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La primera redacción de R tuvo tres fuentes distintas: “Los anales de los reyes de
Israel” (de Jeroboán I a Oseas), “los anales de los reyes de Judá” (de Roboán a Sedecías y
Godolías) y “una historia de los antiguos reyes” (de Saúl / David a Jehú). Los anales
proporcionan información concreta sobre cada soberano.
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Seguimos: E. KNAUF, “1 y 2 Reyes”, en T.RÖMER – J.MACCHI – C. NIHAN, Introducción al Antiguo
Testamento, Bilbao, Desclée De Brouwer, 2008, 302-311; A. GONZALEZ LAMADRID, “Los libros de los
Reyes”, en AA.VV., Historia, Narrativa, Apocalíptica, Estella, Verbo Divino, 2000, 169-192.
2
Cf. E. A. KNAUF , “Queen´s Story. Bathsheba, Maacah, Athaliah and the ‘Historia of Early Kings'”, Lectio
Difficlior 2002/2
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Sobre este punto la idea de R. Kratz de una historia deuteronomista primitiva que abarcaría S y R. Cf. Die
Komposition der erzählenden Bücher des Alten Testaments, Göttingen, UTB, 2000.
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(cf. Ag 2,1ss; Za 1-8). Por lo tanto, no puede excluirse la posibilidad que la primera
versión, que englobaría toda la trama narrativa de Salomón (inicio de 1R) hasta la caída de
Jerusalén (final de 2R), dataría del comienzo de la era post exílica y no del destierro
propiamente dicho.
c. La redacción profética
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Notar que en las tres novelas aparece un personaje judío (José, Daniel, Ester) ligado por alguna razón
providencial – salvífica a la corte de un gran rey enemigo.
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2. Estructura de los libros de Reyes5
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Tomada de: E. KNAUF, “1 y 2 Reyes”, 302-303, y de la BJ 4ª edición (2009).
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Por ejemplo: leyendas 1R 12,33-13,34; 2R 1,2-16, sumarios de reinados 2R 13,10-13; 14,28-29 y de
batallas 1R 20,19-21.26-30, historias con valor histórico 1R 20,1-43; 22,1-37, treguas 1R 21,29; 2R 22,18-
20, parábolas 1R 20,39-40; 12,33-13,3, anales de reyes 1R 3,1; 9,15-23, oráculos 1R 20,13-14; 22,5-6,
oraciones 1R 3,6-9, relatos de viaje 1R 18,1-18, etiologías 1R 9,10-14, consultas 1R 22; 2R 3; 8,7-15; 22,13-
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Sobre los éxitos de los grandes reyes de Israel (Jeroboán I, Omrí, Ajab, Jeroboán II) y de
Judá (Manasés), R no dice nada, excepto que fueron reyes malos según los criterios religiosos y
morales de los redactores deuteronomistas. Se puede reconstruir su grandeza y lo que hicieron en
favor de su país gracias a la arqueología y a las fuentes asirias.7 En cambio, los reyes que
practicaron políticas que hoy se considerarían irresponsables y que llevaron a su país al borde del
abismo son juzgados favorablemente (Jehú, Ezequías, Josías). Los redactores de 1 y 2 R no aceptan
la integración económica y política de Judá en el seno del Oriente Próximo unido bajo la hegemonía
asiria y babilónica, mientras que Jeremías y su escuela la habían aceptado (cf. Jr 26-29; 45).
14 etc. Para completar cf. B. LONG, 1 Kings, with an Introduction to Historical Literature, Grand Rapids -
Michigan, Eerdmans, 1984; B. LONG, 2 Kings, Grand Rapids - Michigan, Eerdmans, 1991.
7
Cf. M. LIVERANI, Más allá de la Biblia. Historia antigua de Israel, Barcelona, Crítica, 2005, capítulos 6 y 7.
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