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ANDRÉS BIRCH
No juzguen para que no sean juzgados. Porque con el juicio con que ustedes juzguen,
serán juzgados; y con la medida con que midan, se les medirá (Mat. 7:1-2).
¿Alguna vez alguien te dijo: “¡No me juzgues!”? ¿Alguna vez te han regañado
por atreverte a criticar a algún predicador famoso? ¿Alguna vez oíste decir que la
disciplina hacia un miembro de iglesia es una falta de amor?
¿Qué tienen en común estos ejemplos?
Todos ellos están relacionados con Mateo 7:1-2, uno de los textos más
utilizados aun por los que no conocen a Dios. ¿Qué significa, realmente, este tan
citado texto bíblico? Tal vez estas cinco preguntas nos sirvan de ayuda:
“…ustedes se sentarán también sobre doce tronos para juzgar [krino] a las
doce tribus de Israel” (Mat. 19:28, la única otra referencia en Mateo).
“Porque Dios no envió a Su Hijo al mundo para juzgar [krino] al mundo, sino
para que el mundo sea salvo por Él” (Juan 3:17).
“No juzguen [krino] por la apariencia, sino juzguen [krino] con juicio justo”
(Juan 7:24).
“…quienquiera que seas tú que juzgas [krino], pues al juzgar a otro, a ti mismo
te condenas, porque tú que juzgas [krino] practicas las mismas cosas” (Rom.2:1).
“Pero tú, ¿por qué juzgas [krino] a tu hermano?” (Rom. 14:10).
“¿No juzgan [krino] ustedes a los que están dentro de la iglesia?” (1 Cor. 5:12).
Según estos (y otros) textos del Nuevo Testamento, hay un juzgar divino y otro
humano, y hay una forma de juzgar que es buena y necesaria y otra que es
mala y censurable. Como casi siempre, “el contexto es rey”: el contexto
determina el significado de cada texto.
Es en ese contexto que el Señor dice a Sus discípulos: “No juzguen, para que
no sean juzgados...”. Hay una manera de juzgar que no es apropiada para los
seguidores del Señor, una manera de juzgar orgullosa (“Déjame sacar la paja de
tu ojo”), hipócrita (“la viga... en tu propio ojo”), y sin amor.
Y si seguimos leyendo, llegamos a Mateo 7:6: “No den lo santo a los perros, ni
echen sus perlas delante de los cerdos...”. ¿Cómo decidimos quiénes son “los
perros” o “los cerdos”, si no es ejerciendo nuestro juicio?
Sin echar por la borda el contexto de Mateo 7:1-2, debemos comprobar nuestra
interpretación a la luz de la enseñanza bíblica en general. Y si, como ya hemos
visto, la Biblia habla de juzgar en diferentes sentidos –divinos y humanos,
buenos y malos– lo lógico sería ver Mateo 7:1-2 como una advertencia contra una
manera mala de juzgar.
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Esa manera orgullosa, hipócrita, que carece de amor, y no tiene en cuenta que,
tarde o temprano, nosotros mismos seremos juzgados de acuerdo con la manera
(buena o mala) en que hayamos juzgado a los demás.
Conclusiones
1. En Mateo 7:1-2 el Señor está predicando un sermón a Sus discípulos sobre
cómo debe ser la vida de todo verdadero creyente.
2. Allí, el Señor está advirtiéndoles a Sus discípulos del peligro de juzgar a
otras personas de una manera orgullosa, hipócrita y sin amor, y de las
consecuencias de ello.
3. También vemos que el Señor está hablando de una manera de juzgar a los
demás nada apropiada, pero en el resto del Sermón del Monte y de la Biblia se
habla de otras maneras de juzgar que son buenas e incluso necesarias.
4. En Lucas 6:37, el único pasaje paralelo a Mateo 7:1-2, juzgar es lo mismo
que condenar y lo contrario de perdonar.
5. Debemos tener mucho cuidado de no caer en esa forma poco cristiana de
juzgar a los demás, sin embargo, no debemos dejar de usar nuestro juicio, juzgar
y discernir, tal como el Señor también nos enseña a hacer en Su Palabra.