológico de
Chile estableció:
Artículo 1º. Créase el “Instituto Bacteriológi-
co de Chile” que tendrá por objeto:
1.- La formación de bacteriólogos, que se de-
dicarán a la investigación o a otros trabajos
que las condiciones del país requieran; bio-
químicos en general;
2.- La elaboración de sueros, vacunas y produc-
tos biológicos y bioquímicos en general;
3.- El Control de la fabricación y venta de pro-
ductos de esta clase en el país, en conformi-
dad a las instrucciones que dicte la Dirección
General de Sanidad.
Artículo 2º. El “Instituto Bacteriológico de
Chile” tendrá personalidad jurídica, para los
efectos de fabricar y comerciar los productos a
que se refiere el artículo anterior. Su represen-
tante legal será el Director y su domicilio, la ciu-
dad de Santiago.
El Instituto dependerá del Ministerio de
Educación Pública, sin perjuicio de la supervigi-
lancia técnica que ejerza el Ministerio de Bien-
estar Social, por medio de la Dirección General
de Sanidad.
Artículo 3º. El Instituto estará a cargo de un
Director, nombrado por el Presidente de la Re-
pública, y tendrá los siguientes Departamentos:
de Inmunología, de Bacteriología, de Bioquímica
y de Control. Cada uno de estos cuatro Departa-
mentos estará a cargo de un Jefe. La Administra-
ción del Instituto será ejercida por un Consejo
Directivo formado por el Director y los Jefes de
Departamento.
Artículo 4º. El Instituto Bacteriológico su-
ministrará sus productos a todas las institucio-
nes que el gobierno designe, al precio de costo,
con sólo el recargo necesario para servir los fines
de la Institución, que será fijado por el Presiden-
te de la República. Deberá también suministrar
gratuitamente al Gobierno la vacuna antirrábica,
la vacuna antivariólica y las vacunas antitubercu-
losas que se estimen eficaces. El Instituto Bac-
teriológico practicará gratuitamente los exáme-
nes y estudios bacteriológicos, inmunológicos
y entomológicos que el Director de Sanidad le
encomiende”.
La Ley estableció que el Instituto percibiría
una subvención fiscal de quinientos mil pesos
anuales y además se destinarían a éste, las can-
tidades que el Ministerio de Bienestar Social
consulta para los Laboratorios de Investigación
y para la elaboración de vacuna antirrábica, anti-
variólica y antituberculosa.
Inmediatamente después de ser aprobada
la ley se procedió a hacer un Reglamento por
el cual se rigió el Instituto el que demostró
ser muy apto y adecuado para la marcha de la
institución. El propio Dr. Suárez se abocó a la
redacción del Reglamento del Instituto, el cual
tendría una vigencia de 52 años, hasta consti-
tuirse en el actual Instituto de Salud Pública de
Chile en 1980.
El Dr. Suárez Herreros había conocido al-
gunos institutos similares como el Instituto
Pasteur de París creado hacia 1880, el Instituto
Seroterápico Dinamarqués en Copenhague. En
Norteamérica se habían creado las Escuelas de Placa de la fundación del Instituto Bacteriológico de
Higiene y en América Latina en Río de Janeiro Chile, que se encuentra en el acceso principal del
y Buenos Aires. edificio actual del ISP.
41
 El acto inaugural del 6 de diciembre de 1929

E l 6 de diciembre de 1929 se inaugura el Ins-

tituto Bacteriológico de Chile por la iniciativa
y empuje de su creador, el Dr. Eugenio Suárez
A nombre de S. E. el Presidente de la Repú-
blica, y haciendo votos por el éxito de su misión,
declaro inaugurado este centro de investigación
Herreros. científica que, bajo el nombre de Instituto Bac-
teriológico de Chile, viene a contribuir a la tran-
En el discurso inaugural el Ministro de
quilidad y bienestar de la familia chilena”.27
Educación Pública Mariano Navarrete señaló:
“En todos los tiempos y en todos los pueblos, la En la historia de una institución pública
principal preocupación de los Gobiernos ha sido como el Instituto de Salud Pública de Chile, ISP,
y continuará siendo en el futuro, cualesquiera continuador histórico y legal del Instituto Bacte-
que sean las tendencias políticas y sociales, la riológico de Chile, no puede haber un hecho de
conservación de la salud pública. mayor simbolismo y significación como el que
el organizador y primer Director del Instituto de
Sin la realización de este ideal de huma-
Higiene (1892-1924), Federico Puga Borne, haya
nidad, que está en perfecta concordancia con
estado presente en el acto inaugural de la nueva
el instinto de conservación que es innato en el
entidad sucesora de la misión de dicho Institu-
hombre, no puede haber progreso efectivo y du-
to. La ilación histórica de su discurso expresa
radero, porque el progreso supone continuidad
con suma claridad esa continuidad histórica e
de esfuerzos, lucidez de espíritu y capacidad físi-
institucional, de la cual el actual Instituto es
ca, cualidades todas que son consecuencia lógica
depositario.
de ese bien supremo que se llama la salud.
“El ilustre director del establecimiento que
Convencido el Gobierno del Excmo. Sr. Ibá-
en este momento se inaugura ha ofrecido la pa-
ñez que la base de la grandeza de los pueblos la
labra a uno de los más viejos de los obreros de la
constituye principalmente el vigor físico de la
higiene pública en nuestro país, al redactor del
raza, porque la salud facilita el desarrollo de la
primer proyecto de administración sanitaria y
capacidad intelectual y moral de los individuos,
al fundador del primer Instituto de Higiene, sin
haciéndolos naturalmente activos y esforzados,
duda para que recuerde las luchas que desde 1881
ha propendido por todos los medios a su alcance
ha costado inspirar a los hombres de gobierno la
al mejoramiento de la higiene pública y privada,
convicción que hoy nos es grato comprobar que
a fin de asegurar así, conjuntamente con la adop-
alienta en ellos el culto de la higiene pública.
ción de leyes de trascendencia social, la vida de
sus conciudadanos y la de las nuevas generacio- Diez años de peripecias parlamentarias, una
nes destinadas a incrementar la escasa población serie de informes de comisión, de proyectos y
de nuestro territorio. contraproyectos y numerosas discusiones en las
que los médicos recién incorporados a la Cámara
Entre estas medidas previsoras y de buena
fueron incansables, dieron por resultado el des-
política sanitaria está la creación del Instituto
pacho el 9 de septiembre de 1892 de la primera
Bacteriológico, a cuya inauguración asistimos en
Ley Orgánica de la Higiene Pública en Chile.
este momento, consagrando con los hechos una
aspiración sentida del Gobierno y del Cuerpo Recordamos los esfuerzos que costó, desde
Médico Nacional. 1882, instalar primero el Instituto de Higiene en

La creación del Instituto Bacteriológico de Chile en 1929

un galpón de la Quinta Normal de Agricultura,
trasladarlo enseguida a una casa arrendada en la
calle de las Rosas Nº 3 y empeñarse, al mismo
tiempo, para conseguir el terreno y el dinero para
levantar los edificios, hasta dejarlo finalmente
instalado en esta serie de palacios construidos
en la margen del Mapocho durante una época de
estrecheces fiscales en que casi todas las obras
públicas se paralizaron.
Más aún, después de la disolución de los La-
boratorios del Instituto, como si eso fuera poco,
una autoridad sanitaria pretendió suprimir los
establecimientos de desinfección.
Pero afortunadamente aquella oscuridad no
fue sino un eclipse; un gobierno firme y progre-
sista, una Ley sabiamente inspirada y solidaria-
mente dictada, un funcionario experimentado
y emprendedor, ayudado de cooperadores bien
selectos han realizado en pocos meses, la magna
obra que estamos presenciando y que ha venido
a llenar con creces el vacío lamentado.
Estamos presenciando la inauguración del
Instituto Bacteriológico de Chile, perfectamen-
te equipado e instalado en edificios construidos
sobre la base del antiguo Instituto de Higiene.
Hace treinta y tres años cúpome el honor de
pronunciar un discurso en la inauguración del
Desinfectorio Público, que ocupa el primero de
estos pabellones. Entonces, formulando augu-
rios de engrandecimiento que se han cumplido,
dirigí al Presidente de la República, Don Federi-
co Errázuriz Echaurren, la súplica de mantener
vivo su interés por la empresa iniciada. Y aquel
Magistrado le prestó la buena acogida contribu-
yendo efectivamente por el tiempo”.28
Por su parte, el Dr. Rudolf Krauss, un emi-
nente científico austríaco de renombre inter-
nacional en el campo de la microbiología e hi-
giene, cuando asumía como Director del nuevo
Instituto decía en su conferencia inaugural: “Al
tener el honor de haber sido contratado por el
Supremo Gobierno, acepté tan honroso cargo
en la convicción de que al dejar la Dirección del
Instituto de Viena, podía sustituirla por la de
un Instituto más moderno, que no sólo se pre-
ocupara de los productos biológicos sino tam-
bién de un centro científico de microbiología,
un Instituto de medicina preventiva, un arma
más poderosa en el conjunto de la organización
sanitaria nacional.
La iniciativa de esta obra naciente se debe a
una idea feliz de mi amigo, el Dr. Eugenio Suá-
rez. En su largo viaje de estudio por Europa, tuvo
ocasión de darse cuenta de la importancia de los
Institutos similares; y de regreso a su patria, con-
vencido de la necesidad imperiosa de la creación
de un Instituto igual, encontró en el Ministro
Señor Pablo Ramírez un apoyo entusiasta, cuya
energía colocó la piedra fundamental de este
establecimiento.
Así se erige hoy en Santiago el Instituto
Bacteriológico de Chile, que debe concentrar
todo lo que se refiere a la microbiología y que
puede colocarse al lado de los países donde la
medicina preventiva encontrará un campo fértil
de acción. La creación del Instituto es un docu-
mento muy significativo del espíritu social y de
bienestar que anima al actual Gobierno, cuyo
pensamiento se concentra en el mejoramiento
de la situación sanitaria del país, ateniéndose
al cumplimiento de las doctrinas de higiene
moderna, para cuya realización significa el Ins-
tituto un paso hacia adelante.
El Instituto ha sido creado obedeciendo a las
necesidades del país. La tarea está bien definida,
su único fin es el mejoramiento de la salud pú-
blica. Para conseguir esto, es menester que hayan
condiciones favorables para llevar a cabo la obra
en manera continua y armónica. Si bien es cierto
que tendremos que subsanar mucha dificultades,
espero confiadamente que los elementos verdade-
ramente patrióticos, tratarán de facilitar la labor
que el Gobierno ha confiado al Instituto. En este
momento solemne dirijo, pues a todos los facto-
res que con nosotros deben colaborar en el des-
43

Monumento erigido a la memoria de Roberto Koch,
en el Instituto Bacteriológico de Chile.
Monumento erigido a la memoria de Luis Pasteur, que
se encuentra en el acceso principal del actual ISP.
La creación del Instituto Bacteriológico de Chile en 1929
envolvimiento provechoso del porvenir sanitario
de Chile, la petición de favorecer patrióticamente
nuestra obra y de ayudarnos a hacer efectivo el sa-
neamiento de este hermoso país.
Si se consiguiera la unificación de todas las
fuerzas sanitarias del país, como la juzga nece-
sario el Supremo Gobierno, estoy convencido
que no tardaría es disminuir la mortalidad,
cuya cifra funesta vemos inamovible desde
más de 50 años, con caracteres alarmantes en
la estadística demográfica, y que esta unión de
los factores sanitarios contribuirá en forma de-
Los Departamentos y Secciones del Instituto
U no de los Departamentos más importantes
para el Dr. Krauss era el de Inmunología, que
estaba a cargo del Dr. Eugenio Suárez. En el se
elaboraban todos los sueros y vacunas para la
profilaxis y tratamiento de enfermedades infec-
ciosas, los cuales fueron controlados por el Pu-
blic Health Service de Washington, del cual Mac
Coy era su Director.
Existía también una sección de control de
los productos entregados a los hospitales diri-
gida por el Dr. Juan Orellana, con las secciones
antivariólica y antirrábica. Por otra parte el Ins-
tituto contaba con un Departamento especial de
diagnóstico bacteriológico de las enfermedades
infecciosas.
La sección de Zoología Aplicada y de Pro-
tozoología estaba a cargo del Dr. Juan Noé. Los
estudios de esta Sección tienen directa relación
con problemas de suma importancia para el país
como son el paludismo, la anquilostomiasis, la
amibiasis, la equinococosis.
La Sección de Quimioterapia a cargo del
Prof. Hurtado, tenía entre sus funciones princi-
pales preparar un remedio curativo y preventivo
cidida a la solución del problema nacional, al
aumento de la población en Chile.
Evoco en este momento solemne del bautis-
mo del Instituto Bacteriológico de Chile, a los
espíritus venerados de los héroes de la Microbio-
logía, Luis Pasteur y Roberto Koch, en cuya me-
moria se han erigido los monumentos tallados
por Perotti y hago votos para que ellos inspiren
en la juventud chilena el idealismo científico y
un día sea un hecho la Escuela Nacional de Mi-
crobiología, cuya divisa sea servir a la ciencia y
la humanidad”.29
para un mal muy difundido en el país, la sífilis.
Se contrató y compró la patente al químico de
Varsovia Sr. Kielbasinski para producir un me-
dicamento similar al producido en Europa, al
que el Instituto llamó “Neoarsolan”, destinado a
combatir las enfermedades venéreas. Este medi-
camento de uso curativo para la sífilis, enferme-
dad muy difundida en ese momento en el país, se
asoció durante años al Instituto Bacteriológico y
lo puso a la cabeza de la industria farmacéutica
de América Latina, situación que se consolidó
más tarde en la década del 40 al poner en mar-
cha una de las primeras plantas de penicilina en
el mundo.30
También la Sección de Quimioterapia es-
taría preocupada de realizar los estudios qui-
mioterápicos, especialmente los relacionados
con la aplicación del yodo en combinación
terapéutica.
La Sección de Organoterapia, a cargo del Dr.
Koref, tenía como objetivo proveer a los hospi-
tales y al público de preparaciones verdadera-
mente eficaces a costos reales, regulando así el
valor y precio de los productos que tenían un
alto valor comercial. En palabras del Dr. Krauss
la razón de ser de esta Sección se debía a que “en
Sudamérica se venden por todas partes produc-
tos opoterápicos que carecen de cualquier valor
científico, a precios sumamente elevados que no
tienen de cierto más que el nombre científico
que ostentan”.
La Sección Experimental del Cáncer, dirigida
por el Dr. Sótero del Río, se dedica a seguir todos
los adelantos del diagnóstico biológico y del trata-
miento experimental de los tumores.
El Departamento de Control del Estado no
estaba aún implementado y, en principio, el Dr.
Krauss solicitó que se anexara a la Dirección
General de Sanidad, adjudicándole una primera
prioridad para que se garantizara el control de
todos los productos extranjeros y nacionales que
se expenden.

La Escuela de Higiene y la Dirección General de Educación Sanitaria

L a creación de la Escuela de Higiene fue

también parte del naciente Instituto, lo que a
juicio del Dr. Krauss venía a completar la obra
El Decreto Nº 4806, del 4 de noviembre
de 1929, había creado la Dirección General de
Educación Sanitaria bajo la dependencia del Mi-
del Instituto Bacteriológico en lo que se refería a nisterio de Educación Pública, que tendría por
la medicina preventiva. objeto organizar y difundir la enseñanza práctica
de la higiene y de la medicina preventiva en los
La formación de personal especialista en
establecimientos educacionales del país. Tendría
higiene y bacteriología, en la Escuela Nacio-
también a su cargo la formación del personal es-
nal de Higiene, se inicia en abril de 1930, con
pecialista en higiene y bacteriología. Esta Direc-
dos cursos, uno de nueve meses destinado a la
ción General de Educación Sanitaria quedaba a
preparación de bacteriólogos higienistas, y con
cargo del Director del Instituto Bacteriológico de
otro de cinco meses para profesores primarios.
Chile y del personal de su dependencia, sin dere-
Al primero de estos cursos, limitado a 20 cho a mayor remuneración y funcionaria anexo a
alumnos, podían ingresar médicos, ingenieros, dicho Instituto.
farmacéuticos, veterinarios y laboratoristas. El
plan de estudio comprendía: Bacteriología, Parasi-
tología, Epidemiología, Inmunología, y Profilaxia
de las enfermedades Transmisibles, Ingeniería
Sanitaria, Organización de Laboratorios, Broma-
tología y otros.
Una de las características de esta Escuela es
el hecho que utilizaba los mismos elementos
del Instituto Bacteriológico de Chile. La mayor
parte del profesorado corresponde al personal
del mismo Instituto entre los que se destaca el
Dr. Krauss, su Director, con tres asignaturas y
el Dr. Alfredo Demaría graduado en Harvard y Alumnas Escuela Nacional
en Johns Hopkins. de Higiene, 1931.

45
 El Dr. Krauss, Director General de Sanidad

E l Dr. Krauss, en su calidad de Director General

de Sanidad, pensaba que el problema de la hi-
giene pública tal como se presentaba en Chile no
era fácil de solucionar, pero tampoco podía con-
siderarse como una tarea imposible. La nueva
organización necesitaba, ante todo, una perfecta
atención del Gobierno, así como la colaboración
del cuerpo médico.
“El problema del saneamiento del país, que
está todavía por solucionarse, es un verdadero
problema nacional. La labor futura consistirá en
utilizar todos los medios que tiendan a la dis-
minución de la mortalidad general, y para ello
propongo que se adopten los principios genera-
les establecidos en el nuevo Código Sanitario, el
que deberá ser promulgado a la mayor brevedad
posible. Las madres chilenas, en una elevada
proporción, hacen sacrificios inútiles, porque
sus criaturas son arrebatadas por la muerte en
la primera infancia. Pero no sólo pierde el país a
sus generaciones futuras, sino que la mortalidad
causada por enfermedades infecciosas y sociales
entre los adultos es también muy elevada, lo que,
unido a la mortalidad infantil, hace que en este
país el término medio de la vida sea manifiesta-
mente corto.
A mediados de 1930, la Dirección de Sani-
dad fue reorganizada por razones económicas.
A fines del mismo año, la Dirección General de
Sanidad fue instalada en el segundo pabellón del
Ministerio de Bienestar Social, quedando bajo
la autoridad del Dr. Krauss, el cual presenta un
programa para la reorganización del Servicio de
Salubridad Pública de Chile.
En dicho programa se destaca el rol prepon-
derante que le corresponderá al Instituto Bacte-
riológico en la organización sanitaria nacional,
específicamente en el combate contra las enfer-
medades infecciosas que provocaban alta mor-
talidad en la época: difteria, escarlatina, tifoidea,
carbunco.
Sobre el fenómeno demográfico e higiénico
del limitado crecimiento de la población chilena
durante el siglo XIX y comienzos del XX, en con-
traposición a la alta tasa de natalidad, indicaba el
Dr. Krauss que “si queremos precisar las causas
de este fenómeno, que a pesar de la natalidad más

Vehículo de la Dirección General de Sanidad, 1931.

La creación del Instituto Bacteriológico de Chile en 1929

grande del mundo y a pesar del crecimiento rela-
tivamente alto, la población necesita para dupli-
carse casi un siglo (60 años), encontramos que se
debe esto a la alta mortalidad general que, como los
nacimientos, quedó también estacionaria desde
hace casi un siglo, entre el 25-30 por mil.”
“De estas defunciones una parte apreciable
—casi la tercera parte— corresponde a la morta-
lidad de la primera infancia (menores de un año)
que en Chile es una de las más grandes del mun-
do (200 por mil, menores de un año). Por un
lado es la mortalidad de la primera infancia que es
la causante de la gran mortalidad, por otra parte,
lo son las enfermedades infecciosas, especial-
mente la tuberculosis. El país pierde anualmente
20-25 mil habitantes aproximadamente por la
tuberculosis, lo que significa también una de las
cifras más altas que se conocen. La tuberculosis
aumenta año por año y por consiguiente va au-
mentando paralelamente la mortalidad.
El resto de la mortalidad se explica por la
mortalidad de las otras enfermedades infecciosas,
como son por ejemplo: la difteria, la escarlatina,
el sarampión, la tos convulsiva, la tifoidea, el car-
bunco, la rabia, etc. Las cifras de mortalidad por
estas enfermedades son muy altas y la sanidad
debe tomar en cuenta que son males evitables”.
“Al combatir las enfermedades infecciosas,
como son la difteria, la escarlatina, la tifoidea, el
carbunco, etc., que figuran en la estadística con
cifras relativamente elevadas de mortalidad, el
Instituto Bacteriológico de Chile constituirá
un elemento que cooperará decididamente en
la organización sanitaria nacional. Junto con la
aplicación de las medidas sanitarias profilácti-
cas y con la organización de la Higiene Social, se
podrán emplear, no sólo la vacuna antivariólica,
sino toda clase de sueros y vacunas preventivas
para evitar la difteria, la escarlatina, el tétanos,
etc. Esto, y la aplicación correcta de los sueros
curativos disminuirá las pérdidas ocasionadas
por ciertas enfermedades infecciosas. La fie-
bre tifoidea, tan difundida en el país, debe ser
controlada con la colaboración de los servicios
de aguas potables y alcantarillados; tratando
al mismo tiempo de suprimir los focos y evitar
nuevas contaminaciones del agua potable y de
los alimentos”.31
El 6 de octubre de 1928, un grupo de profe-
sionales especializados en biología y microbio-
logía se reunió en el local de la Sociedad Médica,
con el fin de fundar una sociedad que reuniera
a los médicos de la especialidad. En la segunda
sesión constitutiva, el 5 de abril de 1929, el Dr.
Juan Noé, a quien le correspondió transitoria-
mente encabezar la reunión, señalaba que cons-
tituir la sociedad era un anhelo largamente per-
seguido. Hay un indicio augural de nueva vida
científica en la creación del Instituto Bacterioló-
gico de Chile, que el Supremo Gobierno quiso
fundar, no solamente como establecimiento de
producción de sueros y vacunas, sino también
como foco de enseñanza para los médicos y de
investigación para todos los que persiguen con
el estudio, fines desinteresados. Felicita al Dr.
Eugenio Suárez, su antiguo discípulo, de haber
patrocinado activamente ante el Ministerio de
Educación la fundación del Instituto. En dicha
reunión queda constituida la Sociedad Chile-
na de Microbiología e Higiene, siendo elegido
también su Directorio. Lo preside el Dr. Rudolf
Krauss, Vicepresidentes Prof. Juan Noé y Teo-
doro Muhm, Secretarios Generales Profesores
Enrique Onetto y Eugenio Suárez, Tesorero Dr.
Juan Orellana.
La Sociedad Chilena de Microbiología pu-
blicó desde entonces en forma de apartado de la
Revista del Instituto Bacteriológico de Chile, un
“Boletín de la Sociedad Chilena de Microbiolo-
gía e Higiene” con temas e investigaciones cien-
tíficas relativas a este ámbito.32
Boletín de la Sociedad Chilena de Microbiología
e Higiene. Aviso sobre vacunación Antituberculosa.
1930.
47
El instituto
bacteriológico de chile:
1929-1980
Periodo del Primer Director del Instituto Bacteriológico,
Dr. Rudolf Krauss: 1929-1932

R udolf Krauss (Austria, 30 de octubre de

1868-Santiago, 15 de julio de 1932). Egre-
só como médico en la Universidad de Praga en
1893. En 1895 empezó a trabajar en el campo de
la Inmunología en el Instituto del Estado. Allí
recibió la responsabilidad de dirigir la prepara-
ción de suero antidiftérico que, por entonces, era
la última novedad terapéutica en medio de una
época heroica de la microbiología. Allí, junto con
practicar la docencia se interesó en patología ex-
perimental.
En este su primer periodo creador, logró
realizar dos importantes descubrimientos que,
por sí mismos, habrían bastado para cimentar
la fama perdurable de cualquier hombre: los
anticuerpos precipitantes y los anticuerpos neu-
tralizantes contra la rabia. Krauss es probable-
mente el creador de la sueroterapia en rabia. Sin
embargo, con una regularidad y persistencia que
hubieran sido envidiadas por Paul Ehrlich, logró
demostrar enseguida el curioso fenómeno cono-
cido como avidez, que expresa las diferencias en
velocidad de combinación de varios sueros es-
pecíficos con un mismo antígeno homólogo. El
nombre de Krauss quedó así para siempre ligado
a la inmunología.
Posteriormente, en 1906, y ya aureolado por
el prestigio que le conferían sus trabajos cientí-
ficos, fue nombrado Profesor extraordinario del
Instituto Sueroterapéutico del Estado de Viena.
Este segundo periodo, que duraría hasta 1913,
es notable por la abundancia y originalidad de
sus trabajos. En 1909, junto al japonés Fukuha-
ra, publicó un estudio sobre la demotoxina del
vibrión del cólera y, en colaboración con Bal-
cher, otro trabajo sobre la actividad del suero
antimeningococo.
Algunos de sus trabajos más espectaculares
son: la demostración de que el suero antirrábico
puede impedir el desarrollo de la enfermedad en
animales cuando se le administra por separado
y simultáneamente con una inyección intrao-
cular de virus rábico y el de un acercamiento,
curiosamente muy moderno, al problema de
desensibilizar individuos contra un alergeno.
Varias de estas tesis fueron publicadas en un
mismo año, mostrando su asombrosa capacidad
de trabajo.
Entremezclando su ocupación de laborato-
rio con su afán de difundir la ciencia y de crear
nuevos estímulos para los investigadores, formó
el comité fundador de la revista “Zeitschrift fur
Immunitatforschung und Experimentelle Therapie”, en
la que colaboraron hombres tan ilustres y origi-
nales como Karl Landsteiner, Calmette, Jensen y
Romer, Paul Ehrlich y Roberto Koch.
Asociado con Wasserman fundó la Sociedad
Alemana de Microbiología y luego creó la revista
“Seuchenbekämpfung” en colaboración con su
amigo Uhlenhuth.
En 1913 fue contratado por el gobierno ar-
gentino para organizar el Instituto Bacterioló-
gico (hoy Instituto Nacional de Microbiología
Carlos Malbrán) y constituirse en su director
por 8 años. Dr. Rudolf Krauss.

51
 En ese Instituto se formaron hombres tan
importantes como Bernardo Houssay (más
tarde Premio Nobel, 1946) y Sordelli, que se
inmortalizó con el descubrimiento del clostri-
dio que lleva su nombre. Con Sordelli, en 1917,
abordó con éxito el problema de mejorar el plan
de inmunización de caballos para producir anti-
toxina diftérica.
Krauss había abandonado el centro cultural
del mundo, Europa, donde acaso pudo producir
mejores frutos de su talento, para prestar su ener-
gía a los esfuerzos de un desarrollo microbiológi-
co que intentaban los jóvenes países latinoame-
ricanos, ajeno a la guerra que había desintegrado
su imperio natal.
En 1921, contratado por Brasil, dirigió el
Instituto Butantán y realizó varias investigacio-
nes sobre la forma de rabia conocida como “mal
de caderas”.
Además, colaborando con el inmortal brasi-
leño Oswaldo Cruz, investigador de la tripano-
somiasis sudamericana, fundó la Sociedad de
Higiene y Microbiología.
Poco después de haber vuelto a sus labora-
torios de Viena, recibió el ofrecimiento de un
contrato de parte del Gobierno de Chile y deci-
dió regresar de inmediato al continente latino-
americano, que se ofrecía como un remanso en
medio de las miserias de la Europa Central del
periodo de entre guerras y del ominoso prólogo
del advenimiento hitleriano.33
Durante la Dirección del Dr. Krauss, el Dr.
Eugenio Suárez ejerció la Gerencia del Instituto.
El año 1929 con el Instituto en plena re-
organización, ya demostró su capacidad de re-
acción ante los problemas de salud pública, al
ser capaz de entregar a la Dirección General de
Sanidad cantidad suficiente de suero y vacuna

Cantidad de suero concentrado por el Instituto Cantidad de vacunas envasadas y controladas, Cantidad de vacunas entregadas a la Dirección General de
Bacteriológico de Chile en 1929 34 mayo-diciembre 1929 35 Sanidad durante 1929 36

Suero Nº de litros VACUNA DOSIS Mes Nº de placas Nº de dosis

Antidiftérico 35,02 Antiescarlatinosa, toxinas 80.000 Enero 14.010 70.050
Antiescarlatinoso 33,85 Antineumocócica 2.719 Febrero 19.027 95.135
Antitetánico 30,31 Anticoqueluche 13.532 Marzo 45.002 225.010
Antitífico 4,92 Anatoxina escarlatinosa 3.000 Abril 38.007 190.035
Antimeningocócico 4,92 Antigonocócica 7.856 Mayo 31.512 157.560
Antiperfringens 2 Antiestafilocócica 1.619 Junio 19.481 07.405
Antihistolítico 3,90 Antigripal 4.175 1er. Semestre. 167.039 835.195
Antioedematiens 3 Antitífica preventiva 4.175 Julio 22.005 110.025
Normal 9,70 Antitífica curativa 6.853 Agosto 16.018 80.090
Total 127,60 Antivirus antipiógeno 854 Septiembre 35.867 179.335
Antivirus stafilocócico 184 Octubre 36.515 182.575
Total 126.528 Noviembre 24.880 124.400
Diciembre 18.016 90.080
2º Semestre 153.301 766.505
Total Anual 320.340 1.601.700

El instituto bacteriológico de chile: 1929-1980

 Producción de Vacunas envasadas por el Instituto Bacteriológico de Chile, en 1930 y 1931 37

Vacuna Año 1930 cajas Año 1930 cc. Año 1931 cajas Año 1931 cc.
Anatoxina diftérica 1.064 3.192 3.491 10.473
Anatoxina escarlatinosa 7.417 11.125 3.566 5.349
Anticolibacilar 1.799 10.794 1.674 10.044
Anticoqueluche 5.140 23.180 7.510 34.935
Antiducrey 793 4.758 1.127 6.762
Antiestafilocócica 1.664 14.976 1.122 10.098
Antiestreptocócica 823 4.938 469 2.814
Antigripal 1.940 5.820 9.320 27.960
Antigonocócica 7.295 43.770 6.738 67.380
Antineumocócica 1.837 7.348 1.480 5.920
Antipiógena polivalente 10.118 91.062 6.142 55.278
Antipiógena polivalente - - 3.958 47.496
Antitífica preventiva 2.687 5.374 6.133 12.266
Antitífica curativa 2.688 16.128 558 3.348
Antipestosa 1.285 3.855 676 2.028
46.550 246.270 53.964 302.151
Antitífica via bucal 1.531 9.186 6.728 40.368
Antirrábica uso humano 22.147 88.588 6.431 25.724
Antirrábica uso humano - - 33 1.650
Antirrábica uso veterinario 1.108 4.432 68 272
23.255 93.020 6.532 27.646
Antivirus antipiógeno 354 14.160 431 17.240
Antivirus 244 12.200 139 6.950
Antivirus antiestafilocócico 287 11.480 181 7.240
Antivirus antiestafilocócico 153 7.650 6 300
1.038 45.490 757 31.730
Antivariólica 46.100 184.400 54.841 219.364
Antivariólica 29.428 29.428 458.225 458.225
Total 75.528 213.828 513.066 677.589

53

Revista de Instituto Bacteriológico de Chile, dirigida
por el Dr. Rudolf Krauss.
Boletín Sanitario de la Dirección General de Salud de
Chile, 1927.
El instituto bacteriológico de chile: 1929-1980
antiescarlatinosa de uso en esa época, al agotarse
el producto importado frente a la epidemia que
enfrentó el país.
El Dr. Krauss destacó en su discurso inau-
gural dichos logros, enfatizando que el Instituto
debería concretar sus esfuerzos en preparar to-
das las vacunas preventivas ya en uso contra la
difteria, tifoidea, coqueluche y debe preocuparse
por introducir la vacunación antituberculosa.
El Dr. Krauss creó al interior del Instituto
una Oficina Central de Vacunación Antitubercu-
losa, a cargo de los médicos Sótero del Río G. y
J. Orellana, la que estaba encargada de preparar
y distribuir gratuitamente la vacuna BCG y con-
trolar sus resultados. Se transforma así el Insti-
tuto Bacteriológico en el pionero del manejo de
esta futura gran herramienta de salud pública.
Las secciones antivariólica y antirrábica
estudiaban la manera de ampliar y moder-
nizar sus servicios. Para el Dr. Krauss una de
las bases principales de la defensa de la salud
pública es reconocer por medio del diagnós-
tico bacteriológico, con la mayor prontitud
y seguridad, los primeros casos infecciosos
como forma de controlar los brotes epidémi-
cos en su comienzo, herramienta importantí-
sima vigente hasta hoy día. Este fue desde su
inicio un Departamento especial a cargo del
Dr. Prof. Enrique Onetto.
Otro de los rasgos del sentido visionario
del Dr. Krauss era lograr la meta de la estanda-
rización de las técnicas de laboratorio, especial-
mente en el problema de la sífilis con el objeto
de evitar lo que llamaba “un caos inevitable en el
diagnóstico”, demostrando su visión pionera en
el tema de la calidad de los laboratorios.
Admirable preocupación también tuvo el
Dr. Krauss por el control de los productos far-
macéuticos importados y nacionales, ya que en
ese momento, pese a que la ley le había dado esa
tarea al Instituto Bacteriológico, en la práctica se
estaba dificultando la creación de un Depto. de
Control de Estado.
El Dr. Krauss fundó y dirigió la “Revista
del Instituto Bacteriológico de Chile”, donde
se publicaba como anexo el “Boletín de la So-
ciedad Chilena de Microbiología e Higiene”. Su
primer número aparece a fines de 1929 y desde
entonces se transforma en un órgano difusor de
ambas entidades, propulsor de nuevas inquietu-
des científicas y reflejo histórico de la realidad
médico nacional de la época en el campo de su
competencia.38
En 1930, el Dr. Krauss dio paternidad a la idea
del laboratorio central de referencia al referirse, a
que la medicina moderna se basa en el diagnósti-
co precoz y seguro de las enfermedades infeccio-
sas, y que con ese propósito: “los laboratorios del
Instituto Bacteriológico de Chile actuarían como
una central. Los laboratorios provinciales debe-
rían ser organizados bajo la tutela del Instituto
y para ello debían utilizarse los bacteriólogos-
higienistas, formados en la Escuela Nacional de
Higiene dependiente del mismo Instituto”.
En 1931, al cumplir un año como Director
General de Sanidad, en su Memoria de Activida-
des destaca la creación de Laboratorios Bacterio-
lógicos en provincias, los que funcionan bajo la
dependencia técnica del Laboratorio Central de
Diagnóstico establecido en el Instituto Bacte-
riológico. Esto significa un adelanto de más de
40 años a lo que más tarde sería el Laboratorio
Nacional de Referencia del Ministerio de Salud
(Instituto de Salud Pública) y a los conceptos de
red de laboratorios periféricos integrados a una
Red Nacional.
En marzo de 1932, luego de un año en que, a
insinuación suya, se había conseguido la implan-
tación de la vacunación preventiva con BCG, en
la que sería su última publicación científica, se
refiere al drama de Luebeck y el BCG. Aunque el
Dr. Krauss mantenía su confianza en la vacuna
BCG, reconoce no poder mantener sus puntos
de vista iniciales (la vacuna se prohibió tempo- ceptos, y especialmente por la grave crisis eco-
ralmente y se reanudó bajo estrictas medidas de nómica que aflige al país desde un par de años
control). Finaliza una polémica con los doctores y que, repercutiendo en forma angustiosa en
Lange y Bernard de París con lo que llama “su todas las actividades nacionales, debía fuerte-
lema”, y son las palabras de Pasteur “Nous avons mente obstaculizar el desarrollo de un organis-
une passion supèrieure, c èst la verité”. mo joven como el Instituto Bacteriológico. Aun
así la poderosa personalidad del Dr. Krauss, su
Este liderazgo de su primer Director sig-
voluntad tenaz e indomable, lograron imponer-
nificó que el Instituto Bacteriológico estuviera
se a lo que era humanamente posible evitar. Y
ligado desde sus inicios a numerosas entidades
a eso se debe, si la biblioteca, las secciones de
de trascendencia en la salud pública nacional. En
investigación y los diferentes servicios técnicos
homenaje a su personalidad científica fue nom-
del Instituto representan hoy día algo más que
brado Presidente de la Sociedad Chilena de Mi-
buenas esperanzas. El Instituto está cimentado
crobiología e Higiene, puesto en el cual fue con-
sobre sólidas bases y logrará sin duda desplegar
firmado en los años sucesivos hasta su temprana
para la patria chilena toda la potencialidad que
muerte en 1932.
encierra la idea que le dio origen y el esfuerzo de
En esos tiempos, Chile es el único país del su primer organizador (Director).”41
Pacífico que contaba con un Instituto Bacterio-
lógico organizado, que podía compararse con los
institutos similares de Río de Janeiro y Buenos
Aires.
En ese año, 1932, el Instituto Bacteriológico,
que dependía del Ministerio de Educación, pasó
a depender del Ministerio de Bienestar Social,
lo cual llevaba implícito un reconocimiento de
la proyección alcanzada para la salud pública
nacional.39
El 29 de diciembre de 1931 dio una confe-
rencia en la Sociedad Chilena de Microbiología
e Higiene, sobre sus trabajos relativos al “mal de
caderas”; tenía 63 años y pese a algunos acha-
ques de salud, no había motivos para pensar que
le quedaban sólo poco más de 6 meses de vida.
Asistió por última vez a una sesión de la So-
ciedad, el 10 de mayo de 1932 y leyó un trabajo
sobre aspectos generales de la inmunidad en
tuberculosis”.40
El Dr. Juan Noé tras la muerte del Dr. Krauss
señalaba: “La muerte sorprendió el 15 de julio de
1932 al Prof. Rudolf Krauss, apenas en el inicio
de la obra organizadora del Instituto Bacterio-
lógico de Chile: obra difícil por muchos con- Hospital San Juan de Dios, 1930.

55

Dr. Eugenio Suárez Herreros.
Revista del Instituto Bacteriológico de Chile, 1934.
El instituto bacteriológico de chile: 1929-1980
Periodo del Director Dr. Eugenio Suárez Herreros, 1932-1963
E n 1932, el Dr. Eugenio Suárez Herreros,
impulsor y creador de la Institución donde
hasta ese momento era Jefe del Departamento
de Inmunología, Subdirector y Gerente, asume
la Dirección del Instituto Bacteriológico, cargo
que desempeñaría hasta 1963, tras 30 años en la
Dirección.
Nacido y educado en Santiago, obtuvo su
título de Médico Cirujano a la edad de 22 años.
Inquieto y visionario desde su juventud com-
prendió muy temprano la necesidad de perfec-
cionamiento para las disciplinas de su preferen-
cia, aún en embrión en Chile en aquella época.
Por este motivo, viajó a Europa en donde estudió
en el Instituto Pasteur de París y en los Institutos
Seroterápicos de Viena y Milán.
Regresó a Chile en 1929, trayendo al emi-
nente especialista austríaco Profesor Rudolf
Krauss que sería el primer Director del Instituto
Bacteriológico de Chile, entidad que el Dr. Suá-
rez ya había recomendado crear.
Como se ha señalado anteriormente, el Go-
bierno de Ibáñez le encargó la organización de
la entidad que él había recomendado crear. Con
su dinamismo e incansable impulso, coordinó y
logró que su visionaria concepción se viera rea-
lizada cuando en diciembre de 1929 se inaugura
el Instituto Bacteriológico de Chile.
“El Dr. Suárez continuó y amplió el camino
institucional trazado por su predecesor. Desde el
comienzo de su gestión le correspondió enfren-
tar el desafío que representaba el tifus exantemá-
tico con importantes brotes epidémicos.
En 1935, frente a un importante brote en los
meses de marzo y abril, la Dirección General de
Sanidad decidió utilizar en Santiago la vacuna
viva de Blanc. Esta sería la primera vacuna viva
contra el tifus exantemático a ser aplicada en gran
escala en el mundo, preparada por Blanc utilizan-
do una cepa aislada en Casablanca, Marruecos.
Este microorganismo inoculado a naturales de la
región, producía una enfermedad benigna.
Antes de su aplicación, el Instituto Bacterio-
lógico hizo presente el contraste claro entre lo
observado en Casablanca, y el tifus grave descrito
en Chile consecutivo a la contaminación del la-
boratorio con “virus mooser”. Pero Blanc refutó
estas observaciones señalando que la adición de
bilis a su vacuna atenuaba la acción del virus. Pese
a las reservas manifestadas por el Instituto Bacte-
riológico, el virus fue traído a Chile por un médi-
co de apellido Donoso, que habría trabajado con
Blanc. Previo a su aplicación, nuevamente el Ins-
tituto Bacteriológico de Chile estimó necesario
representar los peligros de este ensayo basado en
que nuestro medio fuera especialmente suscep-
tible a cualquier “virus murino”, pese a lo cual se
vacunaron 550 personas, dentro de ellas se pro-
dujeron 227 casos de tifus murino post-vaccinal
con cinco muertes. Esta situación fue estudiada
en el Instituto por los Dres. Raúl Palacios, Federi-
co Chávez y Oscar Avendaño, de la Sección Tifus
Exantemático, aislándose en varios de estos pa-
cientes el virus vaccinal. Quedó así demostrado
que existían diferencias de susceptibilidad racial
para tifus murino frente a la inoculación a dosis
pequeñas; además se comprobó en el Instituto
Bacteriológico, que el hombre era más suscepti-
ble que el cobayo al tifus murino, lo cual invalida-
ba las experiencias previas en dichos animales de
experimentación.
Se ha querido destacar con este ejemplo, de
los primeros años del Dr. Suárez, las eventuales
graves consecuencias de no sopesar oportuna-
mente las recomendaciones de los organismos
técnicos especializados (o de no contar con ese
tipo de Instituciones). Esta dura lección a la sa-
lud pública nacional marcó un hito, clarificando
el rol que le correspondería asumir en el futuro al
Instituto Bacteriológico de Chile en las decisio-
nes superiores de salud, en aquellas áreas en las
cuales su competencia y su papel de organismo
técnico asesor de las autoridades superiores de
salud le otorgaban desempeñar una responsabi-
lidad técnica específica.
El Dr. Eugenio Suárez estimuló la investiga-
ción aplicada en áreas como: transmisión de la
tuberculosis por la leche, instauración del mé-
todo australiano de sangría de Penfolt con refu-
sión de glóbulos rojos, estudio sobre tifus exan-
temático, brucella. El Dr. Dussert comienza sus
primeros esfuerzos hacia una clarificación de la
taxonomía bacteriana, estudios sobre carbunco
del Dr. Emiliano Armijo, sobre la conservación
de bacteriófagos y sobre Corynebacterianas del
Dr. Hugo Vaccaro (1936), estudios sobre antí-
geno y anticuerpo Vi por el Dr. Enrique Onetto
(1937), estudio del Dr. Federico Chávez sobre la
vacuna antirrábica fenicada (1938).
Otros aspectos destacables son la introduc-
ción del medio Wilson Blair por el Dr. Enrique
Canessa en 1939: trabajos en la primera epi-
demia de meningitis meningocócica en Chile
(Santiago y Valparaíso) de septiembre de 1941 a
enero de 1942, efectuados por los Doctores One-
to y Alvarado, del Laboratorio de Diagnóstico. El
Dr. Emilio Prado Germain se destaca por sus
estudios sobre coqueluche, sobre meningitis en
Antofagasta y sobre todo por la vacuna antitifoi-
dea de uso subcutáneo (1942).
En el año 1943 el Dr. Federico Chávez propo-
ne modificar la vacuna antirrábica fenicada por la
de irradiación indicada por Webster.
Una importante contribución fue el trabajo
del Dr. Emilio Prado de la Sección Vacunas (jun-
to a Conrado Ristori de la Dirección General de
Sanidad). Se prepara una vacuna mixta antidif-
térica-pertusis realizándose una prueba de cam-
po en enero de 1943 en 1.302 niños empleando la
vía subcutánea en dos dosis. Se concluye que esta
vacuna y esquema debe agregarse a los procedi-
mientos rutinarios de inmunización infantil”.42
El Dr. Suárez Herreros tuvo el extraordina-
rio mérito de seleccionar y contactarse con un
selecto grupo de profesionales de formación
multidisciplinaria formando un equipo pionero
en este campo.
Fue así como figuraron en esta nómina de
profesionales que trabajaron en el Instituto Bac-
teriológico los Doctores Abraham Horwitz, Juan
Noé, Amador Neghme, Hernán Romero, Gustavo
Molina, Raúl Morales Beltramí, Luis Cerutti y mu-
chos otros que posteriormente serían personajes
claves en el desarrollo de la medicina chilena.
Fue secundado además, por jefes de departa-
mentos que con su lealtad lo acompañaron por
toda una vida como fueron los Dres. Eduardo
Dussert, Miguel Etchebarne, Raúl Palacios, Otto
Hoffman y Emiliano Armijo.
Otra generación posterior que se inició en el
Instituto Bacteriológico con el Dr. Suárez estaría
llamada a desempeñarse con el tiempo en la Ofi-
cina Sanitaria Panamericana como los Dres. Víc-
tor Moya, Mario Miranda, Eduardo Fuenzalida,
Enrique Canessa Jonquera y los Médicos Veteri-
narios Eduardo Fuenzalida, Ramón Rodríguez y
Luis Meléndez.
Otro colaborador importante del Dr. Suárez
debemos destacar al Dr. Etchebarne Riol, Médico
Jefe del Departamento de Tuberculosis y BCG,
contratado en 1943 y terminando sus servicios el
3 de junio de 1965, al fallecer de una falla cardíaca
en su propio lugar de trabajo. El Dr. Etchebarne
mantuvo una actividad incansable, incluso en sus
últimos años en que lo aquejaba una insuficiencia
cardíaca significativa. Su entrega al Instituto fue
total y abnegada correspondiéndole un papel des-
tacado en el impulso del uso de BCG en Chile. Proceso de sangría para la producción de suero.
En 1948, el Dr. Etchebarne viaja como delega- Técnica de laboratorio seguida en el Instituto
do chileno a la Conferencia Internacional de BCG Bacteriológico de Chile para la obtención de vacunas.
57

Placa conmemorativa en honor al Dr. Eugenio Suárez
Herreros, en el monolito ubicado en el acceso central
del edificio del ISP.
Aviso de elementos para diagnósticos, hacia 1954.
El instituto bacteriológico de chile: 1929-1980
en París, y en 1952 es becado por la OMS a Co-
penhague, Instituto Pasteur y Suiza, para obtener
capacitación en los problemas relacionados con
la organización de un laboratorio central de diag-
nóstico de la tuberculosis y nuevas técnicas en el
área. Es así como se le considera el formador de lo
que hoy constituye el Laboratorio Nacional de Re-
ferencia de Micobacterias. Su capacidad y espíritu
de colaboración lo hacen constituirse en el Subdi-
rector del Instituto a partir de 1954 y además del
Departamento de Tuberculosis se hace cargo de la
elaboración de vacuna BCG y PPD.43
El Dr. Suárez como administrador tuvo la
visión de no establecer diferencias en el equipo
multidisciplinario de profesionales y de ofrecer
cargos tiempo completo para lograr el mayor
rendimiento que realmente obtuvo, colocando al
Instituto en una proyección continental dentro
de Latinoamérica. Se desempeñó también como
Profesor de Microbiología e Inmunología de la
Escuela de Medicina de la Universidad de Chile.
Por sus dotes organizativas es llamado en
distintas ocasiones a tener responsabilidades en
diferentes gobiernos. Ocupa el cargo de Director
General de Sanidad siguiendo con la tradición
del Dr. Krauss, desde donde recluta profesiona-
les jóvenes que envía como becarios a Estados
Unidos y Europa a perfeccionarse en salud pú-
blica, lo que servirá en parte a una revitalización
de esta rama de la Medicina.
Como Director General de Sanidad (1941-
1944) participa, además, en la creación de la Es-
cuela de Salubridad de la Universidad de Chile, la
cual inicia sus actividades en 1944 en el mismo
edificio del Instituto Bacteriológico.
Ocupa el cargo de Ministro de Salud Pú-
blica (1953-1954) durante la segunda adminis-
tración del Presidente Ibáñez y posteriormente
Ministro de Agricultura en los que deja su sello
de acción.
Su prestigio sobrepasa nuestras fronteras y
es contratado por otros gobiernos latinoameri-
canos para tareas similares a las que había em-
prendido con éxito en nuestro país.
En 1938 colabora con la creación y organiza-
ción del Instituto de Higiene de Caracas, Vene-
zuela. En Lima, Perú colabora en la formación del
Instituto de Higiene y Microbiología que servi-
rían de base a los actuales Institutos de Salud.
Colabora asimismo en el Instituto Nacional
“Samper Martínez” de Bogotá, Colombia; Ins-
tituto Nacional de Higiene “Leopoldo Izquieta
Pérez” de Ecuador; laboratorios de Salud de Bo-
livia y otros.
Delegado a varios congresos científicos y
autor de numerosos trabajos, es invitado por la
Sociedad de las Naciones como experto en hi-
giene y tifus exantemático para posteriormente
presidir la delegación de Chile a varios Consejos
de la Organización Mundial de la Salud.
Después de su retiro del Instituto Bacterio-
lógico de Chile es llamado por la Oficina Sanita-
ria Panamericana para realizar un diagnóstico de
situación de los Institutos de Salud de los países
de Latinoamérica. Con este motivo organiza una
Conferencia de los Directores de Laboratorios de
Salud Pública en Petrópolis, Brasil, en 1967, cu-
yas conclusiones aún mantienen vigencia.
Su último proyecto, organización del Insti-
tuto Regional de Salud para Centroamérica, en el
cual trabajaba por encargo de la Oficina Sanitaria
Panamericana, no pudo concretarlo ya que sufre
una enfermedad que lo postraría para llevar al fin
sus días en un largo y penoso curso. Falleció el 21
de abril de 1977 a la edad de 78 años.
La vida de este hombre, su fecundidad crea-
tiva e incansable energía organizativa es motivo
de orgullo para la medicina chilena, de honor
para el Instituto Bacteriológico y de ejemplo a
las generaciones actuales y venideras.44
Un aspecto importante durante esta época en
el área de producción, hacia 1948, lo constituye la
obtención de aceite de hígado de bacalao, faena

Nombre
Dr. Abraham Horwitz Barach
Dr. Otto Hoffman Lachnit
Oleg Minaef Kukolj-
Yasnopolsky (nacionalidad
rusa, obtiene nacionalidad
chilena 1954).
Dr. Hermann Fox Huissman de
Leer, Alemania.
Dr. Víctor Moya Bravo
Dr. Sergio Barrera Alvarez
Dr. Enrique Canessa Jorquera
Dr. Ramón Rodríguez Toro
Dr. Oscar Avendaño Mondaca
Dr. Aldo Gaggero Capellaro
Otros médicos y funcionarios destacados del periodo de Director del Dr. Suárez Herreros 45
Especialidad Periodo Contribución
Asesor epidemiológico. Dpto. de 1948-1960 Se hace cargo del programa control de la viruela por encargo de la OPS. Más tarde asume como Director de la
Inmunología Organización Panamericana de Salud. (OPS).
Jefe Sección Vacuna. 1930-1962 Subdirector Técnico y Jefe de Producción.
1955-1962, Jefe Dpto. Inmunología.
Técnico Secciones Planta 1948 Se responsabiliza en la Planta de Destilación Molecular de Vitamina A, de la llamada “Sociedad Nacional de
Penicilina. Vitaminas y Alimentos Ltda.”, organismo subsidiario del Instituto Bacteriológico.
1954 A cargo Sección Envase.
Químico-Farmacéutico 1948-1960 Estuvo a cargo de fabricación cloramfenicol.
Participó en la planta de éter y elaboración de varios productos industriales. Establece un procedimiento químico
generador de hidrógeno, estableciendo el sistema usado en 1989 en el laboratorio de anaerobios.
Departamento de Laboratorios y 1946-1957 Discípulo del Dr. Suárez en Bacteriología. Termina formación en Estados Unidos, Public Health Service. En 1957
Control. Jefe Sección Serología es contratado por la Organización Panamericana de la Salud como empleado permanente en el cargo de Asesor de
desde 1947. Laboratorio. Sería un gran apoyo al Instituto para realización Programa PNUD.
Químico-Farmacéutico, 1947-1986 Docente de Física en la Facultad de Química y Farmacia, Universidad de Chile. Contribuyó a la elaboración
Jefe Sección Bromatología (1962) del Reglamento Sanitario de Alimentos.(D.S. Nº 60, 05/04/1982).Creación y reestructuración Subdpto. de
Bromatología con la incorporación de Microbiología de los Alimentos. (1974). Participación en Convenio entre
Chile y Uruguay para intercambio comercial de alimentos, validando el control bromatológico del país de origen.
Sección Vacunas, 1931-1967 Microbiólogo destacado en conocimientos profundos de su especialidad: inmunología aplicada a la preparación
Jefe Dpto. Inmunología de sueros y vacuna. Fue consultor de la OPS y gracias a su dedicación y esfuerzo, el país pudo contar con la
vacuna coqueluche-difteria preparada a gran escala y también vacuna antitífica a fin de cumplir con los programas
ministeriales de salud pública. El Dr. Canessa estuvo becado en Estados Unidos en el año 1950, para la preparación
de la vacuna mixta y con igual motivo en Yugoslavia (Cubronnick) en 1956. Participó en la Conferencia de Expertos
en preparación de vacunas. Su múltiple capacidad de trabajo le permitió dirigir y organizar el primer laboratorio
de Leptospirosis, desarrollando una significativa tarea en el mayor conocimiento de esta enfermedad infecciosa.
Fue profesor de Microbiología Aplicada en la Escuela de Salubridad que funcionó en el Instituto Bacteriológico
desde junio de 1944.
Médico Veterinario 1943-1965 1947, participa en la Conferencia de Berna, sobre estandarización de la vacuna antiaftosa. Viaja a Perú y Estados
Unidos para perfeccionarse en manejo de la fiebre aftosa. Becado por la Fundación Rockefeller, junto al Dr. Palacios
Rubio, para visitar los centros internacionales de investigación científica en virología. Le corresponde un papel
preponderante en el control de la fiebre aftosa en Chile. Fue miembro del Grupo Consejero de Fiebre Aftosa con sede
en Río de Janeiro, organismo asesor de la OPS. Asesoró a similares centros nacionales de Uruguay y Argentina.
Médico Jefe Departamento de Virus. 1933-1967 1933-1941, es Ayudante Técnico del Departamento de Rabia y Viruela, momento en que pasa a desempeñarse como
Jefe de la Sección Tifus del Departamento de Virus. La Oficina Sanitaria Panamericana lo beca durante los años
1944 y 1945, en el National Institute of Health y Rocky Mountain Laboratory. En 1956 la Fundación Rockefeller lo
envía por cuatro meses a Estados Unidos a estudiar enfermedades virales y en especial los virus respiratorios.
En 1959, es becado por la OPS a Brasil y Estados Unidos para capacitarse en el control y evaluación de la nueva
vacuna contra Tifus exantemático preparada con una cepa atenuada de Rickettsia prowazeki de uso en dosis única
y que confería inmunidad por 5 años.
Médico Veterinario 1949-1961 Prestigió su especialidad y cooperó enormemente en el desarrollo del Instituto Bacteriológico.
En 1954, Gaggero había sido becado por la Fundación Rockefeller para estudiar técnicas de cultivo de tejidos
aplicada al estudio de virus, en la Universidad de Texas, bajo la supervisión del Dr. C.M. Pomerat, una de las
máximas autoridades de la época en el nuevo campo de los cultivos celulares. Cumplida su beca, ayudado por Luis
Meléndez, manejan e introducen estas técnicas en el Instituto Bacteriológico, transformándose en el primer país
Latinoamericano en trabajar con esta nueva tecnología, casi a la par que Estados Unidos. En 1965 recibe aclamación
mundial por describir en bovinos, la zona de localización del virus de la fiebre aftosa, en animales portadores.
59
 que se hacía en barcos propios del Instituto Bacte-
riológico. Uno de ellos, era el pesquero “Arauco”, el
cual contaba con su respectivo permiso y licencia.
La planta de faenamiento del bacalao se en-
contraba en Puerto Montt, donde se extraía el
aceite, el cual se enviaba al Instituto Bacterioló-
El proceso político social del país entre 1931 y 1964
Mientras el Instituto Bacteriológico se acercaba
ya a su primer decenio de vida con sus logros y
resultados expuestos, en la vida política y social
del país transcurrían acontecimientos y proce-
sos de cambios que repercutirían en las políticas
sanitarias y en la organización de la institucio-
nalidad de higiene y salud pública, de la cual el
Instituto formaba parte.
Tras la caída del Gobierno de Ibáñez, había
gobernado el país Juan Esteban Montero (1931-
1932) después del cual asumió la Junta de Go-
bierno de la República Socialista compuesta por
el general Arturo Puga Osorio, Carlos Dávila y
Eugenio Matte. Sucede a ésta la Presidencia Pro-
visional de Carlos Dávila que proclama la Repú-
blica Socialista y que termina a los pocos días. El
nuevo Presidente Provisional Bartolomé Blanche
convoca a elecciones en las que resulta elegido
por segunda vez Arturo Alessandri Palma.
El segundo Gobierno de Arturo Alessandri
Palma (1932-1938) estabiliza el sistema político
y pone fin a un periodo de caudillismo y anar-
quía social. El Ministro de Hacienda Gustavo
Ross Santa María logra reactivar la economía
después de varios años de depresión y crisis
económica mundial. La Matanza del Seguro
Obrero contra estudiantes pro nazistas y la
dura represión en Ranquil contra campesinos,
marcaron los conflictos políticos y sociales de
este periodo.
El instituto bacteriológico de chile: 1929-1980
gico en Santiago, por vía marítima a través del
Puerto de San Antonio.
Como este producto natural tenía una gran
concentración nutritiva, el Instituto Bacterioló-
gico lo envasaba para su distribución gratuita en
las escuelas a lo largo del país.
En 1933 había brotado un foco de paludismo
en el norte y una epidemia de tifus exantemático
en Santiago como también anquilostomiasis en
las minas de carbón del sur. En 1936, por medio
de la Ley Nº 5.078, de 16 de marzo, el Minis-
terio de Salubridad Pública se transforma en el
Ministerio de Salubridad, Previsión y Asistencia
Social, siendo en la época Ministro, el Dr. Sóte-
ro del Río Gundián. El Instituto Bacteriológico
es traspasado a este nuevo Ministerio. En 1938
el Gobierno dictó la Ley Nº 6.174 de “Medicina
Preventiva”cuando era Ministro de Salud, el Dr.
Eduardo Cruz-Coke.
En 1936 se había creado el Frente Popular
que congregaba a los partidos de izquierda que
representaban a la clase media, a los sectores
populares y a la clase obrera chilena. Proponían
profundizar un cambio social y económico inte-
gral del país donde el Estado tenía un rol esen-
cial para lograr un desarrollo del país, a través de
la educación, la modernización de la actividad
agrícola y el fomento de la industria.
El año 1936 estalla la Guerra Civil española
donde se enfrentan los monarquistas retrógados
contra los republicanos progresistas.
En la elección de 1938 es elegido Presidente
de la República Pedro Aguirre Cerda con el apoyo
del Frente Popular, quien gobernará hasta 1941
cuando fallece en el ejercicio del cargo. El lema
de su Gobierno, que representa su pensamiento,
fue “educar es gobernar”. Había escrito antes dos
libros importantes los que marcaron también su
Gobierno: “El Problema Agrario” y “El Problema
Industrial”.
Al poco tiempo de asumir tuvo lugar el terre-
moto de Chillán que devastó esa zona del país la
cual recorrió junto a sus Ministros.
El 29 de abril de 1939 crea la Corporación de
Fomento de la Producción destinada a generar
un desarrollo industrial del país que sustituyera
las importaciones.
El 28 de septiembre de 1939 es nombrado
Ministro de Salubridad, el Dr. Salvador Allende
Gossens.
El Dr. Allende había nacido en Valparaíso
en 1908. Ingresó a estudiar Medicina en la Uni-
versidad de Chile en 1926, obteniendo su título
de Médico Cirujano en 1933, con dos votos de
distinción. Desde el segundo año de estudiante
había trabajado en la Casa de Orates donde lle-
gó a ser Jefe de Internos. Cuando cursaba cuarto
año, fue ayudante de anatomía de los profesores
Benavente y Muñoz. Trabajó en el dispensario
Anti-venéreo del Hospital Van Buren de Valpa-
raíso y fue ayudante de anatomía patológica del
mismo hospital.
Durante tres años fue redactor de la “Re-
vista de Medicina Social” y durante cinco años
del “Boletín Médico de Chile”. En el Congreso
Médico de Viña del Mar fue relator del tema
“Lucha Anti-venérea y educación Sexual”, como
también en el Congreso de la Asociación Médi-
ca de Chile fue relator del tema por ese entonces
central en la política de salud, la “Organización
de la Salubridad Nacional”. En el Congreso de
1936, fue coautor del plan presentado por la
Asociación Médica de Chile de Valparaíso sobre
“Estructuración de los Servicios de Salubridad”.
Desde muy joven había demostrado su vocación
por el servicio público, la medicina social y la sa-
lubridad, como también por la política.
Antes de cumplir los treinta años, fue elegido
diputado por Valparaíso y Quillota, participando
en la formación del Frente Popular.
En 1939, siendo Ministro de Salubridad del
Presidente Pedro Aguirre Cerda, Salvador Allen-
de Gossens, siguiendo la tradición de los médi-
cos chilenos higienistas decimonónicos, escri-
bió el libro “La Realidad Médico-Social Chilena”
en cuyo inicio, antes de cualquier introducción
consignaba:
“CHILE tiene la más alta tasa de mortalidad in-
fantil del Mundo.
Por cada veinte partos, nace un niño muerto.
La mortinatalidad nuestra equivale al 50,5% de
los nacidos vivos; por cada mil nacidos vivos mueren
doscientos cincuenta. Por cada diez niños nacidos
vivos muere uno antes del primer año de vida; la
cuarta parte, antes del primer año; y casi la mitad
antes de cumplir nueve años. Cuatrocientos mil ni-
ños no concurren anualmente a ninguna Escuela, lo
que representa el 42% de la población en edad esco-
lar. Tenemos seiscientos mil jóvenes analfabetos. El
27,9% de los nacidos vivos son hijos ilegítimos, cifra
ésta la más alta entre los países civilizados”.46
Después de epigrafiar con la frase-lema de
Gobierno del Presidente Pedro Aguirre Cerda:
“Gobernar es educar y dar salud al pueblo”, el Dr.
Allende señalaba en la introducción a su obra:
“Nuestro país vive un momento de su historia
en que pugna por desprenderse de formas eco-
nómicas antiguas, autocráticas y de libre compe-
tencia, para canalizar su vida social por cauces de
cooperación y de bienestar efectivo que abarque a
todas las capas populares y clase media. Este es el
significado fundamental que para Su Excelencia
el Presidente de la República, el Partido Socialista
y sus Ministros tiene el Gobierno del Frente Po-
pular, que la ciudadanía instauró hace apenas un
año. Reconquistar la riqueza social y la potencia
económica de la nación, controlarla, dirigirla, fo-
mentarla, al servicio de todos los habitantes de la
República, sin privilegios ni exclusivismos.
61

Aviso para la venta del Neoarsolán (1933), producto
producido por el Instituto Bacteriológico.
El instituto bacteriológico de chile: 1929-1980
Pero además, y como consecuencia, devol-
ver a la raza, al pueblo trabajador, su vitalidad
física, sus cualidades de virilidad y de salud que
ayer fueran su característica sobresaliente; read-
quirir la capacidad fisiológica del pueblo fuerte,
recobrar su inmunidad a las epidemias; todo lo
cual habrá de permitir un mayor rendimiento
en la producción nacional a la vez que una me-
jor disposición de ánimo para vivir y apreciar
la vida. Y finalmente, conquistar para todas las
capas sociales el derecho a la cultura en todas
sus manifestaciones y aspectos. Un pueblo vita-
lizado, sano y culto, he ahí la consigna a la cual
debemos atenernos todos los chilenos que an-
helamos ardientemente servir a la patria, y que
luchamos sin descanso porque el pueblo supere
la etapa de explotación y de ignorancia en que ha
vegetado”.47
El Ministro de Salubridad del Presidente
Aguirre Cerda, asignaba gran importancia estra-
tégica al rol del Instituto Bacteriológico de Chi-
le en la salud pública chilena en ese entonces y
durante toda su trayectoria política: “En Chile la
salud depende de factores complejos en que in-
tervienen intereses internacionales contrapues-
tos. El Estado tiene en su mano dos formidables
herramientas para combatir flagelos, debilida-
des, y lesiones: El Laboratorio Chile de la Caja
del Seguro Obrero, y el Instituto Bacteriológico
de Chile que nos redimen de la explotación de
los capitalistas internacionales, que naturalmen-
te se defienden y contraatacan.
Lo que sucede con el “Neoarsolán” que
con gran economía y eficacia fabrica el Insti-
tuto Bacteriológico para defender nuestra po-
blación de las enfermedades venéreas. Merced
al “Neoarsolán” en Chile, es posible combatir
sin gran costo, con eficacia, las enfermedades
llamadas “sociales”. Si no fuera por el Bacterio-
lógico aquí estaríamos sometidos al imperialis-
mo extranjero que nos impondría la ley de sus
precios abusivos. El mercado de Chile es insu-
ficiente para mantener una producción en gran
escala del “Neoarsolán”. Si lográramos aumen-
tar el consumo en toda la América el costo del
producto bajaría. Pues bien, la competencia de
los fabricantes extranjeros del mismo producto,
inscribieron en el Perú el nombre del “Neoar-
solán” como el de un raticida, con lo cual natu-
ralmente dañaron el prestigio del producto de
nuestro Instituto Bacteriológico, haciéndolo
aparecer como inadecuado para ser utilizado
por seres humanos. Esta guerra del comercio,
por desgracia, se ejercita en todos los campos de
los productos de los laboratorios. Es como una
maldición que pesará sobre la especie humana,
que ve entrabada su liberación por la codicia”.48
“Hay mil cosas que hacer. La organización de
la defensa de la raza es urgente y es apasionante.
Cosas hay que parecen imposibles y que son no
obstante el pan de cada día. Necesitamos que la
gente coma mejor. Necesitamos llevar la higie-
ne a los campos. Es preciso organizar la higiene
rural. En los servicios de los hospitales existe
gente que gana 80 y 100 pesos mensuales. Esa
gente está en contacto con enfermos y no tiene
defensa en sus organismos. Mal alimentados.
No crea que deseo o que sueño con transformar
en problemas técnicos todo lo dependiente de
este Ministerio. No. Por el contrario, hay cosas
simples que será necesario repetir hasta trans-
formarlas en aforismos. Prefiero para el pueblo
un buen plato de lentejas a un frasco de tónico.
El alimento es la mejor medicina para la gran
enfermedad nacional, que es la desnutrición. El
tifus exantemático es un producto de la subali-
mentación de nuestro pueblo. No hay nada que
lo pueda evitar, así de un día a otro.
Este otro año, otra vez en el invierno tendre-
mos tifus exantemático. Yo podría decirle que
voy a extirparlo. Se engañaría y cuando el invier-
no vuelva quedaría yo como embustero. No. Con
palabras no se conjuran los males que se produ-
cen por insuficiencias fisiológicas. Hemos reci-
bido una herencia pesada. Necesitaremos una
coordinación de todos los esfuerzos para hacer
salir al país del sitio deprimente en que nos colo-
can los índices de morbilidad en Chile. Pero todo
se hará. El país está maduro para pedirle un gran
esfuerzo coordinado. El Presidente tiene una fé-
rrea voluntad callada para realizar el programa
que le entregó la Convención que le hizo triun-
far. El pueblo tiene una noble comprensión de
que no basta sólo la voluntad para hacer avanzar
al país. Con simples decretos no se mejora la sa-
lubridad pública. Será preciso ajustar las piezas
dispersas de la salubridad nacional que se mal-
barata en oficinas diversas, inconexas. Como Ud.
lo ha dicho no se hizo Roma en un día. Pero es
preciso que no transcurra estérilmente ningún
día. Que ningún lapso de 24 se eclipse sin que
haya puesto toda la voluntad de hacer obra útil
para que nuestra tierra no siga dando índices que
nos colocan en desmedradas posiciones”.49
El 4 de agosto de 1939 zarpa el Winnipeg
desde las costas francesas rumbo a Chile con
los republicanos españoles refugiados gracias a
las gestiones políticas y diplomáticas de Pablo
Neruda. Uno de ellos era Rafael Boné Gil, quí-
mico industrial procedente de Zaragoza, España,
quien ingresaría en 1939 al Instituto Bacterioló-
gico desempeñándose más tarde en la planta de
producción de penicilina.
En 1940 se desarrolló la campaña antirrábica
en las provincias de Valdivia, Osorno, y Llanqui-
hue. Ese mismo año el Dr. Juan Noé encabezaba
la campaña antimalárica en Arica.
Entre los años 1942 y 1946 se desarrolló
el Gobierno del Presidente Juan Antonio Ríos.
El año 1942 se produce una reorganización del
Ministerio de Salubridad, Previsión y Asistencia
Social siendo Ministro el Dr. Salvador Allende.
En 1943, se crea la Dirección de Previsión So-
cial, organismo de control de las Cajas de Previ-
sión, dependiente del Ministerio de Salubridad.
En 1944 se funda la Escuela de Salubridad
de Chile, mediante la coordinación técnica y eco-
nómica de la Universidad de Chile, el Servicio
Nacional de Salubridad, el Instituto Bacterioló-
gico de Chile y la Fundación Rockefeller.
Desde 1946 a 1952 gobierna el país el Presi-
dente Gabriel González Videla siendo el último
de los gobiernos radicales. En 1949 se inicia el
primer curso de técnicos laborantes con un pro-
grama de 3 años.
Desde 1952 a 1958 tiene lugar el segundo go-
bierno del Presidente Carlos Ibáñez del Campo
con el emblema de la escoba que pretendía barrer
con los vicios de la política tradicional. Los pro-
blemas económicos producidos por la inflación
y el plan de ajuste fiscal generó un descontento
y agitación muy fuerte en la segunda parte de su
gobierno por parte del movimiento obrero como
de los estudiantes.
El año 1952 se dictó la Ley Nº 10.383 que
crea el Servicio Nacional de Salud. Se inaugura
ese mismo año el Hospital José Joaquín Aguirre
en reemplazo del antiguo Hospital San Vicente
de Paul.
En 1956 se crea la Comisión Mixta Perma-
nente de Salud Pública y Educación.
Entre los años 1958-1964 gobierna el país
el Presidente Jorge Alessandri Rodríguez, hijo
del ex Presidente Arturo Alessandri Palma que
gobernara en dos periodos a la nación. El go-
bierno de Alessandri Rodríguez tuvo un ca-
rácter muy distinto. Fue apoyado por sectores
conservadores.
El 14 de octubre de 1959 se crea el Ministerio
de Salud Pública, mediante el D.F.L. Nº 25, con
la responsabilidad de realizar actividades de pro-
gramación, control y coordinación en materia de
salubridad pública, siendo su órgano ejecutor el
Servicio Nacional de Salud.
El año 1964 se inicia la vacunación contra
el sarampión, colocándose en el país un total de
227.101 dosis.
63

Placa recordatoria en reconocimiento a la gestión del
Presidente Pedro Aguirre Cerda, en el edificio actual.
Placas recordatorias suscritas por los Presidentes de
Chile y Estados Unidos en 1945 y 1951, relativas a
la terminación y equipamiento del nuevo edificio del
Instituto Bacteriológico de Chile.
El instituto bacteriológico de chile: 1929-1980
El edificio del Instituto Bacteriológico de Chile: de Mapocho a Ñuñoa
E n 1939, el viejo edificio de Borgoño 1470, en
la ribera norte del Río Mapocho, erigido en el
mismo sitio del antiguo Instituto de Higiene, se
hacía insuficiente para el desarrollo experimen-
tado por la Institución. Gracias a la prioridad
dada por su gobierno a la educación y la salud,
en ese año el Dr. Suárez consiguió del Gobierno
de Don Pedro Aguirre Cerda los fondos necesa-
rios para la construcción de un nuevo edificio en
terrenos donados por el propio Dr. Suárez en la
comuna de Ñuñoa.
Los terrenos donde se construye el nuevo
edificio estaban en una zona de gran expansión y
crecimiento pero aún no totalmente urbanizada.
El proyecto y construcción se inicia en 1939 y de-
mora ocho años. La línea arquitectónica obedece
La penicilina: un logro, un ciclo y un símbolo del Instituto
Bacteriológico: 1943-1973
M otivados por los efectos del gran descubri-
miento de la penicilina del Dr. Alexander
Fleming en 1928, y del desarrollo posterior ad-
quirido en el tema por la industria farmacéutica
mundial, de la cual se inició la producción in-
dustrial en 1941, el Dr. Q.F. Santiago Saitúa Ba-
sañez, junto al Dr. Emiliano Armijo, comienzan
a trabajar desde el año 1943 en la investigación
sobre métodos de fermentación, extracción y pu-
rificación de la penicilina con el objeto de apli-
carlas en la producción industrial del Instituto
Bacteriológico.
El Químico-Farmacéutico Santiago Saitúa
Basañez (1916-1971), había nacido en Algorta,
España. Llegó a Chile en la época de la Guerra
al estilo de construcción moderna de caracteres
similares a la línea de edificios públicos de la
época. El nuevo e imponente edificio se inaugura
en mayo de 1947 y queda ubicado en la entonces
Avenida Sur 1000, que más tarde se denomina-
ría Nueva Ñuñoa y finalmente Avenida Maratón
hasta la actualidad.
El traslado se efectúa ese mismo año, pero
posteriormente en 1951 se realizan ampliacio-
nes durante la Presidencia de Gabriel González
Videla, como parte del programa de cooperación
técnica entre los gobiernos de Chile y Estados
Unidos. Con el apoyo del Médico Veterinario
Rodríguez Toro, en el año 1954 se obtiene por
parte de la Fundación Rockefeller un significati-
vo aporte en equipamiento para la institución.50
Civil española, en la que tomó parte activa, in-
gresó pronto al Instituto Bacteriológico, hacia
1939, continuando paralelamente en la Escuela
de Química y Farmacia, donde fue luego Ayu-
dante de Cátedra, los estudios que iniciara en
España.
El grupo de profesionales de selección que,
encabezado por el Dr. Eugenio Suárez Herreros,
llevara a ser considerado uno de los mejores de
su especialidad en Sudamérica, tuvo en Santiago
Saitúa a uno de sus mejores exponentes. Su pro-
funda capacidad científica y su incansable espíri-
tu de trabajo encontraron brillante aplicación en
las investigaciones que entonces se realizaban
en el Departamento de Farmacología, dirigidas a
la fabricación de vitamina D, bencedrina y otros
fármacos de gran interés médico.
Más tarde pasó a integrar el equipo que
desarrolló la fabricación de penicilina en Chile,
verdadera aventura científica que reveló la gran
capacidad de los institutanos de esa época, quie-
nes comprendían la responsabilidad que les ca-
bía frente a las demandas del país en el campo de
la protección y recuperación de la salud pública.
En 1944, el español Santiago Saitúa diseñó
y puso en marcha una planta piloto de produc-
ción de penicilina, que sirvió de modelo para la
instalación de una pequeña planta industrial que
dirigió hasta 1954.
Santiago Saitúa tuvo diversas becas en el
extranjero entre las que se podría destacar la rea-
lizada en Buenos Aires en 1945 y otras en Brasil
y Filadelfia.
A Santiago Saitúa le correspondió resolver
los problemas planteados por la instalación de
la planta piloto primero, y de la planta indus-
trial después, donde su capacidad personal y sus
sólidos conocimientos de ingeniería química le
permitieron actuar al mismo nivel de los técni-
cos que las Naciones Unidas enviara para dirigir
y asesorar el proyecto. A este químico farmacéu-
tico, el Instituto Bacteriológico de Chile le debe
el honor de situarse como una de las primeras
plantas productoras de penicilina en el mundo.
Santiago Saitúa fue nombrado a fines de la
década del 50, Subdirector del Instituto Bacte-
riológico, en el área de Producción y luego, a raíz
de la jubilación del Dr. Armijo, se le designó Jefe
del Departamento de Antibióticos, cargo que
desempeñó brillantemente hasta el momento de
acogerse a jubilación en noviembre de 1968.51
Por su parte, el Dr. Emiliano Armijo Rojas,
desde 1946, casi desde los inicios de la planta de
Penicilina y hasta 1962, tuvo a su cargo la Jefa-
tura del llamado Departamento de Antibióticos,
del cual dependía la planta.
Previamente el Dr. Armijo entre 1931 y 1946
tuvo cortas estadas como Ayudante de Bacterio-
logía y en la Sección Antígenos Bacterianos. Al
comienzo de su contrato en el Instituto Bacte-
riológico, el Dr. Armijo fue becado a Inglaterra
por el British Council, para realizar estudios rela-
cionados con la producción de penicilina.
Más tarde, en 1953 obtiene una beca a Ita-
lia por un año, patrocinada por la Organización
Mundial de la Salud, con el propósito de espe-
cializarse en la producción de antibióticos en
general, y en especial de penicilina. Dicha beca
la efectúa en el Institute Superiore di Salute en
Roma. En esta ciudad tuvo el privilegio de cono-
cer y trabajar con el Dr. Ernest B. Chain, quien en
el año 1945 había obtenido el premio Nobel de
Fisiología y Medicina junto a Alexander Fleming
y Howard Florey, precisamente por el descubri-
miento de la penicilina. Gracias a estos contac-
tos el Dr. Chain visitó nuestra planta e Instituto
años más tarde, transformándose en el único
Premio Nobel huésped de este Instituto.
En la etapa final de su carrera, resulta sa-
tisfactorio para la Institución, que en 1960, el
Dr. Armijo haya sido contratado por la OMS,
a objeto de colaborar en la instalación y pues-
ta en marcha de la Planta de Penicilina que esa
Organización estaba construyendo en Karachi,
Pakistán.52
Durante la Segunda Guerra Mundial se ha-
bía producido un rápido desarrollo en la pro-
ducción industrial de la penicilina por parte de
firmas y compañías principalmente inglesas y
norteamericanas subsidiadas técnica y finan-
cieramente por el estado para hacer frente a los
devastadores efectos de la Guerra, especialmente
en la salud de la población.
“Después de la Guerra las firmas inglesas y
algunas estadounidenses asesoraron a otras en
Francia, Bélgica, Países bajos, Alemania Federal y
Dinamarca, tanto en la producción de penicilina
como de otros antibióticos. Incluso hubo cuatro
65
 pequeños países favorecidos por Naciones Uni-
das para que se establecieran planes bipartitos:
Yugoslavia, India, Pakistán y Chile. Estas fueron
las ‘plantas UNRRA’, diseñadas para realizar cul-
tivo en profundidad, siendo la chilena construida
en los terrenos del Instituto Bacteriológico, fun-
cionando en forma ininterrumpida entre 1954 y
1973, año en que nos correspondió la dolorosa
tarea de cerrarla, dada su completa obsolescencia
y pobre rendimiento”.53
La “United Nations Relief and Rehabilita-
tion Administration” (UNRRA), corresponde a
una agencia especializada de las Naciones Uni-
das que actuó entre 1943 y 1989 para ayudar a
la reconstrucción de los países afectados por la
guerra. Estas fábricas contaron con la asistencia
de la Oficina Técnica de la ONU y las facilida-
des de la planta piloto del Instituto Superior de
Sanidad de Roma, donde en 1953 hizo una beca
el Dr. Emiliano Armijo, para que pudiera al año
siguiente hacerse cargo de la planta que se haría
en Chile.
“Gracias al éxito con que se desarrollara y di-
rigiera Saitúa este proyecto inicial (1943), y más
que todo al contacto que había hecho el Dr. Armi-
jo con Ernest Chain durante su beca en Italia, el
Instituto Bacteriológico pudo postular con éxito
a una de las plantas UNRRA que se levantó en
1954. Puesta en funciones con gran esfuerzo, se
mantuvo los primeros años con un buen rendi-
miento, pero luego comenzaron a notarse las
limitaciones de la instalación y de la falta de un
adecuado plan de manutención, que se hicieron
más evidentes al retirarse el Dr. Armijo en 1962”.
La causa fundamental de su decadencia fue
haber enfrentado la producción de penicilina no
como proceso biológico que era, sino como uno
químico, asimilándola a la fabricación del otro
antibiótico, el cloramfenicol, que hacía en el Ins-
tituto el químico alemán Hermann Fox.
Las razones de la baja productividad de la
planta de penicilina, a juicio de uno de los Inge-
El instituto bacteriológico de chile: 1929-1980
nieros Químicos Industriales que se desempe-
ñó, entre 1957 y 2005, en ella y en el Instituto,
“fue la falta de una infraestructura adecuada. Los
estanques eran de fierro y no de acero inoxida-
ble lo que perjudicaba el proceso. Tampoco hubo
una asesoría integral que permitiera manejar to-
das las variables.
Fue una especie de experimentación que
hizo la UNICEF, para ver cómo estaba Chile en el
tema. Fue una iniciativa sin fines de lucro. Nun-
ca se produjo para hacer algo industrialmente
atractivo. Igualmente no se contaba con personal
especializado en la mantención y reparación del
equipamiento. Por otra parte, el Instituto Bacte-
riológico era un laboratorio de investigación y
clínico, a nivel nacional. Y con la penicilina se in-
corpora algo industrial y consiguientemente una
masa obrera de aproximadamente 200 personas
con alto nivel de organización sindical. La planta
trabajaba por turnos.
En relación al envase, sí se trabajaba muy
bien. Primero, el envase de producción indus-
trial de penicilina hasta la producción en polvo.
Segundo, la preparación clínica de la penicilina,
oral, penicilina procaina inyectable y penicili-
na benzatina de acción más lenta. El producto
envasado se distribuía a través de la Central de
Abastecimiento”.54
Sucedió en el cargo a Saitúa en 1969, el quí-
mico industrial español Rafael Boné, quien había
ingresado al Instituto en 1939 habiendo llegado
como refugiado a bordo del Winnipeg bajo las ges-
tiones diplomáticas y políticas de Pablo Neruda.
En general, en el mundo, el cierre de fábri-
cas de penicilina y la concentración del poder
productor en grandes colosos estuvo dada por
la cepas de alto rendimiento. Pese a los tenaces
esfuerzos de los institutanos, la planta del Ins-
tituto Bacteriológico tenía al año de su cierre
un pobre resultado, 2.000 U por ml., según el
Premio Nobel E. Chain (1972), porque el siste-
ma de cálculo estaba obsoleto y no se conside-
raban las naturales pérdidas en un proceso de
fermentación.
El relato del Dr. Lederman sobre el proceso
final de la planta de penicilina señala: “En el Mi-
nisterio de Salud se pensó en solicitar asesoría so-
viética”, a lo cual E. Chain movió la cabeza y dijo:
— “Ellos trabajan con cepas que no pasan de
5.000 unidades... Pero no les importa, pues dan
trabajo a mucha gente”.
En 1972, el Dr. Mario Miranda, Director del
Instituto hizo gestiones para contratar los ser-
vicios de un grupo internacional de investiga-
dores privados, que ofrecía desarrollar cepas de
alto rendimiento. Ese mismo año el Dr. Walter
Ledermann, Director sucesor, aceptó la oferta ya
que estaba en los planes del Gobierno continuar
la producción de penicilina contra todas las ad-
vertencias en contrario de Chain y las propias re-
servas del mismo Dr. Ledermann, como Director
transitorio.
“Por esa época, el Instituto Bacteriológico
estaba dividido en dos sectores en pugna, cre-
yendo el uno que era su función fundamental
constituir el gran laboratorio nacional de refe-
rencia, y el otro que era su deber desarrollarse
como un formidable productor de biológicos.
Durante el Gobierno de Salvador Allende (1970-
1973) se habían formado comités populares de
producción, con representación de todos los es-
La vacuna Fuenzalida-Palacios, una gran contribución del Instituto
Bacteriológico a la salud mundial
E l trabajo presentado en la Tercera Jornada
de la Sociedad Chilena de Salubridad el 13 de
octubre de 1954 constituye una de las más sig-
nificativas contribuciones del Instituto Bacte-
riológico a la salud pública mundial, hecho que
tamentos, y la defensa de la planta de penicilina
fue heroica, aún contra la razón y la lógica que
imponían su cierre, pero con la Junta Militar lle-
gó la orden terminante de cesar con una produc-
ción antieconómica y centrarse en las funciones
de laboratorio central, que terminaría por asumir
plenamente al transformarse en Instituto de Sa-
lud Pública. No hubo ya posibilidad alguna de
reiniciar la maravillosa aventura de la producción
de antibióticos en Chile y la vieja planta UNRRA
se llenó de telarañas”.55
La dictadura militar (1973-1990), que
adoptó tempranamente un modelo económi-
co ultra capitalista, y que en el ámbito de las
políticas públicas asignó al Estado sólo un
rol subsidiario, descartó cualquier posibilidad
de reimpulsar con sustentabilidad económica
uno de los mayores logros del Instituto, cual
fue, el de contar con un área de producción de
biológicos que tuvieron un rol de gran impor-
tancia en la salud de los chilenos, entre los que
se destacan, la producción de vacunas y el de
haber desarrollado una de las primeras plantas
productoras de penicilina, medicamento que
revolucionó la medicina mundial y que signi-
ficó un tremendo avance para la salud pública
en Chile.
Este ciclo histórico, científico, industrial, la-
boral, y productivo, pasó a ser un símbolo insti-
tucional y nacional.
se suma a la producción y venta internacional de
vacunas, medicamentos como el Neoarsolan, que
lo puso a la cabeza de la industria farmacéutica
en América Latina y la producción de penicilina
desde 1944. Dr. Raúl Palacios Von Helms.
67
 En la memorable Jornada, “el Médico Vete-
rinario Eduardo Fuenzalida Loyola y el Dr. Raúl
Palacios von Helms presentan su nueva vacuna
antirrábica, preparada en cerebro de ratón lac-
tante inactivada por luz ultravioleta. Esta vacuna
sometida a las pruebas habituales de titulación,
protegió en mucho mejor grado que las vacunas
tradicionales elaboradas con cerebro de conejo o
perro, con la gran ventaja de que el tejido ner-
vioso incorporado en la vacuna, al provenir de
un recién nacido no incluye substancias encefa-
lotógenas. Esta vacuna permanece vigente hasta
el momento y es conocida internacionalmente
como la “Vacuna Fuenzalida-Palacios”.56
La crónica institucional ha caracterizado la
obra de uno de ellos, señalando: “La vida cien-
tífica del Dr. Raúl Palacios von Helms marchó
isócrona con el desarrollo del Instituto Bacte-
riológico; supo de sus comienzos difíciles, de las
angustias y del sabor estimulante de los peque-
ños éxitos del grupo de jóvenes que entonces se
fijó como una meta, lo que recién hoy, cuarenta
años después, empezamos a ver realizado en el
terreno de la salud pública.
En el laboratorio hacía de cada técnica o
manipulación un rito, donde la disposición del
detalle y el rigor del método reducían al máximo
el error experimental: pulcritud y armonía estu-
diada de cirujano, que el ritmo de la época y otras
premuras han hecho abandonar a quienes algo
heredamos. Y luego le veíamos en el análisis, mi-
diendo y comparando resultados como si de cada
positivo o negativo dependiera la revelación de la
raíz misma del fenómeno vital. Su trabajo, por
tanto, era combinación feliz de pasión científica
Portada con índice donde aparece artículo del
Dr. F. Fuenzalida y R. Palacios, sobre la vacuna
antirrábica.
Encabezamiento artículo: Un método mejorado en la
preparación de la vacuna antirrábica.
El instituto bacteriológico de chile: 1929-1980
y de entretenimiento intelectual que, tal vez por
eso mismo, crecía siempre más en profundidad
que en extensión; reflejo de todo ello son sus es-
casas publicaciones que no expresan ni remota-
mente la vastísima contribución invisible que en
el contacto diario hizo a los que supieron extraer
filosofía y ciencia del pozo profundo abierto de
su espíritu.
La vacuna antivariólica, las encefalitis virales
y la vacuna antirrábica actual, que el Dr. Palacios
von Helms inspiró, en la búsqueda de eliminar
los factores causantes de los accidentes neuro-
paralíticos, fueron sus preocupaciones técnicas
principales. Pero su curiosidad científica y la am-
plitud conceptual de la función del hombre de
ciencias no le detuvo en las barreras ni prejuicios.
Si en plena juventud, preocupado del bienestar
de obreros y empleados fue el primer presidente
de la Asociación que éstos crearan en el Instituto,
en su madurez de virólogo exploró con éxito in-
ternacional en una virosis animal tan importante
para el país como la fiebre aftosa, abriendo el paso
a la formación de un nuevo grupo de especialistas
que se nutrieron en su experiencia”.57
Por su parte, el Médico Veterinario Eduardo
Fuenzalida, desarrolló el proceso de elaboración
de la vacuna antirrábica en ratones lactantes, la
cual fue adoptada por todos los países latinoa-
mericanos. La técnica fue publicada en el Bo-
letín del Instituto Bacteriológico de Chile, Vol
VIII, de 1965. Esto lo llevó a formar parte de la
OMS como consultor internacional y contribu-
yó a difundir el prestigio del Instituto Bacterio-
lógico como centro formador de científicos de
excelencia.
Periodo del Director Dr. Eduardo Dussert Jolland, 1962-1968
E l Dr. Eduardo Dussert Jolland, gran especia-
lista y maestro en Microbiología, sucede al
Dr. Suárez Herreros en el cargo de Director del
Instituto, al cual había ingresado en 1930, obte-
niendo el cargo de Jefe del Departamento de La-
boratorios y Control. Fue profesor de generacio-
nes de alumnos en la Escuela de Medicina y de
médicos venidos de toda América en la Escuela
de Salubridad.
Eduardo Dussert había nacido en santiago
el 31 de enero de 1902, hijo de padres oriundos
de Francia, país al que amó entrañablemente.
En 1914 obtiene el primer premio en el Instituto
Inglés, colegio en el que inicia sus estudios, para
proseguirlos en el Instituto Nacional. Bachiller
en Humanidades con distinción máxima en 1921,
año en que ingresa a la Escuela de Medicina de la
Universidad de Chile. En 1923 obtiene su diploma
que acredita su calidad de bachiller en Medicina
y Farmacia. En 1927 aprueba con recomendación
especial la tesis para optar al título de Médico
Cirujano, nominada “Contribución al Estudio de Fi-
jación de Complemento en Tuberculosis”. Este trabajo,
el primero cronológicamente, señala precozmente
una inclinación científica que será la ruta defini-
tiva seguida por el maestro. Por último, el 27 de
octubre de 1927 alcanza la culminación de su ca-
rrera obteniendo el título de Médico-Cirujano con
distinción máxima.
Recién egresado, inicia su actividad asisten-
cial en el Laboratorio Clínico del Hospital Barros
Luco, especialidad que no abandonará e inicia
también su actividad docente en abril de 1928,
en la Cátedra de Terapéutica del profesor Emilio
Aldunate, condición docente que tampoco nunca
dejará. Comienza allí como ayudante 2º después
de dos años, asciende a ayudante 1º y por último
a Jefe de Trabajo en 1936, cargo que mantiene
hasta 1937. Paralelamente se desempeña ad-ho-
norem como Jefe de Trabajos de la Cátedra Ex-
traordinaria de Bacteriología e Inmunología del
Profesor Eugenio Suárez desde 1931 a 1940.
En 1928 ingresa como ayudante del Labora-
torio Clínico Central del antiguo Hospital San
Vicente de Paul, con lo que se incorpora a la Fa-
cultad de Medicina de la Universidad de Chile,
entidad en la que llegaría a ser su Secretario en
los difíciles momentos del nacimiento de la Re-
forma Universitaria.
En 1930 obtiene el cargo de Jefe del Depar-
tamento de Laboratorios y Control del instituto
Bacteriológico, Institución a la que se vincularía
por toda una vida hasta alcanzar su cargo máxi-
mo de director en agosto de 1962, cargo que sir-
ve con modestia y eficacia.
Su actividad docente lo lleva a dictar cursos
de perfeccionamiento, para Bacteriólogos orga-
nizado por el Instituto Bacteriológico en 1938,
curso de Bacteriología Clínica y Sanitaria para
Médicos Laboratoristas, auspiciado por el Ins-
tituto y Escuela de Salubridad en 1945, curso de
Bacteriología de Alimentos para Médicos Labora-
toristas de la Dirección de Sanidad en 1946. Este
mismo año inicia su actividad como profesor
Auxiliar de Microbiología Aplicada en la Escuela
de Salubridad. Culmina su afán permanente por
enseñar con la obtención de los títulos de Profe-
sor Extraordinario de Bacteriología e Inmunolo-
gía de la Universidad de Chile en enero de 1950 y
de Profesor Titular de Microbiología Aplicada en
la Escuela de Salubridad en 1954.
Hechos culminantes en su biografía son las
comisiones desempeñadas en el extranjero. En
1930 concurre como delegado de Chile al tercer
Congreso de Serología, realizado en Montevi-
deo, auspiciado por el Comité de Higiene de la
Liga de las naciones, evento en el que se plantea Dr. Eduardo Dussert Jolland.
69
 la necesidad de uniformar los criterios en rela-
ción con la serología de la Sífilis.
Posteriormente, en 1941, es comisionado
ad-honorem, por la Universidad de Chile para
estudiar los adelantos de la Serología en Estados
Unidos y por el Instituto Bacteriológico de Chile
para estudiar técnicas de Control de Productos
Biológicos, en los laboratorios de ese país. Este
último viaje le permitió conocer y entablar una
amistad permanente con Rubén Kahn. Este su-
ceso significó afianzar sus conocimientos de
serología y establecer en nuestro país una pauta
eficaz y uniforme en el diagnóstico y tratamiento
de la sífilis; se generalizó en el Instituto Bacte-
riológico de Chile la conocida Reacción de Kahn
cuyo antígeno se preparó por 30 años en el Insti-
tuto Bacteriológico de Chile, bajo su dirección, lo
que significó no sólo un adelanto científico sino
que una economía para el país.
Su inquietud científica está representada en
numerosísimas publicaciones hechas en Revis-
tas Médicas Nacionales y Extranjeras y en las
Guías de Trabajos para los alumnos de la Escuela
Las Décadas del 60 y del 70 en el país y en el Instituto Bacteriológico
E n la década de los 60, Estados Unidos había
creado la “Alianza para el progreso” como polí-
tica asistencial y de acercamiento hacia América
Latina, con el objeto de contrarrestar el surgi-
miento de gobiernos de izquierda y evitar que
grupos revolucionarios de inspiración socialis-
ta repitieran la experiencia cubana ocurrida en
1959, afectando los intereses norteamericanos
en el continente.
En Chile, al Gobierno del Presidente Jor-
ge Alessandri Rodríguez (1958-1964) le suce-
dió el del Presidente Eduardo Frei Montalva
(1964-1970).
El instituto bacteriológico de chile: 1929-1980
de Salubridad y del Tercer Año de Medicina. La
monografía publicada en 1948 “La Serología de
la Sífilis en Clínica y Salubridad” es una obra que
nos señala su alta calidad de especialista.
Perteneció a diversas Sociedades Científicas
Nacionales y Extranjeras. Presidió por algunos
periodos la Sociedad Chilena de Médicos de
Laboratorio Clínico, la que le confirió el título
de Miembro Honorario. Fue socio fundador y
primer Presidente de la Asociación Chilena de
Microbiología, entidad que también le otorgó el
título de Miembro Honorario. Entre los nume-
rosos diplomas que recibió y que nunca exhibió,
cabe destacar el que le entregó la República Fran-
cesa distinguiéndolo como “Officier de l’ Ordre
National du Merite”.
Jubila como Director del Instituto Bac-
teriológico en marzo de 1969, después de 40
años de esforzada labor; tenía los merecimien-
tos necesarios para retirarse a descansar, sin
embargo, siguió en la misma ruta que se trazara
en su juventud: la docencia, hasta el último día
de su vida”.58
El programa de Gobierno del Presidente Frei
planteaba realizar una “Revolución en Libertad”
que significaba implementar cinco grandes refor-
mas en el país: desarrollo económico, educación
y enseñanza técnica, solidaridad y justicia social,
participación política y soberanía popular.
Junto con una reforma educacional que
incrementó notablemente la matrícula (espe-
cialmente en las zonas rurales) y modificó los
sistemas y planes de estudio, así como la mate-
rialización de planes habitacionales para clase
media y sectores populares, las realizaciones
más relevantes fueron la Reforma Agraria, el
programa de Promoción Popular y la Chileni-
zación del Cobre. La Reforma Agraria significó
un cambio social y cultural importante en el
campo chileno, no sólo por el cambio en la pro-
piedad de la tierra, sino también por el nivel de
organización que alcanzó el campesinado en la
época gracias a la ley de sindicalización campe-
sina. El Gobierno tuvo la oposición de los par-
tidos de izquierda y de derecha, sobreviniendo
al final del periodo un proceso inflacionario en
la economía.
En la elección del año 1970 resulta elegi-
do Presidente de la República, el Dr. Salvador
Allende Gossens, por el periodo 1970-1976.
Apoyado por los partidos de izquierda que con-
formaban la Unidad Popular, se convierte en el
primer presidente de inspiración socialista y
marxista que llegaba al Gobierno por votación
popular. Esta situación causó expectación en el
mundo entero. Su Gobierno se propuso realizar
un tránsito hacia el socialismo por la vía de-
mocrática, experiencia única y difícil por lo que
conllevaba. La aprobación de la ley de naciona-
lización de la gran minería del cobre, contó, sin
embargo, con el apoyo unánime de todos los
sectores políticos.
Su programa constituía, en consecuencia,
una profunda reforma económica, social, políti-
ca y cultural del país donde el Estado tenía un
rol central y conductor de la economía para al-
canzar un tipo de sociedad socialista y no capi-
talista. Esto significaba en la práctica afectar los
intereses, en el orden interno, de los sectores que
detentaban el poder económico. Y en el orden ex-
terno, en el marco de la Guerra Fría, afectaba los
intereses económicos y hemisféricos de Estados
Unidos. Ambos frentes dieron, desde un comien-
zo, una frontal oposición para desestabilizar el
Gobierno y el sistema político, generando con-
flictividad social, desabastecimiento, rumores de
guerra civil y golpes de estado, y finalmente la
sensación colectiva de caos y desgobierno.
El 11 de septiembre de 1973, el Presidente
constitucional Salvador Allende es derrocado
por las Fuerzas Armadas y de Orden y asume
una Junta Militar, presidida por el General de
Ejército Augusto Pinochet quien, bajo el régi-
men de dictadura, gobernará el país hasta el 11
de marzo de 1990.
En las décadas del 60 y 70 hubo diferentes
visiones y opciones, en el ámbito de la salud pú-
blica acerca del rol y énfasis que debía tener el
Instituto Bacteriológico en relación a las políti-
cas públicas de salud y sus instrumentos: orga-
nismo productor versus organismo de investiga-
ción y control biológico.
En el análisis y discusión previa de las
autoridades de salud de la época, acerca de la
conveniencia de contar con un Formulario Na-
cional de Medicamentos (FNM) el Ministro
de Salud del Presidente Frei, Dr. Ramón Val-
divieso Delaunay decía: “En cuanto a sueros y
vacunas Chile se autoabastace y no es preciso
importar, debiendo hacerse notar que, aparte
de las vacunas de uso humano, se fabrica la va-
cuna antiaftosa no tanto como para autoabas-
tecerse, pero de muy buena calidad. El éter es
de inmejorable calidad y lo produce el Instituto
Bacteriológico y su importación prácticamente
ha desaparecido”.
Y refiriéndose a las condiciones que tenía el
país para tener un Formulario Nacional de Me-
dicamentos que beneficiara a la población más
pobre señalaba: “Los recursos de que dispone el
país para hacer frente o solucionar este problema
son los que siguen: 1) el Instituto Bacteriológico
de Chile, organismo productor de carácter esta-
tal, que produce toda línea de sueros y vacunas
(incluso la antiaftosa de la línea no humana),
éter, penicilina, insulina, cloramfenicol, etc.”.
En otra parte de su intervención, el mis-
mo Ministro de Salud expresaba: “Tenien-
do presente que el país depende del mercado
productor de drogas y que en el orden interno
71
 se tiene sólo un grupo de ocho a diez labora-
torios y que el único organismo productor de
medicamentos es el Instituto Bacteriológico
de Chile, no debe desvirtuarse por motivo al-
guno esta finalidad de dicho Instituto. Si se
necesita una entidad económica compradora,
procedería crear una central de compras tan
grande capaz de abastecer el mercado nacional
complementada por el Instituto Bacteriológico
con su línea, pequeña pero muy útil, de produc-
ción. Estimo que éste se mantendrá siempre en
la línea de producción no sólo para el país sino
que también para la exportación de algunos de
sus productos de óptima calidad, como éter y
vacuna antiaftosa, para cuyo efecto sería preci-
so aumentar el volumen de esa producción y,
entonces, si es productor no puede controlarse
a sí mismo. Enfocado así el punto, en vez de
darse al Bacteriológico el carácter de organismo
contralor, lo dejaría como productor y llevaría
el control a otra parte”.59
Por su parte, el Director General del Servicio
Nacional de Salud, entre 1963 y 1965, Dr. Alfredo
Leonardo Bravo, en la misma reunión indicaba:
“Queda un problema: el Instituto Bacterio-
lógico, que, además de ser una repartición pro-
ductora, es un laboratorio de salud pública que
el SNS necesita en este aspecto o función. Pues,
si al Instituto Bacteriológico se le quita o saca
la línea de producción para ser entregada a ese
nuevo organismo o empresa que va administrar
la producción químico-farmacéutica, se produ-
cirán algunos conflictos internos un poco difíci-
les de resolver, porque la producción de vacuna
y sueros es una derivación o consecuencia de la
investigación científica que se está realizando
en el laboratorio de salud pública. Son dos fun-
ciones íntimamente ligadas, no susceptibles de
separación. Lo importante es que si en el hecho
se le quita la producción, se puede entregar al
Instituto Bacteriológico, o más propiamente
hablando, al Instituto de Higiene, la función
El instituto bacteriológico de chile: 1929-1980
antes aludida y que tanta falta hace a Chile, esto
es, el Instituto de Control Biológico efectivo y
es justo que se le asigne esta misión porque es
productor y está en la competencia y no puede
así controlar la calidad del producto a sus pro-
pios competidores. Pero si la parte industrial y
comercial sale del Bacteriológico y se transfor-
ma en un instituto de salud pública exclusivo,
científico y con labores de investigación y con-
trol, ahí es donde podría centralizarse el control
médico y biológico y controlar, por tanto, no
sólo al Laboratorio Chile, sino que a los demás
laboratorios del país. Se podría demostrar que
sus productos son de mejor calidad y es más
conveniente su adquisición, aunque sean un
poco más caros”. 60
“En las décadas del 60 y 70 comienza a pro-
ducirse un cambio fundamental en el Instituto,
paulatinamente cobran mayor preponderancia
las acciones y obligaciones del área de Laborato-
rios de Salud Pública como apoyo a las activida-
des de vigilancia epidemiológica del Ministerio
de Salud. En este periodo comienza el apoyo al
ISP, dado por el Dr. José Manuel Borgoño, que se
prolonga durante toda su extensa y brillante tra-
yectoria profesional en beneficio de la salud del
país, siendo profesor de Salud Pública en la Uni-
versidad de Chile, asesor ministerial y miembro
del Comité Asesor de Vacunas de la OMS, quien
apoyará permanentemente a la Institución en la
concreción de su rol como laboratorio nacional
de referencia.
Simultáneamente las labores de produc-
ción reducen su importancia relativa dentro de
nuestras tareas: se cierra la Planta de Penicilina,
se suspende la fabricación de Cloram­fenicol, cie-
rre de Planta de Eter, suspensión de la elabora-
ción de productos de uso industrial, se elimina
la producción de algunos sueros y vacunas (en
algunos casos por obsolescencia, entre otros por
inconveniencias económicas o dificultades en
incorporar nueva tecnología)”.61
El área de Laboratorios de salud se desarrolla y expande 62
1) Inmunología
A partir de 1955, las Dras. Graciela Leyton y Ana
Montenegro comienzan a desarrollar técnicas
inmunológicas desligándose ya de su enfoque
hacia la producción. En 1969 el Dr. Ricardo
Sorensen comenzó a aplicar definitivamente la
Inmunología a la clínica humana. Su labor se
extiende hasta 1976 en que emigra a Cleveland,
Estados Unidos.
Más tarde, la Dra. Q.F. Mireya Meléndez y
su equipo de trabajo inician la formación de la
Red de Laboratorios de Inmunología. Como un
importante, y desgraciadamente, a veces, poco
comprendido esfuerzo hacia la salud chilena,
esta unidad crea el laboratorio de Histocompa-
tibilidad que presta señalados servicios en es-
pecial en la búsqueda de alternativas científicas,
concordantes al progreso técnico en el ámbito de
los trasplantes de órganos y tejidos.
2) Virología humana y animal
Se inicia con los laboratorios dedicados al es-
tudio de Rickettsia para el Tifus Exantemático
bajo la dirección del Dr. Avendaño. Esta unidad
se destaca por su labor durante la pandemia
de influenza de 1957. Acompañó este trabajo el
Dr. Guillermo Contreras, sobre todo en el cam-
po de Enterovirus (polio). Más adelante, el Dr.
Contreras se traslada a la Universidad de Chile
y finalmente en 1974 es contratado por el Centre
for Disease Control en Ottawa (Canadá), donde
pasa a ocupar la Jefatura del Departamento de
Virología. El apoyo que actualmente presta esta
unidad con información de laboratorio para el
análisis epidemiológico de problemas de salud
pública como Sarampión, Rubéola, Polio Sida,
Virus respiratorios, etc., es reconocido a nivel de
autoridades de salud.
El plan de erradicación de la Fiebre Aftosa
en Chile fue escrito por el Médico Veterinario
Miguel Norambuena Gutiérrez del Instituto
Bacteriológico, Departamento de Virus Anima-
les y por su colega Médico Veterinario, Sergio
González, del Servicio Agrícola y Ganadero. Este
plan fue financiado por el BID (Banco Interame-
ricano de Desarrollo) y logró un éxito rotundo.
Otro Veterinario del mismo Departamento, Luis
Meléndez Vargas descubrió durante una estadía
en la Universidad de Harvard, el primer virus ge-
nerador de tumores en primates. Según la Revis-
ta Scientific American, Meléndez abrió el camino
que llevó en corto tiempo a identificar tumores
virales en seres humanos.
3) Serología de sífilis
Tuvo como impulsor al Dr. Víctor Moya. Des-
pués de su partida a la OPS en 1957, la Dra. Ara-
celi Amo introduce el VDRL y permanece en el
cargo hasta 1971.
Posteriormente la Dra. Liliana Urra Molina
estandariza la técnica y se inicia el control de los
laboratorios del sistema estatal de salud. Co-
mienza así la etapa moderna con un programa
completo de evaluaciones similar al del CDC de
Atlanta con supervisiones y distribución de antí-
genos y sueros controles. La red comienza con 12
laboratorios, llegando a aproximadamente 200
en los últimos años. Se incorporan además a ni-
vel periférico la técnica de RPR y al nivel central
el FTA-ABS y Microhemaglutinación.
4) Red de Enterobacterias
La Dra. Ema Greve Uria inicia, en 1975, la or-
ganización de la Red de Enterobacterias con 16
laboratorios y evaluaciones. Actualmente la red
73
 alcanza a 102 laboratorios. En 1979 esta unidad
desarrolla un programa de vigilancia de sensibi-
lidad de antibióticos de enterobacterias con es-
pecial énfasis en Salmonella Typhi (1982), la insta-
lación de la técnica de ELISA para determinación
de toxina termolábil E. coli (1981) y la utilización
de ratón lactante para pesquisa de toxina ter-
moestable (1984).
5) Micobacterias
El fundador de la actividad en el Instituto fue el
Dr. Etchebarne. En 1959 el Dr. Luis Herrera le da
un impulso definitivo a la importancia de la bac-
teriología en tuberculosis.
El Dr. Herrera ayudó a cambiar el concepto de
la época en cuanto que la TBC se diagnosticaba
sólo con la clínica y radiología, incorporando el
cultivo por laboratorio dentro del manejo clínico
y epidemiológico de la enfermedad. Este concepto
fue reforzado en 1961 por la presencia en el Insti-
tuto Bacteriológico, del Dr. Noel Rist, del Instituto
Pasteur, quien enfatiza el problema de la resisten-
cia del Mycobacterium tuberculosis a las drogas de
tratamiento en uso. En 1964 se le encarga al Dr.
Periodo del Director Dr. Mario Miranda Casanova, 1968-1972
y formulación del Proyecto PNUD
D espués del retiro del Prof. y Dr. Eduardo
Dussert asume la Dirección del Instituto Bac-
teriológico, el Dr. Mario Miranda Casanova, el
cual se desempeñará hasta el año 1972. Entre los
años 1966 y 1969, el Dr. Miranda había trabajado
para la Oficina Sanitaria Panamericana, OPS.
En 1971, el Dr. Mario Miranda, en su calidad
de Director, toma la iniciativa de mejorar y ac-
tualizar integralmente la tecnología en uso en el
Instituto Bacteriológico. Para ello planteó incor-
El instituto bacteriológico de chile: 1929-1980
Herrera y a la sección en general, un diagnóstico
de la situación acerca de los recursos disponibles a
nivel nacional con vista a una red de Laboratorios.
El Dr. Herrera deja el cargo en 1969 con la
red nacional en marcha. Continúa su tarea el Dr.
Pedro Valenzuela Hiriart, llegando a tener en
1975 un programa permanente de control de la
tuberculosis con participación multidisciplina-
ria de epidemiólogos, clínicos y el laboratorio, en
una labor de equipo de cobertura nacional que
asegura un mayor éxito al programa.
6) Bacteriología
En la década del 70 profesionales como el Dr.
Hernán Lobos Romero (Jefe Departamento La-
boratorios de Salud), el Dr. Walter Ledermann,
la Dra. Marcela Jacob y Dra. Celia Aguilar, man-
tienen especial preocupación por el desarrollo de
esta área de laboratorio clínico en el país. Se crea
una Sección Capacitación y Cepario a cargo del
Dr. Ledermann, mientras la Sección Diagnósti-
co a cargo de la Dra. Aguilar desarrolla acciones
de capacitación y apoyo diagnóstico en el área de
bacteriología general.
porar un programa de desarrollo Institucional
dentro del Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo, PNUD. Para esta importante
iniciativa contó con el apoyo del Dr. Víctor Moya
Bravo, ex funcionario del Instituto Bacteriológi-
co y Asesor de Laboratorios de la Organización
Panamericana de Salud, OPS.
En esa época, algunos destacados médicos
del Instituto planteaban el tema del laboratorio
integrado a una política de salud: “se requiere de
alta tecnología, moderno instrumental y dota-
ción adecuada de personal; vale decir, requiere de
recursos, ingentes y renovados de todo tipo. De
cualquier otra manera, se producirá un abismo
difícil de superar que se hará cada vez mayor, en-
tre el aporte de un Laboratorio estancado y ajeno
a los progresos actuales, y las necesidades de la
atención clínica y la Salud pública en permanen-
te expansión cualitativa y cuantitativa e insatis-
fechas de dicho aporte”.
“Una política de Salud de practicismo in-
mediato, pero que sea al mismo tiempo técni-
camente integral, debe incorporar al Laboratorio
de Salud como elemento distinto e individual
dentro de la planificación en la prevención y re-
cuperación de la Salud; estos objetivos exigen
del Laboratorio algo que va mucho más allá de
las meras prestaciones o informes de exámenes.
Para cumplir con ello creemos necesario incor-
porar al tronco mismo de la política de Salud el
desarrollo, la ampliación y perfeccionamiento de
una red de Laboratorios a nivel nacional con toda
su mecánica de programación, financiamien-
to, planta física y de personal, uniformación de
técnicas, asesoría y supervisión, adiestramiento,
producción de biológicos, etc., integrado en un
todo orgánico y que no sea apenas, el resultado
de acciones aisladas y desconectadas unas de las
otras, o el aprovechamiento subsidiario de recur-
sos sin considerar globalmente las necesidades
clínico-epidemiológicas”.63
El Dr. Víctor Moya (OPS) viaja a Chile y sos-
tiene reuniones con una Comisión de Trabajo
que estuvo integrada por el Dr. Hernán Lobos
Romero, el Dr. Walter Ledermann, Ricardo So-
rensen, de Laboratorios de Salud; el Dr. Darío
Pinto, de Producción, el Dr. Luis Espinoza, de
Control Nacional y Armando Carrera, Adminis-
trativo. Fruto de esta comisión surge el proyecto
definitivo que es firmado por el Dr. Mario Mi-
randa, bajo la denominación de: “Ampliación y
Mejoramiento del Instituto Bacteriológico de
Chile. Proyecto Chile 7300 OPS/OMS”.
La nota publicada en el Boletín institucio-
nal de 1973, señalaba: “El ‘Proyecto Chile - 3301
(CHI/72/550) Para el desarrollo del Laboratorio
de Salud Pública en el Instituto Bacteriológico
de Chile’.
Este convenio entre el gobierno de Chile y
PNUD (Proyecto de Naciones Unidas para el
Desarrollo) se encuentra en las últimas eta-
pas administrativas de estudio previo. Aunque
ya ha sido aprobado en forma general por las
partes se espera su puesta en marcha durante
el presente año.
El convenio abarca un periodo de cinco años
con un aporte técnico, de asesoría, equipos y be-
cas por parte de PNUD por valor total cercano
al US$ 1.000.000 —y por parte del Gobierno
de Chile de ampliación en instalaciones, equipos
y personal por un valor cercano a 300 millones
de escudos.
Los objetivos del proyecto serán la moderni-
zación general de los Laboratorios de Salud Pú-
blica, como también la actualización de los méto-
dos de investigación y producción. El aumento en
la cantidad y variedad de agentes biológicos con
el fin de proveer adecuadamente de vacunas en la
prevención y protección de enfermedades comu-
nicables y transmisibles. La expansión y moder-
nización de los Laboratorios de Control Interno y
Estatal. El desarrollo de algunos aspectos moder-
nos del diagnóstico aplicado en diversos rubros y
el fomento en la investigación aplicada en Micro-
biología, Patología y Medicina Experimental”.64
En febrero de 1973, el Dr. Jiri Malek de na-
cionalidad checoeslovaca, fue designado por la
OMS como asesor general del proyecto Chile -
3301. Chi/72/550.
El Dr. Jiri Malek se graduó en la Universi-
dad de Charles, Praga, Checoslovaquia, en el
año 1937. Antes de venir a Chile se desempeña-
ba como Director General del Instituto de Sue-
ros y Vacuna de Praga donde tenía a su cargo la Dr. Mario Miranda Casanova.
75

Coronel de Ejército Eduardo Esquivel Padilla.
El instituto bacteriológico de chile: 1929-1980
administración y organización de la producción
científica y tecnológica de productos biológicos
como vacunas bacterianas y virales, sueros tera-
péuticos, derivados de plasma humano, suero de
placenta para Gama Globulina y albúminas, pro-
ducción de biológicos para el diagnóstico y tra-
tamiento de las enfermedades alérgicas; además
de la amplia gama de agentes de uso diagnóstico
(antígenos y antisueros bacterianos), medios de
cultivos desecados, agentes de diagnóstico in-
munoquímico e inmunohistológico, etc.
Fuera del trabajo organizativo y de dirección
el Dr. Malek participa en su país en programas
Periodo del Director Coronel Eduardo Esquivel, 1973-1975
E duardo Esquivel Padilla, Coronel de Ejército
del arma de Caballería, asumió como Director
del Instituto Bacteriológico después del golpe de
Estado del 11 de septiembre de 1973.
El Dr. Hernán Lobos plantea al nuevo Di-
rector, la necesidad de cambiar el rumbo del
área de Laboratorios de Salud Pública con el
fin de lograr su transformación definitiva hacia
el establecimiento de un Laboratorio Nacional
de Referencia con tareas de referencia, centrali-
zación de técnicas de alto costo o significación
epidemiológica, supervisión, normalización,
capacitación, etc. Al mismo tiempo se planifi-
can las modificaciones básicas en la planta fí-
sica y modernización del equipamiento de los
laboratorios.
“El Gobierno de Chile aprobó en 1974 un
Convenio con el Programa de Naciones Uni-
das para el Desarrollo (PNUD) para ampliar
y mejorar el Instituto Bacteriológico de Chile
con la supervisión de la Oficina Sanitaria Pa-
namericana, Organización Mundial de la Salud
(OPS-OMS).
de investigación Bioquímica aplicada a la Inmu-
nología teórica y tecnológica.
Es además autor de varios informes científi-
cos que se refieren a la investigación en diversos
e importantes rubros de la Microbiología como
la vacuna diftérica, vacuna antigangrenosa y va-
cuna contra la influenza, hyaluronidasa, cultivos
continuos para Salmonellas y otras bacterias, hi-
perinmunización de caballos, etc.
En 1965 recibió la condecoración J. Ev. Pur-
kyne, que es la más alta distinción que otorga el
gobierno de Checoslovaquia en el campo de la
medicina.65
Este Proyecto se inició en la práctica, en mar-
zo de ese año con el arribo del Dr. Virgilio Escu-
tia, como asesor principal.
El Dr. Escutia nació en Texas, Estados Uni-
dos. Graduado en la Universidad de Texas, ob-
tuvo su Máster en Salud Pública en la Universi-
dad de Michigan y luego su Doctorado en Salud
Pública y Administración de Laboratorios en
la Universidad de North Carolina, a través del
CDC, de Atlanta, Georgia. El Dr. Escutia se ha
desempeñado como Asesor Zonal de Laborato-
rios de la OPS-OMS, previo a su designación
en este proyecto. Además el Instituto ha venido
recibiendo, desde marzo de 1974, la asesoría de
unos 15 destacados profesionales”.66 Poste-
riormente a su paso por el Instituto, asumió el
cargo de Director de Cepanzo en Buenos Aires,
Argentina.
El corto periodo del Coronel Eduardo Es-
quivel Padilla como Director, además de su pre-
ocupación de apoyar la transformación técnica
del Instituto basado en el proyecto PNUD, se
destaca por su capacidad ejecutiva y su preocu-
pación especial por aspectos relacionados con el
bienestar del personal.
El Proyecto PNUD contribuyó en gran
medida a dar continuidad institucional al Ins-
tituto Bacteriológico en momentos de fuerte
quiebre y convulsiones de las instituciones po-
Periodo del Director Coronel Joaquín Larraín Gana, 1975-1990
D esde 1975, el Coronel de Ejército Joaquín
Larraín Gana, perteneciente al arma de Ca-
ballería, se constituye como nuevo Director del
Instituto, cargo que ejercerá hasta el 11 de marzo
de 1990, cuando termina la dictadura militar.
Se encontró con un Proyecto de desarrollo
institucional integral en marcha (PNUD), el
cual contaba, desde su génesis, con un amplio
consenso al interior del Instituto. Apoya estos
planes, en el marco de una política de raciona-
lización presupuestaria. Los profesionales del
Instituto reconocen en él un especial interés por
clarificar misiones institucionales específicas en
consistencia con los recursos otorgados.
Hubo una renovación de alcance significa-
tivo en el personal profesional, con la contrata-
ción de todo un grupo de profesionales jóvenes a
quienes se les prepara en centros internacionales
entregándoseles los recursos y apoyo necesarios
para organizar sus unidades aprovechando el
Proyecto PNUD y la contraparte nacional.
El Dr. Hernán Lobos Romero, Jefe del Depar-
tamento de Laboratorios de Salud con el respal-
do de la Dirección, concibe para el país la idea de
un Sistema Nacional de Laboratorios y formula
el planteamiento de lo que sería, en definitiva, el
Sistema Nacional de Laboratorios, contando para
ello con el legado de disponer de un esqueleto de
cobertura nacional constituida por el antiguo Ser-
vicio Nacional de Salud. Después de 50 años la
líticas en el país. La fortaleza institucional del
Instituto Bacteriológico fue puesta a prueba.
Un proyecto que había sido ideado, progra-
mado y agenciado antes de 1973, sería eje de la
gestión y proyección de los años que vendrían
en el Instituto.
idea del Dr. Krauss surgida en 1929 comienza a
materializarse por el bien de la salud pública chi-
lena.67 Esta idea, en definitiva, cuenta con el apoyo
de una Resolución del Ministerio de Salud que le
da existencia legal, con la firma del Dr. Quesney, a
la sazón Subsecretario de la cartera.
En la etapa crítica de la organización del
Sistema Nacional de Laboratorios, el Instituto
Bacteriológico contó con la cooperación del Dr.
Eduardo Donoso Montalva como Jefe del Sub-
Departamento de Coordinación de Laboratorios
Clínicos. El Dr. Donoso, con su larga experiencia,
supo ir conectando a lo largo de todo Chile la ac-
tual Red de Coordinadores de Laboratorios y es-
tablecer el nexo, hasta entonces deficitario, entre
el laboratorio de referencia y los servicios locales.
En la Sección Diagnóstico, actual Bacteriolo-
gía, en el año 1975 bajo la dirección del Dr. Julio
García Moreno, con el apoyo de un equipo de tec-
nólogos médicos, pasó de transformar un labora-
torio clínico dedicado a acciones de apoyo frente
a emergencias, en un laboratorio nacional de re-
ferencia de Cocáceas positivas, Neisseria meningi-
tidis, Neisseria gonorrhoeae, Anaerobios y Técnicas
Generales de Laboratorio Bacteriológico. Puede
destacarse, aparte de las labores de vigilancia de
laboratorio, normalización técnica, evaluación,
capacitación, supervisión, etc. algunas acciones
específicas como: detección precoz de brotes de
meningitis meningocócica en Santiago en 1978 y
77
 en Osorno en 1979. El Dr. García fue un decidido
impulsor de la vacunación masiva antimeningo-
cócica en Santiago, en el año 1978, y desarrolló la
idea y coautoría del proyecto de estudio de cam-
po de una nueva vacuna antimeningocócica para
el grupo B desarrollado en Iquique (Walter Reed
Army Institute of Health). Además, cabe mencio-
nar la actividad de vigilancia de sensibilidad de
Neisseria gonorrhoeae y la detección de la primera
cepa productora de penicilinasa en Chile, en un
estudio que resultó pionero en América Latina. En
esta misma Sección se realizaron los primeros ais-
lamientos en Chile desde muestras humanas de
Yersinia enterocolítica y Campylobacter fetus subespecie
jejuni. Este laboratorio y la Institución demuestran
capacidad de respuesta central y de organización
de la red de laboratorios frente al brote de cólera
de 1991 y posteriormente el de Vibrio parahemoly-
ticus cuyos primeros casos aparecen en forma es-
porádica en el país en 1992. El nuevo y moderno
Pabellón de esta Sección fue inaugurado por el en-
tonces Ministro de Salud Dr. Jorge Jiménez de la
Jara. El Dr. Julio García en este periodo desarrolla
una activa participación a nivel ministerial en las
distintas comisiones a cargo del control de en-
fermedades infectocontagiosas y en la Comisión
Nacional Asesora del PAI (Plan Ampliado de In-
munizaciones). Con este tipo de actividades desa-
rrollada por distintos profesionales de la Institu-
ción, se inicia y se consolida con el tiempo la unión
de trabajo en equipo de Epidemiología del Minsal
con el Laboratorio Nacional de Referencia, trans-
formándose este nuevo enfoque en un hito para la
salud pública del país y en un reconocimiento para
el nuevo rol del Instituto. A modo de ejemplo, el
Dr. Julio García en conjunto con el Dr. Jorge Toro
Albornoz, del Ministerio de Salud, presentan en el
Ministerio de Salud la propuesta de erradicación
de sarampión vía campañas masivas de vacuna-
ción, posición que genera gran discusión, incluso
con la participación de las sociedades científicas
pertinentes, propuesta que es finalmente aproba-
da por decisión del Ministro de Salud de la época,
Dr. Jorge Jiménez de la Jara. La estrategia resulta
exitosa y la Organización Panamericana de la Sa-
lud recomienda la experiencia chilena a los países
de la región de las Américas.
El Dr. Hernán Lobos Romero junto al Dr.
García impulsan también, como coeditores: el
Boletín del Instituto Bacteriológico (posterior-
mente Boletín del Instituto de Salud Pública), el
Dr. García funda y dirige la revista “Laboratorio
al Día” que en un periodo crucial de desarrollo
institucional permanece como un nexo entre el
ISP y los integrantes del Sistema Nacional de
Laboratorios y en 1983 ambos profesionales
coeditan los cuatro volúmenes de los “Procedi-
mientos y Técnicas de Laboratorio” dirigidos a
estandarizar los procedimientos de trabajo en
los laboratorios clínicos del país.
Los laboratorios de referencia de Química
Clínica, Parasitología y Hematología se organi-
zan, desde 1978, con programas de evaluación
externa de calidad (PEEC) y estandarización de
técnicas con una cobertura nacional. La red de
Química Clínica llegó a contar más tarde, hacia
1989, con 160 laboratorios del Sistema Nacional
de Salud y 150 privados.
La Sección Virología, que por su especia-
lidad técnica, es el laboratorio de Virología del
sector público, se desarrolla particularmente en
la vigilancia de influenza llegando a ser Centro
Colaborador de la OMS en esta materia, bajo
la responsabilidad de la Q.F. Manuela Vicente.
También se destaca en el control de infección por
rotavirus (capacidad diagnóstica y producción
de kits), apoyo al programa IRA del Minsal en
particular de la infección por virus respiratorio
sincicial y organiza la red de laboratorios frente a
la pandemia de SIDA, tema en el cual ha aseso-
rado a otros países de la región.
En los años 1968 y 1969 el Dr. Kaplan efectuó
en Valparaíso los primeros trasplantes de corazón;
en 1966 en el Hospital J.J. Aguirre se efectúa el pri-
mer trasplante renal de donante cadáver seguido
el 68 con el primer trasplante renal con donante

El instituto bacteriológico de chile: 1929-1980

vivo. En este contexto, en 1974 el Dr. Ricardo So-
rensen a cargo del SubDepartamento de Inmuno-
logía y con la asesoría del Dr. Jean Paul Martell del
Servicio del Dr. Jean Dausset de Paris, identifica
la necesidad de apoyo técnico de laboratorio para
el manejo apropiado del trasplante de órganos y
asegurar las mayores posibilidades de éxito al in-
jerto. Con el apoyo de las Universidades de Chile
y Católica, impulsa así la creación en el Instituto
Bacteriológico de un Laboratorio de Histocom-
patibilidad. Este laboratorio, que da confianza y
credibilidad al sistema, apoya desde su inicio al
Programa Nacional de Trasplante que se desa-
rrolla alrededor de la figura de este laboratorio de
referencia, que en la actualidad representa un pilar
básico para la mantención de los listados de pa-
cientes en espera, los estudios de compatibilidad
de donantes y en la asignación de órganos.
Se va consolidando así, como alternativa de
control sanitario, la transformación del Instituto
Bacteriológico en una entidad estratégica para el
Ministerio de Salud Pública en la toma de deci-
siones que son propias del área, función y mi-
sión del Instituto
El Dr. Q.F. Eduardo González Amarales,
de procedencia magallánica, se desempeñó en
el Departamento de Producción. A él se deben
la creación de los llamados comités de produc-
ción que en 1986 cooperaron a racionalizar las
diversas tareas de una actividad necesariamente
muy coordinada. Estableció los cronogramas de
producción, con sus procedimientos operacio-
nales escritos. Desarrolló el control de calidad
contando con el apoyo del Médico Veterinario
Luis Rodríguez Aguayo, quien tiene renombre
internacional en la materia.
El Médico Veterinario Darío Pinto Miranda
introduce la tecnología de fermentación en la
producción de vacuna pertussis-diftérica. El Dr.
Pinto se traslada finalmente a Brasil, contratado
por la OPS a fin de aplicar en ese país la expe-
riencia adquirida en Chile.
El Médico Veterinario Fernando Fábrega
González dirige importantes estudios acerca
del uso de la vacuna antirrábica humana, que
conducen finalmente a la modificación de los es-
quemas tradicionales de vacunación preventiva.
Es mérito del Departamento de Producción, que
el Instituto Bacteriológico haya sido proveedor
de vacuna antirrábica de casi todos los países de
América Latina.
Durante este periodo, el Médico Veterina-
rio Sergio Romero Medel organiza como una
experiencia nueva, tipo modelo, el Centro de
Producción de Animales de Laboratorio: ratón,
ratas, conejos, cobayos, hamster, aves, huevos
embrionados, mantención de ovejas, caballos, y
vacunos. Colabora también con el abastecimien-
to de derivados tales como: sangre, hemosilina,
complemento, suero hiperinmune. El Centro
mantiene convenios con otras instituciones
como Universidades, Servicio Agrícola y Gana-
dero y otros, con el fin de entregar al Instituto
Bacteriológico la cantidad necesaria de animales
para los fines institucionales.
El Bioterio instalado en un edificio indepen-
diente dentro del Instituto, incrementó sus obli-
gaciones de entrega en cantidad y calidad de rato-
nes para laboratorios, alcanzando hacia 1989 un
promedio aproximado de 50.000 mensuales.
Al comienzo esta experiencia fue manteni-
da con bajo perfil institucional, hasta que pasó
a ser una unidad modelo y un centro estratégi-
co logístico para el normal funcionamiento del
Instituto.
Este Bioterio era en la época el más moderno
y completo de América Latina y en 1974 median-
te la colaboración de la Organización Mundial de
la Salud incorporó las cepas de ratones CF-1, que
son las indicadas para el trabajo de laboratorio.
Este Centro Productor ha sido organizado y
dirigido por el Médico Veterinario Sergio Romero
Medel, cuya capacidad ha sido reconocida interna-
79
 cionalmente como consultor OPS en esta materia,
siguiendo con la mejor tradición institutana de
excelencia y servicio a la salud pública. El Dr. Ro-
mero cuenta con una larga y brillante trayectoria
en su especialidad, siendo docente de la Univer-
sidad de Chile desde 1979 y especialista en virus
animales, vacuna antirrábica y en fiebre aftosa.
Para la manutención de animales medianos y
mayores el Instituto contaba con un predio agrí-
cola ubicado en el sector de “Lo Chena”, a 20 kiló-
metros de la capital. En la década de los 80, dentro
de los recursos disponibles, se mejoró y se moder-
nizó las instalaciones en este fundo para asegurar
una mejor calidad estándar de los animales que se
mantenían en esta unidad del Centro de Produc-
ción de Animales de Laboratorio.
Otras unidades de apoyo, especialmente
destacables en la época son: Medios de Culti-
vo, dependencia organizada y dirigida durante
La incorporación del Departamento de Salud Ocupacional
y Contaminación Ambiental, 1979 69
E n 1979 se traspasa al Instituto Bacteriológico,
el Instituto Nacional de Salud Ocupacional y
Contaminación Ambiental (INSO) el cual hasta
entonces dependía del Ministerio de Salud Pú-
blica, de la Sección de Higiene y Medicina del
Trabajo del Subdepartamento de Protección de
la Salud, de la Dirección General del Servicio
Nacional de Salud.
Este Instituto se había fundado en 1963,
bajo el nombre de Instituto de Higiene del Tra-
bajo y Contaminación Atmosférica, median-
te un fondo especial de las Naciones Unidas,
PNUD, cuya Gerencia había sido ejercida, du-
rante 3 años, por el Ingeniero norteamericano
J.J. Bloomfield, quien desempeña un impor-
tantísimo rol en su calidad de Consultor Re-
El instituto bacteriológico de chile: 1929-1980
largos años por el Dr. Simón Figueroa V.; el la-
boratorio de Cultivos Celulares, dependencia
de la Sección Virología, con una tecnología,
disponibilidad de líneas celulares e infraestruc-
tura que lo pone a la cabeza de su campo en los
países de la región.
El Prof. Dr. J.M. Borgoño dice, a modo de
balance, respecto del periodo del Coronel Joa-
quín Larraín Gana como Director del Instituto
que, “ha permitido la modernización del Insti-
tuto, una amplia colaboración internacional y
el desarrollo del control de calidad de los me-
dicamentos, estupefacientes y psicotrópicos.
Joaquín Larraín tiene también el mérito enorme
de haberse identificado con las tareas del Insti-
tuto, interiorizado en el conocimiento técnico y
administrativo de sus problemas y de ganarse
en las reuniones internacionales de OPS/OMS
un reconocido prestigio”.68
gional de Higiene Industrial al servicio de las
Américas.
Un estudio realizado sobre las condiciones
de trabajo en la industria y la minería, a comien-
zos de los años 60, había puesto de manifiesto
un nivel escasamente satisfactorio en materia de
Higiene y Seguridad del Trabajo que significaba
para el país, tanto una fuerte pérdida económica
como una pérdida de vidas y bienestar humano.
Fue así que con la asistencia de la Organización
Panamericana de la Salud (OPS), comenzaron los
trabajos tendientes a establecer una dependencia
autónoma en el ámbito del SNS, que pudiera ini-
ciar y administrar una campaña nacional destina-
da a promover la higiene y seguridad del trabajo, y
se ocupara también de las actividades en la esfera
de la contaminación atmosférica de la ciudad de
Santiago. Así nació el proyecto PNUD.
La sede de este Instituto fue una mansión
patrimonial del antiguo barrio aristocrático de
Santiago, ubicada en Santo Domingo 2398 es-
quina de Bulnes, donde funcionó hasta el gran
terremoto de 1985.
Su primer Director fue el Dr. Hernán Oyan-
guren Moya, quien se había dedicado durante mu-
chos años al campo de la salud ocupacional y ha-
bía colaborado directamente con el Ing. Consultor
Bloomfield, en la organización del Instituto. Du-
rante el periodo de la Dirección del Dr. Oyangu-
ren (1963-1970), el Instituto había alcanzado gran
prestigio a nivel nacional e internacional, por sus
investigaciones, publicaciones, capacidad técnica
de sus profesionales que en su mayoría se habían
perfeccionado en el extranjero, en las bases técni-
cas e implementación de leyes fundamentales del
área (Nº 16.744/1968, Seguro Social Obligatorio
contra Accidentes del Trabajo y Enfermedades
Profesionales) y en toda una vasta gama de capa-
citación, formación y perfeccionamiento de profe-
sionales y expertos nacionales y latinoamericanos
en materia de higiene y salud, en convenio con la
Escuela de Salud Pública.
El Dr. Oyanguren durante su trayectoria de
más de cincuenta años en la especialidad, alcan-
zó los más altos niveles profesionales y técnicos.
Fue Profesor de la Escuela de Salubridad, Con-
sultor Internacional de la OIT/OMS, Asesor del
Ministerio de Salud y Jefe del Subdepartamento
de Medicina Ocupacional del Instituto de Salud
Pública. Fue el principal mentor de la Ley Nº
16.744, sobre el Seguro Obligatorio contra Ac-
cidentes del Trabajo. En 1980 fue el primero en
recibir el Premio John J. Bloomfield establecido
por el Consejo Nacional de Seguridad.
Ya en 1964, el Instituto contaba con 10 pro-
fesionales y 15 auxiliares. Es importante destacar
que 3 Ingenieros que cumplían una destacada la-
bor en salud ocupacional en el ámbito técnico y
docente se desempeñaban físicamente en la Es-
cuela de Salubridad que funcionaba dentro del
edificio del recinto del Instituto Bacteriológico
de Chile. Entre los años 1966 y 1984 se dicta la
Licenciatura en Salud Ocupacional y a partir de
1986 se comienza a impartir el Magíster en Sa-
lud Pública con Mención en Salud Ocupacional.
Por Decreto Nº 79, del 25 de febrero de
1980, el Instituto de Salud Ocupacional pasa a
ser parte del Instituto de Salud Pública de Chile,
como su Departamento de Salud Ocupacional y
Contaminación Ambiental, siendo entonces Di-
rector D. Renato Nuño B.
Las principales funciones de este Departa-
mento son: Actuar como Laboratorio Nacional
y de Referencia en el campo de la Salud Ocupa-
cional y de la Contaminación Ambiental, efectuar
investigaciones con el propósito de contribuir a
la solución de los problemas de salud de los tra-
bajadores, labores de asesoría y docencia, evaluar
riesgos de accidentes del trabajo y proponer me-
didas preventivas, realizar acciones conducentes
a la detección precoz de las enfermedades profe-
sionales, efectuar estudios epidemiológicos diri-
gidos a evaluar los daños que causan dichas enfer-
medades, e intervenir en la autorización, control y
fiscalización de las entidades que se interesen ser
reconocidas oficialmente para certificar y contro-
lar los elementos de protección personal.
El Departamento de Salud Ocupacional y Con-
taminación Ambiental del ISP dispone de Labora-
torios de Higiene Industrial, Bioquímica, Ruido y
Vibraciones, Protección Radiológica, Audiometría,
Fisiología del Trabajo y Ventilación Industrial.
Un hecho relevante de la tarea de este De-
partamento, en relación a su participación en
Programas Internacionales, es integrar el Siste-
ma Internacional de Alerta para la Seguridad y
la Salud de los trabajadores, Organismo Sede de
la OIT en Ginebra (Servicio de Seguridad e Hi- Placa original del ex Instituto de Higiene del Trabajo
y Contaminación Atmosférica, que se encuentra en el
giene del Trabajo, Dpto. de Condiciones y Medio
ingreso del actual Departamento de Salud Ocupacional
Ambiente de Trabajo). y Contaminación Ambiental del ISP.
81
El instituto de salud pública
de chile, “dr. Eugenio suárez
herreros”, 1980-2008
Contexto político e institucional del cambio de Instituto
Bacteriológico a Instituto de Salud Pública
E l cambio institucional que afecta al Instituto
Bacteriológico en junio de 1980 (1929-1980,
51 años de existencia) obedece, por una parte, a
un proceso de redefinición de funciones y mi-
sión, generado por la propia dinámica descrita
que venía ocurriendo desde los años 60. Pero
también ocurre como efecto de la política del
gobierno militar hacia la salud pública, la cual
es concordante con el resto de las “moderni-
zaciones” que se implementaron en el país a
partir de los ochenta. El Estado subsidiario fue
el nuevo paradigma que se impuso sin contra-
peso en estas reformas.
El año 1979 se había dictado el Decreto-Ley
Nº 2.763 que reorganizó el Ministerio de Salud
Pública. El nuevo Ministerio de Salud, integra-
do por el Fondo Nacional de Salud (FONASA),
el Instituto de Salud Pública (ISP, ex Instituto
Bacteriológico) y la Central Nacional de Abas-
tecimiento, encabeza normativamente el Sis-
tema Nacional de Servicios de Salud (SNSS).
Cuenta inicialmente a lo largo del país con 26
Servicios de Salud, entes autónomos de carác-
ter ejecutivo, y con 13 Secretarías Regionales
Ministeriales de Salud (SEREMI’s), entes coor-
dinadores entre el sector salud, el Gobierno y
otras instituciones sanitarias descentralizadas
(FF.AA., Universidades, etc.).70
En homenaje a quien fuera el impulsor de la
creación del Instituto Bacteriológico, se le llamó
Instituto de Salud Pública, “Dr. Eugenio Suárez
Herreros”.
El artículo 2º del Reglamento, publicado en
el Diario Oficial el 4 de junio de 1980, del nuevo
Instituto de Salud Pública establecía que a éste le
corresponderá servir de laboratorio nacional y de
referencia en microbiología, inmunología, broma-
tología, farmacología, laboratorio clínico, conta-
minación ambiental y salud ocupacional y desem-
peñar las demás funciones que le asigne la ley.
Dentro de las funciones más relevantes asig-
nadas por el Reglamento del Instituto de Salud
Pública estaban las de ser el laboratorio nacional
y de referencia, normalizador y supervisor de los
laboratorios de salud pública; ejercer las activi-
dades relativas al control de calidad de medica-
mentos, alimentos y demás productos sujetos a
control; ser organismo oficial del Estado para la
elaboración de productos biológicos.
No obstante lo anterior, el Reglamento seña-
laba en su artículo 4º letra c): “El Instituto no
podrá elaborar productos farmacéuticos ni otros
no indicados en la letra precedente, sino en casos
calificados y previa autorización otorgada por re-
solución del Ministerio de Salud”.
85
 El control de medicamentos 71
E l control de medicamentos comienza en Chile
con la puesta en vigencia del Código Sanitario
del año 1931. El control analítico se efectúa en el
edificio de Borgoño, en la Sección de Produc-
tos Biológicos y Bioquímicos, trasladándose al
Instituto Bacteriológico en el año 1970, donde
pasa a constituir el Departamento de Control de
Calidad de Productos Farmacéuticos y Cosméti-
cos, a cargo del Dr. Q.F. Luis Espinoza Briceño.
Colaboraron con él un grupo de Profesionales
Químico Farmacéuticos, muchos de los cuales
se perfeccionaron en el extranjero (Canadá, Es-
tados Unidos, Inglaterra, México, etc.).
Paralelamente en la Dirección General de
Sanidad se inicia la autorización y registro de
los Laboratorios de Producción, otorgándose el
primer registro en el año 1933.
Al crearse en 1952 el Servicio Nacional de
Salud, estas actividades pasan a ser desempe-
ñadas por la Sección Farmacia de la Dirección
General.
En 1980 las actividades de la Sección Farma-
cia, como asimismo sus profesionales y demás
funcionarios se trasladan al Instituto, constitu-
Mediante los registros
farmacéuticos y cosméticos
se logra conseguir calidad,
seguridad y eficacia de los
productos.
El instituto de salud pública de chile, “dr. Eugenio suárez herreros”, 1980-2008
yendo el Subdepartamento Autorización, Regis-
tro e Inspección, que junto con el Subdeparta-
mento Químico Analítico y el Subdepartamento
Bromatología, conforman el Departamento Con-
trol Nacional, bajo la responsabilidad de la Dra.
Q.F. Raquel González Diez.
Este traslado ha permitido reunir en un De-
partamento todas las actividades que, en la ac-
tualidad, constituyen el Sistema Control y Vigi-
lancia Sanitaria de Medicamentos y Cosméticos.
Al incorporar, además, el control de alimentos, se
transforma en una réplica, a menor escala, de lo
que es el Food and Drug Administration (FDA)
en los Estados Unidos de Norteamérica.
En 1982 se dicta el Reglamento, D.S. Nº 435
de 30 de noviembre de 1981, publicado en el Dia-
rio Oficial de 22 de marzo de 1982 sobre el siste-
ma nacional de control de productos farmacéuti-
cos, alimentos de uso médico y cosméticos. Su
Art. 24º se refiere a las especialidades farmacéu-
ticas, a otros productos de carácter oficinal, a las
hierbas autóctonas extranjeras de uso popular.72
Desde la creación del Instituto Bacterioló-
gico cada partida de medicamentos catalogados
como productos biológicos (hormonas, anti-
bióticos, vacunas, hemoderivados, etc.) debe ser
controlada en este Departamento, previo a su
salida al mercado.
Los demás productos se controlan direc-
tamente a través de análisis de muestras en los
lugares de expendio, e indirectamente a través de
visitas inspectivas y auditorías de productos de
Laboratorios de la Industria Farmacéutica.
El Instituto de Salud Pública, ISP, realiza
además el control de uso lícito de estupefacien-
tes y psicotrópicos; y colabora con el Ministerio
Público en el análisis químico de los decomisos
de presuntas drogas.
 En este aspecto, y desde 1988, el ISP es el
Centro de Capacitación y Fiscalización Sanitaria
del Acuerdo Sudamericano de Estupefacientes y
Psicotrópicos (ASEP).
Los análisis químicos y microbiológicos
e investigaciones necesarias para el control de
alimentos y aguas, son realizados por el Subde-
partamento Bromatológico que es el Laboratorio
Central del Sistemas de Servicios de Salud. Pres-
ta ayuda técnica, asesoramiento y supervigilancia
a todos los demás laboratorios Bromatológicos
del Sistema distribuidos en el país.
El Instituto de Salud Pública,
Centro Colaborador de la Organización Panamericana de la Salud
E n el año 1982, el Instituto de Salud Pública
obtiene un significativo reconocimiento inter-
nacional a nivel técnico alcanzado en el concierto
latinoamericano, al ser nombrado oficialmente
Centro Colaborador de la Organización Pana-
mericana de Salud (OPS). en las áreas de Inmu-
nología y Bacteriología.
El Instituto también ha aportado con nu-
merosos asesores y expertos OPS a los restantes
países de la región. El laboratorio de Micobacte-
rias es nombrado por la OMS: Laboratorio Su-
bregional de Referencia, el laboratorio de Neisse-
ria gonorrhoeae es nombrado por OPS Laboratorio
Regional para América Latina y la Sección Bacte-
riología es laboratorio de referencia regional en
Ántrax (bioterrorismo). Durante el año 2007,
el Departamento de Virología obtiene la verifi-
cación OPS que certifica que el ISP cumple con
los criterios de eficacia y desempeño de la Red de
Laboratorios de Sarampión-Rubéola que apoyan
el Programa de Inmunizaciones de las Américas.
En el mismo año la OPS certifica que el labora-
torio de virus polio de Virología cumple satisfac-
Con la participación de la Dra. Q.F. Silvia
Silva Oyarce en un Congreso Internacional de
Buenos Aires, Chile pasa a ser miembro funda-
dor de la Red Latinoamericana de Control de
Calidad de Medicamentos del Sector Salud.
Más tarde, la misma Dra. Silva dentro de esta
Red es impulsora de una Red de Preparación
de Materiales de Referencia para los países de
la región. En el caso del Instituto, se incorpora
como proveedor de patrones antitoxina tetá-
nica y diftérica, toxoide tetánico y diftérico y
factor pertussis.
toriamente los criterios utilizados para evaluar el
desempeño de las actividades de la red de OPS/
OMS que apoya el programa de erradicación de
polio en el mundo.
Anteriormente, el Departamento de Control
Nacional y Salud Ocupacional del Instituto ha-
bía tenido similar distinción. Son numerosos
los profesionales, actualmente, en servicio, que
tienen carácter de Consultores OPS en las mate-
rias de su especialidad.
Un acto especial de reconocimiento por par-
te del Ministerio de Salud al rol preponderante
del laboratorio dentro de la medicina moderna,
ocurrió en 1983, con la incorporación dentro del
Programa del Ministerio de Becas de Retorno
para Médicos, de una Beca en Laboratorio Clí-
nico de dos años de duración, cuya Dirección y
manejo quedó bajo la responsabilidad del De-
El trabajo de laboratorio requiere rigurosamente
partamento de Laboratorios de Salud. Desde
mantener un sistema de bioseguridad. Este
esa fecha, se forman anualmente 2 a 4 médicos procedimiento en la manipulación de muestras
en el área de laboratorio clínico, significando un biológicas tiene dos objetivos: primero proteger al
importante aporte su incorporación posterior a laboratorista y en segundo lugar resguardar la muestra
diversos centros hospitalarios del país. de contaminación directa.
87

Edificio central Instituto de Salud Pública.
El instituto de salud pública de chile, “dr. Eugenio suárez herreros”, 1980-2008
El Instituto de Salud Pública durante los gobiernos de
reconstrucción democrática, 1990-2008
D espués de 17 años de interrupción de la vida
democrática chilena, el 11 de marzo de 1990
asume la Presidencia de la República, Don Patri-
cio Aylwin Azócar, quien inicia un gobierno de
transición y recuperación democrática (1990-
1993), cuya característica será la normalización
de las instituciones democráticas republicanas.
Posteriormente le sigue el Presidente Eduardo
Frei Ruiz-Tagle (1994-2000), cuyo Gobierno ha
sido caracterizado como un periodo de moderni-
zaciones en el ámbito de la economía y del Esta-
do (administración pública y administración de
la justicia). Le sucede en el cargo el Presidente
Ricardo Lagos Escobar (2000-2006), con polí-
ticas sociales de superación de la pobreza, rea-
lizaciones en grandes obras de infraestructura,
reforma a la salud y tratados internacionales que
insertan a Chile en la economía mundial.
Actualmente ejerce el cargo de Presidenta
de la República, la Dra. Michelle Bachelet Jeria,
ex Ministra de Salud y ex Ministra de Defensa,
primera mujer en la historia republicana chilena
que ocupa la más alta magistratura de la nación,
y cuya impronta ha sido la realización de cam-
bios y reformas sociales como la previsión, la
infancia, la educación y también la innovación
científica y tecnológica.
Durante estos 18 años, son nueve los Direc-
tores que ha tenido el Instituto de Salud Pública
de Chile, ISP, los cuales durante su periodo de
administración han impulsado, en el marco de
las políticas generales y sectoriales de moder-
nización del Estado y de mejoramiento de la
gestión pública, proyectos y acciones de mejora-
miento y de cumplimiento de las funciones que
la institución desarrolla en pro de la salud públi-
ca de todos y todas los chilenos y chilenas.
Los(as) Directores(as) que ha tenido el Ins-
tituto de Salud Pública (ISP), desde 1990, son
los(as) siguientes:
1. Dr. Leonel Rojas Stolze, 11 de marzo de 1990
al 31 de marzo de 1993.
2. Dr. Iván Saavedra Saavedra, 1 de abril de
1993 al 31 de marzo de 1994.
3. Dr. Jorge Sánchez Vega, 1 de abril de 1994 al
31 de julio de 1997.
4. Dr. Gonzalo Navarrete Muñoz, 1 de agosto de
1997 al 31 de julio de 2001.
5. Dra. Jeannette Vega Morales, 1 de agosto
2001 al 15 de octubre 2002.
6. Dr. Pedro García Aspillaga, 31 de octubre
2002 y el 2 de marzo de 2003.
7. Dr. Rodrigo Salinas Ríos, 15 de abril de 2003
y 14 de febrero de 2005.
8. Dra. Q.F. Pamela Villa Nanjarí, 15 de febrero
de 2005 y 31 de marzo de 2006.
9. Dra. Ingrid Heitmann Ghigliotto, 1 de abril
de 2007 hasta la actualidad.
Entre las realizaciones más relevantes del
Instituto de Salud Pública, ISP, durante este pe-
riodo se encuentran:
En 1994, se crea el Centro de Control de
Dispositivos Médicos y de Diagnóstico del Ins-
tituto, destinado a velar por el cumplimiento de
las normas internacionales de seguridad y certi-
ficación, permitiendo entregar con ello al usua-
rio en general una garantía técnica y de calidad
en su utilización.
 En marzo de 1996, se ratifica al Instituto de
Salud Pública como el Miembro Nº 47 al Centro
de Información y Farmacovigilancia Interna-
cional de la Organización Mundial de la Salud
(OMS).
En el periodo del Dr. Jorge Sánchez Vega se
inicia el proceso de modernización de la gestión
institucional, a través de una primera planifica-
ción estratégica que define nuestro entorno y
la inserción de la Institución en el sector salud,
con una visión moderna e integradora: se define
misión, objetivos derivados de los del Ministerio
de Salud, valores y política de calidad. Posterior-
mente este esfuerzo fue mantenido y enriqueci-
do por las siguientes Direcciones.
El 8 de abril del año 1996, en el mes de ju-
lio, la OMS renovó formalmente y hasta junio
del 2000 la calidad de Centro Colaborador de
ese organismo internacional en materia de Salud
Ocupacional al Departamento de Salud Ocupa-
cional del ISP.
En 1996 también el Instituto se abre al mun-
do al crear su Centro Internet, constituyendo un
importante avance tecnológico, comunicacional
e informático, instalándose a la vanguardia de
las comunicaciones dentro del sector público
nacional.
Con fecha 3 de septiembre de 1996, median-
te Resolución Exenta Nº 1.028 se crea la Comi-
sión de Evaluación de Productos Farmacéuti-
cos Nuevos destinada a estudiar e informar las
respectivas solicitudes de registro de fármacos,
después de su tramitación en el Departamento
Control Nacional.
El 9 de septiembre de 1996, bajo la firma
del Presidente de la República Eduardo Frei
Ruiz-Tagle, se publica en el Diario Oficial el
Decreto Supremo Nº 1.876 que aprueba el
Nuevo Reglamento del Sistema Nacional de
Control de Productos Farmacéuticos, Alimen-
tos de Uso Médico y Cosméticos, modificando
el anterior D.S. Nº 435, que rigió durante 15
años, y otorgando mayores atribuciones con-
traloras al Instituto.
El nuevo cuerpo legal contiene modifica-
ciones al Decreto Supremo Nº 435 de 1981 que,
durante 15 años, desarrolló estas labores contra-
loras y que, ahora, otorga mayores atribuciones
al ISP, a la vez tiende a mejorar la calidad de esos
productos, entregando un mayor nivel de infor-
mación a los usuarios acerca de su contenido y
utilización.
El 26 de agosto de 1997, se dicta el Decreto
Supremo Nº 1.222 con el nuevo Reglamento Or-
gánico del ISP.
En diciembre de 1998, el Consejo de Re-
cursos Humanos del Instituto, conformado por
representantes institucionales y por represen-
tantes elegidos por los diversos estamentos pro-
fesionales, administrativos, técnicos y auxiliares,
aprueba 25 Políticas de Recursos Humanos, que
establecen los deberes y las obligaciones, como
asimismo los derechos que les asisten a todos
los funcionarios.
En el ámbito técnico de vigilancia sanitaria
de laboratorio se impulsó la modernización de
los laboratorios de referencia incorporando me-
todologías diagnósticas de última generación
orientadas a fortalecer el sistema de vigilancia de
enfermedades infecciosas en el país, con técnicas
de estudio genético como: PCR, electroforesis
de campo pulsado, secuenciación de material
genético y otras como: serotipificación de Strep-
tococcus pneumoniae, serotipificación de Vibrio
parahaemolitycus, MGIT para estudio de resisten-
cia a drogas antituberculosas, entomología, se
potencia el diagnóstico de agentes parasitarios,
estudio de carga viral VIH, estudio de resistencia
a drogas anti VIH, diagnóstico de Dengue, West Centrifugación de muestras de sangre. La muestra
Nile, virus Hanta, etc. de sangre para ser analizada debe estar previamente
identificada a través de un código de barra, nombre o
En el campo de la calidad se ha dado im- número, de acuerdo a la elasticidad de la tecnología.
pulso y desarrollo del Programa de Evaluación Ello asegura la trazabilidad de la muestra y la
Externa de Calidad (PEEC) que habiéndose confiabilidad de los resultados.
89

Dra. Ingrid Heitmann.
Directora Instituto de Salud Pública.
El instituto de salud pública de chile, “dr. Eugenio suárez herreros”, 1980-2008
iniciado en 1972 con un subprograma (sífilis)
y 20 laboratorios, en la actualidad alcanza una
adscripción de 638 laboratorios clínicos y 69
bancos de sangre, públicos y privados. El pro-
grama incluye actualmente 52 subprogramas
que consideran las áreas de: Bacteriología,
Hematología, Inmunología, Micobacterias,
Parasitología, Química Clínica, Serología de
Sífilis, Virología, Microbiología de Alimentos,
Química de Alimentos, aguas y suelos, Salud
Ocupacional y Toxicología.
En marzo del 2000, siguiendo con la larga,
histórica y destacada trayectoria científica de la
Institución, el ISP obtiene un importante logro
en materia de salud pública: se aísla una cepa del
La actual administración de la Dra. Ingrid Heitmann Ghigliotto
E l Estado, como ente promotor del bien común,
requiere de permanentes modernizaciones
para el logro de su objetivo y, esto ha sido una
permanente preocupación de los distintos Go-
biernos desde el retorno a la democracia, abar-
cando aspectos normativos, de inversiones, de-
sarrollo, innovación, entre otros.
En este contexto, durante la administración de
la Dra. Ingrid Heitmann la modernización institu-
cional se ha fundamentado en tres ejes; la moder-
nización de la infraestructura y del equipamiento
técnico, del personal calificado y comprometido,
la modernización de la gestión con el concepto
de mejoría continua de la calidad basada en pro-
cesos y mirando el impacto en salud del accionar
institucional.
Entre el 2006 y el 2007 se han ejecutado
más de setenta proyectos, entre los que destacan
la renovación del alcantarillado, la red eléctrica,
baños, y modernización de diversos laborato-
rios, proyectos de informática, etc. También se
Hantavirus a partir de una muestra de sangre de
un paciente chileno que falleció por el Síndrome
Cardiopulmonar por Hantavirus (SCPH). Los
autores son un equipo de trabajo de profesiona-
les de la Sección Virología del ISP. Este relevante
hecho pone al ISP, una vez más, a la cabeza de
América Latina en materia de investigación.
El 12 de abril del 2000, se publica en el
Diario Oficial el Decreto Supremo Nº 245 que
sustenta el nuevo Reglamento Especial de Califi-
caciones del ISP, aprobado con la amplia partici-
pación del personal del Instituto.
El 20 de septiembre de 2002 se dicta el De-
creto Nº 239 que establece el nuevo Reglamento
del Sistema Nacional de Productos Cosméticos.
han invertido en compra de equipamiento para
desarrollar nuevas técnicas en biología mole-
cular, detección de sílice, y para determinación
de sustancias ilícitas (Electroforesis de gel en
campo pulsado, Espectrofotómetro infrarrojo,
Cromatografía gaseosa, con detector FID, Cro-
matografía con detector de masa), entre otros.
Igualmente se han renovado las salas de reunio-
nes y auditorios.
Durante el 2007 y en cumplimiento del
Programa de Gobierno de la Presidenta de la
República Dra. Michelle Bachelet Jeria, se ini-
cia la implementación del “Código de Buenas
Prácticas Laborales y No Discriminación” ela-
borándose un Plan Trienal, con la participación
de las Asociaciones gremiales de la Institución.
Se realizan diferentes acciones para el mejora-
miento del entorno laboral y la capacitación de
los funcionarios. Se inicia el proyecto de inno-
vación y desarrollo organizacional que apunta a
lograr un liderazgo en la gestión y a tener líderes
transformacionales que puedan ser los agen-
tes permanentes de los cambios y desafíos que
los requerimientos actuales exigen al Instituto
como órgano referencial y de vigilancia de la sa-
lud pública chilena.
La actual Dirección, siguiendo los linea-
mientos gubernamentales está implementando
un modelo de gestión por procesos, cuyo levan-
tamiento permitirá analizar la pertinencia, ob-
tener estadísticas e indicadores que mejoren la
eficiencia, conocer los costos reales, hacer mejor
análisis de riesgo y servir mejor a los usuarios.
En este proceso, de Mejoría Continua de la
Calidad, durante el año 2007 se logró la Cer-
tificación en ISO 9001:2000 de las Unidades
de Auditoria y Planificación y Control de Ges-
tión, en el área administrativa y de los Sistemas
de Capacitación y Evaluación del Desempe-
ño; se inició el proceso de implementación de
la Norma ISO 9001:2000, quedando para la
certificación durante el 2008. Durante este año
se incorporan a la implementación de la Norma,
la Unidad de Compras del Subdepartamento de
Abastecimiento y la Unidad del SIAC (Sistema
Integrado de Atención al Cliente) del Departa-
mento de Administración, Finanzas y de Recursos
Físicos.
En el área de laboratorios, el ISP está en pro-
ceso de acreditación de metodologías analíticas, de
acuerdo a la Norma Chilena 17.025. El año 2006
se presentaron cinco metodologías de los Labo-
ratorios: Residuos Peligrosos y el Laboratorio de
Toxinas marinas, los que están en la etapa final de
acreditación. Durante el año 2007 se presentaron
ocho metodologías de los laboratorios de Micro-
biología de Alimentos, Aguas y Riles y Residuos
de medicamentos veterinarios, encontrándose en
proceso de acreditación.
Entre los hitos más relevantes del quehacer
institucional logrados por la actual Dirección del
ISP ejercida por la Dra. Ingrid Heitmann, desta-
can la consolidación del Departamento de Salud
Ambiental; la creación y coordinación de la RED
Nacional de Laboratorios privados de Residuos
Peligrosos; la transferencia tecnológica y la capa-
citación en metodologías para el análisis de resi-
duos veterinarios y contaminantes biológicos; y
el Programa de Inocuidad de los Alimentos, en
un convenio con JICA-MINSAL, entre otros.
En el Departamento de Control Nacional
se logró normar el tema de Estabilidad de Me-
dicamentos, condición previa a la exigencia de
Equivalencia Terapéutica (Guía de Estabilidad,
año 2005).
Se ha avanzado en el cumplimiento de las
Buenas Prácticas de Manufactura (GMP), con-
dición previa a la exigencia de Equivalencia Te-
rapéutica. Igualmente se ha actualizado el Re-
glamento del Sistema Nacional de Control del
ISP (DS 1876/95) en materia de Equivalencia
Terapéutica.
Forma parte también de los logros alcan-
zados la creación de un Grupo Técnico en Bio-
farmacia con infraestructura, equipamiento y
profesionales con capacitación adecuada para
contribuir al avance normativo-regulador en la
materia.
Se está avanzando en la elaboración del Re-
glamento que rige para el requisito de equiva-
lencia terapéutica en los medicamentos genéri-
cos y la consecuente intercambiabilidad de los
mismos, la ampliación del sistema de farmaco-
vigilancia activa de medicamentos a todos los
establecimientos asistenciales del país.
En el Departamento de Salud Ocupacional
se trabaja en el Plan de Erradicación de la Silico-
sis para el 2030 con la capacitación de médicos
en neumoconiosis de los Servicios Regionales
de Salud, la generación de estándares de calidad
para las prestaciones de salud relacionadas con
Análisis de tolueno en juguetes de acuerdo al
silicosis (PEECASI) y un sistema de vigilancia
Reglamento de Juguetes D.S.114 del MINSAL. Consiste
a través del país; se avanza también en la norma- en someter al juguete a la metodología cromatográfica
lización y estandarización de elementos de pro- head space para determinación de hidrocarburos
tección personal para los trabajadores. volátiles.
91

Consejo Directivo del ISP
Arriba: Eduardo Johnson, Jefe Depto. Control
Nacional; Max Fuenzalida, Jefe Unidad
Asesoría Jurídica; Teresa Hernández, Jefa
Unidad Planificación y Control de Gestión;
Rafael Tellería, Jefe Depto. Administración
y Finanzas; Dr. Julio García, Jefe Depto.
Laboratorio Biomédico Nacional de Referencia;
Claudia Droguett, Jefa Unidad Comunicaciones y
Relaciones Públicas.
Abajo: Dr. Manuel Parra, Jefe Depto. Salud
Ocupacional; Sylvia Lagos, Jefa de Gabinete;
Héctor Becerra, Jefe Unidad Auditoría Interna;
Dra. Ingrid Heitmann, Directora Instituto de
Salud Pública; Mariana Fernández, Representante
Comité de Calidad; María Cristina Martínez; Jefa
Depto. Salud Ambiental.
El instituto de salud pública de chile, “dr. Eugenio suárez herreros”, 1980-2008
En el Departamento Biomédico Nacional de Referencia se implementó el La-
boratorio de Bioseguridad Nivel P3, para agentes bacterianos y, durante el año
2007, se inició la creación de base de datos de genética molecular para agen-
tes asociados a brotes intrahospitalarios y Enfermedades de Transmisión
Alimentaria, ETA. Se ha consolidado la red de vigilancia a nivel de genética
molecular. Se ha iniciado la implementación de nuevas determinaciones de
estudio para Trasplante, así como el desarrollo e implementación de un Sis-
tema de Información para la Gestión de Trasplante del ISP. El Departamento
Biomédico ha programado un cronograma para comenzar sus procesos en Nor-
ma Chilena 2547 y presentará las primeras técnicas a acreditar el año en curso.
Durante la gestión de la Dra. Ingrid Heitmann se remodela el Laborato-
rio de Genética Molecular y en el año 2008 se han iniciado los trabajos de
modernización y remodelación de las dependencias de Bacteriología, Viro-
logía, Salud Ambiental, Control Nacional y Salud Ocupacional.
Todas las realizaciones y avances realizados bajo la Dirección de la Dra.
Heitmann, se enmarcan en la perspectiva del plan estratégico de moderni-
zación institucional que tiene como objetivo posicionar, fortalecer y conso-
lidar el rol que ha de cumplir el Instituto de Salud Pública en su misión y
ámbito de acción, al servicio de la salud pública chilena. Este plan ha sido
concebido como una tarea colectiva, participativa, integradora y potenciado-
ra de las fortalezas institucionales que esencialmente son las personas que
hoy trabajan en el ISP.
Coherente con lo anterior, este plan estratégico recoge también la rica
historia institucional que construyeron desde 1892, hombres y mujeres que
trabajaron y entregaron su vida, sus conocimientos y sus sueños en el Ins-
tituto de Higiene, en el Instituto Bacteriológico de Chile y en el Instituto
de Salud Pública de Chile. Esta historia de importantes logros y contribu-
ciones, se proyecta también hoy hacia el futuro institucional con el desafío
principal de posicionar al ISP en su rol referencial e histórico en la salud
pública chilena, a nivel nacional e internacional.
Notas 1
Caballero, Amable, Dr. Inspector de Vacunas, “Endemias y Epidemias.Viruela y Vacuna”,
en Ferrer R., Pedro Lautaro, Higiene y Asistencia Pública en Chile, Homenaje a los Delegados
Oficiales a la Quinta Conferencia Sanitaria Internacional de las Repúblicas Americanas, Santiago,
Chile, 1911.
2
Murillo, Adolfo, Discurso en el Centenario de Jenner. Pronunciado en la fiesta con que las
sociedades científicas de Chile celebraron el 1.er centenario del descubrimiento de la vacuna,
Santiago, Imp. Esmeralda, 1904.
3
Murillo, Adolfo, Vacunación obligatoria. Discurso pronunciado por el Diputado por Santiago, en
la Cámara de Diputados, Sesión 6 de julio, 1882. (Este le fue encomendado por sus colegas de
profesión en la Cámara, por desempeñarse, en ese entonces, como Decano de la Facultad de
Medicina), Santiago, 1883.
4
Murillo, Adolfo, El Servicio de Vacuna en Chile, Publicación ordenada por la Junta Central de
Vacuna en homenaje a la memoria de su ex Presidente, Doctor don Adolfo Murillo, para ser
presentada a la Exposición Internacional de Higiene de Buenos Aires. Santiago, 1904.
5
Ferrer, Pedro Lautaro, Dr., “Enfermedades infecciosas”, en Higiene y Asistencia Pública en
Chile, Santiago, 1911; Puga Borne, Federico, Cómo se evita el cólera, Estudio de Higiene Popular,
Santiago, 1886; Murillo, Adolfo, Dr., Precauciones que deben tomarse en caso de una epidemia de
cólera, Santiago, 1886.
6
Murillo, Adolfo, Dr., La Mortalidad Urbana en Chile. Discurso leído en la sesión de apertura del
Congreso Científico General Chileno celebrado en Concepción, el 23 de febrero de 1896, Santiago,
1896.
7
Murillo, Adolfo, Dr., “La mortalidad en Santiago”, Revista Chilena de Higiene, 1897.
8
Murillo, Adolfo, Dr., id. anterior.
9
Murillo, Adolfo, Dr., id. anterior.
10
Dávila Boza, Ricardo, Dr., “Demografía en general y de las ciudades y puertos principales”, en
Ferrer, Pedro Lautaro, Dr., Higiene y Asistencia Pública en Chile, Santiago, 1911.
11
Altamirano, Carlos, Dr., “Apuntes para un estudio sobre habitaciones de Obreros”, en Revista
Chilena de Higiene, publicada por el Instituto de Higiene de Santiago, Vol.II, Nº 4, Santiago,
septiembre, 1895.
12
Lemétayer, Pablo, “Sección de Química y Toxicología”, en Ferrer, Pedro Lautaro, Dr., Higiene y
Asistencia Pública en Chile, Santiago, 1911.
13
Dávila Boza, Ricardo, Dr., “Instituto de Higiene”, en Ferrer, Pedro Lautaro, Dr. Higiene y
Asistencia Pública en Chile, Santiago, 1911.
14
Lemétayer, Pablo, Id. anterior.
15
Zegers, Ramón, Dr., “Sección de Microscopía y Bacteriología”, en Ferrer, Pedro Lautaro, Higiene
y Asistencia Pública en Chile, Santiago, 1911.

99
16
Cádiz, Mamerto, Dr., “Sección de Seroterapia e Instituto de Vacuna Animal”, en Ferrer, Pedro
Lautaro, Dr. Higiene y Asistencia Pública en Chile, Santiago, 1911.
17
García Moreno, Julio, Dr., Instituto Bacteriológico de Chile, 97 años al Servicio de la Salud,
Ministerio de Salud, Santiago, 1989.
18
Altamirano T., Carlos, Dr., “Desinfectorio Público”, en Ferrer, Pedro Lautaro, Dr., Higiene y
Asistencia Pública en Chile, Santiago, 1911.
19
Dávila Boza, Ricardo, Dr., “Vigésimo Novena Memoria del Instituto de Higiene”, 1921-1924;
“Necrología”. Atria, Arturo, Dr., Jefe de la Sección Bacteriología, “Memoria de la Sección”,
1921-1924; “Finis”, Nota de la redacción, en Revista Chilena de Higiene, publicada por el
Instituto de Higiene de Santiago, Vol. XXVIII, 1922-1924.
20
Corbalán Melgarejo, Ramón, Dr., Nota de la Dirección General de Sanidad al Ministro del Interior,
sobre los Informes de la Comisión designada por el Gobierno para estudiar los Servicios Sanitarios,
Santiago, 1922; Medina C., Eduardo, Dr., y Toro A., Jorge, Dr. “Sinopsis Sanitaria Chilena”, en
Anales Chilenos de Historia de la Medicina; Vol. 17: 77-93, Santiago, 2007.
21
Recopilación oficial de leyes y decretos relacionados con el Ministerio de Higiene, Asistencia
y Previsión Social y Trabajo, Ministerio de Higiene, Asistencia, Previsión Social y Trabajo,
Santiago, 1925.
22
Arturo Alesandri Palma, citado por José Santos Salas Morales, Ministro de Higiene, Asistencia,
Previsión Social y Trabajo, en el Mensaje del Decreto Ley Nº 355 de 17 de Marzo 1925, Diario
Oficial, 21 de marzo 1925. Op. Cit. anterior.
23
García Moreno, Julio, Dr., Instituto Bacteriológico de Chile, 97 años al Servicio de la Salud,
Ministerio de Salud, Santiago, 1989 y Puga Borne, Federico, Dr. “Discurso en la inauguración del
Instituto Bacteriológico”, 6 de diciembre de 1929, Revista del Instituto Bacteriológico de Chile,
Vol. 1, Nº 1, 1929.
24
Long, J.D., Dr., “El pasado, el presente y el futuro de la sanidad pública”, Boletín Sanitario, Año
I, Nº1, Santiago, enero, 1927.
25
“Decreto de la Dirección General de Sanidad sobre organización de los Servicios”, firmado por el
Director General de Sanidad Dr. Díaz Velasco, Santiago, 12 de abril de 1927, en Boletín Sanitario,
Año I, Nº4.
26
Suárez Herreros, Eugenio, Dr. “Antecedentes de la creación del Instituto Bacteriológico”, Anexo
Nº 1, “Informe de la Comisión de Miembros de la Facultad de Medicina”, Revista del Instituto
Bacteriológico de Chile, Año I, Nº 1, diciembre,1929.
27
Navarrete, Mariano, “Discurso pronunciado por el Señor Ministro de Educación Pública en la
inauguración del instituto el 6 de Diciembre de 1929”, en Revista del Instituto Bacteriológico de
Chile, Año I, Nº 1, diciembre, 1929.
28
Puga Borne, Federico, “Discurso del Dr. Federico Puga Borne”, en Revista del Instituto
Bacteriológico, Santiago, Año I, Nº 1, 1929.
NOTAS
29
Krauss, Rudolf, Dr., Director del Instituto, Director General de Educación Sanitaria, “Los fines y
la organización del Instituto Bacteriológico de Chile”, Conferencia inaugural el 6 de diciembre de
1929, Revista del Instituto Bacteriológico de Chile, Año I, Nº 1, 1929.
30
García Moreno, Julio, Dr., Instituto Bacteriológico de Chile, 97 años al Servicio de la Salud,
Ministerio de Salud, Santiago, 1989.
31
Krauss, Rudolf, Prof., Director General de Sanidad, “Dirección General de Sanidad, Programa de la
reorganización del servicio de salubridad pública de Chile”. Revista del Instituto Bacteriológico
de Chile, Vol. I, Nº 2, julio, 1930; Krauss, Rudolf, Dr. Director General de Sanidad, Director
del Instituto Bacteriológico de Chile, “El estado sanitario del país y la sanidad nacional”,
Conferencia dada en Valparaíso en agosto de 1930, Revista del Instituto Bacteriológico de Chile,
Vol. I, Nº 4, octubre, 1930.
32
Acta de la Sesión Constitutiva, 6 de octubre de 1928 y Acta dela Segunda Sesión de Constitución,
5 de abril de 1929, de la Sociedad Chilena de Microbiología e Higiene. “Boletín de la Sociedad
Chilena de Microbiología e Higiene”, diciembre de 1929, Revista del Instituto Bacteriológico de
Chile, Vol. I, Nº1, 1929.
33
Rodríguez Aguayo, Luis, “Rudolf Krauss. Semblanza”. Boletín del Instituto de Salud Pública de
Chile, Vol. XXVI, Nº 2, 1985.
34
“Memoria del Instituto Bacteriológico de Chile, 1929”, Revista del Instituto Bacteriológico de
Chile, Vol. I, marzo, 1930.
35
Id. anterior.
36
“Memoria del Instituto Bacteriológico de Chile, 1929”, Revista del Instituto Bacteriológico de
Chile, Vol. I, marzo, 1930.
37
“Memoria 1931 del Instituto Bacteriológico de Chile”, Revista del Instituto Bacteriológico de
Chile, Vol. III, Nº 2.
38
Entre tantos autores y publicaciones la mayoría ligados al Instituto, llama la atención la
publicación de Prof. Alejandro Lipschütz, en ese entonces de Concepción, sobre “Metabolismo y
trasplantación del ovario aislado”, y que es la publicación de una conferencia dada en la Sociedad
Chilena de Microbiología e Higiene en 1929. Revista del Instituto Bacteriológico de Chile, Año I,
Nº 2, 1930.
39
García Moreno, Julio, Dr., op.cit.
40
Rodríguez Aguayo, Luis, “Rudolf Krauss. Semblanza”. Boletín del Instituto de Salud Pública de
Chile, Vol. XXVI, Nº 2, 1985. El “Boletín”del Instituto a diferencia de la “Revista”del mismo,
comenzó a publicarse a contar del mes de marzo de 1942, con el Vol. 1, Nº 1.
41
Nota de la redacción, Dr. Juan Noé, Revista del Instituto Bacteriológico de Chile, Vol. III, Nº 2.
42
García Moreno, Julio, Dr., Instituto Bacteriológico de Chile, 97 años al Servicio de la Salud,
Ministerio de Salud, Santiago, 1989.
43
García Moreno, Julio, Dr., Instituto Bacteriológico de Chile, 97 años al Servicio de la Salud, 60
Medina Cárdenas, Eduardo, Dr., “Antecedentes del Formulario Nacional de Medicamentos (FNM)”,
Ministerio de Salud, Santiago, 1989 ; y “Necrología. Dr. Eugenio Suárez Herreros”, Boletín del Transcripción y notas aclaratorias de la Sesión Extraordinaria del Directorio de la Sociedad
Instituto Bacteriológico de Chile, Vol. XIX, Nºs. 1 y 2, 1977. Laboratorio Chile, el jueves 4 de marzo de 1965. Anales Chilenos de Historia de la Medicina, Vol.
44
“Necrología. Dr. Eugenio Suárez Herreros”, Boletín del Instituto Bacteriológico de Chile, Vol. 17, 107-118, 2007
XIX, Nºs. 1 y 2, 1977. 61
García Moreno, Julio, Dr., Instituto Bacteriológico de Chile, 97 años al Servicio de la Salud,
45
García Moreno, Julio, Dr., Instituto Bacteriológico de Chile, 97 años al Servicio de la Salud, Ministerio de Salud, Santiago, 1989.
Ministerio de Salud, Santiago, 1989. 62
Id. anterior.
46
Allende Gossens, Salvador, Ministro de Salubridad, La Realidad Médico-Social Chilena, Santiago, 63
Lobos Romero, Hernán, Dr., “El Laboratorio integrado a una Política de Salud”. Boletín del
1939. Instituto Bacteriológico de Chile, Vol. XIV, Nº 1 y 2, 1972.
47
Allende Gossens, Salvador, op. Cit. 64
“Crónica. Proyecto Chile - 3301 (CHI/72/550)”, Boletín del Instituto Bacteriológico de Chile,
48
Edwards Matte, Ismael, “Con el Dr. Salvador Allende”; Entrevista, Los reportajes de “Hoy”, Vol. XV, Nº 1, pp. 32, 1973.
Semana Nacional, Revista Hoy, 1939. 65
“Dr. Jiri Malek, Dr. Sc.”, Boletín del Instituto Bacteriológico de Chile, Vol. XV, Nº 1, pp.32,
49
Edwards Matte, Ismael, “Con el Dr. Salvador Allende”; Entrevista, Los reportajes de “Hoy”, 1973.
Semana Nacional, Revista Hoy, 1939. 66
“Crónica”, Boletín del Instituto Bacteriológico de Chile, Vol. XVI, Nº 1 y 2, 1974.
50
“Necrología. Dr. Eugenio Suárez Herreros”, Boletín del Instituto Bacteriológico de Chile, Vol. 67
Lobos Romero, Hernán, Dr. “Hacia un Programa para el Sistema Nacional de Laboratorios”.
XIX, Nºs. 1 y 2, 1977 y García Moreno, Julio, Dr., Instituto Bacteriológico de Chile, 97 años al Boletín del Instituto Bacteriológico de Chile, Vol. XIX, Nº 1-2, 1977. El Dr. Lobos Romero en esa
Servicio de la Salud, Ministerio de Salud, Santiago, 1989. época tenía el cargo de Subdirector de Laboratorios de Salud Pública y su artículo se refería al

51
“Necrología, Santiago Saitúa Basañez”, Boletín del Instituto Bacteriológico de Chile, Vol. 14, Proyecto de organización y consolidación de un Sistema Nacional de Laboratorios para el país,
1972. presentado por el Instituto Bacteriológico de Chile, con el patrocinio del Ministerio de Salud, el
52
García Moreno, Julio, Dr., Instituto Bacteriológico de Chile, 97 años al Servicio de la Salud, PNUD y la Oficina Sanitaria Panamericana.
Ministerio de Salud, Santiago, 1989. 68
Borgoño, D., J. M., “Contribución del Instituto de Salud Pública al progreso de la Salud Pública
53
Ledermann D., Walter, “La historia de la penicilina y de su fabricación en Chile”, Revista Chilena chilena en los últimos sesenta años”, Boletín del Instituto de Salud Pública de Chile, Vol. XXVII,
de Infectología, Vol. 23, Nº 2, Santiago, junio, 2006. Nº 1-2, p. 10, 1987-1988.
54
Entrevista (22/01/2008) a Jhonny Tepermann, Ingeniero Químico Industrial del Instituto
69
Alcaíno Lara, Juan, Ing. Departamento de Salud Ocupacional y Contaminación Ambiental, Apunte
Bacteriológico de Chile, entre 1957 y 2005. Se desempeñó en la planta de penicilina. mimeografiado, Biblioteca del Departamento de Salud Ocupacional, Instituto de Salud Pública
de Chile, ISP, Santiago, 1989.También sostuvimos una entrevista con su autor, acerca de las
55
Ledermann D., Walter, “La historia de la penicilina y de su fabricación en Chile”, Revista Chilena
actuales investigaciones y publicaciones del Subdepartamento de Higiene y Seguridad Industrial.
de Infectología, Vol. 23, Nº 2, Santiago, junio, 2006. 70
Medina Cárdenas, Eduardo, Dr., y Toro, Jorge, Dr., “Sinopsis sanitaria chilena”. Anales Chilenos
56
García Moreno, Julio, Dr., Instituto Bacteriológico de Chile, 97 años al Servicio de la Salud,
de Historia de la Medicina, Vol. 17, 77-93, Santiago, 2007.
Ministerio de Salud, Santiago, 1989.

71
García Moreno, Julio, Dr., Instituto Bacteriológico de Chile, 97 años al Servicio de la Salud,
57
“Dr. Raúl Palacios von Helms”, Boletín del Instituto Bacteriológico de Chile, Vol. XIII, 1971.
Ministerio de Salud, Santiago, 1989.
58
“Necrología, Eduardo Dussert Jolland”, Boletín del Instituto Bacteriológico de Chile, Vol. XV, 72
Medina Cárdenas, Eduardo, Dr., y Toro, Jorge, Dr., “Sinopsis sanitaria chilena”. Anales Chilenos
Nº 1, 1973.
de Historia de la Medicina, Vol. 17, 77-93, Santiago, 2007.
59
Medina Cárdenas, Eduardo, Dr., “Antecedentes del Formulario Nacional de Medicamentos (FNM)”,
Transcripción y notas aclaratorias de la Sesión Extraordinaria del Directorio de la Sociedad
Laboratorio Chile, el jueves 4 de marzo de 1965. Anales Chilenos de Historia de la Medicina,
Vol. 17, 107-118, 2007.

101
Agradecimientos Mis agradecimientos a la Dra. Ingrid Heitmann Ghigliotto, Di-
rectora del Instituto de Salud Pública, ISP, y a su equipo, por ha-
bernos dado la confianza y la oportunidad de realizar este trabajo
que intenta, muy primariamente, contribuir al rescate de la memoria
histórica de una institución del Estado de Chile, que ha servido con
tanto esmero y vocación de servicio en la salud pública del país, des-
de 1892.
Agradezco también a todos(as) los(as) funcionarios(as) y ex
funcionarios(as) del Instituto que colaboraron para cumplir con
mi tarea. En especial al Dr. Julio García Moreno, cuya valiosa pu-
blicación y conversaciones sobre la historia del Instituto Bacterio-
lógico fueron fundamentales para elaborar este relato. Igualmente
al Dr. Sergio Romero Medel por todo su apoyo y ayuda y al Comité
de Patrimonio Cultural del ISP que preside. Al Dr. Patricio Hevia y
su equipo de la Unidad de Patrimonio Cultural de Salud, por sus
valiosas sugerencias y enfoques.

Bernardo Jorquera Rojas

Marzo de 2008