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Funciones del

planeamiento

El Planeamiento
de Proyectos
Educativos

1
Funciones del
planeamiento.
Surgimiento y desarrollo
de la planificación
educativa
"Hay un diálogo entre la práctica y la teoría cuyo tema es el verbo
planificar. La profesora doña Práctica le pide a la Srta. Teoría
Normativa: ‘Conjuga el verbo planificar’. La Srta. Normativa
responde: ‘Yo planifico...’. ‘Sigue, que vas bien’, le dice doña
Práctica. ‘Ya terminé, profesora’, responde la Srta. Normativa.
Doña Práctica, algo perpleja, mira s sus alumnas. La Srta.
Situacional está ansiosa por hablar y recita antes que nadie se lo
El modelo normativopida: ‘Yo planifico, tú planificas, él planifica, etc."
de la planificación
Carlos Matus.

La planificación debería estar basada en una Teoría de la Producción de


Acciones Humanas. Los métodos que se utilizan en los procesos de
planificación están basados en acciones humanas, y los impactos que las
mismas generan son los que se intentan producir en un sistema de
gobernabilidad. El problema de la gobernabilidad surge, según seamos
capaces de describir un sistema de manera compleja o simplificada. De esta
manera, si describimos de una manera simple el sistema social, las
conclusiones pueden llevarnos a pensar que existe una alta gobernabilidad
del sistema. (Matus, 1987).

Matus (1987) describe cómo, aparentemente, el modelo que posee más


gobernabilidad es aquel en el cual un sólo sujeto es el que planifica y
gobierna el sistema. Dicho modelo, puede ser descripto de la siguiente
manera:

• Un sujeto realiza la planificación y la dirige, los otros sujetos


cumplen la función de agentes económicos.

• Como están basadas en una teoría del comportamiento social, las


operaciones que realizan los agentes económicos son cuantificables
y previsibles.
• La incertidumbre que se genera en el sistema sólo se refiere a
probabilidades de sucesos e impacto de las operaciones previsibles;
no se tiene en cuenta lo imprevisto y lo no cuantificable.

• Las variables que no puede controlar el actor que planifica y dirige


no poseen conducción inteligente creativa, dado que no responden a
otros sujetos planificadores.

De este modo, aparentemente el sistema tiene un alto nivel de


gobernabilidad y se rige, según Matus (1987), bajo los siguientes supuestos:

• Todas las acciones son el resultado de un comportamiento, a


excepción de la acción planificadora.

• Las variables que escapan al control del actor planificador se definen


como movimientos inexplicables, no poseen un actor inteligente y
creativo que tenga otros objetivos.

• Es factible asignarle probabilidades a la incertidumbre, y las


posibilidades son cuantificables.

• La planificación está fundamentada en una Teoría del


Comportamiento Social, basada en las relaciones sistémicas de
causa-efecto, teniendo como premisa que los efectos son un
comportamiento de carácter predecible.

Este tipo de razonamiento hipersimplificante es el que caracteriza a la


planificación económica normativa. Las variables que intervienen en este
modelo se pueden clasificar en:

• “YO”, que es el sujeto que realiza la planificación, el gobierno y


centraliza la creatividad en la acción.

• “EL SISTEMA”, que se entiende como el objeto planificado.

Entonces, una de las características principales de la planificación


normativa es el hecho de reducir arbitrariamente las acciones a
comportamientos. Y la evidencia de que la variable “YO” se asume como un
poder absoluto, está en que se elimina a los otros sujetos, ubicándolos en el
lugar de “supuestos escondidos”. (Matus, 1987).

El modelo estratégico de la planificación.


En contrapartida con el modelo descripto en párrafos anteriores, el modelo
estratégico responde a un sistema en el que el nivel de gobernabilidad está
influido por la variable “YO”, en confrontación con el “OTRO”, para
desarrollar las operaciones que guían hacia el logro de objetivos. (Matus,
1987).

En el marco de este modelo, se plantea la existencia de varios actores que


realizan la planificación en una red de objetivos conflictivos. En este caso, el
nivel de gobernabilidad del sistema no disminuye a causa de un deficiente
control de las variables, sino porque “YO” no tiene o no controla lo que
tiene o controla “OTRO”. Si “YO” no cumple con su objetivo, “OTRO” es el
que lo cumple, de manera tal que si mi capacidad de gobernabilidad
disminuye, la capacidad de “OTRO” es la que aumenta el nivel de
gobernabilidad. (Matus, 1987).

En el modelo estratégico, en el cual se asume que el poder y el conflicto son


compartidos, sólo algunas acciones se reducen a comportamientos, como en
el modelo anterior, la mayoría de las acciones, por el contrario, están
estratégicamente fundamentadas en un juicio estratégico. Es así, como la
teoría del comportamiento social no fundamenta a la planificación
estratégica. (Matus, 1987).

Las técnicas de planificación


La planificación puede ser concebida como método, teoría y tecnología,
desde el momento en que, según la naturaleza de los problemas y
situaciones que se pretenden abordar, es posible fundamentar diversas
teorías y enfoques de la planificación. De otra manera, el proyecto y la
capacidad de gobierno se analizan como una misma cosa, y generalmente
las pensamos como una misma cosa en nuestros discursos. La
consideración de las técnicas de planificación y de gobierno como una
teoría sobre la cual podemos realizar una reflexión, es posible sólo cuando
consideramos la verdadera complejidad del vínculo:

Naturaleza del Técnicas de planificación

caso o problema pertinentes

Fuente: Libro “Adiós, señor presidente. Planificación, antiplanificación y Gobierno.” –


Matus, Carlos, pág. 40.

De este modo, para las personas que sólo consideran un tipo de


planificación (la económica normativa), las diversas técnicas no son un
problema teórico cuando se da cuenta de las problemáticas de índole
teórica en Latinoamérica. Para ellos, siemplemente los buenos resultados
son productor de buenas acciones políticas o económicas. Entonces el
triángulo de gobierno al que hacíamos referencia en el módulo anterior,
pierde sentido, y queda reducido sólo al proyecto de gobierno. (Matus,
1987).

Esto sucede así, porque la realidad donde se maneja el ser humano, se


corresponde con la cantidad de conceptos que maneja. Sólo consideraré
agentes económicos si dentro de mi realidad no existen el concepto de
“oponente”. Si tampoco entra en mi bagaje de conceptos el de acción
estratégica, sólo seré capaz de concebir la idea de acción-comportamiento
desde la Teoría Económica Normativa. De esta manera, estoy negando una
dimensión importante de la realidad. Es necesario entonces enriquecer el
repertorio de conceptos que poseemos, para poder entonces enriquecer
nuestras acciones. (Matus, 1987).

Según John Searle (1969, p. 194) “El error es suponer que la aplicación del
lenguaje al mundo consiste en pegar etiquetas a los objetos que, por así
decirlo, se identifican a sí mismos. Conforme a mi perspectiva, el mundo se
divide según lo dividamos, y nuestra forma principal de dividir las cosas está
en el lenguaje. Nuestro concepto de la realidad depende de nuestras
categorías lingüísticas”.
Si poseo ciertas limitaciones para conocer ciertos conceptos y actuar en
consecuencia en el ámbito de la planificación, mis propuestas concretas de
acción y decisiones se concentrarán dentro de un espacio limitado. Y
cualquier error que se cometa en la realización de una acción planificada
será atribuido a un mal manejo de teorías y métodos, y no al hecho de que
éstas realizan una constante simplificación de la realidad. Se corre el riesgo
asimismo, de dejar de lado problemas abstractos para focalizarme sobre
problemas más concretos y, por lo tanto, desde mi punto de vista, más
prácticos. (Matus, 1987).

El concepto de situación
El mismo concepto de conflicto nos impele a comprender la realidad desde
distintas perspectivas. Es por esto que, para cada uno de los sujetos, la
realidad en la que habita es vista de manera diferente. (Matus, 1987).

La noción de situación fue abordada por teóricos muy reconocidos.


Gramsci, por ejemplo, elaboró una tesis acerca de las correlaciones de
fuerzas y de las nociones de estrategia, táctica y plan estratégico. Al mismo
tiempo distinguió entre los conceptos de movimientos y hechos orgánicos y
movimientos y hechos coyunturales que tienen lugar en la situación.
Antonio Gramsci, Abordado por Gramsci, la noción de situación no se restringe a una
Antología, de Carlos observación del hoy, sino que es una categoría que también se orienta hacia
Matus, POMAIRE pensar el mañana, y dar cuenta del pasado.
ENSAYOS, p.147.
No obstante, los aportes más importantes para la noción de situación,
fueron realizados por autores como Sartre (1943), Heidegger (1927),
Gadamer (1975) y Ortega y Gasset (1936), quienes plantearon nociones
como las de estar envuelto en una situación, ser y hacer en una situación,
conocer y explicar dentro de una situación. (Matus, 1987).

El enriquecedor aporte de Ortega se basaba en resaltar la razón vital


situacional, por sobre la razón abstracta. En una primera instancia, Ortega
resalta la circunstancia como condicionante de la realidad situacional
específica en la que se encuentra el sujeto. (Matus, 1987).

La situación posee su propio lenguaje y complementa al formal,


definiéndolos inequívocamente. El contexto situacional se complementa
con lo dicho en el lenguaje de los debates y diálogos, igual que el contexto
situacional da complemento a la descripción del texto situacional vinculado
a la práctica de la acción vital. Las definiciones no tienen lugar fuera de la
situación. (Matus, 1987).

La definición de situación da cuenta del interlocutor, que ocupa el rol de


oponente durante el conflicto extremo. Es por esto que, describir el
contexto en el que se está situado implica obligadamente dar cuenta del rol
de los demás sujetos y comprender sus explicaciones. La explicación sino,
es inacabada, desvinculada de su contexto situacional. (Matus, 1987).

Existe una evidente distancia entre el diagnóstico tradicional y la


explicación situacional. El diagnóstico consiste en una argumentación no
situada y restringida a una única perspectiva. La explicación situacional,
por otro lado, consiste en un intercambio entre el YO y los OTROS, cuyo
texto toma uno de los sujetos de forma conciente del relato y el contexto de
situación que lo incluye en un ámbito plagado de conflicto que hace propios
otros textos. Mi relato es un intercambio con la situación que comparto con
el otro. (Matus, 1987).
Para finalizar, Ortega analiza la historia de manera coherente con la Teoría
de Situación, dado que reconoce que la misma vive en la situación del hoy.
De esta manera, para la planificación situacional, las acciones se realizan en
el presente y no a la distancia. (Matus, 1987).

Matus, (1987), hace referencia finalmente, a la síntesis de las ideas de


Ortega, las cuales consisten en:

La situación obliga al actor social a cumplir su rol.

No existe acción externa a la situación.

Mientras que el diagnóstico no realiza ningún intercambio, la


explicación implica establecer un diálogo con la situación.

La historia vive en la situación.

La acción se realiza en el presente y no en la distancia.


Otro teórico que abordó el concepto de situación fue Hans Georg Gadamer,
quien acuña otra perspectiva al respecto, y afirma que no es posible
alcanzar una explicación objetiva de la realidad en la cual nos ubicamos.
(Matus, 1987).

La noción de situación planteada en Planificación de Situaciones (FCE,


México, 1980; pp. 62-122) pretende dar cuenta de esta complejidad y
definir la categoría de formación social al plano operativo. Para lo cual, se
requiere:

Permitir la diferenciación y la constancia en las transformaciones sociales


que se configuran en la formación social, dentro de los parámetros de los
sujetos en la situación.

Elegir dentro de la totalidad los elementos pertinentes según el caso para


la acción de un sujeto puntual inserto en la realidad que se explica, por lo
tanto, donde exista una explicación de la realidad, estará implicada una
explicación de sí mismo.

Reconocer las dimensiones de la realidad que limitan los


condicionamientos, facultades y potencialidades de los sujetos para
desarrollar acciones tendientes a lograr los objetivos propuestos.

Identificar qué actor es el que aporta la explicación de la realidad, siendo


conciente que esa explicación es una perspectiva particular para analizarla
y está relacionada con los propósitos de ese sujeto y la situación en la que
se encuentra en la realidad. Entonces, detrás de las explicaciones subyace
un productor identificable, y está vinculada a la situación del sujeto que
realiza la misma.

Dar cuenta de lo que plantea el párrafo anterior, permite identificar al


autor de una explicación determinada sobre la realidad como alguien que
interactúa con otros, en un juego de objetivos conflictivos y contrapuestos
que posibilitan diversas explicaciones e igualmente verificables de la
realidad, según el punto en el cual se ubica, observa y actúa cada uno de
los actores.

Es necesario tomar conciencia de que lo expresado anteriormente no niega


la presencia de leyes objetivas y de procesos creativos objetivos, externos a
las situaciones, voluntades y puntos de vista particulares.
La corrección o falsedad en el intento de explicación de una realidad, está
relacionada a la situación que ocupa el actor que realiza la explicación. De
esta manera, debemos dar cuenta que coexisten diversas verdades
verificables en la realidad. (Matus, 1987).

Si dos exploradores, A y B, ubicados en dos planetas diferentes,


despiden simultáneamente disparos de su pistola de bengalas desde el
punto de vista del observador, sin embargo A afirma que disparó antes,
y B sostiene lo mismo. ¿Cuál es la verdad de la realidad?

A partir de la problemática planteada en el cuadro, podemos verificar la


verdad de ambas afirmaciones, las cuales son relativas a la ubicación en el
espacio de cada uno de los exploradores. Y esto es así, porque la velocidad
de la luz está enmarcada en una ley objetiva a nuestra voluntad, propósitos
y ubicación en el espacio. Esto es lo que posibilita que A afirme que disparó
antes que B, pero esta verdad es útil también para B, desde su ubicación en
el disparo. Esa ley objetiva a la que hacemos referencia es la que aporta
verificabilidad al argumento del observador, que se encuentra a la misma
distancia de ambos exploradores. En el relato planteado en el cuadro,
entonces, existen tres verdades relativas que son verificables a nivel
empírico. (Matus, 1987).

La noción de diagnóstico, ¿puede explicar esta compleja realidad? Si el


diagnóstico toma uno de los argumentos como verdad única, ¿está
rechazando otras verdades relativas igualmente verificables?
¿Existe una verdad objetiva? ¿A qué punto de vista corresponde la
verdad de la explicación que se realiza a partir del diagnóstico de una
planificación económica normativa?

La explicación no se encuentra separada del sujeto que la realiza, de sus


propósitos, de su ubicación en la realidad y de los otros sujetos con los
cuales coexiste en la misma. (Matus, 1987). En una explicación de situación,
están siempre implicados varios actores u observadores intelectuales. De
esta manera, es necesario diferenciar la explicación propia de aquella que
trata de comprender la explicación de esos otros sujetos, e identificar si
hablamos de un observador o un actor. (Matus, 1987).

Anteriormente a realizar una explicación, debemos diferenciar, al menos


preliminarmente, lo que denominamos situación de lo que denominamos
escenario, trasfondo escénico o entorno. Dicha diferenciación implica
resaltar determinados criterios. Un actor debe ser capaz de diferenciar
diversas situaciones según diversos objetivos en el marco de una misma
realidad. Así, hay diversas formas de diferenciar el sistema situación, con
sus límites borrosos, del escenario. La situación entonces, configura un
espacio de producción social donde los actores cumplen un rol al mismo
tiempo que lo hacen sus oponentes, y donde los eventos de producción
social están condicionados por las acciones que realizan todos ellos,
interactuando en un escenario que los enmarca. (Matus, 1987).

Es posible analizar la dimensión subjetiva de una explicación situacional a


partir de la categoría de distinción, desde la visión de Spencer Brown
(Spencer Brown, The Laws of Forms”. Allen and Unwin; 1969, London,
Julian Press, N. York, 1972). El autor, desde esta categoría, alcanza hasta la
de indicación. Justamente, cuando se realiza una distinción apuntando a un
objetivo determinado de quien realiza la distinción, se llega a una
indicación. (Matus, 1987). De esta manera, la explicación que se realiza de
la situación y desde una ubicación determinada, resulta en una sucesión de
indicaciones. Se pueden indicar entonces problemáticas, causas, decisiones,
refutaciones, entre otras. (Matus, 1987).

La formulación teórica de la planificación situacional se origina en una


indicación que abarca un espacio de relaciones de producción social
perceptible sólo si quien lo indica se encuentra en el espacio indicado. En
esta instancia, la indicación del sujeto no surge de la motivación de saber,
sino de realizar una acción y transformar la realidad ubicada en el espacio
indicado. La indicación entonces, es la forma que existe de dividir la
realidad para actuar sobre la misma. Por lo tanto, diversas realidades
admiten indicaciones distintas. (Matus, 1987).

Dentro de la Teoría de la Planificación Normativa, el diagnóstico equivale a


la explicación de la realidad, y, si tiene intenciones de rigurosidad, el mismo
debe reflejar una verdad única. Sin embargo, tomamos conciencia de que
dentro de un diagnóstico pueden coexistir varias explicaciones de la
realidad, desde el momento en que damos cuenta de que la fuerza
planificadora se encuentra inmersa en el sistema planificado, el cual incluye
explicaciones y planificaciones contrapuestas. Por lo tanto, el proceso de
diagnóstico no debería apuntar hacia la objetividad, rigurosidad y unicidad
en la explicación de la realidad. Entonces se requiere de una explicación
situacional. (Matus, 1987).

Dentro de un proceso social caracterizado por el conflicto y la


contradicción, la realidad implica la visión propia y la de otros actores
involucrados. Esto es un punto muy importante para la planificación
estratégica, dado que el cálculo interactivo obliga a reconocer los objetivos y
las acciones en consecuencia posibles de los otros, y las mismas son
independientes de la explicación situacional propia, sino que dependen de
la explicación del otro. (Matus, 1987).
Epistemología de la planificación:
Teoría de la Acción y Teoría de la
Planificación. Presentación de los tipos
de planificación.
Existe un supuesto que configura la Teoría de la Planificación tradicional. Y
ese supuesto tiene que ver con:

El sujeto que realiza la planificación se encuentra afuera o en la


realidad planificada y por lo tanto no se vincula en dicha realidad con
otros sujetos planificadores.

Sin embargo, los actores que realizan planificaciones basados en la Teoría


de la Planificación Normativa, no admitirán que la teoría con la que se
manejan está basada en ese supuesto. Y esto es porque ese supuesto, se
encuentra comprendido o puede discernirse de los rasgos teóricos que
subyacen a las acciones provenientes de la planificación económica
tradicional. Este supuesto es sobre el cual descansa la lógica de la
planificación normativa. (Matus, 1987). Es decir, comprendiendo este
supuesto, podemos explicar los demás postulados de la planificación
normativa, los cuales se pueden sintetizar, según Matus (1987),
gráficamente de la siguiente manera:

REALIDAD
ESTADO (SUJETO QUE
PLANIFICA) (OBJETO
PLANIFICADO)

Fuente: Libro “Adiós, señor presidente. Planificación, antiplanificación y Gobierno.” –


Carlos Matus, pág. 55.
Postulado 1

En la planificación existen dos elementos: un “sujeto” que planifica y


un objeto planificado. El Estado es el sujeto y la realidad económico-
social es el objeto. El sujeto controla al objeto, y ambos no son
dependientes entre sí.
Postulado 2

El diagnóstico es el requisito previo que debe lograr el sujeto para


poder realizar su planificación. El diagnóstico se logra de manera
objetiva y debe ser, por lo tanto, único. A cada actor le corresponde un
diagnóstico, una sola conceptualización temporal y una verdad única y
omnisciente.

Postulado 3

Es necesario conocer las “leyes” con las cuales funciona la realidad


para poder comprenderla y adquirir facultades para prever su
desarrollo futuro. Si la realidad es entendida como un objeto social, la
misma se puede reducir a comportamientos sociales. Es decir, la
interacción del sujeto con las cosas a manera de una asociación
invariable entre actuaciones y variables relacionadas y restrictivas de
las mismas. Por lo tanto, la realidad social puede ser expresada a
través del diseño de modelos de análisis fundamentados en las
relaciones sistémicas de causa-efecto. Se identifican los conceptos de
predicción y previsión. La eficacia del método es probable por su
capacidad de predecir. Las acciones son acción-comportamiento, a
excepción de la acción que realiza el actor planificador.

Postulado 4

Basado en el supuesto de que el sujeto planificador no coexiste con


otros sujetos con las mismas capacidades, se argumenta la no
existencia de oponentes y la planificación sólo está orientada a lo
económico- social. Por lo tanto, la eficacia y el cálculo previo a la
acción son sólo económicos. Por lo tanto, la planificación significa:
diseño de un deber ser, que es distinto del tiende a ser producto del
diagnóstico. El cálculo estratégico no es tenido en cuenta, solamente
el Estado es capaz de transformar los comportamientos de los sujetos
económicos.

La realidad donde se desarrolla el plan se caracteriza por la armonía y


el acuerdo centralizado. El objeto planificado no supone la existencia
de actores sociales productores de acciones estratégicas, sino agentes
económicos condicionados a acciones previsibles.
Postulado 5

En la medida en que la planificación se oriente hacia el deber ser, está


basada en una normativa económico-social donde no se considera la
incertidumbre y los hechos probabilísticos no definidos, y donde lo
político es un marco condicionante externo al plan económico-social.
No existen los problemas cuasiestructurados.

Postulado 6

El plan es el resultado de una capacidad estatal, y tiene que ver con una
serie de propósitos y un final cerrado, dado que los eventos de cierre y
los medios para lograrlos son previsibles. Dentro de la lógica causa-
efecto, y al no considerarse la incertidumbre, planificar se reduce a
realizar acciones apara alcanzar los objetivos. Prima la racionalidad
técnica para solucionar los problemas de manera óptima.

Los postulados anteriores rigen la práctica de la planificación normativa,


postulados que rara vez son cuestionados. Incluso las explicaciones sobre la
ineficacia de este tipo de planificación aplicada a diversas situaciones, no
apuntan al supuesto sobre el que se basan los seis postulados descriptos
anteriormente, sino que se orientan hacia coyunturas políticas, la calidad
del trabajo de quienes planifican, la ineficacia de las estadísticas, el escaso
poder de los niveles centrales de la planificación, la falta de experiencia o
formación de los economistas, la falta de interés de los políticos, entre otros
factores. (Matus, 1987).

Sin embargo, las causas de los resultados poco eficaces de la planificación


normativa se están buscando en los lugares equivocados. Dado que, en
realidad, se encuentran en el supuesto mencionado anteriormente, y que da
fundamento a una noción limitada de la planificación y del sujeto que
planifica. Además, soslaya la dimensión política de la planificación como
sistemática del cálculo que guía y antecede a la acción. (Matus, 1987).

La negación de este tipo de planificación restrictiva, da lugar a una


reformulación teórica del proceso y del rol del sujeto que planifica. (Matus,
1987).

A1 (OPONENTE)

REALIDAD
A2 (ESTADO)

Fuente: Libro “Adiós, señor presidente. Planificación, antiplanificación y Gobierno.” –


Carlos Matus, pág. 58.
Se asume, desde esta otra perspectiva, un nuevo supuesto, que da lugar
a nuevos postulados:

El sujeto planificador está inmerso en la realidad y se vincula con otros


actores planificadores.
Postulado 1

El sujeto planificador está implicado en el objeto planificado. El objeto


planificado, a su vez, implica a otros sujetos planificadores. De esta
manera, no es posible hacer una división entre sujeto planificador y
objeto planificado. Como resultado, el sujeto planificador no puede
garantizar su capacidad de controlar el objeto planificado, porque en el
proceso está implicada la acción del otro sujeto. Hay diversos grados
de gobernabilidad del sistema para cada actor social.
Postulado 2

En la realidad coexisten diversos actores con capacidades


diferenciadas para la planificación, por lo tanto, existe una igual
cantidad de explicaciones sobre la realidad, condicionadas por la
ubicación de cada actor dentro de la misma, por lo tanto, es imposible
realizar un diagnóstico único basado en una realidad objetiva. La
explicación que se realiza es situacional. El tiempo se analiza según la
situación de los sujetos, y los criterios de eficacia y las racionalidades
son múltiples.

Postulado 3

No es necesario reducir las acciones humanas a comportamientos


para comprender la realidad y tener capacidad para prever su
desarrollo futuro. Es más propio de este nuevo tipo de planificación,
el juicio estratégico o el cálculo interactivo, que caracteriza a las
interacciones humanas. De esta manera, se admite que el sujeto
planificador se relaciona con los objetos y con los oponentes. Las
relaciones iniciativa –respuesta se combinan con las relaciones causa-
efecto. La imposibilidad de predecir, da lugar a la previsión. Así, no
puede explicarse la realidad social con modelos de análisis que
reducen las acciones a comportamientos. La “simulación humana” se
orienta a la comprensión y la previsión de la interrelación de acciones
estratégicas y acciones-comportamiento.

Postulado 4
Teniendo en cuenta que el sujeto que planifica coexiste en la realidad
social con otros sujetos planificadores, la planificación debe
desarrollar la capacidad de enfrentarse a la resistencia de los otros
frente al plan propio. Por lo tanto, la planificación no debe
identificarse con el modelo normativo tendiente al “deber ser”, sino
que debe abarcar el “puede ser” y la “voluntad de hacer”. Debe, al
mismo tiempo, sistematizar la previsión política y apuntar a la
coyuntura. La realidad en la que se inserta el plan se entiende como
un trayecto constante entre conflicto, acuerdos y consensos. El objeto
tiene planes propios y una resistencia a ser planificado. La
planificación normativa es considerada sólo como una dimensión de
la planificación sociopolítica. La centralidad del plan no está ocupada
por los agentes económicos sino por los actores y fuerzas sociales.

Postulado 5

Si la planificación de un sujeto tiene lugar en un contexto plagado de


resistencia y conflicto con otros sujetos, lo normativo es sólo una
dimensión de lo estratégico y de lo operacional, por lo tanto, la
realidad contiene incertidumbre mal definida, que no nos permite
cuantificar las posibilidades ni otorgarles probabilidades. El contexto
nos obliga a abordar problemas cuasiestructurados.

Lo político no se considera ya como un condicionante de lo económico,


los problemas deben reconocerse a través de variables políticas
internas en la sistemática de la planificación.

Postulado 6

La planificación no es exclusiva del Estado. Diversas y múltiples


fuerzas sociales intentan alcanzar sus propósitos y poseen la capacidad
de realizar una previsión que guía y antecede a la acción. Por lo tanto
existen planes enfrentados con final abierto a las posibilidades de
resultados. Lograr los objetivos del plan no se restringe a manejar
variables económicas, sino que requiere de vencer a los oponentes para
ganar el plan personal. Ya no hablamos de soluciones óptimas sino de
soluciones que satisfagan los propósitos personales que tienen en
cuenta que los problemas tienen una continuidad temporal.

Las dos posturas extremas que aquí se explicaron a partir de los distintos
postulados, no deben ser buscados de manera “pura” en la práctica de los
procesos de planificación. Sin embargo, es necesario evidenciar que el
primer caso se acerca más a la experiencia metodológica y se aleja de la
realidad social, por otro lado, el segundo caso aborda con mayor realismo el
proceso de gobierno pero rechaza la experiencia de planificación formal.
(Matus, 1987).

En este desequilibrio entre teoría y práctica se encuentra la solución de los


condicionantes y las problemáticas prácticas de la planificación tradicional.
De esta manera, es recomendable acercar nuestra práctica de la
planificación a la que se identifica con la planificación situacional. (Matus,
1987).

Este último enfoque de la planificación es una clase de planificación


estratégica, con la cual comparte aspectos en común y también
diferenciados. Las características fundamentales de este enfoque de la
planificación tienen que ver con abarcar la noción de situación, y desde un
enfoque práctico implica planificar situaciones. (Matus, 1987).

Incidencia y usos de la investigación.


Modos de gestionar programas y
proyectos.
Para poder realizar un análisis de las alternativas de cambio, para poder
decidir entre diversas posibilidades y desarrollar la elegida, la cual consiste
en la tarea del actor planificador. Es conveniente utilizar toda la
información de la que se dispone, dado que la tarea de planificación carece
de sentido si no poseemos información. La investigación es el medio más
eficaz que el hombre desarrolló para tomar datos disgregados provenientes
de diversas fuentes y transformar los mismos en información seleccionada y
analizada, disponible para búsquedas específicas. (SCHIEFELBEIN y
MCGINN, 1992).

No obstante, realizando un análisis del tipo de información que


generalmente se utiliza en los procesos de planificación, es posible observar
que no se aplica de manera exhaustiva la información que proviene de los
resultados de distintos tipos de investigación. En efecto, la mayor parte de
la información que se utiliza para los procesos de planificación está basada
en descripciones provenientes de datos básicos, escasamente analizados, y
hay una gran ausencia de marcos teóricos o modelos conceptuales. Lo
conveniente, entonces, es hacer, en la medida de lo posible, un uso íntegro
de los datos provenientes de los resultados de investigación, en cualquier
caso en que se requiera realizar una planificación. (SCHIEFELBEIN y
MCGINN, 1992).

En la gran mayoría de los procesos que generalmente se llevan a cabo en


materia de planificación, se realizan sin hacer uso práctico de las diversas
aportaciones que hace la investigación formal, las cuales implican
utilización de marcos teóricos, métodos comparativos, análisis de
cuantificación de datos, experimentos sobre los que se realizan
seguimientos y evaluación, y el incremento lógico de interpretaciones
alternativas. (SCHIEFELBEIN y MCGINN, 1992).

En algunas ocasiones es posible identificar en los proyectos y planes ciertas


acotaciones evidentes a las vinculaciones entre variables y eventualmente
alguna referencia a resultados de ciertos experimentos. Sin embargo, en
general los procesos vinculados a la planificación son desarrollados
utilizando escasamente fuentes de información y problemas de
generalización de conclusiones. (SCHIEFELBEIN y MCGINN, 1992).

Esta situación no es ya muy común en otras regiones donde los resultados


de la ciencia son tomados por los planificadores en la toma de decisiones.
Esto es así por la existencia de sistemas de información para la
administración en las distintas burocracias. Se genera una gran cantidad de
bases de datos a partir de la cual la planificación puede extraerlos para
llevar a cabo sus procesos. Sin embargo, aun en esos contextos
informatizados, la planificación suele considerarse como un proceso
separado de la investigación. De hecho, los sujetos que realizan la
planificación no suelen manejar de manera relevante los conceptos y
técnicas provenientes del ámbito de la investigación. Es por esto la urgente
necesidad de integrar los elementos de la investigación al campo de la
planificación. (SCHIEFELBEIN y MCGINN, 1992).

Dentro de las prácticas tradicionales de la planificación, desde el momento


en que se identifica a la misma con la programación y a la administración
con la toma de decisiones, se está dejando de lado la importancia de la
información. De hecho, la mayoría de los planes consiste sólo en la
definición de una serie de propósitos viables en referencia a los recursos de
los que se dispone. En algunas ocasiones los planes incluyen el diseño de
algunos proyectos que tratarán de alcanzar las metas propuestas. De esta
manera, dichos planes no son más que una serie de “recetas” destinadas a
que los administradores lleven a cabo acciones puntuales, sin atender a las
características del contexto. Queda poco espacio para la previsión y para la
explicación. (SCHIEFELBEIN y MCGINN, 1992).

Sin embargo, y como afirmábamos en el módulo anterior, la utilidad de la


planificación se acrecienta justamente en situaciones adversas
caracterizadas por la escasez de recursos, de eficiencia o de oportunidades.
Aquí es donde cobra importancia el uso de información. La importancia de
la planificación aumenta en situaciones en las cuales se espera operar algún
tipo de transformación. Es frente a la existencia de alternativas que cobra
sentido real la toma de decisiones. Y, justamente, el uso de la información
es inminente cuando somos capaces de reconocer las alternativas para el
cambio y definir criterios para decidir entre diversas posibilidades.
(SCHIEFELBEIN y MCGINN, 1992).

El principal aporte que es capaz de hacer el actor planificador se encuentra


entre prevenir futuras problemáticas y modificar positivamente la situación
en la que se encuentra. (SCHIEFELBEIN y MCGINN, 1992).

Como afirmábamos anteriormente, en situaciones favorables disminuye la


importancia de la planificación. En esa instancia, el trabajo del planificador
se limitará a utilizar la información disponible para guiar y gestionar la
situación. Como máximo, el planificador puede identificar criterios
alternativos, mediciones e indicadores que le sirvan para realizar el
diagnóstico de la situación donde se encuentra ubicado, o identificando
formas de aumentar el rendimiento en base a los criterios vigentes. Para
lograr dicha labor, se acostumbra a realizar simulaciones de la realidad en
modelos simplificados, como podemos observar en el cuadro de la siguiente
página. (SCHIEFELBEIN y MCGINN, 1992).

En esta instancia resulta útil diferenciar dos clases generales de enfoques de


la planificación. Los mismos suelen identificarse con los estilos propios o
personalidades de los actores que planifican, sin embargo, es necesario
aclarar que los mismos son requeridos en cualquier sistema, más allá de
que la forma en que se desarrollen varía según las características del
sistema. (SCHIEFELBEIN y MCGINN, 1992).
MODELOS UTILIZADOS POR LOS INVESTIGADORES PARA ADQUIRIR INFORMACIÓN ÚTIL EN LA
PLANIFICACIÓN.

Características Modelo Modelo causal Diseño Modelo de


constituyentes diagnóstico (Analítico) (Tecnológico o gestión
del modelo (Histórico) artístico) (administración)

Elementos Indicadores Variables Componentes Recursos


básicos

Enlaces de los Definiciones. Variables exógenas Mecanismos, Normas,


elementos Categorías. explican los secuencias, instrucciones
modelados Hipótesis de cambios de estrategias, (manuales)
trabajo. variables operaciones. operaciones.
dependientes

Sesgos valóricos Reconocer Cuál modelo usar Especificar criterio Lealtad del
prioridad en análisis de control operador
problema/tema

Límites del Parámetros se Parámetros se Límites son Realidad sin


sistema definen en definen al principio ignorados límites, pero
modelado informe final restricciones

Fuentes para la Datos objetivos. Medición objetiva Objetos concretos Control ejercido
puesta en Opinión subjetiva. y observación de y acciones en las acciones de
práctica Registros orales o efectos específicas(probar) personas y
escritos. materiales

Enfoque Dialéctico Inductivo Intuitivo Normativo


(axiomático, (retroalimentación) reestructuración (estándares)
deductivo e pragmático activa.
inductivo)

Método Heurístico Analítico Articulación de Supervisión,


(empírico, (desagrega en componentes por seguimiento y
histórico) elementos y ensayo y error ajustes.
relaciones)

Procedimientos Opinión subjetiva % aceptado de Formativa. Sumativa


de evaluación sobre error tipo III error tipo I y II Sumativa final (también
formativa)

Procedimientos Opinión sobre Simulación Operación factible Ejecución genera


de validación alcances, numérica con produce objetivo estándares
consistencia, información (fin) esperados.
precisión e histórica
interpretación

Criterios de Opinión subjetiva % de varianza Operador opina de Minimiza costos o


optimización (opinión de explicada (R2) eficiencia o maximiza
jueces y usuarios suele ser baja consistencia resultados
Resultado de la Perfil de realidad Ecuación y Prototipo o PERT (diagrama
aplicación y de necesidad margen de error manual de programación
(escrita o gráfica) (desviación y de evaluación)
estándar)

Objetivo Describir realidad, Explica para Crear Operar un


(General) necesidades prever alternativas. programa
(dudas y (pronóstico Conceptualizar específico
problemas) “ceteris Paribus”)

Uso de resultado Verifica si Valida hipótesis Valida causas Valida eficacia del
por planificador situación que sugiere el sugeridas por el prototipo en
(descripta) tiene diagnóstico análisis (por los aplicación
una causa (no es resultados) masiva/escala
un resultado
aleatorio)

Fuente: Libro “Hacia una integración de la investigación y planificación de la educación.” –


SCHIEFELBEIN, Ernesto y MCGINN, Noel., pág. 46.

Ambos enfoques se diferencian entre sí en nivel en que esperan que el


sujeto que planifica pueda preestablecer los propósitos finales de la acción a
planificar. El primer enfoque tiene que ver con el proceso de explicitación
de objetivos, sobre los cuales se realiza la planificación, definiendo los
medios para alcanzar esos objetivos en referencia a los recursos de los que
se dispone. Se recolecta información que posibilite decidir entre diversos
medios disponibles. Este es un proceso que se realiza cotidianamente.
(SCHIEFELBEIN y MCGINN, 1992).

El segundo enfoque sobre el proceso de planificación está relacionado con


la acción en situaciones adversas en el contexto social sobre el que actúa el
sistema educacional. En dichas situaciones no es pertinente el uso de
recursos para el logro de objetivos que en futuro resulten ser
contraproducentes, sino determinar los fines más relevantes en la situación
en la que se encuentra. Cabe preguntarnos entonces:

¿Qué propósito deseable se puede lograr? En lugar de preguntarnos,


¿cuál es el medio más óptimo para alcanzar el propósito deseado?

La información que se necesita en este segundo enfoque no requiere ser


muy específica, pero debe dar lugar al cotejo entre una serie de propósitos
alternativos, tanto los internos como aquellos obtenidos de experiencias de
otros sistemas educativos. La evaluación de propósitos alternativos debe
realizarse en el contexto social en el cual actúa el sistema educacional.
(SCHIEFELBEIN y MCGINN, 1992).
Si el primero de los enfoque se identifica con la idea de “logro de
objetivos”, el segundo puede considerarse como “búsqueda de
objetivos”.

Cada uno de estos enfoques se encuentra vinculado a distintos tipos de


investigación.

El segundo de los enfoques, se identifica con el modelo de investigación


“libre de sesgos valóricos” mencionado en el cuadro anterior. En este caso,
el rol del planificador, al igual que el del investigador, es externo, es decir,
intenta observar el problema desde afuera del sistema que interviene. La
decisión acerca de los objetivos no está dentro de sus responsabilidades.
Intentan seleccionar variables de estudio de manera objetiva. Intentarán
evitar errores de tipo I (Sugiriendo lo que hay que evitar) y los de tipo II (no
recomendando lo que se debe hacer), y no son responsables de los posibles
errores que puedan llegar a cometerse. Es menor el cuidado que deben
tener sobre la validez y la confiabilidad de sus resultados primarios, dado
que, posteriormente, una vez determinados los fines, los responsables de la
planificación pueden adaptar sus conclusiones por medio de un proyecto
piloto. (SCHIEFELBEIN y MCGINN, 1992).

El primero de los enfoques se identifica con lo que se llama investigación


tecnológica. La mayor preocupación radica en los resultados de las
acciones. En base a una hipótesis preliminar y una serie de condiciones, se
proponen un conjunto de acciones o estrategias. En este sentido, la
planificación debe describir las características de la situación particular con
el establecimiento de un paradigma determinado, y además justificar las
acciones en base a la “fe” en la hipótesis. La validez está definida en
términos de realizar exitosamente las acciones, más no se analizan los
resultados. (SCHIEFELBEIN y MCGINN, 1992).

Dado que las acciones se realizan una sola vez, y la oportunidad de observar
a las mismas y sus resultados es única, la noción tradicional (analítica) de
confiabilidad, proveniente del ámbito de la investigación, pierde sentido. Es
más identificable con los estudios de caso. Es decir que las definiciones
convencionales de investigación realizan escasos aportes a este tipo de
planificación. (SCHIEFELBEIN y MCGINN, 1992).

El paradigma vigente suele fallar o rechazarse dado que se ponen en


práctica nuevas ideas exitosamente o porque hay una gran cantidad de
anomalías que el paradigma vigente no puede solucionar. (SCHIEFELBEIN
y MCGINN, 1992).

No es tarea fácil que dentro de este enfoque se rechace un paradigma. Las


comunidades científicas, y en este caso las organizaciones dedicadas al
planeamiento, restringen la prueba de nuevas ideas, ignorándolas u
ocultándolas. Por tal razón, las prácticas suelen anquilosarse en paradigmas
ya superados ampliamente. (SCHIEFELBEIN y MCGINN, 1992).

Dentro del primer enfoque de la planificación, suelen existir dos variantes.


Una de ellas tiene lugar cuando integrantes nuevos de la organización
aportan nuevas ideas según los criterios de novedosos paradigmas, que dan
lugar a nuevas alternativas de acción. El proceso de planificación está
centrado en las primeras etapas, en la justificación de la transformación y el
margen de acción del modelo. Más adelante se planifican acciones
alternativas a la situación vigente. (SCHIEFELBEIN y MCGINN, 1992).

La segunda variante del primer enfoque tiene lugar en el momento


posterior a la creación de un nuevo paradigma, pero antes de que entre en
vigencia del todo. El proceso de planificación en este caso, se centra en la
inserción y sostenimiento de novedosas formas de organización y acción.
(SCHIEFELBEIN y MCGINN, 1992).

Estos tres tipos de planificación (el primer enfoque con las dos variantes),
podrían reorganizarse de la siguiente manera:

Planificar como búsqueda de fines; planificar para establecer el


paradigma que de justificación a propósitos y acciones; y planificar
para organizar y hacer un seguimiento del sistema educativo para
realizar acciones específicas.

La justificación de todos estos tipos de planificación depende de la situación


dentro de la cual está ubicado el planificador. Cada uno de ellos necesita de
distintos tipos de información, por lo cual varía el tipo de investigación
necesaria para cada caso. Los modelos de procesamiento de información
son muy aproximados. (SCHIEFELBEIN y MCGINN, 1992).
Bibliografía de referencia
MATUS, Carlos. (1987), “Adiós, señor presidente. Planificación, antiplanificación
y Gobierno”, Caracas, POMAIRE ENSAYOS.

NIRENBERG, Olga; BRAWERMAN, Josette y RUIZ, Violeta. (2000).


“Evaluar para la transformación”, Buenos Aires, Paidós.

SCHIEFELBEIN, Ernesto y MCGINN, Noel. (1992). “Hacia una


integración de la investigación y planificación de la educación”, Santiago de
Chile, BOLETIN 28.

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