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Introducción……………………………………………….……………………..3

1. Violencia…………………………………………………………………………4

1.1. Preludio………………………………………………………………………..
4

1.2. ¿Qué es la
violencia?.................................................................................4

1.3. Tipos de
Violencia……………………………………………………………..5

1.3.1. Violencia
Física…………………………………………………………………5

1.3.2. Violencia Psicológica………………………………..……………..5

1.3.2.1. El maltrato
psicológico………………………………………….6

1.3.2.2. El acoso
psicológico…………………………………………..7

1.3.2.3. La manipulación
mental……………………………………..8

1.3.3. Violencia Sexual……………………………………………………8


1.3.3.1. Factores de riesgo en la violencia
Sexual………………………8

1.3.3.2. Prevención de la violencia


sexual………………………………9

2. Violencia Familiar…………………………………………………………….11

2.1. Preludio……………………………………………………………………11

2.2. Tipos de Violencia en la Familia…………………………………………12


2.2.1. Violencia Infantil……………………………………………………
12

2.2.2. Violencia en el Adulto Mayor………………………………………


15

2.2.3. Violencia contra la


Mujer………………………………………….17

Conclusiones………………………………………...............................................19

Anexos…………………………………………………………………………….2
0 Violencia contra el menor de
edad…………………………………………….20 Violencia contra el Adulto
Mayor…………………………………………….21 Violencia contra la
mujer………………………………………………………23

Bibliografía………………………………………………………………………….24
INTRODUCCIÓN

La violencia familiar es uno de los problemas que mayor incidencia tiene en el


mundo, donde nuestro país no es la excepción. En el Perú existen distintos
organismos gubernamentales y no gubernamentales encargados de erradicar la
violencia familiar en el país y de ayudar a quienes la padecen. Tal es el caso del
CEM (Centro de Emergencia Mujer) donde se puede encontrar una rica información
sobre el asunto en nuestro país.

El congreso de la República del Perú promulgó la ley Nº 27306 que protege a las
personas víctimas del maltrato familiar. Esta ley comprende de 29 artículos, cuyo
contenido puede ser consultado en la página virtual del Congreso de la República.

Se ha encontrado una gran cantidad de información sobre este tema, sobre todo
del tipo de violencia psicológica, que a nuestro entender, es el más importante de
los tres tipos de violencia mencionados en esta monografía. Ya que causa daños
psicológicos en la persona que la padece y es el más peligroso puesto que
derrumba a la víctima lentamente y su detección inmediata es casi imposible.

En la presente monografía se ha tratado de centrarnos principalmente al maltrato


del adulto mayor, proporcionando datos estadísticos tomados del CEM para
enriquecer el texto mostrado. También se proporcionan tablas estadísticas del
maltrato hacia los niños y solo se toca brevemente el tema de la violencia contra la
mujer por considerar que está ampliamente difundido.
CAPÍTULO I
VIOLENCIA

1.1. Preludio

No hay país ni comunidad a salvo de la violencia. Las imágenes y las descripciones


de actos violentos invaden los medios de comunicación. Está en nuestras calles y
en nuestros hogares, en las escuelas, los lugares de trabajo y otros centros. Es un
azote ubicuo que desgarra el tejido comunitario y amenaza la vida, la salud y la
felicidad de todos nosotros.

Cada año, más de 1,6 millones de personas en todo el mundo pierden la vida
violentamente. Por cada persona que muere por causas violentas, muchas más
resultan heridas y sufren una diversidad de problemas físicos, sexuales,
reproductivos y mentales.

La violencia es una de las principales causas de muerte en la población de edad


comprendida entre los 15 y los 44 años, y la responsable del 14% de las
defunciones en la población masculina y del 7% en la femenina, aproximadamente.
La violencia está tan presente, que se la percibe a menudo como un componente
ineludible de la condición humana, un hecho ineluctable ante el que hemos de
reaccionar en lugar de prevenirlo. Suele considerarse, además, una cuestión de
«ley y orden», en la que el papel de los profesionales de la salud se limita a tratar
las consecuencias.
Pero estos supuestos están cambiando, gracias al éxito de fórmulas de salud
pública aplicadas a otros problemas sanitarios de origen medioambiental o
relacionados con el comportamiento, como las cardiopatías, el consumo de tabaco
y el virus de la inmunodeficiencia humana/síndrome de inmunodeficiencia adquirida
(VIH/SIDA).1

1.2. ¿Qué es violencia?

Existen múltiples definiciones de violencia, en especial las que relacionan con la


imposición de fuerza física. Sin embargo, la violencia es un concepto mucho más
global y complejo que se refiere a: "cualquier acto de comisión u omisión y
cualquier condición que resulte de dichos actos, que prive a los sujetos de igualdad
de derechos y libertades e interfiera con su máximo desarrollo y libertad de elegir".
La violencia no es universal ni inevitable, ni es instintiva, de hecho hay individuos y
grupos que muestran un alto grado de violencia, y otros individuos y grupos que
muestran muy poca.

Otros factores que pueden favorecerla son las condiciones de frustración. Así por
ejemplo, se ha visto que los casos de violencia doméstica, aumentan en
condiciones de miseria, de desempleo, o en el caso de nuestro país, en que el
índice de denuncias por agresión doméstica se incrementa notablemente después
de los partidos de fútbol en los hogares de los aficionados perdedores. 2

1. Informe mundial sobre la violencia y la salud: resumen. Washington, D.C.,


Organización Panamericana de la Salud, Oficina Regional para las Américas de la
Organización Mundial de la Salud, 2002. pág. 11

2. http://www.musade.org/leer.php/14 Consultado el 16/10/07 a las 6:28 p.m.


Actualizado el 11/07/07 a las 11:44 p.m.

Según el Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud la violencia se define como


un fenómeno sumamente difuso y complejo cuya definición no puede tener
exactitud científica, ya que es una cuestión de apreciación. La noción de lo que son
comportamientos aceptables e inaceptables, o de lo que constituye un daño, está
influida por la cultura y sometida a una continua revisión a medida que los valores y
las normas sociales evolucionan.1

1.3. TIPOS DE VIOLENCIA


En la violencia familiar los tipos de violencia más recurrentes dentro del núcleo
familiar son la violencia física, la psicológica y la sexual. Todas ellas, contribuyen a
la destrucción del individuo si es que no se detiene a tiempo o, mejor aún, es
detectada antes de que empiece.

1.3.1. VIOLENCIA FÍSICA:

Comprende todas aquellas agresiones que reciba la persona por parte de cualquier
familiar o allegado.

Estas agresiones usualmente se dan dentro del contexto del castigo. El castigo
corporal o físico es el uso de la fuerza física con la intención de causar algún grado
de dolor o malestar para disciplinar, corregir, controlar, cambiar el comportamiento o
en la creencia que se está educando y criando a los niños.(Save de Children)

Se consigna, dentro de violencia física, las siguientes modalidades: Puntapiés o


patadas, puñetazos, bofetadas, jalones de cabello, empujones, tirar al suelo, golpes
con palos, leñas, maderas, bastones, ahorcamiento o intento de asfixia, latigazos,
correazos, pegar con sogas, heridas con arma punzo cortante o arma de fuego,
golpes con otros objetos contundentes(piedras, fierros, botellas, herramientas, otras
agresiones físicas con el cuerpo (arañazos, mordeduras, rodillazos, cabezazos,
pisotones etc) y otros. Asimismo está incluida la categoría de negligencia: como
todo aquel descuido o abandono que produzca daño o lesión física (MINDES,
2004).

1.3.2. VIOLENCIA PSICOLÓGICA:

La violencia psicológica no es una forma de conducta, sino un conjunto


heterogéneo de comportamientos, en todos los cuales se produce una forma de
agresión psicológica. Es un anuncio de la violencia física. Peor, muchas veces, que
la violencia física. Porque el anuncio es la amenaza suspendida sobre la cabeza de
la víctima, que no sabe qué clase de violencia va a recibir.

La amenaza se distingue de la agresión, pero la amenaza es una forma de


agresión psicológica. Cuando la amenaza es dañina o destructiva directamente,
entra dentro del campo de la conducta criminal, la que está penada por la ley.

1. Informe mundial sobre la violencia y la salud: resumen. Washington, D.C.,


Organización Panamericana de la Salud, Oficina Regional para las Américas de la
Organización Mundial de la Salud, 2002. pág. 14
En todos los casos, es una conducta que causa un perjuicio a la víctima. Puede ser
intencionada o no intencionada. Es decir, el agresor puede tener conciencia de que
está haciendo daño a su víctima o no tenerla. Eso es desde el punto de vista
psicológico. Desde el punto de vista jurídico, tiene que existir la intención del
agresor de dañar a su víctima.

La violencia física produce un traumatismo, una lesión u otro daño y lo produce


inmediatamente. La violencia psicológica, vaya o no acompañada de violencia
física, actúa en el tiempo. Es un daño que se va acentuando y consolidando en el
tiempo. Cuanto más tiempo persista, mayor y más sólido será el daño.

Además, no se puede hablar de maltrato psicológico mientras no se mantenga


durante un
plazo de tiempo. Un insulto puntual, un desdén, una palabra o una mirada
ofensivas, comprometedoras o culpabilizadoras son un ataque psicológico, pero no
lo que entendemos por maltrato psicológico.

Para que el maltrato psicológico se produzca, es preciso, por tanto, tiempo. Tiempo
en el que el verdugo asedie, maltrate o manipule a su víctima y llegue a producirle
la lesión psicológica. Esa lesión, sea cual sea su manifestación, es debida al
desgaste. La violencia, el maltrato, el acoso, la manipulación producen un desgaste
en la víctima que la deja incapacitada para defenderse.

Las modalidades consignadas en la ficha de registro son: gritos, insultos,


indiferencia, rechazo, desvalorización y humillación, amenazas de daño o muerte a
la victima, impedimento de estudiar y/o recibir visitas estudiar o salir y el
abandono.1

La violencia psicológica tiene mil caras. Algunas son obvias, otras, prácticamente
imposibles de determinar como tales. Pero todas las formas de maltrato y acoso
psicológico dejan su secuela. Por sus características, pueden agruparse en tres
grandes categorías:

1.3.2.1. El maltrato psicológico:

Tiene dos facetas que pueden llamarse maltrato pasivo y maltrato activo.

El maltrato pasivo: Es la falta de atención hacia la víctima, cuando ésta depende


del agresor, como sucede con los niños, los ancianos y los discapacitados o
cualquier situación de dependencia de la víctima respecto al agresor.

Hay una forma importante de maltrato pasivo, que es el abandono emocional.


Ancianos, menores o discapacitados abandonados por sus familias en instituciones
que cuidan de ellos, pero que jamás reciben una visita, una llamada o una caricia.
1. Viviano. T. (2004) Maltrato y abuso sexual en niños, niñas y adolescentes.
INDUSTRIAS GRAFICAS AUSANGATE S.A.C. Lima, Perú. Pág.14

Víctimas de abandono emocional son los niños que no reciben afecto o atención de
sus padres, los niños que no tienen cabida en las vidas de los adultos y cuyas
expresiones emocionales de risa o llanto no reciben respuesta. Son formas de
maltrato no reconocido.

El maltrato activo: Es un trato degradante continuado que ataca a la dignidad de la


persona. Los malos tratos emocionales son los más difíciles de detectar, porque la
víctima muchas veces no llega a tomar conciencia de que lo es. Otras veces toma
conciencia, pero no se atreve o no puede defenderse y no llega a comunicar su
situación o a pedir ayuda.1

1.3.2.2 El acoso psicológico:

Es una forma de violencia que se ejerce sobre una persona, con una estrategia,
una metodología y un objetivo, para conseguir el derrumbamiento y la destrucción
moral de la víctima. Acosar psicológicamente a una persona es perseguirla con
críticas, amenazas, injurias, calumnias y acciones que pongan cerco a la actividad
de esa persona, de forma que socaven su seguridad, su autoafirmación y su
autoestima e introduzcan en su mente malestar, preocupación, angustia,
inseguridad, duda y culpabilidad.

Para poder hablar de acoso tiene que haber un continuo y una estrategia de
violencia psicológica encaminados a lograr que la víctima caiga en un estado de
desesperación, malestar, desorientación y depresión, para que abandone el
ejercicio de un derecho. Hay que poner de relieve que una de las estrategias del
acosador es hacer que la víctima se crea culpable de la situación y, por supuesto,
que así lo crean todos los posibles testigos. La segunda condición imprescindible
para que se produzca el acoso moral es la complicidad implícita o el consentimiento
del resto del grupo, que, o bien colaboran, o bien son testigos silenciosos de la
injusticia, pero callan por temor a represalias, por satisfacción íntima o simplemente
por egoísmo: "mientras no me toque a mí".
En muchas ocasiones, la víctima apenas tiene conciencia de que lo es y ni siquiera
es capaz de verbalizar lo que está sucediendo. Solamente percibe una sensación
desagradable, insuficiente para ella como para calificar el caso de acoso. 2

El acoso afectivo: Dentro del acoso psicológico, hay que hablar del acoso afectivo,
que es una conducta de dependencia en la que el acosador depende
emocionalmente de su víctima hasta el punto de hacerle la vida imposible. El
acosador devora el tiempo de su víctima o bien la devora con sus manifestaciones
continuas y exageradas de afecto y sus demandas de afecto.

En cualquiera de los casos, el acosar le roba a su víctima la intimidad, la


tranquilidad y el tiempo para realizar sus tareas o para llevar a cabo sus
actividades, porque el acosador la interrumpe constantemente con sus demandas
y, apenas la deja respirar entre petición y petición, pero siempre con mimos, con
arrumacos y con caricias inoportunas y agobiantes.

Si la víctima rechaza someterse a esta forma de acoso, el verdugo se queja, llora,


se desespera, implora, amenaza con retirarle su afecto o con "cometer una
tontería", llegando incluso a intentos de suicidio y a explosiones realmente
espectaculares que justifica diciendo que todo lo hace por cariño. Esto supone
añadir el chantaje afectivo a la estrategia de acoso.

1. Martos, A. (2003) “Cómo detectar la violencia psicológica”


http://mobbingopinion.bpweb.net/artman/publish/article_682.shtml Consultado el
29/09/07 a las 06:10 p.m.

2. Martos, A. (2003) “Cómo detectar la violencia psicológica”

http://mobbingopinion.bpweb.net/artman/publish/article_682.shtml Consultado el
29/09/07 a las 06:16 p.m

1.3.2.3. La manipulación mental:

Esta forma de violencia supone el desconocimiento del valor de la víctima como ser
humano, en lo que concierne a su libertad, a su autonomía, a su derecho a tomar
decisiones propias acerca de su propia vida y de sus propios valores. La
manipulación mental puede comprender el chantaje afectivo.

En la manipulación se da una relación asimétrica entre dos o más personas. Es


asimétrica porque una da y la otra recibe, una gana y la otra pierde. Las tácticas de
manipulación incluyen amenazas y críticas, que generan miedo, la culpa o
vergüenza encaminados a movilizar a la víctima en la dirección que desea el
manipulador.

1.3.3. VIOLENCIA SEXUAL:

La violencia sexual se define en el Informe mundial sobre la violencia y la salud


como “todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o
insinuaciones sexuales no deseados, o las acciones para comercializar o utilizar de
cualquier otro modo la sexualidad de una persona mediante coacción por otra
persona, independientemente de la relación de ésta con la víctima, en cualquier
ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo". 1 La violencia sexual abarca el sexo
bajo coacción de cualquier tipo incluyendo el uso de fuerza física, las tentativas de
obtener sexo bajo coacción, la agresión mediante órganos sexuales, el acoso
sexual incluyendo la humillación sexual, el matrimonio o cohabitación forzados
incluyendo el matrimonio de menores, la prostitución forzada y comercialización de
mujeres, el aborto forzado, la denegación del derecho a hacer uso de la
anticoncepción o a adoptar medidas de protección contra enfermedades, y los
actos de violencia que afecten a la integridad sexual de las mujeres tales como la
mutilación genital femenina y las inspecciones para comprobar la virginidad.

Puede existir violencia sexual entre miembros de una misma familia y personas de
confianza, y entre conocidos y extraños. La violencia sexual puede tener lugar a lo
largo de todo el ciclo vital, desde la infancia hasta la vejez, e incluye a mujeres y
hombres, ambos como víctimas y agresores. Aunque afecta a ambos sexos, con
más frecuencia es llevada a cabo por niños y hombres a niñas y mujeres.

1.3.3.1. Factores de riesgo en la violencia sexual


Existen muchos factores que aumentan el riesgo de que alguien sea coaccionado
con fines sexuales o de que fuerce sexualmente a otra persona. Algunos de estos
factores están relacionados con las actitudes, creencias y conductas de los
individuos implicados, mientras que otros están muy arraigados en el entorno
social, incluyendo las esferas de los iguales, la familia, la comunidad y la sociedad.
Tales factores influyen no solamente en las probabilidades de sufrir violencia
sexual, sino también en la reacción ante ella. El Informe mundial sobre la violencia
y la salud presenta los siguientes grupos de factores de riesgo para la violencia
sexual:

1. OMS (2002) Informe mundial sobre la Violencia y la Salud

Factores que aumentan la Factores que aumentan el riesgo de


vulnerabilidad de las que los hombres cometan violación
mujeres

Nivel individual
· consumir alcohol o drogas
· ser joven
· tener actitudes y creencias que
· consumir alcohol o apoyan la violencia sexual, incluyendo
drogas tener fantasías sexuales coercitivas y
culpar a las mujeres por excitarles
· tener problemas de
salud mental, en particular · presentar un patrón de
síndrome de estrés conducta impulsivo, antisocial y hostil
postraumático hacia las mujeres

· haber sufrido una · haber sufrido abusos sexuales


violación o abusos durante la niñez
sexuales con anterioridad
En América Latina la violencia sexual contra las mujeres en América Latina es uno
de los problemas más graves de salud pública y derechos humanos en la región.

Estudios de la OPS/OMS muestran que más del 36% de las chicas y el 29% de
1
chicos han sufrido abuso sexual infantil.

1.3.3.2. Prevención de la violencia sexual

Las respuestas para prevenir o responder a la violencia sexual están bastante


limitadas y la mayoría no se han evaluado. Además, ya que la mayoría de las
intervenciones se han desarrollado y se han puesto en práctica en países
industrializados, se desconoce su relevancia en otros ámbitos. Es necesario utilizar
las estrategias preventivas prometedoras también en ámbitos que tienen escasos
recursos y evaluarlas para determinar su eficacia.

Debe existir prevención primaria en los múltiples niveles en los que se sitúan los
factores de riesgo, desde el nivel individual, hasta el de la relación, la comunidad y
la sociedad. Según el Informe mundial sobre la violencia y la salud, entre las
estrategias prometedoras a nivel individual o de la relación se encuentran los
programas de formación sobre promoción de la salud sexual y reproductiva que
incluyen cuestiones de género y prevención de la violencia contra la mujer, además
de los programas en los que se trabaja con las familias a lo largo de las etapas de
desarrollo de los menores para promover una infancia y adolescencia rica,
enriquecedora e igualitaria. También parece mostrar resultados prometedores
trabajar con hombres a nivel comunitario para que cambien el concepto de
masculinidad y en el ámbito escolar para transformar las relaciones de género y
convertirlas en interacciones igualitarias y sin violencia. Las reformas legales y de
políticas que aseguran la igualdad de género y la protección de las víctimas de la
violencia sexual también son medidas importantes para promover normas de
género igualitarias.

1. Violencia sexual: Problema endémico


http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/newsid_3716000/3716015.stm
Actualizado el 28/05/04 Consultado el 29/09/07 a las 06:38 p.m.

Prevención secundaria y terciaria. La mayoría de los planes de acción sobre la


violencia sexual llevados a cabo hasta ahora se han concentrado en la prevención
secundaria y terciaria destinada a reducir el daño físico y psicosocial que sufren las
víctimas de violencia sexual. Parece que se realiza muy poco trabajo orientado
hacia la salud pública y basado en utilizar estrategias de prevención secundaria y
terciaria con los perpetradores.

En cuanto a la prevención terciaria, los profesionales de la salud se encuentran en


una posición única para reconocer, documentar y responder a los casos
individuales de agresión sexual. Las personas que han sufrido agresiones a
menudo solicitan asistencia médica, incluso cuando se nieguen a revelar el suceso
violento. Los trabajadores de la salud pueden proporcionar a las víctimas de
agresión sexual unos servicios de salud amplios y que tengan en cuenta las
cuestiones de género para que se puedan enfrentar a las consecuencias que la
agresión supone para su salud física y mental, incluyendo la prueba de embarazo,
las pruebas de detección de enfermedades de transmisión sexual y su prevención,
el tratamiento de lesiones y el apoyo psicológico. El sector de la salud también
puede funcionar como un importante centro de coordinación de otros servicios que
la víctima pueda necesitar, como la asistencia social y jurídica. Los trabajadores de
la salud especializados pueden recoger y documentar las pruebas necesarias para
establecer las circunstancias de la violación, la identidad del perpetrador y las
consecuencias del suceso. Estas pruebas pueden ser cruciales para el
enjuiciamiento de los casos de agresión sexual. El sector de la salud también debe
contribuir a la vigilancia de la violencia sexual documentando el quién, qué, cuándo
y cómo de todos los casos que se presenten, en un formato que mantenga en el
anonimato a la víctima y al agresor. Esta información se puede transmitir
posteriormente a otros sectores que son responsables de la prevención primaria y
puede utilizarse para dar luz a las
intervenciones situacionales destinadas a áreas de alto riesgo, así como a la
intervención psicosocial dirigida a los grupos de población de alto riesgo.

Sin embargo existe una gran desproporción entre las necesidades de servicios de
las víctimas de violencia sexual y el nivel de servicios de salud que la mayoría de
los países actualmente ofrecen en tales casos. Es necesario proporcionar
directrices para fortalecer la capacidad que el sector de la salud tiene para
responder a las personas que han sufrido violencia sexual. 1

1. http://www.un.org/spanish/Depts/dpi/boletin/mujer/ip3.html Actualizado el
14/10/03. Consultado el 24/09/07 a las 10:46 pm
CAPÍTULO II
VIOLENCIA FAMILIAR

2.1. PRELUDIO

La violencia familiar en el Perú se ha convertido en un grave problema social y de


salud cuyas víctimas son en su mayoría mujeres. Este tipo de violencia no es un
hecho aislado ni privado, forma parte de un sistema macro que establece un
conjunto de relaciones sociales y valores culturales que ubican a la mujer en
situación de subordinación y dependencia respecto del varón. La violencia
doméstica atraviesa todas las fronteras raciales, religiosas, educativas y
socioeconómicas (Garrido, 2006). Este tipo de violencia generalmente no es
reportado por parte de las víctimas lo que la convierte en un silencioso pero eficaz
asesino. En estos últimos años se ha venido dando una serie de programas y
leyes en defensa de los derechos del niño y la mujer. Sin embargo, ¿Eso nos
asegura el bienestar?, ¿Acaso estos programas y leyes bastarán para cesar los
maltratos físicos y psicológicos que se producen día a día contra ellos?

Es necesaria una protección legal, pero es urgente que nuestra sociedad adquiera
nuevos y mejores hábitos de crianza y convivencia. Aún en la posibilidad de
parecer alarmista, es menester una reeducación en cuanto al trato familiar, el que
lamentablemente para muchos está caracterizado por la violencia, el rechazo y la
indiferencia. La Declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre
la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, elaborada el 20 de diciembre de
1993, define este tipo de agresiones "como todo acto de violencia basado en la
pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o
sufrimiento físico, sexual o psicológico para las mujeres, inclusive las amenazas de
tales actos, la coacción o privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en
la vida pública como privada".

Aunque cada vez más personas solicitan asistencia profesional para enfrentar las
diversas formas de violencia familiar, tal como se reflejan en el Servicio de
orientación y consejería telefónica en salud (Infosalud), del Ministerio de Salud
(Minsa, 2006), las cifras son alarmantemente notorias, por ejemplo en el año 2005,
la ONG Manuela Ramos atendió 3,747 casos de violencia familiar; en el Instituto de
Medicina Legal hubo 82,021 reconocimientos clínicos y en la Policía Nacional del
Perú se atendió 58 mil denuncias por violencia familiar, de los cuales 35,190 son
por agresión física y 22,860 por maltrato psicológico; en el primer trimestre del 2006
se han producido 21,966 denuncias.

“Todos los días se presentan casos de violencia. Las personas que en su mayoría
llaman son mujeres que se quejan de maltrato físico, psicológico y económico”,
(Rodríguez, 2006).

A pesar de esta ley elaborada en 1993, que convirtió al Perú en uno de los primeros
países latinoamericanos en pronunciarse sobre este tipo de violencia, esta no ha
dado los resultados esperados. Posteriormente fue reforzada en los años 1997 y
2000, intentando establecer un procedimiento diferente y rápido para tratar estos
casos buscando definir con mayor claridad las funciones y responsabilidades de los
funcionarios del sistema de justicia encargados de ver dichos casos, los cuales no
han dado los resultados que se esperaba. Se debe destacar, además, la creación
de las doce comisarías de la mujer para atender específicamente la violencia
familiar y la creación de secciones especializadas dentro de las demás comisarías
con el mismo objetivo. (Garrido, 2006).

2.2. TIPOS DE VIOLENCIA EN LA FAMILIA

Existen diversos tipos de violencia en la familia, generalmente estos están


separados según el grupo etareo o alguna condición o impedimento que involucre a
algún miembro de la familia.

La violencia infantil y contra la mujer son las más difundidas en nuestro medio,
dejando de lado la violencia contra el adulto mayor y otras, como la violencia contra
el discapacitado o la violencia económica. En la presente monografía no se
mencionara la violencia contra el discapacitado ni la violencia económica y nos
centraremos en: La violencia infantil (Por ser los que poseen más importancia), la
violencia contra la mujer (Por ser la más difundida aunque no se incluirán datos
estadísticos) y la violencia contra el adulto mayor, ya que se cree que es un tipo de
violencia familiar muy difundido y menos denunciado por que los adultos mayores
carecen de medios de movilidad u otras causas.

2.2.1. VIOLENCIA INFANTIL

Nuestro país cuenta con más de 11 millones de niños, niñas y adolescentes, y se


calcula que miles de ellos son maltratados dentro de sus familias o han sido
víctimas de abusos sexuales. La Encuesta Nacional de Demografía y Salud
Familiar para el año 2000 señalaba que un 41.2% de los padres biológicos recurre
a los golpes para corregir o castigar al niño; el porcentaje de niños menores de 15
años afectados por violencia que registra la OGE-MINSA, llega al 61% en todo el
país1; la Defensoría del Niño y Adolescente 2 reportó 4,011 casos de menores de 18
años víctimas de maltrato físico, psicológico y de negligencia, mientras una
investigación en el Cusco3 señala que un tercio de los padres y la mitad de las
madres agreden a los niños y la cuarta parte de dichas mujeres utilizan algún
objeto para maltratar.

La baja tasa de denuncias y la escasez de registros que den cuenta de esta


problemática, son dos de los principales factores que impiden conocer la verdadera
magnitud de este problema, en tanto el castigo físico y/o psicológico que los padres
y tutores imparten al niño o adolescente para educarlo o corregirlo no es
considerado como violencia sino como legítimo ejercicio de su rol de padres, que
no suele ser reportado sino sólo cuando ha generado lesiones que demandan
atención médica; según estimaciones, un 30 % de los casos de maltrato han sido
detectados en los centros de salud y hospitales.

1. Registros administrativos de la casuística del MINSA

2. Estadísticas consolidadas por la Dirección General de Niños, Niñas y


Adolescentes del MIMDES sobre la base de los registros del año 2002
correspondiente a 100 defensorías del Niño y el Adolescente.

3. Laurent, A.; Biondi, J. y cols. (2001) Violencia en Cusco. Centro Guamán


Poma y Ayala. Cusco
Los patrones socioculturales que consideran a los golpes como un mecanismo
eficaz para educar al niño, la legitimización de la violencia como forma de resolver
conflictos, donde las relaciones están reguladas por un orden jerárquico basado en
el poder y la dominación, constituyen el marco que circunscribe esta problemática.

Recientes estudios nos muestran el abuso sexual encubierto, que ocurre dentro del
ámbito familiar, donde el número de denuncias son tan solo una pequeña parte de
la real magnitud del problema. El estudio multicéntrico de la OMS señala que en
Lima y Cusco el 20% de mujeres encuestadas señaló haber sido víctimas de abuso
sexual antes de los 15 años, principalmente por parte de un familiar.

Ocho de cada diez casos de abuso sexual tienen como victimario a un miembro del
entorno familiar de la víctima y seis de cada diez embarazos en niñas de 11 a 14
años son producto de incesto o violación.1 Lo consignado en la Ley 26260, que
está formulado en términos generales, requiere adaptarse al contexto de los niños,
niñas y adolescentes, para lo que se ha tomado de referencia la definición de
maltrato de UNICEF.

Se entiende a los menores víctimas del maltrato y el abandono como aquel


segmento de la población conformado por niños, niñas y adolescentes hasta los 18
años que "sufren ocasional o habitualmente actos de violencia física, sexual o
emocional, sea en el grupo familiar o en las instituciones sociales, que puede ser
ejecutado por omisión, supresión o trasgresión de los derechos individuales y
colectivos, pudiendo existir el abandono completo o parcial.

Según los datos registrados del CEM (Centro de Emergencia Mujer) el 16% de los
casos atendidos en el año 2004 fueron menores de edad la cifra reportada para el
período enero de 2002 a junio de 2003 fue de 7,011 niños, niñas y adolescentes
atendidos en los CEM por algún tipo de violencia sufrida en el ámbito familiar, así
como por agresiones o abusos sexuales de terceros. De este grupo, los niños de 0
a 5 años de edad constituyen el 3% del total de casos atendidos en los CEM (1,165
casos); los de 6 a 11 años, el 5% (2,344 casos); mientras que los adolescentes, el
8% (3,502 casos).2
1. Viviano. T. (2004) Maltrato y abuso sexual en niños, niñas y
adolescentes. INDUSTRIAS GRAFICAS AUSANGATE S.A.C. Lima, Perú. Pág.
13

2. Viviano. T. (2004) Maltrato y abuso sexual en niños, niñas y


adolescentes. INDUSTRIAS GRAFICAS AUSANGATE S.A.C. Lima, Perú. Pág.
15

El CEM atiende casos en varias regiones


del país debido a que tienen oficinas en
casi todas las regiones.

La región que más número de casos


presento fue la capital de Lima con 2421
casos atendidos de un total de 7011 casos.
Esta cifra no necesariamente nos indica
que existe mayor violencia familiar en Lima
y Callao, sino que los programas contra la
violencia son más dfundidos y por lo tanto
tienen más éxito que en las demás
regiones del país.

Cabe resaltar que los datos fueron


recoplidados entre los años 2002 y 2003
por lo que las regiones siguen teniendo el
nombre de departamentos.
De acuerdo a las estadísticas de los CEM, los principales ejecutores del maltrato
físico y psicológico a niños y adolescentes son los progenitores (68.28%); les
siguen, en menor proporción, otros familiares (tíos, abuelos, hermanos, primos
etcétera) que viven con ellos, y finalmente otras personas allegadas o vinculadas al
hogar. Esto parece demostrar que son las personas encargadas de brindar
protección y afecto a los niños las que cotidianamente los maltratan.

Así, el porcentaje de niños maltratados por sus progenitores se eleva en el grupo


de niños de 6 a 12 años a 78.4% en lo referente a denuncias por golpes y 88% en
el caso de menores de 6 años.

El maltrato que los niños reciben de los padres generalmente se da en el contexto


del castigo: los progenitores asumen que es su legítimo derecho castigar y/o
corregir al niño mediante agresiones físicas; la falta de otros recursos
comunicativos torna la situación en cotidiana y frecuente.

Los casos de niños maltratados por sus padres que han sido reportados al CEM
revelan, por un lado, un proceso de toma de conciencia de la situación de maltrato,
de cuestionamiento a la conducta abusiva del adulto; pero también que las
agresiones físicas y psicológicas han excedido el límite y han puesto en peligro la
integridad de la persona afectada.1

1. Viviano. T. (2004) Maltrato y abuso sexual en niños, niñas y adolescentes.


INDUSTRIAS GRAFICAS AUSANGATE S.A.C. Lima, Perú. Pág. 25

Tabla 1: Viviano. T. (2004) Maltrato y abuso sexual en niños, niñas y


adolescentes. INDUSTRIAS GRAFICAS AUSANGATE S.A.C. Lima, Perú.
Pág. 24

Un ejemplo de un caso atendido en el CEM es el siguiente:


Gina es una de las 581 niñas entre 1 y 5 años reportada por maltrato. Tiene un
año, su madre de 29 años la lleva al CEM por indicación de un centro de salud a
donde fue llevada por lesiones físicas graves. La madre refiere que el conviviente
en estado de ebriedad maltrató a la niña al igual que a ella, mas no desea
denunciarlo. Los vecinos informan que la niña también es maltratada por la madre,
y que además se va a trabajar y la deja sola todo el día. La madre proviene de
relaciones inestables con parejas diferentes, sus hijos están repartidos entre sus
familiares y una de ellas está internada en una institución debido al maltrato. Al no
existir condiciones favorables para la tenencia de la niña, se decide su
internamiento en una institución tutelar. (Resumen elaborado en base a la ficha de
registro de casos y el informe social). (El nombre ha sido cambiado para proteger la
confidencialidad del caso).

2.2.2. VIOLENCIA EN EL ADULTO MAYOR

Las tendencias demográficas actuales nos indican que el mundo asiste a un


proceso de envejecimiento sin precedentes en la historia de la humanidad. De 204
000 000 de personas adultas mayores en 1959, la cifra se ha incrementado a 577
000 000 de personas de más de 60 años de edad en 1998.

El Perú no ha sido ajeno a esta tendencia, según el IX Censo de Población y IV de


Vivienda el 7% tenía más de 60 años o más (1 millón 544 mil personas), lo que
representa- a decir del INEI- un incremento significativo con respecto a los
resultados de los censos de 1981 y 1972 1 que a su vez trae consigo un aumento en
la tasa de dependencia demográfica, es decir la relación entre la población de 60
años o más respecto a las población de 15 a 59 años.

Este rápido incremento de la población de 60 o más años, genera un conjunto de


preocupaciones vinculadas a la limitada capacidad que tiene actualmente el
Estado, la sociedad y las familias para convivir dignamente y satisfacer las
necesidades de las personas adultas mayores.

En el país la familia es considerada como el primer soporte o recurso, no solo


afectivo sino también de subsistencia, especialmente para aquellas personas
adultas mayores que no cuentan con pensiones ni seguros de salud. Así una
investigación realizada en Lima y Callao 2 señalo que las personas mayores de 60 o
más años que allí residen, consideran que el factor más importante de protección
del que disponen es la cohesión familiar.

Es habitual que los adultos mayores, al recibir una pensión insuficiente para cubrir
sus diversas necesidades, deban recurrir al apoyo de familiares cercanos. Los
resultados de ENAHO (1997) indican que en el área urbana del país, el 65.2% de la
población de 60 años o más que está laborando actualmente, recibió ingresos por
algún tipo de transferencias de sus familiares.

1.INEI “Perfil Sociodemográfico de la tercera Edad” (1993). En biblioteca digital.


Consulta hecha el 29/09/07 a las 07:38 p.m. http://www.inei.gob.pe/biblioinei.asp

2. Instituto Especializado de Salud Mental Honorio Delgado – Hideyo Noguchi.


“Estudio Epidemiológico Metropolitano de Salud Mental”, 2002, pág. 153

Junto a la pobreza y a las limitaciones económicas que en el país afectan de


manera particular a las personas adultas mayores, debemos agregar el problema
del maltrato y el abandono. La literatura disponible señala que la mayoría de los
casos de maltrato y abandono ocurren en el entorno doméstico, y que el espacio
familiar no siempre constituye el lugar de afecto y protección para las personas
adultas mayores, ya que muchas familias tienen dinámicas violentas de relación y
exclusión. Así como existen familias que no cometen maltratos, existen otras en
donde los adultos mayores son habitualmente víctimas de agresiones que no
denuncian.1

La investigación en Latinoamérica y el resto del mundo con respecto a la violencia


familiar en la persona adulta mayor, es incipiente y no ha alcanzado la visibilidad
que tiene la violencia contra otros grupos, como mujeres y niños, principalmente.
(…) En América Latina, el estudio y acción en torno al maltrato a las personas
adultas mayores se ha iniciado en los últimos cinco años. 2

La violencia asume particularidades importantes según la edad y sexo de la


persona, que deben tomarse en cuenta para una correcta comprensión del
problema del maltrato familiar que afecta a las personas de 60 años o más.
Hombres y mujeres no son afectados por igual en las diferentes etapas del ciclo
vital.3

Conforme los datos registrados en el CEM, el 45.9 % de los casos de maltrato,


abuso y abandono señalan como responsables a los hijos. Con el 21.5 % le sigue
la persona agresora la pareja actual, en su modalidad de cónyuge o conviviente.
Asimismo, el 7.5% de los casos reportados registran agresiones de aparte del
yerno o la nuera, mientras que el 13.2 % refiere agresiones por parte de otros
familiares que viven en la casa de la persona adulta mayor. Únicamente el 10% de
los casos han referido agresiones de personas sin vínculo de parentesco, llámense
amigos, parientes, vecinos o desconocidos.4

1. Viviano, T. (2005): Violencia Familiar en las Personas Adultas Mayores en el


Perú: Aportes desde la casuística de los Centros Emergencia Mujer/ Programa
Nacional contra la Violencia Familliar y Sexual. MINDES pág. 10. Editorial Lonardi
SRL. Lima, Perú

2.MINJUMNFA. “Diagnóstico de la situación de las personas adultas mayores 2003


en Panamá”, elaborado por el Ministerio de la Juventud, la Mujer y la Familia del
Gobierno de Panamá, pp. 65-66. Documento electrónico en
[http://www.gabsoc.gob.pa] Consulta hecha el 29/09/07

3. Viviano, T. (2005): Violencia Familiar en las Personas Adultas Mayores


en el Perú: Aportes desde la casuística de los Centros Emergencia Mujer/
Programa Nacional contra la Violencia Familliar y Sexual. MINDES pág. 33.
Editorial Lonardi SRL. Lima, Perú

4. Viviano, T. (2005): Violencia Familiar en las Personas Adultas Mayores


en el Perú: Aportes desde la casuística de los Centros Emergencia Mujer/
Programa Nacional contra la Violencia Familliar y Sexual. MINDES pág. 44.
Editorial Lonardi SRL. Lima, Perú
2.2.3. VIOLENCIA CONTRA LA MUJER:

"La violencia contra la mujer es quizás la más vergonzosa violación de los


derechos humanos. No conoce límites geográficos, culturales o de riquezas.
Mientras continúe, no podremos afirmar que hemos realmente avanzado hacia la
igualdad, el desarrollo y la paz."

Kofi Annan,
Ex secretario General de las Naciones
Unidas

La violencia sexual contra las mujeres en América Latina es uno de los problemas
más graves de salud pública y derechos humanos en la región. Estudios de la
OPS/OMS muestran que más del 36% de las chicas y el 29% de chicos han sufrido
abuso sexual infantil.

Una significativa proporción de mujeres jóvenes dijeron que su primer contacto


sexual se produjo bajo coerción y hasta una tercera parte de las adolescentes ha
sufrido una iniciación sexual forzada. Según estos mismos datos, en algunos
países, casi una de cada cuatro mujeres casadas confesó haber sido víctima de
violencia sexual por parte de su pareja.

A esto se suma el tráfico de mujeres y niñas con fines de explotación sexual, que
es otro factor de la propagación del VIH/SIDA. A escala mundial, Colombia es el
tercer país de origen en cuanto a tráfico de mujeres.

Aproximadamente, 35.000 mujeres salen de Colombia al año, a través de Ecuador,


para escapar de la violencia en su propio país, y allí las reclutan para que trabajen
como prostitutas en Asia y Europa. Mientras que se estima que más de 50.000
mujeres de República Dominicana están trabajando en el exterior en la prostitución.
1

El Estado Peruano ha suscrito y ratificado la Convención Interamericana para


Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer -Convención de Belém
do Pará-, la misma que plantea el marco en el cual debe entenderse la violencia
contra la mujer y define las responsabilidades estatales en la materia … estando a
que la violencia contra la mujer es un fenómeno complejo que responde a factores
culturales, sociales, políticos, jurídicos y económicos, urge abordar el problema
desde el Estado con políticas consistentes y sostenidas que apunten a la
transformación de las visiones y creencias que afianzan la discriminación contra las
mujeres que influyen y afectan a toda la sociedad en su conjunto 2.
1. Violencia sexual: Problema endémico
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/newsid_3716000/3716015.stm
Actualizado el 28/05/04 Consultado el 29/09/07 a las 08:46 p.m.

2. Plan Nacional Contra la Violencia Hacia la Mujer 2002-2007 (2000)


http://www.mimdes.gob.pe/pncvfs/pnacioviolencia.htm Consultado el
29/09/07 a las 09:21 p.m.
En la Plataforma de Acción adoptada en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la
Mujer, celebrada en Beijing en 1995, se define la violencia contra la mujer como
una de las 12 esferas de especial preocupación que deben ser objeto de particular
hincapié por parte de los gobiernos, la comunidad internacional y la sociedad civil. 1

De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP), se


calcula que entre 85 y 114 millones de mujeres y niñas, la mayoría de las cuales
vive en África, el Oriente Medio y Asia, han sido sometidas a la mutilación de sus
genitales.

La mutilación genital femenina, también conocida como la "circuncisión femenina",


consiste en extirpar total o parcialmente el clítoris y otros órganos genitales. Su
forma extrema, la infibulación, consiste en extirpar el clítoris y ambos labios y la
sutura de la vulva, dejando solamente un pequeño orificio para permitir el paso de
la orina y el flujo menstrual.

Esa mutilación de las niñas tiene importantes consecuencias a corto y largo plazos.
Es extremadamente dolorosa y puede provocar infecciones y la muerte, así como
dificultades en el parto y una mayor vulnerabilidad al VIH/SIDA. Esa práctica refleja
el consenso social imperante de que es preciso preservar la virginidad de la niña y
la mujer hasta el matrimonio y controlar su sexualidad. Los hombres en esas
culturas suelen no casarse con niñas o mujeres que no hayan sido sometidas a la
circuncisión, ya que las consideran "sucias" y "sexualmente indulgentes".

Según INEI, casos de violencia contra mujeres se incrementaron en zonas urbanas


y redujeron en rurales.El 41 por ciento de mujeres adultas del país fue víctima
alguna vez en su vida de una agresión física por parte de su pareja, según informó
el jefe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), Farid Matuk.

Este promedio, establecido en base a la información de la Encuesta Demográfica y


de Salud Familiar (Endes), baja a 38 por ciento en el área rural y sube a 43 por
ciento en el área urbana. En Lima la violencia conyugal física contra la mujer
disminuyó del 27.9 por ciento en el 2000 al 25.7 por ciento en el 2004, mientras que
en el resto de la Costa subió un punto. En la Sierra se elevó del 34.5 al 34.7 por
ciento y en la Selva baja se incrementó del 7.4 al 8.2 por ciento. 2

1. Violencia contra la Mujer

http://www.un.org/spanish/conferences/Beijing/fs4.htm Actualizado en junio del


2000. Consultado el 29/09/07 a las 09:26 p.m.

Basado en el documento titulado "Examen y evaluación de la aplicación de la


Plataforma de Acción de Beijing: informe del Secretario General"

2. Alto a la Violencia Contra la Mujer

http://www.manuela.org.pe/CasoDennysFalvy.asp Actualizado en julio del 2006.


Consultado el 29/09/07 a las 09:37 p.m.

Tomado del diario “La República”, fecha de tiraje 18/07/06


CONCLUSIONES

En el Perú existen muchos casos de violencia familiar registrados y se estima


que el número real sea superior. El Estado Peruano promulgó la Ley 27306
contra este tipo de violencia para evitar su propagación; sin embargo los
resultados no han sido favorables y la violencia familiar sigue en aumento.

Existen diversos organismos gubernamentales y no gubernamentales que


trabajan para erradicar la violencia en nuestro país. Un ejemplo es la ONG
Manuela Ramos, que atiende a las personas afectadas por la violencia y les
brinda el apoyo necesario.

Debemos erradicar la violencia en el mundo, empezando en el país. Empezar a


educar a los niños desde el colegio es la clave para tener mejores padres y
ciudadanos para el mañana. Los profesores deben observar a sus alumnos y
prevenir cualquier tipo de conducta negativa en su comportamiento. Así, se
podrá evitar daños psicológicos en los niños.

Las personas adultas también son víctimas de la violencia familiar. Es nuestro


deber de ciudadanos velar por la integridad de las demás personas como si
fuera nuestra propia integridad. Debemos ser analíticos para saber cuando una
persona está pasando por momentos críticos y tratar de darnos cuenta para
apoyarlo(a) en lo que necesite.
ANEXOS

BIBLIOGRAFÍA

Estadísticas consolidadas por la Dirección General de Niños, Niñas y


Adolescentes del MIMDES sobre la base de los registros del año 2002
correspondiente a 100 defensorías del Niño y el Adolescente.

http://www.musade.org/leer.php/14

http://www.un.org/spanish/Depts/dpi/boletin/mujer/ip3.html

INEI “Perfil Sociodemográfico de la tercera Edad” En biblioteca digital. (1993).


Consulta hecha el 29/09/07 a las 07:38 p.m. http://www.inei.gob.pe/biblioinei.asp

Informe mundial sobre la violencia y la salud: resumen. Washington, D.C.,


Organización Panamericana de la Salud, Oficina Regional para las Américas de la
Organización Mundial de la Salud, 2002

Instituto Especializado de Salud Mental Honorio Delgado – Hideyo Noguchi.


“Estudio Epidemiológico Metropolitano de Salud Mental”, 2002, pág. 153

La República. “ Alto a la Violencia Contra la Mujer” , fecha de tiraje


18/07/06 http://www.manuela.org.pe/CasoDennysFalvy.asp

Laurent, A.; Biondi, J. y Cols. “Violencia en Cusco”. CuscoCentro Guamán Poma


y Ayala. (2001)
Martos, A. “Cómo detectar la violencia psicológica” (2003)
http://mobbingopinion.bpweb.net/artman/publish/article_682.shtm l

MINJUMNFA. “Diagnóstico de la situación de las personas adultas mayores 2003


en Panamá”, elaborado por el Ministerio de la Juventud, la Mujer y la Familia del
Gobierno de Panamá, pp. 65-66. Documento electrónico en
[http://www.gabsoc.gob.pa] Consulta hecha el 29/09/07

OMS (2002) Informe mundial sobre la Violencia y la Salud


Plan Nacional Contra la Violencia Hacia la Mujer 2002-2007 (2000)
http://www.mimdes.gob.pe/pncvfs/pnacioviolencia.ht m

Registros administrativos de la casuística del MINSA

Violencia contra la Mujer


http://www.un.org/spanish/conferences/Beijing/fs4
.htm

Basado en el documento titulado "Examen y evaluación de la aplicación de la


Plataforma de Acción de Beijing: informe del Secretario General"

Violencia sexual: Problema endémico


http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/newsid_3716000/3716015.stm
Actualizado el

28/05/04 Consultado el 29/09/07 a las 08:46 p.m.

Viviano. T. Maltrato y abuso sexual en niños, niñas y adolescentes. Lima, Perú.


INDUSTRIAS GRAFICAS AUSANGATE S.A.C. (2004)

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